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USO DE RECURSOS DEL BOSQUE

El Perú es reconocido como uno de los países con la mayor diversidad ecológica de la
Tierra. Se reconocen 11 eco regiones que comprenden el mar frio, el mar tropical, el
desierto costero, el bosque seco ecuatorial, el bosque tropical del Pacifico, la serranía
esteparia, la puna, el páramo, os bosques de lluvias de altura (selva alta), el bosque
tropical amazónico (selva baja) y la sabana de palmeras. De las 117 zonas de vida
reconocidas en el mundo, 84 se encuentran en el Perú.
A esta diversidad ecológica se suma la diversidad cultural, haciendo del Perú un país de
múltiples riquezas, pero también de enormes desafíos para encaminarnos de manera firme
hacia la conservación y uso sostenible de sus recursos naturales que signifiquen
crecimiento económico, bienestar social y calidad ambiental, sin afectar las condiciones
de vida de las generaciones futuras, es decir el reto de alcanzar un desarrollo sostenible
que nos encamine hacia un soñado desarrollo humano.

Política y normativa en torno a la conservación y uso sostenible de los bosques


El tema de los bosques, los recursos naturales renovables y su entorno ambiental se tienen
importantes instrumentos de políticas y normativas, que establecen los principales
conceptos, orientaciones y regulaciones para una gestión social adecuada hacia la
conservación y uso sostenible de los recursos naturales a favor de una mejor calidad de
vida nacional y global.
Así se tiene como principal sustento legal y político de los bosques y del medio ambiente
a la propia Constitución Política del Perú, la cual en su artículo 66° señala que los recursos
naturales, renovables y no renovables, son patrimonio de la Nación, otorgándole al Estado
la soberanía de su aprovechamiento. Precisamente en su artículo 67° que el Estado es
quien determina la política nacional del ambiente es quien promueve el uso sostenible de
sus recursos naturales.

EL FLAGELO DE LA DEFORESTACION
En Perú el tema de la deforestación es un problema de siempre, sobre el cual no se ha
tomado una debida conciencia ciudadana, pero también y esto es más serio, conciencia
de quienes tienen compromiso de gobierno, por tanto no solo estamos lejos de forjar y
alcanzar una cultura forestal en el país, sino también lejos de conseguir una suerte de
priorización de la política forestal nacional, que avizore un futuro diferente.
Tomando en cuenta los estudios de la deforestación en la Amazonia peruana, señala una
tasa anual de deforestación del orden de 149,631 hectáreas/año en la década de los 90,
habiendo ocurrido un cambio de superficie deforestado del orden de 1496,317 hectáreas,
que representa el 10,36% de la superficie de los bosques amazónicos. (CONAM, 2005)
Refiere el mencionado estudio que “la causa fundamental de este problema es el cambio
de uso de las tierras boscosas, principalmente para fines agropecuarias, como
consecuencias de las tierras boscosas, principalmente para fines agropecuarios, como
consecuencias de la migración del agricultor de la sierra”. Es conveniente tener en cuenta
que la deforestación por agricultura migratoria y ganadería esta en relación directa con la
accesibilidad a los bosques.

A manera de reflexiones finales


El Perú, cuenta con bosques naturales, tierras forestales aptas para plantaciones y tierras
de protección para forestar o reforestar que suman unos 94 millones de ha, que conforman
el enormes patrimonio forestal nacional.
Este importante patrimonio ha sido tratado como una fuente de riquezas que se tiene
siempre que aprovechar sin el debido respeto a su capacidad de regeneración, pero
también, con mucha frecuencia, el bosque ha sido considerado como un estorbo para
quienes demandan tierras con propósitos distintos, agricultura, ganadería, minería,
petróleo, gas, transporte, urbanismos, etc. Ocasionando finalmente la destrucción del
bosque bajo el amparo indistinto de la formalidad o informalidad e incluso de aquella
ilegalidad que no se reconoce, pero que encuentra aliados diversos en la incapacidad,
complacencia y corrupción.
Constatamos que esta actividad no ha cambiado en el tiempo, por lo tanto los bosques
naturales que quedan, siguen siendo invadidos por vientos de miles de mujeres y hombres
pobres. Como ya se destruyeron los bosques de la Sierra y de la Costa, parecería que
ahora le toca el turno a la Selva. Consideramos que es posible revertir el proceso, pero
para ello, hay que contar con la firme decisión política de iniciar el cambio; este cambio,
le compete a toda la sociedad, a todas las instancias, a todos los sectores y a todos los
poderes.
Un aspecto contundente para impulsar una gestión forestal sostenible es tomar conciencia
que el patrimonio forestal de la nación abarca más del 80% del territorio y que los bosques
constituyen el recurso tutelar de los demás recursos naturales, si no existen bosques que
existirá agua, suelo, fauna, flora, buena calidad del aire, etc. Un país que cuida sus
bosques es un país próspero.
El propósito principal de revertir la destrucción y degradación de los bosques y sus
recursos asociados se aborda sobre la base de tres objetivos estratégicos a) forjar mejores
conocimientos (ciencia y tecnología) al alcance de todos, b) fortalecer las capacidades del
Estado (gobierno y sociedad) en la gestión forestal, y c) operar sobre la base de un Plan
Forestal integral, inclusivo y competitivo para el desarrollo nacional sostenible.
En este sentido, se requiere de una Política de Estado cuya visión al 2021 se propone en
la Estrategia Nacional Forestal: Como resultado de una conciencia y cultura forestal, el
Perú mantiene y maneja sus bosques, incrementa sus plantaciones forestales y conserva
ecosistemas que generan riquezas y bienestar con equidad, de manera permanente y en
armonía con el ambiente.

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