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LOS MOVIMIENTOS SOCIALES EN AMÉRICA LATINA: UN BALANCE HISTÓRICO

RESUMEN

INTRODUCCIÓN
Los cambios sociales en América Latina, no solo se expresan en movimientos sociales, sino
en la fuerza que estos mismos imponen iniciando así in giro político hacia la centro-izquierda. Para
comprender esta coyuntura histórica es necesario un análisis histórico de estos movimientos, de
esta lucha secular que ya da un carácter identitario a nuestra Latinoamérica. Dicho análisis
contempla cuatro etapas:
1. LOS ORIGENES: DE LA INFLUENCIA ANARQUISTA A LA TERCERA INTERNACIONAL
En una fase inicial los movimientos sociales están fuertemente influenciados por el
pensamiento anarquista que llega a América por medio de los inmigrantes italianos y españoles a
fines del siglo XIX y principios del siglo XX. Estos inmigrantes actuaron básicamente en las zonas
urbanas y generaron movimientos obreros, principalmente huelgas generales, de las que las más
importantes se dieron entre 1917 y 1919 en Perú, Argentina y México. Aunque para algunos
movimientos los objetivos no estaban muy claros y otros buscaban la disolución del Estado, sí se
dieron importantes avances en la lucha que presentaban buscando reducir la jornada laboral,
mejoras salariales y de las condiciones de trabajo. Estos grupos, ligados en parte al pensamiento
que lleva a cabo la Revolución Rusa veían como ideal al bolchevismo, pero hacia 1919-1920 se
alejan de este pensamiento y comenzaran a formar los partidos comunistas. Así , y en parte
debido a la fuerte represión, se acaba el periodo de mayor fuerza del anarquismo los grupos
obreros pasaran a crear movimientos comunistas, comandados a partir de la década de 1920 por
la Internacional Comunista.
a) El movimiento campesino: Históricamente el sector rural había sido sometido a la
dominación de los señores de las tierras, eventualmente los indígenas tuvieron algunas libertades
de auto organización. Así una de las manifestaciones más importantes gestada por este sector fue
la Revolución Mexicana de 1910. En este movimiento los grupos medios buscaron el apoyo del
movimiento campesino para derrotar al porfirismo. Incluso el movimiento logra una especie de
alianza entre el campesinado y el mundo indígena, debido a la cercanía que su líder Zapata tenía
con ellos y porque el movimiento se centraba fundamentalmente en la lucha por la tierra.
También se destacan los movimientos de América Central entre 1920 y 1930 en búsqueda de
reforma agraria ante la explotación por parte de empresas norteamericanas. Aquí tenemos los
movimientos liderados por Sandino, por Farabundo Martí en El Salvador, las huelgas de masas
cubanas, la Columna Prestes en Brasil, aunque esta última está más ligada a las clases medias.
b) El movimiento obrero: La base principal está en la primera oleada de industrialización y
del pensamiento marxista leninista de inicios de la década de 1920. Desde el punto de vista
ideológico es este período donde se configura este movimiento. Un caso algo diferente se da en
Chile con el movimiento minero que surge desde un Partido Demócrata cuya base es más cercana
a las clases medias y no nace del anarquismo, aunque luego se desplazaran al Partido Comunista.
También en Perú, Colombia y Bolivia el movimiento minero es de importancia, aunque en Bolivia
tomarán mayor realce hacia la década de 1940 protagonizando la revolución boliviana.
c) Los movimientos de clase media y el movimiento estudiantil: En Brasil estos movimientos
se dan por el acercamiento de los comunistas a sectores de clase media, con objetivos
democráticos. Así surgen los “tenientes”: movimiento de clase media militar con objetivos de
democracia política. También está el aparismo peruano cuyas luchas van por el lado de la
democracia política, el antiimperialismo, defensa de las riquezas nacionales, reforma agraria,
industrialización con apoyo del estado, etc. Los movimientos universitarios se orientan hacia la
participación de los estudiantes en las decisiones de la conducción de dichas instituciones. Esto
principalmente en Argentina, aunque en México la lucha también se asocia a la lucha democrática
y étnica, que en principio no fueron bien entendidas por el comunismo, pero que durante los años
30 tendrían una fuerte expresión en la denominada “educación socialista”. También se pueden
mencionar aquí los movimientos artísticos culturales que apoyaron otros movimientos. Hacia 1930
se define la agenda de las luchas considerando entre estas la tierra, la cuestión minera, los
salarios.
2. EL POPULISMO Y LAS LUCHAS NACIONAL-DEMOCRÁTICAS
Los movimientos surgidos hacia los años 20 tienen una ligera aproximación al poder hacia
el 30 y 40 con el surgimiento de los gobiernos populares y populistas. Buscan apoyarse en el
pueblo para una búsqueda de democracia, aunque también apoyan las reivindicaciones
anticoloniales afro-asiáticos después de la II Guerra Mundial. La base estará en los grupos obreros
urbanos y se asocian más a los dirigentes de la industrialización originando los movimientos
populistas como el de Perón en Argentina o el de Vargas en Brasil o Cárdenas en México que
vinculan los movimientos sociales a los objetivos nacional-democráticos. En Bolivia convergen
mineros y campesinos buscando una reforma agraria, pero las diferencias los llevaron a la
disolución del movimiento. En México obreros y campesinos continuaron con la revolución
logrando una colectivización de la tierra, aunque con la desconfianza de los indígenas que la
consideraban deficiente, burocrática y autoritaria. Luego de la II Guerra mundial con la Guerra
Fría, los movimientos sociales tendrían como enemigo a Estados Unidos, cuya presión lleva a la
ilegalidad o semileagalidad de algunos partidos comunistas. Pero la declaración de Cuba como
República Socialista aumentó las influencias de este pensamiento en Latinoamérica, ya que se vio
en él el sistema de transición hacia un nuevo régimen económico social colectivista. En Chile esto
se lleva a cabo por la vía democrática, pero en general estas concepciones fueron derrotadas por
golpes de estado caracterizados por la represión y la violencia excesivas. Estos movimientos no
lograron resultados sino hasta los 50.
Uno de los principales temas ha sido la tierra. Así hasta los 60, después de esto la
migración hacia la ciudad llevó a un movimiento obrero urbano. Pero desde la década de 1990 el
movimiento por la tierra vuelve a tomar una fuerza relativa. Uno que se ha mantenido ha sido el
Movimiento de los Sin Tierra de Brasil.
a) La cuestión étnica: Se presenta en dos vertientes. Campesina-indígena y campesina-negra.
Es importante destacar que la lucha negra tiene que ver con su derecho de ser negros, más que
con los derechos civiles solo a partir de los 60, considerándose como cuestión étnica. Antes, si bien
fueron parte del comunismo su lucha étnica no estaba bien definida. Por su parte el contenido
étnico del movimiento indígena renace en los 70 con la reivindicación de su origen como
estructura ideológica exigiendo el liderazgo de movimientos guerrilleros. Esto se expresa en
Guatemala y en México. Este movimiento no solo es americano sino también mundial.
b) El movimiento femenino: A partir de los 60 este movimiento ya no solo busca que los
derechos civiles de las mujeres sean incorporados, sino que la sociedad incorpore una visión
femenina del mundo.
3. LA AUTONOMÍA DE LOS MOVIMIENTOS SOCIALES Y LA NUEVA FORMA DE RESISTENCIA.
Los procesos vividos a partir de la creación del Banco Mundial y el Fondo Monetario
internacional que realizaron préstamos en los 70 y los respectivos cobros a tasas elevadísimas en
los 80 llevaron a los países de la región a graves problemas económicos y a los movimientos
sociales a la defensiva. A lo anterior hay que sumar mecanismos de represión institucional y
regímenes de excepción, apoyadas en formas de terror estatal y el surgimiento del neoliberalismo
y pensamientos opuestos al pensamiento de estos movimientos sociales. Ante esta situación, en
los años 90 las clases dirigentes no aplicaron políticas de preservación del interés nacional y
decidieron seguir con el pago de la deuda, que beneficiaba algunos intereses personales. Por ello
los movimientos sociales adoptaron formas más cautelosas buscando el apoyo de liberales y de la
iglesia. Incluso el pensamiento neoliberal penetra en partidos de izquierda en su formulación más
sofisticada y plantearon la Tercera Vía, que en realidad planteaba que no había alternativas al
neoliberalismo y que este se expresaba eficazmente en el libre mercado. Esta propuesta no tuvo
en la medida que el neoliberalismo se hacía más insostenible en lo teórico doctrinario y lo
práctico. El apogeo económico de los 90 en Estados Unidos hizo renacer la militancia sindical, pero
en el resto de américa las crisis sostenidas de los años anteriores habían debilitado los
movimientos obreros. También retrocedieron los movimientos universitarios con la privatización
de tales establecimientos, aunque se nota un leve renacer en los últimos años. Por otro lado los
movimientos sociales ha ido siendo afectados por otras fuerzas sociales emergentes: de género,
indígenas, negros, ambientalistas y otros que traen nuevos temas a la agenda social. Básicamente
están las defensas de derechos políticos, jurídicos y de igualdad.
Lo característico de este período ha sido la autonomía de estos movimientos en relación a
partidos políticos, a reivindicaciones nacional-democráticas y desarrollistas. Luego está la
formación de partidos políticos a partir de estos movimientos.
Este espacio político no ha resuelto las contradicciones entre autonomía y gestión del Estado,
entre democracia en el sentido de afirmación autónoma y en el sentido de gestión del Estado,
entre reivindicaciones autónomas y de políticas públicas con capacidad de transformar las
condiciones materiales.
4. LA GLOBALIZACIÓN DE LAS LUCHAS SOCIALES
En la actualidad los movimientos sociales se perfilan en una nueva realidad que se refiere
a una dinámica no solo defensiva sino también ofensiva. Se ha expresado, por ejemplo en el
zapatismo mexicano y la lucha contra el neoliberalismo, la emergencia de movimientos indígenas
que hasta derrocaron gobiernos en Bolivia y Ecuador, etc. Todos estos tienen sus raíces en los
movimientos clásicos. Esta situación se explica por la compleja situación económica de la región y
el abandono, mediante la represión, de las ideas desarrollistas; todo este proceso que ha llevado
incluso al Estado a una indefinición sobre las medidas a adoptar, favoreciendo a unos pocos en el
proceso. En tales circunstancias el programa alternativo debe asumir un carácter global, el de un
nuevo marco teórico y doctrinario que proponga una nueva sociedad, una nueva economía, una
nueva civilización. Se habla de un nuevo desarrollismo que busca restaurar los temas de los 60 y
70 en las agendas políticas, pero adaptado a las nuevas condiciones económicas globales. Lo
importante será la voluntad política, lo técnico es secundario. Hay varios elementos en la nueva
propuesta que sustituya la barbarie intelectual del neoliberalismo incorporando la región a una
nueva realidad política e ideológica. Actor relevante serán los movimientos sociales ya que pueden
proponer soluciones radicales pues las raíces aún están en juego: la desigualdad social, la pobreza,
el autoritarismo, la explotación. Toda esta agenda estará de nuevo en la arena de la historia.

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