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Edición electrónica reeditada en noviembre del 2018.

© Ediciones Bandera Roja, 2018

Ediciones Bandera Roja, 2018


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Ediciones Bandera Roja

Citas sobre el
Capitalismo Burocrático
en las obras de Mao Tsetung
(Estudio)
5

PRESENTACIÓN
La polémica acerca del capitalismo burocrático en el Perú, y
en otros países del Tercer Mundo, está otra vez en la orden del día.

En agosto de 2012, el renegado y traidor Abimael Guzmán,


otrora Presidente Gonzalo, difundió a través de su camarilla revisio-
nista, sin argumentar ni demostrar, la tesis de que, “después de 20
años el Perú ha devenido capitalista dependiente del imperialismo
con rezagos semifeudales en ideas, usos y costumbres”; y añadió,
sin vergüenza alguna, que “en este momento el Perú es una de las
mejores economías de América Latina como indica la CEPAL; tiene un
importante crecimiento sostenido de 6% hace como 11 años. Pero la
cuestión es qué tipo de crecimiento es, para nosotros es capitalista,
es decir, basado en la plusvalía que exprime a la clase como limón
y despoja al campesinado generando gran propiedad capitalista con
inmensas concentraciones de tierra para traficar con el hambre mun-
dial en marcha, esquilmando además nuestros recursos naturales,
dañando el medio ambiente y mellando la soberanía nacional.”

Gran argumento que, inmediatamente después de ser encar-


celado, retoma y actualiza alegremente las viejas tesis esgrimidas
por Rodrigo Montoya, y otros de su especie, que en los años 70 fue
duramente combatido por el actual defensor de la misma sandez. Y,
con contumacia y más desparpajo, repite la baratura propalada por
las estadísticas gubernamentales de que más del 70% de la población
peruana es lo que ellos denominan “urbano”.

En la estadística oficial se usa una variedad de parámetros


que, avalada y propalada por los abanderados del revisionismo del
Siglo XXI, caracterizarían lo urbano; el parámetro más difundido,
pero no por ello menos absurdo y mediocre, es aquel que define un
centro poblado urbano como aquel lugar que tiene como mínimo un
conjunto de 100 viviendas particulares, agrupadas contiguamente,
formando manzanas, calles, plazas o parques; además, se conside-
ran como centros poblados urbanos a todas las capitales distritales
aún cuando no reúnan la condición que se acaba de mencionar.

Es esto lo que convierte en urbano cualquier rincón andino.


Por eso es que, según estas sabias estadísticas, nuestro país tiene
sólo un 24% de población que vive en el área rural. En base a esa es-
tadística de escritorio, se lee, por ejemplo, que en Antabamba el 70%
6

de la población es urbana, pero al mismo tiempo se da la información


de que el 95% de esa población, catalogada como urbana, cocina con
leña o con excremento vacuno o caballar y la ocupación principal de
más del 80% de esa población es la agricultura.

Así, lo pomposamente denominado urbano en los Andes y en


todo el territorio nacional no refleja la fuerza de desarrollo y progreso
que imprimieron las ciudades con su aparición en la escena históri-
ca. En nuestro caso, en los Andes, lo llamado urbano no es más que
una expresión de sobrevivencia de lo caduco, de la evolución de la
subyacente estructura económica que sigue dominando el campo en
beneficio de terratenientes de viejo y nuevo cuño y de campesinos
ricos de viejo y nuevo tipo; y en las grandes ciudades, incluyendo
Lima, lo urbano está oscurecido no sólo por la economía informal sino
por la mentalidad parasitaria y rentista de las clases explotadoras y
opresoras.

Los negacionistas del capitalismo burocrático y la semifeu-


dalidad no presentan ni difunden la documentación (si es que la tie-
nen) que sustente sus afirmaciones, se quedan en la afirmación. Sin
embargo, su actuación práctica ya los pinta de cuerpo entero como
revisionista, como una recua de renegados y traidores que tratan de
esconder su latrocinio tras el oropel inútil de una “verdadera amnistía
general que sirva a una reconciliación sin vencedores ni vencidos,
sin venganzas, persecuciones y restricciones personales contra na-
die”; de una “democratización de la sociedad peruana”... “donde
haya campo para el desarrollo de la producción nacional”... “y trabajo
para el pueblo”...

Nos preguntamos: El llamado milagro peruano, que tanto en-


tusiasma a estos señores, ¿ha suprimido las desigualdades y la po-
breza? ¿Ha resuelto el problema del agro, el problema de la tierra, el
problema campesino? Evidentemente que no, por el contrario, se ha
acentuado. Con la traición del renegado Guzmán al marxismo-leninis-
mo-maoísmo, pensamiento gonzalo, al Partido, a la guerra popular,
al Ejército Guerrillero Popular, a las Bases de Apoyo, al proletariado,
al campesinado y al pueblo en general, se ha restablecido lo poco
que el nuevo Poder logró quebrar y barrer de la semifeudalidad en los
Andes; permitiendo así, la mayor penetración del capitalismo buro-
crático en el campo.

Bastaría recordarle a Guzmán y a su recua revisionista lo


que él mismo dijo en su momento, pero iremos más allá y demostra-
remos, a través del estudio de una recopilación de escritos sobre el
capitalismo burocrático a lo largo de las obras de Mao Tsetung y los
documentos del Partido Comunista del Perú*, la validez de esta tesis
7

y su crucial importancia para el desarrollo de la revolución en países


semifeudales y semicoloniales como el nuestro.

Señor Guzmán y secuaces, recuerden esto:

En La problemática nacional (1974), usted explicó:

“Estos problemas del carácter de la sociedad y de la revo-


lución son de vital importancia, pues adherimos firmemente a la
posición de que, en el país, o el proletariado con su Partido con-
duce el movimiento o no hay revolución democrático-nacional, no
seremos engañados, directa o indirectamente serviremos a los
enemigos de la clase.

Para concluir este tema señalamos que hay otras tesis con-
trarias a las expuestas, destacando que la tesis de que la socie-
dad peruana es capitalista es hoy la más peligrosa. Si el país es
capitalista; y si la revolución es socialista; el proletariado y no el
campesinado sería la fuerza principal. Esta tesis cambia a fondo
el importantísimo problema del camino de la revolución; como
viéramos hay dos caminos: 1) el de la revolución de Octubre que
es de la ciudad al campo y lo siguen los países capitalistas a tra-
vés de una revolución socialista; camino que siguió la vieja Rusia
o que hoy tendría que seguir Francia, por ejemplo y 2) el camino
de la revolución china, que es del campo a la ciudad y siguen los
países semifeudales y semicoloniales o coloniales mediante una
revolución democrático-nacional, camino que hoy sigue Vietnam,
entre otros. Por tanto, que el país sea semifeudal o capitalista, no
es simple discusión bizantina, pues si se yerra en el carácter de la
sociedad se yerra en el camino de la revolución y, en consecuen-
cia, ésta no triunfará.

La tesis del carácter capitalista de la sociedad peruana ha


sido y es sostenida por el trotskismo y posiciones cercanas a él,
sin embargo tal tipificación comienza a ser sostenida por el revi-
sionismo para profundizar más su entreguismo al régimen.”

Y en El problema campesino y la Revolución (1976):

“Mariátegui resume así cientos de años de lucha campesina


y también la necesidad de canalizar esta aspiración campesina de
«tierra para quien la trabaja», pues sólo con el proletariado orga-
nizando a los campesinos la lucha por la tierra tendrá un buen fin.
La entrega de la tierra al campesinado luego de aplastar a la clase
terrateniente y a su Estado, permitirá borrar para siempre la ser-
8

vidumbre emancipando así al campesinado de las relaciones agra-


rias feudales. Con el camino campesino en la agricultura se abre la
perspectiva de un desarrollo capitalista en las mejores condiciones
posibles para el campesinado. Es en la segunda etapa de la re-
volución, la etapa socialista, en que estas relaciones capitalistas
son limitadas y restringidas para dar paso a la colectivización del
campo. Así como parte del camino democrático, los campesinos
exigen una reforma agraria que liquide la feudalidad; esta reforma
significa:
- Destrucción del latifundio, su reparto a los campesinos.
- Confiscación o «expropiación sin indemnización».
- Ejecución por la fuerza, por la guerra campesina, por el poder
popular.”

Los revisionistas modernos, con Guzmán a la cabeza, decla-


ran “anticuada” la doctrina que alguna vez enarbolaron y, abjurando
de las concepciones fundamentales del marxismo, aplican una políti-
ca que, de hecho, significa una renuncia a la lucha de clases.

Dejemos que sigan hundiéndose en el pantano del envileci-


miento filosófico ajustando sus “actuales criterios” al sistema econó-
mico y social de explotación imperante.

¡La clase y el pueblo persisten en la brega!

Ediciones Bandera Roja


noviembre de 2018

* El escrito en mención fue concluido y publicado para su estudio en noviembre de 2011. Salvo peque-
ñas modificaciones y correcciones se respeta el original.
9

Citas sobre el
Capitalismo Burocrático
en las obras de Mao Tsetung
(Partir del análisis de clases centrando
en el papel de la burguesía)

TOMO I

En Análisis de las clases


de la sociedad china[*]
(marzo 1926)

En las páginas 9-10, se lee:

¿Cuál es la situación de cada una de las clases de la sociedad


china?

La clase terrateniente y la burguesía compradora[1]. En China,


país semicolonial y económicamente atrasado, la clase terrateniente
y la burguesía compradora son verdaderos apéndices de la burguesía
internacional, y su existencia y desarrollo dependen del imperialismo.
Estas clases representan las relaciones de producción más atrasadas
y reaccionarias de China e impiden el desarrollo de las fuerzas pro-
ductivas del país. Su existencia es absolutamente incompatible con
los objetivos de la revolución china. En particular, la clase de los gran-
des terratenientes y la gran burguesía compradora se coloca siempre
del lado del imperialismo y constituyen un grupo extremadamente
contrarrevolucionario. Sus representantes políticos son los estatis-
tas[2] y el ala derecha del Kuomintang.

En la llamada [1], se lee:

Después de la invasión del imperialismo a China, los capita-


listas extranjeros empleaban agentes chinos para llevar a cabo su
agresión económica. A estos agentes se les llamaba “compradores”.
La burguesía compradora, integrada por estos elementos, era man-
tenida por los capitalistas de los países imperialistas, servía directa-
mente a sus intereses y estaba unida por mil vínculos a las fuerzas
feudales del país.

En las páginas 15-16


10

De todo lo anterior se desprende que son nuestros enemigos


todos aquellos que están confabulados con el imperialismo: los caudi-
llos militares, los burócratas, la burguesía compradora, la clase de los
grandes terratenientes y el sector reaccionario de la intelectualidad
subordinado a todos ellos.
__________
[*] Artículo escrito por el camarada Mao Tsetung para combatir dos tendencias existentes entonces
en el Partido. La primera, representada por Chen Tu-siu, sólo se interesaba en la cooperación con el
Kuomintang y olvidaba al campesinado; era oportunismo de derecha. La segunda, representada por
Chang Kuo-tao, sólo prestaba atención al movimiento obrero e igualmente olvidaba al campesinado;
era oportunismo de “izquierda”. Ambas corrientes oportunistas sentían que las fuerzas de la revolución
eran insuficientes, pero ninguna sabía dónde buscar refuerzos, dónde ganar aliados en gran número. El
camarada Mao Tsetung señaló que el campesinado era el aliado más leal y numeroso del proletariado
chino, y resolvió así el problema de quién en el principal aliado en la revolución china. Además, señaló
que la burguesía nacional era una clase vacilante y previó que, con el ascenso de la revolución, se pro-
duciría una división en ella y que su ala derecha se pasaría al lado del imperialismo. Esto fue confirmado
por los acontecimientos de 1927.

En ¿Por qué puede existir


el poder rojo en china?
(5 de octubre de 1928)

En la página 63, se lee:

El actual régimen de los nuevos caudillos militares del Kuo-


mintang sigue siendo el de la burguesía compradora en la ciudad y
de la clase de los déspotas locales y shenshí malvados en el campo;
es un régimen que, en lo externo, capitula ante el imperialismo y, en
lo interno, habiendo sustituido a los antiguos caudillos militares por
otros nuevos, somete a la clase obrera y al campesinado a una ex-
plotación económica y a una opresión política aún más despiadadas
que antes. La revolución democrático-burguesa, que comenzó en la
provincia de Kuangtung, se encontraba sólo a medio camino cuando
la burguesía compradora y la clase de los déspotas locales y shenshí
malvados usurparon su dirección y la desviaron de inmediato por el
camino de la contrarrevolución. Los obreros, campesinos y demás
gente sencilla de todo el país, e incluso la burguesía[1], siguen bajo la
dominación contrarrevolucionaria sin haber obtenido ni la más míni-
ma emancipación política ni económica.

En la llamada [1], se lee:

El camarada Mao Tsetung se refiere aquí a la burguesía nacio-


nal. Para una explicación detallada de la diferencia entre la burguesía
nacional y la gran burguesía compradora, véanse sus obras “Sobre
la táctica de la lucha contra el imperialismo japonés” (diciem-
bre de 1935), en el presente tomo, y “La revolución china y el
Partido Comunista de China” (diciembre de 1939), Obras Escogi-
11

das de Mao Tsetung, t. II.

En Una sola chispa puede


incendiar la pradera
(5 de enero de 1930)

En la página 129, se lee:

La agresión comercial de los países imperialistas, la explota-


ción por parte del capital mercantil chino, el aumento de los impues-
tos por el gobierno, etc., traen consigo una profundización aún mayor
de la contradicción entre la clase terrateniente y el campesinado, es
decir, se agrava la explotación por medio del arriendo de la tierra y
la usura, y crece el odio de los campesinos hacia los terratenientes.
A causa de la presión de las mercancías extranjeras, del agotamiento
de la capacidad adquisitiva de las grandes masas de obreros y cam-
pesinos y del aumento de los impuestos por el gobierno, los comer-
ciantes en productos nacionales y los productores independientes se
ven empujados cada vez más a la quiebra.

En la página 136

En primer lugar, la economía de Chiangsí es principalmente


feudal, la fuerza de la burguesía comercial es relativamente débil,
y las fuerzas armadas de los terratenientes son más débiles que en
ninguna otra provincia del Sur.

En Problemas estratégicos de la
guerra revolucionaria de china
(Diciembre de 1936)

En la página 207, se lee:

La Guerra Revolucionaria Agraria, que se prolonga desde


1927 hasta ahora, se desarrolla bajo nuevas condiciones. En esta
Guerra, el enemigo no es sólo el imperialismo, sino también la alian-
za de la gran burguesía y los grandes terratenientes. La burguesía
nacional se ha convertido en un apéndice de la gran burguesía. Esta
Guerra Revolucionaria la dirige sólo el Partido Comunista, que ya tie-
ne establecida su hegemonía absoluta en ella. Esta hegemonía ab-
soluta del Partido Comunista es la condición más importante para
conducir firmemente y hasta el fin la guerra revolucionaria. Sin esta
hegemonía absoluta del Partido Comunista, sería inconcebible que la
12

guerra revolucionaria pudiera hacerse con tal perseverancia.

En las páginas 211-212

El desarrollo político y económico de China es desigual. Una


débil economía capitalista coexiste con una economía semifeudal pre-
ponderante; un pequeño número de ciudades industriales y comer-
ciales modernas coexisten con extensas zonas rurales estancadas;
varios millones de obreros industriales coexisten con varios cientos
de millones de campesinos y artesanos que viven bajo el yugo del vie-
jo sistema; los grandes caudillos militares que controlan el gobierno
central coexisten con los pequeños caudillos militares que dominan
las provincias; existen simultáneamente dos tipos de tropas reaccio-
narias, el llamado Ejército Central bajo el mando de Chiang Kai-shek
y las tropas “heterogéneas” al mando de los caudillos militares de las
provincias; junto a unas pocas vías férreas, líneas de navegación y
carreteras, existen un gran número de caminos para carretillas y de
senderos, muchos de los cuales son difícilmente transitables incluso
a pie.

En Sobre la contradicción
(agosto 1937)

En las páginas 336-337, se lee:

¿Excluye la dialéctica materialista las causas externas? No. La


dialéctica materialista considera que las causas externas constituyen
la condición del cambio, y las causas internas, su base, y que aquéllas
actúan a través de éstas. A una temperatura adecuada, un huevo se
transforma en pollo, pero ninguna temperatura puede transformar
una piedra en pollo, porque sus bases son diferentes. Existe constan-
te influencia mutua entre los pueblos de los diferentes países. En la
época del capitalismo, especialmente en la época del imperialismo y
de la revolución proletaria, son extremadamente grandes la influen-
cia mutua y la interacción entre los diversos países en los terrenos
político, económico y cultural. La Revolución Socialista de Octubre
inauguró una nueva era no sólo en la historia de Rusia, sino también
en la historia mundial. Ha ejercido influencia en los cambios internos
de los demás países del mundo y también, con especial profundidad,
en los cambios internos de China.

En la página 348

Por ejemplo, cuando el capitalismo de la época de la libre


competencia se desarrolló y convirtió en imperialismo, no cambió ni
13

la naturaleza de las dos clases radicalmente contradictorias, el prole-


tariado y la burguesía, ni tampoco la esencia capitalista de la socie-
dad; pero se agudizó la contradicción entre estas dos clases, surgió
la contradicción entre el capital monopolista y el no monopolista,
se agudizó la contradicción entre las metrópolis y las colonias, y se
manifestaron con especial intensidad las contradicciones entre los
distintos países capitalistas, originadas en la desigualdad de su desa-
rrollo; así surgió una fase especial del capitalismo: el imperialismo. El
leninismo es el marxismo de la era del imperialismo y de la revolución
proletaria precisamente porque Lenin y Stalin han explicado correcta-
mente estas contradicciones y han formulado la teoría y las tácticas
correctas de la revolución proletaria para resolverlas.

En las páginas 351-352

Dado que la variedad de las cosas es inconmensurable y su


desarrollo no tiene límites, lo que es universal en un contexto deter-
minado se hace particular en otro contexto, y viceversa. La contra-
dicción, inherente al sistema capitalista, entre el carácter social de la
producción y la propiedad privada de los medios de producción, es
común a todos los países donde existe y se desarrolla el capitalismo,
y, por tanto, es universal con respecto a éste. Sin embargo, la con-
tradicción propia del capitalismo corresponde sólo a una determinada
etapa histórica en el desarrollo de la sociedad de clases en general, y,
por consiguiente, tiene carácter particular respecto a la contradicción
entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción dentro
de la sociedad de clases en general. Ahora bien, al disecar la parti-
cularidad de las contradicciones arriba mencionadas de la sociedad
capitalista, Marx elucidó en forma aún más profunda, exhaustiva y
completa el carácter universal de la contradicción entre las fuerzas
productivas y las relaciones de producción dentro de la sociedad de
clases en general.

Lo particular y lo universal están unidos, y no solamente la


particularidad sino también la universalidad de la contradicción son
inherentes a toda cosa: la universalidad reside en la particularidad;
por eso, al estudiar una cosa determinada, debemos tratar de des-
cubrir estos dos lados y su interconexión, lo particular y lo universal
dentro de la cosa misma y su interconexión, y de descubrir las inter-
conexiones entre dicha cosa y las numerosas cosas exteriores a ella.
Stalin, al explicar las raíces históricas del leninismo en su famosa
obra “Los fundamentos del leninismo”, analizó la situación interna-
cional en que nació el leninismo, analizó las distintas contradicciones
del capitalismo, llegadas a su grado extremo bajo las condiciones del
imperialismo, y mostró cómo ellas hicieron de la revolución proleta-
ria una cuestión práctica inmediata y crearon condiciones favorables
14

para el asalto directo al capitalismo. Además, analizó por qué Rusia


fue la patria del leninismo, por qué la Rusia zarista constituía el punto
de convergencia de todas las contradicciones del imperialismo y por
qué el proletariado ruso se convirtió en la vanguardia del proleta-
riado revolucionario internacional. De esta manera, Stalin analizó lo
universal de las contradicciones del imperialismo, demostrando que
el leninismo es el marxismo de la época del imperialismo y de la re-
volución proletaria, y, al mismo tiempo, analizó lo que de particular
tenían estas contradicciones generales en el caso del imperialismo
de la Rusia zarista, explicando por qué Rusia llegó a ser la cuna de
la teoría y las tácticas de la revolución proletaria y cómo dicha parti-
cularidad encerraba la universalidad de la contradicción. Este análisis
de Stalin nos ofrece un modelo para comprender la particularidad y
la universalidad de la contradicción y su interconexión.

En las páginas 356-357

El capitalismo, que en la vieja época feudal ocupa una posi-


ción subordinada, pasa a ser la fuerza predominante en la sociedad
capitalista y, con ello, la naturaleza de la sociedad se convierte de
feudal en capitalista. Las fuerzas feudales pasan de su antigua po-
sición dominante a una posición subordinada en la nueva era capi-
talista, y se acercan paulatinamente a su desaparición. Así sucedió,
por ejemplo, en Inglaterra y Francia. A medida que se desarrollan
las fuerzas productivas, la burguesía se transforma de clase nueva,
que juega un papel progresista, en clase vieja, que juega un papel
reaccionario, y finalmente es derrocada por el proletariado, pasando
a ser una clase despojada de sus medios privados de producción y
del Poder; entonces también se aproxima de manera gradual a su
desaparición. El proletariado, muy superior en número a la burguesía
y que crece simultáneamente con ésta, pero bajo su dominación, es
una fuerza nueva que, dependiente de la burguesía en un comien-
zo, se robustece poco a poco, llega a ser una clase independiente y
que desempeña el papel dirigente en la historia, y finalmente toma
el Poder convirtiéndose en la clase dominante. Entonces la sociedad
cambia de naturaleza: la vieja sociedad capitalista se transforma en
la nueva sociedad socialista. Este es el camino recorrido ya por la
Unión Soviética y que seguirán forzosamente todos los demás países.

[A partir de la página 357


Ver desde:
Veamos el caso de China. El imperialismo ocupa...]
En la página 368

En lo económico, la contradicción entre la ciudad y el campo


es extremadamente antagónica tanto en la sociedad capitalista (don-
15

de la ciudad dominada por la burguesía saquea implacablemente al


campo) como en las zonas controladas por el Kuomintang en China
(donde la ciudad dominada por el imperialismo extranjero y la gran
burguesía compradora china saquea al campo con extremada feroci-
dad). Pero en un país socialista y en nuestras bases de apoyo revo-
lucionarias, esta contradicción antagónica se ha transformado en no
antagónica, y desaparecerá con la llegada de la sociedad comunista.

Lenin dijo: “El antagonismo y la contradicción no son en


absoluto una y la misma cosa. Bajo el socialismo, desaparecerá el
primero, subsistirá la segunda.” [26: V. I. Lenin: “Observaciones
críticas sobre el libro de Bujarin Economía del período de tran-
sición”] Esto significa que el antagonismo es una forma, pero no la
única, de la lucha de los contrarios; no se puede aplicar esta fórmula
de manera mecánica y en todas partes.

TOMO II

En Líneas políticas, medidas y perspectivas


en la lucha contra la ofensiva japonesa
(23 de julio de 1937)

En la página 14, se lee:

No un gobierno de defensa nacional basado en el centralismo


democrático, sino un gobierno autocrático de burócratas, burgueses
compradores, déspotas locales, shenshí malvados y terratenientes.

En La situación y las tareas en la


guerra de resistencia contra el Japón
después de la caída
de Shanghái y Taiyuan
(12 de noviembre de 1937)

En la página 64, se lee:

28. El ala derecha del frente único nacional antijaponés son


los grandes terratenientes y la gran burguesía, y constituye el cuar-
tel general del capitulacionismo de nación. Es inevitable que estos
elementos tiendan a la capitulación, pues temen, por un lado, que
16

la guerra destruya sus propiedades y, por el otro, que las masas se


levanten.

En Con motivo de la aparición de


El Comunista
(4 de octubre de 1939)

En las páginas 297-299, se lee:

3) La gran burguesía compradora china es una clase al servi-


cio directo del imperialismo y sustentada por él. En consecuencia, ha
sido siempre un blanco de la revolución. Sin embargo, como detrás
de los diferentes grupos de esta gran burguesía están las distintas
potencias imperialistas, cuando se agudizan las contradicciones entre
éstas, y cuando el filo de la revolución se dirige principalmente con-
tra una de ellas, es posible que los grupos de la gran burguesía que
dependen de otras participen, hasta cierto punto y en determinados
períodos, en la lucha contra esa potencia imperialista. En tales perío-
dos, a fin de debilitar al enemigo y robustecer sus propias fuerzas de
reserva, el proletariado chino puede establecer con estos grupos de
la gran burguesía un frente único y, a condición de que sea útil para
la revolución, debe mantenerlo en la medida de lo posible.

4) La gran burguesía compradora continúa siendo muy re-


accionaria incluso cuando participa en el frente único y lucha junto
al proletariado contra el enemigo común. Se opone obstinadamente
al desarrollo ideológico, político y organizativo del proletariado y de
su partido y trata de restringirlo, y adopta una política de zapa recu-
rriendo al engaño, el soborno, la “dilución” los ataques, etc.; con esta
política prepara el terreno para capitular ante el enemigo y romper el
frente único.

[...]

La justeza de estas leyes ha sido confirmada durante la Pri-


mera Gran Revolución y la Revolución Agraria, y también lo está sien-
do en la presente Guerra de Resistencia contra el Japón. Por lo tanto,
en el problema de la formación de un frente único con la burguesía
(sobre todo con la gran burguesía), el partido del proletariado debe
mantener una decidida y rigurosa lucha en dos frentes. Por un lado,
hay que combatir el error de desatender la posibilidad de que la bur-
guesía participe, en ciertos períodos y hasta cierto punto, en la lucha
revolucionaria. Este error consiste en identificar a la burguesía china
con la de los países capitalistas y, por ello, ignorar la política de for-
17

mar un frente único con la burguesía y mantenerlo en la medida de


lo posible; ésta es una actitud “izquierdista” de “puertas cerradas”.
Por otro lado, hay que luchar contra el error de identificar el progra-
ma, la política, la ideología, la práctica, etc., del proletariado con los
de la burguesía, pasando por alto las diferencias de principio entre
unos y otros. Este error consiste en no tener en cuenta el hecho de
que la burguesía (sobre todo la gran burguesía) recurre a todos los
medios para influir no sólo sobre la pequeña burguesía y los campe-
sinos, sino también sobre el proletariado y el Partido Comunista, y
se esfuerza por liquidar la independencia ideológica, política y orga-
nizativa del proletariado y del Partido Comunista, por transformarlos
en apéndices de ella y su partido, y por conseguir que los frutos de
la revolución caigan en sus manos y en las de su partido; consiste
igualmente en desatender el hecho de que la burguesía (sobre todo la
gran burguesía) traiciona a la revolución tan pronto como ésta choca
con los intereses egoístas de ella y su partido. No prestar atención
a estos aspectos es oportunismo de derecha. El rasgo característico
del oportunismo de derecha de Chen Tu-siu consistía precisamente
en llevar al proletariado a adaptarse a los intereses egoístas de la
burguesía y su partido, lo cual fue la causa subjetiva del Fracaso de
la Primera Gran Revolución. Este doble carácter de la burguesía china
en la revolución democrático-burguesa ejerce una influencia extraor-
dinariamente grande sobre la línea política del Partido Comunista de
China y sobre su construcción. Es imposible entender la línea política
y la construcción del Partido sin comprender ese doble carácter de la
burguesía china. Una parte importante de la línea política del Partido
Comunista de China es la alianza y la lucha con la burguesía. Una
parte importante de la construcción del Partido Comunista de China
la constituye el hecho de que éste crezca y se forje precisamente en
la alianza y en la lucha con la burguesía. Por alianza se entiende en
este caso el frente único con la burguesía. Por lucha se entiende la
lucha “pacífica” e “incruenta” en los terrenos ideológico, político y
organizativo, cuando el Partido mantiene la alianza con la burguesía,
y la lucha armada, cuando el Partido se ve obligado a romper con
la burguesía. Si el Partido no sabe aliarse en ciertos períodos con la
burguesía, no podrá avanzar, y la revolución no podrá desarrollarse.
Si, durante su alianza con la burguesía, no sabe sostener al mismo
tiempo una decidida y seria lucha “pacífica” contra ella, el Partido
se desintegrará ideológica, política y organizativamente, y la revolu-
ción fracasará; asimismo, si cuando se ve obligado a romper con la
burguesía, el Partido no entabla una decidida y seria lucha armada
contra ella, se desintegrará también, y la revolución fracasará. Todo
esto ha sido confirmado por la historia de los últimos dieciocho años.
18

En La revolución china y
el Partido Comunista de China
(diciembre de 1939)

[Repetición ampliada de lo visto arriba,


es la definición más cercana]

En las páginas 320-321

Como ya hemos dicho en la sección z, la sociedad feudal chi-


na duró alrededor de tres mil años. Fue sólo a mediados del siglo XIX
cuando, con la penetración del capitalismo extranjero, se produjo en
ella un importante cambio.

Dado que la economía mercantil que se desarrollaba en la


sociedad feudal china llevaba ya en su seno los gérmenes del ca-
pitalismo, la sociedad china se habría transformado lentamente en
capitalista, aun sin mediar la acción del capitalismo extranjero. La
penetración de éste aceleró tal transformación. El capitalismo extran-
jero ha desempeñado un papel muy importante en la desintegración
del régimen económico-social de China: por un lado, ha socavado los
cimientos de la economía natural y arruinado la industria artesana de
las ciudades y la artesanía doméstica de los campesinos; por el otro,
ha acelerado el desarrollo de la economía mercantil en la ciudad y el
campo.

Todo esto no sólo ha conducido a la desintegración de los ci-


mientos de la economía feudal china, sino que, al mismo tiempo, ha
creado ciertas condiciones y posibilidades objetivas para el desarrollo
de la producción capitalista, porque la destrucción de la economía
natural ha abierto al capitalismo un mercado para sus productos, y la
ruina de gran número de campesinos y artesanos le ha proporcionado
un mercado de mano de obra.

En efecto, hace ya sesenta años, en la segunda mitad del


siglo XIX, al influjo estimulante del capitalismo extranjero y debido
a cierto resquebrajamiento de la estructura económica feudal, algu-
nos comerciantes, terratenientes y burócratas comenzaron a hacer
inversiones en la industria moderna. Hace cuarenta años, a finales
del siglo pasado y comienzos del presente, el capitalismo nacional de
China dio los primeros pasos en su desarrollo. Más tarde, hace veinte
años, durante la Primera Guerra Mundial imperialista, debido a que
los países imperialistas de Europa y Norteamérica, ocupados en la
guerra, relajaron temporalmente su opresión sobre nuestro país, la
industria nacional china, principalmente la textil y la harinera, cobró
un nuevo desarrollo.
19

El proceso del surgimiento y desarrollo del capitalismo na-


cional chino es al mismo tiempo el del surgimiento y desarrollo de la
burguesía y del proletariado. Si los precursores de la burguesía china
fueron una parte de los comerciantes, terratenientes y burócratas,
los del proletariado chino fueron una parte de los campesinos y arte-
sanos. Como clases sociales con características propias, la burguesía
y el proletariado de China son clases recién nacidas, que nunca antes
habían existido en la historia de nuestro país. Se han constituido
en nuevas clases sociales surgiendo de las entrañas de la sociedad
feudal. Son dos clases interrelacionadas y, a la vez, antagónicas, ge-
melas nacidas de la vieja sociedad (la sociedad feudal) de China. Sin
embargo, el proletariado chino ha surgido y se ha desarrollado de
modo simultáneo no sólo con la burguesía nacional china, sino tam-
bién con las empresas directamente explotadas por el imperialismo
en China. Así, resulta que una gran parte del proletariado chino es
más antiguo y tiene mayor experiencia que la burguesía china, y por
ello su fuerza social es mayor, y su base social, más amplia.
Sin embargo, el nuevo fenómeno del que hemos hablado, el surgi-
miento y desarrollo del capitalismo, constituye sólo un aspecto del
cambio operado a raíz de la penetración del imperialismo en China.
Hay otro aspecto que es concomitante con el primero y que, a la vez,
lo obstaculiza: la colusión del imperialismo con las fuerzas feudales
chinas para impedir el desarrollo del capitalismo chino.
Al penetrar en nuestro país, las potencias imperialistas de ningún
modo se proponían transformar a la China feudal en una China capi-
talista. Su objetivo era todo lo contrario: hacer de ella una semicolo-
nia o colonia.

En 322

3) Mediante los tratados desiguales, se han asegurado el con-


trol de todos los puertos comerciales importantes de China y han
establecido “concesiones”[20] bajo su administración directa en mu-
chos de ellos. Han implantado su control sobre las aduanas, el co-
mercio exterior y las comunicaciones (marítimas, terrestres, fluviales
y aéreas). De esta manera, han podido inundar China con sus mer-
cancías, convertirla en un mercado para sus productos industriales
y, al mismo tiempo, subordinar la producción agrícola china a sus
necesidades imperialistas.
5) Por medio de la concesión de empréstitos a los gobiernos
chinos y del establecimiento de bancos, han monopolizado la banca
y las finanzas del país. De esta forma, no sólo han abrumado al capi-
talismo nacional chino en la competencia mercantil, sino que además
tienen atenazada a China en la esfera bancaria y financiera.

[...]
20

7) Han hecho de la clase terrateniente feudal de China, al


igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en
China. El imperialismo “se alía en primer término con las capas do-
minantes del régimen social precedente —los señores feudales y la
burguesía comercial-usurera—, contra la mayoría del pueblo. En
todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas
aquellas formas de explotación precapitalistas (particularmente en
el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reacciona-
rios.” [22: Cita de las tesis “Sobre el movimiento revolucionario
en los países coloniales y semicoloniales” adoptadas por el VI
Congreso de la Internacional Comunista] “[...] el imperialismo,
con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la
fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feu-
dales, con toda su superestructura burocrático-militarista.” [23: J. V.
Stalin: “la revolución en China y las tareas de la Internacional
Comunista”, discurso pronunciado el 24 de mayo de 1927 en la VIII
Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo de la Internacional Co-
munista. (Tomo IX página 97)]

[Nota: Primero estudiar a fondo:


- “Las perspectivas de la revolución en china” (Discurso en la
Comisión China del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista,
30 de noviembre de 1926) Obras completas Tomo VIII página 129.
- En el tomo IX hay varios artículos sobre China. Interesante ver la
“Carta a Chugunov” en la página 68; mejor leer a partir de la 65.
- Buscar documento citado en 22]

En 323 y ss.

Así se ve claramente que, con su agresión contra China, las


potencias imperialistas, por una parte, han acelerado la desintegra-
ción de la sociedad feudal china y el crecimiento de elementos de
capitalismo, convirtiendo así la sociedad feudal en semifeudal, y, por
la otra, han impuesto sobre China su cruel dominación, transformán-
dola de país independiente en país semicolonial y colonial.
Resumiendo los dos aspectos, se puede decir que nuestra sociedad
colonial, semicolonial y semifeudal posee las siguientes característi-
cas:
1) Han sido destruidos los cimientos de la economía natural
de la era feudal, pero la explotación del campesinado por la clase
terrateniente, base del sistema de explotación feudal, no sólo per-
manece intacta, sino que, ligada con la explotación ejercida por el
capital comprador y el usurario, predomina manifiestamente en la
vida económica y social de China.

2) El capitalismo nacional se ha desarrollado hasta cierto


21

punto y desempeña un papel considerable en la vida política y cultu-


ral de China. Sin embargo, no ha llegado a convertirse en la forma
principal dentro de su régimen económico-social; es muy débil, y en
su mayor parte está o menos asociado con el imperialismo extranjero
y el feudalismo interno.

3) El Poder autocrático del emperador y la nobleza ha sido


derrocado y en su lugar ha surgido, primero, la dominación de los
caudillos militares y burócratas pertenecientes a la clase terratenien-
te, y, luego, la dictadura de la alianza entre la clase terrateniente y la
gran burguesía. En las zonas ocupadas, detentan el Poder el imperia-
lismo japonés y sus títeres.

4) Los imperialistas controlan no sólo las palancas de la vida


financiera y económica de China, sino también sus fuerzas políticas y
militares. En las zonas ocupadas, todo lo monopoliza el imperialismo
japonés.

5) El desarrollo económico, político y cultural de China es ex-


tremadamente desigual porque ésta se halla bajo la dominación total
o parcial de muchas potencias imperialistas, porque, en realidad, no
está unificada desde hace largo tiempo, y porque su territorio es in-
menso.

6) Bajo el doble yugo del imperialismo y el feudalismo, y en


especial como resultado de la invasión en vasta escala del imperialis-
mo japonés, las grandes masas populares de China, particularmente
los campesinos, se empobrecen cada día más e incluso se arruinan en
gran número; viven en medio del hambre y el frío y privadas de todo
derecho político. Raros son los lugares del mundo donde se observa
tanta miseria y falta de libertad como las que conoce el pueblo chino.

Tales son las características de la sociedad china colonial, se-


micolonial y semifeudal.

Esta situación está determinada principalmente por las fuer-


zas imperialistas del Japón y otras potencias, y es el resultado de la
colusión entre el imperialismo extranjero y el feudalismo interno.
La contradicción entre el imperialismo y la nación china y la contra-
dicción entre el feudalismo y las grandes masas populares, son las
contradicciones fundamentales de la sociedad china moderna. Na-
turalmente, existen otras, tales como la contradicción entre la bur-
guesía y el proletariado y las contradicciones en el seno de las clases
dominantes reaccionarias. Pero, de todas ellas, la contradicción entre
el imperialismo y la nación china es la principal. Estas contradicciones
y su agudización engendran inevitablemente movimientos revolucio-
22

narios cada vez más amplios. Las grandes revoluciones de la China


moderna y contemporánea han surgido y se han desarrollado sobre
la base de estas contradicciones fundamentales.

En 326

Puesto que la sociedad china de hoy es, por su naturaleza,


colonial, semicolonial y semifeudal, ¿cuáles son los blancos o enemi-
gos principales de la revolución china en la etapa actual?

No son otros sino el imperialismo y el feudalismo, es decir,


la burguesía de los países imperialistas y la clase terrateniente de
nuestro país. Porque, en la etapa actual, son justamente ellos los
principales opresores en la sociedad china y los principales obstácu-
los para su desarrollo. Ambos se confabulan para oprimir al pueblo
chino, pero, como la opresión nacional ejercida por el imperialismo es
la más grande, éste es el enemigo número uno, el peor enemigo del
pueblo chino.

En 330-331

¿Qué clases existen en la actual sociedad china? Existen la


clase terrateniente y la burguesía; la primera y la capa superior de la
segunda son las clases dominantes en la sociedad china.

[...]

La burguesía se divide en gran burguesía compradora y bur-


guesía nacional.

La gran burguesía compradora es una clase al servicio directo


de los capitalistas de los países imperialistas y sustentada por ellos;
está ligada por miles de lazos con las fuerzas feudales del campo. Por
eso, en la historia de la revolución china, ha sido siempre un blanco,
y nunca una fuerza motriz, de la revolución.

Sin embargo, como los diferentes grupos de la gran burgue-


sía compradora china dependen de distintas potencias imperialistas,
cuando las contradicciones entre éstas se hacen muy agudas, y cuan-
do la revolución se dirige principalmente contra una de ellas, es posi-
ble que los grupos de la burguesía compradora dependientes de otras
potencias imperialistas participen, hasta cierto punto y en determina-
dos períodos, en el frente antiimperialista que se forme. Pero apenas
sus amos se ponen a combatir a la revolución china, ellos hacen lo
mismo.
23

En 332

[...] En China, la burguesía nacional es principalmente la bur-


guesía media.

[Interesante, ver esta nota:


[20] Zonas ocupadas por los países imperialistas en los puertos que
el Gobierno de la dinastía Ching se vio obligado a abrir al comercio.
En estas “concesiones” se implantó un régimen colonial imperialista,
completamente independiente de la administración y la legislación de
China. Desde ellas, los imperialistas ejercían, directa o indirectamen-
te, su control político y económico sobre el régimen de la clase feudal
y de la burguesía compradora china. Durante la revolución de 1924-
1927, las masas revolucionarias, dirigidas por el Partido Comunista
de China, iniciaron un movimiento por la recuperación de las “conce-
siones”, y en enero de 1927 recuperaron las “concesiones” inglesas
en Jankou y Chiuchiang. Pero, con la traición de Chiang Kai-shek a la
revolución, los imperialistas lograron conservar sus “concesiones” en
diversos lugares de China.]

En Sobre la nueva democracia


(enero 1940)

En 355

Con la invasión del capitalismo extranjero y el paulatino cre-


cimiento de elementos de capitalismo en la sociedad china, ésta ha
pasado gradualmente a ser una sociedad colonial, semicolonial y se-
mifeudal. Hoy, la sociedad china es colonial en las zonas ocupadas
por el Japón y básicamente semicolonial en las zonas dominadas por
el Kuomintang, y en unas y otras prevalece el sistema feudal o semi-
feudal. Tal es, pues, la naturaleza de la actual sociedad china; tal es
la índole de la China de hoy. La política y la economía de esta socie-
dad son preponderantemente coloniales, semicoloniales y semifeuda-
les, y la cultura dominante, reflejo de esa política y esa economía, es
también colonial, semicolonial y semifeudal.

En 367 y ss.

[Para entender mejor “Globalización”]

VI. LA ECONOMÍA DE NUEVA DEMOCRACIA

La república de este tipo que se establezca en China debe


ser de nueva democracia no sólo en su política, sino también en su
24

economía.

Los grandes bancos y las grandes empresas industriales y


comerciales deben ser propiedad estatal en esta república.

“Todas las empresas, pertenecientes a chinos o extranjeros,


que fueren de carácter monopolista o demasiado grandes para la
administración privada, tales como bancos, ferrocarriles y líneas aé-
reas, serán administradas por el Estado, con el fin de que el capital
privado no pueda dominar la vida material del pueblo; éste es el sen-
tido fundamental de la limitación del capital.”

Así lo declaró también solemnemente el “Manifiesto del I


Congreso Nacional del Kuomintang”, que fue un congreso de coo-
peración entre el Kuomintang y el Partido Comunista, y ésa es una
política correcta en cuanto a la estructura económica de la república
de nueva democracia. En esta república, dirigida por el proletariado,
el sector estatal de la economía será de carácter socialista y consti-
tuirá la fuerza dirigente en toda la economía nacional; no obstante,
la república no confiscará el resto de la propiedad privada capitalista,
ni prohibirá el desarrollo de aquella producción capitalista que “no
pueda dominarla vida material del pueblo”, ya que la economía china
está todavía muy atrasada.

En 369

Hoy, el poderoso imperialismo japonés ha invadido nuestro


país y quiere convertirlo en colonia suya; es el Japón el que desarrolla
su capitalismo en China, y no ésta la que desarrolla el suyo propio, y
es la burguesía japonesa, y no la china, la que ejerce aquí su dicta-
dura. Es cierto que vivimos en el período de los últimos forcejeos del
imperialismo, que está a punto de morir; el imperialismo es el “ca-
pitalismo agonizante”[6]. Pero, justamente porque está a punto de
morir, depende aún más de las colonias y semicolonias y no permitirá
en absoluto que en ninguna de ellas se establezca una sociedad ca-
pitalista de dictadura burguesa. Precisamente porque el imperialismo
japonés está hundido en una grave crisis económica y política, es
decir, porque está a punto de morir, tiene que invadir China y conver-
tirla en colonia, cerrándole de este modo el camino hacia la dictadura
burguesa y el desarrollo del capitalismo nacional.

En 373-374

Su ofensiva política consiste en seducir a los elementos vaci-


lantes dentro del frente antijaponés, dividir el frente único y socavar
la cooperación entre el Kuomintang y el Partido Comunista. Los se-
25

ñuelos económicos son las llamadas “empresas mixtas”. En el Centro


y el Sur de China, los invasores japoneses permiten a los capitalistas
chinos aportar el 51 por ciento del capital de tales empresas, com-
pletando el capital japonés el 49 por ciento restante; en el Norte de
China, les permiten el 49 por ciento, mientras que el capital japonés
pone el 51 por ciento restante. Han prometido, además, devolver a
los capitalistas chinos sus antiguos bienes en forma de acciones de
capital.

En 376-377

Por su parte, la teoría de la “doctrina única” es asimismo un


absurdo. Mientras existan clases, habrá tantas doctrinas como cla-
ses haya, e incluso distintos grupos de una misma clase tienen sus
respectivas doctrinas. Puesto que la clase feudal tiene el feudalismo;
la burguesía, el capitalismo; los budistas, el budismo; los cristianos,
el cristianismo, y los campesinos, el politeísmo, y que, en los últi-
mos años, alguna gente ha abogado también por el kemalismo, el
fascismo, el vitalismo[12] y la “doctrina de la distribución según el
trabajo”[13], ¿por qué el proletariado no puede tener el comunismo?
Puesto que hay innumerables “ismos”, ¿por qué a la sola vista del
comunismo se alza el grito de “¡archívenlo!?” Francamente, no se
lo puede “archivar”. Más vale que hagamos una competencia. Si el
comunismo pierde, los comunistas reconoceremos de buen talante la
derrota. Pero, si no, “archiven” cuanto antes su paparrucha de “doc-
trina única”, contraria al Principio de la Democracia.

TOMO III

En Reformemos nuestro estudio


(mayo de 1941)

[Interesante]

Estudiamos el marxismo, pero el método de estudio emplea-


do por muchos de nosotros va directamente contra el marxismo. En
otros términos, esas gentes violan un principio fundamental enca-
recido por Marx, Engels, Lenin y Stalin: la unidad de la teoría y la
práctica. Al infringir este principio, han inventado uno opuesto: la
separación de la teoría y la práctica. Tanto en las escuelas como en
los cursos para cuadros en funciones, los profesores de filosofía no
orientan a sus alumnos hacia el estudio de la lógica de la revolución
26

china; los profesores de economía no los encaminan hacia el estudio


de las particularidades de la economía de China; los profesores de
ciencias políticas no los guían hacia el estudio de la táctica de la re-
volución china; los profesores de ciencias militares no los conducen
hacia el estudio de la estrategia y la táctica adecuadas a las caracte-
rísticas de China, y así por el estilo. Como resultado de todo esto, los
errores se propagan y causan no poco daño. Hay quienes no saben
aplicar en Fusien[1] lo aprendido en Yenán. Cuando un profesor de
economía es incapaz de explicar la relación entre el piempi y el fapi
[2], es natural que sus alumnos tampoco puedan hacerlo. Esto ha
engendrado en muchos estudiantes una mentalidad anormal: en lu-
gar de interesarse por los problemas de China y conceder la debida
importancia a las instrucciones del Partido, vuelcan su entusiasmo
hacia los dogmas pretendidamente eternos e invariables, aprendidos
de sus profesores.

[2] Piempi, billetes emitidos por el Banco del Gobierno de la Región


Fronteriza de Shensí-Kansú-Ningsia. Fapi, papel moneda puesto en
circulación a partir de 1935 por los cuatro principales bancos del ca-
pital burocrático del Kuomintang, con el apoyo de los imperialistas
anglo-norteamericanos. El camarada Mao Tsetung se refiere aquí al
problema surgido en ese entonces sobre la fluctuación del cambio
entre el piempi y el fapi.

En Sobre el gobierno de coalición


(24 de abril de 1945)

En 224

Mientras declara que se propone desarrollar la economía chi-


na, en los hechos se dedica a multiplicar el capital burocrático, o sea,
el capital de los grandes terratenientes, los grandes banqueros y los
magnates de la burguesía compradora, monopoliza las palancas de la
economía china y oprime sin piedad a los campesinos, los obreros, la
pequeña burguesía y la burguesía no monopolista.

En 236

En la etapa actual, estamos completamente de acuerdo con


estos planteamientos del Dr. Sun sobre los problemas económicos.
Hay quienes sospechan que los comunistas chinos nos oponemos al
desarrollo de la iniciativa individual, al desarrollo del capital privado
y a la protección de la propiedad privada; pero están equivocados.
Son la opresión extranjera y la feudal las que obstaculizan sin piedad
27

el desarrollo de la iniciativa individual del pueblo chino, obstruyen el


desarrollo del capital privado y destruyen la propiedad de las amplias
masas populares. La misión del sistema de nueva democracia, que
preconizamos, consiste precisamente en eliminar esos obstáculos y
detener esa destrucción, garantizar a las amplias masas populares
la posibilidad de desarrollar libremente su iniciativa individual dentro
de los marcos de la vida en la sociedad, garantizar el libre desarrollo
de una economía privada capitalista que no pueda “dominar la vida
material del pueblo”, sino que la beneficie, y proteger toda propiedad
privada legítimamente adquirida.

En 237-239

Los comunistas nunca ocultamos nuestras aspiraciones polí-


ticas. Nuestro programa futuro o máximo es llevar a China a la socie-
dad socialista y a la comunista. Esto es definitivo y no admite duda. El
nombre de nuestro Partido y nuestra concepción marxista del mundo
indican de manera inequívoca este supremo ideal para el futuro, infi-
nitamente bello y luminoso. Al ingresar en el Partido, todo comunista
tiene presentes dos objetivos claramente definidos: la revolución de
nueva democracia, en la actualidad, y el socialismo y el comunismo,
en el futuro; y por estos objetivos luchará a pesar de la hostilidad, las
calumnias, las injurias y las befas, estúpidas y abyectas, de los ene-
migos del comunismo, las cuales debemos combatir resueltamente.
En cuanto a los incrédulos bienintencionados, no debemos atacarlos,
sino explicarles las cosas con buena voluntad y paciencia. Todo esto
es sumamente claro, definitivo, y no admite equívocos.

Pero, en China, todo comunista, así como todo simpatizante


del comunismo, debe luchar por el objetivo de la etapa actual, lu-
char contra la opresión extranjera y la feudal, por liberar al pueblo
chino de su trágica condición colonial, semicolonial y semifeudal, y
por crear una China de nueva democracia dirigida por el proletariado,
cuya tarea principal es la emancipación del campesinado, una China
de los Tres Principios del Pueblo revolucionarios del Dr. Sun Yat-sen,
una China independiente, libre, democrática, unificada, próspera y
poderosa. Esto es lo que en efecto hemos venido haciendo; los comu-
nistas, junto con las amplias masas populares de China, ya llevamos
veinticuatro años de lucha heroica por este objetivo.

Si un comunista o simpatizante del comunismo no lucha por


dicho objetivo, o si, menospreciando la revolución democrático-bur-
guesa, reduce o debilita aunque sea un poco sus esfuerzos, flaquea
un tanto en su devoción y celo por esta causa o no está dispuesto a
dar por ella su sangre y su vida, contentándose con disertar sobre so-
cialismo y comunismo, estará traicionando consciente o inconscien-
28

temente, en mayor o menor medida, al socialismo y al comunismo,


y no será un combatiente consciente y leal del comunismo. Es una
ley marxista el que sólo se pueda llegar al socialismo pasando por la
etapa de la democracia. En el caso de China, la lucha por la demo-
cracia seguirá aún por mucho tiempo. Sería pura quimera tratar de
construir una sociedad socialista sobre las ruinas del orden colonial,
semicolonial y semifeudal, sin un Estado unificado de nueva demo-
cracia, sin el desenvolvimiento del sector estatal de la economía de
nueva democracia, sin el desarrollo del sector privado capitalista y del
sector cooperativo, sin el desarrollo de una cultura nacional, científica
y de masas - la cultura de nueva democracia -, sin la liberación y el
desarrollo de la iniciativa individual de los centenares de millones de
seres del pueblo, en una palabra, sin una consecuente revolución de-
mocrático-burguesa de nuevo tipo, dirigida por el Partido Comunista.

Hay quienes no entienden por qué los comunistas, lejos de


temer el capitalismo, abogamos por su desarrollo en determinadas
condiciones. Nuestra respuesta es sencilla: La sustitución de la opre-
sión del imperialismo extranjero y del feudalismo interno por un cier-
to desarrollo del capitalismo no sólo es un progreso, sino también un
proceso inevitable. Esto no sólo será beneficioso para la burguesía,
sino al mismo tiempo, y quizás en mayor medida, para el proletaria-
do. Lo que le sobra a la China de hoy es el imperialismo extranjero y
el feudalismo interno, y no el capitalismo nacional; por el contrario,
hay en nuestro país demasiado poco capitalismo. [...] Otra gente
llega hasta negar categóricamente la necesidad de un determinado
desarrollo del capitalismo en China y predica que se puede pasar de
buenas a primeras a la sociedad socialista y hacer realidad “de un
solo golpe” los Tres Principios del Pueblo y el socialismo. Es obvio
que estos fenómenos son, en un caso, reflejo de la debilidad de la
burguesía nacional china, y en el otro, demagogia de los grandes te-
rratenientes y la gran burguesía para engañar al pueblo. Basándonos
en nuestro conocimiento marxista de las leyes del desarrollo social,
los comunistas tenemos clara conciencia de que en China, bajo un ré-
gimen estatal de nueva democracia, además de desarrollar la econo-
mía estatal, la economía individual de los trabajadores y su economía
cooperativa, es necesario, en interés del progreso social, facilitar el
desarrollo de la economía privada capitalista, siempre que no domine
la vida material del pueblo. Los comunistas chinos tenemos suficiente
discernimiento como para no dejarnos desorientar por charlas huecas
ni trampas.

En 254-255

¿Por qué decimos que nuestra revolución en la época ac-


tual es una “revolución de carácter democrático-burgués”? Porque
29

el blanco de esta revolución no es la burguesía en general, sino la


opresión extranjera y la feudal; porque las medidas adoptadas en ella
no están encaminadas en general a abolir la propiedad privada, sino
a protegerla, y porque, si bien, como resultado de esta revolución,
la clase obrera podrá acumular las fuerzas para conducir a China ha-
cia el socialismo, el capitalismo se desarrollará en medida apropiada
durante un período bastante largo. “La tierra para el que la trabaja”
significa transferir la tierra de manos de los explotadores feudales a
manos de los campesinos, significa transformar la propiedad privada
de los terratenientes feudales en propiedad privada de los campesi-
nos y emancipar así a éstos de las relaciones agrarias feudales, lo
cual permitirá convertir el país de agrícola en industrial. “La tierra
para el que la trabaja” es, por consiguiente, un postulado democrá-
tico-burgués, y no socialista proletario, un postulado de todos los
demócratas revolucionarios, y no exclusivamente de los comunistas.
La diferencia está en que, en las condiciones de China, sólo los co-
munistas lo tomamos con toda seriedad: no nos limitamos a hablar
sobre él, sino que lo ponemos en práctica. ¿Quiénes son los demó-
cratas revolucionarios? Además del proletariado, que es el sector más
consecuente de los demócratas revolucionarios, está el campesinado,
que es el más numeroso. Los campesinos en su abrumadora mayoría,
o sea, con la sola excepción de los campesinos ricos, que arrastran
un rabo feudal, reclaman activamente “La tierra para el que la tra-
baja”. La pequeña burguesía urbana, que forma también un sector
de los demócratas revolucionarios, encuentra provechosa para ella
la política de “La tierra para el que la trabaja”, pues ésta permite
desarrollar las fuerzas productivas de la agricultura. La burguesía na-
cional es una clase vacilante; por su necesidad de mercados, también
aprueba esta política; pero, al mismo tiempo, como la mayoría de sus
integrantes están vinculados a la propiedad de la tierra, muchos de
ellos temen esta política. El Dr. Sun Yat-sen fue el primer demócrata
revolucionario de China; representando al sector revolucionario de la
burguesía nacional, a la pequeña burguesía urbana y al campesina-
do, emprendió una revolución armada y formuló sus postulados de
“igualamiento del derecho a la propiedad de la tierra” y de “La tierra
para el que la trabaja”. Pero, lamentablemente, cuando estuvo en el
Poder, no tomó ninguna iniciativa para reformar el sistema agrario.
Al llegar al Poder, la camarilla antipopular del Kuomintang traicionó
por entero esos postulados. Es ella misma la que ahora se opone
tercamente a la política de “La tierra para el que la trabaja”, ya que
representa a la capa de los grandes terratenientes, los grandes ban-
queros y los magnates de la burguesía compradora. En China no hay
un partido político que represente exclusivamente al campesinado, y
los partidos políticos de la burguesía nacional no tienen un programa
agrario resuelto; por eso, el Partido Comunista se ha convertido en el
dirigente de los campesinos y de todos los demás demócratas revo-
30

lucionarios, pues es el único que ha elaborado y llevado a la práctica


un resuelto programa agrario y ha luchado concienzudamente por
los intereses del campesinado, ganándose así en las amplias masas
campesinas a un gran aliado.

En Telegrama al camarada
William Z. Foster
(29 de julio de 1945)

[Recordar la Nota]

[1] Earl Browder fue, de 1930 a 1944, Secretario General del Par-
tido Comunista de los Estados Unidos. Durante la Segunda Guerra
Mundial, las ideas derechistas dentro de ese Partido, representadas
por Browder, se desarrollaron hasta convertirse en una línea revisio-
nista-capitulacionista, contraria al marxismo. A partir de diciembre
de 1943, Browder pregonó esta línea en muchos discursos y artícu-
los, y en abril de 1944 publicó Teherán, que constituyó su programa
oportunista de derecha. Revisando la tesis básica leninista de que el
imperialismo es el capitalismo monopolista, decadente y agonizante,
y negando la naturaleza imperialista del capitalismo norteamericano,
afirmó que éste “conserva ciertas características de un capitalismo
joven” (bastardilla de Browder) y que hay un “interés común” entre
el proletariado y la gran burguesía de los Estados Unidos. De este
modo, abogaba por la protección del sistema de los trusts y soñaba
con salvar al capitalismo norteamericano de las inevitables crisis por
medio de la “conciliación de clases”. Basándose en esta absurda apre-
ciación del capitalismo norteamericano y siguiendo una línea capitu-
lacionista de colaboración de clases con el capital monopolista, Brow-
der presidió en mayo de 1944 la disolución del Partido Comunista de
los Estados Unidos, partido del proletariado norteamericano, y formó
una organización sin carácter de Partido, la Asociación Política Comu-
nista de los Estados Unidos. Desde su comienzo, la errónea línea de
Browder encontró la oposición de muchos comunistas norteamerica-
nos, encabezados por el camarada William Z. Foster. Bajo la dirección
de éste, la Asociación Política Comunista aprobó en junio de 1945
una resolución en que se denunciaba la línea de Browder. En julio, la
Asociación celebró una convención nacional especial y decidió recti-
ficar definitivamente esta línea y restablecer el Partido Comunista de
los Estados Unidos. Browder fue expulsado del Partido en febrero de
1946, porque persistió en su posición de traición al proletariado, apo-
yó abiertamente la política imperialista de la Administración Truman
y realizó actividades fraccionales antipartido.
31

Tomo IV

En Derrotar la ofensiva de Chiang Kai-shek


mediante una guerra en defensa propia
(20 de julio de 1946)

En Nota [2]

Se refiere a la Conferencia Consultiva [...] La Conferencia


aprobó cinco resoluciones: ...
2) [...]

En 92

[...] La sección “Asuntos económicos y financieros” establecía


que “se frenará el desarrollo del capital burocrático y quedará estric-
tamente prohibido a los funcionarios abusar de su poder e influencia
para dedicarse a la especulación, a actividades monopolistas, a la
evasión de impuestos, al contrabando, al desfalco de fondos públicos
y al empleo ilícito de los medios de transporte”; que “se reducirán
los arriendos y los intereses, se protegerán los derechos de los cam-
pesinos arrendatarios, se asegurará el pago de los arriendos de la
tierra, aumentarán los créditos agrícolas y se prohibirá estrictamente
la usura, a fin de mejorar la vida de los campesinos; además, se pon-
drá en práctica una ley agraria para alcanzar el objetivo de ‘la tierra
para el que la trabaja’”; que “se pondrá en vigor la legislación obrera
con el objeto de mejorar las condiciones de trabajo”; que “se hará
pública la gestión financiera, se aplicará estrictamente el sistema de
presupuesto y de rendición de cuentas, se reducirán sustancialmente
los gastos presupuestarios, se equilibrarán los ingresos y los gastos,
se definirán las finanzas del Gobierno central y de los gobiernos lo-
cales, se reducirá el circulante, se estabilizará el sistema monetario,
se harán públicos y se someterán a la supervisión de organizaciones
representativas de la opinión pública la adquisición y el uso de los
empréstitos tanto interiores como exteriores”, y que “se reformará
el sistema tributario y se abolirá toda clase de tributos exorbitantes
y exacciones ilegales”. La sección “Educación y cultura” establecía
que “se garantizará la libertad académica, no se permitirá injerencia
alguna en la administración de los centros de enseñanza por razones
de creencias religiosas o ideas políticas”; que “aumentará la propor-
ción del presupuesto nacional asignada a la instrucción pública y a
la cultura”, y que “se abolirá la censura impuesta durante la guerra
32

sobre la prensa, las publicaciones, el cine, el teatro, el correo y el


telégrafo”.

[Paréntesis]

ATENCIÓN:

Dentro de los cuatro tomos de las obras completas del presi-


dente Mao, siguiendo la secuencia por el año de aparición de
los escritos, el término “capitalismo burocrático” aparece por
primera vez en (*) una nota del editor a un artículo del 46 en el
que se hace referencia a un discurso de diciembre de 1958, el
artículo es: Conversación con la corresponsal norteamericana
Anna Louise Strong (*) (agosto de 1946)

La nota del editor está en la página 95:

(*) Esta es una exposición muy importante acerca de la situación


internacional y nacional, hecha por el camarada Mao Tsetung poco
después del término de la Segunda Guerra Mundial [...] El 1° de di-
ciembre de 1958, en una reunión del Buró Político del Comité Central
del Partido Comunista de China, celebrada en Wuchang, el camarada
Mao Tsetung manifestó:

[...]

... Para destruir la dominación del imperialismo, del feudalismo y del


capitalismo burocrático en China, el pueblo chino necesitó más de
cien años y perdió decenas de millones de vidas antes de lograr la
victoria en 1949.

Otros términos:

- El término “clase capitalista burocrática” aparece también


por primera vez en una nota a un artículo del 46:

En: Un balance de tres meses


(1° de octubre de 1946)
En 117

[7] La burguesía nacional es el sector de la burguesía que tiene poca


o ninguna conexión con el imperialismo, a diferencia del sector de la
burguesía que depende estrechamente de éste y que es de carácter
comprador; o sea; la gran burguesía o la clase capitalista burocrática.

- Dentro de un texto del Presidente Mao aparece por primera


33

vez el 47 en: “La situación actual y nuestras tareas”; luego el


48 en: “Problemas de la actual política del Partido”; y el 49 en:
“Informe ante la II Sesión Plenaria del Comité Central” (mar-
zo) y en: “Sobre la dictadura democrática popular” (junio)

- El término “burguesía burocrática” recién aparece por pri-


mera vez en el TOMO V en un artículo del 52 en “La contradic-
ción entre la clase obrera y la burguesía”; el 56 en “Unidad del
Partido y sus tradiciones” y el 57 en “Tratamiento correcto de
las contradicciones”.

- El término “capital burocrático” aparece en una nota a un


artículo del 41 “Reformemos nuestro estudio” (arriba ya vis-
to) y en los textos a partir del 45 (por ejemplo en “Sobre el
gobierno de coalición”)

- El término “capital burocrático-comprador” aparece el 47 en


“Saludemos el nuevo ascenso de la revolución China” (febre-
ro) y en “El gobierno de Chiang Kai-shek” (mayo)

- Mientras que el término “capitalismo burocrático” aparece


masivamente a partir de 1948 a partir de: “Corregir los erro-
res de “izquierda” en la propaganda de la reforma agraria”
(11 de febrero de 1948)

[Seguir]

En Saludemos el nuevo ascenso


de la revolución china
(1° de febrero de 1947)

En 122

7. Debido a que el gobierno de Chiang Kai-shek ha seguido


durante largo tiempo una política financiera y económica reacciona-
ria y debido a que el capital burocrático-comprador de Chiang Kai-
shek[6] se ha asociado con el capital imperialista de los EE. UU. por
medio de un escandaloso tratado de traición nacional, el Tratado de
Comercio Chino-Norteamericano[7], se desarrolla rápidamente una
inflación maligna; se arruinan de día en día la industria y el comercio
de la burguesía nacional china; empeora cada vez más la vida de las
masas trabajadoras, de los empleados públicos y de los profesores;
ven agotarse sus ahorros hasta perder todos sus bienes gran número
de elementos de la clase media; por tanto, se producen constante-
34

mente huelgas de obreros y de estudiantes y otras luchas.

En El gobierno de Chiang Kai-shek


está asediado por todo el pueblo
(30 de mayo de 1947)

En 136-137

Sobre la base de este Tratado, el capital monopolista nortea-


mericano y el capital burocrático-comprador chiangkaishekista se han
entrelazado estrechamente y controlan la vida económica de todo el
país. Los resultados son la inflación desenfrenada, el alza inusitada
de los precios, la quiebra cada día más extendida de la industria y el
comercio de la burguesía nacional y el empeoramiento diario de las
condiciones de vida de las masas trabajadoras, empleados públicos
y profesores. En estas circunstancias, todas las capas populares del
país no pueden menos de unirse y luchar por salvarse de la ruina.

En La situación actual y nuestras tareas


(25 de diciembre de 1947)

[Este párrafo es el clásico que se usa]

Punto VI pág. 170 y siguientes:

Confiscar la tierra de la clase feudal y entregarla a los cam-


pesinos; confiscar el capital monopolista, cuyos cabecillas son Chiang
Kai-shek, T. V. Soong, H. H. Kung y Chen Li-fu, y entregarlo al Es-
tado de nueva democracia; proteger la industria y el comercio de la
burguesía nacional: éstos son los tres principios cardinales del pro-
grama económico de la revolución de nueva democracia. Durante los
veinte años de su dominación, las cuatro grandes familias —Chiang,
Soong, Kung y Chen— han amasado enormes fortunas que alcanzan
de diez a veinte mil millones de dólares norteamericanos, y han mo-
nopolizado las arterias vitales de la economía del país. Este capital
monopolista; combinado con el Poder del Estado, se ha convertido en
el capitalismo monopolista de Estado. Este capitalismo monopolista,
estrechamente vinculado al imperialismo extranjero y a la clase te-
rrateniente y los campesinos ricos de viejo tipo del país, se ha con-
vertido en el capitalismo monopolista estatal, comprador y feudal. Tal
es la base económica del régimen reaccionario de Chiang Kai-shek.
Dicho capitalismo monopolista de Estado oprime no sólo a los obre-
ros y campesinos, sino también a la pequeña burguesía urbana, y
35

perjudica a la burguesía media. Alcanzó la cúspide de su desarrollo


durante la Guerra de Resistencia y después de la rendición del Japón;
ha preparado suficientes condiciones materiales para la revolución
de nueva democracia. Este capital se llama corrientemente en China
capital burocrático; y esta clase capitalista, conocida con el nombre
de clase capitalista burocrática, es la gran burguesía de China. Ade-
más de abolir los privilegios del imperialismo en China, la tarea de la
revolución de nueva democracia es eliminar en el país la explotación
y opresión ejercidas por la clase terrateniente y la clase capitalista
burocrática (la gran burguesía), liquidar las relaciones de producción
compradoras y feudales y liberar las fuerzas productivas encadena-
das. La capa superior de la pequeña burguesía y la burguesía media,
oprimidas y lesionadas por la clase terrateniente y la gran burguesía,
así como por el Poder estatal de ambas, pueden tomar parte en la re-
volución de nueva democracia o permanecer neutrales, aunque ellas
mismas sean burguesas. No tienen lazos, o tienen relativamente po-
cos, con el imperialismo y constituyen la genuina burguesía nacional.
Dondequiera que se extienda el Poder estatal de nueva democracia,
éste debe protegerlas con firmeza, sin la menor vacilación. En las
regiones dominadas por Chiang Kai-shek, entre la capa superior de
la pequeña burguesía y entre la burguesía media, hay un pequeño
número de personas, elementos del ala derecha de estas clases, que
poseen tendencias políticas reaccionarias; esparcen ilusiones acerca
del imperialismo norteamericano y la camarilla reaccionaria de Chiang
Kai-shek y se oponen a la revolución democrática popular. Mientras
las tendencias reaccionarias de estos elementos puedan afectar a
las masas, debemos desenmascararlos ante los que estén bajo su
influencia política, combatir esta influencia y liberar a las masas de
ella. Pero combatir políticamente y aniquilar económicamente son
dos cosas diferentes; si las confundimos, cometeremos errores. La
revolución de nueva democracia tiene por objetivo liquidar solamente
el feudalismo y el capitalismo monopolista, solamente la clase terra-
teniente y la clase capitalista burocrática (la gran burguesía), y no el
capitalismo en general, ni la capa superior de la pequeña burguesía ni
la burguesía media. En vista del atraso económico de China, incluso
después de la victoria de la revolución en todo el país, será todavía
necesario permitir, durante un largo período, la existencia del sector
capitalista representado por la extensa capa superior de la pequeña
burguesía y por la burguesía media. En correspondencia con la divi-
sión del trabajo en la economía nacional, será necesario aún cierto
desarrollo de todos los elementos de este sector capitalista que sean
beneficiosos para la economía nacional. Dicho sector capitalista cons-
tituirá todavía una parte indispensable en el conjunto de la economía
nacional. La capa superior de la pequeña burguesía aquí menciona-
da está formada de los pequeños industriales y comerciantes que
emplean obreros o dependientes. Además, existe también un gran
36

número de pequeños artesanos y comerciantes independientes que


no emplean obreros o dependientes; estos pequeños artesanos y co-
merciantes, no hay ni que decirlo, deben ser protegidos firmemente.
El Estado de nueva democracia poseerá, después de la victoria de la
revolución en todo el país, inmensas empresas estatales confiscadas
a los capitalistas burocráticos, empresas que controlan las arterias
vitales de la economía del país; además de eso, habrá entonces una
economía agrícola liberada del feudalismo, la que, si bien perma-
necerá en lo fundamental dispersa e individual durante un tiempo
bastante largo, podrá ser más tarde conducida gradualmente a de-
sarrollarse por el camino de la cooperación. En tales circunstancias,
la existencia y desarrollo de estos sectores capitalistas pequeños y
medios no presentará ningún peligro. Lo mismo puede decirse de la
economía del campesinado rico de nuevo tipo, que inevitablemen-
te surgirá en las zonas rurales después de la reforma agraria. Con
respecto al sector de la economía representado por la capa superior
de la pequeña burguesía y por la burguesía media, sería totalmente
inadmisible reincidir en la errónea política ultraizquierdista que adop-
tó nuestro Partido de 1931 a 1934 (imponer condiciones de trabajo
demasiado exigentes, establecer excesivas tasas de impuestos sobre
la renta, perjudicar los intereses de los industriales y comerciantes
durante la reforma agraria, y adoptar como objetivo el llamado “bien-
estar de los trabajadores”, concepto miope y unilateral; en vez de
proponerse el objetivo de desarrollar la producción, de promover la
prosperidad económica, de dar la debida consideración a los intereses
públicos y privados a la vez y de beneficiar tanto al trabajo como al
capital). Repetir tales errores lesionaría sin duda a los intereses de
las masas trabajadoras y del Estado de nueva democracia. Una de las
cláusulas de las Disposiciones Generales de la Ley Agraria de China
establece: “La propiedad y las actividades legales de los industriales
y comerciantes serán protegidas contra todo perjuicio.” Por “indus-
triales y comerciantes” se entiende a todos los pequeños artesanos
y comerciantes independientes, así como a todos los elementos ca-
pitalistas pequeños y medios. En resumen, la estructura económica
de la Nueva China constará de: 1) la economía estatal, que es el
sector dirigente; 2) la economía agrícola, en desarrollo gradual de
individual a colectiva, y 3) la economía de los pequeños artesanos y
comerciantes independientes y la del capital privado pequeño y me-
dio. Estas constituyen el conjunto de la economía nacional de nueva
democracia. Los principios que rigen la economía nacional de nueva
democracia deben ajustarse estrechamente al objetivo general de
desarrollar la producción, promover la prosperidad económica, dar
la debida consideración a los intereses públicos y privados a la vez y
beneficiar tanto al trabajo como al capital. Todo principio, política o
medida que se aparte de este objetivo general es erróneo.
37

En Sobre algunos problemas importantes


de la actual política del partido
(18 de enero de 1948)

[Estudiarlo completo]

En 185

Hay que combatir la sobreestimación de la fuerza del enemi-


go. Por ejemplo: el miedo al imperialismo norteamericano, el miedo a
llevar la batalla a las regiones del Kuomintang, el miedo a liquidar el
sistema comprador-feudal, a distribuir la tierra de los terratenientes
y a confiscar el capital burocrático, el miedo a una guerra de larga
duración, etc.; todo esto es incorrecto.

En 187

3. Hay que evitar toda política aventurera hacia los industria-


les y comerciantes medios y pequeños. La política, aplicada en las
regiones liberadas, de proteger toda industria y comercio privados
beneficiosos para la economía nacional y estimular su desarrollo, es
acertada y debe continuarse en el futuro. Es también acertada la po-
lítica de estimular a los terratenientes y campesinos ricos a dirigir sus
actividades hacia la industria o el comercio, política que adoptamos
durante el período de la reducción de los arriendos y los intereses;
resulta erróneo considerar este cambio de actividad como “disfraz”
y, por consiguiente, combatirlo, confiscar y distribuir la parte de pro-
piedad empleada en estas actividades. En general, se deben proteger
las empresas industriales y comerciales de los terratenientes y de los
campesinos ricos; sólo se pueden confiscar las empresas industriales
y comerciales de los capitalistas burocráticos, de los verdaderos tira-
nos locales y de otros contrarrevolucionarios.

En Corregir los errores de “izquierda”


en la propaganda de la
reforma agraria[*]
(11 de febrero de 1948)

[*] Directiva interna del Partido Comunista de China redactada por el camarada Mao Tsetung
en nombre del Comité Central.

[Aquí se emplea, por primera vez, el vocablo “capitalismo bu-


rocrático”]
38

En 201-202
1. En lugar de propagar la línea de apoyarse en los cam-
pesinos pobres y asalariados agrícolas y unirse firmemente con los
campesinos medios para abolir el sistema feudal, han difundido uni-
lateralmente la línea de campesinos pobres y asalariados agrícolas.
En lugar de propagar el punto de vista de que el proletariado ha
de unirse con todo el pueblo trabajador y los demás oprimidos —la
burguesía nacional, los intelectuales y otros patriotas (incluidos los
shenshí sensatos que no se oponen a la reforma agraria)— a fin de
derrocar la dominación del imperialismo, del feudalismo y del capi-
talismo burocrático y establecer una República Popular China y un
gobierno democrático popular, han difundido unilateralmente la idea
de que son los campesinos pobres y asalariados agrícolas los que
conquistan el país y lo gobiernan, o de que el gobierno democrático
tiene que ser un gobierno exclusivo de los campesinos, o de que
este gobierno sólo debe escuchar la voz de los obreros, campesinos
pobres y asalariados agrícolas, y no han hecho mención alguna de
los campesinos medios, los artesanos independientes, la burguesía
nacional y los intelectuales. Este es un grave error de principio. Sin
embargo, reportajes de este tipo han sido divulgados por oficinas de
nuestra agencia de noticias, periódicos y emisoras. Los departamen-
tos de propaganda de los comités del Partido en diversos lugares no
han dado ninguna información sobre estos errores a los organismos
superiores. En los últimos meses, semejante propaganda, aunque no
ampliamente difundida, ha sido bastante frecuente y ha creado una
atmósfera en que se cree equivocadamente que se trata de justas
ideas de la dirección. Como Radio Norte de Shenshí transmitió algu-
nas informaciones incorrectas, se ha causado incluso la impresión
equivocada de que semejantes puntos de vista eran los aprobados
por el Comité Central.

En Sobre la política concerniente


a la industria y el comercio
(27 de febrero de 1948)
En 209

Hay que hacer también una rigurosa distinción entre la po-


lítica correcta de desarrollar la producción, promover la prosperidad
económica, dar la debida consideración a los intereses públicos y
privados a la vez y beneficiar tanto al trabajo como al capital, y la
política unilateral y estrecha de “socorro”, que se propone defender el
“bienestar” de los obreros, pero que en realidad perjudica la industria
y el comercio y daña la causa de la revolución popular.
39

En Sobre el problema de la
burguesía nacional y de los
Shenshí sensatos
(1° de marzo de 1948)

En 214

En la actualidad, nuestros principales enemigos son el im-


perialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, mientras que
las principales fuerzas en nuestra lucha contra esos enemigos son
todos los trabajadores manuales e intelectuales, que representan el
90 por ciento de la población del país. Y esto determina que nuestra
revolución en la actual etapa sea, por su carácter, una revolución de-
mocrática popular, de nueva democracia, diferente de una revolución
socialista como la Revolución de Octubre.

En Sobre la gran victoria en el noroeste


y el movimiento de educación ideológica
de nuevo tipo en el ejército de liberación
(7 de marzo de 1948)

En 221-222

El vocero dijo: No sólo en el Noroeste ha sido realizado este


movimiento de educación ideológica de nuevo tipo en el ejército; lo
ha sido o lo está siendo en todo el Ejército Popular de Liberación. Este
movimiento, que se lleva a cabo en los intervalos entre batallas, no
estorba las operaciones militares. Está ligado a los movimientos por
la consolidación del Partido y por la reforma agraria, que ahora lleva
adelante con acierto nuestro Partido; está coordinado con nuestra
justa política de estrechar el radio de ataque luchando solamente
contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático,
prohibiendo estrictamente golpear y matar sin discriminación (mien-
tras menos muertes, mejor) y uniéndonos resueltamente con las ma-
sas populares, que totalizan más del 90 por ciento de la población del
país; está coordinado con la aplicación de la acertada política urbana
de nuestro Partido y su política de proteger y desarrollar firmemente
la industria y el comercio de la burguesía nacional. Gracias a todo
esto, el Ejército Popular de Liberación se hará sin duda invencible.
Por desesperados que sean los forcejeos de la pandilla de Chiang
Kai-shek y su amo, el imperialismo norteamericano, contra la gran
lucha del pueblo chino por la revolución democrática, la victoria será
indudablemente nuestra.
40

En Discurso pronunciado en una conferencia


de cuadros de la región liberada
de Shansi-Suiyuan
(1° de abril de 1948)

[Estudiarlo completo, vale la pena]

En 243-245

Frente a esta situación, todos los miembros del Partido de-


ben atenerse firmemente a la línea general del Partido, que es la
línea de la revolución de nueva democracia. La revolución de nue-
va democracia no es una revolución cualquiera; sólo puede y debe
ser una revolución de las amplias masas populares, dirigida por el
proletariado, contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo
burocrático. Esto significa que la dirección de esta revolución no la
pueden ni deben asumir ninguna otra clase y ningún otro partido que
el proletariado y el Partido Comunista de China. El Estado y el go-
bierno que han de fundar éstas, serán la República Popular China y el
gobierno democrático de coalición asentado sobre la alianza de todas
las clases democráticas y dirigido por el proletariado. Los enemigos a
los que esta revolución se propone derrocar sólo son y deben ser el
imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático. La expresión
concentrada de todos estos enemigos es el reaccionario régimen del
Kuomintang chiangkaishekista.

El feudalismo es el aliado del imperialismo y del capitalismo


burocrático y sirve de base a su dominación. Por eso, la reforma del
sistema agrario constituye el contenido principal de la revolución de
nueva democracia en China. La línea general de la reforma agraria
consiste en apoyarse en los campesinos pobres y unirse con los cam-
pesinos medios para abolir, de manera metódica y con diferencias
en el trato, el sistema de explotación feudal y desarrollar la produc-
ción agrícola. La fuerza fundamental en que nos apoyamos durante
la reforma agraria sólo pueden y deben ser los campesinos pobres.
Esta capa de campesinos pobres constituye, junto con los asalariados
agrícolas, alrededor del 70 por ciento de la población rural de China.
La tarea principal e inmediata de la reforma agraria es satisfacer las
reivindicaciones de las masas de campesinos pobres y asalariados
agrícolas. En la reforma agraria es indispensable unirse con los cam-
pesinos medios; los campesinos pobres y los asalariados agrícolas
deben formar un sólido frente único con los campesinos medios, que
representan alrededor del 20 por ciento de la población rural. De otra
manera se encontrarán aislados los campesinos pobres y los asala-
riados agrícolas y fracasará la reforma agraria. Una de las tareas de
41

la reforma agraria es satisfacer las reivindicaciones de una parte de


los campesinos medios. A un sector de los campesinos medios se les
debe permitir poseer individualmente más tierras que las que reciben
como promedio los campesinos pobres. Si apoyamos la reivindica-
ción de los campesinos por una distribución por igual de la tierra, es
para facilitar la movilización de las amplias masas campesinas a fin
de abolir rápidamente el sistema de propiedad territorial de la clase
terrateniente feudal, y no para preconizar un igualitarismo absoluto.
Quienquiera que abogue por el igualitarismo absoluto, se equivoca.
Hay una manera de pensar, en la actualidad corriente en el campo,
que perjudica la industria y el comercio y preconiza el igualitarismo
absoluto en la distribución de la tierra. Es de carácter reaccionario,
atrasado y retrógrado. Debemos criticarla. El blanco de la reforma
agraria sólo es y debe ser el sistema de explotación feudal ejercida
por la clase terrateniente y por los campesinos ricos de viejo tipo,
y no hay que perjudicar ni los intereses de la burguesía nacional
ni las empresas industriales y comerciales de los terratenientes y
campesinos ricos. Hay que guardarse, en particular, de lesionar a
los intereses de los campesinos medios, artesanos independientes,
profesionales y campesinos ricos de nuevo tipo, que no ejercen ex-
plotación o la ejercen en pequeña medida. El objetivo de la reforma
agraria es abolir el sistema de explotación feudal, es decir, liquidar a
los terratenientes feudales como clase y no como individuos. Por eso,
a cada terrateniente hay que darle la misma cantidad de tierra y de
bienes que a un campesino, hacerle aprender el trabajo productivo
e incorporarlo a la vida económica nacional. Con excepción de los
contrarrevolucionarios y tiranos locales culpables de los peores crí-
menes confirmados por pruebas concluyentes, quienes se han hecho
acreedores del odio implacable de las amplias masas y a quienes,
por lo tanto, se puede y debe castigar, hay que aplicar una política
de clemencia para con todos; se prohíbe en cualquier caso golpear o
matar sin discriminación. El sistema de explotación feudal debe ser
abolido de manera metódica, es decir, con arreglo a una táctica. Al
desatar la lucha, debemos determinar nuestra táctica de acuerdo con
las circunstancias y el grado de conciencia política y de organización
de las masas campesinas; no hay que intentar liquidar de la noche a
la mañana todo el sistema de explotación feudal. Dadas las condicio-
nes reales del sistema de explotación feudal en las zonas rurales de
China, el radio total de ataque en la reforma agraria no debe exceder,
por lo general, de un 8 por ciento, más o menos, de las familias ru-
rales, o sea, alrededor del 10 por ciento de la población rural. En las
regiones liberadas antiguas y semiantiguas, el porcentaje debe ser
aún menor.
42

En Telegrama a la comandancia del


frente de Luoyang después de la
reconquista de la ciudad
(8 de abril de 1948)

En 254

En lo que concierne a nuestra política urbana, se debe prestar


atención a los siguientes puntos:

1. Hay que ser muy prudente en la liquidación de los órganos


de dominación del Kuomintang, arrestar sólo a los reaccionarios prin-
cipales y no implicar a demasiadas personas.

2. Hay que precisar la definición del capital burocrático; no


calificar de capital burocrático y confiscar, por tanto, todas las em-
presas industriales y comerciales de los miembros del Kuomintang.
Debe establecerse el principio de que el gobierno democrático se
hará cargo de la propiedad y funcionamiento de todas las empresas
industriales y comerciales que han sido, según se verifique definiti-
vamente, administradas por el gobierno central o los gobiernos de
provincia, distrito o municipio del Kuomintang, esto es, las empresas
manejadas enteramente por organismos oficiales.

En Llevar la revolución hasta el fin


(30 de diciembre de 1948)

En 314

El problema que ahora se plantea al pueblo chino, a todos


los partidos democráticos y a todas las organizaciones populares,
es llevar la revolución hasta el fin o abandonarla a mitad de camino.
Llevar la revolución hasta el fin significa emplear métodos revolucio-
narios para liquidar resuelta, definitiva, cabal y totalmente todas las
fuerzas de la reacción, persistir sin vacilaciones en derribar al impe-
rialismo, al feudalismo y al capitalismo burocrático, derrocar en todo
el país la dominación reaccionaria del Kuomintang y establecer una
república que sea una dictadura democrática popular, dirigida por el
proletariado y basada en la alianza de los obreros y los campesinos.
De este modo, la nación china se emancipará totalmente, el país se
transformará de semicolonia en Estado auténticamente independien-
te; el pueblo chino se liberará por completo, se sacudirá de una vez
por todas el yugo del feudalismo y del capital burocrático (el capital
monopolista chino), y, como resultado de ello, se realizará la paz
43

basada en la unidad y la democracia, se crearán las condiciones pre-


vias para transformar a China de país agrícola en país industrial, y
se hará posible el paso de una sociedad fundada sobre la explotación
del hombre por el hombre a una sociedad socialista. Abandonar la
revolución a mitad de camino significa ir contra la voluntad del pue-
blo, someterse a la voluntad de los agresores extranjeros y de los
reaccionarios chinos y dar tiempo al Kuomintang a curar sus heridas,
para que un buen día se abalance repentinamente sobre la revolución
con el fin de estrangularla y sumir de nuevo a todo el país en las tinie-
blas. Así precisamente, con toda claridad y toda agudeza, se plantea
ahora el problema. De los dos caminos, ¿cuál elegir? Cada partido
democrático, cada organización popular de China debe reflexionar
sobre este problema, elegir su camino y aclarar su posición. El que
los partidos democráticos y organizaciones populares de China pue-
dan o no cooperar sinceramente, sin separarse a mitad de camino,
depende de que concuerden o no en este problema y adopten una
acción unánime para derrocar al enemigo común del pueblo chino. Lo
que aquí se necesita es la unanimidad y la cooperación, y no crear
una “oposición”, ni adoptar un “camino intermedio”.

En Declaración de Mao Tsetung,


presidente del Comité Central
del Partido Comunista de China,
sobre la situación actual
(14 de enero de 1949)

En 328

El reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín priva al


pueblo de todas sus libertades; oprime a todos los partidos demo-
cráticos y organizaciones populares, despojándolos de su legalidad;
reprime el justo movimiento de los estudiantes contra la guerra civil,
el hambre y la persecución, contra la injerencia norteamericana en
los asuntos internos de China y contra el apoyo de los EE. UU. al
renacimiento de las fuerzas agresoras japonesas; inunda el país con
sus emisiones de papel moneda —fapi y chinyuanchüan—, que arrui-
nan la vida económica del pueblo y reducen a la quiebra a las amplias
masas; por último, mediante toda clase de expoliaciones, concentra
una parte colosal de la riqueza nacional en manos de los capitalistas
burocráticos, encabezados por las cuatro grandes familias: Chiang,
Soong, Kung y Chen. En suma, al hacer una guerra civil basada en los
principios de su política interior y exterior, reaccionaria y entreguista,
el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín ha sumergido a la
nación entera en horrendos sufrimientos; no puede en absoluto eludir
44

la responsabilidad con que debe cargar por entero.

En 330

En correspondencia con la voluntad del pueblo, el Partido Co-


munista de China declara: El Ejército Popular de Liberación posee
suficiente fuerza y buenas razones para aniquilar completamente, en
un período no muy largo, las restantes fuerzas armadas del gobierno
reaccionario del Kuomintang y tiene plena seguridad de lograrlo; sin
embargo, a fin de acelerar el término de la guerra, realizar una paz
auténtica y aliviar los sufrimientos del pueblo, el Partido Comunista
de China está dispuesto a celebrar negociaciones de paz con el reac-
cionario gobierno kuomintanista de Nankín o con cualquier gobierno
local o grupo militar del Kuomintang sobre la base de las siguientes
condiciones:

1. Castigar a los criminales de guerra;


2. Abolir la seudoconstitución;
3. Abolir el espurio “orden legal”;
4. Reorganizar a todas las tropas reaccionarias conforme a
los principios democráticos;
5. Confiscar el capital burocrático;
6. Realizar la reforma del sistema agrario;
7. Derogar los tratados de traición nacional;
8. Convocar una Conferencia Consultiva Política sin la parti-
cipación de elementos reaccionarios, y formar un gobierno democrá-
tico de coalición encargado de asumir todos los poderes detentados
por el reaccionario gobierno kuomintanista de Nankín y los gobiernos
subordinados a él en todos los niveles.

En Informe ante la II Sesión Plenaria


del Comité Central elegido
en el VII Congreso Nacional
del Partido Comunista de China
(5 de marzo de 1949)

En 381-382

3. La industria moderna de China está sumamente concen-


trada, aunque el valor de su producción llega sólo al 10 por ciento
aproximadamente del valor global de la producción de la economía
45

nacional; la parte mayor y más importante del capital está concen-


trada en manos de los imperialistas y de sus lacayos, los capitalistas
burocráticos chinos. La confiscación de esta parte del capital y su
traspaso a la república popular dirigida por el proletariado permitirán
a ésta controlar las arterias vitales de la economía del país y a la eco-
nomía estatal convertirse en el sector dirigente de toda la economía
nacional. Este sector de la economía es de carácter socialista, y no
capitalista. Quienquiera que pase por alto este punto o aminore su
importancia cometerá errores oportunistas de derecha.

[Estudiar completo: Orden al Ejército para avanzar en todo el


país (21 de abril de 1949) “El Acuerdo sobre la Paz Interior...”]

En La bancarrota de la concepción
idealista de la historia
(16 de septiembre de 1949)

En 471-472

¿Qué es el «impacto de Occidente» de que habla Acheson?


Es el esfuerzo de la burguesía occidental, como lo dijeron Marx y En-
gels en el Manifiesto del Partido Comunista (1848), para transformar,
mediante el terror, el mundo a su imagen y semejanza. En el pro-
ceso de este impacto o transformación, la burguesía occidental, que
necesitaba compradores y sirvientes familiarizados con las costum-
bres occidentales, tuvo que permitir que países como China abrieran
escuelas y enviaran estudiantes al extranjero; así “se introdujeron
nuevas ideas” en China. Luego nacieron en países como el nuestro la
burguesía nacional y el proletariado. Al mismo tiempo, el campesina-
do se arruinó, y esto dio origen a un inmenso semiproletariado. De
ese modo, la burguesía occidental creó dos categorías de gentes en
Oriente: una pequeña minoría, los sirvientes del imperialismo, y una
mayoría que se opone al imperialismo, formada por la clase obrera,
el campesinado, la pequeña burguesía urbana, la burguesía nacional
y los intelectuales provenientes de dichas clases. Los que forman
esta mayoría son todos sepultureros del imperialismo, creados por
éste mismo, y la revolución dimana de ellos. No fue la llamada intro-
ducción de las ideas de Occidente la que provocó “la agitación y la
inquietud”, sino la agresión imperialista la que provocó la resistencia.
46

TOMO V
[Después del triunfo]

En El pueblo chino se ha puesto en pie


(21 de septiembre de 1949)

En 12

En algo más de tres años, bajo la dirección del Partido Comu-


nista de China, el pueblo chino ha tenido un rápido despertar, se ha
organizado y ha formado un frente único de amplitud nacional contra
el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático y contra
su representante general, el reaccionario gobierno del Kuomintang y,
apoyando la Guerra Popular de Liberación, ha derribado básicamente
a ese gobierno, echado abajo la dominación del imperialismo en Chi-
na y revivido la Conferencia Consultiva Política.

En 13

[...] Los chinos hemos sido siempre una gran nación valien-
te y laboriosa, y sólo en los tiempos modernos nos hemos quedado
atrás. Este atraso se debió exclusivamente a la opresión y explo-
tación del imperialismo extranjero y de los gobiernos reaccionarios
del país. A lo largo de más de un siglo, nuestros antecesores nunca
cejaron en sus indomables y tenaces luchas contra los opresores de
dentro y de fuera, incluida la Revolución de 1911 dirigida por el Dr.
Sun Yat-sen, gran precursor de la revolución china. Nuestros ante-
cesores nos encomendaron dar término a su empresa inconclusa, y
nosotros lo hemos hecho. Hemos forjado nuestra unidad y derrocado
a los opresores internos y externos a través de la Guerra Popular de
Liberación y la gran revolución del pueblo, y ahora proclamamos la
República Popular China. De aquí en adelante, nuestra nación forma-
rá parte de la comunidad de naciones amantes de la paz y la libertad.
[...]

Nuestro régimen estatal de dictadura democrática popular es


una poderosa arma para preservar las conquistas de la revolución po-
pular y combatir los complots de restauración de los enemigos inter-
nos y externos; tenemos que empuñar firmemente esta arma. En el
plano internacional, debemos unirnos con todos los países y pueblos
amantes de la paz y la libertad, en primer lugar con la Unión Soviética
y las Nuevas Democracias, a fin de no estar solos en nuestra lucha
por salvaguardar los frutos de la victoria de la revolución popular
frente a los complots de restauración de los enemigos internos y ex-
47

ternos.

[...]

La dictadura democrática popular y la unidad con los amigos


extranjeros nos permitirán lograr rápidamente éxitos en nuestro tra-
bajo de construcción.

[...]

El auge de la construcción económica vendrá necesariamen-


te acompañado de un auge de la construcción en la esfera cultural.
Ha terminado la época en que los chinos éramos considerados como
incivilizados. Surgiremos ante el mundo como una nación de elevada
cultura.

Nuestra defensa nacional se consolidará y no permitiremos


que ningún imperialista vuelva a invadir nuestro territorio. Debemos
conservar y desarrollar nuestras fuerzas armadas populares tomando
como base el heroico y fogueado Ejército Popular de Liberación. Con-
taremos no sólo con un poderoso ejército de tierra, sino también con
una aviación y una marina poderosas.

En Solicitud de opiniones sobre la


táctica para con los campesinos ricos
(12 de marzo de 1950)

[Estudiar todo, necesariamente]

En 21

[...] en el movimiento de reforma agraria que se iniciará el


invierno de este año en varias provincias del Sur y algunas zonas del
Noroeste, dejemos intactos no sólo a los campesinos ricos capitalis-
tas, sino también a los campesinos ricos semifeudales, postergando
unos años la solución del problema de estos últimos.

En Luchemos por un mejoramiento


fundamental de la situación financiera y
económica del país
(6 de junio de 1950)

En 27
48

Siguiendo el principio de abordar los problemas con una vi-


sión de conjunto y dar consideración a los intereses de todos los sec-
tores, se debe eliminar de manera gradual la ceguera y la anarquía
en el campo económico, reajustar en forma racional la industria y el
comercio existentes y mejorar efectiva y apropiadamente las relacio-
nes entre el sector público y el sector privado así como las existentes
entre el trabajo y el capital, de modo que, bajo la dirección del sector
estatal de naturaleza socialista, todos los sectores de la economía
funcionen con una debida división del trabajo y en forma coordinada,
desempeñando cada cual su papel. Así se promoverá la recuperación
y el desarrollo de toda la economía. Es erróneo y no concuerda con
las condiciones de nuestro país el punto de vista, sostenido por al-
gunas personas, según el cual se puede anticipar la liquidación del
capitalismo para implantar el socialismo.

En No atacar en las cuatro direcciones


(6 de junio de 1950)

En 31

Al propio tiempo, la victoria de la revolución ha conducido a


cambios en la economía. Estos, aunque necesarios, suponen por el
momento una carga muy pesada para nosotros. Como consecuencia
de estos cambios y de los destrozos que ha causado la guerra a la
industria y el comercio, muchas personas se muestran descontentas
con nosotros. Últimamente se han tornado muy tensas nuestras re-
laciones con la burguesía nacional, que vive en constante zozobra y
rumiando su resentimiento. Los intelectuales y obreros desocupados
se sienten insatisfechos con nosotros, así como una parte de los pe-
queños artesanos. Y también se quejan los campesinos en la mayor
parte de las zonas rurales, porque, además de que aún no se ha eje-
cutado allí la reforma agraria, el Estado les cobra grano en calidad de
impuesto.

[...]

Evidentemente hay, por el momento, dificultades para el


cumplimiento de esta tarea, pero debemos procurar zanjarlas por
todos los medios.

En 32

Es muy importante unirnos con las minorías nacionales. En la


totalidad del país, éstas tienen aproximadamente una población de
treinta millones.
49

En 33

En una palabra, no debemos atacar en las cuatro direcciones.


Si lo hiciéramos, pondríamos en tensión a todo el país, y esto sería
muy malo. De ninguna manera debemos crearnos demasiados ene-
migos, sino hacer ciertas concesiones en una dirección y aflojar allí
un poco la tensión para concentrar fuerzas y lanzar ataques en otra.

En Ser un revolucionario completo


(23 de junio de 1950)

En 35

[...] la clase obrera debe ayudar activamente a los campesi-


nos en la reforma agraria; igualmente, deben favorecer esta reforma
la pequeña burguesía urbana y la burguesía nacional y, con mayor
razón, los partidos democráticos y las organizaciones populares. La
guerra y la reforma agraria son las dos pruebas cruciales para todos
en China —individuos y partidos— en el período histórico de la nueva
democracia.

En Sobre la lucha contra los “tres males”


y los “cinco males”
(noviembre de 1951 - marzo de 1952)

[Estudiar todo, vale la pena]

En La contradicción entre la clase obrera


y la burguesía es la contradicción principal
en el orden interno de china
(6 de junio de 1952)

En 79

Una vez derribadas la clase terrateniente y la burguesía buro-


crática, la contradicción entre la clase obrera y la burguesía nacional
pasó a ser la contradicción principal de orden interno en China y, por
consiguiente, no se debe seguir calificando de clase intermedia a la
burguesía nacional.
50

En Unámonos y tracemos una


clara línea de demarcación
entre nosotros y el enemigo
(4 de agosto de 1952)

[Leer todo]

En Criticar el chovinismo de gran Jan


(16 de marzo de 1953)

En 89

En algunos lugares vienen acusando una grave anormalidad


las relaciones entre las nacionalidades. Tal situación es intolerable
para los comunistas. Es indispensable criticar a fondo las ideas cho-
vinistas de gran Jan que se manifiestan de modo grave entre muchos
militantes y cuadros de nuestro Partido, ideas reaccionarias de la
clase terrateniente y la burguesía, ideas kuomintanistas, reflejadas
en las relaciones entre las nacionalidades; se debe proceder inmedia-
tamente a corregir los errores al respecto.

[...]

En 90

En otras palabras, las ideas burguesas dominan en la mente


de una parte de los camaradas y del pueblo que no ha recibido una
educación marxista ni asimilado la política del CC sobre la cuestión
nacional.
En Resolver el problema
de los “cinco excesos”
(19 de marzo de 1953)

En 91

1. En el trabajo de nuestros organismos partidarios y guber-


namentales en las zonas rurales existe un problema que los aleja
seriamente de las masas campesinas y que lesiona los intereses del
campesinado y de sus activistas; se trata de los “cinco excesos”. Con
este término se alude a lo siguiente: excesivas tareas, excesivas re-
uniones y cursillos, excesivo papeleo de informes y encuestas, exce-
sivos organismos y excesivas funciones asignadas a los activistas.

[...]
51

5. La producción agrícola es la tarea de todas las tareas en el


campo, y las demás labores que se desarrollan allí deben girar en tor-
no suyo y ponerse a su servicio. Es preciso ahorrarse toda pretendida
tarea y todo método de trabajo que obstaculicen la producción de los
campesinos. En la actualidad, la agricultura china es fundamental-
mente una dispersa economía pequeño-campesina, en la que aún se
utilizan aperos anticuados,...

En 93

Lo que se llama cinco excesos en el trabajo de los territorios y


cantones acusa, en alto porcentaje, una intervención excesiva en las
actividades de los campesinos (en un porcentaje menor es producto,
hasta hoy persistente, de las necesidades de la guerra revolucionaria
y de la reforma agraria). Este fenómeno, que ha producido descon-
tento entre los campesinos, debe ser eliminado.

[Nota: Aprender a descubrir el “descontento entre los campesinos”


en TODO momento y bajo CUALQUIER circunstancia]

En Critica a Liu Shao-chi


y Yang Shang-kun...
(19 de mayo de 1953)

[Sólo para hacer paralelos con esos que publican cosas en


nombre de...]

En 94
De hoy en adelante, cualquier documento o telegrama que se
haya de expedir en nombre del Comité Central sólo podrá ser despa-
chado después de que yo lo haya leído; de otra manera, no tendrá
validez. Hagan el favor de tener esto en cuenta.

En Crítica a los conceptos de derecha


que se apartan de la línea general
(15 de junio de 1953)

En 95

La línea general y la tarea general del Partido para el período


de transición consisten en cumplir en lo fundamental la industrializa-
ción del país y las transformaciones socialistas de la agricultura, de
la artesanía y de la industria y comercio capitalistas en un lapso de
52

diez a quince años o algo más. Esta línea general es el faro que nos
ilumina en todos los frentes de trabajo. No debemos apartarnos de
ella, pues de lo contrario incurriremos en errores de “izquierda” o de
derecha.

Hay quienes consideran demasiado largo el período de tran-


sición y se impacientan. Esto los conducirá a errores de “izquierda”.
Otros siguen parados en el mismo sitio después de alcanzado el triun-
fo de la revolución democrática. Sin comprender que ha cambiado el
carácter de la revolución, continúan trabajando por su “nueva demo-
cracia” y no por las transformaciones socialistas. Esto los conducirá
a errores de derecha. Si hablamos de la agricultura, el único camino
para la agricultura de nuestro país es el camino socialista. Desarrollar
el movimiento de ayuda mutua y cooperación y elevar constantemen-
te las fuerzas productivas agrícolas es el eslabón central de la labor
del Partido en las zonas rurales.

En La liga de la juventud debe tener presentes


en su trabajo las características
propias de los jóvenes
(30 de junio de 1953)

En 103

La tarea general del Partido para el período de transición con-


siste en cumplir en lo fundamental, a través de tres planes quinque-
nales, la industrialización socialista y las transformaciones socialistas
de la agricultura, de la artesanía y de la industria y comercio capita-
listas. Tres planes quinquenales suponen quince años [...]

[...]

La agricultura china, que en su mayor parte es todavía una


economía individual, tiene que pasar por una metódica transforma-
ción socialista. Al promover el movimiento de ayuda mutua y coope-
ración en la agricultura, debemos atenernos al principio de volunta-
riedad.

En Acerca del capitalismo de Estado


(9 de julio de 1953)

[Mucha atención a esta cita]


53

En 105

La mayor parte de la actual economía capitalista de China es


una economía capitalista sometida al control del gobierno popular,
vinculada en diversas formas con la economía socialista estatal y su-
pervisada por los obreros. Ya no es una economía capitalista común
y corriente, sino particular, valga decir, una economía capitalista de
Estado de nuevo tipo. Su principal razón de ser no es brindar ganan-
cias a los capitalistas, sino satisfacer las necesidades del pueblo y
del Estado. Es cierto que una parte de las ganancias producidas por
los obreros todavía van a parar a manos de los capitalistas, mas ésta
sólo representa una pequeña porción —aproximadamente un cuar-
to— del total de las ganancias mientras que los otros tres cuartos
son para los propios obreros (en forma de fondos de bienestar), para
el Estado (en forma de impuestos sobre la renta), así como para la
ampliación de las instalaciones de producción (una pequeña parte de
las ganancias derivadas de esa ampliación va a parar a manos de los
capitalistas). En consecuencia, esta economía capitalista de Estado
de nuevo tipo lleva en gran medida un carácter socialista y es bene-
ficiosa para los obreros y el Estado.

En Contra las ideas burguesas en el Partido


(12 de agosto de 1953)

En 107-108

Podemos advertir ahora que, aún después de las campañas


contra los “tres males” y contra los “cinco males”, subsisten dentro
del Partido dos tipos de errores de diferente carácter. Unos son erro-
res ordinarios, como los “cinco excesos”, que cualquiera de nosotros
puede cometer y en los que puede incurrir hoy o mañana. El error
de “cinco excesos” puede, por lo demás, convertirse en el de “cinco
suficiencias”. Los otros son errores de principio, como la tendencia
al capitalismo. Se trata de un reflejo de la ideología burguesa en el
seno del Partido, un problema de posición, de una posición contraria
al marxismo-leninismo.

[...]

[...] ideas burguesas reflejadas en problemas concernientes


a la línea. Estas ideas se advierten no solamente en el trabajo econó-
mico-financiero, sino también en otros trabajos como el político-ju-
rídico y el cultural-educacional, entre los camaradas tanto del nivel
central como del local.
54

[...]

[...] cuando el camarada Po Yi-po formuló el nuevo régimen


tributario de “igualdad entre las empresas estatales y las privadas”,
hasta la presente conferencia. Si hubiéramos dejado que ese régimen
siguiera su curso, nos habríamos apartado ineluctablemente del mar-
xismo-leninismo y de la línea general del Partido para el período de
transición y habríamos marchado hacia el capitalismo.

[...]

En la crítica a las ideas erróneas de Po Yi-po, hay quienes


dicen que su error es de individualismo pequeñoburgués. Esta afir-
mación es inapropiada. La crítica debe dirigirse principalmente contra
sus ideas burguesas, que favorecen al capitalismo y perjudican al
socialismo. Sólo una crítica como ésta es acertada. Ya dijimos que los
errores oportunistas de “izquierda” eran reflejo del fanatismo peque-
ñoburgués en el Partido y que habían surgido en períodos de ruptura
con la burguesía. En cambio, en los tres períodos de cooperación con
la burguesía, esto es, el de la primera cooperación entre el Kuomin-
tang y el Partido Comunista, el de la Guerra de Resistencia contra el
Japón y el actual, ha sido siempre la ideología burguesa la que ha
influido sobre una parte de los militantes, haciéndoles vacilar. Son
éstas las circunstancias en las que Po Yi-po ha cometido su error.

En 109

El error de Po Yi-po es un reflejo de la ideología burguesa.

[...] La industria y el comercio capitalistas deben ser condu-


cidos gradualmente a la órbita del capitalismo de Estado.

En 110

[...] En Kuichou, hace algún tiempo, un regimiento ocupó


grandes extensiones de tierras de los campesinos; éste fue un grave
atentado contra los intereses del pueblo. Es incorrecto no preocupar-
se por la vida del pueblo, mas el énfasis debe estar en la producción
y la construcción.

[Nota: en tiempos de guerra el centro es combatir pero hay que


prestar atención a la construcción y la producción, y no sólo en las
Bases de Apoyo]

[...]
55

Por lo que se refiere a la utilización, restricción y transforma-


ción de la economía capitalista, este problema también fue tratado ya
con mucha claridad en la II Sesión Plenaria. La resolución señala que
no se debe permitir que la economía capitalista privada se desarrolle
sin freno, sino que es necesario limitarla empleando diversos medios:
la restricción de la esfera de sus actividades, la política tributaria, los
precios de mercado y las condiciones de trabajo. La relación econo-
mía socialista-economía capitalista es una relación entre lo dirigente
y lo dirigido. La restricción y la resistencia a la restricción constituyen
la forma principal de la lucha de clases en el Estado de nueva de-
mocracia. Ahora bien, el nuevo régimen tributario, que preconiza la
“igualdad entre las empresas estatales y las privadas”, contraviene la
línea que erige a la economía estatal en sector dirigente.

En lo que respecta a la cooperativización de la economía agrí-


cola y la economía artesanal individuales, la resolución de la II Sesión
Plenaria dice explícitamente:

“Tales cooperativas son organizaciones económicas colectivas


de las masas trabajadoras, basadas en la propiedad privada y que se
hallan bajo la conducción del Poder estatal dirigido por el proletaria-
do.

En 111

Hoy existen dos tipos de frente único, dos tipos de alianza.


Una es la alianza entre la clase obrera y el campesinado, que cons-
tituye el cimiento, y la otra, la que existe entre la clase obrera y la
burguesía nacional. Los campesinos son trabajadores y no explotado-
res; la alianza de la clase obrera con el campesinado es duradera. Sin
embargo, entre la clase obrera y el campesinado hay contradicciones.
Debemos conducir gradualmente a los campesinos de la propiedad
individual a la propiedad colectiva, con sujeción al principio de vo-
luntariedad. En el futuro existirán igualmente contradicciones entre
la propiedad estatal y la colectiva. Todas ellas son contradicciones no
antagónicas. En cambio, la contradicción entre la clase obrera y la
burguesía es antagónica.

En 112-113

Actualmente tenemos que combatir el subjetivismo, tanto en


su manifestación de ciego avance temerario como en su manifesta-
ción de conservatismo. [...] el dogmatismo y de paso combatimos el
empirismo; ambos son subjetivismo. [...] Si no terminamos con el
subjetivismo, no podremos obtener éxitos ni en la revolución ni en la
construcción. En el período de la revolución democrática, utilizando
56

como método la campaña de rectificación, corregimos los errores de


subjetivismo y así logramos la unidad de todos los camaradas del
Partido, tanto de los que seguían la línea correcta como de los que
habían cometido errores; ellos partieron de Yenán, con nuevos bríos,
para los distintos frentes de batalla, y todo el Partido, unido en apre-
tado haz, conquistó la victoria nacional. Ahora nuestros cuadros son
más maduros y su nivel político, más alto; espero que en un plazo
no muy largo terminemos fundamentalmente con el subjetivismo en
el trabajo de dirección, logrando que lo subjetivo concuerde con lo
objetivo.

La clave para la solución de todos estos problemas consiste


en fortalecer la dirección colectiva y combatir el dispersionismo.

En 114-116

[Sólo para recordar]

En la presente conferencia, Liu Shao-chi dijo que había come-


tido un tantico de errores, y el camarada Teng Siao-ping también dijo
que había cometido un tantico de errores. Toda persona, sea quien
fuere, tiene que hacer una autocrítica si ha cometido un error, y acep-
tar la supervisión partidaria y la dirección del comité del Partido del
nivel correspondiente: he aquí el requisito principal para poder cum-
plir las tareas del Partido. En todo el país son muchos los que viven a
costillas del anarquismo. Po Yi-po es uno de ellos. Él ha degenerado
hasta cierto punto en lo político e ideológico, y es completamente
necesario criticarlo.

[...]

En la II Sesión Plenaria del VII Comité Central se tomaron


algunas determinaciones que no fueron consignadas en su resolu-
ción. Primero, no celebrar cumpleaños. Celebrarlos no da larga vida
a nadie. Lo importante es realizar bien nuestro trabajo. Segundo, no
hacer regalos. O, al menos, no dentro del Partido. Tercero, hacer me-
nos brindis, aunque es permisible brindar en ciertas ocasiones. Cuar-
to, aplaudir menos. Pero no hay que prohibir los aplausos ni echar
un balde de agua fría a las masas, que expresan así su entusiasmo.
Quinto, no bautizar lugares con nombres de personas. Sexto, no co-
locar a camaradas chinos en el mismo plano que Marx, Engels, Lenin
y Stalin. Así debe ser, pues se trata de una relación entre discípulos y
maestros. Cumplir estas determinaciones significa tener una actitud
de modestia.

En síntesis, debemos mantener la modestia, el afán de apren-


57

der y el espíritu de perseverancia y atenernos firmemente al sistema


de dirección colectiva, para llevar a cabo las transformaciones socia-
listas y conseguir el triunfo del socialismo.

En Camino obligado para la transformación


de la industria y comercio capitalistas
(7 de septiembre de 1953)

En: 117-118

Llevar a cabo la transformación del sector capitalista en so-


cialista pasando por el capitalismo de Estado.
[...]

5. Las tres formas del capitalismo de Estado que se aplican a


la industria privada son: empresas mixtas estatal-privadas; encargos
a las empresas privadas hechos por el Estado, que es el proveedor
único de las materias primas y comprador único de sus productos; y
compra por el Estado de la mayor parte de los productos de las em-
presas.

6. En lo que se refiere al comercio privado, también es facti-


ble el capitalismo de Estado, y no se puede despachar el asunto con
sólo decir “dejémoslo por fuera”. Todavía es escasa nuestra experien-
cia a este respecto, y es necesario seguir estudiando el problema.

[...]
La siguiente tabla muestra la distribución de las ganancias de
las empresas adscritas al capitalismo de Estado:

Impuesto sobre la renta 34,5%


Fondos de bienestar 15,0%
Fondos de acumulación 30,0%
Dividendos para los capitalistas 20,0%

Total 100%

En 119

13. Un sector es el dirigente y el otro, el dirigido; el primero


no procura intereses privados, mientras el segundo todavía lo hace
en parte, y así muchas otras cosas en que el uno difiere del otro. Sin
embargo, en las condiciones actuales de nuestro país, la industria y
58

comercio privados sirven en lo fundamental a la economía nacional


y la vida del pueblo (a estos aspectos se destinan aproximadamente
tres cuartos de sus ganancias).

En Critica a las reaccionarias ideas


de Liang Shu-ming
(16-18 de septiembre de 1953)

[Leer todo]

En 131

Hay tres tipos de patriotismo: el verdadero, el falso y el vaci-


lante, que es un patriotismo entre verdadero y falso. [...] A aquellos
que han roto de veras sus relaciones con el imperialismo y la pandilla
de Taiwán, los acogemos con los brazos abiertos, por muy atrasados
que sean. Estos son verdaderos patriotas. Los falsos patriotas son los
que, tras ese sutil disfraz que lucen, esconden cosas muy diferentes
del patriotismo. El tercer tipo lo constituyen los elementos vacilantes,
cuyo patriotismo es mitad verdadero y mitad falso y que giran como
veletas. Seguirán al Partido Comunista con tal que no estalle una
tercera guerra mundial ni retorne aquí Chiang Kai-shek. Si estalla la
guerra, concebirán otros planes.

En Dos charlas sobre la ayuda mutua


y la cooperación en la agricultura
(octubre y noviembre de 1953)

En 143

Entre la oferta y la demanda de cereales y algodón también


existe una contradicción agudísima. Dentro de poco, lo mismo suce-
derá con la carne, la grasa y el aceite comestible. La demanda está
aumentando considerablemente, mientras que la oferta se halla muy
atrás.

Con miras a solucionar esta contradicción entre la oferta y


la demanda, debemos resolver la contradicción entre el sistema de
propiedad y las fuerzas productivas. ¿Propiedad individual o colecti-
va? ¿Propiedad capitalista o socialista? Las relaciones de producción
basadas en la propiedad individual chocan de lleno con la posibilidad
59

de una gran oferta. La propiedad individual debe transformarse en


propiedad colectiva, en propiedad socialista. Hay cooperativas de tipo
inferior; y en ellas los campesinos aportan sus tierras como cuota;
pero también hay cooperativas de tipo superior, y en ellas las tierras
pertenecen a la colectividad, a las cooperativas.

Se puede decir que la línea general está destinada a solu-


cionar el problema de la propiedad. La propiedad estatal existente
se amplía mediante la construcción de nuevas empresas estatales
y la reconstrucción y ensanchamiento de otras viejas. La propiedad
privada, que se divide en dos clases —la del pueblo trabajador y la
de la burguesía—, tiene que transformarse, la primera, en propiedad
colectiva y, la segunda, en propiedad estatal (integrándose a la pro-
piedad socialista a través de empresas mixtas estatal-privadas). Sólo
de este modo se podrá desarrollar las fuerzas productivas y llevar a
cabo la industrialización del país. El desarrollo de las fuerzas produc-
tivas es lo único que permitirá resolver la contradicción entre la oferta
y la demanda.

En 145

Hay un antiguo proverbio que reza: “Cuando se agarra la


cuerda clave de la red, se abren todas las mallas. “Sólo agarrando la
primera, se pueden abrir estas últimas; la cuerda clave es el tema
principal. La contradicción entre el socialismo y el capitalismo y la
solución gradual de esta contradicción son nuestro tema principal, la
cuerda clave. Agarrando esta cuerda, tendrán su guía todos los tra-
bajos políticos y económicos destinados a ayudar a los campesinos.
[Leer el resto o todo el documento; sobre las cooperativas,
muy interesante]

En Sobre el proyecto de Constitución


de la República Popular China
(14 de junio de 1954)

En 151-154

Primero. En este proyecto de Constitución se han sintetizado


las experiencias del pasado, en particular, las de la revolución y la
construcción en estos cinco años. Allí se han resumido las experien-
cias de la revolución popular dirigida por el proletariado contra el
imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático, así como
las experiencias de la reforma social, la construcción económica y
cultural y la labor gubernamental de los últimos años. También se
60

han sintetizado las experiencias relativas a la cuestión constitucional,


acumuladas a partir de los últimos años de la dinastía Ching, valga
decir, desde los diecinueve preceptos proclamados en los días finales
de la dinastía Ching, pasando por la Constitución Provisional de la
República de China proclamada en 1912, las constituciones o proyec-
tos de constitución de gobiernos de caudillos militares del Norte y el
Convenio de la República de China para el Período de Tutela Política
del reaccionario gobierno chiangkaishekista, hasta la espuria cons-
titución de Chiang Kai-shek. De todos ellos sólo uno es positivo, y
los demás son negativos. En efecto, la Constitución Provisional de la
República de China de 1912 fue un documento relativamente bueno
para su tiempo.

[...]

Segundo. En nuestro proyecto de Constitución se combina la


fidelidad a los principios con la flexibilidad. Los principios son funda-
mentalmente dos: el de la democracia y el del socialismo. La nuestra
no es una democracia burguesa, sino una democracia popular o, di-
cho de otro modo, es la dictadura democrática popular dirigida por
el proletariado y basada en la alianza obrero-campesina. El principio
de la democracia popular impregna toda nuestra Constitución. El otro
es el principio del socialismo. Hoy ya hay socialismo en nuestro país.
La Constitución estipula la obligatoriedad de llevar a cabo las trans-
formaciones socialistas y la industrialización socialista del país. He
aquí la fidelidad a los principios. Ahora bien, ¿aplicar el principio del
socialismo significa implantar el socialismo de la noche a la mañana,
a escala nacional y en todos los terrenos? Esto puede parecer muy
revolucionario, pero, como carece de flexibilidad, está condenado a
caer en la inoperancia, a encontrar oposición y a terminar en fra-
caso. Así, se debe permitir que se haga de manera gradual lo que
no se puede realizar de un golpe. Veamos el caso del capitalismo
de Estado; lo que se propone es su implantación gradual. El capi-
talismo de Estado no se limita a una sola forma —la de empresa
mixta estatal-privada—, sino que tiene diversas formas. Nótense las
palabras “gradual” y “diversas”. Esto quiere decir que se implantará
de manera gradual el capitalismo de Estado en sus diversas formas,
hasta llegar al sistema de propiedad socialista de todo el pueblo. Im-
plantar este sistema es un principio nuestro, pero su ejecución debe
ir acompañada de la flexibilidad. Aquí, el término “flexibilidad” señala
al capitalismo de Estado, que tiene “diversas” formas y no una sola,
y cuya realización se logra de manera “gradual” y no de un día para
otro. Es así como se flexibilizan las cosas. Consagramos en la Cons-
titución lo que ahora es realizable y dejamos por fuera de ella lo que
actualmente es irrealizable. [...] Otro ejemplo es la cuestión de las
minorías nacionales, que, si bien se relaciona con lo que es común
61

a toda la nación, tiene al mismo tiempo sus particularidades. Para lo


común se dan artículos generales, y para lo particular, artículos es-
pecíficos. Las minorías nacionales tienen sus propias particularidades
políticas, económicas y culturales. ¿Cuáles son sus particularidades
económicas? Por ejemplo, el Artículo 5 señala que en la República
Popular China existen actualmente cuatro formas de propiedad so-
bre los medios de producción; pero, en realidad, hay otras formas
de propiedad en las zonas de minorías nacionales. ¿Subsiste o no
el régimen de propiedad de la comunidad primitiva en nuestro país?
Supongo que subsiste entre algunas minorías nacionales. Asimismo,
en nuestro país existen todavía la propiedad esclavista y la propie-
dad feudal. Aunque, vistos con los ojos de hoy, no son buenos ni el
sistema esclavista, ni el feudal, ni el capitalista, lo cierto es que en
la historia fueron más progresistas que el sistema de la comunidad
primitiva. Fueron progresistas al comienzo, pero más tarde se volvie-
ron inservibles y, en consecuencia, fueron reemplazados por otros. El
Artículo 70 del proyecto de Constitución estipula que, en las zonas de
minorías nacionales, “de conformidad con las particularidades políti-
cas, económicas y culturales de la nacionalidad o nacionalidades de
una localidad, se pueden elaborar estatutos de autonomía y estatutos
específicos”. Todos estos son ejemplos de cómo se integra la fidelidad
a los principios con la flexibilidad.

[Nota: En cuanto a minorías nacionales y nacionalidades ver la fun-


damentación en la nueva Constitución (Pekín Informa número 4 del
29 de enero 1975). Tener en cuenta que ambos puntos de partida
son en la construcción del socialismo después de la toma del poder.
Extractos, dice en:

Preámbulo
...

Por más de 20 años, el pueblo de todas las nacionalidades


de nuestro país, bajo la dirección del partido Comunista de China y
prosiguiendo su avance triunfal, ha logrado victorias en la revolución
y la construcción socialistas...

[...]

Debemos consolidar la gran unión del pueblo de todas las


nacionalidades dirigidas por la clase obrera y basada en la alianza
obrero-campesina y desarrollar el frente único revolucionario.

[...]

¡Pueblo de todas las nacionalidades del país, unámonos para


62

conquistar mayores victorias!

Capítulo I

Principios generales

[...]

Artículo 4

La República Popular China es un Estado multinacional uni-


tario. Todas las zonas donde se aplica la autonomía nacional regional
son parte inseparable de la República Popular China

Todas las nacionalidades son iguales en derechos. Se debe


combatir el chovinismo de gran nacionalidad y el chovinismo de na-
cionalidad local.

Todas las nacionalidades tienen la libertad de usar sus pro-


pias lenguas orales y escritas.

[...]

Artículo 5

En la República China existen principalmente, en la actuali-


dad, dos tipos de propiedad sobre los medios de producción: propie-
dad socialista de todo el pueblo y propiedad colectiva socialista de las
masas trabajadoras.
El Estado permite que los trabajadores individuales no agrícolas [...]
se dediquen al trabajo individual sin explotar a otros y dentro de los
límites admitidos por la ley. Al mismo tiempo, se les debe conducir
paso a paso a tomar el camino de la colectivización socialista.

Apartado 4

Organismos autónomos de las zonas de autonomía nacional

Artículo 24

Las regiones autónomas, prefecturas autónomas y distritos


autónomos son zonas de autonomía nacional. Sus organismos autó-
nomos son las asambleas populares y los comités revolucionarios.
Además de las atribuciones de los organismos locales del Estado
especificadas en el apartado 3 del capítulo II de esta Constitución
(empieza diciendo: Las asambleas populares locales a los diversos
63

niveles son los órganos locales del poder del Estado), los organismos
autónomos de las zonas de autonomía nacional pueden ejercer la
autonomía dentro de los límites de su competencias establecidos por
la ley.

Los organismos estatales a nivel superiores deben asegurar


plenamente a los organismos autónomos de las zonas de autonomía
nacional el ejercicio de la autonomía y apoyar activamente a las mi-
norías nacionales en la realización de la revolución y la construcción
socialistas.]

En En refutación de la
“uniformidad de la opinión publica”
(24 de mayo de 1955)

En 184

[Leer todo]

En Prefacio y glosas a materiales sobre


la camarilla contrarrevolucionaria
de Ju Feng
(mayo y junio de 1955)

En 187

[Leer todo]

En Sobre el problema de la
cooperativización agrícola
(31 de julio de 1955)

En 215-216

Partiendo de la posición de la burguesía, de los campesinos


ricos o de los campesinos medios acomodados, que tienden espon-
táneamente al capitalismo, algunos camaradas abordan de manera
errónea un problema de importancia capital como es el de la alianza
obrero-campesina. Ellos opinan que es muy peligrosa la actual situa-
ción del movimiento de cooperativización, y nos aconsejan “apearnos
inmediatamente del caballo” en nuestro actual camino de la coope-
64

rativización. [...] Como todos saben, hemos forjado la alianza obre-


ro-campesina, establecida sobre la base de la revolución democrá-
tico-burguesa antiimperialista y antifeudal, revolución que arrancó
la tierra a los terratenientes y la distribuyó entre los campesinos,
liberándolos del yugo de la propiedad feudal. Pero esa revolución
pertenece al pasado, y la propiedad feudal ya está liquidada. Lo que
subsiste actualmente en el campo es la propiedad capitalista de los
campesinos ricos y el inmenso océano de la propiedad campesina
individual. Está a la vista de todos que, durante los últimos años, las
fuerzas espontáneas del capitalismo han venido aumentando diaria-
mente en el campo. En todas partes han surgido nuevos campesinos
ricos, y muchos campesinos medios acomodados procuran hacerse
campesinos ricos. Por otro lado, multitud de campesinos pobres si-
guen en la miseria debido a la escasez de medios de producción; al-
gunos se han endeudado y otros han vendido su tierra o la han dado
en arriendo. Si se deja que esta situación prosiga, se irá agravando
de día en día la polarización en el campo. Los campesinos que hayan
perdido su tierra o continúen en la pobreza, se quejarán de que no
movemos un solo dedo para salvarlos de la ruina o para ayudarlos
a salir de las dificultades. También se sentirán descontentos con no-
sotros los campesinos medios acomodados, que tienen tendencia al
capitalismo, pues jamás podremos satisfacer sus demandas a menos
que queramos emprender el camino capitalista. ¿Puede permane-
cer sólida la alianza obrera-campesina en tales circunstancias? Claro
que no. Este problema sólo puede resolverse sobre una base nueva.
Esto significa que, simultáneamente con la realización gradual de la
industrialización socialista y de las transformaciones socialistas de la
artesanía y de la industria y comercio capitalistas, debemos efectuar
paso a paso la transformación socialista de toda la agricultura, en
otras palabras, realizar la cooperativización, eliminando en el campo
la economía de campesino rico y la economía individual, para que
prospere conjuntamente toda la población rural. Sostenemos que
ésta es la única manera de consolidar la alianza obrero-campesina.
Si no procedemos así, surgirá el peligro de que se rompa.

[...]

Para fines del último año del Primer Plan Quinquenal y co-
mienzos del primer año del Segundo, es decir, para la primavera de
1958, habrán ingresado en cooperativas de carácter semisocialista
unos 250 millones de individuos, o sea, unos 55 millones de familias
campesinas (calculando un promedio de 4,5 personas por familia),
cifra que representa la mitad de la población rural.

En 220-221
65

En la actualidad, estamos realizando no sólo una revolución


en el sistema social, esto es, la transformación de la propiedad pri-
vada en propiedad social, sino también una revolución técnica: la
transformación de la producción manual en producción moderna,
mecanizada y en gran escala. Ambas revoluciones se hallan ligadas
entre sí. En la agricultura, dadas las condiciones de nuestro país, hay
que realizar primero la cooperativización (lo que sucedió en los países
capitalistas fue la transformación capitalista de la agricultura), y sólo
después se podrán emplear grandes máquinas. De ahí que en nin-
gún caso podamos considerar la industria y la agricultura, la indus-
trialización socialista y la transformación socialista de la agricultura,
como dos cosas separadas y aisladas la una de la otra, ni destacar
una en desmedro de la otra. [...] El desenvolvimiento en gran escala
de la industria ligera no sólo exige expandir la industria pesada sino
también la agricultura, ya que no puede realizarse sobre la base de
la economía pequeño-campesina; para ello se requiere la gran explo-
tación agrícola, que en nuestro país significa agricultura cooperativa
socialista, pues únicamente este tipo de explotación puede dar a los
campesinos una capacidad adquisitiva incomparablemente superior a
la actual. Esta experiencia también nos la ha suministrado la Unión
Soviética, pero algunos de nuestros camaradas no la han tomado en
cuenta. Colocándose en la posición de la burguesía, de los campesi-
nos ricos o de los campesinos medios acomodados, que tienden es-
pontáneamente al capitalismo, ellos siempre piensan en los intereses
de una minoría, en lugar de considerar los intereses de todo el país y
de todo el pueblo desde la posición de la clase obrera.

[Leer todo. Muy aleccionador]

En Para la cooperativización agrícola


debemos apoyarnos en la militancia del partido
y de la liga y en los campesinos pobres
y campesinos medios inferiores
(7 de septiembre de 1955)

En 223

[...] 3) los antiguos campesinos medios inferiores. Con res-


pecto a los campesinos medios acomodados —los nuevos y antiguos
campesinos medios superiores— que no desean temporalmente in-
gresar en las cooperativas, no hay que incorporarlos por la fuerza.
En muchos lugares, ha sucedido que se los ha forzado a ingresar en
las cooperativas echando el ojo a sus bestias y aperos de labranza
(el valor fijado es demasiado bajo, y el plazo de amortización, de-
masiado largo). Esto es, en la práctica, una vulneración de sus in-
66

tereses y va en contra del principio de “unirnos sólidamente con los


campesinos medios”, principio marxista que no debemos infringir en
ningún momento. En cuanto a aquellos campesinos medios acomo-
dados con una espesa mentalidad capitalista (sin que esto se refiera,
desde luego, a los pocos que son ecuánimes y competentes y que
tienen una alta conciencia política), arrastrarlos a las cooperativas,
permitirles colarse en ellas para escalar la dirección (su ingreso no
obedece a una verdadera conciencia política), o dejarles organizar
un tipo rebajado de cooperativas tales como las descubiertas en el
distrito de Shuangeheng, provincia de Jeilungchiang, sería muy des-
favorable para la implantación de la posición dirigente de los campe-
sinos pobres y los campesinos medios inferiores, dondequiera que las
cooperativas estén recién fundadas o no hayan alcanzado todavía el
predominio; es, pues, imperativo implantar en todas las cooperativas
la posición dirigente de los campesinos pobres y los campesinos me-
dios inferiores.

En 224

[...] Hay que tener en claro algunos puntos más respecto al


problema de en quiénes debemos sustentarnos en el campo. Debe-
mos sustentarnos, en primer lugar, en la militancia del Partido y de la
Liga. Es incorrecto que los organismos dirigentes del Partido de comi-
té territorial para arriba, así como los cuadros enviados al campo para
guiar el trabajo, no se sustenten en los miembros del Partido y de
la Liga, como lo primero que deben hacer, sino que los metan en un
mismo saco que a la gente de fuera del Partido y de la Liga. Debemos
apoyarnos, en segundo lugar, en los elementos más activos, no mili-
tantes del Partido, los cuales deben llegar a constituir más o menos
un 5 por ciento de la población rural (por ejemplo, para un cantón de
unos 2.500 habitantes, aproximadamente 125 activistas). Debemos
esforzarnos por formar un contingente de tales activistas; tampoco a
ellos conviene confundirlos con las masas en general. Y, sólo en tercer
lugar, debemos sustentarnos en las amplias masas de los campesinos
pobres y los dos sectores de los campesinos medios inferiores. Si no
tenemos en claro el problema de en quiénes debemos sustentarnos
ni de cómo hacerlo, cometeremos errores en el movimiento de coo-
perativización.
67

En Un debate en torno a la
cooperativización agrícola
y la actual lucha de clases
(11 de octubre de 1955)

En 225

El problema de la relación entre la cooperativización agrícola


y la transformación de la industria y comercio capitalistas, o sea, la
relación entre la tarea del cumplimiento fundamental de la transfor-
mación socialista de la agricultura en el plazo de unos tres planes
quinquenales y la tarea del cumplimiento fundamental, en el mismo
plazo, de la transformación socialista de la industria y comercio ca-
pitalistas, es el problema de la relación entre la cooperativización
agrícola y la burguesía.

A nuestro juicio, sólo a medida que, en el proceso de la radi-


cal transformación socialista de la agricultura, se consolide gradual-
mente la alianza de la clase obrera con el campesinado sobre una
base nueva, la base del socialismo, podremos ir cortando todos los
vínculos existentes entre la burguesía urbana y el campesinado y
llegar a aislar de manera definitiva a la burguesía, lo que nos facili-
tará transformar radicalmente la industria y comercio capitalistas. El
objetivo que buscamos al realizar la transformación socialista de la
agricultura consiste en extirpar las raíces del capitalismo en la vaste-
dad del campo.

Hasta ahora no hemos consumado la cooperativización agrí-


cola; la clase obrera todavía no ha establecido, sobre una base nue-
va, una alianza sólida con el campesinado, y la que tiene ahora es
aún inestable. Actualmente los campesinos no están satisfechos con
la alianza que forjamos con ellos en el pasado sobre la base de la
revolución agraria. Ya han olvidado un poco los beneficios que obtu-
vieron en aquel entonces. Ahora es menester darles nuevos benefi-
cios: el socialismo. Hasta hoy no todos los campesinos han logrado
una vida holgada, y la producción de cereales y de materias primas
industriales sigue siendo muy insuficiente. En tales circunstancias, es
posible que la burguesía utilice este problema como un asidero para
atacarnos. Pero a la vuelta de unos cuantos años, presenciaremos
una situación completamente distinta: La clase obrera y el campesi-
nado habrán establecido sobre la nueva base una alianza más sólida
que la de antes.

En 278-228
68

Tenemos ahora dos alianzas: una, con el campesinado y, la


otra, con la burguesía nacional. Ambas son indispensables para noso-
tros, y de este problema también ha hablado el camarada Chou En-
lai. ¿Qué beneficio nos trae la alianza con la burguesía? La obtención
de una mayor cantidad de productos industriales para el intercambio
por productos agrícolas. Esta fue la idea que Lenin concibió en un
momento posterior a la Revolución de Octubre. Como el Estado no
poseía artículos industriales para el intercambio, los campesinos, re-
nuentes a que se les pagara únicamente en papel moneda, no le ven-
dían sus cereales. En estas circunstancias, Lenin propuso que el Po-
der estatal del proletariado concluyera una alianza con el capitalismo
de Estado para incrementar los productos industriales y hacer frente
así a las fuerzas espontáneas del campo [1 Véase V. I. Lenin, So-
bre el impuesto en especie]. Con la alianza que hemos concertado
con la burguesía, absteniéndonos, por el momento, de confiscar las
empresas capitalistas y aplicándole la política de utilización, restric-
ción y transformación, nos proponemos obtener más productos ma-
nufacturados para satisfacer las necesidades de los campesinos y, de
esta manera, lograr que éstos abandonen la renuencia que tienen a
vender cereales e incluso ciertas materias primas industriales. Así es
como nos valemos de la alianza con la burguesía para hacer cambiar
esa actitud de los campesinos. Al mismo tiempo, nos sustentamos
en la alianza con el campesinado para obtener cereales y materias
primas industriales y, con ello, sujetar a la burguesía. Los capitalistas
no disponen de materias primas; el Estado sí. Para obtener las que
necesitan, tienen que vender a éste sus productos manufacturados
y tomar el camino del capitalismo de Estado. Si no acceden, nos ne-
garemos a suministrarles materias primas, cerrándoles así cualquier
otra salida. De esta manera, bloquearemos el camino capitalista que
trata de seguir la burguesía fomentando el mercado libre, adquirien-
do libremente las materias primas y vendiendo del mismo modo los
productos industriales; además, aislaremos a la burguesía en lo polí-
tico. He aquí la acción recíproca entre estas dos alianzas. De ellas, la
alianza con el campesinado es la principal, fundamental y de primer
orden, mientras que la alianza con la burguesía es temporal y de or-
den secundario. Tanto la una como la otra son hoy indispensables en
un país económicamente atrasado como el nuestro.

La reforma agraria nos permitió a nosotros formar una alian-


za con el campesinado sobre la base de la democracia, y a los cam-
pesinos les permitió obtener tierra. La distribución de la tierra a los
campesinos corresponde, por su naturaleza, a la revolución democrá-
tico-burguesa, pues con ella solamente se destruye el sistema de la
propiedad feudal, pero no el de la propiedad capitalista ni el de la in-
dividual. Esta alianza Hizo que, por primera vez, la burguesía se sin-
tiera aislada. En la III Sesión Plenaria del Comité Central, celebrada
69

en 1950, yo dije que no debíamos atacar en las cuatro direcciones. En


aquel entonces, todavía no se había llevado a cabo la reforma agraria
en gran parte del país, y no todos los campesinos se habían puesto de
nuestro lado; en esas circunstancias, no era conveniente abrir fuego
contra la burguesía. Sólo después de que se realizó la reforma agraria
y de que todo el campesinado se puso de nuestro lado, se hizo posible
y necesario desplegar las campañas contra los “tres males” y contra
los “cinco males”. La cooperativización agrícola nos permitirá reforzar
nuestra alianza con el campesinado, ya no sobre la base de la demo-
cracia burguesa, sino del socialismo proletario. Así se podrá aislar en
definitiva a la burguesía y facilitar la liquidación final del capitalismo.

En 245-246 [muy interesante]

Octavo. Hay que continuar combatiendo el chovinismo de


gran Jan. Este constituye una manifestación de la ideología burguesa.
Los janes tienen tanta gente que tienden a subestimar a las minorías
nacionales y a no ayudarles de todo corazón; de ahí la necesidad de
combatir implacablemente el chovinismo de gran Jan. Desde luego,
también puede surgir de parte de las minorías nacionales el nacio-
nalismo estrecho, que igualmente debemos combatir. Pero, el prin-
cipal de estos dos fenómenos, el que debe ser combatido en primer
lugar, es el chovinismo de gran Jan. Con tal que los camaradas de
la nacionalidad Jan adopten una actitud correcta, traten de mane-
ra realmente justa a las minorías nacionales y que, en la aplicación
de la política sobre la cuestión nacional y en su posición respecto a
las relaciones entre nacionalidades, se adhieran completamente al
marxismo y no a las ideas burguesas, es decir, con tal que estén
exentos del chovinismo de gran Jan, será relativamente fácil superar
la mentalidad de nacionalismo estrecho que pueda existir entre las
minorías nacionales. Todavía hoy son muchas las manifestaciones de
chovinismo de gran Jan, tales como el acaparamiento del manejo de
todos los asuntos de las minorías nacionales, la falta de respeto a
sus costumbres y prácticas tradicionales, las ínfulas de infalibilidad,
el menosprecio a las minorías nacionales y la afición a hablar de su
atraso. En la Conferencia Nacional del Partido celebrada en marzo pa-
sado, dije que China no podía prescindir de las minorías nacionales.
Nuestro país cuenta con decenas de nacionalidades. Las zonas donde
habitan las minorías son más extensas que las de la nacionalidad Jan,
y allí existen abundantes recursos naturales. La economía nacional no
puede sostenerse prescindiendo de la economía de las minorías.
70

En Prefacios a El auge socialista


en el campo chino
(septiembre y diciembre de 1955)

En 252

En la etapa inicial de la cooperativización, una parte de los


campesinos medios fueron reacios a la transformación socialista, y lo
fueron, sobre todo, los campesinos medios acomodados, que tienen
una fuerte inclinación al capitalismo. De lo que aquí se trata es de la
política y los métodos de trabajo del Partido para con los campesinos
medios en el movimiento de cooperativización.

En 256

[...] Nos indica que basta un año más, el de 1956, para con-
cluir básicamente la cooperativización agrícola semisocialista. Y en
otros tres o cuatro años, es decir, en 1959 ó 1960, podremos ter-
minar, en lo fundamental, la conversión de las cooperativas semi-
socialistas en cooperativas plenamente socialistas. Nos demuestra,
además, que también debemos esforzarnos por cumplir, antes de lo
programado, las transformaciones socialistas de la artesanía y de la
industria y comercio capitalistas de China, para responder a las nece-
sidades del desarrollo agrícola.

En Algunas experiencias en la
historia de nuestro Partido
(25 de septiembre de 1956)

Parte de una conversación sostenida por el camarada Mao


Tsetung con delegados de algunos Partidos Comunistas lati-
noamericanos.

[Estudiar completo, muy, muy interesante]

En Discurso pronunciado en la
II Sesión Plenaria
del VIII Comité Central
del Partido Comunista de China
(15 de noviembre de 1956)
71

En 369-370

Un país y otro constituyen, igualmente, una unidad de con-


trarios. Tanto China como la Unión Soviética llevan el nombre de
países socialistas, pero, ¿hay o no diferencias entre ellas? Sí. Son di-
ferentes en cuanto a su composición nacional. Además, allí la Revolu-
ción de Octubre tuvo lugar hace ya treinta y nueve años, en tanto que
aquí sólo han pasado siete años desde que conquistamos el Poder a
escala nacional. Son diferentes también muchas de las cosas que se
hacen en uno y otro país. Por ejemplo, a diferencia de lo allí sucedido,
nuestra colectivización agrícola se efectúa pasando por varias eta-
pas; son asimismo distintas de las suyas nuestra política para con los
capitalistas, nuestra política de precios en el mercado y nuestra ma-
nera de tratar la relación de la agricultura y la industria ligera con la
industria pesada; finalmente, difieren de los suyos los sistemas que
practicamos en nuestro Ejército y nuestro Partido. A ellos les hemos
dicho: No estamos de acuerdo con ustedes en algunas de las cosas
que hacen ni aprobamos algunas de sus maneras de proceder.

Cierto número de camaradas nuestros se desinteresan de la


dialéctica y no hacen análisis. Creen que es bueno todo lo de la Unión
Soviética y lo trasplantan mecánicamente. En realidad, todas las co-
sas, tanto chinas como extranjeras, son analizables; unas son buenas
y otras, malas.

En 373-374

La democracia es un medio; todo depende de a quién se apli-


ca y con qué propósito. Nos gusta la democracia grande, pero una
democracia grande bajo la dirección del proletariado. Movilizamos a
las masas en la lucha contra Chiang Kai-shek y lo derribamos al cabo
de veintitantos años de lucha; en el movimiento de reforma agraria,
las masas campesinas se levantaron contra la clase terrateniente y,
luego de tres años de lucha, obtuvieron la tierra. Todo esto significó
democracia grande. La campaña contra los “tres males” tuvo como
blanco a los funcionarios corrompidos por la burguesía, y la campaña
contra los “cinco males”, a la burguesía; fueron duros golpes con-
tra ellos. Todas estas luchas constituyeron vigorosos movimientos de
masas implicaron democracia grande. Días atrás, las masas efectua-
ron manifestaciones frente a la Oficina del Encargado de Negocios
de Inglaterra acreditado en China y centenares de miles de personas
realizaron un gran mitin en la Plaza Tienanmen, de Pekín, como actos
de apoyo a Egipto en su resistencia a la agresión anglo-francesa. Esto
también significa democracia grande, dirigida contra el imperialismo.
¿Por qué no nos va a gustar una democracia grande como ésta? Nos
gusta de veras. ¿Contra quiénes está dirigida esta democracia gran-
72

de? Contra el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocráti-


co, así como contra el capitalismo. La transformación socialista de la
industria y el comercio privados está dirigida contra el capitalismo.
La transformación socialista de la agricultura tiene por objeto abolir
la propiedad privada de los pequeños productores y, por su natura-
leza, también está dirigida contra el capitalismo. La transformación
socialista de la agricultura la efectuamos mediante el movimiento de
masas, es decir, mediante la movilización del campesinado, siendo
lo más importante hacer que primero se organizaran los campesinos
pobres y los campesinos medios inferiores, de modo que luego los
campesinos medios superiores no tuvieran otro remedio que dar su
aprobación. En cuanto a la aprobación que a la transformación socia-
lista dieron los capitalistas batiendo tambores y gongs, eso se explica
porque no les quedaba otra alternativa ante el auge socialista en el
campo y el empujón que desde abajo les propinaron las masas obre-
ras.

En 374-375

Hace unos pocos años, se decidió construir un aeropuerto en


cierto lugar de la provincia de Jonán. Pero, se obligó a los campesinos
del lugar a mudarse, sin antes haberlos acomodado debidamente ni
haberles explicado con claridad las razones. Los campesinos protes-
taron: “Ni los mismos pájaros dejarían de lanzar unos chillidos si
ustedes, armados de una vara, hurgaran y derribasen sus nidos.”
También tú, Teng Siao-ping, tienes un nido; ¿no lanzarías gritos si yo
te lo destruyera?

[...]

Debemos permitir que los obreros se declaren en huelga y


que las masas hagan manifestaciones. El derecho a realizar mani-
festaciones está estipulado en la Constitución. Propongo que, en el
futuro, cuando se modifique la Constitución, se agregue la libertad de
huelga, permitiendo así que los obreros se declaren en huelga. Esto
facilitará la solución de las contradicciones del Estado y los directo-
res de fábrica con las masas. Estas son contradicciones y nada más.
El mundo está lleno de contradicciones. La revolución democrática
resolvió aquellas que teníamos con el imperialismo, el feudalismo y
el capitalismo burocrático. Hoy, también se han resuelto en lo fun-
damental nuestras contradicciones con el capitalismo nacional y la
pequeña producción en cuanto al sistema de propiedad, pero, al mis-
mo tiempo, se ha puesto de relieve contradicciones distintas y han
surgido otras nuevas.
73

En Discursos en una conferencia


de secretarios de comités provinciales,
municipales y de región autónoma del Partido
(enero de 1957)

En 397

Quisiera decir algo sobre las relaciones chino-soviéticas. Creo


que es inevitable que haya forcejeos y no hay razón para pensar que
éstos no tengan cabida entre comunistas. ¿Existe en el mundo lugar
alguno libre de forcejeos? El marxismo es un ismo de forcejeos, pues
trata de las contradicciones y la lucha. Siempre existen contradiccio-
nes, y donde hay contradicciones hay lucha. Entre China y la Unión
Soviética actualmente se presentan algunas contradicciones.

En 400-402

En filosofía, materialismo e idealismo forman una unidad de


contrarios, son dos cosas que luchan entre sí. Además de esta pa-
reja, hay otra —dialéctica y metafísica—, con la cual sucede lo mis-
mo. Siempre que se habla de filosofía, no pueden faltar estas dos
parejas. En la Unión Soviética, ahora ya no se enfocan las cosas en
términos de pareja, sino de solitario, y ello con el argumento de que
sólo se debe franquear el paso a las flores fragantes, cerrándolo a las
hierbas venenosas, con lo que se niega la existencia del idealismo y
de la metafísica en los países socialistas. En realidad, en todos los
países se puede advertir la presencia de idealismo, de metafísica, de
hierbas venenosas. En la Unión Soviética, muchas hierbas venenosas
hacen su aparición bajo el manto de flores fragantes y muchos plan-
teamientos peregrinos salen con el rótulo de materialismo o realismo
socialista. Nosotros, en cambio, reconocemos abiertamente la lucha
entre materialismo e idealismo, dialéctica y metafísica, flores fragan-
tes y hierbas venenosas. Esta lucha continuará por siempre, dando
un paso adelante en cada etapa.

Quisiera dar un consejo a los camaradas aquí presentes. Si


ustedes poseen conocimientos de materialismo y dialéctica, deben
estudiar, a modo de complemento, algo de sus contrarios, el idealis-
mo y la metafísica. Es preciso leer materiales negativos como libros
de Kant y Hegel, de Confucio y Chiang Kai-shek. Si no conocen nada
acerca del idealismo y la metafísica ni han entrado en lucha con ta-
les cosas negativas, sus conocimientos de materialismo y dialéctica
carecerán de solidez. Un defecto de algunos de nuestros militantes
e intelectuales del Partido reside precisamente en su escasísimo co-
nocimiento de las cosas negativas. Se limitan a repetir lo que han
74

aprendido en unos cuantos libros de Marx, y eso suena bastante mo-


nótono. Sus discursos y artículos carecen de fuerza convincente. Si
uno no ha estudiado las cosas negativas, no puede refutarlas. Marx,
Engels y Lenin procedieron de otra manera. Estudiaron e investigaron
con ahínco las más variadas cosas de su tiempo y de la historia y,
además, enseñaron a la gente a obrar así. Las tres partes integrantes
del marxismo nacieron en el proceso del estudio de teorías burguesas
—la filosofía clásica alemana, la economía política clásica inglesa y el
socialismo utópico francés— y de la lucha contra ellas. Stalin fue un
poco débil en este sentido. En su tiempo, la filosofía idealista clásica
de Alemania fue considerada como una reacción de la nobleza ale-
mana contra la revolución francesa. Con semejante conclusión se la
descalificó a toda ella en bloque. Stalin negó la ciencia militar alema-
na al afirmar que, como los alemanes habían sido derrotados, ya no
tenía validez su ciencia militar y no había para que leer los trabajos
de Clausewitz.

En Stalin hubo mucho de metafísica; además, él enseñó a


mucha gente a ponerla en práctica. En el Compendio de Historia del
Partido Comunista (bolchevique) de la URSS, planteó que al método
dialéctico marxista lo caracterizaban cuatro rasgos fundamentales.
Presentó como el primero de ellos la conexión de los objetos y fenó-
menos y lo hizo como si todos ellos estuvieran vinculados sin más ni
más. Pero, ¿qué es lo que se halla vinculado? Los dos términos con-
trarios. Toda cosa supone la existencia de dos términos contrarios. Al
explicar el cuarto rasgo —las contradicciones internas implícitas en
los objetos y fenómenos—, se limitó a hablar de la lucha de los con-
trarios sin mencionar su unidad. De acuerdo con la ley de la unidad
de los contrarios —la ley fundamental de la dialéctica—, los contra-
rios están en lucha pero al mismo tiempo conforman una unidad; se
excluyen mutuamente pero también están vinculados entre sí y, en
determinadas condiciones, se transforman el uno en el otro.

La cuarta edición del Diccionario filosófico abreviado, redac-


tado en la Unión Soviética, refleja en su definición de la “identidad”
este punto de vista de Stalin. El diccionario dice: “Fenómenos tales
como la guerra y la paz, la burguesía y el proletariado, la vida y la
muerte, no pueden ser idénticos, porque son radicalmente contrarios
y se excluyen mutuamente.” Esto quiere decir que tales fenómenos
radicalmente contrarios, en vez de tener una identidad marxista, sólo
se excluyen entre sí, no están mutuamente vinculados ni pueden, en
determinadas condiciones, transformarse el uno en el otro. Tal afir-
mación es por completo errónea.

Según la opinión de ellos, la guerra es la guerra y la paz,


la paz, sin que entre una y otra haya conexión alguna sino simple
75

exclusión mutua; la guerra no puede transformarse en paz, ni vice-


versa. Lenin citó una vez las siguientes palabras de Clausewitz: “La
guerra es la continuación de la política por otros medios.” La lucha
en los tiempos de paz es política, y lo es también la guerra, aun-
que valiéndose de medios especiales. La guerra y la paz se excluyen
mutuamente y al mismo tiempo están interconectadas; además, en
determinadas condiciones, la una se transforma en la otra. Si la gue-
rra no se incubara en los tiempos de paz, ¿cómo podría estallar de
repente? Y, si durante la guerra no se incubara la paz, ¿cómo podría
ésta llegar súbitamente?

Si la vida y la muerte no pudieran transformarse la una en


la otra, cabría preguntar: ¿De dónde salieron entonces los organis-
mos vivos? En un principio, en la Tierra sólo existía materia inerte;
la materia viva apareció más tarde, gracias a las transformaciones
operadas en la materia inerte, es decir, en la materia muerta. En
todos los organismos vivos tiene lugar el metabolismo, tiene lugar
el crecimiento, la reproducción y la muerte. En el proceso total de la
existencia, vida y muerte incesantemente luchan entre sí y se trans-
forman la una en la otra.

[...]

A Stalin se le escapó la conexión existente entre la lucha y


la unidad de los contrarios. La mentalidad de ciertas personas en la
Unión Soviética es metafísica; es tan rígida que, para ellas, esto es
esto y lo otro es lo otro, sin que reconozcan la unidad de los contra-
rios.

En 405

Quinto. El problema de los desórdenes. El hecho de que en la


sociedad socialista unas cuantas personas promuevan desórdenes, es
un nuevo problema que merece ser estudiado con seriedad.
En la sociedad, toda cosa constituye una unidad de contrarios. La so-
ciedad socialista es también una unidad de contrarios, y en ella hay
unidad de contrarios en el seno del pueblo y la hay entre nosotros y el
enemigo. La razón fundamental de que en el país todavía se presen-
ten desórdenes promovidos por unas cuantas personas es que aún
existen en nuestra sociedad diversos tipos de términos opuestos —los
positivos y los negativos— y clases, personas y opiniones contrarias.
Hemos cumplido en lo fundamental la transformación socialista de la
propiedad sobre los medios de producción, pero subsisten la burgue-
sía, los terratenientes y los campesinos ricos, así como tiranos locales
y contrarrevolucionarios. Ellos conforman las clases expropiadas y
son objeto de nuestra opresión. Sienten odio y, en muchos de ellos,
76

este odio estalla en la primera oportunidad. Cuando se produjeron los


acontecimientos de Hungría, alimentaron la esperanza de que Hun-
gría se hundiera en el caos y pensaron que lo mejor sería que China
corriera idéntica suerte. Esto se halla determinado por su naturaleza
de clase.

En 406

En la manera de pensar de los hombres, la búsqueda de la


verdad en los hechos y el subjetivismo están en oposición. Pienso que
habrá subjetivismo todos los años. ¿No habrá ni un ápice de subjeti-
vismo de aquí a diez mil años? No lo creo.

En 410

La lucha contra la ideología burguesa y contra los elementos


malvados y sus fechorías será prolongada y durará decenios o hasta
centenares de años. En su curso, la clase obrera, los demás trabaja-
dores y los intelectuales revolucionarios irán adquiriendo experien-
cias y templándose, lo cual será de gran provecho.

En 411-412

La razón fundamental de que uno tenga miedo a los des-


órdenes y, al mismo tiempo, los trate de manera simplista, es que
ideológicamente no reconoce que la sociedad socialista constituye
una unidad de contrarios y que en ella existen contradicciones, clases
y lucha de clases.

Durante largo tiempo, Stalin se mantuvo sin reconocer que


en el sistema socialista subsisten la contradicción entre las relaciones
de producción y las fuerzas productivas y la contradicción entre la su-
perestructura y la base económica. No fue sino en su obra Problemas
económicos del socialismo en la URSS, escrita un año antes de su
fallecimiento, en la que se refirió, pero a medias palabras, a la con-
tradicción entre las relaciones de producción y las fuerzas productivas
en el sistema socialista, afirmando que podrían surgir problemas si la
política no era correcta o si faltaba una regulación apropiada. Sin em-
bargo, ni siquiera entonces planteó como un problema que afectase
a todo el conjunto la contradicción entre las relaciones de producción
y las fuerzas productivas y la contradicción entre la superestructura
y la base económica en el sistema socialista, ni llegó a comprender
que éstas son las contradicciones fundamentales que impulsan hacia
adelante la sociedad socialista. El estimaba que el Estado bajo su
dirección era ya estable y sólido. Por lo que a nosotros respecta, no
debemos considerar que el nuestro sea ya estable y sólido, pues si-
77

multáneamente es y no es así.

Según la dialéctica, del mismo modo que el hombre tiene que


morir tarde o temprano, también el sistema socialista, corno fenóme-
no histórico que es, ha de desaparecer un día, ha de ser negado por
el sistema Comunista. Si uno afirmase que nunca desaparecerá el
sistema socialista, ni las relaciones de producción y la superestructu-
ra socialistas, ¿en dónde habría dejado el marxismo? ¿No equivaldría
esto a un dogma religioso, a la teología, que predica la eternidad de
Dios?

Cómo tratar las contradicciones entre nosotros y el enemigo


y las existentes en el seno del pueblo en la sociedad socialista es
una ciencia, una ciencia que merece ser estudiada concienzudamen-
te. En las condiciones de nuestro país, la actual lucha de clases es,
parcialmente, manifestación de las contradicciones entre nosotros y
el enemigo, pero, en la mayoría de los casos, manifestación de las
contradicciones en el seno del pueblo. Un reflejo de este estado de
cosas son los desórdenes que ahora promueve un reducido número
de personas. Suponiendo que el globo terrestre se destruya dentro
de diez mil años, por lo menos durante estos diez mil años enteros
habrá desórdenes. Pero no nos corresponde ocuparnos de asuntos
tan lejanos como los que han de ocurrir en términos de diez mil años.
Lo que nos incumbe es hacer serios esfuerzos por adquirir, en un pe-
ríodo de varios quinquenios, las experiencias necesarias para tratar
este problema.

[...] En un período posterior a la Segunda Guerra Mundial,


el Partido Comunista de la Unión Soviética y los Partidos de algunos
países de Europa Oriental dejaron de lado los principios fundamenta-
les del marxismo. Tendieron un manto de silencio sobre la lucha de
clases, la dictadura del proletariado, la dirección del Partido, el cen-
tralismo democrático, los vínculos del Partido con las masas, etc., y la
atmósfera que allí se vivía era de escaso interés por estas cosas. Fue
por eso que se produjeron los acontecimientos de Hungría. Nosotros
hemos de atenernos firmemente a la teoría básica del marxismo. En
todas las provincias, municipios y regiones autónomas es preciso em-
prender el trabajo teórico y preparar, en forma planificada, teóricos y
críticos marxistas.

En 413

Es preciso mantener estrechos vínculos con las masas. El que


se divorcia de las masas y practica el burocratismo necesariamente
sufre golpes. Por no haber hecho investigaciones, los dirigentes hún-
garos ignoraban el estado de ánimo de las masas y, en consecuencia,
78

al sobrevenir los graves desórdenes, ni siquiera atinaron a compren-


der sus causas.

En 415

Hay que persistir en eliminar a los contrarrevolucionarios. To-


dos los contrarrevolucionarios comprobados deben ser eliminados.
Es necesario que acatemos nuestra legalidad, pero actuar conforme
a la ley no significa atarnos de pies y manos. Es incorrecto dejar de
eliminar a los contrarrevolucionarios atándonos de pies y manos. De-
bemos actuar conforme a la ley y con las manos libres.

Séptimo. El problema de la agricultura.... [Leer todo]

En 418

He aquí la naturaleza zigzagueaste del movimiento contradic-


torio de las cosas.

En resumen, se impone proceder con arreglo a la dialéctica.


Es a esto a lo que se ha referido el camarada Teng Siao-ping. A mi
modo de ver, todo el Partido debe estudiar la dialéctica y promover la
práctica de obrar conforme a ella. Todo el Partido debe prestar sufi-
ciente atención al trabajo ideológico y teórico, forjar un contingente
teórico marxista y reforzar el estudio y la propaganda de la teoría
marxista. Hay que aplicar la teoría marxista de la unidad de los con-
trarios para observar y abordar los nuevos problemas relativos a las
contradicciones de clase y a la lucha de clases en la sociedad socia-
lista, así como los nuevos problemas que surjan en las luchas a nivel
internacional.

En Sobre el tratamiento correcto


de las contradicciones
en el seno del pueblo
(27 de febrero de 1957)

En 420-421

En el período de la Guerra de Liberación, los enemigos del


pueblo eran los imperialistas norteamericanos y sus lacayos —la bur-
guesía burocrática y la clase terrateniente, así como los reacciona-
rios del Kuomintang que representaban a estas clases—; el pueblo
lo constituían todas las clases, capas y grupos sociales que luchaban
contra estos enemigos. En la etapa actual, período de edificación del
79

socialismo, integran el pueblo todas las clases, capas y grupos so-


ciales que aprueban y apoyan la causa de la construcción socialista
y participan en ella, mientras que son enemigos del pueblo todas
las fuerzas y grupos sociales que oponen resistencia a la revolución
socialista y se muestran hostiles a la construcción socialista o la sa-
botean.

Las contradicciones entre nosotros y el enemigo son anta-


gónicas. En cuanto a las contradicciones en el seno del pueblo, las
que existen dentro de las masas trabajadoras no son antagónicas,
mientras que las existentes entre la clase explotada y la explotadora
tienen, además del aspecto antagónico, otro no antagónico. Las con-
tradicciones en el seno del pueblo no datan de hoy, pero tienen distin-
to contenido en los diferentes períodos de la revolución y el período
de la construcción socialista. En las condiciones actuales de nuestro
país, esas contradicciones comprenden: las contradicciones dentro
de la clase obrera, dentro del campesinado y dentro de la intelectua-
lidad; las contradicciones entre la clase obrera y el campesinado; las
contradicciones entre los obreros y campesinos, por una parte, y los
intelectuales, por la otra; las contradicciones entre la clase obrera y
los demás trabajadores, de un lado, y la burguesía nacional, del otro;
las contradicciones dentro de la burguesía nacional, etc. Nuestro go-
bierno popular es un gobierno que representa realmente los intere-
ses del pueblo y que está al servicio de éste. Sin embargo, entre el
gobierno y las masas populares también existen ciertas contradiccio-
nes. Estas incluyen las contradicciones entre los intereses del sector
estatal, los intereses del sector colectivo y los intereses individuales,
entre la democracia y el centralismo, entre dirigentes y dirigidos y
entre las masas y ciertos trabajadores gubernamentales con estilo
burocrático. Todas éstas también son contradicciones en el seno del
pueblo. Hablando en términos generales, las contradicciones en el
seno del pueblo son contradicciones que se dan sobre la base de la
identidad fundamental de los intereses de éste.

En 445-446

También el marxismo se ha desarrollado en medio de luchas.


Al principio, Fue objeto de toda suerte de ataques y considerado
como hierba venenosa. Esto sucede todavía hoy en muchos lugares
del mundo. Sin embargo, el marxismo goza de una posición muy dife-
rente en los países socialistas. Pero, incluso en éstos, subsisten ideas
no marxistas, y aun antimarxistas. En China, aunque ha culminado
básicamente la transformación socialista en lo tocante a la propiedad
y han terminado en lo fundamental las vastas y tempestuosas luchas
clasistas de las masas, características de los períodos de revolución,
subsisten remanentes de las clases derrocadas: la clase terrateniente
80

y la burguesía compradora; subsiste la burguesía, y la transformación


de la pequeña burguesía acaba de empezar. La lucha de clases no ha
terminado. La lucha de clases entre el proletariado y la burguesía,
entre las diferentes fuerzas políticas y entre el proletariado y la bur-
guesía en el terreno ideológico, será aún larga, tortuosa y a veces in-
cluso muy enconada. El proletariado aspira a transformar el universo
según su concepción del mundo, y a otro tanto aspira la burguesía.
A este respecto, aún no ha sido solucionada realmente la cuestión
de si será el socialismo o el capitalismo el que venza. Los marxis-
tas siguen constituyendo una minoría lo mismo en el conjunto de la
población que entre los intelectuales. Por eso el marxismo tiene que
seguir desarrollándose a través de la lucha. El marxismo sólo puede
desarrollarse en la lucha; esto no sólo es cierto para el pasado y el
presente, sino necesariamente también para el futuro. Lo correcto
se desarrolla siempre en el proceso de la lucha contra lo erróneo. Lo
verdadero, lo bueno y lo hermoso sólo existen en comparación con lo
falso, lo malo y lo feo y siempre se desarrollan en lucha con ellos. En
el mismo momento en que la humanidad desecha un error y acepta
una verdad, una nueva verdad comienza a luchar contra nuevas ideas
erróneas. Esta lucha no cesará jamás. Esta es la ley del desarrollo de
la verdad y, desde luego, también la ley del desarrollo del marxismo.

En 448

A la par que criticamos el dogmatismo, debemos prestar


atención a criticar el revisionismo. El revisionismo, oportunismo de
derecha, es una corriente ideológica burguesa; es más peligroso que
el dogmatismo. Los revisionistas, oportunistas de derecha, siempre
tienen en la boca el marxismo y también atacan el “dogmatismo”.
Pero lo que atacan es precisamente la quintaesencia del marxismo.
Combaten o tergiversan el materialismo y la dialéctica; combaten
o intentan debilitar la dictadura democrática popular y la dirección
del Partido Comunista; combaten o intentan debilitar las transfor-
maciones socialistas y la construcción socialista. Incluso después de
la victoria Fundamental de la revolución socialista en nuestro país,
quedan todavía cierto número de personas que sueñan con restaurar
el sistema capitalista y que luchan contra la clase obrera en todos los
frentes, incluido el ideológico. Y en esta lucha, tienen en los revisio-
nistas a sus mejores ayudantes.

En Discurso ante la conferencia nacional


del partido comunista de china
sobre el trabajo de propaganda
(12 de marzo de 1957)
81

En 459-460

Vivimos ahora un período de grandes cambios sociales. Des-


de hace mucho tiempo la sociedad china se encuentra en medio de
grandes cambios. La Guerra de Resistencia contra el Japón fue un
período de grandes cambios y la Guerra de Liberación, otro. Pero los
cambios actuales son, por su carácter, mucho más profundos que los
anteriores. Estamos construyendo el socialismo. Cientos de millones
de personas se han incorporado al movimiento de transformación
socialista. Las relaciones de todas las clases entre sí se hallan en
proceso de cambio. Tanto la pequeña burguesía agraria y artesanal
como la burguesía industrial y comercial han sufrido mutaciones. Se
ha transformado el sistema económico-social; la economía individual
ha devenido en economía colectiva y la propiedad privada capitalista
está siendo transformada en propiedad pública socialista. Cambios de
tal magnitud, por supuesto, tienen que reflejarse en el pensamiento
de la gente. El ser social determina la conciencia. Ante estos grandes
cambios en el sistema social, la gente reacciona de distinto modo de
acuerdo a las clases, capas o grupos sociales a que pertenece. Las
grandes masas del pueblo los respaldan cálidamente, pues la vida
misma ha demostrado que el socialismo es la única solución posible
para China. Derribar el antiguo sistema social y establecer uno nue-
vo, el socialismo, es una gran batalla, un inmenso cambio en el sis-
tema social y en las relaciones entre los hombres. Debe decirse que
la situación es básicamente saludable. Pero, el nuevo sistema social
acaba de establecerse y su consolidación todavía requiere tiempo.
No es dable suponer que un sistema nuevo pueda consolidarse total-
mente en el momento en que se establece; ello es imposible.

En 472-473

En nuestro país subsistirá por largo tiempo la ideología bur-


guesa y pequeñoburguesa, las ideas antimarxistas. Se ha establecido
en lo fundamental el sistema socialista. Hemos obtenido la victoria
básica en la transformación de la propiedad de los medios de pro-
ducción, pero todavía no hemos logrado la victoria completa en los
frentes político e ideológico. En el terreno ideológico, todavía no se
ha resuelto en definitiva la cuestión de quién vencerá: el proletariado
o la burguesía. Aún debemos sostener una lucha prolongada contra
la ideología burguesa y pequeñoburguesa. Es erróneo ignorar esto
y abandonar la lucha ideológica. Todas las ideas erróneas, todas las
hierbas venenosas y todos los absurdos e inmundicias deben ser so-
metidos a crítica; en ninguna circunstancia podemos tolerar que cun-
dan libremente. Sin embargo, la crítica debe ser plenamente razona-
da, analítica y convincente, y no burda y burocrática, ni metafísica y
dogmática.
82

Desde hace mucho tiempo se ha venido criticando profusa-


mente el dogmatismo. Esto es necesario, pero con frecuencia se des-
cuida la crítica al revisionismo. Tanto el dogmatismo como el revisio-
nismo son contrarios al marxismo. Indefectiblemente, el marxismo
avanzará, progresará con el desarrollo de la práctica y no permane-
cerá estático. Quedaría sin vida si se estancara y estereotipara. No
obstante, nunca se deben violar los principios básicos del marxismo;
violarlos conduce a cometer errores. Es dogmatismo enfocar el mar-
xismo desde el punto de vista metafísico, considerándolo como algo
fosilizado. Es revisionismo negar los principios básicos del marxismo,
la verdad universal del marxismo. El revisionismo es una variedad
de la ideología burguesa. Los revisionistas borran lo que distingue al
socialismo del capitalismo, a la dictadura del proletariado de la dicta-
dura burguesa. Lo que preconizan no es, de hecho, la línea socialista,
sino la capitalista. En las circunstancias actuales, el revisionismo es
más pernicioso aún que el dogmatismo. Una importante tarea que
actualmente encaramos en el frente ideológico es desplegar la crítica
al revisionismo.

En Rechazar la ofensiva de los


derechistas burgueses
(9 de julio de 1957)

En 502

La revolución socialista vino de manera veloz. En seis o siete


años se consumó en lo fundamental la transformación socialista de
la propiedad capitalista y la de la propiedad individual de los peque-
ños productores. La transformación del hombre, en cambio, aún deja
mucho que desear, pese a que algo se ha hecho en este sentido. La
transformación socialista consta de dos aspectos: la del sistema y
la del hombre. Por sistema se entiende no sólo la propiedad, sino
también la superestructura, que está integrada principalmente por el
aparato del Poder y la ideología. La prensa, por ejemplo, entra en la
esfera de la ideología. Hay quienes dicen que la prensa no tiene ca-
rácter de clase, que no es un instrumento de la lucha de clases. Esta
aseveración es incorrecta. Por lo menos hasta que sea eliminado el
imperialismo, la prensa y todo lo que pertenezca a la ideología tienen
que reflejar las relaciones de clase. Tanto la educación escolarizada
como el arte y la literatura se hallan dentro de la ideología, forman
parte de la superestructura y tienen todos carácter de clase. Respec-
to a las ciencias naturales, es preciso enfocarlas desde dos ángulos
diferentes. Las ciencias naturales, como tales, no tienen carácter de
clase, pero sí lo tiene el problema de quién es el que las estudia y
83

las utiliza. En la universidad, donde más cunde el idealismo es en las


facultades de lengua china y de historia. Otro tanto se puede afirmar
de los que se dedican al trabajo periodístico. No crean ustedes que el
idealismo abunda únicamente en el terreno de las ciencias sociales,
pues también en el de las ciencias naturales es mucho el idealismo
que hay. Es idealista la concepción del mundo de gran número de
los que se consagran a éstas. Cuando se habla de la composición
del agua, ellos se conducen como materialistas al decir que ésta se
compone de dos elementos. En este aspecto, se sujetan a la realidad.
Pero, cuando se habla de la transformación de la sociedad, se com-
portan como idealistas. La campaña de rectificación, según nosotros,
tiene por objeto fortalecer al Partido Comunista, pero algunos de ellos
sostienen que debe servir para barrer con el Partido Comunista. He
aquí lo que ha quedado al descubierto esta vez.

En 511-513

¿Debe ser el proletariado el que dirija a la burguesía, o a la


inversa? ¿Debe ser el proletariado el que dirija a los intelectuales, o
a la inversa? Los intelectuales tendrán que hacerse intelectuales del
proletariado; no les queda otra salida. “Desaparecida la piel, ¿a qué
podrá adherirse el pelo?” Antes, el “pelo” —los intelectuales— estaba
adherido a cinco “pieles” distintas, viviendo a costillas de ellas. La
primera piel era la propiedad imperialista. La segunda, la propiedad
feudal. La tercera, la propiedad del capitalismo burocrático. ¿No se
proponía la revolución democrática derribar las tres grandes monta-
ñas? Se proponía justamente derribar el imperialismo, el feudalismo
y el capitalismo burocrático. La cuarta piel era la propiedad del capi-
talismo nacional. La quinta, finalmente, era la propiedad de los pe-
queños productores, o sea, la propiedad individual de los campesinos
y los artesanos. En el pasado, los intelectuales estaban adheridos o a
las primeras tres pieles o a las dos últimas, y vivían de ellas. ¿Existen
aún o no estas cinco pieles? Como antes se decía, “la piel ha desapa-
recido”. Los imperialistas se largaron y nosotros tomamos posesión
de sus bienes. La propiedad feudal quedó eliminada y la tierra fue
distribuida entre los campesinos, que hoy, además, se han cooperati-
vizado. Las empresas del capitalismo burocrático fueron confiscadas
por el Estado. Las empresas industriales y comerciales del capitalis-
mo nacional se han transformado en empresas mixtas estatal-pri-
vadas, pasando a ser en lo fundamental (aún no completamente)
socialistas. La propiedad individual de los campesinos y los artesanos
se ha convertido en propiedad colectiva, aunque este sistema de pro-
piedad todavía no está consolidado y para ello se requiere aún varios
años. Estas cinco pieles han dejado de existir, pero siguen ejerciendo
su influencia sobre el “pelo”, sobre los capitalistas y los intelectuales,
que las evocan siempre, hasta en sueños. Quienes proceden de la
84

vieja sociedad y vienen de transitar los viejos carriles, añoran cons-


tantemente la antigua vida y las antiguas costumbres. Por lo tanto, la
remodelación del hombre requiere un tiempo más largo.

En el presente, ¿a qué piel están adheridos los intelectuales?


A la piel de la propiedad social, al cuerpo del proletariado. ¿Quién les
da de comer? Los obreros y los campesinos. Los intelectuales son
maestros contratados por la clase obrera y demás trabajadores para
enseñar a sus hijos. Si tú desobedeces al contratante e insistes en
inculcar a los alumnos tus propias cosas, los ensayos de cliché, la
doctrina confuciana o los cachivaches capitalistas y, con tu educación,
formas unos cuantos contrarrevolucionarios, eso no lo tolerará la cla-
se obrera, que te despedirá o no te renovará el contrato para el año
siguiente.

Como dije hace cien días en este mismo lugar, los intelectua-
les procedentes de la vieja sociedad ya no tienen ninguna base, pues
han perdido su antigua base económico-social; en otras palabras,
han desaparecido aquellas cinco pieles, y así a ellos no les queda más
alternativa que adherirse a la nueva piel. Algunos intelectuales se
sienten intranquilos, andan con el alma en vilo. Flotan en el aire, sin
poder prenderse del cielo ni asentar los pies en la tierra. Esas perso-
nas, dije entonces, deben ser llamadas “caballeros suspendidos en el
vacío”. Flotan en el aire sin tener dónde posarse. Desean volver a su
vieja querencia, pero como allí no queda nada, como esas pieles ya
no existen, es imposible el regreso. Aunque huérfanos de hogar, no
se resignan, sin embargo, a adherirse al cuerpo del proletariado. Para
hacerlo, tendrían que estudiar la ideología del proletariado, adquirir
algún sentimiento de cariño por él y trabar amistad con los obreros
y campesinos. Pero ellos no quieren proceder así y, a sabiendas de
que allí ya no queda nada, todavía piensan en su viejo hogar. Lo que
hacemos ahora es persuadirlos a que despierten. Creo que, a través
de esta crítica masiva, despertarán en uno u otro grado.

En Ser promotores de la revolución


(9 de octubre de 1957)

En 537-538
Sexto. La contradicción entre el proletariado y la burguesía,
entre el camino socialista y el capitalista, es sin duda alguna la con-
tradicción principal en nuestra sociedad actual. La tarea que enfren-
tamos hoy es diferente a la del pasado. Antes, la principal tarea del
proletariado era dirigir a las amplias masas populares en la lucha con-
tra el imperialismo y el feudalismo, tarea que ya fue cumplida. ¿Cuál
es entonces la contradicción principal de hoy? Actualmente, cuando
85

hacemos la revolución socialista, una revolución enfilada contra la


burguesía y, al mismo tiempo, destinada a transformar el sistema de
la pequeña producción, es decir, a llevar a cabo la cooperativización,
la contradicción principal es la que existe entre el socialismo y el
capitalismo, entre el colectivismo y el individualismo, en resumen,
la contradicción entre el camino socialista y el capitalista. La resolu-
ción del VIII Congreso no mencionó este problema. En ella hay un
párrafo según el cual la contradicción principal es la existente entre
el avanzado sistema socialista y las atrasadas fuerzas productivas de
la sociedad. Esa Formulación es errónea. En la II Sesión Plenaria del
VII Comité Central, nosotros dejamos ya señalado que, después de la
conquista de la victoria en todo el país, la contradicción principal en
el plano interno sería la existente entre la clase obrera y la burguesía
y, en el plano externo, la contradicción entre China y el imperialismo.
Desde que tuvo lugar dicha sesión, si bien no hemos hecho público
este punto de vista, en la práctica hemos venido actuando de acuer-
do con él. La revolución ha pasado a ser socialista y lo que estamos
realizando es una revolución socialista. Las tres grandes transforma-
ciones, concluidas ya en lo fundamental, formaron parte de ella y
constituyeron una revolución socialista hecha principalmente sobre la
propiedad de los medios de producción. Implicaron una aguda lucha
de clases.

En la segunda mitad del año pasado se produjo una disten-


sión de la lucha de clases, distensión que nosotros propiciamos de in-
tento. Pero tan pronto como la distendimos, la burguesía, los intelec-
tuales burgueses, los terratenientes, los campesinos ricos y parte de
los campesinos medios acomodados emprendieron un ataque contra
nosotros, tal como ocurrió este año. No bien nosotros morigeramos la
lucha, ellos lanzaron el ataque; eso no estuvo mal, pues nos permitió
ganar la iniciativa. Como dice un editorial de Diario del Pueblo, “el
árbol preferiría la calma, pero el viento no cesa”. ¡Ellos se empeñan
en levantar un viento, un tifón de gran intensidad! Así las cosas, no-
sotros erigimos, por nuestra parte, una “franja forestal protectora”:
la lucha contra los derechistas, la campaña de rectificación.

La campaña de rectificación tiene dos tareas: Una es la lucha


contra los derechistas, incluida la lucha contra la ideología burguesa,
y la otra, las rectificaciones y reformas, que implican también una
lucha entre las dos líneas. El subjetivismo, el burocratismo y el secta-
rismo son cosas de la burguesía, y su existencia en el seno del Partido
es una cuenta que hay que cargar a ésta. ¿Podrá seguírsele cargando
transcurridos cien o doscientos años? Tal vez sea difícil. ¿Subsistirán
para ese entonces el burocratismo y el subjetivismo? Sin duda algu-
na, pero ya correrán por cuenta del atraso. En la sociedad siempre
existirán la izquierda, el centro y la derecha, siempre existirán lo
86

avanzado, lo intermedio y lo atrasado. Quien incurra, para ese enton-


ces, en burocratismo o subjetivismo, será un elemento atrasado.

En 539

Hemos dicho que el problema de la propiedad se ha resuelto


en lo fundamental, pero no que se haya resuelto por completo. La
lucha de clases no se ha extinguido. Por eso, no se trata aquí de una
concesión de principio, sino de una distensión exigida por las circuns-
tancias.

En 540

¡De Stalin, de su persona, tú deberías hacer una apreciación


de 7 a 3! Consideramos que los méritos de Stalin suman un 70 por
ciento y sus errores, un 30 por ciento. Es probable que esta apre-
ciación no sea muy exacta, pues a lo mejor él sólo tuvo un 20 ó 10
por ciento de errores, o un poco más de un 30 por ciento. Sea como
fuere, los méritos de Stalin constituyen su aspecto principal y sus de-
fectos y errores, el secundario. Sobre este punto tenemos opiniones
diferentes a las de Jruschov.

En Confiar firmemente en la
gran mayoría de las masas
(13 de octubre de 1957)

En 545-546
Para todos nosotros, la revolución socialista es algo nuevo. La
que hicimos en el pasado fue una revolución democrática, de carácter
burgués, llamada a eliminar únicamente la propiedad imperialista, la
Feudal y la del capitalismo burocrático, y no la propiedad individual
ni la del capitalismo nacional. Esto permitió que muchos pasaran la
prueba de la revolución democrática. Algunos de ellos, que no sentían
suficiente afán por una revolución democrática cabal, pasaron por
ella a duras penas; otros, que trabajaban a conciencia por una revo-
lución democrática cabal, salieron, ellos sí, airosos de esta prueba.
Ahora se trata de pasar la prueba del socialismo, que para algunos
resulta difícil. Vale traer aquí, a modo de ejemplo, el caso de un mi-
litante del Partido en Jupei, procedente de una familia de asalariados
agrícolas que vivió de la mendicidad durante tres generaciones. Con
la Liberación, se emancipó y comenzó a llevar una vida cómoda, y
llegó a ser un cuadro de nivel territorial. Pues bien, hace poco se
mostró muy descontento del socialismo, muy en desacuerdo con la
cooperativización y, queriendo “ser libre”, se opuso al monopolio es-
87

tatal de compra y venta de cereales. Ahora se ha abierto, con fines de


educación clasista, una exposición sobre su vida, y allí el hombre lloró
a mares y se manifestó dispuesto a corregir sus errores. ¿Por qué
cuesta tanto pasar la prueba del socialismo? Porque de lo que se trata
en esta prueba es de eliminar la propiedad capitalista convirtiéndola
en propiedad socialista de todo el pueblo, y de eliminar la propiedad
individual convirtiéndola en propiedad colectiva socialista. Es obvio
que esta lucha ha de durar muchos años, siendo por ahora difícil
predecir con exactitud cuánto tiempo durará el período de transición.
Este año se ha presentado una creciente de la lucha. ¿Se presentará
en adelante una creciente cada año, como ocurre con el río Amarillo?
Me parece que su frecuencia no será tanta, pero no faltarán en el
futuro crecientes como ésta.

Ahora, ¿cuánta gente en todo el país desaprueba el socia-


lismo? A este respecto, un buen número de camaradas de diversos
lugares y yo hemos hecho algún cálculo. De toda la población del
país, probablemente un 10 por ciento desaprueba el socialismo o se
opone a él. Este porcentaje comprende a la clase terrateniente y los
campesinos ricos, así como a una parte de los campesinos medios
acomodados, de la burguesía nacional, de los intelectuales burgueses
y de la pequeña burguesía superior urbana, e incluso a unos pocos
obreros, campesinos pobres y campesinos medios inferiores. ¿Qué
representa el 10 por ciento de seiscientos millones de habitantes?
Sesenta millones. Esta cifra es considerable y no debemos subesti-
marla.

En 547

Los campesinos ricos son la burguesía del campo. Ya no tie-


nen allí quién los oiga. Los terratenientes están aún más desacre-
ditados. Por su parte, la burguesía compradora tiene, desde hace
tiempo, muy triste fama. En cambio, la burguesía y los intelectuales
burgueses, la pequeña burguesía superior del campo (los campesinos
medios acomodados) y la pequeña burguesía superior urbana (inclui-
dos los pequeños propietarios relativamente acomodados), así como
sus intelectuales, ellos sí que tienen cierta influencia. Particularmente
los intelectuales son muy apreciados, pues su concurso es imprescin-
dible en cualquier trabajo. La enseñanza requiere profesores univer-
sitarios y maestros de secundaria y primaria; la prensa, periodistas;
el teatro, actores, y la construcción, hombres de ciencia, ingenieros
y técnicos. En la actualidad, existen en nuestro país cinco millones
de intelectuales y setecientos mil capitalistas. Sumados, constituyen
unos seis millones. Calculando cinco individuos por familia, tenemos
un total de treinta millones de personas. La burguesía y sus intelec-
tuales son los que más conocimientos culturales y técnicos poseen.
88

He aquí por qué los derechistas andaban con el rabo erguido. ¿No
ha dicho Luo Lung-chi que los pequeños intelectuales proletarios son
incapaces de dirigir a un gran intelectual pequeñoburgués como él?
Al hablar así, en lugar de admitir su pertenencia a la burguesía, in-
sistió en que pertenecía a la pequeña burguesía y en que era un gran
intelectual pequeñoburgués. A mi juicio, no sólo los pequeños intelec-
tuales proletarios, sino también los obreros y campesinos que apenas
conocen unos cuantos caracteres, están a cien codos por encima de
él.

En 550-551

Antes de la Liberación, en nuestro país, sólo había cuatro mi-


llones de obreros industriales, mientras que ahora hay doce millones.
Con ser poco numerosa, la clase obrera es la única clase que tiene
porvenir, en tanto que todas las demás son transitorias y tendrán que
ir pasándose a la clase obrera. Los campesinos pasan primero a ser
campesinos colectivizados, para transformarse luego en obreros de
granjas estatales. La burguesía ha de ser liquidada —no físicamente,
como individuos, sino como clase—, y sus integrantes serán remo-
delados. Los intelectuales burgueses también tienen que remodelar-
se, así como tienen que hacerlo los intelectuales pequeñoburgueses;
existe la posibilidad de que, poco a poco, se remodelen y lleguen a
ser intelectuales proletarios. Dije en otra ocasión: “Desaparecida la
piel, ¿a qué podrá adherirse el pelo?” De no adherirse al proletariado,
los intelectuales estarán expuestos al peligro de encontrarse en la
situación de esos “caballeros suspendidos en el vacío”. Actualmente
muchos de ellos están sindicalizados, y hay quienes se preguntan:
¿Ingresar en un sindicato no significa entrar a formar parte de la cla-
se obrera? Nada de eso. Algunos individuos, aunque se han afiliado al
Partido Comunista, son anticomunistas. ¿No son anticomunistas Ting
Ling y Feng Süe-feng aun siendo militantes del Partido Comunista? La
simple afiliación sindical no equivale a formar parte de la clase obre-
ra, pues todavía queda de por medio un proceso de remodelación.
En el momento actual, los afiliados a los partidos democráticos, los
profesores universitarios, los literatos y los escritores no tienen ami-
gos entre los obreros ni entre los campesinos, lo que constituye una
grave deficiencia. Citemos el caso de Fei Siao-tung. El trabó amistad
con más de doscientos intelectuales de alta categoría en Pekín, Shan-
ghai, Chengtú, Wuján, Wusi y otros lugares. Se confinó en ese tipo de
encierro; más aún, organizó a aquéllos deliberadamente y, hablando
en su nombre, se desbordó en la gran apertura de opiniones. De ahí
que haya salido mal parado. Yo le dije una vez: “¿No podría usted
cambiar un poco? Deje de lado ese su grupo de doscientos, vaya a los
obreros y los campesinos y haga doscientos amigos entre ellos.” Pien-
so que todos los intelectuales deben buscar amigos entre las masas
89

de obreros y campesinos, pues allí es donde se hallan sus verdade-


ros amigos. Deben hacerse amigos de obreros veteranos y, entre los
campesinos, en lugar de actuar a la ligera trabando amistad con los
campesinos medios acomodados, deben hacerla con los campesinos
pobres y campesinos medios inferiores. Los obreros veteranos son
extraordinariamente perspicaces en distinguir el rumbo a seguir, y lo
son también los campesinos pobres y los campesinos medios inferio-
res.

En 552

Es muy necesario emprender una campaña así, pues de lo


contrario, volverá a expandirse el “mercado libre”. Cosas tan extrañas
ocurren en el mundo que bastan tres años sin campaña de rectifi-
cación para que de nuevo corran todo tipo de peregrinas especies y
cunda la mentalidad capitalista en el Partido Comunista, en la Liga
de la Juventud, en los partidos democráticos y entre los profesores
universitarios, maestros de secundaria y primaria, periodistas, inge-
nieros y hombres de ciencia. Así como una casa necesita una limpieza
diaria y la gente se lava la cara todos los días, también la campaña de
rectificación debe efectuarse, a mi juicio, aproximadamente una vez
por año y, cada vez, con un mes de duración.

En 554-555

Cabe preguntar: Si no son rojos ahora, ¿qué color tienen?


¿No es acaso el color blanco? Los intelectuales deben ser rojos y a la
vez calificados. Para tornarse rojos, tienen que tomar la decisión de
desprenderse definitivamente de su concepción burguesa del mundo.
Esto no implica la necesidad de leer gran cantidad de libros, pero sí
la de adquirir una verdadera comprensión de qué es el proletariado y
qué la dictadura proletaria, por qué el proletariado es la única clase
que tiene porvenir en tanto que todas las demás son clases transito-
rias, por qué nuestro país debe seguir el camino socialista y no el ca-
pitalista, por qué es indispensable la dirección del Partido Comunista,
etc., etc.

A muchos no les entró lo que dije el 30 de abril. “Desapa-


recida la piel, ¿a qué podrá adherirse el pelo?” Afirmé entonces que
en China habían existido cinco pieles. Las tres viejas pieles eran la
propiedad imperialista, la propiedad Feudal y la propiedad del capita-
lismo burocrático. En el pasado, los intelectuales vivían a costillas de
estas tres pieles; a costillas, además, de la propiedad del capitalismo
nacional y la propiedad de los pequeños productores, o sea, la de la
pequeña burguesía. La revolución democrática en nuestro país se
dirigía contra las primeras tres pieles, y duró más de cien años a con-
90

tar desde Lin Tse-sü. La revolución socialista se dirige contra las dos
últimas: la propiedad del capitalismo nacional y la de los pequeños
productores. Ahora todas estas cinco pieles han dejado de existir. Las
tres antiguas desaparecieron hace tiempo y las otras dos tampoco
existen ya. ¿Qué piel hay ahora? La de la propiedad social socialista.
Esta, desde luego, comprende dos partes: la propiedad de todo el
pueblo y la colectiva. ¿A costillas de quiénes viven ellos ahora? Sean
los partidos democráticos, los profesores universitarios, los científicos
o los periodistas, todos ellos viven a costillas de la clase obrera y los
campesinos colectivizados, de la propiedad de todo el pueblo y la co-
lectiva y, en síntesis, de la propiedad social socialista. Aquellas cinco
viejas pieles ya no existen, y el pelo, ¿qué? Se ha quedado volando
en el aire y ni cayendo puede afianzarse. Los intelectuales todavía
miran con desprecio esta nueva piel. ¡Vaya con el proletariado y los
campesinos pobres y campesinos medios inferiores! ¡Vaya con esa
gente tan ignorante, que no entiende ni de astronomía ni de geogra-
fía, y que es inferior a Sus Señorías en cuanto a los conocimientos
sobre “las tres religiones y las nueve escuelas”! Los intelectuales son
renuentes aceptar el marxismo-leninismo. A él se le oponía antes
mucha gente. Se le oponían los imperialistas, y Chiang Kai-shek lo
combatía todos los días aseverando que “el comunismo es extraño a
la índole nacional de China”, lo que infundió a muchos el miedo a esta
cosa. Se requiere un proceso y una campaña de revolución ideológica
socialista para que los intelectuales acepten el marxismo-leninismo
y transformen su concepción burguesa del mundo en proletaria. La
campaña desplegada este año tiene precisamente por objeto desbro-
zar ese camino.

En Método dialéctico para


la unidad interna del Partido
(18 de noviembre de 1957)

En 561-562

[...] A mi parecer, debemos tomar una actitud de unidad para


con todos los camaradas, sean quienes fueren, exceptuando a los
elementos hostiles y saboteadores. En el trato con los camaradas,
debemos adoptar el método dialéctico y no el metafísico. ¿Qué signi-
fica aquí el método dialéctico? Significa tratar todas las cosas de ma-
nera analítica, reconocer que todo hombre puede incurrir en errores
y no descalificar completamente a alguien por el hecho de haberlos
cometido. Lenin dijo que no hay en el mundo persona alguna que no
cometa errores. Toda persona necesita el apoyo de otras. Hasta un
valiente precisa la ayuda de otras tres personas y una cerca, el sos-
91

tén de tres estacas. [...] El concepto fundamental de la dialéctica es


la unidad de los contrarios. Si se lo acepta, ¿cómo se debe entonces
tratar a los camaradas que han cometido errores? En primer lugar,
luchar contra ellos a fin de liquidar completamente sus ideas erróneas
y, en segundo, ayudarles. O sea, primero, luchar y, segundo, ayudar.
Partiendo de la buena voluntad, ayudarles a corregir sus errores de
modo que tengan una salida.

En Acerca de los Problemas Económicos


del Socialismo en la URSS de Stalin
(noviembre 1958)

En 183-185

Los comités provinciales y regionales del Partido deben estu-


diar este libro. Su lectura no ha dejado en el pasado una impresión
profunda. En adelante conviene estudiarlo confrontándolo con la rea-
lidad china. En los tres primeros capítulos muchas cosas merecen
retener nuestra atención. Muchas cosas descritas en estos capítulos
son correctas. En ciertos pasajes es posible, sin embargo, que el mis-
mo Stalin no haya logrado acertar. En el primer capítulo, por ejemplo,
sólo dedica unas frases a las leyes objetivas y a la economía planifica-
da sin desarrollar estos problemas. Quizá en su espíritu la economía
planificada de la Unión Soviética reflejaba ya esas leyes objetivas. En
cuanto a los problemas de la industria pesada, de la industria liviana
y de la agricultura, la Unión Soviética ha prestado escasa atención
a los dos últimos. Por esto ha tenido que sufrir las consecuencias.
Además, las relaciones entre el interés inmediato y el interés a largo
plazo del pueblo están, entre los soviéticos, mal establecidas; esen-
cialmente caminan con una sola pierna.

Entre el Plan soviético y el Plan chino, ¿cuál es, al fin de cuen-


tas, el más conforme con el desarrollo planificado y proporcionado?
En fin, Stalin no destaca más que tecnología y los cuadros técnicos.
Sólo quiere la técnica y los cuadros. Ignora la política y las masas.
También aquí camina con una sola pierna. En el dominio de la indus-
tria pone el acento sobre la industria pesada y descuida la industria
liviana. De nuevo camina con una sola pierna. En lo que concierne a
la mutua relación entre los diferentes sectores de la industria pesada,
Stalin no indica tampoco el aspecto esencial de la contradicción. Pone
el acento en la industria pesada, diciendo que el acero es su base
y las máquinas su corazón. En cuanto a nosotros, creemos que en
el dominio de la agricultura la producción de cereales constituye el
principio director; y que en el dominio de la industria es la producción
92

de acero la que constituye el principio director. Considerando el acero


como el principio director, procuramos la materia prima a nuestras
industrias, y la industria mecánica se desarrolla en consecuencia. En
el primer capítulo de su libro, Stalin plantea el problema y habla de
las leyes objetivas. Pero no da respuesta satisfactoria este problema.
[...] Stalin divide la producción en dos grandes categorías y afirma
que los medios de producción no son mercancías. Esto merece ser
estudiado. En China, en el sector de la agricultura, buen número de
medios de producción deben considerarse aún como mercancías. En
mi opinión, la última de las tres cartas de Stalin, colocadas como
anexo de su libro expresa un punto de vista casi totalmente erróneo.
Se descubre allí una gran desconfianza respecto a los campesinos, así
como la voluntad de no aflojar el control sobre las máquinas agríco-
las. De un lado, Stalin dice que los medios de producción pertenecen
al Estado, mientras de otro afirma que éstos son muy caros para los
campesinos. En realidad se engaña a sí mismo. El Estado ejerce un
control asfixiante sobre los campesinos y Stalin no ha encontrado
el buen método y el camino correcto que lleven del capitalismo al
socialismo y del socialismo al comunismo. Para él esto es una cosa
sumamente embarazosa.

La forma mercancía es un legado del capitalismo. Provisio-


nalmente debemos conservarla. El cambio de mercancías y la ley del
valor no desempeñan un papel regulador en nuestra producción. En
China, los que ejercen una función reguladora son la planificación, el
Gran Salto adelante planificado y el principio de la primacía de la po-
lítica. Stalin no habla más que de relaciones de producción. No habla
ni de la superestructura ni de las relaciones entre ésta y la base eco-
nómica. Entre nos otros, los cuadros participan en el trabajo manual
y los obreros participan en la gestión de las empresas. Enviamos los
cuadros a trabajar en el campo o en las fábricas a fin de formarlos.
Abolimos las viejas reglas y los viejos sistemas. Todo esto tiene que
ver con la superestructura, es decir, con la ideología. Stalin habla
únicamente de economía; no aborda la política. Aunque mencione
el trabajo voluntario, en realidad en su país nadie quiere sacrificarse
trabajando una hora más. No habla del papel del hombre ni del de
los trabajadores. Hay que saber que sin movimiento comunista es
difícil llegar al comunismo. La expresión “todos para uno, uno para
todos” no es apropiada porque allí sigue estando el uno. Algunos di-
cen que Marx empleó esta expresión. Aún si fuese cierto, no estamos
obligados a hacerle propaganda. “Todos para uno” significa que todo
el mundo trabaja para mí. “Uno para todos”: ¿a cuántas personas
podría servirles yo?

[Nota: Simplemente genial. El 70% va quedando poco a poco en


30% Estudiar el artículo completo.]
93

En 187-189

[...]

En las comunas populares, por ejemplo, la producción de bie-


nes destinados al consumo interno debe aumentarse y el cambio de
mercancías debe desarrollarse conjuntamente. Hemos recurrido al
cambio de mercancías y a la ley del valor como instrumentos para fa-
cilitar el desarrollo de la producción y el paso al comunismo. La China
es un país en el que la producción mercantil está muy atrasada. [...]
En resumen, en el plano de la producción para el mercado, la China
es un país subdesarrollado que sin embargo se ha comprometido
profundamente en el socialismo.

[...]

Ahora, e incluso durante un cierto período en el porvenir, de-


bemos ampliar los cambios de productos entre las comunas popula-
res y aumentar aún más la producción mercantil. De otro modo no
podrá asegurarse el pago de salarios, ni podrá mejorarse el nivel de
vida.

En 190-193

[...] Hemos formulado dos criterios:

1. El logro de la construcción del socialismo se manifiesta por


la aplicación general del sistema socialista de la propiedad de todo el
pueblo.

2. Cuando el sistema de la propiedad de todo el pueblo haya


reemplazado al sistema de la propiedad colectiva de las comunas
populares.

Algunos camaradas no están de acuerdo con que se haga


una distinción entre estos dos sistemas de propiedad. Pretenden que
lo que existe en las comunas populares no es más que el sistema de
propiedad de todo el pueblo. En realidad hay dos sistemas: uno es el
sistema de la propiedad de todo el pueblo como en la “Acería de Ans-
han”; otro es el sistema de la propiedad de la gran colectividad de las
comunas populares. Si se ignora esto, ¿para qué sirve pues, todavía,
la edificación socialista? Stalin trazó una línea de demarcación entre
los dos sistemas y preconizó tres condiciones para pasar al comunis-
mo. Estas tres condiciones fundamentales no son malas.

Las dos primeras pueden resumirse como sigue: 1) aumento


de la producción social; 2) paso del sistema de la propiedad colectiva
94

al sistema de la propiedad de todo el pueblo, substitución por un sis-


tema de cambio de productos del sistema de cambio de mercancías,
paso de la etapa del valor de cambio a la etapa del valor de uso. En
China, estas dos condiciones significan: primero, aumentar enérgica-
mente la producción y desarrollar simultáneamente la industria y la
agricultura manteniendo siempre el principio del crecimiento prefe-
rencial de la industria pesada; segundo, llevar el sistema de la pro-
piedad de las pequeñas colectividades hasta el nivel de la propiedad
del pueblo entero. Están equivocados aquellos de entre nosotros que
no quieren trazar la línea de demarcación y que pretenden que ya
hemos entrado a la era del sistema de la propiedad de todo el pueblo.
La tercera condición fijada por Stalin concierne a la cultura: preconiza
un desarrollo de la educación física y de la educación de todo el pue-
blo. Para alcanzar este objetivo Stalin propone cuatro medidas: 1) la
jornada de trabajo de seis horas; 2) la institución de una educación
politécnica; 3) el mejoramiento de las condiciones del hábitat; 4) el
aumento de los salarios y la disminución de los precios.

Las tres condiciones de Stalin son excelentes. Pero entre ellas


falta una condición político-ideológica.

Las condiciones que acabamos de citar se orientan esencial-


mente a aumentar la producción. Una abundancia muy grande de
productos facilita en efecto el paso del sistema de la propiedad colec-
tiva al sistema de la propiedad de todo el pueblo. Pero para aumentar
la producción hay que producir más, más rápidamente, mejor, y de
una manera más económica. Y si se quiere lograr este resultado hay
que colocar la política en el puesto de mando y esforzarse por alcan-
zar simultáneamente los cuatro objetivos: cantidad, rapidez, calidad,
economía. Hay que lanzar también movimientos de rectificación con
el fin de destruir la ideología del poder legal de la burguesía. Agregar
una forma de estructura como la comuna popular a un país como la
China, es hacer aún más fácil la realización de los cuatro objetivos:
cantidad, rapidez, calidad, economía.

¿Cuál es el significado del sistema general de la propiedad de


todo el pueblo? Este sistema significa: 1) que los medios de produc-
ción de la sociedad pertenezcan a todo el pueblo; 2) que los produc-
tos de la sociedad pertenezcan a todo el pueblo.
¿Cuál es la naturaleza de la comuna popular? Esta es la uni-
dad de base de la estructura social china que reúne a obreros, cam-
pesinos, soldados, intelectuales y comerciantes. Actualmente consti-
tuye la organización administrativa de base. En cuanto a la milicia,
está destinada a hacer frente al extranjero, especialmente al imperia-
lismo. La comuna popular es la mejor forma de organización para la
realización de los dos pasos: el paso del socialismo de hoy al sistema
95

general de la propiedad de todo el pueblo, y el paso del sistema ge-


neral de la propiedad de todo el pueblo al comunismo. Después de
estos pasos, la comuna popular constituirá la estructura de base de
la sociedad comunista.

[Nota: ¿25%?]

En Anotaciones a los Problemas Económicos


del Socialismo en la URSS (1959)
En 195

Del comienzo al fin de su libro, Stalin no habla en ninguna


parte de la superestructura. No toma al hombre en consideración. Él
ve las cosas pero no al hombre.

[...]

Se encuentran cosas justas en los tres primeros capítulos de


este libro. Pero hay otras cosas que no son claras. No se ahonda en
él, por ejemplo, en la consideración de la economía planificada.

En 209

Algunos no quieren la producción mercantil. Están equivoca-


dos. En lo que a este problema concierne, debemos aún referirnos
a Stalin quien, por su parte, se ha referido a Lenin. Este último dijo
que era necesario concentrar todos los esfuerzos en el desarrollo del
comercio. En cuanto a nosotros, decimos que hay que desarrollar con
todas nuestras fuerzas la industria, la agricultura y el comercio. El
fondo del problema reside en el campesinado. Algunos van hasta a
considerar a los campesinos como superiores a los obreros. Los cinco
puntos mencionados aquí por Lenin o bien ya están realizados o bien
están a punto de estarlo en China. En algunos puntos, hemos incluso
ido más lejos. Por ejemplo: las comunas populares y el desarrollo
simultáneo de la industria y de la agricultura.

[...]

Lenin dijo igualmente lo mismo.

“No se puede considerar la producción mercantil como algo


que se basta a sí mismo, con independencia del ambiente económico.
La producción mercantil es más vieja que la producción capitalista.
96

Existía bajo el régimen feudal y le servía, sin desembocar en el capi-


talismo, aunque haya preparado ciertas condiciones para el adveni-
miento de la producción capitalista” (p. 105).

Esta afirmación es un poco forzada. La producción mercantil


no lleva al capitalismo.

“Se plantea el problema: por qué la producción mercantil no


puede de igual manera, por un tiempo, servir a nuestra sociedad so-
cialista, sin desembocar en el capitalismo” (pp. 105-106).

Perfectamente justo. Estas situaciones y estas condiciones


no existen más en China. Si, entre nosotros, algunas personas tienen
miedo de las mercancías, es sólo porque tienen miedo del capitalis-
mo. No comprenden que si se elimina a los capitalistas se puede de-
sarrollar enormemente la producción de mercancías. La China es un
país atrasado en lo que concierne a la producción de mercancías. En
este aspecto se encuentra detrás del Brasil y la India. La producción
de mercancías no es un fenómeno aislado. Todo depende de a qué
esté asociada: al capitalismo o al socialismo. Si está ligada al capita-
lismo entonces es producción mercantil capitalista. Si está ligada al
socialismo es entonces producción mercantil socialista. La producción
de mercancías existe desde la antigüedad. En la historia de la China
existe una dinastía denominada la dinastía de los Shang. Se la ha
llamado así porque fue en aquella época cuando apareció el comercio,
En los libros, el emperador Chou de la dinastía Yin es descrito como
un gran letrado y un excelente soldado mientras que el primer empe-
rador de la dinastía Chín y T’sao T’sao son pintados como personajes
villanos, lo que es falso. Si se confía ciegamente en los libros, más
vale no leer ninguno. En una sociedad capitalista, el socialismo como
sistema social no existe, pero la clase obrera y la ideología socialista
sí existen ya. ¿La producción de mercancías, que está determinada
por las condiciones económicas circundantes, puede ser considerada
como un instrumento útil para hacer progresar la producción socia-
lista? En mi opinión, la producción de mercancías sirve dócilmente al
socialismo.

[Nota: Otra vez, simplemente genial: ¡Esto es manejo de la ley de la


contradicción y la unidad de los contrarios; manejo extraordinario de
la dialéctica! ¿10%?]

[Estudiar todo de nuevo]


97

En Notas de lectura acerca del


Manual de Economía Política
de la Unión Soviética (1960)
[Estudiarlo todo. Muy bueno]

En 25 y ss.

5. Algunos problemas concernientes a la transformación de la


revolución democrática en una revolución socialista

El último parágrafo de la página 330 habla de la transforma-


ción de la revolución democrática en una revolución socialista. ¿Pero
cómo se efectúa? El Manual no da explicación clara. La revolución de
Octubre es una revolución socialista. Accesoriamente ha cumplido
tareas que dejó inconclusas la revolución democrático burguesa. El
decreto de la nacionalización de tierras se promulgó inmediatamente
después de la revolución de Octubre. Pero la revolución democrática
que debía resolver el problema agrario se prolongó aún durante un
cierto tiempo.

En China cumplimos las tareas de la revolución democrática


durante la guerra de liberación. La fundación en 1949 de la República
Popular de China marcó la coronación, en lo esencial, de la revolu-
ción democrática y el comienzo del paso al socialismo. En seguida
se necesitaron aún tres años para realizar la reforma agraria. Pero,
desde la fundación de la República Popular de China, confiscamos las
empresas capitalistas burocráticas que representaban el 80% de los
capitales fijos de la industria y del transporte del país para hacerlas
propiedad de todo el pueblo.

Durante el período de la guerra de Liberación en China, lan-


zamos llamados para luchar no sólo contra el imperialismo y el feuda-
lismo, sino también contra el capitalismo burocrático. La lucha contra
el capitalismo burocrático tiene un doble carácter: de un lado lucha
contra el capital comprador, lucha que entra en el cuadro de la revo-
lución democrática y, del otro lado, lucha contra la gran burguesía,
lucha que hace parte de la revolución socialista.

Una parte muy grande del capital burocrático chino pertene-


cía a empresas japonesas, alemanas e italianas de las que el Kuomin-
tang había tomado posesión después de la victoria, al fin de la guerra
antijaponesa. En esta época la relación entre el capital burocrático y
el capital nacional, en China, era de ocho a dos. Después de la Libe-
ración confiscamos la totalidad del capital burocrático, destruyendo
98

así el elemento principal del capitalismo chino.


Es pues erróneo pensar que después de la Liberación, “la revolución
china, en su primera etapa, esencialmente hizo parte de la revolución
democrática; fue sólo más tarde cuando se desarrolló poco a poco en
una revolución socialista”.

En 89-90

El aumento prioritario de la producción de los medios de pro-


ducción es una ley económica, común a todas las sociedades, para
aumentar la reproducción. En una sociedad capitalista también, si no
hay aumento prioritario de la producción de los medios de produc-
ción, no es posible ampliar la reproducción. En la época de Stalin,
como se puso el acento particularmente sobre el desarrollo preferen-
cial de la industria pesada, se descuidó en consecuencia a la agricul-
tura en la planificación. El mismo problema se planteó, hace algunos
años, en los países de Europa oriental. El método nuestro ha consisti-
do en desarrollar simultáneamente, bajo la condición de un desarrollo
preferencial de la industria pesada, a la industria, la agricultura y al-
gunos otros sectores. En los sectores desarrollados simultáneamente
existen también sectores esenciales. Si la agricultura no se desarrolla
no puede resolverse un buen número de problemas. Hace ya cuatro
años que hemos preconizado el desarrollo simultáneo de la industria
y de la agricultura. Esta política se puso realmente en práctica en
1960.

En 98-100

El equilibrio y el desequilibrio entre las fuerzas productivas


y las relaciones de producción, de una parte, y entre las relaciones
de producción y la superestructura, de otra, éste es el principio que
debemos tener presente en el estudio de los problemas económicos
del socialismo.

La economía política tiene como objeto principal el estudio


de las relaciones de producción. Pero si se quiere analizar claramente
las relaciones de producción, hay que estudiar conjuntamente las
fuerzas productivas, por una parte, y los efectos positivos y negativos
ejercidos por la superestructura sobre las relaciones de producción,
por otra parte. El Manual habla del Estado pero sin embargo no lo
estudia. He aquí uno de los defectos del libro. Naturalmente, en las
investigaciones de economía política, no hay que dar una importancia
muy grande ni a las fuerzas productivas ni a la superestructura. Si
se desarrolla demasiado la investigación sobre las fuerzas producti-
vas, se llega a las ciencias técnicas y a las ciencias naturales. Si se
desarrolla mucho la investigación sobre la superestructura, se llega
99

a la teoría del Estado y a la teoría de la lucha de clases. Uno de los


tres componentes del marxismo es el socialismo científico que tiene
por objeto la investigación acerca de la teoría de la lucha de clases,
la teoría del Estado, la teoría de la revolución, la teoría del Partido, la
estrategia, las tácticas, etc.

No existe en el mundo de las cosas nada que no pueda ana-


lizarse. Pero, para analizar cada cosa hay que tener en cuenta que:
1) las condiciones son diferentes; 2) las características no son las
mismas. Muchas categorías y leyes fundamentales son aplicables por
doquier, por ejemplo la unidad de las contradicciones. Si se mira y se
estudia el problema desde este ángulo, se puede tener una concep-
ción del mundo y una metodología globales y definidas.

En 158-160

68. La filosofía debe servir a la política de su tiempo

Toda filosofía debe servir a la política de su tiempo.

Esto es verdad para la filosofía burguesa. En cada país, a todo


momento, han hecho su aparición nuevos teóricos y han desarrolla-
do nuevas teorías para servir a la política de la época. En Inglaterra
hubo materialistas burgueses tales como Francis Bacon y Thomas
Hobbes. En Francia, en el siglo XVIII, aparecieron materialistas como
los enciclopedistas. Las burguesías alemana y rusa tuvieron también
sus materialistas. Eran todos materialistas burgueses que servían a la
política burguesa de su época. No porque la burguesía inglesa tuviese
sus materialistas, podía la burguesía francesa prescindir de los suyos;
y no porque Inglaterra y Francia tuviesen sus materialistas burgueses
podían Alemania y Rusia prescindir de los suyos.

Con absoluta evidencia, la filosofía marxista del proletariado


debe servir aún más estrechamente a la política de su época. En lo
que concierne a China, lo primero que hay que hacer es estudiar las
obras de Marx, Engels, Lenin y Stalin. Pero los comunistas y los pen-
sadores proletarios de todos los países deben crear nuevas teorías,
escribir nuevas obras, formar sus propios teóricos con el fin de servir
a la política de su época.

No es bueno para un país, cualquiera que sea, apoyarse en


un momento cualquiera sobre cosas superadas. Si sólo hubiesen
existido Marx y Engels y si no hubiese habido un Lenin para escribir
obras tales como Dos Tácticas, hubiese sido imposible resolver los
nuevos problemas aparecidos desde 1905. Igualmente, si sólo hu-
biese existido Materialismo y empiriocriticismo de 1907, hubiese sido
100

imposible hacer frente a los nuevos problemas que surgieron antes y


después de la revolución de octubre. Para satisfacer las exigencias de
esta época, Lenin redactó Sobre el Imperialismo, El Estado y la Re-
volución, etc. Después de la muerte de Lenin, para hacer frente a los
reaccionarios y para defender el leninismo, Stalin debió escribir obras
como Los fundamentos del leninismo, Las cuestiones del leninismo,
etc. Al fin de la segunda guerra civil y al comienzo de la guerra de
resistencia contra el Japón, yo redacté Acerca de la Práctica y Acerca
de la Contradicción. Yo no podía dejar de escribir estas obras para
satisfacer las exigencias del momento.

Ahora entramos en la era del socialismo. Una serie de proble-


mas nuevos ha aparecido. Es imposible no escribir nuevas obras y no
elaborar nuevas teorías para satisfacer a las nuevas exigencias.

***

Bien, hasta aquí algunas citas acerca del Capitalismo


Burocrático en las obras de Mao Tsetung; ahora compárece
con lo fundamentado en algunos documentos del Partido Co-
munista del Perú.
101

Citas sobre el
Capitalismo Burocrático
en los documentos del
Partido Comunista del Perú

En La problemática nacional (1974)


[...]

¿Qué Entendemos por Capitalismo Burocrático?

Es el capitalismo que impulsa el imperialismo en un país


atrasado; el tipo de capitalismo, la forma especial de capitalismo,
que impone un país imperialista en un país atrasado, sea semifeudal,
semicolonial.

En Retomemos a Mariátegui y
reconstituyamos su Partido (1975)
[...]

Desarrollo y lucha de clases en la sociedad peruana.-


Desde 1895 se desarrolló la industria moderna en el Perú rematando
en la década del 20, década que marca el impulso del capitalismo
burocrático bajo dominio yanqui. Esta industrialización se produce
en una sociedad semifeudal cuya economía se desenvuelve cada vez
más sometida al imperialismo norteamericano que desplaza el do-
minio inglés. Así el capitalismo burocrático implica el desarrollo de
nuestra condición semicolonial y signa todo el desenvolvimiento de la
sociedad peruana, y su comprensión es indispensable para interpre-
tar la lucha de clases en el Perú del siglo XX.

[...]

Más aquí no acaban las cuestiones sobre economía. [Mariá-


tegui] También se ocupó de la economía en los países atrasados;
analizó sagazmente la condición semifeudal y semicolonial de los
países de América Latina, principalmente del nuestro. Mostró que la
industrialización en los países atrasados está atada y es desarrolla-
da en función de las potencias imperialistas, en el caso peruano del
imperialismo yanqui. Vio con claridad que a los países atrasados el
102

imperialismo no les consiente desarrollar una economía nacional ni


una industrialización independientes; que sobre su base semifeudal
se instaura un capitalismo de monopolios, ligado a los terratenien-
tes feudales y que genera una “burguesía mercantil”, una burguesía
controlada por el imperialismo del cual es intermediaria succionadora
de las riquezas nacionales y de la explotación del pueblo. Y sentó
la siguiente tesis que no debemos olvidar, referida a las repúblicas
latinoamericanas: “La condición económica de estas Repúblicas es,
sin duda, semicolonial; y a medida que crezca su capitalismo y, en
consecuencia, la penetración imperialista, tiene que acentuarse este
carácter de su economía”. ¿Se han cumplido estas tesis? El más su-
perficial vistazo sobre América comprueba fehacientemente el domi-
nio semicolonial que ejerce el imperialismo yanqui. Por lo demás, las
tesis de Mariátegui sobre el capitalismo en los países atrasados deben
entenderse en relación con las de Mao Tsetung, sobre el capitalismo
burocrático y apreciarlas teniendo en cuenta las condiciones específi-
cas de América Latina.

[...]

Finalmente, en economía política, recordemos sus tesis so-


bre cooperativismo: “En la medida en que en un país se entraba el
avance del sindicalismo, se entraba también el progreso de la coo-
peración” y “la cooperativa, dentro de un régimen de libre concu-
rrencia, y aún con cierto favor del Estado, no es contraria sino, por el
contrario, útil a las empresas capitalistas”. Preguntémonos, ¿puede
desarrollarse, como se pretende, un cooperativismo simultáneo con
una ofensiva antisindical y, más aún cuando se impulsa un sindica-
lismo corporativista?, ¿puede en la época del imperialismo servir el
cooperativismo, dentro de un régimen como el nuestro, de otra cosa
que no sea complemento del capitalismo burocrático? A la luz de las
ideas transcritas la respuesta es obvia: ¡no!, y tengamos presente
que el cooperativismo puede servir a la clase obrera y al pueblo sólo
cuando el proletariado tiene el poder en sus manos. Y para concluir
este punto, recordemos su enseñanza de que el imperialismo desa-
rrolla crecientemente la intervención del Estado en el proceso econó-
mico y que, en representación y defensa de la burguesía, se ve urgido
incluso a llevar adelante “nacionalizaciones”; así, la cuestión es ver a
quien sirven las nacionalizaciones y esto lo decide qué clase detenta
el poder. ¿A la luz de lo dicho, a quién sirven las nacionalizaciones del
actual gobierno?

[Nota: Especificar y ver actualmente lo de “la intervención del Esta-


do” (“como palanca económica principal”) y las “nacionalizaciones”.
Dentro de la globalización (también se usa la “otra palanca”, la activi-
dad no estatal) y las privatizaciones. Ambas “palancas”, cuál, cuándo,
103

cómo y dónde.]

[...]

Carácter de la Sociedad Peruana.- Partamos de las pro-


pias palabras del fundador del Partido Comunista:

“El capitalismo se desarrolla en un pueblo semifeudal como el


nuestro; en instantes en que, llegado a la etapa de los monopolios y
del imperialismo, toda la ideología liberal, correspondiente a la etapa
de la libre concurrencia, ha cesado de ser válida. El imperialismo no
consiente a ninguno de estos pueblos semicoloniales, que explota
como mercados de su capital y sus mercancías y como depósitos de
materias primas, un programa económico de nacionalización e indus-
trialismo; los obliga a la especialización, a la monocultura (petróleo,
cobre, azúcar, algodón, en el Perú), sufriendo una permanente crisis
de artículos manufacturados, crisis que se deriva de esta rígida deter-
minación de la producción nacional, por factores del mercado mundial
capitalista”.

En estas palabras que son del punto 3 del Programa del Par-
tido se sienta el carácter semifeudal y semicolonial de nuestra socie-
dad. La primera, la semifeudalidad, “no debe ser buscada ciertamen-
te en la subsistencia de instituciones y formas políticas o jurídicas
del orden feudal. Formalmente el Perú es un Estado republicano y
demo-burgués. La feudalidad o semifeudalidad supervive en la es-
tructura de nuestra economía agraria”, sienta Mariátegui. Y ahí hay
que buscarla hoy, pese a los años transcurridos, pues se mantie-
ne y desarrollan nuevas modalidades de raíz semifeudal, formas de
trabajo gratuito, obligación familiar y salarios diferidos, prestaciones
personales, mantención y fusión de viejos latifundios y predominio
del gamonalismo, sólo que encubierto bajo nuevas condiciones y rim-
bombantes palabras. La semifeudalidad duramente atacada en años
pasados y devenido verdad aceptada como evidente, pues la propia
lucha de clases, con la explotación campesina que tantas veces he-
mos visto, las medidas agrarias y la acción contrarrevolucionaria des-
de los años 60, muestra la base semifeudal de la sociedad peruana.
En cuanto a la semicolonialidad Mariátegui sustentó que un país
puede ser políticamente independiente mientras su economía sigue
controlada por el imperialismo; más aún, sostuvo con certeza que
los países sudamericanos, como el nuestro, “políticamente indepen-
dientes, son económicamente coloniales”. Y esta situación se sigue
desenvolviendo; nuestra economía sufre creciente y diversificada pe-
netración imperialista y socialimperialista, directa o indirectamente.
La situación semicolonial ha sido cuestionada hace pocos años soste-
niéndose, como afirmación, pero sin pruebas, que el Perú ha deveni-
104

do colonia, pues tal es lo que se afirma cuando se tipifica al país como


una “neocolonia”; y, tal afirmación llega al extremo, cuando postulan
que somos una “neocolonia”, pero que tenemos al mando un gobier-
no reformista burgués.

El párrafo transcrito plantea que en el Perú se desarrolla el


capitalismo, pero un capitalismo sometido al control del imperialismo
norteamericano, principalmente, no un capitalismo que permita una
economía nacional y una industrialización independiente; sino todo lo
contrario, un capitalismo en función de la metrópoli imperialista que
no consiente una verdadera economía nacional que sirva a nuestra
nación, ni una industrialización independiente, implicando que ambas
exigen previamente el quebrantamiento del dominio imperialista. Así,
Mariátegui no niega el desarrollo del capitalismo en el país, sino que
precisa el tipo de nuestro capitalismo; un capitalismo en un pueblo
semifeudal que vive en la época de los monopolios y de la reacción
política, un capitalismo que a medida que se desarrolla acentúa nues-
tra condición semicolonial; un capitalismo que engendra una burgue-
sía compradora ligada al imperialismo norteamericano. En síntesis,
un capitalismo burocrático desde el punto de vista de Mao Tsetung.

[Nota: Leer con detenimiento y, si se quiere, hacer comparaciones.


El Presidente Gonzalo condensa, sintetiza y llega a una definición
mucho más exacta que la hecha por el presidente Mao. He ahí la ge-
nialidad, vigencia y perspectiva del pensamiento gonzalo; una fuerza
y validez que se imponen en contra y por encima del mismo Guzmán
y sus “desbarres” de fondo revisionista.

Por ejemplo, y sólo para citar uno de los tantos “desbarres”


del renegado Guzmán, veamos su punto de vista en el “análisis” so-
bre la globalización.

Repitiendo parcialmente a Lenin transcribe:

¿Qué significa, pues, la palabreja «entrelazamiento? Expresa


únicamente el rasgo más acusado del proceso que se está desa-
rrollando ante nosotros; muestra que el observador cuenta los
árboles y no ve el bosque. Pero lo que constituye la base de dicho
entrelazamiento, lo que se halla detrás del mismo son las relacio-
nes sociales de producción sometidas a un cambio continuo...

[...]

Y ¿qué deriva de lo dicho hasta aquí? Concretamente, nos


105

parece: Uno, la globalización no es sino la mayor socialización de


la producción que el mundo vive; implica más profunda y expan-
siva explotación y opresión de naciones y pueblos por el impe-
rialismo, principalmente en beneficio del norteamericano. Dos, la
mayor socialización de la producción que somete cada vez a más
de cientos de millones de personas al mismo proceso explotador,
sigue madurando la realidad objetiva que incrementará su clamor
por la transformación del orden imperante. Tres, el imperialismo
norteamericano no es sólo el gendarme sino, principalmente y de
nuevo, el enemigo de los pueblos del mundo.

Este es un resumen que no tiene nada de “concreto”, nada de


nuevo y mucho menos de actual salvo el seguir señalando al imperia-
lismo norteamericano como enemigo principal; es difuso porque no
basta reiterar lo evidente. Es una perogrullada tan general e impre-
cisa que, repitiendo lo ya dicho por Marx, hace un montón de años,
para la época del capitalismo premonopolista, desarrollada por Lenin
para la época del imperialismo y por Mao al especificar las particulari-
dades del capitalismo burocrático, se limita a machacar en lo eviden-
te y ya sabido pero no dice nada al respecto de cómo se especifica
esa «socialización de la producción» en la actualidad; no dice cuál es
el aspecto principal del fenómeno en desarrollo; ni tampoco señala
el camino a seguir, salvo: el “clamor por la transformación del orden
imperante”; sólo trasluce su actual miopía e indica con claridad que
él mismo no se dio cuenta de la existencia y desarrollo de una nueva
etapa en la agonía del imperialismo, de un fenómeno al que algunos
han bautizado, no hace mucho, con el nombre de “globalización”,
como parte y desarrollo de la explotación del mercado mundial, del
intercambio universal y la interdependencia universal de las naciones
ya señaladas por Marx; globalización que, encubada en la decada de
los 60, ya estaba en marcha a partir de la segunda mitad de los 70,
antes del inicio de la lucha armada. Y Guzmán recién le da importan-
cia a éste fenómeno a partir de 1999, aunque sus secuaces dicen que
el 92 ya había establecido algunos puntos; y aunque así fuera, de
todas maneras bastante tarde.

Decir que “la globalización no es sino la mayor socialización


de la producción que el mundo vive” es una afirmación imprecisa. La
socialización de la producción no es una característica exclusiva de la
llamada “globalización”, ni aunque le añadan el vocablo “mayor”; lo
es del sistema capitalista desde sus inicios.

La socialización de la producción es una característica del ca-


pitalismo premonopolista que adquiere determinadas dimensiones
cuando la competencia se convierte en monopolio: “de aquí resulta
un gigantesco progreso de la socialización de la producción”, tal como
106

explicara Lenin.

Pero veamos.

Guzmán, en su “análisis”, incluso deja de lado la parte más


importante de lo establecido por Lenin.

Lenin, desarrollando a Marx, en Imperialismo fase..., dice:

La competencia se convierte en monopolio. De aquí resulta


un gigantesco progreso de la socialización de la producción. Se
efectúa también, en particular, la socialización del proceso de in-
ventos y perfeccionamientos técnicos.

Esto no tiene ya nada que ver con la antigua libre concu-


rrencia de patronos dispersos, que no se conocían entre sí y que
producían para un mercado ignorado. La concentración ha llegado
hasta tal punto, que se puede hacer un cálculo aproximado de
todas las fuentes de materias primas (por ejemplo, yacimientos
de minerales de hierro) en un país, y aun, como veremos, en
varios países, en todo el mundo. No sólo se realiza este cálculo,
sino que asociaciones monopolistas gigantescas se apoderan de
dichas fuentes. Se efectúa el cálculo aproximado del mercado, el
que, según el acuerdo estipulado, las asociaciones mencionadas
se “reparten” entre sí. Se monopoliza la mano de obra calificada,
se toman los mejores ingenieros, y las vías y los medios de comu-
nicación —las líneas férreas en América, las compañías navieras
en Europa y América— van a parar a manos de los monopolios
citados. El capitalismo, en su fase imperialista conduce de lleno
a la socialización de la producción en sus más variados aspectos;
arrastra, por decirlo así, a pesar de su voluntad y conciencia, a los
capitalistas a un cierto nuevo régimen social, de transición entre
la plena libertad de concurrencia y la socialización completa.

La producción pasa a ser social, pero la apropiación continúa


siendo privada. Los medios sociales de producción siguen siendo
propiedad privada de un número reducido de individuos. El marco
general de la libre concurrencia formalmente reconocida persiste,
y el yugo de un grupo poco numeroso de monopolistas sobre el
resto de la población se hace cien veces más duro, más sensible,
más insoportable.”

[...]
[...] el desarrollo del capitalismo ha llegado a un punto tal,
que, aunque la producción de mercancías sigue “reinando” como
antes y siendo considerada como la base de toda la economía, en
107

realidad se halla ya quebrantada, y las ganancias principales van


a parar a los “genios” de las maquinaciones financieras. En la base
de estas maquinaciones y de estos chanchullos se halla la sociali-
zación de la producción; pero el inmenso progreso logrado por la
humanidad, que ha llegado a dicha socialización, beneficia ... a los
especuladores. Más adelante veremos cómo, “basándose en esto”,
la crítica pequeñoburguesa y reaccionaria del imperialismo capi-
talista sueña con volver atrás, a la concurrencia “libre”, “pacífica”,
“honrada”.

[...]

En lo que se refiere a la socialización de la economía capita-


lista, empiezan a competir con los bancos las cajas de ahorro y los
establecimientos postales, los cuales son más “descentralizados”,
es decir, atraen al círculo de su influencia a un número mayor de
localidades, a un número mayor de puntos recónditos, a sectores
más vastos de la población. He aquí los datos recogidos por la co-
misión norteamericana encargada de investigar el desarrollo com-
parado de los depósitos en los bancos y en las cajas de ahorro:...”

[...]

De todo lo que llevamos dicho más arriba sobre la esencia


económica del imperialismo, se desprende que hay que calificar-
lo de capitalismo de transición o, más propiamente, agonizante.
Es, en este sentido, extremadamente instructivo que los térmi-
nos más corrientes empleados por los economistas burgueses que
describen el capitalismo moderno son: “entrelazamiento”, “ausen-
cia de aislamiento”, etc.; los bancos son “unas empresas que, por
sus fines y desarrollo, no tienen un carácter puramente de econo-
mía privada, sino que cada día más se van saliendo de la esfera
de la regulación de la economía puramente privada”. ¡Y es ese
mismo Riesser, al cual pertenecen las últimas palabras, quien con
la mayor seriedad del mundo declara que las “predicciones” de los
marxistas respecto a la “socialización” “no se han realizado”!

Y en relación a la parte de la cita que usa Guzmán, en la cita


original de Lenin se lee:

“¿Qué significa, pues, la palabreja «entrelazamiento»? Dicha


palabra expresa únicamente el rasgo más acusado del proceso
que se está desarrollando ante nosotros; muestra que los árboles
impiden al observador ver el bosque, que copia servilmente lo
exterior, lo accidental, lo caótico, indica que el observador es un
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hombre aplastado por los materiales y que no comprende nada


del sentido y de la significación de los mismos, son las relaciones
sociales de la producción que se están modificando. [...] [Uno]
aparece entonces con evidencia que nos hallamos ante una socia-
lización de la producción y no ante un simple “entrelazamiento”;
que las relaciones de economía y propiedad privadas constituyen
una envoltura que no corresponde ya al contenido, [Dos] que
debe inevitablemente descomponerse si se aplaza artificialmente
su supresión, que puede permanecer en estado de descomposi-
ción durante un período relativamente largo (en el peor de los ca-
sos, si la curación del tumor oportunista se prolonga demasiado),
pero que, sin embargo, [Tres] será ineluctablemente suprimida”,
etc.
(Uno, Dos y Tres son agregados nuestros)

Pero sigue pendiente el cómo se da y desarrolla esa “sociali-


zación de la producción” en la actualidad ya que la “globalización”, a
pesar de las geniales especificaciones y previsiones hechas por Lenin,
tiene sus propias peculiaridades y, en este caso, no basta añadir el
vocablo “mayor”; y, por otro lado, de lo señalado por Lenin, cuál es
el aspecto principal hoy en día: ¿el gigantesco progreso de la socia-
lización de la producción (definido simplemente como “mayor” por
Guzmán); el estado de descomposición durante un período relativa-
mente largo (lo que incluye la famosa “recuperación transitoria” de
Guzmán); o el que será ineluctablemente suprimida?

En el Manifiesto del Partido Comunista; Marx y Engels


escriben:

La burguesía no puede existir sino a condición de revolucionar


incesantemente los instrumentos de producción y, por consiguien-
te, las relaciones de producción, y con ello todas las relaciones
sociales. La conservación del antiguo modo de producción era, por
el contrario, la primera condición de existencia de todas las clases
industriales precedentes. Una revolución continua en la produc-
ción, una incesante conmoción de todas las condiciones sociales,
una inquietud y un movimiento constantes distinguen la época
burguesa de todas las anteriores. Todas las relaciones estancadas
y enmohecidas, con su cortejo de creencias y de ideas veneradas
durante siglos, quedan rotas; las nuevas se hacen añejas antes
de llegar a osificarse. Todo lo estamental y estancado se esfuma;
todo lo sagrado es profanado, y los hombres, al fin, se ven forza-
dos a considerar serenamente sus condiciones de existencia y sus
relaciones recíprocas.
Espoleada por la necesidad de dar cada vez mayor salida a
109

sus productos, la burguesía recorre el mundo entero. Necesita


anidar en todas partes, establecerse en todas partes, crear víncu-
los en todas partes.

Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía


ha dado un carácter cosmopolita a la producción y al consumo de
todos los países. Con gran sentimiento de los reaccionarios, ha
quitado a la industria su base nacional. Las antiguas industrias
nacionales han sido destruidas y están destruyéndose continua-
mente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introducción
se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas,
por industrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino
materias primas venidas de las más lejanas regiones del mundo,
y cuyos productos no sólo se consumen en el propio país, sino en
todas las partes del globo.

En lugar del antiguo aislamiento y la amargura de las regio-


nes y naciones, se establece un intercambio universal, una inter-
dependencia universal de las naciones. Y eso se refiere tanto a la
producción material, como a la intelectual. La producción intelec-
tual de una nación se convierte en patrimonio común de todas. La
estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día más
imposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se
forma una literatura universal.

Merced al rápido perfeccionamiento de los instrumentos de


producción y al constante progreso de los medios de comunica-
ción, la burguesía arrastra a la corriente de la civilización a todas
las naciones, hasta a las más bárbaras. Los bajos precios de sus
mercancías constituyen la artillería pesada que derrumba todas
las murallas de China y hace capitular a los bárbaros más fanáti-
camente hostiles a los extranjeros. Obliga a todas las naciones, si
no quieren sucumbir, a adoptar el modo burgués de producción,
las constriñe a introducir la llamada civilización, es decir, a hacer-
se burgueses. En una palabra: se forja un mundo a su imagen y
semejanza.

Marx escribe en el Tomo I de El Capital; en 7. Tendencia


histórica de la acumulación capitalista:

La expropiación del productor directo se lleva a cabo con el


más despiadado vandalismo y bajo el acicate de las pasiones más
infames, más sucias, más mezquinas y más odiosas. La propie-
dad privada fruto del propio trabajo y basada, por así decirlo, en
la compenetración del obrero individual e independiente con sus
110

condiciones de trabajo, es devorada por la propiedad privada ca-


pitalista, basada en la explotación de trabajo ajeno, aunque for-
malmente libre.

Una vez que este proceso de transformación corroe suficien-


temente, en profundidad y en extensión, la sociedad antigua; una
vez que los trabajadores se convierten en proletarios y sus condi-
ciones de trabajo en capital; una vez que el régimen capitalista de
producción se mueve ya por sus propios medios, el rumbo ulterior
de la socialización del trabajo y de la transformación de la tierra y
demás medios de producción en medios de producción explotados
socialmente, es decir, colectivos, y, por tanto, la marcha ulterior
de la expropiación de los propietarios privados, cobra una forma
nueva. Ahora, ya no se trata de expropiar al trabajador indepen-
diente, sino de expropiar al capitalista explotador de numerosos
trabajadores.

Esta expropiación la lleva a cabo el juego de las leyes in-


manentes de la propia producción capitalista, la centralización
de los capitales. Cada capitalista desplaza a otros muchos. Pa-
ralelamente con esta centralización del capital o expropiación de
muchos capitalistas por unos pocos, se desarrolla en una escala
cada vez mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo, la
aplicación técnica consciente de la ciencia, la explotación siste-
mática y organizada de la tierra, la transformación de los medios
de trabajo en medios de trabajo utilizables sólo colectivamente,
la economía de todos los medios de producción al ser empleados
como medios de producción de un trabajo combinado, social, la
absorción de todos los países por la red del mercado mundial y,
como consecuencia de esto, el carácter internacional del régimen
capitalista. Conforme disminuye progresivamente el número de
magnates capitalistas que usurpan y monopolizan este proceso de
transformación, crece la masa de la miseria, de la opresión, del
esclavizamiento, de la degeneración, de la explotación; pero crece
también la rebeldía de la clase obrera, cada vez más numerosa
y más disciplinada, más unida y más organizada por el mecanis-
mo del mismo proceso capitalista de producción. El monopolio del
capital se convierte en grillete del régimen de producción que ha
crecido con él y bajo él. La centralización de los medios de pro-
ducción y la socialización del trabajo llegan a un punto en que se
hacen incompatibles con su envoltura capitalista. Esta salta hecha
añicos. Ha sonado la hora final de la propiedad privada capitalista.
Los expropiadores son expropiados.
Estos son algunos de los puntos de partida que Lenin toma
para llegar, desarrollando a Marx, a establecer el imperialismo como
fase superior del capitalismo; con sus características particulares y su
111

ineludible perspectiva.

Además, para hacerse una idea más general, es muy reco-


mendable volver a estudiar a Mao en lo relacionado a la producción
mercantil en Anotaciones a los Problemas Económicos del So-
cialismo en la URSS (1959)

Pues bien, según mi opinión, del establecimiento del aspecto


principal de la contradicción en cada momento dependerá lo qué hay
que hacer y cómo hacerlo. Es evidente que ambos extremos, mar-
xismo y revisionismo, llegan a establecer que lo principal a destacar,
en este momento, no es el estado ni el (mayor) volumen en que se
encuentra la “socialización de la producción”, que es tan vieja como el
capitalismo mismo y que alcanza una nueva fase con el imperialismo,
sino que el aspecto principal hoy es el hecho de que el imperialismo
“puede permanecer en estado de descomposición durante un período
relativamente largo”; (lo que yo especifico como la “existencia y de-
sarrollo de una nueva etapa en la agonía del imperialismo”) más aún,
si se toma en cuenta la carta China y sus posibilidades.

El que los revisionistas, con el renegado Guzmán a la cabeza,


sean conscientes o no de dónde ponen el acento es una cosa y otra la
cháchara que repiten; el asunto es que su práctica así lo confirma.

La diferencia entre ambas posiciones radica en que los revi-


sionistas, al amparo de lo que denominan la “recuperación transitoria
del imperialismo y la reacción” y en espera de mejores tiempos, se
venden por un plato de lentejas que no habrán de probar; y, con sus
desesperados llamados a una “verdadera amnistía general” y su po-
sible participación en procesos electorales, se coluden con los opreso-
res y explotadores del pueblo. Mientras que los marxistas, sin olvidar
lo adicional dicho por Lenin: “que debe inevitablemente descompo-
nerse si se aplaza artificialmente su supresión, que puede permane-
cer en estado de descomposición durante un período relativamente
largo (en el peor de los casos, si la curación del tumor oportunista se
prolonga demasiado)”, persisten en combatir al revisionismo y pug-
nan por continuar y desarrollar la guerra popular retomando el pen-
samiento gonzalo; pensamiento traicionado por el renegado Guzmán.
Ya sé que algunos saldrán en defensa de Guzmán esgrimiendo argu-
mentos similares a los siguientes, donde no se destaca nada sino que
se enumeran tres puntos:

El Presidente Gonzalo desarrollando el marxismo en cuanto


a economía política proletaria desarrolla la tesis leninista sobre el
imperialismo en cuanto a su caracterización económica y los desa-
rrollos del Presidente Mao Tsetung y reitera el 99 que una correcta
112

comprensión de la lucha de clases internacional demanda partir


de la relación imperialismo-naciones oprimidas y especificando la
tesis leninista “entrelazamiento” es socialización de la producción,
establece tres cuestiones: 1) “globalización” es mayor socializa-
ción de la producción; 2) la explotación y opresión del imperia-
lismo son innecesarias para los pueblos del mundo; y 3) se debe
seguir combatiendo hasta el fin a la superpotencia hegemónica
única de Estados Unidos.

[Si esto es desarrollo del marxismo; de marx, de Lenin y de Mao,


entonces estamos...]

En cuanto a la futura nueva ola de la revolución proletaria


mundial establecida por el Presidente Gonzalo desde el 92 y desa-
rrollada y especificada el 99 nos plantea que su desarrollo y pers-
pectiva solo podrá conocerse conforme se desarrolle y en cuanto
participemos en ella pero ya pueden verse muchas cuestiones de
las que resalta tres: 1) El imperialismo desenvuelve la globaliza-
ción que expande su dominio explotador y opresivo en beneficio
de Estados Unidos principalmente, lo que agudiza las contradiccio-
nes antiimperialistas y que lo fundamental es que la globalización
que ya genero su primera crisis económica mundial desde 1997,
preludio de otras más graves, al implicar en esencia la mayor so-
cialización de la producción madura la necesidad de transformar
la sociedad. 2) El mundo registra una desocupación creciente pro-
ducto de la globalización y del neoliberalismo que asuela el orbe,
pero esta desocupación y las siete plagas que la globalización des-
ata sobre la clase y el pueblo engendra respuesta, el proletariado
y el pueblo luchan y combaten desenvolviendo verdaderas luchas
políticas pues enarbolan reivindicaciones generales, necesidades
comunes. 3) La agresión imperialista sobre todo norteamericana
se descarga desenfrenada sobre las naciones oprimidas y si bien
la rebatiña por el dominio mundial sigue librándose principalmente
en lo económico, lo central es que el imperialismo bajo bastón de
mando norteamericano desata agresiones o libra contiendas entre
potencias arrasando naciones oprimidas, perpetrando genocidio
de sus pueblos y pregona la caducidad de la soberanía nacional,
la integridad territorial y el derecho a la autodeterminación y más
que nada al derecho de los pueblos a transformar el mundo ha-
ciendo la revolución. Pero esta agresión imperialista engendra la
reacción nacional. El Presidente Gonzalo sintetizando estos tres
puntos define “¡y el viejo topo sigue hozando!” y que esto deman-
da verdaderos Partidos Comunistas marxistas-leninistas-maoístas
que sean la garantía en cuanto a dirigentes del rumbo comunista
al cual se llegará a través de la guerra popular que es el camino
y guiada por la ideología del proletariado, el marxismo-leninis-
113

mo-maoísmo, pues la futura nueva gran ola será comandada por


el maoísmo y por ello es que bregamos por desarrollar la IV etapa
del Partido para que cumpla su papel de eje y gozne bajo la direc-
ción personal del Presidente Gonzalo cuya jefatura estratégica y
decisiva es indispensable no solo para la revolución peruana sino
para la revolución proletaria mundial y se abre paso como cabeza
del Movimiento Comunista Internacional así como se abren paso
sus justas posiciones proletarias dando rumbo a los comunistas
del mundo y por ello resaltamos los desarrollos que hace el Pre-
sidente Gonzalo aportando a un nuevo desarrollo del marxismo y
a la revolución proletaria mundial, pues el pensamiento Gonzalo
nuestra arma ideológica, estratégica, especifica y principal a en-
trado a desenvolverse y aplicarse no solo a nuestra realidad sino
que está abocándose a la solución de los nuevos problemas de la
revolución proletaria mundial, en este momento de repliegue polí-
tico general y futura nueva etapa como lo muestra el gran balance
de 150 años y lo que hoy sigue desarrollando en el documento “¡Y
el viejo topo sigue hozando!” que viene preparando junto con la
camarada Miriam, documento que saludamos reiterando nuestro
compromiso de encarnarlo y aplicarlo.

A parte de tocar unos pocos puntos ciertos, correctos e impor-


tantes adornados con palabrería fanfarrona y rimbombante, el asunto
es que ese “bregar por desarrollar la IV etapa del Partido”, bajo la
férula del renegado Guzmán, los ha llevado directamente a capitular
ante el enemigo de clase; a traicionar la ideología y los principios; a
traicionar al Partido, a las masas populares y la guerra popular para
desbrozarse un camino que les permita seguir medrando y “hozando”
dentro de la legalidad del pútrido sistema y en colusión no sólo con
criminales de guerra sino con el imperialismo, la burguesía burocrá-
tica y los terratenientes; todo en nombre de estar “abocándose a la
solución de los nuevos problemas de la revolución proletaria mundial,
en este momento de repliegue político general y futura nueva etapa”.
Y a eso llaman desarrollo del marxismo, desarrollo de la tesis leninis-
ta sobre el imperialismo en cuanto a su caracterización económica.
¡Por favor!

Aunque el argumento principal de Guzmán para capitular es


este:

Si uno coge la lucha de clases, ve lo que la realidad le deman-


da, así, lucha de clases a nivel internacional (década del 80-90 del
siglo XX) (¡sic!) iba a un repliegue político general de la revolu-
ción proletaria mundial porque había ofensiva general del impe-
rialismo con recuperación transitoria y opinión pública contra la
revolución; movimiento proletario antiimperialista debilitado, no
114

organizaciones de la clase obrera, no Partidos Comunistas marxis-


ta-leninista-maoístas, no guerras populares dirigidas por Partidos
Comunistas marxista-leninista-maoístas y eso implica un proble-
ma complejo para que los comunistas manejen, y sobre ese vivo
problema del Partido, dirección proletaria, repercusión en guerra
popular y dos caminos, el democrático se debilitó y el otro se via-
bilizó, implica giro estratégico, gran giro político.

Y es que ante semejante afirmación la gente no se pregunta:


¿Y cuándo se inició la lucha armada? ¿Cuándo impone Guzmán el
equilibrio estratégico? ¿Y en dónde se quedó aquello de que “si uno
coge la lucha de clases, ve lo que la realidad le demanda”?

¡Sólo él, y nadie más que él, podía ir contra la realidad e im-
poner su voluntad! Miserias de renegado y traidor.

Bien, de regreso a “entrelazamientos” y otros contubernios


de Guzmán.

Hay que entender que una cosa es lo dicho por Marx sobre el
“libre cambio”, “la explotación del mercado mundial”, “la concentra-
ción de los medios de producción y la socialización del trabajo”, “la
socialización de grandes masas de medios de producción”, “la sociali-
zación de los medios de producción”, etcétera; que su desarrollo es lo
dicho por Lenin: “La competencia se convierte en monopolio. De aquí
resulta un gigantesco progreso de la socialización de la producción”;
que el desarrollo de lo anterior y su complemento es el análisis del
capitalismo burocrático realizado por Mao y que, en la actualidad,
si nos sujetamos firmemente a esa línea continua de desarrollo del
marxismo, podríamos llegar a comprender que la llamada “globaliza-
ción” es el paliativo con que el imperialismo pretende alargar su ago-
nía; que ese es su aspecto principal hoy en día y precisamente por
ahí hay que darle duro. Y otra, bien diferente, son las generalidades
de Guzmán dentro de su manida “recuperación transitoria del impe-
rialismo y la reacción” que no hacen otra cosa que no sea alimentar
el tumor oportunista, el cáncer revisionista.

Aparentemente, “explotación del mercado mundial” y “globa-


lización”, etimológicamente hablando, podrían ser sinónimos, pero no
es así pues el contenido de cada uno de los vocablos expresa cosas
específicas.

Lo expuesto por Marx es desarrollado por el capitalismo de


la libre concurrencia (lo que incluso puede llevar a que algunos des-
pistados digan que Marx era fanático defensor del “librecambio” en
base a su Discurso sobre el libre cambio, pero olvidan que esas afir-
115

maciones se debían a que Marx consideraba al sistema capitalista


como un sistema destructor y que su desarrollo aceleraría la revo-
lución social). Lo expuesto por Lenin especifica la socialización de la
producción en la fase imperialista del capitalismo; y la “globalización”
expresa los actuales mecanismos que permiten la prolongación de
la agonía del imperialismo y la imperiosa necesidad de persistir en
el camino de la violencia revolucionaria y su desarrollo en medio del
combate y desenmascaramiento del revisionismo.

¿Qué todo esto no tiene nada que ver con el capitalismo bu-
rocrático? Todo lo contrario, sólo de su correcta comprensión nace
una línea justa y correcta como la establecida por el pensamiento
gonzalo.

En el pensamiento gonzalo se encuentra muy bien establecido


que hoy, para ser marxista, hay que ser marxista-leninista-maoísta,
principalmente maoísta, y que hay que bregar incansablemente por
coadyuvar a ponerlo como mando y guía de la revolución mundial.
Reitero, una vez más, he ahí la genialidad, vigencia y perspectiva del
pensamiento gonzalo; una fuerza y validez que se imponen en contra
y por encima del mismo Guzmán y sus “desbarres” de fondo revisio-
nista.]

Fin de la nota, seguimos con los documentos del PCP.

[...]

Retomando el Camino de Mariátegui.- La década del 60


estremeció el mundo comunista internacional con la lucha entre el
marxismo-leninismo y revisionismo, la que repercutió en nuestra pa-
tria, principalmente a través de las grandes obras del camarada Mao
Tsetung y de la importantísima lucha librada por el Partido Comu-
nista de China junto a otros partidos hermanos. Simultáneamente
en nuestra patria los años 60 implicaron la agudización de la lucha
de clases y el gran auge del movimiento de masas, particularmente
campesinas: el país vivió la profundización del capitalismo burocrá-
tico que aún se desenvuelve; los obreros desarrollaron grandes mo-
vimientos huelguísticos y acrecentaron su organización sindical; el
campesinado llevó adelante espontáneamente, las más de las veces,
la conquista de la tierra por sus propias manos y en oleada inconte-
nible la invasión de tierras, para recuperarlas, recorrió nuestro suelo;
mientras la pequeña burguesía, en especial maestros y estudiantes,
se incorporaba más a las luchas populares. Paralelamente el ordena-
miento demoliberal parlamentario entraba en crisis, como en otras
partes de América, y sus partidos políticos reaccionarios se enzar-
116

zaban en febril pugna por ganar posiciones y cosechar prebendas.


Todo esto presentó a la reacción la exigencia de cumplir dos tareas:
profundizar el capitalismo burocrático, tomando como palanca eco-
nómica principal al Estado, y remodelar la sociedad peruana corpo-
rativamente para superar la crisis del parlamentarismo burgués. He
ahí las condiciones y la causa del surgimiento del actual gobierno
fascista y las tareas que le compete cumplir por encargo de las clases
explotadoras y el imperialismo que vieron el peligro de cuestiona-
miento de su orden que encerraba el auge ascensional de las masas
y sus luchas un capítulo de las cuales es la lucha guerrillera que dejó
importantes lecciones para el futuro del pueblo.

En Bases de discusión
Revolución democrática (1987)
[...]

1. CARÁCTER DE LA SOCIEDAD PERUANA CONTEMPO-


RÁNEA

Basándose en el materialismo histórico analiza el proceso pe-


ruano y muestra que en la vieja sociedad se desenvolvió un orden
agrario basado en el ayllu, era un orden comunitario agrario y en éste
recién se empezaba a desarrollar una forma esclavista, el imperio
incaico erigido a través de guerras de dominación; luego en el siglo
XVI los españoles trajeron un sistema feudal caduco y lo impusieron
por las armas contra la resistencia de los nativos y el Perú devino en
feudal y colonial; posteriormente, con la emancipación se rompe con
el dominio español, pero no así con el sistema feudal, los emancipa-
dores eran terratenientes y los campesinos no logran conquistar la
tierra. El siglo XIX expresa intensa pugna entre Inglaterra y Francia
por dominarnos; y, a mediados de siglo se dan brotes de capitalismo,
desenvolviéndose sobre la base feudal existente; y todo este proceso
en el Perú va a significar un cambio: pasar de feudal a semifeudal y
de colonial a semicolonial.

Luego, caracterizando la sociedad peruana contemporánea,


el Presidente Gonzalo dice: “... el Perú contemporáneo es una so-
ciedad semifeudal y semicolonial en la cual se desenvuelve un ca-
pitalismo burocrático”; carácter que si bien Mariátegui lo definiera
en el punto 3 del Programa de la Constitución del Partido es a la luz
del marxismo-leninismo-maoísmo, principalmente del maoísmo que
el Presidente Gonzalo ha demostrado cómo el carácter semifeudal y
semicolonial se mantiene y desarrollan nuevas modalidades, y parti-
117

cularmente cómo es que se ha desarrollado el capitalismo burocrático


sobre esta base en todo el proceso de la sociedad contemporánea,
problema de trascendencia para comprender el carácter de la socie-
dad y de la revolución peruana.

El capitalismo burocrático es una tesis fundamental del Pre-


sidente Mao que no es aún comprendida ni aceptada por todos los
marxistas en el mundo y que obviamente por razones históricas no
fuera conocida por Mariátegui y que el Presidente Gonzalo la aplica
a las condiciones concretas de nuestro país. Sustenta que para ana-
lizar el proceso social contemporáneo hay que partir de tres cues-
tiones íntimamente ligadas: los momentos que atraviesa el capita-
lismo burocrático; el proceso del proletariado plasmado en su más
alta expresión: el Partido Comunista; y, el camino que ha de seguir
la revolución. Así, pues, nos enseña que en la sociedad peruana con-
temporánea se pueden diferenciar tres momentos a partir de 1895:
I momento. Desarrollo del capitalismo burocrático. Constitución del
PCP. Señalamiento y esbozo del camino de cercar las ciudades desde
el campo; II momento. Profundización del capitalismo burocrático.
Reconstitución del PCP. Establecimiento del camino de cercar las ciu-
dades desde el campo; y III momento. Crisis general del capitalismo
burocrático. Dirección del PCP de la guerra popular. Aplicación y de-
sarrollo del camino de cercar las ciudades desde el campo.

Al mismo tiempo plantea que la sociedad peruana contem-


poránea está en crisis general, enferma, grave, incurable y sólo cabe
transformarla a través de la lucha armada como lo viene haciendo el
Partido Comunista del Perú dirigiendo al pueblo y, que no hay otra
solución.

[Nota: Estudiar el documento completo. Esto sí que es análisis, sis-


tematización, síntesis y desarrollo. ¡Dialéctica marxista! ¡Pensamien-
to gonzalo! (A pesar de mis diferencias en lo relacionado al contenido
de la expresión “orden agrario basado en el ayllu” y a la afirmación de
que “recién se empezaba a desarrollar una forma esclavista”; cosas
se sólo se dicen repitiendo a Mariátegui.)]

En la llamada Entrevista del Siglo


(julio 1988)

EL DIARIO: Por qué Ud. considera fundamental la tesis del


capitalismo burocrático?

PRESIDENTE GONZALO: Consideramos clave esta tesis del


Presidente Mao Tsetung porque sin comprenderla y manejarla no es
118

factible desarrollar una revolución democrática y menos concebir su


continuación ininterrumpida como revolución socialista. Es realmente
muy inconveniente que esta tesis del Presidente Mao sea soslayada y
que simplemente se enrede el análisis en hablarnos de desarrollo del
capitalismo en países atrasados o de capitalismo dependiente que a
nada conducen sino a cambiar el carácter de la revolución; creemos
que es partiendo del Presidente Mao Tsetung que nosotros vamos a
entender bien la sociedad peruana y las sociedades llamadas atrasa-
das. Entendemos que el capitalismo burocrático, comienza a darse
en el Perú desde el 95 del siglo pasado, en los tres momentos que
acabo de esbozar. Lo concebimos de esta forma, sobre una base se-
mifeudal y bajo un dominio imperialista se desarrolla un capitalismo,
un capitalismo tardío, un capitalismo que nace atado a la feudalidad
y sometido al dominio imperialista, son esas condiciones las que ge-
neran lo que el Presidente Mao Tsetung ha denominado capitalismo
burocrático. Pues bien, el capitalismo burocrático se desenvuelve li-
gado a los grandes capitales monopolistas que controlan la economía
del país, capitales formados, como lo dice el Presidente Mao, por los
grandes capitales de los grandes terratenientes, de los burgueses
compradores y de los grandes banqueros; así se va generando el
capitalismo burocrático, atado, reitero, a la feudalidad, sometido al
imperialismo y monopolista, y esto hay que tomarlo en cuenta, es
monopolista. Este capitalismo, llegado a cierto momento de evolución
se combina con el Poder del Estado y usa los medios económicos del
Estado, lo utiliza como palanca económica y este proceso genera otra
facción de la gran burguesía, la burguesía burocrática; de esta ma-
nera se va a dar un desenvolvimiento del capitalismo burocrático que
era ya monopolista y deviene a su vez en estatal, pero este proceso
lo lleva a generar condiciones que maduran la revolución; éste es
otro concepto importante, políticamente hablando, que el Presidente
plantea sobre el capitalismo burocrático. Si comprendemos el capi-
talismo burocrático, podemos muy bien entender cómo en el Perú se
da una situación semifeudal, un capitalismo burocrático y un dominio
imperialista, principalmente yanqui. Eso es lo que debemos compren-
der, lo cual permite entender y manejar la revolución democrática.
Ahora, ¿qué otra importancia más tiene el capitalismo burocrático?
el Presidente nos dice que la revolución democrática cumple algunos
avances socialistas lo cual, dice, ya se expresaba por ejemplo en
la ayuda mutua que se daba en el campo, en las bases de apoyo;
pues bien, para pasar de la revolución democrática a la socialista es
clave, desde el punto de vista económico, la confiscación de todo el
capitalismo burocrático, lo cual permite al Nuevo Estado controlar la
economía, manejarla y servir a desarrollar la revolución socialista.
Entendemos que este concepto estratégico es de gran importancia y,
reitero, lamentablemente se le soslaya y mientras se le siga sosla-
yando no se entenderá bien lo que es una revolución democrática, en
119

las actuales circunstancias en que nos debatimos. Es erróneo consi-


derar que el capitalismo burocrático es el capitalismo que desarrolla
el Estado con los medios económicos de producción que tiene en sus
manos; es erróneo, eso no se compagina con la tesis del Presidente
Mao Tsetung. Bastaría pensar en esto, si el capitalismo burocrático
fuera solamente el estatal, se confiscaría ese capitalismo estatal y el
otro, capitalismo monopolista no estatal en ¿qué manos quedaría? en
las de la reacción, en las de la gran burguesía. Esa interpretación de
identificar capitalismo burocrático con capitalismo monopolista esta-
tal es una concepción revisionista y en nuestro partido fue sostenida
por el liquidacionismo de izquierda. Por eso este problema, enten-
demos, que es muy importante. Además, políticamente nos permite
diferenciar con mucha nitidez la gran burguesía de la burguesía na-
cional o media; y, eso nos da instrumentos de comprensión para no
ponernos a la cola de ninguna de las facciones de la gran burguesía,
ni de la compradora ni de la burocrática, que es lo que en el Perú ha
hecho el revisionismo y el oportunismo y siguen haciéndolo, décadas
de esa siniestra política de rotular a una facción de la gran burguesía
como burguesía nacional, progresista, y apoyarla. La comprensión del
capitalismo burocrático nos permitió entender bien la diferenciación,
reitero, entre burguesía nacional y gran burguesía y comprender la
táctica correcta que teníamos que seguir, retomando precisamente lo
que Mariátegui estableciera. Por eso consideramos sumamente im-
portante la tesis del capitalismo burocrático.

En Tercer pleno del Comité Central (1992)


[...]

II. Análisis de la Sociedad Peruana contemporánea.


Centrado en el capitalismo burocrático, basarse en lo planteado sobre
esto, por ejemplo en el documento de agosto (“Sobre Campaña de
Rectificación con ¡Elecciones, no! ¡Guerra Popular, Sí!”). El capitalis-
mo burocrático madura las condiciones para la revolución. Considerar
la reaccionarización del viejo Estado peruano, las fuerzas armadas,
columna vertebral, grupos y facciones de la gran burguesía, en la
compradora y la burocrática. La Iglesia y su creciente influencia, par-
ticularmente la católica. Ver la importancia del problema de la tierra;
ver la semifeudalidad y los cambios que la guerra popular ha impreso
en este problema. Cómo se concretan las contradicciones fundamen-
tales masas-feudalidad, nación-imperialismo, pueblo-capitalismo bu-
rocrático. Camino democrático, República Popular del Perú. Apuntar
a ver la sociedad peruana y su derrotero en proceso de destrucción
inexorable.
120

[Nota: No dejarse impresionar por la palabra “cambios”, se refiere a


las Bases de Apoyo. Desaparecen las Bases de Apoyo, desaparecen
los “cambios” a falta de quién y cómo se ejerce el Poder; de quién y
cómo se impulsan y desarrollan esos “cambios”. Papel del Partido y la
guerra popular. Contienda restauración-contrarrestauración.]

[...]

IV. SOCIEDAD PERUANA

Hay varios documentos, ver la Sesión Preparatoria del II Ple-


no, el capitalismo burocrático se desenvuelve en ciclos con gradien-
tes, tiene recuperaciones transitorias pero cada nuevo ciclo parte del
punto más bajo que el anterior. [Genial, nada que ver con la estupidez
de “recuperación transitoria del imperialismo” como argumento para
vender los principios y la guerra popular] En 30 años se da así. Ver
cómo se está desenvolviendo: la tercera parte del capitalismo buro-
crático, de la sociedad peruana contemporánea comenzó el 80. Crisis
general y cómo pueden ser sus recuperaciones hasta su destrucción,
opera la guerra popular y esto agrava ese proceso de destrucción del
sistema económico. Al proceso de destrucción del capitalismo buro-
crático se suma la guerra popular, por eso no puede recuperarse su
economía como la de los países vecinos. Nuestra guerra está maneja-
da políticamente con sabotaje y con paros armados, la guerra popular
limita las inversiones, el factor seguridad eleva los seguros, etc., etc.
El capitalismo burocrático es declinante, está en descomposición des-
de los 80 y declina más y lo hunde la guerra popular. Los préstamos,
dinero que dan los imperialistas son en condiciones más duras para
las naciones oprimidas, sólo pueden esperar mayor inversión cuando
el interés del imperialismo aumente, cuando digan “qué mal ejemplo,
hay que aplastar, meter plata”, pero eso lleva a putrición más gene-
ralizada, así fue en Vietnam y en Corea.

Es necesario desarrollar los criterios de los dos caminos. Ver


el camino campesino cómo se desarrolla, ver también cómo se desa-
rrolla la nueva economía para contraponer. Pedraglio dice condicio-
nes beneficiosas para la zona del Huallaga. Vemos un declinamiento
atizado por la guerra. Ver cómo se desarrolla el camino campesino,
ver cómo en el derrumbe hay florecillas que se abren paso, nueva
economía, Nuevo Estado.
121

Para terminar hay que recordar.

En SOMOS LOS INICIADORES (1980)


La situación no es la de ayer. El tiempo ha transcurrido, el
capitalismo burocrático ha madurado la revolución, las leyes agrarias
son frustraciones una tras otra y el campesinado ha comprendido la
lección: nada le será dado, nada puede esperar de una ley; la tierra
tendrá que conquistarla con sus propias manos armadas. La clase
obrera es cada vez más pujante, más madura, más alta en concien-
cia, más grande en número, más poderosa en política; más fuerte
que ayer. Las masas populares crecen en nuestro país. La pequeña
burguesía se proletariza, no tiene otro destino sino servir a la revo-
lución y ponerse a disposición del proletariado; no tiene otro destino,
no puede tener más camino que servir a la revolución, según los
dictados de la clase obrera, bregar esforzadamente tras el camino del
Partido. Esto es bueno recordarlo, porque de ella debemos ganar par-
ticularmente a la intelectualidad, lo que demanda mover a la masa
como ya Mariátegui nos enseñó; sólo así cumplirá su papel y podrá
servir a la más grande batalla que la historia está gestando.

Camaradas, hemos concluido que entrábamos a la tercera


etapa de la sociedad peruana contemporánea. Pero si como ayer,
cuando planteamos los dos momentos de la sociedad peruana con-
temporánea, como partes del proceso de desarrollo del capitalismo
burocrático en el país, y algunos nos condenaban, rechazaban nues-
tras tesis, nuestras ideas y hasta con insolencia supina las tildaban
menospreciativamente de infantilismo; lo que planteamos hoy con
clara y precisa visión histórica, de que nuestro país entra a una ter-
cera etapa, también será objeto de incomprensión pero ya no será
posible simplemente condenarnos con etiqueta pueril de infantilis-
mo, porque los tiempos nos han dado la razón en muchísimas cosas
y también ellos sacarán lección. Sin embargo no va a ser fácil que
acepten, que comprendan, requerirán hechos contundentes, accio-
nes concretas que les martillen en sus duras cabezas, que les hagan
saltar a pedazos sus especulaciones, para que en sus almas también
anide la realidad de esta patria nuestra.

La comprensión de la tercera etapa es clave para que este


pueblo [note] nuestro avance. Esta tercera etapa qué implica. Impli-
ca que la revolución, el pueblo con las manos armadas comienza a
tomar el poder; y que la reacción con 400 años de explotación, que
se suma a la explotación anterior porque también la hubo, (cama-
radas, debemos pensar muy bien, 400 años de opresión extranjera,
un vil sistema servil que aún subsiste, un Estado que si bien no es
sólido, tiene fuerza en la actualidad), implica que la reacción preten-
122

derá contenernos, pretenderá oponerse al avance de la revolución. Es


que, como bien sabemos los materialistas, lo que existe se niega a
morir y la reacción existe y por tanto se niega a morir; es un cadáver
insepulto pero niega, protesta, resiste y ataca con furia y desespero,
no quiere que la metamos al cajón, no quiere que la enterremos.
Así, debemos entender que la lucha revolucionaria será dura, vio-
lenta, cruelmente contestada por la reacción y mandará sus negras
huestes a combatirnos, armados hasta los dientes embestirán a la
clase obrera, al campesinado, a las masas populares; extenderán sus
garras siniestras, sangrientas, así será: nos tenderá cercos, buscará
aislarnos, aplastarnos, borrarnos, pero nosotros somos el futuro, so-
mos la fuerza, somos la historia.

Camaradas, revolución y contrarrevolución contienden tam-


bién en nuestro país, somos dos partes de una unidad ligadas y en lu-
cha creciente. Los reaccionarios centrados, artillados, defendidos en
las urbes, en las capitales; nosotros nos arraigaremos en el campo,
en los poblados pequeños, con la masa, con el campesinado pobre en
especial, con la fuerza, con el poder desorganizado para organizarlo
en un poderoso ejército. Pero esto no será fácil: sus huestes negras
y siniestras irán contra nosotros, montarán poderosas agresiones,
grandes ofensivas. Nosotros responderemos, los desvencijaremos,
los dividiremos; sus ofensivas las convertiremos en multitud de pe-
queñas ofensivas nuestras y los cercadores serán cercados y los pre-
tendidos aniquiladores serán aniquilados y los pretendidos triunfado-
res serán derrotados y la bestia finalmente será acorralada y como se
nos ha enseñado, el estruendo de nuestras voces armadas los hará
estremecer de pavor y terminarán muertos de miedo convertidos en
pocas y negras cenizas.

Así ha de ser camaradas, así ha de ser. Sin embargo, la brega


será dura, larga, difícil, cruenta; hay que acerar el alma, ser fuertes,
vigorosos, no temer y estar seguros de la victoria; que la confianza
en su conquista anide en nuestro corazón pues servimos al pueblo
y a la clase. El problema es que con decisión y firmeza iniciaremos
la lucha armada, la desplegaremos y sus banderas poblarán nuestra
tierra, con rotundas acciones que registrará la historia. Camaradas,
nuestro pueblo entra a tomar el poder por las armas; está en marcha,
la gesta más grandiosa que nuestra patria ha visto. Como eso, no se
verá nunca más, será grandioso. ¡Eso haremos nosotros!; a eso ser-
vimos y serviremos, el pueblo y la clase, el proletariado lo mandan.
No podemos, no debemos fallar.
123

Otros puntos
Ver dos de los artículos mencionados en: ¿Por qué puede exis-
tir el poder rojo en china?

En Sobre la táctica de la
lucha contra el imperialismo japonés
(27 de diciembre de 1935)
Tomo I
En 167-168

Los grandes déspotas locales y shenshí malvados, los gran-


des caudillos militares, los grandes burócratas y los magnates de la
burguesía compradora ya han tomado hace mucho su decisión. Han
sostenido y sostienen que toda revolución (sea cual fuere) es peor
que el imperialismo. Constituyen el campo de los vendepatrias; para
ellos no se plantea el problema de ser o no esclavos de una nación
extranjera, porque han perdido todo sentido de la nacionalidad y sus
intereses están indisolublemente ligados a los del imperialismo.

[...]

... La cuestión reside en si hay posibilidad de que, en las


circunstancias actuales, esta clase sufra un cambio. Creemos que sí,
pues la burguesía nacional no es igual a la clase terrateniente o la
burguesía compradora; entre ella y estas últimas existen diferencias.
La burguesía nacional no es tan feudal como la clase terrateniente,
ni tan compradora como la burguesía compradora. Un sector de la
burguesía nacional mantiene vínculos más o menos numerosos con el
capital extranjero y con la propiedad de la tierra en el país; constituye
su ala derecha. Por el momento no especularemos sobre la posibili-
dad de que este sector sufra un cambio. El problema está en aquellos
sectores de la burguesía nacional que no tienen tales vínculos o los
tienen escasamente. Estimamos que en la nueva situación, en que
sobre China se cierne el peligro de la colonización, es posible que
estos sectores cambien de actitud. La característica de este cambio
será su vacilación.

[...]
... ¿Han ganado estos sectores de la burguesía nacional algu-
na ventaja en los últimos nueve años, desde que abandonaron a su
aliado, la clase obrera, y trabaron amistad con la clase terrateniente
y la burguesía compradora? Ninguna. Lo único que han logrado es la
124

ruina total o parcial de sus empresas industriales y comerciales.

[...]

... es posible que la burguesía nacional cambie de actitud.


¿Hasta qué punto puede cambiar? Su característica general es la va-
cilación. Sin embargo, en ciertas etapas de la lucha, un sector de
la burguesía nacional (el ala izquierda) puede tornar parte en ella,
mientras otro sector puede pasar de la actitud vacilante a una neu-
tral.

En 170

... Una de las principales características políticas y económi-


cas de un país semicolonial es la debilidad de su burguesía nacional.
Precisamente por esa causa, el imperialismo se atreve a abusar de
ella, y esto determina uno de los rasgos de la burguesía nacional: no
le gusta el imperialismo.

En 174

Ya nos hemos referido a la vacilación de la burguesía nacio-


nal, los campesinos ricos y los pequeños terratenientes y a la posibi-
lidad de su participación en la lucha antijaponesa.
Las minorías nacionales, en particular el pueblo de Mongolia Interior,
directamente amenazado por el imperialismo japonés, se alzan ahora
a la lucha. En el futuro, su lucha se fundirá con la de todo el pueblo
del Norte de China y con las operaciones del Ejército Rojo en el No-
roeste.

En 181-182

Por supuesto que la república popular no representa los


intereses de las clases enemigas. Al contrario, es diametralmente
opuesta a la clase de los déspotas locales y shenshí malvados y a
la burguesía compradora, lacayos del imperialismo, y no los incluye
dentro del pueblo, tal como el “Gobierno Nacional de la República de
China” de Chiang Kai-shek representa sólo a los plutócratas, y no a
la gente sencilla, a la que no considera parte de la “nación”. Dado
que los obreros y campesinos constituyen del 80 al 90 por ciento de
la población china, la república popular debe representar en primer
lugar sus intereses. Sin embargo, al acabar con la opresión del impe-
rialismo para hacer a China libre e independiente y al terminar con la
opresión de los terratenientes para liberar a China del semifeudalis-
mo, la república popular no sólo beneficiará a los obreros y campesi-
nos, sino también a los demás sectores del pueblo. Los intereses de
125

los obreros, los campesinos y el resto del pueblo constituyen, en su


conjunto, los intereses de toda la nación china. Aunque la burguesía
compradora y la clase terrateniente viven también en el suelo chino,
les tienen sin cuidado los intereses de la nación; sus intereses chocan
con los de la mayoría de la población. Ya que nosotros no dejamos
fuera más que a esta reducida minoría y chocamos sólo con ella, te-
nemos derecho a llamarnos representantes de toda la nación.

En La revolución china y el
Partido Comunista de China
(diciembre de 1939)
Tomo II
En 320-323

El proceso del surgimiento y desarrollo del capitalismo na-


cional chino es al mismo tiempo el del surgimiento y desarrollo de la
burguesía y del proletariado. Si los precursores de la burguesía china
fueron una parte de los comerciantes, terratenientes y burócratas,
los del proletariado chino fueron una parte de los campesinos y arte-
sanos. Como clases sociales con características propias, la burguesía
y el proletariado de China son clases recién nacidas, que nunca antes
habían existido en la historia de nuestro país. Se han constituido
en nuevas clases sociales surgiendo de las entrañas de la sociedad
feudal. Son dos clases interrelacionadas y, a la vez, antagónicas, ge-
melas nacidas de la vieja sociedad (la sociedad feudal) de China. Sin
embargo, el proletariado chino ha surgido y se ha desarrollado de
modo simultáneo no sólo con la burguesía nacional china, sino tam-
bién con las empresas directamente explotadas por el imperialismo
en China. Así, resulta que una gran parte del proletariado chino es
más antiguo y tiene mayor experiencia que la burguesía china, y por
ello su fuerza social es mayor, y su base social, más amplia.

[...]

Para ello, las potencias imperialistas han utilizado y siguen


utilizando todos los medios de opresión militar, política, económica y
cultural, lo que les ha permitido convertir gradualmente a China en
una semicolonia y colonia. Esos medios son los siguientes:

[...]

7) Han hecho de la clase terrateniente feudal de China, al


igual que de la burguesía compradora, el pilar de su dominación en
126

China. El imperialismo “se alía en primer término con las capas do-
minantes del régimen social precedente —los señores feudales y la
burguesía comercial-usurera—, contra la mayoría del pueblo. En
todas partes, el imperialismo intenta preservar y perpetuar todas
aquellas formas de explotación precapitalistas (particularmente en
el campo), que son la base de la existencia de sus aliados reacciona-
rios.”[22: Cita de las tesis “Sobre el movimiento revolucionario
en los países coloniales y semicoloniales” adoptadas por el VI
Congreso de la Internacional Comunista] “[...] el imperialismo,
con todo el poderío financiero y militar que tiene en China, es la
fuerza que apoya, alienta, cultiva y conserva las supervivencias feu-
dales, con toda su superestructura burocrático-militarista.”[23: J. V.
Stalin: “la revolución en China y las tareas de la Internacional
Comunista”, discurso pronunciado el 24 de mayo de 1927 en la VIII
Sesión Plenaria del Comité Ejecutivo de la Internacional Comunista.]

[...]

En 326

Puesto que la sociedad china de hoy es, por su naturaleza,


colonial, semicolonial y semifeudal, ¿cuáles son los blancos o enemi-
gos principales de la revolución china en la etapa actual?

No son otros sino el imperialismo y el feudalismo, es decir,


la burguesía de los países imperialistas y la clase terrateniente de
nuestro país. Porque, en la etapa actual, son justamente ellos los
principales opresores en la sociedad china y los principales obstácu-
los para su desarrollo. Ambos se confabulan para oprimir al pueblo
chino, pero, como la opresión nacional ejercida por el imperialismo es
la más grande, éste es el enemigo número uno, el peor enemigo del
pueblo chino.

En 330-331

¿Qué clases existen en la actual sociedad china? Existen la


clase terrateniente y la burguesía; la primera y la capa superior de la
segunda son las clases dominantes en la sociedad china.

[...]

La burguesía se divide en gran burguesía compradora y bur-


guesía nacional.

La gran burguesía compradora es una clase al servicio directo


de los capitalistas de los países imperialistas y sustentada por ellos;
127

está ligada por miles de lazos con las fuerzas feudales del campo. Por
eso, en la historia de la revolución china, ha sido siempre un blanco,
y nunca una fuerza motriz, de la revolución.

Sin embargo, como los diferentes grupos de la gran burgue-


sía compradora china dependen de distintas potencias imperialistas,
cuando las contradicciones entre éstas se hacen muy agudas, y cuan-
do la revolución se dirige principalmente contra una de ellas, es posi-
ble que los grupos de la burguesía compradora dependientes de otras
potencias imperialistas participen, hasta cierto punto y en determina-
dos períodos, en el frente antiimperialista que se forme. Pero apenas
sus amos se ponen a combatir a la revolución china, ellos hacen lo
mismo.

En 332

En China, la burguesía nacional es principalmente la burgue-


sía media.

Interesante, ver esta nota:

[20] Zonas ocupadas por los países imperialistas en los puer-


tos que el Gobierno de la dinastía Ching se vio obligado a abrir al
comercio. En estas “concesiones” se implantó un régimen colonial
imperialista, completamente independiente de la administración y la
legislación de China. Desde ellas, los imperialistas ejercían, directa
o indirectamente, su control político y económico sobre el régimen
de la clase feudal y de la burguesía compradora china. Durante la
revolución de 1924-1927, las masas revolucionarias, dirigidas por
el Partido Comunista de China, iniciaron un movimiento por la recu-
peración de las “concesiones”, y en enero de 1927 recuperaron las
“concesiones” inglesas en Jankou y Chiuchiang. Pero, con la traición
de Chiang Kai-shek a la revolución, los imperialistas lograron conser-
var sus “concesiones” en diversos lugares de China. [¿Y Mariátegui, qué
dice al respecto?]
128

Puntos muy interesantes a tener en cuenta

En Las tareas del partido comunista de china


en el periodo de la resistencia al Japón
(3 de mayo de 1937)

En 291-292

13. ¿Errónea nuestra anterior consigna de república demo-


crática de obreros y campesinos? No, no lo era. Puesto que la bur-
guesía, y sobre todo la gran burguesía, se retiró de la revolución,
se entregó al imperialismo y a las fuerzas feudales y se convirtió en
enemiga del pueblo, quedaron como fuerza motriz de la revolución
únicamente el proletariado, el campesinado y la pequeña burguesía
urbana, y como partido revolucionario, sólo el Partido Comunista; la
responsabilidad de organizar la revolución recayó por fuerza sobre los
hombros del Partido Comunista, el único partido revolucionario del
país. Solamente el Partido Comunista continuó manteniendo en alto
la bandera de la revolución, conservó las tradiciones revolucionarias,
lanzó la consigna de república democrática de obreros y campesinos
y, para hacerla realidad, sostuvo una lucha ardua durante muchos
años. Esta consigna no iba en contra de la tarea de la revolución de-
mocrático-burguesa, sino que, al contrario, significaba cumplirla re-
sueltamente. En ninguno de sus aspectos, la política que seguíamos
en nuestra lucha práctica discrepaba de esta tarea. Nuestra política,
que preveía, entre otras cosas, la confiscación de las tierras de los te-
rratenientes y la implantación de la jornada de ocho horas, de ningu-
na manera traspasaba los marcos de la propiedad privada capitalista
y en modo alguno significaba llevar a la práctica el socialismo. ¿Cuál
será la composición de la nueva república democrática? La integrarán
el proletariado, el campesinado, la pequeña burguesía urbana, la bur-
guesía y todos los individuos que en el país estén en favor de la re-
volución nacional y democrática; ella será una alianza de estas clases
en la revolución nacional y democrática. El rasgo distintivo aquí es la
inclusión de la burguesía; esto obedece a que, en las circunstancias
actuales, cabe la posibilidad de que la burguesía coopere nuevamente
con nosotros y participe en la resistencia al Japón; por lo tanto, el
partido del proletariado no debe rechazarla, sino acogerla y reanudar
la alianza con ella para la lucha común, a fin de favorecer el avance
de la revolución china. Con miras a poner término a los conflictos ar-
mados internos, el Partido Comunista está dispuesto a suspender su
política de confiscación violenta de las tierras de los terratenientes y
a solucionar el problema de la tierra por la vía legislativa y por otros
medios apropiados en el curso de la construcción de la nueva repú-
blica democrática. El primer problema por resolver es si la tierra de
129

China será de los japoneses o de los chinos. Puesto que la solución


del problema de la tierra para los campesinos tiene como premisa la
defensa de China, es absolutamente necesario pasar de la confisca-
ción violenta a métodos nuevos y apropiados.

Así como en el pasado fue correcto lanzar la consigna de


república democrática de obreros y campesinos, también ahora es
correcto renunciar a ella.

(En la nota 3. En 299, se repite: Además, dentro del campo de


la clase terrateniente y de la burguesía compradora tampoco existe
completa unidad. Dado que la disputa por China entre numerosas
potencias imperialistas ha hecho surgir diferentes grupos de vende-
patrias a su servicio, con sus contradicciones y conflictos, el Partido
también debe recurrir a diversos medios para que, por el momento,
algunas de las fuerzas contrarrevolucionarias no se opongan activa-
mente al frente antijaponés. La misma táctica debe aplicarse hacia
las potencias imperialistas a excepción del Japón.)

Otro más

En Sobre la práctica
(julio 1937)

En 321 y ss.

Nadie antes del marxismo elaboró una teoría como ésta, la


materialista dialéctica, sobre el proceso de desarrollo del conocimien-
to, el que se basa en la práctica y va de lo superficial a lo profundo. Es
el materialismo marxista el primero en resolver correctamente este
problema, poniendo en evidencia de manera materialista y dialéctica
el movimiento de profundización del conocimiento, movimiento por
el cual el hombre, como ser social, pasa del conocimiento sensorial
al conocimiento lógico en su compleja y constantemente repetida
práctica de la producción y de la lucha de clases. Lenin dijo: “La
abstracción de la materia, de una ley de la naturaleza, la abstrac-
ción del valor, etc., en una palabra, todas las abstracciones científicas
(correctas, serias, no absurdas) reflejan la naturaleza en forma más
profunda, veraz y completa.” [4: V. I. Lenin: Resumen del libro de
Hegel “Ciencia de la lógica”] El marxismo-leninismo sostiene que
cada una de las dos etapas del proceso cognoscitivo tiene sus propias
características: en la etapa inferior, el conocimiento se manifiesta
como conocimiento sensorial y, en la etapa superior, como conoci-
miento lógico, pero ambas son etapas de un proceso cognoscitivo
130

único. Lo sensorial y lo racional son cualitativamente diferentes; sin


embargo, uno y otro no están desligados, sino unidos sobre la base
de la práctica. Nuestra práctica testimonia que no podemos compren-
der inmediatamente lo que percibimos, y que podemos percibir con
mayor profundidad sólo aquello que ya comprendemos. La sensación
sólo resuelve el problema de las apariencias; únicamente la teoría
puede resolver el problema de la esencia. La solución de ninguno de
estos problemas puede separarse ni en lo más mínimo de la práctica.
Quien quiera conocer una cosa, no podrá conseguirlo sin entrar en
contacto con ella, es decir, sin vivir (practicar) en el mismo medio de
esa cosa. En la sociedad feudal era imposible conocer de antemano
las leyes de la sociedad capitalista, pues no había aparecido aún el
capitalismo y faltaba la práctica correspondiente. El marxismo sólo
podía ser producto de la sociedad capitalista. Marx, en la época del
capitalismo liberal, no podía conocer concretamente, de antemano,
ciertas leyes peculiares de la época del imperialismo, ya que no había
aparecido aún el imperialismo, fase final del capitalismo, y faltaba la
práctica correspondiente; sólo Lenin y Stalin pudieron asumir esta
tarea. Aparte de su genio, la razón principal por la cual Marx, Engels,
Lenin y Stalin pudieron crear sus teorías fue su participación personal
en la práctica de la lucha de clases y de la experimentación científica
de su tiempo; sin este requisito, ningún genio podría haber logrado
éxito. La expresión: “Sin salir de su casa, el letrado sabe todo cuanto
sucede en el mundo” no era más que una frase hueca en los tiempos
antiguos, cuando la técnica estaba poco desarrollada; y en nuestra
época de técnica desarrollada, aunque tal cosa es realizable, los úni-
cos que tienen auténticos conocimientos de primera mano son las
personas que en el mundo se dedican a la práctica. Y sólo cuando,
gracias a la escritura y a la técnica, llegan al “letrado” los conocimien-
tos que estas personas han adquirido en su práctica, puede éste, in-
directamente, “saber todo cuanto sucede en el mundo”. Para conocer
directamente tal o cual cosa o cosas, es preciso participar personal-
mente en la lucha práctica por transformar la realidad, por transfor-
mar dicha cosa o cosas, pues es éste el único medio de entrar en con-
tacto con sus apariencias; asimismo, es éste el único medio de poner
al descubierto la esencia de dicha cosa o cosas y comprenderlas. Tal
es el proceso cognoscitivo que en realidad siguen todos los hombres,
si bien alguna gente, deformando deliberadamente los hechos, afir-
ma lo contrario. La gente más ridícula del mundo son los “sabelotodo”
que, recogiendo de oídas conocimientos fragmentarios y superficia-
les, se las dan de “máxima autoridad en el mundo”, lo que testimonia
simplemente su fatuidad. El conocimiento es problema de la ciencia
y ésta no admite ni la menor deshonestidad ni la menor presunción;
lo que exige es ciertamente lo contrario: honestidad y modestia. Si
quieres conocer, tienes que participar en la práctica transformadora
de la realidad. Si quieres conocer el sabor de una pera, tienes tú mis-
131

mo que transformarla comiéndola. Si quieres conocer la estructura y


las propiedades del átomo, tienes que hacer experimentos físicos y
químicos, cambiar el estado del átomo. Si quieres conocer la teoría
y los métodos de la revolución, tienes que participar en la revolu-
ción. Todo conocimiento auténtico nace de la experiencia directa. Sin
embargo, el hombre no puede tener experiencia directa de todas las
cosas y, de hecho, la mayor parte de nuestros conocimientos provie-
ne de la experiencia indirecta, por ejemplo, todos los conocimientos
de los siglos pasados y de otros países. Estos conocimientos fueron
o son, para nuestros antecesores y los extranjeros, producto de la
experiencia directa, y merecen confianza si en el curso de esa expe-
riencia directa se ha cumplido la condición de “abstracción científica”
de que hablaba Lenin y si reflejan de un modo científico la realidad
objetiva; en caso contrario, no la merecen. Por eso, los conocimientos
de una persona los constituyen sólo dos sectores: uno proviene de la
experiencia directa y el otro, de la experiencia indirecta. Además, lo
que para mí es experiencia indirecta, constituye experiencia directa
para otros. Por lo tanto, considerados en su conjunto, los conocimien-
tos, sean del tipo que fueren, no pueden separarse de la experiencia
directa. Todo conocimiento se origina en las sensaciones que el hom-
bre obtiene del mundo exterior objetivo a través de los órganos de
los sentidos; no es materialista quien niegue la sensación, niegue la
experiencia directa, o niegue la participación personal en la práctica
transformadora de la realidad. Es por esto que los “sabelotodo” son
ridículos. Un antiguo proverbio chino dice: “Si uno no entra en la
guarida del tigre, ¿cómo podrá apoderarse de sus cachorros?” Este
proverbio es verdad tanto para la práctica del hombre como para la
teoría del conocimiento. No puede haber conocimiento al margen de
la práctica.

En Prefacio y epilogo a
investigaciones rurales
(Marzo y abril de 1941)

[Bueno para comparar con José Carlos Mariátegui sin olvidar


los momentos por los que pasa la revolución o en qué etapa
de su desarrollo se encuentra y los por qué de tal o cual línea
táctica.]

En 10 y ss.

EPILOGO
19 de abril de 1941
132

La experiencia de los diez años de la guerra civil es la mejor


y más inmediata referencia para el actual período, el de la Guerra
de Resistencia. Sin embargo, esto no se refiere a la línea táctica,
sino a cómo hemos de vincularnos con las masas y movilizarlas en
la lucha contra el enemigo. La actual línea táctica del Partido pre-
senta una diferencia de principio con la que seguirnos en el pasado.
Antes, combatíamos a los terratenientes y a los burgueses contrarre-
volucionarios; ahora, nos unimos con todos aquellos terratenientes y
burgueses que no se opongan a la Resistencia. Incluso en la última
etapa de la guerra civil, fue incorrecto no haber adoptado una polí-
tica diferenciada respecto al gobierno y el partido reaccionarios que
realizaban ataques armados contra nosotros, por una parte, y a las
diversas capas sociales de carácter capitalista bajo nuestro régimen,
por la otra, y no haberlo hecho tampoco respecto a los distintos gru-
pos dentro del gobierno y el partido reaccionarios. En aquella época,
se seguía hacia todos los sectores de la sociedad, excepto el campe-
sinado y la capa inferior de la pequeña burguesía urbana, la políti-
ca de “mera lucha” indudablemente errónea. En cuanto al problema
agrario, también fue erróneo repudiar la justa política aplicada en
las primeras dos etapas de la guerra civil, que consistía en asignar
a los terratenientes lotes de tierra iguales que a los campesinos, de
suerte que pudieran dedicarse a cultivar la tierra y no se convirtieran
en vagabundos o se echasen al monte como bandidos, perturbadores
del orden social. Actualmente, la política del Partido tiene que ser
distinta; no es ni de “mera lucha sin alianza”, ni de “mera alianza sin
lucha” (como el chentusiuísmo, en 1927), sino de aliarse con todas
las capas sociales en cuestión que se oponen al imperialismo japo-
nés, formando con ellas un frente único, y sostener a la vez distintas
formas de lucha contra ellas, de acuerdo con los diferentes grados
de su vacilación y de su posición reaccionaria, que se manifiestan en
su tendencia a capitular ante el enemigo y en su oposición al Partido
Comunista y al pueblo. Nuestra política actual es una doble política
que combina la alianza y la lucha. En el terreno laboral, esta política
consiste en mejorar adecuadamente las condiciones de vida de los
obreros y, al mismo tiempo, no obstaculizar el desarrollo apropiado
de la economía capitalista. En el problema agrario, consiste en exigir
a los terratenientes la reducción de los arriendos y los intereses y, al
mismo tiempo, estipular el pago por los campesinos de esos arrien-
dos e intereses reducidos. En lo que se refiere a los derechos polí-
ticos, consiste en garantizar a todos los terratenientes y capitalistas
que se opongan al Japón los mismos derechos de la persona, políticos
y de propiedad que a los obreros y campesinos, y, al mismo tiempo,
prevenirse contra toda posible actividad contrarrevolucionaria de su
parte. Hay que desarrollar la economía estatal y la economía coope-
rativa; sin embargo, en la actualidad, en las bases de apoyo rurales,
el sector económico principal no es el estatal, sino el privado, y hay
133

que ofrecer al sector capitalista no monopolista la oportunidad de


desarrollarse, en interés de la lucha contra el imperialismo japonés
y contra el sistema semifeudal. Esta es la política más revolucionaria
para la China actual, y sería indudablemente un error oponerse a ella
u obstaculizar su ejecución. Preservar seria y resueltamente la pure-
za de la ideología comunista en los militantes del Partido y, al mismo
tiempo, proteger la parte útil del sector capitalista en la economía de
la sociedad y permitirle un desarrollo adecuado, son para nosotros
dos tareas indispensables en el período de la Guerra de Resistencia y
de la construcción de una república democrática. En este período, es
posible que algunos comunistas se dejen corromper por la burguesía
y que surjan ideas capitalistas entre nuestros militantes; debemos
luchar contra estas ideas corruptoras en el seno del Partido, pero
no debemos cometer el error de trasladar esa lucha al terreno de la
economía de la sociedad y combatir al sector capitalista. Tenemos
que trazar una clara línea de demarcación entre ambas cosas. El Par-
tido Comunista de China trabaja en condiciones complejas, y todos
sus miembros, especialmente los cuadros, deben templarse para ser
combatientes que conozcan bien la táctica marxista; examinar los
problemas de manera unilateral y simplista nunca podrá conducir la
revolución a la victoria.

[Nota: Siempre tener en cuenta la fecha, las circunstancias y la tra-


yectoria en que se llega a esa situación. Estudiar completo, junto al
artículo anterior, lo siguiente:
- Sobre las negociaciones de Chungching (17 de octubre de 1945)
- La reducción de los arriendos y el desarrollo de la producción son
dos asuntos importantes para la defensa de las regiones liberadas (7
de noviembre de 1945)]

Ediciones Bandera Roja


noviembre de 2011

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