Documente Academic
Documente Profesional
Documente Cultură
«El más perspicaz de todos los filósofos, Aristóteles, exhorta a los deseosos de
conocer algo a que busquen con afán esa duda y así les dice: "Es difícil afirmar con
seguridad algo, si no ha sido examinado antes varias veces. Pues el dudar de cada
cosa no es algo inútil, ya que al dudar empezamos a investigar y al investigar
encontramos la verdad según lo que dice la Verdad misma: Buscad y hallaréis,
llamad y se os abrirá".»
Carl G. Jung
Carl Gustaf Jung (Kesswil 1875 - Küsnacht 1961) es, a todas luces, uno de los
autores más influyentes del siglo XX en lo que a la interpretación de la alquimia se
refiere (1). Su puesta en relación entre la Psicología Analítica que él mismo
estructuró y el lenguaje alquímico abrió una vía para la interpretación de los textos
consagrados al arte transmutatorio que ha conocido una destacada popularidad
tanto dentro como fuera del mundo académico. No obstante, es un hecho evidente
que la reducida comunidad de investigadores dedicados hoy con continuidad a
profundizar en el estudio de la alquimia y su historia, especializados en ese campo
de una manera sobresaliente y no tocándolo de forma meramente ocasional, se
muestran cada vez más reacios a aplicar este procedimiento junguiano en todos los
aspectos: historia de las ideas, fundamentos espistemológicos, análisis de los
textos, etc. Tal y como iremos mostrando a continuación cada día son más
evidentes las críticas al método postulado por Jung, al tratarse de una forma de
aproximación a la alquimia de fundamentos inconsistentes, caracterizada por unos
resultados que se están revelando como muy cuestionables por su fuerte carga de
subjetividad interpretativa y su evidente carácter antihistórico.
Jung fue alumno de Freud durante algunos años, primero siguiendo los pasos de su
obra, con la que en coincidía en algunos aspectos, y después entrando en contacto
personal con él (2). En una de sus cartas personales Freud llega a declarar: "... la
misma tarde en que yo le adoptaba a usted formalmente como hijo mayor, le
consagraba como sucesor y príncipe heredero..." (3). De su teoría psicoanalítica
Jung tomó algunas nociones e ideas que modificó en mayor o menor grado.
Conociendo este punto, en principio deberíamos comenzar este repaso
adentrándonos en el método del psicoanálisis y su problemática en la actualidad en
su relación con otras disciplinas.
Curiosamente la cautela hacia este procedimiento freudiano ha sido por lo general
muy raramente manifestada en los círculos científicos. Bien al contrario,
encontramos su influencia en trabajos relacionados con la literatura, el arte, la
filosofía, la historia; ¿qué disciplina no ha estado influenciada de alguna manera por
la nociones del psicoanálisis?. Empero, en la actualidad comienzan a asomar las
opiniones que se muestran escépticas ante ese pretendido rango científico que se
arrogan diversos presupuestos psicoanalíticos, y con el paso del tiempo van
aumentando en número las opiniones negativas en este sentido, muy
especialmente en los Estados Unidos y Canadá (4). Se trata de un movimiento
crítico tan reciente como interesante. El profesor Edward Dolnick en su libro "La
Locura en el Diván. Culpando a la Víctima en el Apogeo del Psicoanálisis" se
muestra duro y claro ya desde el mismo título. Dolnick no sólo rebate diversos
métodos de Freud punto por punto sino que pone de relieve la fuerte carga
subjetiva que domina diversos procedimientos propuestos por el padre de la teoría
del psicoanálisis. Sobre todo ello comenta: "The story starts, of course, with Freud
and psychoanalysis. Though Freud and his followers thought of themselves as
scientists, and did a very good job of fooling a good part of the rest of the world on
this matter, their main methods of inquiry were untestable. Such methods as free
association, interpretation of dreams, and treating thoughts and actions as
symbols, gave them a virtual blank check to claim they knew both the cause and
cure of madness. They never used control groups because they saw no need for
them. Their brilliance alone would show them whether their intuitions and insights
were correct. All they needed for evidence was a plausible story affirmed by their
colleagues. They had no trouble coming up with either. That some of the best
minds working in this field would ignore fundamental truths about human frailty--
such as the ease with which we can deceive ourselves and the natural tendency
toward confirmation bias and self-validation--is a puzzle in itself. The field seems to
attract a particular type of personality: arrogant, authoritarian, and convinced of his
or her own brilliance and special ability to see through the way things appear to
what they "really" are. They lacked the essential skepticism that marks true
scientists. They showed no tendency to propose tentative hypotheses or to test
those hypotheses in ways that might exclude or minimize bias or error. Their
behavior was more analogous to interpreters of literature than to interpreters of
nature"(5). En el psicoanálisis la esquizofrenia y la depresión no son desórdenes
neuroquímicos (algo demostrado por la neurología actual), sino desórdenes
enraizados en el narcisismo. El autismo y otro tipo de desórdenes cerebrales no
están relacionados con los procesos químicos del cerebro sino con problemas
sexuales de dependencia materna. Todas esas enfermedades no requieren
tratamiento farmacológico. Demandan una terapia de "conversación". ¿Cuál es el
procedimiento para evidenciar la plena certeza de las actuaciones y del punto de
vista psicoanalítico respecto a esas enfermedades mentales?. Sencillamente no
existe (6).
A diferencia de otros colegas, Jung optó por emplear una terminología y un sistema
que encuentra acomodo en lo trascendente del individuo: relación con la divinidad,
experiencias místicas, espiritualismo, etc., lo que le valió el ataque de
"hermetistas", "tradicionalistas" e incluso teólogos católicos y protestantes, gentes
que vieron, permítannos el término, paganizado o, como ellos dicen,
"psicologizado" (15), su campo de estudio (16).
El propio Jung era sabedor de la total subjetividad con la que había organizado los
planos de la psique. En su libro "Mysterum conjunctionis" confiesa que no son más
que un "marco provisional" destinado a clasificar los datos de una serie de
experiencias que él consideraba como probadas empíricamente, pero que acabamos
de mostrar como plenamente inconsistentes. Jung nos invita expresamente a no
enjuiciar sus razones o las bases de su sistema, insta a sus lectores a sumergirse
sin más en su universo de conceptos no verificables sobre la psique humana. Dice
Jung: "Como no me apetece construir un mundo de conceptos que no haría sino
conducirnos al insípido bizantinismo que lleva el nombre de discusión filosófica, no
doy ninguna importancia particular a estas reflexiones. Si conceptos tales sirven
para poner en un orden provisional el material empírico, ha cumplido ya con su
cometido" (34). No obstante, a pesar de reconocer tácitamente la provisionalidad en
la estructuración de su método y su carencia de argumentos definitivos y
determinantes, unas páginas después Jung proclama para justificarse su propia
autoridad como indiscutible: "Aconsejo a los lectores que me critiquen a que dejen
a un lado los prejuicios, que prueben el camino que he descrito, o si no, que
suspendan su juicio y admitan que no comprenden nada". Es curiosa su invitación a
la "suspensión de juicio", actitud recomendada por el escepticismo antiguo como
fuente de paz interior y felicidad al no adherirse la razón a ninguna opinión ni
convicción. Con ella Jung conmina a los críticos a no entrar a cuestionar su sistema
sobre la psique. No obstante, añade la necesidad de que reconozcan que sus dudas
no tienen como causa faltas o errores del sistema junguiano, sino una total
carencia de entendimiento por parte de los críticos. Su propuesta es muy clara y
sintetiza muy bien el espíritu de su definitivo "Mysterum conjunctionis", a saber: su
libro es un compendio perfecto sobre el significado de la obra alquímica y si alguien
no está de acuerdo con sus opiniones es debido a carencias personales del propio
lector. Inmediatamente después se arroga el rango de infalibilidad en sus
reflexiones: "Desde hace treinta años estudio estos procesos psíquicos, he
adquirido la certeza [el subrayado es nuestro] de que los alquimistas, así como los
grandes filósofos de Oriente, se refieren a tales experiencias y que, esencialmente,
es nuestra ignorancia de la psique la que nos hace atribuirles el calificativo de
místicas". La solución que afirma con rotundidad es plasmada de forma categórica.
A falta de sistemas objetivos de verificación él mismo es su propia prueba
argumental, su palabra debe recibir el tratamiento de "certeza", de evidencia plena,
es decir, parejo al de un dogma. Estamos, en fin, ante un rasgo notorio de autor
seudocientíco (35).
Para entender las razones que motivan el surgir de las críticas negativas hacia el
método junguiano entre numerosos investigadores actuales es necesario tener una
perspectiva general de la historiografía alquímica contemporánea.
Durante el siglo XIX y el primer tercio del siglo XX la historiografía alquímica
aparece estrechamente ligada a la historia de la química. Así es presentada en los
trabajos de Berthelot, Kopp, Ruska, von Lippmann, Schmieder, Hoefer, etc (60). Las
tentativas de explicar la alquimia como fenómeno histórico se reducían al marco de
la historia de la ciencia empírica y estaba dominada en sus conclusiones por los
conceptos de la filosofía positiva. Según este punto de vista habría un periodo
"científico" en la química iniciado por Lavoisier, mientras que todo lo que le
antecede sería una etapa denominada "pre-científica" donde el conocimiento estaría
tocado por una forma religiosa y mística (61). Además, la alquimia es considerada
como una "transición necesaria" entre las formas de conocimiento en la antigüedad
y el denominado "espíritu actual, absolutamente positivo". Lo que más interesaba
era determinar el grado de conocimientos alcanzado en tiempos pasados en
relación con la química, indagando acerca de las sustancias utilizadas, los productos
obtenidos, los métodos de síntesis aplicados, las operaciones desarrolladas, el
instrumental manejado o las teorías propuestas para explicar las transformaciones
de la materia. Todo ello recibe un tratamiento bastante ajustado y es definido como
"experiencias efectivas" u "operaciones reales". No obstante la actitud respecto a
los saberes alquímicos toma tintes de indiferencia en el resto de sus facetas,
calificadas sin más de "ilusiones alquímicas", especialmente las relativas a aspectos
numénicos, llegando con frecuencia al reproche (62). Como resultado, este
razonamiento de tipo positivo tocado de cierto positivismo lógico (63) y cientifismo
(64)
, paradigmático en el caso de Marcelin Berthelot, realiza unos estudios muy bien
construidos e interesantes en abundantes aspectos, pero desprecia otros muchos y
denota una visión reduccionista de la alquimia en su conjunto a la par que plantea
un ejercicio fuertemente determinado por el contraste química-alquimia y por la
oposición entre los conceptos de "conocimiento científico" y "conocimiento pre-
científico", el primero concebido como racional, efectivo, positivo, y el segundo
como defectuoso, inexacto, místico, con fuerte carga metafísica, religiosa y
espiritual (65).
Por otra parte, se extiende la necesidad de una vuelta al estudio directo desde las
fuentes manuscritas (72) en detrimento de las ediciones impresas de los tratados
alquímicos, generalmente adulteradas o incompletas respecto a los originales. De
igual modo se manifiesta la necesidad de abordar el estudio de los alquimistas y de
sus obras desde los modelos filosóficos que conocieron, así como en el contexto
histórico, religioso, social y cultural del cual surgieron. La excesiva generalización
en las conclusiones es reconocida como causa habitual de error y, como respuesta,
se advierte la importancia enorme de tener presente la identidad propia de cada
texto y de cada alquimista a la hora de estudiarlo en vista de la importante
condición autodidacta que la adquisición del conocimiento alquímico ha tenido a lo
largo de la historia. El campo de investigación se amplía para concretar la influencia
de la alquimia en otras disciplinas, no sólo la ciencia y la técnica, sino también la
literatura, el arte, la filosofía y la religión. Se comienza igualmente a tocar con
estabilidad los terrenos de la espiritualidad y la iconografía sin necesidad del
discurso junguiano (73). La historia de la alquimia se define ya en ese momento
como una disciplina sumamente difícil, compleja y técnica, necesitada para su
correcto desarrollo de una sobresaliente especialización por parte del investigador.
Robert Halleux:
Halleux ha de ser señalado por tratarse del primer autor que declara al carácter
anti-histórico del método Junguiano (84). No obstante queremos hacer notar que no
se muestra como un autor abiertamente contrario a las tesis de la Psicología
Analítica. Si bien él apenas la utiliza como herramienta en sus análisis tampoco
ejerce una posición contraria a su aplicación ni establece argumentaciones para
sostener su crítica (85). Su declaración hacia la problemática anti-histórica en los
trabajos de Jung y sus seguidores parece partir de su conocimiento de los trabajos
sobre los orígenes de la iconografía alquímica que por entonces realizaba Barbara
Obrist. Halleux fue uno de los asesores de Obrist y debía estar al tanto de sus
conclusiones (86).
Bárbara Obrist:
Con esta autora encontramos el primer rechazo tajante al método Junguiano como
instrumento del historiador, a la par que se exponen algunos de los errores de
interpretación de los textos e imágenes alquímicas y se argumenta con cierta
extensión, todo ello en su estudio titulado "Les débuts de l'imagerie alchimique"
(87)
.
Según se nos muestra, Jung fue quien atrajo de forma reiterada la atención sobre
los textos alquímicos alegóricos y sobre las ilustraciones que los acompañaban. A
partir de esas fuentes Carl Jung formula la tesis de que la búsqueda de los
alquimistas sería en realidad la búsqueda de la individuación en la que el hombre
desarrollaría un proceso progresivo de desvelamientos de las proyecciones del
inconsciente y donde pasa de lo natural a lo trascendente para lograr un
conocimiento del "Sí Mismo". El psicólogo suizo relaciona analógicamente los
símbolos e imágenes de los alquimistas con las alucinaciones y sueños de sus
pacientes para concluir que el símbolo alquímico sería una proyección, sobre la
materia, de los arquetipos y de los procesos del inconsciente colectivo.
Según Obrist: "Las opiniones de Jung ejercieron con posterioridad tal fascinación
que textos e ilustraciones alquímicas son casi exclusivamente vistos a través del
punto de vista que él propuso [...] A fuerza de ser repetidas, las teorías de Jung
adquieren el grado de evidencias y no son cuestionadas por los historiadores. Sin
embargo son el producto de una visión antihistórica que debe ser puesta de
manifiesto..." (88). A lo largo de su muy documentado estudio Obrist muestra cómo
las primeras ilustraciones alquímicas que forman ciclos representativos (Aurora
consurgens, Livre des secrets de ma Dame alchimie y el Livre de la Sainte Trinité)
tienen su origen en la Baja Edad Media, una época de la historia occidental que
funda sus conocimientos en una gran unidad intemporal basada en las autoridades
de la antigüedad. Ello sirve de excusa a Jung para construir, por desuso de las
fronteras históricas, una base de comprensión de tipo universal: un símbolo eterno,
unas estructuras arquetípicas comunes en la humanidad, un producto de un
supuesto "inconsciente colectivo" supra-individual, supra-temporal y transcultural
(89)
.
Si en la primera mitad del siglo XIII era definida como "ciencia natural" y se
limitaba a abordar las "cuestiones que tratan de la materia con la forma", el nuevo
rango de "ciencia divina y sobrenatural" la introduce de lleno en el campo de
"aquello que está por encima de la naturaleza", o por encima de la Physica, es
decir, como metafísica relativa al estudio de la causa primera de todas las cosas
(96)
. Sobre estos presupuestos de la alquimia como una ciencia divina reposa la
justificación de su subsiguiente alegorización.
2ª. Tras deducir que el "paralelismo Lapis-Cristo" aparece en Europa el siglo XIV:
¿Cómo llega Jung a suponer a partir de tal analogía que los alquimistas se
dedicaron a la investigación de Cristo antes de esa época?. Su base esencial es
precisamente la finalidad religiosa que él pretende en los alquimistas y que, como
acabamos de ver, resulta totalmente falsa en múltiples casos. Recogemos aquí el
comentario de Barbara Obrist: "La religiosidad que él imputa a los alquimistas
[entiéndase que Obrist analiza el periodo bajomedieval europeo] permite a Jung
afirmar que la búsqueda de Cristo aparece en la alquimia de manera implícita
bastante antes del siglo XIV. Cuando él encuentra demasiado temerario
determinarlo, imagina una búsqueda más vaga, que se desarrollaría en un cuadro
gnóstico. Es así como interpreta a la manera de un tratado gnóstico la «Visio
Arislei» de la cual hablaremos más adelante (109). Esta visión se asocia a un tratado
árabe, la «Turba philosophorum», y aborda la questión de la reunión del azufre y
del argento vivo personificados en el hijo y la hija de un rey. El hijo fallece como
consecuencia de una serie de juegos alocados (110). Esta alegoría está destinada,
como el autor se ha esmerado en precisar, a enseñar por medio de un ejemplo las
realidades químicas (111), y es enunciada en unos términos que no deja para nada
suponer un nivel de significación religiosa, Jung sin embargo encuentra que por el
antagonismo de los dos personajes, o substancias químicas, es exprimido el tema
gnóstico de la pugna entre el principio del bien, el espíritu, y el principio del mal, la
materia. De hecho, la oposición de los principios espiritual (formal) y material es un
tema constitutivo de los tratados alquímicos, puesto que se corresponde a las
teorías de la antigüedad concernientes a la formación de los cuerpos; no se trata de
un tema religioso" (112). Tal y como se puede apreciar, las teorías junguianas en
relación a los textos del medievo europeo solamente se sostienen gracias a una
reinterpretación del contenido ajena a la que pretendió originalmente el alquimista
analizado. En casos muy puntuales el punto de vista de la psicología analítica
pudiera parecer mejor justificado si atendemos a composiciones en las que Cristo
es explícitamente mencionado. Entramos de nuevo en el terreno de la retórica
medieval ya referido. Las metáforas ligadas al dominio de la Pasión de Cristo son
inauguradas en la alquimia europea por el seudo-Arnaldiano "Exempla in artem
philosophorum" citado hace un momento, y no tienen un fin místico, sino que
explícitamente se declaran "exempla", metáforas de procesos químicos. De hecho
las metáforas cristológicas no son ni mucho menos algo particular de la literatura
alquímica, se da en otras muchas corrientes literarias y artísticas desde el siglo
XIII. Los alquimistas no hacen más que adoptar un recurso expositivo muy
abundante en toda la literatura tardomedieval.
William Newman:
Debe advertirse que lograr descifrar el proceso operativo desarrollado por Filaleta
no está limitado a aquellos que puedan tener acceso a sus documentos personales,
como cartas y demás. Según comenta William Newman, un químico de Leiden como
Carolus de Maets interpretó correctamente los componentes en 1675 o 1676,
incluso las "Palomas de Diana" a las que identifica como "plata copelada", todo ello
cotejando los tratados más populares de Filaleta (135). También el alquimista Hertodt
von Todtenfeldt hace una apreciación en la misma línea y basándose precisamente
en los experimentos con antimonio de von Suchten (136).
Para William Newman los resultados confirman que: "Un análisis atento de los
trabajos de Starkey muestra que Jung estaba enteramente equivocado en sus
apreciaciones sobre esta gran figura de la alquimia del siglo XVII. Esta constatación
hace planear una seria duda sobre el conjunto de la interpretación junguiana de la
alquimia" (137). Tal y como señala Bernard Joly, investigador dedicado a la alquimia
la Edad Moderna: "El artículo de William Newman concluye sobre la necesidad de
renunciar a las reconstrucciones de la psicología analítica y a sus arquetipos
inconscientes en beneficio de una aproximación histórica de los textos alquímicos"
(138)
. Termina Newman con la siguiente conclusión: "Para alguien que hubiera
trabajado en la tradición de la hermenéutica alquímica, el correcto análisis químico
de los textos hubiera sido verdaderamente atinable. Es tiempo, por consiguiente,
de que prescindamos de las presunciones gratuitas extraídas del dominio de la
psicología analítica y demos paso en la historiografía de la alquimia a una
verdadera perspectiva histórica. Sólo entonces podremos entender extensamente el
papel de la alquimia en la cultura del siglo XVII" (139).
b) Descontextualización.
No menos destacable es el hecho de que raramente opte por comentar una obra
completa. Para alcanzar una conclusión ocasionalmente entresaca un capítulo,
aunque lo normal es que haga una selección de citas tomadas de textos, autores y
épocas totalmente diferentes, mezclados con otras materias como el gnosticismo,
la religión o la filosofía (147). En todo este proceso hay un grave defecto de
descontextualización manifestado en varios niveles:
a. De los párrafos escogidos respecto a las obras originales que los contienen.
b. De las obras respecto a los corpus a los cuales pertenecen.
c. De los tratados respecto a sus autores originales.
d. De los textos respecto al contexto histórico en el que se redactan.
Como era de esperar, la generalista forma de sentenciar por parte de Jung le hizo
toparse con bastantes problemas en una literatura tan variada como la alquímica,
ya que dejaba sin explicación gran cantidad de procesos y textos alquímicos. Su
sorprendente solución propone separar una alquimia "verdadera" de otra "falsa"
(149)
. Nos deja el siguiente comentario: "Es obvio que en la literatura alquímica,
como en todas las otras literaturas, hay autores buenos y malos. También hay
productos de charlatanes de feria, de maníacos y de embaucadores. Los escritos
inferiores se reconocen fácilmente por la gran cantidad de recetas que contienen,
por su redacción descuidada, por su marcada tendencia al misterio, por su
espantosa falta de espíritu y por su desvergonzada insistencia en la fabricación de
oro. Los buenos libros se reconocen siempre por la diligencia, el cuidado y el visible
esmero intelectual del autor". Es palmaria la vaguedad y la subjetividad de los
criterios a seguir en la selección: "diligencia", "esmero intelectual"...
Debe quedar claro que la parcelación entre "lo verdadero" y "lo falso" a la hora de
explicar una disciplina concreta es un comportamiento totalmente ajeno al método
científico y a sus formas de razonamiento, puesto que en las ciencias actuales
nunca se asegura una verdad conclusiva y no cabe un alegre manejo de conceptos
tan delicados y absolutos. Ese tipo de proceder corresponde a una idea del
conocimiento de tipo dogmático, donde la separación entre "la verdad" y "la
mentira" es uno de sus métodos clásicos de explicación para intentar fijar de algún
modo una opinión o creencia fundada en criterios meramente personales y
parciales. Así sucede con el psicólogo suizo en relación a lo alquímico. He aquí a
Jung situado por enésima vez en el ámbito seudocientífico (151).
d) Razonamiento Selectivo.
Los múltiples errores cometidos por Jung al abordar el texto "Aurora consurgens"
ya han sido comentados al hablar de Barbara Obrist. Con las obras de Zósimo se
repiten todos ellos y además incurre en otros, como la manipulación de la
traducción. Si revisamos la edición crítica del texto original del Panopolita editada
recientemente por Michèle Mertens (156) veremos que lo reproducido en la obra
"Psicología y Alquimia" y en el artículo citado de la revista "Eranos-Jahrbuch" no
son más que pequeños fragmentos de las "Memorias Auténticas" de Zósimo. Para el
psicólogo suizo se trata de sueños en los que irrumpen de forma espontánea los
arquetipos. Llega a tal conclusión trabajando a partir de una transcripción griega
realizada por Berthelot y Ruélle plagada de errores, de la que hace además una
traducción libre, desconociendo incluso la tradición manuscrita del texto. Cotejando
lo publicado por Jung con la composición completa de Michèle Mertens se puede
apreciar con claridad el modo en el que se ha sacado de contexto y desfigurado un
original que explica a modo de revelación las propiedades de los metales, las
características de los aparatos del laboratorio y las operaciones básicas del
alquimista siguiendo un estilo literario "...muy común en los escritos de los
primeros siglos de nuestra era" (157). La profesora Mertens se percata de la
arbitrariedad del intuicionismo de Jung y dice sobre sus opiniones que: "...no son
directamente utilizables para la interpretación de nuestros tratados. Los paralelos
que él ha ofrecido son sumamente posteriores a la época que nos ocupa: ha elegido
en efecto textos e ilustraciones sin tener en cuenta los datos, los lugares, los
entornos y los contextos" (158).
Evola asegura que: "... dondequiera que actúen influencias de un plano más
profundo que el de la sola consciencia individual, asimismo puede tener lugar una
correspondencia y una transmisión por vías totalmente distintas de las ordinarias,
sin condiciones precisas de tiempo y de espacio, sin contactos históricos exteriores"
(173)
. He aquí un proceso de abstracción que Jung vio con alegría por asemejarse
mucho a las condiciones que él mismo pretendía para sostener la existencia de su
supuesto "Inconsciente Colectivo". El apoyo que Jung no encontraba en las obras
científicas iba a buscarlo a las acríticas. En realidad Evola se refería a una supuesta
"tradición universal y perenne", pero no a un fenómeno inconsciente. No obstante
tanto en Jung como en Evola estamos ante el principio apriorístico necesario para
poder edificar con alguna garantía todo discurso creyente en símbolos universales,
a saber: un elemento diacrónico y transcultural.
Ya apuntamos con anterioridad algún ejemplo. Hemos visto cómo unas veces
acepta y otras rechaza un parangón entre la teoría de la Psicología Analítica y las
discusiones filosóficas. Se podrían señalar muchos casos más, aunque
destacaremos uno en concreto por su especial gravedad:
En algunas partes, como vimos, equipara a la alquimia con su propio sistema
psicoterapéutico y lo considera su antecedente histórico (175). Hace del alquimista
un psicólogo dedicado a dar con una nomenclatura rudimentaria de los cambios
psíquicos (176) y el mismo Carl Jung se reconoce en su modo de actuar con los
alquimistas (177). Con esta supuesta relación de método entre psicología y alquimia
pretende asimilar en su Psicología Analítica procedimientos rutinarios del alquimista
como la "conjunción de opuestos", la "Imaginatio vera et no phantastica" o la
"amplificación ilimitada". Igualmente decide imitar del alquimista el comentario a
modo de "rosario de citas" tomadas de diversos autores y que define como:
"...tratados escritos con el fin principal de ofrecer al artista material analógico" (178).
Sin embargo en otras partes identifica a los alquimistas y sus observaciones con las
de los procesos neuróticos de sus pacientes, y pretende una lectura de los textos
alquímicos a la manera de las alucinaciones, sueños, imágenes y visiones que le
describían en su consulta. El absurdo es evidente. ¡El alquimista es reconocido,
según conviene, como el psicólogo junguiano o como su paciente!. ¡La alquimia es
considerada precedente histórico de la Psicología Analítica y también... un conflicto
neurótico, un proceso inconsciente expresado en lenguaje seudoquímico ligado a
estados de crisis en el individuo!. Se rompe así con otro de los principios
fundamentales del razonamiento científico, la lógica interna.
h) Dictámenes Apriorísticos.
El intento de teorización general del proceso alquímico llevado a cabo por Jung le
condujo irremediablemente a un tratamiento apriorístico de los tratados alquímicos.
Sin duda el más evidente de sus errores de base es ese propósito de hacer pasar
por el aro de su personal Psicología Analítica una disciplina como la alquimia cuyo
estudio histórico-crítico actual está demostrando tan variada, tan dada a
mutaciones, tan dispar, complicada, diversa, tan llena de matices según el autor y
la época que escojamos, necesitada de un estudio propio, orgánico y característico
de sus obras y autores.
En definitiva, un proceder metódico netamente apriorístico es la causa primera de
las otras faltas desarrolladas por Jung en su acercamiento a la ciencia
transmutatoria. Es así como se entiende su tratamiento de los textos, a retazos,
paralelo, simultáneo, sincrónico, en apuntes, datos y pinceladas, eligiendo sobre
todo relatos parabólicos, frases sueltas o pequeños fragmentos, todo ello
descontextualizado. Aún operando así la imposibilidad de dar una explicación
coherente y de conjunto del fenómeno alquímico a lo largo de los siglos le llevará a
esa diferenciación personal entre "alquimia verdadera" y "alquimia falsa", entre lo
que se podría "ajustar" a los aprioris junguianos y aquello que por mucho
malabarismo le resulta imposible abordar. Esa división final entre "lo verdadero" y
"lo falso", más propia de un aprendiz de alquimista perdido en un mar de símbolos
que de un hombre de ciencia trabajando con objetividad en el respeto a las fuentes,
testimonia la incapacidad del psicólogo suizo para dar con un método fiable que
proporcionase respuestas de conjunto, ordenadas y reflexivas al complejo universo
que viene siendo la alquimia y sus protagonistas.
IV. - Conclusión.
Hemos comenzado por señalar la falta de solidez en los fundamentos mismos de los
conceptos básicos de la psicología junguiana que intervienen en los procesos de
Individuación e Imaginación Activa, evidenciando la posición de falsos fenómenos
como la sincronicidad y la precaria formulación de un sistema apoyado en factores
meramente figurados, no demostrables empíricamente y de origen puramente
ficticio como son el Inconsciente Colectivo y los Arquetipos.
5.- EDWARD DOLNICK, (1998), "Madness on the Couch: Blaming the Victim in the
Heyday of Psychoanalysis", Ed. Simon & Schuster.
6.- EDWARD DOLNICK, (1998), "Madness on the Couch: Blaming the Victim in the
Heyday of Psychoanalysis", (op. cit.), p 12. - OLIVER W. SACKS, (1985), "The man
who mistook his wife for a hat and other clinical tales", Summit Books, New York. -
ROBYN M. DAWES, (1994), "House of Cards - Psychology and Psychotherapy Built
on Myth", (op. cit).
7. - DANIEL L. SCHACTER, (1996), "Searching for Memory - the brain, the mind,
and the past", Basic Books, New York, p. 232. Los comentarios de este autor son
muy interesantes en relación a la doctrina de Freud: "In Freud's vision, unconscious
memories are dynamic entities embroiled in a fight against the forces of repression;
they result from special experiences that relate to our deepest conflicts and desires.
. . .Implicit memories . . . arise as a natural consequence of such everyday
activities as perceiving, understanding, and acting". A continuación leemos: "If
we're unaware that something is influencing our behavior, there is little we can do
to understand or contradict it.", pp. 190-191.
9. - OSWALD BUMKE, (1944), "El Psicoanálisis y sus Satélites. Una Polémica con
Freud, Adler y Jung", Barcelona. Debemos señalar que la ruptura de Adler y Jung,
cada uno con sus ideas propias, respecto a la doctrina de Freud derivó en un
enfrentamiento entre los tres que fue creciendo con el paso de los años. Los
titulares de las tres teorías psicoterapéuticas más importantes en tierras germanas
alcanzarían límites en sus pugnas absolutamente insospechados. Sobre todo parece
que Carl Jung intente en cierto momento abrir paso a sus tesis por medio de una
durísima critica. Así, el 26 de junio de 1933, Jung concedió una entrevista a la
Radio de Berlín para dar a conocer sus opiniones. Su interlocutor era el doctor
Weizsaeckeren, seguidor de sus ideas. Allí Jung declaró: "Mire usted, uno de los
privilegios más bellos del espíritu germano es dejarse influir sin condiciones por la
totalidad de la creación en su inagotable diversidad. Freud y Adler sostienen sólo un
punto de vista individual (sexualidad, anhelo de poder) frente al todo. La teoría de
estos autores distorsiona el poderoso sentido de la totalidad hasta la necedad y la
belleza propia de la totalidad hasta el ridículo". Además de los descalificativos
groseros ("necedad", "ridículo"), para subrayar su distanciamiento respecto a estos
dos autores Jung afirma literalmente que él "...nunca pudo conformarse con estas
posiciones enemigas de la vida". Las disputas con algunas ideas de Freud y Adler
fueron, aquí se ve, motivo de duras descalificaciones. Tales desacuerdos están bien
documentados y se deben, como hemos dicho más arriba, a divergencias en
concepciones de base y de método. Sin embargo, nos ha llamado poderosamente la
atención a lo largo de nuestra investigación toparnos con documentos que
manifiestan un choque llevado por Carl Jung a límites pasmosos en los años treinta,
sobre todo a partir de 1933, con la llegada del nacionalsocialismo al poder, y hasta
1936, fecha en la que Jung se centra más en extender sus teorías en el mundo
anglosajón a la par que Hitler lanza una cruzada en tierras germanas contra
aquellas partes del paganismo (entre las cuales se encuadra el movimiento
junguiano) que escapaban al control totalitario del partido Nazi.
Sorprendentemente el suizo aprovecha en esos tres años la coyuntura política y
social para señalar el rasgo "judío" de las teorías de sus oponentes (recordemos
que Sigmund Freud y Alfred Adler pertenecían a la comunidad judía de Viena) y la
incapacidad que supuestamente tendrían para poder congeniar con el entonces
efervescente movimiento nacionalsocialista. En su artículo "Sobre la situación actual
de la psicoterapia" que apareció a principios de 1934 en el «Zentralblatt für
Psycoterapie» (vol. 7, núms. 1 y 2) escribe: "¿Ha podido [el psicoanálisis de Freud]
esclarecer la grandiosa aparición del nacionalsocialismo al que todo el mundo
observa con los ojos llenos de sorpresa? ¿Dónde se encontraba el ímpetu silencioso
y la fuerza cuando todavía no había nacionalsocialismo? Ella se encontraba
escondida en el alma germana, en aquel profundo fondo, el cual es todo lo
contrario a la cloaca de los deseos infantiles insatisfechos y de los resentimientos
familiares latentes". Jung va tan lejos en su deseo de desprestigiar las enseñanzas
de Freud que llega a señalar la concepción sexual de éste sobre la neurosis como
"...la sucia fantasía de adolescente tenida por su autor". En una carta enviada a
Wolfgang Kranefeld, un discípulo suyo en Alemania y banderizo del partido en el
gobierno, Carl Jung aboga por una prohibición de lo que denomina "psicoanálisis
judío": "Como es conocido, contra la necedad no se puede hacer nada, pero en este
caso los arios pueden señalar que con Freud y Adler se están predicando
públicamente puntos de vista específicamente judíos. Puntos de vista que, por
cierto, tienen un carácter esencialmente destructor. Si la promulgación de este
evangelio judío le resulta agradable al gobierno, pues es así y basta. Pero, por otra
parte, existe la posibilidad de que esto no le fuera tan cómodo al gobierno...".
Algunos de estos documentos han sido tomados como indicio de nazismo en Jung,
pero a nosotros no nos interesa lo más mínimo abundar en ese aspecto sea cierto o
no. Únicamente hemos citado los documentos como prueba de un enfrentamiento
feroz llevado por el psiquiatra suizo a extremos totalmente reprobables. Debemos
aclarar que desde nuestro punto de vista no se puede hablar de sentimiento
xenófobo en la doctrina junguiana, aunque a tal confusión induce el hecho de que
evidentemente la Psicología Analítica concordaba mejor con las teorías raciales y de
exaltación nacionalista de entonces, pues aparece claramente influenciada por las
hipótesis biológicas de Ernst Haeckel que se recreaba en nociones como "esencia
nacional y racial". Creemos también que no sería correcto considerarlo un nazi
como diversos autores han hecho. Para nosotros es evidente que no sentía afinidad
con el belicoso movimiento formado por Hitler y, de hecho, abandona sus cargos
docentes y administrativos en Alemania cuando estalla la II Guerra Mundial. Jung
es más bien alguien que, durante algún tiempo, intenta aprovechar la situación
política en Alemania y Austria para hacer destacar en esos países por cauces
insólitos, y nada elegantes su método psicoterapéutico como el más correcto
respecto al de sus más directos rivales. - Sobre las entrevistas de Jung en diversos
medios de comunicación, consultar: - WILLIAM McGUIRE; R. F. C. HULL, (1987),
"C.G. Jung Speaking", Princeton University Press, Princeton.
12. - VINTILA HORIA IUCAL, (1972), "Viaje a los Centros de la Tierra", Plaza y
Janés, Madrid.
19. - Una crítica se puede encontrar en: - ERNEST GALLO, (1994), "Synchonicity
and the Archetypes," en: «Skeptical Inquirer», vol. 18, nº. 4. De entre la obra de
Jung que desarrolla estos postulados citamos: "Sobre los arquetipos de lo
inconsciente colectivo" (1934). "Acerca de la empiria del proceso de individuación"
(1934). "Sobre el concepto de inconsciente colectivo" (1936). "Sobre el arquetipo
con especial consideración del concepto de anima" (1936). "Sobre el simbolismo del
mándala" (1938). "Los aspectos psicológicos del arquetipo de la madre" (1939).
"Consciencia, inconsciente e individuación" (1939). "Sobre el renacer" (1940).
"Acerca de la psicología del arquetipo del niño" (1940). "Acerca del aspecto
psicológico de la figura de la Core" (1941). "Acerca de la fenomenología del espíritu
en los cuentos populares" (1946). "Sincronicidad como principio de conexiones
acausales" (1952). "Sobre la sincronicidad" (1952). "Acerca de la psicología de la
figura del pícaro" (1954). "Mándalas" (1955). Todos estos trabajos se incluyen en
CARL GUSTAF JUNG, "Obra Completa", (en prensa), Ed. Trotta, Madrid. Otra obra
de referencia obligada es: CARL GUSTAF JUNG, (1994), "La interpretación de la
naturaleza y la psique", [Naturerklärung und Psyche], Paidós, Madrid.
21. - Para ver la argumentación completa, que aquí no recogemos, véase: ROBERT
TODD CARROLL, (1998), "The Skeptic's Dictionary". By Robert Carroll, Professor of
Philosophy Sacramento City College, palabra: Carl Jung.
22. - Sus razonamientos sobre la sincronicidad son seudocientíficos per se. Junto a
otros muchos detalles que ya estamos señalando cabe decir que desprecia uno de
los principios fundamentales del método científico como es el de la totalidad según
el cual debe considerarse toda la evidencia disponible. No sólo los casos favorables,
sino también los desfavorables. Un ejemplo: "Ayer pensé en un escarabajo y
apareció en mi ventana". Antes de afirmar la existencia de una relación objetiva
entre ambos hechos hay que saber cuántas veces pensé en el escarabajo y no
apareció en mi ventana, y cuántas veces apareció sin que yo hubiera pensado en
él. Sólo con esos tres datos se puede estimar si la coincidencia entra en las
previsiones del cálculo de probabilidades. Pero Jung no está interesado aquí en la
secuencialidad ni en entrar en deducciones empíricas, puesto que le llevan
indefectiblemente a resultados desfavorables. Como única salida opta por dar una
interpretación intuitiva y por tanto irracional.
23. - "Sobre la Sincronicidad" (1952), en: CARL GUSTAF JUNG, "Obra Completa",
Ed. Trotta, (op. cit.).
24. - CARL GUSTAF JUNG, (1973- ), "Letters", (Selected and edited by Gerhard
Adler, in collaboration with Aniela Jaffe. Translations from the German by R. F. C.
Hull.), Princeton University Press, 2:426.
30. - "Sobre la Sincronicidad" (1952), en: CARL GUSTAF JUNG, "Obra Completa",
Ed. Trotta, (op. cit.).
31. - "En Memoria de Richard Wilhelm" (1931), en: CARL GUSTAF JUNG, "Obra
Completa", Ed. Trotta, (op. cit.).
33. - También relacionados por Jung con el vocablo latino: Essentía. Nos ha
llamado la atención que en sus primeros trabajos eligiese una expresión diferente,
"Imagen Primitiva".
35. - Las teorías seudocientíficas son aquellas puestas como científicas cuando en
realidad no lo son. Una teoría es científica cuando de ésta se pueden deducir
predicciones empíricas las cuales pudieran encontrarse que son falsas. Dicha
cualidad fue llamada falsabilidad por Karl Popper. Una teoría seudocientífica
asegura ser científica pero, o la teoría en realidad no es falsable o sus partidarios se
niegan a aceptar que la teoría pueda ser refutada. Es lo que sucede en el caso que
nos ocupa, donde Jung intenta solventar las carencias de su método equiparando
sus propias ideas con "la certeza", tratando así de negar validez a cualquier intento
de contradecir o cuestionar sus tesis.
36. - DON MCGOWAN, (1994), "What is Wrong with Jung", Prometheus Books,
Amherst, New York.
37. - Se puede comprobar con mayor o menor incidencia en: - M. L. VON FRAN,
(1987), "La Sincronicidad", Gedisa Editorial, Barcelona. - ROBERT AZIZ, (1990),
"C.G. Jung's psychology of religion and synchronicity", State University of New York
Press, Albany. - VICTOR MANSFIELD, (1995), "Synchronicity, science, and soul-
making: understanding Jungian synchronicity through physics, Buddhism, and
philosophy", Open Court, Chicago. - IRA PROGOFF, (1973), "Jung, synchronicity, &
human destiny: noncausal dimensions of human experience", The Julian Press Inc.
Publishers, New York. - M. D. FABER, (1998), "Synchronicity. C. G. Jung,
Psychoanalysis, and Religion", Praeger Publishers. Westport, Conn.
38. - Jung distingue a su manera entre los conceptos de alegoría y símbolo: " Todo
criterio que explique la expresión simbólica como analogía o designación abreviada,
es semiótico. En cambio será simbólica como la mejor formulación posible -luego
imposible de exponer más clara o característicamente por de pronto- de una cosa
relativamente desconocida. Será alegórica la concepción que declare la expresión
simbólica como paráfrasis o metamorfosis deliberada de una cosa conocida".
También hace la siguiente diferenciación entre signo y símbolo: "La expresión que
se supone para algo conocido nunca pasa de ser un mero signo, pero no será un
símbolo nunca. Por eso es algo de todo punto imposible hacer surgir un símbolo
vivo, es decir, grávido de significación, de conexiones conocidas. Pues el símbolo
así creado nunca contendrá más que lo que en él se ha incluido". Como conclusión,
para él el símbolo sería una realidad dinámica que sintetiza la oposición entre lo
manifiesto y lo oculto, cargada de valores emocionales, que se puede dar en sueños
o visiones y expresar de forma gráfica. Su sentido intrínseco se mantendría vivo
mientras esté cargado de significación. Si hipotéticamente pudiera desvelarse
totalmente ya no sería un símbolo. Según su esquema personal deberíamos
diferenciar varios tipos: A) Psicológico: Los símbolos se presentan como productos
naturales de los procesos psíquicos y emergen de lo inconsciente para penetrar en
las actitudes conscientes [es el que ahora más nos interesa]. B) Social: Constituye
el lado funcional del símbolo y canalizan las energías del sujeto, orientándolas hacia
las actividades del grupo. C) Histórico: El símbolo aparece bajo formas diversas y
cambiantes conforme a los factores tiempo y cultura. D ) Ontológico: El símbolo es
interpretado como el medio a través del cual el hombre articula y manifiesta, sin
saberlo, el modo de ser primario que está en su naturaleza.
43. - Su implicación es tal que incluso escribió en 1916 un texto titulado "Los Siete
Sermones a los Muertos", con toda la retórica propia del gnosticismo, aunque fue
imposible publicarlo hasta después de su muerte. Se sintió un gnóstico, lo declara,
igual que trece años después declararía sentirse un alquimista. Aparece en: - CARL
GUSTAF JUNG, (1966), "Recuerdos, Sueños y Pensamientos. Recogidos por Aniela
Jaffé", (op. cit.), pp. 448-460.
44. - CARL GUSTAF JUNG, (1999), "Recuerdos, Sueños y Pensamientos. Recogidos
por Aniela Jaffé", (op. cit.).
45. - CARL GUSTAF JUNG, (1955-1956), "Mysterium Conjunctionis", vol II, p. 335.
51. - ANTHOY STORR, (1996), "Feet of Clay - saints, sinners, and madmen: a study
of gurus", The Free Press, New York. - RICHARD NOLL, (1997), "The Jung Cult :
Origins of a Charistmatic Movement", Free Press, New York. Hacemos un inciso
para comentar brevemente el libro: - RICHARD NOLL, (1997), "The Aryan Christ :
The Secret Life of Carl Jung", Random House, New York. Esta obra es fundamental
para conocer el contexto en el cual se gesta y se desarrolla la singular obra de Carl
Gustaf Jung en el campo de su personal Psicología Analítica. Hijo de un teólogo y
Pastor protestante, su madre era hija del primer Pastor de la Iglesia Evangélica de
Basilea, como resultado fue educado en una severa preocupación por la religión y la
vida después de la muerte. Aparece ligado a no pocos episodios de misticismo,
trances y visiones. Noll nos presenta un detallado estudio del entorno socio-cultural
y los orígenes intelectuales que influenciaron a Jung poderosamente en la etapa
más oscura y menos conocida de su vida para los historiadores, entre 1900 y 1930,
especialmente en su época de crisis personal desde 1913: Nietzsche, el neo-
paganismo, el Ocultismo, el Teosofismo, el monismo de Haeckel, el Wagnerismo,
los movimientos espiritistas y la parapsicología, en fin, un conglomerado de
factores que para Richard Noll vienen a definir a Jung como un "new-age religious
prophet". En cuanto a la psicología junguiana y sus seguidores más acérrimos
argumenta hasta mostrarlos como "... pagan spiritualists and polygamists,
employing a veneer of science to add respectability to their rituals". Sus razones
son abundantes. Señala aspectos biográficos de Jung desconocidos y abundante
material hasta ahora inédito. Publica cartas personales dirigidas a su mujer, a sus
amantes, a sus alumnos, a su colaborador J. J. Honegger, diarios de trabajo, libros
de notas... material muy íntimo y revelador. La atribución final al padre de la
Psicología Analítica del libro "Recuerdos, Sueños y Pensamientos" es calificada de
fraude montado por Aniela Jaffré en colaboración con varios asistentes de Jung y
los editores de Partheon Press, pues según parece el psicólogo suizo nunca autorizó
su publicación ni preparó la redacción. "The Aryan Christ" es, en fin, un detallado
estudio, sumamente sulfuroso, al que no hemos aludido hasta el momento ya que
nuestro interés por la personalidad de Jung es meramente circunstancial. El
objetivo de nuestro artículo es únicamente abundar en un examen sobre la
verdadera calidad científica de la Psicología Analítica y del proceso de Imaginación
Activa ligado a la alquimia tal y como lo estableció su autor. Aún así queremos
terminar esta nota señalando la formalidad de "The Aryan Chist", pues Richard Noll,
psicólogo clínico, Catedrático de Historia de la Ciencia en la Universidad de Harvard,
se caracteriza por realizar serios trabajos de erudición. Su "The Jung Cult : Origins
of a Charistmatic Movement" (op. cit) ganó en 1994 el premio al mejor libro de
Psicología concedido por la «Association of American Publishers».
53. - H. SILBERER, (1914), "Probleme der Mystik und ihrer Symbolik", Viena. - H.
SILBERER, (1971), "Hidden Symbolism of Alchemy and the Occult Arts", Dover,
New York. Para una información más extensa sobre el nexo psicología-alquimia a lo
largo del tiempo véase: - H. L. MARTIN, "A History of the Psycological Intepretation
of Alchemy", en: «Ambix», nº 22, 1975, pp. 10-20.
54. - E. A. HITCHCOCK, (1976), "Remarks upon Alchemy and the Alchemists", Ayer
Publishers, New York, (Edición original en 1857).
61. - P. BRUÈRE, (1921), "Le Rêve des Alchimistes et les Réalités de la Physico-
Chimie au XXe siècle", en: «Presse Médicale Hellénique», nº de octubre, Atenas.
Hemos consultado el ejemplar de la: Bibliothèque Interuniversitaire de Pharmacie,
París, Sección: BIUP SL, Cota: 37693.
62. - En el caso de España tenemos varios ejemplos en los que se asume con total
naturalidad el calificativo desdeñoso tanto de la obra transmutatoria como de sus
practicantes: E. TALEGÓN DE LAS HERAS, (1889), "Paralelo entre la Alquimia y la
Química Moderna", Discurso de Inaguración del Curso 1889-1890, Universidad de
Santiago de Compostela. - M. MENÉNDEZ PELAYO, (1952), "Historia de los
Heterodoxos Españoles", B.A.C., Madrid [edición original en tres volúmenes
publicados entre 1880 y1882]. - J. RAMÓN DE LUANCO, (1889), "La Alquimia en
España", Tomo I, Imprenta de Redondo y Xumetra, Barcelona. - J. RAMÓN DE
LUANCO, (1897), "La Alquimia en España", Tomo II, Imprenta de Fidel Giró,
Barcelona.
63. - El positivismo lógico es la actitud filosófica según la cual el único saber posible
es el de las ciencias experimentales o físico-matemáticas (a las que llama
positivas), con exclusión de la metafisica y la teología. No niega la existencia de
fenómenos metafísicos, pero afirma que es irrelevante el tratar de entender o
hablar de esas cosas.
65. - Hasta qué punto queda Jung perfectamente encuadrado en este ambiente de
principios del siglo XX queda reflejado en estas líneas supuestamente
autobiográficas que nos remiten a 1914: "...la alquimia me parecía cosa afectada y
ridícula, tanto más que yo sabía valorar el punto de vista anagógico, es decir,
positivo...". Véase: CARL GUSTAF JUNG, (1999), "Recuerdos, Sueños y
Pensamientos. Recogidos por Aniela Jaffé", (op. cit.), p. 242. Jung se movió
siempre en ese contexto de su tiempo en el que "lo pre-científico" intenta ser
explicado como una combinación entre Ciencia, Filosofía y Religión, la novedad de
Jung es que pretende que se trate de un movimiento dominado por el concepto de
"lo inconsciente". Toda esta visión relativista de "lo científico" frente a "lo pre-
científico" que se aprecia también de fondo en los trabajos de Bachelard está hoy
muy superada y queda ya rota por un clásico de la historia de las ciencias: - S.
KUHN, (1962), "The Structure of Scientific Revolution", Chicago Univ. Press,
Chicago. Para entender el estado actual de las investigaciones en este sentido
puede consultarse: - D. LINDBERG, (1992), "The Beginnings of Western Science.
The European Scientific tradition in Philosophical, Religious, and Institutional
Context, 600 B. C. to A. D. 1450", Chicago Univ. Press. Chicago.
66. - CARL G. JUNG, (1981), "El Secreto de la Flor de Oro", Paidós, Madrid [edición
original en 1929]. En los años inmediatamente posteriories destacan por su gran
extensión varios artículos en la revista "Eranos-Jahrbuch ", fundada en 1933,
editada por Olga Fröbe-Kapteyn, e impulsada con sumo interés por el propio Carl
Jung. Hemos podido consultar sus números hasta 1996. - V.V. A.A., (1933-1996),
"Eranos-Jahrbuch", Vols. I-LXV, Zurich, Leiden, Frankfurt. Su "Psicología y
Alquimia" publicado en 1944 viene a ser una reunión de varios trabajos aparecidos
en los años treinta. Su obra culminante en este campo viene a ser "Misterium
Conjuntionis". - CARL GUSTAF JUNG, (1944), "Psychologie und Alchemie", Rascher
Verlag, Zürich. - CARL GUSTAF JUNG, (1955, 1956), "Mysterium Coniunctionis:
Untersuchung über die Trennung und Zusammensetzung der seelischen Gegensätze
in der Alchemie", 2 vol., Rascher Verlag, Zürich.
67. - WALTER PAGEL, (1948), "Jung's Views on Alchemy", en «Isis », 39, pp. 44-
48. Pagel, gran interesado en la figura de Teofrasto Paracleso, se centra sobre todo
en dos conferencias de Jung de 1941-1942: "Paracelso como Médico" y "Paracelso
como Fenómeno Espiritual", ambas fueron reunidas unos años después en un
volumen: - CARL. G. JUNG, (1952), "Paracelsica", ed. Rascher, Zurich. Otros casos
de aprobación del método junguiano: - GERARD HEYM, (1948), Reseña sobre el
libro de Jung Psicología y Alquímia en: «Ambix », III, pp. 64-67. Destacan por su
difusión los trabajos antropológicos de Mircea Eliade (1907-1986); véase: - M.
ELIADE, (1955), "Le Disque Vert", París, pp. 97-109. - M. ELIADE, (1956),
"Symbolisme et Rituels Métallurgiques Babyloniens", en «Studien zur Analytischen
Psychologie C. G. Jung», Zurich. - M. ELIADE, (1957), "Forgerons et Alchimistes",
París. - M. ELIADE, (1968), "The Forge and the Crucible", en «History of Religions»,
nº 8, pp. 74-88. - M. ELIADE, (1984), "Mefistófenes y el Andrógino", ed. Labor,
1984. - M. ELIADE, (1962), "The Forge and the Crucible", Harper & Brothers
Publishers, New York.- M. ELIADE, (1959), "The Sacred and the Profane: The
Nature of Religion", Brace and Company, New York. - M. ELIADE, (1965), " Rites
and Symbols of Initiation: The Mysteries of Birth and Rebirth", Harper & Row
Publishers, New York. - M. ELIADE, (1993), "Cosmología y Alquimia Babilónicas",
Paidós, Barcelona. - M. ELIADE, (1994), "Alquimia Asiática ", Paidós, Barcelona. -
M. ELIADE, (1977), "No Souvenirs: Journal, 1957-1969", Harper & Brothers
Publishers, New York. Para una crítica hacia la abundante problemática en la obra
de Eliade, véase: - BARBARA OBRIST, (1982), "Les débuts de l'imagerie alchimique
(XIVe-XVe siècle)", París, pp 21-33.
68. 68 - A. J. HOPKINS, (1934), "Alchemy. Child of Greek Philosophy", New York. -
J. READ, (1947), "The Alchemists in Life and Art", Londres. - J. READ, (1944),
"Some Alchemical Engravings", en «Burlington Magazine», nº 85, pp. 239-245. - J.
READ, (1952), "Alchemy and Art", en «Nature», 169, pp. 479-481. - J. VAN
LENNEP, (1966), "Art et alchimie", Bruselas. - R. CARON; S. HUTIN, (1964), "Les
Alchimistes", París. - S. KLOSSOWSKI DE ROLA, (1974), "Alchimie, florilège de l'art
secret", París.
71. - R. HALLEUX, (1979), "Les textes alchimiques", (op. cit), p. 55. Un rechazo
más extenso es el de Barbara Obrist: - BARBARA OBRIST, (1982), "Les débuts de
l'imagerie alchimique (XIVe-XVe siècle)", (op. cit), pp. 14-36.
72. - Inventariadas años atrás por Thorndike, Corbett, Kibre, Dorothy Singer, etc.
74. - Las únicas fuentes estables eran la revista norteamericana "Isis" (Historia de
la Medicina y la Ciencia) y la británica "Ambix" (Historia de la Química y la
Alquimia), aunque los aportes eran muy esporádicos.
79. - Los ejemplos son muy numerosos. Podemos citar la teoría de las tres
medicinas alquímicas propuesta por Yâbir ibn Hayyân, modificada por el Geber
latino y de nuevo alterada en los siglos XVI y XVII. Otra muestra serán las
diferentes hipótesis sobre la formación y la composición de los metales
pronunciadas ya desde tiempos del medievo musulmán, una relativa a una
composición doble (azufre-mercurio) y otra que plantea un combinado
tetraelemental (tierra, aire, agua, fuego). Para estos y otros casos véase: - WILIAM
R. NEWMAN, (1993), "L'Influence de la Summa perfectionis du pseudo-Geber", en
«Alchimie et Philosophie à la Renaissance», responsables del volumen: J. C.
Margolin y Sylvain Matton, Ed. J. Vrin, París, pp. 65-77. - WILLIAM NEWMAN,
(1991) "The Summa Perfectionis of Pseudo-Geber. A critical edition, translation and
study", E. J. Brill, Leiden, New York, Köln, Kobenhavn. - BARBARA OBRIST, (1991),
"Les Rapports d'Analogie entre Philosophie et Alchimie Médiévales", en J. C.
Margolin y Sylvain Matton (ed.), «Alchimie et Philosophie à la Renaissance», J. Vrin,
París, pp. 43-64. - MARTIN PLESSNER, (1975), "Vorsokratische philosophie und
griechische alchemie in arabisch lateinischer überlieferung. Studien zu text und
inhalt der Turba Philosophorum", Ed. Franz Steiner, Wiesbaden. - M. PEREIRA,
(1998),"L'origine dell'idea di quinta essenza nell'alchimia medioevale", en: Franco
Calascibetta (ed.), «Atti del VII Convegno Nazionale di Storia e Fondamenti della
Chimica, Roma: Accademia Nazionale delle Scienze detta dei XL», 1998 (Estratto
dal Volume 115, Memorie di Scienze Fisiche e Naturali, «Rendiconti della Accademia
Nazionale delle Scienze detta dei XL», serie V, vol. XXI, parte II, tomo II, 1997), p.
71 -82. - CHIARA CRISCIANI, (1998), "Esperienza, comunicazione, escrittura in
alchimia (secoli XIII-XIV)" en: Massimo Galuzzi; Gianni Micheli; Maria Teresa Monti
(eds.), «Le forme della comunicazione scientifica», Parte I: Antichità e Medioevo,
FrancoAngeli, Milán. - A.G. DEBUS, (1991), "The French paracelsians. The chemical
challenge to medical and scientific tradition in early modern France", Cambridge
Univ. Press, Cambridge.
81. - A pesar del importante progreso de los últimos años sigue quedando un
inmenso campo por explorar en el estudio de la ciencia "filosofal", apenas si se han
comenzado a dar los primeros pasos firmes. Hay una carencia enorme de ediciones
críticas de los textos clásicos y una falta de estudio de muchas fuentes manuscritas.
Es manifiesta la ausencia de tentativas de poner en orden cronológico las fuentes o
de iniciativas que establezcan criterios susceptibles de poner bases a tales trabajos.
Un ejemplo de utilización puntual lo tenemos en Michela Pereira: - MICHELA
PEREIRA, (1980), "Il paradigma della trasformazione. L'alchimia nel Mysterium
Coniunctionis di C.G. Jung", en «Aut-aut», pp. 197-217. - MICHELA PEREIRA,
(1992), "L'alchimia e la psicologia di Jung," en «Trattato di psicologia analitica»,
diretto da Aldo Carotenuto, UTET, Torino, vol. I, pp. 415-445. - MICHELA PEREIRA,
(1992), "L'oro dei filosofi. Saggio sulle idee di un alchimista del '300", CISAM,
Spoleto. No obstante, a pesar de sus alusiones al método de Jung la propia autora
limita muchísimo su valor histórico, al punto de que en alguno de sus artículos cita
textos de línea histórica de evidente inspiración junguiana, como la "Historia de la
Alquimia en España" de Juan García Font, y comenta que se trata de: "...ejemplos
de errónea utilización de las afirmaciones del psicólogo de Zurich...". Véase: -
MICHELA PEREIRA, (1995), "Arnaldo da Vilanova e l'Alchimia", en Josep Perarnau
(ed.), «Actes de la I trobada Internacional d'Estudis sobre Arnau de Vilanova», vol.
2, pp. 95-174, cf. p. 106, n. 52.
82. - "Las relaciones existentes entre las formas del proceso que el inconsciente
penetra en la conciencia y el mundo representativo alquímico son tan estrechas que
bien puede justificarse la suposición de que en el proceso alquímico se trata de
procesos idénticos, o por lo menos muy parecidos, a los de los sueños", en: CARL
GUSTAF JUNG, "Psicología y Alquimia", Parte V [El Paralelo Lapis-Cristo], Cap. 1.
Obra incluida en: CARL GUSTAF JUNG, "Obra Completa", (op. cit.).
85. - Algunos trabajos que hemos consultado son: - R. HALLEUX, (1974), "La
nature et la formation des metaux selon Agricola et ses contemporains.", en
«Revue d'histoire des sciences», 27, (1974), pp. 211-222. - R. HALLEUX, (1974),
"Damigeron, Evax et Marbode : L'heritage alexandrin dans les lapidaires
medievaux.", en «Studi medievali», 3e serie, 15, (1974), pp. 327-347. - R.
HALLEUX, (1975), "De la Strena de Kepler a la naissance de la cristallographie.", en
«Johann Kepler, L'etrenne ou la neige sexangulaire», trad. intr. et notes. J. Vrin,
París. pp. 109-137. - R. HALLEUX, (1979), "Les textes alchimiques", Typologie des
sources du Moyen Age occidental, 32, Brepols Pubishers, Turnhout (Bélgica). - R.
HALLEUX, (1979), "Gnose et experience dans la philosophie chimique de Jean-
Baptiste Van Helmont.", en «Bulletin de l'Academie royale de Belgique», (Classe
des Sciences), 5e serie, 65, pp. 217-229. - R. HALLEUX, (1979), "L'oeuvre
mineralogique d'Anselme Boece de Boodt (1550-1632)", en «Histoire et Nature»,
14, pp. 63-78. - R. HALLEUX, (1981), "Les ouvrages alchimiques de Jean de
Rupescissa.", en «Histoire litteraire de la France», 41, pp. 241-277. - R. HALLEUX,
(1981), "La litterature geologique francaise de 1500 a 1650 dans son contexte
europeen.", en «Revue d'histoire des sciences», 35, pp. 111-130. - R. HALLEUX,
(1982), "Albert le Grand et l'alchimie.", en «Revue des sciences philosophiques et
theologiques», 66, pp. 57-80. - R. HALLEUX, (1983), "Le Bermannus de Georg
Agricola et la reinterpretation du vocabulaire mineralogique.", en «Documents pour
l'histoire du vocabulaire scientifique», 4, pp. 81-95. - R. HALLEUX, (1983), "Le
mythe de Nicolas Flamel ou les mecanismes de la pseudepigraphie alchimique.", en
«Archives internationales d'histoire des sciences», 33, pp. 234-255. - R. HALLEUX,
(1983), "Helmontiana.", en «Academiae Analecta : Mededelingen van de
Koninklijke Academie voor Wetenschappen, Letteren en Schone Kunsten van
Belgie», (Klasse der Wetenschappen), 45, pt. 3, pp. 33-63. - R. HALLEUX; JAQUES
SCHAMP [eds.], (1985), "Les Lapidaires grecs : Lapidaire orphique. Kerygmes
lapidaires d'Orphee. Socrate et Denys. Lapidaire nautique. Damigeron-Evax", Belles
Lettres, París. - R. HALLEUX, (1986), "L'alchimiste et l'essayeur.", en C. Meinel (ed.
), «Die Alchemie in der europaischen Kultur- und Wissenschaftsgeschichte»,
Wiesbaden, pp. 277-291. - R. HALLEUX, (1986), "Modes de transmission du savoir
chimique, alchimique et technologique, avant la creation des chaires de chimie.", en
«Academiae analecta», (Klasse der Wetenschqppen), 48, pt. 4, pp. 1-11. - R.
HALLEUX, (1987), "Helmontiana II : Le prologue de l'Eisagoge, la conversion de
Van Helmont au paracelsisme, et les Songes de Descartes.", en «Academiae
Analecta», (Klasse der Wetenschappen), 49, pt. 2, pp. 17-36. - R. HALLEUX; PAUL
MEYVAERT, (1987), "Les origines de la Mappae clavicula.", en «Archives d'histoire
doctrinale et litteraire du Moyen Age», 54, pp. 7-58. - R. HALLEUX, (1988),
"Visages de Van Helmont, depuis Helene Metzger jusqu'a Walter Pagel.", en G.
Freudenthal (ed. ), «Etudes sur Helene Metzger.», (Corpus : Revue de philosophie.
n. 8 / 9, Helene Metzger), pp. 35-43. - R. HALLEUX, (1988), "Theory and
Experiment in the Early Writings of Johan Baptist Van Helmont.", en D. Batens et J.
P. van Bendegem (eds. ), «Theory and Experiment», Dordrecht, pp. 93-101. - R.
HALLEUX, (1988), "L'alchimie.", en «Grundriss der romanischen literatur des
Mittelalters». t. 8 / 1, La litterature francaise aux XIVe et XVe siecles, C. Winter,
Heidelberg, pp. 336-345. - R. HALLEUX, (1988), "Pratique de laboratoire et
experience de pensee chez les alchimistes.", en J. -F. Bergier (ed. ), «Zwischen
Wahn, Glaube und Wissenschaft», Zurich, pp. 115-126. - R. HALLEUX; CARMELA
OPSOMER (1994), "L'alchimie de Theophile et l'abbaye de Stavelot.", en
«Comprendre et maitriser la Nature au Moyen Age», Ginebra, pp. 437-455. - R.
HALLEUX, (1996), "The Reception of Arabic Alchemy in the West", en R. Rashed
(ed.), «Encyclopedia of the History of Arabic Science», vol. 3, London; New York,
pp. 886-902 .
86. - R. HALLEUX, (1979), "Les textes alchimiques", (op. cit). En la página 149
(nota 190) se habla de "...l'importante thèse que prépare à Genève Mlle Barbara
Obrist". De igual modo Obrist agradece la ayuda de Robert Halleux en su tesis
doctoral presentada en 1981 en la Universidad de Ginebra.
87. - Los datos completos de este libro ya citado son: - BARBARA OBRIST, (1982),
"Les débuts de l'imagerie alchimique (XIVe-XVe siècles)", Editions Le Sycomore,
París. Publicado con la colaboración del C.N.R.S. France (Centre National de la
Recherche Scientifique). Esta obra es pionera en el estudio histórico-crítico de los
orígenes y mecanismos de la iconografía alquímica. Su repercusión en el análisis
actual de las representaciones es muy importante, aunque su eco fuera de la muy
reducida comunidad de investigadores dedicados con continuidad a la temática
alquímica ha sido escaso. Sobre ella Urszula Szulakowska declara: "Art historians
are recognizing, at last, the significant presence of alchemy in many historical art
works. However, no new analytical tools have appeared which are specifically
addressed to the analysis of alchemical illustration itself. The one important
exception is Barbara Obrist's examination of the sources of alchemical visualization
in the late fourteenth century. The problem is that scholars use the same type of
analysis for visual illustration as well as written text. Imagery is reduced to a type
of "metaphor" and "symbol." The underlying notion in this conventional method is
that any text is a sort of "absence" in which the real meaning and purpose of the
text/visual image is elsewhere, rather than already being present within it. This
method reduces alchemical images to the level of nonfunctional illustrations of
written texts. Alchemical signs cannot always be rationalized, that is, turned into
chemistry, or, as in Obrist's argument, into political propaganda. Consequently,
historians often simply produce a new alchemical treatise to accompany the old
illustrations. The writing of alchemical history can become very subjective.
Alchemical imagery requires an analytical method drawn from semiotics. One has to
ask what is the specific function of particular forms and visual styles within the
illustrations. One way into this problem is through an examination of the functional
role of geometry, optics, and perspective in alchemy. This demands a closer
analysis of the relationship of alchemy to its ancestor, astrology. Also, the use of
abstract form has to be distinguished from that of naturalism. Such a study does
not yet exist". Otros importantes trabajos de Obrist son: - BARBARA OBRIST,
(1986), "Die Alchemie in der mittelalterlichen Gesellschaft", en C. Meinel (ed. ),
«Die Alchemie in der europaeischen Kultur», Wiesbaden, pp. 33-59. - BARBARA
OBRIST, (1990), "Constantine of Pisa. The Books of the Secrets of Alchemy", E. J.
Brill, Leiden, New York, Köln, Kobenhavn. - BARBARA OBRIST, (1991), "Les
Rapports d'Analogie entre Philosophie et Alchimie Médiévales", en J. C. Margolin y
Sylvain Matton (ed.), «Alchimie et Philosophie à la Renaissance», J. Vrin, París, pp.
43-64. - BARBARA OBRIST, (1993), "Cosmology and Alchemy in an Illustrated 13 th
Century Alchemical Tract: Constantine of Pisa, The Books of the Secrets of
Alchemy", en «Micrologus», 1, pp. 115-160. - BARBARA OBRIST, (1993), "Alchemie
und Medizin im 13. Jahrhundert.", en: «Archives internationales d'histoires des
sciences», 43, pp. 209-246. - BARBARA OBRIST, (1995), "Vers une histoire de
l'alchimie medievale", en «Micrologus», 3, pp. 3-43. - BARBARA OBRIST, (1996),
"Art et nature dans l'alchimie medievale" en «Revue d'histoire des sciences», 49,
pp. 215-286.
94. - BARBARA OBRIST, (1990), "Constantine of Pisa. The Books of the Secrets of
Alchemy", (op. cit). - BARBARA OBRIST, (1993), "Cosmology and Alchemy in an
Illustrated 13th Century Alchemical Tract: Constantine of Pisa, The Books of the
Secrets of Alchemy", (op. cit).
96. - Sobre las diferencias conceptuales entre ciencia natural y divina en el medievo
europeo: - DOMINICUS GUNDISSALINUS, "De Divisione Philosophae", Ed. L. Baur
(Beiträge zur Geschichte der Philosophie des Mittelalters), tomo 4 , (1903) pp. 19-
32. - AL-FARABI, (1932), "Catálogo de las Ciencias", Imprenta de publicaciones de
la Facultad de Filosofía y Letras, Madrid.
99. - PIETRO BONO, " Margarita Pretiosa Novella", (op. cit.), p. 516.
102. - Ante los naufragios reiterados en la transmutación metálica que les ponían
en evidencia públicamente los alquimistas medievales suelen acudir como
testimonio a escritos anteriores, árabes o seudoepigráficos greco-latinos.
Arrogándose el rango de "divinos" los discursos alquímicos adquieren aspectos
propios de la divinidad, como la inmutabilidad, de suerte que si los autores antiguos
describían transmutaciones la posibilidad de realizarla debía ser cierta, ya que se
presuponía que la verdad expresada en los textos sagrados era una e inalterable.
104. - J. HUIZINGA, (1967), "Le Déclin, du Moyen Age", París, pp. 156 y ss.
105. - J. ROHR, (1898), "Die Prophetie im letzten Jahrhundrt vor der Reformation
als Geschichtsquelle und Geschichtsfaktor", en «Historisches Jahrbuch», 19, pp. 29-
56, cfr. p. 33.
109. - Nota de Obrist: [El texto está editado en J. RUSKA, (1931), "Turba
philosophorum", Berlín, pp. 324-328].
111. - Nota de Obrist: [Id., pp. 324: "Distincio Epistolae fratis Arislei, scilicet Visio,
quam exempli causa ad huius artis opus composuit et ad sua instrumenta, ignes,
imbutiones, dissolutiones ac coagulationes"].
116. - El vocablo alemán "Decknamen" es utilizado desde principios del siglo XX por
historiadores como von Lipmann, Ruska o Wiedemann para referirse a las palabras
en clave elegidas por los alquimistas con el fin de encubrir las materias, el
instrumental y los procesos aplicados durante sus experiencias prácticas en el
laboratorio. Actualmente se emplea tal cual en los estudios históricos para señalar
expresiones que admiten ese mismo sentido dentro del contexto original en el cual
figuran. Véase nota 40.
121. - Está probado que Starkey se presentaba como un Adepto ante otros colegas,
mientras que en algunos casos, sobre todo cuando enviaba opiniones a científicos
de reconocido prestigio como Robert Boyle, escudaba su juventud en la autoridad
de un "adepto amigo íntimo suyo".
124. - PAUL KRAUS. (1942) "Jabir Ibn Hayyan. Contribution á l'historie des idées
scientifiques dans l'islam - Jabir et la science greque", Impresiones de la I. F. A. O.,
(Mémoires présentés à l'Institut d'Egypte, t. 44), El Cairo. - PAUL KRAUS, (1943)
"Le Corpus de écrits Jâbiriens", Impresiones del I. F. A. O., (Mémoires présentés à
l'Institut d'Egypte, t. 45), El Cairo. También: - PAUL KRAUS (1935) "Muhtär rasâ`il
Jâbir b. Hayyân", El Cairo-París (Trad. Título: "Textos Escogidos de Yâbir Ibn
Hayyân").
130. - IRENEO FILALETA, "Introitus apertus....": "Este ladrón está armado de una
malignidad arsenial inútil a la que el joven alado aborrece y huye. Y aunque el agua
central sea su novia, no osa, sin embargo, manifestar el amor tan ardiente que
siente por ella a causa de las acechanzas del ladrón, cuyas astucias son casi
inevitables. Que Diana te sea propicia aquí, ella que sabe domar a las fieras
salvajes y cuyas Dos Palomas (que fueron encontradas volando sin alas en los
bosques de la Ninfa Venus) templarán con sus plumas la malignidad del aire", VI, 4.
En otra parte: "Este es el niño Hermafrodita, que ha sido envenenado desde la cuna
por la mordedura del rabioso Perro de Jorasán, por lo cual una Hidrofobia perpetua
o miedo al agua lo ha vuelto necio e insano. Aunque el agua es el elemento natural
que está más cerca de él, le tiene horror y huye de ella. ¡Oh Destinos! Con todo
eso, se encuentran en el bosque de Diana dos palomas que suavizan su rabia
insensata (si son aplicadas con el arte de la Ninfa Venus)", VII, 5-6.
134. - ALEXANDER VON SUCHTEN, (1675), "Mysteria gemina Antimonii, das ist:
von den grossen Geheimnüssen dess Antimonii, in 2. Tractat abgetheilt: deren
einer, die Artzeneyen zu anfallenden menschlichen Kranckheiten offenbaret, der
ander aber, wie die Metallen erhöhet, und in Verbesserung übersetzet werden. Mit
mancherley... Bereitungen... illustrirt, und... publicirt worden durch Johann
Thölden...", Paul Fürst erben, Nürnberg. - ALEXANDER VON SUCHTEN, (1670), "Of
the secrets of testimony: in two treatises. Translated out of High-Dutch by Dr. C.
To which is added B. Valentine's Salt of antimony, with its use", M. Pitt, Londres.
138. - BERNARD JOLY (1996) "Quand l'alchimie était une science. Introduction", en
«Revue d'histoire des sciences», t. 49, 2/3, pp. 147-157, cf. p. 151.
141. - CARL GUSTAF JUNG, "Psicología y Alquimia", Parte III [La Obra], Cap. 2.
Obra incluida en: CARL GUSTAF JUNG, "Obra Completa", (op. cit.).
145. - "...por tanto el sueño tiene que ser enriquecido mediante material asociativo
y analogías hasta que se haga comprensible", en: - CARL GUSTAF JUNG, "Psicología
y Alquimia", Parte III [La Obra], Cap. 3. Obra incluida en: CARL GUSTAF JUNG,
"Obra Completa", (op. cit.).
146. - Se puede tomar como muestras las ediciones críticas citadas en la nota 80.
149. - CARL GUSTAF JUNG, "Psicología y Alquimia", Parte III [La Obra], Cap. 3:
"...la verdadera alquimia nunca fue un negocio o una carrera, sino un Opus
propiamente dicho, que se cumplía con un trabajo silecioso y sacrificado".
150. - Para una opinión bien argumentada en este tema y contraria a la de Jung en
sus resoluciones y diferenciaciones de base: - WILIAM R. NEWMAN, (1989),
"Technology and Alchemical Debate in the Late Middle Ages", en: «Isis», nº 80, pp.
423-445. - JEAN MARC MANDOSIO, (1993), "La place de l'alchimie dans les
clasifications des sciences et des arts à la Renaissance", en: «Chrysopoeia», 4, pp.
199-282.
151. - Como ya aclaramos, una teoría es científica en cuanto a que es falsable (cf.
nota 35). Esa falsabilidad es posible ya que el método científico, que utiliza la razón
y la experiencia sin atender más que a la legitimidad del razonamiento lógico y a
los resultados de la observación, plantea una serie de hipótesis o teorías científicas
que no pretenden "la verdad", sino la presunción de validez sobrevenida a una
relación causa-efecto que se puede probar mediante la comprobación empírica de
los experimentos. Esto no se da en un comportamiento como el que Jung
manifiesta tratando de sentenciar lo que es y lo que no es verdadero en alquimia.
Eso es, por definición, un método enteramente dogmático y, por tanto, no cabe en
él la posibilidad de admitir que sus juicios finales sean falsables en modo alguno.
153. - CARL GUSTAF JUNG, (1946), "The Bologna Enigma", en: «Ambix », II, (op.
cit.). Jung incluyó su artículo, con varios retoques, en el volumen I del "Mysterium
Coniunctionis" junto a la transcripción latina del aenigma y su correspondiente
traducción. Otra transcripción se puede consultar en: - J. FERGUSON, (1954),
"Biblioteca chemica", Derek Verscoyle Academic and Bibliographical Publications
Ltd, Londres, I, p. 6. Originalmente el brevísimo epitafio fue tomado de una estela
funeraria encontrada en Bolonia, siendo titulado según sus primeras palabras:
"Aelia Laelia Crispis". Nicholas Barnaud (1597), Béroalde de Verville (1610) y
Michael Maier (1617) se esforzaron por hacer alquímicas las escasas líneas que lo
componen siguiendo la tendencia de los alquimistas en su época por elucubrar
acerca del trasfondo "filosofal" de elementos mitológicos, religiosos o folklóricos. El
también alquimista Olaus Borrichius se hizo eco de los comentarios de sus
predecesores y lo incluyó en su tratado "De Ortu et Progressu Chemiæ Dissertatio"
(1668). Recientes investigaciones han podido verificar el carácter espurio de las
últimas líneas y no le encuentran el menor origen alquímico. - JOHN KARLE,
(1993), "On Bologna Enigma", en «Antiquarian Research», XXVI, pp. 67-83.
155. - CARL GUSTAF JUNG, (1937), "Einige Bemerkungen zu den Visionen des
Zosimos", en «Eranos-Jahrbuch», 5, pp. 15-54. Estas visiones que fascinaron a
Jung son extractos parciales de un conjunto más extenso que se encuentra
publicado en edición crítica en: - MICHÈLE MERTENS, (1995), "Les Alchimistes
Grecs. Tome IV. Zosime de Panopolis", (op. cit.), Men. Auth. X, XI y XII.
156. - MICHÈLE MERTENS, (1995), "Les Alchimistes Grecs. Tome IV. Zosime de
Panopolis", (op. cit.).
160. - CARL GUSTAF JUNG, "Psicología y Alquimia", Parte II [La Naturaleza Psíquica
de la Obra Alquímica], Cap. 1.
164. - JEAN LETROUIT, (1995), "Cronologie des alchimistes greques", (op. cit.), pp.
15-18 y 74-80.
165. - Tanto para la cita como para el comentario: - CARL GUSTAF JUNG,
"Psicología y Alquimia", Parte II [La Naturaleza Psíquica de la Obra Alquímica], Cap.
1.
167. - FRANK GREINER, (1998), "Art du feu, art du secret: obscurité et ésotérisme
dans les écrits alchimiques de l'âge baroque", en F. Greiner (ed. ), «Aspects de la
tradition alchimique au XVIIe siecle», Arché, Milán. pp. 207-232, cf. p. 227. Véase
también: - FRANK GREINER, (1994), "Ecriture et ésotérisme dans un traité
alchimique de la fin de la Renaissance: le De alchemiæ difficultatibus", en «Réforme
Humanisme Renaissance», nº 38.
169. - Se puede ver en varias partes de "Psicología y Alquimia", (op. cit.). Por
ejemplo, en el apartado dedicado a "La proyección de contenidos psíquicos" se
sentencia ya desde su inicio y sin argumentación previa (apriorísticamente) acerca
de la obra alquímica como "...procesos psíquicos que se expresan en lenguaje
seudo-químico" para continuar con un zurcido de pequeñas frases alquímicas
descontextualizadas, ligadas por medio de la libre analogía y relativizadas por la
sentencia inicial de Jung. La fuente a la que se nos remite en la nota adjunta es el
libro "La Tradizione Ermetica" de Julius Evola, un seudocientífico perfectamente
delimitado.
170. - JULIUS EVOLA, (1931), "La Tradizione Ermetica", (op. cit.), p. 8. Sobre la
tradición alquímico-hermética aserta que se trata de: "…una enseñanza secreta, de
naturaleza sapiencial pero al mismo tiempo práctica y operativa, que se ha
transmitido con grandes caracteres de uniformidad desde los griegos y, a través de
los árabes, hasta textos y autores que llegan a los mismos umbrales de los tiempos
modernos".
171. - CHIARA CRISCIANI; MICHELA PEREIRA, (1996), "L'Arte del Sole e della
Luna", CISAM, Spoleto, p. 100.
172. - JULIUS EVOLA, (1975), "El Misterio del Grial", Plaza y Janés, Madrid, p. 24.
173. - JULIUS EVOLA, (1975), "El Misterio del Grial", (op. cit.), p. 24.
174. - JULIUS EVOLA, (1975), "El Misterio del Grial", (op. cit.), p. 31. "Según la
línea de pensamiento que seguimos, lo que en los diversos pueblos se ha
manifestado como verdadera tradición no es algo relativo, determinado por factores
externos o simplemente históricos, sino que vuelve siempre a elementos de un
saber único en su esencia, los cuales presentan un carácter de constantes. Ahora
bien, la enseñanza tradicional en una u otra forma a afirmado siempre, y en todas
partes, la existencia de una raza de los orígenes portadora de una espiritualidad
trascendente y, por esto, a menudo considerada como divina o similar a la de los
dioses".
176. - "[el alquimista] recurre propiamente a ella [la alquimia] para encontrar una
nomenclatura de los cambios psíquicos, que es lo que, a decir verdad, le tiene
fascinado", en - CARL GUSTAF JUNG, "Psicología y Alquimia", Parte III [La Obra],
Cap. 1.
178. - Véase: CARL GUSTAF JUNG, "Psicología y Alquimia", Parte III [La Obra],
Cap. 3.