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ACCION DE AMPARO

Sentencia nº 801 de Tribunal Supremo de


Justicia - Sala Constitucional de 19 de
agosto de 2016
Fecha de Resolución: 19 de Agosto de 2016
Emisor: Sala Constitucional
Número de Expediente: 16-0539
Ponente: Lourdes Benicia Suárez Anderson
Procedimiento: Acción de Amparo

CONTENIDO

SALA CONSTITUCIONAL

Magistrada Ponente: Lourdes Benicia


Suárez Anderson
El 1 de junio de 2016, el abogado
A.M.I., inscrito en el Instituto de
Previsión Social bajo el N° 175.734,
actuando en su carácter de apoderado
judicial del ciudadano E.J.P.H.B.,
titular de la cédula de identidad N°
3.110.361, presentó demanda de
amparo constitucional contra la
sentencia que dictó el 11 de enero de
2016, la Sala Primera de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, que declaró
parcialmente con lugar el recurso de
apelación incoado por la parte
quejosa y confirmó la decisión
dictada el 23 de septiembre de 2015,
por el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en Funciones de Juicio del
mismo Circuito Judicial Penal, en la
cual decretó el sobreseimiento por
extinción de la acción penal, ello en
el curso del proceso penal que
instauró el accionante, mediante
acusación privada, contra el
ciudadano R.I.B.R., titular de la
cédula de identidad N° 7.707.891,
por la presunta comisión del delito de
difamación.
El 6 de junio de 2016, se dio cuenta
en Sala y se designó ponente a la
Magistrada Lourdes Benicia Suárez
Anderson, quien con tal carácter
suscribe el presente fallo.
Realizado el estudio de las actas que
conforman el presente expediente,
esta Sala Constitucional pasa a
decidir previas las siguientes
consideraciones:
I
DE LA PRETENSIÓN DE
AMPARO
El apoderado judicial del actor
fundamentó su pretensión de tutela
constitucional sobre la base de los
siguientes argumentos:
Señaló que “…se impone destacar la
situación jurídica tutelada a través de
la acción de amparo constitucional
que por este medio se promueve, que
concierne personalmente al
ciudadano E.J.P.H.B., (…), a quien
hasta la fecha se le han (sic)
lesionado y vulnerado, su garantía
constitucional del ACCESO A LA
JUSTICIA Y LA TUTELA
JUDICIAL EFECTIVA, (…),
DEBIDO PROCESO (…);
DERECHO A SER OÍDO EN
CUALQUIER CLASE DE
PROCESO, CON LAS DEBIDAS
GARANTÍAS Y DENTRO DEL
PLAZO RAZONABLE
DETERMINABLE LEGALMENTE,
POR UN TRIBUNAL
COMPETENTE, INDEPENDIENTE
E IMPARCIAL (…), y del
DERECHO A LA PROTECCIÓN
DEL HONOR Y LA REPUTACIÓN
(…); pues se le ha impedido
incorrectamente la realización de un
juicio oral y público, al cual tiene
derecho, en el que ostenta la cualidad
de víctima, y que de no hacerse
nunca, se le estaría negando de forma
irreversible la oportunidad de limpiar
su honor y reputación frente a los
hechos cometidos en su contra
considerados agraviantes a su
persona…”.
Indicó que “…La infracción
Honorables Magistrados a la que se
hace referencia, ha sido cometida por
la (decisión) (…) de fecha 11 de
enero de 2016, emanada de la SALA
1 de la CORTE DE APELACIONES
DEL ESTADO ZULIA, mediante la
violación por errónea aplicación del
artículo 110 del Código (sic) Penal y
la violación por desaplicación de
criterios pacíficos y reiterados de ésta
(sic) Sala Constitucional…”.
Sostuvo que “…La razón por la que
se le impide a (su) mandante (sic)
celebrar como víctima el juicio oral y
público contra quien ejerció
oportunamente una querella
acusatoria, es jurídicamente
incorrecta y he allí la consumación de
la transgresión a sus derechos
fundamentales; y es que la Sala 1 de
la Corte de Apelaciones del Estado
Zulia (…), confirmó la decisión Nro.
136-2015 de fecha 23-09-2015,
emanada del Juzgado Tercero de
Primera Instancia en Funciones de
Juicio del Circuito Judicial Penal del
Estado Zulia, la cual, previamente
había decretado, erróneamente, la
extinción de la acción penal de
conformidad con el artículo 450 del
código penal, y en consecuencia, el
sobreseimiento de la causa…”.
Denunció que “…en (esa) decisión
de la Corte de Apelaciones, se
comenten dos graves errores que
lesionan y transgreden los derechos
constitucionales de (su)
mandante…”.
Manifestó que “…El primer error que
se comete, es violar por aplicar
erróneamente el primer aparte del
artículo 110 del Código Penal, debido
a que no se tomó en cuenta un
requisito fundamental para la
prescripción extraordinaria (aun
cuando se menciona en la narrativa),
esto es, que el juicio (en sentido
amplio, el proceso) no se haya
dilatado por ‘culpa del imputado’;
omitiendo pronunciamiento alguno, a
lo advertido por (esa) representación
en su escrito de apelación, y
advertido nuevamente a ésta (sic)
Sala Constitucional (…), que de las
treinta y cinco (35) veces en que se
difirió la Apertura del Juicio Oral y
Público (…), el mismo no se realizó
por razones imputables al querellado
y a su defensa, en VEINTISÉIS (26)
OCASIONES…”.
Que “…una de las tácticas dilatorias
de la parte Querellada fue revocar-
nombrar-diferir en distintas
audiencias, a Abogados del mismo
equipo de trabajo, del mismo
Bufete…”.
Arguyó que “…ha debido la Sala 1
de la Corte de Apelaciones (sic) del
Estado Zulia, declarar CON LUGAR
la segunda denuncia expresada en el
escrito de apelación interpuesto por
(esa) representación, anular el fallo
en ese momento recurrido, y ordenar
la celebración del juicio oral y
público, el cual puede resultar
favorable o no a (esa) representación,
tomando en cuenta, que si bien el
lapso aplicable para la prescripción
extraordinaria desde el punto de vista
objetivo se cumple, al revisar la
cantidad de diferimientos imputables
al procesado (…), no podría bajo
ningún (sic) circunstancia poner a fin
(sic) un proceso, que grotescamente
ha sido dilatado por un sujeto en
complicidad con su defensa, quien ha
pretendido desde el primer momento,
evadir la justicia…”.
Que “…El segundo error que se
comete y coadyuva a la transgresión
de los derechos fundamentales de
(su) mandante, es que al responder la
tercera denuncia que se hizo en la
apelación en el caso de marras, y sólo
para el SUPUESTO NEGADO en
que la prescripción extrajudicial
fuese procedente, la Juez Profesional
(…), en principio deambula y entra
en confusiones y contradicciones
vagas, pero a la final, termina
violando por errónea interpretación e
inobservancia, el criterio establecido
en la sentencia Nro. 487, Exp. 15-
0219 (Caso Noren E.V.I.) emanada
de ésta (sic) Sala Constitucional (…),
de fecha 24 de abril de 2015…”.
Señaló que “…la comprobación del
delito y la determinación del autor
son indispensables en las decisiones
que declaran la prescripción de la
acción penal, por cuanto si el tiempo
transcurrido en cada caso afecta el
delito, deja abierta la posibilidad del
ejercicio de la acción civil por el
hecho ilícito y que, en el caso de
marras, se observa claramente cómo
se viola por errónea interpretación e
inobservancia, el criterio establecido
en la sentencia Nro. 487…”.
Finalmente, solicitó que “…ante la
evidente situación de conculcamiento
de la garantía constitucional de la
tutela judicial efectiva; debido
proceso; derecho a ser oído en cual
(sic) clase de proceso, con las
debidas garantías y dentro del plazo
razonable determinable legalmente,
por un tribunal competente,
independiente e imparcial; y en
contra del derecho de proteger su
honor y reputación (…), sea
declarada CON LUGAR la presente
acción de amparo…” (mayúsculas,
subrayados y resaltados del escrito).
II
DEL FALLO ACCIONADO
La Sala Primera de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, declaró
parcialmente con lugar el recurso de
apelación incoado, tomando en
consideración lo siguiente:
…Esta Corte de Apelaciones pasa a
pronunciarse sobre las denuncias
contenidas en el recurso de apelación
interpuesto por los profesionales del
derecho JESUS (sic) VERGARA
PEÑA y ANDRES (sic) MONNOT
ISAMBERTH, en carácter de
apoderados judiciales del ciudadano
E.J.P.H.B., en los siguientes
términos:
Del análisis hecho al escrito
contentivo de la apelación, y de la
sentencia recurrida, este Tribunal
Colegiado, constata que en el caso de
autos los recurrentes denunciaron
como primer punto la errónea
aplicación del artículo 450 del
Código Penal, ya que interpuso la
querella acusatoria antes de
cumplirse el año, interrumpiendo de
esta manera el computo (sic) para la
prescripción ordinaria, prevista en el
artículo 109 del Código Penal, no
debiendo el Juez de Juicio decretar la
prescripción ni el sobreseimiento de
la causa, basado en el referido
artículo 450. Como segundo punto la
errónea interpretación del primer
aparte del artículo 110 del Código
Penal, en virtud que el delito de
DIFAMACION (sic), previsto y
sancionado en el artículo 442 del
Código Penal, el computó (sic)
ordinario de su prescripción no es el
artículo 108 del referido Código, sino
el artículo 450 ejusdem, por tanto, el
lapso para la prescripción
extraordinaria debe ser parte del
marco referencial del artículo 450 y
no del 108 ordinal 5, y como tercer
punto la errónea interpretación de la
sentencia N° 487 con carácter
vinculante, expediente N° 15-0219
(caso Noren E.V.I.), emanada de la
Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, de fecha 24-04-
2015, con ponencia de la magistrada
Luisa estela (sic) M.L.; ya que el
artículo 113 de Código Penal, refiere
que toda persona responsable
criminalmente de algún delito o falta,
lo es también civilmente, por lo que
el Juez de Instancia debió dejar
constancia de la acreditación del
hecho punible, como un requisito
esencial en la sentencia que decreta la
extinción de la acción penal por la
vía de prescripción.
Siguiendo ese orden de ideas, este
Tribunal Colegiado procede a
examinar el primer punto denunciado
referente a la errónea aplicación del
artículo 450 del Código Penal, que
según lo señalado por los recurrente
ejercieron la acción penal antes de
cumplirse el año, interrumpiendo de
esta manera el cómputo para la
prescripción ordinaria, prevista en el
artículo 109 del Código Penal, no
debiendo el Juez de Juicio decretar la
prescripción ni el sobreseimiento de
la causa, basado en el referido
artículo 450.
En este sentido, observa esta Sala de
Alzada que el Juez de la recurrida, en
la decisión realizo (sic) el siguiente
análisis:
‘…Como quiera que el planteamiento
de la defensa versa sobre la
prescripción del delito, es necesario
realizar el computo (sic) de ley a
dicho tenor:
El delito tipo por el cual los ABG.
JESUS (sic) VERGARA Y ANDRES
(sic) MONOT, Apoderados
Judiciales especiales del ciudadano
E.P.H.B. acusan mediante Querella
Acusatoria en contra del ciudadano
R.I.B. (sic) RAMIREZ (sic), es el
delito de DIFAMACIÓN el cual
pauta.
ARTICULO 442, (…).
En tal sentido el artículo 450 del
Código penal (sic) establece de
manera especial la prescripción de la
acción para el delito in comento, en
los siguientes términos: (…).
Ahora bien, el hecho presuntamente
cometido por el ciudadano R.I.B.
(sic) RAMIREZ (sic) ocurrió en
fecha 01 de Julio de 2011, siendo que
la pena por el delito de Difamación,
es de uno a tres años, que para la
presente fecha han transcurrido
CUATRO (04) AÑOS, DOS (02)
MESES y VEINTIDOS (22) DIAS
(sic) y habiendo transcurrido mas
(sic) del tiempo establecido en la
norma sustantiva penal, es decir, mas
(sic) de un año, la prescripción según
el artículo 450 ut supra mencionado,
opera en el presente caso.
De esta manera, en atención al paso
inexorable del tiempo y en virtud que
ha operado la lilitante (sic) temporal
para castigar la comisión de del (sic)
delito objeto de análisis (sic) en el
presente caso, en aras de resguardar
la seguridad jurídica (sic) de los
destinatarios de la norma, se debe
forzosamente estimar procedente en
derecho la solicitud de la Defensa y
DECRETA la EXTINCION (sic) DE
LA ACCION (sic) PENAL debido a
la PRESCRIPCION (sic) de la
misma, de conformidad con el
artículo 450 del Código Penal y en
consecuencia DICTAR el
SOBRESEIMIENTO DE LA
PRESENTE CAUSA, seguida al
ciudadano R.I. (sic) BENITEZ (sic)
RAMIREZ (sic), por la presunta
comisión del delito de
DIFAMACION (sic) de conformidad
con lo establecido en el Ordinal 3°
del Artículo 300 con lo (sic) efectos
Jurídicos del artículo 301, todos del
Código Orgánico Procesal Penal…’.
Una vez plasmado el contenido de la
decisión que corren insertas en la
causa, quienes integran esta Sala de
Alzada estiman conveniente realizar
las siguientes consideraciones:
En efecto, el artículo 442 del Código
Penal, expresa: (…).
Ahora bien, en este tipo penal, el
elemento subjetivo es, el animus
difamandi, que no es más que la
voluntad consciente de difamar, el
querer dañar la honorabilidad de la
persona, atribuyéndole hechos
determinados que afecten su
reputación, así mismo, el elemento
del tipo es la comunicación con
personas reunidas o separadas y se
considera agravada la acción, si se
realiza por medio de documento
público, dibujos, escritos o cualquier
medio de publicidad. En el caso bajo
estudio, la presunta violación se
apoyó en manifestaciones escritas
(libellus famosus) que fueron
divulgadas y puestas al alcance del
público.
El momento consumativo del delito
de Difamación, es el instante cuando
se materializa la comunicación con el
animus difamandi, pero, cuando el
acto difamatorio se realiza por
medios escritos, su consumación no
se perfecciona al momento de
redactar el texto, sino al momento en
que ese texto se divulgó, se extendió
y se puso al alcance del público.
En el caso que nos ocupa, estas
Jurisidicentes (sic) de la revisión
realizada a las actas que conforman el
presente asunto, observan
específicamente de la lectura de la
querella acusatoria interpuesta por el
ciudadano E.J.P.H.B. en contra del
ciudadano R.I.B. (sic) RAMIRZ
(sic), por ante el departamento del
Alguacilazgo de este Circuito
Judicial, en fecha 06-02-2012, que
fue en fecha 08 de Julio del año
2011, que el referido querellado le
entrego (sic) al querellante por ante la
intendencia de Seguridad de
Maracaibo, copia de la carta dirigida
a la Embajada de la República
Federal de Alemania en Venezuela,
en la cual realizó una serie de
insultos y señalamientos en contra
del ciudadano E.J.P.H.B., es decir,
que en fecha 08-07-2011, el
querellante tuvo conocimiento de la
existencia de la carta dirigida a la
Embajada de la República Federal de
Alemania en Venezuela, fecha en la
cual se perfeccionó la recepción
efectiva y percepción material del
significado presuntamente lesivo del
mensaje (locus comissi delicti);
concluyéndose que la fecha de
consumación de los hechos fue el día
08-07-2011.
En atención a lo antes expuesto, el
artículo 450 del Código Penal,
establece (…), así como, lo previsto
en el artículo 109 ejusdem, que prevé
(…), considera este Tribunal
Colegiado que en el presente caso, no
se encuentra prescrita la acción penal,
prevista en el artículo 450 de la
norma sustantiva penal, por cuanto el
delito de DIFAMACIÓN, no se
perfecciona al momento de redactar
el texto, sino cuando ese texto se
divulga, se extiende y se pone al
alcance del público, tomando en
cuenta que desde el día 08-07-2011,
fecha en la cual el querellante tuvo en
sus manos la copia de la carta
dirigida a la Embajada de la
República Federal de Alemania en
Venezuela, fecha en la cual comienza
a correr el lapso establecido en el
referido artículo 450, hasta el día 06-
02-2012, fecha en la cual fue
interpuesta la querella acusatoria, ha
transcurrió un lapso de siete (07)
meses, por lo que este Tribunal
Colegiado considera que el Juez de
Instancia error (sic) en su decisión al
decretar la prescripción prevista en el
artículo 450 del Código Penal,
cuando no había (sic) transcurrido el
lapso de un (01) año desde el
momento en que se perfecciono (sic)
el hecho hasta la interposición de la
querella acusatoria, en consecuencia
le asiste la razón a los apoderados
judiciales en este primer punto
denunciado. Y ASI (sic) SE
DECIDE.
En relación al segundo punto
denunciado por los apelantes,
referido a la errónea interpretación
del primer aparte del artículo 110 del
Código Penal, en virtud que el delito
de DIFAMACION (sic), previsto y
sancionado en el artículo 442 del
Código Penal, el computó (sic)
ordinario de su prescripción no es el
artículo 108 del referido Código, sino
el artículo 450 ejusdem, por tanto, el
lapso para la prescripción
extraordinaria debe ser parte del
marco referencial del artículo 450 y
no del 108 ordinal; existen reiteradas
jurisprudencias emanadas de la Sala
de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia, donde han
dejado establecido que cuando el
proceso penal se desarrolla en forma
completa concluye con una sentencia
definitiva, que condena o absuelve al
imputado. Pero no siempre el proceso
llega a esa etapa final, sino que, en
muchas ocasiones, en consideración a
causales de naturaleza sustancial
expresamente previstas en la ley, que
hacen innecesaria su prosecución, se
concluye anticipadamente, en forma
definitiva. La decisión judicial que
detiene la marcha del proceso penal y
le pone fin de esta manera, constituye
el sobreseimiento.
En el vigente sistema procesal penal
venezolano, el sobreseimiento
procede según lo previsto en el
artículo 300 del Código Orgánico
Procesal Penal, (…).
Y opera según la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia,
Sentencia N° 299 de fecha 29 de
febrero de 2008: (…).
En este mismo sentido, la figura de la
prescripción es una institución de
indudable relevancia procesal y
constitucional, en el entendido de que
la misma constituye una limitante de
índole político criminal, que en
atención al transcurso del tiempo,
establece un freno al poder punitivo
del Estado, para la persecución penal
del delito, sancionándose la
inactividad para perseguir y
sancionar a los reos de delitos, en
todos aquellos casos de dilaciones
procesales imputables al Estado y sus
representantes.
Asimismo, el Estado democrático
Social de Derecho y Justicia que
propugna el artículo 2 de la
Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, debe
precisa (sic), que la duración del
plazo dentro del cual el Estado debe
llevar a cabo la persecución penal y
la ulterior materialización del castigo,
se encuentra íntimamente ligado al
derecho constitucional de ser juzgado
dentro de un plazo razonable y al
principio de seguridad jurídica, toda
vez que a ningún ciudadano se le
puede mantener indefinidamente bajo
una investigación que le genere en
(sic) una situación de incertidumbre,
de zozobra, ante la inacción de la
persecución penal y de la no
imposición del ulterior castigo dentro
de los términos que expresa la ley.
Pues bien, dentro del ordenamiento
jurídico venezolano, la institución de
prescripción abarca dos modalidades
debidamente diferenciadas en la Ley
Sustantiva Penal como lo son, la
prescripción ordinaria, la cual se
encuentra establecida en el artículo
108 del Código Penal y encabezado y
parte inicial del artículo 110 ejusdem,
y la prescripción judicial o
extraordinaria, establecida en la parte
in fine del primer aparte del artículo
110 de la Ley Adjetiva penal.
Con referencia a lo anterior, en el
caso de la prescripción ordinaria,
cuyo curso puede ser interrumpido,
haciendo nacer nuevamente el
cómputo desde el día de la
interrupción; tienen como principal
efecto jurídico el que hace
desaparecer la acción que nace de
todo delito, siendo declarable por el
órgano jurisdiccional por el simple
transcurso del tiempo, y cuyo cálculo
debe realizarse con base en el
término medio de la pena del delito
tipo, sin tomar en cuenta las
circunstancias que la modifican,
como atenuantes o agravantes (Vid.
Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia Sentencia N°
396 del 31/03/2000, decidió: (…).
De acuerdo con lo expuesto, y de la
revisión efectuada a las actas que
conforman el presente asunto,
constata este Tribunal Colegiado, que
si bien es cierto los hechos ocurrieron
en fecha 08-07-2011, fecha en que
debe comenzar a contarse el lapso
exigido en el artículo 108 numeral 5
del Código Penal, para que opere la
prescripción ordinaria de la acción
penal, no es menos cierto que desde
la mencionada fecha en que el
querellante tuvo de manifiesto la
carta dirigida a la Emabada (sic) de la
República Federal de Alemania en
Venezuela, hasta la presente,
ocurrieron actos procesales
interruptivos, entre ellos los
reiterados diferimientos de la
audiencia oral y pública, a causa
tanto de las partes como del Tribunal
de Juicio, por lo que la prescripción
ordinaria de la acción penal en la
presente causa ha sido interrumpida
de forma sucesiva.
Al respecto, la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, ha
establecido lo siguiente: (…).
(Sentencia Nº 1118, del 25 de junio
de 2001). Criterio que ha mantenido
la Sala de Casación Penal, tal y como
se refleja en la decisión Nº 251 del 6
de junio de 2006, en la cual orientó al
respecto (…). En consecuencia, en el
presente caso no ha operado la
prescripción ordinaria de la acción
penal.
En una segunda categoría, la ley
penal sustantiva contempla la
denominada ‘prescripción
extraordinaria’ o ‘prescripción
judicial’, la cual se encuentra
contenida en la parte in fine del
segundo párrafo del artículo 110 del
Código Penal, y que es aquella que se
verifica por el solo transcurso de un
determinado tiempo, que en este caso
es, la pena del deito (sic) más la
mitad del mismo, siempre y cuando
la prolongación del juicio por ese
tiempo se haya producido sin culpa
del reo, no siendo, a diferencia de la
prescripción ordinaria, susceptible de
interrupción.
A tal efecto esta Sala Constitucional
en sentencia n° 1118 del 25 de junio
de 2001, caso R.A.V.N., ratificada,
entre otras por sentencias, núms.
1089/2006, 1177/2010)- estableció el
siguiente criterio, respecto a la
prescripción: (…).
De tal manera, que esta segunda
modalidad de extinción, busca
proteger al perseguido de un proceso
interminable, cuya dilación no sea
imputable a aquél, por lo que
realmente no se trata ni de una
prescripción, ni de una perención,
sino de una fórmula diferente de
extinción de la acción, que opera
ajena a la prescripción (Vid Sala
Constitucional Sentencia No. 1.118
del 25/06/2001).
Ahora bien, conforme al artículo 109
del Código Orgánico Procesal Penal
el inicio de la prescripción, está
determinado por el momento de la
perpetración del delito, ya que es a
partir de ese momento cuando nace la
acción penal, por otra parte, la
prescripción judicial o extraordinaria,
es una figura jurídica creada por el
Derecho para que también pueda
operar en el supuesto que el proceso
o juicio se prolonguen excesivamente
por causas no imputables al acusado,
de allí que la fecha de comisión del
delito no guarda relación alguna, de
manera absoluta, con la duración o
prolongación del proceso o juicio,
cuyo inicio está determinado por el
acto procesal que indique la Ley
adjetiva, de lo cual se desprende que
efectivamente no es la fecha de
comisión del delito la que determina
el inicio de ese proceso sino desde el
momento de la individualización del
imputado o de su citación. Lo
anterior resalta del propio texto de la
Ley (artículos 108, 109 y 110 del
Código Penal), además, la
prescripción judicial es una garantía
del derecho a la tutela judicial
efectiva, que exige el seguimiento de
un proceso o juicio sin dilaciones
indebidas, de allí que su
determinación dependa de la
duración del proceso judicial.
Partiendo del criterio expuesto, según
el cual es necesario determinar en
principio si opero (sic) ó no la
prescripción ordinaria, establecida en
el artículo 108 del Código Penal, el
artículo 109 ejusdem tal y como se
expresó anteriormente dispone a
partir de cuándo debe comenzar a
computarse el lapso establecido para
que opere la prescripción ordinaria; y
el artículo 110, del referido texto
legal, comienza por enumerar los
actos interruptivos de la prescripción
ordinaria.
Para la interpretación del cálculo de
la prescripción, se refiere ésta a la
extinción por el transcurso del tiempo
del ‘ius puniendi’ del Estado, o sea,
la pérdida del poder estatal de
castigar en sus dos manifestaciones:
la de perseguir los hechos punibles
(prescripción de la acción penal) y la
de penar a los delincuentes
(prescripción de la pena).
La figura mediante el cual se
extingue la acción penal, por la
prolongación del proceso debido a
causas no imputables al imputado
viene a proteger a éste de un proceso
interminable, cuya dilación no sea
imputable a él. A esto lo llama la
Sala Constitucional del Tribunal
Supremo de Justicia, extinción de las
acciones, por decaimiento de las
mismas, debido a la falta de impulso
pleno del proceso (sentencia N° 1454
de fecha 03-08-2004) y no
prescripción, ya que la prescripción
se interrumpe.
En el Derecho Venezolano, podemos
dividir también la prescripción en
legal y judicial, la primera es
independiente del proceso, y la
segunda se produce en el curso de
éste. Siendo criterio reiterado de la
Sala de Casación Penal de nuestro
m.T., que: (…) (Sentencia N° 455 de
fecha 10-12-2003, ponente
Magistrado Rafael Pérez Perdomo).
Ahora bien el artículo 110 del Código
Orgánico Procesal Penal, se consagra
la prescripción extraordinaria o
judicial cuando desde el día en que
comenzó a correr la prescripción no
se dictare la Sentencia condenatoria,
se tendrá por prescrita la causa,
procediendo la misma, cuando sin
culpa del procesado, trascurra un
tiempo igual a la prescripción
aplicable mas la mitad de la misma.
En cuanto a esta prescripción
judicial, la Sala de Casación Penal
del Tribunal Supremo de Justicia, en
sentencia N° 569, de fecha 28 de
septiembre de 2005, con ponencia de
la Magistrada Doctora B.R.M.d.L.,
manifestó lo siguiente: (…).
En razón a lo antes expuesto, en el
presente caso para que se haga
efectiva la prescripción
extraordinaria, es necesario que
trascurra un lapso igual al de la
prescripción ordinaria, mas la mistad
del mismo, en este mismo contexto,
la figura del artículo 110 comentado,
se trata de una forma de extinción de
la acción derivada de la dilación
judicial y también se aplica cuando la
ley establece un término de
prescripción menor de un año, y si
desde el día en que comenzó a correr
la prescripción no se dicta sentencia
condenatoria en el término de un año,
se tendrá por ‘prescrita’ (extinguida)
la acción penal. Después de las
consideraciones anteriores, y una vez
revisada la querella acusatoria donde
la parte querellante señaló que los
hechos ocurrieron en fecha 08 de
julio del 2011, procediendo el
Tribunal a quo admitir la misma por
el delito de DIFAMACION, previsto
y sancionado en el artículo 442 del
Código Penal, delito este que acarrea
una pena de dos (2) a cuatro (4) años
de prisión, siendo su termino (sic)
medio tres (3) años, aplicando lo
establecido en el artículo 112
numeral 1 del mencionado Código, y
vistos que los hechos se suscitaron en
fecha 08-07-2011, según aclaratoria
presentada por los querellantes,
constató esta Sala de Alzada que
hasta la presente fecha, ha
transcurrido la llamada prescripción
extraordinaria a que se contrae el
artículo 110 del Código Penal, en
consecuencia no le asiste la razón a
los apoderados judiciales, y se
declara SIN LUGAR este segundo
punto denunciado. Y ASI (sic) SE
DECIDE.
En cuanto al tercer punto denunciado
por los apelantes, en relación a la
errónea interpretación de la sentencia
N° 487 con carácter vinculante,
expediente N° 15-0219 (caso Noren
E.V.I.), emanada de la Sala
Constitucional del Tribunal Supremo
de Justicia, de fecha 24-04-2015, con
ponencia de la magistrada Luisa
estela M.L.; ya que el artículo 113 de
Código Penal, refiere que toda
persona responsable criminalmente
de algún delito o falta, lo es también
civilmente; por lo que el Juez de
Instancia debió dejar constancia de la
acreditación del hecho punible, como
un requisito esencial en la sentencia
que decreta la extinción de la acción
penal por la vía de prescripción; por
lo cual este Tribunal Colegiado
establece que no le asiste la razón a
los recurrentes en virtud de lo
establecido por el Tribunal Supremo
de Justicia, Sala Constitucional, con
ponencia de la magistrada Luisa
Estela morales (sic) de Lamuño, en el
expediente N°. 15-0219 de fecha 24-
04-2015, sentencia señalada por los
apelantes; donde establecen que el
sobreseimiento por prescripción de la
acción penal puede declararse en
diversas etapas del procedimiento, y
no única y exclusivamente en el
juicio oral y público; pues su
comprobación obedece, a cómputos
completamente objetivos que por su
naturaleza reglada pueden ser
establecidos en cualquier estado y
grado del proceso, de acuerdo al iter
(sic) procesal particular de la causa
penal de que se trate, y en efecto, la
prescripción de la acción penal deben
declararla tanto los Tribunales de
Primera Instancia en lo Penal y las
C.d.A., sin necesidad de esperar la
realización de juicio oral alguno,
pues ese lapso de espera innecesario,
atentaría contra la tutela judicial
efectiva de los justiciables, claro está,
cuando efectivamente se ha
extinguido la acción penal.
Igualmente, establece la Sala
Constitucional que los jueces están
obligados a emitir el
pronunciamiento de si hay o no la
prescripción, en las causas que estén
sometidas a su conocimiento en el
momento procesal de que se trate, sin
atender a otra circunstancia que a las
directrices legales y elementos
probatorios existentes a los autos
(para el caso de sobreseimiento por
prescripción de la acción penal, por
lo que las C.d.A. de este Circuito
Judicial en sentencia anteriores ha
hecho cambio sobre el criterio que
había sostenido en sentencias
anteriores, en virtud de que la Sala
Penal del Tribunal Supremo de
Justicia lo ha hecho; por lo que no le
asiste la razón a los apelantes en este
punto denunciado, se declara SIN
LUGAR. Y ASI (sic) SE DECIDE.
Por ello, en atención a los
razonamientos anteriores, estima esta
Sala de Alzada, que con la decisión
no violenta el derecho al Debido
Proceso que consagra el artículo 49
de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela ni se
conculcó el derecho a la Tutela
Judicial efectiva previsto en el
artículo 26 del texto constitucional;
siendo lo procedente en derecho
declarar PARCIALMNETE CON
LUGAR el recurso de apelación
presentado por los profesionales del
derecho JESUS (sic) VERGARA
PEÑA y A.M.I., en carácter de
apoderados judiciales del ciudadano
E.J.P.H.B., y por vía de consecuencia
CONFIRMA la decisión N° 136-
2015, de fecha 23-09-2015, emanada
del Juzgado Tercero de Primera
Instancia en Funciones de Juicio del
Circuito Judicial Penal del estado
Zulia, mediante la cual declaro Con
Lugar la solicitud interpuesta por el
abogado ANGEL (sic) GONZALEZ
(sic), en su condición de defensor
privado del acusado R.I.B. (sic)
RAMIREZ (sic), en la causa seguida
en su contra, por la presunta
comisión del delito de
DIFAMACION (sic), previsto y
sancionado en el artículo 442 del
Código Penal, cometido en perjuicio
del ciudadano E.J.P.H.B., y por vía
de consecuencia decreta la Extinción
de la Acción Penal, de conformidad
con el artículo 450 del Código Penal
y el Sobreseimiento de la Causa, por
el mencionado delito, todo de
conformidad con lo establecido en el
ordinal 3° del artículo 300, en
concordancia con el artículo 301 del
Código Orgánico Procesal Penal. Y
ASI (sic) SE DECIDE…
.
III
DE LA COMPETENCIA
Debe previamente esta Sala
determinar su competencia para
conocer del presente caso y a tal
efecto observa:
De conformidad con lo previsto en el
artículo 25.20 de la Ley Orgánica del
Tribunal Supremo de Justicia y el
artículo 4 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, le corresponde a la
Sala Constitucional conocer de las
acciones de amparo constitucional,
en primera y única instancia,
ejercidas contra las sentencias
dictadas por los juzgados superiores
(excepto los Juzgados Superiores en
lo Contencioso Administrativo).
En el presente caso, se somete al
conocimiento de la Sala una acción
de amparo incoada contra la decisión
que dictó, el 11 de enero de 2016, la
Sala Primera de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, por lo que la
Sala se declara competente para
conocer de la misma y así se decide.
IV
DE LA ADMISIBILIDAD
Establecida la competencia de la Sala
para el conocimiento de la causa, le
corresponde emitir el
pronunciamiento respecto a la
admisibilidad de la acción propuesta.
En tal sentido, una vez analizadas las
actas que integran el expediente,
estima la Sala que el escrito
contentivo de la pretensión de tutela
constitucional cumple con lo
preceptuado en el artículo 18 de la
Ley Orgánica de Amparo sobre
Derechos y Garantías
Constitucionales, aunado a que no se
configuran las causales de
inadmisibilidad a que alude el
artículo 6 eiusdem, así como tampoco
las causales de inadmisibilidad
contenidas en el artículo 133 de la
Ley Orgánica del Tribunal Supremo
de Justicia. Así se decide.
V
DE LA DECLARATORIA DE
MERO DERECHO
Asumida como fue la competencia,
pasa esta Sala a pronunciarse en los
siguientes términos:
Esta Sala Constitucional en sentencia
n.° 993 del 16 de julio de 2013 (caso:
D.G.H.), sentó criterio vinculante
respecto a la procedencia in limine
litis de acciones de amparo
constitucional interpuestas contra
decisiones judiciales, cuando el
asunto fuere de mero derecho, al
respecto señaló:
…En la sentencia N° 7, del 1° de
febrero de 2000 (caso: J.A.M.), la
Sala ajustó a la nueva Carta Magna el
procedimiento de amparo
constitucional, de la siguiente
manera:
[…]2.- Cuando el amparo sea contra
sentencias, las formalidades se
simplificarán aún más y por un medio
de comunicación escrita que deberá
anexarse al expediente de la causa
donde se emitió el fallo,
inmediatamente a su recepción, se
notificará al juez o encargado del
Tribunal, así como a las partes en su
domicilio procesal, de la oportunidad
en que habrá de realizarse la
audiencia oral, en la que ellos
manifestarán sus razones y
argumentos respecto a la acción. Los
amparos contra sentencias se
intentarán con copia certificada del
fallo objeto de la acción, a menos que
por la urgencia no pueda obtenerse a
tiempo la copia certificada, caso en el
cual se admitirán las copias previstas
en el artículo 429 del Código
Procedimiento Civil, no obstante en
la audiencia oral deberá presentarse
copia auténtica de la sentencia.
Las partes del juicio donde se dictó el
fallo impugnado podrán hacerse
partes, en el p.d.a., antes y aún dentro
de la audiencia pública, mas no
después, sin necesidad de probar su
interés. Los terceros coadyuvantes
deberán demostrar su interés legítimo
y directo para intervenir en los
procesos de amparo de cualquier
clase antes de la audiencia pública.
La falta de comparecencia del Juez
que dicte el fallo impugnado o de
quien esté a cargo del Tribunal, no
significará aceptación de los hechos,
y el órgano que conoce del amparo,
examinará la decisión impugnada.
Se mantuvo en dicha interpretación el
criterio de la sentencia de la entonces
Corte Suprema de Justicia, N° 644,
del 21 de mayo de 1996, con
ponencia del Magistrado emérito
Doctor Humberto J. La Roche,
mediante la cual se declaró la nulidad
del artículo 22 de la Ley Orgánica de
Amparo sobre Derechos y Garantías
Constitucionales, por ser contrario a
lo que disponía el único aparte del
artículo del 49 y la última parte del
artículo 68, ambos de la Constitución
de 1961. Desde entonces, se instauró
un procedimiento en el cual, una vez
admitida la solicitud de amparo
constitucional incoada contra
cualquier hecho, acto u omisión
proveniente de un particular, órganos
del Poder Público nacional, Estadal o
Municipal, o contra una decisión
judicial, se debe realizar una
audiencia oral en la que se va a
debatir todos aquellos hechos que
conforman la controversia y evacuar,
en caso, de haberse promovidos, los
medios de pruebas que sustentan los
alegatos de las partes involucradas en
la acción de amparo.
De modo que, la celebración de la
audiencia oral en el procedimiento de
amparo se hizo rutinaria para hacer
prevalecer el derecho de la defensa y
oír a las partes y a los terceros
interesados.
Por lo tanto, la exigencia de la
celebración de la audiencia oral, a
juicio de la Sala en realidad se
justifica en aquellos procedimientos
de amparo constitucional en los
cuales debe oírse ineludiblemente a
las partes intervinientes, lo que
coincide además con lo señalado en
el artículo 49.3 constitucional que
establece: ‘[t]oda persona tiene
derecho a ser oída en cualquier clase
de proceso’. Sin embargo, en los
casos en los cuales se interponga una
demanda de amparo contra una
decisión judicial, la Sala estableció
que la falta de comparecencia a la
audiencia oral del Juez o de los
Jueces que dictaron la sentencia
considerada como lesiva no significa
la aceptación de los hechos, toda vez
que el pronunciamiento judicial
adversado se basta por sí solo para
contradecir los alegatos plasmados en
la solicitud de amparo, por lo que el
derecho a la defensa de dichos
funcionarios judiciales, en este
supuesto, no se encuentra cercenado.
Reinterpretando estos conceptos de
cara a la Constitución Nacional de
1961 y a la vigente Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela,
debemos señalar que a diferencia de
la derogada Constitución Nacional
(1961) que concebía el amparo como
una acción procesal conforme al
artículo 49 que establecía: ‘[l]os
Tribunales ampararán a todo
habitante de la República en el goce
y ejercicio de los derechos y
garantías que la Constitución
establece, en conformidad con la ley.
El procedimiento será breve y
sumario, y el juez competente tendrá
potestad para restablecer
inmediatamente la situación jurídica
infringida’; la vigente Constitución
de la República Bolivariana de
Venezuela además de considerar el
amparo en su aspecto procesal como
una acción, lo considera también
como un derecho al señalar en el
artículo 27, lo siguiente:
Todos tienen derecho a ser
amparados por los tribunales en el
goce y ejercicio de los derechos y
garantías constitucionales, aun de
aquéllos inherentes a la persona que
no figuren expresamente en esta
Constitución o en los instrumentos
internacionales sobre derechos
humanos.
El procedimiento de la acción de
amparo constitucional será oral,
público, breve, gratuito y no sujeto a
formalidad, y la autoridad judicial
competente tendrá potestad para
restablecer inmediatamente la
situación jurídica infringida o la
situación que más se asemeje a ella.
Todo tiempo será hábil y el tribunal
lo tramitará con preferencia a
cualquier otro asunto.
La acción de amparo a la libertad o
seguridad podrá ser interpuesta por
cualquier persona, y el detenido o
detenida será puesta bajo la custodia
del tribunal de manera inmediata, sin
dilación alguna.
El ejercicio de este derecho no puede
ser afectado, en modo alguno, por la
declaración del estado de excepción o
de la restricción de garantías
constitucionales.
De modo que, es la inmediatez y el
restablecimiento de la situación
jurídica infringida lo que debe
prevalecer en la ponderación con
otros derechos constitucionales de
igual rango como lo sería el derecho
a la defensa.
Así pues, tanto la acción de amparo
como el derecho al amparo llevan
implícita la celeridad y el
restablecimiento inmediato de la
situación jurídica lesionada
constitucionalmente, razón por la
cual el artículo 27 constitucional,
conforme con el artículo 1 de la Ley
Orgánica de Amparo sobre Derechos
y Garantías Constitucionales, refieren
que la autoridad judicial competente
tendrá la potestad para restablecer
inmediatamente la situación jurídica
infringida o la situación que más se
asemeje a ella; de allí que pueda o no
hacerse exigible el contradictorio en
el procedimiento de amparo,
dependiendo ello del hecho de que el
juez constitucional estime el
procedimiento más conveniente para
el restablecimiento inmediato de la
situación jurídica infringida que es lo
medular en la vía del amparo; si ello
no fuese así, el amparo carecería de
eficacia. Por lo tanto, cuando el
mandamiento de amparo se
fundamente en un medio de prueba
fehaciente constitutivo de presunción
grave de la violación constitucional,
debe repararse inmediatamente, en
forma definitiva, y sin dilaciones la
situación infringida, sin que se haga
necesario abrir el contradictorio, el
cual, sólo en caso de duda o de
hechos controvertidos, justificará la
realización de una audiencia oral
contradictoria. Si ello no fuera así se
desvirtuaría la inmediatez y eficacia
del amparo.
En efecto, existen situaciones de
mero derecho o de tan obvia
violación constitucional que pueden
ser resueltas con inmediatez y sin
necesidad del previo debate
contradictorio porque se hace obvia
igualmente la situación jurídica
infringida; ¿por qué demorar
entonces la restitución de los
derechos constitucionales
infringidos?
La Sala considera que el
procedimiento de amparo
constitucional, en aras de la
celeridad, inmediatez, urgencia y
gravedad del derecho constitucional
infringido debe ser distinto, cuando
se discute un punto netamente
jurídico que no necesita ser
complementado por algún medio
probatorio ni requiere de un alegato
nuevo para decidir la controversia
constitucional. En estos casos, a
juicio de la Sala, no es necesario
celebrar la audiencia oral, toda vez
que lo alegado con la solicitud del
amparo y lo aportado con la
consignación del documento
fundamental en el momento en que se
incoa la demanda, es suficiente para
resolver el amparo en forma
inmediata y definitiva.
Así pues, la Sala considera que la
celebración de la audiencia oral en
estos tipos de acciones de amparo
constitucional, en las que se planteen
la resolución de puntos de mero
derecho, sería antagónico con lo
señalado en el artículo 27 de la Carta
Magna, que establece que: el
‘procedimiento de amparo
constitucional será oral, público,
breve, gratuito y no sujeto a
formalidad, y la autoridad judicial
competente tendrá potestad para
restablecer inmediatamente la
situación jurídica infringida o la
situación que más se asemeje a ella’
(destacado de este fallo); debido a
que el Juez constitucional debe
esperar, aun cuando cuenta con todo
lo necesario en autos para dictar la
decisión de fondo en forma
inmediata, la celebración de la
audiencia oral que no va a aportar
nada nuevo a la controversia. Se
trataría, entonces, de una audiencia
inútil o redundante que crearía una
dilación innecesaria en el
procedimiento de amparo
incompatible con su naturaleza.
Ejemplo de ello sería el caso en el
cual se interponga una demanda de
amparo contra una decisión judicial,
firme, que condenó a un ciudadano a
la ejecución de una pena de muerte o
a cumplir una pena de prisión de
cuarenta años. En estos supuestos,
esperar la celebración de la audiencia
oral para resolver el mérito de la
controversia planteada, atentaría
contra la posibilidad de la restitución
inmediata de la situación jurídica
infringida, ya que bastaría, con la
sola interposición del amparo y la
consignación de la copia de la
decisión adversada, que el Juez
constitucional concluyera ipso iure,
por tratarse el asunto de un punto de
mero derecho, que toda condena de
muerte o la aplicación de una pena
que exceda de treinta años es
contrario a lo que disponen los
artículos 43 y 44.3 de la Constitución
de la República Bolivariana de
Venezuela, respectivamente.
De modo que, condicionar la
resolución del fondo del amparo a la
celebración de la audiencia oral sería
inútil en aquellos casos en los cuales
se intenta el amparo contra una
decisión judicial por un asunto de
mero derecho o de obvia violación
constitucional, toda vez que ello
ocasionaría la violación del derecho a
la tutela judicial efectiva prevista en
el artículo 26 eiusdem, que se
concreta en materia de amparo
constitucional en el artículo 27
ibidem, debido a que el Estado no
garantizaría, en estos casos, una
justicia ‘expedita’.
Por lo tanto, a pesar de que en
anterior oportunidad la Sala, con base
en la necesidad de celebrar la
audiencia oral contradictoria, negó
una solicitud de declaratoria de mero
derecho en un procedimiento de
amparo (vid. sentencia N° 988 del 15
de octubre de 2010, caso: Clarense
D.R.P.), se impone en el presente
caso un complemento de la sentencia
N° 7/2000 y se establece, con
carácter vinculante, que, en las
demandas de amparos en las cuales
se ventile la resolución de un punto
de mero derecho, el Juez
constitucional podrá, en la
oportunidad de la admisión de la
solicitud de amparo, decretar el caso
como de mero derecho y pasar a
dictar, sin necesidad de convocar y
celebrar la audiencia oral, la decisión
de fondo que permita restablecer
inmediatamente y en forma definitiva
la situación jurídica infringida o la
situación que más se asemeje a ella.
Así se establece.
Ahora bien, la Sala, tomando en
cuenta la anterior doctrina procede a
verificar si, en el caso bajo estudio, lo
alegado por la representación del
Ministerio Público se refiere a la
resolución de un punto de mero
derecho y, a tal efecto, observa:
[…]
Ahora bien, la Sala precisa que el
presente caso versa exclusivamente
sobre un punto de mero derecho, esto
es, sobre la aplicabilidad o no, en el
proceso penal primigenio, de la
prerrogativa del antejuicio de mérito
establecida en el artículo 266.3 de la
Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, no siendo
necesario, a los fines de la resolución
de fondo de la controversia, la
convocatoria y sucedánea celebración
de la audiencia oral, toda vez que lo
señalado en la solicitud de amparo y
el contenido del expediente penal
original que consignó la parte actora,
constituyen elementos suficientes
para que la Sala se pronuncie
inmediatamente sobre el fondo de la
presente controversia, dado que las
partes y los terceros involucrados no
aportarían nada nuevo en esa
audiencia oral. Además, la Sala
destaca que parte de las actas del
presente expediente constan todas las
actuaciones originales (consignadas
por la quejosa) de la causa penal
primigenia, lo que permiten a esta
m.i.c., sin lugar a ninguna duda,
decidir el amparo en esta misma
oportunidad. Así se declara…
.
Así pues, conforme a lo expuesto
estamos en presencia de un asunto de
mero derecho, al tratarse de una
acción de amparo contra sentencia
que se fundamenta en una supuesta
extralimitación de funciones por
parte de la Sala Primera de la Corte
de Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, que confirmó
la decisión dictada el 23 de
septiembre de 2015, por el Juzgado
Tercero de Primera Instancia en
Funciones de Juicio del mismo
Circuito Judicial Penal, en la cual
decretó el sobreseimiento de la causa
por extinción de la acción penal, la
cual según la parte accionante
incurrió, entre otras cosas, en una
errónea interpretación del criterio que
estableció esta Sala Constitucional en
sentencia N° 487 del 24 de abril de
2015, en tal sentido, en el presente
caso sólo se requiere verificar si la
sentencia objeto del amparo incurrió
en alguno de los vicios denunciados,
para lo cual el expediente que se
encuentra agregado a los autos en
copia certificada resulta suficiente.
Por ende, visto que no existen
elementos nuevos o controversias que
deban dilucidarse entre el agraviado
y un tercero, la Sala decidirá la
presente acción de amparo
constitucional en esta oportunidad,
prescindiendo de la audiencia oral y
pública. Así se decide.
VI
CONSIDERACIONES PARA
DECIDIR
Declarado el presente caso como un
asunto de mero derecho, la Sala
procede a resolver el mérito del
amparo y a tal efecto observa:
La presente acción de amparo
constitucional tiene por finalidad la
restitución de las situaciones jurídicas
supuestamente infringidas como
consecuencia de la decisión que
dictó, el 11 de enero de 2016, la Sala
Primera de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, en la cual confirmó la decisión
dictada, el 23 de septiembre de 2015,
por el Juzgado Tercero de Primera
Instancia en Funciones de Juicio del
mismo Circuito Judicial Penal, que
decretó el sobreseimiento de la causa
por extinción de la acción penal, ello
en el curso del proceso penal que
instauró el accionante, mediante
acusación privada, contra el
ciudadano R.I.B.R., por la presunta
comisión del delito de difamación.
Al respecto, denunció la parte
accionante la violación de sus
derechos al debido proceso, a la
defensa y a la tutela judicial efectiva,
por cuanto a su decir, por una parte,
no era procedente la declaratoria de
extinción de la acción penal debido a
que en el proceso han ocurrido una
serie de tácticas dilatorias de la parte
querellada que han motivado que se
hayan realizado varios diferimientos
por su actuación, circunstancia que
no fue tomada en cuenta por la Corte
de Apelaciones y por la otra, que la
misma –Corte de Apelaciones- erró
en la apreciación de los hechos al no
tomar en consideración la sentencia
N° 487 del 24 de abril de 2015,
dictada por la Sala Constitucional y
dejar establecido en dicha decisión la
determinación de los hechos.
Por su parte, la Sala Primera de la
Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, al
momento de resolver el recurso de
apelación planteado, sostuvo, entre
otras cosas, que en el caso en
cuestión había operado la
prescripción extraordinaria debido a
que había transcurrido un lapso igual
al de la prescripción ordinaria más la
mitad del mismo y en cuanto al otro
punto denunciado, no le asistía la
razón al recurrente –hoy accionante-
pues para la comprobación de la
prescripción sólo hay que verificar
los cómputos objetivos que por su
naturaleza reglada pueden ser
establecidos en cualquier estado y
grado del proceso.
Respecto de la extinción de la acción
penal como causal de sobreseimiento,
esta Sala en sentencia número 1118
del 25 de junio de 2001 (caso:
R.A.V.N.), asentó lo siguiente:
…El artículo 110 del Código Penal
señala las causas de interrupción de
la prescripción.
1) La primera de ellas es la sentencia
condenatoria, que claro está al llegar
al fin el proceso mediante sentencia,
mal puede correr prescripción alguna,
ya que la acción quedó satisfecha.
2) Si el reo se fuga antes o durante el
juicio, mediante la requisitoria
librada contra el imputado;
3) El auto de detención o de citación
para rendir indagatoria, figuras que
actualmente no existen en el Código
Orgánico Procesal Penal, y las
diligencias procesales que les sigan.
Dado que el Código Orgánico
Procesal Penal señala que el proceso
penal comienza en la fase
investigativa, la citación del
imputado o su declaración como tal
en dicha fase, que es equivalente a la
citación para rendir declaración, se
convierte en actos interruptivos de la
prescripción.
4) El desarrollo del proceso, que
corresponde a las diligencias
procesales que le siguen a la citación
para rendir declaración, como se
señaló antes. Por lo que mientras el
proceso se encuentre vivo, la
prescripción se va interrumpiendo, en
forma sucesiva.
Todos estos actos interruptores hacen
que comience a correr de nuevo la
prescripción desde el día de dichos
actos.
El comentado artículo 110 del
Código Penal, y debido a que el
proceso penal, en caso de fallo
condenatorio restringe la libertad,
garantiza al reo la extinción del
proceso, si éste se prolongase por un
tiempo igual al de la prescripción de
la acción, más la mitad del mismo, y
siempre que la dilación judicial
ocurra sin culpa del reo. A esta
extinción la llama el artículo 110,
prescripción.
En realidad, la figura del artículo 110
comentado, no se trata de una
prescripción, ya que la prescripción
es interruptible, y este término no
puede interrumpirse. Más bien se
trata de una forma de extinción de la
acción derivada de la dilación
judicial. La fórmula también se aplica
cuando la ley establece un término de
prescripción menor de un año, y si
desde el día en que comenzó a correr
la prescripción no se dicta sentencia
condenatoria en el término de un año,
se tendrá por ‘prescrita’ (extinguida)
la acción penal.
A juicio de esta Sala no se trata
realmente de prescripciones, sino de
extinciones de las acciones, por
decaimiento de las mismos, debido a
la falta de impulso pleno del proceso,
hasta el punto que transcurre el
tiempo y no se dictan sentencias
definitivas.
Se trata de la prolongación del
proceso por causas imputables al
órgano jurisdiccional, ya que si la
dilación es atribuible al reo, el lapso
extintivo no corre. Pero, a juicio de
esta Sala, la prolongación puede
resultar del proceso que se paraliza, y
por ello se prolonga sin culpa del reo,
a quien no se le sentencia, lo que
puede causar la extinción de la
acción.
En el proceso penal no existe la
figura de la perención de la instancia.
No puede pensarse en una causa
penal que se paralice (aunque podría
suceder), y menos con el sistema del
Código Orgánico Procesal Penal, así
el proceso penal comience en la fase
investigativa, como lo señala el
artículo 292 del Código Orgánico
Procesal Penal.
Es más, la disposición del artículo
110 del Código Penal bajo
comentario, abarca procesos en pleno
desarrollo.
Estamos ante una figura que viene a
proteger al reo de un proceso
interminable, cuya dilación no sea
imputable a él por mal ejercicio o
ejercicio abusivo de su derecho de
defensa, por lo que realmente no se
trata ni de una prescripción, ni de una
perención, sino de una fórmula
diferente de extinción de la acción,
que opera ajena a la prescripción, ya
que mientras el proceso se ha estado
desenvolviendo, la prescripción se ha
ido interrumpiendo.
Ante tal figura extintiva de la acción,
la cual como todas las pérdidas de la
acción, es causal de sobreseimiento
de la causa (numeral 3 del artículo
325 del Código Orgánico Procesal
Penal), quien la invoca no sólo debe
alegar el transcurso del tiempo, sino
aportar las pruebas que permitan al
juez ponderar si la dilación
extraordinaria es o no culpa del reo, o
de quienes con él conforman un litis
consorcio.
Durante la vigencia del Código de
Enjuiciamiento Criminal, y al igual
que hoy, los extremos señalados se
controlaban con el estudio del
expediente y de la actitud procesal
del o de los imputados, para
determinar en cuanto ellos habían
concurrido a la dilación…
.
Del fallo parcialmente transcrito, se
puede apreciar que para decretar la
extinción de la acción penal lo cual
traería como consecuencia la
declaratoria de sobreseimiento de la
causa, es importante dejar claro que
la dilación extraordinaria ocurrió sin
culpa del reo o imputado.
Por otra parte, esta Sala en sentencia
N° 487 del 24 de abril de 2015,
(caso: Noren E.V.I. y otro), dejó
establecido lo que a continuación se
transcribe:
…la prescripción, es una limitación
al ius puniendi del Estado para la
persecución y castigo de los delitos,
lo cual ocurre por el transcurso del
tiempo y la inacción de los órganos
jurisdiccionales, es decir, surge del
abandono de la acción por quien la
impulsa y de la imposibilidad de
dictar sentencia en un lapso
previamente establecido por la ley
(Vid. sentencia Nº 251/2006 de la
Sala de Casación Penal del Tribunal
Supremo de Justicia).
Al respecto, los Tribunales de
Primera Instancia en lo Penal y las
C.d.A. deben declarar el
sobreseimiento de la causa, por
extinción de la acción penal, en las
causas que estén sometidas a su
conocimiento. Además, esta M.I.C.
ha señalado respecto de la
prescripción de la acción penal, que:
‘el numeral 8 del artículo 48 del
Código Orgánico Procesal Penal,
establece como causa de la extinción
de la acción penal, la prescripción,
salvo que el imputado o imputada
renuncie a ella, lo que demuestra, en
ese sentido, que la institución de la
prescripción de la acción penal no
afecta a una parte de la colectividad o
al interés general, por cuanto si el
imputado hiciere uso de esa facultad,
el Juez no debe decretar el
sobreseimiento de la causa a favor
del interés social, sino acatar la
voluntad del procesado’ (Cfr.
Sentencia de esta Sala N° 293/2010).
Ahora bien, la declaratoria de
sobreseimiento, por prescripción de
la acción penal, supone la previa
demostración del hecho punible que
dio nacimiento a dicha acción. En
otras palabras, para que pueda ser
decretada la prescripción de la acción
penal es necesario la demostración de
un delito concreto.
Esto se evidencia del contexto del
artículo 108, ordinales 1º al 7º, del
Código Penal, que establecen lapsos
prescriptivos diferentes tomando en
cuenta la pena correspondiente a cada
delito. El artículo 109 eiusdem, en lo
referente al comienzo de la
prescripción, dispone que, para los
hechos punibles consumados, el
lapso prescriptivo comenzará a correr
desde el día de la perpetración del
delito, estableciendo, igualmente,
términos de prescripción precisos
para los delitos continuados o
permanentes y para los cometidos en
grado de tentativa o frustración. Por
otra parte, el artículo 113 del mismo
Código sustantivo prescribe que ‘la
responsabilidad civil nacida de la
penal no cesa porque se extinga ésta
o la pena, sino que durará como las
demás obligaciones civiles con
sujeción a las reglas del derecho
civil’.
Así lo ha sostenido esta Sala en
anteriores oportunidades, que ‘[a]ún
cuando la acción penal para perseguir
los delitos materia de la acusación del
Ministerio Público y de la parte
acusadora, pudiera estar prescrita, la
comprobación de tales hechos
punibles es indispensable a los
efectos de las reclamaciones civiles
que pudieran surgir como
consecuencia de tales infracciones
delictivas’ (Decisión N° 554/2002).
En efecto, de acuerdo al contenido
del artículo 113 del Código Penal que
establece ‘[t]oda persona responsable
criminalmente de algún delito o falta,
lo es también civilmente. La
responsabilidad civil nacida de la
penal no cesa porque se extingan ésta
o la pena, sino que durará como las
demás obligaciones civiles, con
sujeción a las reglas del derecho
civil’; es necesario que, en las
decisiones que declaran el
sobreseimiento de la causa por
extinción de la acción penal, por
haber prescrito la misma, se
determine el delito, sin que ello
signifique que se está condenando al
acusado a cumplir una determinada
pena.
Todo lo anterior fue establecido, por
el fallo de esta Sala Constitucional
N° 1593/2009, en los siguientes
términos: (…).
Así las cosas, debe esta Sala ratificar
lo expuesto por el anterior fallo, en el
sentido de que la determinación del
delito es indispensable en las
decisiones que declaran el
sobreseimiento por prescripción de la
acción penal, que debe en todo caso
efectuarse de ser el caso en base al
análisis de las pruebas cursantes a los
autos, sin que ello signifique que se
está condenando al acusado a cumplir
una determinada pena.
Pero tal como se expuso en este fallo
en párrafos anteriores, y contrario a
lo expuesto por los integrantes de la
Sala N° 2 de la Corte de Apelaciones
del Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, dicho sobreseimiento por
prescripción de la acción penal puede
declararse en diversas etapas del
procedimiento, y no única y
exclusivamente -como erradamente
lo indicó- en el juicio oral y público;
inclusive en dicho supuesto se hace
innecesaria la realización del mismo,
pues su comprobación obedece –
como ya referimos-, a cómputos
completamente objetivos que por su
naturaleza reglada pueden ser
establecidos en cualquier estado y
grado del proceso, de acuerdo al iter
procesal particular de la causa penal
de que se trate.
En efecto, la prescripción de la
acción penal deben declararla tanto
los Tribunales de Primera Instancia
en lo Penal y las C.d.A., sin
necesidad de esperar la realización de
juicio oral alguno, pues ese lapso de
espera innecesario, atentaría contra la
tutela judicial efectiva de los
justiciables, claro está, cuando
efectivamente se ha extinguido la
acción penal.
Por ello, los jueces están obligados a
emitir el pronunciamiento respectivo,
esto es, si hay o no la prescripción, en
las causas que estén sometidas a su
conocimiento en el momento
procesal de que se trate, sin atender a
otra circunstancia que a las
directrices legales y elementos
probatorios existentes a los autos
(para el caso de sobreseimiento por
prescripción de la acción penal).
(…omissis…).
Así las cosas, al haber la Sala N° 2 de
la Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial penal del Estado Zulia,
decidido, en base a un criterio
erróneo, que ha limitado al justiciable
la obtención de una decisión ajustada
a derecho, en el caso de autos,
efectivamente se ha verificado la
violación del derecho a la tutela
judicial efectiva consagrado en el
artículos 26 de la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela,
en la esfera jurídica de los
accionantes, y así se declara.
Así pues, como consecuencia de todo
lo expuesto, esta Sala Constitucional
declara procedente in limine litis la
acción de amparo constitucional
interpuesta y, por consiguiente, anula
la sentencia impugnada.
Así, en base a lo expuesto, se ordena
a otra Sala de la Corte de
Apelaciones distinta a la que conoció
la presente causa, que corresponda
previa distribución de la misma, que
se pronuncie nuevamente sobre el
mérito del asunto sometido a
consideración, con sujeción al
criterio que fue expuesto en el
presente dictamen; y así se decide.
En virtud de las anteriores
consideraciones, se considera
innecesario emitir pronunciamiento
sobre la medida cautelar innominada
solicitada…
.
En efecto, en la referida sentencia se
estableció que los jueces están
obligados a emitir el
pronunciamiento respectivo, esto es,
si hay o no la prescripción, en las
causas que estén sometidas a su
conocimiento en el momento
procesal de que se trate, sin atender a
otra circunstancia que a las
directrices legales y elementos
probatorios existentes a los autos
(para el caso de sobreseimiento por
prescripción de la acción penal), no
obstante, también es indispensable
dejar establecido, en la decisión que
decrete la prescripción, la
determinación de los hechos
acreditados y ello se debe a que aún
cuando la acción penal se extingue
por su prescripción, la parte víctima o
querellante pueda realizar la
correspondiente reclamación civil a
que haya lugar con fundamento en lo
dispuesto en el artículo 113 del
Código Penal.
Ahora bien, de la revisión de la
sentencia dictada por la Sala Primera
de la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, se observa que la misma no dio
cumplimiento a lo advertido, por una
parte, por el recurrente en su escrito
de apelación ni tampoco que se haya
adaptado a los parámetros que
estableció esta Sala Constitucional en
las sentencias supra transcritas.
Siendo ello así, la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela,
en su artículo 26 consagra el derecho
a la tutela judicial efectiva, norma
que prevé no sólo el derecho a
acceder a la justicia para la
protección de los derechos e
intereses, sino a obtener de manera
efectiva la tutela de los mismos, lo
que incluye conseguir con prontitud
la decisión correspondiente. Todo
ello aunado a los derechos a la
defensa y al debido proceso previstos
en el artículo 49 eiusdem.
En cuanto al contenido del derecho a
la defensa, esta Sala Constitucional
ha sostenido:
…Al respecto, es menester indicar
que el derecho a la defensa y al
debido proceso constituyen garantías
inherentes a la persona humana y en
consecuencia, aplicables a cualquier
clase de procedimientos. El derecho
al debido proceso ha sido entendido
como el trámite que permite oír a las
partes, de la manera prevista en la
Ley, y que ajustado a derecho otorga
a las partes el tiempo y los medios
adecuados para imponer sus
defensas.
En cuanto al derecho a la defensa, la
Jurisprudencia ha establecido que el
mismo debe entenderse como la
oportunidad para el encausado o
presunto agraviado de que se oigan y
analicen oportunamente sus alegatos
y pruebas. En consecuencia, existe
violación del derecho a la defensa
cuando el interesado no conoce el
procedimiento que pueda afectarlo,
se le impide su participación o el
ejercicio de sus derechos, o se le
prohíbe realizar actividades
probatorias (s. S.C. n° 05 de
24.01.01, caso: Supermercado Fátima
S.R.L.; resaltado añadido).
En ese mismo sentido, en otro
pronunciamiento, esta Sala señaló:
El derecho al debido proceso,
consagrado en el artículo 49 de la
Constitución a favor de todo
habitante de la República, comprende
el derecho a defenderse ante los
órganos competentes, que serán los
tribunales o los órganos
administrativos, según el caso. Este
derecho implica notificación
adecuada de los hechos imputados,
disponibilidad de medios que
permitan ejercer la defensa
adecuadamente, acceso a los órganos
de administración de justicia, acceso
a pruebas, previsión legal de lapsos
adecuados para ejercer la defensa,
preestablecimiento de medios que
permitan recurrir contra los fallos
condenatorios (de conformidad con
las previsiones legales), derecho a ser
presumido inocente mientras no se
demuestre lo contrario, derecho de
ser oído, derecho de ser juzgado por
el juez natural, derecho a no ser
condenado por un hecho no previsto
en la ley como delito o falta, derecho
a no ser juzgado dos veces por los
mismos hechos, derecho a no ser
obligado a declararse culpable ni a
declarar contra sí mismo, su cónyuge,
ni sus parientes dentro del segundo
grado de afinidad y cuarto de
consanguinidad, entre otros (s. S.C.
n° 444 de 04.04.01, caso: Papelería
Tecniarte C.A.; resaltado añadido)…
.
Así las cosas, al haber decidido la
Sala Primera de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, con base en
una errónea apreciación de los
hechos sometidos a su conocimiento,
en el sentido de, por una parte, no
haber verificado si el imputado o
querellado había incurrido en una
conducta dilatoria y por otra, al no
dejar plasmado en su decisión la
determinación de los hechos, limitó
al accionante la obtención de una
decisión ajustada a derecho en el caso
de autos, por lo que efectivamente se
ha verificado la violación del derecho
a la tutela judicial efectiva,
consagrado en el artículos 26 de la
Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela, en la
esfera jurídica del quejoso, y así se
declara.
De manera que, como consecuencia
de todo lo expuesto, esta Sala
Constitucional declara procedente in
limine litis la acción de amparo
constitucional interpuesta y por
consiguiente, anula la sentencia
impugnada, en tal sentido, se ordena
a otra Sala de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia distinta a la
que conoció de la presente causa, que
corresponda previa distribución de la
misma, que se pronuncie nuevamente
sobre el mérito del asunto sometido a
su consideración, con sujeción a los
criterios que fueron expuestos en el
presente fallo. Así se decide.
DECISIÓN
Por las razones anteriormente
expuestas, este Tribunal Supremo de
Justicia, en Sala Constitucional,
administrando justicia en nombre de
la República y por autoridad de la
ley, declara:
1. - ADMITE, la pretensión de
amparo constitucional incoada.
2. -DE MERO DERECHO la
resolución de la presente acción
de amparo constitucional.
3. - PROCEDENTE IN LIMINE
LITIS la acción de amparo
constitucional interpuesta contra
la decisión dictada el 11 de enero
de 2016, por la Sala Primera de
Corte de Apelaciones del Circuito
Judicial Penal del Estado Zulia, la
cual se ANULA.
4. - Se ORDENA a otra Sala de
la Corte de Apelaciones del
Circuito Judicial Penal del Estado
Zulia, distinta a la que conoció de
la presente causa, que corresponda
previa distribución de la misma,
que se pronuncie nuevamente
sobre el mérito del asunto
sometido a consideración, con
sujeción a los criterios que fueron
expuestos en el presente fallo.
Publíquese y regístrese. Archívese el
expediente. Remítase copia
certificada de la presente decisión a
la Sala Primera de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial
Penal del Estado Zulia, con el objeto
de que se sirva recabar el expediente
primigenio y proceda a dar
cumplimiento con lo ordenado en el
presente fallo.
Dada, firmada y sellada en el Salón
de Sesiones de la Sala Constitucional
del Tribunal Supremo de Justicia, en
Caracas, a los 19 días del mes de
agosto de dos mil dieciséis (2016).
Años: 206º de la Independencia y
157º de la Federación.
La Presidenta de la Sala,
G.M.G.A.
El Vicepresidente,
A.D.R.
Los Magistrados,
CARMEN ZULETA DE
MERCHÁN
J.J.M.J.
C.O. RÍOS
LUIS F.D.B.
L.B.S.A.
Ponente
La Secretaria (T),
DIXIES J. VELÁSQUEZ R
Exp. 16-0539
LBSA/
Otros documentos interesantes:
 Decisión de Juzgado de
Protección del Niño y del
Adolescente de Lara (Extensión
Barquisimeto), de 26 de Marzo de
2007

+1-888-223-0621
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