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10 conflictos mundiales a tener en cuenta para el 2019

No hay duda de que el año que entra, será de grandes tensiones políticas

El año que viene estará plagado de tensiones políticas, en vista de que varios de los grandes conflictos mundiales
del 2018, que aún no se resolvieron, apuntan a convertirse en los principales focos de atención. Consultamos a
expertos de España, México, Venezuela y Argentina para intentar vislumbrar qué le deparará al planeta a partir
del 1 de enero.

1.-Venezuela
Hogar de enormes reservas de petróleo, Venezuela debería ser la envidia de sus vecinos. En cambio, América
Latina observa con aprensión que la implosión del país amenaza con provocar una crisis regional. La economía
de Venezuela está en caída libre, con un impacto social devastador. La pobreza y la desnutrición son rampantes.
Las enfermedades una vez erradicadas, como la difteria, han regresado. Alrededor de 3 millones de los 31 millones
de personas que viven en Venezuela han huido del país, principalmente a Colombia y otros vecinos. La Unión
Europea espera que ese número aumente a 5.3 millones para fines de 2019.
El gobierno Nicolás Maduro, que ha manejado mal la economía, ahora se niega a admitir la profunda agonía de
Venezuela o aceptar la mayor parte de la ayuda humanitaria. El gobierno ha desmantelado las instituciones del
país, despojando de sus poderes al parlamento controlado por la oposición. El 10 de enero de 2019, Maduro
comenzará un segundo mandato, aunque ni sus opositores domésticos ni gran parte del mundo exterior consideran
creíble su reelección. Por su parte, la oposición está paralizada por las luchas internas, con una facción vocal
(principalmente en el exilio) que llama a los poderes extranjeros a derrocar a Maduro.
2.-Yemen
Si un lugar ha sufrido la mayor parte de la falta de ley internacional durante el año pasado, es Yemen. La crisis
humanitaria allí, la peor del mundo, podría empeorar aún más en 2019 si los actores clave no aprovechan la
oportunidad creada en las últimas semanas por el enviado especial de la ONU, Martin Griffiths, para lograr un
alto el fuego parcial y alentar una serie de pasos que le den paso a la confianza. Después de más de cuatro años
de guerra y un asedio liderado por Arabia Saudita, casi 16 millones de yemeníes se enfrentan a una “grave
inseguridad alimentaria aguda”, según la USN. Eso significa que uno de cada dos yemeníes no tiene suficiente
para comer.

A fines de 2018, las milicias yemeníes respaldadas por los Emiratos Árabes Unidos rodearon Hodeidah, un puerto
controlado por Houthi, a través del cual pasa la ayuda de millones de hambrientos yemeníes. La coalición parecía
decidida a mudarse, convencida de que tomar el puerto aplastaría la rebelión y haría que los hutíes fueran más
flexibles. Pero las consecuencias de tal ofensiva serían casi inimaginables. Mark Lowcock, el principal
funcionario de ayuda de Estados Unidos, advirtió que podría provocar una “gran hambruna”. Eso, y las
consecuencias del asesinato de Khashoggi, llevaron a las potencias occidentales a comenzar a restringir la
coalición del Golfo. El 9 de noviembre, Estados Unidos anunció que ya no repostaría a los aviones de la coalición
que realizan ataques aéreos en Yemen. Un mes más tarde, Griffiths, con la ayuda de Washington, alcanzó el
“acuerdo de Estocolmo” entre los hutíes y el gobierno yemení, incluida una frágil tregua contra Hodeidah.

La presión de Estados Unidos para poner fin al conflicto podría intensificarse en 2019. El Senado ya ha votado
para considerar una legislación que prohíba toda participación de los Estados Unidos en la guerra. Una vez que
los demócratas asuman el control de la Cámara de Representantes en enero de 2019, podrían moverse más
agresivamente en esta dirección. Eso y más serán necesarios para poner fin a la guerra de Yemen o, al menos,
evitarlo dando otro giro.

3.-Afganistán
Si Yemen es el peor desastre humanitario del mundo, Afganistán sufre su lucha más mortal. En 2018, según un
recuento, la guerra mató a más de 40,000 combatientes y civiles. La decisión informada por Trump a mediados
de diciembre de que la mitad de las fuerzas de los Estados Unidos en Afganistán se irían causó más malestar. En
principio, la señal de Washington de que está listo para retirarse podría hacer avanzar los esfuerzos diplomáticos
para poner fin a la guerra al enfocar las mentes de los beligerantes y los actores regionales. Pero la naturaleza ad
hoc de la decisión, aparentemente tomada sin recurrir a los altos funcionarios, y el espectro que genera el hecho
de que Estados Unidos esté cortando y corriendo podría ser un mal augurio para el próximo año.

4.-Guerra comercial entre EE.UU. y China


La mayoría de los especialistas coinciden en que uno de los grandes temas del 2019 será la fuerte disputa
comercial entre las dos potencias económicas más importantes del mundo, en la que ambos países se imponen
aranceles recíprocamente a la hora de vender productos en sus territorios.

5.-Arabia Saudita, Estados Unidos, Israel e Irán


Al igual que 2018, 2019 presenta riesgos de confrontación, deliberados o involuntarios, que involucran a Estados
Unidos, Arabia Saudita, Israel e Irán. Los tres primeros comparten una visión común del gobierno en Teherán
como una amenaza que se ha envalentonado durante demasiado tiempo y cuyas aspiraciones regionales deben ser
controladas. Para Washington, esto se ha traducido en un retiro del acuerdo nuclear de 2015, el restablecimiento
de las sanciones, una retórica más agresiva y amenazas de represalias poderosas en caso de provocación iraní.
Riad ha abrazado este nuevo tono y, principalmente en la voz del príncipe heredero Mohammed bin Salman,
sugirió que luchará y tratará de contrarrestar a Irán en el Líbano, Irak y Yemen, e incluso en suelo iraní. Israel se
ha centrado en Siria, donde ha atacado regularmente objetivos alineados con iraníes e iraníes, pero también ha
amenazado con atacar al grupo militante respaldado por Irán Hezbolá en el Líbano.

6.-Siria
Al finalizar 2018, parecía que el conflicto sirio continuaría por el mismo camino. Parecía que el régimen de Bashar
al-Assad, con la ayuda de Irán y Rusia, ganaría su batalla contra la oposición. La guerra contra el Estado islámico
se acercaría a la meta. Los actores extranjeros mantendrían un equilibrio frágil en varias partes del país: entre
Israel, Irán y Rusia en el suroeste; Rusia y Turquía en el noroeste; y Estados Unidos y Turquía en el noreste. Pero
con una llamada telefónica a mediados de diciembre al presidente turco Recep Tayyip Erdogan anunciando el
retiro de las tropas estadounidenses, Trump mejoró ese equilibrio; aumentaron las probabilidades de un conflicto
sangriento que involucra a Turquía, sus aliados sirios, los kurdos sirios y el régimen de Assad; y, al hacerlo, le
dio al Estado Islámico una nueva oportunidad de vida al alimentar el caos en el que prospera.

7.-Nigeria
Los nigerianos acudirán a las urnas en febrero de 2019 para elegir un presidente y una nueva legislatura federal,
y nuevamente en marzo para elegir a los gobernadores estatales y los legisladores. Las elecciones nigerianas son
tradicionalmente asuntos violentos, y las condiciones en esta ocasión son particularmente inflamables.

La contienda presidencial entre el titular Muhammadu Buhari y su principal rival, el ex vicepresidente Atiku
Abubakar, será dura. Las relaciones entre el Congreso de Todos los Progresistas y el Partido Democrático del
Pueblo de Abubakar, que gobernó durante 16 años hasta que Buhari llegó al poder, son tan duras en la capital
como en los hotspot de todo el país. Las disputas entre Buhari y los líderes de las dos cámaras del parlamento,
quienes desertaron del partido gobernante en julio, retrasaron el financiamiento de la comisión electoral y las
agencias de seguridad, lo que dificultó los preparativos para las elecciones. La desconfianza de la oposición tanto
en la comisión como en las fuerzas de seguridad aumenta el riesgo de protestas durante y después de la votación.
Dichas protestas tienen un precedente problemático: las manifestaciones después de las urnas de 2011 se
transformaron en ataques a minorías en todo el norte de Nigeria en el que murieron más de 800 personas.
8.-Sudán del Sur
Desde que estalló la guerra civil en Sudán del Sur hace cinco años, 400,000 personas han muerto. En septiembre,
el presidente Salva Kiir y su principal rival, el ex vicepresidente convertido en líder rebelde Riek Machar,
firmaron un acuerdo para mantener el fuego y gobernar juntos hasta las elecciones de 2022. El acuerdo satisface,
al menos por ahora, los intereses de los dos antagonistas. y los de los presidentes Omar al-Bashir de Sudán y
Yoweri Museveni de Uganda, los dos líderes regionales con mayor influencia en Sudán del Sur. Lo más
importante, ha reducido la violencia. Por ahora, esta es razón suficiente para apoyar el acuerdo. Sin embargo, las
probabilidades siguen estando en contra de ello, iniciando una nueva era de estabilidad. Primero, el acuerdo es
preocupantemente similar a un pacto que firmaron los dos hombres en agosto de 2015, que se derrumbó el año
siguiente, provocando un aumento en los combates. Al prever elecciones en 2022, el acuerdo perpetúa la rivalidad
Kiir-Machar hasta entonces, allanando el camino para otro enfrentamiento.

9.-Camerún
Una crisis en las áreas anglófonas de Camerún está a punto de escalar hacia una guerra civil y desestabilizar a un
país que una vez fue considerada una isla de relativa calma en una región con problemas. El ritmo de la crisis ha
aumentado de manera constante desde 2016, cuando los profesores y abogados anglófonos salieron a las calles
para protestar por el creciente uso del francés en los sistemas educativo y legal. Sus manifestaciones se
transformaron en protestas más amplias por la marginación de la minoría de habla inglesa de Camerún, que
representa alrededor de una quinta parte de la población del país.

10.-Ucrania
La guerra en Ucrania continúa ardiendo sin un final a la vista. Alentado por la anexión de Crimea en Rusia en
2014 y su posterior apoyo a los separatistas en la región oriental de Donbass en Ucrania, también alimenta el
enfrentamiento geopolítico más amplio entre Rusia y las potencias occidentales. El último punto de inflamación
es el Mar de Azov, donde en noviembre los buques rusos y ucranianos se enfrentaron y Rusia bloqueó el acceso
al Estrecho de Kerch, en la desembocadura del mar. La confrontación sugiere que ninguna de las partes ve ninguna
ventaja en comprometerse.

Como lo ve Kiev, el ataque a los barcos militares ucranianos y la confiscación de dos docenas de marineros es la
culminación de meses de intentos rusos por exprimir los barcos ucranianos de esas aguas, violando un tratado
bilateral de 2003.Como Kiev lo ve, el ataque a los barcos militares ucranianos y la incautación de dos docenas de
marineros es la culminación de meses de intentos rusos por exprimir los barcos ucranianos de esas aguas, violando
un tratado bilateral de 2003 que garantiza el envío gratuito de ambos países. Moscú afirma que los barcos estaban
entrando en sus aguas costeras y que el presidente ucraniano, Petro Poroshenko, provocó la escaramuza para
apuntalar el respaldo occidental y su base doméstica antes de las elecciones presidenciales programadas para
marzo de 2019.

Redacción Contexto Diario


Fuente: foreignpolicy

TOMADO: https://contextodiario.com/internacional/10-conflictos-mundiales-a-tener-en-cuenta-para-el-2019/

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