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ANALISIS DEL PROCESO DE DEFORMACION Y

DEL MECANISMO DE ROTURA EN ROCAS BLANDAS

Mercedes Ferrer Gijón


UNIVERSIDAD COMPLUTENSE DE MADRID
FACULTAD DE CIENCIAS GEOLOGICAS
DEPARTAMENTO DE GEODINAMICA

ANALISIS DEL PROCESO DE DEFORMACION


Y DEL MECANISMO DE ROTURA DE ROCAS
BLANDAS EN TALUDES MINEROS

Tesis Doctoral presentada por Dña. MERCEDES FERRER GIJON para la


obtención del grado de Doctora en Ciencias Geológicas, Programa de
Geodinámica e Ingeniería Geológica.

Director: Dr. LUIS l. GONZALEZ DE VALLEJO

Madrid, Enero de 1990


RESUMEN

En este trabajo se estudian el comportamiento y las relaciones tensión-deformación


de las rocas blandas lutíticas de un talud minero en una zona afectada por condiciones
geológicas complejas.

Partiendo del conocimiento completo del proceso de deformación y rotura del talud,
mediante la observación de campo y la toma de medidas de datos geológicos, hidrogeológicos y
geomecánicos en la zona, se modeliza matemáticamente el macizo rocoso y se lleva a cabo el
análisis de su comportamiento mediante métodos de equilibrio límite y de esfuerzo-
deformación, este último por elementos finitos. Se estudian también las diferencias entre
ambos tipos de métodos y la representatividad y validez de cada uno, así como de los
modelos establecidos para las rocas estudiadas.

La caracterización geomecánica se aborda mediante la realización de ensayos de


laboratorio de compresión uniaxial no convencionales, con prensa rigida servo-controlada,
que permiten obtener una mayor representatividad y ajuste a la realidad de los resultados,
así como el completo y correcto registro de las curvas esfuerzo-deformación, aspecto
fundamental para estudiar el comportamiento de las rocas blandas.

Se proponen y discuten conceptos que explican las diferencias encontradas entre los
parámetros de ensayos de laboratorio y los resultados de los métodos de análisis
convencionales, que no resultan válidos para el macizo rocoso analizado, y los ensayos y
métodos de análisis alternativos empleados, justificando la correcta representatividad y
validez de resultados de estos últimos.

Finalmente, se aportan los criterios y los aspectos a tener en cuenta para la correcta
caracterización de este tipo de rocas, así como para la modelización y el análisis numérico del
comportamiento de macizos rocosos.
ABSJRACT

In this work, the behaviour and stress-strain relations of weak shales in a mining
slope, located in an area with complex geological conditions, are studied.

From the complete knowledge of the failure and deformational process, by the •¡n
situ" observation of the slope behaviour and the geological, hidrogeological and geomechanical
data collection, the rock mass is modelized mathematically; the analysis of its behaviour is
carried out using limit equilibrium and stress-strain (with a finite element method)
methods, establishing the differences between them and studying the representativity and
validity of each one.

The geomechanical characterization of the rocks is undertaken by non conventional


uniaxial compresion tests, with a stiff servo-controlled testing machine, which allow a best
representativity and adjustment to the reality of the results, as well as the correct and
complete recording of the stress-strain curves.

Sorne ideas are proposed and some concepts are applied to explain the differences
between the conventional laboratory tests and methods of analysis and the alternative tests
and methods proposed here, justifying the representativity of the latter.

Finally, the bases and aspects that must be taken into account to carry out the
correct characterization of this type of rocks, as well as the modelization and numerical
analysis of the behaviour of rock masses, are given.
INDICE

CAPITULO 1: INTRODUCCION . 1

1 • 1 - Generalidades 1
1 . 2 . - Antecedentes 5
1.3.- Objetivos • 6

CAPITULO 2: METODOLOGIA 9
2. 1 • - Esquema propuesto • 9
2 . 2. - Proceso de trabajo • 13
2.3.- Tratamiento de los datos, modelización y análisis numérico 14
2.4.- Verificación • . • . . • • . • . . . • • • 15

CAPITULO 3: CARACTERISTICAS. GEOLOGICAS DE LA ZONA DE ESTUDIO


Y DE LOS MATERIALES . . . . 17
3. 1 . • Geología y características generales • 17
3.1 .1.- Situación y encuadre geológico 17
3.1.2.- Estructura 20
3.1.3.- Litoestratigrafía 23
3.1.4.- Mineralogía de las lutitas 24
3.1.5.- Meteorización y alterabilidad de los materiales 25
3.1.6.- Hidrogeología • • • • • • • • 28
3. 1 •7. - Condiciones de las discontinuidades 30
3. 2. - Caracterización geomecánica de las lutilas • 33

CAPITUL04: EL COMPORTAMIENTO GEOMECANICO DE LAS ROCAS EN


PEAARROYA . . . . . . . . : . . . 37
4. 1 . - Introducción • • . . • . . . . • • .. 37
¡
4 . 2 •- Descripción del proceso de rotura observado en el talud 39

QAPJIUL05: ANALISIS DE ESTABILIDAD POR METODOS DE EQUILIBRIO


LIMITE Y CON PARAMETROS GEOMECANICOS OBTENIDOS DE
ENSAYOS CONVENCIONALES 49
5.1.- Introducción • • 49
5. 2. - Modelos de rotura 50
DISCUSION DE RESULTADOS GENERALES 179
1•- Modelo de rotura y métodos de análisis • • • • • • . • 179
2. - Aplicación de los resultados de los ensayos a la rotura analizada 181
3 • - Aplicación de los resultados obtenidos al diseno de taludes 185

CONCLUSIONES GENERALES . 189

BIBLIOGRAFIA • • . . • . 193

ANEXOS 203

ANEXO L- SECUENCIA FOTOGRAFICA DE LA EVOLUCION DEL PROCESO


DE DEFORMACION Y ROTURA DEL TALUD

ANEXO U.- DESCRIPCION DE LA REALIZACION DE LOS ENSAYOS Y DEL


EQUIPO UTILIZADO, PREPARACION DE LAS PROBETAS Y
CALIBRACION DE LA PRENSA RIGIDA SERVO-CONTROLADA

ANEXO IU.- RESULTADOS DEL ANALISIS A POSTERIOR! DETALLADO


DEL TALUD CON Y SIN CONSIDERACION DE LAS
TENSIONES RESIDUALES HORIZONTALES OBTENIDAS A
PARTIR DE MEDIDAS IN SITU REALIZADAS EN LA ZONA

ANEXO IV.- RESULTADO DEL ANALISIS DE ESTABILIDAD PARA DISE~O


DEL ANGULO DE TALUD ESTABLE

ANEXO Y.- DESCRIPCION MATEMATICA Y APROXIMACION NUMERICA


DE LAS ECUACIONES DE LA ELASTO-PLASTICIDAD
-1 -

Capítulo 1

INTRODUCCION

1 . 1 . - GENERALIDADES

Los avances alcanzados en Mecánica de Rocas en las últimas décadas en cuanto a


caracterización geomecánica de materiales y de macizos rocosos, y a modelización del
comportamiento mecánico de los mismos, han sido desarrollados, fundamentalmente, a
partir del estudio y modelización de materiales competentes (rocas duras) afectados por
discontinuidades. En general, estas últimas controlan el comportamiento mecánico del
material en conjunto; las propiedades resistentes de los macizos son estimadas en
base a las de las discontinuidades considerando, asimismo y si es el caso, los puentes de
matriz rocosa existentes entre ellas.

A la hora de evaluar los parámetros geomecánicos del macizo predominarán uno u


otro aspecto en función de una serie de factores entre los que juega un primordial
papel la distribución, dimensiones y características de las discontinuidades, sin olvidar
el aspecto de la geometrf a y dimensiones del talud con respecto al número de
discontinuidades en él presentes. Así, en los casos en que la continuidad de estas, o la unión
de varias de ellas, afecte a todo el ámbito del estudio dentro del macizo, sus
propiedades serán las que definan la respuesta del conjunto; en los casos de
presencia de matriz rocosa entre ellas la evaluación de la resistencia del macizo suele
ser más compleja.

Gran parte de las investigaciones realizadas han sido canalizadas hacia la obtención
de modelos (físicos y matemáticos), para representar el comportamiento del material
rocoso, y hacia la obtención de leyes de comportamiento adecuadas que, si en un
principio consideraban únicamente la rotura a través de una superficie (Ley de Morh-
Coulomb), posteriormente han sido enfocados hacia la consideración en conjunto de las
anisotropfas presentes en las rocas y en los macizos rocosos (MURREL, 1963; HOEK
Y BROWN, 1980; DUNCAN, 1984; THIEL Y ZABUSKI, 1987). Así mismo, se han
desarrollado trabajos importantes encaminados a la adecuación de las leyes de
-2 -

comportamiento establecidas para otro tipo de materiales no rocosos (leyes de GRIFFITH,


1924, de DRUCKER-PRAGER, 1952, de TRESCA, de VON MISES, etc.). Estas leyes son
expresiones algebraicas de las condiciones mecánicas bajo las cuales un material
rompe por fractura o deformación a partir de un límite especificado. Esta especificación
puede ser hecha en función de términos de carga, deformación, esfuerzo, etc., en
función de las características y propiedades del material.

Por otro lado, los análisis de estabilidad de taludes en macizos rocosos se han llevado
a cabo mayoritariamente, hasta la actualidad, por medio de metodos de equilibrio límite que
asumen, como una de sus hipótesis principales, un factor de seguridad constante a lo largo
de toda la superficie de rotura analizada, asf como la suposición previa de esta
superficie. Si se considera la presencia de diversos tipos de discontinuidades y de
fragmentos de matriz rocosa competente a lo largo de los planos de rotura, aún pudiendo
estar bien definidas las propiedades geomecánlcas de ambos, se entenderá la dificultad que
solo esta primera aproximación a la realidad de la estructura de los macizos rocosos supone
a la hora de cuantificar, modelizar y analizar sus propiedades resistentes y su
comportamiento.

SI a esto se anade la presencia de las anisotropías propias de los macizos rocosos


como consecuencia, entre otros aspectos, de las diferentes litologías presentes, de los
regímenes de esfuerzos sufridos, de las condiciones hidrogeológicas, morfológicas, etc., se
comprende que, en la mayoría de las ocasiones, los análisis de estabindad de taludes
por medio de métodos de equilibrio límite sean, en el mejor de los casos, aproximaciones
muy simplificadas al comportamiento real de las rocas y al estado de estabilidad de
los taludes.

La complejidad de la propia naturaleza de los· materiales rocosos hace de la Mecánica


de Rocas una disciplina compleja con etapas difíciles de superar en la modelización del
medio rocoso.

Uno de los mayores· inconvenientes en esta rama de la Ingeniería Geológica es la


obtención de parámetros geomecánlcos representativos. La realización de ensayos de
laboratorio sobre muestras que intentan reproducir al macizo se ha mostrado no práctica e
Inadecuada en numerosas ocasiones (HOEK, 1986; THORNE, 1984; HOEK Y BROWN, 1980;
LO, 1970, etc.).
-3 -

Gran número de relaciones y clasificaciones empíricas han sido establecidas para


este mismo fin (TERZAGHI, 1946; WICKHAM Y OTROS 1972; BARTON Y OTROS 1974;
BIENIAWSKI, 1973, 1976, 1979 y 1988; etc.), que se han mostrado de gran ayuda a la
hora de llevar a cabo la caracterización de los materiales rocosos.

La consideración del comportamiento y evolución del material rocoso al sufrir una


modificación en su estado (modificación de alguna de sus características como consecuencia
de la actuación de factores intrínsecos o extrínsecos al material, o sencillamente como
consecuencia de su evolución en función del tiempo), supone una oomplejidad que en general
(a excepción de algunas simplificaciones relacionadas con la presencia de agua o de cargas
dinámicas o estáticas aplicadas sobre los taludes), no puede ser contemplada por los métodos
convencionales de análisis por equilibrio limite.

Estos métodos en ningún caso consideran las relaciones esfuerzo-deformación que


sufre el material en el proceso de rotura (en el proceso de deformación en general),
utilizando la ley de comportamiento de Morh-Coulomb como un criterio de rotura y oomo
base para el cálculo del factor de seguridad. La propia obtención de un factor de seguridad
como único resultado del análisis no permite ningún tipo de consideraciones sobre los
estados tensio-deformacionales del macizo que, entre otros aspectos, están influidos por las
anisotropías y rasgos estructurales presentes, el contenido en agua, las presiones
confinantes, las cargas soportadas, etc.

Hasta ahora, las llamadas rocas blandas han recibido menos atención que otro
tipo de materiales debido, en gran parte, a la complejidad que su caracterización conlleva,
habiendo sido consideradas, en ocasiones, como materiales con características y
comportamiento más análogo a los suelos cohesivos que a las rocas; en cuanto a
análisis de estabilidad de taludes, esta consideración ha llevado a aplicar a estos materiales
tipologías, modelos de rotura y métodos de análisis de suelos. En el otro extremo, tampoco
ha sido infrecuente su estudio a partir de metodologías más adecuadas a macizos rocosos
competentes, en los que el principal control en la ocurrencia de inestabilidades está
determinado por la presencia de discontinuidades de diversa índole. A pesar de esto,
diversos autores han realizado intentos para su clasificación y el estudio de sus
características (MARTIN, 1986; XIAN-GONG Y OTROS, 1986; ROMANA, 1976; URIEL Y
DAPENA, 1976).
. 4.

Los suelos no presentan estructura, rompiendo, a favor de las superficies


geométricas que menos resitencia oponen, a través de la sustancia (superficies curvas),
aunque sí puede estar condicionado su comportamiento por la presencia de diversas
litologías alternantes o de niveles de distinta competencia; en las rocas, la estructura
condiciona el comportaiento y la rotura, aspecto que es detalladamente analizado y elCpuesto
por GOODMAN, 1976; AMADEI, 1988 y KEMENY Y COOK, 1986.

Las definiciones del límite suelo-roca existentes se basan, en general, en el valor de


la resistencia a compresión simple. Las rocas blandas entran en el rango de las rocas, tienen
estructura como las rocas, pero son menos resistentes que estas. Según THORNE (1984),
en este tipo de materiales la relación entre la resistencia del macizo rocoso y la resistencia
de las discontinuidades es mucho menor que para las rocas, y la rotura, en la mayoría de los
casos, es probable que ocurra, al menos en parte, a través de la matriz rocosa, sin estar
condicionada por las discontinuidades presentes.

Dentro de este grupo de rocas blandas se pueden incluir los materiales lutíticos del
Carbonífero, objeto de este trabajo, que forman pane de las cuencas carboníferas
espal\olas. En algunas de estas cuencas este tipo de material es predominante, constituyendo
los taludes de muro y techo en las explotaciones de carbón a cielo abierto. Las
características estructurales, generalmente desfavorables, de algunos de estos
yacimientos obligan a proyectos de excavación de profundidades considerables que
superan los cien metros. Los problemas de estabilidad de taludes que aparecen a estas
profundidades son mucho más complejos que los que se presentan en otro tipo de
excavaciones más convencionales:

• mayor incidencia de las macrodisconlinuidades estructurales

• aparición de fenómenos de fluencia y rotura progresiva

- problemas de Inestabilidad asociados a elevados estados tenslonales

- mayor influencia de factores hidrogeológlcos

- mayor susceptibilidad frente a fenómenos dinámicos.

El comportamiento de estas rocas blandas está gobernado por las relaciones tension-
deformación características del material, que se pueden asociar en general a una ley de
comportamiento elasto-plástica (CHEN Y KON, 1980; FRANKLIN. 1978; PATERSON, 1978;
-5 -

REYES Y DEERE, 1966), lo que implica que, una vez sobrepasado su nivel de resistencia de
pico, están en situación de seguir soportando cierta carga . Así, serán estas relaciones las
que proporcionen datos a cerca de las características, del comportamiento y de la evolución
del material y del macizo rocoso en los procesos de desestabilización. Estas leyes de
comportamiento son función, a su vez, de las propiedades del material.

El complejo comportamiento inelástico o plástico en los materiales rocosos, las


diferentes leyes de comportamiento y su validez y representatividad han sido ampliamente
estudiados por SCOTT (1985), MEYERHOF (1976), PREVOST Y HJORTH (1976), CHUNG Y
LEE (1972), DUNCAN Y DUNLOP (1972), SMITH Y KAY (1971), ZIENKIEWICZ Y OTROS
(1968) y GOODMAN Y OTROS (1968).

La utilización de modelos matemáticos y de métodos numéricos de elementos finitos


para la realización de los análisis de estabilidad, permite la consideración del reparto de
tensiones y deformaciones en ·el terreno, así como el estudio de sus relaciones. Los
elementos finitos describen el medio estudiado como un ensamblaje de elementos que respeta
las condiciones de equilibrio. El uso de este tipo de métodos se revela como indispensable
para abordar el análisis de las llamadas rocas blandas ya que, además de las ventajas
expuestas, permiten otro tipo de mejoras para una mejor modelización de los procesos
geomecánicos.

El uso generalizado del ordenador en los últimos anos permite abordar estos
problemas con unas herramientas adecuadas para la consideración de los diferentes
aspectos involucrados en los procesos de rotura (PARISEAU Y OTROS, en 1970, y
WHITMAN Y BAILEY, en 1967, presentaron ra interesantes trabajos al respecto).

La modelización matemática del comportamiento de los taludes presenta su principal


inconveniente en la obtención y cuantificación de los datos caracterlsticos del material,
que definen las condiciones del problema junto con las leyes de comportamiento del
material. No obstante, numerosos estudios de este tipo han sido nevados a cabo (ACAR Y
HILAL, 1988; LORIG Y OTROS, 1986; BORST Y VERMEER, 1984; GHABOUSSI Y HENDRON,
1984; NAYLOR Y OTROS, 1981; STIMPSON Y ROBINSON, 1981; HOYAUX Y LADANYI,
1972; LADANYI Y ARCHAMBAULT, 1972; etc.) que han contribuido a un mayor
conocimiento del material rocoso y han potenciado el uso de métodos más sofisticados y
.6.

complejos y, por tanto. más exaclos, aunque la exactitud de los resultados va siempre
impuesta por la bondad de los datos introducidos en los análisis.

Por este motivo, y hasta la actualidad, la principal utilidad de los análisis de


estabilidad estriba en la realización de análisis a posterori, que aportan los datos más
fiables y representativos de los valores de los parámetros que actúan en el macizo rocoso,
pudiendo ser aplicados a otros casos semejantes, y sirven asímismo para juzgar la
representatividad de los ensayos realizados sobre los materiales.

1.2.- ANTECEDENTES

Durante los af'los 83 y 84 se llevó a cabo un estudio de estabilidad de taludes en


cortas carboníferas del sur de Espana, del cual formó parte el estudio en detalle del talud N
de la corta San Ricardo (Penarroya, Córdoba), que durante el tiempo de la investigación
sufrió una rotura general que dió lugar a su inutilización. Dicho estudio formó parte de
una Tésis de Licenciatura (FERRER, 1984) que incluyó, entre otros, los aspectos de
caracterización geológica y geomecánica de la zona y de los materiales de la corta,
realización de algunos ensayos de laboratorio, en las lutitas carboníferas que formaban este
talud, y modelización y análisis de estabilidad del talud por métodos de equilibrio limite, con
la finalidad de investigar los mecanismos y la tipología de la rotura, los factores influyentes
y desencadenantes de la misma, y la caracterización geomecánlca de las lutitas en el
momento de la rotura.

Del citado trabajo se obtuvieron una serie de conclusiones y algunos interrogantes a


partir ele éstas que no pudieron ser resueltos con la metodología empleada y con los datos
disponibles; sí quedaron de manifiesto los siguientes aspectos:

- la complejidad del proceso de deformación y rotura de este tipo de materiales

- la no adecuación de los métodos convencionales de equilibrio limite para su


modelización y análisis

- la influencia de aspectos no considerados por estos métodos de análisis en el


desarrollo de la inestabilidad
-7 -

- la no representatividad de los datos obtenidos a partir de ensayos de


laboratorio convencionales

- la no adecuación del modelo de rotura observado a tos modelos de rotura


típicos de taludes de muro en cortas de carbón.

Estos puntos llevaron a plantear la realización de la presente investigación, con ta


finalidad de conocer y modelizar el comportamiento real del macizo rocoso y sus
propiedades geomecánicas mediante la utilización de modelos y métodos de análisis
alternativos.

1 . 3 • • OBJETIVOS

Los objetivos generales que se pretenden en este trabjo son:

- Estudio del comportamiento y de las relaciones tensión-deformación en roturas


de macizos rocosos lutfticos, y afectados por condiciones geológicas complejas,
mediante su modelización, realización de ensayos de laboratorio no convencionales y
observación del comportamiento del material in situ

- Establecimiento de las leyes de comportamiento y de los criterios de rotura más


adecuados para este tipo de materiales

Estudio de tos resultados obtenidos, y de los factores que influyen en los mismos,
a partir de ensayos de laboratorio en rocas blandas y de la representatividad de los
mismos

- Modelización matemática de la rotura de un talud excavado en este tipo de materiales,


mediante el método numérico de tos elementos finitos, con vistas a la realización
del análisis a posteriori

- Obtención de los parámetros geomecánicos representativos del macizo rocoso y de las


pautas de su comportamiento frente a la inestabilidad
-8 -

- Estudio de la influencia en la inestabilidad de los diferentes factores presentes


(resistencia de la matriz rocosa y de las discontinuidades, tensiones in situ, presencia
de agua, anisotropías estructurales, etc.)

Establecimiento de la metodología más adecuada para llevar a cabo la caracterización de


los macizos rocosos constituidos por este tipo de rocas blandas, así como para llevar a
cabo los análisis de estabilidad de los mismos.
-9.

Capitulo 2

METODOLOGIA

2 . 1 . • ESQUEMA PROPUESTO

Desde el inicio de la investigación se tuvo constancia de la dificultad que entranaba el


conocimiento de las características de los materiales, que formaban parte del macizo rocoso
estudiado, y del comportamiento del propio macizo. Esto, unido a los problemas relacionados
con las importantes profundidades alcanzadas en el talud y con las complejas características
geológicas de la zona, hace necesario un método de estudio específico, tanto para la
investigación y caracterización geomecánica de este tipo de materiales, como para llevar a
cabo los adecuados análisis de estabilidad de taludes, contemplando aspectos importantes
relacionados con las rocas blandas aquí tratadas y que en otro tipo de estudios y análisis
convencionales no son tenidos en cuenta.

El principal problema que se plantea a la hora de llevar a la práctica una metodología


de este tipo, es la escasez de ejemplos de trabajos de investigación, en casos similares, que
consideren ampliamente los aspectos comentados. Hasta ahora se ha trabajado,
mayoritariamente, siguiendo la aplicación de metodos clásicos de caracterización de
materiales y de análisis de estabilidad de taludes, lo que ha dado la oportunidad de poder
constatar esta necesidad de un método de estudio propio para plantear y resolver este tipo de
problemas geotécnicos; con los métodos convencionales desarrollados para el estudio y
análisis de rocas no se han podido solucionar satisfactoriamente muchos de los problemas de
inestabilidad planteados.

El esquema general de trabajo seguido se presenta en el Cuadro 2.1. En este proceso,


el correcto resultado depende, en primera instancia, de la obseivación del comportamiento
del material in situ y de la toma de datos, para pasar después a la correcta caracterización
y cuantificación de los diferentes parámetros de los materiales y del macizo rocoso. Con estos
datos se pueden ya establecer los modelos geológico, hldrogeológico y geomecánico del talud
que seivirán para llevar a cabo su estudio.

Posteriormente, y ya en la fase de análisis del comportamiento, se establece el


modelo matemático del talud. en función del método analítico que se vaya a utilizar, a partir
del cual se modeliza la evolución completa observada en el talud.
-1 O·

OBSEAVACION IN SITU DEL PROCESO


DE DEFORMACION Y ROTURA DEL -
TALUD Y TOMA DE DATOS Y MEDIDAS
(cartografía, análisis estruct., sondeos)

1 ESTUDIO DEL MX>ELO


CARACTERIZACION GEOLOGICA Y Y MECANISMO DE
GEOMECANICA DE LOS MATERIALES Y ROTURA Y FACTORES
CUANTIFICACION DE SUS PROPIEDADES INFLUYENTES
FISICAS Y GEOMECANICAS
MEDIANTE ENSAYOS

1 ,
ESTABLECIMIENTO DE MODELOS
GEOLOGICO, HIOFOGEQOGICO Y
GEOMECANICO
a.ECCION DEL t.ETOOO
1 DE ANALISIS ADECUADO
ESTABLECIMIENTO DEL MODELO 1
MATEMATICO ADECUADO

1
ANAUSIS DE LA ESTABILIDAD Y DEL
COMPORTAMIENTO DEL TALUD

~
VERIFICACION DE LOS RESULTADOS

Cuadro 2.1.- Esquema general de las fases de trabajo seguidas.

Las fases más imponantes e influyentes para la obtención de una correcta


modelización del comportamiento del talud, y representalividad de los análisis, son las de
observación del proceso y elección de modelos y métodos de análisis adecuados.

La investigación se ha centrado, pues, en estos aspectos. así como en la obtención de


los parámetros resistentes característicos del macizo estudiado. Para ello se ha desarrollado
la metodologia expuesta en el Cuadro 2.2, que recoge el proceso de análisis seguido, más
detallado en el Cuadro 2.3.

En los análisis de estabilidad se han seguido dos líneas: los que han sido realizados con
parámetros obtenidos a partir de ensayos y los análisis a posterior!; dentro de la primera, a
su vez, se han llevado a cabo los análisis los diversos conjuntos de datos que quedan
expuestos en el Cuadro 2.3.
·11·

CONOCIMENTO DEL COMPORTAMIENTO


Y EVOLUCION DEL TALUD ROTO

OBTENCION MEDIANTE ENSAYOS DE LOS


PARAMETROS CARACTERISTICOS DEL MATERIAL

MODELIZACION GEOLOGICA, HIDROGEO-


LOOICA Y GEOMECANICA DEL TALUD

MODELIZACION MATEMATICA
DEL TALUD

1
REALIZACION DE ANAUSIS DEL COM- REALIZACION DE ANALISIS A POS-
PORT. DEL TALUD Y OBTENCION DEL (. ) TERIOAI DEL TALUD Y OBTENCION (. )
MODELO Y MECANISWO DE ROTURA DE LOS PARAMETROS RESISTENTES

~ COMPARACION DE LOS PARAMETROS


COMPARACJON DE LOS RESULTADOS
RESISTENTES OBTENIDOS CON LOS
CON LO OBSERVADO EN EL CAMPO
APORTADOS POR LOS ENSAYOS

1 1 1 1
RESULTADOS RESULTADOS NO RESULTADOS NO RESULTADOS
REPRESENTATIVOS REPRESENTATIVOS COMPARABLES CO~ARABLES

1 1 1 1
LOS PARAMETROS LOSPARAMETROS LOS PARAMETROS LOS PAAAMETROS
APORTADOS POR APORTADOS POR APORTADOS POR APORTADOS POR
LOS ENSAYOS SON LOS ENSAYOS NO LOS ENSAYOS NO LOS ENSAYOS SON
VALIDOS PARA SU REPRESENTAN NI REPRESENTAN NI VALIDOS PARA SU
UTILIZACION EN EXPLICANEL EXPLICAN EL UTLIZACION EN
CASOS Y CONDICIO- COMPORTAMIEN- COM=>OATAMIEN- CASOS Y CONDICIO-
NES SIMILARES TO OBSERVADO TO OBSERVADO NES SIMILARES

' !
INVESTIGACION DE LAS POSIBLES CAUSAS QUE HAN
PODIDO INFLUIR EN LAS DIFERENCIAS EXISTENTES
ENTRE AMEOS CONJUNTOS DE PARAMETROS

! '
'
PFOCEOIMIENTO DE LOS
ENSAYOS O ENSAYOS 00
ADECUADOS
WESTRAS PROCEDENTES DE ZONAS NO REPRE-
SENTATIVAS U OBTENIDAS PARA UN ESTADO DE
EVOLUCION DEL MACIZO DISTINTO AL MOOELIZAOC
'
ENSAYOSMAL
REALIZADOS

Cuadro 2.2.- Esquema de la metodología de trabajo seguida en la presente investigación.


n Véase Cuadro 2.3 con la explicacción detallada de esta fase.
-1 2 ·

REALIZACION DEL ANALISIS DEL


COMPORTAMIENTO DEL TALUD

PCR I\.ETOOOS DE PCR I\.ETOOOS DE


EQUILIBRIO LIMITE ESFUERZO-OEFOAMACION

CON PARAMETROS ' CON PARMETROS


OBTENIDOS DE
+
ENSAYOS
- ~
OBTENIDOS DE
ENSAYOS
-
CONVENCIONALES CONVENCIONALES
'
L+
ANALISIS A
POSTERIORI . OON PARAMETROS
OBTENIIX>S DEL
ANALISIS A POST.
POR EO. LIMITE
~

,
00N PARAMETROS
- OBTENIJC8 DE
ENSAVOSCON
~

PRENSA RIGIDA

- ANALISIS A
POSTERIOR!
''

COIPARACION be LOS RESULTADOS -


CON LO OBSERVADO EN ELCNIPO

COt..f>ARACION DE LOS PARAMETAOS

--- RESISTENTES OBTENIDOS CON LOS 1-4--


APORTADOS POR LOS ENSAYOS

Cuadro 2.3.· Detalle de la metodologia seguida en la fase correspondiente a la realización de


los análisis de estabilidad.

Los análisis por equilibrio. limite se han llevado a cabo con los métodos de Bishop.
Jambú y Spencer; los de esfuerzo-deformación se han realizado con el método de los
elementos finitos.
-1 3 •

2 . 2 . - PROCESO DE TRABAJO

La fase inicial de esta investigación, dejando a parte todo el estudio y trabajo


bibliográfico referente a los temas estudiados e investigados, consistió fundamentalmente en
la observación "in situ" de todo el proceso de deformación y rotura del talud a lo largo de
varios meses, así como en una completa toma de datos y medidas de campo. En el estudio del
comportamiento de un macizo rocoso, la toma de datos y la observación de los procesos que en
él tienen lugar y de los factores influyentes son, sin duda, los aspectos que proporcionan la
información más directa. Sin un trabajo completo en este sentido, la aplicación de otros
métodos, por sofisticados y exactos que sean, no aportarán la calidad deseada.

Todo el trabajo de toma de datos y análisis de los mismos se realizó con el talud ya
excavado. HOEK Y BRAY (1981), GONZALEZ DE VALLEJO (1982a) Y RAMIREZ OYANGUREN
(1984), entre otros, describen la metodología completa a seguir en la fase de recogida de
datos de campo para el emplazamiento y diseno de taludes, que concluye con el análisis de
estabilidad detallado para aquellos taludes proyectados con riesgo de rotura.

El proceso de recopilación de datos de campo realizado, tanto al inicio del trabajo


como a lo largo del mismo, se describe a continuación:

- toma de datos geológicos para identificar a las diferentes formaciones geológicas, y


la estructura e hidrogeología general de la zona

- toma de datos geotécnicos para caracterizar las diferentes litologías presentes, zonas
meteorizadas y tectonizadas, condiciones de las discontinuidades e hidrogeología de
detalle

• toma de datos en profundidad, mediante la realización de sondeos, su análisis y


medidas en su interior, para la investígación de niveles piezométricos,
litologías de detalle, identificación de posibles supeñlCies de rotura o debilidad,
velocidades de movimiento, etc

seguimiento del talud con instrumentación, encaminada al registro de su deformación


y evolución, mediante inclinómetros, extensómetros, medidas topográficas y
medidas piezométricas.

Respecto a la fase de caracterización de los materiales en el laboratorio, los datos


obtenidos de los ensayos proporcionan datos cuantitativos sobre sus propiedades, si bien
-1 4 ·

estos no deben ser usados de una forma categórica, sino tomarse como idea aproximada del
rango de valores que pueden estar cercanos a los del material estudiado. Aún así, los ensayos
pueden proporcionar datos erróneos debido al gran número de factores influyenles, tanto
relativos a la propia roca y sus condíciones y a la preparación de las probetas, como a las
máquinas de ensayo y a la interpretación de los resultados obtenidos. Un aspecto importante
para la correcta interpretación y valoración de los ensayos es la observación del
comportamiento del material en el campo.

En la realización de los ensayos llevados a cabo, se procuró subsanar todos estos


inconvenientes mediante la utilización de máquinas adecuadas, la correcta preparación de las
probetas y la consideración de los aspectos más influyentes en la interpretación de los
resultados y datos obtenidos.

Los trabajos posteriores consistieron, fundamentalmente, en el tratamiento y


estudio de los datos y en la modelización y análisis numérico mediante diferentes modelos y
métodos. Estos aspectos se describen más detalladamente en el Apartado 2.3.

2. 3. - TRATAMIENTO DE LOS DATOS, MODELIZACION Y ANALISIS


NUMERICO

Una vez obtenidos los datos de todo tipo necesarios para poder abordar el análisis del
comportamiento del macizo rocoso, se procedió a su tratamiento y estudio. Estos datos,
procedentes tanto de medidas "in situ· como de medidas de laboratorio, han de ser tratados en
función del tipo de estudio y método de análisis que se pretenda llevar a cabo, así como del
resultado que se quiera obtener.

Se han aplicado, en este trabajo, modelos y tratamientos matemáticos para el


estudio del comportamiento del material en su conjunto. Los métodos de análisis utilizados
han sido métodos numéricos (que junto con los métodos gráficos, vectoriales, analíticos
y probabilisticos constituyen el espectro posible), del tipo equilibrio límite y
esfuerzo-deformación, con el concurso, en este último caso, del método de los elementos
finitos, y en ambos casos del ordenador.

Mayoritariamente, y hasta la actualidad, los cálculos relacionados con el análisis del


comportamiento de los materiales rocosos se han llevado a cabo en función únicamente de las
tensiones presentes en el material, lo que, a pesar de haber sido útil, implica una
simplificación que puede suponer una base de partida errónea, haciéndose entonces necesaria
-1 5 •

la consideración de las deformaciones en los cálculos. Si bien hasta hace pocos arios las
dificultades eran insuperables por lo inabordable del proceso de cálculo de las relaciones
tensión-deformación, hoy en dia se ha superado con el uso del ordenador.

Los métodos de cálculo numérico son aquellos que utilizan, para la resolución del
problema, ecuaciones más o menos complejas, pero no de resolución inmediata, planteando
con ellas sistemas de ecuaciones, o necesitando de un proceso de iteraciones sucesivas, para
obtener la solución.

Los modelos resueltos por métodos numéricos incorporan una mayor sofisticación
conceptual (mayor verosimilitud en las hipótesis, menos restricciones al tratar casos
reales, etc.), y la aproximación se realiza tanto en el propio modelo como en la resolución
del mismo.

Los pasos fundamentales en la modelización matemática y en el análisis numérico del


proceso ocurrido en el talud (relizados por ordenador) han sido:

- modelización geométrica, geológica, hidrogeológica y geomecánica del talud

- asignación de los parámetros físicos y geomecánicos característicos de los materiales

- elección de la ley de comportamiento aplicable al material y de un criterio de rotura


adecuado (en el caso de los análisis esfuerzo-deformación)

- realización de los análisis numéricos de equilibrio límite y de esfuerzo-deformación


(estos últimos mediante el método de los elementos finitos simulando el proceso de
deformación y rotura del talud)

- estudio e interpretación de los resultados.

2. 4. • VERIFICACION

La investigación y se·guimiento que se llevó a cabo, de todo el proceso de deformación


y rotura del talud estudiado, permitió la contrastación de los resultados obtenidos de los
diferentes análisis efectuados, poniendo a prueba, por un lado, los modelos desarrollados y
los métodos de cálculo aplicados, su rigor y fiabilidad, y por otro lado la representatividad y
bondad de los resultados obtenidos en los diferentes ensayos de laboratorio, en especial de los
realizados con máquinas rígidas adecuadas al tipo de materiales estudiado.
-1 6 •

La realización de los análisis a posteriori, puesto que se tenían numerosos datos de


toda la evolución del talud, constituye un importante elemento de trabajo y verificación de
los métodos seguidos y aquí comentados.
-1 7 -

Capítulo 3

CARACTERIZACION DE LA ZONA DE ESTUDIO Y DE LOS


MATERIALES

3•1 .- GEOLOGIA Y CARACTERISTICAS GENERALES

3 • 1 • 1 •- Situación y encuadre geológico

La corta de carbón donde se llevó a cabo la investigación está situada a 5 Km al este de


Paflarroya-Pueblonuevo, en la parte occidental de la provincia de Córdoba (Figura 3.1).

MINA

_, .
. .,.,- . ...-· ....-·

Figura 3.1.- Esquema de situación de la zona de trabajo.

La corta ocupaba una extensión rectangular de unos 0.8 Km por 0.4 Km


(actualmente el hueco ha desaparecido, ya que dejó de explotarse y se procedió a su relleno),
pudiéndose localizar su situación en la Hoja del Mapa Topográfico Nacional a escala 1:50.000
número 879, en las coordenadas referidas al meridiano de Greenwich 511 19' W y 389 19' N.
·1 8 ·

La zona en la que aparecen los afloramientos carboníferos se encuentra limitada al N


por el Batolito de los Pedroches, que ocupa una extensa franja de dirección NW - SE, y al S
por una gran extensión de materiales del Precámbrico afectados por manifestaciones
plutónicas y volcánicas tanto de caracter ácido como básico.

La explotación a cielo abierto de San Ricardo se sitúa al N de la zona de Ossa-Morena


del Macizo Hespérico, casi en el límite con el Batolito de los Pedroches. que separa esta zona
de la zona Centroibérica (Figuras 3.2 y 3.3).

La corta se sitúa en la parte occidental de la Cuenca Carbonífera del Guadiato, formada


-1
a su vez por varias cuencas individualizadas con materiales que abarcan edades entre el 1
¡

Viseense Superior y el Estefaniense.

Los límites de la Cuenca los constituyen materiales del Devónico Inferior, formando
pequenos cerros de cuarcitas, al N y del Precámbrico al S, en contacto mecánico con el
Carbonífero en algunos tramos.

-,
b
a
mm
. ZONA CENTROIBERICA. a)Complejos
Preeámbr. de Galieia 9 N-Portugal.
b)Af1orami•ntos de "Olio d• Sapo". -
Batonto d• los Pedroches.
B• ZONA DE OSSA-MORENA. a) Aflora-
rnientos Precámbricos.

ZONA SURPORTUGUESA. a)íaja pin-


tica.

ZONA CANT ABRICA.


§
Precámbrico del Antiforme de
E] Narcea.

ZONA ASTUROCCll>ENTAL-LEONESA
·FfilJ a)Núcleo precámbrico del pliegue
tumbado de Mondoñedo.

Figura 3.2.· Principales Unidades Tectónicas del Macizo Ibérico (JULIVERT Y OTROS, 1974).
-1 9 •

La estructura general de la Cuenca es un gran sinclinal con dirección hercínica WNW


- ESE afectado por una serie de fallas inversas de igual dirección que hacen subir el labio sur
sobre el norte; junto a estas fallas principales aparecen otras en gran numero paralelas a
ellas y de menor importancia. Los materiales interfallas se presentan generalmente plegados
en estructuras sinclinales y anticlinales, en ocasiones muy comprimidas y con vergencias
variables.

El desarrollo de una tectónica post-hercínica habría dado lugar a una serie de fallas
transversales a las direcciones predomianntes que habrían sido la causa del origen e
individualización de las cuancas carboníferas (JULIVERT Y OTROS, 1974).

Las grandes fallas inversas longitudinales afectan a los pliegues , laminando sus
flancos e incluso haciéndolos desaparecer, lo que Indica claramente su posterioridad.

Los materiales carboníferos contienen rocas plutónicas de caracter ácido con escasa
representación. Al norte de ellos, y afectando al Devónico, aparecen numerosas intrusiones
volcánicas básicas.

- Zona Sur-Portuguesa ~ 't'estfaliensa B


~ Zona Centro-Ibérica t:;:J Batolito de los Pedroches
[I]] Secuencias Hisisipienses *M Alineaciones metamórficas en
Ossa Morena

Figura 3.3.· Esqucmo geo!ógico ce la zona de estudio.


-2 O -

Durante el tiempo de realización del trabajo en la corta el talud N no sufrió variación


alguna, excepto pequenas remodelaciones en su pie. El talud W estaba formado por las pistas
de entrada, construidas sobre esteril depositado por transferencia; el talud S estaba sometido
a un oontínuo retranqueo debido a la necesidad de ampliar la anchura del fondo de oorta para la
extracción de carbón, así como para solventar los problemas de estabilidad por vuelco que se
iban presentando. El sentido de avance de la explotación era hacia el E.

En el tiempo de realización de la investigación, la geometría de la corta y del


talud N era:

longitud '750 m
- anchura 350 m
- profundidad 65 m
- ángulo del talud general N 30ª
- anchura bermas talud N 10 m
- altura bancos talud N . 10 m
- ángulo talud de bancos • 45ª-50 11

En la Figura 3.4 se ha representado un esquema geométrico de los taludes N y S.

N ►

FONDO DE CORTA

Om;I
10
20
30
40
50
60

Figura 3.4.- Esquema geométrico de los taludes N y S de la corta en Julio de 1983, al


comenzar la investigación en el talud.

3.1.2.• Estructura

La corta San Ricardo estaba situada en terrenos de edad Westfaliense B, explotándose


las capas productivas de la sucesión San Rafael, limitada al N por el accidente tectónico que
constituye la falla inversa San Rafael y que pone en contacto a esta sucesión con la denominada
-2 1 •

Cervantes. formada por materiales con estructura de sinclinal tumbado con el flanco sur
invertido y el norte tendido, fallado y replegado.

Ambas están enclavadas dentro de la estructura general que constituye el sinclinal del
Porvenir, de unos 7 Km de longitud. con dirección N 1002 E, vergencia N y buzamiento hacia
el S. Esta estructura está localizada entre materiales del Devónico Inferior al N y del
Namuriense al S. Ambos flancos buzan al S, el norte con valores varibles entre 30 2 - 50 2 y
el sur con valores superiores. Este último flanco está afectado por una serie de falla inversas
de diferente envergadura que. en la zona donde se encontraba la corta, dan lugar a la
desaparición de gran parte del flanco sur (Figuras 3.5 y 3.6).

El límite norte de la explotación, que se localizaba por entero en el flanco S del


sinclinal, coincidía prácticamente con la falla San Rafael, adentrándose por el S en terrenos
del Namuriense.

La sucesión WesUaliense B se encuentra afectada en la zona de la corta por una serie


de fallas inversas de gran ángulo paralelas u oblicuas a la de San Rafael, siguiendo
direcciones aproximadas E-W ó WNW-ESE, con buzamientos S (del orden de 602-802 en
superficie) o verticales.

SAN R/CAROO

~ Sinelihal IIIIIIID Paleozoico lnf•rior

--
nn
Cabalgami•nto
Oincción dt los

m
Namurierl$t
Wutfalitnse
tsfuen:os residuales

Figura 3.5.- Esquema estructural de la zona donde se encuentra situada la corta San Ricardo
-2 2 ·

LEYENDA
~ lUTIIAS

~ AIIENISCAS

li!3 CARION
tsCOMUCRA
N -

-.1'

-\

u , •.

Figura 3.6.- Modelo geológico de la corta

La falla San Rafael se abre en tre fallas en la parte central del talud N de la
explotación, coincidiendo con el perfil 3 (Figura 4.1 ).

Las fallas inversas que aparecen en la zona presentan unas características que
conviene mencionar. Son fallas de gran ángulo que no repiten o superponen serie ni
materiales de igual edad. Al llegar a superficie adquieren menor buzamiento, llegando a cortar
a los planos de estratificación y dando lugar, en ocasiones, a cabalgamientos de pequena o gran
envergadura (como es el caso del cabalgameinto Namuriense). El principal efecto de estas
fallas inversas es que llevan consigo una eliminación de parte de las sucesiones a las que
afectan; asociados a este tipo de de fallas aparecen pequet\os pliegues de arrastre,
generalmente en el labio cabalgante.

La deformación tuvo lugar en una fase compresiva con formación de pizarrosidad. La


datación de esta fase es post-Westraliense y pre-Estefaniense.
-2 3 •

En la Figura 3.7 se puede ver la situación de la corta con relación a la estructura de


la zona. El talud N no está totalmente definido por la estratificación, aunque si lo están los
taludes de los bancos.

S. Corto Son Ricardo. N


I \
50

100

150

Figura 3.7.- Situación de la corta con relación a la estructura de la zona.

3.1.3.- Litoestratigrafia

Los materiales en que se situaba la corta presentan edades Westfaliense B y


Namuriense Inferior.

La columna de la sucesión Westfaliense, en términos generales, se encuentra formada


por (en sentido ascendente):

tramo areniscoso con conglomerados en su parte inferior, en contacto con el


Namuriense, de unos 40 m de potencia. En la parte inferior de este tramo aparecen
frecuentes capas de carbón y carboneros con potencias entre 5 y 50 cm; la parte
superior del tramo es esteril

lutitas limolíticas más o menos macizas alternantes con areniscas, con unos 40 m
de potencia total. Hacia la parte media del tramo aparecen algunas capas de carbón, de
escasa potencia, que va aumentando hacia techo

lutitas finas lajables y con laminación paralela de unos 50 m de potencia. En este tramo
los carbones se sitúan en los niveles superiores. apareciendo la capa San Rafael, ta de
-2 4 •

mayor potencia de la sucesión (potencia máxima de 10 m). Los últimos metros de este
tramo son estériles, y constituyen el talud N de la corta

tras la falla San Rafael, que constituye el techo del tramo anterior, aparecen estas
mismas lutitas con intercalaciones de niveles de areniscas.

La presencia de capas de capas o venillas de carbón en la sucesión San Rafael implica


zonas de debilidad dentro del macizo.

En general, no existen grandes diferencias litológicas en los materiales que aparecen


en la corta. Sí puede influir en un diferente comportamiento el efecto sufrido por la
meteorización y la intensa tectonización que afecta a algunas zonas.

3. 1 . 4. - Mineralogía de las lutitas

Con vistas al conocimiento de los principales minerales constituyentes de las lutitas


se han realizado una serie de análisis de laboratorio por difracción de Rayos X en muestras
procedentes de la zona de la corta. Los resultados obtenidos indican la existencia de cuarzo,
caolinita y mica como minerales predominantes, y la menor presencia de caolinita y
feldespatos.

A partir de los estudios de lámina delgada se obtuvo que para fracciones mayores de 2
micras predomina el cuarzo (en un 30%-40%), y para la fracción menor de 2 micras, los
análisis de rayos X y microscopía electrónica, indicaron el predominio de caolinita y, en
menores cantidades, cloritas y feldespatos. La presencia de caolín y feldespatos indica la
potencial meteorización de las pizarras (por el paso de los feldespatos a caolín).

En las lutitas de grano más fino, el contenido en arcillas viene a representar entre un
25% y un 35%, mientras que este porcentaje se rebaja al 20% para las lutitas más
arenosas.

Respecto a la fábrica, estudiada por microscopia electrónica y de barrido (GONZALEZ


DE VAUEJO Y OTEO MAZO, 1982), presenta una marcada laminación con granos de cuarzo
orientados en el sentido de la misma, con alternancia de minerales arcillosos y capillas de
carbón que dan lugar a superficies de despegue y neoformación de minerales de aspecto
laminar en sus proximidades.
-2 5 -

Este último aspecto se refleja en la existencia se superficies fácilmente exfoliables,


con diferente comportamiento frente a fenómenos de meteorización , oxidación, etc. y que
constituyen zonas de debilidad en el material.

3. 1 • 5. - Meteorización y alterabilidad de los materiales

La zona meteorizada se pone de manifiesto en la corta por el color amarillento y la


fácil lajabilidad y cuarteo que presentan los materiales.

En el talud N, esta zona Hega a tener una potencia de unos 20 m. Una característica
de los materiales es su meteorización esferoidal. La rápida degradación de las lutitas, al
entrar en contacto con el aire, da lugar a un cuarteamiento y acumulación de fragmentos a pie
de los taludes de banco; el material sufre transformaciones en sus propiedades y, por lo
tanto, en su comportamiento.

Esta rápida meteorización puede dar lugar a problemas, entre otros, relacionados con
la estabilidad de taludes:

- Roturas superficiales en bancos


- Cuarteo y acumulación de material a pie de bancos
• Degradación progresiva de taludes finales

por lo que resulta de gran interés conocer las causas y efectos de este proceso de alteración, la
delimitación de los sectores más afectados en el talud y las variaciones de sus propiedades
geotécnicas con respecto a zonas más sanas.

En la Figura 3.8 aparece la variación de los inidices de fracturación medidos en el


macizo en función de la profundidad, indicando el grado de fracturaeión relativa, determinados
en sondeos (ROO y ondas de compresión Vp), así como la relación entre Vp y la velocidad
sónica de ondas p en testigos medida en laboratorio (GONZALEZ DE VALLEJO Y OTEO MAZO,
1982).

Para los primeros 20 m se observa una capa más alterada, con ROO < 25% en
genaral, Vp s 1100 mis y la relación Vp campoNp laboratorio - 0.5, caracterizando a un
material muy fracturado. Se observa también el aumento del ROO con la profundidad,
mientras que los índices dinámicos son función de la fracturación o tectonización de la zona
estudiada.
-2 6 •

ROO(%) Vp (mis) Vp campo/Vp lab.


o
o
20 •o 10 100
o
o IOOO 2000 JOCO
:·· º·' 0,6
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Figura 3.8.- Indices de fracturación de lutitas de la zona de Peftarroya en función de la


profundidad y grado de tectonización (GONZALEZ DE VALLEJO Y OTEO MAZO, 1982)

La relación entre las zonas que se presentan más o menos fracturadas y tectonizadas
y los parámetros resistentes de las lutitas es tratada en al Apartado 3.2, dedicado a su
caracterización geomecánica, y donde se establecen los diferentes grupos de parámetros
asociados a cada una de ellas.

Para conocer la inHuencia de estos aspectos y la resistencia a la meteorización de las


lutitas, GONZALEZ DE VALLEJO Y OTEO MAZO (1982), realizaron una serie de ensayos de
sequedad-humedad-desmoronamiento y durabilidad (SDT) sobre lutitas arcillosas. con un
contenido mayor al 25% de arcillas, recogidas en distintas zonas de la corta. Los resultados
han puesto de manifiesto la influencia del grado de tectonización, estableciendo una
clasificación en función de dicho grado; las zonas poco tectonizadas (ROO > 60%) presentan
pérdidas menores del 13% tras dos ciclos humedad-sequedad-desmoronamiento, indicando
una durabilidad alta a muy alta. Las zonas más tectonizadas presentan una baja resistencia
frente a la meteorización , con desmoronamiento tras varios ciclos.

La influencia del número de ciclos en el resultado del ensayo SDT queda representado
en la Figura 3.9, considerándose como más representativo el correspondiente a cinco ciclos.
-2 7 ·

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AL.TA
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~ [III]
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MEDIA
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...
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10

BAJA
o
30 zo 10 o

INDICE DE PLASTICIDAD

Figura 3.9.- Resistencia a la meteorización de lutitas de Penarroya (GONZALEZ DE VALLEJO


Y OTEO MAZO, 1982)

Así pues, el efecto de la meteorización en los taludes da lugar a una variación en las
propiedades resistentes del material que pueden provocar problemas de inestabilidades
locales y degradación progresiva del tah.Jd. La meteorización potencial de una zona en concreto
dependerá de: •

- composición mineralógica y fábrica


- cantidad de arcilla y otros minerales
- orientaciones de los minerales, exfoliación, presencia de fisuras, etc, que
dan lugar a factores de anisotropía
- presencia de minerales carbonosos, que dan lugar a zonas de debilidad
- tectonización y grado de fracturación
- presencia de tensiones residuales importantes , que pueden contribuir al proceso
de rápida degradación.

Como factores condicionantes los autores citados también consideran las condiciones
y métodos de explotación de la corta, y cambios a que éstos dan lugar en las condiciones
hidrogeológicas de la zona, y las condiciones climáticas.
-2 8 -

3 .1 . 6. - Hidrogeología

En la corta San Ricardo, cuando se comenzó el estudio, no había indicios de agua en la


parte del talud N en la que se empezó a observar movimiento, pero sí en la zona más hacia el
oeste, donde ya había ocurrido un deslizamiento antiguo (GONZALEZ DE VALLEJO, 1982).

En la sucesión Cervantes. al norte de la falla San Rafael, el nivel freático se midió


muy cerca de superficie en algunos sondeos realizados (entre 10 y 20 m), diferenciándose
dos acuíferos (FERNANDEZ RUBIO Y OTROS, 1984): uno en los materiales del Terciario y
Cuaternario que constituyen el recubrimiento, y abarcando también la franja de
alteración de los materiales paleozoicos (alimentado por agua de lluvia), y otro en los
materiales carboníferos con permeabilidad secundaria por fracturación (con
alimentación a través del acuífero superior). La recarga máxima anual al sistema Terciario-
Cuaternario por infiltración de lluvia es de unos 75 l/m3/ano, suponiendo unos 450.000
m 31ano.

Teniendo en cuenta que en la corta, situada al S de la sucesión anterior, se alcanzaron


profundidades de más de 70 m y que no aparecieron surgencias de agua, aparte de la comentada
en la zona caída, se puede suponer que la falla San Rafael (que limita la corta y la separa de la
sucesión Cervantes). y su zona de influencia, actúe de plano de contención y desvío de las
aguas de la parte norte. Este aspecto, junto con la presencia de cavidades mineras antiguas
profundas en los alrededores de la zona, condicionan el flujo y los niveles piezométricos. En
general, el flujo en la zona tiene una dirección N-S.

Durante el tiempo del estudio de campo se hicieron 4 sondeos en el mismo


talud N, para el control de los planos de rotura, que permitieron obtener algunos datos
sobre la presencia de agua bajo el talud (FERRER, 1984). En definitiva se dedujo que por
detrás de la falla el agua era drenada hacia cotas inferiores, permaneciendo secas las
lutitas del talud N.

Los sondeos de drenaje horizontales realizados a ple del talud, hacia el final de la
investigación, corroboraron los datos sobre la posición del nivel freático tras el talud.

Considerando los datos obtenidos en los sondeos, las medidas realizadas en los mismos
y las características estructurales de la zona se pudo dibujar la red de flujo del talud
(Figura 3.10).
-2 9 ·

N...--
Om.

so

'ºº

150

zoo

Figura 3.1 O.- Red de flujo dibujada para el talud a partir de los datos conocidos

En la Figura 3.11 se puede observar la situación de los sondeos y la posición de los


niveles de agua medidos. Estos sufrieron una subida lenta, en tres de los sondeos
realizados, de hasta 30 m, que fué registrada con medidas periódicas hasta su estabilización
(FERRER, 1984).

Así pues, las presiones de agua máximas obtenidas a partir de los ascensos registrados
en el nivel freálico de los sondeos fueron de unas 30 Vm2.

En general, y como aspectos fundamentales de la hidrogeología de la zona, son de


destacar la baja permeabilidad de los materiales lutíticos, su permeabilidad por fractura y
los bajos caudales y presiones intersticiales que se han medido para el talud y su entorno. El
drenaje general de esta zona se realiza a favor de las galerías profundas y pozos mineros
existentes en los alrededores de la explotación.
-3 O·

◄ N V nivel treálico
• nivel alcanzado por el agua
grieta c~rlada por el sondeo
grieta detectada con el
.. t,opary •·
' '\. falla San Rafael
• ' capa de carbón

-1

\
o 10 20m

s-2

Figura 3.11.- Localización de los sondeos realizados en el talud N y niveles de agua medidos

Con respecto a los datos climáticos, cabe destacar que las temperaturas mensuales
medias de la zona de Penarroya-Pueblonuevo oscilan entre 8.3° C en Enero a 28.5º C en
Julio, con una media anual de 17.52 C. La precipitación media anual es de 523 mm (7% en
verano), siendo los meses más lluviosos los de Noviembre a Marzo; la precipitación máxima
en 24 h, para un periodo de retomo de 25 anos, es de 81.5 mm.

3 . 1 . 7. - Condiciones de las discontinuidades

La sucesión San Rafaei está afectada por varias familias de discontinuidades de las que
las más importante es la formada por los planos de estratificación. El afloramiento de las
capas en el talud sigue, en general, dirección y buzamiento uniforme. sin presentar ningún
pliegue significativo o fractura que lo afecte (a parte de la falla San Rafael). Tras la toma de
numerosas medidas y observación de las características de las familias en el talud y
alrededores (se tomaron más de 200 estaciones; FERRER, 1984), se establecieron los
siguientes valores ce direcciones y bu::nmien:os p:::ira las discontinuidades:
·31 •

- S0 (estratificación): dirección de 802 a 105e E y buzamientos de 30 2 a 60 2 S; el


especiado varía de 0.1 a 0.5 m

J 1 : familia medida en 10das las estaciones de la corta, con dirección de 62 a 152 E y


buzamientos de 8011 E a 802 W; continuidad según la dirección de 20 m y segun el
buzamiento de 1 a 3 m; el espaciado varía entre 2 y 6 m

- J2: familia de diaclasas que aparece en todos los puntos de medida, con dirección de
85 2 a 1009 E y buzamiento de 752 S a 852 N; continuidad según la dirección de 20
m y según el buzamiento de 0.5 a 1 m; espaciado de 6 a 20 m

- J3: familia muy poco frecuente que aparece solo en algunas estaciones de medida, con
dirección entre 16011 y 1702 y buzamientos de 65 2 a 752 E

- Planos de fallas inversas, con direcciones entre 84 2 y 1002 y buzamientos entre


45 2 y 70 2 S; están incluidas en esta familia las fallas de pequel'ía envergadura
que están asociadas a las de mayor rango, con desplazamientos probables no
superiores a 1 m.

Los valores medios representativos para las diferentes familias medidas, obtenidos
a partir de su proyección estereográfica y del diagrama de frecuencias (Figuras 3.12 y
3.13), son:

. So: 96 11 . 452 s
. J1: 12!1 . 852 E
. J2: 94 11 . 802 s
. J3: 16511 . 7011 E
- F: 95 9 - 6Q!I s

Las lutitas, más o menos macizas según las zonas, presentan superficies de
estratificación algo rugosas en general. pero cada pocos decímetros de potencia en la serie los
planos se presentan muy lisos y pulidos, sin ningún tipo de relleno o con una muy fina pátina
ferruginosa en algunos casos. Las superficies de las dos familias principales de diaclasas
aparecen lisas y también con una pátina ferruginosa: sus labios, en ocasiones, presentan una
separación de 1 ó 2 mm. Las paredes de las pequl'ías fallas medidas presentan una fina capa
arcillosa, sin relleno importante.

Una característica general de todas las familias medidas es la poca rugosidad


de los planos de discontinuidad (tanto para la estratificación como para las diaclasas); incluso
.3 2 ·

-!

Figura 3.12.· Representación estereográfica de las diferentes familias de discontinuidades


medidas en el talud.

---
7.9% 5.3" 2.6% 1.3%


Figura 3.13.· Representación de los isocontenidos de discontinuidades.
-3 3 -

las que cortan perpendicularmente a las superficies de estratificación se presentan


lisas y muy netas.

La talla San Rafael que afecta al talud tiene una dirección E-W, con ligeras
variaciones, y buzamiento de unos 60 2 S; presenta relleno arcilloso de hasta varios
decímetros de espesor en superficie.

Algunas otras familias de discontinuidades menos importantes presentes en la corta


no afectaban al talud N, por lo que no se recogen aquí.

3. 2. - CARACTERIZACION GEOMECANICA DE LAS LUTITAS

A partir de los datos de ensayos de la bibliografía existente sobre la zona de estudio


(GONZALEZ DE VALLEJO, 1982; CAMPOS DE ORELLANA, 1983; ENCASUR, 1987), y a partir
de algunos otros datos provenientes de ensayos de corte directo realizados en la fase previa ele
esta Investigación {FERRER, 1984), se dedujeron los parámetros geomecánlcos
representativos de los materiales que constituían el talud N. Los ensayos de resistencia de los
que se han obtenido los datos han sklo de tipo convencional: compresión simple, compresión
triaxial y corte directo.

En la Tabla 3.1 se exponen muy resumidamente los valores característicos medios


para los materiales que constituían el talud.

Los valores de la Tabla 3.1 son los medios de todos los datos que se han barajado,
obtenidos de los diferentes conjuntos de ensayos llevados a cabo, presentándose varios valores
para un mismo parámetro en los casos en que éstos diferian entre sí {al provenir de
diferentes trabajos) , o en los casos en que caracterizaban a distintos ámbitos del material
(superficies de estratificación, matriz rocosa, zonas tectonizadas o alteradas, etc., en cuyo
caso se especifica).

Estos valores han sido comparados con aquellos que aparecen en la bibliografia para
materiales similares en cortas de carbón (IGME, 1987; AVALA Y RODRIGUEZ ORTIZ, 1986;
SARGAND Y HAZEN, 1987; FISENKO Y OTROS, 1985; GONZALEZ DE VALLEJO, 1984; CAMPOS
DE ORELLANA, 1983; GONZALEZ DE VALLEJO Y OTEO MAZO, 1982; BARTON, 1981; IGME,
1980, entre otros) deduciéndose que están en el mismo rango de magnitudes y sin encontrar
variaciones llamativas en los valores característicos.
-3 4 •

Tabla 3.1

· Densjdad aparente Lutitas: 2.6 - 2.7 tfm3


Lutitas y Areniscas: 2.5 - 2.6 t/m3

· Velocidad sónica Lutilas: 2000 - 3000 m/s


Lutitas y Areniscas: 1500 - 3500 m/s

· Res¡stencia a compresión
~
Carga Puntual Lutitas (estratificación): 2500 t!m 2
(matriz rocosa): 5000 t/m 2
Compresión uniaxial Lutitas 3000 t!m 2

· Módvto de deformación
Compresión uniaxial A) Lutitas (media): 5.1 X 1 Q5 t/m2

B) Lulitas ( .L estral): 3.1 X 105 t/m 2


( // estrat): 7.2 X 104 t/m 2
C) Lutitas (media): 1.3 X 106 t/m 2
D) Lutitas (media): 2.0 X 105 t/m2
Lutita y Arenisca: 5.0 X 105 t/m 2
Ensayos de fluencia Lutitas (media): 2.3 X 10 6 t/m2

- Coeficiente de Poisson
Compresión uniaxial A) Lutitas (media): 0.36
B) Lutitas (media): 0.25
C) Lutitas (media): 0.16
Lutitas y Areniscas: 0.35
Ensayos de fluencia Lutitas (media} 0.12

- Resistenc;a ª' corte


en dismntinuidactes
Lutitas semialteradas:
alteradas:
7 t/m 2
1 7 tlm 2
22°
25 11
tectonizadas: 1.5 tJm2 12°
estratificación: 1.5 t/m2 19 11
matriz rocosa: 30 tJm2 30 11
Lulita y Arenisca 15 t/m 2 30º
.3 5 ·

La introducción de estos valores característicos del material en las diversas


clasificaciones de rocas existentes, aporta una idea general del comportamiento que es de
esperar.

A partir del ROO (Rock Quality Designation, parámetros que es función del número de
discontinuidades, DEERE (1963), se obtiene una roca de calidad media-mala. Según la
clasificación de HOEK Y BRAY (1981), en base al valor de la resistencia a compresión
simple, la roca es moderadamente débil. JIMENEZ SALAS Y JUSTO (1975} clasifican las rocas
también con respecto al valor de su resistencia, situándose en este caso, las lutitas estudiadas.
siempre por debajo de un valor para ae de 1000 Kgtcm 2 e indicando una resistencia
baja-media.

Según la clasificación de la COMISSION ON CLASSIFICATION OF ROCKS ANO ROCK


MASSES (1974; en ROMANA, 1976), el material presentaría una resistencia de baja a
moderada, y coñtorme a la clasificación establecida por la SOCIEDAD INTERNACIONAL DE
MECANICA DE ROCAS (en RAMIREZ OYANGUREN, 1984), se obtiene una calidad media-baja.
MEIGH Y WOLSKI (1979) presentan una tabla de comparación de diversas clasificaciones
según la cual se tiene una roca de resistencia baja-muy baja para la propuesta por DEERE Y
MILLER (1966), y una roca moderadamente fuerte según la clasificación de la GEOLOGICAL
SOCIETY OF LONDON, de 1972.

La clasificacion del material en base a su resistencia a compresión simple, puede ser


considerada como un aspecto más de la descripción y caracterización de las rocas. El
inconveniente mayor que presentan este tipo de clasificaciones, y que limitan su utilidad, es
que no tienen en consideración la estructura y discontinuidades de los macizos, ni otros
aspectos que afectan a su resistencia, caracterizando sólamente a la matriz rocosa.

La aplicación de las clasificaciones geomecánicas a los macizos rocoso (a pesar de estar


estas establecidas en general para su uso con vistas a excavaciones subterráneas), a partir de
los parámetros resistentes expuestos y de las observaciones y medidas realizadas en campo,
ha permitido también constatar la, en general, baja calidad del macizo estudiado.

Según la clasificación de Barton (BARTON Y OTROS, 1974), se obtiene un valor para


el parámetro Q (indice de calidad) cercano a la unidad, lo que situa al macizo rocoso en el
límite entre roca mala y roca muy mala. Al aplicar las clasificaciones de Bieniawski
(BIENIAWSKI, 1973 y 1979) se obtiene, para la primera, un valor del RMR (Rock Mass
-3 6 •

Aating) entre 50 y 70, situando al macizo en la clase III correspondiente a un material de


calidad media; para la segunda el valor obtenido del AMA se localiza entre 40 y 21,
correspondiendo a la clase IV, de calidad mala (esta última clasificación está también adaptada
a taludes). Según la clasificación SRC (Surtace Rock Classification, GONZALEZ DE VALLEJO,
1984), que considera la influencia del estado tensional, se obtiene un macizo de clase IV,
correspondiente a calidad mala.

Como se deduce de los resultados obtenidos en todas las clasificaciones aplicadas, el


macizo puede ser considerado como de baja resistencia y calidad, influyendo sobre todo para
ello los bajos valores resistentes del material y la estructura y condiciones geológicas.

/
.3 7 ·

Capítulo 4

EL COMPORTAMIENTO PE LAS ROCAS EN PEÑARROYA

4 . 1 . • INTROOUCCION

El proceso de deformación y rotura del material que consliluía el talud cuya


evolución se estudia y modeliza en este trabajo, tuvo lugar a lo targo de los af'IOs 83-84, y
fué objeto de una Tesis de Licenciatura (FERRER, 1984) en la que se estudiaba
detalladamente el proceso completo, incluyendo su modelización y análisis mediante métodos
de equilibrio límite.

En este apartado, se resumen las principales fases y los principales aspectos y datos
del comportamiento del talud observados y medidos durante los meses que duró el trabajo de
campo. No se hará referencia explícita a factores descritos con suficiente detalle en el
trabajo comentado y que no sean necesarios para justificar cualquier conclusión del
presente estudio.

Aspectos generales referentes a factores influyentes en la rotura de taludes mineros


en rocas blandas en condiciones geológicas complejas, tipologías y mecanismos de rotura,
métodos de análisis y modelos matemáticos adecuados a cada caso, caracterización de los
materiales, etc., quedan recogidos con gran detalle en el citado estudio, por lo que no se
repetirán aquí.

Asimismo, se incluyó la descripción detallada de los factores geológicos,


geomecánicos y otros caracteristicos del talud y de los materiales que lo constitulan:
geometría, estructura geológica, litoestratigrafia, hidrogeología, propiedades geomecánicas,
estados tenso-deformadonales, etc., así como todos los datos y medidas realizadas durante el
seguimiento y estudio del proceso de rotura y deformación: medidas taquimétricas de la
apertura de las principales grietas de tracción a lo largo de los meses que duró el
movimiento, realización de perfiles topográficos comparativos en los diferentes perfiles de
control establecidos (Figura 4.1), datos obtenidos de sondeos de reconocimiento y de drenaje
realizados en el talud, etc.

Desde la observación de los primeros signos de inestabilidad, se llevó a cabo un


seguimiento del talud que duró casi un al\o (hasta su rotura completa), durante el que se
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Figura 4.1.• Planta esquemática del talud Norte con los 4 perfiles de control establecidos
(FERRER, 1984)

realizaron gran número de medidas y tomas de datos. El tratamiento y estudio de estos datos
permitió, entre otras cosas, el establecimiento de la curva evolución del deslizamiento•
tiempo para todo el proceso, así como la caracterización de los materiales, la evaluación de
los factores desencadenantes e influyentes en la rotura y el análisis de sensibilidad de los
mismos, el establecimiento del modelo y mecanismo de rotura y los datos necesarios para la
relación de un análisis a posteriori (back-analysis) del deslizamiento.

En este estudio se parte de los hechos planteados conocidos y de una serie de datos,
medidas y análisis realizados, a partir de los cuales se lleva a cabo la modelización del talud
mediante un modelo de elementos finitos que considera las relaciones esfuerzo-deformación
a lo largo del proceso de desestabilización.
.3 9 ·

Se trata de investigar el comportamiento de un tipo de materiales que, como se


demuestra, no queda modelizado (no queda explicado) mediante la aplicación de métodos
convencionales para análisis de estabilidad de la mecánica de suelos o rocas.

4. 2 . - DESCRIPCION DEL PROCESO DE ROTURA OBSERVADO

A grandes rasgos, se describen a continuación las diferentes fases observadas a b


largo del proceso de inestabilización del talud Norte de la corta San Ricardo (quedan
recogidas con todo detalle en FERRER, 1984).

En el momento de comenzar el estudio del talud ya había ocurrido un deslizamiento de


dimensiones importantes en la parte W del talud, de unos 5500 m2 (GONZALEZ DE
VALLEJO, 1982). El resto no había sufrido danos importantes, excepto caída de bloques y
cunas locales en los bancos y bermas del talud.

La primera manifestación de la inestabilidad fué la apertura de una gran grieta de


tracción en la berma superior (Foto 2 del Anexo 1), a 50 m por encima del fondo de corta,
en ese momento, y el desarrollo de las siguientes inestabilidades en los bancos del talud N:

• caida de pequenas cunas y bloques (Foto 3 del Anexo l)


- caída escalonada de bloques (Foto 4 del Anexo 1)
- roturas de estratos por pandeo (Foto 5 del Anexo 1)
- roturas de los taludes a favor de discontinuidades subverticales y superfteies de
estratificación (Figura 4.2).

El movimiento en el talud comenzó a finales de Junio de 1983. El día 28 de Junio se


midió una grieta con una longitud de 70 m en la berma de cabecera del talud.

Un mes más tarde la grieta había pasado de 5 a 30 cm de apertura; junto a la grieta


principal aparecieron, a partir de primeros de Agosto, otras grietas menores, siempre
entre ella y la cresta del talud.

A finales de Agosto se inicia la caída continuada de pequenos bloques y cunas, y se


empiezan a abrir grietas importantes en los taludes parciales de bancos, (Fotos 6 y 7 del
Anexo 1), tanto longitudinales como transversales a la dirección E-W del talud. La grieta
principal alcanza ya una longitud de 158 m, abarcando la longitud total del talud a excepción
de la zona ocupada por el deslizamiento antiguo.
·4 O·

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5m

Figura 4.2.- Roturas parciales en los taludes de banco a favor de discontinuidades

Durante el mes de Septiembre es apreciable el movimiento del talud, que se


manifiesta por una visible bajada o asentamiento del mismo; el desnivel entre los bordes de
la grieta principal en la berma superior del talud llega a alcanzar un desnivel de a m y la
caida de bloque en coronación del talud es más frecuente.

A partir de este momento el movimiento es continuo, si bien el talud en su conjunto


no sufre grandes desperfectos aperentemente (a excepción de la berma de la grieta
principal; Foto 8 del Anexo 1).

A finales del mes de Septiembre. tres meses después de iniciada la rotura, se


observó que los estratos del banco inferior del talud, que constituían el pie del talud, se
estaban deformando adoptando la posición subhorizontal (Figura 4.3); inicialmente la
estratificación buzaba 45 9 hacia el fondo de corla.
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GALERIA ANTIGUA
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Figura 4.3.· Evolución de los estratos del banco de pie del talud (FERRER, 1984)
-4 2-

Durante los meses de Octubre a Diciembre se observó detalladamente este proceso


(Fotos 9, 10 y 11 del Anexo 1). Es a partir de la aparición de esta rotura en el pie cuando
el movimiento general del talud se hace más patente y rápido.

En el mes de Marzo de 1984 prosiguieron las observaciones para estudiar el estado


y evolución del talud durante los meses anteriores. El talud del banco inferior, que
constituía el pie del talud, se encontraba ya totalmente cubierto por material deslizado muy
fracturado (Foto 12 del Anexo 1), aunque en algunos puntos se podían observar
perfectamente las grietas características que aparecieron en todos los taludes parciales
afectados por la rotura.

Todo el talud del banco inferior se encontraba ya con los estratos horizontalizados.
Asimismo se observó que el resto de los bancos de la mitad inferior del talud (casi
irreconocibles por lo avanzado de la deformación) presentaba también los estratos
superiores en posición horizontal, volcados hacia afuera, como consecuencia del peso que el
material suprayacente ejercia sobre ellos.

Todo el "bloque" movido aparecla ya completamente separado del resto del macizo,
con los bancos y bermas volcados hacia dentro y fuera, permitiendo observar las grietas a
los pies de los bancos que, en algunos casos, correspondían a pequenas fallas del cortejo de la
de San Rafael (falla principal a favor de la cual se genera el plano de rotura; Fotos 13 y 14
del Anexo 1).

El avance del material del talud en dirección al fondo de corta (hacia adelante) era
poco importante, manifestándose más la rotura por la gran deformación y asentamiento de
toda la masa. En la grieta principal se midió un salto según el buzamiento de más de 14 m en
esta última etapa de la rotura.

En los bancos superiores tenían lugar roturas locales por pandeo, deslizamientos
planos de placas, cunas, etc., dando un aspecto caótico a todo el talud.

Resumiendo, se pueden establecer cronológicamente los hechos observados sobre el


talud (Figura 4.4):

- aparición de una gran grieta en cabecera, que abarca toda la longitud del talud, a favor
de una falla inversa con buzamiento más o menos paralelo al talud
- roturas locales frecuentes y aparicion de grietas en el resto de los bancos y bermas
de trabajo
-4 3 •

N◄

a)

b)

Figura 4.4.- Representación del perfil de control n9 3 en tres etapas diferentes de la


rotura: a) Julio de 1983, b) Octubre de 1983 y e) Marzo de 1984. (FERRER, 1984).
-4 4 •

- rotura de los estratos del banco inferior y horizontalización de las capas


- horizontalización de los estratos en la cabecera de los bancos de la mitad inferior del
talud y roturas locales en todos ellos
- inclinación de las bermas hacia el interior o exterior del talud como consecuencia de
la rotura del material en "bloques"
hundimiento y gran deformación de todo el talud, con rotura y basculación de bermas.

A continuación se presenta la curva deformaciones observadas-tiempo durante todo


el proceso de evolución comentado. Se trata de una representación cualitativa que trata de
reflejar las diferentes fases del comportamiento del talud.

Las medidas periódicas realizadas en la principal grieta de tracción, que constituía


el límite neto del deslizamiento, aportaron datos significativos en cuanto a la velocidad de
cada una de las fases de la rotura (en la Figura 4.5 aparecen representadas las curvas
tiempo-distancia entre los bordes de la grieta con los datos que se tomaron en los perfiles de
control de la Figura 4.1 ):

• los perfiles 2 y 3 presentan mayor velocidad y apertura de la grieta en la primera


etapa de la rotura, mientras que en los perfiles 1 y 4 el proceso es más paulatino,
al estar estos situados hacia los extremos de la grieta

• durante el mes de Septiembre se registra un movimiento continuo en todos los


perfiles sobre los que se llevaba el control. siendo más acentuado para el 3; esta
última circunstancia se debió a que en este punto la falla San Rafael se ramifica
en tres y el material aparece más tectonizado

• el ascenso brusco que se manifiesta en las curvas a mediados de Octubre corresponde a


los dias inmediatamente posteriores a la rotura del banco inferior, hecho
desencadenante del movimiento generalizado del talud; para el perfil 3 este ascenso
comienza ya en el mes de Septiembre, debido a que la rotura del pie del talud comienza
en esta zona, extendiéndose hacia E y W

entre los meses de Octubre y Noviembre tiene lugar un descenso en la velocidad


de apertura de la grieta, que se reactiva bruscamente hacia mediados de Noviembre;
la "estabilización" que presenta el perfil 4 se debe a que este está situado en el
límite E del deslizamiento. A partir de aqul el movimiento es continuo y rápido, el
talud está en movimiento sin nigún obstáculo que frene su avance una vez vencida la
resistencia del material a lo largo del plano de rotura.
-4 5 -

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Figura 4.5.- Curvas Tiempo-Distancia entre los bordes de la grieta durante el tiempo que
duró la rotura del talud. {FERRER, 1984).

En la Figura 4.6 aparece representada la curva cualitativa Tiempo-Deformaciones


para la evolución del talud, donde se aprecia la tendencia general de las distintas fases
observadas, con dos zonas de pendiente suave al inicio y al final de la curva y una zona
intermedia, con mayor pendiente, que comienza cuando la inestabilidad se empieza a
manifestar en el pie del talud sufriendo este la rotura y horizontalización de los estratos.
Tras la rotura general, con basculamiento de todos los bancos. y asentameinto masivo del
talud, el movimiento tiende a anularse.

Desde el inicio de la apertura de la grieta de tracción en cabecera {primer indicio de


la inestabilidad) hasta la rotura total del talud, en que dejó de producirse movimiento,
transcurrieron once meses aproximadamente; entre la apertura del talud (cuando se alcanzó
su altura definitiva y se alcanzó el fondo de corta que se mantuvo durante todo el proceso) y
el inicio de la grieta en cabecera (hecho que puede ser considerado como el inicio de la
-4 6 -

inestabilidad) transcurrieron unos 2 meses, y el tiempo transcurrido desde la apertura de


la grieta en cabecera a la pérdida de resistencia en el pie del talud (con rotura y
horizontalización de los estratos) fué de unos 3.5 meses.

DEFORMA.CIONES ~ - i.-

Rotura general
~~
Rotura de1banco de pie ~ r
Horizonta
llmi6n de l o s ~
eslra1os del banco de pie

Hundimienlos y n>IU,u
en bancos y bermas
~
~

,J
Comienzo de la deformación_'\
en el pie

Fenómenos de ines1abilidad ~
local en bancos

Roturas y formación de ~
l.....- .......
-
.....

grietas de tracción en
cabecera del talud -- MJ JASO NO E F MA
~ (83-84)

Figura 4.6.- Curva cualitativa Tiempo-Deformaciones para la evolución general del talud.
(FERRER.1984).

También resultaron de suma importancia para el estudio de la rotura los sondeos


realizados en dos bermas diferentes del talud, con objeto de determinar la situación de los
posibles planos o plano de rotura y la velocidad del movimiento, cuya situación se ha
representado en la Figura 4.7. Los datos obtenidos a partir de ellos contribuyeron de forma
definitiva al conocimiento del tipo y mecanismo de rotura (FERRER. 1984). aunque dada la
gran deformación y la velocidad del movimiento en el talud no tardaron en romperse los
tubos de PVC colocados en los sondeos (lo que también ayudo a la determinación de la
posición de las superficies en cuestión).
-4 7 •

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Figura 4.7.- Situación de los sondeos realizados en el talud

En la última etapa de la investigación del deslizamiento, se llevaron a cabo cuatro


sondeos horizontales a pie de talud y hacia el interior del mismo que aportaron más datos
sobre las características y condiciones del material y del talud. Dos de estos sondeos
atravesaron una antigua galería minera situada inmediatamente tras el talud N (Figura
4.1). Se trataba de una galería de unos 2.5 m de anchura a una distancia de unos 2-2.5 m
tras la cara del talud.

Con respecto a la posible influencia de las precipitaciones que afectaron a la zona en


los hechos ocurridos en el talud, en la Figura 4.8 se han representado los datos de
precipitaciones correspondientes a los meses en que ocurrió la rotura para su comparación
con la evolución del proceso de deformación del talud. La curva superpuesta, de tiempo-
deformaciones, se presenta sin escala alguna, solamente con la finalidad de comparar las
tendencias de los dos conjuntos de datos (precipitaciónes y evolución de las deformaciones).
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Mese, 1983-84

Figura 4.8.- Distribución de las precipitaciones mensuales, para los meses que duró
el proceso de deformación y rotura sufrido por el talud, con superposición de la curva
cualitativa de tiempo-deformaciones de este proceso (esta última se presenta sin escala
alguna, solo a efectos comparativos; ver Figura 4.6).

Como se observa en la representación de los datos de las precipitaciones, unos dos


meses antes de comenzar las deformaciones en el talud se sufrieron lluvias importantes,
aunque debido a este tiempo transcurrido no parecen haber sido causa importante del inicio
del movimiento, que tiene lugar durante los meses más secos de ano. Sin embargo, en los
meses de Noviembre y Diciembre tuvieron lugar también destacables precipitaciones
durante las cuales se aceleró el proceso de rotura y deformación del talud, coincidiendo esta
aceleración con la rotura y pérdida de la resistencia del pie.

Podría, pues, establecerse una posible relación entre precipitaciones y aceleración


del movimiento una vez que el mismo ya ha comenzado, pero no así entre su inicio y las
lluvias ocurridas en la zona.
-4 9 -

Capítulo 5

ANALISIS DE ESTABILIDAD CON METODOS DE EQUILIBRIO


LIMITE Y CON PARAMETROS OBTENIDOS DE ENSAYOS
CONVENCIONALES

5 . 1 . - INTRODUCCION

Para el estudio de las diferentes tipologias de rotura se han desarrollado diferentes


métodos de análisis basados en la obseivación cientifica de taludes deslizados y en la
modelización fisico-matemática de los mismos. Esto no implica que los métodos desarrollados
resuelvan todos los tipos de roturas ni que las que se produzcan tengan que adaptarse a las
hipótesis de los métodos establecidos: si se desencadena una rotura compleja, en ocasiones es
preciso recurrir a procedimientos fuera de los convencionales para llevar a cabo su aMlisis.

La dificultad que conlleva el conocer el comportamiento de los materiales (suelos o


rocas), así como sus propiedad~s resistentes, debido en parte al gran número de factores
involucrados algunos de los cuales muy difíciles de cuantificar, a su caracter anisótropo y a
la propia complejidad de las leyes que rigen este comportamiento, hacen que los estudios de
análisis de estabilidad sean complejos tanto en su modelización como en su formulación.

La elección del método de análisis adecuado en cada caso dependerá, en una primera
aproximación, de los factores:

- características geológicas y geotécnicas del material


- datos disponibles (geométricos, geológicos, geomecánicos, hidrogeológicos y otros
datos y características específicas) del talud y su entorno
- tipo de estudio que se pretenda llevar a cabo (complejo, sofisticado y exacto, o bien
aproximado y simplificado), grado de detalle que se desee alcanzar y resultados que
se esperen obtener (bien un factor de seguridad para unas condiciones determinadas, bien
la superficie critica de rotura, bien la probabilidad de rotura de un talud, etc.).

Los factores expuestos son, a su vez, interdependientes entre sí; no se podrá realizar
un análisis complejo y detallado si no se dispone de los datos necesarios y suficientes, al Igual
que un caso de estabilidad complejo no podrá ser abordado con un método simple o con una
caracterización del talud incompleta.
. 5 O·

Asimismo, hay que tener en cuenta que tanto los datos de campo como los de
laboratorio (sobre todo éstos últimos), deberían ser obtenidos en función del método de
análisis de estabilidad a utilizar.

Tras conocer los parámetros influyentes y/o condicionantes de la estabilidad habrá


de elegirse, y en algunos casos desarrollarse. el modelo que represente nuestras condiciones
particulares.

Los modelos matemáticos pueden ser resueltos con métodos, entre otros, de
equilibrio límite. Estos métodos determinan el estado de equilibrio de un talud potencialmente
inestable (determinan si la rotura se produce o no), y necesitan para su aplicación y
resolución de una serie de hipótesis de partida diferentes según los métodos, aunque todos
ellos están basados en unos mismos principios y criterios de rotura del material, en concreto
en la ley de comportamiento de Mohr-Coulomb, que, en este caso, es tomada, de una forma
simplificada, como criterio de rotura. La diferencia entre los diferentes métodos estriba en la
complejidad y el grado de detalle de sus planteamientos matemáticos y de sus hipótesis,
existiendo métodos simples y exactos (FELLENIUS, 1936; BISHOP, 1955; JAMBU, 1954;
MORGENSTER Y PRICE, 1965; SPENCER, 1967; HUNTER Y SCHUSTER, 1968; SARMA,
1979, etc).

Los aspectos comentados en este capítulo, así como el desarrollo de los principales
métodos de análisis por equilibrio limite, se recogen con detalle en FERRER (1984).

5. 2. • MODELOS DE ROTURA

Tras la recopilación de todos los datos y el conocimiento de los hechos referidos en el


Capitulo 4 , se pudo reoonstruir en parte la geometría de la rotura, así como la nsta de los
posibles factores causantes o influyentes en la misma:

- existencia de una falla importante en el talud N con dirección paralela al talud y


buzamiento concordante con su pendiente y hacia el fondo de corta
geometría de la explotación desfavorable a la orientación de los esfuerzos residuales,
importantes en la zona
propiedades geomecánica del material propias de rocas débiles, tectonizadas y muy
meteorizables
- existencia de minería antigua de interior tras el pie del talud
· presencia de importantes esfuerzos residuales horizontales en la zona.
-5 , -

Respecto a la situación del plano de rotura, se conocían sus intersecciones con el


talud (grieta de cabecera y salida al banco inferior} y su posición en la parte de atrás del
interior del talud, siguiendo la falla San Rafael (grietas detactadas por los sondeos}. No se
conocía la situación exacta de la parte del plano de rotura que enlazaba la falla con el pie,
aunque por la disposición que adoptaron los estratos del banco inferior, éste debía ser
bastante horizontal, al menos en la zona cercana a la salida al exterior, sin coincidir con
ningún plano de discontinuidad estructural.

Considerando todos los datos conocidos y los fenómenos observados, se estableció el


modelo para llevar a cabo su análisis con métodos de equilibrio límite. Se trataba de un
deslizamiento de prácticamente todo el talud N con una longitud de unos 300 m, una
profundidad en horizontal hacia el interior del talud de unos 60 m y una altura de 45 m, con
un volumen aproximado de 280.000 m3 y un peso de unas 700.000 toneladas.

La inexistencia de discontinuidades favorables, o coincidentes en dirección y


buzamiento con la porción inferior subhorizontal del plano de rotura, implicaría una rotura
a través de la matriz rocosa o a favor de alguna zona de debilidad previa a la rotura
del talud, pudiendo ésta estar relacionada con la galería minera antigua detectada por sondeos
tras el pie.

Los modelos de rotura propuestos fueron (Figura 5.1 ):

- rotura mixta a favor de dos planos


- rotura rotacional múltiple

Figura 5.1.· Esquemas de los modelos de rotura propuestos para el talud N


-5 2 -

Estos modelos incorporaban la hipótesis de que la rotura se iniciaba por concentración


de tensiones en la zona del pie del talud, bien considerando que la deformación del material se
transmite hacia el interior del mismo. bien considerando que esta acumulación de tensiones
da lugar a una pérdida de resistencia que es suficiente para provocar la rotura total.

Las tipologías propuestas quedan recogidas en la bibliografía como posibles y


características del tipo de materiales investigado y en cortas mineras con semejanzas a la
estudiada (WALTON Y TAYLOR, 1977; RIB Y LIANG, 1978).

5. 3. • ANALISIS DE ESTABILIDAD

A partir de los datos recogidos en los afloramientos, en los sondeos y testigos, y a


partir de los valores de ensayos de laboratorio, se procedió a la realización de los análisis por
equilibrio limite mediante la utilización del programa de ordenador STABL y utilizando los
métodos de Bishop simplificado, Jambu y Spencer (SIEGEL, 1975 y 1988; ACHILLEOS,
1988); la adaptación de estos métodos en el citado programa permite el análisis de cualquier
geometría del plano de rotura. El programa fué elegido por la posibilidad de generación de
hasta 100 superficies circulares por análisis, de las que se seleccionan las 10 más críticas,
proporcionando al programa únicamente las coordenadas de la porción del talud por la que se
pretende discurran las superficies a analizar: también se puede realizar el análisis de una
única superficie de rotura. Permite, asimismo, la introducción de materiales heterogéneos y
anisótropos y de cargas de cualquier tipo que actúen sobre el talud (presión de agua, cargas
externas distribuidas o concentradas, etc.).

El proceso seguido en la realización de los análisis de estabilidad puede quedar


resumido:

- Establecimiento del modelo del talud a analizar (Figura 5.2) a partir de los modelos
geológico, hidrogeológico y geomecánico (Figuras 3.6, 3.1 O y 4.7 respectivamente)
y de los posibles mecanismos de rotura
- Determinación (mediante análisis "de prueba") de la zona del talud en la cual
se generan las superficies de rotura más inestables
- Determinación de la geometría de las superficies más inestables, siempre ajustadas
a los modelos establecidos
- Realización de análisis con los parámetros resistentes obtenidos de ensayos de
laboratorio convencionales y considerando la anisotropía del material
-5 3 ·

• Realización de análisis variando los parámetros hasta conseguir factores de


seguridad iguales a la unidad, o por debajo, para el rango de superficies
seleccionadas (análisis a posteriori)
• Realización de análisis de sensibilidad de los diferentes factores involucrados en los
modelos propuestos.

o
o MODELO DEL TALUD ANALIZADO
l!l ANALISIS POR EQUILIBRIO LIMITE
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X - AXIS (m)

Figura 5.2.- Modelo del talud para el análisis por equilibrio límite

Los parámetros resistentes de las lutitas utilizados para llevar a cabo los análisis
(Tabla 5.1) han sido obtenidos de los ensayos de laboratorio convencionales realizados en
materiales de la corta (Apartado 3.2). Se consideró la posición del nivel freático y la
existenca de presión de agua de acuerdo a los datos medidos in situ (Apartado 3.1 ).

Tabla 5.1

Densidad (Vm3) Cohesión (Vm2) Fricción

Lutitas
Matriz Rocosa 2.5 10 · 30 209 • 302
Superficies estratif. 2.5 O· 5 159 • 202
Falla 2.6 5 209
Relleno galería 1.8 1.8 309
-5 4 ·

5. 4. - RESULTADOS E INTERPRETACION

En tocios los análisis realizados, la zona por las que siempre discurrían las 1 00
superficies da rotura más inestables generadas por el programa, incluía también la
superficie real de rotura observada en el campo y deducida de los sondeos realizados. Las
superficies más inestables resultaron ser siempre las de tipo circular frente a cualquier
otra geometría (plana mixta, plana, curva no circular, etc). Por tanto, a partir de esta
deducción se analizaron únicamente superficies de rotura circulares, a las que están
referidas tocios los datos siguientes.

Ya se ha comentado que la superficie de rotura real seguía la falla San Rafael hasta
una profundidad sin determinar a partir de la cual la rotura se producía a traves de la matriz
rocosa hasta salir a la zona de pie; la determinación de esta profundidad fué también hecha en
los análisis a costa de gran número de pasadas del programa de estabilidad. Resulto que el
mínimo Factor de Seguridad se obtenía al extender la rotura a favor de la falla hasta una
profundidad entre 22 y 26 m (en la vertical), punto a partir del cual se enlazaba con el
plano subhorizontal de rotura con salida al pie del talud; si se aumentaba esta profundidad, el
Factor de Seguridad comenzaba a incrementarse. En todos los análisis realizados se presentó
este hecho en las que resultaron ser las superficies más inestables, ajustándose los planos de
rotura a la falla en -su tramo más superficial.

Los análisis realizados con parámetros de ensayos convencionales siempre


resultaron estables, dando factores de seguridad mayores que la unidad para los métodos de
Bishop, Jambú y Spencer (Tabla 5.2).

Los casos que representan las condiciones reales corresponden a: A+C+E y B+C+E
(sin considerar presión de agua) y A+C+D+E y B+C+D+E (considerando la presión
adicional de agua); en todos ellos se obtuvieron factores de seguridad mayores de 1.8. De los
análisis de sensibilidad con distintas hipótesis, para evaluar la influencia de los diversos
factores, se obtuvieron diferentes valores del factor de seguridad (en la Tabla 5.2 se
presentan los más significativos).

En los casos en que se consideró anisotropía en las lutltas, mediante la asignación de


diferentes valores a la cohesión y al ángulo de resistencia interna para las direcciones
paralela y perpendicular a la estratificación, los resultados no variaron considerablemente
ni con respecto al factor de seguridad ni con respecto a la situación de los planos de rotura
menos estables (con menores factores de seguridad).
.5 5 ·

Tabla 5.2

RESULTADOS DELANALISIS POR EQUILIBRIO LIMITE

FACTORES Y PROPIEDADES HIPOTESIS FACTORDE


RESISTENTES CONSIDERADOS ROTURA CIRCULAR SEGURIDAD(#)

A· Lutitas (a) A+C+E >2


e = 20 vm2; l > = so~ (*)
B+C+E =2
B • Lutitas (b)
C = 1 O Vm 2 ; e!) = 202 (•) A+C >2

e. Falla B+C = 2
C • 5 vm2; e!) = 202 (")
A+C+D =2
D. Presión de agua tras el talud
B+C+D > 1.8
E. Presencia de la galerla
e = o vm2; ♦ = 302 (.. ) A+C+D+E =2
F . Zona con pérdida de resisten B+C+O+E > 1.8
cla a pie del talud (prof. > 1O
m hacia el interior del talud) A+C+D+E+F >1
e = o 11m2; ♦ = 102 (**)
B+C+D+E+F =1

(#) Los Factores de Seguridad corresponden a la media de los tres métodos utilizados
(*) Valores obtenidos a partir de ensayos
(**) Valores obtenidos a partir de la bibliografía

En las Figuras 5.3 y 5.4 se han representado las superficies de rotura más
inestables obtenidas para los casos analizados más significativos. tanto para el modelo de
rotura plana mixta como para el modelo de rotura curva.

Para intentar conseguir un factor de seguridad menor o igual a la unidad se tuvieron


que rebajar considerablemente los parámetros resistentes de las lutitas. Al realizar el
análisis a posteriori, se eligió la zona que siempre había presentado superficies más
inestables para la generación de las superficies circulares (se analizaron 100 en cada
análisis de las que se seleccionaron las 1o menos estables), y se fueron variando los
parámetros resistentes de los materiales involucrados hasta conseguir un Factor de
Seguridad igual o menor a la unidad; para conseguir este factor, se debieron rebajar
considerablemente los parámetros resistentes iniciales, bien dando a toda la zona del pie
del talud una resistencia prácticamente nula (caso F: C = O tfm2 y ~ = 102), y
-5 6-

manteniendo C y ~ de las lutitas para el resto del talud, o bien variando los parámetros
de todas las lutitas (asignándoles C = 5 1fm2 y ~ = 122) y manteniendo los valores
iniciales para la galería.

En las Figuras 5.5 y 5.6 se han representado las superficies de rotura más
inestables obtenidas para estas dos hipótesis analizadas. Se presenta, para cada caso, la
zona que engloba las superficies más inestables, así como las diez peores superficies de
entre éstas, con los diez factores de seguridad más bajos; se buscó que la más inestable de
todas ellas tuviera un F. S.= 1.0 o menor.

Como se observa en la Figura 5.4b (correspondiente a análisis con parámetros


convencionales), la superficie con menor factor de seguridad discurre a lo largo de la falla en
su parte superior, aunque ésta no atraviesa la galería minera antigua, aflorando a pie de talud
por encima de eUa. Este hecho implica la poca relevancia de esta galería en la situación del
plano de rotura (siempre según el análisis realizado).

En las Figuras 5.5b y 5.6b, que muestran tos resultados del análisis a posteriori
(para los casos en que se han rebajado los parámetros de la zona de pie o de todas las lutitas.
respectivamente), se puede observar que en ambos casos la superficie de rotura más
inestable no se ajusta a la falla, en su parte superior, ni atraviesa la galería minera
en la zona de pie. Los factores de seguridad obtenidos para estas dos superficies son
de 1.061 y 0.907 respectivamente. No obstante, dentro de las diez superficies con factores
de seguridad menores, hay. para los dos casos, una de ellas que sí se ajusta al
trazado de la falla (como realmente ocurrió), que presentan valores de 1.111 y
0.951, respectivamente.

El hecho de que las superficies con menores factores de seguridad no se ajusten


en sus extremos al plano deducido en el campo por las observaciones y medidas
realizadas, tiene su explicación en los bajos parámetros asignados a la lutitas para
realizar los análisis a posteriori: frente a la poca resistencia que presentan éstas, otros
aspectos estructurales presentes, o la presencia de otras anisotropías, no condicionan
totalmente la situación del plano más inestable, aunque si se hace patente su influencia en
el dibujo de las superficies.

Así pues, puede ser deducido en general que, para conseguir la rotura en el
talud, se necesitan parámetros resistentes inusualmente bajos, no característicos en
ningún caso del tipo ni del estado de los materiales estudiados, y más bien típicos de
valores residuales. Se podría concluir que, para estos análisis realizados, la inestabilidad
.5 7 ·

solo se presenta cuando el material "está ya roto", sin poderse conseguir factores de
seguridad iguales o menores que la unidad para valores más "reales" del material (de
acuerdo con los datos de los ensayos de laboratorio), y sin poderse modelizar el paso
de estabilidad a inestabilidad; además, cuando se consigue la rotura los planos más inestables
no se ajustan del todo a lo observado.

o ROTURA PLANA MIXTA. PARAMETROS CONVENCIONALES


~ FACTOR DE SEGURIDAD MINIMO: 2.179
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X - AXIS (m)

Figura 5.3.- Geometría de la rotura mixta. a favor de dos planos. más inestable de todas las
analizadas considerando parámetros resistentes obtenidos de ensayos convencionales.
-5 8 -

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o ROTURA CIRCULAR. ENSAYOS CONVENCIONALES
A U') FACTOR DE SEGURIDAD MINIMO: 1.969
o

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o ROTURA CIRCULAR. ENSAYOS CONVENCIONALES
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X - AXIS (m)

Figura 5.4.- Zona con las 100 superficies más inestables circulares (arriba) y las 10
superficies con menor Factor de Seguridad de todas ellas (abajo) para los análisis realizados
con parámetros de ensayos convencionales.
-5 9 •

o
~ PERDIDA DE RESISTENCIA EN PIE DEL TALUD
A In
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ROTURA CIRCULAR. F.S. MINIMO: 1.061

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o PERDIDA DE RESISTENCIA EN PIE DEL TALUD
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o 21.00 42.00 63.00 84.00 105.00 126.00 147 .00 168.00
X - AXIS (m)

Figura 5.5.- Zona con las 100 superficies de rotura generadas (arriba), de las cuales la más
inestable presenta un Factor de Seguridad en torno a la unidad (abajo), resultantes del
análisis a posteriori de la rotura rebajando los parámetros de la zona de píe del talud.
-6 O -

o ROTURA CIRCULAR. ANALISIS A POSTERIOR!


o
U) FACTOR DE SEGURIDAD MINIMO: 0.907
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X - AXIS (m)

Figura 5.6.- Zona con las 100 superficies de rotura generadas (arriba), de las cuales la más
inestable presenta un Factor de Seguridad en torno a la unidad (abajo), resultantes del
análisis a posteriori de la rotura rebajando los parámetros de todas las lutítas.
-6 1 -

5 . 5 .- CONCLUSIONES

Como conclusiones principales de estos análisis resultaron (detalladas en FERRER,


1984):

Se descartó que la rotura y pérdida de resistencia del talud N se debiera a un


proceso de pandeo local en la zona de pie, mediante la realización de los análisis
adecuados a este tipo de inestabilidades (CAVERS, 1981; TIMOSHENKO, 1975)

- Del análisis de la rotura mixta a favor de dos planos (RAMIREZ OYANGUREN


Y OTROS, 1984) mediante métodos de equilibrio limite se dedujo la imposibilidad
de este modelo debido a que el talud resultaba siempre con mayores factores
de seguridad que para roturas curvas. considerando los mismos parámetros
resistentes

- Del análisis de la rotura rotacional mediante los métodos de Bishop , Jambu


y Spencer, se dedujo la estabilidad del modelo (los Factores de Seguridad en
todos los casos fueron mayores que 1.8) para los parámetros
utilizados
inicialmente (obtenidos de ensayos convencionales); al considerar C=10 Vm2 y
4>-302 para las lutitas. C=5 t1m2 y ♦ =20 2 para la falla, y e.o tJm2 y
4>-30 2 para la galería minera, se obtenían valores medios para toda la
superficie de rotura de e = 17 t/m2 y e¡, = 2211

• Para conseguir factores de seguridad iguales o cercanos a la unidad, se


tuvieron que imponer parámetros resistentes sumamente bajos en toda la zona
del pie del talud (tomando una profundidad mínima de 15 m hacia el interior
del talud, con valores de C = o tJm2 y «1> = 102), o bien se tuvieron que rebajar
los parámetros resistentes a lo largo de toda la superficie de rotura hasta
valores de C = 5 tfm2 y CI>= 129

- La consideración de la presión de agua reduce el Factor de Seguridad entre un 15% y


un 30% según qué parámetros se tomen para la roca intacta, aunque en
cualquier caso se obtienen F.S. > 1.8

- La influencia de la galería minera detectada por los sondeos, si esta influencia


se considera limitada a las dimensiones del hueco, parece ser nula en cuanto a
condicionar la situación de las superficies de rotura más inestables. así como en
-6 2 -

cuanto a factor desencadenante de la inestabilidad (de hecho, las superficies de


rotura menos estables generadas no están condicionadas por la presencia de la
galería, Figuras 5.5b y 5.6b).

En definitiva, la rotura del talud, según el modelo circular elegido y el método de


análisis utilizado, solo se puede explicar si se considera la pérdida casi total de
resistencia en la zona de pie, o si se consideran parámetros muy bajos, más propios
de valores residuales (SKEMPTON, 1985; IGME, 1986; IGME, 1987), para las lutitas a
lo largo de toda la superficie de rotura. Puesto que estos valores están muy por debajo de
los medidos para la matriz rocosa, es de suponer (interpretando los resultados obtenidos),
que sea la pérdida de resistencia en la zona de pie del talud la que haya dado lugar a la
inestabilidad general. Esta pérdida de resistencia podría ser achacada a la presencia de la
galería (por la decompresión y rotura de materiales a su alrededor a que habría dado lugar),
pero el método utilizado no permite conocer el proceso de rotura ni el momento del
inicio de la misma.

El modelo y método elegido, y a la vista de los parámetros resultantes del análisis a


posteriori, explica la inestabilidad y rotura del talud una vez que la zona de pie ya ha fallado,
pero es imposible conseguir la modelización de la rotura sin suponer ya rota esta zona. Así
pues, el proceso de deformación y rotura observado en el talud no puede ser explicado a
partir de los parámetros resistentes provenientes de los ensayos de laboratorio utilizados ni
aún considerando anisotropías con valores típicos de rocas blandas. El método no es capaz de
modelizar el proceso de deformación y rotura, manifestándose la inestabilidact únicamente
para parámetros correspondientes al material ya roto.
-6 3 •

Capítulo 6

CONSIDERACIONES SOBRE ALGUNOS ASPECTOS RELACIONADOS


CON EL COMPORTAMIENTO Y ESTUDIO DE ROCAS BLANDAS

6. 1 . - INTRODUCCION

En los capítulos previos se ha expuesto el comportamiento del macizo rocoso


estudiado en Penarroya y los resultados de los análisis de estabilidad del talud llevados a cabo
con métodos de equilibrio límite y con parámetros resistentes obtenidos mediante ensayos
convencionales.

Como conclusión general se ha deducido la no explicación ni justificación del


comportamiento observado en el talud mediante el modelo y métodos de análisis utilizados, asl
como la no representativiclad de los parámetros resistentes obtenidos de ensayos de
laboratorio para las lutitas y los sumamente bajos parámetros resistentes obtenidos del
análisis a posteriori.

Algunos aspectos, que se comentarán en este capítulo, no han sido tenidos en


cuenta en el estudio e interpretación de la inestabilidad del talud y del comportamiento del
material debido, en parte, a su no consideración por los propios métodos de equilibrio limite
utilizados, los cuales, entre sus desventajas principales, cuentan con la excesiva
simplificación de los problemas reales que se pretenden analizar, sobre todo, y como ha
quedado de manifiesto, para el tipo de rocas aquí estudiadas.

La consideración de los aspectos relacionados tanto con la evolución de las propias


relaciones esfuerzo-deformación del material como con los factores externos que las pueden
afectar y modificar, (así como con el registro de los mismos en el laboratorio), y que en
determinados tipos de materiales y anáHsis pueden no ser fundamentales a la hora de estudiar
y modelizar su comportamiento (por ejemplo, en materiales rocosos duros y muy resistentes
a los que se puede asociar un comportamiento elástico hasta la rotura, que ocurre de forma
violenta con la pérdida total de resistencia), se ha revelado como imprescindible para las
rocas blandas investigadas aquí • puesto que estos aspectos son los que condicionarán y
definirán las pautas del comportamiento del material. Asimismo, se justifica también el
estudio de estos factores como la búsqueda de las causas que han podido influir en los
-6 4 ·

resultados no representativos obtenidos hasta ahora. tanto respecto a la caracterización del


material como respecto al análisis de su comportamiento.

Estos aspectos son los referidos a:

• las relaciones entre el estado de deformaciones del material y el estado tensional


- el papel de la energia de la deformación durante el proceso de rotura del material
- la historia sufrida por el macizo rocoso (incluyendo el parámetro tiempo)
- la influencia de la deformación sufrida, como consecuencia de la variación de los
esfuerzos desde la apertura de la excavación, sobre la resistencia de la roca.

Estos factores, complejos de estudiar por la gran diversidad y variación que de todos
ellos presentan los materiales rocosos, asi como por la dificultad de su cuantificación y
estudio, deben ser considerados hasta donde sea posible en casos como el aqui estudiado;
deberán aportar las pautas para el entendimiento y la explicación de los comportamientos
observados.

Las relaciones tensión-deformación son fundamentales para los análisis de


estabilidad de rocas blandas. Estas relaciones son pocas veces consideradas en la práctica de la
Mecánica de Rocas, tendiéndose a una excesiva simplificación en las modelizaciones y análisis
de los comportamientos de los macizos rocosos que, aunque en determinados casos
puede resultar representativa de la realidad, en otros no solamente no es representativa,
sino que conduce a una errónea interpretación y caracterización de los materiales y
de su comportamiento.

6. 2. - LEY DE COMPORTAMIENTO DEL MATERIAL. CRITERIO DE ROTURA

Toda modelización y análisis del comportamiento de un material requiere el concurso


de una ley de comportamiento que, al relacionar entre si los esfuerzos aplicados, pueda
indicar el estado de deformaciones que sufre el material:

Estas relaciones. también denominadas leyes de fluencia, criterios de fluencia e


incluso criterios de rotura, establecen el estado tensional en que el material abandona el
dominio elástico para alcanzar las deformaciones plásticas no recuperables; es decir, si se
cumple la relación establecida en la ley, el material se vuelve ductil.
-6 5 -

Una condicion fundamental es requerida para el establecimiento de un criterio de


fluencia: este debe ser independiente de los ejes elegidos, y se podrá expresar en
términos de esfuerzos principales, f (cr 1 ,cr2,a 3 ) = O, o en términos de invariantes
de esfuerzos o invariantes ele esfuerzos desviadores.

Es de resenar que la resistencia de pico y el esfuerzo correspondiente al limite de


elasticidad (esfuerzo de fluencia) generalmente no coinciden para los materiales rocosos.

Una de las mayores dificultades encontradas al aplicar los criterios de fluencia a


materiales rocosos estriba en la determinación experimental del inicio de la fluencia. Este
aspecto es discutido por ELLIOT Y BROWN (1985).

El primer criterio para la determinación de la resistencia al esfuerzo cortante ele un


suelo, fué establecido por Coulomb en 1773, y es usado tanto como criterio de resistencia de
pico o como criterio de fluencia. Su expresión viene dada por:

Para el estudio de los materiales rocosos se han venido aplicando, en ocasiones, una
serie de criterios de fluencia establecidos para su uso en otro tipo de materiales. Entre los
criterios más simples se encuentran el de Tresca (desarrollado para su uso en flujo plástico
de matales y no utilizado generalmente en Mecánica de Rocas) y el de Von Mises (expresado en
términos de invariantes de esfuerzos). Detalles sobre estos criterios y su utilización pueden
ser encontrados en BROWN (1986); BRADY Y BROWN (1985) Y JIMENEZ SALAS (1975).

En general, los criterios de Tresca y Von-Mises no son adecuados para su uso en


Mecánica de Rocas porque no permiten considerar la dependencia observada entre esfuerzos
ele fluencia y resistencias de pico de los materiales rocosos.

De los criterios que consideran los invariantes ele esfuerzos, el más simple y
ampliamente utilizado (BROWN, 1986) es el propuesto por DRUCKER-PRAGER (1952), que
tiene la expresión:

ooncte:

f(,a} • tensor de fluencia


11 = primer invariante de esfuerzos
J 2 = invariante del esfuerzo desviador S2
a y b = constantes para el material dependientes de la cohesión y la fricción.
-6 6 ·

Así, cuando la relación anterior en menor que O nos encontramos en el dominio


elástico, si es igual a O en la superficie de fluencia del material y para valores superiores a
cero el dominio es imposible. De otro modo:

Este criterio es una generalización matemática en esfuerzos tridimensionales de la


hipótesis de Morh-Coulomb. En la bibliografía es referido en ocasiones como criterio
extendido de Von Mises.

Las diferencias entre los distintos criterios de fluencia, o leyes de comportamiento,


pueden ser observadas de una forma grafica en los dibujos de la forma de sus respectivas
superficies de fluencia sobre los ejes <JHJ2-<J3. La Figura 6.1 representa la forma
de la superficie de fluencia que da la ley de Drucker-Prager para 3 y 2 dimensiones
(en este último caso, se representa la Intersección de la superficie de fluencia con el plano
Cít•Cf2•Cí3 • 0).

Para los materiales puramente plásticos la superficie de fluencia coincide con la


superficie de rotura. mientras que para otro tipo de materiales esto no ocurre así.

En el Anexo V se discuten más detalladamente aspectos relacionados con esta ley de


comportamiento, considerada como la más apropiada para su utilización en el análisis de
estabilidad de materiales dúctiles, y con las leyes de fluencia en general.

Figura 6.1.- Representacón de la superficie de fluencia correspondiente a la ley de


comportamiento de Orucker-Prager.
-6 7 -

Aparte de la elección adecuada de la ley de fluencia representativa del material,


para el estudio e interpretación del comportamiento del mismo, conviene establecer un
criterio de rotura que estime cuando se alcanza ésta a lo largo del proceso de deformación.
La definición de este criterio dependerá del tipo de roca, y por tanto de la propia ley de
comportamiento utilizada, así como de la aplicación que se le vaya a dar y del estudio y
análisis del material que se pretenda realizar. En ocasiones, el momento de la rotura se
hace coincidir con la máxima resistencia soportada por la roca; frecuentemente se dice que
la rotura ocurre o se inicia al alcanzarse la resistencia de pico del material (JAEGER Y
COOK, 1979); HOEK Y BROWN (1980) adoptan el máximo esfuerzo soportado por la
probeta como definición del esfuerzo de rotura.

6. 3. • ENERGIA DE DEFORMACION

La energía almacenada por una probeta al serle aplicada una fuerza recibe el nombre
de energía de deformación. En el caso uniaxial, esta energía por volumen unitario, W, es
representada por el área bajo la curva c:H:, y se expresa:

e
W(e) = Jcr( e) de
o

siendo función del esfuerzo aplicado, por un lado, y de las características deformacionales del
material rocoso por otro. Para materiales elásticos la energía de deformación se puede
calcular:
W = (1/2E) (G 1) 2

siendo E el módulo de deformación y cr 1 el esfuerzo uniaxial.

Esta energía de deformación (energia potencial que va acumulando el material) se


libera en la rotura de la probeta, de forma repentina y violenta en materiales frágiles y
duros, o a lo largo del proceso de deformación de una forma más o menos paulatina para
materiales dúctiles y blandos. Así, cuanto más dura es la roca mayor cantidad de energía se
liberará. Para rocas blandas con un comportamiento ductil la cantidad de energía almacenada,
en general, es menor, y su liberación se lleva a cabo de una forma escalonada. Este aspecto
será de suma importancia en el estudio e interpretación de ensayos de laboratorio.

El análisis de los cambios energéticos del sistema resulta un método muy efectivo
para la determinación de los esfuerzos y deformaciones generados bajo la acción de una serie
-6 8 •

de cargas (BRADY Y BROWN, 1985; BECKER Y OTROS, 1987; MEANS, 1979). De hecho, la
cantidad de energía que un material puede absorber o liberar es un criterio frecuentemente
utilizado en diseno mecánico.

Si al comprimir una probeta axialmente la aplicación de la carga se va haciendo de


una forma gradual, la respuesta será una compresión axial Uz, que va variando linealmente al
incrementar la carga (Figura 6.2a). Durante el proceso, la conservación de la energía
requiere que el trabajo realizado por la carga aplicada sea igual al incremento de energía de
deformación en la probeta. W:

Trabajo = Pz duz = 1/2 Pz Uz =6 W

Tras la aplicación de la carga, las tensiones inducidas <Jz y la compresión axial Uz


se relacionan:
Gz = Pz/A ó Pz = <Jz y Uz = ez L = (CJz/ E) L

siendo A y L el área y la longitud de la probeta.

_L Pz

I .-------. J Tu
Uz

Uz Uz
t
Uz111cu
a) b)

Figura 6.2.· Modelos de diagramas carga axial-desplazamiento para aplicación gradual (a) y
aplicación rápida de la carga (b) (BRADY Y BROWN, 1985).

En el caso de aplicación repentina de la carga sobre la probeta, la deformacion que se


produce es la correspondiente al estado de máxima compresión axial (Figura 6.2b), que viene
dada por:
Uz max = Ez L = (CJz max / E) L
deoonde:

(Uz max / 2E) Al • Pz Uz max ó <J2 max • 2Pz / A • 2<J2

donde Gz es el valor de pico del esfuerzo axial, y el incremento de energia de deformación,


W 1, se ve aumentado por un exceso correpondiente a la energía cinética generada por la
-6 9 •

rápida aplicación de la carga (al aplicar la carga gradualmente el exceso de energia acumulado
por la probeta se va liberando paulatinamente; BRADY Y BROWN, 1985).

La energía cinética que se aplica a la probeta si esta es cargada repentinamente


representa un exceso de energía que, en el caso de aplicación paulatina, se va liberando a lo
largo del proceso de carga. Este exceso de energía para carga rápida representa el trabajo que
la probeta debe hacer contra la fuerza aplicada, y es retenida por la probeta.

La aplicación controlada de las cargas sobre las probetas implica una reducción
gradual de las mismas según la superficie de aplicación se va desplazando hacia su posición de
equilibrio final.

Cuando se realizan ensayos sobre rocas blandas sin la utilización de prensas rígidas
adecuadas, la curva esfuerzo-deformación obtenida no representa adecuadamente la energía de
deformación que la probeta es capaz de almacenar, así como no refleja la liberación paulatina
de la misma por el hecho de que la rotura ocurre violentamente; por el contrario, con la
utilización de prensas rígidas, la probeta no sufre este exceso de energia de deforamción, y
tras alcanzar la resistencia de pico, la carga va decreciendo al aumentar las deformaciones;
asi, al irse liberando poco a poco la energía almacenada por la probeta, se obteniene el
registro del comportamiento completo post-pico. Esto es importante porque da idea más
representativa de la resistencia que el· material, una vez roto, es capaz de ofrecer a los
esfuerzos aplicados.

Al alcanzarse la resistencia de pico en un ensayo, si la probeta es comprimida una


pequena cantidad As, esta absorve una cantidad de energía que viene dada por el área
ABEO (Figura 6.3).

Si la máquina de ensayo utilizada es blanda, solo es capaz de descargar hasta F tras


alcanzarse la resistencia máxima, liberando la energía de deformación almacenada ll.Wm. Al
ser la energía liberada por la máquina mayor que la que puede ser absorvida por la probeta
(ll.Wm > AWs; Figura 6.3a) tiene lugar la rotura violenta justo despues de alcanzar la
resistencia de pico.

Si la máquina de ensayos es rígida, se puede registrar el comportamiento post-pico


de la probeta; en este caso, ll.Wm < ll. Ws (Figura 6.3b), debiéndo ser aplicada la energía
necesaria para seguir deformando la probeta a lo largo de ABC. La rotura de la probeta
ocurre de una forma controlada.
-7 O·

l:Ms =ABED AWs = ABED


o) b)
AWm = AWs + AFB AWm = AWs - ABG
p p
A A
PA PA
Pr
Pe Pe
Po

Figura 6.3.- Modelos de la rama de descarga post-pico obtenidos con la utilización de


máquinas de ensayo convencionales (o blandas, a) y rígidas (b) con respecto a la probeta
(BRADY Y BROWN, 1985).

El registro de la evolución completa de las relaciones esfuerzo-deformación una vez


sobrepasada la resistencia de pico, es muy importante por el hecho de que en un análisis de
estabilidad el material puede aparecer como "estable", y capaz de soportar mayores esfuerzos
de los que en realidad puede. Para ello, la rigidez de la máquina debe ser mayor que la de la
probeta (no debe cumplir ninguna relación determinada; basta con que sea un poco superior).

Cuanto mayor sea la rigidez de la máquina, menor será la energía de deformación


elástica o recuperable por ella almacenada durante el proceso de carga, por lo que, a la hora
de la rotura, la probeta podrá absorber la liberación de esta energía y proseguir su proceso
de deformación.

En el caso de que la rigidez de la probeta sea mayor que la de la máquina, también hay
que tener en cuenta el trabajo adicional que la máquina de ensayo ha de hacer para superar el
exceso de energía de deformación almacenada en la roca y que también se refleja en la forma
de las curvas esfuerzo-deformación. En la Figura 6.4 se muestra un esquema que representa,
de forma general, este trabajo, y que supone que las curvas que se obtienen de los ensayos no
representen adecuadamente las relaciones esfuerzo-deformación del material, aportando
valores resistentes máximos superiores a los reales.
-71 •

RESULTADO TIPICO DE ENSAYO


EN MAQUINAS BLANDAS
TRABAJO REQUERIDO POR LA
MAQUINA DE ENSAYO PARA
Fuerza SUPERAR LA ENERGIA DE
DEFORMACION ACUMULADA EN
LA PROBETA A PARTIR DE E:
TRABAJO 1
NECESARIO
PARA ROMPER
LA PROBETA

t.1
Desphzemiento

Figura 6.4.- Representación esquemática del trabajo adicional requerido por la máquina de
ensayo blanda para superar la energía de deformación acumulada en la probeta.

¡
Si la carga que sufre el material es P, esta puede ser soportada en dos momentos:
antes y despues de haberse producido el pico de la curva a-E (Figura 6.5); la carga
soportada por el material en esos dos puntos es la misma, pero mientras que uno la
deformación asociada es recuperable, en el otro ya se ha sobrepasado el límite de elasticidad y
se han presentado deformaciones irrecuperables.

Figura 6.5.- La misma carga puede ser soportada rnomentaneamete por una probeta en dos
etapas muy diferentes de su comportamiento esfuerzo-deformación.
-7 2 -

6 . 4 . • HISTORIA DEL MACIZO ROCOSO E INFLUENCIA DE LAS


MODIFICACIONES SUFRIDAS EN SU GEOMETRIA

En el estado actual de un macizo rocoso han influido todos los procesos naturales
(procesos geológicos) y artificiales (modificaciones en su geometría por excavaciónes sobre
él o cercanas, etc) por los que se ha visto afectado. Todas estas actuaciones han venido
variando las condiciones y propiedades iniciales tanto de la matriz rocosa como del propio
macizo.

En terrenos con estructura geológica compleja (afectados por plegamientos,


fracturas, etc), en general se presentan considerables y complejos esfuerzos tectónicos
residuales que no pueden ser tenidos en cuenta en los ensayos de laboratorio. Asimismo, en las
cercanías de grandes fracturas o chamelas de pliegues, se da una complicada redistribución
de estos esfuerzos que hace más dificil aún su consideración. Incluso las medidas in sltu de
estas tensiones residuales, la mayoría de las veces, son aplicables únicamente a nivel muy
local.

Por todo ello no es común la consideración de estos esfuerzos en los análisis del
comportamiento de los macizos rocosos, lo que, en zonas donde estos son importantes, implica
una simplificación errónea del estudio.

Cualquier tipo de actuación sobre el t;rreno que cambie considerablemente su


geometría Inicial (por ejemplo una excavación en una topografía plana), da lugar a una
redistribución, variación y liberación de parte de estas tensiones, a parte de la variación de
los propios esfuerzos litostáticos naturales que actúan sobre el material.

Mientras que las rocas duras y competentes son capaces de liberar estas tensiones de
una forma más rápida y sin sufrir deformaciones importantes, a nivel de matriz rocosa, en
este proceso, en los macizos formados por rocas blandas, con comportamientos más dúctiles,
esta liberación se produce de una forma mucho más lenta y paulatina, y con aparición de
procesos de deformación importantes en el material mientras se va alcanzando su nivel de
equilibrio. En cualquier caso, la actuación de estos fenómenos da lugar a la reducción de los
parámetrops resistentes de los macizos rocosos afectados.

Asf, la Figura 6.6 podría ilustrar esquemáticamente las posibles relaciones fuerza-
desplazamiento sufridas a lo largo de estos procesos. A, B y C representan etapas con
diferentes estados tenso-deformacionales a lo largo de la vida del macizo rocoso.
-7 3 -

Estado
original
"in situ"
C>esp lazamiento

Figura 6.6.- Curva representativa del estado esfuerzo-deformación de un macizo rocoso en


función de la historia sufrida y la largo del tiempo.

Si se considera la curva imaginaria de la Figura 6.7a como representativa de la


evolución del material desde su estado inicial. en el punto representado por a' el material
estaría afectado solamente por deformaciones elásticas recuperables; para el punto <J" se
abandonarían estas deformaciones para pasar a ser no recuperables y, finalmente, para el
punto a"' el material habría entrado en el estado plástico (o se habría alcanzado la rotura). ;,
1
Asi, en función del estado en que se encontrara el material, en un momento determinado
podrían obtenerse comportamientos en función del tiempo de los representados en la Figura
6.7b. Es decir, mientras que para el caso representado por a' las deformaciones serán
siempre recuperables y, de no tener lugar cargas adicionales, el material no sobrepasaría
su limite de elasticidad, para los casos a" y a'" las deformaciones serían irreversibles,
evolucionando el material hacia su rotura en función del tiempo.

a e a"'

CJ"

---------a•
tiempo
a) b)

Figura 6.7.- Curva representativa de la evolución esfuerzo-deformación del macizo rocoso, a


partir de su estado inicial (a), y comportamiento deformacional esperable en función del
tiempo a partir de un estado a-e determinado (b).
-7 4 -

Cuando se realizan los ensayos de laboratorio sobre probetas, a parte de todos los
Inconvenientes referentes a escalas y simulación de condiciones reales en que se encuentra el
material, debe ser considerado el estado de evolución del macizo con respecto a su historia
tenso-deformacional sufrida.

En función de si éste se encuentra "intacto" (si no han variado considerablemente sus


condicines iniciales), o, si por el contrario, han tenido lugar sobre él procesos que lo han
afectado, deberá ser llevada a cabo la interpretación de los ensayos y el análisis de su
comportamiento. Solo así podrán ser llevadas a cabo correctamente las labores de
caracterización y estudio de los macizos rocosos. Para el primer caso, posiblemente se
obtengan resultados positivos con respecto a la estabilidad del macizo; si éste ya ha sufrido
variaciones en su estado inicial, los resultados pueden indicar inestabilidad o seguir
resultando estables para los análisis que se realicen. Aún siendo el mismo material, los datos
obtenidos en ambos casos pueden diferir mucho entre sí.

Si el material ha sufrido disminución en su resistencia inicial (pudiendo incluso


haberse sobrepasado el límite de elasticidad en algunas zonas del macizo), tas muestras
ensayadas pueden no representar a estas zonas, obteniéndose valores erróneos tanto para los
parámetros resistentes como para el estado de estabilidad.

Teniendo en cuenta los aspectos comentados anteriormente, relativos al papel de la


energía de deformación y a la utilización de máquinas de ensayos rígidas en la realización de
los ensayos, puede concluirse que los bajos resultados de resistencia a compresión uniaxial
que presentan las rocas blandas al ser ensayadas en máquinas rígidas, frente a los más
elevados valores obtenidos con prensas convencionales, pueden ser explicados en base a estos
conceptos.

Con la consideración de la historia tenso-deforamcional sufrida por el macizo rocoso


pueden ser correctamente interpretados los resultados de ensayos y de los análisis de
estabilidad, máxime cuando estos análisis, en la mayoría de las ocasiones, se realizan para un
•momento" tenso-deformacional determinado que debe ser situado en su lugar correcto de
evolución general del macizo o del talud.
-7 5 •

Capítulo 7

REALIZACION DE ENSAYOS DE LABORATORIO CON PRENSA


RIGIDA SERVO-CONTROLADA

7. 1 . - INTRODUCCION Y OBJETIVOS

El desarrollo de las prensas de ensayo rígidas ha permitido el registro del


comportamiento de los materiales una vez sobrepasado et punto de máxima resistencia;
así, puede ser estudiada la porción post-pico de ta curva esfuerzo-deformación asociada a
procesos de rotura progresiva y a comportamientos plásticos (PATERSON, 1978).

El hecho de que una probeta pueda sufrir una rotura violenta o progresiva depende,
en gran parte, de la relación entre la rigidez de la máquina de ensayo y la rigidez de la
probeta a ensayar (WAWERSIK Y FAIRHURST, 1970; WAWERSIK, 1973). La rotura de la
roca puede ser controlada si durante el ensayo el desplazamiento es considerado como la
variable independiente, y si puede ser establecido un desplazamiento constante en una
prensa rigida con un sistema de control realimentado (HUDSON, CROUCH Y FAIRHURST,
1972).

Con el fin de poder registrar esta porción de la curva esfuerzo-deformación y para


obtener los parámetros de deformación caracteristicos de la roca (módulo de Young y
coeficiente de Poisson), se llevaron a cabo 18 ensayos de compresión uniaxial sobre
probetas de lutitas obtenidas de testigos de sondeos en la zona de estudio.

En el Anexo II se recoge con detalle todo el proceso de realización de estos ensayos


(descripción de la prensa, calibración de la misma, preparación de las probetas, etc).

Los objetivos de estos ensayos eran:

- obtener los parámetros característicos del material, E y v

- analizar e interpretar las curvas tensión-deformación completas obtenidas de


los ensayos

- estudiar las mejoras y ventajas del uso de prensas rigidas servo-controladas en


la realización de ensayos de compresión uniaxial

- comparar con los resultados obtenidos de ensayos convencionales

- introducir los datos obtenidos en análisis de estabilidad.


-7 6 -

Los bajos parámetros resistentes de las lutitas objeto de este estudio, sus
características y su componamiento con respecto a la rotura, hacían muy conveniente la
realización de este tipo de ensayos, con prensa rígida servo-controlada, con vistas al
estudio del proceso de deformación y rotura del material.

Los datos obtenidos de los ensayos fueron procesados automáticamente para obtener
los parámetros E y v.

7. 2 . - DEFINICtON DE ROTURA

Para llevar a cabo la interpretación y aplicación de los resultados de los ensayos,


debe ser considerada una definición adecuada de rotura y de punto de rotura para su
identificación en las curvas obtenidas.

No se habla aqul de "fractura", formación de planos de separación en el material


rocoso que lleva consigo la ruptura de los enlaces entre panículas, con formación de
superficies nuevas, y la pérdida total de la resistencia cohesiva en estas superficies. Es
más, el principio de la fractura no va necesariamente asociado a la rotura o a la
resistencia de pico (BROWN, 1986).

Esta definición dependerá de la aplicación que se vaya a dar a los resultados y del
estudio y análisis que se pretenda realizar. Frecuentemente se dice que la rotura ocurre o
se inicia al alcanzarse la resistencia de pico del material (JAEGER Y COOK, 1979); HOEK
Y BROWN (1980) adoptan el máximo esfuerzo soponado por la probeta como definición
del esfuerzo de rotura.

En este trabajo se ha elegido un criterio alternativo, considerando el "punto de


rotura" como aquel en el que la probeta no puede soportar adecuadamente los esfuerzos
aplicados sin sufrir una deformación permanente no recuperable (BROWN, 1986); es
decir, se considera como "punto de rotura" al limite de elasticidad del material (Figura
7.1 ). La elección de este. criterio se considera como el más adecuado en función del
conocimiento de las características y del comportamiento del material (a partir de su
observación en el campo), así como de las caracterlsticas de los métodos de análisis de
estabilidad a utilizar y las leyes de comportamiento del material que estos incorporan. Más
detalles sobre este aspecto, sobre la interpretación de las diferentes definiciones de rotura
y de las curvas tensión-deformación de acuerdo con el criterio de rotura elegido se
comentaron en el Capítulo 6.
-7 7 •

Esfuerzo
axial

Loe,vi8ción de lo
1i nealidad

Deformación axi81

Figura 7.1.- La definición de rotura puede estar asociada a la máxima resistencia o al


límite de elsaticidad del material (BRADY Y BROWN, 1985).

7. 3 • - REALIZACION DE LOS ENSAYOS

Fueron realizados 18 ensayos de laboratorio en las lutitas, tras la realización de


varias decenas de ellos en otros diversos tipos de materiales para el estudio , análisis e
interpretación de las curvas y para el correcto aprendizaje del manejo y funcionamiento
de la prensa. Mayor número de ensayos en las lutitas no pudo ser realizado debido a las
dificultades surgidas en la preparación de las probetas. Las condiciones de los ensayos y las
características de las probetas ensayadas quedan recogidas en el Anexo 11.

En la elección de las muestras para la realización de las probetas a ensayar,


procedentes de sondeos en la zona realizados por ENCASUR, se tornaron en cuenta dos
condiciones: que estas correspondiesen a los estratos de muro de la capa de carbón (a los
que afectó la rotura estudiada), y que estuviesen situados a unas profundidades semejantes
a las de los estratos que sufrieron la rotura. Asimismo, se intentó reflejar en las
muestras elegidas los diferentes cambios litológicos y estructurales de detalle observados
en los materiales del talud. Se pretendía, con ello, un estudio más concreto y una buena
representatividad de los resultados.

En la Tabla 7.1 se muestran algunos datos de las probetas ensayadas. Para mayor
comodidad se han numerado los ensayos de 1 a 19 (una probeta fué ensayada dos veces por
no romper en el primer intento).
-7 8 •

Tabla 7. 1

Angulo Peso Peso Dens. Dens. Hum~


Ensayo Carga- L D seoo humedo seca natur. d:d
N2 Estrat. (mm) (mm) (gr) (gr) (g/cc) (g/cc) (%)

(1)
175/T-1 41.0 2 92.5 46.6 435.5 442.0 2.760 2.802 1.49
( 2 )
175/T-5 38.2 2 92.2 46.5 360.S 385.5 2.302 2.462 5.40

(3)
172/M-Sa 67.7 2 129.0 63.4 1065.0 2.615

(4 )
70/3 45.0 2 125.6 62.8 972.0 1005.0 2.498 2.583 3.40
( 5)
175/T-4 50.8 2 93.8 46.1 368.5 388.5 2.354 2.481 5.43

( 6)
172/M- 7 90.0 2 126.3 63.2 963.0 986.0 2.398 2.455 2.39

( 7)
175/T-2 70.5 2 93.3 46.2 398.5 404.5 2.547 2.586 1.51

( 8)
172/M-10 62.0 9 126.8 63.5 969.5 1019.0 2.414 2.537 5.11
( 9)
1 75/M-1 70.0 2 127.4 63.5 1033.3 1055.5 2.561 2.616 2.13

( 1 O)
70/1 67.0 2 127.2 62.9 989.0 1004.5 2.502 2.541 1.57

(11)
70/2 78.0 9 126.7 63.3 1030.0 1048.0 2.583 2.628 1.75
( 1 2)
175/T-3 90.0 9 126.5 63.3 1001.0 1014.2 2.514 2.548 1.32

( 1 3)
172/M-8b 67.7 2 129.0 63.4 1065.0 1116.5 2.615 2.742 4.84

( 1 4)
172/M-11 90.0 2 120.1 63.4 953.5 972.0 2.515 2.564 1.94

( 1 5)
172/M-6 72.0 2 126.4 63.0 1017.5 1032.0 2.582 2.619 1.43
-7 9 •

Tabla 7. 1 (cont.)

Angulo Peso Peso Oens. Dens. Hum~


Ensayo Carga- L D seoo humedo seca natur. dad
N2 Estrat. (mm) (mm) (gr) (gr) (g/cc) (g/cc) (o/o)

( 1 6)
175/T-6 85.0 2 93.1 46.4 412.5 421.5 2.620 2.677 2.18

( 1 7)
172/T-5 90.0 2 124.3 63.0 940.5 959.0 2.427 2.475 1.97

( 1 8)
70/5 76.5 2 126.5 63.2 987.5 1002.0 2.488 2.525 1.47

( 1 9)
70/7 90.0 2 126.9 63.7 1021.0 1044.5 2.525 2.583 2.30

7. 4. • RESULTADOS E INTERPRETACION DE LOS ENSAYOS

Para el análisis e interpretación de las curvas esfuerzo-deformación obtenidas de


los ensayos, se obtuvieron y estudiaron los siguientes datos y aspectos:

- relaciones entre esfuerzos y deformaciones


- máxima resistencia de pico y pre-pico, resistencia en el límite de elasticidad
(cuando la curva abandona la linealidad) y resistencia residual del material
- módulos de Young y coeficientes de Poisson
- comportamiento de las porciones elástica y plástica de las curvas
• influencia del contenido en humedad de las muestras
- influencia del ángulo formado por la estratificación o discontinuidades presentes en
las probetas y la dirección de aplicación de la carga.

Las curvas esfuerzo-deformación obtenidas en los ensayos se presentan en tas


Figuras 7.2 a 7.20; cada una de ellas presenta las curvas esfuerzo axial-deformación
axial y deformación axial-deformación radial.

Considerando ta forma de la curva carga axial-deformación axial, éstas pueden ser


clasificadas en tres grupos:
-8 O -

- curvas que denotan un comportamiento más bien frágil, con una rotura de
pico marcada (rotura "frágil")
- curvas con una rotura de pico marcada, sin "rotura" pre-pico, y con una
porción post-pico algo desarrollada (comportamiento "frágil-ductil")
- curvas que muestran una "rotura" pre-pico y un importante desarrollo de la
región post-pico (comportamiento "plástico·).

Como se verá seguidamente esta agrupación fué establecida basándose en: a) forma
de las curvas y b) valores de la deformación axial alcanzados por las probetas.

En el primer grupo se incluyen las curvas numeradas de 1 a 4 (Figuras 7.2 a


7.5), que presentan las siguientes características:

corresponden a comportamientos mas bien frágiles, con una resistencia de pico bien
definida (en la Figura 7.3 la porción post-pico no pudo ser registrada, y la probeta de la
Figura 7.4 no llegó a romper), sin rotura pre-pico (excepto para la Figura 7.4) y con el
límite elástico coincidiendo, aparentemente, con la resistencia máxima (en la Figura
7.3), o muy cerca de ésta (en las Figuras 7.2 y 7.5).

las curvas deformación axial-deformación radial muestran una leve compactación del
material al principio del ensayo, antes de que empiece a tener lugar la deformación radial,
seguida de una compactación contínua hasta el momento de la rotura (excepto para la
Figura 7.4)

no se observan efectos de bedding in al comienzo de los ensayos.

En las probetas de las Figuras 7.2 y 7 .5, la rotura ocurrió a través de planos de
estratificación, buzando 41 2 y 45 2 respectivamente, aunque fueron generadas una serie de
superficies de rotura previas en la parte superior de las probetas • En la Foto 4 del Anexo
11 se puede observar el estado del material roto (para la probeta 175/T-1).

La Figura 7 .3 muestra una gran deformación radial previa a la rotura, que puede
corresponder a un comportamiento esfuerzo-deformación diferente de esta probeta o que
puede ser causada por el proceso de slipping que se puede deducir de la forma de la curva
esfuerzo-deformación axial. En la Foto 4 del Anexo 11 (probeta 175/T-5) se puede
observar que la rotura ocurrió a través de una superficie escalonada que cruza la probeta
longitudinalmente, con un ángulo variable de 609 a 752 con respecto a la horizontal.
-81 ·

Los valores de la resistencia de las probetas fueron (<Je = resistencia de pico,


Oy = resistencia en el punto en que la curva se desvía de la linealidad, límite elástico, y
<J r = resistencia residual):

N2 <Je (MPa) <Jy (MPa) <Jr (MPa)

1 (Fig. 7.2) 4.50 3.80 2.75


2 (Fig. 7.3) 2.54 2.50
3 (Fig. 7.4) 6.20 5.00 .. {no llegó a romper)
4 (Fig. 7.5) 4.20 4.00 1.40

El menor valor que presenta la probeta n2 2 en su resistencia puede ser causada


por su más alta humedad, pero puede ser también posible que responda a una composición
mineral diferente (aunque aparentemente es el mismo material).

Las deformaciones axiales medidas fueron (Ec = deformación correspondiente a la


resistencia de pico, By - deformación correspondeinte al limite de elasticidad y e, •
deformación correspondeinte a la resistencia residual):

Ec (mstr) Ey (mstr) Er (mstr)

1 3.8 2.8 8.2


2 • 21.0 20.0
3 . 7.2 6.2
4 . 7.6 6.9 11.0

no habiendo relación aperente entre los valores excepto para las probetas n2s 3 y 4.

Los módulos de Young y tos coeficientes de Poisson fueron:

N2 E (Vm2 ) V

1 . 1.22 x10 5 0.30


2 • 1.37 x104 0.15
3 . 1.36 x10 5 0.16
4 • 6.60 x10 4 0.34
-8 2 -

175/1-1 175/T-5
5

• 4

¡ 'o
l. 3
! 3

1 o

.
o

t
2 l
f
2

<>

o o
o $ 10 15 20 25 o $ 10 15 20 25
0,,1......., (10-3) Oef ........ (10-J)
o o

10

::;, ::;,
1
! 20
! 20
¡ 1
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! JO i JO

~ --40
o 5 10 15 10 o $ 10 15 20
o.t. A,,..i (10-l) o.t. - (10-J)

Figura 7.;2. Probeta nº 1 Figura 7.3 • Probeta n• 2

172/M-80 70/l
$

'
5
4

.;
:
4

! J

11 3 l
~ :J 2
f 2
o
~
8 1

5 10 15 20 2S 5 10 1$ 10
o.t. Aaial (10-l) Oof .....ial (10-3)
o o

10 10
::;, ::;,
!o 20
!
1!
·20
'6 'il
: :
& 30 ! JO

~ ~
o 5 10 15 20 o 5
'º 15 20 25
0.f ........ (10-3) Oof. Aaiol (10-l)

Figura 7.4. Probeta nº 3 Figura 7.5. Probeta nº 4


-8 3 ·

El segundo grupo de curvas está constituido por las probetas numeradas de 5 a 11


(Figuras 7.6 a 7.12).

En estas curvas puede ser observada una porción pre-pico que denota la existencia
de bedding in (Figuras 7.7, 7.8, 7.10, 7.11 y 7.12) y de slipping durante la realización
de los ensayos. Una notable compactación tiene lugar en las Figuras 7.7 y 7.10, siendo algo
menor en las Figuras 7.8, 7.11 y 7.12, que corresponde al proceso de bedding in. antes
del inicio de la deformación radial. Después de la rotura de pico, las probetas muestran
una curva escalonada descendente hasta llegar a su resistencia residual.

Dos de las probetas rotas de este grupo {n 2s 5 y 6, correspondientes a las muestras


175/T-4 y 172/M-7) pueden ser observadas en las Fotos 4 y 5 del Anexo 11, presentando
modelos de rotura muy diferentes: la probeta n2 5 muestra una única superficie de rotura
a través de un plano de estratificación, buzando unos 502 , en la parte superior de la
probeta (razón por la que no se han registrado desplazamientos radiales después de la
rotura de pico, al igual que en la probeta n2 8, Figura 7.9), mientras que la probeta n2 6
se muestra totalmente rota a favor de dos familias de planos de rotura principales, la
estratificación y una familia vertical perpendicular a la primera; la curva deformación
axial-deformación radial de esta probeta, y como consecuencia de su modelo de rotura,
muestra un incremento de deformación axial muy pequef\O tras la rotura de pico, al igual
que la probeta cuya curva representa la Figura 7.12.

Los valores de la resistencia para estas probetas fueron (Oc .. resistencia de pico,
<JY = resistencia en el limite elástico y <Jr = resistencia residual):

N2 <Je (MPa) <Jy {MPa) <Jr (MPa)

5 (Fig. 7.6) 1.85 1.75 0.30


6 (Fig. 7.7) 3.85 3.50 0.85
7 (Fig. 7.8) 4.00 3.50 1.55
8 (Fig. 7.9) 2.45 2.20 0.70
9 (Fig. 7.10) 3.20 3.05 0.55
10 (Fig. 7.11) 2.80 2.50 0.90
11 (Fig. 7.12) 3.20 3.00 0.95

y los correspondientes valores de la deformación axial(Ec = deformación correspondiente


a la resistencia de pico, Ey "' deformación correspondiente al límite elástico y Er =
deformación correspondiente a la resistencia residual):
-8 4 -

Nº te (mstr) Ey (mstr) E, (mstr)

5 . 11.0 8.0 17.0


6 . 12.8 11.5 15.0
7 . 12.6 10.6 19.5
8 . 12.2 10.5 15.3
9 . 12.0 11.0 14. 7
10 12.1 10.5 17.5
11 . 13.0 12.2 16.5

Los módulos de Young y los coeficientes de Poisson fueron:

N2 E (Vm 2 ) V

5 • 1.73 X 104 0.31


6 - 4.60 X 104 0.32
7 3.60 X 104 0.12
8 2.15 X 10 4 0.36
9 . 4
4.10 X 10 0.32
4
10 · 3.20 X 10 0.28
11 . 3.00 X 104 0.50
-8 5 ·

175/T-◄ 172/M-7
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Figura 7.6. Probeta n° 5 Figura 7.7. Probeta n° 6

175/T-2 172/M-10
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Figura7.8, Probeta n° 7 Figura 7.9. Probeta n• 8


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175/1.1-1 70/1
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Figura 1.10. Probeta n° 9 Figura 7,11, Probeta n11 1O

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o.,. Mal (10-3)

Figura 1.12. Probeta n° 11


-8 7 ·

El tercer grupo de curvas está formado por los ensayos 12 a 19 (Figuras 7.13 a
7.20). La Figura 7. 15 corresponde a la probeta que no rompió durante su primer ensayo
(ensayo n2 3, Figura 7.4); para la realización del segundo ensayo se aumentó su humedad.

Las principales características de estas curvas son su bien desarrollada porción


post-pico (principalmente en las Figuras 7.13, 7.17 y 7.20) y la gran diferencia que
existe (con respecto a los otros grupos) entre la deformación axial correspondiente a la
resistencia de pico y la deformación axial correspondiente a la resistencia residual. Las
curvas denotan un comportamiento más bien ductil y una rotura progresiva del material
hasta alcanzar su resistencia residual.

Todas las curvas esfuerzo-deformación axial muestran una rotura pre-pico, muy
marcada en las Figuras 7.13, 7.15, 7.16, 7.17 y 7.20. Efectos de bedding in y de
slipping pueden ser deducidos a partir de la porción pre-pico de las curvas esfuerzo-
deformación de las Figuras 7.14, 7.15 y 7.19 principalmente, en cuyas curvas
deformación axial-deformación radial se denota también la compactación del material
ocurrida previamente al comienzo de la deformación radial.

El ángulo formado por la dirección de aplicación de la carga y por las superficies de


estratificación en estas probetas es siempre igual o superior a los 709•

Los valores de resistencia medidos en las curvas fueron ( Cíe= resistencia de pico,
ay .. resistencia en el limite de elasticidad, crpp = resistencia de la "rotura" pre-pico y
ar .. resistencia residual):

NR crc (MPa) cry (MPa) crpp (MPa) crr (MPa)

12 (Fig. 7.13) 2.95 2.45 2.85 1.10


13 (Fig. 7.14) 2.44 1.90 2.13 0.88
14 (Fig. 7.15) 4.31 3.05 3.25 1.35
15 (Fig. 7.16) 2.85 2.55 2.60 1.00
16 (Fig. 7.17) 2.75 2.40 2.50 1.10
17 (Fig. 7.18) 2.90 2.55 2.60 1.10
18 (Fig. 7.19) 3.10 2.60 2.80 0.90
19 (Fig. 7.20) 2.75 2.55 2.65 0.88
-8 8 •

y los valores de las deformaciones axiales (Ec ... deformación correspondiente a la


resistencia de pico, ~\ - deformación en el límite de elasticidad, EPP = deformación
correspondiente a la rotura pre-pico y e, .. deformación correspondiente a la resistencia
residual):

N2 Ec (mstr) Ey (mstr) EPP (mstr) e, (mstr)

12 . 4.9 3.8 4.0 11.3


13 · 5.8 4.7 4.8 11.5
14 7.2 5.2 5.4 11. 7
15 · 5.6 4.3 4.4 11.6
16 - 5.4 3.3 3.6 8.7
17 - 6.4 4.6 4.7 11.2
18 - 6.8 5.0 5.3 11.5
19 - 5.4 3.6 3.7 10.5

Los valores de la resistencia son todos muy similares, excepto para la Figura 7.15,
que los presenta algo superiores. Para la deformación axial se muestra una gran similitud
en los valores registrados durante la rotura de las probetas; la deformación axial sufrida
por el material al alcanzar se resistencia residual es casi la misma para todas las
probetas, exceptuando la Figura 7.16, con un valor algo menor, y también la deformación
axial correspondiente a la rotura pre-pico es muy similar.

Los módulos de Young y los coeficientes de Poisson fueron:

Ne E (ttm2 ) V

12 - 7.65 X 104 0.15


13 - 6.32 X 104 0.15
14 - 1.02 X 105 0.12
4 0.40
15 6.40 10
X

16 - 6.10 X 104 0.24


17 - 6.20 X 104 0.23
18 • 6.41 X 104 0.18
19 - 7.60 X 104 0.11
-8 9 ·

En el Anexo II se presentan ejemplos de los modelos de rotura que sufrieron este


grupo de probetas. En la Foto 5 pueden ser observadas las superficies de rotura de la
probeta n2 12 (175/T-3): dos principales conjuntos de planos fueron generados, uno a
través de la estratificación y el otro casi vertical, con algunos planos conjugados en la
parte central de la probeta; la parte inferior está más fracturada, casi completamente
destruida. La probeta n2 13 (172/M-8) muestra en la Foto 6, con una parte central casi
intacta pero con sus extremos completamente destrozados; superficies de fractura a
favor de la estratificación separan estas diferentes porciones. En esta misma Foto n2 6
del Anexo II aparece también la probeta n2 14 (172/M-11), que resultó completamente
destruida durante el ensayo.

El modelo de rotura de estas muestras, con generación de gran número de planos de


fractura que dan lugar a pequel'íos bloques de material independizados por la intersección
de las diferentes familias {principalmente se genera una a favor de la estratificación y
otra a 90 2 de la primera), puede ser interpretado como consecuencia de un
comportamiento •pseudo-plástico• o ductil del material, que se manifiesta después de ser
alcanzada su resistencia de pico.
-9 O-

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Figura 7.13. Probeta n° 12 Figura 7.14. Probeta n° 13

172/M-l1 172/M-6
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Figura 7.15. Probeta n° 14 Figura 7.16. Probeta n11 15


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Figura 7.17. Probeta n° 16 Figura 7. 1s. Probeta n11 17


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Figura 7 .19. Probeta n° 18 Figura 7.2 o. Probeta n11 19
-9 2 -

En general. las diferencias en los comportamientos más frágiles y "pseudo-


plásticos", o dúctiles, que denotan las probetas. pueden ser también deducidas de los
modelos de rotura de las muestras ensayadas (que se presentan en las Fotografías del Anexo
11): la rotura ocurre a través de un plano más o menos neto para las muestras que podrían
ser consideradas como más frágiles, mientras que varios conjuntos de superficies de
rotura con diferentes orientaciones (principalmente superficies de estratificación,
superficies subverticales y superficies conjugadas con buzamientos de unos 60°-70º);
resultaron para las probetas con comportamiento más plástico (Figura 7.21).

FRAGIL DUCTIL

Figura 7.21.- Diferencias entre comportamientos frágil-ductil reflejado en la


deformación de las probetas: cuanto más dúctil es éste, más superficies de rotura son
generadas sin relación con planos de discontinuidad preexistentes en el macizo rocoso.

A partir de los valores de la deformación axial medidos para las probetas, se podría
establecer la relación representada en la Figura 7.22 con respecto al estado en la
evolución de la rotura del material. De acuerdo con. el criterio de rotura elegido, cuando se
alcanza el límite de elasticidad se considera que se inicia la rotura del material; este punto
se consigue para los valores medios relativos de la deformación axial:

1 8 '· Grupo: Ey = 86% Ec y Ey • 48% Er


2<1°· Grupo: Ey • 86% Ec y Ey • 55% Er
3er. Grupo: Ey = 72% Ec y Ey • 39% Er

donde Ey es la deformación axial correspondiente al límite de elasticidad, Ec la


correspondiente a la máxima resistencia a compresión simple del material y Er la
correspondiente al momento de alcanzar la resistencia residual.
-9 3 ·

Los valores medios de la deformación axial asociada, en la curvas, a la máxima


resistencia de las probetas corresponden a los porcentajes:

1er. Grupo: ec .. 58% Er


2do. Grupo: ec = 68% Er
3er. Grupo: Ec = 54% Er

Los valores relativos obtenidos para la deformación axial en cada punto de la curva
son bastante similares: puede ser considerado que, para las probetas ensayadas, el
material no rompe mientras sufra deformación axial con valores medios inferiores al
47% Er, mientras que para valores alcanzados superiores al 60% Er el material ha
sufrido ya rotura. Asimismo, el material puede ser considerado no roto para valores
medios de la deformación Inferiores al 80% ec.

" "

--------• --+
ic::;..___......._ _ E

e < 47% er y < 80% €e 47% t:r < e < 60% t:r e .. ó> 60%€r

Figura 7.22 -Interpretación de la relación entre el porcentaje de la deformación alcanzado


durante los ensayos y el estado del material según el criterio de rotura establecido

Con los datos obtenidos de los ensayos realizados, y anteriormente detallados, se han
llevado a cabo una serie de representaciones gráficas que relacionan diferentes aspectos y
valores de parámetros obtenidos o utilizados. Nuevamente estos gráficos ponen de
manifiesto las diferencias existentes entre los tres grupos en los que se ha clasificado
a las probetas.

Así, en la Figura 7.23 se presenta la relación entre el ángulo a, que viene dado
por la superficie de estratificación de las probetas y la dirección de la carga uniaxial, y
-9 4 -

el máximo esfuerzo soportado por las probetas. En las tres curvas que resultan para los
tres grupos se aprecia un descenso de la resis~encia de pico asociado a la disminución del
ángulo a. la curva general experimental que representa esta relación alcanza un mínimo
para un valor del ángulo de 4511 + t/2, mientras para valores de ex cercanos a 011 y a 901
presenta sus máximos (BRADY Y BROWN, 1985). En este caso, el descenso de los valores
de la resistencia de pico de los tres grupos, a partir del máximo valor medido, se presenta
antes cuanto menores son los valores de esta resistencia.

R•pr•s.nbción gráfica g•n•ral d• la


r•lación entre •1 ángulo« y la resistencia
a compresión simpl• d• lu probetas.

i . . . . - ~ -......- - " ' - t u


O! ♦ 45! + ♦12 90!

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ESFUERZ0-2

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90º
ºº 30º 60º
Angulo a

Figura 7.23.- Relación entre el ángulo u, que forma la superficie de estratificación de


las probetas con respecto a la dirección de la carga uniaxial, y el máximo esfuerzo
unlaxlal soportado por las probetas para los tres grupos de ensayos llevados a cabo.

En las Figuras 7.24 y 7.25 se han representado las relaciones entre el ángulo u
y los valores de las deformaciones axiales correspondientes a la resistencia de pico (C)
del material, a la resistencia residual (R) y a su límite elástico (Y) para los tres
grupos de ensayos. Se han representado líneas que abarcan el rango de deformaciones
sufrida por el material de cada probeta desde el valor máximo registrado (cuando se
-9 5 •

alcanza la resistencia residual) hasta el correspondiente al momento en que se alcanza el


límite de elasticidad.

En general se puede obseivar que las longitudes de estos segmentos son mayores
para las probetas que se han comportado de una forma más ductil (grupos segundo y
tercero, Figura 7.25), mientras que la Figura 7.24, correspondiente al primer grupo de
ensayos, denota un comportamiento del material más fragil, al haber menores diferencias
entre los valores de las deformaciones representados. Asimismo, en este gráfico también
se observa que los valores de deformaciones correspondientes a la máxima resistencia
{C) y a la resistencia residual (R) son más próximos entre si que para los gráficos
de la Figura 7.25, indicando el menor rango de deformaciones plásticas durante los
ensayos de las probetas del primer grupo; en la mayoría de las probetas de los otros dos
grupos la diferencia entre estos dos valores es mayor.

.~----------------,
PRIMER GRUPO DE ENSAYOS

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o 30 60 90
Angulo a

Figura 7.24.- Relación entre el ángulo (a) de la superficie de estratificación de las


probetas, con respecto a la dirección de la carga uniaxial, y la deformación
correspondiente a la resistencia de pico (C) y residual (R) del material y a su limite
elástico (Y) para el primer grupo de curvas.
-9 6 -

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Figura 7.25.- Relación entre el éngulo (a) de la superficie de estratificación de las


probetas, con respecto a la dirección de la carga uniaxial, y la deformación
correspondiente al momento de alcanzar la resistencia de pico (C) y la resistencia
residual (R) del material y su limite elástico (Y) para los grupos segundo y tercero de
ensayos llevados a cabo.
-9 7-

7 . 5 . • CONCLUSIONES

Del estudio e interpretación de las curvas esfuerzo-deformación obtenidas a partir


de ensayos de compresión uniaxial para las lutitas ensayadas, pueden ser deducidas las
siguientes conclusiones:

Para la interpretación de los resultados, el criterio más conveniente ha sido la forma


de las curvas esfuerzo-deformación axial y los valores medidos para las deformaciónes
axiales sufridas por las probetas, aspecto entre los que existe una clara relación según los
grupos establecidos para su clasificación. Al considerar los valores de la resistencia del
material (de pico, residual, etc.) las probetas no siguen ninguna agrupación especial, ni
parece haber ninguna relación específica con ningún otro aspecto que permita la
agrupación de los ensayos; estos valores de resistencia son muy bajos en todos los casos.

Las curvas han sido agrupadas en tres conjuntos con similares características y muy
parecidos valores para la deformación axial (excepto para el primer grupo). Estas curvas
representan una transición entre roturas mas bien frágiles (primer grupo) y un
comportamiento pseudo-plástico o ductil (tercer grupo), que puede ser también
deducido de la observación de los modelos de rotura de las probetas (Fotos 4, 5 y 6
del Anexo 11).

Los valores medios de la resistencia, deformación axial, módulos de deformación y


coeficiente de Poison medidos para los tres grupos establecidos son:

Oc (MPa) ºv (MPa) Opp (MPa) o, (MPa)

Primer grupo 4.36 3.82 2.10


Segundo grupo 3.10 2.78 0.83
Tercer Grupo 3.10 2.51 2.67 1.04

Ec (mstr) Ey (mstr) ePP (mstr) er (mstr)

Primer grupo 9.90 8.90 11.3


Segundo grupo 12.24 10.61 16.5
Tercer Grupo 5.93 4.31 4.48 11.0
-9 8 ·

E (ttm 2 ) V

Primer grupo 8.40 X 104 0.24


Segundo grupo 3.20 X 104 0.31
Tercer Grupo 7.11 X 104 0.20

Con respecto a la resistencia, el primer grupo presenta valores algo más elevados que
los otros grupos, siendo valores muy bajos en cualquier caso (se ha obtenido un valor
máximo de 6.20 MPa, 6 620 vm2 para ta maxima resistencia a compresión uniaxial).
El valor medio de la resistencia a compresión simple para todos tos ensayos es de 3.5 MPa
(350 t/m 2), mucho más bajo que los valores obtenidos con otros tipos de ensayos para los
mismos materiales (con medidas de unas 2500 a 3000 ttm 2): según la clasificación de
HOEK Y BRAY (1981 ), este valor corresponde a una roca blanda. Respecto a las
deformaciones axiales alcanzadas, el segundo grupo es el que tas presenta mayores, frente
al tercero con los menores valores.

Los bajos valores de la resistencia a compresión simple (con respecto a valores


provenientes de ensayos en prensas convencionalesa), que se obtienen de las curvas de los
ensayos, están relacionados con el tipo y las características de los ensayos efectuados, así
como con el correcto registro y control de la energía de deformación de la probeta a lo
largo de los mismos y con la historia esfuerzo-deformación sufrida por el macizo rocoso
estudiado (aspectos detallados en al Capítulo 6).

En los valores de los módulos de Young destaca el segundo grupo con magnitud algo
menor, indicando una menor fragilidad y resistencia, así como mayor capacidad de
deformación para unas mismas cargas aplicadas; los ensayos que han denotado curvas
más dúctiles (grupos segundo y tercero) presentan menores módulos de elasticidad.
Las probetas ensayadas presentan un módulo de elasticidad medio de 6.3 x 1o4 t/m2• y
un coeficiente de Poison de 0.25; este valor de E es del orden de los que se obtenían para
roturas a favor de la estratificación en ensayos convencionales de la resistencia, y los
coeficientes de Poison son también del mismo orden de magnitud.

La rotura completa de las probetas del grupo tercero, y algunas del segundo, con
generación de planos de rotura al alcanzarse la resistencia de pico, implica que el material
se comporta como material •granular" en la región post-pico, actuando como un agregado
-9 9 ·

anguloso sin cohesión: la resistencia residual es entonces soportada únicamente por la


fricción del material fracturado.

El diferente comportamiento de los tres grupos en la rotura puede ser deducido


directamente de los valores de la deformación axial y de la forma de las curvas esfuerzo.
deformación: para el comportamiento más dúctil, puede ser medida una mayor diferencia
entre la deformación axial correspondiente a la resistencia máxima del material y la
correspondiente al punto en que se alcanza la resistencia residual, mientras que ésta
diferencia se reduce para los modelos de rotura más "frágiles". Los valores de Er no
son muy diferentes para todas las probetas ensayadas (varían entre 8.2 y 19.5 mstr),
mientras que los valores de cr r muestran un rango relativo de variación más amplio
(entre 0.3 y 2.75 MPa).

Las probetas cuya dirección de estratificación presenta orientación cercana a 9011 o


perpendicular con respecto al ángulo de aplicación de la carga (fundamentalmente las del
grupo tercero), son las que presentan las curvas esfuerzo-deformación que denotan un
componamiento más plástico, y la rotura tiene lugar a través de la matriz rocosa; las
probetas con ángulos menores entre estratificación y carga axial representan un
componamiento más "frágil" y superficies de rotura generalmente a favor. en parte o
totalmente, de superficies de discontinuidad preexistentes buzando entre 40 2 y 70 2 la
mayoría de ellas.

Los valores de las deformaciones axiales obtenidas cuando se alcanza el limite de


elasticidad, eY' en las curvas son de 8.9 mstr, 10.6 mstr y 4.3 mstr respectivamente
para los tres grupos, lo que parece indicar que para el conjunto de probetas con
comportamiento más plástico y con ángulos S0 -Cf1 próximos a 90 2 (la mayoría
pertenecientes al tercer grupo), se alcanza este límite para menores deformaciones. Lo
mismo ocurre con los valores de la deformación axial correspondiente a la máxima
resistencia.

En general, todas las probetas de los grupos segundo y tercero presentan ángulos
entre S 0 -cr 1 mayores de 71 11, excepto las numeradas 5, 8 y 13 (con ángulos entre 51 11
y 67!1) que tienen contenidos en agua superiores al resto de las probetas, lo que puede ser
la causa de su inclusión en estos grupos.

Algunas de estas conclusiones establecidas tienen gran importancia para el estudio


de las rocas blandas aquí investigadas:
-1 O O -

- la influencia de la deformación en la resistencia de la roca se ha revelado como el


factor fundamental que gobierna el comportamiento general del material, reflejado
en las curvas esfuerzo-deformación axial obtenidas

- la utilización de máquinas rígidas servo-controladas, el concepto de energía de


deformación y la consideración de la historia de las deformaciones sufridas por el
macizo rocoso. se han mostrado como aspectos fundamentales a tener en cuenta para
el estudio del comportamiento problemático de este tipo de materiales y la
correcta interpretación de las curvas esfuerzo-deformación

- el ángulo que forma la superficie de estratificación con la dirección de


aplicación del esfuerzo, se revela como un factor importante, dando distintos
modelos de comportamiento. para una misma carga aplicada, que se reflejan en
la forma de las curvas esfuerzo-deformación axial

para conseguir roturas a través de la matriz rocosa son necesarias menores


deformaciones que para roturas a favor de superficies de debilidad preexistentes
en las probetas

- los ensayos han revelado un comportamiento completamente diferente antes y


despues de alcanzar la resistencia de pico del material, aspecto que no queda
contemplado en los criterios de rotura adaptados a los métodos de análisis que no
tienen en cuenta las relaciones esfuerzo-deformación del material

En definitiva, puede concluirse que el comportamiento "ductil" de la roca y el


modelo y mecanismo de rotura observados en el talud, no concuerdan (ni pueden ser
explicados) con los valores de resistencia obtenidos a partir de ensayos convencionales,
con los datos obtenidos a partir de análisis con métodos de equilibrio límite, ni con
los modelos y mecanismos de rotura establecidos para este tipo de materiales en las
condiciones estudiadas.

Los resultados obtenidos permiten un nuevo acercamiento al comportamiento


esfuerzo-deformación de rocas blandas y a la interpretación y estudio de la estabilidad de los
taludes en este tipo de materiales; algunos de los aspectos no explicados en investigaciones y
estudios previos, relacionados con la baja resistencia y con la importancia de la deformación
en el comportamiento de estas rocas, pueden ser estudiados e interpretados en base a las
diferentes ideas y conceptos aquí expuestos, así como teniendo en cuenta los aspectos,
relacionados con el comportamiento y estudio de rocas blandas recogidos en el Capítulo 6.
-1 O 1 -

Capítulo 8

ANALISIS DE ESTABILIDAD MEDIANTE EL METODO DE LOS


ELEMENTOS FINITOS

8 . 1 . - INTRODUCCION

La mayoría de los factores que controlan el comportamiento de los macizos rocosos y


de los taludes (comentados algunos de ellos en el Capítulo 6), y que no son considerados por
métodos de análisis de estabilidad de equilibrio límite, sí pueden ser tenidos en cuenta y
modelizados mediante la utilización de métodos de análisis esfuerzo-deformación, resueltos
mediante elementos finitos.

El establecimiento de la ley de comportamiento más adecuada para el material


analizado, que controlará cómo se va a comportar el talud y si se va a alcanzar o no la rotura,
es fundamental para llevar a cabo este tipo de análisis. La presencia de importantes tensiones
residuales in situ , aspecto también definitivo en el comportamiento de taludes excavados en
macizos rocosos, puede ser modelizada asímismo mediante la utilización de métodos de
elementos finitos.

El programa elegido para llevar a cabo los análisis de estabilidad del talud objeto de
la investigación, lo fué por la posibilidad de considerar todos estos aspectos comentados. Se
trata del programa para ordenador personal ZSOIL (ZACE SERVICES, LTO., 1987; ZACE
SERVICES, LTD. Y ZEI ENGINEERING INC., 1989), especifico para análisis de estabilidad de
taludes mediante la utilización de diferentes leyes de comportamiento del material (elástica o
elasto-plásticas). En concreto, el programa Incluye la posibilidad de análisis con la ley de
comportamiento de Drucker-Prager que, como se comentó en el Apartado 6.2, resulta
adecuada para utilizar en materiales rocosos.

Asimismo, otra de las razones de utilización de este programa fué la posibilidad de


obtener salidas gráficas representando los diferentes aspectos del análisis, en contraposición
con los tediosos listados numéricos de otros programas de elementos finitos, además de la
facilidad que presentaba para la Introducción de los datos y para la modelización de los casos a
analizar. Se pretendió, en definitiva, con la utilización del método de elementos finitos, la
consideración de los aspectos que influyeron en el comportamiento del talud y que no pueden
ser modelizados ni tenidos en cuenta con otros tipos de métodos.
-1 O 2 -

8. 2. - OBJETIVOS

El objetivo de estos análisis era la comparación de los resultados obtenidos a partir


de ellos con los obtenidos mediante la utilización de otros métodos, para las diferentes
hipótesis analizadas, y la estimación de la bondad del modelo elegido y de los métodos
empleados, asi como la búsqueda del conjunto de parámetros que más fielmente representaran
el comportamiento y la rotura del talud.

Como un obejtivo fundamental se consideró obtener la modelización adecuada,


mediante el análisis a posteriori, del comportamiento del talud, para estimar a partir del
modelo los parámetros resistentes actuantes durante la rotura y establecer su comparación
con los obtenidos de otros métodos e hipótesis, que no consideran el comportamiento plástico
del material del talud, y con los obtenidos a partir de los ensayos realizados y que se han
considerado apropiados para el tipo de rocas estudiadas.

8. 3 . - DESCRIPCION

Fueron realizados una serie de análisis de los que, al final, quedaron seleccionados
los realizados con:

- parámetros obtenidos a partir de ensayos convencionales (Apartado 3.2)


- parámetros obtenidos a partir de la realización de análisis a posterior! con métodos
de equilibrio límite (Apartado 5.4)
- parámetros obtenidos a partir de ensayos realizados con prensa rígida servo-
controlada (Apartado 7.4).

En la Tabla 8.1 quedan recogidos los valores de los parámetros empleados en los
análisis. Los valores se han tomado aproximadamente como la media de todos los datos de que
se disponían. Dentro de cada modelo se analizaron a su vez varios casos con parámetros
también recogidos en la tabla.

Los valores representados en la Tabla 8.1 han sido seleccionados tras la realización
de muchos otros análisis que inclulan todas las posibles variaciones de los parámetros para
cada uno de los tres modelos. Se eligieron como definitivos los que representaban mejor en
cada caso lo observado en el campo.

Asimismo, dentro de cada hipótesis se realizaron análisis considerando al material


Tabla 8.1

Densidad Cohesión E
(t/m3) (t/m2) Fricción (t/m2) V

A) Sin considerar Lutlta 2.6 10 25 11 1 X 106 0.25


Parámetros obtenidos anisotropia Falla 2.5 5 20 11 2 X 105 0.25
a partir de Lut. y Are. 2.6 15 30 11 5 X 105 0.35
ensayos convencionales
Considerando Lulita J. 2.6 15 30 1 3 X 105 0.36
anisotropia Lutita 11 2.6 3 19 11 1 X 105 0.16
Falla 2.5 5 20 2 2 X 105 0.25
Lut. y Are. 2.6 15 30 11 5 X 105 0.35

B) Sin considerar Lutlta 2.6 5 12 1 1 X 106 0.25


Parámetros obtenidos anisotropla Falla 2.5 5 90 2 X 105 0.25 '
~

de análisis a posteriori Lut. y Are. 2.6 15 30º 5 X 105 0.35 o


por equilibrio limite w
Considerando Lutita .l. 2.6 1O 20 2 3 X 105 0.36
anisotropla Lutlta 11 2.6 3 102 1 X 105 0.16
Falla 2.5 5 911 2 X 105 0.25
Lut. y Are. 2.6 15 30 11 5 X 105 0.35

C) Sin considerar Lutita 2.6 1O 25 11 1 X 105 0.22


Parámetros obtenidos anisotropfa Falla 2.5 5 20 11 2 X 105 0.25
de ensayos con prensa Lut. y Are. 2.6 15 30 11 5 X 105 0.35
rígida servo-controlada
Considerando Lutita .L 2.6 15 30 11 1.5 X 105 0.30
anisotropla Lutlta 11 2.6 3 19 11 5 X 104 0.15
Falla 2.5 s 20 11 2 X 105 0.25
Lut. y Are. 2.6 15 30 2 5 X 105 0.35
-1 O 4 -

isótropo y considerando cierta anisotropía (mediante la asignación de diferentes parámetros


resistentes a cada elemento del talud en función de donde estuviera situado, teniendo en cuenta
el ángulo entre el plano de estratificación y el plano de rotura; asi, a los elementos que eran
atravesados por la porción subvertical del plano de rotura supuesto, coincideindo con la falla,
se asignaron valores inferiores por el paralelismo entre ambos, mientras que a los elementos
atravesados por la porción subhorizontal del plano de rotura se asignaron parámetros más
elevados, de matriz rocosa, por atravesar éste a la estratificación perperdicularmente o casi
en esta zona).

Los análisis, a efectos comparativos y para poder estudiar la influencia de los


diferentes factores, se realizaron también considerando la existencia o no de nivel freático, la
existencia o no de presión de agua adicional, la existencia o no de tensiones residuales, la
existencia o no de galería minera antigua tras el pie del talud, etc.

Por último, se desarrollaron los análisis para los casos comentados anteriormente
pero considerando una ley de comportamiento elástica para el material.

En cada análisis se realizaron los cálculos para los datos Introducidos y para una
serie de escalones que van reduciendo sucesivamnete la resistencia de los materiales según un
factor divisor introducido (faclor de seguridad); es decir, para cada escalón los valores de la
cohesión y de la fricción del material se van reduciendo a partir de los datos iniciales
introducidos para estos valores.

Ante la complejidad de los análisis y la gran cantidad de datos de salida obtenidos


referentes a los desplazamientos, estado tensional y deformacional, etc, la interpretación de
los resultados y su comparación entre ellos ha sido una labor compleja.

La cantidad de datos introducida en cada análisis ha hecho asimismo dificil la


evaluación de la importancia y de la influencia de cada uno de ellos en el comportamiento del
talud, tarea que se ha solventado en parte con la realización de nuevos an4lisis, no incluidos
aquf, para comprobar y verificar el grado de influencia de cada valor; con esto se consiguió
que los valores presentados y los resultados obtenidos puedan ser directamente comparados
entre sf, sin existir la posibilidad de que los resultados se deban a otros datos secundarios
(como por ejemplo los parámetros resistentes del material situado por detrás de la falla,
constituido por lutitas y areniscas, o los del carbón).

En los apartados siguientes se analizan los resultados obtenidos en los cálculos de


estabilidad de cada caso estudiado, para pasar después a su interpretación y comparación .
-1 O 5-

En primer lugar se comentan algunos aspectos generales a todos los análisis y que
conviene tener en cuanta para la correcta interpretación y estimación de de la
representatividad de los resultados:

- La fuerza de la gravedad es siempre tomada en sentido vertical negativo; la


realización de los cálculos incluye esta fuerza· actuando sobre cada elemento, que da lugar a
una deformación del talud (en sentido vertical, fundamentalmente, para desplazamientos
elásticos), cuya magnitud, para cada uno de los escalones analizados, es función de los
parámetros resistentes del material.

- El método de análisis, en sí, impone una serie de condiciones de contorno,


adecuadas y favorables para el caso estudiado y modelizado, que son: no se permiten
desplazamientos en la dirección x para los nodos que forman los límites izquierdo y derecho
del modelo; no se permiten desplazamientos en las direcciones x e y para los nodos que
forman el límite inferior del modelo; los nodos que forman el límite superior del modelo son
nodos en los que se supone una condición de contorno de superficie libre (Figura 8.1 ).

Figura 8.1.- Condiciones de contorno del modelo.

- El factor de seguridad se entiende, en los análisis, como aquel factor que divide
a las fuerzas resistentes del material (cohesivas y friccionales}. Los análisis se realizan
para un rango de factores de seguridad. Un análisis para un factor igual a la unidad, F.S.-1.0,
implica el cálculo con, exactamente, los valores de los parámetros introducidos, mientras que
para F .s... 1.1 implica que las fuerzas resistentes introducidas han sido divididas por 1.1, y
así sucesivamente:

Fn+1 • Fn + F

Cn+1 • Cn I Fn+1

tg +n+t • tg ♦n I Fn+t
· 1 O 6-

Por ello, un análisis a posteriori deberá ser realizado manteniendo F.S. = 1.0, y
buscando los parámetros adecuados que den este valor.

• El análisis ha sido llevado a cabo considerando la ley de comportamiento del


material (ley de fluencia) de Drucker-Prager (1952). Los resultados indican, como se
comentará, el estado elástico o plástico de las deformaciones sufridas. Por estado plástico se
entienden las situaciones en que la relación tensión-deformación se sitúa sobre la superficie
de fluencia definida por el criterio de Drucker-Prager. El material, por tanto, ha alcanzado
su límite de elasticidad (Figura 8.2).

Esfuerzo
exiel
DOMINIO NO
ADMISIBLE DOMINIO
PLASTICO

Deformación exiel

Figura 8.2.· Representación del límite de elasticidad y de la superficie de fluencia.

• Directamente relacionado con este último aspecto está el resultado obtenido del
proceso iterativo de análisis (explicado en et Anexo V). La convergencia o no del cálculo
dependerá de la relación tensión-deformación y. por tanto, del estado de esfuerzos en un
momento dado. La convergencia ocurrirá en tanto esta relación se sitúe sobre la porción
elástica de la curva tensión-deformación. En el análisis, el criterio de Drucker-Prager se ha
tomado como un criterio de rotura, y por tanto en el momento en que se alcanza la superficie
de fluencia se considera que se ha alcanzado la rotura. En caso de estar este •punto• muy
próximo a la superficie de fluencia (que se considera superficie de •rotura") el análisis
indica ya la no convergencia del cálculo, mostrando que se ha abandonado el comportamiento
elástico pero que aún no se ha alcanzado la rotura.

8. 4 . - MODELO DEL TALUD

En las Figuras 8.3 y 8.4 se ha representado el modelo de elementos finitos realizado


para llevar a cabo el análisis del talud; en la primera aparece la malla grosera establecida,
acoplando 33 elementos, con 50 nodos, a la geometría del talud y a las caracteristicas de los
materiales. y en la segunda aparece el mallado denso (111 elementos y 140 nodos) generado
-1 O 7 -

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Figura 8.3.- Modelo y mallado grosero del talud para su análisis por Elementos Finitos

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Figura 8.4.- Mallado denso del talud con los elementos finitos establecidos para cada material
-1 O 8-

automáticamente por el programa a partir de los datos introducidos para tal fin. En el
banco inferior del talud, que constituye su pie, se ha hecho un mallado más denso para su
mejor estudio e interpretación.

Se ha modelizado, asimismo, la falla existente y la galería minera detectada tras el


pie, y se han considerado en el modelo todos los aspectos que fueron observados y medidos "in
situ" o que afectaban al talud: nivel freático, presión de agua tras la falla, presencia de
tensiones residuales en la zona, acción de la gravedad, establecimiento de restricciones al
desplazamiento en determinadas zonas, etc.

Por último, se han caracterizado geomecánicamente los materiales con los datos
necesarios para su adecuación a una ley de comportamiento elasto-plástica (criterio de
fluencia de Drucker-Prager) y para una ley de comportamiento elástica (ley de Hooke), y se
han establecido las condiciones y las pautas para los diferentes análisis.

8. 5. - REALIZACION DE LOS ANALISIS

Tras el establecimiento de otra serie de aspectos como escalas para los resultados
gráficos, escalones a seguir en el análisis para registro de resultados, elecciones de nodos
representativos para la visualización de las curvas de desplazamientos, etc, se procedió a la
realización de los análisis, entre otros, para los casos recogidos en la Tabla 8.1.

Los análisis se realizaron para un rango de factores de seguridad, con la finalidad de


conocer el valor real de los parámetros resistentes de los materiales y de los factores
Involucrados en la rotura.

En una primera fase, se realizaron tres grupos principales de análisis: con


parámetros de ensayos convencionales, con parámetros resultantes de los análisis a
posterior! por equilibrio limite y con parámetros obtenidos de ensayos realizados con prensa
rígida servo-controlada. En cada grupo se estableció un rango de factores de seguridad para
conocer como evolucionaba el material del talud; es decir, de cada análisis se obtenían dos
resultados diferentes: por un lado el estado del talud para los parámetros Introducidos
(estable e Inestable y roto), y por otro lado el valor aproximado de los parámetros para los
que el talud dejaba de ser estable; en cada uno de los casos se podlan conocer los valores de
desplazamientos y tensiones generadas para cada nodo del modelo, asl corno todos los demás
datos que proporcionaban las salidas del programa. Se pretendió, en todos los análisis,
reproducir el comportamiento real observado en el campo.
-1 O 9-

Los resultados que proporcionan los análisis eran:

- Representación gráfica, para cada escalón del análisis efectuado, y de acuerdo a la


escala seleccionada, de:

- malla densa deformada


- vectores de desplazamiento
- líneas de flujo de los desplazamientos
- zonas con igual grado de deformación
- esfuerzos principales
curva de desplazamientos para los nodos seleccionados del modelo

- Listados, para cada escalón del análisis y para cada elemento, de:

- desplazamientos en los nodos


- tensiones principales en los nodos
- estado de la deformación (si se ha alcanzado o no el límite de elasticidad)

- Datos, en cada escalón del análisis, sobre:

- si se han alcanzado o no desplazamientos plásticos


- número de iteraciones realizada en cada análisis.

En definitiva, el programa permite obtener todos los datos necesarios para estudiar,
de una forma cuantitativa, todo el proceso de deformación que sufre el talud, asf como el
estado de tensiones en cada una de sus zonas, las relaciones tensión-deformación que se
establecen, la influencia de cada aspecto considerado y el momento en que se produce la
inestabilidad y la rotura del material (cuando se alcanzan desplazamientos plásticos
irreversibles).

8. 6.- RESULTADOS E INTERPRETACION

Seguidamente se exponen resumidamente los resultados obtenidos de los análisis


reaffzados. Los desplazamientos que se presentan se han calculado a partir de sus componentes
X e Y, proporcionadas por el programa. Los resuttados que se incluyen corresponden, excepto
cuando se especifica lo contrario, al escalón del análisis correspondiente a un Factor de
Seguridad • 1.0, que es el que realiza el cálculo con exactamente los parametros introducidos.
· 1 1 O·

En la Tabla 8.2 se han recogido los casos más representativos de los analizados para
las dos primeras hipótesis con y sin anisotropía; los resultados obtenidos inidican la
convergencia o no convergencia del cálculo, significando la situación de la relación tensión•
deformación en la porción elástica de la curva, para el primer caso, o su llegada a la
superficie de fluencia, para el segundo caso, considerando ya que et material ha perdido su
resistencia sufriendo deformaciones irreversibles. No en todos los análisis se alcanzó et
límite de elasticidad del material.

Tabla 8.2

FACTOR DE SEGURIDAD
HIPOTESIS
0.8 0.9 1.0 1.1 1.2

ANAUSISCON Sin Anisotropía e e e e e


PARAMETROS
CONVeOCNAl..ES Con Anisotropia c e e e e

ANALISISCON
PARAMETAOS Sin Anisotropía NC NC NC
DELANALISIS
A POSTERIOR! Con Anisotropla NC NC NC
POREQ.UM.

e. no se ha alcanzado el límite de elasticidad


N e .. se ha alcanzado la superficie de fluencia

Para la primera hipótesis no se alcanzó en ningún caso la rotura del material,


mientras que para ta segunda et material presenta desplazamientos plásticos desde el
principio, desde valores de F.S. = 0.8 y, por supuesto, para F.S. • 1.0. Esto implica que en el
primer caso los parámetros utilizados han sido sobrevalorados, mientras que en el segundo
caso han sido infravalorados.

En las Figuras 8.5 a 8.1 O se presentan tos resultados gráficos obtenidos para el
análisis con parámetros convencionales y sin anisotropla. Como se observa en la Figura 8.5
de la malla deformada, tos únicos desplazamientos que se manifiestan en el talud,
desplazamientos fundamentalmente verticales, son elásticos, sin prácticamente componente
horizontal, indicando que no se ha alcanzado la rotura del material (no se ha entrado en
plasticidad). Los máximos desplazamientos alcanzados han sido de 8.5 x 10·3 m en la zona de
cabecera del talud; et pie aparece intacto (ver detalle en ta Figura 8.6) con desplazamientos
-111 -

máxírnos en esta zona de 1.1 x 10-3, mucho menores que en cabecera. En el resto de las
Figuras se presentan otros aspectos del análisis que corroboran lo anteríor; en la Fígura 8.7
aparecen los vectores de los desplazamientos, con componente mayoritaria vertical; en la
Figura 8.8 se observan las zonas con igual grado de deformación, teniendo esta
repartición un aspecto homogéneo para todo el talud.

En la Figura 8.9 se representan los esfuerzos principales generados, con una


componente fundamentalmente vertical o paralela a la cara del talud, es decir, estos
esfuerzos responden al peso del material y su repartición está en función de aquel, con
mayores valores para las zonas más profundas. El máximo valor que presentan los esfuerzos
compresivos es de 112 tlm 2 en las zonas inferiores del talud, en el cuadrante derecho. El
máximo valor para las componentes tensionales de los esfuerzos es de 5.83 tJm2, y se
presentan únicamente a lo largo de la falla (con valor medio de unas 4 tfm2).. pero en
nigún caso estas componentes dan lugar a esfuerzos resultantes traccionales en los nodos
en que aparecen. En la Figura 8.10 se representa un detalle de la distribución de los
esfuerzos generados en la zona de pie del talud, que adoptan direcciones predominantemente
paralelas a la cara del talud, algo desviados en la zona donde se encuentra situada la galería
antigua minera.

Respecto a los esfuerzos generados en el talud por la presencia de agua (la situación
del nivel freático modelizado aparece en ta Figura 8.4), su influencia se reduce a tos
elementos situados bajo el mismo, con valores máximos de 35.5 t/m 2 en el ángulo inferior
derecho del modelo, que soporta la mayor columna de agua. Tanto la distribución como tas
magnitudes de estos esfuerzos debidos a ta presencia de agua se mantendrán similares para
todos los análisis descritos en este apartado, ya que la situación del nivel freático se ha
conservado para todos ellos.

Es pues en esta zona inferior derecha del talud donde se generan tas máximas
tensiones compresivas, debidas tanto al peso del material (que es mayor en esta zona por la
mayor altura del talud), como a la mayor altura del nivel de agua también en este ángulo del
modelo.
-11 2 -

Z_SOIL: FOR IHE STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD STEP = 3


MESH DEFORttATIOH HAX DISPL.: 2.41e-905
HIH »ISPL.: -7.9Se-903
ENSAYOS CONUENCIOHALIS. F : 0.8 - 1.3

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• 1

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Figura 8.5.- Modelo de la malla deformada del talud N para el análisis con parámetros -¡
obtenidos de ensayos convencionales y para un Factor de Seguridad .. 1.0.
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Figura 8.6.- Detalle. de la malla deformada en la zona de pie del talud
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2_SOIL: roR IK[ SIABILITY ANIILYSIS or SOIL =3


I.OllD STEP
VECTOR REPRESOOATIOH OF HOI>[ DISPUICD1EHTS MéX DISPL.: 2.41e-00S
HIH DISPL.= -7.9Se-003
ENSAYOS COHUIHCIOHALES. F = 8.8 - 1.3

1
1

1,28e+081 1.37e-882

L l,28e+89l L MSPL. SCALI


1.37e-e02

Figura 8.7.- Vectores de los desplazamientos en los nodos del modelo.

Z_SOIL: FOR THE STABILITY ANALYSIS OF SOIL


DISPLACEHDIT COHTOIIRS
1 URCE l>EF. 1 SHALL DEF.

1.28e+081
1

L l.28e+89l

Figura 8.8.- Zonas con igual grado de deformación en el talud, desde las máximas en la zona de
cabecera a las mínimas en la base del talud.
-11 4 -

Z_SOIL: fOR IHI SIABILITY RNALYSIS Of SOIL IMD SJEP: 3


VECTOR RIPRESEHTATIOH or PRIHC[PAL STRESS[ KAX STRESS= 5.83&+000
HIN STRESS: -1.12e+002
INSAYOS CONUrNCIOHALES. f: 9.8 - 1.3
O Esfuerzos traccionales RIQUESTID ZOONIH<:

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Figura 8.9.- Tensiones principales generad~ en el talud para las condiciones analizadas -1
ENSAYOS CONUDICIONALES.AHISO.f: 8.8 - 1.3
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Jl'°·
I

Figura 8.10.- Detalle de las tensiones principales generadas en la zona de pie del talud.
-1 1 5 ·

Los resultados obtenidos cuando se ha considerado anisotropía para las lutitas (dos
conjuntos de parámetros resistentes, según la estratificación y según una dirección
perpendicular a ésta) son los mismos, obteniéndose una malla deformada igual que para el
caso anterior (Figura 8.11 ). Todos los comentarios anteriores para el caso sin anisotropía
pueden ser aplicados aquí, puesto que los resultados de estos análisis son semejantes; los
máximos desplazamientos alcanzados están en torno a 7 x 1o-3 m, y se dan en la zona de
cabecera del talud. Las magnitudes de los esfuerzos principales son también equivalentes, y
presentan idéntica distribución; los máximos esfuerzos compresivos alcanzados son de 116
vm 2 y aparecen también en toda la zona inferior del talud y a lo largo de la mitad inferior de
la falla; las componentes tensionales de los esfuerzos que aparecen en el talud presentan
valores máximos de 7 .89 Vm2, y se presentan en la zona de cabecera, a la izquierda de la
falla en la zona movida, y a lo largo de la misma, pero en ningún caso superan a las
componentes compresivas para un mismo elipsoide de esfuerzos, es decir, el esfuerzo
resultante en estos casos no es nunca tensional, al igual que pasaba en el caso anterior.

~JOJL: FOR IHE STABILIIY AltALYSIS or SOIL JMD SIIP: 3


MISIi DD'ORMATION IIAX DISPL.: 2,48e-005
NIN IISPL.: -6,89t-lil83
EHS~YOS COHUEHC10HALE$.AHIS0.F: 8.8 - 1.3

1,28~♦181

L 1 •.28e•tae1 L DISPL. SCALE


1..28e-01Z

Figura 8.11.- Malla deformada obtenida para F.s .• 1.0 cuando se considera anisotropía
·116-

Para la segunda hipótesis analizada con parámetros obtenidos a partir de análisis a


posteriori por equilibrio límite (Tabla 8.2) se obtuvieron resultados que en los dos casos
analizados (con y sin anisotropía) dieron deformaciones plásticas desde el principio del
análisis (desde F.S.= 0.8).

En las Figuras 8.12 a 8.17 se presentan las salidas gráficas para el caso sin
anisotropía. La malla deformada alcanzó los máximos desplazamientos en las zonas de
cabecera, a la izquierda de la falla, y de pie del talud, con una magnitud en tomo a 8 m y 6 m
respectivamente. En la Figura 8.12 las deformaciones y el modelo de rotura obtenidos
responden a grandes rasgos a lo observado en el campo, con dos zonas de mayor deformación:
la cabecera y el pie del talud.

En la Figura 8.13 se ha representado la malla deformada para este mismo caso pero
en el escalón anterior (F.S.-0.9), donde se observan los desplazamientos verticales en la
cabecera del talud, a la derecha de la falla (elásticos); para F.S.-1.0, sin embargo, los
desplazamientos elásticos pasan a ser insignificantes con respecto a los desplazamientos
plásticos alcanzados en la cabecera, a la izquierda de la falla, y a pie del talud.

Los vectores de los desplazamientos (Figura 8.14), representan la trayectoria


seguida por los nodos, reflejando, en al caso de F.s .... 1.0, un movimiento circular de la zona
que realmente se rompió en el campo, mientras que en los vectores correpondientes al
F.S.-0.9, este movimiento no presenta una componente circular tan marcada; en el resto del
talud no se manifiestan desplazamientos apreciables. En la Figura 8.15 aparecen las líneas
de flujo de los desplazamientos , denotando esta misma tendencia circular; en la Figura 8.16,
que representa las zonas con igual rango de deformación, la zona derecha e inferior del talud
presenta una deformación nula con respecto al grado de deformación que sufre la zona
deformada y rota.

En la Figura 8.17 se ha representado la distribución de los esfuerzos principales.


Esta distribución denota la presencia de mayores esfuerzos en la zona del talud que no ha
sufrido la rotura. ya que en la zona rota éstas han sido en parte liberadas. El valor máximo
para las componentes compresivas es de 119 t/m 2, en la zona inferior del talud, y de unas
1oo vm2 en cabecera, junto a ta falla; las tensiones aparecen en las zonas de cabecera, tras
la falla, con valores máximos de 30 vm2, a lo largo de la falla en su parte superior, con
máximos de 15 tfm2, y en la cabecera del banco inferior, con valores de hasta 7 tlm2·
· 11 7 ·

Z_SOIL: JOR lHI SlilBILITY ANALYSIS or SOIL


MESH DEFORtMTIOH NAX DISPL.: 1.11e+090
HIN DISPL.: -8.19e+000
PARAN. 111\C·AH. [Q.LIN. F: 0.8 · 1.3

CRAPHICS AT THE ONSET OF FAILURE


CAUTION : lltl$U1BLI COHFIGURATION

1.28H81U

L 1,Z8e+li!Ql L
·
DISPL. $CALE
1,24e♦ 881

Figura 8.12.- Malla deformada, obtenida con parámetros a partir de análisis a posterior! por
equilibrio límite, para Factor de Seguridad • 1.0
2_so1L: FOR lHi STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD StU = 1
MESH HFOJ!MllTlotl MAX Dl$PL,: 1,89t-803
HIH DISPL.: -1.70e-802
PARAH. JIAC-AH. EQ.LIH. F: 8.8 - 1.3

1.28t+8'11

L 1,Z8e+e01 L DISPL. $CALE


2,55@·802

Figura 8.13.- Malla deformada obtenida del mismo análisis de la Figura 8.12 para F.S.=0.9
-1 1 8 -

z_s~IL: fOR THE STABILITY ANALYSIS or SOIL


tJECTOR REPRESMATION OF NODE DISPLACIHEKtS HflXDJSPL.= 1.11e+000
NIN »ISPL.= -8.19e+000
PARAN. BAC-AH. EQ,LIH. F: 0.8 - 1.3

GJIAPHICS Ar THE otlSIT OF FAILIJRE


CAUTION: UNSTABLI CONFI<:IIRATION

-1
t.28e+081 1.24e♦ 081

L 1,Zlte+881 L DISPL. SCALE


l.24e+881 _,

Figura 8.14.- Vectores de los desplazamientos para F.S.• 1.0 -1


i
2..SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSJS or SOIL -j
1
STREAN LIHES tftlX DISPL.= 1,1le+808 !
NIN DISPL.: -8.19e+008
PIIRAN. BAC-AN. EO.LIM. F = 0.8 - 1.3

GRAPHJCS AT THE OHSIT or FAILUJ![


CAUTION: UNSTABLI COHFIQJRIITION

1.28e+081

L 1. zs,••1

Figura 8.15.- lineas de flujo de los desplazamientos para F.s ... 1.0
-11 9 ·

&ISPUlCEHENT CONTOURS
1 LARGE DEF. 1 SMALL DEF.

GRAPHICS Al TffE OHSO or FIULURE


CAUTION : UNSTABLE CONFICIIRATIOH

l.28e+801
l

L LZ8e+081

Figura 8.16.- Zonas de igual rango de deformación en el talud para F.S.-1.0

2_SOIL: FOJ THE SJABILITY ANALYSIS or SOJL


VECTOR REPR!SEtlTATIOH OF PRINCIPAL STWSE MAX STRESS: 2.98e+801
MlH STRESS: -1.19e+002
PARAN. BAC-AN. EQ.LIH. F: 0.8 - 1.3

O Esfuerzos traccionales REQUESTD ZOOMIHG

Figura 8. 17.- Distribución de las 1ensiones principales en et talud


·1 2 O·

Para el mismo caso, pero considerando anisotropía en las lutitas, el talud resulta
igualmente inestable para F.S.-1 .O, pero obteniéndose un modelo deformado muy diferente
del anterior (Figura 8.18), con el banco superior del talud totalmente roto y deformado. Es
en esta zona donde se alcanzan los máximos desplazamientos del orden de 6 x 1 2 m. o·

El resto de las Figuras 8.19 a 8.21 representan también el modelo de rotura


obtenido al considerar anisotropía: vectores de desplazamientos. líneas de flujo de
desplazamientos y zonas con diferente grado de deformación. La Figura 8.22 representa una ¡
-!
repartición de esfuerzos muy uniforme en todo el talud, con valores máximos para los
esfuerzos compresivos de 109 tJm2, en la zona inferior del talud, y concentrados alrededor
de la parte inferior de la falla; las tensiones se presentan en la parte de cabecera que ha
sufrido la rotura, con valores máximos de 2 t/m2• y a lo largo de la falla, con máximos de 11
t/m2.
'
El modelo de deformación obtenido para este último caso es consecuencia de los _ ,
1

menores parámetros resistentes dados a las lutitas para una dirección paralela a la de la
falla; este modelo no representa la rotura observada en el campo, sino que pone de manifiesto
el diferente comportamiento de las zonas del talud en función de los parámetros resistentes
dados según distintas direcciones (paralela y perpendicular a la estratificación).

MESH DUORMATION MAX DISPL.: 3,lSe-895


NIN DISPL.: -4.99e-002
PAMMETROS [QUJLJBRIO LIMITE.AHl$0.F: 1.8 - 1.3

: _,' ...
•. i '
• : : 1
l.28e+881

L 1.28e•001
1 DISPL. SCALE
.__ 7,49•--

Figura 8.18.- Malla deformada para F.S.=1.0 y para el análisis con parámetros obtenidos a
partir del análisis a posteriori con métodos de equilibrio límite y considerando anisotropía.
., 21 •

Z_,SOIL: fOR THE STABILITY RNALYSIS or SOIL LORD SlEP: Z


VECTOR REPRESOOATION OF HODE DJSPLACDtOOS HAX DISPL.= 3.15e-00S
HIN DISPL.: -4.99e-002
PflRIIMITROS [QUILIBRlO LIMITE.AHISO.F = 0.8 - 1.3

1.28e+881

L 1.~8e•081

Figura 8.19.· Vectores de los desplazamientos para F.S.-1.0

PARAHlTROS EQUILIBRIO LIMltE.RHISO.F: 8.8 - 1.3

CRAPIUCS flT TH[ otlSET or fAILIIRt


CAUTIOH : UHSTAILE CONFICIIJIATIOH

1.28e+881

L 1,Z8e+l81

Figura 8.20.· Lineas de flujo de los desplazamientos para F.S.=1.0


-122 -

Z_SOIL: FOR THE STABILITY AHALYSIS or SOIL


DISPIACEHENT COHTOURS
1 LARGE DEF. 1 SHIILL DEF.

1.28e+li1
1

L 1,Z8e+091

Figura 8.21.- Zonas con distinto grado de deformación en el talud

2_$0IL: FOR THE STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD STIP: Z


UICTOR RIPRISENTATION or PRINCIPtL STRESSE ltAX STRESS: 1, 88e+li1
NIN STRESS: -1.9'e+002
PARAHETROS EQUILIBRIO LIMITI.AHISO.F: e.8 - 1.3
Q Esfuerzos traccfonales RIQUI$TED ZOONINC

Figura 8.22.- Repanición de las tensiones principales en el talud para F.s .•, .o
· 123 ·

Para la tercera hipótesis de análisis realizados, considerando valores para E y v


obtenidos a partir de ensayos realizados con prensa rígida servo-controlada (Apartado 7.4),
se han obtenido los resultados generales:

Tabla 8.3

FACTOR DE SEGURIDAD
HIPOTESIS
0.8 0.9 1.0 1 .1 1.2

ANAUSISCON
PARAMETROS Sin Anisotropía NC NC NC
DEENSAYOS
RIGIDOS Y SEB Con Anisotropía e e e e e
VOCONTROL.

C .. no se ha alcanzado el limite de elasticidad


N C = se ha alcanzado la superficie de fluencia

es decir, se han alcanzado deformaciones plásticas para todos los escalones en el caso de no
considerar anisotropla, mientras que al considerar la anisotropia del material el análisis
converge para todos los escalones (desde F.S.-0.8 hasta F.S.-1.2).

La Figura 8.23 representa la malla deformada para F.S.=1.0, y sin considerar


anisotropía, con un modelo que no representa las observaciones realizadas en al campo en
cabecera y pie del talud, aunque sí en la parte central, con avance del material hacia afuera
(Figura 8.24). En esta zona los desplazamientos máximos alcanzados han sido de 0.8 m en
esta zona central del talud, siendo de 0.3 m los máximos conseguidos en la cabecera del talud
junto a la falla. En la Figura 8.25, la parte del talud que no ha sufrido la rotura aparece con
deformación despreciable en comparación con la que sufre la zona superior. En la Figura
8.26, la distribución de esfuerzos principales en el talud se presenta un tanto caótica; los
máximos esfuerzos aparecen es este caso más repartidos por el talud, sin presentar la clara
concentración en las zonas inferiores como en los casos anteriores analizados; de hecho el
modelo de deformación obtenido es diferente. Lon esfuerzos máximos compresivos se
presentan en las zonas siguientas: en el pie del talud (alrededor de la galeria) con 163 Vm 2
máximo, en la zona que ha sufrido la rotura y en la parte inferior del talud, con hasta 1 oo
ttm 2 , y en cabecera del talud, con máximos de 70 t/m2 • Los esfuerzos tensionales
principales generados son más importantes y abundantes que en los análisis anteriores, y
aparecen repartidos por todo el talud, fundamentalmente en la zona rota con valores de sus
componentes de hasta unas 54 Vm2; en la parte Inferior del talud y en la zona de cabecera,
las tensiones presentan valores máximos de 46 vm2 y de 26 t/m 2 respectivamente.
-124 ·

ZJOIL: fOH JHE SJABILIJY ANALYSIS or SOIL


· MISH JEFORHATIOH MAX DlSPL.= 2.56e-801
HIM »ISPL.= -7.62e-001
PARAMETJIOS PRENSA RlCIM.F = 8.8 - 1.3

CJIIIPHICS AT THE ONSET OF FAIWRE


CAUTION: UNSTABLE CONFICIJRATIOH


1
1.28e♦081

L 1.2•·••1 L IISPL. SCALE


1,21t♦llill
_l

Figura 8.23.- Malla deformada para F.S.-1.0 en el análisis con parámetros obtenidos de
ensayos en prensa rígida servo-controlada

ZJOIL: fOI JHI SJABILITY ANALYSIS or SOIL 1
VECTOR REPRES~ATIOH OF NOD! DISPIACDIINTS MAX DISPL,: 2,56e-801
NIN DISPL.: -?.62e-881
PARAIIITROS PRENSA RIGIM.F: 8.8 - 1.3

GRAPHICS AT THE OHSET or FAILURE


CAUTIOH: UNSTABLE COHFIGUMTIOH

l.28.+181 l.21e♦889

L 1.2,,••1 L DlSPL. SCALE


1,2le+888

Figura 8.24.- Vectores de desplazamientos para F.S.=1.0


-125-

Z_SOIL! FOB THE STABILITY ANALYSIS or SOIL


l>ISPLACEMDIT COtlTOURS
1 LAJIGI DEF. 1 SMALL l>EF.

GRAPIIICS A1 tHE OHSET Of FtUWRI


CAUTI OH : UNSTABLE COHFI GUMtl OH

l,28t+D81

L 1.28•••1

Figura 8.25.- Zonas de diferente grado de deformación

Z-.SOIL: JOB THE STABILITY ANALYSIS Of SOIL


VECTOR IEPRESENTATIOH OF PRINCIPAL STRESS! MAX STRE$$: 5.36e+81itl
NIN STRESS: -1,63t+ee2
PflllllMETBOS PRENSA RtGtDt\.F: e.a - 1.3
Q Esfuerzos traccionales RIQUISTD ZOONING

Figura 8.26.- Distribución de tensiones principales en el talud


·126•

Para este mismo análisis pero considerando anisotropía, se alcanza la rotura


para F.S.= 1.0, siendo el talud estable (presentando solamente deformaciones plásticas)
para F.5<1.0.

Las Figuras 8.27 y 8.28 representan las mallas deformadas para F.S.=0.8 y
F.S.-1.2 (presentando estabilidad y deformaciones elásticas ambas) respectivamente; los
máximos valores alcanzados en los desplazamientos han sido de 2.0 x 1o-2 m en la zona de
cabecera; como se observa en ambas, los desplazamientos y modelos deformados son muy
semejantes, aspecto éste característico de los análisis en que no se alcanzan las deformaciones
plásticas en escalones sucesivos. La Figura 8.29 representa los vectores de los
desplazamientos y la Figura 8.30 representa las zonas con diferente grado de deformación,
ambas para un Factor de Seguridad de 1.0.

En la Figura 8.31 aparece representada la distribución de los esfuerzos principales


generados en el talud. Esta distribución es semejante a la de los otros casos analizados y que
presentaban, así mismo, convergencia en el análisis y deformaciones elásticas únicamente,
sin alcanzarse la rotura del material; la dirección predominante es vertical, paralela a la
cara del talud, en concordancia con estas deformaciones elásticas.

Para el caso con Factor de Seguridad de 1.0 , se han obtenido esfuerzos compresivos
máximos de unas 113 ttm2, localizadas en las zonas inferiores del talud; en la parte media de
la zona oriental a la falla, también se han alcanzado valores cercanos a los máximos para los
esfuerzos compresivos.

Componentes tensionales en los esfuerzos principales aparecen únicamente en los


elementos que constituyen la falla, con valores máximos de 6.54 Vm2, localizados en la zona
Inferior de la misma.
-127 •

Z_SOIL: fOR JHE SJABILIJY AlfALYSIS OF SOIL LOAD SUP = 1


"ESH DEFOllHATtOtl HAX Dl$PL.: 2.55e-0e5
HIN DISPL.= -1.36e-002
PARANETROS PRIHSA RICI».:I.F:0.8-1.3

1.28e+801

L 1.2Be+081 L DISPL. SCALE


2.73e-892

Figura 8.27.- Malla deformada para F.s.-o.s en el análisis con parámetros obtenidos de
ensayos en prensa rígida servo-controlada y considerando anisotropía
2..$011: fOI m SJABILITY ANALYSIS Of SOIL LOAD SIIP: 6
MESH HFORMATIOH MAX DISPL.= 3.23e-00S
NIN DISPL.: -l.82e-002
PARAHETROS PIIEH$A RICI»A.F=8.8-l.3

'/
1.28t+881

L 1.28,•081
1
! _ .-
DISPL. SCALE
2, 73e-00Z

Figura 8.28.-Malla deformada para F.S.=1.2 en el análisis con parámetros obtenidos de


ensayos en prensa rígida servo-controlada y considerando anisotropía
-1 28-

2..SOIL: roa THE STABILITY ANALYSIS or SOIL


UICTOR REPRISINTATIOH or Hé)I)[ l)JSPLACDIIHTS
LOAD STEP = 3
MAX DISPL.= 2.67e-lm5
NIN DISFL.= ·1.61e-002
,-
PARAMEtJIOS PRENSA RTCl»A.F=i.8-1.3

1,28e+081 2.'13e-ee2 :-

L l,28e+e01 L DISPL. $CALE


2,73e-ee2

-
Figura 8.29.- Vectores de los desplazamientos para F.S.•1.0 r
.,...
Z_SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSIS or SOIL
DISPLACDIENT CONTOURS
1 LARCI DEF. 1 SHALL DEF.

+ T

I T

T
l.28t+8i1
1

L 1.28t+08l

Figura 8.30.· Zonas con distinto grado de deformación para F.S.=1.0


-1 2 9 -

Z_SOIL: fOR IHE SIABILIIY ANALYSIS OF SOIL LOAI> STIP : 3


UECTOR REPRESENTAJIOH or PRINCIPAL STRESS[ HAX STRESS: 6.S4e+000
HIN STRESS= -l,13e+092
PARAMETROS PRENSA RICIDA.F:0.8-1.3

Esfuerzos traccionales REQUESTED 'ZOOHIHG

Figura 8.31.- Distribución de las tensiones principales en el talud para F.S.=1.0


-1 3 O -

8. 7 .- DISCUSION DE RESULTADOS

Para los tres conjuntos de análisis llevados a cabo se han obtenido diferentes resultados
en función de los parámetros geomecánicos utilizados en cada caso.

En la Tabla 8.4 se han recogido los máximos desplazamientos totales alcanzados en


cada caso para Factor de Seguridad de 1.0. así como si se ha alcanzado o no la superficie de
fluencia para este escalón:

Tabla 8.4

PARAM. GEO\EC. MAXIMOS DESPLAZAMIENTOS


PROVENIENTES DE: TOTALES PARA F.S. • 1.0

1- No Anisotropía e 8.5 X 10·3 m


2· Anisotropía e 7.0 X 10·3 m

ANAUSIS 3- No Anlsotropla NC 8.2 m


EQUILIBRIO LIMITE 4- Anisotropía NC 6 X 10·2 m

ENSAYOOPRENSA 5- No Anisotropía NC 8.0 X 10·1 m


RIGIDA 6- Anisotropfa e 2.0 X 10·2 m

C. no se ha alcanzado el límite de elasticidad


N C • se ha alcanzado la superficie de fluencia

Los máximos desplazamientos tienen lugar para el tercer caso, donde la malla
deformada obtenida reproduce el modelo de rotura observada en el campo pero ya desde
Factores de Seguridad menores de 1.0; es decir, los parámetros utilizados en este análisis han
resultado ser bajos con respecto a los que funcionaron en la rotura del talud. No se ha
conseguido modelizar el paso estabilidad-inestabilidad para F.S. - 1.0.

Para el resto de los casos se obtienen mallas deformadas diferentes que no


representan el modelo de rotura real del talud. Los casos numerados 1,2 y 6 , en los que no se
alcanza la no convergencia {produciéndose solamente desplazamientos elásticos), dan una
malla deformada similar. con los mayores desplazamientos en la zona de cabecera del talud y
con el pie prácticamente intacto (Figura 8.32; nótese que las mallas deformadas han sido
dibujadas a diferentes escalas).
· 1 31 ·

EIISAVOS COHVEHCIONALIS. ENSAYOS COtllJENCIONALES.ANISO.

1. 28e+001

L 1.Z8e+00l L DISPL. SCALE


1.37e·00Z L DISPL. SCALE
l,Z0e-80Z

PARAN. lh\C-AH. EQ.Ll"· F: o.a - 1.3 PAIIAMETJIOS EQUILIBRIO LINITE.AHISO.


CAUTI 0N ; UNSttlBLE CONFI GURAtl OH

l. 28H01ll 1.28e♦ e&1

L 1,Z8e+001 L DUPL. SCALE


1.Z4e+IHl1 L 1.28et081 L DISPL. SCALE
7.4,e-eez

PARAMETROS PRMA RlCIDA.F:&.8-1.3 PARAIIETRO$ PRDISA RICIDll.F: 8.8 - l.3


CAUTJON : UNSTABLE COHFIGIIJIAtlON

• J
i. : • ;
1.28e+0&l

L DISPL. SCAL!
1,Zle•0B9 L 1.za,+001 L DISPL. SCALE
Z.73t·IHIZ

Figura 8.32.- Modelos de malla deformada• obtenida para los 6 análisis llevados a cabo y
para un Factor de Seguridad de 1.0
• nótese que las mallas deformadas han sido dibujadas a diferentes escalas
-132-

Los casos 4 y 5 representan roturas únicamente en las zonas de cabecera y parte


central del talud respectivamente, modelos que no se corresponden con la realidad observada
en el campo.

En cuanto a los casos en los que se ha modelizado cierta anisotropía en los


materiales. cuando no se alcanzan las deformaciones plásticas en estos análisis los modelos
deformados son iguales que cuando se considera isotropía e igualmente no se alcanza
la deformación plástica. El único caso anisótropo y plástico (caso 4) da un modelo de
rotura no real.

Para el caso 6, al considerar la anisotropla se obtiene la estabilidad en todos los


escalones analizados, mientras que al no considerarla, caso 5, el análisis resulta inestable;
cuando se rebajan los parámetros resistentes de las superficies de estratificación (paralelas
a la falla y al talud), y de la propia falla, con respecto a los parametros de la matriz rocosa
(es deeir, con respecto a los parámetros que se dan para la dirección perpendicular a la
estratificación), la rotura no se produce, mientras que si lo hace para el caso en que no se
considera anisotropia y se rebajan los parámetros asignados a la lutita (un único conjunto de
parámetros para todas las direcciones) con respecto a los que se daban para la matriz rocosa
en el caso anisótropo; es decir:

- Al considerar dos conjuntos de parámetros geomecánicos diferentes, para las


discontinuidades y para la matriz rocosa, NO SE ALCANZA LA ROTURA

- Al considerar un único conjunto de parámetros geomecánicos para el material (con


valores comprendidos entre los dos grupos anteriores) SE ALCANZA LA ROTURA.

La conclusión interesante que puede ser deducida de estos resultados es que lo que
influye para que la rotura se produzca o no, son los bajos valores asignados al material
cuando éste se considera como un todo, no pareciendo que tengan influencia suficiente como
para producir la rotura los valores asignados a las discontinuidades, por muy bajos que estos
sean, en los casos en que se dan a estas úhimas unos parámetros resistentes diferentes a los
de la matriz rocosa.

En las Figuras siguientes se han representado una serie de gráficos con las curvas de
los desplazamientos sufridos en los diferentes análisis y para una serie de nodos que se han
considerado representativos para la evaluación de la deformación general del talud; se han
elegido dos grupos: los nodos con los números 83, 93, 103, 102, 111 y 131, de la zona
inferior del talud, y los nodos con los números 46, 65 y 83, localizados a lo largo de la falla
(Figura 8.33).
-1 3 3 -

~---11

46

131

Figura 8.33.- Localización de los nodos seleccionados en el talud para la representación de los
desplazamientos sufridos

En las Figuras 8.34 a 8.39 aparecen estas curvas de desplazamientos para los casos
analizados, denotando no solo la diferencia en sus magnitudes, sino la tendencia general de sus
incrementos al aumentar el Factor de Seguridad y las diferencias existentes de unos a otros
nodos. Se han representado en todos los casos los desplazamientos totales sufridos por los
nodos, sin considerar su dirección ni sentido.

Así, en los gráficos de los nodos elegidos para su representación, se puede observar
la pendiente más o menos uniforme de las curvas que representan los desplazamientos en los
análisis en que no se ha alcanzado la rotura (casos 1, 2 y 6, a los que corresponden las
Figuras 8.34, 8.35 y 8.39), frente al cambio brusco de pendiente que experimentan
algunas de las curvas para el resto de los gráficos correspondientes a los casos en que se ha
alcanzado la rotura (casos 3, 4 y 5, representados en las Figuras 8.36, 8.37 y 8.38).

No todos los nodos presentan la misma tendencia general en las curvas de sus
desplazamientos; serán los nodos de las zonas más deformadas en el talud los que presenten
mayores valores. En general, las mayores magnitudes se dan a lo largo de la falla, en su
trazado más superficial, para, todos los casos, disminuyendo con la profundidad, como queda de
manifiesto en los gráflCOs "b" de las Figuras 8.34 a 8.39.

En los nodos representados del interior del talud (gráficos •a• de las Figuras 8.34 a
8.39), los máximos desplazamientos se dan siempre en la zona más cercana a la falla en los
casos en que no se alcanza la rotura (casos 1, 2 y 6), aunque para el caso 4, Figura 8.37,
ocurre lo mismo a pesar de haberse producido la rotura del material; esto se debe a que en
-134 -

este caso el material más deformado y roto está localizado en la zona de cabecera,
permaneciendo el resto del talud más o menos "intacto", siendo en esta última parte en la que
se encuentran los nodos de medida.

Por el contrario, cuando se ha conseguido la rotura en los análisis efectuados se


invierte esta tendencia, teniendo lugar los máximos desplazamientos en los nodos situados en
la zona de pie de talud, y disminuyendo su magnitud al acercarnos a la falla (casos 3 y 5,
Figuras 8.36a y 8.38a).

En las Figuras 8.40 y 8.41 se han representado las curvas correspondientes a los
desplazamientos de un mismo nodo, para los distintos factores de seguridad y para los
diferentes análisis efectuados, a efectos de su comparación.

En el caso de los nodos situados en la parte inferior del talud (nodos 131, 111, 102
y 103), se observa un incremento importante en los desplazamientos cuando se ha alcanzado
la rotura, mientras los incrementos permanecen más uniformes para los nodos de los análisis
que han resultado estables (casos 1, 2 y 6); el gráfico de la Figura 8.40 muestra la tendencia
general de los nodos de esta zona, representada para el nodo 131.

Los nodos. seleccionados a lo largo de la falla, en su parte superior, siguen una


tendencia similar, con importante aumento de las magnitudes de los desplazamientos, al
aumentar el factor de seguridad, en los casos que resultan inestables; la Figura 8.41 muestra
las pautas generales de los desplazamientos de los nodos en esta zona, representadas por el
nodo número 46.

En ambas Figuras se observa claramente la diferencia entre los nodos de los modelos
que han alcanzado la rotura y los nodos de los modelos que han resultado estables.
-135 -

Caso 1. a)

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


convencionales. Sin anisotropía.
5 (1J
83 e:
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(.)

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o
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4
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103 e
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1 z
0,8 0,9 1,0 1, 1 1,2 1,3
Factor de Seguridad

Caso 1.b)

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


convencionales. Sin anisotropia.
9 CII
46 e:
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4 e
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(1)

3 •z
0,8 0,9
1 ·º 1,1 1,2 1,3
Factor de SeQuridad

Figura 8.34.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (a) y a lo largo de la falla (b) para el caso de análisis con parámetros de
ensayos convencionales y sin anisotropía.
-136 -

Caso2.a

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


convencionales. Con anisotropía.
4-----------------
83
93
103

102

111

131

-..----""T""---1
1 ...........-------.----..--.......
0,8 0,9 1,0 1,1 1,2 1,3
Factor de Seguridad

Caso2.b

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


convencionales. Con anisotropía.
8 <11
46 i::
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(.)

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2 z
0,8 0,9 1,0 1,1 1,2 1,3
Factor de Seguridad

Figura 8.35.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (a) y a lo largo de la falla (b} para el caso de análisis con parámetros de
ensayos convencionales y considerando anisotropía.
-137-

Caso3.a

Análisis con parámetros obtenidos del análisis


a posteriori con equil. límite. Sin anisotropía
30---------------- 131
103
111
<?'
o 102
X 20 93

83

o----------------
0,8 0,9 1,0 1. 1
Factor de Seguridad

Caso3.b

Análisis con parámetros obtenidos del análisis


a posterior! con equil. límite. Sin anisotropía.
40..------------------, 65
<?'
- 30
o
)(

.§.
u,
se 20

iril
g. 10
~ 83

o
0,8 0,9 1,0 1,1
Factor de Seguridad

Figura 8.36.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (a) y a lo largo de la falla (b) para el caso de análisis con parámetros
obtenidos a partir del análisis a posteriori con equilibrio límite y sin anisotropía.
-138 ·

Caso4.a

Análisis con parámetros obtenidos del análisis


a posteriori con equil. limite. Con anisotropía
5
83 111
e:
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93 u
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0,8 0,9 1,0 1, 1
Factor de Seguridad

Caso4.b

Análisis con parámetros obtenidos del análisis


a posterior! con equil. límite. Con anlsotropía.
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0,8 0,9 1,0 1, 1


Factor de Seguridad

Figura 8.37.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (a) y a lo largo de la falla (b) para el caso de análisis con parámetros
obtenidos a partir del análisis a posteriori con equilibrio límite y considerando anisotropía.
-139-

Casos.a

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


con prensa rígida. Sin anisotropia.
30 ftl
111 ~
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131 u
102 !!
2 20
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0,8 0,9 1,0 1,1
Factor de Seguridad

Caso5.b

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


con prensa rígica. Sin anisotropía.
80 ftl
46 ~
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2 60
Q
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0,8 0,9 1,0 1, 1
Factor de Seguridad

Figura 8.38.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (a) y a lo largo de la falla (b) para el caso de análisis con parámetros de
ensayos con prensa rígida y sin anisotropía.
-1 4 O -

Caso6.a

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


con prensa rígida. Con anlsotropía.
9 «I
2:
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83 u
8 J2
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o 7 .si
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X
103 Q)

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4 111 o
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g
CD 3 131
o ~
2 "'z
0,8 0,9 1.0 1, 1 1 ,2 1,3
Factor de Seguridad

CasoG.b

Análisis con parámetros obtenidos de ensayos


con prensa riglda. Con anisotropía.
20----------------
46
t;¡
o
><
§, 65

~e 10
_gi 83
1
i
.3
o
0,8 0,9 1,0 1,1 1,2 1,3
Factor de Seguridad

Figura 8.39.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (a) y a lo largo de la falla (b) para el caso de análisis con parámetros de
ensayos con prensa rígida y considerando anisotropía.
-1 4 1 -

NODO 131

X
20 m EC-131
• EC-A-131
■ ET-131
• ET-A-131
10 ■ IC-131
CI IC-A-131

o +--.-----.--...---....---.----.----.---
0, 8 0,9
1 ·º 1,1
Factor de Seguridad
1,2 1,3

Figura 8.40.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para un nodo localizado en la zona


de pie del talud (nodo n2 131) para todos los casos analizados (ver Figura 8.33).

NOD046
80

2 60
X

§. El EC-46

~
11)
• EC-A-46
40 • ET-46
-~ • ET-A-46

~
a.

a
IC-46
IC-A-46
20
$
o
o
0,8 0,9 1,0 1, 1 1,2 1,3
Factor de Seguridad

Figura 8.41.- Gráfico desplazamiento-factor de seguridad para un nodo localizado en la zona


de cabecera de la parte movida, junto a la falla (nodo n2 46) para todos los casos analizados
(ver Figura 8.33).

EC- Anélisis con parámetros de ensayos convencionales y sin anisotropfa


EC-A = Anélisis con parámetros de ensayos convencionales y con anisotropfa
ET. Análisis con parámetros de análisis a posteriori por equilibrio lfmite y sin anlsotropfa
ET-A= Análisis con parémetros de anélisis a posterior! por equilibrio limite y con anisotropfa
IC• Análisis con parámetros de ensayos con prensa rlgida y sin anisotropfa
IC-A"' Análisis con parámetros de ensayos con prensa rígida y con anisotropfa
-142-

Con respecto a los valores de las tensiones principales máximas generadas para cada
análisis, recogidos en la Tabla 8.5, son de magnitudes equiparables para los casos 1,2,4 y 6;
el caso 4, aunque presenta rotura, ésta está muy localizada en una zona del talud, y no parece
afectar al resto en cuanto al estado tensional, excepto en que se general mayores componentes
de esfuerzo traccionales.

Tabla 8.5

PARAM. GEOMEC. MAXIMOS ESFUERZOS GENERADOS


PROVENIENTES DE: CASOS COtvPAESIVOS DISTENSIVOS

1- No Anisotropía 112 tJm2 5.9 f/m2


2- Anisotropía 116 t/m 2 7.9 t1m2

ANAUSIS 3- No Anisotropía 119 tJm2 30 ttm2


EQUILIBRIO LIMITE 4- Anisotropfa 109 t/m 2 11 t/m2

ENSAYOO PRENSA 5- No Anisotropía 163 tJm2 54 vm2


RIGIDA 6- Anisotropia 113 tJm2 6.5 vm2

Para los análisis de los casos 3 y 5, en que se han alcanzado deformaciones plásticas,
las tensiones presentan diferente distribución, sobre todo en las zonas en las que se ha
manifestado la inestabilidad (los mayores desplazamientos}. Las tracciones son más
abundantes, y aparecen en zonas que antes no las presentaban, alcanzando valores superiores
sobre todo para el caso 5; para este mismo caso también se incrementan claramente las
magnitudes de las tensiones compresivas en zonas que, en otros análisis, presentaban valores
muy pequenos (por ejemplo, 163 l/m2 en el caso S frente a 25 l/m2 en los casos 1,2 y 6
para la zona de pie del talud.

a modo de resumen, como aspectos interesantes obtenidos a partir de la


Asf pues, y
mQdeHzacj6n y de los ant!lisis Heyados a cabo mediante el método de elementos finitos se
pueden enumerar:

- los parámetros obtenidos a partir de los datos de ensayos convencionales resultan


ser altos, no alcanzándose con ellos la inestabilidad en ningún caso en los análisis
rearaados

- los parámetros obtenidos a partir de análisis a posteriori del talud con métodos de
equilibrio límite resultan bajos, apareciendo el material ya roto y plastificado; es
· 143 -

decir, mientras que para análisis de equilibrio límite la rotura se obtiene para
unos determinados valores de C y 4>, al realizar análisis de elementos finitos, y para
idénticas condiciones, el talud aparece ya roto y deformado, pudiéndose considerar en
un estado de inestabilidad posterior y avanzado con respecto al obtenido con equilibrio
límite para el mismo factor de seguridad (1.0)

- mediante deformaciones. únicamente elásticas no se puede modelizar el comportamiento


real del talud ni aún en sus primeras etapas de inestabilidad

- cuanto más bajos son los parámetros resistentes, y los módulos de deformación del
material utilizados en los análisis, menores desplazamientos se necesitan para alcanzar
la rotura

- la utilización de los parámetros geomecánicos obtenidos de ensayos con prensa


rígida servo-controlada resulta en casos de estabilidad o inestabilidad, según
se introduzca o no anisotropfa en el material respectivamente; esto implica que
los parámetros resistentes asignados a la matriz rocosa predominan sobre los
asignados a las discontinuidades a la hora de producirse la rotura del talud, rotura
que no se consigue al reducir estos últimos considerablemente y mantener más
altos los de la matriz, mientras que sí se obtiene para la reducción de los parámetros
de la matriz rocosa sin considerar las dicontinuidades

- en los casos en los que se ha conseguido modelizar la rotura del talud, bien no respondía
al modelo de deformación observado en el campo o bien correspondía a estados
avanzados de la inestabilidad

- en ningún caso se obtuvo el paso de no rotura a rotura para Factor de Seguridad igual a
1.0, es decir, no se consiguió realizar el análisis a posteriori del talud con los
valores de propiedades geomecánicas introducidos; los diferentes grupos de
parámetros utilizados no son los que realmente funcionaron en la rotura del
talud

- no obstante, y oomo ha quedado de manifiesto, el método utilizado permite modelizar


correctamente el talud investigado reproduciendo su comportamiento y ta tipologla de
la rotura observada mediante la utilización de una ley elasto-plástica de
comportamiento del material.
-144 -

8. 8. • ANALISIS A POSTERIORI DE LA ROTURA

8. 8. 1 • • Realización, resultados e interpretación de los análisis

Tras la realización de los análisis presentados en los apartados anteriores de este


capitulo, y puesto que en ningún caso se obtuvo el paso de no rotura a rotura del talud para
F.S.=1.0, se procedió a la realización del análisis a posteriori mediante la variación de los
parámetros geomecánicos hasta conseguir la rotura para F.S. = 1.0 y un modelo de malla
deformada igual al observado en el talud.

Esto se consiguió para los siguientes valores de los parámetros geomecánicos de los
materiales involucrados en la rotura:

Tabla 8.6

MATERIAL c (t/m2) ~ E (Vm 2 ) V

Relleno de galería o.o 382 1 X 105 0.40

Carbón 10.0 35 2 2 X 106 0.50

Falla 5.0 20 9 2 X 105 0.25

Lulita 8.0 139 3 X 105 0.30

Lutita y Arenisca 13.0 289 5 X 105 0.30


(detrás de la falla)

necesiténdose valores para el módulo de elasticidad y para el coeficiente de Poison algo


superiores a los obtenidos de los ensayos realizados con prensa rígida y sin considerar
anisotropia. Cuando se introdujo la anisotropía en los materiales no se consiguió modelizar el
comportamiento real del talud, sino que se obtenían otros modelos de rotura diferentes,
generalmente similares al presentado en la Figura 8.18, con únicamente la zona superior del
talud deformada y rota. Asimismo, se realizó también el análisis a posteriori introduciendo
tensiones residuales actuando sobre el talud.

En el análisis a posteriori (sin considerar las tensiones residuales, como es este


caso), para F.S.-1 .O se alcanzó la convergencia para la última iteración, mientras que para
F.S.=1.1 el talud pasa a ser ya inestable, obteniéndose el modelo de rotura recogido en la
Figura 8.42 para los escalones con F.S. = 0.9, 1.0 y 1.1.
-145 -

Los desplazamientos máximos que se produjeron para cada uno de los escalones
analizados (Tabla 8.7), inidican las magnitudes que admite el material antes de alcanzarse la
rotura, así como los desplazamientos para los cuales el talud ya es inestable; en este caso,
para valores superiores, aproximadamente, a un centímetro, el material alcanza ya
deformaciones plásticas, mientras que para magnitudes menores, las deformaciones sufridas
son de caracter elástico.

Tabla 8.7

ANAUSIS A POSTERIOR! DE LA ROTURA

ESCALON (FACTOR DE SEGURIDAD) 0.9 1.0 1.1


c e NC

DESPLAZAMIENTOS
MAXIMOS (m) 9 X 1Q·3 1.3 X 10·2 9 X 10·1

C • no se ha alcanzado el límite de elasticidad


N C = se ha alcanzado la superficie de fluencia

Como se observa en la Figura 8.42, la evolución de las deformaciones denota el paso


de la estabilidad, únicamente con desplazamientos elásticos fundamentalmente verticales que
afectan a la zona superior del talud (Figura 8.42 a), a la rotura, con desplazamientos hacia
abajo y hacia afuera del talud denotando un movimiento circular (Figura 8.42 c). Para este
último caso, los desplazamientos elásticos de la cabecera del talud, con magnitudes máximas
de 9 x 1o-3 m, son Insignificantes con respecto a los desplazamientos plásticos que se
manifiestan, fundamentalmente, en la berma de la falla y en el pie del talud y que presentan
magnitudes máximas del orden de 9 x 1o-1 m.

En la Figura 8.42b, en donde las deformaciones plásticas están a punto de


producirse, ya ha comenzadO a deformarse la zona de pie del talud, y el material ha empezado
a deslizar a favor de la falla. El salto medido entre los labios de la falla en las
mallas deformadas obtenidas de los análisis, punto donde comenzó a producirse la grieta
de tracción real en el talud, ha sido de:

Tabla 8.8

0.9 1.0 1.1

DESPLAZAMIENTO ENTRE LOS LABIOS


DE LA FALLA EN SUPERFICIE 8.7 X 10·3 1.3 X 10·2 8.3 X 10·1
-146 -

LOAD ST[P: Z
HAX DISPL.: 7.72e-e05
HIM DISPL.: -8.66e-003

i } 1
1.28e+001

L l.Z8e+001 L DISPL. SCALE


1,84e-08Z

Ll)AD STEP : 3
~JIXDISPL.: 6.86e-004
HIN DISPL.: ·1.22e-002

1,28H801

·L . 28•+801 L DISPL. SCALE


1.84e-M

CRAPHICS AT THE ONSET OF FAIIJJRI


CAUTIOH: UHSTABLE CONFICURtlt-IOH

HAX DISPL,: 1,7,e-091


MIN DISPL.: -8.56t-081

I ¡
i
I 1 1 J

1.29e+liMU

L 1,ZBe+e01 L DISPL. SCALE


1.31e+0ea

Figura 8.42.- Mallas deformadas obtenidas del análisis a posteriori del talud para los
escalones con Factor de Seguridad de: 0.9 (a), 1.0 (b) y 1.1 (e).
-147-

La Figura 8.43 recoge un detalle del pie del talud deformado, junto con la disposición
inicial de la malla. Como se puede observar, el modelo de rotura obtenido en esta zona, sigue
los mismos rasgos que fueron observados en el campo al estudiar la rotura del talud y que
fueron descritos en el Capítulo 4. La tendencia de los estratos, con buzamiento inicial de 452,
coincidiendo con el talud de banco, a adoptar una disposición horizontal paralela al plano de
rotura, y la salida de éste a la luz a la altura de la galería minera antigua han quedado
representados claramente; los estratos flexionaron a la altura de la galería situada tras el
talud, definiendo la salida de la superficie de rotura, hasta romper y colocarse en posición
horizontal.

En la Figura 8.44 se representan los vectores de los desplazamientos, también para


los tres factores de seguridad para los que ocurre en paso de no rotura a rotura,
donde se observan las diferentes trayectorias que siguen los nodos del modelo para las
condiciones ya expuestas; el movimiento circular de todo el talud se manifiesta claramente
en la Figura 8.44 c.

En las Figuras 8.45 y 8.46 se presentan un detalle de estos vectores en la zona de


pie del talud y las lineas de flujo de los desplazamientos para todo el talud, respectivamente,
denotando el movimiento circular.

Las zonas .con el mismo grado de deformación para los análisis con escalones de
F.S.=1.0 y F.S.=1.1 aparecen en la Figura 8.47; en la correspondiente al segundo caso
(F.S.=1.1) se puede observar que, con respecto al grado de deformación que sufre la zona
rota, el resto del talud presenta deformaciones despreciables, no siendo así para el caso en
que todavía no se ha alcanzado la rotura (F.S. = 1.0), donde, a pesar de que las deformaciones
son mayores en la zona localizada a la izquierda de la falla (la que posteriormente sufriría la
rotura), también se presentan, y con rangos comparables, en la parte situada tras ella.
-148 -

Z~SOIL: FOR THE STABILIIY ANALYSJS OF SOJL


MESH DEFOJDil.AT IOH IMX &ISPL.= 1.76e-901
MIH DISPL.= -8.56e-001
SLIDE4Bl. MALLA DEHSA. F = 0.8 - 1.3
REOUISTID ZOOMUIG'/

-1
1

-1

Z_$01L :fOR tHE StABILJtY AHllLYSIS or SOIL


-1
DDISE MESH DISCRETIZATION or SOIL NDJUN
SLID[4BI. MALLA DENSA. r: e.a - 1.3

PRESS RETURH TO CONTINUE

Figura 8.43.- Detalle de la deformación obtenida en la zona de pie del talud (arriba) y
disposición inicial de la malla en esta zona (abajo)
-149-

.tf•, l !rn 1
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"'
~

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1.28e+i01 1.84e-i02

L 1.28e+001 L DISPL. SCALI


1.84Ht8Z

♦ • • .. - ,,

1,2S.+081 1.84e-882

L 1.28e+001 L DISPL. SCALI


1.84e-00Z

CMPHICS AT THE OHS OF FAILURE


Cllut I OH : UHSTABL! COHFI CUIIATJ OH

~
d ,..... 11.'I✓.~-
g_~~ ✓ I . . .
~ ✓ l!JI j ..
ir1 y i .
r.:?.~--
~¡:::.- r ,? .- .
. · ::ie r ,,, - .

1,28e+001 1.31t+Gl0

L 1.Z8e+901 L DISPL. $CALE


1,31e+880

Figura 8.44.- Vectores de desplazamiento para los escalones con Factor de Seguridad
de 0.9 (a), 1.0 (b) y 1.1 (e).
-1 5 O·

·z_SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSIS or SOIL


UECTOR RIPRESENTATIOH OF HODI DISPLACIHEHTS MAX DISPL.: 1.16e-001
KIH DISPL.: -8.S6e-001
SLIDE4B1. HALLA DENSA. F: 0.8 - 1.3
RIQUESTED ZOOH1HG

Figura 8.45.- Detalle de los vectores desplazamiento en el pie del talud para F.S. • 1.1

SLID[4BI. tMLI.11 DDISA. F: 0.8 - 1.3

GIIAPHICS At TRI OHSIT or FAILURE


CAUTIOH : IIHSTHLI CONFICIJRATIOH

1.28e+801

L l.2te+881

Figura 8.46.- lineas de flujo de los desplazamientos para el escalón F.S. "' 1.1
-1 5 1 -

Z_SOIL: FOR lHE SlABILllY ANALYSIS or SOIL


DISPIJICEHEHT CONTOUllS
1 IJIRGE DEf. 1 SMALL DEF.

Z_SOIL: fOR IHE SIABILITY AtfALYSIS OF SOIL


DISPLACoo:HT COHTOUJIS
1 LAIIGE tEF. 1 SNALL DEF.

GMPHlCS Al TIII OHSET OF FAIWRE


CAUTION : UHSHBLI COHFIGURATION

1.2llet~l

L l,Z8et88l

Figura 8.47.- Zonas con ig~al grado de deformación para los escalones con Factor de
Segwidad de 1.0 (arriba) y 1.1 (abajo).

Por último, en la Figura 8.48 se representan tas distribuciones de los esfuerzos


principales en el talud también para tos dos escalones anteriores, esfuerzos que presentan
valores máximos de:
-1 5 2 ·

Tabla 8.9

ANAUSIS A POSTERIOR! DE LA ROTURA

FACTOR DE SEGURIDAD MAXIMOS ESFUERZOS GENERADOS


COMPRESIVOS DISTENSIVOS

0.9 116 t/m 2 8.7 t/m 2

1.0 118 tlm 2 9.7 t/m 2

1.1 118 tJm2 22.2 vm2

La única diferencia apreciable en cuanto a las magnitudes de los esfuerzos


principales es el aumento del valor de las tracciones para el escalón en que se alcanza la
rotura.

Los máximos esfuerzos compresivos aparecen en todos los casos en las zonas
inferiores de talud, principalmente en el ángulo derecho, y a lo largo de la parte inferior
de la falla, y en todos los casos presentan Igual distribución. En el resto del talud la
distribución varía en algunas zonas para el caso de F.S •• 1.1, concretamente en el pie del
talud y en la cabecera, pero en general es similar, con direcciones predominantemante
verticales.

Para el paso anterior a la rotura, aparecen componentes de esfuerzos tensionales a


lo largo de la falla, con máximos de 9.7 Vm2 hacia superficie y valores medios de unas 4
ttm2, que se presentan también cuando se alcanzan las deformaciones plásticas y la rotura,
pero con valores de hasta 22 ttm2, localizados hacia la mitad de la falla y medias de unas 6
ttm 2 (para el primer caso estas componentes no dan lugar nunca a resultantes traccionales,
mientras que sí lo hacen para el segundo caso). Para este último escalón aparecen nuevos
estados tensionales en las cabeceras y taludes de los bancos del talud, sin presentarse en la
zona de pie ni en la parte inferior del talud. En la zona de afloramiento de la falla, las
magnitudes de las componentes traccionales en este caso han quedado reducidas a máximos de
6 tJm2.

En la Figura 8.49 se presentan las distribuciones de los esfuerzos principales en la


zona de pie del talud antes y después de producirse la rotura, y en la Figura 8.50 las de la
zona de la falla, para los mismos dos casos, donde se han generado esfuerzos traccionales al
alcanzarse la rotura y cuya representación puede ser observada.
-1 5 3 -

Z_S~IL: FOR JHE SJABILITY ANALYSIS OF SOIL LOilD STEP = J


UECTOR REPRESENTATION OF PRINCIPAL STRESS[ HAX STRESS: 9.71e•008
HIN STRESS: -1.1Se+002
SLIDE4BI. H~LLA DENSA. F: 0.8 - 1.3

RIQUESTED ZOOHIHC

Z_SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSJS or SOIL


UICTOI IEPIISEHTATIOH OF PRINCIPAL STRESS! MIIX STRISS: 2.22e+081
HIN STRESS: -1.18e+002
SLIDE4B1. HALLA DENSA. F: e.a - 1.3
RIQUESTED ZOOHIHC
Q Esfuerzos traccionales ,,.,-·:;..
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Figura 8.48.- Distribución de las tensiones principales generadas en el análisis para los
escalones con Factor de Seguridad de 1.0 (arriba) y 1.1 (abajo).
-154 -

Z_SOIL: FOR THE STABILITY AHALYSIS OF SOIL LOA» STIP : 3


UECTO~ REPRESDltATIOH OF PRIHCIPAL STRESSE MAX STRESS: 9.71e+900
HIN STRESS: -1.18et992
SLIDE4B1. HALLA DEHSA. F: 0.8 - 1.3

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Z_SOIL: fOR TH[ STABILITY ANALYSIS or SOIL
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HIN STRESS: -1.18tt002
SLIDE4B1. MALLA DEHSA. F: 8.8 - 1.3

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Figura 8.49.· Distribución de las tensiones principales en el pie del talud antes (arriba) y
después de la rolura (abajo). en la zona localizada en la Figura 8.48.
-155 -

Z_SOIL: fOR TH[ STABILITY AHALYSIS or SOIL LOAD SIEP = 3


VECTOR REPRESOOATIOH OF PRINCIPAL STRESSE HAX STRESS: 9.7ht000
NIN STRESS: -J..1Se+092
SLIDE4B1. HALLA DENSA. F : 0. 8 - 1. 3

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Z_SOIL! roR TH[ STABILITY AtMLYSIS or SOIL


VECTOR RIPRESOOATION OF PRINCIPAL STJl[SSE IMX STRESS: 2.22e+001
NIN STRESS: -1.18e+Dl2
SLIDE4BI. IMLLA DENSA. F: 1.8 - 1.3
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Figura 8.50.· Distribución de las tensiones principales a lo largo de parte de la falla antes
(arriba) y después de la rotura (abajo), en la zona localizada en la Figura 8.48.
-156 ·

8. 8 . 2.. Influencia de las tensiones tectónicas residuales

La consideración en los análisis de tensiones tectónicas residuales se llevó a cabo en


base a unas hipótesis establecidas a partir de unas medidas de tensiones in situ realizadas en
galerías mineras de la zona (IGME, 1983); estas medidas indicaron la presencia de
· importantes esfuerzos residuales, cuya componente principal mayor tenía una dirección
prácticamente perpendicular a la estratificación, aunque con variaciones en zonas
cercanas a fallas importantes. En base a estas medidas, se calcularon las tensiones
horizontales, <rx, según la dirección perpendicular a la dirección de los estratos, actuantes
sobre el material a la profundidad a la que fueron realizados los ensayos, resultando que para
una profundidad de 340 m se obtenían los valores:

· para el 75% de los casos O'x .. 70% • 80% O'z


- para el 25% de los casos <rx = 130% O'z

siendo Oz la tensión vertical medida, que coincidió con la teórica, <rv = 850 vm2, para esa
profundidad. Así pues, los valores de crx oscilaban entre 595 t!m2 y 1105 Vm2, mientras
que la tensión horizontal teórica, crh, a esa profundidad viene dada por:

O'h - ( v /1-v ) O'v = 283 vm2 (considerando v - 0.25)

resultando que la Ox medida es, cuanto menos, el doble de la teórica (siendo para el 25% de
los casos casi cuatro veces superior). El parámetro K .. O'x/Oz adopta los valores 0.7-1.3.

Estos altos valores pueden estar influidos por haberse realizado las mediciones en
las proximidades de una de las importantes fallas inversas presentes en la zona, influencia
que también se da en el talud analizado.

Ante la falta de más medidas a otras profundidades que pudieran ayudar a establecer
la variación de ax con la profundidad, se consideraron una serie de hipótesis para poder
introducir este parámetro en los análisis de estabilidad.

Si se considera que el talud modelizado alcanza una altura de unos 60 m se puede


hacer una interpolación, considerando una relación lineal a x•profundidad, para obtener la
tensión <rx actuando en la base del talud, a 60 m de profundidad, obteniéndose unos valores:

CJ x '"' 105 tfm2 {para el 75% de los casos)


O' x = 195 ttm2 (para el 25% de los casos)
-157-

mientras que la Oh teórica correspondiente a esta profundidad sería de 50 vm 2.

En base a estos datos, se ha tomado un valor máximo cr x = 105 vm2 para ser
introducido en los análisis de estabilidad al modelizar las tensiones tectónicas residuales
horizontales según el plano del modelo. Este valor ha sido considerado como el más
conveniente porque procede del 75% de la medidas tomadas in situ.

Como el método de análisis de elmentos finitos utilizado ya considera las tensiones


producidas por el propio peso del material, en realidad la magnitud de los esfuerzos que habrá
que introducir en el talud en cada punto será la diferencia entre Ox calculada y ah teórica;
es decir, a 60 m de profundidad las tensiones adicionales (correspondientes específicamente a
los esfuerzos tectónicas) serán de unas 55 ttm 2. Con respecto a la magnitud de estas
tensiones en superficie, se consideró un valor nulo, justificado por la liberación de las
mismas que habría tenido lugar al producirse la apertura de la excavación. También fueron
introducidos en el modelo valores nulos de las tensiones para toda la superficie del talud
(Figura 8.51 ).

Ot/m~

55 t/m2

Figura 8.51.- Distribución de tensiones residuales horizontales introducidas en los análisis,


con valores de unas 55 t/m2 para el nivel de fondo de corta.

Los resultados obtenidos en este análisis se recogen en la Tabla 8.10, donde también
se comparan con los obtenidos en el análisis a posterior! que no considera estas tensiones
residuales (Apartado 8.8.1) con la finalidad de poder llevar a cabo la comparación entre los
dos conjuntos de datos:
-158 ·

Tabla 8.10

ESCALON (FACTOR DE SEGURIDAD) 0.9 1.0 1.1


Análisis a post. con tensiones residuales e NC NC
Análisis a post. sin tensiones resisuales e e NC

DESPLAZAMIENTOS MAXIMOS (m)


Análisis a post. con tensiones residuales 1.1 X 10·2 1.6 X 10·2 3.3 X 10+ 1
Análisis a post. sin tensiones resisuales 9.0 X 10·3 1.3 X 10•2 9.0 X 1Q·1

TENSIONES MAX. COMPRESIVAS (Vm2)


Análisis a post. con tensiones residuales 114 113 126
Análisis a post. sin tensiones residuales 116 11 8 118

TENSIONES MAX. DISTENSIVAS (Vm2)


Análisis a post. con tensiones residuales 17.0 16.3 27.5
Análisis a post. sin tensiones residuales 9.08 9.71 22.2

C - no se ha alcanzado el limite de elasticidad


N C • se ha alcanzado la superficie de fluencia

Ante la consideración de las tensiones horizontales residuales el análisis aporta. con


respecto a los resultados obtenidos cuando no se consideraba este aspecto, los siguientes
datos:

- la rotura del material (según el criterio establecido) se alcanza en ambos análisis para
un Factor de Seguridad de 1.1; sin embargo, cuando se consideran tensiones
horizontales, para el escalón correspondiente a F.S.•1.0 el cálculo resulta ya no
convergente, indicando que ya se han alcanzado deformaciones plásticas para
conseguirse la rotura en el siguiente paso. Puesto que para este escalón (F.S.-1.0) los
máximos desplazamientos conseguidos son prácticamente iguales para los dos casos
(Tabla 8.10), se puede deducir que el material entra antes en plasticidad, para
menores deformaciones, cuando se consideran las tensiones residuales

- los modelos de mallas deformadas son iguales en ambos casos para los diferentes
escalones analizados (Figuras 8.52 y 8.53), así como la disposición de los vectores de
los desplazamientos (Figura 8.54)

- para el caso de oonsideración de tensiones residuales, los desplazamientos son algo


mayores, para los mismos nodos, en cada escalón, a pesar de que se alcanzan
_, 5 9 -

desplazamientos máximos similares; en el último escalón (F.S. = 1.1) los


desplazamientos se disparan por haberse entrado ya en un comportamiento plástico

- respecto a las zonas con grados de deformación homogénea que se producen en el talud
(Figura 8.55), muestran un modelo diferente, para el primer escalón en que se
alcanzan deformaciones plásticas, con respecto a la no consideración de tensiones
(Figura 8.47), denotando una deformación más homogénea para todo el talud. Para el
gráfico correspondiente al F.S.=1.1, el modelo presentado ya es más parecido al
resultante de la no consideración de los esfuerzos residuales, indicando un modelo muy
parecido de deformación

- las tensiones generadas durante la deformación, y cuya distribución se recoge en las


Figuras 8.56 y 8.57, presentan mayores magnitudes para los esfuerzos distensivos
(siempre con respecto al anális sin tensiones residuales, Figuras 8.48 a 8.50), en los
escalones previos a la rotura, manteniéndose más parecidos cuando el material alcanza
la rotura; con respecto a .su localización en el talud, mientras que para el primer
análisis aparecen , siempre asociados a la falla, en este caso aparecen distribuidos
principalmente por toda la superficie del talud, y, solo al alcanzarse la rotura, se
presentan algunos pequenos componentes en la zona inferior de la falla

los esfuerzos principales compresivos generados son del mismo orden de magnitud,
aunque las direcciones de los mayores varían en la zona inferior del talud adoptando,
para el caso de consideración de tensiones residuales, una dirección más
horizontalizada. En el escalón correspondiente a la rotura, las direcciones son
semejantes para los dos casos analizados, y los esfuerzos compresivos aumentan
considerablemente si se consideran las tensiones mientras que los esfuerzos distensivos
aumentan en ambos análisis.
-1 6 O -

LOAD STEP: Z

l.28e+001

L 1.28e•001 L »ISPL. SCALE


2,22e-80Z

LOAD SIEP: 3
MAX DISPL,: 2.42e-003
NIN DISPL,: -1.4Ge-892
1
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1.28e♦lil81

L 1.28e•001 L &JSPL. SCALE


z.zze-1102

GRAl'tllCS Al THE ONSET OF FAILURE


CAUTION : UNSTABLE COHFICURATIOH

HIIX DISPL.:
HIN )ISPL.:

l.28e+001

L l.28e•081 L DISPL. $CALE


:S.8'le+881

Figura 8.52.- Mallas deformadas. obtenidas del análisis a posteriori con consideración de
tensiones residuales horizontales. para los escalones con F.S. = 0.9. 1.0 y 1.1.
-1 61 -
H!SH DEFORHATIOH HAX DISPL.: 7.2le+Q0B
MlH DISPL.: -3.30e+001
BIIC-AlfAL.TENS.RESID.f.S:0.8-1.3

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Figura 8.53.- Detalle de la deformación obtenida en la zona de pie del talud para un Factor ele
Seguridad de 1.1 (cuando se alcanza la rotura del material)

2_$01L: FOR THE STABILITY AttALYSIS or SOJL LOAD SUP: 3


IJICTOR REPRISDITATIOH OF HOl>I DISPLACINDf'l'S HAX IISPL.: 2.42e-8'n
NIN DISPL.: -1.4'.e-802
BllC-AIIAL.TENS.RISID.F.S:9.8-1.3

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1.28e+091 2.22e-082

L 1.28e••t L DISPL. SCALE


2,22e-80Z

Figura 8.54.• Vectores de los desplazamientos para el escalón con Factor de Seguridad de 1.0
•1 6 2 •

Z_SOIL: fOR THE STABILITY ANALYSIS OF SOIL


DISPLIICDIEHT COHTOURS
1 LI\RGE J>EF. 1 SMALL l)[f.

_!

l.28t+881

L 1.28••001

Z..SOIL: fOR THE STABILITY ANALYSIS or SOIL -1


1
l>ISPLACDIDIT COHTOU1tS
1 LARCE DEF. 1 SMALL DEF.

QIAPHICS Al TH[ OHSET OF FAILURE


CAUTION : UHSTABLE COHFlGIIRATIOH

l.28t+881

L l,28t+801

Figura 8.55.- Zonas oon igual grado de deformación para los escalones con Factor de
Seguridad de 1.0 (arriba) y 1.1 (abajo).
-1 6 3 -

Z_SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD SJIP: 2


UECTOR REPRESDITATIOH OF PRINCIPAL STRESSE HAX STRESS= 1.70.+eei
NIN STJIISS: -1.14e+0D2
MC-ANAL.TIHS.RESI».F.S:e.8-1.3

REQUESTID 200MIHC

Z_$01L: FOR THE STABILITY ANALYSIS or SOIL LOA) SUP: 3


UECTOR UPIIESDITATION or PRINCIPAL $TRIS$[ MAX $TJII$$: 1.63e+881
NIN STJIISS: -1,13e+082
BAC-AHAL.TEHS.IIE$ID.f.S:8.8-1.3

RIQUESTE» 200MIHG
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Figura 8.56.- Distribución de tensiones principales generadas en el análisis considerando los


esfuerzos residuales para F.S. = 0.9 (arriba) y 1.0 (abajo}.
-1 6 4 -

2_SOIL: fQR THE SJABILITY AHALYSIS Of SOIL LOAD STEP: 3


UECTOR REPRESENTAtlotl OF PRIHCINIL STRESS[ HAX STRESS: 1.,3e+001
HIN STRESS= -1.13e+002
BAC-ANAL.TEHS.RESID.F.S:0.8-1.3
RIQUESTED ZOOHIHC
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Figura 8.57.- Detalles de las tensiones generadas en las zonas de cabecera (junto a la falla) y
de pie de talud para F.S. = 1.0.
-165 -

Tras la realización de los análisis a posteriori con y sin consideración de


tensiones residuales detallados anteriormente, se volvieron a realizar ambos con un
intervalo para el factor de seguridad de 0.02, en lugar de 0.1, entre un escalón
del análisis y el siguiente, con la finalidad de estimar con más detalle para qué valor
del factor de seguridad se alcanzaban las deforaciones plásticas y las magnitudes de
los desplazamientos correspondientes (hasta ahora los resultados únicamente indicaban
que las deformaciones plásticas se alcanzaban para F .S.= 1.0 y para F.S ... 1.1,
respectivamente para los dos análisis , y que la rotura se presentaba al alcanzar
un F.S. = 1.1 para ambos casos).

El resultado obtenido aparece representado en la Tabla 8.11, ocurriendo la


no convergencia para un factor de seguridad de 1.02, cuando no se introducen tensiones
residuales, y para un factor de seguridad de 0.98 en el caso contrario. En el Anexo
111 se presentan los resultados gráficos completos y algunos resultados numéricos de estos
análisis más detallados llevados a cabo.

Tabla 8.11

ESCALON (F.S.) 0.90 0.92 0.94 0.96 0.98 1.00 1.02 1.04

TENS. RESID. e e e e NC NC NC
NO TENS. RESID. e e e e e e NC NC

DESPLAZ. MAX.
(m X 10-3)

TENS. RESID. 10.9 11.3 11.7 12.3 13.1 14.3 17.0


NO TENS. RESID. 8.70 8.90 9.30 9.70 10.3 11.4 15.2 150

e• no se ha alcanzado el límite de elasticidad


NC = se ha alcanzado la superficie de fluencia

Los valores de los desplazamientos totales y de las tensiones, así como los modelos de
mallas deformadas, resultaron prácticamente similares, para iguales factores de seguridad, a
los de los análisis realizados tomando intervalos de 0.1 para los escalones (comparar con
Tablas 8.7 y 8.10).

Los resultados indican de nuevo que cuando se consideran tensiones residuales el


material sufre desplazamientos algo mayores para iguales factores de seguridad; las
deformaciones plásticas se alcanzan antes, para menores factores de seguridad. La rotura del
-166-

material se alcanza, en la primera hipótesis, para valores de 17 x 1o·3 m, mientras que


en la segunda hipótesis esto sucede para valores claramente superiores. Sin embargo,
las deformaciones plásticas se alcanzan prácticamente para iguales desplazamientos
(13 x 10· 3 m y 15 x 10-3 m, respectivamente).

En ambos casos, los máximos desplazamientos se dan en el afloramiento de la falla,


en cabecera de la zona movida del talud, para aparecer posteriormente localizados en la zona
de pie solamente una vez que ya se ha alcanzado la rotura del material; en todos los escalones
anteriores a la rotura, en los nodos de la zona de pie se dan desplazamientos máximos totales
de la mitad o menos de los valores que se alcanzan en cabecera, junto a la falla. Este aspecto
parece indicar que, durante el proceso de deformación del talud (en el que tienen lugar las
deformaciones elásticas en el material y se comienzan a alcanzar las deformaciones
plásticas), y antes de alcanzarse la rotura, las zonas más deformadas son las de cabecera,
mientras el pie del talud sufre deformaciones considerablemente menores hasta el momento
de la rotura; en el caso de análisis sin consideración de tensiones residuales, los
desplazamientos en esta zona de pie se disparan iniciando así el proceso de rotura
general del talud.

En las Figuras 8.59 a 8.61 se presentan las curvas de desplazamientos de los nodos
obtenidos para ambos casos. Mientras no se alcanza la rotura, y, cuando no se consideran las
tensiones, los nodos del pie del talud (numerados 131 y 111, véase Figura 8.58) presentan
los menores desplazamientos, aumentando estos hacia el interior del talud (nodos 103, 102,
93 y 83) hasta conseguir los máximos en cabecera (nodos 65 y 46).

131

Figura 8.58.- Localización de los nodos seleccionados en el talud para la representación de los
desplazamientos sufridos.
-167 ·

Al considerar las tensiones horizontales actuando sobre el talud, los mínimos


desplazamientos no están tan localizados en la zona de pie, ni hay tanta diferencia
entre los máximos y los mínimos desplazamientos generados en todo el talud (se puede
encontrar una relación de 1 a 2 frente a una relación de 1 a 3 ó 4 cuando no se consideran
los esfuerzos); a lo largo de todo el proceso de deformación, las magnitudes de los
desplazamientos se van haciendo más parecidas, y, en el momento de producirse la rotura,
los desplazamientos de la zona de pie son ligeramente superiores a los de cabecera, no
dándose ese "salto· de máximos desplazamientos de la cabecera al pie del talud que
tenía lugar en el caso anterior.

Como queda reflejado en las Figuras 8.59 a 8.61, todo el proceso de deformación
del talud, hasta que se alcanza finalmente la rotura, es más progresivo y paulatino
para el caso de consideración de tensiones horizontales en el análisis, resultando más
homogéneo y más continuo en todo el talud, como reflejan las curvas de los desplazamientos
de sus nodos: los incrementos de un paso a otro son más constantes, y las diferencias
entre las magnitudes de los desplazamientos de los diferentes nodos del talud son
menores.

En la Figura 8.61, se han representado las curvas de algunos nodos (localizados en la


zona de cabecera y pie del talud) para los dos casos analizados y a efectos comparativos; en los
dos gráficos destacan las magnitudes alcanzadas por los nodos del modelo que considera las
tensiones.

La diferencia fundamental que puede ser observada entre las dos mallas deformadas
en el momento de alcanzarse las deformaciones plásticas (ambas se han representado a la
misma escala en la Figura 12 del Anexo 111), es que, para el caso de consideración de
tensiones residuales, esta aparece menos deformada, sin la notable diferencia entre los
desplazamientos de los nodos de la zona deslizada y los de la zona que queda a la derecha de la
falla (con únicamente desplazamientos elásticos) que presenta el otro caso.
-1 68 -

Caso a)

Análisis a posterior! sin tensiones residuales

60 al
131 ~
:::,
(? 102 u
50 .!!!
o 103
al
>< 111 .!
40
.s e:
-~~
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e: 30 93 o
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...
al o
jJ 20 u
0. o
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! 10
Q)
't)
OI
o z
0,8 0,9
1
Factor de Seguridad
·º 1, 1

Casob)

Anállsls a posterior! con tensiones residuales

14 al
131 ~
:::,
102 (,)

~ 12 .!!!

-s
o
X
10
103
111
111
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.,, 93 '2
g

i
8 t
8

l 6

4
"8e
.z
't)
o

Q)

0,8 0,9 1,0 1, 1


FaClor de Seguridad

Figura 8.59.- GráftCOs desplazamiento-factor de seguridad para los nodos seleccionados en el


interior del talud (ver Fig. 8.58) para los casos de análisis a posteriori sin (a) y con la
consideración de tensiones residuales (b).
-169 ·

Caso a)

Análisis a posteriori sin tensiones residuales

60

---
<"!
o
50 46
65
)(
40
§.
f/)
o 30
eCD
·efll
20
~
Q.

~ 10

o • •••••••• 83

0,8 0,9 1,0 1, 1


Factor de Seguridad

Casob)

Análisis a posterior! con tensiones residuales

18
46
16
~
...
)( 14
§.
f/)
12 65
3e

·1 10

io
CD
8

4
• •• 1 .~ 83

0,8 0,9 1,0 1,1


Factor de Seguridad

Figura 8.60.· Gráficos desplazamiento-factor de seguridad para los nodos localizados a lo


largo de la falla (ver Fig. 8.58) para los análisis a posteriori sin (a) y con la consideración
de tensiones residuales (b).
-1 7 O·

Caso a)

Desplazamientos para los nodos a lo largo de la falla


para el análisis con y sin tensiones residuales

(? 50
6
X
g 40
m B-AN-46
~e 30 ♦ TEN-RES-46
.9! D BA-AN-65
~ 20
• TEN-RES-65
~
! 10

o -+---.-----.---,---,----,,-----1
0,8 0,9 1,0 1,1
Factor de Seguridad

Casob)

Desplazamientos para los nodos del ple del talud


para el análisis con y sin tensiones residuales

~ 50

El 8-AN-111
• B-AN-131
■ TEN-RES-111
• TEN-RES-131

o -+---.------------..----1
0,8 0,9 1,0 1, 1
Factor de Seguridad

Figura 8.61.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad obtenidos de los análisis con y sin
consideración de tensiones residuales para los nodos de cabecera del talud (a) y de la zona de
pie (ver Fig. 8.58).
-1 7 1 -

8. 8. 3. - Influencia de otros aspectos

Una vez conseguida la modelización del talud para el momento de la rotura, se


llevaron a cabo una serie de análisis de sensibilidad de los diferentes factores que habían sido
considerados, para poder así establecer la influencia de los mismos en la rotura estudiada.
Estos análisis fueron realizados para los supuestos de:

- no presencia de galería antigua minera tras el talud


- no presencia de nivel freático en el talud
- no presencia de galería ni de nivel freático
- presencia de presión de agua adicional tras la falla (esta presión correspondía a la
altura máxima de agua que se midió en los sondeos realizados sobre el talud).

Los resultados obtenidos, en términos generales, fueron los mismos en los cuatro
casos que los obtenidos en los análisis a posteriori iniciales: se alcanzó la rotura del talud
para el escalón con Factor de Seguridad de 1.1. Los máximos desplazamientos alcanzados en
los distintos escalones fueron también prácticamente los mismos en todos los casos, excepto
para los análisis con Factor de Seguridad de 1.1, cuando se alcanzaba la rotura del material,
caso en que se obtuvieron los valores representados en la Tabla 8.12.

Tabla 8.12

MAX. DESPLAZAMIENTO (m)

F.S. = 1.0 f,S. = l,l


1 - Análisis a posteriori inicial 1.14 X 10· 2 0.90
2- Sin galería, con N.F. 1.20 X 10·2 0.95
3- Sin nivel freático, con galería 1.20 X 10·2 1.28
4- Sin galería ni nivel freátíco 1.58 X 10·2 1.83
5- Con presión de agua, con N.F. y galería 1.01 X 1Q·2 0.47

los máximos desplazamientos, en todos los casos, corresponden a la zona de pie del talud,
concretamente al nodo 131 (que es el que sufre mayores desplazamientos), situado en la cara
del talud a la altura de la galería minera antigua. Para el resto de los escalones con Factores
de Seguridad menores (desde o.a a 1.0), los máximos desplazamientos siempre ocurren en
la zona de cabecera del talud, a la izquierda de la falla, denotando un primer movimiento en
esta zona antes de manifestarse la rotura en el pie (tal como ocurrió en la realidad).
-172 -

De la Tabla 8.12 se deduce que, para los casos 3 y 4, los desplazamientos obtenidos
al alcanzarse la rotura del material son mayores que en los análisis iniciales del caso 1, con
1.28 m y 1.83 m respectivamente; es decir, se necesitan mayores valores para alcanzar la
rotura cuando se omiten en el modelo el nivel freático o la galería o ambos; para el caso 2
los valores máximos obtenidos no son muy diferentes de los del caso 1, mientras que para el
caso 5, modelizado con presión de agua adicional, los desplazamientos son los más bajos
de todos al alcan?arse la rotura •

. La presencia de agua (considerada bien como nivel freático o como presion adicional)
influye en que se alcanzan las deformaciones plásticas del material para menores
desplazamientos, mientras que la no consideración de la galería da lugar a la generación de
desplazamientos similares, siempre con respecto a los del análisis a posteriori inicial.

Ninguno de estos aspectos considerados da lugar a una variación en el modelo de


rotura del talud Los resultados gráficos obtenidos son semejantes siempre, excepto el que
refleja la distribución de zonas con igual grado de deformación en el talud para el análisis
que considera la ausencia de la galería, que, como se puede observar en la Figura 8.62,
presenta una variación en la zona del ple.

l.28e+981
1

L l.28e+881
Figura 8.62.- Zonas con Igual grado de deformación para el análisis a posteriori inicial
(arriba) y para el análisis con ausencia de galería minera (abajo), ambos para F.s.•1.1.
• 17 3 ·

Por último, y a efectos comparativos, se realizó el análisis del talud atribuyendo al


material un comportamiento elástico y con los mismos parámetros que se utilizaron para el
análisis a posteriori.

Se analizaron los casos con y sin galería, con y sin nivel freático, y con y sin
presión de agua. En todos ellos, y para todos los escalones analizados (desde F.S. = 0.8 hasta
F.S. = 1.2), el resultado fué el mismo, con iguales desplazamientos para los mismos nodos
e iguales magnitudes y distribuciones en los esfuerzos generados. Todos los gráficos obtenidos
fueron, asimismo, similares.

En las Figuras 8.63 a 8.66 se representan la malla deformada, los vectores de los
desplazamientos, las zonas con igual grado de deformación y las tensiones principales
generadas.

En la Figura 8.63 se observa el mismo modelo de deformación que se obtenía para


los analisis elasto-plásticos cuando no se alcanzaba la rotura y que sólo presentaban
desplazamientos elásticos. La Figura 8.64 indica un movimiento general vertical del talud,
sin presentar la componente horizontal que denota haberse alcanzado la rotura en los
modelos plásticos; los máximos desplazamientos alcanzados son del orden de 7 x 10·3 en la
zona de cabecera del talud para F.S... 1.1, valor inferior a los presentados por el otro tipo de
análisis.

En la Figura 8.65 aparecen las zonas con igual grado de deformación, con una gran
uniformidad en su distribución en todo el talud.

En la Figura 8.66 se presenta la distribución de los esfuerzos principales generados


para el análisis con Factor de Seguridad de 1.0, con magnitudes máximas para las
componentes compresivas de 135 t/m2 en el cuadrante inferior derecho del talud, mientras
que hacia superficie estas van disminuyendo gradualmente. Algunas componentes traccionales
aparecen en los elementos a lo largo de la falla, con valores máximos de 10.9 t1m2. Los
valores distensivos están en el mismo orden de magnitudes que los generados para el análisis
a posteriori elasto-plástlco con iguales condiciones, mientras que los valores compresivos
son superiores en este caso.

En definitiva, el análisis elástico no es capaz de reproducir el comportamiento


observado en el talud ni la historia deformacional que va sufriendo hasta la rotura, ya que
representa únicamente las deformaciones recuperables que sufrirla el terreno al ser este
considerado según una ley de comportamiento elástica.
-174 •

Z_SOIL! FOR THE STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD STEP: 6


MESH DEFORMATIOH MAX DISPL,: 2.19e-0G5
MIH DISPL.: -6.99e-803
AH.ELAS. C.P. (PARAM.=B#IC-AH). F=8.8 - 1.5

-1

L DlSPL. SCIIU:
1,85e-892
-1
Figura 8.63.· Malla deformada obtenida para el análisis elástico del talud -1

Z_SOIL: FOR tHE StABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD StIP: 6


IJECTOR REPRISEHTATIOH or HODE DISPLACEMEHTS MAX DISPL.: 2.19e-815
HIN JISPL.: -6.99e-883
AN.ELAS. C.P. (PAJIAM.=BAC-AH). F:8.8 - 1.S

1.28e+801 1.ese-882

L 1.28•••1 L DISPL. SCIILE


1,85e-882

Figura 8.64.- Vectores de los desplazamientos para el análisis elástico del talud
-175-

2_SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSIS Of SOIL


DISPLACEHIHT CONTOURS
1 LARGE DEF. 1 SHALL DEF.

1.28e+801

L 1.2,,•ee•
Figura 8.65.- Zonas con igual grado de deformación en el talud

Z_SOIL: FOR THE STABILITY AHALYSIS or SOIL LOAt STEP: 6


VECTOR REPRESDITATION or PRINCIPAL STRESS! NAX STRESS: 1,9'et891
NIN STRESS: ·1.3Se+092
AN.EUIS. C.P. <PARAN.:BAC·AH). F:8.8 - 1.5
REQUESTD 200MlHC

1 ..... , • t
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Figura 8.66.- Distribucion de los tensiones principale~ en el talud para el análisis elástico
-176-

8.9.- CONCLUSIONES

De la interpretación y comparación de los diferentes análisis llevados a cabo para el


talud estudiado se pueden deducir las siguientes conclusiones:

. los análisis realizados con distintos conjuntos de parámetros geomecánicos procedentes


de ensayos convencionales, de análisis a posteriori con métodos de equilibrio límite y de
ensayos realizados con prensa rígida servo-controlada, no reprodujeron el paso de
estabilidad a inestabilidad (excepto en uno de los casos) ni fueron válidos para la realización
del análisis a posteriori del talud; no obstante, el modelo establecido si es válido para
reproducir el modelo de rotura del talud observado en el campo con sus rasgos más destacados:
la tendencia de los estratos de la zona de pie del talud, con buzamiento inicial de 45 2 • a
adoptar una posición horizontal paralela al plano de rotura, y el escalón que se produjo por la
rotura del talud a favor de la falla (Apartados 8.6 y 8.7)

- con respecto a la consideración de parámetros resistentes anisótropos en el material


(para las discontinuidades y para la matriz rocosa), este aspecto no parece influir en la
estabilidad del talud, obteniéndose mejores modelos de rotura y resultados cuando se
considera al material como un todo caracterizado por un único conjunto de parámetros y
suponiendo que el material rompe a través de la matriz rocosa

• los análisis aposteriori, que reprodujeron adecuadamente el modelo de rotura observado


en el talud, arrojaron parámetros resistentes que pueden ser considerados bajos para los
convencionalmente asignados a los materiales estudiados (Apartado 8.8.1): el módulo de
deformación que se obtiene para las lutitas se corresponde con los mínimos valores obtenidos
para él a partir de los ensayos convencionales (Apartado 3.2), y presenta valores algo por
encima de los que aportan los ensayos realizados con prensa rígida (Apartado 7.4). En todos
estos análisis, los máximos desplazamientos que sufre el material antes de alcanzar las
deformaciones plásticas están en tomo a 1.1 x 1o-2 m

- la influencia de las tensiones tectónicas residuales en los análisis a posteriori, se ha


reflejado en que el proceso de deformación del talud resulta más continuo y paulatino,
alcanzándose antes las deformaciones plásticas y la rotura del material, según la ley de
comportamiento utilizada (aunque las mallas deformadas obtenidas son semejantes); cuando
no se consideran las tensiones, el intervalo de comportamiento plástico que sufre el material
a lo largo de su proceso de deformación es menor (un solo escalón del análisis) que en el caso
contrario, en que este intervalo se alarga hasta conseguir la rotura de una forma paulatina;
-177-

en ambos casos la rotura se inicia en la zona de pie del talud, aunque inicialmente los
máximos desplazamientos tienen lugar en cabecera, junto a la falla (Apartado 8.8.2)

- la distribución de los esfuerzos distensivos generados en el talud es básicamente


diferente: para el caso de consideración de tensiones residuales. aparecen importantes
concentraciones de esfuerzos en la superficie del talud; la distribución y magnitudes de los
esfuerzos compresivos son muy similares en ambos casos

- la influencia de otros aspectos como la presencia de agua, de huecos de minería antigua,


etc. no varía en general los resultados obtenidos, pero si influye en la magnitud de los
desplazamientos que son necesarios para conseguir la rotura del material (Apartado 8.8.3)

. los análisis realizados considerando al material con una ley de comportamiento elástico,
en ningún caso reproducen el modelo de rotura observado en el campo (Apartado 8.8.3).
-178-
-1 79 -

DISCUSION DE RESULTA DOS GENERALES

1 . • MODELO DE ROTURA Y METODOS DE ANALISIS

De acuerdo con el estudio de campo realizado, datos obtenidos de la instrumentación,


medidas en el talud, caracterización del material y análisis numéricos llevados a cabo, se ha
investigado el modelo y mecanismo de la rotura que afectó al talud de muro de la corta San
Ricardo, en Penarroya.

Los resultados de los análisis por métodos esfuerzo-deformación permiten


establecer la hipótesis de modelo de rotura curva, en parte a favor de la falla, y a través de
la matriz rocosa, que representa fielmente las condiciones geológicas, geomecánicas e incluso
geométricas observadas en el campo y medidas en los sondeos durante el proceso de
deformación y rotura del talud. La mayor parte del plano de rotura atraviesa el macizo rocoso
perpendicularmente a la estratificación, caso en el que, teóricamente, se presentan los
parámetros resistentes más elevados {siempre que no existan discontinuidades en esta
dirección).

El factor principal desencadenante de la rotura del talud, tras haberse producido la


excavación, ha sido la baja resistencia de la matriz rocosa del macizo lutítico, reflejo, a su
vez, de la mala calidad del material y de los procesos tenso-deformacionales a los que ha
estado sometido (esfuerzos tectónicos y cambios en su topografía fundamentalmente). Los
factores condicionantes han sido la presencia de una importante falla en cabecera del talud.
las tensiones residuales horizontales, la presencia de agua y la existencia de labores mineras
antiguas tras el pie del talud; cada uno de ellos ha sido modelizado, incluido en los análisis y
contrastada su influencia en el proceso de rotura (Apartado 8.8.1).

Para verificar la modelización establecida de esta rotura, se han llevado a cabo


análisis de estabilidad por equilibrio límite y por elementos finitos (recogidos en los
Capítulos 5 y 8), considerando, en el segundo caso, las relaciones tenso-deformacionales del
material estudiado.

Se ha comprobado que el primer método (equilibrio límite) no es adecuado para


representar el comportamieto observado, ya que, además de condicionar a priori una
superficie de rotura en el talud, solo ofrece como resultado el factor de seguridad para un
"momento· determinado de la evolución de la rotura del talud y para un conjunto de
·1 8 O·

parámetros resistentes fijo e invariable; es decir, se obtiene un resultado "puntualM para


un estado determinado del talud y para una superficie de rotura única supuesta.

El segundo método (esfuerzo-deformación por elementos finitos) que considera el


estado tenso-deformacional, sí ha permitido abordar el análisis bajo el punto de vista de las
relaciones esfuerzo-deformación y la influencia de estas en la resistencia del material a lo
largo de la rotura, obteniéndose un registro continuo del comportamiento del material. Así,
pueden ser calculadas y registradas estas relaciones en el momento en que el material alcanza
la plasticidad y la rotura.

Estas diferencias son importantes porque mediante el uso de un método de equilibrio


límite se puede obtener la estabilidad del talud, para unos determinados parámetros
resistentes, cuando, en realidad, se ha podido sobrepasar ya el limite de elasticidad (sin
haberse conseguido aún la má><ima resistencia de pico) del material; este hecho, en tipos de
rocas blandas como las aquí estudiadas que sufren un proceso de rotura progresiva, implica
su rotura más o menos inmediata. Considerando las relaciones esfuerzo-deformación se puede
conocer en que fase del comportamiento nos encontramos y, por tanto, interpretar
adecuadamente los resultados de los análisis.

Así, mientras que por el método de los elementos finitos se alcanza la rotura con unos
parámetros resistentes determinados, para estos mismos parámetros el talud es estable (con
factor de seguridad > 1.0) según los métodos de equilibrio límite; para alcanzar la rotura en
los análisis con estos últimos métodos hace falta reducir considerablemente la cohesión y
fricción de las lutitas.

Estos resultados se han atribuido al hecho de que los análisis por equilibrio límite no
consideran las deformaciones que el material va sufriendo durante el proceso de deformación
y que en las rocas estudiadas son las que oontrolan su comportamiento y resistencia, como ha
quedado de manifiesto tras la realización de los ensayos. Asi, aunque el material sea capaz de
soportar una carga determinada, lo hace a costa de sufrir deformaciones que pueden alcanzar
la plasticidad, mientras que, para otro tipo de material más duro y competente, estas mismas
cargas no producirían sino deformaciones elásticas recuperables.

Los valores obtenidos del análisis a posteriori considerando las relaciones esfuerzo-
deformación (mediante el método de los elementos finitos) para la oohesión y la fricción de
las lutitas cuando se alcanza la rotura, son de 8 tJm2 y 132 respectivamente, valores que
no representan la resistencia la matriz rocosa intacta, sino los que esta alcanza en el
momento de su rotura.
-1 81 -

2. - APLICACION DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS DE LOS ENSAYOS DE


LABORATORIO CON PRENSA RIGIDA SERVO-CONTROLADA A LA
ROTURA ANALIZADA

Los ensayos realizados (Capítulo 7) han sido una parte importante de la


investigación que ha permitido conocer el comportamiento del material. En su realización, se
han tenido en cuenta las normas de la Comisión de la ISRM (1979) en cuanto a preparación de
probetas (forma, relación UD. paralelismo entre bases, perpendicularidad de estas con el
eje de la probeta, etc.), utilización de asientos adecuados en sus bases para el correcto
registro de las curvas, velocidad de aplicación de la carga, y magnitud del incremento de la
deformación a lo largo del ensayo.

Se realizó el tipo de ensayo más adecuado para conocer los valores de los módulos de
deformación, y se utilizó una prensa rígida servo-controlada que aseguraba el completo y
correcto registro de las relaciones esfuerzo-deformación antes y después de la rotura.

Las curvas obtenidas de los ensayos pueden ser representadas por la dibujada en la
Figura 9.1 ; las fases que se han registrado, para el tipo de materiales ensayados y según la
forma de las mismas, conciden éon las establecidas para un comportamiento tipo I por
WAWERSIK Y FAIRHURST (1970) cuando se utilizan prensas rígidas, correspondiendo a una
rotura estable que implica la necesidad de seguir aplicando carga para que el proceso de
deformación continúe. La interpretación de las mismas, según el criterio de rotura
establecido para el estudio de los resultados, presenta las siguientes fases:

A y B: deformación elástica, con efectos de bedding down al inicio de la misma, sin


cambios aparentes en la estructura de la probeta

e y D: inicio de formación de pequenas fracturas intra e integranulares, en general


subparalelas al esfuerzo aplicado, como consecuencia de la concentración de
esfuerzos y de las heterogeneidades presentes en el material, y llegada al punto de
máxima resistencia. con aumento de la fracturación; en C se inicia el proceso de
deformaciones plásticas

E y F: desarrollo de pequenas fallas primero en los bordes y luego hacia el interior de la


probeta y propagación de las mismas

Q las fallas se interconectan formando superficies de cizalla conjugadas

H: la probeta está ya fracturada, resistiendo únicamente por fricción.


-182 ·

D
o
t!a,
~
....,111

D♦f~rmación

Figura 9.1- Curva esfuerzo-deformación representativa de las obtenidas en los ensayos de


laboratorio realizados con prensa rígida.

Según los autores citados, el inicio de la rotura viene caracterizado por la generación
de fracturas locales al alcanzar un porcentaje entre 50% y 95% de la resistencia máxima
compresiva. Para las lutitas ensayadas este valor es del 72%-86% (Apartado 7.5).

Como aspecto principal se puede deducir de estos ensayos la influencia de la


deformación sufrida en la resistencia de la probeta, reflejada en la rotura progresiva que
caracteriza a este material, con el paso que tiene lugar desde el inicio del ensayo, en que la
probeta se comporta como un material competente, hasta el final en que se obtiene un
material tipo granular funcionando únicamente por fricción.

Según las curvas de los ensayos, y con respecto a la deformación máxima que sufre
el material (Apartado 7.4), cuando se alcanza un valor medio del 48% de este valor se
alcanzan las deformaciones plásticas, y para un valor aproximado del 64% se produce la
fractura del mismo.

Aplicando estos resultados a las deformaciones ocurridas en el talud, y puesto que se


ha deducido que la rotura se ha producido en parte a través de la matriz rocosa (Apartado
8.8), se puede considerar que la rotura general y final del talud tuvo lugar en el momento en
que rompió el material de su pie, zona que fué sufriendo una deformación progresiva y un
aumento de los esfuerzos actuantes (presentando éstos las mayores magnitudes de todo el
conjunto que sufre movimiento, Apartado 8.8) con la disminución paulatina de su resistencia.
Los análisis del comportamiento del material, que se han recogido en el Apartado 8.8, y el
estudio de los desplazamientos y deformaciones sufridas por los nodos del modelo, indican
-183 -

claramente este proceso de deformación sufrido por el macizo rocoso: tras una primera fase
en la que se presentan los mayores desplazamientos para la zona de cabecera junto a la falla,
en que el talud es estable y sufre solamente deformaciones elásticas, los máximos
desplazamientos pasan al pie del talud en el momento en que se produce la inestabilidad.

Asi pues, se puede asignar al proceso de rotura del talud un caracter progresivo,
indicando que el material sufre pérdida de su resistencia progresivamente hasta alcanzar la
residual al incrementarse sus deformaciones; de hecho, desde el inicio de la grieta de tracción
en cabecera hasta que se produjo la rotura del pie, y el fallo general del talud,
transcurrieron unos cinco meses (cuatro meses hasta que se empezaron a observar las
deformaciones en la zona de pie, Apartado 4.2), y otros cinco entre este hecho y el cese total
del movimiento al alcanzarse de nuevo el equilibrio. Es, para estos últimos meses, cuando se
puede considerar que el material resiste ya solo por fricción.

A diferencia de los ensayos, en que la carga va siendo retirada progresivamente a


partir de que se alcanza la resistencia de pico, en la zona del pie del talud, y tras la rotura, la
carga sigue actuando, lo que lleva consigo una aceleración del movimiento que hace que esta
fase de la rotura sea más rápida; aún asi, esta última fase duró unos tres meses (desde la
pérdida total de la resistencia cohesiva del pie). En ambos procesos de deformación, el sufrido
por las probetas y el sufrido por el talud, la rotura es inevitable una vez que se ha
sobrepasado el límite de elasticidad, ya que las cargas aplicadas siguen actuando.

A efectos comparativos, de los análisis a posteriori se ha obtenido que para valores


de desplazamiento de los nodos aproximadamente superiores a 0.01 m, el material entra en
plasticidad (Tabla 8.11); si se calcula, en base al valor de la deformación, el desplazamiento
medio que sufre un punto de la probeta cuando durante el ensayo alcanza su limite de
elasticidad, se obtiene un valor medio de aproximadamente 0.001 m al alcanzar la
plasticidad. Este diferente ratio puede ser consecuencia del diferente rango y velocidad de la
carga aplicada en uno y otro caso, del confinamiento que presenta el material in situ, y que no
fué reproducido en los ensayos uniaxales, y de las diferencias de escala.

Respecto a los resultados de los ensayos, las cuivas dan valores bajos (con respecto a
los que dan otros tipos de ensayos) para la resistencia máxima a compresión (Apartado 7.4);
pero si se consideran las cargas actuantes sobre el material del talud (considerando el peso
del propio material, la presión de agua y los esfuerzos residuales), en las zonas más
desfavorables no son superiores, en ningún caso, a las 310 t1m2 medias que resultan de los
ensayos para el valor de la resistencia máxima, ni a las 260 t1m2 para las que las probetas
alcanzan las deformaciones plásticas. Estos valores se pueden considerar como inferiores a
-184 •

los reales debido a que en las probetas no existe confinamiento, aunque, por otro lado, pueden
también representar magnitudes sobrevaloradas debido a la rápida aplicación de la carga en
los ensayos si se compara con los procesos geomecánicos reales. Aún así, y a pesar de todas las
incertidumbres en cuanto a la representatividad de estos valores, el valor real de la
resistencia máxima del material no puede ser mucho más elevado que el valor dado por los
ensayos porque, de hecho, se produjo la rotura de la matriz rocosa; si la resistencia de ésta
hubiera sido del orden de la aportada por los otros tipos de ensayos, alrededor de 2500-3000
t/m2 (Tabla 3.1) la rotura no se habría producido. como han demostrado los análisis
realizados.

Esto implica que en el talud tiene lugar un proceso lento y progresivo con una
pérdida de resistencia muy acentuada como consecuencia de las deformaciones que se van
sufriendo y, en general, del estado tenso-deformacional que en cada punto se va generando.

Las diferencias encontradas entre los valores medios del módulo de deformación, E,
obtenidos de ensayos de compresión simple convencionales (con máquinas blandas) y de
ensayos con prensa rígida, se interpretan como debidas a los factores senalados en el
Cuadro 9.1.

ANALISIS DEL COMPORTAMIENTO


ESFUERZ~
1
1 1
ENSAYOS ENSAYOS CON
CONVENCIONALES PRENSA RIGIDA
1 1
TALUD ESTABLE. TALUD INESTABLE.
DEFOFtMCIOtES OEFOFfAACDES
ELASTICAS PLASTICAS
.
EL TIPOOEENSAYOS
,,
~
NO ES ADECUADO
LAS MUESTRAS SE TOMARON EN LA
ZONA CUANDO YASE HABIAPROOUCOO
LAS WESTRAS SE TOMARON LA FOTURA Y LA OESC()M)RESION DEL
ANTES DE LA APERTURA
DELAEXCAVACION • MATERIAL

Cuadro 9.1.- Resultados obtenidos con los distintos conjuntos de parámetros resistentes
procedentes de ensayos de tipo convencional y ensayos con prensa rígida.
-1 8 5 ·

3. • APLICACIONES DE LOS RESULTADOS OBTENIDOS AL DISEÑO DE


TALUDES EN ROCAS BLANDAS LUTITICAS

Los estudios de estabilidad de taludes para cortas cada vez más extensas y profundas;
están poniendo de manifiesto la presencia de complejos mecanismos de rotura no
suficientemente investigados hasta ahora. La conjunción de diversos factores geológicos,
geomecánicos, ambientales y mineros puede determinar que se produzcan deslizamientos y
roturas masivas en los frentes de taludes.

Un correcto diseno del talud en base al mejor conocimiento posible de las


características de sus materiales y de. su comportamiento, es de fundamental importancia
para que este realice la función deseada.

El método de cálculo de la estabilidad empleado para ~I diseno de los parámetros


geométricos del talud juega también un primordial papel en esta labor. En este trabajo se ha
contrastado y verificado la utilidad e idoneidad del uso de métodos esfuerzo-deformación, que
permiten la consideración y análisis de deformaciones plásticas y mecanismos de rotura
complejos. El método de elementos finitos con el concurso de una ley de comportamiento
elasto-plástica constituye el procedimiento más adecuado para el análisis del tipo de rotura
aquí descrito.

No obstante, se es consciente de que la principal limitación surge ante el riesgo de


una generalización de tos resultados, debiendo ser suficientemente contrastada y verificada
cualquier aplicación de los resultados descritos a otros casos.

Quedando establecida esta restricción, la presente investigación puede aportar una


metodología para el diseno y análisis de taludes sujetos a las condiciones expuestas.

Uno de los aspectos importantes deducido del trabajo reali~do es ta imposibilidad


práctica, a la luz de análisis de rentabilidad económica, de recuperar el talud una vez han
comenzado las deformaciones plásticas en la zona de pie. Por este motivo, se resalta la
importancia del correcto diseno que pasa, como ha quedado reflejado, por la correcta
caracterización y estudio de los materiales y del macizo y por la aplicación del método de
análisis adecuado.

Al hablar de un correcto disel'lo no se hace referencia únicamente a una estabilidad


del :;:ilud a l;:,r-;;o pl2:o. sino tam~ién a cerio y mE::dio pto::o, siempre en lunc:én de la utilic!2c! o
-1 86-

que se vaya a dar a este. Así, ha quedado demostrada en la investigación la estabilidad


del talud para una primera etapa (un determinado tiempo) tras su apertura, quedando
también claro que, a partir de un determinado momento, la rotura completa del
talud es inevitable.

Como aspectos importantes a tener en cuenta para un correcto diseno del talud, y que
deberían ser considerados en situaciones como la aquí estudiada. se pueden citar:

- el comportamiento del macizo rocoso va evolucionando con el tiempo, a partir de su


apertura, pasando a ser más típico de un material "plástico• conforme se van
redistribuyendo las tensiones y generándose nuevos estados tenso-deformacionales.

el comportamiento observado en el talud solo puede ser explicado con una reducción
sustancial de la resistencia del macizo rocoso, consecuencia de las características
geológicas (y de la historia geológica sufrida) y geomecánicas de la zona y de
los cambios geométricos sufridos (el principal la propia excavación)

- el comportamiento del material esté íntimamente asociado a las deformaciones


sufridas en cada estado

- la deformación y rotura del macizo rocoso en el caso estudiado viene gobernado por
la resistencia de la matriz rocosa.

Los criterios de diseno basados en la resistencia al corte de la roca o de las


discontinuidades no son adecuados en ocasiones; en las rocas aquí estudiadas son
más influyentes en el comportamiento los parámetros y aspectos relacionados con su
deformación.

El talud estudiado y modelizado fué disenado para evitar roturas generales paralelas
o subparalelas a la estratificación (típicas de taludes de muro en cortas de este tipo), y en
base a los valores de la cohesión y del ángulo de resistencia interna más desfavorables
(3 t/m2 y 259 respectivamente), obtenidos para las superficies de estratificación mediante
ensayos de resistencia al corte (GONZALEZ DE VALLEJO, 1982).

El factor de seguridad elegido para la realización de los cálculos fué de 1.3,


resultando un ángulo de talud general de 309 a 359 según las zonas; el talud fué construido
con tres bancos de unos 451 y con 309 para el talud final, si bien la parte del mismo que
sufrió la rotura presentaba un ángulo de 35º (Figura 9.2).
-1 8 7 -

Como complemento final de este trabajo, y a efectos de comparación con los datos
exp.Jestos en las líneas anteriores, se llevaron a cabo los análisis adecuados para estimar el
ángulo para el que el talud resulta estable según el método utilizado. Los cálculos se
realizaron rebajando sucesivamente el ángulo del talud final hasta conseguir la estabilidad
para un factor de seguridad de 1.3 igual al elegido en el proyecto inicial.

O 10•

ULUO 28•
- • - - 7.tlUO 30"

Figura 9.2.- Esquema del talud excavado y del obtenido para un Factor de Seguridad de 1.3.

En la Tabla 9.1 se han representado algunos datos del proyecto inicial, para un talud
disenado en base a parámetros obtenidos de ensayos oonvencionales y mediante métodos de
equilibrio límite, y los datos propuestos a partir de los resultados de los análisis realizados y
encaminados a encontrar el ángulo del talud capaz de mantener la ~stabilidad del mismo a
largo plazo. Como queda reoogido en esta Tabla, el talud calculado para un Factor de Seguridad
de 1.3 es de 2811 , frente a los 359 con que se construyó la parte del mismo que sufrió la
rotura. En el Anexo IV se ha reoogido el modelo de talud analizado con un ángulo de 2811 y los
resultados del cálculo para los diferentes escalones.

En la Tabla 92 se han representado también los resultados de los análisis llevados a


cabo para diferentes ángulos de talud; para el caso de ángulos de talud final con valores
de 30 2 y 32 2 se obtuvieron unos factores de seguridad de 1.1 y 1.2 respectivamente.
-1 8 8 ·

Tabla 9.1

PARAMETROS DE DISEÑO FAC.DESEG. ANGULO TALUD


UTILIZADOS ELEGIDO ZONAROTA

PROYECTO INICIAL
Talud inestable e Y e¡, 1.3 35 9

1.1 32 2
DATOS PROPUESTOS E, v, C y cj) 1.2 30 9
1.3 28 2

Tabla 9.2

Pl'G..10 FACTOR DE SEGLFIIDAD


TAWD 0.8 0.9 1.0 1.1 1.2 1.3

35 11 e e C-NC te
32 e e e C-NC te
30 2 e e e e C-NC te
28 2 e e e e e C-NC
c.. Convergencia; deformaciones plásticas
NC.. No Convergencia; se alcanza la rotura del material

Es decir, suponiendo una evolución similar de la resistencia del macizo rocoso, con
disminución paulatina de sus parámetros resistentes desde su apertura, el talud, según los
cálculos realizados, presentaría un factor de seguridad de 1.3 para un ángulo de 289,
mientras que para 3511 este valor aportado por los análisis era de 1.02 (Apartado 8.8.2).

Sin embargo, y como ya ha quedado senalado, el talud presentará estabilidad a corto


plazo para valores superiores a los 289 ; en el caso del proyecto inicial, et talud permaneció
estable, sin comenzar a manifestar signos de inestabilidad, para los primeros 2-3 meses
desde que se alcanzó la profundidad para la que ocurrió la rotura.

Asimismo, es importante sel'lalar que los ángulos de los taludes parciales de bancos
ha debido ser rebajados paulatinamente, aún manteniendo un ángulo general similar en todo el
talud, hasta conseguir los factores de seguridad expuestos.
-1 89 -

CONCLUSIONES GENERALES

Los resultados principales obtenidos de la pcesente Tesis pueden resumirse en los


siguientes puntos:

Con respecto al estudio del proceso de deformación y rotura del talud


analizado,

1. Tanto el modelo matemático del talud como el método de análisis esfuerzo-


deformación por elementos finitos han resultado adecuados y representativos para modelizar
y estudiar el proceso de deformación y rotura del talud analizado observado en el campo
(Apartado 8.8).

2. El comportamiento del talud estudiado y de las lutitas que lo forman puede ser
modelizado mediante la ley de fluencia de Orucker-Prager (Apartado 6.2); en ningún caso se
consigue esta modelización con el concurso de una ley de comportamiento elástica (Apartado
8.8.3).

3. Los análisis llevados a cabo por métodos de equilibrio límite no explican el


comportamiento observado en el talud, aunque sf reproducen el modelo de rotura,
alcanzándose la rotura del material (Factor de Seguridad • 1.0) para valores resistentes
inferiores a los del método de elementos finitos; asimismo, los métodos de equilibrio límite
no pueden considerar una serie de aspectos que controlan el comportamiento de las rocas
estudiadas (Apartado 5.4).

4. Los parámetros resistentes obtenidos de ensayos de laboratorio convencionales no


reproducen ni explican el proceso de deformación seguido por el talud, aportando valores
claramente superiores a los que operan en el macizo durante su rotura (Apartado 8.6
y 8.7).

5. Los valores del módulo de deformación de las lutitas, E, obtenidos de los análisis a
posteriorl del talud, resultan algo superiores a los procedentes de ensayos realizados con
prensa rígida servo-controlada, pero estos últimos son más representativos que los obtenidos
de ensayos convencionales (Apartado 7.4).
-1 9 O·

6. El valor de la deformación que sufre el material (de sus desplazamienlos puntuales)


y las relaciones tensión-deformación en las dislintas zonas del talud, se han revelado como
fundamentales para interpretar y estalecer las pautas del comportamiento del mismo,
indicando cuándo el material alcanza las deformaciones plásticas y la rotura (Apartado
8.8.1 ); estos factores, que no pueden ser considerados por los métodos de equilibrio límite,
influyen definitivamente en la resistencia de la roca.

7. El oomportamiento del macizo roooso estudiado está definido por las propiedades de la
matriz rocosa. La rotura del talud se produce a través de la matriz rocosa y a favor de una
superficie circular, condicionada por los rasgos macroestructurales presentes en el mismo,
y sin influencia definitiva o condicionante de las familias de discontinuidades (Apartado 8.8).

8• La influencia de las tensiones tectónieas residuales actuantes en la zona condiciona el


desarrollo del proceso de deformación, así como la magnitud y distribución de las zonas con
diferente grado de deformación en el talud, y la localización y signo de las tensiones
principales generadas durante la rotura, aunque no afectan al mecanismo y modelo de rotura
ni a la magnitud de las deformaciones para las que se alcanzan las deformaciones plásticas
(Apartado 8.8.2).

9. Los diversos factores que afectan al talud y al material que lo constituye, como
anisotropía en las propiedades resistentes de las lutitas, presión de agua, las propias
tensiones residuales y la presencia de minados antiguos a su pie, no son factores
desencadenantes de la inestabilidad, predominando siempre, como factor desencadenante, las
propiedades resistentes de la matriz rocosa, a través de la cual se produce la rotura
(Apartado 8.8.3).

Con respecto a la caracterización de las lutltas y a los ensayos


realizados con prensas rfgldas,

1 O. En general, los parámetros resistentes obtenidos de todos los grupos de ensayos que
se han realizado clasifican a las lutilas y al macizo rocoso como de baja calidad y resistencia
(Apartado 4.2 y 7.4).

11 . Los ensayos de resistencia con máquinas y métodos convencionales se han revelado


como no adecuados para la obtención de parámetros representativos y para el estudio de estas
rocas blandas, aportando siempre valores superiores a los obtenidos con los análisis a
posteriori (Apartado 8.6).
·191 -

1 2. Los ensayos realizados con prensa rígidas servo-controlada han permitido el


correcto registro de las relaciones esfuerzo-deformación de las probetas antes y después de
conseguirse la resistencia de pico, y han resultado más adecuados al permitir la
consideración de aspectos importantes relacionados con los materiales estudiados y sus
características (Apartado 7.4).

1 3. Las curvas esfuerzo-deformación registradas denotan un claro comportamiento


ductil o pseudoplástico asociado a las roturas que se producen a través de la matriz rocosa, lo
que pone de manifiesto la importancia del papel jugado por ésta última en el proceso de
deformación del talud (Apartado 7.4).

1 4 . El comportamiento del material depende de los valores de la deformación que éste


sufre, encontrándose una clara relación entre este factor y el ángulo de aplicación de la carga
con respecto a la estratificación (Apartado 7.4).

1 5. Los valores de la resistencia a compresión simple resultan notablemente menores


que los convencionales, pero más representativos para el comportamiento observado y más
acordes con los resultados obtenidos de los análisis (Apartado 9.2).

1 6. Las diferencias existentes entre los parámetros resistentes obtenidos de los ensayos
convencionales y los realizados con máquina rígida, pueden ser explicadas en base al concepto
de energía de deformación durante la rotura de la probeta, a la consideración de la historia
tenso-deformacional sufrida por el macizo rocoso a lo largo del tiempo y en base a la mejor
represesntatividad del segundo tipo de ensayos que permite controlar el proceso de
deformación de la probeta y registrar un comportamiento más acorde con la realidad
observada in situ (Capítulo 6 y Apartado 7.4).

Con respecto a las aplicaciones de los resultados obtenidos,

17. El diseno del talud estudiado mediante métodos de equilibrio limite, y a partir de los
parámetros característicos de la resistencia al corte del material, no resulta adecuado para el
tipo de materiales estudiado ni para la modelización de su comportamiento real.

1 8. El uso de métodos de cálculo esfuerzo-deformación permite un mejor diseno del talud


en cuanto que consideran los factores que gobiernan el comportamiento de las rocas blandas y
su proceso de deformación y rotura.
- 192-

1 9. Un factor importante a considerar, fundamental para tener en cuenta en el diseno del


ángulo y otras características geométricas del talud, es el plazo de tiempo que se desea
mantener el mismo operativo; el talud analizado se ha mostrado estable a corto plazo, antes de
que el macizo rocoso alcanzase la pérdida de resistencia "crítica".

2 O. Otros factores influyentes en la estabilidad del talud son los valores de los ángulos
parciales del talud y de los bancos, no solamente el ángulo del talud general final, que es el
que convencionalmente se considera en los aná6sis para diseno.
-193 ·

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-2 O 3 -

ANEXOS

1. - SECUENCIA FOTOGRAFICA DE LA EVOLUCION DEL PROCESO DE


DEFORMACION Y ROTURA DEL TALUD

11. - DESCRIPCION DE LA REALIZACION DE LOS ENSAYOS Y DEL EQUIPO


UTILIZADO, PREPARACION DE LAS PROBETAS Y CALIBRACION DE LA
PRENSA RIGIDA SERVO-CONTROLADA

111. - RESULTADOS DEL ANAUSIS A POSTERIOR! DETALLADO DEL TALUD CON


Y SIN CONSIDERACION DE LAS TENSIONES RESIDUALES HORIZONTALES
OBTENIDAS A PARTIR DE MEDIDAS IN SITU REALIZADAS EN LA ZONA

IV.- RESULTADOS DEL ANALISIS DE ESTABILIDAD PARA DISEfiíO DEL ANGULO


DE TALUD ESTABLE

V. - DESCRIPCION MATEMATICA Y APROXIMACION NUMERICA DE LAS


ECUACIONES DE LA ELASTO-PLASTICIDAD
ANEXO 1

SECUENCIA FOTOGRAFICA DE LA EVOLUCION DEL PROCESO DE


DEFORMACION Y ROTURA DEL TALUD
Anexo 1, pg. 1

Fotografía 1.- Aspecto general del talud N de la Corta San Ricardo antes de comenzar el
proceso de rotura del mismo.

Fotografía 2.- Grieta principal en la berma del banco superior del talud. Primera
manifestación de la inestabilidad.
Anexo 1, pg. 2

Fotografía 3.· Roturas y caldas de bloques a favor de planos de estratificación en el banco


inferior del talud.

Fotografía 4.- Roturas planas paralelas al talud en el banco de la grieta principal.


L
Anexo 1, pg. 3

Fotografía 5.- Pandeo de estratos en el banco inferior del talud.

Fotografía 6.- Apertura de grietas en los bancos y bermas del talud. Roturas locales tipo
bloque y cuna.
Anexo 1, pg. 4

Fotografía 7.- Deformación y hundimiento general del talud: el desnivel de la grieta es ya


considerable.

Fotografía 8.- Grieta principal de la cabecera del talud, grietas menores y aspecto general del
banco superior.
Anexo 1, pg. 5

Fotografía 9.- Banco inferior con los estratos totalmente horizontalizados mientras los
bancos superiores conservan la estratificación original buzando 45-509 S.

Fotografía 10.- Banco inferior con los estratos totalmente horizontalizaclos mientras los
bancos superiores conservan la estratificación original.
Anexo 1, pg. 6

Fotografía 11.- Banco Inferior con los estratos horizontales y el material destrozado a su pie.

Fotografía 12.- Pie del talud totalmente roto. Se observan los restos de una berma en la parte
superior.
Anexo 1, pg. 7

Fotografía 13.- Vuelco y horizontalizaclón de estratos en los bancos superiores del talud,
con el material totalmente roto.

Fotografía 14.- Vuelco, rotura y agrietamiento de bermas; se puede observar una grieta a
pie de banco.
Anexo 1, pg. 7

Fotografía 13.- Vuelco y horizontalización de estratos en los bancos superiores del talud,
con el material totalmente roto.

Fotografla 14.- Vuelco, rotura y agrietamiento de bermas; se puede observar una grieta a
pie de banco.
ANEXO 11

DESCRIPCION DE LA REALIZACION DE LOS ENSAYOS Y DEL


EQUIPO UTILIZADO, PREPARACION DE LAS PROBETAS Y
CALIBRACION DE LA PRENSA RIGIDA SERVO-CONTROLADA
Anexo 11, pg. 1

DESCRIPCION DE LA REALIZACION DE LOS ENSAYOS Y DEL


EQUIPO UTILIZADO, PREPARACION DE LAS PROBETAS Y
CALIBRACION DE LA PRENSA RIGIDA SERVO-CONTROLADA

1 . • INTRODUCCION

Los ensayos mecánicos de rocas en el laboratorio han sufrido importantes mejoras


con el desarrollo de máquinas con estructura rígida y con el uso de sistemas de control
realimentados (feed-back control systems). Con sistemas adecuados, el control, el registro
y el procesado de los datos puede ser computerizado, con las ventajas que esto conlleva.

El desarrollo de las prensas rígidas ha permitido poder registrar el comportamiento


de los materiales una vez producida la rotura; la porción post-rotura de la curva esfuerzo-
deformación asociada al proceso de rotura progresiva de la roca puede ser registrada y
estudiada.

Los ensayos de compresión uniaxial convencionales no consideran el comportamiento


del material tras el esfuerzo de pico; el hecho de que pueda tener lugar una rotura violenta o
progresiva depende de la relación entre la rigidez de la máquina de ensayo y la rigidez de la
probeta a ensayar.

La rigidez, k, de un miembro elástico se define como la fuerza que produce un


desplazamiento unitario en la dirección de aplicación de la fuerza.

En una máquina de ensayo convencional rblanda•), si al alcanzarse la resistencia de


pico la probeta es comprimida una pequena cantidad As {Figura 1.a), la carga sobre esta
debe reducirse, porque la cantidad de energía AWs que la probeta puede absorver es el área
ABED de la Figura 1.a. La prensa convencional solo es capaz de sufrir descarga hasta F,
liberando la energía AWm dada por el área AFED. Esta energía liberada no puede ser
absorvida por el material a ensayar, AWm > AWs, y en consecuencia se produce la rotura
violenta.

En una prensa rígida, !J.Wm < AWs (Figura 1.b), y por tanto la probeta necesita de
aporte de energía para deformarse a lo largo de ABC; la rotura del material puede, en este
Anexo 11, pg. 2

caso, ser controlada, y su comportamiento en la región post-pico puede ser registrado


(BRADY Y BROWN, 1985; HUDSON, CROUCH y FAIRHURST, 1972).

llWs = ABED 6Ws =ABED


o) b)
6Wm = 6Ws + AFB 6Wm = llWs - ABG
p p
A

Pe

Po

Figura 1.- Curvas tipo carga-desplazamiento obtenidas para: a) prensa convencional


("blanda1 y b) prensa rígida con respecto a las probetas (BRADY Y BROWN, 1985).

En el caso de que /l Ws sea ligeramente mayor que /l Wm, la máquina puede ser
considerada rígida respecto a la probeta; no es necesario un valor determinado para esta
relación. Si una máquina es rígida o no (siempre con respecto a la probeta a ensayar)
puede ser conocido calculando la rigidez aproximada de la probeta y de la máquina,
ks Y km.

Así, el sistema máquina-probeta es estable o inestable en función de la relativa


rigidez de ambos, por ejemplo, si la rigidez de la máquina es mayor o menor que la
rigidez de la probeta. La rotura del material puede considerarse "estable" cuando es
necesario un aporte de energía para prolongar la rotura, e "inestable" cuando es
necesario quitar energía de la probeta para prevenir su colapso violento (WAWERSICK
Y FAIRHURST, 1970).

En algunas ocasiones, incluso si se trata de una prensa infinitamente rígida, ciertos


tipos de roturas (generalmente en rocas muy frágiles con grano fino y homogéneas) no
pueden ser controladas sin la actuación de un sistema de control realimentado (feed-back
control system}, que utiliza la respuesta del comportamiento de la probeta para controlar
la carga que la máquina ejerce sobre ella.

....
Anexo 11, pg. 3

Las máquinas de ensayo servo-controladas permiten el estudio de las regiones post-


pico de las curvas esfuerzo-deformación y los mecanismos de fractura asociados a los tipos
de rocas que sufren estos procesos.

2. • PRINCIPIO Y DEFINICION DE LA MAQUINA DE ENSAYO SERVO•


CONTROLADA

En una prensa servo-hidraúlica, el fluido hidraúlico es dirigido, a alta presión, a un


lado y otro del pistón aplicador de la carga mediante una servo-válvula electromagnética. En
respuesta, el pistón se mueve y aplica o retira carga sobre la probeta. La operación de la
servo-válvula es controlada por un servo-controlador eléctrico, el cual controla la
dirección e intensidad del flujo que va al pistón para obtener el rango de desplazamiento o
carga deseado e impuesto.

El principio fundamental del ensayo con prensa servo-controlada estriba en


controlar la rotura de la roca mediante la selección de una senal adecuada que indica a la
máquina el rango de carga que debe aplicar o retirar (realimentación). Esta senal puede ser
programada para que sufra un incremento constante a lo largo del ensayo, y puede
elegirse tanto la carga a aplicar a la probeta como la deformación radial o axial que esta
va sufriendo a lo largo del ensayo.

La rotura de la roca puede ser controlada si la variable desplazamiento es


considerada como independiente; una máquina con prensa rígida o con sistema de control
realimentado permite el establecimiento de un rango constante de desplazamiento. Ambas
caracteristicas en máquinas de ensayo han sido ampliamente utilizadas en las dos últimas
décadas para abordar estudios de deformación y rotura en las rocas.

En una máquina de ensayo rígida, la rotura de la roca puede ser controlada siempre
que la rigidez de la máquina sea mayor que el valor máximo absoluto de la rigidez de la
muestra ensayada justo en el instante posterior a la rotura. Es suficiente que el valor de la
rigidez de la máquina, km, sea un poco mayor que ks (rigidez de la probeta); no es necesario
un valor específico para la relación km/ks,

En una máquina servo-controlada (que permite llevar el control de cualquier


función o variable independiente), la operación del sistema de control realimentado, el
tiempo de respuesta del sistema cerrado y la elección correcta de la sel\al realimentada,
deciden el éxito en el control de la rotura de la roca.
Anexo 11, pg. 4

El desplazamiento puede ser linealmente controlado e incrementado con el tiempo


usando una máquina de ensayo servo-controlada de bucle cerrado . La importancia de
considerar desplazamientos en lugar de fuerzas como variable independiente estriba
en el hecho de que si se considera la fuerza y esta se incrementa uniformemente
(monotonamente) a lo largo del ensayo, el resultado es un rango de carga constante que, al
llegar a la capacidad portante máxima de la probeta, se seguirá incrementando con la
consecuente rotura violenta de la probeta.

El principio básico del bucle cerrado aplicado a máquinas de ensayo se ilustra en la


Figura 2.

(¡¡;a¡-=i5!1!5i5!1!5==E================EE!!!!!!!E!IEllll:~=;a;em Sfi.LDE ERroR


PRESION AJUSTE DE PRE-
SICN HASTA oo-r-
AJUSTADA
' , SEGUIR

a:MPARACICN ELEC'1'BONI
CAOELAsEfw.REALI- -i
EXPERIMENTO t-----....,.==--&j-..., ~
MENl'AM Y LA SBL FN
VIADA POR EL PROORAMA
Ct> , (P)
j

SEl'1AL
ENVIADA
POR EL PROORAMA
(P)

'
PROGRAMA 00E INDICA
RmlSTRO DE LCS [111.'l'OS EL VALOR DESEADO DE
LA VARIABLE ELEGIDA
EXPERIMENI'ALES EN EL ENSAYO
RE:tOERitcS

Figura 2.- Principio del control de bucle cerrado (BRADY Y BROWN, 1985).

Una senal de realimentación, (t), representando una condición experimental, es


generada por un transductor y comparada con la senal del programa (p) la cual representa
la condición deseada. Si existe diferencia entre ambas, se genera una senal de error y
esta es utilizada para corregir la diferencia. La operación contínua del sistema de bucle
cerrado asegura que el experimento sea automáticamente controlado y siga el curso
impuesto por el programa.
Anexo 11, pg. 5

3 . - PREPARACION DE LA PROBETAS

Las probetas cilíndricas usadas en los ensayos fueron preparadas guardando


siempre una relación Longitud/Diametro = 2, relación importante a tener en cuenta
para la obtención de resultados adecuados y de curvas esfuerzo-deformación
representativas; asímismo, se procuró que las bases de las probetas quedasen tan paralelas
como fuera posible lograr en la preparación de las mismas.

Debido al tamaflo de los testigos de los sondeos de Penarroya a partir de los cuales se
obtuvieron las muestras, las probetas fueron preparadas con dos tamanos diferentes:

- longitud • 92 mm y diámetro • 42 mm
- longitud =126 mm y diámetro = 63 mm

La mínima resistencia a rotura ocurre cuando ~- 459 + +12; considerando un


ángulo de ♦ - 359 , se obtiene ~ .. 62.59 , y este ángulo da valores Y • 2X, por lo que L

~ 2 se considera la relación apropiada en probetas para evitar los efectos de cizalla en las
bases de las mismas.

En general, el tamatlo de la probeta depende del propósito del ensayo y del tamal'lo de
los granos de la roca (el diámetro mínimo debe ser al menos diez veces mayor que el
máximo tamaflo de grano de la roca}, pero a veces el tamal'io del testigo del sondeo a partir
del cual se obtienen las probetas condiciona las dimensiones de las mismas.

La influencia de .la forma y tamaflo de la probeta en la forma de la curva esfuerzo-


deformación es ilustrada por HUDSON, CROUCH Y FAIRHURST (1972). En términos
generales se puede decir que, para compresión uniaxial:

- la resistencia de pico se incrementa cuando LID decrece, para probetas con un


mismo diámetro
- un mismo material presenta una transición entre comportamiento "fragil" y
"ductil" al decrecer la relación LID, para probetas con igual diámetro.

Además, la rigidez de la probeta varía directamente con su diámetro e inversamente


con la relación UD. La pendiente de la porción de la curva post-pico depende también del
tamal\o y forma de la probeta: en general se puede decir que resulta menos acusada conforme
decrecen el diámetro y la relación UD de la probeta.
Anexo 11, pg. 6

4. · PROCEDIMIENTO DEL ENSAYO

Los ensayos de compresión uniaxial han sido llevados a cabo con la máquina servo-
controlada ESH Servo-Controlled (ESH Limited) del Laboratorio de Mecánica de Rocas del
Imperial CoUege de la Universidad de Londres. Esta máquina tiene una capacidad _de carga de
200 ton (2000 KN) y la posibilidad de monitorizar tres parámetros durante los ensayos:
carga axial, desplazamiento axial y desplazamiento radial. En la Figura 3 se presenta un
diagrama esquemático de la máquina servo-controlada usada en los ensayos; el equipo se -1
muestra en las Fotografias 1 y 2 de este Anexo.

Las probetas fueron cargadas axialmente usando anillos de carga calibrados de 2000
y 4000 LBF. En todos los ensayos el despl~ami~nto axial fué usado como la serial de - ,
.. realimentaci()n (feed:.back. signal).

CONTROLADOR DEL
DESPLAZAMIENTO AXIAL
Aporte
de poder
hldr6ullco
,~·-?"'
p~
t/e,npo

S•ñal del
con,p•rlldor de c•rt•
Selt•I .,
comp•r•do,

Figura 3.- Diagrama esquemático del equipo para ensayos de compresión uniaxial.
Anexo 11, pg. 7

Para la realización de los ensayos de compresión uniaxial, fué calibrado el anillo de


carga montado entre la probeta y el aplicador de carga (Foto 3); el anillo tenía los
siguientes parámetros constantes:

- 86.96 KN de capacidad
- 0.002 x 10-3 m de desplazamiento unitario
- calibrado para 63.74 N/división

El desplazamiento en el anillo de carga fué medido usando un comparador (LVDT) que


proporcionaba una variación lineal en su voltaje de salida con respecto a la carga del anillo
(Foto 3). Este voltaje de salida proveía una medida de ta carga sobre la probeta.

La rigidez de la máquina, la del anillo de carga y la de la columna bajo la probeta,


km , kr y ko fueron calculadas:

k = AE / L = F / i,.L
donde:
L - longitud
F - fuerza
E - módulo ele Young
4L - desplazamiento unitario
A - area sobre la que la carga es aplicada

km• AE / L • 1.385 x 1010 N/m

kr = F / 4L • 3.18 x 107 N/m

kc = AE / L • 7.356 x 109 N/m

(tomando 196 x 109 N/m2 como el módulo de Young para el acero).

La rigidez total, kt, de la máquina utilizada en los ensayos se calcula:

kt • 3.16 X 107 N/m


Anexo 11, pg. 8

Por comparación, la rigidez aproximada de las muestras de lutitas ensayadas es


(tomando una media de E= 4.8 x 108 N/m2):

k 5 - 3 x 1os N/m

valor que es menor que kt , la rigidez de la máquina.

La carga se aplicó a la base de las probetas a través de asientos esféricos de acero


endurecido, de acuerdo ron los métodos recomendados por la I.S.R.M. para ensayos de rocas.
La capacidad máxima del anillo de carga era de 86.96 KN, permitiendo un esfuerzo axial
máximo a aplicar a las probetas de 50 MPa.

La compresión axial de las probetas fué medida usando comparadores (Foto 3 de este
Anexo) colocados de tal forma que se registraba la compresión total de la probeta y de los dos
conjuntos de piezas de acero colocadas en las bases de las probetas. Al ser conocida la
compresión que estos componentes de acero sufren para cualquier carga axial, la
compresión de la probeta puede ser obtenida a partir de la lectura del comparador axial y
del comparador del anillo de carga •

La lectura del desplazamiento axial también aporta la senal al servo-controlador


para obtener el rango deseado de desplazamiento durante el ensayo (realimentación).

El generador eléctrico de la rampa fué programado para generar un voltaje de salida


(fp) que fuese incrementándose linealmente con el tiempo. Este incremento de voltaje
programado correspondía directamente a la que seria la salida por el comparador axial
para un rango de 40 milideformacioneslhora, que fué hecho Igual a 20.4 vols/hora o
5.67 x 1o-3 volts/sg.

En un proceso contínuo durante cada ensayo, el servo-controlador comparaba la


salida real de voltaje (fa) del comparador axial con el valor programado (fp) en el
generador de la rampa. Cualquier error (fa - fp) es amplificado en el voltaje de
llegada a la servo-válvula, y este valor amplificado de (fa - fp) negativo o positivo
programa a la servo-válvula para dirigir fluido hidraúlico al lado apropiado del
actuador de carga (del aplicador de carga). Esto resulta en un incremento o
decrecimiento de la carga axial sobre la probeta con el fin de mantener (fa - fp) • o,
y manteniendo el rango de desplazamiento programado de 5.67 x 1o-3 volts/s.

Et desplazamiento radial de la probeta también fué medido usando un comparador


colocado en un brazalete de acero que rodeaba a la probeta (Foto 3).
Anexo 11, pg. 9

5. - CALIBRACION DEL EQUIPO DE ENSAYO

Las calibraciones llevadas a cabo para los comparadores (de carga, de desplazamiento
axial y de desplazamiento radial) fueron diferentes en función del diámetro de las
probetas:

• probetas con diámetro de 46 mm

- comparador de carga (canal 1):

anillo de carga de 2000 LBF calibrado para 2000 dlgitos - 1O voltios .. 5 MPa
anillo de carga de 4000 LBF calibrado para 2000 dígitos - 1O voltios = 1o MPa

comparador del desplazamiento axial (ESH control) calibrado para:

15 voltios .. 50 milideformaciones, a 3.3 milidef/voltio y


40 milldeformaciones/hora = 12.4 voltios/hora - 3.4 x 10·3 voltios/s

• comparador del desplazamiento radial (canal 2) calibrado para:

2000 dígitos .. 1O voltios = 50 milideformaciones

• probetas con diámetro de 63 mm

- comparador de carga (canal 1):

anillo de carga de 4000 LBF calibrado para 2000 dlgitos - 1o voltios = 5 MPa

- comparador de desplazamiento axial calibrado para:

13 voltios - 10 mllideformaciones, a o.n milidef/vohio y


40 milidef/hora .. 52 voltios/hora • 1.45 x 1o-2 voltios/s

• comparador de desplazamiento radial calibrado para:

2000 dígitos - 1O voltios • 50 mllideformaciones.


Anexo 11, pg. 1O

Las calibraciones en el ploter fueron:

- probetas con diámetro de 4§ mm

anillo de carga de 2000 LBF:

carga : 1 Mpa e 2 cm.


- desplazamiento axial : 1 milidef. = 2 mm
- desplazamiento radial : 1 milidef. = 2 mm

anillo de carga de 4000 LBF:

- carga : 1 Mpa = 1 cm.


desplazamiento axial : 1 milidef. • 2 mm
- desplazamiento radial : 1 milidef. = 2 mm

- probetas con djámetro de §3 mm

• carga:1Mpa-2cm
- desplazamiento axial : 1 milidef. • 1 cm
- desplazamiento radial : 1 milidef. = 2 mm.
Anexo 11, pg. 11

Fotografía 1.-Prensa rígida servo-controlada de 2000 KN y equipo utilizado en la


realización de los ensayos.

Fotografía 2.- Equipo utilizado en la realización de los ensayos.


Anexo 11, pg. 12

Fotografía 3.- Anillo de carga montado entre el aplicador de la carga y el cilindro de acero
superior sobre la probara.
Anexo 11, pg. 13

Fotografia 4.- Probetas rotas obtenidas en algunos de los ensayos realizados


correspondientes a· los grupos clasificados como 12 (175/T-1 y 175/T-5)
y 22 (175/T-4), presentando planos de rotura netos.

Fotografía 5.- Probetas rotas resultantes de algunos de los ensayos realizados y


representativas de los tipos de roturas obtenidos en los grupos 211 (172/M-7)
y 311 (175/T-3), con rotura a favor de varios planos conjugados.
Anexo 11, pg. 14

Fotografía 6.- Modelos de rotura obtenidos en los ensayos de probetas clasificadas en el 3er
grupo y que resultaron prácticamente destrozadas.
ANEXO 111

RESULTADOS DEL ANALISIS A POSTERIORI DETALLADO DEL


TALUD CON Y SIN CONSIDERACION DE LAS TENSIONES
RESIDUALES HORIZONTALES OBTENIDAS A PARTIR DE MEDIDAS
IN SITU REALIZADAS EN LA ZONA
Anexo 111, pg. 1

RESULTADOS DEL ANALISIS A POSTERIORI DETALLADO DEL


TALUD CON Y SIN CONSIDERACION DE LAS TENSIONES
RESIDUALES HORIZONTALES OBTENIDAS A PARTIR DE MEDIDAS
IN SITU REALIZADAS EN LA ZONA

1 . • INTRODUCCION

Se incluyen aquí los resultados gráficos completos obtenidos de los análisis a


posteriori detallados (con un incremento del Factor de Seguridad de 0.02 entre un escalón y
otro del análisis) realizados para los casos de no consideración y consideración de las
tensiones horizontales residuales actuando sobre el talud. No se comentan estos resultados por
haberse llevado a cabo su interpretación y análisis en el Capítulo 8 de este trabajo.

La Tabla 1 presenta un resumen de los resultados obtenidos en ambos casos para los
diferentes escalones analizados:

Tabla 1

ESCALON 6 7 8 9 10 11 12 13
FAC. SEG. 0.90 0.92 0.94 0.96 0.98 1.00 1 .02 1.04

TENS. RESIO. e e e e NC NC NC
NO TENS. RESIO. e e e e e e NC NC

DESPLAZ. MAX.
(m X 10-3)

TENS. RESID. 10.9 11.3 11.7 12.3 13.1 14.3 17.0


NO TENS. RESID. 8.70 8.89 9.30 9.70 10.3 11.4 15.2 150

TENS. MAX. COMPR.


(t/m2)

TENS. RESID. 114 114 113 113


NO TENS. RESID. 118 118 117

TENS. MAX. DISTEN$.


(t1m2)

TENS.RESD. 16.5 16.4 16.2 16.1


NO TENS. RESIO. 9.22 10.4 13.7

C • no se ha alcanzado el limite de elasticidad


NC .. se ha alcanzado la superficie de fluencia
Anexo 111, pg. 2

Se incluyen los resultados gráficos obtenidos para los escalones que representan el
paso de la estabilidad (sin alcanzarse las deformaciones plásticas) a la rotura (con la
generación de deformaciones plásticas), escalones que en el análisis que no considera las
tensiones corresponden a los pasos 11, 12 y 13 (para Factores de Seguridad de 1.0, 1.02 y
1.04 respectivamente; Figuras 1 a 5), mientras que en el análisis que sí las considera
corresponden a los pasos 9, 1o, 11 y 12 (para Factores de Seguridad de 0.96, 0.98, 1.0 y
1.02 respectivamente; Figuras 6 a 11 ). En ambos casos el primer escalón para el que se
presentan los resultados gráficos corresponde a un estado de estabilidad en el talud, con
deformaciones únicamente elásticas.

En la Figura 12 se presentan los modelos de mallas deformadas obtenidos para el


escalón en que se alcanza la rotura en ambos análisis. Los dos dibujos se han representado a la
misma escala para que puedan ser comparados entre sí.

Se incluyen también los dos listados con el registro de los análisis para todos los
escalones analizados, en los que quedan reflejados el número de iteraciones de cada paso y la
convergencia o no convergencia de los cálculos para cada uno de ellos.
Anexo 111, pg. 3

2. • RESULTADOS GRAFICOS DEL ANALISIS A POSTEAIORI REALIZADO


SIN CONSIDERACION DE LAS TENSIONES RESIDUALES

Z_SOIL: FOR tHE StABILilY ANIILYSIS or SOIL LOAD SUP: 11


"ESH DEFORHATIOH MAX DISPL.: 4.27e-884
NIN DISPL.= -1.11e-002
BAC-AHAL-DETALL. MALLA DEHSA. F: 8.8 • 1.3

L IISPL. SCALE
Z.lle-lm

' .
1.28e ♦ 881 2.eee-112

L 1.28e+801 L DISPL. SCALE


2.lle-892

Figura 1.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 11
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 1.0.
Anexo 111, pg. 5

Z_SOIL: FOR THI SIABILITY AltllLYSIS or SOIL LOAD STIP = 13


MESH DEFORHATIOH HAX DISPL.: 3,28e-0e2
HIN DISPL.: -1.49e-001
BAC-AHAL-»ETALL. MALLA DEHSA. F: 0.8 - 1.3

L DISPL. SCALI
2.2,,-001

1,28e+90l 2.29e-981

L 1.28e+001
'L 2.2,e-001
DISPL. SCALE

Figura 3.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 13
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 1.04, para el que resulta. la rotura
del material.
Anexo 111, pg. 6
z_sotL: FOR THI STABILITY AHALYSIS OF SOIL LOAD STEP : 11
VECTOR REPRESEHTATIOH OF PRINCIPAL StJIESSE MAX STRESS: 9.22e+0e&I
HIH STRESS: -1.18e+902
IIAC-AHIIL-DETALL. HALLA DENSA. F: e.a - 1.3
REQUESTE» 200HIHG

-,
i

NA~ STRESS: 1.84e+N1


MIH srms= -1.1ae•1i112
BAC-flNAL-)ETALL. MALLA )BISA, F : 8.8 - 1.3 LOAJ StEP: 12
RIQUESTD ZOONINC

O Esfuerzos traccionales
Rgura 4.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes a los escalones
11 y 12, con Factores de Seguridad respectivos de 1.0 (arriba) y 1.02 (abajo); para el
primero los cálculos Indican estabilidad, mientras que el segundo corresponde al escalón en
que se alcanzan las deformaciones plásticas.
Anexo 111, pg. 7

Z_SOIL: FOR THE STABILITV ANALVSIS or SOIL LOAD SU:P = l3


VECTOR RrPRES.ENTATION or PRINCIPAL STRISSE MAX STRESS= 1.31e+001
HIN STRESS: -1.11e+002
BAC-ANAL-DETALL. MW DENSA. F : 0.8 - 1.3

REOUESTD 200HltfC

O Esfuerzos traccionales
Figura s.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes al escalón 13,
con Factor de Seguridad de 1.04, para el que resulta la rotura del material.
·-·-·-····· -------------

Anexo 111, pg. 8


BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
E Q U A T I O N S Y S T E M D A T A
NUMBER OF EQUATIONS = 240
NUMBER OF BLOCKS FOR OUT-OF-CORE SOLVER= 3
NUMBER OF TERMS IN ONE BLOCK = 1806
PERCENT OF MEMORY USED . = 97.2 %
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
*** STEP = 1 SAFETY FACTOR= .800 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.327E-03
2 21. -1.365E-03
3 10. -l.367E-03
4 11. · -1.378E-03
5 9.3 -l.380E-03
6 6.7 -l.381E-03
7 4.4 -l.382E-03
8 2.8 -l.382E-03
9 1.8 -l.381E-03
10 1.1 -1.381E-03
11 .67 -l.381E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
*** STEP = 2 SAFETY FACTOR= .820 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.368E-03
2 33. -1.366E-03
3 4.2 -1.366E-03
4 .57 -1.366E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
*** STEP = 3 SAFETY FACTOR= .840 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -l.353E-03
2 22. -1.351E-03
3 1.5 -l.351E-03
4 .18 -1.351E-03
i BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = O • 8 - 1. 3
1 *** STEP = 4 SAFETY FACTOR= . 860 CONVERGENCE REQUESTEO = 1. %-
. ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
l l.OOE+02 -l.340E-03
2 17. -l.339E-03
3 1.6 -l.339E-03
4 .31 -l .339E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1,3
. -** STEP = 5
1 SAFETY FACTOR = . 880 CONVERGENCE REQUESTED = 1. %-
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -l.329E-03
2 13. -l.328E-03
3 1.8 -l.328E-03
4 .32 -l.328E-03
; BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = O. 8 - 1. 3
*** STEP = 6 SAFETY FACTOR= .900 CONVERGENCE REQUESTED = 1. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -l.318E-03
2 15. -l.318E-03
3 2.0 -l.318E-03
4 .33 -l.318E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = o.a - 1.3
*** STEP = 7 SAFETY FACTOR= .920 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-CF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.312E-03
2 18. -1.312E-03
3 -1.312E-03
Anexo 111, pg. 9

EAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8


STEP SAFETY FACTOR=
-
.940
1.3
CONVERGENCE REQUESTED =
*** = 8 l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.310E-03
2 32. -1.312E-03
3 4.8 -l.312E-03
4 .83 -1.312E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
*** STEP = 9 SAFETY FACTOR= .960 · · CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.313E-03
2 26. -1.314E-03
3 7.4 -1.314E-03
4 l. 5 -1.314E-03
5 .36 -1.314E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
'1t** STEP = 10 SAFETY FACTOR.= .980' CONVERGEN CE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l.00E+02 -1.319E-03
2 54. -1.325E-03
3 13. -1.326E-03
4 3.7 -l.327E-03
5 1.1 -1. 327E-03
1 6 .38 -1.327E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F =
0.8 - 1.3
*** STEP 11= SAFETY FACTOR= 1.000 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
r 1 l.OOE+02 -1. 344E-03
1
2 67. -1.354E-03
3 30. -1.356E-03
4 12. -1. 357E-03
5 5.4 -1. 358E-03
6 2.4 -1.358E-03
r 7
8
1.2
.64
-1.358E-03
-1.358E-03
BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3
*** STEP
ITER
=12 SAFETY FACTOR= 1.020
% OUT-OF-BALANCE
CONVERGENCE REQUESTED =
SELECTED DISPLACEMENT
l.

1 l.OOE+02 -1.396E-03
2 l.SOE+02 -l.422E-03
r 3
4
86.
so.
-l.438E-03
-l.448E-03
5 38. -l. 45SE-03
6 27. -l.459E-03
7 21. -l.462E-03
8 16. -l.465E-03
1 9 12. -l.466E-03
10 9.2 -l.468E-03
11 7.1 -1.468E-03
12 5.5 -1.469E-03
13 4.4 -l.470E-03
14 3.4 -1. 470E-03
15 2.8 -1.470E-03
••. STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
Anexo 111. pg. 10

BAC-ANAL-DETALL. MALLA DENSA. F = 0.8 - 1.3


*** STEP: 13 SAFETY FACTOR= 1.040 CONVERGENCE REQUESTED = l.
.-
7..

!TER % CUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT


1 1.00E+02 -1.617E-03
2 2.51E+02 -1.862E-03
3 5.35E+02 -2.300E-03
4 6.82E+02 -2.928E-03
5 9.61E+02 -3.396E-03
6 1.59E+03 -5.821E-03
7 1.58E+03 -5.876E-03
8 1.02E+03 -S.926E-03
9 7.31E+02 -5.973E-03
10 6.22E+02 -6.0lOE-03
11 5.52E+02 -6.038E-03
12 4.99E+02 -6.059E-03
13 4.61E+02 -6.074E-03
14 4.34E+02 -6.083E-03
15 4.14E+02 -6.088E-03
---LAST SOLUTION TIME= 13.000
---SAFETY FACTOR = 1.040

[ INSTABILITY HAS BEEN REACHED,CHGE SIGN PIVOT DURING STIFFNESS FACTORIZATION


~ PROGRAM STOPS
Anexo 111, pg. 11

3. • RESULTADOS GRAFICOS DEL ANALISIS A POSTERIOR! REALIZADO


CON CONSIDERACION DE LAS TENSIONES RESIDUALES

2 SOIL: ron THI STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD STIP: 'J


MESH l)IfOJIMIITIOH HAX DISPL,: 1.,1e-003
NIH DISPL.: -1.l?e-002
BAC-ANAL.TfflS.RISID.F.S:i.8-1.3

1.28e+01U

L 1,Z8e+l81 L tISPL. $CALE


2.83,-802

1,28e•001 2.83e-882

L 1.Z8e+l81 L DISPL. $CALE


2,83e-eez

Figura 6.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 9 del
análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 0.96.
Anexo 111, pg. 12

Z_SOIL: fOR THE STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD STEP : 18


MESH DEFORHIITIOtl MAX DISPL.= l,80e-003
NIN DISPL.: -1,24e-lil02
BAC-AHIIL.TEttS.RISID.F.S=0.8-l.3

1.28t+901

L 1.28e••· L DISPL. SCIILI


2,113,-882

-- 1

- 1
1

1.28t+801 2.113t-902

L l.28e•88J L DISPL. SCALI


2,113e-tl8Z

Figura 7.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 10
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 0.98 y para el que el material
alcanza ya deformaciones plásticas.
Anexo 111, pg. 13

Z_SOlL: fOR IHI STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD STIP : 11


MESH DUORMATIOH HAX DISPL,: 2.G'le-883
MIH DISPL.: -1.34e-002
BAC-AHAL.TDIS.RESID.F.$:0.8-1.3

L )lSPL. SCALE
2,83e-Be2

.. ,,. .,,.

1.28e+881 2.03e-1182

L l,28e+811 L DISPL. SCALE


2,03e-882

Figura 8.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 11
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 1 .o.
Anexo 111, pg. 14

2_SOIL: FOR THE SIABILITY AN~LYSIS or SOIL L~I> SJEP: 12


MESH DEl'OIOOITIOH HAX DISPL.: 2.62e-1103
HIN DISPL.; -1.s,e-1182
BAC-AHAL.TEHS.RESID.F.S:8.8-1.3

GRAPHICS At TIIE OH$ET OF FAILIIRE


CAUTIOH : UHSTABLE COHFICIIMTIOH

-l

1
j
1.28e ♦ l81

L 1.2,e•881 L DISPL. SCALE


2,38•--
-!
-,
GRAPIIICS tll THE ONSET OF FtllLIIRE
CAUTIOH: UHSTABLE CONFICIIMTIOH

.... _,.

l.28e+l81 2.38e-082

L 1.28•••1 L DISPL. SCALE


2,38e-882

Figura 9.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 12
del análisis. correspondiente a un Factor de Seguridad de 1.02 para el que resulta la
rotura del material.
Anexo 111, pg. 15

2_SOIL: FOR THE STABILITY ANALYSIS OF SOIL LOAJ> sru =,


UECTOR REPRESENTATION or PRINCIPAL STRESSE HAlC STRESS= 1. G5e+001
MIN STRESS: -1.14e+002
BAC-AHAL.TDIS.RESID.F.S=D.8-1.3

MAX STRESS: 1.G4e+981


NIN STRESS= -l,14e+812
IAC-ANAL.TDIS.RESID.f.S:1.8-1,3 LOA» STIP: 18
RIQUESIED ZOOMING
/4.
G>~._,
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,! , i ,i . . ._.,!
~ ,. ,..... · ?, .,,_.,,..;,,.~~...l.AJX.t.. -~ ).. ,•. 't-. r-

Q Esfuerzos traccionates
Figura 1o.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes a los escalones
9 y 10, con Factores de Seguridad respectivos de 0.96 (arnba) y 0.98 (abajo); para el
primero los cálculos indican estabilidad, mientras que el segundo corresponde al escalón en
que se alcanzan tas deformaciones plásticas.
Anexo lll, pg. 16

2_SOIL: FOR tHE STABILITY ANALYSIS OF SOIL LOAD SUP: 11


UECTOR REPRESDITATION OF PRINCIPAL STRESSE MAX STRESS: 1.62e+001
HIH STRESS: -1.13e+002
SAC-AHAL.TEHS.RESID.F.S:0.8-1.3
REQUESTED ZOOtllHG

-!

tw.X STJIESS: 1.&1e+801


NIN STRESS: -1,13t+002
IIIIC-AtML,TENS.IESl),F.S:8.8-1.3 LOAD STEP: 12 -1

ÓEsfuerzos traccionales

Figura 11.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes a los escalones
11 y 12, con Factores de Seguridad respectivos de 1.0 (arriba) y 1.02 (abajo); el segundo
corresponde al escalón en que se alcanza la rotura del material.
Anexo 111, pg. 17

Z_SOIL: roR IHE STABILITY AHALYSIS OF SOIL LCAI> SIEP: 13


HESH DEFORHATION HAX l>ISPL.: 3.28e-002
HIH DISPL.: -1.49e-001
BAC-AHAL-DETALL. ltflLLA DENSA. F: 0.8 - 1.3

1.28e+001

L l,28e+081 L DJSPL. SCIILE


2.2,e-801

NESH DEFOIINATIOH MAX )ISPL.: 2.,ae-993


NIN DlSPL.: -1.56e-982
IMC-AHAL.TDIS.R!Sl).F.S:8.8-1.3

GIUIPHlCS fil THE ONSE:t OF FAILURt


CAUTIOH : UNSTABLE CONFIGIIRATIOH

1.28t+8i1
1
L 1.2ae+ee1 L DISPL. SCAU
2.eee-912

Figura 12.- Mallas deformadas correspondientes al escalón en que se produce la rotura para
los análisis sin (arriba) y con consideración de tensiones residuales (abajo). Los dibujos se
han representado a la misma escala a efectos comparativos.
Anexo 111, pg. 18

rYPE INT-DET.LOG
... READING INPUT FILE
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
E Q UA T I O N S Y S T E M D A T A
NUMBER OF EQUATIONS = 216
NUMBER OF BLOCKS FOR OUT-OF-CORE SOLVER= 1
NUMBER OF TERMS IN ONE BLOCK = 3598
PERCENT OF MEMORY USED . = 70.9 %
EAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
"'"'* STEP = 1 SAFETY FACTOR = . 800 CONVERGENCE REQUESTED = 1. ?.;
ITER % OUT-OF-BALANCE SEuECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.779E-03
2 40. -1.855E-03
3 22. -1.912E-03
4 11. -1.970E-03
S 6.6 -2.029E-03
6 18. -2.082E-03
7 10. -2.llOE-03
8 7.6 -2.137E-03
9 3.7 -2.lSSE-03
10 2.8 -2.174E-03
11 2.2 -2.186E-03
12 1.8 -2.195E-03
13 1.5 -2.201E-03
14 1.2 -2.206E-03
15 1.1 -2.209E-03
... STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
BAC-.ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 2 SAFETY FACTOR= .820 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.230E-03
2 50. -2.233E-03
3 24. -2.233E-03
4 15. -2.233E-03
5 9.9 -2.233E-03
6 6.9 -2.233E-03
7 4.8 -2.233E-03
8 3.4 -2.233E-03
9 2.3 -2.233E-03
10 1.6 -2.233E-03
11 1.1 -2.233E-03
12 .80 -2.233E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 3 SAFETY FACTOR= .840 CONVERGENCE REQUESTED = l. t-
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.254E-03
2 45. -2.257E-03
3 7.5 -2.257E-03
4 1.8 -2.257E-03
5 .46 -2.257E-03
BAC-.ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 4 SAFETY FACTOR= .860 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.280E-03
2 32. -2.283E-03
3 7.1 -2.283E-03
4 1.3 -2.283E-03
5 .28 -2.2S3E-03
Anexo 111, pg. 19

--BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
.,, .,, 1r
STEP = 5 SAFETY FACTOR = .880 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER 9~ OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l. OOE+02 -2.308E-03
2 26. -2.312E-03
3 6.8 -2.312E-03
4 l. 4 -2.312E-03
5 .55 -2.312E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
.,,.,,* STEP = 6 SAFETY FACTOR= .900 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
o.
ITER 'o OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l. OOE+02 -2.341E-03
2 27. -2.344E-03
3 8.0 -2.345E-03
4 2.3 -2.345E-03
5 l. 2 -2.345E-03
6 .73 -2.345E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 7
ITER
SAFETY FACTOR=
% OUT-OF-BALANCE
.920 CONVERGEN CE REQUESTED
SELECTED DISPLACEMENT
= l. %

1 1.00E+02 -2.377E-03
2 30. -2.382E-03
3 10. -2.382E-03
4 3.8 -2.383E-03
5 2.3 -2.383E-03
6 l. 5 -2.383E-03
7 .98 -2.383E-03
BAC-ANAL,TENS.RESID.F,S=0.8-1.3
*** STEP
ITER
8= SAFETY FACTOR=
% OUT-OF-BALANCE
.940 CONVERGENCE REQUESTED =
SELECTED DISPLACEMENT
1. %

1 1.00E+02 -2.420E-03
2 31. -2.426E-03
3 13. -2.427E-03
4 5.8 -2.427E-03
5 3.9 -2.427E-03
6 2.7 -2.427E-03
7 1.9 -2.427E-03
8 1.3 -2.427E-03
9 .93 -2.427E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP
ITER
9= SAFETY FACTOR=
% OUT-OF-BALANCE
.960 CONVERGEN CE REQUESTED
SELECTED DISPLACEMENT
= l. %

1 1.00E+02 -2.471E-03
2 35. -2.480E-03
3 16. -2.481E-03
4 9.0 -2.482E-03
5 6.6 -2.482E-03
6 4.9 -2.482E-03
7 3.6 -2.482E-03
8 2.7 -2.482E-03
9 2.0 -2.482E-03
10 1.5 -2.482E-03
11 1.1 -2.482E-03
12 .81 -2.482E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 10 SAFETY FACTOR = .980 CONVERGENCE REQUESTED = l. .,
!'!,

ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMCNT


1 1.00E+02 -¿.537E-03
..•. ~.,
~--' . - ..... e_,_e:....1 r~- .,.,._,.,
~

- .: . : : 4 !: - -: ~
- .. =- . =; ·_::: - . o
.
Anexo 111, pg. 20

5 10. -2.555E-03
€ 8.3 -2.555E-03
7 6.6 -2.555E-03
8 5.2 -2.555E-03
9 4.1 -2.555E-03
10 3.3 -2.555E-03
11 2.6 -2.555E-03
12 2.1 -2.555E-03
13 1.7 -2.SSSE-03
14 1.3 -2.555E-03
15 1.0 -2.555E-03
... STEP NOT CONVERGI:D. conTINUE AS REQUESTED
EAC-ANAL.TENS.RESID.f.S=0.8-1.3
~** STEP = 11 SAFETY FACTOR= 1.000 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER lió OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.632E-03
2 59. -2.658E-03
3 33. -2.666E-03
4 22. -2.669E-03
5 18. -2.670E-03
6 15. -2.670E-03
7 12. -2.670E-03
8 11. -2.670E-03
9 9.1 -2.670E-03
10 7.8 -2.670E-03
11 6.7 -2.670E-03
12 5.7 -2.670E-03
13 4.9 -2.670E-03
14 4.2 -2.670E-03
15 3.6 -2.670E-03
... STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 12 SAFETY FACTOR= 1.020 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l.OOE+02 -2.795E-03
2 85. -2.867E-03
3 65. -2.901E-03
4 48. -2.917E-03
5 36. -2.92SE-03
6 28. -2.929E-03
7 23. -2.931E-03
8 20. -2.932E-03
9 18. -2.933E-03
10 17. -2.933E-03
11 15. -2.933E-03
12 14. -2.934E-03
13 13. -2.934E-03
14 12. -2.934E-03
15 11. -2.934E-03
---LAST SOLUTION TIME= 12.000
---SAFETY FACTOR = 1.020

INSTABILITY HAS BEEN REACHED,CHGE SIGN PIVOT DURING STIFFNESS FACTORIZATION


PROGRAM STOPS

....-
ANEXO IV

RESULTADOS DEL ANALISIS DE ESTABILIDAD PARA


DISEÑO DEL ANGULO DE TALUD ESTABLE
Anexo IV, pg. 1

RESULTADOS DEL ANALISIS DE ESTABILIDAD PARA DISEÑO


DEL ANGULO DE TALUD ESTABLE

Se incluyen aquí algunos resultados gráficos obtenidos de los análisis de estabilidad


realizados con la finalidad de conocer el ángulo del talud para el que se mantiene la estabilidad
con factores de seguridad menores de 1.3.

En la Figura1 se presenta el modelo de mana utilizado, con un ángulo de talud general


de 28 2; por encima de este valor, el talud resulta con factores de seguridad menores de 1.3.

Las Figuras 2 y 3 corresponden a las mallas deformadas para los factores de


seguridad de 1.2 y 1.3 respectivamente, escalón este último para el que se alcanza la
rotura del macizo rocoso. Mientras que para el primero se presentan únicamente
deformaciones elásticas, en el segundo caso se alcanzan ya las deformaciones plásticas no
recuperables.

Se incluye también el listado con el registro del análisis para todos los escalones
analizados, en los que quedan reflejados el número de iteraciones de cada paso y la
convergencia o no convergencia de los cálculos para cada uno de ellos.

DESICN TALUD. 28 WOOS.

Figura 1.· Modelo del talud analizado para un ángulo general de 28 2•


Anexo IV, pg. 2

OESIGN TAL:JO. 28 CRAOOS.


MAX DISPL.: 1.9Se·9M
NIH DISPL.: ·6.92e·003

.-.,,.~
,,.,.----"
~·· ~-: / '
--··:~~;r:~;11-. / ,
~_;( / /P.= '
.;;-: c~:._,¿__j_~
1

""//
,
-,--7-,
•'_J.-
t /+~
1 I ;

!f!/11, t.,
l.28e+001
• t ... '
!
,T;

1 f

L 1.28e+llel L DISPL, SCALI


1.60e·8UZ

Figura 2.· Malla deformada para un factor de seguridad de 1.2, escalón en el que las
deformaciones obtenidas son únicamente elásticas y el talud permanece estable.

DESI<:N TALUD. 28 CRADO$.


1 HAX DISPL.: 1.SSe-003
MIH DISPL.: ·1.9't·002

1I ' J '. 1 : l ..♦ / ,'

1,28e+001
1
DISPL. SCALI
L 1.2ae•oe1
1
. _ 1.60e·002

Figura 3.- Malla deformada para un factor de seguridad de 1.3, escalón para el que se
alcanzan las deformaciones plásticas y la rotura del material.
Anexo IV, pg. 3

TYPE FINAL.LOG
... READING INPUT FILE
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
E Q U A T I O N S Y S T E M D A T A
NUMBER OF EQUATIONS . . . . = 201
NUMBER OF BLOCKS FOR OUT-OF-CORE SOLVER= 1
NUMBER OF TERMS IN ONE BLOCK = 4061
PERCENT OF MEMORY USED . . . = 93.5 %
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 1 SAFETY FACTOR= .800 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
l l.OOE+02 -1.597E-03
2 16. -1.644E-03
3 5.9 -1.640E-03
4 4.6 -1.636E-03
5 3.2 -l.633E-03
6 1.9 -1.632E-03
7 1.1 -l.631E-03
8 .60 -1.630E-03
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 2 SAFETY FACTOR= .900 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.619E-03
2 39. -1.613E-03
3 15. -1.611E-03
4 4.8 -1.610E-03
5 2.5 -1.610E-03
6 1.1 -1.610E-03
7 .49 -1.610E-03
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 3 SAFETY FACTOR= 1.000 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l.OOE+02 -1.606E-03
2 36. -l.601E-03
3 13. -1.600E-03
4 5.1 -1.600E-03
5 2.0 -1.600E-03
6 .84 -1.600E-03
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 4 SAFETY FACTOR= 1.100 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
l l.OOE+02 -1.594E-03
2 28. -l.597E-03
3 11. -l.597E-03
4 4.3 -l.597E-03
5 1.6 -1.597E-03
6 .65 -1.597E-03
Anexo IV, pg. 4

DESIGN TALUD. 28 GRADOS.


*** STEP = 5 SAFETY FACTOR= 1.200 CONVERGENCE REQUESTED = l. -
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.638E-03
2 60. -l.684E-03
3 43. -l.720E-03
4 29. -1.743E-03
5 21. -1.760E-03
6 16. -1.773E-03
7 13. -1.782E-03
8 10. -1.790E-03
9 8.0 -l.795E-03
10 6.5 -1.SOOE-03
11 5.3 -1.803E-03
12 4.3 -1.806E-03
13 3.6 -1.808E-03
14 3.0 -1.810E-03
15 2.6 -1.811E-03
••• STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 6 SAFETY FACTOR= 1.300 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.188E-03
2 2.13E+02 -4.113E-03
3 6. 02E+02 -1. 701E-02 - 1
4 1.69E+03 -l.702E-02
5 6.69E+02 -1.711E-02
6 S.93E+02 -1.724E-02
7 5.69E+02 -1.738E-02
8 S.75E+02 6.160E-02
9 4.36E+03 3.329E-02
10 2.51E+04 4.036E-02
11 4.49E+04 4.47SE-02
12 9.32E+03 4.684E-02
13 7.20E+03 4.829E-02
14 S.81E+03 4.952E-02
15 5.08E+03 5.104E-02
---LAST SOLUTION TIME= 6.000
---SAFETY FACTOR = 1.300

INSTABILITY HAS BEEN REACHED,CHGE SIGN PIVOT DURING STIFFNESS FACTORIZ.


PROGRAM STOPS
ANEXO Y

DESCRIPCION MATEMATICA Y APROXIMACION NUMERICA DE LAS


ECUACIONES DE LA ELASTO-PLASTICIDAD
Anexo V, pg. 1

DESCRIPCION MATEMATICA Y APROXIMACION NUMERICA DE LAS


ECUACIONES DE LA ELASTO-PLASTICIDAD

1.· NOTACIONES EMPLEADAS

x = (x1 , x 2 , •.• , xn) punto de R"


u - (u 1 , u2 , .•• , un) vector de desplazamientos en R"
f = (f1 , f2 , ... , fn) densidad de fuerzas volumétricas en R"
g • (91 • 92 , ••• , 9n) densidad de fuerzas superficiales en R"
~ = ( CJ¡;) i,j=1, ...• n 1ensor de tensiones en R"
~ = ( E¡;) i,¡ .. 1, ... ,n tensor de deformaciones en R"

1 dUI dU.
e..= - ( -dX + --1 )
IJ 2 dX
j i

k = ( C-·k1)
IJ · · 1 , •.• ,n
1,J= tensor de coeficientes elásticos en R"
tensión media en R"

CJ
m
:.1. !
n k-1
CJ
kk

deformación media en R"

e=.1.!e
m n k=1 kk

6 = ( 6••)
IJ ·l,J=
· 1 , ••• ,n tensor de Kronnecker en R"

oº • ( CJ IJ.. o) 1,J=
.. 1 , ••• ,n tensor de tensiones desviadoras en R"

~ = 0 1¡ - CJm 0ij
Anexo V, pg. 2

e0 = ( e-•º)
IJ ..
1,Js 1 , ..• ,n
tensor de deformaciones desviadoras en Rº

eí!1 = e..IJ - em 6..IJ


1

primer invariante elástico en Rº

J1= n crm

segundo invariante elástico en Rº

tercer invariante elástico en Rº

J
3
= det !lo

8 ángulo de Lode, comprendido entre -1f16 y· Jt/6

3 .fi J3]
8= f Are Sen [ 2 J!, 2

1, µ coeficientes de Lamé : 1 > o µ~o


E,v módulos de Young y de Poisson

E= µ(31+2µ} v= Ar
X+µ 2 ( )..+µ)

A= vE E
µ-
( l+v)( 1-2v) 2(l+v)

K módulo de rigidez bajo compresión

K = J. ( 3)..+ 2µ.)
3
Anexo V, pg. 3

2 . - LAS ECUACIONES DE LA ELASTICIDAD

Considérese un cuerpo n en R" , n-2 ó 3 (por ejemplo, un talud, o una masa


rocosa cuyo comportamiento se desea estudiar), limitado por una frontera descompuesta en
dos partes d r yr
n . En la primera de ellas se supondrán fijados los los desplazamientos
( desplazamientos nulos, por ejemplo). mientras que en la segunda se supondrá conocida
la densidad superficial de fuerzas aplicadas en cada dirección 9¡. i=1, •••• n.

Entonces, las ecuaciones de Navier de la teoría elemental de la elasticidad, que rigen


el comportamiento del cuerpo deformable n ante la acción de las fuerzas aplicadas sobre el
mismo son:

-2, .l...
dX
. 1
<J •• (
IJ
u ) = f.
1
en n ( 1)
Js j

u.1 - o en rd (2)

! j-1
Gij( U ) nj • 9¡ en rn (3)

para i=1, .•.•n.

Las ecuaciones (1) a (3) describen los desplazamientos u - (u 1 , u2 ,••• , un>• a


partir de sus estado de reposo. del sólido n sometido a una densidad volumétrica de fuerzas
f"' (f1, t2,.•. , fn) en n y a una densidad superficial de fuerzas g • (g 1 , g2 ,•••, 9n) en r 0 •
La ecuación (1) no es más que la expresión de la conservación del momento, o ecuación de
equilibrio de fuerzas en n.
En las ecuaciones (1) a (3) • n - {n 1 • n2 •... , n0 ) designa la normal unitaria
r
exterior a n en n y si(u) el tensor de tensiones de componentes <J¡¡(u) , i,j=1,... ,n .
Anexo V, pg. 4

3. • LAS LEYES DE COMPORTAMIENTO. ALGUNOS CASOS PARTICULARES


CLASICOS

Para poder resolver las ecuaciones generales (1) a (3) es necesario conocer la
denominada ley de comportamiento del o de los materiales, es decir, una ley que, describiendo
el comportamiento del material (elástico lineal, plástico, viscoso, o cualquiera de sus
combinaciones), permita expresar el tensor de tensiones ,a. en función del tensor de
deformaciones .f cuyas componentes vienen dadas por:

1 au. au.
e=-(--L+--L) i,j - 1, .•. , n ( 4)
ij 2 ax. ax.J 1

Ejemplo. Materia{ unidimenstonat etasto-ptffticQ con plasticidad wctecta.


El gráfico tlpico de deformación • tensión para un material de este tipo es el siguiente:

(J

o
e
De dicho gráfico se deduce que, una ley de comportamiento de dicho material puede
escribirse de la forma siguiente:
de=Ada+A (5)
donde 1/A es la pendiente del segmento OM, zona donde el material se comporta de forma
elástica, y siendo A una constante que adopta los valores:

A-o si a<cf o si (6)


A~ o si a-d- y (7)
siendo d- la tensión limite para la que aparece la plasticidad.

De hecho, (5) puede interpretarse como:

( 8)
siendo:
dE8 •Ada la contribución de las deformaciones elásticas
~• A la contribución de las deformaciones plásticas
Anexo V, pg. 5

Si el incremento de deformaciones se realiza durante el tiempo dt , entonces la ley


de comportamiento (5) podrá escribirse:
e'= A <J' + A. ( 9)

donde se ha puesto A.= Ndt , o bien, de forma equivalente:


E' .. E'8 +E'p ( 1 O)

cumpliéndose, además, las relaciones (6) y (7) que, con la nueva notación, se escribirán:

A.= o si <J<d- o si <J=d- y a'<O (11)


A.~ O si <J=<f y <J' = o (12)

Adviértase que (11) y (12) pueden escribirse, de forma alternativa:

( 1 3)
( 14)

Además, si la función t ➔ a(t) es diferenciable, la relación (13) implica la (14).

Resumiendo: la Ley Constitutiva de un material unidimensional e/asto-plástico con


endurecimiento nulo por deformación (plasticidad perfecta) viene dada por/ as siguientes
tres ecuaciones:
e'= A cr' + A. ( 1 5)
f'(a) = cr - <JL ~ O ( 1 6)
A('t·<J)~O 'ff-t~a'- ( 1 7)

~=
(1) La ecuación (15) expresa el hecho de que la velocidad de deformación tiene dos
componentes: una elástica proporcional a la variación de las tensiones y otra plástica, estando
dada la primera por la Ley de Hooke.
(ii) La función f' se conoce con el nombre de Función de Fluencia. La condición (16)
proporciona el conjunto de tensiones flsicamente admisibles por el material, de modo que
cuando:
f'(a) < O el material se encuentra en el dominio elástico y e'p •A= O (de (11)).
- f'(a) .. o el material se encuentra en el dominio plástico y e'p - A 2: O (de (12)).
(111) La ecuación (17) expresa el principio del trabajo plástico máximo
formulado por Hill en 1950.
(lv) Los principios de la teoria de la plasticidad cuya formulación básica se ha dado en
este ejemplo fueron formulados por Tresca, Saint-Venant y Levy entre 1864 y 1872.
Anexo V, pg. 6

Leyes constitutivas para un material elasto-plástico perfecto en IP.! 3

Este caso no es más que la generalización del tratado en el ejemplo anterior.


Así, la ley de comportamiento será, en este caso, una generalización de (9):

e'.. (U)
IJ
= ! A..hk
h, k = 1 IJ
cr..(U) + A. ..
IJ IJ

que, en notación tensorial, podrá excribirse:


f.'(u) = A. · il.'(u) + A. (18)

o bien, análogamente a (1 O) :
f.'(u) = ~•. + ~·P (19)

de manera que:
~•e =A· n.'(u) (20)

es el tensor de velocidad de deformación elástica y


~·p=l (21)

es el tensor de velocidad de deformación plástica.

La relación (18) podrá, en general, invertirse de forma que se pueda poner:

.a.'(u) • '-. ~•e (22)


expresión conocida como ley de Hooke generaljzada.

Por otra parte, se pondrá:


~·P ... 2...- l. .e . l. <!: o (23)
donde A. será la amplitud de la deformación plástica.

Además el modelo de plasticidad vendrá caracterizado por una función de fluencia:


:F'(~SO (24)
independiente del tensor de deformaciones, que proporciona el conjunto de tensiones
físicamente admisibles, tal que:

o
j=' (.a) < caracteriza el dominio de comportamiento elástico
1'(.w - o caracteriza el dominio de comportamiento plástico
y a la que se asocian:

- Una ley de endyrecjmjento. En el caso de plasticidad perfecta, se trata de una ley de


endurecimiento nulo y es la generalización de (14) :
A. • .a.· - o
Anexo V. pg. 7

o, teniendo en cuenta (23):


( 25)
- Una ley de fluencia pléstjca. que proporcione la velocidad de deformación plástica.

Generalmente, suele tomarse una ley de fluencia plasmada en las ecuaciones:

,,., = 'A -P
~p ( 26)
.e. = af' , ag_ (27)

~:

(i) De hecho, la ecuación:


'.F' (11) - o
que proporciona la condición de tensión limite general, puede interpretarse como una
superficie (superficie de fluencia) en un espacio de tensiones (este espacio tendrá 6
dimensiones en el caso isótropo en R2).
(ii) Adviértase que la ley de endurecimiento nulo (25) es una consecuencia directa del
principio del trabaiQ plástico máxjmo de Hill (1950), que no es más que una generalización
de (17):
A f: ( l. - !L ) ~ O 'f/ 1 tal que :F(l) $ O
Además la ley de endurecimento nulo (25) puede interpretarse como una condición de
consistencia que expresa la idea de que, durante el flujo plástico, no se abandona la superficie
de fluencia:
:F·(11) = (af' , a~ • ~· - e. •!L' =o
(lli) La ley de fluencia plástica (27) puede Interpretarse como una condición de
ortogonalidad de la velocidad de deformación plástica con la superficie de fluencia :F(m - O•

f'(2) > O
Dominio no admisible

(~ -o
(Superficie de Flu~ncia)
Anexo V, pg. 8

Este es el denominado principio de ortogonalidad de Von Mises (1928), y se conoce


como ley de fluencia con plasticidad asociada. Existen otras leyes de fluencia (denominadas de
plasticidad no asociada) en las que:
~ = c.Q / 'a!J.
donde Q es una función denominada potencial plástico.

La consideración conjunta de la ley de Hooke generalizada (22), de la ley de


endurecimiento nulo (25), de la ley de comportamiento (19) y de la ley de fluencia plástica
(26), permite evaluar la amplitud de deformación plástica. En efecto, de (22) se deduce,
teniendo en cuenta (25):
~-~:E.' p .. o
y de (19):
.e.. e_. ~· • E.'p) = o
Teniendo en cuenta la ley de fluencia plástica (26):

.e_ • ~- (f.' - A f.) = o


es decir:
(28)

RESUMEN:
Ley de comportamiento e1asto-plást;co (18), (19), (26), (27):

E.'(u) .. E.' 8 + E.'p .. A· Q.'(u} + A..• A· .a_'(u) + l .e_ ( 2 9)

Ley de comportamiento etasto-ptástico perfecto con endurecimiento nulo (28), (29):

t.'(u) = A.· !J..'(u) + (e.· k.· e.>· 1 • e_t. e_. k.. t_'(u)
o bien:
E..'(u) • A.· (l ·(e.· k.. e.)·1. e_t. e_. k)-1 . .a..'(u)

o, invirtiendo y teniendo en cuenta (22):

.a.'(u) - ~- ~•(u) (30)


oon:
(31)

o bien, integrando en tiempo, se tendrá la siguiente:


Anexo V, pg. 9

Lfl('. a.e. Q.am~rtamim:J.tQ ~a~tQ-Q.láslfkQ DP.rfei;_ta (e/1.QIJle&.i.m.iB.atQ nulQ.! ~ le.~ a.e. t!u.~;.a. CQlJ
'1.la~ti(jcJ.aá. a~a.(jar:ta lLt.l!. ~Qaltitu.tlu et.o. e.c.aadl.l-Bt.11.H (H!ilQ! a2a e.r.iD.{jQ.iQ ~
'2.cJ.aD.aD.aliaaá. á.e. voa-Mis~I:
o
~(u) - Q. = kpº (f.(U) - ~O) (32)

~ .. .C.: (l - (f. · k.º .e.r 1. f.t· f. . C.) (33)

f. =a'F / d!J. ( 34)

Algunas funciones de fluencia clásicas.

- Función de Fluencia de fresca:

(35)
siendo:
J2 : Segundo Invariante elástico.
8 : Angulo de Lode.
al: Tensión límite obtenida en ensayos de compresión o tracción simple.

- Función de Fluencia de Huber-Voo Mises:

(36)

Adviértase que se trata de un caso particular de la función de fluencia de Tresca para


8-n/6 .

- Función de Fluencia de Mohr-Cou/omb:

:f' (m - 1/3 J1 sen ♦ - e cos ♦ + J2 112 (cos 8 - 1/../3 sen ♦ sen 8) ( 3 7)

donde:
J 1 : Primer invariante elástico.
J2 : Segundo Invariante elástico.
8 : Angulo de Lode.
e : Cohesión interna del material.
♦ : Angulo de rozamiento interno.
Anexo V, pg. 10

- Función de Fluencia de Drucker-Praaer 119521:

( 38)
con:
ex = (2 sen ♦) / -13 (3 - sen 4>) k - (6 e cos ♦) / ✓3 (3 - sen ♦)
Nótese que se trata de una simplificación de la función de fluencia de Mohr-Coulomb.

t:IQlas:
(1) La relación entre las funciones de fluencia (35) a (38) se pone de manifiesto en la
figura siguiente:

Mohr-COulomb 1, > O

·-j

(o)

(il) Es un ejercicio simple el comprobar que, en el caso de elasticidad bidimensional (en


2
R ), la función de fluencia de Mohr-Coulomb puede ponerse como:

112
:f' (m • 1/2 J1 sen e¡, • e cos e¡, + J2
o bien, teniendo en cuenta la expresión del primer y segundo invariantes elásticos, de la
tensión media en R2, y de las tensiones desviadoras (ver sección 1, Notaciones Empleadas) :

:P&> .. Gm sen ♦ - ecos ♦ + R (39)


con:

(J + (J
a= Jt 22
m 2

es decir, la superficie de fluencia f'(Q) = O es • en este caso. el célebre Cjrcuio de Mohr:

ecos«!> - am sen et,= R


Anexo V, pg. 11

y la condición que proporciona la zona de tensiones físicamente admisibles ( f' (Q) ~ o ) es el


bien conocido criterio de rotura de Mohr-Coulomb utilizado frecuentemente en la Mecánica
de Suelos y de Rocas:
't ~ c - a m tan <!) = Ricos et>

't

(111) Las funciones de fluencia (35) y (36) son habitualmente empleadas en la


modelización de procesos plásticos en metales, mientras que las funciones de fluencia (37) y
(38) se emplean normalmente para la plasticidad asociada a suelos y hormigones.

4 . • FORMULACION VARIACIONAL Y APROXIMACION NUMERICA DE LAS


ECUACIONES DE LA ELASTICIDAD

Se supondrá en todo lo que sigue que se tiene isotropía en las propiedades elásticas de
los materiales. En este caso, el tensor de coeficientes elásticos puede ponerse en función de
las constantes de Lamé en la forma:
Cijkhª A. Ó¡¡ ºkh + µ (Ó¡k ºih + Ó¡h Ó¡k)
con lo que:
(40)

Para la aproximación numérica mediante métodos de elementos finitos de las


ecuaciones de la elasticidad (1) a (3), se emplea una formulación variacional o integral de
las mismas. Esta formulación variacional se obtiene multiplicando cada una de las n
ecuaciones (1) por una función v 1(x) "arbitraria•, integrando en el dominio de cálculo n
y sumando en 1 • Si las funciones v¡ (denominadas funciones test) son suficientemente

regulares, podrá aplicarse una integración por partes (fórmulas de Green), de manera que el
problema variacional de las ecuaciones de la elasticidad puede tormularse como sigue:
Anexo V, pg. 12

Hallar los desplazamientos u solución de:


a(u ,v) = b(v) V v (41)
( v desplazamiento admisible suficientemente regular tal que v¡lrd= o)
cbooe:

a(u,v) = f <J (u) • e (v) dx b(v) = f f.v dx + f g-v ds


o il rn
y siendo cr(u) el vector de tensiones asociado al desplazamiento u y e(v) el vector de
deformaciones asociado al desplazamiento virtual v.

~=
(1) Puede demostrarse que (41) es un problema equivalente al dado por las ecuaciones
(1) a (3).
(11) La formulación variacional (41) de las ecuaciones de la Elasticidad no es más que el
bien conocido Pciocipjo de los Jrabafos Yirtya!es. clásico en la formulación de problemas de
mecánica del sólido contínuo.
(iil) Los vectores de tensión y de deformación se definen, por ejemplo en R2 , como:

con lo que la Ley de Hooke generalizada (32) se escribe ahora:

o(u) - <J o .. 12.p· (E(u) • Eo) ( 42)


con:
12.p = 12.- ,1- <P 1
12. pr 1 • P1 P w
cbnde:

En el caso particular de Elasticidad Uneal en R2 , (deformación plana) se tiene la


expresión vectorial de (40) o (42) con:

i+ 2µ. A
(1-v) V o
12•
l )..
o
A+2µ
o
:µ.[ • E
(l+v) (l-2v)
V

o
(1-v)

o
o
{1-2v}
2
Anexo V, pg. 13

La aproximación del problema variacional (41) se aborda generalmente mediante un


método de tjpo Galerkjn, que consiste, fundamentalmente, en realizar una aproximación en
dimensión finita de los desplazamientos u mediante la función uh dada por:
h . h .
u¡ (x} • I: cp8x} (u¡ )l i = 1, .•. , n
j

donde las funciones <Pi= ( cp 1Í, <p/ ..., <pnj)t son las denominadas funciones de base.

Adicionalmente, se obliga a que (40) se verifique no para cualquier desplazamiento admisible


· para v = <¡>i , J. • 1, ••• , N •
v , sino

Introduciendo estas aproximaciones en (41), es sencillo demostrar que el problema


aproximado mediante un método de Galerkio de las ecuacjones de la Elasticidad consiste en:

Hallar el vector w e RnxN solución de:


K, W= f ( 43)
dende la matriz K de dimensl6n (nxN) x (mcN) y el vector f de dimensión nXN vienen dad<>s
por:

fi= J q>i.f dx + J <pi•g ds


o rn
y siendo:
w • (w11 , ••• , wn 2 , .•• , w1N, •.• , wn N)t el vector de desplazamientos
.a el operador tal que e = a u

de modo que el problema aproximado queda reducido a la resolución del sistema de ecuaciones
algebráicas (43), una vez realizado el cálculo de la matriz K (denominada matriz de rigidez
globat, y del vector del segundo miembro f (conocido como vector global de cargas).

La puesta en práctJca racional y estandarizada de la aproximación de GaJerkin (43)


es en lo que consiste, básicamente el método de los etementos finitos.
Para ello, se divide el
dominio Q en M figuras geométricamente simples (triángulos y/o cuadrángulos en R2 y
tetraedros y/o prismas en R3 ) sobre las que sea sencillo realizar (de forma exacta o
aproximada) las integrales de volúmen, superficie o línea que aparecen en el método de
Galerkin. Las funciones de base <pj(x) pueden elegirse entonces como funciones de
interpolación local (generalmente polinomios de grado 1, 2 ó 3 a lo sumo} sobre cada figura
geométricamente simple 0 8 • El triplete constituido por:
Anexo V, pg. 14

• cada figura geométricamente simple 0 8 ,

el conjunto de funciones de interpolación local cpÍ(x) con x e 0 8 ,


• el conjunto de puntos (denominados nodos )sobre cada figura geométrica simple 0 8 que

sirven como sopone de interpolación compatible con el grado de los polinomios elegidos
como funciones de interpolación local,

es lo que se denomina un elemento finjto.

Aprovechando la linealidad de la operación de integración, el método de los elementos


finitos realiza los cálculos correspondientes a la matriz de rigidez y al vector de cargas en
(43) únicamente sobre cada uno de los M elementos finitos en los que se ha mallado el
dominio o , calculando sobre cada elemento finito lo que se conoce por el nombre de matriz de
rigidez elemental y vector de carga elemental. El cálculo de la matriz de rigidez y vector de
carga globales se efectúa mediante la suma de la contribución de cada elemento finito:

K. • :E K.8 • f= :E f 8
en una operación conocida por el nombre de ensamblaje.

5 . - ALGORITMOS DE RESOLUCION

La aproximación mediante el método de los elementos finitos de una formulación


variacional (41) de las ecuaciones de la elasticidad conduce a la resolución de un sistema de
ecuaciones algebráicas (43). Si la ley de comportamiento es no lineal (por ejemplo
elastoplástica como la indicada en (32) a(34) ), entonces la matriz de rigidez K. depende de
los desplazamientos w. En otras palabras, en este caso el sistema algebráico (43) a resolver
es no lineal :
K(w) w • t ( 44)

Existen en la literatura diferentes opciones para la aproximación de la solución del


problema no lineal (44) junto con la ley de comportamiento no lineal (elastoplástica) (42).
Se describirán aquf algunas de ellas desde el punto de vista algorítmico, obviando las
dificultades de tipo matemático y numérico que surgen en todas ellas como consecuencia de la
existencia de fuertes no linealidades.
Anexo V, pg. 15

Método de aproximaciones sucesivas

Este es el método más simple posible de imaginar para la aproximación del problema
no lineal (44). Esencialmente, consiste en, dados los desplazamientos en la iteración n,
calcular los desplazamientos en la iteración n+ 1 mediante:
K(w") w"• 1 =f
Definiendo el residuo por:
r(w) = K.(w)w - f
y definiendo:
ów = w0 • 1
-w"
el método de aproximaciones sucesivas puede escribirse de la forma siguiente:

Conocidos los desplazamientos en la iteración n , w", calcular los desplazamientos en la


iteración n+1 , w 0 • 1, como sigue:
(1) Formar el resíduo de la iteración n :
r(w")=K(wº)-f (45)
(li) Resolver el Problema Lineal:
K(w") 6w = • r(wº) ( 46)
(iii) Actualizar los desplazamientos:
w0 • 1 = w 0 + 6w ( 4 7)

tl2m:
(1) Es bien conocido que el método de aproximaciones sucesivas tiene convergencia lineal.
Sin embargo, la convergencia no está asegurada en todos los casos. Por esta razón es poco
utilizado.
(11) Para parar el algoritmo iterativo de aproximaciones sucesivas es necesario un
criterio de convergencia -parada, por ejemplo: Dados N >0 y e > O parar el algoritmo en la
iteración n si se dan una de las dos condiciones siguientes:

• n> N ~ t-OCONER3ENCIA
- llr(w") - r(w"ª 1 )11 se llr(wº)II ~ HAYOOWERGENCIA

Método de Newton

Básicamente, este método clásico para la resolución de problemas no linales consiste


en realizar un desarrollo de Taylor de la no linealidad, exacto hasta orden uno. Para ello, se
define el residuo:
r(w) = K..(w)w • f
Anexo V, pg. 16

Desarrollando por Taylor el resíduo en la iteración n+1 alrededor de los desplazamientos en


la iteración n :
r(w 0 + 1 ) = r(wº) + K.r(wº) (w 0 + 1 - wº) + O(llwºll 2 )
donde la matriz tangente viene dada por:

K.r(wº) • dr(wº) / dw • K.(wº) + (dK.(wº) / dw) w" ( 48)


de manera que, llamando:
0 1
Ow =w • -w 0

el Método de Newton para la aproximación del problema no lineal consiste en despreciar los
términos de orden superior al primero en el desarrollo de Taylor,haciendo, además, que
r(wn+ 1) = O, con lo que se consigue linealizar el problema de partida:

Conocidos los desplazamientos en la iteración n , w", calcular los desplazamientos en la


iteración n+1 , w0 • 1 , como sigue:
(1) Formar el residuo de la iteración n :
r(w") • K.(w") • f (49)
(li) Resolver el Problema Lineal:
K.r(wº) ow - - r(wº) (50)
(lil) Actualizar los desplazamientos:
w0 • 1.. w"+ Ow ( 51)

NQ!as:
(1) Es bien conocido que el método de Newton tiene convergencia cuadrática, al menos
cerca de la solución del problema no lineal (44).
(ii) Para parar el algoritmo iterativo de Newton es necesario un criterio de convergencia
-parada, por ejemplo, el mismo que se definió para el método de aproximaciones sucesivas:
Dados N >0 y e > Oparar el algoritmo en la iteración n si se dan una de las dos condiciones
siguientes:
- n> N ~ N::>COM:FGaOA
- llr(wº) - r(w 0 • 1 )11 se Ur(wºHI ~ HAYCONEroENCIA

(111) Obsérvese que si en la expresión de la matriz tangente se desprecia el segundo


término (término de la derivada de la matriz de rigidez con respecto a los desplazamientos),
se tiene el método de aproximaciones sucesivas.
Anexo V, pg. 17

Métodos incrementales

Estos métodos surgen como alternativa a los métodos de aproximaciones sucesivas y a


los de Newton, al no garantizar éstos la convergencia en todos los casos. Los métodos
incrementales hacen uso del hecho de que se conocen los desplazamientos cuando el vector de
fuerzas exteriores es pequetlo. Por ejemplo. en las siguientes dos situaciones:

- Generalmente, si el término de fuerzas exteriores es nulo, los desplazamientos son


nulos.
- Cuando el vector de carga es pequel'lo, los desplazamientos son pequef'los, no llegándose a
la plasticidad. En este caso, el problema (44) es lineal, ya que al no haber plasticidad, la
matriz de rigidez no depende de los desplazamientos:

K .. J0 B.1.12.B. dx

En tales circunstancias, conviene estudiar el comportamiento de los desplazamientos


al incrementar el vector de carga. Si los incrementos escogidos para dicho vestor de carga son
suficientemente pequenos. podrá garantizarse. en general la convergencia.

Para describir tales métodos. se pondrá el sistema no lineal (44) en función de un


parámetro t • Sea fo un vector de cargas que garantice que los desplazamientos
correspondientes w(O) permanecen en el dominio elástico. Se escribirá entonces (44) en la
forma:
K.(w (t)) w (t) = t f0

Diferenciando entonces con respecto a t , se tendrá:

K.r<w (t)) (dw /di) .. f 0 (52)

donde Kr es la matriz tangente dada en (48). B problema actual no es más que un problema
de Cauchy relativo al sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias (52) con la condición
Inicial: w(O) • w 0 .

Para la aproximación de (52) se dispone de muy variadas técnicas. Las más simples
son los métodos de Euler, que consisten en discretizar (52) en la forma:

(53)
oonde:

- 61 es un parámetro pequeno y positivo tal que \+ 1 • \ + 61


-fk+l""fk+6f
· 8 e (0,1)
Anexo V, pg. 18

· Kr k+e = Kr(wk+e>
- wk+e= (1-8) Wk+ 8 wk+1

Obsérvese que la matriz tangente .K.1 k+e depende, para 8 ¡to, (método de Euier
jmpljcjlo).del vector de desplazamientos en el paso k+1, wk+l • Para resolver este
problema, puede utilizarse un método predictor-corrector que consiste en introducir
iteraciones intermedias mediante los métodos de aproximaciones sucesivas o de Newton. En el
caso del método de Eufer explícito. 8 = O, el problema (53) puede resolverse directamente al
depender la matriz tangente Kr k únicamente de los desplazamientos en el paso k ,wk . Por

ejemplo, con el método de aproximaciones sucesivas, el algoritmo de cálculo mediante un


método de Euler (53) con predicción-corección puede ponerse como sigue:

Conocidos los desplazamientos en el paso k, wk, calcular los desplazamientos en el paso


k+1 , wk+ 1, como sigue:
( 1) Formar el incremento de carga óf • 61 t0 tal que:
fk+I= fk+ óf (54)
( 11) Predecir el valor de los desplazamientos en el paso k+ 1 mediante el método de
Euler explfcito :
K1 (wk) 6w • 6f
0
w k+ 1- w + 6w (5S)
Si se desea trabajar con el método explícito. 8 • O, hacer; wk+Iª wºk+I
Si se desea trabajar con el método implícito. 8 ~ o, pasar a (iii)
( 11 i) Introducir N (n=0,1, ..., N-1) etapas de co"ección con :
wk+e• (1-8) wk+ 8 wnk+ 1
K1 (wk+e> 6w - 6f
n+1 n ~
W k+1= W k+l+ uW (56)

y hacer:

~:
(i) Para parar el algoritmo iterativo de predicción-corrección es necesario un criterio
de convergencia-parada, por ejemplo: Dados N >0 y e> O parar el algoritmo en la iteración
de corrección n si se dan una de las dos condiciones siguientes:
• n> N => N:>CXlWEFk3EN::IA
0
• llw\+ 1 • w · \ . 1II s; e II w 0 · \ . 1II => HAYc:awERGEl'OA
Anexo V, pg. 19

(ii) la convergencia de los métodos incrementales de tipo Euler depende del tamano de 61.
Puede demostrarse que los métodos implícitos con 8 ~ 1/2 convergen siempre, si bien la
precisión obtenida disminuye al aumentar 6t . De hecho, el método más preciso se obtiene con
8 = 1/2 (Método de Crank-Njcholsont Sin embargo el método explícito y los implícitos con
8 < 1/2, deben verificar, para que haya convergencia, una condición de estabilidad del tipo:

6 . • BIBLIOGRAFIA

1. • DUVAUT, G. y LIONS J.L (1976). lnequalities in Mechanics and Physics. Springer-


Verlag, Berlín.

2 .• SANTOS, A. (1987). Resolución mediante el Método de los Elementos Finitos de


Problemas de Visco-Plasticidad, Plasticidad y Fluencia. Formulación Unificada.
Proyecto Fin de Carrera. E.T.S. de Ingenieros de Minas. U.P.M.

3. - DE VICENTE, S. (1989). Apuntes del Curso de Postgrado: 11 Curso sobre Programas de


Ordenador en Geotecnia aplicada a la Minarla y Obras Públicas. E.T.S. de Ingenieros de
Minas. U.P.M.

4 .- ZACE SERVICES Ltd. & ZEI ENGINEERING lnc. Z_SOILR.PC (1989). User Manual.
Lausanne.

5. - ZIENKIEWICZ, o.e. (1980). El Método de los Elementos Finitos. Reverté, Barcelona.

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