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Partiendo del conocimiento completo del proceso de deformación y rotura del talud,
mediante la observación de campo y la toma de medidas de datos geológicos, hidrogeológicos y
geomecánicos en la zona, se modeliza matemáticamente el macizo rocoso y se lleva a cabo el
análisis de su comportamiento mediante métodos de equilibrio límite y de esfuerzo-
deformación, este último por elementos finitos. Se estudian también las diferencias entre
ambos tipos de métodos y la representatividad y validez de cada uno, así como de los
modelos establecidos para las rocas estudiadas.
Se proponen y discuten conceptos que explican las diferencias encontradas entre los
parámetros de ensayos de laboratorio y los resultados de los métodos de análisis
convencionales, que no resultan válidos para el macizo rocoso analizado, y los ensayos y
métodos de análisis alternativos empleados, justificando la correcta representatividad y
validez de resultados de estos últimos.
Finalmente, se aportan los criterios y los aspectos a tener en cuenta para la correcta
caracterización de este tipo de rocas, así como para la modelización y el análisis numérico del
comportamiento de macizos rocosos.
ABSJRACT
In this work, the behaviour and stress-strain relations of weak shales in a mining
slope, located in an area with complex geological conditions, are studied.
From the complete knowledge of the failure and deformational process, by the •¡n
situ" observation of the slope behaviour and the geological, hidrogeological and geomechanical
data collection, the rock mass is modelized mathematically; the analysis of its behaviour is
carried out using limit equilibrium and stress-strain (with a finite element method)
methods, establishing the differences between them and studying the representativity and
validity of each one.
Sorne ideas are proposed and some concepts are applied to explain the differences
between the conventional laboratory tests and methods of analysis and the alternative tests
and methods proposed here, justifying the representativity of the latter.
Finally, the bases and aspects that must be taken into account to carry out the
correct characterization of this type of rocks, as well as the modelization and numerical
analysis of the behaviour of rock masses, are given.
INDICE
CAPITULO 1: INTRODUCCION . 1
~·
1 • 1 - Generalidades 1
1 . 2 . - Antecedentes 5
1.3.- Objetivos • 6
CAPITULO 2: METODOLOGIA 9
2. 1 • - Esquema propuesto • 9
2 . 2. - Proceso de trabajo • 13
2.3.- Tratamiento de los datos, modelización y análisis numérico 14
2.4.- Verificación • . • . . • • . • . . . • • • 15
BIBLIOGRAFIA • • . . • . 193
ANEXOS 203
Capítulo 1
INTRODUCCION
1 . 1 . - GENERALIDADES
Gran parte de las investigaciones realizadas han sido canalizadas hacia la obtención
de modelos (físicos y matemáticos), para representar el comportamiento del material
rocoso, y hacia la obtención de leyes de comportamiento adecuadas que, si en un
principio consideraban únicamente la rotura a través de una superficie (Ley de Morh-
Coulomb), posteriormente han sido enfocados hacia la consideración en conjunto de las
anisotropfas presentes en las rocas y en los macizos rocosos (MURREL, 1963; HOEK
Y BROWN, 1980; DUNCAN, 1984; THIEL Y ZABUSKI, 1987). Así mismo, se han
desarrollado trabajos importantes encaminados a la adecuación de las leyes de
-2 -
Por otro lado, los análisis de estabilidad de taludes en macizos rocosos se han llevado
a cabo mayoritariamente, hasta la actualidad, por medio de metodos de equilibrio límite que
asumen, como una de sus hipótesis principales, un factor de seguridad constante a lo largo
de toda la superficie de rotura analizada, asf como la suposición previa de esta
superficie. Si se considera la presencia de diversos tipos de discontinuidades y de
fragmentos de matriz rocosa competente a lo largo de los planos de rotura, aún pudiendo
estar bien definidas las propiedades geomecánlcas de ambos, se entenderá la dificultad que
solo esta primera aproximación a la realidad de la estructura de los macizos rocosos supone
a la hora de cuantificar, modelizar y analizar sus propiedades resistentes y su
comportamiento.
Hasta ahora, las llamadas rocas blandas han recibido menos atención que otro
tipo de materiales debido, en gran parte, a la complejidad que su caracterización conlleva,
habiendo sido consideradas, en ocasiones, como materiales con características y
comportamiento más análogo a los suelos cohesivos que a las rocas; en cuanto a
análisis de estabilidad de taludes, esta consideración ha llevado a aplicar a estos materiales
tipologías, modelos de rotura y métodos de análisis de suelos. En el otro extremo, tampoco
ha sido infrecuente su estudio a partir de metodologías más adecuadas a macizos rocosos
competentes, en los que el principal control en la ocurrencia de inestabilidades está
determinado por la presencia de discontinuidades de diversa índole. A pesar de esto,
diversos autores han realizado intentos para su clasificación y el estudio de sus
características (MARTIN, 1986; XIAN-GONG Y OTROS, 1986; ROMANA, 1976; URIEL Y
DAPENA, 1976).
. 4.
Dentro de este grupo de rocas blandas se pueden incluir los materiales lutíticos del
Carbonífero, objeto de este trabajo, que forman pane de las cuencas carboníferas
espal\olas. En algunas de estas cuencas este tipo de material es predominante, constituyendo
los taludes de muro y techo en las explotaciones de carbón a cielo abierto. Las
características estructurales, generalmente desfavorables, de algunos de estos
yacimientos obligan a proyectos de excavación de profundidades considerables que
superan los cien metros. Los problemas de estabilidad de taludes que aparecen a estas
profundidades son mucho más complejos que los que se presentan en otro tipo de
excavaciones más convencionales:
El comportamiento de estas rocas blandas está gobernado por las relaciones tension-
deformación características del material, que se pueden asociar en general a una ley de
comportamiento elasto-plástica (CHEN Y KON, 1980; FRANKLIN. 1978; PATERSON, 1978;
-5 -
REYES Y DEERE, 1966), lo que implica que, una vez sobrepasado su nivel de resistencia de
pico, están en situación de seguir soportando cierta carga . Así, serán estas relaciones las
que proporcionen datos a cerca de las características, del comportamiento y de la evolución
del material y del macizo rocoso en los procesos de desestabilización. Estas leyes de
comportamiento son función, a su vez, de las propiedades del material.
El uso generalizado del ordenador en los últimos anos permite abordar estos
problemas con unas herramientas adecuadas para la consideración de los diferentes
aspectos involucrados en los procesos de rotura (PARISEAU Y OTROS, en 1970, y
WHITMAN Y BAILEY, en 1967, presentaron ra interesantes trabajos al respecto).
complejos y, por tanto. más exaclos, aunque la exactitud de los resultados va siempre
impuesta por la bondad de los datos introducidos en los análisis.
1.2.- ANTECEDENTES
1 . 3 • • OBJETIVOS
Estudio de tos resultados obtenidos, y de los factores que influyen en los mismos,
a partir de ensayos de laboratorio en rocas blandas y de la representatividad de los
mismos
Capitulo 2
METODOLOGIA
2 . 1 . • ESQUEMA PROPUESTO
1 ,
ESTABLECIMIENTO DE MODELOS
GEOLOGICO, HIOFOGEQOGICO Y
GEOMECANICO
a.ECCION DEL t.ETOOO
1 DE ANALISIS ADECUADO
ESTABLECIMIENTO DEL MODELO 1
MATEMATICO ADECUADO
1
ANAUSIS DE LA ESTABILIDAD Y DEL
COMPORTAMIENTO DEL TALUD
~
VERIFICACION DE LOS RESULTADOS
En los análisis de estabilidad se han seguido dos líneas: los que han sido realizados con
parámetros obtenidos a partir de ensayos y los análisis a posterior!; dentro de la primera, a
su vez, se han llevado a cabo los análisis los diversos conjuntos de datos que quedan
expuestos en el Cuadro 2.3.
·11·
MODELIZACION MATEMATICA
DEL TALUD
1
REALIZACION DE ANAUSIS DEL COM- REALIZACION DE ANALISIS A POS-
PORT. DEL TALUD Y OBTENCION DEL (. ) TERIOAI DEL TALUD Y OBTENCION (. )
MODELO Y MECANISWO DE ROTURA DE LOS PARAMETROS RESISTENTES
1 1 1 1
RESULTADOS RESULTADOS NO RESULTADOS NO RESULTADOS
REPRESENTATIVOS REPRESENTATIVOS COMPARABLES CO~ARABLES
1 1 1 1
LOS PARAMETROS LOSPARAMETROS LOS PARAMETROS LOS PAAAMETROS
APORTADOS POR APORTADOS POR APORTADOS POR APORTADOS POR
LOS ENSAYOS SON LOS ENSAYOS NO LOS ENSAYOS NO LOS ENSAYOS SON
VALIDOS PARA SU REPRESENTAN NI REPRESENTAN NI VALIDOS PARA SU
UTILIZACION EN EXPLICANEL EXPLICAN EL UTLIZACION EN
CASOS Y CONDICIO- COMPORTAMIEN- COM=>OATAMIEN- CASOS Y CONDICIO-
NES SIMILARES TO OBSERVADO TO OBSERVADO NES SIMILARES
' !
INVESTIGACION DE LAS POSIBLES CAUSAS QUE HAN
PODIDO INFLUIR EN LAS DIFERENCIAS EXISTENTES
ENTRE AMEOS CONJUNTOS DE PARAMETROS
! '
'
PFOCEOIMIENTO DE LOS
ENSAYOS O ENSAYOS 00
ADECUADOS
WESTRAS PROCEDENTES DE ZONAS NO REPRE-
SENTATIVAS U OBTENIDAS PARA UN ESTADO DE
EVOLUCION DEL MACIZO DISTINTO AL MOOELIZAOC
'
ENSAYOSMAL
REALIZADOS
,
00N PARAMETROS
- OBTENIJC8 DE
ENSAVOSCON
~
PRENSA RIGIDA
- ANALISIS A
POSTERIOR!
''
Los análisis por equilibrio. limite se han llevado a cabo con los métodos de Bishop.
Jambú y Spencer; los de esfuerzo-deformación se han realizado con el método de los
elementos finitos.
-1 3 •
2 . 2 . - PROCESO DE TRABAJO
Todo el trabajo de toma de datos y análisis de los mismos se realizó con el talud ya
excavado. HOEK Y BRAY (1981), GONZALEZ DE VALLEJO (1982a) Y RAMIREZ OYANGUREN
(1984), entre otros, describen la metodología completa a seguir en la fase de recogida de
datos de campo para el emplazamiento y diseno de taludes, que concluye con el análisis de
estabilidad detallado para aquellos taludes proyectados con riesgo de rotura.
- toma de datos geotécnicos para caracterizar las diferentes litologías presentes, zonas
meteorizadas y tectonizadas, condiciones de las discontinuidades e hidrogeología de
detalle
estos no deben ser usados de una forma categórica, sino tomarse como idea aproximada del
rango de valores que pueden estar cercanos a los del material estudiado. Aún así, los ensayos
pueden proporcionar datos erróneos debido al gran número de factores influyenles, tanto
relativos a la propia roca y sus condíciones y a la preparación de las probetas, como a las
máquinas de ensayo y a la interpretación de los resultados obtenidos. Un aspecto importante
para la correcta interpretación y valoración de los ensayos es la observación del
comportamiento del material en el campo.
Una vez obtenidos los datos de todo tipo necesarios para poder abordar el análisis del
comportamiento del macizo rocoso, se procedió a su tratamiento y estudio. Estos datos,
procedentes tanto de medidas "in situ· como de medidas de laboratorio, han de ser tratados en
función del tipo de estudio y método de análisis que se pretenda llevar a cabo, así como del
resultado que se quiera obtener.
la consideración de las deformaciones en los cálculos. Si bien hasta hace pocos arios las
dificultades eran insuperables por lo inabordable del proceso de cálculo de las relaciones
tensión-deformación, hoy en dia se ha superado con el uso del ordenador.
Los métodos de cálculo numérico son aquellos que utilizan, para la resolución del
problema, ecuaciones más o menos complejas, pero no de resolución inmediata, planteando
con ellas sistemas de ecuaciones, o necesitando de un proceso de iteraciones sucesivas, para
obtener la solución.
Los modelos resueltos por métodos numéricos incorporan una mayor sofisticación
conceptual (mayor verosimilitud en las hipótesis, menos restricciones al tratar casos
reales, etc.), y la aproximación se realiza tanto en el propio modelo como en la resolución
del mismo.
2. 4. • VERIFICACION
Capítulo 3
MINA
_, .
. .,.,- . ...-· ....-·
Los límites de la Cuenca los constituyen materiales del Devónico Inferior, formando
pequenos cerros de cuarcitas, al N y del Precámbrico al S, en contacto mecánico con el
Carbonífero en algunos tramos.
-,
b
a
mm
. ZONA CENTROIBERICA. a)Complejos
Preeámbr. de Galieia 9 N-Portugal.
b)Af1orami•ntos de "Olio d• Sapo". -
Batonto d• los Pedroches.
B• ZONA DE OSSA-MORENA. a) Aflora-
rnientos Precámbricos.
ZONA ASTUROCCll>ENTAL-LEONESA
·FfilJ a)Núcleo precámbrico del pliegue
tumbado de Mondoñedo.
Figura 3.2.· Principales Unidades Tectónicas del Macizo Ibérico (JULIVERT Y OTROS, 1974).
-1 9 •
El desarrollo de una tectónica post-hercínica habría dado lugar a una serie de fallas
transversales a las direcciones predomianntes que habrían sido la causa del origen e
individualización de las cuancas carboníferas (JULIVERT Y OTROS, 1974).
Las grandes fallas inversas longitudinales afectan a los pliegues , laminando sus
flancos e incluso haciéndolos desaparecer, lo que Indica claramente su posterioridad.
Los materiales carboníferos contienen rocas plutónicas de caracter ácido con escasa
representación. Al norte de ellos, y afectando al Devónico, aparecen numerosas intrusiones
volcánicas básicas.
longitud '750 m
- anchura 350 m
- profundidad 65 m
- ángulo del talud general N 30ª
- anchura bermas talud N 10 m
- altura bancos talud N . 10 m
- ángulo talud de bancos • 45ª-50 11
N ►
FONDO DE CORTA
Om;I
10
20
30
40
50
60
3.1.2.• Estructura
Cervantes. formada por materiales con estructura de sinclinal tumbado con el flanco sur
invertido y el norte tendido, fallado y replegado.
Ambas están enclavadas dentro de la estructura general que constituye el sinclinal del
Porvenir, de unos 7 Km de longitud. con dirección N 1002 E, vergencia N y buzamiento hacia
el S. Esta estructura está localizada entre materiales del Devónico Inferior al N y del
Namuriense al S. Ambos flancos buzan al S, el norte con valores varibles entre 30 2 - 50 2 y
el sur con valores superiores. Este último flanco está afectado por una serie de falla inversas
de diferente envergadura que. en la zona donde se encontraba la corta, dan lugar a la
desaparición de gran parte del flanco sur (Figuras 3.5 y 3.6).
SAN R/CAROO
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Cabalgami•nto
Oincción dt los
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Namurierl$t
Wutfalitnse
tsfuen:os residuales
Figura 3.5.- Esquema estructural de la zona donde se encuentra situada la corta San Ricardo
-2 2 ·
LEYENDA
~ lUTIIAS
~ AIIENISCAS
li!3 CARION
tsCOMUCRA
N -
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La falla San Rafael se abre en tre fallas en la parte central del talud N de la
explotación, coincidiendo con el perfil 3 (Figura 4.1 ).
Las fallas inversas que aparecen en la zona presentan unas características que
conviene mencionar. Son fallas de gran ángulo que no repiten o superponen serie ni
materiales de igual edad. Al llegar a superficie adquieren menor buzamiento, llegando a cortar
a los planos de estratificación y dando lugar, en ocasiones, a cabalgamientos de pequena o gran
envergadura (como es el caso del cabalgameinto Namuriense). El principal efecto de estas
fallas inversas es que llevan consigo una eliminación de parte de las sucesiones a las que
afectan; asociados a este tipo de de fallas aparecen pequet\os pliegues de arrastre,
generalmente en el labio cabalgante.
100
150
3.1.3.- Litoestratigrafia
lutitas limolíticas más o menos macizas alternantes con areniscas, con unos 40 m
de potencia total. Hacia la parte media del tramo aparecen algunas capas de carbón, de
escasa potencia, que va aumentando hacia techo
lutitas finas lajables y con laminación paralela de unos 50 m de potencia. En este tramo
los carbones se sitúan en los niveles superiores. apareciendo la capa San Rafael, ta de
-2 4 •
mayor potencia de la sucesión (potencia máxima de 10 m). Los últimos metros de este
tramo son estériles, y constituyen el talud N de la corta
tras la falla San Rafael, que constituye el techo del tramo anterior, aparecen estas
mismas lutitas con intercalaciones de niveles de areniscas.
A partir de los estudios de lámina delgada se obtuvo que para fracciones mayores de 2
micras predomina el cuarzo (en un 30%-40%), y para la fracción menor de 2 micras, los
análisis de rayos X y microscopía electrónica, indicaron el predominio de caolinita y, en
menores cantidades, cloritas y feldespatos. La presencia de caolín y feldespatos indica la
potencial meteorización de las pizarras (por el paso de los feldespatos a caolín).
En las lutitas de grano más fino, el contenido en arcillas viene a representar entre un
25% y un 35%, mientras que este porcentaje se rebaja al 20% para las lutitas más
arenosas.
En el talud N, esta zona Hega a tener una potencia de unos 20 m. Una característica
de los materiales es su meteorización esferoidal. La rápida degradación de las lutitas, al
entrar en contacto con el aire, da lugar a un cuarteamiento y acumulación de fragmentos a pie
de los taludes de banco; el material sufre transformaciones en sus propiedades y, por lo
tanto, en su comportamiento.
Esta rápida meteorización puede dar lugar a problemas, entre otros, relacionados con
la estabilidad de taludes:
por lo que resulta de gran interés conocer las causas y efectos de este proceso de alteración, la
delimitación de los sectores más afectados en el talud y las variaciones de sus propiedades
geotécnicas con respecto a zonas más sanas.
Para los primeros 20 m se observa una capa más alterada, con ROO < 25% en
genaral, Vp s 1100 mis y la relación Vp campoNp laboratorio - 0.5, caracterizando a un
material muy fracturado. Se observa también el aumento del ROO con la profundidad,
mientras que los índices dinámicos son función de la fracturación o tectonización de la zona
estudiada.
-2 6 •
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La relación entre las zonas que se presentan más o menos fracturadas y tectonizadas
y los parámetros resistentes de las lutitas es tratada en al Apartado 3.2, dedicado a su
caracterización geomecánica, y donde se establecen los diferentes grupos de parámetros
asociados a cada una de ellas.
La influencia del número de ciclos en el resultado del ensayo SDT queda representado
en la Figura 3.9, considerándose como más representativo el correspondiente a cinco ciclos.
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INDICE DE PLASTICIDAD
Así pues, el efecto de la meteorización en los taludes da lugar a una variación en las
propiedades resistentes del material que pueden provocar problemas de inestabilidades
locales y degradación progresiva del tah.Jd. La meteorización potencial de una zona en concreto
dependerá de: •
Como factores condicionantes los autores citados también consideran las condiciones
y métodos de explotación de la corta, y cambios a que éstos dan lugar en las condiciones
hidrogeológicas de la zona, y las condiciones climáticas.
-2 8 -
3 .1 . 6. - Hidrogeología
Los sondeos de drenaje horizontales realizados a ple del talud, hacia el final de la
investigación, corroboraron los datos sobre la posición del nivel freático tras el talud.
Considerando los datos obtenidos en los sondeos, las medidas realizadas en los mismos
y las características estructurales de la zona se pudo dibujar la red de flujo del talud
(Figura 3.10).
-2 9 ·
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150
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Figura 3.1 O.- Red de flujo dibujada para el talud a partir de los datos conocidos
Así pues, las presiones de agua máximas obtenidas a partir de los ascensos registrados
en el nivel freálico de los sondeos fueron de unas 30 Vm2.
◄ N V nivel treálico
• nivel alcanzado por el agua
grieta c~rlada por el sondeo
grieta detectada con el
.. t,opary •·
' '\. falla San Rafael
• ' capa de carbón
-1
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o 10 20m
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Figura 3.11.- Localización de los sondeos realizados en el talud N y niveles de agua medidos
Con respecto a los datos climáticos, cabe destacar que las temperaturas mensuales
medias de la zona de Penarroya-Pueblonuevo oscilan entre 8.3° C en Enero a 28.5º C en
Julio, con una media anual de 17.52 C. La precipitación media anual es de 523 mm (7% en
verano), siendo los meses más lluviosos los de Noviembre a Marzo; la precipitación máxima
en 24 h, para un periodo de retomo de 25 anos, es de 81.5 mm.
La sucesión San Rafaei está afectada por varias familias de discontinuidades de las que
las más importante es la formada por los planos de estratificación. El afloramiento de las
capas en el talud sigue, en general, dirección y buzamiento uniforme. sin presentar ningún
pliegue significativo o fractura que lo afecte (a parte de la falla San Rafael). Tras la toma de
numerosas medidas y observación de las características de las familias en el talud y
alrededores (se tomaron más de 200 estaciones; FERRER, 1984), se establecieron los
siguientes valores ce direcciones y bu::nmien:os p:::ira las discontinuidades:
·31 •
- J2: familia de diaclasas que aparece en todos los puntos de medida, con dirección de
85 2 a 1009 E y buzamiento de 752 S a 852 N; continuidad según la dirección de 20
m y según el buzamiento de 0.5 a 1 m; espaciado de 6 a 20 m
- J3: familia muy poco frecuente que aparece solo en algunas estaciones de medida, con
dirección entre 16011 y 1702 y buzamientos de 65 2 a 752 E
Los valores medios representativos para las diferentes familias medidas, obtenidos
a partir de su proyección estereográfica y del diagrama de frecuencias (Figuras 3.12 y
3.13), son:
. So: 96 11 . 452 s
. J1: 12!1 . 852 E
. J2: 94 11 . 802 s
. J3: 16511 . 7011 E
- F: 95 9 - 6Q!I s
Las lutitas, más o menos macizas según las zonas, presentan superficies de
estratificación algo rugosas en general. pero cada pocos decímetros de potencia en la serie los
planos se presentan muy lisos y pulidos, sin ningún tipo de relleno o con una muy fina pátina
ferruginosa en algunos casos. Las superficies de las dos familias principales de diaclasas
aparecen lisas y también con una pátina ferruginosa: sus labios, en ocasiones, presentan una
separación de 1 ó 2 mm. Las paredes de las pequl'ías fallas medidas presentan una fina capa
arcillosa, sin relleno importante.
-!
---
7.9% 5.3" 2.6% 1.3%
□
Figura 3.13.· Representación de los isocontenidos de discontinuidades.
-3 3 -
La talla San Rafael que afecta al talud tiene una dirección E-W, con ligeras
variaciones, y buzamiento de unos 60 2 S; presenta relleno arcilloso de hasta varios
decímetros de espesor en superficie.
Los valores de la Tabla 3.1 son los medios de todos los datos que se han barajado,
obtenidos de los diferentes conjuntos de ensayos llevados a cabo, presentándose varios valores
para un mismo parámetro en los casos en que éstos diferian entre sí {al provenir de
diferentes trabajos) , o en los casos en que caracterizaban a distintos ámbitos del material
(superficies de estratificación, matriz rocosa, zonas tectonizadas o alteradas, etc., en cuyo
caso se especifica).
Estos valores han sido comparados con aquellos que aparecen en la bibliografia para
materiales similares en cortas de carbón (IGME, 1987; AVALA Y RODRIGUEZ ORTIZ, 1986;
SARGAND Y HAZEN, 1987; FISENKO Y OTROS, 1985; GONZALEZ DE VALLEJO, 1984; CAMPOS
DE ORELLANA, 1983; GONZALEZ DE VALLEJO Y OTEO MAZO, 1982; BARTON, 1981; IGME,
1980, entre otros) deduciéndose que están en el mismo rango de magnitudes y sin encontrar
variaciones llamativas en los valores característicos.
-3 4 •
Tabla 3.1
· Res¡stencia a compresión
~
Carga Puntual Lutitas (estratificación): 2500 t!m 2
(matriz rocosa): 5000 t/m 2
Compresión uniaxial Lutitas 3000 t!m 2
· Módvto de deformación
Compresión uniaxial A) Lutitas (media): 5.1 X 1 Q5 t/m2
- Coeficiente de Poisson
Compresión uniaxial A) Lutitas (media): 0.36
B) Lutitas (media): 0.25
C) Lutitas (media): 0.16
Lutitas y Areniscas: 0.35
Ensayos de fluencia Lutitas (media} 0.12
A partir del ROO (Rock Quality Designation, parámetros que es función del número de
discontinuidades, DEERE (1963), se obtiene una roca de calidad media-mala. Según la
clasificación de HOEK Y BRAY (1981), en base al valor de la resistencia a compresión
simple, la roca es moderadamente débil. JIMENEZ SALAS Y JUSTO (1975} clasifican las rocas
también con respecto al valor de su resistencia, situándose en este caso, las lutitas estudiadas.
siempre por debajo de un valor para ae de 1000 Kgtcm 2 e indicando una resistencia
baja-media.
/
.3 7 ·
Capítulo 4
4 . 1 . • INTROOUCCION
En este apartado, se resumen las principales fases y los principales aspectos y datos
del comportamiento del talud observados y medidos durante los meses que duró el trabajo de
campo. No se hará referencia explícita a factores descritos con suficiente detalle en el
trabajo comentado y que no sean necesarios para justificar cualquier conclusión del
presente estudio.
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@> SONDEOS HORIZONTALES DE DRENAJE
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~ AGUA ENCONTRADA EN n SONDEO
Figura 4.1.• Planta esquemática del talud Norte con los 4 perfiles de control establecidos
(FERRER, 1984)
realizaron gran número de medidas y tomas de datos. El tratamiento y estudio de estos datos
permitió, entre otras cosas, el establecimiento de la curva evolución del deslizamiento•
tiempo para todo el proceso, así como la caracterización de los materiales, la evaluación de
los factores desencadenantes e influyentes en la rotura y el análisis de sensibilidad de los
mismos, el establecimiento del modelo y mecanismo de rotura y los datos necesarios para la
relación de un análisis a posteriori (back-analysis) del deslizamiento.
En este estudio se parte de los hechos planteados conocidos y de una serie de datos,
medidas y análisis realizados, a partir de los cuales se lleva a cabo la modelización del talud
mediante un modelo de elementos finitos que considera las relaciones esfuerzo-deformación
a lo largo del proceso de desestabilización.
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GALERIA ANTIGUA
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Figura 4.3.· Evolución de los estratos del banco de pie del talud (FERRER, 1984)
-4 2-
Todo el talud del banco inferior se encontraba ya con los estratos horizontalizados.
Asimismo se observó que el resto de los bancos de la mitad inferior del talud (casi
irreconocibles por lo avanzado de la deformación) presentaba también los estratos
superiores en posición horizontal, volcados hacia afuera, como consecuencia del peso que el
material suprayacente ejercia sobre ellos.
Todo el "bloque" movido aparecla ya completamente separado del resto del macizo,
con los bancos y bermas volcados hacia dentro y fuera, permitiendo observar las grietas a
los pies de los bancos que, en algunos casos, correspondían a pequenas fallas del cortejo de la
de San Rafael (falla principal a favor de la cual se genera el plano de rotura; Fotos 13 y 14
del Anexo 1).
El avance del material del talud en dirección al fondo de corta (hacia adelante) era
poco importante, manifestándose más la rotura por la gran deformación y asentamiento de
toda la masa. En la grieta principal se midió un salto según el buzamiento de más de 14 m en
esta última etapa de la rotura.
En los bancos superiores tenían lugar roturas locales por pandeo, deslizamientos
planos de placas, cunas, etc., dando un aspecto caótico a todo el talud.
- aparición de una gran grieta en cabecera, que abarca toda la longitud del talud, a favor
de una falla inversa con buzamiento más o menos paralelo al talud
- roturas locales frecuentes y aparicion de grietas en el resto de los bancos y bermas
de trabajo
-4 3 •
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Oct
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Jul Ago Sep Nov Die
Meses
Figura 4.5.- Curvas Tiempo-Distancia entre los bordes de la grieta durante el tiempo que
duró la rotura del talud. {FERRER, 1984).
DEFORMA.CIONES ~ - i.-
Rotura general
~~
Rotura de1banco de pie ~ r
Horizonta
llmi6n de l o s ~
eslra1os del banco de pie
Hundimienlos y n>IU,u
en bancos y bermas
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en el pie
Fenómenos de ines1abilidad ~
local en bancos
Roturas y formación de ~
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grietas de tracción en
cabecera del talud -- MJ JASO NO E F MA
~ (83-84)
Figura 4.6.- Curva cualitativa Tiempo-Deformaciones para la evolución general del talud.
(FERRER.1984).
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150 antigua
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Mese, 1983-84
Figura 4.8.- Distribución de las precipitaciones mensuales, para los meses que duró
el proceso de deformación y rotura sufrido por el talud, con superposición de la curva
cualitativa de tiempo-deformaciones de este proceso (esta última se presenta sin escala
alguna, solo a efectos comparativos; ver Figura 4.6).
Capítulo 5
5 . 1 . - INTRODUCCION
La elección del método de análisis adecuado en cada caso dependerá, en una primera
aproximación, de los factores:
Los factores expuestos son, a su vez, interdependientes entre sí; no se podrá realizar
un análisis complejo y detallado si no se dispone de los datos necesarios y suficientes, al Igual
que un caso de estabilidad complejo no podrá ser abordado con un método simple o con una
caracterización del talud incompleta.
. 5 O·
Asimismo, hay que tener en cuenta que tanto los datos de campo como los de
laboratorio (sobre todo éstos últimos), deberían ser obtenidos en función del método de
análisis de estabilidad a utilizar.
Los modelos matemáticos pueden ser resueltos con métodos, entre otros, de
equilibrio límite. Estos métodos determinan el estado de equilibrio de un talud potencialmente
inestable (determinan si la rotura se produce o no), y necesitan para su aplicación y
resolución de una serie de hipótesis de partida diferentes según los métodos, aunque todos
ellos están basados en unos mismos principios y criterios de rotura del material, en concreto
en la ley de comportamiento de Mohr-Coulomb, que, en este caso, es tomada, de una forma
simplificada, como criterio de rotura. La diferencia entre los diferentes métodos estriba en la
complejidad y el grado de detalle de sus planteamientos matemáticos y de sus hipótesis,
existiendo métodos simples y exactos (FELLENIUS, 1936; BISHOP, 1955; JAMBU, 1954;
MORGENSTER Y PRICE, 1965; SPENCER, 1967; HUNTER Y SCHUSTER, 1968; SARMA,
1979, etc).
Los aspectos comentados en este capítulo, así como el desarrollo de los principales
métodos de análisis por equilibrio limite, se recogen con detalle en FERRER (1984).
5. 2. • MODELOS DE ROTURA
5. 3. • ANALISIS DE ESTABILIDAD
- Establecimiento del modelo del talud a analizar (Figura 5.2) a partir de los modelos
geológico, hidrogeológico y geomecánico (Figuras 3.6, 3.1 O y 4.7 respectivamente)
y de los posibles mecanismos de rotura
- Determinación (mediante análisis "de prueba") de la zona del talud en la cual
se generan las superficies de rotura más inestables
- Determinación de la geometría de las superficies más inestables, siempre ajustadas
a los modelos establecidos
- Realización de análisis con los parámetros resistentes obtenidos de ensayos de
laboratorio convencionales y considerando la anisotropía del material
-5 3 ·
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FREATICO
Figura 5.2.- Modelo del talud para el análisis por equilibrio límite
Los parámetros resistentes de las lutitas utilizados para llevar a cabo los análisis
(Tabla 5.1) han sido obtenidos de los ensayos de laboratorio convencionales realizados en
materiales de la corta (Apartado 3.2). Se consideró la posición del nivel freático y la
existenca de presión de agua de acuerdo a los datos medidos in situ (Apartado 3.1 ).
Tabla 5.1
Lutitas
Matriz Rocosa 2.5 10 · 30 209 • 302
Superficies estratif. 2.5 O· 5 159 • 202
Falla 2.6 5 209
Relleno galería 1.8 1.8 309
-5 4 ·
5. 4. - RESULTADOS E INTERPRETACION
En tocios los análisis realizados, la zona por las que siempre discurrían las 1 00
superficies da rotura más inestables generadas por el programa, incluía también la
superficie real de rotura observada en el campo y deducida de los sondeos realizados. Las
superficies más inestables resultaron ser siempre las de tipo circular frente a cualquier
otra geometría (plana mixta, plana, curva no circular, etc). Por tanto, a partir de esta
deducción se analizaron únicamente superficies de rotura circulares, a las que están
referidas tocios los datos siguientes.
Ya se ha comentado que la superficie de rotura real seguía la falla San Rafael hasta
una profundidad sin determinar a partir de la cual la rotura se producía a traves de la matriz
rocosa hasta salir a la zona de pie; la determinación de esta profundidad fué también hecha en
los análisis a costa de gran número de pasadas del programa de estabilidad. Resulto que el
mínimo Factor de Seguridad se obtenía al extender la rotura a favor de la falla hasta una
profundidad entre 22 y 26 m (en la vertical), punto a partir del cual se enlazaba con el
plano subhorizontal de rotura con salida al pie del talud; si se aumentaba esta profundidad, el
Factor de Seguridad comenzaba a incrementarse. En todos los análisis realizados se presentó
este hecho en las que resultaron ser las superficies más inestables, ajustándose los planos de
rotura a la falla en -su tramo más superficial.
Los casos que representan las condiciones reales corresponden a: A+C+E y B+C+E
(sin considerar presión de agua) y A+C+D+E y B+C+D+E (considerando la presión
adicional de agua); en todos ellos se obtuvieron factores de seguridad mayores de 1.8. De los
análisis de sensibilidad con distintas hipótesis, para evaluar la influencia de los diversos
factores, se obtuvieron diferentes valores del factor de seguridad (en la Tabla 5.2 se
presentan los más significativos).
Tabla 5.2
e. Falla B+C = 2
C • 5 vm2; e!) = 202 (")
A+C+D =2
D. Presión de agua tras el talud
B+C+D > 1.8
E. Presencia de la galerla
e = o vm2; ♦ = 302 (.. ) A+C+D+E =2
F . Zona con pérdida de resisten B+C+O+E > 1.8
cla a pie del talud (prof. > 1O
m hacia el interior del talud) A+C+D+E+F >1
e = o 11m2; ♦ = 102 (**)
B+C+D+E+F =1
(#) Los Factores de Seguridad corresponden a la media de los tres métodos utilizados
(*) Valores obtenidos a partir de ensayos
(**) Valores obtenidos a partir de la bibliografía
En las Figuras 5.3 y 5.4 se han representado las superficies de rotura más
inestables obtenidas para los casos analizados más significativos. tanto para el modelo de
rotura plana mixta como para el modelo de rotura curva.
manteniendo C y ~ de las lutitas para el resto del talud, o bien variando los parámetros
de todas las lutitas (asignándoles C = 5 1fm2 y ~ = 122) y manteniendo los valores
iniciales para la galería.
En las Figuras 5.5 y 5.6 se han representado las superficies de rotura más
inestables obtenidas para estas dos hipótesis analizadas. Se presenta, para cada caso, la
zona que engloba las superficies más inestables, así como las diez peores superficies de
entre éstas, con los diez factores de seguridad más bajos; se buscó que la más inestable de
todas ellas tuviera un F. S.= 1.0 o menor.
En las Figuras 5.5b y 5.6b, que muestran tos resultados del análisis a posteriori
(para los casos en que se han rebajado los parámetros de la zona de pie o de todas las lutitas.
respectivamente), se puede observar que en ambos casos la superficie de rotura más
inestable no se ajusta a la falla, en su parte superior, ni atraviesa la galería minera
en la zona de pie. Los factores de seguridad obtenidos para estas dos superficies son
de 1.061 y 0.907 respectivamente. No obstante, dentro de las diez superficies con factores
de seguridad menores, hay. para los dos casos, una de ellas que sí se ajusta al
trazado de la falla (como realmente ocurrió), que presentan valores de 1.111 y
0.951, respectivamente.
Así pues, puede ser deducido en general que, para conseguir la rotura en el
talud, se necesitan parámetros resistentes inusualmente bajos, no característicos en
ningún caso del tipo ni del estado de los materiales estudiados, y más bien típicos de
valores residuales. Se podría concluir que, para estos análisis realizados, la inestabilidad
.5 7 ·
solo se presenta cuando el material "está ya roto", sin poderse conseguir factores de
seguridad iguales o menores que la unidad para valores más "reales" del material (de
acuerdo con los datos de los ensayos de laboratorio), y sin poderse modelizar el paso
de estabilidad a inestabilidad; además, cuando se consigue la rotura los planos más inestables
no se ajustan del todo a lo observado.
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Figura 5.3.- Geometría de la rotura mixta. a favor de dos planos. más inestable de todas las
analizadas considerando parámetros resistentes obtenidos de ensayos convencionales.
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Figura 5.4.- Zona con las 100 superficies más inestables circulares (arriba) y las 10
superficies con menor Factor de Seguridad de todas ellas (abajo) para los análisis realizados
con parámetros de ensayos convencionales.
-5 9 •
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~ PERDIDA DE RESISTENCIA EN PIE DEL TALUD
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X - AXIS (m)
Figura 5.5.- Zona con las 100 superficies de rotura generadas (arriba), de las cuales la más
inestable presenta un Factor de Seguridad en torno a la unidad (abajo), resultantes del
análisis a posteriori de la rotura rebajando los parámetros de la zona de píe del talud.
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Figura 5.6.- Zona con las 100 superficies de rotura generadas (arriba), de las cuales la más
inestable presenta un Factor de Seguridad en torno a la unidad (abajo), resultantes del
análisis a posteriori de la rotura rebajando los parámetros de todas las lutítas.
-6 1 -
5 . 5 .- CONCLUSIONES
Capítulo 6
6. 1 . - INTRODUCCION
Estos factores, complejos de estudiar por la gran diversidad y variación que de todos
ellos presentan los materiales rocosos, asi como por la dificultad de su cuantificación y
estudio, deben ser considerados hasta donde sea posible en casos como el aqui estudiado;
deberán aportar las pautas para el entendimiento y la explicación de los comportamientos
observados.
Para el estudio de los materiales rocosos se han venido aplicando, en ocasiones, una
serie de criterios de fluencia establecidos para su uso en otro tipo de materiales. Entre los
criterios más simples se encuentran el de Tresca (desarrollado para su uso en flujo plástico
de matales y no utilizado generalmente en Mecánica de Rocas) y el de Von Mises (expresado en
términos de invariantes de esfuerzos). Detalles sobre estos criterios y su utilización pueden
ser encontrados en BROWN (1986); BRADY Y BROWN (1985) Y JIMENEZ SALAS (1975).
De los criterios que consideran los invariantes ele esfuerzos, el más simple y
ampliamente utilizado (BROWN, 1986) es el propuesto por DRUCKER-PRAGER (1952), que
tiene la expresión:
ooncte:
6. 3. • ENERGIA DE DEFORMACION
La energía almacenada por una probeta al serle aplicada una fuerza recibe el nombre
de energía de deformación. En el caso uniaxial, esta energía por volumen unitario, W, es
representada por el área bajo la curva c:H:, y se expresa:
e
W(e) = Jcr( e) de
o
siendo función del esfuerzo aplicado, por un lado, y de las características deformacionales del
material rocoso por otro. Para materiales elásticos la energía de deformación se puede
calcular:
W = (1/2E) (G 1) 2
El análisis de los cambios energéticos del sistema resulta un método muy efectivo
para la determinación de los esfuerzos y deformaciones generados bajo la acción de una serie
-6 8 •
de cargas (BRADY Y BROWN, 1985; BECKER Y OTROS, 1987; MEANS, 1979). De hecho, la
cantidad de energía que un material puede absorber o liberar es un criterio frecuentemente
utilizado en diseno mecánico.
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Uz Uz
t
Uz111cu
a) b)
Figura 6.2.· Modelos de diagramas carga axial-desplazamiento para aplicación gradual (a) y
aplicación rápida de la carga (b) (BRADY Y BROWN, 1985).
rápida aplicación de la carga (al aplicar la carga gradualmente el exceso de energia acumulado
por la probeta se va liberando paulatinamente; BRADY Y BROWN, 1985).
La aplicación controlada de las cargas sobre las probetas implica una reducción
gradual de las mismas según la superficie de aplicación se va desplazando hacia su posición de
equilibrio final.
Cuando se realizan ensayos sobre rocas blandas sin la utilización de prensas rígidas
adecuadas, la curva esfuerzo-deformación obtenida no representa adecuadamente la energía de
deformación que la probeta es capaz de almacenar, así como no refleja la liberación paulatina
de la misma por el hecho de que la rotura ocurre violentamente; por el contrario, con la
utilización de prensas rígidas, la probeta no sufre este exceso de energia de deforamción, y
tras alcanzar la resistencia de pico, la carga va decreciendo al aumentar las deformaciones;
asi, al irse liberando poco a poco la energía almacenada por la probeta, se obteniene el
registro del comportamiento completo post-pico. Esto es importante porque da idea más
representativa de la resistencia que el· material, una vez roto, es capaz de ofrecer a los
esfuerzos aplicados.
En el caso de que la rigidez de la probeta sea mayor que la de la máquina, también hay
que tener en cuenta el trabajo adicional que la máquina de ensayo ha de hacer para superar el
exceso de energía de deformación almacenada en la roca y que también se refleja en la forma
de las curvas esfuerzo-deformación. En la Figura 6.4 se muestra un esquema que representa,
de forma general, este trabajo, y que supone que las curvas que se obtienen de los ensayos no
representen adecuadamente las relaciones esfuerzo-deformación del material, aportando
valores resistentes máximos superiores a los reales.
-71 •
t.1
Desphzemiento
Figura 6.4.- Representación esquemática del trabajo adicional requerido por la máquina de
ensayo blanda para superar la energía de deformación acumulada en la probeta.
¡
Si la carga que sufre el material es P, esta puede ser soportada en dos momentos:
antes y despues de haberse producido el pico de la curva a-E (Figura 6.5); la carga
soportada por el material en esos dos puntos es la misma, pero mientras que uno la
deformación asociada es recuperable, en el otro ya se ha sobrepasado el límite de elasticidad y
se han presentado deformaciones irrecuperables.
Figura 6.5.- La misma carga puede ser soportada rnomentaneamete por una probeta en dos
etapas muy diferentes de su comportamiento esfuerzo-deformación.
-7 2 -
En el estado actual de un macizo rocoso han influido todos los procesos naturales
(procesos geológicos) y artificiales (modificaciones en su geometría por excavaciónes sobre
él o cercanas, etc) por los que se ha visto afectado. Todas estas actuaciones han venido
variando las condiciones y propiedades iniciales tanto de la matriz rocosa como del propio
macizo.
Por todo ello no es común la consideración de estos esfuerzos en los análisis del
comportamiento de los macizos rocosos, lo que, en zonas donde estos son importantes, implica
una simplificación errónea del estudio.
Mientras que las rocas duras y competentes son capaces de liberar estas tensiones de
una forma más rápida y sin sufrir deformaciones importantes, a nivel de matriz rocosa, en
este proceso, en los macizos formados por rocas blandas, con comportamientos más dúctiles,
esta liberación se produce de una forma mucho más lenta y paulatina, y con aparición de
procesos de deformación importantes en el material mientras se va alcanzando su nivel de
equilibrio. En cualquier caso, la actuación de estos fenómenos da lugar a la reducción de los
parámetrops resistentes de los macizos rocosos afectados.
Asf, la Figura 6.6 podría ilustrar esquemáticamente las posibles relaciones fuerza-
desplazamiento sufridas a lo largo de estos procesos. A, B y C representan etapas con
diferentes estados tenso-deformacionales a lo largo de la vida del macizo rocoso.
-7 3 -
Estado
original
"in situ"
C>esp lazamiento
a e a"'
CJ"
---------a•
tiempo
a) b)
Cuando se realizan los ensayos de laboratorio sobre probetas, a parte de todos los
Inconvenientes referentes a escalas y simulación de condiciones reales en que se encuentra el
material, debe ser considerado el estado de evolución del macizo con respecto a su historia
tenso-deformacional sufrida.
Capítulo 7
7. 1 . - INTRODUCCION Y OBJETIVOS
El hecho de que una probeta pueda sufrir una rotura violenta o progresiva depende,
en gran parte, de la relación entre la rigidez de la máquina de ensayo y la rigidez de la
probeta a ensayar (WAWERSIK Y FAIRHURST, 1970; WAWERSIK, 1973). La rotura de la
roca puede ser controlada si durante el ensayo el desplazamiento es considerado como la
variable independiente, y si puede ser establecido un desplazamiento constante en una
prensa rigida con un sistema de control realimentado (HUDSON, CROUCH Y FAIRHURST,
1972).
Los bajos parámetros resistentes de las lutitas objeto de este estudio, sus
características y su componamiento con respecto a la rotura, hacían muy conveniente la
realización de este tipo de ensayos, con prensa rígida servo-controlada, con vistas al
estudio del proceso de deformación y rotura del material.
Los datos obtenidos de los ensayos fueron procesados automáticamente para obtener
los parámetros E y v.
7. 2 . - DEFINICtON DE ROTURA
Esta definición dependerá de la aplicación que se vaya a dar a los resultados y del
estudio y análisis que se pretenda realizar. Frecuentemente se dice que la rotura ocurre o
se inicia al alcanzarse la resistencia de pico del material (JAEGER Y COOK, 1979); HOEK
Y BROWN (1980) adoptan el máximo esfuerzo soponado por la probeta como definición
del esfuerzo de rotura.
Esfuerzo
axial
Loe,vi8ción de lo
1i nealidad
Deformación axi81
En la Tabla 7.1 se muestran algunos datos de las probetas ensayadas. Para mayor
comodidad se han numerado los ensayos de 1 a 19 (una probeta fué ensayada dos veces por
no romper en el primer intento).
-7 8 •
Tabla 7. 1
(1)
175/T-1 41.0 2 92.5 46.6 435.5 442.0 2.760 2.802 1.49
( 2 )
175/T-5 38.2 2 92.2 46.5 360.S 385.5 2.302 2.462 5.40
(3)
172/M-Sa 67.7 2 129.0 63.4 1065.0 2.615
(4 )
70/3 45.0 2 125.6 62.8 972.0 1005.0 2.498 2.583 3.40
( 5)
175/T-4 50.8 2 93.8 46.1 368.5 388.5 2.354 2.481 5.43
( 6)
172/M- 7 90.0 2 126.3 63.2 963.0 986.0 2.398 2.455 2.39
( 7)
175/T-2 70.5 2 93.3 46.2 398.5 404.5 2.547 2.586 1.51
( 8)
172/M-10 62.0 9 126.8 63.5 969.5 1019.0 2.414 2.537 5.11
( 9)
1 75/M-1 70.0 2 127.4 63.5 1033.3 1055.5 2.561 2.616 2.13
( 1 O)
70/1 67.0 2 127.2 62.9 989.0 1004.5 2.502 2.541 1.57
(11)
70/2 78.0 9 126.7 63.3 1030.0 1048.0 2.583 2.628 1.75
( 1 2)
175/T-3 90.0 9 126.5 63.3 1001.0 1014.2 2.514 2.548 1.32
( 1 3)
172/M-8b 67.7 2 129.0 63.4 1065.0 1116.5 2.615 2.742 4.84
( 1 4)
172/M-11 90.0 2 120.1 63.4 953.5 972.0 2.515 2.564 1.94
( 1 5)
172/M-6 72.0 2 126.4 63.0 1017.5 1032.0 2.582 2.619 1.43
-7 9 •
Tabla 7. 1 (cont.)
( 1 6)
175/T-6 85.0 2 93.1 46.4 412.5 421.5 2.620 2.677 2.18
( 1 7)
172/T-5 90.0 2 124.3 63.0 940.5 959.0 2.427 2.475 1.97
( 1 8)
70/5 76.5 2 126.5 63.2 987.5 1002.0 2.488 2.525 1.47
( 1 9)
70/7 90.0 2 126.9 63.7 1021.0 1044.5 2.525 2.583 2.30
- curvas que denotan un comportamiento más bien frágil, con una rotura de
pico marcada (rotura "frágil")
- curvas con una rotura de pico marcada, sin "rotura" pre-pico, y con una
porción post-pico algo desarrollada (comportamiento "frágil-ductil")
- curvas que muestran una "rotura" pre-pico y un importante desarrollo de la
región post-pico (comportamiento "plástico·).
Como se verá seguidamente esta agrupación fué establecida basándose en: a) forma
de las curvas y b) valores de la deformación axial alcanzados por las probetas.
corresponden a comportamientos mas bien frágiles, con una resistencia de pico bien
definida (en la Figura 7.3 la porción post-pico no pudo ser registrada, y la probeta de la
Figura 7.4 no llegó a romper), sin rotura pre-pico (excepto para la Figura 7.4) y con el
límite elástico coincidiendo, aparentemente, con la resistencia máxima (en la Figura
7.3), o muy cerca de ésta (en las Figuras 7.2 y 7.5).
las curvas deformación axial-deformación radial muestran una leve compactación del
material al principio del ensayo, antes de que empiece a tener lugar la deformación radial,
seguida de una compactación contínua hasta el momento de la rotura (excepto para la
Figura 7.4)
En las probetas de las Figuras 7.2 y 7 .5, la rotura ocurrió a través de planos de
estratificación, buzando 41 2 y 45 2 respectivamente, aunque fueron generadas una serie de
superficies de rotura previas en la parte superior de las probetas • En la Foto 4 del Anexo
11 se puede observar el estado del material roto (para la probeta 175/T-1).
La Figura 7 .3 muestra una gran deformación radial previa a la rotura, que puede
corresponder a un comportamiento esfuerzo-deformación diferente de esta probeta o que
puede ser causada por el proceso de slipping que se puede deducir de la forma de la curva
esfuerzo-deformación axial. En la Foto 4 del Anexo 11 (probeta 175/T-5) se puede
observar que la rotura ocurrió a través de una superficie escalonada que cruza la probeta
longitudinalmente, con un ángulo variable de 609 a 752 con respecto a la horizontal.
-81 ·
no habiendo relación aperente entre los valores excepto para las probetas n2s 3 y 4.
N2 E (Vm2 ) V
175/1-1 175/T-5
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En estas curvas puede ser observada una porción pre-pico que denota la existencia
de bedding in (Figuras 7.7, 7.8, 7.10, 7.11 y 7.12) y de slipping durante la realización
de los ensayos. Una notable compactación tiene lugar en las Figuras 7.7 y 7.10, siendo algo
menor en las Figuras 7.8, 7.11 y 7.12, que corresponde al proceso de bedding in. antes
del inicio de la deformación radial. Después de la rotura de pico, las probetas muestran
una curva escalonada descendente hasta llegar a su resistencia residual.
Los valores de la resistencia para estas probetas fueron (Oc .. resistencia de pico,
<JY = resistencia en el limite elástico y <Jr = resistencia residual):
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El tercer grupo de curvas está formado por los ensayos 12 a 19 (Figuras 7.13 a
7.20). La Figura 7. 15 corresponde a la probeta que no rompió durante su primer ensayo
(ensayo n2 3, Figura 7.4); para la realización del segundo ensayo se aumentó su humedad.
Todas las curvas esfuerzo-deformación axial muestran una rotura pre-pico, muy
marcada en las Figuras 7.13, 7.15, 7.16, 7.17 y 7.20. Efectos de bedding in y de
slipping pueden ser deducidos a partir de la porción pre-pico de las curvas esfuerzo-
deformación de las Figuras 7.14, 7.15 y 7.19 principalmente, en cuyas curvas
deformación axial-deformación radial se denota también la compactación del material
ocurrida previamente al comienzo de la deformación radial.
Los valores de resistencia medidos en las curvas fueron ( Cíe= resistencia de pico,
ay .. resistencia en el limite de elasticidad, crpp = resistencia de la "rotura" pre-pico y
ar .. resistencia residual):
Los valores de la resistencia son todos muy similares, excepto para la Figura 7.15,
que los presenta algo superiores. Para la deformación axial se muestra una gran similitud
en los valores registrados durante la rotura de las probetas; la deformación axial sufrida
por el material al alcanzar se resistencia residual es casi la misma para todas las
probetas, exceptuando la Figura 7.16, con un valor algo menor, y también la deformación
axial correspondiente a la rotura pre-pico es muy similar.
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Figura 7 .19. Probeta n° 18 Figura 7.2 o. Probeta n11 19
-9 2 -
FRAGIL DUCTIL
A partir de los valores de la deformación axial medidos para las probetas, se podría
establecer la relación representada en la Figura 7.22 con respecto al estado en la
evolución de la rotura del material. De acuerdo con. el criterio de rotura elegido, cuando se
alcanza el límite de elasticidad se considera que se inicia la rotura del material; este punto
se consigue para los valores medios relativos de la deformación axial:
Los valores relativos obtenidos para la deformación axial en cada punto de la curva
son bastante similares: puede ser considerado que, para las probetas ensayadas, el
material no rompe mientras sufra deformación axial con valores medios inferiores al
47% Er, mientras que para valores alcanzados superiores al 60% Er el material ha
sufrido ya rotura. Asimismo, el material puede ser considerado no roto para valores
medios de la deformación Inferiores al 80% ec.
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Con los datos obtenidos de los ensayos realizados, y anteriormente detallados, se han
llevado a cabo una serie de representaciones gráficas que relacionan diferentes aspectos y
valores de parámetros obtenidos o utilizados. Nuevamente estos gráficos ponen de
manifiesto las diferencias existentes entre los tres grupos en los que se ha clasificado
a las probetas.
Así, en la Figura 7.23 se presenta la relación entre el ángulo a, que viene dado
por la superficie de estratificación de las probetas y la dirección de la carga uniaxial, y
-9 4 -
el máximo esfuerzo soportado por las probetas. En las tres curvas que resultan para los
tres grupos se aprecia un descenso de la resis~encia de pico asociado a la disminución del
ángulo a. la curva general experimental que representa esta relación alcanza un mínimo
para un valor del ángulo de 4511 + t/2, mientras para valores de ex cercanos a 011 y a 901
presenta sus máximos (BRADY Y BROWN, 1985). En este caso, el descenso de los valores
de la resistencia de pico de los tres grupos, a partir del máximo valor medido, se presenta
antes cuanto menores son los valores de esta resistencia.
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En las Figuras 7.24 y 7.25 se han representado las relaciones entre el ángulo u
y los valores de las deformaciones axiales correspondientes a la resistencia de pico (C)
del material, a la resistencia residual (R) y a su límite elástico (Y) para los tres
grupos de ensayos. Se han representado líneas que abarcan el rango de deformaciones
sufrida por el material de cada probeta desde el valor máximo registrado (cuando se
-9 5 •
En general se puede obseivar que las longitudes de estos segmentos son mayores
para las probetas que se han comportado de una forma más ductil (grupos segundo y
tercero, Figura 7.25), mientras que la Figura 7.24, correspondiente al primer grupo de
ensayos, denota un comportamiento del material más fragil, al haber menores diferencias
entre los valores de las deformaciones representados. Asimismo, en este gráfico también
se observa que los valores de deformaciones correspondientes a la máxima resistencia
{C) y a la resistencia residual (R) son más próximos entre si que para los gráficos
de la Figura 7.25, indicando el menor rango de deformaciones plásticas durante los
ensayos de las probetas del primer grupo; en la mayoría de las probetas de los otros dos
grupos la diferencia entre estos dos valores es mayor.
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7 . 5 . • CONCLUSIONES
Las curvas han sido agrupadas en tres conjuntos con similares características y muy
parecidos valores para la deformación axial (excepto para el primer grupo). Estas curvas
representan una transición entre roturas mas bien frágiles (primer grupo) y un
comportamiento pseudo-plástico o ductil (tercer grupo), que puede ser también
deducido de la observación de los modelos de rotura de las probetas (Fotos 4, 5 y 6
del Anexo 11).
E (ttm 2 ) V
Con respecto a la resistencia, el primer grupo presenta valores algo más elevados que
los otros grupos, siendo valores muy bajos en cualquier caso (se ha obtenido un valor
máximo de 6.20 MPa, 6 620 vm2 para ta maxima resistencia a compresión uniaxial).
El valor medio de la resistencia a compresión simple para todos tos ensayos es de 3.5 MPa
(350 t/m 2), mucho más bajo que los valores obtenidos con otros tipos de ensayos para los
mismos materiales (con medidas de unas 2500 a 3000 ttm 2): según la clasificación de
HOEK Y BRAY (1981 ), este valor corresponde a una roca blanda. Respecto a las
deformaciones axiales alcanzadas, el segundo grupo es el que tas presenta mayores, frente
al tercero con los menores valores.
En los valores de los módulos de Young destaca el segundo grupo con magnitud algo
menor, indicando una menor fragilidad y resistencia, así como mayor capacidad de
deformación para unas mismas cargas aplicadas; los ensayos que han denotado curvas
más dúctiles (grupos segundo y tercero) presentan menores módulos de elasticidad.
Las probetas ensayadas presentan un módulo de elasticidad medio de 6.3 x 1o4 t/m2• y
un coeficiente de Poison de 0.25; este valor de E es del orden de los que se obtenían para
roturas a favor de la estratificación en ensayos convencionales de la resistencia, y los
coeficientes de Poison son también del mismo orden de magnitud.
La rotura completa de las probetas del grupo tercero, y algunas del segundo, con
generación de planos de rotura al alcanzarse la resistencia de pico, implica que el material
se comporta como material •granular" en la región post-pico, actuando como un agregado
-9 9 ·
En general, todas las probetas de los grupos segundo y tercero presentan ángulos
entre S 0 -cr 1 mayores de 71 11, excepto las numeradas 5, 8 y 13 (con ángulos entre 51 11
y 67!1) que tienen contenidos en agua superiores al resto de las probetas, lo que puede ser
la causa de su inclusión en estos grupos.
Capítulo 8
8 . 1 . - INTRODUCCION
El programa elegido para llevar a cabo los análisis de estabilidad del talud objeto de
la investigación, lo fué por la posibilidad de considerar todos estos aspectos comentados. Se
trata del programa para ordenador personal ZSOIL (ZACE SERVICES, LTO., 1987; ZACE
SERVICES, LTD. Y ZEI ENGINEERING INC., 1989), especifico para análisis de estabilidad de
taludes mediante la utilización de diferentes leyes de comportamiento del material (elástica o
elasto-plásticas). En concreto, el programa Incluye la posibilidad de análisis con la ley de
comportamiento de Drucker-Prager que, como se comentó en el Apartado 6.2, resulta
adecuada para utilizar en materiales rocosos.
8. 2. - OBJETIVOS
8. 3 . - DESCRIPCION
Fueron realizados una serie de análisis de los que, al final, quedaron seleccionados
los realizados con:
En la Tabla 8.1 quedan recogidos los valores de los parámetros empleados en los
análisis. Los valores se han tomado aproximadamente como la media de todos los datos de que
se disponían. Dentro de cada modelo se analizaron a su vez varios casos con parámetros
también recogidos en la tabla.
Los valores representados en la Tabla 8.1 han sido seleccionados tras la realización
de muchos otros análisis que inclulan todas las posibles variaciones de los parámetros para
cada uno de los tres modelos. Se eligieron como definitivos los que representaban mejor en
cada caso lo observado en el campo.
Densidad Cohesión E
(t/m3) (t/m2) Fricción (t/m2) V
Por último, se desarrollaron los análisis para los casos comentados anteriormente
pero considerando una ley de comportamiento elástica para el material.
En cada análisis se realizaron los cálculos para los datos Introducidos y para una
serie de escalones que van reduciendo sucesivamnete la resistencia de los materiales según un
factor divisor introducido (faclor de seguridad); es decir, para cada escalón los valores de la
cohesión y de la fricción del material se van reduciendo a partir de los datos iniciales
introducidos para estos valores.
En primer lugar se comentan algunos aspectos generales a todos los análisis y que
conviene tener en cuanta para la correcta interpretación y estimación de de la
representatividad de los resultados:
- El factor de seguridad se entiende, en los análisis, como aquel factor que divide
a las fuerzas resistentes del material (cohesivas y friccionales}. Los análisis se realizan
para un rango de factores de seguridad. Un análisis para un factor igual a la unidad, F.S.-1.0,
implica el cálculo con, exactamente, los valores de los parámetros introducidos, mientras que
para F .s... 1.1 implica que las fuerzas resistentes introducidas han sido divididas por 1.1, y
así sucesivamente:
Fn+1 • Fn + F
Cn+1 • Cn I Fn+1
tg +n+t • tg ♦n I Fn+t
· 1 O 6-
Por ello, un análisis a posteriori deberá ser realizado manteniendo F.S. = 1.0, y
buscando los parámetros adecuados que den este valor.
Esfuerzo
exiel
DOMINIO NO
ADMISIBLE DOMINIO
PLASTICO
Deformación exiel
• Directamente relacionado con este último aspecto está el resultado obtenido del
proceso iterativo de análisis (explicado en et Anexo V). La convergencia o no del cálculo
dependerá de la relación tensión-deformación y. por tanto, del estado de esfuerzos en un
momento dado. La convergencia ocurrirá en tanto esta relación se sitúe sobre la porción
elástica de la curva tensión-deformación. En el análisis, el criterio de Drucker-Prager se ha
tomado como un criterio de rotura, y por tanto en el momento en que se alcanza la superficie
de fluencia se considera que se ha alcanzado la rotura. En caso de estar este •punto• muy
próximo a la superficie de fluencia (que se considera superficie de •rotura") el análisis
indica ya la no convergencia del cálculo, mostrando que se ha abandonado el comportamiento
elástico pero que aún no se ha alcanzado la rotura.
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Figura 8.3.- Modelo y mallado grosero del talud para su análisis por Elementos Finitos
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Figura 8.4.- Mallado denso del talud con los elementos finitos establecidos para cada material
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automáticamente por el programa a partir de los datos introducidos para tal fin. En el
banco inferior del talud, que constituye su pie, se ha hecho un mallado más denso para su
mejor estudio e interpretación.
Por último, se han caracterizado geomecánicamente los materiales con los datos
necesarios para su adecuación a una ley de comportamiento elasto-plástica (criterio de
fluencia de Drucker-Prager) y para una ley de comportamiento elástica (ley de Hooke), y se
han establecido las condiciones y las pautas para los diferentes análisis.
Tras el establecimiento de otra serie de aspectos como escalas para los resultados
gráficos, escalones a seguir en el análisis para registro de resultados, elecciones de nodos
representativos para la visualización de las curvas de desplazamientos, etc, se procedió a la
realización de los análisis, entre otros, para los casos recogidos en la Tabla 8.1.
- Listados, para cada escalón del análisis y para cada elemento, de:
En definitiva, el programa permite obtener todos los datos necesarios para estudiar,
de una forma cuantitativa, todo el proceso de deformación que sufre el talud, asf como el
estado de tensiones en cada una de sus zonas, las relaciones tensión-deformación que se
establecen, la influencia de cada aspecto considerado y el momento en que se produce la
inestabilidad y la rotura del material (cuando se alcanzan desplazamientos plásticos
irreversibles).
En la Tabla 8.2 se han recogido los casos más representativos de los analizados para
las dos primeras hipótesis con y sin anisotropía; los resultados obtenidos inidican la
convergencia o no convergencia del cálculo, significando la situación de la relación tensión•
deformación en la porción elástica de la curva, para el primer caso, o su llegada a la
superficie de fluencia, para el segundo caso, considerando ya que et material ha perdido su
resistencia sufriendo deformaciones irreversibles. No en todos los análisis se alcanzó et
límite de elasticidad del material.
Tabla 8.2
FACTOR DE SEGURIDAD
HIPOTESIS
0.8 0.9 1.0 1.1 1.2
ANALISISCON
PARAMETAOS Sin Anisotropía NC NC NC
DELANALISIS
A POSTERIOR! Con Anisotropla NC NC NC
POREQ.UM.
En las Figuras 8.5 a 8.1 O se presentan tos resultados gráficos obtenidos para el
análisis con parámetros convencionales y sin anisotropla. Como se observa en la Figura 8.5
de la malla deformada, tos únicos desplazamientos que se manifiestan en el talud,
desplazamientos fundamentalmente verticales, son elásticos, sin prácticamente componente
horizontal, indicando que no se ha alcanzado la rotura del material (no se ha entrado en
plasticidad). Los máximos desplazamientos alcanzados han sido de 8.5 x 10·3 m en la zona de
cabecera del talud; et pie aparece intacto (ver detalle en ta Figura 8.6) con desplazamientos
-111 -
máxírnos en esta zona de 1.1 x 10-3, mucho menores que en cabecera. En el resto de las
Figuras se presentan otros aspectos del análisis que corroboran lo anteríor; en la Fígura 8.7
aparecen los vectores de los desplazamientos, con componente mayoritaria vertical; en la
Figura 8.8 se observan las zonas con igual grado de deformación, teniendo esta
repartición un aspecto homogéneo para todo el talud.
Respecto a los esfuerzos generados en el talud por la presencia de agua (la situación
del nivel freático modelizado aparece en ta Figura 8.4), su influencia se reduce a tos
elementos situados bajo el mismo, con valores máximos de 35.5 t/m 2 en el ángulo inferior
derecho del modelo, que soporta la mayor columna de agua. Tanto la distribución como tas
magnitudes de estos esfuerzos debidos a ta presencia de agua se mantendrán similares para
todos los análisis descritos en este apartado, ya que la situación del nivel freático se ha
conservado para todos ellos.
Es pues en esta zona inferior derecha del talud donde se generan tas máximas
tensiones compresivas, debidas tanto al peso del material (que es mayor en esta zona por la
mayor altura del talud), como a la mayor altura del nivel de agua también en este ángulo del
modelo.
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Figura 8.5.- Modelo de la malla deformada del talud N para el análisis con parámetros -¡
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Figura 8.6.- Detalle. de la malla deformada en la zona de pie del talud
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Figura 8.8.- Zonas con igual grado de deformación en el talud, desde las máximas en la zona de
cabecera a las mínimas en la base del talud.
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Figura 8.9.- Tensiones principales generad~ en el talud para las condiciones analizadas -1
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I
Figura 8.10.- Detalle de las tensiones principales generadas en la zona de pie del talud.
-1 1 5 ·
Los resultados obtenidos cuando se ha considerado anisotropía para las lutitas (dos
conjuntos de parámetros resistentes, según la estratificación y según una dirección
perpendicular a ésta) son los mismos, obteniéndose una malla deformada igual que para el
caso anterior (Figura 8.11 ). Todos los comentarios anteriores para el caso sin anisotropía
pueden ser aplicados aquí, puesto que los resultados de estos análisis son semejantes; los
máximos desplazamientos alcanzados están en torno a 7 x 1o-3 m, y se dan en la zona de
cabecera del talud. Las magnitudes de los esfuerzos principales son también equivalentes, y
presentan idéntica distribución; los máximos esfuerzos compresivos alcanzados son de 116
vm 2 y aparecen también en toda la zona inferior del talud y a lo largo de la mitad inferior de
la falla; las componentes tensionales de los esfuerzos que aparecen en el talud presentan
valores máximos de 7 .89 Vm2, y se presentan en la zona de cabecera, a la izquierda de la
falla en la zona movida, y a lo largo de la misma, pero en ningún caso superan a las
componentes compresivas para un mismo elipsoide de esfuerzos, es decir, el esfuerzo
resultante en estos casos no es nunca tensional, al igual que pasaba en el caso anterior.
1,28~♦181
Figura 8.11.- Malla deformada obtenida para F.s .• 1.0 cuando se considera anisotropía
·116-
En las Figuras 8.12 a 8.17 se presentan las salidas gráficas para el caso sin
anisotropía. La malla deformada alcanzó los máximos desplazamientos en las zonas de
cabecera, a la izquierda de la falla, y de pie del talud, con una magnitud en tomo a 8 m y 6 m
respectivamente. En la Figura 8.12 las deformaciones y el modelo de rotura obtenidos
responden a grandes rasgos a lo observado en el campo, con dos zonas de mayor deformación:
la cabecera y el pie del talud.
En la Figura 8.13 se ha representado la malla deformada para este mismo caso pero
en el escalón anterior (F.S.-0.9), donde se observan los desplazamientos verticales en la
cabecera del talud, a la derecha de la falla (elásticos); para F.S.-1.0, sin embargo, los
desplazamientos elásticos pasan a ser insignificantes con respecto a los desplazamientos
plásticos alcanzados en la cabecera, a la izquierda de la falla, y a pie del talud.
1.28H81U
L 1,Z8e+li!Ql L
·
DISPL. $CALE
1,24e♦ 881
Figura 8.12.- Malla deformada, obtenida con parámetros a partir de análisis a posterior! por
equilibrio límite, para Factor de Seguridad • 1.0
2_so1L: FOR lHi STABILITY ANALYSIS or SOIL LOAD StU = 1
MESH HFOJ!MllTlotl MAX Dl$PL,: 1,89t-803
HIH DISPL.: -1.70e-802
PARAH. JIAC-AH. EQ.LIH. F: 8.8 - 1.3
1.28t+8'11
Figura 8.13.- Malla deformada obtenida del mismo análisis de la Figura 8.12 para F.S.=0.9
-1 1 8 -
-1
t.28e+081 1.24e♦ 081
1.28e+081
L 1. zs,••1
Figura 8.15.- lineas de flujo de los desplazamientos para F.s ... 1.0
-11 9 ·
&ISPUlCEHENT CONTOURS
1 LARGE DEF. 1 SMALL DEF.
l.28e+801
l
L LZ8e+081
Para el mismo caso, pero considerando anisotropía en las lutitas, el talud resulta
igualmente inestable para F.S.-1 .O, pero obteniéndose un modelo deformado muy diferente
del anterior (Figura 8.18), con el banco superior del talud totalmente roto y deformado. Es
en esta zona donde se alcanzan los máximos desplazamientos del orden de 6 x 1 2 m. o·
menores parámetros resistentes dados a las lutitas para una dirección paralela a la de la
falla; este modelo no representa la rotura observada en el campo, sino que pone de manifiesto
el diferente comportamiento de las zonas del talud en función de los parámetros resistentes
dados según distintas direcciones (paralela y perpendicular a la estratificación).
: _,' ...
•. i '
• : : 1
l.28e+881
L 1.28e•001
1 DISPL. SCALE
.__ 7,49•--
Figura 8.18.- Malla deformada para F.S.=1.0 y para el análisis con parámetros obtenidos a
partir del análisis a posteriori con métodos de equilibrio límite y considerando anisotropía.
., 21 •
1.28e+881
L 1.~8e•081
1.28e+881
L 1,Z8e+l81
1.28e+li1
1
L 1,Z8e+091
Figura 8.22.- Repanición de las tensiones principales en el talud para F.s .•, .o
· 123 ·
Tabla 8.3
FACTOR DE SEGURIDAD
HIPOTESIS
0.8 0.9 1.0 1 .1 1.2
ANAUSISCON
PARAMETROS Sin Anisotropía NC NC NC
DEENSAYOS
RIGIDOS Y SEB Con Anisotropía e e e e e
VOCONTROL.
es decir, se han alcanzado deformaciones plásticas para todos los escalones en el caso de no
considerar anisotropla, mientras que al considerar la anisotropia del material el análisis
converge para todos los escalones (desde F.S.-0.8 hasta F.S.-1.2).
-¡
1
1.28e♦081
Figura 8.23.- Malla deformada para F.S.-1.0 en el análisis con parámetros obtenidos de
ensayos en prensa rígida servo-controlada
-¡
ZJOIL: fOI JHI SJABILITY ANALYSIS or SOIL 1
VECTOR REPRES~ATIOH OF NOD! DISPIACDIINTS MAX DISPL,: 2,56e-801
NIN DISPL.: -?.62e-881
PARAIIITROS PRENSA RIGIM.F: 8.8 - 1.3
l.28.+181 l.21e♦889
l,28t+D81
L 1.28•••1
Las Figuras 8.27 y 8.28 representan las mallas deformadas para F.S.=0.8 y
F.S.-1.2 (presentando estabilidad y deformaciones elásticas ambas) respectivamente; los
máximos valores alcanzados en los desplazamientos han sido de 2.0 x 1o-2 m en la zona de
cabecera; como se observa en ambas, los desplazamientos y modelos deformados son muy
semejantes, aspecto éste característico de los análisis en que no se alcanzan las deformaciones
plásticas en escalones sucesivos. La Figura 8.29 representa los vectores de los
desplazamientos y la Figura 8.30 representa las zonas con diferente grado de deformación,
ambas para un Factor de Seguridad de 1.0.
Para el caso con Factor de Seguridad de 1.0 , se han obtenido esfuerzos compresivos
máximos de unas 113 ttm2, localizadas en las zonas inferiores del talud; en la parte media de
la zona oriental a la falla, también se han alcanzado valores cercanos a los máximos para los
esfuerzos compresivos.
1.28e+801
Figura 8.27.- Malla deformada para F.s.-o.s en el análisis con parámetros obtenidos de
ensayos en prensa rígida servo-controlada y considerando anisotropía
2..$011: fOI m SJABILITY ANALYSIS Of SOIL LOAD SIIP: 6
MESH HFORMATIOH MAX DISPL.= 3.23e-00S
NIN DISPL.: -l.82e-002
PARAHETROS PIIEH$A RICI»A.F=8.8-l.3
'/
1.28t+881
L 1.28,•081
1
! _ .-
DISPL. SCALE
2, 73e-00Z
1,28e+081 2.'13e-ee2 :-
-
Figura 8.29.- Vectores de los desplazamientos para F.S.•1.0 r
.,...
Z_SOIL: FOR THI STABILITY ANALYSIS or SOIL
DISPLACDIENT CONTOURS
1 LARCI DEF. 1 SHALL DEF.
+ T
I T
T
l.28t+8i1
1
L 1.28t+08l
8. 7 .- DISCUSION DE RESULTADOS
Para los tres conjuntos de análisis llevados a cabo se han obtenido diferentes resultados
en función de los parámetros geomecánicos utilizados en cada caso.
Tabla 8.4
Los máximos desplazamientos tienen lugar para el tercer caso, donde la malla
deformada obtenida reproduce el modelo de rotura observada en el campo pero ya desde
Factores de Seguridad menores de 1.0; es decir, los parámetros utilizados en este análisis han
resultado ser bajos con respecto a los que funcionaron en la rotura del talud. No se ha
conseguido modelizar el paso estabilidad-inestabilidad para F.S. - 1.0.
1. 28e+001
• J
i. : • ;
1.28e+0&l
L DISPL. SCAL!
1,Zle•0B9 L 1.za,+001 L DISPL. SCALE
Z.73t·IHIZ
Figura 8.32.- Modelos de malla deformada• obtenida para los 6 análisis llevados a cabo y
para un Factor de Seguridad de 1.0
• nótese que las mallas deformadas han sido dibujadas a diferentes escalas
-132-
La conclusión interesante que puede ser deducida de estos resultados es que lo que
influye para que la rotura se produzca o no, son los bajos valores asignados al material
cuando éste se considera como un todo, no pareciendo que tengan influencia suficiente como
para producir la rotura los valores asignados a las discontinuidades, por muy bajos que estos
sean, en los casos en que se dan a estas úhimas unos parámetros resistentes diferentes a los
de la matriz rocosa.
En las Figuras siguientes se han representado una serie de gráficos con las curvas de
los desplazamientos sufridos en los diferentes análisis y para una serie de nodos que se han
considerado representativos para la evaluación de la deformación general del talud; se han
elegido dos grupos: los nodos con los números 83, 93, 103, 102, 111 y 131, de la zona
inferior del talud, y los nodos con los números 46, 65 y 83, localizados a lo largo de la falla
(Figura 8.33).
-1 3 3 -
~---11
46
131
Figura 8.33.- Localización de los nodos seleccionados en el talud para la representación de los
desplazamientos sufridos
En las Figuras 8.34 a 8.39 aparecen estas curvas de desplazamientos para los casos
analizados, denotando no solo la diferencia en sus magnitudes, sino la tendencia general de sus
incrementos al aumentar el Factor de Seguridad y las diferencias existentes de unos a otros
nodos. Se han representado en todos los casos los desplazamientos totales sufridos por los
nodos, sin considerar su dirección ni sentido.
Así, en los gráficos de los nodos elegidos para su representación, se puede observar
la pendiente más o menos uniforme de las curvas que representan los desplazamientos en los
análisis en que no se ha alcanzado la rotura (casos 1, 2 y 6, a los que corresponden las
Figuras 8.34, 8.35 y 8.39), frente al cambio brusco de pendiente que experimentan
algunas de las curvas para el resto de los gráficos correspondientes a los casos en que se ha
alcanzado la rotura (casos 3, 4 y 5, representados en las Figuras 8.36, 8.37 y 8.38).
No todos los nodos presentan la misma tendencia general en las curvas de sus
desplazamientos; serán los nodos de las zonas más deformadas en el talud los que presenten
mayores valores. En general, las mayores magnitudes se dan a lo largo de la falla, en su
trazado más superficial, para, todos los casos, disminuyendo con la profundidad, como queda de
manifiesto en los gráflCOs "b" de las Figuras 8.34 a 8.39.
En los nodos representados del interior del talud (gráficos •a• de las Figuras 8.34 a
8.39), los máximos desplazamientos se dan siempre en la zona más cercana a la falla en los
casos en que no se alcanza la rotura (casos 1, 2 y 6), aunque para el caso 4, Figura 8.37,
ocurre lo mismo a pesar de haberse producido la rotura del material; esto se debe a que en
-134 -
este caso el material más deformado y roto está localizado en la zona de cabecera,
permaneciendo el resto del talud más o menos "intacto", siendo en esta última parte en la que
se encuentran los nodos de medida.
En las Figuras 8.40 y 8.41 se han representado las curvas correspondientes a los
desplazamientos de un mismo nodo, para los distintos factores de seguridad y para los
diferentes análisis efectuados, a efectos de su comparación.
En el caso de los nodos situados en la parte inferior del talud (nodos 131, 111, 102
y 103), se observa un incremento importante en los desplazamientos cuando se ha alcanzado
la rotura, mientras los incrementos permanecen más uniformes para los nodos de los análisis
que han resultado estables (casos 1, 2 y 6); el gráfico de la Figura 8.40 muestra la tendencia
general de los nodos de esta zona, representada para el nodo 131.
En ambas Figuras se observa claramente la diferencia entre los nodos de los modelos
que han alcanzado la rotura y los nodos de los modelos que han resultado estables.
-135 -
Caso 1. a)
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Factor de SeQuridad
Caso2.a
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Factor de Seguridad
NODO 131
X
20 m EC-131
• EC-A-131
■ ET-131
• ET-A-131
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CI IC-A-131
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IC-A-46
20
$
o
o
0,8 0,9 1,0 1, 1 1,2 1,3
Factor de Seguridad
Con respecto a los valores de las tensiones principales máximas generadas para cada
análisis, recogidos en la Tabla 8.5, son de magnitudes equiparables para los casos 1,2,4 y 6;
el caso 4, aunque presenta rotura, ésta está muy localizada en una zona del talud, y no parece
afectar al resto en cuanto al estado tensional, excepto en que se general mayores componentes
de esfuerzo traccionales.
Tabla 8.5
Para los análisis de los casos 3 y 5, en que se han alcanzado deformaciones plásticas,
las tensiones presentan diferente distribución, sobre todo en las zonas en las que se ha
manifestado la inestabilidad (los mayores desplazamientos}. Las tracciones son más
abundantes, y aparecen en zonas que antes no las presentaban, alcanzando valores superiores
sobre todo para el caso 5; para este mismo caso también se incrementan claramente las
magnitudes de las tensiones compresivas en zonas que, en otros análisis, presentaban valores
muy pequenos (por ejemplo, 163 l/m2 en el caso S frente a 25 l/m2 en los casos 1,2 y 6
para la zona de pie del talud.
- los parámetros obtenidos a partir de análisis a posteriori del talud con métodos de
equilibrio límite resultan bajos, apareciendo el material ya roto y plastificado; es
· 143 -
decir, mientras que para análisis de equilibrio límite la rotura se obtiene para
unos determinados valores de C y 4>, al realizar análisis de elementos finitos, y para
idénticas condiciones, el talud aparece ya roto y deformado, pudiéndose considerar en
un estado de inestabilidad posterior y avanzado con respecto al obtenido con equilibrio
límite para el mismo factor de seguridad (1.0)
- cuanto más bajos son los parámetros resistentes, y los módulos de deformación del
material utilizados en los análisis, menores desplazamientos se necesitan para alcanzar
la rotura
- en los casos en los que se ha conseguido modelizar la rotura del talud, bien no respondía
al modelo de deformación observado en el campo o bien correspondía a estados
avanzados de la inestabilidad
- en ningún caso se obtuvo el paso de no rotura a rotura para Factor de Seguridad igual a
1.0, es decir, no se consiguió realizar el análisis a posteriori del talud con los
valores de propiedades geomecánicas introducidos; los diferentes grupos de
parámetros utilizados no son los que realmente funcionaron en la rotura del
talud
Esto se consiguió para los siguientes valores de los parámetros geomecánicos de los
materiales involucrados en la rotura:
Tabla 8.6
Los desplazamientos máximos que se produjeron para cada uno de los escalones
analizados (Tabla 8.7), inidican las magnitudes que admite el material antes de alcanzarse la
rotura, así como los desplazamientos para los cuales el talud ya es inestable; en este caso,
para valores superiores, aproximadamente, a un centímetro, el material alcanza ya
deformaciones plásticas, mientras que para magnitudes menores, las deformaciones sufridas
son de caracter elástico.
Tabla 8.7
DESPLAZAMIENTOS
MAXIMOS (m) 9 X 1Q·3 1.3 X 10·2 9 X 10·1
Tabla 8.8
-¡
LOAD ST[P: Z
HAX DISPL.: 7.72e-e05
HIM DISPL.: -8.66e-003
i } 1
1.28e+001
Ll)AD STEP : 3
~JIXDISPL.: 6.86e-004
HIN DISPL.: ·1.22e-002
1,28H801
I ¡
i
I 1 1 J
1.29e+liMU
Figura 8.42.- Mallas deformadas obtenidas del análisis a posteriori del talud para los
escalones con Factor de Seguridad de: 0.9 (a), 1.0 (b) y 1.1 (e).
-147-
La Figura 8.43 recoge un detalle del pie del talud deformado, junto con la disposición
inicial de la malla. Como se puede observar, el modelo de rotura obtenido en esta zona, sigue
los mismos rasgos que fueron observados en el campo al estudiar la rotura del talud y que
fueron descritos en el Capítulo 4. La tendencia de los estratos, con buzamiento inicial de 452,
coincidiendo con el talud de banco, a adoptar una disposición horizontal paralela al plano de
rotura, y la salida de éste a la luz a la altura de la galería minera antigua han quedado
representados claramente; los estratos flexionaron a la altura de la galería situada tras el
talud, definiendo la salida de la superficie de rotura, hasta romper y colocarse en posición
horizontal.
Las zonas .con el mismo grado de deformación para los análisis con escalones de
F.S.=1.0 y F.S.=1.1 aparecen en la Figura 8.47; en la correspondiente al segundo caso
(F.S.=1.1) se puede observar que, con respecto al grado de deformación que sufre la zona
rota, el resto del talud presenta deformaciones despreciables, no siendo así para el caso en
que todavía no se ha alcanzado la rotura (F.S. = 1.0), donde, a pesar de que las deformaciones
son mayores en la zona localizada a la izquierda de la falla (la que posteriormente sufriría la
rotura), también se presentan, y con rangos comparables, en la parte situada tras ella.
-148 -
-1
1
-1
Figura 8.43.- Detalle de la deformación obtenida en la zona de pie del talud (arriba) y
disposición inicial de la malla en esta zona (abajo)
-149-
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1,28e+001 1.31t+Gl0
Figura 8.44.- Vectores de desplazamiento para los escalones con Factor de Seguridad
de 0.9 (a), 1.0 (b) y 1.1 (e).
-1 5 O·
Figura 8.45.- Detalle de los vectores desplazamiento en el pie del talud para F.S. • 1.1
1.28e+801
L l.2te+881
Figura 8.46.- lineas de flujo de los desplazamientos para el escalón F.S. "' 1.1
-1 5 1 -
1.2llet~l
L l,Z8et88l
Figura 8.47.- Zonas con ig~al grado de deformación para los escalones con Factor de
Segwidad de 1.0 (arriba) y 1.1 (abajo).
Tabla 8.9
Los máximos esfuerzos compresivos aparecen en todos los casos en las zonas
inferiores de talud, principalmente en el ángulo derecho, y a lo largo de la parte inferior
de la falla, y en todos los casos presentan Igual distribución. En el resto del talud la
distribución varía en algunas zonas para el caso de F.S •• 1.1, concretamente en el pie del
talud y en la cabecera, pero en general es similar, con direcciones predominantemante
verticales.
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Figura 8.48.- Distribución de las tensiones principales generadas en el análisis para los
escalones con Factor de Seguridad de 1.0 (arriba) y 1.1 (abajo).
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Figura 8.49.· Distribución de las tensiones principales en el pie del talud antes (arriba) y
después de la rolura (abajo). en la zona localizada en la Figura 8.48.
-155 -
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Figura 8.50.· Distribución de las tensiones principales a lo largo de parte de la falla antes
(arriba) y después de la rotura (abajo), en la zona localizada en la Figura 8.48.
-156 ·
siendo Oz la tensión vertical medida, que coincidió con la teórica, <rv = 850 vm2, para esa
profundidad. Así pues, los valores de crx oscilaban entre 595 t!m2 y 1105 Vm2, mientras
que la tensión horizontal teórica, crh, a esa profundidad viene dada por:
resultando que la Ox medida es, cuanto menos, el doble de la teórica (siendo para el 25% de
los casos casi cuatro veces superior). El parámetro K .. O'x/Oz adopta los valores 0.7-1.3.
Estos altos valores pueden estar influidos por haberse realizado las mediciones en
las proximidades de una de las importantes fallas inversas presentes en la zona, influencia
que también se da en el talud analizado.
Ante la falta de más medidas a otras profundidades que pudieran ayudar a establecer
la variación de ax con la profundidad, se consideraron una serie de hipótesis para poder
introducir este parámetro en los análisis de estabilidad.
En base a estos datos, se ha tomado un valor máximo cr x = 105 vm2 para ser
introducido en los análisis de estabilidad al modelizar las tensiones tectónicas residuales
horizontales según el plano del modelo. Este valor ha sido considerado como el más
conveniente porque procede del 75% de la medidas tomadas in situ.
Ot/m~
55 t/m2
Los resultados obtenidos en este análisis se recogen en la Tabla 8.10, donde también
se comparan con los obtenidos en el análisis a posterior! que no considera estas tensiones
residuales (Apartado 8.8.1) con la finalidad de poder llevar a cabo la comparación entre los
dos conjuntos de datos:
-158 ·
Tabla 8.10
- la rotura del material (según el criterio establecido) se alcanza en ambos análisis para
un Factor de Seguridad de 1.1; sin embargo, cuando se consideran tensiones
horizontales, para el escalón correspondiente a F.S.•1.0 el cálculo resulta ya no
convergente, indicando que ya se han alcanzado deformaciones plásticas para
conseguirse la rotura en el siguiente paso. Puesto que para este escalón (F.S.-1.0) los
máximos desplazamientos conseguidos son prácticamente iguales para los dos casos
(Tabla 8.10), se puede deducir que el material entra antes en plasticidad, para
menores deformaciones, cuando se consideran las tensiones residuales
- los modelos de mallas deformadas son iguales en ambos casos para los diferentes
escalones analizados (Figuras 8.52 y 8.53), así como la disposición de los vectores de
los desplazamientos (Figura 8.54)
- respecto a las zonas con grados de deformación homogénea que se producen en el talud
(Figura 8.55), muestran un modelo diferente, para el primer escalón en que se
alcanzan deformaciones plásticas, con respecto a la no consideración de tensiones
(Figura 8.47), denotando una deformación más homogénea para todo el talud. Para el
gráfico correspondiente al F.S.=1.1, el modelo presentado ya es más parecido al
resultante de la no consideración de los esfuerzos residuales, indicando un modelo muy
parecido de deformación
los esfuerzos principales compresivos generados son del mismo orden de magnitud,
aunque las direcciones de los mayores varían en la zona inferior del talud adoptando,
para el caso de consideración de tensiones residuales, una dirección más
horizontalizada. En el escalón correspondiente a la rotura, las direcciones son
semejantes para los dos casos analizados, y los esfuerzos compresivos aumentan
considerablemente si se consideran las tensiones mientras que los esfuerzos distensivos
aumentan en ambos análisis.
-1 6 O -
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l.28e+001
LOAD SIEP: 3
MAX DISPL,: 2.42e-003
NIN DISPL,: -1.4Ge-892
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1.28e♦lil81
HIIX DISPL.:
HIN )ISPL.:
l.28e+001
Figura 8.52.- Mallas deformadas. obtenidas del análisis a posteriori con consideración de
tensiones residuales horizontales. para los escalones con F.S. = 0.9. 1.0 y 1.1.
-1 61 -
H!SH DEFORHATIOH HAX DISPL.: 7.2le+Q0B
MlH DISPL.: -3.30e+001
BIIC-AlfAL.TENS.RESID.f.S:0.8-1.3
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Figura 8.53.- Detalle de la deformación obtenida en la zona de pie del talud para un Factor ele
Seguridad de 1.1 (cuando se alcanza la rotura del material)
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1.28e+091 2.22e-082
Figura 8.54.• Vectores de los desplazamientos para el escalón con Factor de Seguridad de 1.0
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l.28t+881
L 1.28••001
l.28t+881
L l,28t+801
Figura 8.55.- Zonas oon igual grado de deformación para los escalones con Factor de
Seguridad de 1.0 (arriba) y 1.1 (abajo).
-1 6 3 -
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Figura 8.57.- Detalles de las tensiones generadas en las zonas de cabecera (junto a la falla) y
de pie de talud para F.S. = 1.0.
-165 -
Tabla 8.11
ESCALON (F.S.) 0.90 0.92 0.94 0.96 0.98 1.00 1.02 1.04
TENS. RESID. e e e e NC NC NC
NO TENS. RESID. e e e e e e NC NC
DESPLAZ. MAX.
(m X 10-3)
Los valores de los desplazamientos totales y de las tensiones, así como los modelos de
mallas deformadas, resultaron prácticamente similares, para iguales factores de seguridad, a
los de los análisis realizados tomando intervalos de 0.1 para los escalones (comparar con
Tablas 8.7 y 8.10).
En las Figuras 8.59 a 8.61 se presentan las curvas de desplazamientos de los nodos
obtenidos para ambos casos. Mientras no se alcanza la rotura, y, cuando no se consideran las
tensiones, los nodos del pie del talud (numerados 131 y 111, véase Figura 8.58) presentan
los menores desplazamientos, aumentando estos hacia el interior del talud (nodos 103, 102,
93 y 83) hasta conseguir los máximos en cabecera (nodos 65 y 46).
131
Figura 8.58.- Localización de los nodos seleccionados en el talud para la representación de los
desplazamientos sufridos.
-167 ·
Como queda reflejado en las Figuras 8.59 a 8.61, todo el proceso de deformación
del talud, hasta que se alcanza finalmente la rotura, es más progresivo y paulatino
para el caso de consideración de tensiones horizontales en el análisis, resultando más
homogéneo y más continuo en todo el talud, como reflejan las curvas de los desplazamientos
de sus nodos: los incrementos de un paso a otro son más constantes, y las diferencias
entre las magnitudes de los desplazamientos de los diferentes nodos del talud son
menores.
La diferencia fundamental que puede ser observada entre las dos mallas deformadas
en el momento de alcanzarse las deformaciones plásticas (ambas se han representado a la
misma escala en la Figura 12 del Anexo 111), es que, para el caso de consideración de
tensiones residuales, esta aparece menos deformada, sin la notable diferencia entre los
desplazamientos de los nodos de la zona deslizada y los de la zona que queda a la derecha de la
falla (con únicamente desplazamientos elásticos) que presenta el otro caso.
-1 68 -
Caso a)
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Factor de Seguridad
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Factor de Seguridad
Figura 8.61.- Gráficos desplazamiento-factor de seguridad obtenidos de los análisis con y sin
consideración de tensiones residuales para los nodos de cabecera del talud (a) y de la zona de
pie (ver Fig. 8.58).
-1 7 1 -
Los resultados obtenidos, en términos generales, fueron los mismos en los cuatro
casos que los obtenidos en los análisis a posteriori iniciales: se alcanzó la rotura del talud
para el escalón con Factor de Seguridad de 1.1. Los máximos desplazamientos alcanzados en
los distintos escalones fueron también prácticamente los mismos en todos los casos, excepto
para los análisis con Factor de Seguridad de 1.1, cuando se alcanzaba la rotura del material,
caso en que se obtuvieron los valores representados en la Tabla 8.12.
Tabla 8.12
los máximos desplazamientos, en todos los casos, corresponden a la zona de pie del talud,
concretamente al nodo 131 (que es el que sufre mayores desplazamientos), situado en la cara
del talud a la altura de la galería minera antigua. Para el resto de los escalones con Factores
de Seguridad menores (desde o.a a 1.0), los máximos desplazamientos siempre ocurren en
la zona de cabecera del talud, a la izquierda de la falla, denotando un primer movimiento en
esta zona antes de manifestarse la rotura en el pie (tal como ocurrió en la realidad).
-172 -
De la Tabla 8.12 se deduce que, para los casos 3 y 4, los desplazamientos obtenidos
al alcanzarse la rotura del material son mayores que en los análisis iniciales del caso 1, con
1.28 m y 1.83 m respectivamente; es decir, se necesitan mayores valores para alcanzar la
rotura cuando se omiten en el modelo el nivel freático o la galería o ambos; para el caso 2
los valores máximos obtenidos no son muy diferentes de los del caso 1, mientras que para el
caso 5, modelizado con presión de agua adicional, los desplazamientos son los más bajos
de todos al alcan?arse la rotura •
. La presencia de agua (considerada bien como nivel freático o como presion adicional)
influye en que se alcanzan las deformaciones plásticas del material para menores
desplazamientos, mientras que la no consideración de la galería da lugar a la generación de
desplazamientos similares, siempre con respecto a los del análisis a posteriori inicial.
l.28e+981
1
L l.28e+881
Figura 8.62.- Zonas con Igual grado de deformación para el análisis a posteriori inicial
(arriba) y para el análisis con ausencia de galería minera (abajo), ambos para F.s.•1.1.
• 17 3 ·
Se analizaron los casos con y sin galería, con y sin nivel freático, y con y sin
presión de agua. En todos ellos, y para todos los escalones analizados (desde F.S. = 0.8 hasta
F.S. = 1.2), el resultado fué el mismo, con iguales desplazamientos para los mismos nodos
e iguales magnitudes y distribuciones en los esfuerzos generados. Todos los gráficos obtenidos
fueron, asimismo, similares.
En las Figuras 8.63 a 8.66 se representan la malla deformada, los vectores de los
desplazamientos, las zonas con igual grado de deformación y las tensiones principales
generadas.
En la Figura 8.65 aparecen las zonas con igual grado de deformación, con una gran
uniformidad en su distribución en todo el talud.
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Figura 8.63.· Malla deformada obtenida para el análisis elástico del talud -1
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Figura 8.64.- Vectores de los desplazamientos para el análisis elástico del talud
-175-
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Figura 8.65.- Zonas con igual grado de deformación en el talud
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Figura 8.66.- Distribucion de los tensiones principale~ en el talud para el análisis elástico
-176-
8.9.- CONCLUSIONES
en ambos casos la rotura se inicia en la zona de pie del talud, aunque inicialmente los
máximos desplazamientos tienen lugar en cabecera, junto a la falla (Apartado 8.8.2)
. los análisis realizados considerando al material con una ley de comportamiento elástico,
en ningún caso reproducen el modelo de rotura observado en el campo (Apartado 8.8.3).
-178-
-1 79 -
Así, mientras que por el método de los elementos finitos se alcanza la rotura con unos
parámetros resistentes determinados, para estos mismos parámetros el talud es estable (con
factor de seguridad > 1.0) según los métodos de equilibrio límite; para alcanzar la rotura en
los análisis con estos últimos métodos hace falta reducir considerablemente la cohesión y
fricción de las lutitas.
Estos resultados se han atribuido al hecho de que los análisis por equilibrio límite no
consideran las deformaciones que el material va sufriendo durante el proceso de deformación
y que en las rocas estudiadas son las que oontrolan su comportamiento y resistencia, como ha
quedado de manifiesto tras la realización de los ensayos. Asi, aunque el material sea capaz de
soportar una carga determinada, lo hace a costa de sufrir deformaciones que pueden alcanzar
la plasticidad, mientras que, para otro tipo de material más duro y competente, estas mismas
cargas no producirían sino deformaciones elásticas recuperables.
Los valores obtenidos del análisis a posteriori considerando las relaciones esfuerzo-
deformación (mediante el método de los elementos finitos) para la oohesión y la fricción de
las lutitas cuando se alcanza la rotura, son de 8 tJm2 y 132 respectivamente, valores que
no representan la resistencia la matriz rocosa intacta, sino los que esta alcanza en el
momento de su rotura.
-1 81 -
Se realizó el tipo de ensayo más adecuado para conocer los valores de los módulos de
deformación, y se utilizó una prensa rígida servo-controlada que aseguraba el completo y
correcto registro de las relaciones esfuerzo-deformación antes y después de la rotura.
Las curvas obtenidas de los ensayos pueden ser representadas por la dibujada en la
Figura 9.1 ; las fases que se han registrado, para el tipo de materiales ensayados y según la
forma de las mismas, conciden éon las establecidas para un comportamiento tipo I por
WAWERSIK Y FAIRHURST (1970) cuando se utilizan prensas rígidas, correspondiendo a una
rotura estable que implica la necesidad de seguir aplicando carga para que el proceso de
deformación continúe. La interpretación de las mismas, según el criterio de rotura
establecido para el estudio de los resultados, presenta las siguientes fases:
D
o
t!a,
~
....,111
D♦f~rmación
Según los autores citados, el inicio de la rotura viene caracterizado por la generación
de fracturas locales al alcanzar un porcentaje entre 50% y 95% de la resistencia máxima
compresiva. Para las lutitas ensayadas este valor es del 72%-86% (Apartado 7.5).
Según las curvas de los ensayos, y con respecto a la deformación máxima que sufre
el material (Apartado 7.4), cuando se alcanza un valor medio del 48% de este valor se
alcanzan las deformaciones plásticas, y para un valor aproximado del 64% se produce la
fractura del mismo.
claramente este proceso de deformación sufrido por el macizo rocoso: tras una primera fase
en la que se presentan los mayores desplazamientos para la zona de cabecera junto a la falla,
en que el talud es estable y sufre solamente deformaciones elásticas, los máximos
desplazamientos pasan al pie del talud en el momento en que se produce la inestabilidad.
Asi pues, se puede asignar al proceso de rotura del talud un caracter progresivo,
indicando que el material sufre pérdida de su resistencia progresivamente hasta alcanzar la
residual al incrementarse sus deformaciones; de hecho, desde el inicio de la grieta de tracción
en cabecera hasta que se produjo la rotura del pie, y el fallo general del talud,
transcurrieron unos cinco meses (cuatro meses hasta que se empezaron a observar las
deformaciones en la zona de pie, Apartado 4.2), y otros cinco entre este hecho y el cese total
del movimiento al alcanzarse de nuevo el equilibrio. Es, para estos últimos meses, cuando se
puede considerar que el material resiste ya solo por fricción.
Respecto a los resultados de los ensayos, las cuivas dan valores bajos (con respecto a
los que dan otros tipos de ensayos) para la resistencia máxima a compresión (Apartado 7.4);
pero si se consideran las cargas actuantes sobre el material del talud (considerando el peso
del propio material, la presión de agua y los esfuerzos residuales), en las zonas más
desfavorables no son superiores, en ningún caso, a las 310 t1m2 medias que resultan de los
ensayos para el valor de la resistencia máxima, ni a las 260 t1m2 para las que las probetas
alcanzan las deformaciones plásticas. Estos valores se pueden considerar como inferiores a
-184 •
los reales debido a que en las probetas no existe confinamiento, aunque, por otro lado, pueden
también representar magnitudes sobrevaloradas debido a la rápida aplicación de la carga en
los ensayos si se compara con los procesos geomecánicos reales. Aún así, y a pesar de todas las
incertidumbres en cuanto a la representatividad de estos valores, el valor real de la
resistencia máxima del material no puede ser mucho más elevado que el valor dado por los
ensayos porque, de hecho, se produjo la rotura de la matriz rocosa; si la resistencia de ésta
hubiera sido del orden de la aportada por los otros tipos de ensayos, alrededor de 2500-3000
t/m2 (Tabla 3.1) la rotura no se habría producido. como han demostrado los análisis
realizados.
Esto implica que en el talud tiene lugar un proceso lento y progresivo con una
pérdida de resistencia muy acentuada como consecuencia de las deformaciones que se van
sufriendo y, en general, del estado tenso-deformacional que en cada punto se va generando.
Las diferencias encontradas entre los valores medios del módulo de deformación, E,
obtenidos de ensayos de compresión simple convencionales (con máquinas blandas) y de
ensayos con prensa rígida, se interpretan como debidas a los factores senalados en el
Cuadro 9.1.
Cuadro 9.1.- Resultados obtenidos con los distintos conjuntos de parámetros resistentes
procedentes de ensayos de tipo convencional y ensayos con prensa rígida.
-1 8 5 ·
Los estudios de estabilidad de taludes para cortas cada vez más extensas y profundas;
están poniendo de manifiesto la presencia de complejos mecanismos de rotura no
suficientemente investigados hasta ahora. La conjunción de diversos factores geológicos,
geomecánicos, ambientales y mineros puede determinar que se produzcan deslizamientos y
roturas masivas en los frentes de taludes.
Como aspectos importantes a tener en cuenta para un correcto diseno del talud, y que
deberían ser considerados en situaciones como la aquí estudiada. se pueden citar:
el comportamiento observado en el talud solo puede ser explicado con una reducción
sustancial de la resistencia del macizo rocoso, consecuencia de las características
geológicas (y de la historia geológica sufrida) y geomecánicas de la zona y de
los cambios geométricos sufridos (el principal la propia excavación)
- la deformación y rotura del macizo rocoso en el caso estudiado viene gobernado por
la resistencia de la matriz rocosa.
El talud estudiado y modelizado fué disenado para evitar roturas generales paralelas
o subparalelas a la estratificación (típicas de taludes de muro en cortas de este tipo), y en
base a los valores de la cohesión y del ángulo de resistencia interna más desfavorables
(3 t/m2 y 259 respectivamente), obtenidos para las superficies de estratificación mediante
ensayos de resistencia al corte (GONZALEZ DE VALLEJO, 1982).
Como complemento final de este trabajo, y a efectos de comparación con los datos
exp.Jestos en las líneas anteriores, se llevaron a cabo los análisis adecuados para estimar el
ángulo para el que el talud resulta estable según el método utilizado. Los cálculos se
realizaron rebajando sucesivamente el ángulo del talud final hasta conseguir la estabilidad
para un factor de seguridad de 1.3 igual al elegido en el proyecto inicial.
O 10•
ULUO 28•
- • - - 7.tlUO 30"
Figura 9.2.- Esquema del talud excavado y del obtenido para un Factor de Seguridad de 1.3.
En la Tabla 9.1 se han representado algunos datos del proyecto inicial, para un talud
disenado en base a parámetros obtenidos de ensayos oonvencionales y mediante métodos de
equilibrio límite, y los datos propuestos a partir de los resultados de los análisis realizados y
encaminados a encontrar el ángulo del talud capaz de mantener la ~stabilidad del mismo a
largo plazo. Como queda reoogido en esta Tabla, el talud calculado para un Factor de Seguridad
de 1.3 es de 2811 , frente a los 359 con que se construyó la parte del mismo que sufrió la
rotura. En el Anexo IV se ha reoogido el modelo de talud analizado con un ángulo de 2811 y los
resultados del cálculo para los diferentes escalones.
Tabla 9.1
PROYECTO INICIAL
Talud inestable e Y e¡, 1.3 35 9
1.1 32 2
DATOS PROPUESTOS E, v, C y cj) 1.2 30 9
1.3 28 2
Tabla 9.2
35 11 e e C-NC te
32 e e e C-NC te
30 2 e e e e C-NC te
28 2 e e e e e C-NC
c.. Convergencia; deformaciones plásticas
NC.. No Convergencia; se alcanza la rotura del material
Es decir, suponiendo una evolución similar de la resistencia del macizo rocoso, con
disminución paulatina de sus parámetros resistentes desde su apertura, el talud, según los
cálculos realizados, presentaría un factor de seguridad de 1.3 para un ángulo de 289,
mientras que para 3511 este valor aportado por los análisis era de 1.02 (Apartado 8.8.2).
Asimismo, es importante sel'lalar que los ángulos de los taludes parciales de bancos
ha debido ser rebajados paulatinamente, aún manteniendo un ángulo general similar en todo el
talud, hasta conseguir los factores de seguridad expuestos.
-1 89 -
CONCLUSIONES GENERALES
2. El comportamiento del talud estudiado y de las lutitas que lo forman puede ser
modelizado mediante la ley de fluencia de Orucker-Prager (Apartado 6.2); en ningún caso se
consigue esta modelización con el concurso de una ley de comportamiento elástica (Apartado
8.8.3).
5. Los valores del módulo de deformación de las lutitas, E, obtenidos de los análisis a
posteriorl del talud, resultan algo superiores a los procedentes de ensayos realizados con
prensa rígida servo-controlada, pero estos últimos son más representativos que los obtenidos
de ensayos convencionales (Apartado 7.4).
-1 9 O·
7. El oomportamiento del macizo roooso estudiado está definido por las propiedades de la
matriz rocosa. La rotura del talud se produce a través de la matriz rocosa y a favor de una
superficie circular, condicionada por los rasgos macroestructurales presentes en el mismo,
y sin influencia definitiva o condicionante de las familias de discontinuidades (Apartado 8.8).
9. Los diversos factores que afectan al talud y al material que lo constituye, como
anisotropía en las propiedades resistentes de las lutitas, presión de agua, las propias
tensiones residuales y la presencia de minados antiguos a su pie, no son factores
desencadenantes de la inestabilidad, predominando siempre, como factor desencadenante, las
propiedades resistentes de la matriz rocosa, a través de la cual se produce la rotura
(Apartado 8.8.3).
1 O. En general, los parámetros resistentes obtenidos de todos los grupos de ensayos que
se han realizado clasifican a las lutilas y al macizo rocoso como de baja calidad y resistencia
(Apartado 4.2 y 7.4).
1 6. Las diferencias existentes entre los parámetros resistentes obtenidos de los ensayos
convencionales y los realizados con máquina rígida, pueden ser explicadas en base al concepto
de energía de deformación durante la rotura de la probeta, a la consideración de la historia
tenso-deformacional sufrida por el macizo rocoso a lo largo del tiempo y en base a la mejor
represesntatividad del segundo tipo de ensayos que permite controlar el proceso de
deformación de la probeta y registrar un comportamiento más acorde con la realidad
observada in situ (Capítulo 6 y Apartado 7.4).
17. El diseno del talud estudiado mediante métodos de equilibrio limite, y a partir de los
parámetros característicos de la resistencia al corte del material, no resulta adecuado para el
tipo de materiales estudiado ni para la modelización de su comportamiento real.
2 O. Otros factores influyentes en la estabilidad del talud son los valores de los ángulos
parciales del talud y de los bancos, no solamente el ángulo del talud general final, que es el
que convencionalmente se considera en los aná6sis para diseno.
-193 ·
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Lisboa.
ANEXOS
Fotografía 1.- Aspecto general del talud N de la Corta San Ricardo antes de comenzar el
proceso de rotura del mismo.
Fotografía 2.- Grieta principal en la berma del banco superior del talud. Primera
manifestación de la inestabilidad.
Anexo 1, pg. 2
Fotografía 6.- Apertura de grietas en los bancos y bermas del talud. Roturas locales tipo
bloque y cuna.
Anexo 1, pg. 4
Fotografía 8.- Grieta principal de la cabecera del talud, grietas menores y aspecto general del
banco superior.
Anexo 1, pg. 5
Fotografía 9.- Banco inferior con los estratos totalmente horizontalizados mientras los
bancos superiores conservan la estratificación original buzando 45-509 S.
Fotografía 10.- Banco inferior con los estratos totalmente horizontalizaclos mientras los
bancos superiores conservan la estratificación original.
Anexo 1, pg. 6
Fotografía 11.- Banco Inferior con los estratos horizontales y el material destrozado a su pie.
Fotografía 12.- Pie del talud totalmente roto. Se observan los restos de una berma en la parte
superior.
Anexo 1, pg. 7
Fotografía 13.- Vuelco y horizontalizaclón de estratos en los bancos superiores del talud,
con el material totalmente roto.
Fotografía 14.- Vuelco, rotura y agrietamiento de bermas; se puede observar una grieta a
pie de banco.
Anexo 1, pg. 7
Fotografía 13.- Vuelco y horizontalización de estratos en los bancos superiores del talud,
con el material totalmente roto.
Fotografla 14.- Vuelco, rotura y agrietamiento de bermas; se puede observar una grieta a
pie de banco.
ANEXO 11
1 . • INTRODUCCION
En una prensa rígida, !J.Wm < AWs (Figura 1.b), y por tanto la probeta necesita de
aporte de energía para deformarse a lo largo de ABC; la rotura del material puede, en este
Anexo 11, pg. 2
Pe
Po
En el caso de que /l Ws sea ligeramente mayor que /l Wm, la máquina puede ser
considerada rígida respecto a la probeta; no es necesario un valor determinado para esta
relación. Si una máquina es rígida o no (siempre con respecto a la probeta a ensayar)
puede ser conocido calculando la rigidez aproximada de la probeta y de la máquina,
ks Y km.
....
Anexo 11, pg. 3
En una máquina de ensayo rígida, la rotura de la roca puede ser controlada siempre
que la rigidez de la máquina sea mayor que el valor máximo absoluto de la rigidez de la
muestra ensayada justo en el instante posterior a la rotura. Es suficiente que el valor de la
rigidez de la máquina, km, sea un poco mayor que ks (rigidez de la probeta); no es necesario
un valor específico para la relación km/ks,
a:MPARACICN ELEC'1'BONI
CAOELAsEfw.REALI- -i
EXPERIMENTO t-----....,.==--&j-..., ~
MENl'AM Y LA SBL FN
VIADA POR EL PROORAMA
Ct> , (P)
j
SEl'1AL
ENVIADA
POR EL PROORAMA
(P)
'
PROGRAMA 00E INDICA
RmlSTRO DE LCS [111.'l'OS EL VALOR DESEADO DE
LA VARIABLE ELEGIDA
EXPERIMENI'ALES EN EL ENSAYO
RE:tOERitcS
Figura 2.- Principio del control de bucle cerrado (BRADY Y BROWN, 1985).
3 . - PREPARACION DE LA PROBETAS
Debido al tamaflo de los testigos de los sondeos de Penarroya a partir de los cuales se
obtuvieron las muestras, las probetas fueron preparadas con dos tamanos diferentes:
- longitud • 92 mm y diámetro • 42 mm
- longitud =126 mm y diámetro = 63 mm
~ 2 se considera la relación apropiada en probetas para evitar los efectos de cizalla en las
bases de las mismas.
En general, el tamatlo de la probeta depende del propósito del ensayo y del tamal'lo de
los granos de la roca (el diámetro mínimo debe ser al menos diez veces mayor que el
máximo tamaflo de grano de la roca}, pero a veces el tamal'io del testigo del sondeo a partir
del cual se obtienen las probetas condiciona las dimensiones de las mismas.
Los ensayos de compresión uniaxial han sido llevados a cabo con la máquina servo-
controlada ESH Servo-Controlled (ESH Limited) del Laboratorio de Mecánica de Rocas del
Imperial CoUege de la Universidad de Londres. Esta máquina tiene una capacidad _de carga de
200 ton (2000 KN) y la posibilidad de monitorizar tres parámetros durante los ensayos:
carga axial, desplazamiento axial y desplazamiento radial. En la Figura 3 se presenta un
diagrama esquemático de la máquina servo-controlada usada en los ensayos; el equipo se -1
muestra en las Fotografias 1 y 2 de este Anexo.
Las probetas fueron cargadas axialmente usando anillos de carga calibrados de 2000
y 4000 LBF. En todos los ensayos el despl~ami~nto axial fué usado como la serial de - ,
.. realimentaci()n (feed:.back. signal).
CONTROLADOR DEL
DESPLAZAMIENTO AXIAL
Aporte
de poder
hldr6ullco
,~·-?"'
p~
t/e,npo
S•ñal del
con,p•rlldor de c•rt•
Selt•I .,
comp•r•do,
Figura 3.- Diagrama esquemático del equipo para ensayos de compresión uniaxial.
Anexo 11, pg. 7
- 86.96 KN de capacidad
- 0.002 x 10-3 m de desplazamiento unitario
- calibrado para 63.74 N/división
k = AE / L = F / i,.L
donde:
L - longitud
F - fuerza
E - módulo ele Young
4L - desplazamiento unitario
A - area sobre la que la carga es aplicada
k 5 - 3 x 1os N/m
La compresión axial de las probetas fué medida usando comparadores (Foto 3 de este
Anexo) colocados de tal forma que se registraba la compresión total de la probeta y de los dos
conjuntos de piezas de acero colocadas en las bases de las probetas. Al ser conocida la
compresión que estos componentes de acero sufren para cualquier carga axial, la
compresión de la probeta puede ser obtenida a partir de la lectura del comparador axial y
del comparador del anillo de carga •
Las calibraciones llevadas a cabo para los comparadores (de carga, de desplazamiento
axial y de desplazamiento radial) fueron diferentes en función del diámetro de las
probetas:
anillo de carga de 2000 LBF calibrado para 2000 dlgitos - 1O voltios .. 5 MPa
anillo de carga de 4000 LBF calibrado para 2000 dígitos - 1O voltios = 1o MPa
anillo de carga de 4000 LBF calibrado para 2000 dlgitos - 1o voltios = 5 MPa
• carga:1Mpa-2cm
- desplazamiento axial : 1 milidef. • 1 cm
- desplazamiento radial : 1 milidef. = 2 mm.
Anexo 11, pg. 11
Fotografía 3.- Anillo de carga montado entre el aplicador de la carga y el cilindro de acero
superior sobre la probara.
Anexo 11, pg. 13
Fotografía 6.- Modelos de rotura obtenidos en los ensayos de probetas clasificadas en el 3er
grupo y que resultaron prácticamente destrozadas.
ANEXO 111
1 . • INTRODUCCION
La Tabla 1 presenta un resumen de los resultados obtenidos en ambos casos para los
diferentes escalones analizados:
Tabla 1
ESCALON 6 7 8 9 10 11 12 13
FAC. SEG. 0.90 0.92 0.94 0.96 0.98 1.00 1 .02 1.04
TENS. RESIO. e e e e NC NC NC
NO TENS. RESIO. e e e e e e NC NC
DESPLAZ. MAX.
(m X 10-3)
Se incluyen los resultados gráficos obtenidos para los escalones que representan el
paso de la estabilidad (sin alcanzarse las deformaciones plásticas) a la rotura (con la
generación de deformaciones plásticas), escalones que en el análisis que no considera las
tensiones corresponden a los pasos 11, 12 y 13 (para Factores de Seguridad de 1.0, 1.02 y
1.04 respectivamente; Figuras 1 a 5), mientras que en el análisis que sí las considera
corresponden a los pasos 9, 1o, 11 y 12 (para Factores de Seguridad de 0.96, 0.98, 1.0 y
1.02 respectivamente; Figuras 6 a 11 ). En ambos casos el primer escalón para el que se
presentan los resultados gráficos corresponde a un estado de estabilidad en el talud, con
deformaciones únicamente elásticas.
Se incluyen también los dos listados con el registro de los análisis para todos los
escalones analizados, en los que quedan reflejados el número de iteraciones de cada paso y la
convergencia o no convergencia de los cálculos para cada uno de ellos.
Anexo 111, pg. 3
L IISPL. SCALE
Z.lle-lm
' .
1.28e ♦ 881 2.eee-112
Figura 1.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 11
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 1.0.
Anexo 111, pg. 5
L DISPL. SCALI
2.2,,-001
1,28e+90l 2.29e-981
L 1.28e+001
'L 2.2,e-001
DISPL. SCALE
Figura 3.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 13
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 1.04, para el que resulta. la rotura
del material.
Anexo 111, pg. 6
z_sotL: FOR THI STABILITY AHALYSIS OF SOIL LOAD STEP : 11
VECTOR REPRESEHTATIOH OF PRINCIPAL StJIESSE MAX STRESS: 9.22e+0e&I
HIH STRESS: -1.18e+902
IIAC-AHIIL-DETALL. HALLA DENSA. F: e.a - 1.3
REQUESTE» 200HIHG
-,
i
O Esfuerzos traccionales
Rgura 4.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes a los escalones
11 y 12, con Factores de Seguridad respectivos de 1.0 (arriba) y 1.02 (abajo); para el
primero los cálculos Indican estabilidad, mientras que el segundo corresponde al escalón en
que se alcanzan las deformaciones plásticas.
Anexo 111, pg. 7
REOUESTD 200HltfC
O Esfuerzos traccionales
Figura s.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes al escalón 13,
con Factor de Seguridad de 1.04, para el que resulta la rotura del material.
·-·-·-····· -------------
1 l.OOE+02 -1.396E-03
2 l.SOE+02 -l.422E-03
r 3
4
86.
so.
-l.438E-03
-l.448E-03
5 38. -l. 45SE-03
6 27. -l.459E-03
7 21. -l.462E-03
8 16. -l.465E-03
1 9 12. -l.466E-03
10 9.2 -l.468E-03
11 7.1 -1.468E-03
12 5.5 -1.469E-03
13 4.4 -l.470E-03
14 3.4 -1. 470E-03
15 2.8 -1.470E-03
••. STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
Anexo 111. pg. 10
1.28e+01U
1,28e•001 2.83e-882
Figura 6.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 9 del
análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 0.96.
Anexo 111, pg. 12
1.28t+901
-- 1
- 1
1
1.28t+801 2.113t-902
Figura 7.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 10
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 0.98 y para el que el material
alcanza ya deformaciones plásticas.
Anexo 111, pg. 13
L )lSPL. SCALE
2,83e-Be2
.. ,,. .,,.
1.28e+881 2.03e-1182
Figura 8.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 11
del análisis, correspondiente a un Factor de Seguridad de 1 .o.
Anexo 111, pg. 14
-l
1
j
1.28e ♦ l81
.... _,.
l.28e+l81 2.38e-082
Figura 9.- Malla deformada y vectores de los desplazamientos obtenidos para el escalón 12
del análisis. correspondiente a un Factor de Seguridad de 1.02 para el que resulta la
rotura del material.
Anexo 111, pg. 15
' 1
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1♦ 1
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,'> ., ~,.• ·• • ,
,. . 1 * f
,...y ir(: )t::-1~.lr:., , , , r 'f. ·' I 1
~ 1,,.~ .,· ;·11•.!.~·.•""'-' ,•. ,•,l..:. ~-l. l .. l l ,.l
,! , i ,i . . ._.,!
~ ,. ,..... · ?, .,,_.,,..;,,.~~...l.AJX.t.. -~ ).. ,•. 't-. r-
Q Esfuerzos traccionates
Figura 1o.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes a los escalones
9 y 10, con Factores de Seguridad respectivos de 0.96 (arnba) y 0.98 (abajo); para el
primero los cálculos indican estabilidad, mientras que el segundo corresponde al escalón en
que se alcanzan tas deformaciones plásticas.
Anexo lll, pg. 16
-!
ÓEsfuerzos traccionales
Figura 11.- Tensiones principales generadas en los análisis correspondientes a los escalones
11 y 12, con Factores de Seguridad respectivos de 1.0 (arriba) y 1.02 (abajo); el segundo
corresponde al escalón en que se alcanza la rotura del material.
Anexo 111, pg. 17
1.28e+001
1.28t+8i1
1
L 1.2ae+ee1 L DISPL. SCAU
2.eee-912
Figura 12.- Mallas deformadas correspondientes al escalón en que se produce la rotura para
los análisis sin (arriba) y con consideración de tensiones residuales (abajo). Los dibujos se
han representado a la misma escala a efectos comparativos.
Anexo 111, pg. 18
rYPE INT-DET.LOG
... READING INPUT FILE
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
E Q UA T I O N S Y S T E M D A T A
NUMBER OF EQUATIONS = 216
NUMBER OF BLOCKS FOR OUT-OF-CORE SOLVER= 1
NUMBER OF TERMS IN ONE BLOCK = 3598
PERCENT OF MEMORY USED . = 70.9 %
EAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
"'"'* STEP = 1 SAFETY FACTOR = . 800 CONVERGENCE REQUESTED = 1. ?.;
ITER % OUT-OF-BALANCE SEuECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.779E-03
2 40. -1.855E-03
3 22. -1.912E-03
4 11. -1.970E-03
S 6.6 -2.029E-03
6 18. -2.082E-03
7 10. -2.llOE-03
8 7.6 -2.137E-03
9 3.7 -2.lSSE-03
10 2.8 -2.174E-03
11 2.2 -2.186E-03
12 1.8 -2.195E-03
13 1.5 -2.201E-03
14 1.2 -2.206E-03
15 1.1 -2.209E-03
... STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
BAC-.ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 2 SAFETY FACTOR= .820 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.230E-03
2 50. -2.233E-03
3 24. -2.233E-03
4 15. -2.233E-03
5 9.9 -2.233E-03
6 6.9 -2.233E-03
7 4.8 -2.233E-03
8 3.4 -2.233E-03
9 2.3 -2.233E-03
10 1.6 -2.233E-03
11 1.1 -2.233E-03
12 .80 -2.233E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 3 SAFETY FACTOR= .840 CONVERGENCE REQUESTED = l. t-
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.254E-03
2 45. -2.257E-03
3 7.5 -2.257E-03
4 1.8 -2.257E-03
5 .46 -2.257E-03
BAC-.ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 4 SAFETY FACTOR= .860 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.280E-03
2 32. -2.283E-03
3 7.1 -2.283E-03
4 1.3 -2.283E-03
5 .28 -2.2S3E-03
Anexo 111, pg. 19
--BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
.,, .,, 1r
STEP = 5 SAFETY FACTOR = .880 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER 9~ OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l. OOE+02 -2.308E-03
2 26. -2.312E-03
3 6.8 -2.312E-03
4 l. 4 -2.312E-03
5 .55 -2.312E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
.,,.,,* STEP = 6 SAFETY FACTOR= .900 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
o.
ITER 'o OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l. OOE+02 -2.341E-03
2 27. -2.344E-03
3 8.0 -2.345E-03
4 2.3 -2.345E-03
5 l. 2 -2.345E-03
6 .73 -2.345E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 7
ITER
SAFETY FACTOR=
% OUT-OF-BALANCE
.920 CONVERGEN CE REQUESTED
SELECTED DISPLACEMENT
= l. %
1 1.00E+02 -2.377E-03
2 30. -2.382E-03
3 10. -2.382E-03
4 3.8 -2.383E-03
5 2.3 -2.383E-03
6 l. 5 -2.383E-03
7 .98 -2.383E-03
BAC-ANAL,TENS.RESID.F,S=0.8-1.3
*** STEP
ITER
8= SAFETY FACTOR=
% OUT-OF-BALANCE
.940 CONVERGENCE REQUESTED =
SELECTED DISPLACEMENT
1. %
1 1.00E+02 -2.420E-03
2 31. -2.426E-03
3 13. -2.427E-03
4 5.8 -2.427E-03
5 3.9 -2.427E-03
6 2.7 -2.427E-03
7 1.9 -2.427E-03
8 1.3 -2.427E-03
9 .93 -2.427E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP
ITER
9= SAFETY FACTOR=
% OUT-OF-BALANCE
.960 CONVERGEN CE REQUESTED
SELECTED DISPLACEMENT
= l. %
1 1.00E+02 -2.471E-03
2 35. -2.480E-03
3 16. -2.481E-03
4 9.0 -2.482E-03
5 6.6 -2.482E-03
6 4.9 -2.482E-03
7 3.6 -2.482E-03
8 2.7 -2.482E-03
9 2.0 -2.482E-03
10 1.5 -2.482E-03
11 1.1 -2.482E-03
12 .81 -2.482E-03
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 10 SAFETY FACTOR = .980 CONVERGENCE REQUESTED = l. .,
!'!,
- .: . : : 4 !: - -: ~
- .. =- . =; ·_::: - . o
.
Anexo 111, pg. 20
5 10. -2.555E-03
€ 8.3 -2.555E-03
7 6.6 -2.555E-03
8 5.2 -2.555E-03
9 4.1 -2.555E-03
10 3.3 -2.555E-03
11 2.6 -2.555E-03
12 2.1 -2.555E-03
13 1.7 -2.SSSE-03
14 1.3 -2.555E-03
15 1.0 -2.555E-03
... STEP NOT CONVERGI:D. conTINUE AS REQUESTED
EAC-ANAL.TENS.RESID.f.S=0.8-1.3
~** STEP = 11 SAFETY FACTOR= 1.000 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER lió OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -2.632E-03
2 59. -2.658E-03
3 33. -2.666E-03
4 22. -2.669E-03
5 18. -2.670E-03
6 15. -2.670E-03
7 12. -2.670E-03
8 11. -2.670E-03
9 9.1 -2.670E-03
10 7.8 -2.670E-03
11 6.7 -2.670E-03
12 5.7 -2.670E-03
13 4.9 -2.670E-03
14 4.2 -2.670E-03
15 3.6 -2.670E-03
... STEP NOT CONVERGED. CONTINUE AS REQUESTED
BAC-ANAL.TENS.RESID.F.S=0.8-1.3
*** STEP = 12 SAFETY FACTOR= 1.020 CONVERGENCE REQUESTED = l. %
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l.OOE+02 -2.795E-03
2 85. -2.867E-03
3 65. -2.901E-03
4 48. -2.917E-03
5 36. -2.92SE-03
6 28. -2.929E-03
7 23. -2.931E-03
8 20. -2.932E-03
9 18. -2.933E-03
10 17. -2.933E-03
11 15. -2.933E-03
12 14. -2.934E-03
13 13. -2.934E-03
14 12. -2.934E-03
15 11. -2.934E-03
---LAST SOLUTION TIME= 12.000
---SAFETY FACTOR = 1.020
....-
ANEXO IV
Se incluye también el listado con el registro del análisis para todos los escalones
analizados, en los que quedan reflejados el número de iteraciones de cada paso y la
convergencia o no convergencia de los cálculos para cada uno de ellos.
.-.,,.~
,,.,.----"
~·· ~-: / '
--··:~~;r:~;11-. / ,
~_;( / /P.= '
.;;-: c~:._,¿__j_~
1
""//
,
-,--7-,
•'_J.-
t /+~
1 I ;
!f!/11, t.,
l.28e+001
• t ... '
!
,T;
•
1 f
Figura 2.· Malla deformada para un factor de seguridad de 1.2, escalón en el que las
deformaciones obtenidas son únicamente elásticas y el talud permanece estable.
1,28e+001
1
DISPL. SCALI
L 1.2ae•oe1
1
. _ 1.60e·002
Figura 3.- Malla deformada para un factor de seguridad de 1.3, escalón para el que se
alcanzan las deformaciones plásticas y la rotura del material.
Anexo IV, pg. 3
TYPE FINAL.LOG
... READING INPUT FILE
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
E Q U A T I O N S Y S T E M D A T A
NUMBER OF EQUATIONS . . . . = 201
NUMBER OF BLOCKS FOR OUT-OF-CORE SOLVER= 1
NUMBER OF TERMS IN ONE BLOCK = 4061
PERCENT OF MEMORY USED . . . = 93.5 %
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 1 SAFETY FACTOR= .800 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
l l.OOE+02 -1.597E-03
2 16. -1.644E-03
3 5.9 -1.640E-03
4 4.6 -1.636E-03
5 3.2 -l.633E-03
6 1.9 -1.632E-03
7 1.1 -l.631E-03
8 .60 -1.630E-03
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 2 SAFETY FACTOR= .900 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 1.00E+02 -1.619E-03
2 39. -1.613E-03
3 15. -1.611E-03
4 4.8 -1.610E-03
5 2.5 -1.610E-03
6 1.1 -1.610E-03
7 .49 -1.610E-03
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 3 SAFETY FACTOR= 1.000 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
1 l.OOE+02 -1.606E-03
2 36. -l.601E-03
3 13. -1.600E-03
4 5.1 -1.600E-03
5 2.0 -1.600E-03
6 .84 -1.600E-03
DESIGN TALUD. 28 GRADOS.
*** STEP = 4 SAFETY FACTOR= 1.100 CONVERGENCE REQUESTED = l.
ITER % OUT-OF-BALANCE SELECTED DISPLACEMENT
l l.OOE+02 -1.594E-03
2 28. -l.597E-03
3 11. -l.597E-03
4 4.3 -l.597E-03
5 1.6 -1.597E-03
6 .65 -1.597E-03
Anexo IV, pg. 4
1 dUI dU.
e..= - ( -dX + --1 )
IJ 2 dX
j i
k = ( C-·k1)
IJ · · 1 , •.• ,n
1,J= tensor de coeficientes elásticos en R"
tensión media en R"
CJ
m
:.1. !
n k-1
CJ
kk
e=.1.!e
m n k=1 kk
6 = ( 6••)
IJ ·l,J=
· 1 , ••• ,n tensor de Kronnecker en R"
oº • ( CJ IJ.. o) 1,J=
.. 1 , ••• ,n tensor de tensiones desviadoras en R"
~ = 0 1¡ - CJm 0ij
Anexo V, pg. 2
e0 = ( e-•º)
IJ ..
1,Js 1 , ..• ,n
tensor de deformaciones desviadoras en Rº
J1= n crm
J
3
= det !lo
3 .fi J3]
8= f Are Sen [ 2 J!, 2
E= µ(31+2µ} v= Ar
X+µ 2 ( )..+µ)
A= vE E
µ-
( l+v)( 1-2v) 2(l+v)
K = J. ( 3)..+ 2µ.)
3
Anexo V, pg. 3
-2, .l...
dX
. 1
<J •• (
IJ
u ) = f.
1
en n ( 1)
Js j
u.1 - o en rd (2)
! j-1
Gij( U ) nj • 9¡ en rn (3)
Para poder resolver las ecuaciones generales (1) a (3) es necesario conocer la
denominada ley de comportamiento del o de los materiales, es decir, una ley que, describiendo
el comportamiento del material (elástico lineal, plástico, viscoso, o cualquiera de sus
combinaciones), permita expresar el tensor de tensiones ,a. en función del tensor de
deformaciones .f cuyas componentes vienen dadas por:
1 au. au.
e=-(--L+--L) i,j - 1, .•. , n ( 4)
ij 2 ax. ax.J 1
(J
o
e
De dicho gráfico se deduce que, una ley de comportamiento de dicho material puede
escribirse de la forma siguiente:
de=Ada+A (5)
donde 1/A es la pendiente del segmento OM, zona donde el material se comporta de forma
elástica, y siendo A una constante que adopta los valores:
( 8)
siendo:
dE8 •Ada la contribución de las deformaciones elásticas
~• A la contribución de las deformaciones plásticas
Anexo V, pg. 5
cumpliéndose, además, las relaciones (6) y (7) que, con la nueva notación, se escribirán:
( 1 3)
( 14)
~=
(1) La ecuación (15) expresa el hecho de que la velocidad de deformación tiene dos
componentes: una elástica proporcional a la variación de las tensiones y otra plástica, estando
dada la primera por la Ley de Hooke.
(ii) La función f' se conoce con el nombre de Función de Fluencia. La condición (16)
proporciona el conjunto de tensiones flsicamente admisibles por el material, de modo que
cuando:
f'(a) < O el material se encuentra en el dominio elástico y e'p •A= O (de (11)).
- f'(a) .. o el material se encuentra en el dominio plástico y e'p - A 2: O (de (12)).
(111) La ecuación (17) expresa el principio del trabajo plástico máximo
formulado por Hill en 1950.
(lv) Los principios de la teoria de la plasticidad cuya formulación básica se ha dado en
este ejemplo fueron formulados por Tresca, Saint-Venant y Levy entre 1864 y 1872.
Anexo V, pg. 6
e'.. (U)
IJ
= ! A..hk
h, k = 1 IJ
cr..(U) + A. ..
IJ IJ
o bien, análogamente a (1 O) :
f.'(u) = ~•. + ~·P (19)
de manera que:
~•e =A· n.'(u) (20)
o
j=' (.a) < caracteriza el dominio de comportamiento elástico
1'(.w - o caracteriza el dominio de comportamiento plástico
y a la que se asocian:
,,., = 'A -P
~p ( 26)
.e. = af' , ag_ (27)
~:
f'(2) > O
Dominio no admisible
(~ -o
(Superficie de Flu~ncia)
Anexo V, pg. 8
RESUMEN:
Ley de comportamiento e1asto-plást;co (18), (19), (26), (27):
t.'(u) = A.· !J..'(u) + (e.· k.· e.>· 1 • e_t. e_. k.. t_'(u)
o bien:
E..'(u) • A.· (l ·(e.· k.. e.)·1. e_t. e_. k)-1 . .a..'(u)
Lfl('. a.e. Q.am~rtamim:J.tQ ~a~tQ-Q.láslfkQ DP.rfei;_ta (e/1.QIJle&.i.m.iB.atQ nulQ.! ~ le.~ a.e. t!u.~;.a. CQlJ
'1.la~ti(jcJ.aá. a~a.(jar:ta lLt.l!. ~Qaltitu.tlu et.o. e.c.aadl.l-Bt.11.H (H!ilQ! a2a e.r.iD.{jQ.iQ ~
'2.cJ.aD.aD.aliaaá. á.e. voa-Mis~I:
o
~(u) - Q. = kpº (f.(U) - ~O) (32)
(35)
siendo:
J2 : Segundo Invariante elástico.
8 : Angulo de Lode.
al: Tensión límite obtenida en ensayos de compresión o tracción simple.
(36)
donde:
J 1 : Primer invariante elástico.
J2 : Segundo Invariante elástico.
8 : Angulo de Lode.
e : Cohesión interna del material.
♦ : Angulo de rozamiento interno.
Anexo V, pg. 10
( 38)
con:
ex = (2 sen ♦) / -13 (3 - sen 4>) k - (6 e cos ♦) / ✓3 (3 - sen ♦)
Nótese que se trata de una simplificación de la función de fluencia de Mohr-Coulomb.
t:IQlas:
(1) La relación entre las funciones de fluencia (35) a (38) se pone de manifiesto en la
figura siguiente:
Mohr-COulomb 1, > O
·-j
(o)
112
:f' (m • 1/2 J1 sen e¡, • e cos e¡, + J2
o bien, teniendo en cuenta la expresión del primer y segundo invariantes elásticos, de la
tensión media en R2, y de las tensiones desviadoras (ver sección 1, Notaciones Empleadas) :
(J + (J
a= Jt 22
m 2
't
Se supondrá en todo lo que sigue que se tiene isotropía en las propiedades elásticas de
los materiales. En este caso, el tensor de coeficientes elásticos puede ponerse en función de
las constantes de Lamé en la forma:
Cijkhª A. Ó¡¡ ºkh + µ (Ó¡k ºih + Ó¡h Ó¡k)
con lo que:
(40)
regulares, podrá aplicarse una integración por partes (fórmulas de Green), de manera que el
problema variacional de las ecuaciones de la elasticidad puede tormularse como sigue:
Anexo V, pg. 12
~=
(1) Puede demostrarse que (41) es un problema equivalente al dado por las ecuaciones
(1) a (3).
(11) La formulación variacional (41) de las ecuaciones de la Elasticidad no es más que el
bien conocido Pciocipjo de los Jrabafos Yirtya!es. clásico en la formulación de problemas de
mecánica del sólido contínuo.
(iil) Los vectores de tensión y de deformación se definen, por ejemplo en R2 , como:
i+ 2µ. A
(1-v) V o
12•
l )..
o
A+2µ
o
:µ.[ • E
(l+v) (l-2v)
V
o
(1-v)
o
o
{1-2v}
2
Anexo V, pg. 13
donde las funciones <Pi= ( cp 1Í, <p/ ..., <pnj)t son las denominadas funciones de base.
de modo que el problema aproximado queda reducido a la resolución del sistema de ecuaciones
algebráicas (43), una vez realizado el cálculo de la matriz K (denominada matriz de rigidez
globat, y del vector del segundo miembro f (conocido como vector global de cargas).
sirven como sopone de interpolación compatible con el grado de los polinomios elegidos
como funciones de interpolación local,
K. • :E K.8 • f= :E f 8
en una operación conocida por el nombre de ensamblaje.
5 . - ALGORITMOS DE RESOLUCION
Este es el método más simple posible de imaginar para la aproximación del problema
no lineal (44). Esencialmente, consiste en, dados los desplazamientos en la iteración n,
calcular los desplazamientos en la iteración n+ 1 mediante:
K(w") w"• 1 =f
Definiendo el residuo por:
r(w) = K.(w)w - f
y definiendo:
ów = w0 • 1
-w"
el método de aproximaciones sucesivas puede escribirse de la forma siguiente:
tl2m:
(1) Es bien conocido que el método de aproximaciones sucesivas tiene convergencia lineal.
Sin embargo, la convergencia no está asegurada en todos los casos. Por esta razón es poco
utilizado.
(11) Para parar el algoritmo iterativo de aproximaciones sucesivas es necesario un
criterio de convergencia -parada, por ejemplo: Dados N >0 y e > O parar el algoritmo en la
iteración n si se dan una de las dos condiciones siguientes:
• n> N ~ t-OCONER3ENCIA
- llr(w") - r(w"ª 1 )11 se llr(wº)II ~ HAYOOWERGENCIA
Método de Newton
el Método de Newton para la aproximación del problema no lineal consiste en despreciar los
términos de orden superior al primero en el desarrollo de Taylor,haciendo, además, que
r(wn+ 1) = O, con lo que se consigue linealizar el problema de partida:
NQ!as:
(1) Es bien conocido que el método de Newton tiene convergencia cuadrática, al menos
cerca de la solución del problema no lineal (44).
(ii) Para parar el algoritmo iterativo de Newton es necesario un criterio de convergencia
-parada, por ejemplo, el mismo que se definió para el método de aproximaciones sucesivas:
Dados N >0 y e > Oparar el algoritmo en la iteración n si se dan una de las dos condiciones
siguientes:
- n> N ~ N::>COM:FGaOA
- llr(wº) - r(w 0 • 1 )11 se Ur(wºHI ~ HAYCONEroENCIA
Métodos incrementales
K .. J0 B.1.12.B. dx
donde Kr es la matriz tangente dada en (48). B problema actual no es más que un problema
de Cauchy relativo al sistema de ecuaciones diferenciales ordinarias (52) con la condición
Inicial: w(O) • w 0 .
Para la aproximación de (52) se dispone de muy variadas técnicas. Las más simples
son los métodos de Euler, que consisten en discretizar (52) en la forma:
(53)
oonde:
· Kr k+e = Kr(wk+e>
- wk+e= (1-8) Wk+ 8 wk+1
Obsérvese que la matriz tangente .K.1 k+e depende, para 8 ¡to, (método de Euier
jmpljcjlo).del vector de desplazamientos en el paso k+1, wk+l • Para resolver este
problema, puede utilizarse un método predictor-corrector que consiste en introducir
iteraciones intermedias mediante los métodos de aproximaciones sucesivas o de Newton. En el
caso del método de Eufer explícito. 8 = O, el problema (53) puede resolverse directamente al
depender la matriz tangente Kr k únicamente de los desplazamientos en el paso k ,wk . Por
y hacer:
~:
(i) Para parar el algoritmo iterativo de predicción-corrección es necesario un criterio
de convergencia-parada, por ejemplo: Dados N >0 y e> O parar el algoritmo en la iteración
de corrección n si se dan una de las dos condiciones siguientes:
• n> N => N:>CXlWEFk3EN::IA
0
• llw\+ 1 • w · \ . 1II s; e II w 0 · \ . 1II => HAYc:awERGEl'OA
Anexo V, pg. 19
(ii) la convergencia de los métodos incrementales de tipo Euler depende del tamano de 61.
Puede demostrarse que los métodos implícitos con 8 ~ 1/2 convergen siempre, si bien la
precisión obtenida disminuye al aumentar 6t . De hecho, el método más preciso se obtiene con
8 = 1/2 (Método de Crank-Njcholsont Sin embargo el método explícito y los implícitos con
8 < 1/2, deben verificar, para que haya convergencia, una condición de estabilidad del tipo:
6 . • BIBLIOGRAFIA
4 .- ZACE SERVICES Ltd. & ZEI ENGINEERING lnc. Z_SOILR.PC (1989). User Manual.
Lausanne.