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UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA

UNIDAD ACADEMICA DE CIENCIAS


QUIMICAS DE LA SALUD
CARRERA DE ENFERMERÍA

TRABAJO GRUPAL DE INVESTIGACION

TEMA:
Participación Comunitaria, Ciudadana y Salud

FECHA DE ENTREGA:
30/09/2018

NOMBRE DEL DOCENTE:


Lcda. Sandra Falconi Peláez

ASIGNATURA:
Enfermería Comunitaria

SEMESTRE:
Primero “A”
INTEGRANTES
 ALBA TORRES ANTHONY STEVEN

 CHUQUIMARCA PALACIOS KAROL MISHEL

 LOAYZA PATIÑO ALEXANDRA ISABEL

 CAPA QUIZPHI JOHANNA ESTEFANÍA

 OVIEDO ARMIJOS DAYANA ELIZABETH

 TORRES SIGÜENZA JOHANNA ISABEL


TEMAS
o Aspectos que han afectado la participación
comunitaria en salud

o Desarrollo de las estrategias de impulso en la


participación comunitaria en salud

o Ámbitos y significados de la participación de la


dependencia al empeoramiento

o La atención a la salud en el mundo doméstico y


el sistema sanitario

o El papel de las asociaciones en la participación


comunitaria
 ASPECTOS QUE HAN AFECTADO LA PARTICIPACIÓN
COMUNITARIA EN SALUD

En el contexto actual hay que asumir la participación social en un sentido amplio ya que
tiene que ver con las relaciones sociales, con la producción y la cultura, y por ello con
las relaciones de poder. Por esto estudiar y promover la participación social, parte de
asumir que hay quienes no participan o quienes no lo hace de una manera suficiente.
Esto justifica impulsar procesos de participación social en la lógica del desarrollo
comprendido en relación con una visión de bienestar definido por la propia comunidad
(la salud incluida). La intencionalidad de la participación social se comprende así,
necesariamente, en su propósito de transformar las relaciones sociales y socializar la
cultura.

Participación y salud.

El servicio de salud, junto a la educación, son servicios a brindar y garantizar en las


comunidades para satisfacer el desarrollo social de la población, pero por lo general han
sido implantados por personas o instituciones que no conocen y/o no tienen relaciones
con la comunidad, lo cual puede llevar a que estos servicios no tengan aceptación y no
cumplan sus objetivos ya que la población al no intervenir en ello le resta efectividad a
los esfuerzos que se hagan por garantizar la educación y la salud de los habitantes. Por
esto la comunidad debe jugar un rol activo de autogestión, participación,
responsabilidad e iniciativa en la solución de sus problemas de salud y el alcance de los
objetivos, el desarrollo de la comunidad y con ello el desarrollo social.

Con relación a esto la OMS plantea "La insistencia en que la gente debe hacerse
responsable de su propia salud es un aspecto importante del desarrollo individual y
colectivo. Con alta frecuencia se considera que un sistema eficaz de atención primaria
es un servicio más eficiente, humano y útil; facilita un producto, la salud, que en
realidad la gente debería alcanzar por sí misma. En lo posible la salud nunca debe
"darse" o "facilitarse" a la población. Por el contrario, se debe ayudar a la gente a
participar consciente y activamente en el logro y la promoción de su propia salud".

El sector salud se ve afectado por la situación actual de la región de Las Américas y por
su estructura tradicional de funcionamiento, expresada casi exclusivamente a través de
una atención médica curativa más que a la salud lo que lo ha llevado a la incapacidad de
proveer coberturas adecuadas y servicios de calidad aceptables. Esta situación ha creado
en el sector salud la necesidad histórica de que se involucre en el liderazgo y promoción
de procesos sociales amplios, de concertación para el desarrollo e impulso de la salud.
Así podremos adecuarnos al hecho de tratar la salud como bienestar físico, mental y
social y no simplemente como forma de vida sana por lo que para lograrla hay que ser
capaz de identificar y realizar aspiraciones, de satisfacer necesidades y de adaptarse al
medio ambiente y tienen que existir condiciones y requisitos tan indispensables como la
paz, la educación, la renta, un ecosistema estable, la justicia social y la equidad; esto
hace ver la salud con sus tres determinantes fundamentales; el medio ambiente, los
estilos de vida y la organización de los servicios de salud.

Intentar comprender al sector salud frente al problema de la participación social, debe


servir para proponerle una posición viable frente a la misma, con el fin de contribuir a
orientar sus actividades. Al no definirse una posición clara en este sentido, la evaluación
de la participación social tiende a limitarse a presentar tipologías sobre acciones con
participación en grados que van de la pasividad a la actividad.

Para lograr lo anteriormente expuesto, es decir, para que la comunidad pueda


desempeñar un papel verdaderamente activo y consciente con relación a su salud es
necesario conocer profundamente estos procesos, sus particularidades y determinantes y
los elementos que en él intervienen.

Para comprender los elementos que intervienen en la salud y que reflejan el papel que
puede desempeñar la comunidad en estos se hace necesario desentrañar la salud desde
todos sus puntos de vista. (Salud como estado de bienestar físico, mental y social). Para
esto consideramos cuatro niveles determinantes de la salud:

Nivel 1: Funcionamiento biológico.

El organismo necesita, para ser saludable, determinadas disposiciones orgánicas y


funcionales para la adquisición de experiencias, su procesamiento y análisis, a la
producción de conocimientos propios, personalizados en relación con la educación y al
funcionamiento del organismo, al estado general de salud.

Nivel 2: Condiciones internas del sujeto que influyen en la salud.

- Procesos psíquicos cognoscitivos: Atención, memoria, pensamiento, capacidad de


trabajo intelectual, reflejan además el estado funcional del sistema nervioso.

- Estados psíquicos- emocionales que son el reflejo de la relación del hombre consigo
mismo y con el medio, con relación a sus necesidades: Estrés, ansiedad, depresión, ira,
etc.

- Formaciones psicológicas complejas y síntesis reguladoras de la personalidad que


ocupan lugar central en las posibilidades de educación y salud y la vulnerabilidad al
estrés: Personalidad como nivel integrador y más complejo de la psiquis.

Nivel 3: Relaciones sujeto- sujeto.

Estudio de la comunicación y relaciones interpersonales.

- En la familia u hogar: Relaciones de pareja, padre- hijo, hermanos.


- En la escuela o trabajo: Relaciones profesor- alumno, alumno- alumno, dirigente-
subordinado, entre compañeros, con las organizaciones estudiantiles o laborales.

- En la comunidad (apoyo social): Relaciones con los vecinos, con amigos y grupos
informales, con las organizaciones e instituciones.

Nivel 4: Relaciones hombre- medio.

Estudios de las influencias de la sociedad en general (Condiciones materiales de trabajo,


opciones de empleo, tiempo libre; relación sociedad- individuo; exigencias y
posibilidades que plantea la sociedad, posición del individuo, autopercepción social,
etc.). Relacionado con la calidad de vida. (19,20,21)

El nivel 2 es el determinante más importante en la participación de la comunidad en los


problemas de salud y se expresa a través de los principales determinantes de la
participación en los problemas de salud (personalidad - sujeto), están estrechamente
relacionados y son los recursos psicológicos fundamentales del hombre para enfrentar el
estrés, las contradicciones y los conflictos y así las enfermedades:

- Capacidad de anticipación.

- Capacidad de organizar la vida.

La capacidad de anticipación representa la capacidad personal de actuar y tomar


decisiones en relación con el futuro y así de influir en su propia formación y desarrollo,
lo cual depende de la personalidad que es resultado de la comunidad, de la educación y
formación. Es un factor importante en la autorregulación del comportamiento que
permite enfrentar efectivamente las contradicciones, conflictos y dificultades
manteniendo su autodeterminación en los objetivos planteados en la vida y así más
fuertes para enfrentar estadios emocionales negativos (estrés, ansiedad, depresión, etc.)
que pueden provocar pasividad, evasión, alcoholismo, disminución de la resistencia a
agentes nocivos y por tanto mayor vulnerabilidad a las enfermedades.

La capacidad de organizar la vida representa la síntesis reguladora de la personalidad


orientada a la autorregulación en el presente que está compuesta por el estilo de vida, la
reflexión personal, la posición – activa o pasiva – a los problemas y sus soluciones y el
sentido ante la vida.

Así como es necesario tener una visión del contexto y dinámica globales para
comprender la participación social, es también necesario comprenderla en su relación
con el sector salud, ubicándola dentro del contexto y dinámicas globales que le sirven
como marco de referencia particular, es decir, frente a la salud pública.

Las acciones de salud pública se pueden concebir como acciones orientadas a las
personas (estrategias de intervención individual) que comprende la curación y
rehabilitación es decir actúa sobre los estilos de vida, y como acciones poblacionales
(estrategias de intervención poblacional) donde el objeto de evaluación es la población
como un todo, dentro de este último término podemos ubicar la prevención que se dirige
a grupos al actuar sobre las condiciones de vida y la promoción que es la fase más
amplia y deseada al estar dirigida a la sociedad y actuar sobre el modo de vida.

Una forma de aproximar la ubicación actual del sector salud frente a la participación
social, es observando las estrategias fundamentales del sector y su posición frente a
aquella:

1- Recuperación: Constituye tradicionalmente el quehacer fundamental del sector. La


participación de las personas aquí se basa en reacciones individuales expresadas en
solicitud de servicios ofrecidos por profesionales. Este tipo de actividad tiende por su
naturaleza, a estimular una visión individualizada de la salud y a promover una actitud
dependiente (usuarios de servicios) por parte de los individuos.

2- Prevención de la enfermedad: Esta ha enfrentado históricamente algunas


dificultades en lo que se refiere a su enfoque en relación con la participación social. Por
una parte, la sociedad ha desarrollado una noción inmediatista de la salud, orientada
hacia la consecución de beneficios inmediatos palpables.

Por otra parte, los alcances de la estrategia se han visto limitados por el énfasis puesto
en transmitir cierto tipo de información a veces compleja y técnica acerca de
enfermedades que pueden llegar a atemorizar a la población, lo cual no solamente es
inadecuado en cuanto a la intención de cambiar las conductas sociales sino que además
al orientarse de esta forma tienden a ir en contra de la participación social, pues generan
dependencia y no consiguen aumentar la capacidad de la comunidad para tomar
decisiones fundamentadas y conscientes frente a su propia visión de salud.

3- Promoción de salud: es la más reciente de las estrategias, constituye en lo concreto,


la necesidad que siente el sector de actuar de manera articulada con los demás actores
sociales en contextos amplios, superando su restricción tradicional respecto de la
atención a la enfermedad, al orientarse hacia el conjunto de acciones sociales para el
desarrollo de la salud.

Es evidente que esta estrategia depende para lograr sus objetivos de construir el ideal de
salud que persiga una determinada sociedad, reconociendo que aquel no puede darse en
todos los contextos de la misma forma, pues depende de los procesos sociales en sus
múltiples expresiones, del contexto político, de las coyunturas particulares existentes y
de la diversidad de relaciones entre actores sociales específicos. Desde este punto de
vista, la estrategia de promoción de salud, es en esencia, participativa.

Pero cuando se piensa en participación social en salud, se tiende a reducir a dimensiones


pequeñas (localidades, grupos, personas, actividades específicas) obviando su relación
con las estrategias del sector salud como un todo.
Parece importante establecer la relación entre la participación social y diferentes
concepciones de Salud Pública existentes:

- Salud Pública como campo de conocimiento experto, objeto de práctica de una


profesión específica.

- Salud Pública como ejercicio y responsabilidad del Estado, es decir, como actividad de
gobierno.

- Salud Pública como esfuerzo global de la sociedad para realizar (comprender y


satisfacer) sus ideales de salud, lo cual incluye las dos concepciones anteriores.

Bajo esta última concepción es que se concibe la relación entre participación social y el
desarrollo de la salud. Es decir, para el logro de la salud se requiere de la participación
activa lo cual implica:

1. La elaboración de una política sana (Voluntad Política) cuyos componentes


principales son la legislación, medidas fiscales, sistema tributario y cambios
organizativos.

2. Creación de ambientes favorables que permita el apoyo recíproco de los integrantes


de la comunidad, protección de la comunidad, protección del medio ambiente y trabajo
y ocio como fuente de salud.

3. Desarrollo de aptitudes personales con información, educación, perfeccionamiento de


aptitudes personales, etc. para el logro del bienestar físico, mental y social.

4. Reorientación de los servicios de salud que significa no sólo la prestación de


servicios curativos, de rehabilitación y preventivos sino además favorecer en la
comunidad la necesidad de una vida sana, trabajar en conjunto con otros sectores y la
necesidad de cambios en la educación y formación de recursos humanos.

5. Reforzamiento de la acción comunitaria que pretende la participación efectiva y


concreta de la comunidad en la determinación de prioridades, en la toma de decisiones y
en la elaboración y puesta en marcha de un plan de acción. La participación tiene que
ser comunitaria, intersectorial y multidisciplinaria que permita la descentralización de
recursos, se debe potenciar la acción de grupos sociales y el cambio en las condiciones
sociales de la salud mediante la
movilización colectiva.
 DESARROLLO DE LAS ESTRATEGIAS DE IMPULSO EN
LA PARTICIPACIÓN COMUNITARIA EN SALUD

Equidad y ciudadanía son fundamentos actuales y, aunque visibles, no parecen estar


vigentes en el campo de la salud. Sin desconocer el impulso a la inversión social en la
dimensión asistencial, se revelan pobres desempeños codificados en resultados con
indicadores de morbilidad en déficit. Al ser comparados los indicadores con el periodo
precedente de poca inversión, no presentan modificaciones sustanciales.

Garantizar un acceso oportuno en el cuidado de la salud ha sido un proceso que puede


ser destacado como logro. El abordaje en la atención sanitaria y la atención de los
grupos más vulnerables, inspira la acción sanitaria actual. Pero el proceso ha estado
marcado por un fuerte protagonismo de la oferta que ha descompensado la simetría
necesaria con la demanda, esta última, desbordada, se ha desorganizado y no ha
generado respuesta ciudadana. La búsqueda de ampliación de ciudadanía en la y para la
salud, se ha truncado en tanto que la asimilación del derecho como obligación paternal
del estado no activa las responsabilidades de auto cuidado y solidaridad. Derecho sin
obligaciones u obligaciones sin derechos, son la antípoda de ciudadanía.

El sector de la salud no encuentra los dispositivos de participación porque el marco


teórico asimilado por técnicos entrenados, se dispersa y poco se ejercita, en tanto se
confronta con centrales decisiones públicas especialmente diseñadas para la respuesta
unidireccional que en casos alegóricos llegan a la sustitución de la participación con la
obligatoriedad de otra participación, la de los actores endógenos del sistema sanitario
que hacen mingas diversas o campañas reiteradas ante la mirada nada protagónica de la
comunidad y sus líderes que solo examinan que el derecho “se cumpla”.

A todo nivel, las voces de los usuarios se vuelven acusatorias contra trabajadores y
profesionales a quienes se endilga la responsabilidad de sus males. Sin interlocución, el
método para forjar sujetos motrices de reforma o revolución ya no existe. Una ruptura
que encubre los efectos históricos y actuales del sistema se pone en boga, la cultura del
silencio impera y los profesionales callan, aunque no otorgan, resultando que la urgente
construcción de solidaridad, condición básica para humanizar los servicios de salud, se
desagregue.

Lesionada la relación profesional de la salud -pacientes, se recarga más el sesgo, con


una pretendida reforma penal que evidencia la anulación del coloquio y
anuncia la presencia de una masa no protagónica que lanza piedras, no contra el
sistema aun intacto de inequidad, sino contra los trabajadores. Resolver el acumulado de
atraso y rezago se convertirá en acción expresa y delegada a un estado santo
protector que hará del tema sanitario una fuente de sostenibilidad política
pero técnicamente sin sostenibilidad, porque la salud de la población es resultado de
entornos saludables y aprendizajes solidarios en los que la interlocución es básica.

También la consistente amenaza y práctica de traer médicos extranjeros contribuye a los


silencios.
Los trabajadores del sector y las autoridades de salud tampoco cuentan con escenarios
de participación o espacios de deliberación y concertación que podrían aportar a la
modelización de la programación sanitaria. Ningún referente conceptual es debatido o
consensuado. La planificación, ejecución, monitoreo y evaluación de los programas son
de práctico cumplimiento y siempre apegados a referencias matrices que prescinden del
debate epistemológico, porque retardarían las urgencias técnicas y sus mandatos. El
pretexto se hace contexto.

Hasta las estrategias que se promueven desde los organismos multilaterales OPS OMS
son muy adaptadas para tributar al fortalecimiento institucional del estado y la difusión
de verdades verticales. En un concepto oficial de participación ciudadana se sustituye a
las variables clásicas de la promoción y la pedagogía sanitaria por propaganda que
confunde promoción de la salud, con promoción de los servicios de salud. La
democracia, descentralización, enfoque local, referentes irrefutables en el desarrollo
de capacidades para el autocuidado y el ejercicio de control sobre el estado de salud
pierden peso y significancia. En la misma perspectiva, el control social ciudadano al no
vigilar al sistema sino a los actores y al no cuestionar las políticas del estado, retorna
con fuerza al desactualizado concepto de población beneficiaria, con el agregado
político de población agradecida.

En consecuencia, el desarrollo de conocimientos para la corresponsabilidad que debe


servir para mejorar los estilos de vida en nuevas relaciones de producción no anuncia su
arribo. El modo de producción sanitario es el mismo en su estructura que el precedente
y las relaciones sociales de producción en la salud no se han modificado. Los esquemas
de estratificación social jerárquica se mantienen e incluso son más jerarquizados, pero a
diferencia que lo que ocurre en el estado liberal clásico, la verticalidad la asume el
estado con presión al espectro social en la evidencia de un nuevo binomio: adherentes-
opositores.

El resultado se pone de manifiesto; pese a los esfuerzos desplegados, el país no es un


país saludable. La prevalencia de enfermedades típicas del subdesarrollo sigue
marcando la pauta, mientras la condición sanitaria de las poblaciones no ha mejorado
sustantivamente. Por lo que es urgente que un nuevo modelo humanizado político, ético
y estético emerja con procesos sociales participativos y críticos en modelos de gestión
incluyentes, creadores de democracia consensuada e interlocución total, donde además,
la vigilancia y observancia ciudadana se dirijan preferentemente contra la corrupción y
la ineficiencia.
El cambio de rumbo impone no solo actualizar modelos que privilegien formalmente el
primer nivel de atención y la sustitución operativa del asistencialismo medicalizado, es
urgente re posicionar el concepto de participación como fundamento de democracia
activa directa y profunda que restituya el dialogo y la fraternidad entre proveedores de
salud y pueblo organizado.

La socialización de los servicios de salud como una estrategia global de desarrollo, no


puede ser entendida solo como gratuidad, y menos como gratitud. La revolución en
salud implica cambios superlativos

Mala práctica, es la ruptura del ejercicio plural en el destino del cambio deseado. La
importancia de la salud radica en la asimilación de la educación, la transición
epidemiológica será posible con un pueblo movilizado, con conciencia buscando
bienestar, con autoestima social intacta, un pueblo inconforme porque un pueblo
revolucionario es un pueblo digno. Esto es realizar ciudadanía en salud. Esto es una
necesidad para la acción.
 ÁMBITOS Y SIGNIFICADOS DE LA PARTICIPACIÓN DE
LA DEPENDENCIA AL EMPODERAMIENTO

Participación ciudadana para referirnos a una participación diferente a la meramente


política, puesto que la ciudadanía es el concepto que define la participación política
Participación comunitaria proceso social en virtud del cual grupo específico, que
comparten alguna necesidad, problema o interés y viven en una misma comunidad,
tratan activamente de identificar dichos problemas, necesidades o intereses buscando
mecanismos y tomando decisiones para atenderlos
Participación Comunitaria en salud Proceso mediante el cual los individuos se
transforman de acuerdo a sus propias necesidades y las de su comunidad, adquiriendo
un sentido de responsabilidad con respecto a su propio bienestar y el de la colectividad,
así como la capacidad para contribuir consciente y constructivamente con el proceso de
desarrollo.
 Colaboración con una mayor disponibilidad de los servicios de salud
 Mayor utilización de los servicios
 Modificaciones del comportamiento
 Aportación de recursos
Ámbito trabajo social por lo que los trabajadores sociales sanitarios tienen entre sus
objetivos el potenciar la participación activa de su comunidad de referencia para la
consecución de mayores niveles de salud en la misma.
En el ámbito de la salud el concepto de participación comunitaria se desarrolló a partir
de los años setenta, con la estrategia de “Salud para todos” elaborada por la
Organización Mundial de la Salud (OMS), con la que se pretendía reducir las
desigualdades, mejorar la salud y la calidad de vida de las poblaciones, para hacer frente
así a la crisis económica y del sistema sanitario tradicional.
Esta estrategia se basaba en:
a) la orientación hacia la promoción de la salud
b) el desarrollo de la atención primaria
c) la participación comunitaria
En el nuevo planteamiento influyeron tres cuestiones:
1.Nueva consideración sobre lo que es la salud. Se promueve una concepción
multifactorial de los problemas de salud, en el que inciden con fuerza los estilos de vida
y sus condiciones, así como la dinámica de la organización social.
2.Nueva concepción sobre los protagonistas. Los pacientes se consideran ahora
protagonistas y sin su participación no se pueden resolver los problemas, prevenir las
enfermedades y mejorar su salud.
3.Nuevos métodos de trabajo. Los nuevos conocimientos sugieren nuevos métodos de
trabajo en los que el enfoque integral y comunitario se considera como una herramienta
para los profesionales.
Los trabajadores sociales sanitarios como miembros de los equipos de salud tienen
que desarrollar la participación comunitaria dentro del ámbito de sus actuaciones, con
los métodos y técnicas del trabajo social comunitario.
Empoderamiento
Un proceso de acción social mediante el cual individuos, comunidades y organizaciones
obtienen la capacidad de dirigir sus vidas en el contexto de cambiar su entorno social y
político para mejorar la equidad y calidad de vida.
 EL CUIDADO A LA SALUD EN EL ÁMBITO DOMÉSTICO
Las mujeres mayores son personajes importantes
que se encargan de la formación de las mujeres
jóvenes en el cuidado a la salud, los conocimientos
que brindan son en el área de la medicina
tradicional. Estas mujeres enseñan a curar cólicos
y dolor de estómago basándose en tés de
manzanilla, hierbabuena, ruda, mirto, hiervas para
la bilis, a “curar anginas (amigdalas)”, a usar
hierbas para la tos y resfriados, a contrarrestar intoxicaciones, usar hierbas para la
diabetes, asma, y aplicar “curaciones caseras”. También enseñan a curar síndromes de
origen cultural* como: “caída de mollera”, “mal de ojo”, “sustos” y “enfriamientos”. El
conocimiento que las mujeres mayores brindan a las demás, en especial a las más
jóvenes, está muy centrado en la medicina tradicional.
Una de las fuentes de conocimiento de las mujeres lo constituye su propia experiencia
como pacientes o la desarrollada a través del cuidado a los miembros de la familia. Esta
experiencia hace que las mujeres se conviertan en expertas en el uso de medicamentos.
Los Sistemas Sanitarios
Los sistemas sanitarios son un complejo entramado de relaciones entre distintos agentes,
unos agentes que podemos enumerar de manera fundamental como los gobiernos, los
ciudadanos, las aseguradoras y los proveedores de servicios sanitarios, entre ellos se
producen diferentes niveles de interacción para conseguir los distintos objetivos que se
persiguen en los servicios sanitarios de cualquier sociedad, la efectividad, la
satisfacción, la equidad y la eficiencia, aunque unos priman sobre otros en función de
los valores que imperan en cada una de ellas:
La efectividad, considerada como la capacidad de alcanzar unos adecuados niveles de
salud y calidad de vida de las personas, es la principal justificación de los sistemas
sanitarios. Aunque desde hace varias décadas se mantiene que esta capacidad de
disminuir la enfermedad y mejorar el nivel de salud de las poblaciones se comparte con
otros factores denominados condicionantes de la salud 1 –medio ambiente, nivel
educativo, entorno laboral, nivel y distribución de la renta, entre los más importantes–
no debe dejar de ser la principal inspiración de todas sus intervenciones, máxime
cuando empiezan a aparecer evidencias suficientes que demuestran que muchas de las
intervenciones sanitarias no sólo no tienen efectos positivos para la salud, sino que
pueden constituirse como uno de los principales problemas de salud y causa de
mortalidad 2.
La satisfacción de la población, de los individuos que utilizan los sistemas sanitarios y
de los ciudadanos que los financian con sus impuestos o cuotas de aseguramiento, tiene
dos perspectivas distintas, una con el propio estado de salud que incluye la medida o
autopercepción sobre las capacidades o limitaciones provocadas por nuestra salud y la
satisfacción con los servicios sanitarios, que expresa el grado de conformidad con los
servicios recibidos en contraste con nuestras expectativas sobre lo que debe ser un
servicio de calidad. Las dos visiones parten de valoraciones personales, pero son
importantes para la propia percepción colectiva de aceptación y de la cohesión social.
La equidad, es la manera que se puedan conseguir los mismos cuidados de salud con
independencia de distintas variables que puedan interferir como el sexo, la edad, la
condición social o lugar de residencia, etc. La equidad es un bien moral y político
exigible a todas las actividades desarrolladas con recursos públicos, sobre todo en los
países que, de una manera u otra, han estado afectados por los valores ideológicos de la
revolución francesa.
En el sistema sanitario una de las dimensiones más importantes de la equidad es la
igualdad en el acceso o accesibilidad, aunque también se empiezan a considerar otras
dimensiones de mayor trascendencia en términos de resultados en salud, que implica un
máximo desarrollo conceptual, al considerar que el sistema sanitario debe eliminar o
disminuir las desigualdades en prevalencia, mortalidad o pérdida de calidad que las
distintas variables introducen en el estado de salud.
En nuestro país, la Ley General de Sanidad (LGS) reconoció como titulares del derecho
a la protección de la salud y a la atención sanitaria a todos los españoles y a los
ciudadanos extranjeros que tuvieran establecida su residencia en territorio español,
estableciendo el principio general de la extensión de la asistencia sanitaria pública a
toda la población española y el acceso a la misma en condiciones de igualdad efectiva.
Posteriormente, la Ley de Cohesión y Calidad 3 impone a las Administraciones públicas
la obligación de impedir la discriminación de cualquier colectivo de población que, por
razones culturales, lingüísticas, religiosas o sociales, tenga especial dificultad para el
acceso efectivo a las prestaciones sanitarias del Sistema Nacional de Salud (SNS).
La eficiencia o manera de cómo se consigan el resto de los objetivos con un coste que la
sociedad pueda financiar y sin que exista despilfarro de recursos. Las expectativas en
cuanto a la salud y a los servicios sanitarios por parte de la población es creciente, lo
cual comporta que los servicios sanitarios deben ser capaces de demostrar su
funcionamiento en términos de mejora de los resultados. Los costes sanitarios son cada
vez más elevados y los factores demográficos los convierten a veces en difícilmente
asumibles. Es preciso contener y controlar los costes, disponer de un sistema sostenible
financieramente, a la vez que asegurar la equidad y unos servicios de alta calidad.
Dado que los recursos que se consumen en una determinada actividad, no se pueden
aplicar a otra, aunque ésta sea más útil o eficaz, es necesario sustituir el modo en el que
se toman muchas decisiones sanitarias que se basan casi exclusivamente en los valores y
los recursos existentes: es lo que se llama la toma de decisiones basada en opiniones, y
sustituirlas por aquellas evidencias derivadas de la investigación, el llamado factor
científico.
La mayor parte de las acciones que generan un incremento de eficiencia son aquellas
cuya decisión se toma en y con relación a los servicios sanitarios y la práctica clínica
basada en la evidencia científica, de manera que los conocimientos derivados de la
investigación puedan utilizarse para mejorar la salud de la población
 EL PAPEL DE LAS SOCIEDADES EN LA PARTICIPACION
COMUNITARIA
La Organización de Naciones Unidas (ONU)
en 1981 definió la Participación Comunitaria
como “la creación de oportunidades
accesibles a todos los miembros de una
comunidad y a toda la sociedad, para
contribuir activamente e influenciar el
proceso de desarrollo y compartir
equitativamente los frutos de este desarrollo”.
En el ámbito de la salud el concepto de
participación comunitaria se desarrolló a partir de los años setenta, con la estrategia de
“Salud para todos” elaborada por la Organización Mundial de la Salud (OMS)
a Participación Comunitaria en salud debe:
1. Asumir la definición emitida por la OMS.
2. Referirse siempre a la participación colectiva (comunitaria), no a una participación
individual (ciudadana) que es ejercida por los pacientes haciendo valer su derecho a la
queja, la reclamación, la expresión de su satisfacción o la libertad de elección entre otras
fórmulas.
3. Canalizarse después del diagnóstico comunitario profesional (tarea que desempeña el
Trabajador Social Sanitario) y el autodiagnóstico de la propia comunidad.
4. Las formas de participación no se pueden trasladar de unas zonas a otras, cada
comunidad es diferente.
5. No todas las estrategias de participación son válidas, es necesario definir los objetivos
que se quieren conseguir con ellas y qué papel van a tener los ciudadanos, consultores o
planificadores de los procesos.
Siguiendo la definición general de Naciones Unidas y la específica de la Organización
Mundial de la Salud (OMS), el concepto de desarrollo comunitario aparece como
núcleo central y objetivo final de la participación comunitaria. Es un término que
describe un conjunto complejo de procesos en los que se involucra la gente para
aumentar los niveles de vida y la productividad, y para lograr ciertos objetivos políticos
y sociales. Por tanto, la participación comunitaria en salud no debe centrarse en los
servicios sanitarios, sino abarcar otros sectores y condiciones sociales directamente
relacionadas con el estado de salud de la población y sus condiciones de vida.
Este punto de vista integrador condiciona el acercamiento que puedan hacer o la
respuesta que puedan dar los profesionales sanitarios a las necesidades sociales de su
ámbito de trabajo, coordinándose con otros servicios y apoyando otras actividades del
grupo social de cuya salud se han hecho cargo. A pesar del tiempo transcurrido desde la
consagración de estas definiciones por parte de los organismos internacionales, el tema
de la participación comunitaria en salud permanece aún bastante opaco, cargado de
confusión y polémica. Se da una escasa congruencia entre los discursos participativos y
las prácticas a que ha dado lugar, y hasta ahora parece más fácil hablar de participación
comunitaria en salud e incluso estar de acuerdo en lo teórico que incorporarla a la
práctica cotidiana del sistema sanitario.
Criterios de calidad y características de la participación comunitaria en salud No se
puede confundir, como mu chas veces se hace, la participación con el consenso y la
asistencia. La participación no puede existir sin toma de conciencia: participa solamente
quien es consciente de la necesidad de su participación y quien sabe que si no participa
no se podrán modificar las cosas. La gente puede y debe participar para cambiar algo;
teóricamente para mejorarlo. La participación entendida como toma de conciencia de la
situación y de los problemas y orientada hacia el cambio sería la clave de este concepto.
Para definir un proceso comunitario como participativo, se tienen que poder reconocer
en él una se ríe de características o criterios que definen su grado e intensidad.
Diferentes autores aportan una serie de criterio s que permiten evaluar las actividades o
programas de participación y de intervención comunitaria: Información, como
conocimiento necesario que da acceso al poder para tratar y resolver problemas.
Evaluación de necesidades, criterios fundamentados y juicios de valor.
Toma de decisiones, entendida como un proceso con distintos niveles. Klein estableció
la siguiente escala de poder en la toma de decisiones (de menor a mayor nivel de poder):
Derecho a la información: las autoridades deben informar sobre sus planes y decisiones.
Derecho a ser consultado/a: la comunidad ha de ser oída antes de tomar o ejecutar una
decisión. Derecho a negociar: se da una oferta y contraoferta entre autoridades y
comunidad, pero ésta no es miembro de los órganos de decisión. Derecho a participar en
la toma de decisiones siendo parte minoritaria de los órganos en los que se toman las
decisiones. Derecho al veto, cuando la población es mayoría en los órganos de decisión.
Los poderes y mecanismos de la participación comunitaria deben estar muy claros y
explícitos, pues de lo contrario se puede generar desilusión y confusión.  Movilización
de recursos y realización de tareas, es lo que llamaríamos acción social, que comprende
movilizar recursos propios comunitarios y ser sujetos activos. Formas y nivel de
organización de la comunidad, en la medida en que promueve o facilita la creación de
un contexto comunitario: crear estructura, afianzar una red.
EL PAPEL DE LA INVESTIGACIÓN
Una premisa ampliamente aceptada es la necesidad de adaptar los programas a las
características sociales, culturales, económicas y políticas de cada comunidad como
condición para su desarrollo exitoso. Esto implica tener un amplio conocimiento sobre
la comunidad para poder tomar las decisiones adecuadas y pertinentes.
¿Quién es el ciudadano y qué es la participación ciudadana?
El ciudadano es quien tiene derechos. La ciudadanía se originó en una sociedad cuyo
centro estaba en el Estado y el sistema político. En la edad moderna el rol de ciudadano
implicaba un compromiso activo con la vida política, en nuestra sociedad postmoderna
este tipo de ciudadanos forman parte de la clase política y el resto de la ciudadanía
mantiene una actividad política en ciertos momentos. Como afirma Rodrigo Baño6 no
deberíamos hablar de participación ciudadana para referirnos a una participación
diferente a la meramente política, puesto que la ciudadanía es el concepto que define la
participación política. Marcela Noé7 habla de otro sentido de ciudadanía en la
actualidad y sostiene que además de los derechos civiles básicos, la ciudadanía también
incluye la concesión de la educación, de la sanidad y otras prestaciones para cubrir las
necesidades elementales. Por tanto, la ciudadanía implica organización y lucha por
obtener derechos.

 La participación comunitaria

es el proceso social en virtud de los cuales grupos específicos, que comparten alguna
necesidad, problema o interés y viven en una misma comunidad, tratan activamente de
identificar dichos problemas, necesidades o intereses buscando mecanismos y tomando
decisiones para atenderlos.
Es preciso recordar que las primeras preocupaciones por la participación comunitaria
surgieron de la disciplina del Trabajo Social, en los años 20 del siglo pasado en Estados
Unidos. Por entonces la acción se denominaba “Organización de la Comunidad”. Una
de las figuras representativas de las teorías de ese momento fue Jane Adams, trabajadora
social vinculada a la Escuela de Chicago y Premio Nobel de la Paz en 1931. Adams (en
Colom Masfret 2009)10 consideraba que los problemas sociales eran generados por la
sociedad y para solucionarlos debía intervenirse en ella desde su interior, para cambiar
su estructura y condiciones. Con esta teoría impulsó el Trabajo Social con Grupos y el
Trabajo Social Comunitario. Posteriormente el Trabajo Social Comunitario (TSC) fue
reconocido como método propio de la profesión de Trabajo Social en la Conferencia
Nacional de Servicio Social de EEUU en 1947, y a finales de los años 50 fue
considerado como un área de intervención.
El TSC desde sus orígenes ha estado orientado a promover el Desarrollo Comunitario,
su objetivo inicial era la mejora de las condiciones de vida de los barrios, con la
implicación de los vecinos, los voluntarios y los diferentes profesionales que actuaban
en la comunidad, o sea, su instrumento era la participación. En la actualidad el TSC se
focaliza en la gestión local y el trabajo en redes, para promover un desarrollo integral de
la zona, desarrollando servicios en el medio, potenciando las redes de ayuda mutua, el
voluntariado, la ayuda vecinal, el apoyo a las redes de cuidadores e impulsando la
cooperación entre las redes de servicios formales del territorio.
El TSC se realiza desde cualquiera de los ámbitos de actuación del trabajador social,
uno de ellos es el sanitario, por lo que los trabajadores sociales sanitarios tienen entre
sus objetivos el potenciar la participación activa de su comunidad de referencia para la
consecución de mayores niveles de salud en la misma. Contribuyen al protagonismo de
la población mediante la participación comunitaria, realizando por tanto la acción social
en salud con implicación de la comunidad en la resolución y potenciación de todos los
aspectos que tengan que ver con la salud y la enfermedad de la población.

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