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Causas y Consecuencias De La Independencia De Mexico

El deseo de los criollos de independizarse, que querían tener poder político y mayor libertad
económica para poder desarrollar libremente susactividades económicas, cuya productividad
estaba frenada por el control del comercio por parte de la metrópoli y el establecimiento de un
régimen de monopolios, gabelas y trabas.
*La idea de que elEstado era un patrimonio de la corona hizo que cuando la familia real fue
retenida en Francia las colonias no fueran leales a la junta de gobierno de Cádiz, sino que
formaran juntas de *Gobierno cuyoobjetivo inicial fue devolver al trono a Fernando VII. El vacío
de gobierno en España causado sucesivamente por Napoleón y el constitucionalismo español,
abrió la oportunidad para que la clasedominante hispanoamericana, formada por criollos
europeos, dieran impulso, y sostuvieran el movimiento, y la guerra por la independencia como
medio definitivo de conservar y mejorar su estatus, disminuido oen riesgo de perderse, pero sin
pretender un cambio a menos en la estructura social americana (permanencia de castas o
esclavos,etc), ni tampoco una disminución de su alcance administrativo (utiposeditis). La
llamada
Entre las consecuencias más importantes puede mencionarse las siguientes:

1. España tuvo que reconocer la independencia de México, terminando así tres siglos de
dominioespañol.

2. Se acordó que la forma de gobierno en México fuera un Imperio Monárquico Constitucional y


que se llamara a Fernando VII, rey de España, a dirigirlo. Por lo tanto, no se logró una
verdaderaindependencia; tendría que pasar algún tiempo para que esto se consiguiera del todo.

3. Miles de mexicanos murieron durante una guerra que se prolongó durante 11 años.

4. La economía de Méxicoestaba muy mal debido a que durante la guerra las minas y campos de
cultivo fueron abandonados por miles de indígenas, negros y mestizos que se unieron a la lucha.
Las escasas industrias que existían... [continua]
LA HISTORIA DE LA INDEPENDENCIA DE MÉXICO.

Antecedentes.

En la Nueva España las cosas parecían ir de la mejor manera y no era para menos pensar esto.
Las arcas de México se encontraban abundantes y financiaban tanto los gobiernos de otras
colonias españolas, así como la construcción de palacios y campañas militares en la propia
España. Las ciudades de México tenían un desarrollo mayor que cualquier otra colonia en
América. Pero hasta ahí podía ir la alegría ya que existía una profunda y marcada desigualdad
social entre los habitantes de la Nueva España.

Para el siglo XVIII la población estaba conformada por un 40% de Indígenas, otro 40% de
mestizos y mulatos incluyendo todas las generaciones intermedias y solo un 20% de blancos
(europeos y americanos) Los dos primeros grupos sociales componían la población inculta,
pobre y explotada, sectores completamente desplazados de toda participación en el gobierno
general y la economía del virreinato. El 20% de blancos controlaban todo el poder llevándose
casi la totalidad de las ganancias que generaba la colonia. A pesar de esto este grupo estaba
dividido en dos bandos "peninsulares" y "criollos", es decir europeos y americanos. Esta
diferencia comenzó desde iniciada la colonia en México y

creo un defecto que se profundizo durante 200 años. Al iniciar el siglo XIX la grieta había
separado al país en dos bandos el realista (españoles) y el insurgente (criollos), los que
arrastraron tras de ellos al resto de los núcleos sociales.

Españoles

Criollos

Indios

Esta división se generaba de quien tenia más derecho a gobernar y dirigir la sociedad, por una
parte los españoles consideraban que ellos tenían todo el derecho del poder por ser los
conquistadores y dueños directos de las colonias, ante lo cual no podían permitir que los criollos
los cuales habían nacido en las Indias (América) y por lo tanto inferiores tomaran el poder. En el
otro lado los criollos, cansados de seguir bajo el control de la corona española la cual se
encontraba muy lejos para poder solucionar adecuadamente los problemas de la Nueva España,
consideraban que a ellos les correspondía dirigir el camino político y social de la Nueva España.

Cae la Monarquía en España.

En junio de 1808 llegó a México la noticia de la renuncia de los reyes españoles en favor de José
Bonaparte. Tanto españoles como criollos se negaron a reconocer a Bonaparte, pero los criollos
vieron la oportunidad de hacer a la colonia independiente con el pretexto de guardar el reino
para el rey Fernando VII. Francisco Primo Verdad y Ramos y Juan Francisco Azcárate
encabezados por Fray Melchor de Talamantes piden que se tengan por nulas las renuncias echas
por los reyes de España, argumentando que ante la falta de reyes la soberanía había vuelto al
pueblo y por lo tanto había la necesidad de crear un gobierno temporal apoyado por el pueblo,
Primo Verdad y Ramos termino su

propuesta pidiendo al virrey y a la junta del ayuntamiento que juraran por el rey de España y de
la Indias Fernando VII. Iturrigaray entonces virrey apoyo la propuesta de crear por los votos de
los ayuntamientos de la Nueva España, una Junta Suprema de México en donde él dirigiría
conservando la soberanía mientras Fernando VII estuviera preso. Los españoles realistas vieron
esto como un paso que conduciría hacia la liberación política total y tenían que impedirlo. El 15
de septiembre dirigidos por Gabriel Yermo unos 300 españoles entraron al palacio y tomaron
preso al virrey y a sus asesores. A partir de ese momento instauraron un gobierno militar
cerrado a cualquier cambio. Primo Verdad y Ramos uno de los criollos más renombrados de la
junta del ayuntamiento fue tomado preso y luego muerto como ejemplo de lo que les esperaba
a los que intentaran promover un cambio en el orden del poder del virreinato. Esto no intimidó
ni asustó a los grupos opositores a los realistas, todo lo contrario los motivó a juntarse y planear
algo para tomarse el poder a cualquier precio.

La Conspiración.

A fines de 1809 es descubierta una conspiración en Valladolid que intentaba derrocar al régimen
militar de los peninsulares, en ella es invitado a participar Don Miguel Hidalgo Costilla un cura
criollo de gran carisma que por sus ideas es enviado al curato de Dolores desde el cual sigue
buscando gente con sus mismas inquietudes entre las cuales estaba el ser miembro importante
de alguna conspiración para derrocar al régimen. No se une a la conspiración de Valladolid
porque observa su inmadurez y sus pocas posibilidades de éxito.

Su oportunidad surge entre un grupo de criollos de la ciudad de Querétaro que son protegidos
por el corregidor de esta ciudad Miguel Domínguez y sobre todo por su esposa Doña Josefa Ortiz
de Domínguez. Este grupo es impulsado por un grupo de militares Ignacio Allende, Juan Aldama,
Mariano Abasolo, Joaquín Arias y otros. Allende es el principal promotor de la conspiración, un
hombre impulsivo quien deseaba dirigir la operación pero en forma de un movimiento de la
clase media criolla conducida por militares. La conspiración de Valladolid demostró

que no bastaba con el apoyo de los criollos, que necesitaban al pueblo si es que esperaban tener
alguna oportunidad de éxito en su aventura. Esto a la vez

los hacia dudar ya que en el fondo eran clasistas. Había que mover al pueblo, las masas y para
ello necesitaban a alguien de gran carisma y prestigio de modo que pudiera ser oído y aplaudido
por la muchedumbre. Por tal razón y con pesar de Allende se llamo a Hidalgo.

Las reuniones de este grupo de conspiradores se realizaban en la casa del cura José María
Sánchez a ellas acudían Allende, Altamirano,
Aldama, Hidalgo y otros. El Corregidor Don Miguel Domínguez aunque no asistía a las reuniones
estaba de acuerdo con el movimiento y en su casa se reunía con Allende para tratar el proyecto.
Las reuniones estaban encubiertas bajo el pretexto de Juntas literarias, en las cuales discutían
los puntos para llevar acabo el levantamiento.

La Conspiración Descubierta.

La conspiración es descubierta ante varias autoridades por Mariano Galva y el capitán Arias,
ante esto Josefa Ortiz de Domínguez envía al alcalde, Ignacio Pérez, para que busque al capitán
Allende en San Miguel, al no encontrarlo ahí se dirige junto con Aldama a Dolores. El
Levantamiento Al ser informados Hidalgo y Allende de que la conspiración ha sido descubierta
discuten su situación y por fin Hidalgo exclama "¡Caballeros, somos perdidos; Aquí no hay más
recursos que ir a coger gachupines". Así que en la madrugada del 16 de septiembre Hidalgo se
dirigió al patio de la parroquia de Dolores en donde expuso a la gente reunida que llegaba a
3000 el plan que tenían para quitar del poder a los gachupines tras lo cual dio el grito de
independencia.

El Grito de Dolores

Del pueblo de Dolores Hidalgo partió hacia Atotonilco donde saco un lienzo de la iglesia con la
imagen de la Virgen de Guadalupe, lo puso como estandarte y siguió hacia San Miguel el Grande,
Chamacuelo (hoy día Comonfort. En la ciudad de Celaya se asignaron los primeros grados e
Hidalgo fue nombrado como "Capitán General" o "Generalísimo de América" y Allende como
"Teniente General", continuaron avanzando y llegaron a Salamanca, Irapuato, Silao y finalmente
a Guanajuato. A lo largo del avance hasta Guanajuato que duro menos de dos semanas Hidalgo
logro juntar a más de veinte mil hombres, ya que en Guanajuato tomo esta ciudad tras vencer a
los españoles que se habían fortificado en

la alhóndiga de Granaditas.

Reunió a más hombres y mandó a fundir cañones para dirigirse a Valladolid la cual tomo sin
disparar un solo tiro. Escribe el primer bando en el que anula la esclavitud y la paga de tributos
para todo tipo de castas. Sale de Valladolid rumbo a la capital y en el camino se le unen Ignacio
López Rayón y el cura José María Morelos; Rayón pasa a formar parte de su equipo de
colaboradores y Morelos es destinado a dirigir la insurrección en el sur, rumbo a Acapulco.

Conforme los rebeldes avanzaban hacia la ciudad, el pánico era mayor. Venegas organiza una
bien provista división, que puso al mando del coronel Torcuato Trujillo, con la orden de atacar y
detener el avance de las fuerzas rebeldes. El encuentro se desarrolló el 30 de octubre en el Cerro
de las Cruces. Hidalgo y Allende hacen frente a Trujillo venciendo a su ejército completamente.
Motivados por su victoria avanzan hasta las cercanías de la ciudad, parando en el pueblo de
Cuajimalpa. Hidalgo decide no avanzar hacia la ciudad ya que un poderoso ejército comandado
por el brigadier Félix María Calleja venia en auxilio del virrey Venegas y podrían quedar
atrapados en la ciudad. El 7 de noviembre es derrotado en Aculco por Calleja a quien intentaban
evitar. Hidalgo y Allende se separan, Allende parte a Guanajuato, donde tiene que enfrentarse
con el ejército de Calleja, e Hidalgo se dirige hacia Guadalajara donde es recibido con festejos,
propone la creación de un Congreso Nacional con representantes de todas las ciudades villas y
lugares del reino, utiliza la imprenta para publicar proclamas y bandas, también edita el
Despertar Americano, primer periódico insurgente que durará a lo largo de

11 años de guerra. Desarrolla sus medidas de tipo social, como la anulación de la esclavitud,
suspensión de tributos, reparto de tierras y garantías individuales (igualdad social, libertad de
trabajo y de comercio). Es Hidalgo quizá el único que desde el inicio de la lucha se haya dado
cuenta que el movimiento iba más haya de la lucha por el control del poder de la Nueva España
y que se transformó en una lucha popular por la libertad de México.

El 17 de enero de 1811 el brigadier Calleja quien ya había recuperado Guanajuato para los
realistas, vence al gran ejército insurgente e Hidalgo se ve obligado a partir para el norte con
intenciones de pasar a Estados Unidos y conseguir armamento para volver con más fuerza. Es
detenido cerca de Monclova en Actita de Bajan por un destacamento realista.

La Muerte de los Caudillos.

Hidalgo conducido a Chihuahua junto con otros líderes insurgentes es tomado prisionero y
puesto en juicio. Fue sometido a los más duros

interrogatorios durante tres meses, tras los cuales es sentenciado a muerte. La ejecución se llevó
acabo el 30 de junio de 1811 y su cabeza junto con la de Allende, Aldama y Jiménez fue colocada
en un ángulo de la Alhóndiga de Granaditas, como advertencia para el resto.

Continua la Lucha.

La Captura de Hidalgo y sus compañeros no detuvo la lucha de independencia ya que quienes


habrían de continuar con su tarea ya estaban trabajando en ello antes de la muerte de los
primeros jefes. El movimiento no solo no decayó sino que tomo más fuerza y alcanzo sus
máximos niveles tanto en lo político como en lo militar.

Después de enterarse de la captura de Hidalgo y Allende, Ignacio López Rayón quien había sido
nombrado Jefe del ejército en Saltillo, mientras durase la ausencia de Allende e Hidalgo, decide
sacar su pequeño ejército de apenas 1000 hombres antes de que las tropas de Calleja llegaran a
Saltillo. Marchan hacia el sur hasta la villa de Zitácuaro, y en ella se instalan para formar su
centro de operaciones.

La Junta de Zitácuaro.

En Zitácuaro, el 19 de agosto de 1811, Rayón dirige la Suprema Junta Nacional Americana, a


nombre de Fernando VII, la junta estaba formada por un cuerpo colegiado de cinco vocales, en
el momento fueron designados tres de ellos: el propio Rayón y sus compañeros de armas, José
María Liceaga y José Sixto Berdusco. Apoyándose en los precedentes de la península ibérica y de
algunas ciudades sudamericanas, Rayón se proponía con la junta, además de asegurar su
posición personal, dar unidad a la causa revolucionaria, cuestionar la

legitimidad del gobierno virreinal de la Ciudad de México y fortalecer un instituto que fijara la
línea ideológica del movimiento insurgente.

La junta logro ser escuchada en la zona central del país y algunos jefes menores, se le unieron;
contó con el aval de Morelos; uso la imprenta para propagar sus ideas en vasta escala; emitió
moneda nacional con los emblemas del "águila, nopal, arco, flecha y honda"; envió una comisión
a los Estados Unidos para gestionar su reconocimiento, por lo menos en calidad de beligerante;
se benefició con los auxilios e informes que le proporcionaba desde la Ciudad de México una
organización secreta que se hizo famosa con el nombre de Los Guadalupes, y

elaboró el proyecto de una Constitución Nacional, el cual no pudo ser llevado acabo. La junta no
tenía el poder que necesitaba para ser obedecida por la mayoría de los jefes combatientes,
necesitaba tener el dominio seguro de una buena parte del país; pero Calleja, al frente de su
flamante división, tomó por asalto Zitácuaro, en los primeros días de 1812; impidiendo que los
proyectos de la junta se consolidaran. Rayón y la junta no tuvieron otra opción que huir
perseguidos por los realistas. Luego, los vocales se separaron, trabajando cada uno en distintas
áreas; Rayón en la intendencia de México, Berduzco en la de Michoacán y Liceaga en la de
Guanajuato. Cada uno pretendió tener la dirección de la junta, lo que provocó una querella
entre los tres fundadores y en la disolución de la junta, hacia el primer semestre de 1813.

Rayón, No solo en aspecto militar tuvo problemas ya que cada derrota hacia que perdiera el
prestigio ante el resto de los jefes insurgentes, y otra razón de su perdida de autoridad fue su
falta de visión, mientras el movimiento se inclinaba a ser más radical, él se aferraba a la tesis de
que la soberanía emanaba del pueblo, pero "residía en la persona de Fernando VII". Para el 1813
esta idea había sido dejada muy atrás, lo que deseaba era la independencia total del país. Solo
otro jefe insurgente tenia el prestigio militar y también la comprensión del movimiento como
para dirigirlo con la fuerza de Hidalgo, este hombre era Morelos.

Morelos cura de Cuarácuaro de origen mestizo y humilde era un hombre que a base de trabajo
desde muy temprana edad había logrado pagar su educación.

Estudio en el Colegio de San Nicolás cuando Hidalgo era rector. Hasta el levantamiento en
Dolores, había sido un buen burgués de la época colonial, dedicándose a diversas actividades
económicas además de las parroquiales, pero al enterarse del movimiento que dirigía Hidalgo su
carácter sufrió una transformación y decidió unirse a la lucha. Alcanzó a Hidalgo en Indaparapeo
y siguió con él hasta el Charo donde Hidalgo lo eligió para dirigir la lucha en el sur y tomar el
puerto de Acapulco.

Morelos, Líder de la Insurgencia.

Las campañas de Morelos son considerarse las más fructíferas ya que la etapa que él dirigió de la
Lucha de independencia puede ser la única en que se tuvo la posibilidad real de derrocar al
régimen colonial. Morelos era un militar intuitivo que basaba su estrategia en la geografía del
terreno en que se movía. De inmediato sigue la encomienda que le da Hidalgo avanzando sobre
las intendencias de Michoacán, México, Puebla, Veracruz y Oaxaca. A diferencia de Hidalgo se
niega a dirigir muchedumbres indisciplinadas. Era sumamente cuidadoso para sus

operaciones seleccionando solo a los más aptos, los dotaba de armas (fusiles, machetes y
sables), así como un mínimo de instrucción militar.

Escribió unas sencillas y claras reglas para el cuerpo que comandaba. Muchos jefes insurgentes
se formaron entre sus tropas como Pablo y Miguel Galeana, Víctor y Nicolás Bravo, Mariana
Matamoros, Manuel de Mier y Terán, Guadalupe Victoria, Vicente Guerrero y muchos más.

El genio militar con que es aclamado Morelos se justifica en variadas ocasiones. En Mayo de
1812 Calleja con el más grande ejército que logró reunir el gobierno realista, sitió a Morelos en
la villa de Cuautla. Calleja convencido de su superioridad promete a Venegas que no podrán salir
vivas "ni las ratas". Morelos resistió el sitio y cuando no pudo más burló a Calleja y sacó lo que
quedaba de su tropa, tres cuartas partes ya habían caído. Reanudó su campaña sobre Puebla,
Veracruz y Oaxaca con más energía, el y sus capitanes demostraron ser

superiores a los militares realistas. En 1813 tomó Acapulco, para esa fecha el territorio que tenia
dominado abarcaba desde Michoacán hasta las orillas del reino de Guatemala.

El Congreso Nacional.

Morelos decide hacer un alto en su campaña militar para dedicarse a la construcción política de
la nación, asunto que consideraba más importante

que la lucha militar. Morelos fue el jefe insurgente que más desarrolló sus ideas políticas. En los
pueblos que dominó quitó las autoridades coloniales y colocó a criollos en los puestos
directivos.

Consciente del analfabetismo de pueblo tradució las proclamas de Hidalgo a un lenguaje sencillo
y organizó pequeños cabildos donde explicaba al pueblo las causas del movimiento, pregonó la
igualdad social y repudió el latifundismo. Al instaurarse la junta de Zitácuaro, Morelos la
reconoció pero solo para dar la imagen de un gobierno revolucionario unido ya que estaba en
desacuerdo con la ideología de la Junta de una soberanía a medias.

En el mes de noviembre de 1812 Morelos tomó Oaxaca, la cual es un importante centro urbano,
con todas las ventajas que ello conlleva, entre ellas la presencia de ideólogos y proyectistas
como José Manuel de Herrera y Carlos María de Bustamante quienes dirigieron el periódico
Correo Americano del Sur, el cual ayudó a propagar las ideas de la insurgencia.

Después de largas consultas incluso con miembros del grupo de los Guadalupes que le enviaron
cartas con sus pensamientos, decidió transformar la Junta Gubernativa en un Congreso Nacional
electo hasta donde fuese posible por
el voto de los pueblos. El 14 de septiembre de 1813 Morelos inauguró el Congreso y redacta el
texto de "Sentimientos de la Nación". Las sesiones culminaron el 6 de noviembre con la
Declaración de Independencia total.

En esta sus autores rompieron completamente con la idea de la dependencia de la corona


española, otorgándole la soberanía a la nación, correspondiéndole a esta el hacer las leyes
constitucionales.

Para el invierno de 1813 Félix María Calleja como nuevo virrey desató una bien planeada
ofensiva contra Morelos. Morelos es derrotado en Valladolid y después en Puruarán, donde
cayó prisionero su segundo jefe Matamoros quien fue conducido a la capital provincial para ser
fusilado el 3 de febrero 1814. La línea defensiva de las fuerzas de Morelos fue derrotada y
cayeron sucesivamente Chilpancingo, Acapulco y Oaxaca. Las fuerzas de Morelos acabaron
dividiéndose en pequeñas guerrillas sin coordinación. Aun así los congresistas lograron redactar
el Decreto Constitucional en Apatzingan el 22 de Octubre de 1814. Morelos sin darse por
vencido siguió protegiendo al congreso y animándolo a

continuar.

A mediados de 1815 hicieron una pausa en Puruarán, lo que le permitió al congreso reorganizar
el gobierno, enviar una embajada a Estados Unidos y publicar el Manifiesto a las Naciones.
Después decidieron trasladar el gobierno a Tehuacán, Puebla. En el camino el jefe realista
Manuel de la Concha los atacó y capturó a Morelos. Los miembros del Congreso apenas lograron
llegar a Tehuacan.

Muerte de Morelos.

Calleja con gran resentimiento a Morelos por lo acontecido en Cuautla decidió dar un
espectáculo a los habitantes de la ciudad exhibiendo a Morelos, quien fue juzgado por la
Inquisición y un tribunal militar. Se le sentenció a muerte pero temieron que la ejecución en la
capital diera lugar a un alboroto popular, Calleja decidió que fuese fusilado fuera de ella y sin
publicidad, de esta forma el 22 de diciembre de 1815 en San Cristóbal Ecatepec fue segada la
vida del más grande caudillo de la independencia.

Declina la Lucha de Independencia.

Durante los cinco años siguientes a la muerte de Morelos la lucha de Independencia se halló
dividida en decenas de jefes insurgentes pero que al estar faltos de un líder, les faltaba la fuerza
necesaria para imponerse sobre los otros y llevar acabo la consumación de la independencia.

A pesar que el virrey Calleja logró fragmentar y casi eliminar a la insurgencia a través de la
represión y la persecución sin cuartel de los rebeldes esta continuó apareciendo continuamente.
Calleja advirtió que a pesar de toda la victoria que pueda obtener el pueblo de la Nueva España
estaba decidido a independizarse.
Fernando VII llamó a Calleja quien cedió el gobierno del virreinato al teniente general de la
armada Juan Ruiz de Apodaca, y este continuó combatiendo a la insurgencia.

El Virrey Juan Ruiz de Apodaca.

Después de la muerte de Morelos el congreso de Chilpancingo fue perseguido por los realistas y
finalmente Manuel Mier y Terán lo disolvió. Con esto se terminó el centro político unificador
que Morelos había creado.

Muchos jefes Militares continuaron la lucha de Morelos, pero casi todos fueron muertos,
encarcelados o indultados después de pagar a los realistas, repudiando la revolución y jurando a
Fernando VII.

En 1817 cayeron en prisión los jefes Mier y Terán, Ramón e Ignacio López Rayón, José Francisco
Osorno, Nicolás Bravo, colaboradores del Congreso de Chilpancingo: Bustamante, Herrera,
Berdisco, etc.

La expedición de Mina.

Con todas esas victorias el virrey Apodaca pudo considerar que había acabado con los focos
revolucionarios más importantes, ya que los únicos que subsistieron fueron varias guerrillas,
principalmente en el sur de Veracruz y el sur de Guanajuato, las cuales fueron subestimadas en
su poder por los altos mandos realistas. Dado esto el gobierno comenzó a trabajar en la
reconstrucción, pero fue cuando recibió sorpresivamente la noticia de que Javier Mina un joven
español de Navarra y adversario de Fernando VII, había desembarcado en la costa de Nuevo
Santander (Tamaulipas), junto con una expedición libertadora.

La expedición de Mina no pudo tener éxito ya que la enorme publicidad con que se manejó su
expedición permitió al virrey Apodaca tomar las medidas para detenerlo. Mina desembarcó con
unos trescientos hombres sin embargo logró escapar del cerco y meterse al centro de la Nueva
España. La acción de Mina duró apenas un semestre pero le dio un importante impulso a la
lucha de independencia. Moreno y Mina se unieron y lucharon contra Pascual de Liñan, enviado
por los realistas para detenerlos. Liñan los venció pero lograron escapar para intentar más tarde
un imprudente ataque a Guanajuato, después del cual fueron detenidos en el rancho "El
Venadito". El 11 de noviembre de 1817 Mina fue fusilado frente al fuerte de Los Remedios.

Guerrero fue un hombre de descendencia mulata que se había unido a la lucha desde 1810,
contó con todas las cualidades de un líder pero su papel fue secundario hasta 1814 ya que el se
centró en la lucha de guerrillas, lo que le permitió junto con su carácter alerta y resistente no
preocuparse. Fue el principal contendiente en el sur después de la muerte de Morelos y el único
que mantuvo viva la lucha cuando ya parecía extinguirse. A diferencia de otros militares
consideró importante la lucha en el terreno de los principios políticos y sociales, su ideario se
derivó directamente de las ideas de Hidalgo y Morelos. Cuando Mier y Terán disolvieron el
congreso se opuso a el ya que consideraba que un gobierno militar no era correcto y que era
necesario acatar las leyes que provenían de la lucha, principalmente el Decreto Constitucional.
Consumación de la Independencia.

Los Realistas Divididos.

Calleja envió al coronel José Gabriel de Armijo con un poderoso ejército en contra de Guerrero
quien siguió resistiendo en el sur. Los enfrentamientos entre las tropas de realistas e insurgentes
continuaron pero limitados a la zona que Guerrero tenia controlada. Guerrero se percató que
podía seguir resistiendo los ataques pero que no lograría extender la lucha, por otra parte los
realistas no lograron vencer a las fuerzas insurgentes, esto desesperó a ambos bandos. Al ser
virrey Apodaca sucesor de Calleja decidió entablar relaciones a través de contactos con Guerrero
para presionarlo a que abandone lucha a lo cual Guerrero se negó. Apodaca continuó insistiendo
secretamente a Guerrero, mientras que oficialmente tubo a Armijo combatiendo. Guerrero se
dio cuenta que el gobierno de la capital no estaba tan unida ya que Apodaca parecía no confiar
en sus militares y le ofrecía secretamente el perdón bajo condiciones atrayentes, y en el otro
lado Armijo le ofrecía el perdón pero bajo las condiciones más represivas.

La verdad del gobierno estaba desquebrajándose y ya no funcionaba como en los tiempos de


Calleja. Desde el virrey hacia abajo todos desconfiaban dando lugar a la formación de un sin fin
de intrigas, por ello Apodaca temió terminar con la misma suerte de Iturrigaray (ser destituido
del poder por un golpe de estado) Vio que el régimen realista perdía confianza en sí mismo,
Guerrero decidió seducir a uno de los jefes realistas, de esta forma quitar al régimen uno de los
cuerpos en que se apoyaba. Primero lo intentó con Armijo siendo el mas indicado pues era el
más cercano y dado sus altos cargos tuvo un alto número de tropas bajo su mando. Armijo no
acepto y continuó siendo fiel al gobierno. Guerrero entonces fijó su atención en el coronel Carlos
Moya dependiente de Armijo, después de sondear por medio de intermediarios le envió una
carta el 17 de agosto de 1820.

En esa carta Guerrero le pidió que se uniera a su lucha siguiendo el ejemplo de los
revolucionarios de la historia española y que tomó su ejemplo para independizarse no solo del
absolutismo de Fernando VII, sino del gobierno de los españoles constitucionales,
convirtiéndose en jefe de las fuerzas americanas y que observara que el panorama de político
les permitiría sacar ventaja ya que dentro de poco Apodaca seria remplazado por Francisco
Espoz y Mina quien tuvo cierto resentimiento a los realistas y de ideas liberales. En esa carta
Guerrero creó las bases sobre las que se desarrolló la independencia de México. Carlos Moya
rechazó la propuesta aunque no furiosamente y se la presentó a Armijo quien a su vez la llevó al
virrey. Apodaca no se escandalizó ante la carta y extrañamente no rompió su contacto secreto
con Guerrero, lo que forzó a la renuncia de Armijo pues no pudo vencer a Guerrero y nombra
jefe de las comandancias del sur a Agustín de Iturbide a quien informó de las ideas de Guerrero.

La Profesa.

Mientras Guerrero preparaba sus planes en el mismo seno de la capital se formuló otro plan
idéntico pero que rechazaba todo lo que pudiese sonar a insurgentismo, populismo y
constitucionalismo. Esta fue la "Conspiración de la Profesa" nombrada así por la iglesia en donde
se llevó acabo las reuniones de este grupo dirigido por el canónigo Matías de Monteagudo quien
como todos los comprometidos tuvo acceso a la corte virreinal, por lo que no se dudó que
Apodaca tuviera conocimiento de ella. Los miembros de la Profesa al igual que Guerrero,
necesitaron de apoyo militar para llevar a cabo sus planes y por supuesto un jefe que los
encabezara, en ello se encontraron a Iturbide un militar realista con sonados triunfos, (uno de
ellos contra las tropas de Morelos), quien atrajo la atención del grupo. Iturbide no tuvo un
historial muy limpio pero debido a las presiones de Monteagudo y otros gestores Apodaca
decidió darle, aunque no sin ciertas dudas la comandancia del sur.

Al aceptar la comandancia Iturbide tuvo la misión de eliminar a las fuerzas insurgentes de


Guerrero, pero esto se vio impedido primero porque Iturbide no tuvo la capacidad para cumplir
con esta misión, segundo el compromiso que había contraído con la Profesa y tercero los planes
que el mismo había comenzado a formular. No pensó desaprovechar la oportunidad si la tenia
de dar un golpe a Guerrero ya que aún rechazaba las ideas de los insurgentes. Pero no fue su
principal interés ya que tenia pensado negociar con Guerrero lo que convendría más a sus
intereses, además supo por el propio Apodaca que Guerrero estaba dispuesto a negociar.

Iturbide llegó al cuartel general de la comandancia en Teloloapan cerca de Iguala el 1 de


diciembre. Comenzó a establecer contactos con un gran número de aliados civiles y militares en
varias partes del virreinato, en tanto inició una operación por la serranía de Temascaltepec para
limpiar de "bandidos" el área.

Pedro Ascencio segundo jefe de Guerrero cerca de Tlatlaya capturó a la retaguardia de Iturbide,
eliminando a casi todos sus componentes y

a los cinco días Guerrero ganó otro combate frente a la sección de Carlos Moya.

Iturbide alarmado se percato que la insurgencia era más fuerte de lo que se pensaba en México
y de lo que el mismo creía. El 10 de mayo envió su primera carta al Jefe insurgente, Guerrero no
contestó con sobrados motivos. Iturbide volvió a escribir, y Guerrero contestó recelosamente.

El 27 de enero antes de que se diera un claro entendimiento entre Guerrero e Iturbide se


desarrolló el último enfrentamiento entre realistas e insurgentes en un lugar llamado La Cueva
de Diablo, donde venció Guerrero.

Iturbide sin más paciencia escribió la tercera y definitiva carta a Guerrero, esta más política y
concreta se dirigió al el insurgente en términos de "Estimado amigo" y le propuso una
entrevista, Guerrero pospuso la reunión pero se llego a un acuerdo a través de comisionados.

Iturbide informó los detalles de su plan y los medios por los que pensaba ponerlo en marcha.

Lo único que molestó a Guerrero fue que se ofreciera la corona de México a Fernando VII, pero
Iturbide debe haberlo tranquilizado diciéndole que era solo una maniobra política para obtener
confianza pero que nunca se llevaría acabo. Los insurgentes participaron cubriendo las espaldas
de Iturbide en el sur mientras él avanzó por el centro y occidente.
El Plan de Iguala.

El 24 de febrero de 1821 en Iguala Iturbide redactó "El Plan de Iguala", basado en lo ideado por
los miembros de la profesa pero más intolerante y adecuado para la realidad de ese momento.
En 24 artículos Iturbide describió su plan de Independencia y la organización del nuevo Estado.
Las ideas más importantes fueron:

-Religión católica, sin tolerar ninguna otra

-La Nueva España es independiente de cualquier otra nación

-El gobierno seria monarquía moderada con base en la constitución

-El emperador será Fernando VII u otro miembro de la casa reinante española

-Todos los habitantes de la Nueva España sin distinción de europeos, africanos, ni indios son
ciudadanos de esta monarquía con opción a todo empleo.

-Los bienes de personas y cleros serán respetados.

-Se formará un ejército protector de las Tres Garantías: religión, independencia y unión de
americanos y europeos.

-Las tropas del ejército realista que se unan al ejército de las Tres Garantías serán consideradas
como milicia nacional.

El 2 de Marzo el plan y su manifiesto fueron leídos a las tropas acuarteladas en Iguala, donde
juraron defender la independencia y Iturbide fue nombrado "Primer Jefe del Ejército
Trigarante".

Al no disponer de imprenta Iturbide hizo uso de un hábil grupo de copiadores quienes desde la
última semana de febrero trabajaron día y noche para hacer cientos de copias del Plan de Iguala.
Estas fueron distribuidas inmediatamente a las personas más importantes de cada localidad de
la Nueva España.

Aunque Apodaca llamó traidor a Iturbide y trató de organizar una ofensiva para destruirlo no
pudo confiar en el ejército, mientras Iturbide recibió adhesiones cada vez más numerosas. El
alto clero con excepción del arzobispo de México se le sumo y ayudó a la propagación del plan
prestando las imprentas. Esto fue principal ya que la fuerza de plan fue conseguir la mayor
cantidad de gente posibles ya que el ejército realista contaba con aproximadamente 30 mil
hombres, buena parte de los cuales para fortuna de Iturbide se unieron a la idea.

Con Guerrero cubriéndolo en la retaguardia, por el sur Iturbide marchó hacia las intendencias de
Valladolid y Guanajuato. No fue hasta antes de partir en el pueblo de Teloloapan que Iturbide y
Guerrero se encontraron. Guerrero reconoció a Iturbide como Primer Jefe del Ejército Trigarante
y de la independencia.
El Plan de Iguala pareció ajustar las desigualdades entre los dos bandos, por lo que fue
ampliamente acogido, las ciudades lo aclamaban y los soldados realistas se unieron en gran
masa a las filas trigarantes. Iturbide marchó por Guanajuato y Querétaro hasta Puebla.

La Consumación.

En la ciudad de México Apodaca fue destituido por la guardia de la ciudad designando en su


lugar al mariscal Francisco Novella.

En Puebla Iturbide recibió la noticia de la llegada del último virrey Juan de O´Donojú. A pesar de
no ser Ezpos y Mina el candidato enviado que había imaginado Guerrero, O´Donojú era un
masón, liberal y anticolonialista, hombre práctico y abierto quien reafirmó los cálculos de
Guerrero al no imponerse, sino a entender la peculiar situación política.

Se encontró con Iturbide en Córdoba el 24 de agosto donde llagaron a un acuerdo y firmaron el


tratado de Córdoba, en el que se reconoció la

Independencia de México y se ratificó con ligeras variantes el plan de Iguala.

Juan de O' Donoju Último Virrey

Iturbide y O´Donojú al frente del ejército Trigarante establecieron su cuartel en Tacubaya a las
orillas de la ciudad donde negociaron la rendición de

la ciudad con Novella. Por fin la capital capituló, y el 27 de septiembre de 1821 el ejército
Trigarante entró a la capital en medio de la multitud

que aplaudió la independencia, marcando así el triunfo de 11 años de lucha por la


Independencia.

Independencia de México.

Antecedentes:

Antecedentes de la Independencia

“La Independencia es uno de los acontecimientos de mayor importancia en nuestra historia,


porque marca el fin de la vida de México sometido como colonia de España y el principio de su
vida como nación independiente.”

Entre las causa que determinaron la gran revolución de 1810 tuvieron su origen en las
condiciones del régimen colonial, como la desigualdad económica y social de sus habitantes, las
dificultades que las leyes oponían al progreso y el menosprecio con que eran vistos los nacidos
en América; todo lo cual engendraba un profundo malestar entre los americanos y el gobierno
de España.
Nuestro movimiento de independencia fue inspirado y fomentado por las grandes revoluciones
que en Inglaterra y Francia acabaron con el régimen de las monarquías absolutas e introdujeron
el régimen liberal-burgués.

Influencias externas de la Independencia.

Entre los factores externos que, junto con las condiciones internas de las colonias españolas,
determinaron el movimiento de liberación de las nuevas naciones americanas, se manifiestan
las doctrinas de los filósofos y economistas de la burguesía y las grandes revoluciones que
sacuden a Europa para establecer el régimen capitalista.

Oposición entre Americanos y Españoles

En el fondo de la sociedad colonial existía un profundo malestar causando por diferencias


sociales y económicas, que hacían a sus diversos elementos sentir aversión recíproca y buscar
los medios de acabar con las desigualdades creadas por las leyes en beneficio de una minoría
privilegiada.

La causa de este malestar radicaba en la mala repartición de las tierras y en las múltiples trabas
y limitaciones que se pusieron al desarrollo de las industrias y de la agricultura de México, en
beneficio de la industria y del comercio de España.

Aunque México era aparentemente rico y próspero, el pueblo se encontraba en la miseria,


debido a que los blancos eran dueños de casi toda la riqueza del país, y al gobierno español se le
envidiaban fuertes sumas de dinero como tributo de la Nueva España.

Españoles Peninsulares y Americanos.

Formaban la clase predominante en españoles, peninsulares y americanos la Colonia por su


ilustración y riqueza y por el influjo que ejercían, pues sus miembros acaparaban todos los
empleos y disfrutaban exclusivamente de los derechos civiles y políticos.

Aunque las leyes concedían los mismos derechos a los españoles peninsulares o gachupines que
a los americanos o criollos, los encargados de ejecutarlas ponían trabas para anular esa
igualdad.

En manos de los españoles peninsulares se hallaban el poder, la fuerza, la administración de la


justicia, el comercio, las propiedades y la riqueza; eran los únicos que podían desempeñar los
puestos de mando y obtener dignidades religiosas, con todos sus privilegios de poder y dominio
sobre la sociedad.

“A los criollos, en cambio, se les tenía cerrado el camino de los honores y las dignidades y
estaban alejados de los empleos de cierta importancia, viéndose limitados a las labores
subalternas de las oficinas o a las humildes funciones de curas, de abogados o de oficiales del
ejército.”
No obstante, fueron los menos oprimidos y recibieron ilustración, construyendo, por tanto, el
grupo más fuerte económica y culturalmente, que habrían de ser el iniciador de la lucha contra
los opresores, por tener una idea más precisa de la libertad y del derecho.

El pensamiento liberal francés.

“Influyó mucho sobre la aristocracia y la mesocracia mexicanas desde mediados del siglo XVIII.
Rousseau y Montesquieu fueron muy leídos, y los claros y sistemáticos principios de aquél, a
saber, el del contrato social, el de la voluntad general y el de la soberanía popular, se
difundieron mucho y llegaron a todos, incluso a los iletrados.”

La independencia norteamericana.

Dentro del movimiento de independencia norteamericano hubo una revolución política y una
lucha emancipadora. Y aunque triunfaran las dos, en México produjo mayor impresión la
libertad alcanzada. Y es que ésta interesaba a los mexicanos más que aquella.

Lo ocurrido a sus puertas les alentaba y servía de ejemplo. Por eso, a partir de la ruptura de las
colonias inglesas con su metrópoli, los criollos mexicanos comenzarán a adoptar una actitud
desafiadora, a hablar claramente de independencia y a coligarse para intentarla.

Además, de muchas colonias se introdujo mucha propaganda revolucionaria en la Nueva


España, y ellas sirvieron de refugio a los perseguidos aquí por motivos políticos.

La Revolución Francesa.

Fue su influjo el que se sintió con más fuerza en nuestro país. Debióse esto sin duda al imperio
que sobre el mundo urbano de México ejerció durante el siglo XVIII todo lo francés: ideas,
modas, costumbres, etc. Desde que la revolución estalló en Francia, comenzó la agitación
política en la Colonia. Un grupo algo numeroso de franceses y mexicanos se mostró muy activo
en la defensa del proceder de los revolucionarios y en la difusión de sus principios. Existía una
propaganda dirigida desde la misma Francia, consistente en escritos o en objetos de moda que
llevaban grabados lemas revolucionarios en lugares escondidos. Aunque el Rey Branciforte
persiguió denodadamente a los franceses y partidarios de la revolución francesa, siguió
cundiendo y agitando a los mexicanos la gran conmoción política del siglo.

Con la toma de La Bastilla, el 14 de julio de 1789, por el pueblo de París, se inicia el gran
movimiento conocido con el nombre de revolución francesa, que vino a transformar el orden
político-económico de Francia.

Las aspiraciones de la burguesía francesa a desenvolverse, a elevar las condiciones de su


industria a defenderse de la competencia de Inglaterra, pero sobre todo su pretensión de
derechos políticos, fueron factores que determinaron esta lucha.

La revolución francesa proclamó el régimen republicano, los derechos del hombre y la soberanía
del pueblo. Pero en noviembre de 1799 Napoleón Bonaparte se convirtió en dictador y más
tarde en emperador de Francia, lo cual tuvo repercusiones insospechadas en España y sus
Colonias.

La invasión de España por Napoleón.

En 1808, con el pretexto de hacer frente al bloqueo económico de Inglaterra. Napoleón invadió
España y ocupó militarmente sus principales plazas. El ministro Godoy quiso entonces poner a
salvo a la familia real trasladándola a la Nueva España.

“Pero el pueblo español, se opuso a la realización del proyecto por medio de motines populares
en Aranjuez, donde residían los monarcas dando como resultado que Godoy fuera destituido y
que Carlos IV abdicara la corona a favor de su Hijo Fernando.”

Pero al volver a Madrid, Carlos IV quiso anular su renuncia y acudió a Napoleón; lo mismo hizo
Fernando VII para no perder la corona. Padre e Hijo fueron a Bayona a solicitar su respectivo
reconocimiento, y allí Napoleón hizo que Fernando renunciara en favor de su padre, y que éste
abdicara a favor de Napoleón, mediante un tratado en que le cedía España y las Indias.

Entonces el emperador nombró rey de España a su hermano José Bonaparte, quien sólo pudio
sostenerse en el trono por la fuerza de las armas.

Influencia de los Filósofos y Economistas.

“Tuvo su origen en las ideas de los filósofos y enciclopedistas, que sustentaban la doctrina de la
soberanía de la soberanía popular como fuente del poder público en contra del derecho divino
de los reyes.”

El pensamiento de Locke y Voltaire en filosofía, de Adam Smith y Quasnay en economía y de


Montesquieu y Rousseau en derecho, representaban las corrientes fundamentales del
pensamiento revolucionario de la burguesía, que trataba de destruir el régimen feudal y
reemplazarlo por el régimen capitalista.

Ese pensamiento era irradiado por los enciclopedistas hacia otros países como España, donde su
influencia se marcó no sólo en la política económica y administrativa, sino que se transmitió a
sus colonias.

Los libros de de Rousseau, de Voltaire y de Montesquieu eran introducidos en la Nueva España,


y en ellos bebían los criollos las inspiraciones de libertad.

La Revolución industrial en Inglaterra.

Transformó la antigua producción artesana en fabril maquinista y estableció a la vez la


monarquía constitucional, el Parlamento y las formas políticas que favorecieron el desarrollo de
la burguesía.
Empleo toda su fuerza política para acelerar el desarrollo de la producción capitalista dentro de
su propio país, tuvo la necesidad de conquistar nuevos mercados para la venta de sus productos
y la adquisición de materias primas.

“Todo el siglo XVIII duró la guerra entre España e Inglaterra, que trajo por consecuencia la
decadencia del Imperio feudal y el desarrollo y expansión del capitalismo inglés.”

La Independencia de los Estados Unidos.

En 1776 las colonias inglesas de América del Norte se revelaron contra su metrópoli. La cuestión
comenzó con el pretexto de resistir a un tributo que la corona imponía a los colonos, y vino a
culminar en una revolución que se convirtió en guerra de independencia, basada en los
principios de la soberanía popular.

Entre los años 1776 y 1780 los estados de la confederación americana se dedicaron a estructurar
su organización política, adoptando la forma republicana, democrática y representativa de
gobierno y consagrando en su constitución los derechos del hombre.

La guerra de independencia norteamericana y la formación de los Estados Unidos alcanzó gran


resonancia en el resto de América y creó un estado latente de opinión favorable a una
revolución.

Rebeldía del pueblo español.

El pueblo español se sublevó contra los invasores, repudiando a José Bonaparte como rey.
Entonces surge en España numerosas juntas políticas con el fin de gobernar las provincias en
ausencia del monarca legítimo y emprender la lucha contra los invasores.

Las colonias americanas siguieron el ejemplo de la metrópoli, no reconociendo la dominación


francesa; pero al mismo tiempo trataron de organizar juntas de gobierno independientes
mientras se restituían en España los reyes legítimos. Así comenzó un movimiento patriótico, que
acabo por ser una lucha de independencia nacional.

Precursores de la Independencia.

Los conatos y conjuraciones del siglo XVIII.

“Desde que triunfó la revolución en Francia, desatóse en la Nueva España alguna agitación
contra el régimen español y hubo conatos de levantamiento y conjuraciones. El 8 de septiembre
de 1794 aparecieron pegados en las esquinas de la ciudad de México pasquines en que se
aplaudía a la nación francesa por haber adoptado el régimen republicano; lo cual dio lugar a que
circularan rumores de insurrección y a que el virrey, alarmando, ordenase la detención de
muchos franceses y varios mexicanos.”

Iniciación de la guerra de Independencia.


La represión de movimiento emancipador y sus frutos.

El triunfo envalentonó al bando español, que cometió toda clase de tropelías en la calle y
organizó la persecución de sus enemigos desde el gobierno. Al frente de éste puso a un anciano,
el mariscal de campo don Pedro de Garibay, quien fue juguete fácil de la audiencia, cabeza
visible y autoridad mayor de dicho bando.

Los excesos callejeros eran imputables en su mayoría sus milicias organizadas por Yermo,
latifundista español, para asegurar el triunfo: el cuerpo que formaron se le llamó de Fernando
VII, pero sus componentes fueron más conocidos con el nombre de chaquetas que les puso el
pueblo y que luego aplicó éste a los partidarios de la dominación española. Tanto perturbaron
esas primicias la vida de la capital que el mismo virrey se vio obligado a disolverlas.

La persecución de los partidarios de la independencia se centró en un organismo creado en junio


de 1809, a saber: la junta consultiva encargada de conocer de las causas de infidencia convertida
algo después en la llamada junta de seguridad.

Los excesos de los milicianos y las medidas represivas exasperaron a un más a los patriotas y
contribuyeron considerablemente a empujarlos hacia la solución violenta o revolucionaria.

La acción del Ayuntamiento y la reunión de juntas.

Los acontecimientos españoles de 1808 tuvieron gran repercusión en la Nueva España. El 14 de


julio se conocieron por gacetas llegadas a Madrid las renuncias de los reyes a favor de Napoleón.
Ante esta nueva, todo el reino se conmovió y singularmente su capital. Considerándose aquí,
como en la Península, y legitimas las abdicaciones, surgió de inmediato en la mente de todos,
autoridades y súbditos, la cuestión de cómo sustituir a los soberanos.

“Para examinar la situación se reunió poco después el cabildo de la Ciudad de México y a


requerimiento del síndico Verdad, y el regidor Azcárate, acordó dirigirse al Virrey proponiéndole
que, mientras los reyes y la nación no fuesen enteramente libres, siguiese la misma autoridad de
la colonia gobernando a ésta de manera provisional, y que ni siquiera ejerciese el cargo en
nombre de los monarcas españoles, si no que continuara en él por el solo nombramiento
provisional del reino novohispano.”

La audiencia, en real acuerdo, rechazó la proposición del cabildo y fue del parecer que no se
tocase en nada el régimen establecido.

El rey Iturrigaray, incitado por unos y otros, y aunque la audiencia viera la idea con malos ojos,
decidió convocar una junta representativa muy restringida. En ésta y en otras tres juntas que
hubo después, la audiencia, temerosa de que la reunión de unas cortes o un congreso nacional
encaminase al país hacia la independencia, se opuso terminantemente al cabildo que sostenía
apasionadamente la tesis de la asamblea representativa. No pasaron las cosas de ahí. Cuando el
virrey se mostró decididamente partidario de ésta tesis, fue violentamente depuesto por la
audiencia y el bando europeo. Este golpe tuvo lugar el 15 de septiembre.
Los sucesos de España y su repercusión en México.

“Cuando llegaron a México las noticias de los graves sucesos ocurridos en España, se produjo
una gran agitación entre los criollos que veían en esos acontecimientos la oportunidad de hacer
independiente a la colonia, agitación que fue creciendo hasta tomar el carácter de una
verdadera revolución de independencia en 1810.”

Representación del ayuntamiento.

El ayuntamiento de la Ciudad de México, integrado por los criollos, dirigió al virrey Iturrigaray y
una representación el 19 de julio de 1808, declarando, que, en ausencia del monarca legítimo, la
soberanía recaía en el pueblo y, por tanto mientras durara aquella crisis el virrey seguía
gobernando la Nueva España, pero sin depender de ninguna potencia, ni siquiera de la misma
España.

“El virrey consultó a la audiencia; pero comprendiendo ésta que aceptara la propuesta del
ayuntamiento era tanto como declarar independiente a la colonia, rechazó el proyecto.
Igualmente desecho otra proposición del ayuntamiento para que se convocara una junta de
representantes del reino a fin de que resolviera la situación.”

Los españoles imponen al virrey Garibay.

La misma noche de la deposición de Iturigaray, se reunieron en palacio el Arzobispo, los oidores


y demás complicados en el movimiento y designaron virrey a don Pedro Garibay.

Los autores del motín procedieron a organizarse militarmente bajo el nombre de Voluntarios de
Fernando VII, y no sólo pretendían influir en el gobierno, sino que cometían toda clase de
abusos, por lo que Garibay ordenó su disolución.

Así mismo tubo que disolver las tropas que habían sido acantonadas en Jalapa por el Virrey
Iturrigaray, en previsión de una posible invasión de los ingreses, porque los oficiales criollos
comenzaban a dar señales de inquietud y se mostraban francamente partidarios de la
independencia.

“En nuevo virrey y el arzobispo Lizana trabajaron activamente en reunir fondos para enviarlos a
España y contribuir así a la defensa de la Península en contra de Napoleón.”

Influencias internas de la Independencia.

Pueden ser consideradas como causas internas aquéllas que se originaron en el interior de la
sociedad mexicana como resultado de su propio desarrollo histórico, y se caracterizan por
destacar algunos aspectos negativos de la acción colonizadora española. En general, todos estos
posibles motivos fueron señalados desde los primeros momentos del proceso independentista,
a veces por los mismos protagonistas de los acontecimientos, por lo que suelen tener una
intención más justificativa que explicativa. Así, por ejemplo, cuando se atribuye el deseo de
independencia a la corrupción administrativa y la inmoralidad burocrática por parte de las
autoridades españolas, o a la relajación de las costumbres del clero, se trata de destacar algunos
casos, que sin duda fueron tenidos en cuenta por los patriotas, pero a los que no puede
atribuirse un carácter generalizado a toda la administración y a todos los territorios.

En México, también el bajo clero, como muestra la destacada participación de los sacerdotes
Miguel Hidalgo y José María Morelos, colaboró con los revolucionarios y tuvo una participación
destacada en la independencia. Otras posibles causas aducidas reiteradamente, como la
crueldad y el despotismo con que eran

tratados los indígenas y las restricciones culturales impuestas por las autoridades españolas,
están en abierta contradicción con algunos datos de la realidad.

En el virreinato de la Nueva España, muchos indígenas militaron en el bando realista, lo que dio
a los enfrentamientos en esos territorios un carácter de verdadera guerra civil.

La existencia de universidades enmuchas de las más importantes ciudades hispanoamericanas,


así como la formación cultural en las mismas de los propios caudillos independentistas son otros
tantos argumentos en contra de la generalización de las razones mencionadas, necesitadas de
precisiones que alteran considerablemente su interpretación, como sucede con la rivalidad
entre criollos y españoles, con la consiguiente postergación de aquellos, y el establecimiento de
un régimen de monopolios, gabelas y trabas, que dificultaba el desarrollo de la economía
americana y frenaba el crecimiento de su capacidad productiva.

La legislación española no diferenciaba entre los españoles peninsulares y americanos, por lo


que el problema se planteaba, igual que en España, entre los naturales de una región, provincia
o reino que aspiraban a ocupar los puestos de la administración en su tierra y los que provenían
de otras zonas, ocupaban los cargos y desplazaban a los naturales, generalmente por residir enla
corte o tener valedores en ella. En cuanto al sistema económico, su influencia se vio disminuida
por el incumplimiento sistemático de la normativa, el contrabando y la escasa capacidad
industrial de los territoriosamericanos. Más bien fueron las medidas económicas de carácter
liberal que venían implantándose desde el siglo XVIII las que estimularon en la burguesía criolla
un creciente deseo de libertad mercantil.

Mayor importancia que las mencionadas hasta aquí tuvieron las siguientes causas:

La concepción patrimonial del Estado, toda vez que las Indias estaban vinculadas a España a
través de la

persona del monarca. Las abdicaciones forzadas de Carlos IV y Fernando VII, en 1808, rompieron
la legitimidad establecida e interrumpieron los vínculos existentes entre la Corona y los
territorios hispanoamericanos, que se vieron en la necesidad de atender a su propio gobierno.

La difusión de doctrinas populistas. Desde santo Tomás de Aquino hasta el español Francisco
Suárez, la tradición escolástica había mantenido la teoría de que la soberanía revierte al pueblo
cuando falta la figura del rey. Esta doctrina de la soberanía popular, vigente en España, debió de
influir en los independentistas tanto como las emanadas del pensamiento ilustrado del siglo
XVIII.

La labor de los jesuitas. Las críticas dirigidas por los miembros de la Compañía de Jesús a la
actuación española en América después de su expulsión de España en 1767, plasmadas en
abundantes publicaciones, tuvieron gran importancia en la generación de un clima de oposición
al dominio español entre la burguesía criolla.

Las enseñanzas impartidas por las universidades y el papel desarrollado por las academias
literarias, las sociedades económicas y la masonería. La difusión de ideas liberales y
revolucionarias contrarias a la actuación de España en América ejerció una gran influencia en la
formación de algunos de los principales líderes de la independencia, cuya vinculación con la
Logia Lautaro les proporcionó el marco adecuado para la conspiración.

Las Primeras Conspiraciones.

Las más importantes fueron las de Valladolid (hoy Morelia) y la de Querétaro.

En la primera tomaron parte don Mariano Quevedo y don José Michelena, don José María
García Obeso, don Mariano Ruiz Chávez y otros. Eran militares, licenciados o sacerdotes fueron
descubiertos y castigados levemente.

En la conspiración de Querétaro intervinieron el Corregidor Don Miguel Domínguez, su esposa


doña Joséfa Ortíz de Domínguez, los capitanes Ignacio Allende, Juan Aldama, Mariano Abasolo y
Don Miguel Hidalgo y Costilla.

La conspiración de Queretaro.

Mientras tanto, según sucedía en otros países hispanoamericanos, algunos criollos comenzaron
a reunirse en secreto para planear cómo cambiar el gobierno virreinal. En 1810. Miguel
Domínguez, corregidor (una clase de juez) de Querétaro, y su esposa, Josefa Ortiz de Domínguez,
empezaron a reunirse con algunos militares, como Ignacio Allende y Juan Aldama. A las juntas
también asistía Miguel Hidalgo y Costilla, el párroco de Dolores.

La conspiración fue descubierta, pero antes de que las autoridades pudieran apresara a los
participantes, la valiente doña Josefa lo supo y consiguió avisarle a Allende. Éste cabalgó toda la
noche para ir de San Miguel a Dolores sin que lo vieran y prevenir a Hidalgo: sus planes habían
sido delatados.

El grito de Dolores.

Hidalgo y Allende adelantaron la fecha de su rebelión. De inmediato, en la madrugada del


domingo 16 de septiembre, Hidalgo mandó tocar las campanas de la iglesia para reunir a la
gente. Les recordó las injusticias que sufrían y los animó a luchar en contra del mal gobierno.
Ahora celebramos cada año el Grito de Dolores, pero esa madrugada el ambiente era tenso.
Los hombres y las mujeres que siguieron a Hidalgo no eran un ejército; eran un pueblo que
quería un gobierno justo. No tenían armas suficientes, pero tomaron palos, hondas, machetes e
instrumentos de labranza. Hidalgo comenzó su

marcha con seiscientos hombres, que pronto fueron casi ochenta mil. Lo seguían indios,
mestizos, criollos y algunos españoles, militares, sacerdotes, peones y mineros iban mezclados,
persiguiendo un mismo ideal de justicia.

En Atotonilco, Hidalgo tomó como bandera un estandarte con la Virgen de Guadalupe. Los
insurgentes entraron sin resistencia a San Miguel el Grande (hoy San Miguel Allende), Celaya y
Salamanca. Después llegaron a Guanajuato y exigieron a las autoridades que se rindieran. Pero
éstas se encerraron con los

españoles ricos en la alhóndiga (un almacén de granos) de Granaditas, para defenderse, tomada
por asalto gracias al heroísmo de Juan José Martínez (Pípila), un joven que cubierto con una loza
de piedra, desafió las balas enemigas y llegó a la puerta le prendió fuego. La tropa tomó el
edificio, mató a sus ocupantes y saqueó la ciudad, sin que Hidalgo ni Allende pudieran evitarlo.

Siguieron a Valladolid, que se rindió sin luchar, pues sus habitantes estaban atemorizados por lo
que había sucedido en Guanajuato.

Cerca de Valladolid, José María Morelos habló con Hidalgo, quien le encargó que levantara en
armas el sur y tomara Acapulco. Un puerto les permitiría comunicarse con el exterior. Mientras
tanto, en otros lugares habían estallado más revueltos.

Hidalgo avanzó hacia la Ciudad de México.

En las cercanías de la capital, en el Monte de las Cruces, venció

al ejército realista, tras ese triunfo Allende propuso que fueran sobre la capital, pero Hidalgo se
negó. Tal vez consideró que no tenía hombres y armas suficientes, o terminó que la ciudad fuera
saqueada como Guanajuato.

El caso es que prefirió regresar a Valladolid; desalentados por esa decisión, muchos de sus
seguidores abandonaron el ejército.

Poco después, los insurgentes fueron derrotados por Félix María Calleja en Aculco, en el hoy
estado de México. Quedaron casi aniquilados y perdieron muchas armas y provisiones. Hidalgo
se retiró a Guadalajara, en donde suprimió la esclavitud y los tributos que pagaban los indios.

En enero de 1811, los Insurgentes fueron vencidos de nuevo por Calleja, de manera definitiva,
en Puente de Calderón, muy cerca de Guadalajara.

Con unos dos mil soldados, Hidalgo y Allende marcharon al norte para comprar armas en la
frontera.
En Coahuila, en Norias del Baján (o Acatita del Baján), fueron traicionados y apresados, junto
con Aldama y José Mariano Jiménez. En la ciudad de Chihuahua se les condenó a muerte.
Hidalgo fue fusilado el 30 de julio de 1811. Su cabeza, y las de Allende, Aldama y Jiménez, fueron
puestas en jaulas de hierro, en las esquinas de la alhóndiga, en Guanajuato como advertencia a
la población.

La Junta de Zitácuaro.

En Zitácuaro, el 19 de agosto de 1811, Rayón dirige la Suprema Junta Nacional Americana, a


nombre de Fernando VII, la junta estaba formada por un cuerpo colegiado de cinco vocales, en
el momento fueron designados tres de ellos: el propio Rayón y sus compañeros de armas, José
María Liceaga y José Sixto Berdusco. Apoyándose en los precedentes de la península ibérica y de
algunas ciudades sudamericanas, Rayón se proponía con la junta, además de asegurar su
posición personal, dar unidad a la causa revolucionaria, cuestionar la legitimidad del gobierno
virreinal de la Ciudad de México y fortalecer un instituto que fijara la línea ideológica del
movimiento insurgente.

La junta logro ser escuchada en la zona central del país y algunos jefes menores, se le unieron;
contó con el aval de Morelos; uso la imprenta para propagar sus ideas en vasta escala; emitió
moneda nacional con los emblemas del "águila, nopal, arco, flecha y honda"; envió una comisión
a los Estados Unidos para gestionar su reconocimiento, por lo menos en calidad de beligerante;
se benefició con los auxilios e informes que le proporcionaba desde la Ciudad de México una
organización secreta que se hizo famosa con el nombre de Los Guadalupes, y elaboró el
proyecto de una Constitución Nacional, el cual no pudo ser llevado acabo. La junta no tenía el
poder que necesitaba para ser obedecida por la mayoría de los jefes combatientes, necesitaba
tener el dominio seguro de una buena parte del país; pero Calleja, al frente de su flamante
división, tomó por asalto Zitácuaro, en los primeros días de 1812; impidiendo que los proyectos
de la junta se consolidaran. Rayón y la junta no tuvieron otra opción que huir perseguidos por
los realistas. Luego, los vocales se separaron, trabajando cada uno en distintas áreas; Rayón en
la intendencia de México, Berduzco en la de Michoacán y Liceaga en la de Guanajuato. Cada uno
pretendió tener la dirección de la junta, lo que provocó una querella entre los tres fundadores y
en la disolución de la junta, hacia el primer semestre de 1813. Rayón, No solo en aspecto militar
tuvo problemas ya que cada derrota hacia que perdiera el prestigio ante el resto de los jefes
insurgentes, y otra razón de su perdida de autoridad fue su falta de visión, mientras el
movimiento se inclinaba a ser más radical, él se aferraba a la tesis de que la soberanía emanaba
del pueblo, pero "residía en la persona de Fernando VII". Para el 1813 esta idea había sido
dejada muy atrás, lo que deseaba era la independencia total del país. Solo otro jefe insurgente
tenia el prestigio militar y también la comprensión del movimiento como para dirigirlo con la
fuerza de Hidalgo, este hombre era Morelos.

Morelos cura de Cuarácuaro de origen mestizo y humilde era un hombre que a base de trabajo
desde muy temprana edad había logrado

pagar su educación.
Estudio en el Colegio de San Nicolás cuando Hidalgo era rector. Hasta el levantamiento en
Dolores, había sido un buen burgués de la época colonial, dedicándose a diversas actividades
económicas además de las parroquiales, pero al enterarse del movimiento que dirigía Hidalgo su
carácter sufrió una transformación y decidió unirse a la lucha. Alcanzó a Hidalgo en Indaparapeo
y siguió con él hasta el Charo donde Hidalgo lo eligió para dirigir la lucha en el sur y tomar el
puerto de Acapulco.

La campaña de Morelos.

Morelos levantó un ejército no muy numeroso pero bien organizado, que fue sumando triunfos.
En febrero de1812, se apoderó de Cuautla. Calleja sitió la ciudad, para rendirla por hambres y
por sed, pero sus habitantes la defendieron con heroísmo. Cuando Morelos resolvió salir, los
logró con muy pocas bajas.

Después reorganizó su ejército y tomó Orizaba, Oaxaca y Acapulco.

Morelos decidió que hacía el gobierno que unificara el movimiento insurgente y organizó un
congreso que redactó la Constitución de Apatzingán, que fue el primer conjunto de leyes
mexicanas. Nunca entró en vigor, porque los insurgentes comenzaron a sufrir una derrota tras
otra. Morelos fue hecho prisionero cuando

escoltaban al Congreso camino a Tehuacán Fue fusilado en San Cristóbal Ecatepec, en el ahora
estado de México, el 22 de diciembre de 1815.

El gobierno virreinal intentó tranquilizar el país, pero el descontento continuaba. Habían


muertos los primeros caudillos de la independencia, pero nuevos jefes continuaron en pie de
guerra. Entre otros, Nicolás Bravo, Pedro Moreno, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.

Mientras Hidalgo y Morelos combatían, en España el pueblo luchaba para expulsar a los
franceses que la habían invadido en 1808. En ese tiempo, el gobierno que los españoles
organizaron para oponerse a los franceses convocó a un congreso con representantes de toda la
monarquía, en el puerto de Cádiz. En América la noticia despertó gran interés, pues era la
primera ocasión en que las autoridades españolas tomaban en cuenta a los criollos.

Algunos de los representantes, o diputados, tanto españoles como americanos querían que la
situación cambiara; que hubiera más libertad y el gobierno y el rey obedecieran las leyes. Eran
liberales. Para otros, lo mejor era mantener las cosas como estaban.

Las cortes y la constitución de Cadiz.

A las Cortes de Cádiz acudieron diecisiete diputados de la Nueva España. Exigieron que
españoles e hispanoamericanos fueran iguales ante la ley; que se dejara de discriminar a las
castas; que se abrieron más caminos, escuelas e industrias; que los habitantes de la Nueva
España participaran en su gobierno; que hubiera libertad de imprenta y se declarara que la
soberanía reside en el pueblo.
La Constitución Política de la Monarquía Española, el documento que produjeron las Cortes, se
promulgó en marzo de 1812. Redujo los poderes del rey, estableció la igualdad ante la ley de
peninsulares y americanos, y eliminó el tributo que pagaban los indígenas. Sin embargo, cuando
las tropas de Napoleón fueron expulsadas de España en 1814, subió al trono Fernando Vll y se
negó a gobernar conforme a la Constitución.

Los liberales fueron perseguidos, pero siguieron defendiendo sus ideas. Con el apoyo de parte
del ejército, en 1820 obligaron a Fernando VII a reconocer la Constitución. El rey no tardó en
descartarla y volvió a mandar como monarca absoluto, pero el breve tiempo en que la reconoció
tuvo consecuencias muy importantes.

La Nueva España hacia 1820.

La consumación de la independencia.

En abril de 1817, el liberal español Francisco Javier Mina llegó a la Nueva España para luchar del
lado de los insurgentes. Lo acompañaba el sacerdote mexicano Fray Servando Teresa de Mier.

Cuando Napoleón invadió España, Mina dejó sus estudios para combatir a los franceses pero fue
capturado y estuvo prisionero en Francia hasta que Fernando VII recuperó su trono. Mina
regresó a España, y al saber que el monarca traicionaba la Constitución se levantó en armas.
Derrotado, huyó a Inglaterra, donde conoció a Fray Servando, quien lo convenció de que
peleando por la independencia de México combatiría mejor contra el rey español.

Mina llegó a Soto la Marina, en el Golfo de México, con tres barcos y poco más de trescientos
hombres, con el apoyo económico de Inglaterra y de los Estados Unidos de América, ya que a
estos países les interesaba debilitar a España. Mina ganó algunas batallas, ayudó al insurgente
Pedro Moreno, recorrió el Bajío e intentó tomar Guanajuato.

Seis meses después de su llegada, Mina fue hecho prisionero y unos días después, fusilado

Al llegar 1820, muchos de los insurgentes habían sido derrotados, pero algunos se mantenían en
pie de lucha. Los dirigían, entre otros Juan Álvarez, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero.

Los españoles y los criollos ricos habían estado en contra de Hidalgo y de Morelos, y en contra
de las Cortes de Cádiz. Sin embargo, en 1820 también ellos creyeron llegado el momento de que
la Nueva España se independizara. No estaban de acuerdo con las ideas de igualdad y de
soberanía popular, ni les interesaba mucho mejorar las condiciones en que vivía la gente. Pero
no querían obedecer la Constitución de Cádiz, que en España acababa de ser puesta
nuevamente en vigor, así que decidieron apoyar la independencia. Si la Nueva España se hacía
independiente, ellos podrían controlar la situación y mantener sus privilegios.

Ahora fueron los criollos ricos y los españoles quienes empezaron a conspirar, en la iglesia de La
Profesa, en la ciudad de México. En esas reuniones se decidieron por la independencia; pero
antes necesitaban pacificar el Virreinato. Para conseguirlo, lograron que el virrey enviara al
coronel criollo Agustín de Iturbide a combatir contra Vicente Guerrero.

Iturbide intentó derrotar a Guerrero, pero el insurgente conocía tan bien las serranías del sur
que no hubo manera de vencerlo. El virrey convenció al padre de Guerrero de que le ofreciera el
perdón a su hijo y le pidiera que dejase la lucha; el caudillo contestó: "La patria es primero".

Entonces, en enero de 1821 Iturbide le escribió a Guerrero pidiéndole que se reunieran para
hablar sobre la independencia. Lo hicieron primero en Acatempan y después en Iguala, donde
Guerrero aceptó apoyar a Iturbide, pues con eso ya no habría obstáculos para alcanzar la
libertad de la nación.

A los dos les interesaba completar la independencia. Guerrero era el continuador del
movimiento iniciado por Hidalgo y por Morelos; Iturbide representaba los intereses de los
criollos ricos y de los propios españoles que vivían en América y no querían ya depender de
España.

Triunfo de la independencia.

La consumación de la independencia.

El 24 de febrero de 1821, con el respaldo de Guerrero, Iturbide firmó un documento en que


invitaba a todos los habitantes de la Nueva España a olvidar sus divisiones y a unirse para
alcanzar la independencia. A este documento se le llamó Plan de Iguala o de las Tres Garantías.

Las tres garantías eran los motivos que los unían: religión única (la católica), unión de todos los
grupos sociales, e independencia de México, que sería una monarquía constitucional.

A mediados de 1821 llegó a la Nueva España Juan O´Donojú, el último español enviado para
gobernarla. O´Donojú se dio cuenta de que los mexicanos querían la independencia. Convencido
de que no podría gobernar y de que era imposible cambiarlo que se había avanzado para la
liberación del país, O´ Donojú firmó con Iturbide los Tratados de Córdoba, mediante los cuales
reconoció la Independencia de México.

El 27 de septiembre de 1821, al frente del Ejército Trigarante, o de las Tres Garantías, Iturbide
entró triunfante a la ciudad de México. Todo el país celebró la consumación de la
independencia.

La rebelión que había comenzado en 1810 terminaba por fin. La nueva nación comenzaba su
propia vida. Todos insistían en las riquezas de México y le profetizaban una vida esplendorosa.
Pocos se daban cuenta de que la guerra lo había empobrecido; faltaban caminos y había grandes
territorios deshabitados. La sociedad había quedado desorganizada y el desorden político era
abrumador, se tenía que organizar un gobierno propio.

Comienza la vida del México Independiente.


A los mexicanos les faltaban armas y dinero, y así tendrían que defenderse. Lo peor era que se
encontraban divididos, porque no estaban de acuerdo en la forma de gobierno que debían
adoptar: unos querían una república y otros una monarquía. De estos últimos, unos querían que
reinara algún príncipe español, y otros que fuera coronado Iturbide.

El 28 de septiembre de 1821 se instaló una Junta Provisional de Gobierno, encargada de redactar


el Acta de Independencia y de organizar un congreso que decidiera la forma de gobierno para el
país.

La situación era difícil. Habían muerto seiscientos mil hombres: casi la décima parte de la
población y la mitad de los que trabajaban. Minas, campos y fábricas estaban abandonados; casi
nadie pagaba impuestos y los gastos del gobierno aumentaban día con día, sobre todo para
mantener al ejército.

Hasta entonces las tierras de los indígenas pertenecían a los pueblos y no a las personas. Las
trabajaban entre todos los habitantes del pueblo y nadie podía venderlas. Como los indígenas
no estaban acostumbrados a que la tierra fuera propiedad privada, la igualdad de todos los
mexicanos ante la ley los dejó en desventaja frente a los criollos.

España no reconoció los Tratados de Córdoba que O' Donojú había firmado. No aceptó que
México era independiente, y hasta 1825 siguió ocupando el fuerte de San Juan de Ulúa, en
Veracruz. Además de España, otros países europeos querían apoderarse de México, para
explotar sus riquezas.

España no aceptó enviar un príncipe al trono de México y eso reforzó las ambiciones de Iturbide,
que quería ser emperador. Sus seguidores ejercieron mucha presión para que éste fuera
coronado. Así, el Congreso lo declaró Emperador, con el nombre de Agustín I. La coronación fue
muy elegante, pero el imperio duró apenas once meses, hasta marzo de 1823.

México se hace república

Los primeros años de México Independiente

Muchos mexicanos se oponían a Iturbide, y algunos diputados conspiraron en su contra. El


emperador disolvió el Congreso y realizó otros cambios políticos. Antonio López de Santa Anna,
que era comandante general de la provincia de Veracruz, fue destituido y se rebeló contra
Iturbide. Se puso de acuerdo con Guadalupe Victoria, y en febrero de 1823 Santa Anna proclamó
el Plan de Casa Mata, que proponía establecer el sistema republicano.

En marzo de 1823 Iturbide renunció al trono y se fue a Europa. Las provincias de Centroamérica
(lo que actualmente son Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica), que se
habían unido al imperio, se separaron de México. Al año siguiente Iturbide regresó; como en su
ausencia el Congreso había decretado que no podía volver a México, bajo pena de muerte, fue
fusilado.
Cuando Iturbide dejó el trono, el gobierno quedó en manos de un Supremo Poder Ejecutivo
formado por Nicolás Bravo, Guadalupe Victoria y Vicente Guerrero, ente otros, que convocó a
un segundo Congreso.

Los diputados del nuevo Congreso decidieron que México sería una república. Unos querían que
la república fuera federal, formada por la unión de varios estados, libres y soberanos para
resolver sus problemas internos. Otros querían que fuera centralista, con provincias o
departamentos en lugar de estados, y un poder central que resolviera todos los asuntos. La
Constitución de 1824, preparada por este Congreso, se promulgó el 4 de octubre. Se decidió que
México fuera una república federal, y que se llamara Estados Unidos Mexicanos.

Además, dicha Constitución declaraba que todos los mexicanos eran iguales, que la única
religión sería la católica, y concedía la libertad de imprenta. El Congreso convocó a elecciones,
las primeras que hubo en el México independiente; resultaron electos, como presidente
Guadalupe Victoria y como vicepresidente Nicolás Bravo.

Los primeros países que reconocieron la independencia de México fueron: Chile, Colombia,
Perú, Estados Unidos de América e Inglaterra.

El gobierno de Guadalupe Victoria consiguió que los españoles que todavía estaban en San Juan
de Ulúa se rindieran, hizo efectiva la abolición de la esclavitud que había decretado Hidalgo e
impulsó la educación. Dos préstamos ingleses le permitieron pagar a tiempo los sueldos del
ejército y de los empleados de gobierno. Otros préstamos extranjeros hicieron posible reparar
los daños que habían sufrido las minas y ponerlas a funcionar. Comerciantes europeos y
estadounidenses se instalaron en México.

Para defender sus intereses, los criollos ricos formaron agrupaciones políticas que se llamaron
logias masónicas de rito escocés. Estos grupos formados por partidarios del centralismo se
oponían a la república federal. El embajador Poinsett intervino nuevamente en los asuntos
internos de México y organizó a la gente de clase media en otras logias, llamadas de rito
yorkino, que preferían el sistema federal.

Al terminar el gobierno de Guadalupe Victoria, después de un levantamiento, asumió la


presidencia Vicente Guerrero.

Mientras tanto, los españoles se preparaban en Cuba para reconquistar México. Corrió el rumor
de que recibirían ayuda de los españoles que estaban en el país, y Guerrero expulsó a estos
últimos. La medida tuvo efectos desastrosos, pues los desterrados se llevaron sus riquezas.

Sin recursos suficientes, era difícil resistir las presiones del ejército y del clero que querían
conservar las ventajas que habían tenido en los últimos años del virreinato. Era difícil hacer
producir los campos, las minas y las fábricas; mejorar y vigilar los caminos. Sin dinero suficiente
no había manera de aumentar la riqueza de la nación, de afrontar la amenaza de agresiones
extranjeras, ni de mantener la paz.
Con la intención de reconquistar México, el gobierno español envió una expedición, comandada
por Isidro Barradas. Los invasores se adueñaron de Tampico en 1829, pero fueron derrotados de
inmediato por Santa Anna. Guerrero mandó a su vicepresidente, Anastasio Bustamante, al
frente de otro ejército a Jalapa, para contraatacar rápidamente en caso de otra invasión, pero
Bustamante aprovechó esas tropas para rebelarse contra Guerrero y apoderarse de la
presidencia.

Guerrero se refugió en las montañas del sur. Bustamante pagó, según se dice, cincuenta mil
pesos de oro a un marino genovés, Francisco Picaluga, para que le entregara a Guerrero.
Picaluga invitó al insurgente a comer a su barco, en Acapulco, y cuando lo tuvo a bordo levó
anclas. Guerrero fue acusado de traición y fusilado en Cuilapan, Oaxaca, el 14 de febrero de
1831. Tras la muerte de Guerrero hubo levantamientos que obligaron a Bustamante a dejar la
presidencia.

La primera reforma liberal.

Las nuevas elecciones hicieron presidente a Antonio López de Santa Anna, y vicepresidente a
Valentín Gómez Farías. Santa Anna se retiró porque se sintió enfermo, y dejó en su lugar a
Gómez Farías.

Durante la primera reforma liberal, Valentín Gómez Farías y el escritor José María Luis Mora
estaban convencidos de que era importante liberar al país de los gastos que significaba
mantener al clero y al ejército, así como de los privilegios que uno y otro tenían. Crearon el
partido reformista, que deseaba la igualdad de todos los mexicanos ante la ley. Fue el partido de
los liberales, de los federalistas.

El clero y el ejército deseaban conservar los privilegios (fueros se decía entonces) que habían
tenido en el virreinato, como no pagar impuestos o contar con tribunales especiales para juzgar
sus faltas. Junto con los grandes propietarios y los comerciantes más ricos, el clero y el ejército
formaron el partido de los conservadores, de los centralistas, que encabezaba Lucas Alamán.
Querían un gobierno central fuerte, que les parecía una solución para evitar el desorden.
Pensaban que el país había perdido la mitad de su territorio y vivía en desorden porque no tenía
un gobierno fuerte.

Durante su gobierno, Gómez Farías dictó leyes contra los privilegios del clero y del ejército. Esto
provocó una serie de revueltas militares de los conservadores. Se ocasionó un caos tal, que en
los siguientes veinticinco años, en los que debió haber habido seis o siete periodos
presidenciales (entonces de cuatro años y no de seis como ahora) ocuparon veintiún personajes
la presidencia en cuarenta y tres ocasiones. En este tiempo, Santa Anna fue presidente 11 veces.

Los conservadores pensaron que hacía falta cambiar la Constitución, y en 1837 promulgaron
otra, llamada de las Siete Leyes. Esa Constitución establecía el gobierno republicano central. Los
estados dejaban de tener su propio gobierno y pasaban a ser departamentos, con un
gobernador nombrado por el gobierno nacional. Este cambio provocó malestar en algunas
regiones del país.

PRESONAJES SOBRESALIENTES DE LA INDEPENDENCIA.

Hidalgo y Costilla, Miguel

(1753"1811), padre de la patria, insurgente y sacerdote mexicano. Estudió en el

Colegio de San Nicolás, donde dio cursos de filología y filosofía y llegó a ser rector, en la ciudad
de Valladolid (actual Morelia). En 1778 fue ordenado sacerdote y en 1803 se hizo cargo de la
parroquia de Dolores, en Guanajuato. Buen conocedor de las ideas ilustradas, trabajó para
mejorar las condiciones

económicas de sus feligreses, en su mayoría indígenas, enseñándoles a cultivar viñedos, la cría


de abejas y a dirigir pequeñas industrias, tales como la producción de loza y ladrillos. En 1809
Hidalgo se unió a una sociedad secreta formada en Valladolid cuyo fin era reunir un congreso,
para gobernar la Nueva España en nombre del rey Fernando VII, en ese momento preso de
Napoleón y, en su caso, obtener la independencia del país. Descubiertos los conjurados, la
insurrección se trasladó a Querétaro donde Hidalgo se reunió con Ignacio Allende y otros
insurgentes. El 16 de septiembre de 1810, llevando un estandarte con la imagen de Nuestra
Señora de Guadalupe, patrona de México, Hidalgo lanzó el llamado grito de Dolores que inició la
revuelta y, acompañado de Allende, consiguió reunir un ejército formado por más de 40.000
mexicanos. Tomó las ciudades de Guanajuato y Guadalajara en el mes de octubre, pero a pesar
de sus éxitos, Hidalgo no consiguió llegar a la ciudad de México. El 17 de enero de 1811 fue
derrotado cerca de Guadalajara por un contingente de soldados realistas, en la batalla de
Puente de Calderón. Hidalgo huyó hacia Aguascalientes y Zacatecas,

pero fue capturado, juzgado y condenado a muerte. Su cabeza, junto con la de Allende y otros
insurgentes se exhibió, como castigo, en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato. Tras el
establecimiento de la República

Mexicana, en 1824, se le reconoció como primer insurgente y padre de la patria. El estado de


Hidalgo lleva su nombre y la ciudad de Dolores pasó a llamarse Dolores Hidalgo en su honor. El
16 de septiembre, día en que proclamó su rebelión, se celebra en México el Día de la
Independencia.

Allende, Ignacio María de (1769"1811), insurgente mexicano. Nació en San Miguel el Grande
(que más

tarde recibió el nombre de San Miguel de Allende, en su honor), en Guanajuato. Hijo de


españoles, participó en la fallida conspiración de 1809. Posteriormente planeó, junto con Juan
Aldama, el levantamiento de ese año, que fue denunciado. Miguel Hidalgo y Costilla decidió
entonces el alzamiento en la madrugada del 16 de septiembre de 1810, en Dolores
(Guanajuato). Tras varias luchas, la campaña victoriosa continuó hasta la batalla del Monte de
las Cruces. Después, las derrotas ocasionaron divergencias entre los insurgentes y, en Zacatecas,
los jefes militares retiraron del mando a Hidalgo y se lo otorgaron a Allende. El 21 de marzo de

1811 cayó prisionero con Hidalgo y otros insurgentes. Murió fusilado y su cabeza fue expuesta
en la alhóndiga de Granaditas (Guanajuato). Sus restos reposan en la Columna de la
Independencia en la ciudad de

México.

Ortiz de Domínguez, Josefa (1768"1829), patriota mexicana, sirvió de enlace entre los
conspiradores de la independencia en 1810. Nació en Valladolid (Morelia) y estudió en el Colegio
de San Ignacio de Loyola o de

las Vizcaínas. En 1791 se casó con el corregidor de Querétaro, el licenciado Miguel Domínguez,
por lo que se le apodó `la Corregidora'. En 1810 entró en contacto con el cura Miguel Hidalgo y
Costilla y el capitán Ignacio María de Allende, a los que informó del desarrollo de la conspiración
en Querétaro. Cuando los realistas descubrieron el lugar donde se guardaban las armas para la
sublevación de octubre, persuadió a sus compañeros para que adelantaran la proclamación de la
independencia al mes de septiembre. Fue apresada por

las autoridades españolas y recluida en el convento de Santa Catalina de Siena, donde


permaneció 3 años. Murió en 1829 en México.

Aldama, Juan (1774"1811), militar e insurgente mexicano. Nacido en San Miguel el Grande
(actual San Miguel de Allende, en el estado de Guanajuato), desde 1809, siendo capitán del
Ejército colonial español, comenzó a intervenir en los preparativos de la lucha independentista.
El principal líder del movimiento, el

sacerdote Miguel Hidalgo y Costilla, le nombró teniente coronel de las tropas insurgentes, con
las que participó en la victoria del Monte de las Cruces (octubre de 1810). Intentó convencer a
Hidalgo, con la ayuda de Ignacio María de Allende, de la necesidad de explotar ese triunfo y
avanzar hacia la capital virreinal.

Después de la derrota sufrida en la batalla de Puente de Calderón, en enero de 1811, se dirigió


hacia el norte mexicano, pero el 21 de marzo de ese año fue apresado por los realistas junto a
los más destacados dirigentes

independentistas (Hidalgo, Allende y Mariano Abasolo), en Acatita de Baján (Coahuila). El 26 de


junio murió fusilado, en Chihuahua, con Allende y el también jefe insurgente José Mariano
Jiménez, entre otros.

Abasolo Ignacio (1783"1816), militar e insurgente mexicano. Nacido en Dolores (actual Dolores
Hidalgo), pertenecía a una rica familia de hacendados y siguió la carrera castrense, ingresando
en el Ejército colonial español. El 16 de septiembre de 1810 se unió al sacerdote Miguel Hidalgo
y Costilla, quien ese mismo día
había lanzado el denominado grito de Dolores en dicha localidad, inicio del movimiento
independentista mexicano contra el dominio español. Entregó las armas de su regimiento, del
que era capitán, y pronto ascendió en el escalafón de las tropas insurgentes, accediendo en
octubre de ese año al grado de mariscal de

campo y participando en la victoria del Monte de las Cruces de finales de ese mes. Después de la
derrota de las fuerzas de Hidalgo en la batalla de Puente de Calderón (enero de 1811), Abasolo
huyó hacia el norte y renunció al nombramiento de jefe de las tropas resistentes que hizo en su
persona Ignacio María de Allende. El 21 de marzo siguiente fue apresado junto a los principales
dirigentes independentistas (Hidalgo, Allende y Juan Aldama), en Acatita de Baján (Coahuila).
Conducido con éstos a la ciudad de Chihuahua, un mes después resultó condenado a cadena
perpetua por el virrey Francisco Javier Venegas y trasladado, en 1812, al castillo español de
Santa Catalina (Cádiz), donde falleció cuatro años más tarde.

Morelos y Pavón, José María (1765"1815), sacerdote e insurgente mexicano, que se convirtió en
el caudillo de la emancipación mexicana, tras la ejecución de Miguel Hidalgo y Costilla en 1811.
Morelos nació en la actual Morelia (Michoacán), ciudad en la que también cursó sus estudios.
Después de su ordenación

sacerdotal (1797), fue párroco hasta que se unió a la rebelión de Hidalgo en 1810. Tras recibir el
mando militar, no tardó en hacerse con el control de un amplio territorio en el sur de México;
hacia finales de 1811, todos le reconocían como sucesor de Hidalgo. Tomó Acapulco en 1813 y, a
finales de ese año, convocó el

Congreso de Chilpancingo, que emitió una declaración de independencia, promulgó una


Constitución y nombró a Morelos generalísimo del gobierno insurgente. En diciembre de 1813,
las fuerzas realistas derrotaron en Santa María a Morelos, que se vio obligado a mantenerse en
una guerra defensiva. Destituido de su cargo de generalísimo por el Congreso, formó parte del
triunvirato del Supremo Gobierno en Apatzingán. Acosado por las tropas enviadas por el virrey
Félix María Calleja del Rey, no pudo escapar y fue capturado por los realistas en noviembre de
1815, mientras protegía al Congreso en su retirada hacia Tehuacán. Tras ser acusado de herejía y
despojado de sus hábitos por la Inquisición, fue entregado a las autoridades seculares y fusilado.

Bravo, Nicolás (1786"1854), dirigente independentista mexicano. Nació en Chilpancingo. En


1811 se unió a las fuerzas de Hermenegildo Galeana, y llevó a cabo en el sur varias acciones
ordenadas por José María

Morelos. A pesar de que su padre fue sentenciado a muerte por el ejército realista español,
Nicolás Bravo concedió el indulto a 300 prisioneros enemigos. Republicano, participó junto con
Vicente Guerrero en el

derrocamiento de Agustín de Iturbide. De corte centralista, se sublevó contra el presidente


Guadalupe Victoria, en 1827, por lo que fue desterrado a Guayaquil (Ecuador). Regresó a México
en 1829, y participó en
la caída del presidente federalista Guerrero, que anteriormente había sido su compañero. En
1833, Antonio López de Santa Anna lo nombró jefe del Ejército del Norte. En 1854, se negó a
participar en la revolución de Ayutla; y ese mismo año falleció en su ciudad natal. Matamoros,
Mariano (1770"1814), sacerdote e insurgente mexicano. Nacido en la ciudad de México, en 1789
completó sus estudios de bachiller en artes y teología, ordenándose presbítero siete años más
tarde. Ejerció como párroco en la capital virreinal y, en 1811, cuando hacía lo propio en
Jantetelco (actual estado de Morelos), se decretó su captura como sospechoso de albergar y
promover ideas independentistas. Tras conseguir huir, en diciembre se unió en Izúcar (hoy
Izúcar de Matamoros, en Puebla) a las filas insurgentes lideradas por el también sacerdote José
María Morelos y Pavón, quien le nombró, un mes después, coronel de sus tropas. En febrero de
1812, conquistó Cuautla, ciudad que hubo de defender del asedio realista. En noviembre, ya
como lugarteniente de Morelos, participó en la toma de Oaxaca y, en junio de 1813, éste
ledesignó teniente general. El 23 de diciembre siguiente atacó la ciudad de Valladolid (actual
Morelia), viéndose obligado a retirar sus efectivos. Perseguidos por las fuerzas de Ciriaco de
Llano y Agustín deIturbide (entonces militar realista), fue aprehendido en Puruarán (Michoacán)
el 5 de enero de 1814. Un mes

más tarde resultó fusilado en Valladolid.

Guerrero, Vicente (1782"1831), militar y político mexicano, presidente de la República (1829).


Nació en Tixtla. Luchó por la independencia (1810) desde las filas de José María Morelos y
después de la captura de éste por los realistas apoyó el Congreso de Chilpancingo hasta su
disolución y se refugió en las montañas para continuar la lucha, llegando a ser, con los años, el
jefe de la insurrección en el sur. En 1820 se enfrentó al general Agustín de Iturbide, quien una
vez en campaña le invitó a unirse en un esfuerzo de liberación en común. Aceptó el Plan de
Iguala (1821) y pasó a luchar a las órdenes de Iturbide. Lograda la independencia, y ante el sesgo
que tomaban los acontecimientos se sublevó en 1822 contra el despotismo de Iturbide,
proclamado emperador constitucional. Formó parte de la Junta provisional y, pese a ser
derrotado en las

elecciones por Gómez Pedraza, ocupó la presidencia (1829) gracias al levantamiento de los
liberales (motín de la Acordada). Se enfrentó al intento de reconquista protagonizado por
Barradas en nombre de España, rechazó el ofrecimiento del embajador Joel Roberts Poinsett de
comprar Texas, y defendió el federalismo frente a los repetidos y constantes intentos de los
grupos centralistas, que pretendieron inhabilitarle para gobernar. Favorable a la reforma social,
luchó contra los privilegios de la aristocracia, pero fue derrocado por el general

Anastasio Bustamante en el mismo año (1829). Tras reiniciar la lucha desde el sur, fue hecho
prisionero en Acapulco, sometido a juicio y fusilado en 1831, en Cuilapán (en la actualidad
Cuilapán de Guerrero).

Iturbide, Agustín de (1783"1824), militar y político mexicano, emperador de México con el


nombre de Agustín I (1822"1823). Nació en Valladolid (Michoacán), hijo de un terrateniente
español. Ingresó en las milicias de su ciudad natal como subteniente de bandera en 1797.
Aceptó el gobierno del virrey

Pedro Garibay tras el derrocamiento de José de Iturrigaray en 1808. Siendo alférez del Ejército
español se negó a colaborar con la rebelión del cura Miguel Hidalgo y participó en la detención
de los conspiradores de

Valladolid en 1809. Huyó a México cuando Hidalgo entró en la ciudad en 1810 y ese mismo año
participó en la batalla del Monte de las Cruces y ascendió a capitán. Fue destinado al sur del país
en 1811 y combatió a las guerrillas insurrectas de Albino García, al que apresó en 1812, y de
Ramón López

Rayón, al que derrotó en el puente de Salvatierra en 1813. Ese año ascendió a coronel y fue
nombrado comandante general de la provincia de Guanajuato, donde siguió persiguiendo a los
rebeldes y empezó a ser conocido como 'el Dragón de fierro'.En 1813 fue acusado por el coronel
Romero de mantener la lucha para obtener beneficios económicos con el comercio, acusación
que se repitió en 1814 por parte del teniente coronel Crespo Gil y del propio Romero. Un año
después, siendo comandante general del Ejército del norte, venció a José María Morelos, pero
fracasó ante los hermanos Rayón en Cóporo. A causa de las denuncias presentadas por los
comerciantes de Guanajuato, fue cesado en 1816 por el virrey Félix María Calleja del Rey
acusado de malversación y abuso de autoridad; aunque resultó absuelto gracias al apoyo del
auditor de guerra Bataller, se retiró a sus tierras y en 1817 se estableció en México.

En 1820 participó en la conspiración denominada de la Profesa para oponerse a la implantación


de la

Constitución de 1812 en México, después del éxito alcanzado por el pronunciamiento liberal de
Rafael del Riego en España. Ese mismo año, el virrey Juan Ruiz de Apodaca le nombró
comandante general del sur, con la misión de buscar un acercamiento a Vicente Guerrero y a
Asensio, que mantenían la insurgencia (insurrección) en aquellos territorios. Con el apoyo de los
obispos de Guadalajara y Puebla, de los comerciantes españoles y de los terratenientes criollos
opuestos al liberalismo, logró equipar un ejército numeroso y, tras llegar a un acuerdo con
Guerrero el 24 de febrero de 1821 en la población de Iguala, publicó un programa político que
pasó a denominarse Plan de Iguala (o de las Tres Garantías), en el que proclamaba sus objetivos:
religión, independencia y unión. En agosto de ese mismo año firmó con el virrey O'Donojú,
recién llegado a Nueva España, el Tratado de Córdoba y el 27 de septiembre entró en la capital,
tras la evacuación de las tropas españolas. Al día siguiente una Junta de Gobierno provisional,
presidida por Iturbide, y en la que también figuraba O'Donojú, proclamó laindependencia de
México.

El 25 de febrero de 1822 se eligió un Congreso Constituyente, pero un motín del regimiento de


Celaya, en mayo de 1822, dio el poder a Iturbide, que el mes de julio siguiente se proclamó
emperador con el nombre de Agustín I. Tras disolver la Cámara, creó un Junta instituyente en
octubre, reprimió a los republicanos y cesó algeneral Antonio López de Santa Anna, gobernador
de Veracruz, en noviembre. Un mes más tarde se produjo la insurrección de Guadalupe Victoria
y Santa Anna, que lograron el apoyo de la mayoría del Ejército, lo que forzó a Iturbide a
restablecer el Congreso y a abdicar el 19 de marzo de 1823. En abril fue abolido el Imperio y en
mayo salió Iturbide del país rumbo a Europa. Tras una corta estancia en Liorna (Italia), se instaló
en Londres y el 13 de febrero de 1824 envió una Exposición al Congreso mexicano, anunciando
su intención de

regresar al país. Declarado traidor por el Congreso en el mes de mayo, cuando desembarcó en
Soto la Marina(Tamaulipas), el 18 de julio siguiente, fue hecho prisionero, y acabó fusilado en
Padilla un día después.

Te presentamos una reseña de este importante movimiento que, en tan sólo once años, le
permitió al ejército insurgente acabar con casi tres siglos de dominio español en nuestro
territorio.

El periodo de nuestra historia conocido como la Guerra de Independencia empieza


(estrictamente hablando) la madrugada del 16 de septiembre de 1810, cuando el padre Miguel
Hidalgo da el llamado "Grito de Dolores" y termina el 27 de septiembre de 1821 (11 años
después) con la entrada triunfal del Ejército Trigarante, encabezado por Agustín de Iturbide y
Vicente Guerrero, a una jubilosa Ciudad de México. El objetivo principal de este movimiento
(armado y social) era liberar a nuestro territorio del yugo español y que, en cada rincón de la
Colonia se olvidase por completo el concepto del virreinato.

Como es lógico de suponer, antes de 1810 hubo antecedentes ideológicos notables encaminados
"por esa hambre de libertad" que ya operaban, principalmente, en las mentes de los criollos
(personas nacidas en México pero de padres europeos); se sabe incluso que, antes de estallar la
Independencia, uno de los grandes pensadores de la época, fray Melchor de Talamantes, había
logrado circular varios escritos subversivos en los que se afirmaba que el territorio mexicano,
por tener "todos los recursos y facultades para el sustento, conservación y felicidad de sus
habitantes", podía hacerse independiente y que, además de posible, la Independencia de
México era deseable porque el gobierno español no se ocupaba del bien general de la Nueva
España, como sí se ocuparía un gobierno libre, constituido por netamente mexicanos.

Etapas de la Independencia

De acuerdo con los especialistas, el estudio del desarrollo histórico de este importante
movimiento revolucionario se puede entender mejor si se revisan, detenidamente, los
siguientes cuatro momentos o etapas más trascendentales:

Primera etapa

Abarca desde el Grito de Dolores (16 de septiembre de 1810) hasta la batalla de Puente de
Calderón (en el actual municipio de Zapotlanejo, Jalisco, el 17 de enero de 1811), cuando la
muchedumbre dirigida por Hidalgo -con su famoso estandarte guadalupano en mano- peleaba
con más pasión y arrojo que estrategia. En este momento, cuando el cura de Dolores llegó a su
cita con la historia en el Puente, sus fuerzas se calculan en alrededor de cien mil hombres (entre
criollos, indios, mestizos y gente de las castas). Por su parte, los realistas, soldados leales al
virrey y a la corona española, debían rondar entre los 50 mil efectivos.

Segunda etapa

En este periodo entra en escena José María Morelos y Pavón. Éste va desde principios de 1811
hasta la toma del Fuerte de San Diego en Acapulco (en agosto de 1813). Durante este tiempo, los
insurgentes se anotaron varios triunfos siendo los más sonados los obtenidos en las regiones del
centro -en Cuautla, donde llegaron a romper un importante cerco- y en el sur -en Acapulco y
Chilpancingo, donde incluso gestionó el primer Congreso de Anáhuac- de la actual República
Mexicana.

Tercera etapa

Ésta se caracteriza por un gran desorden. Con la muerte del “Siervo de la Nación” (fusilado en
Ecatepec, en el Estado de México), se crea un gran vacío en el mando del grupo insurgente y los
realistas, aprovechando esta situación, al mando del temible General Félix María Calleja logran
rehacerse y recuperar la ofensiva. En esta etapa se rinde el último reducto importante
insurgente y, técnicamente, los leales a la corona han ganado la guerra. Sólo unas cuantas
partidas, como la que comandaba Vicente Guerrero (en el sur), siguieron en pie de lucha. Este
periodo acaba en febrero de 1821 con la firma del trascendental “Plan de Iguala”.

Cuarta etapa

Ésta transcurre del 24 de febrero de 1821 hasta el 27 de septiembre de ese mismo año cuando el
Ejército Trigarante, al mando del ex realista, Agustín de Iturbide, entra triunfal, junto con
Vicente Guerrero, a la Ciudad de México. El contingente, compuesto por los soldados del
General Iturbide (ya convertidos) y los insurgentes que aún quedaban, avanzó por la actual calle
de Madero en el Centro Histórico del DF hasta alcanzar la popular plancha del Zócalo. Con este
pasaje terminó formalmente la lucha por la Independencia de México.

Inicio de la guerra (1810-1811)

Miguel Hidalgo y Costilla


Miguel Hidalgo y Costilla; San Diego Corralejo, Guanajuato, 1753 -
Chihuahua, 1811) Patriota mexicano conocido también con el sobrenombre
de El cura Hidalgo. Considerado como el padre de la patria mexicana, fue el
iniciador de la lucha por la independencia.
A los 12 años marchó a la ciudad mexicana de Valladolid (actual Morelia),
donde realizó sus estudios en el Colegio de San Nicolás. Ya bachiller en
1770, marchó a al ciudad de México para cursar estudios superiores.
En 1778 fue ordenado sacerdote; al recibir las órdenes sagradas ocupó
varias parroquias, hasta que a la muerte de su hermano Joaquín, en 1803, lo
sustituyó como cura de Dolores, en Guanajuato..
Los conjurados planeaban levantarse en armas contra el virrey de Nueva
España el primero de octubre de 1810, pero fueron descubiertos a mediados
de septiembre. Hidalgo y algunos otros conspiradores lograron ponerse a
salvo gracias al aviso de Josefa Ortiz de Domínguez y se trasladaron a
Querétaro, donde Hidalgo se reunió con Ignacio Allende.
El 16 de septiembre de 1810, Hidalgo enarboló un estandarte con la imagen
de Nuestra Señora de Guadalupe, patrona de
México, en el que se podía leer: "Viva la religión. Viva nuestra madre
Santísima de Guadalupe. Viva Fernando VII. Viva la América y muera el mal
gobierno". Hidalgo lanzaba así el llamado Grito de Dolores, que supuso el
inicio de la revuelta; junto con Allende, consiguió reunir un ejército formado
por más de 40.000 miembros.
El 21 de septiembre, el ejército de Hidalgo y Allende capturó Celaya, por lo
que Hidalgo fue nombrado capitán general del Ejército Libertador e
Ignacio Allende fue ascendido a teniente general. El obispo electo de
Michoacán publicó un edicto el 24 de septiembre en el que eran
excomulgados Hidalgo, Allende, Aldama y Abasolo. Seguidamente tomó las
ciudades de Salamanca, Irapuato y Silao, hasta llegar a Guanajuato.
El 17 de noviembre Hidalgo se encaminó hacia Valladolid con siete mil
hombres de caballería y doscientos cuarenta infantes, todos mal armados,
entrando el 26 en Guadalajara, pero no logró llegar a la ciudad de México. En
Guadalajara, Hidalgo expidió una declaración de independencia y formó un
gobierno provisional; además decretó la abolición de la esclavitud, la
supresión de los tributos pagados por los indígenas a la Corona y la
restitución de las tierras usurpadas por las haciendas. A finales de año había
perdido ya Guanajuato y Valladolid.
El 11 de enero de 1811 fue derrotado cerca de Guadalajara por un
contingente de soldados realistas. Hidalgo huyó hacia Aguascalientes y
Zacatecas, con la intención de llegar a Estados Unidos para buscar apoyos a
su causa, pero fue traicionado por Ignacio Elizondo y capturado en las
Norias de Acatita de Baján el 21 de mayo de 1811. Conducido a
Chihuahua,Hidalgo fue juzgado en consejo de guerra y condenado a muerte.
Lo degradaron como sacerdote y lo fusilaron en la mañana del 30 de julio de
1811. Su cabeza, junto con la de Allende y otros insurgentes, se exhibió
como castigo en la alhóndiga de Granaditas de Guanajuato.
Tras el establecimiento de la República Mexicana, en 1824, Hidalgo fue
reconocido como primer insurgente y padre de la patria. El estado de
Hidalgo lleva su nombre y la ciudad de Dolores pasó a llamarse Dolores
Hidalgo en su honor. El 16 de septiembre, día en que proclamó su rebelión,
se celebra en México el Día de la Independencia. Sus restos reposan en la
Columna de la Independencia, en la ciudad de México.

Ignacio Allende

(Ignacio María de Allende y Unzaga) Militar independentista mexicano (San


Miguel el Grande,
actual San Miguel de Allende, Guanajuato, 1769 - Chihuahua, 1811).
Ignacio Allende era un criollo de buena familia, diestro en las artes de la
caballería y de carácter fuerte. Por vocación, en 1795 ingresó en el ejército
donde recibió una sólida formación y obtuvo el grado de capitán en 1797.En
el cantón de Jalapa Ignacio Allende conoció a otros criollos con los que
compartió sus ideales políticos de descontento contra el Gobierno español.
A finales de 1809 el Gobierno virreinal descubrió una gran conspiración en
Valladolid (hoy Morelia) e intentó desmantelar el movimiento
independentista, pero Allende estableció contacto con una ramificación
importante en Querétaro, en la casa del corregidor Miguel Domínguez y su
esposa, Josefa Ortiz.
Por uno de los participantes, el oficial Joaquín Arias, la conspiración fue
descubierta, Ignacio Allende fue avisado oportunamente y pudoadvertir a
otro conspirador, el cura de Dolores, Miguel Hidalgo y Costilla. En la
madrugada del 15 al 16 de septiembre de 1810 se convocó a todo el pueblo a
toque de campana para tomar las armas. Un gran contingente de criollos e
indígenas marcharon hacia San Miguel, y en Atotonilco el cura Hidalgo
adoptó el estandarte con la Virgen de Guadalupe como insignia.

Juan Aldama

(San Miguel el Grande, actual México, hacia 1769 - Chihuahua, id., 1811)
Patriota mexicano. Miembro de una hacendada familia criolla, siguió la
carrera militar en el ejército español y llegó a ser capitán de caballería del
Regimiento de la Reina.
Como su hermano Ignacio, tomóparte en la conspiración de Valladolid (1809)
y en las juntas secretas de Querétaro y de San Miguel (1810). Partidario del
levantamiento dirigido por el curaMiguel Hidalgo, quien, el 16 de septiembre
de 1810, proclamó la independencia de México, Juan Aldama asumió la
dirección militar de los sublevados, con el grado de teniente general.
Participó en la batalla de Monte de las Cruces y en el asalto de Guanajuato.
A pesar de las victorias iniciales, la primera revuelta secesionista mexicana
pronto comenzó a debilitarse a causa de la superioridad militar de las tropas
españolas. En efecto, los insurrectos, mal armados y poco disciplinados,
fueron derrotados por el ejército realista de Calleja en Aculco (7 de
noviembre de 1810) y en Puente de Calderón (16 de enero de 1811).
Ante la imposibilidad de continuar el avance sobre Ciudad de México, Juan
Aldama decidió retirarse hacia el norte, pero fue hecho prisionero por los
españoles en Acatita de Baján, junto con otros líderes revolucionarios, como
Ignacio María de Allende. Acusados de traición, todos ellos fueron fusilados
en Chihuahua, el 26 de junio de 1811.

Josefa Ortiz de Domínguez


Hija de Juan José Ortiz y Manuela Girón, quedó, muy niña, bajo el amparo de
una hermana. Nació el 19 de abril de 1773 en la ciudad de México.
Fue educada en el Colegio de las Vizcaínas, de donde salió en 1791. Se casó
en secreto con Miguel Domínguez, quien sería corregidor de Querétaro. La
boda se celebró en el Sagrario Metropolitano de la ciudad de México el 24 de
enero de 1793.
"La Corregidora" es el nombre con el cual la historia la inmortalizó. Su
participación en la insurgencia fue definitiva. Como era la esposa del
corregidor, era un seguro enlace entre los futuros insurgentes que tenían en
la ciudad de Querétaro el centro de su conspiración y a quienes informaba
de todo lo que convenía a la causa. Indujo a su esposo a participar en la
conjura.
Cuando los conspiradores fueron denunciados el corregidor se vio obligado
a iniciar una averiguación formal y ordenar el cateo de la casa donde se
guardaba el material de guerra. Al marchar para realizar estas diligencias,
encerró a su mujer, pero ésta logró enviar noticia de lo ocurrido a Miguel
Hidalgo, Ignacio Allende y los Aldama.
Iniciado el movimiento insurgente, la corregidora fue denunciada por el
capitán Arias, se le encerró en el convento de Santa Clara y después fue
llevada a la ciudad de México, donde se le recluyó en el convento de Santa
Teresa. Por encontrarse embarazada, su prisión fue benigna al principio,
pero después se le trasladó al convento de Santa Catarina de Sena, donde
permaneció durante tres años.
Ya consumada la Independencia e instalado el Imperio de Iturbide, rechazó el
nombramiento de dama de honor de la emperatriz. Tampoco aceptó ninguna
recompensa por sus servicios a la insurgencia.
Murió en la ciudad de México. Sus restos se depositaron en el convento de
Santa Catalina de Sena y después se llevaron a Querétaro. El Congreso de
ese Estado la declaró Benemérita. Una estatua suya se encuentra en la plaza
que lleva su nombre en la ciudad de México.
Iganacio Rayón

Nació en Tlalpujahua, Michoacán. En 1786 ingresó al Colegio de San Nicolás,


de Valladolid (Morelia), donde hizo estudios de bachiller. Pasó a la ciudad de
México y en el Colegio de San Ildefonso hizo la carrera de abogado.
Graduado en 1796. Más tarde regresó a su pueblo para dedicarse a la
agricultura y la minería. Partidario de la Independencia, fue de los primeros
en incorporarse a las fuerzas de Hidalgo, en Maravatío.
Después de la batalla del Monte de las Cruces y de la marcha sobre
Guadalajara, en los que acompañó a Hidalgo, propuso el establecimiento de
una junta directora. Fue secretario de Hidalgo; estuvo en la batalla del
Puente de Calderón y en la de Aculco.
En Guadalajara, con el cargo de secretario de estado, luchó por reorganizar
el gobierno y fue el promotor de la publicación de El Despertador Americano,
órgano de la revolución de independencia. Estaba a favor de que se
entablaran relaciones diplomáticas con Estados Unidos. En la derrota de
Calderón salvó los caudales del ejército, que ascendían a 300 mil pesos. De
acuerdo con Allende, lograron entrar victoriosamente a Zacatecas. Marchó
con los caudillos derrotados.
En Saltillo, en previsión de sucesos venideros, se le designó jefe para
mandar al ejército y se le dieron instrucciones para continuar la guerra.
Después de la aprehensión y muerte de los iniciadores, volvió a Michoacán.
Se atrincheró en Zitácuaro y se defendió con fortuna.
En agosto de 1811, en la propia Zitácuaro organizó la Junta Suprema
Gubernativa, en la que figuró como presidente, con José María Liceaga y
José Sixto Verduzco como vocales. Expidió leyes, proclamas y reglamentos,
que se imprimían en una imprenta de tipos de madera, que luego cambió por
otra más eficaz.
El 1 de enero de 1812, un ejército mandado por Félix María Calleja y
fuertemente pertrechado, se presentó frente a Zitácuaro; los insurgentes
presentaron una gran resistencia pero tuvieron que abandonar la plaza.
Después Rayón marchó sobre Toluca, Lerma, y estableció su cuartel en el
Campo del Gallo, no lejos de Tlalpujahua. Formó parte del Congreso
instalado por Morelos en Chilpancingo.
En 1813 se fortificó en el cerro del Cóporo, convertido en poderosa fortaleza
en unión de su hermano Ramón. Atacado por Agustín de Iturbide y por
Llano, sostuvo un sitio de muchos meses. El 7 de enero de 1817, capituló
con todos los honores.
El no reconocer a la Junta de Jaujilla le trajo serias dificultades: fue
perseguido y el propio Nicolás Bravo le entregó a los realistas.
En la ciudad de México se le instruyó el proceso correspondiente y se le
sentenció a muerte. Se aplazó la ejecución, pero quedó preso hasta 1820.
Consumada la Independencia, se le nombró tesorero en San Luis Potosí.
Alcanzó el grado de divisionario, fue comandante general de Jalisco y
presidente del Tribunal Militar. Murió en la ciudad de México.

Segunda etapa: Organización (1811-


1815)

José María Morelos y Pavón

Originario de Valladolid (Morelia), José María Morelos fue hijo de José


Manuel Morelos, carpintero, y de Juana María Guadalupe Pérez Pavón. Fue
registrado como español, pero en realidad era mestizo, con algo de
ascendencia negra.
Entre 1779 y 1790 trabajó en la hacienda cañera de Tahuejo, en Apatzingán,
quizá como escribano o contador. En 1790 ingresó en el Colegio de San
Nicolás, en Valladolid, donde estudió gramática latina y retórica, filosofía y
moral. En el Seminario Tridentino de aquella ciudad estudió en 1795 teología
moral y filosofía. Viajó a la ciudad de México para presentar el 28 de abril de
ese año el examen de bachiller en artes en la Real y Pontificia Universidad.
El 13 de diciembre siguiente, Morelos recibió la primera tonsura y las 4
órdenes menores en Valladolid, y 6 días después fue ordenado subdiácono.
A principios de 1796 pasó a Uruapan como cura auxiliar, donde se encargó
de las cátedras de gramática y retórica. En septiembre de ese año fue
ordenado diácono en Valladolid, y el 21 de diciembre de 1779 se ordenó de
presbítero.
En enero de 1798 Morelos fue nombrado cura interino de Churumuco y la
Huacana, cargo que desempeñó hasta marzo de 1799, cuando se le nombró
cura interino de San Agustín Carácuaro y de Nocupétaro.
El 15 de mayo de 1803 nació en Carácuaro Juan Nepomuceno Almonte, hijo
de Morelos y de Brígida Almonte. 5 años después, en 1808, nació en
Nocupétaro José Victoriano, hijo de Morelos y de María Ramona Galván, y se
tiene noticia que en 1809 nació una hija suya en Carácuaro.
A principios de octubre de 1810 Morelos tuvo noticia del levantamiento de
Hidalgo y el 19 de ese mes salió en su busca. Lo alcanzó al día siguiente y se
entrevistó con él en el trayecto de Charo a Indaparapeo, y recibió la comisión
de levantar en armas la costa del sur.
Después de solicitar licencia a la mitra de Michoacán, Morelos se dirigió a
Carácuaro, donde armó 25 hombres, con los que inició su primera campaña
militar el 25 de octubre. Pasó por Nocupétaro, luego a Huetamo,
Coahuayutla, Zacatula y Petatlán. En esos lugares consiguió hombres y
armas. El 7 de noviembre entró en Tecpan, donde se le unieron Juan José,
Antonio y Pablo Galeana, quienes le facilitaron además un cañón pequeño,
apodado "El Niño", primera pieza de artillería con que contó Morelos.
Siguió su camino hacia Acapulco, y en Coyuca se le unió Juan Alvarez. El 13
de ese mes sus tropas entraron por primera vez en combate, al enfrentarse a
las del realista Luis Calatayud, en El Veladero. El 17 de noviembre Morelos
emitió un bando en el que suprimía la esclavitud y las castas.
Sus actividades preocuparon al virrey, quien envió en su contra a Francisco
París. Éste lo atacó el 8 de diciembre en El Veladero, pero fue rechazado, y el
13 de ese mes Morelos logró rechazar en la Sabana a los realistas otra vez.
En este lugar se le unió, a principios de enero de 1811, Hermenegildo
Galeana. Tras algunos ataques infructuosos a Acapulco, se retiró a Tecpan,
donde se dedicó a organizar el gobierno de su provincia.
El 3 de mayo, en la hacienda de la Brea, nombró a Hermenegildo Galeana su
lugarteniente. Morelos pasó después a El Veladero y luego se dirigió a
Chilpancingo. En el camino envió a David Faro y a Mariano Tabares a
Estados Unidos para conseguir auxilios.
El 26 de mayo tomó Tixtla, donde se le unió Vicente Guerrero. Allí publicó un
bando sobre la emisión de una moneda nacional de cobre, y escribió a
Ignacio López Rayón sobre la formación de una junta insurgente. Pasó a
Chilpancingo el 14 de agosto, y el 21 entró en Chilapa. De allí pasó a Tecpan
y luego a El Veladero. Regresó a Chilapa a fines de octubre y a mediados de
noviembre salió hacia Tlapa, e inició así su segunda campaña.
Tomó a Chiautla de la Sal el 3 de diciembre, y el 10 entró a Izúcar, donde
rechazó a los realistas el 17. El 18 se le unió Mariano Matamoros. Pasó
después a Cuautla, y de ahí a Cuernavaca. Volvió a Cuautla, a principios de
febrero y allí resistió durante dos meses el sitio impuesto por las tropas
realistas al mando de Félix María Calleja.
A causa de la falta de víveres, decidió romper el sitio, sin aceptar el indulto.
La madrugada del 2 de mayo logró salir de Cuautla y dirigirse a Ocuituco,
Hueyapan e Izúcar, y llegó a Chiautla de la Sal 2 días después. El 1 de junio
inició su tercera campaña, y entró en Chilapa el día 7. La Suprema Junta lo
nombró capitán general.
De Chilapa se dirigió a Tehuacán, donde reorganizó y disciplinó sus tropas y
se ocupó de la organización del movimiento insurgente. En Tehuacán
nombró a Matamoros su segundo en jefe y mariscal a Galeana el 12 de
septiembre.
El 10 de noviembre, tras diversas derrotas, salió hacia Oaxaca, la que tomó
el día 25. Mandó fusilar a los realistas González Sarabia y Régules Villasante
y organizó la celebración de la jura de la Suprema Junta, además de dictar
otras disposiciones sobre el gobierno de la zona dominada por él y de iniciar
la publicación del periódico Sud.
El 9 de febrero de 1813 se dirigió a Acapulco, con lo que inició su cuarta
campaña. Llegó a Yanhuitlán el día 15 de ese mes, y a Ometepec el 7 de
marzo Entró a la Sabana el 26 de ese mes. Se ocupó de organizar la toma de
Acapulco, al que atacó el 6 de abril y tomó el día 12.
El gobernador Pedro Vélez se refugió en el castillo de San Diego, y Morelos
le puso sitio, que duró 4 largos meses. Mientras tanto se ocupó de organizar
la reunión de un Congreso insurgente y de emitir diversas providencias
sobre gobierno y administración. El 28 de junio emitió la convocatoria para
instalar el Congreso en Chilpancingo.
El 31 de agosto salió hacia Chilpancingo, donde el 14 de septiembre se
inauguró el Congreso, con la elección de diputados y la lectura de los
Sentimientos de la Nación, escritos por Morelos. Al día siguiente, el
Congreso lo eligió Generalísimo encargado del Poder Ejecutivo, y el 18
declaró disuelta la Suprema Junta.
El 6 de noviembre el Congreso emitió su Acta de Independencia, y 2 días
después Morelos se dirigió hacia Valladolid, con lo que inició su quinta
campaña. Llegó a Mezcala y en Tlacotepec emitió unos Rudimentos Militares
el 21 de noviembre.
En Cutzamala se reunió con Matamoros, Bravo y Galeana. Llegó a Llano
Grande y el 23 de diciembre a las lomas de Santa María, pero fue rechazado
ese día y el siguiente por Ciriaco de Llano y Agustín de Iturbide. En Chupío y
Puruarán sufrió nuevas derrotas. Morelos ya no se recuperaría de estos
reveses. Se dirigió nuevamente a Tlacotepec, donde el Congreso lo destituyó
de su cargo de generalísimo.
Las derrotas continuaron y el Congreso lo separó del poder ejecutivo el 14
de marzo de 1814. A fines de mes, Morelos mandó quemar Acapulco.
Perseguido por los realistas, llegó a Apatzingán, donde el Congreso publicó
su Decreto Constitucional para la Libertad de la América Mexicana el 22 de
octubre. Con Cos y Liceaga fue electo para formar el Supremo Gobierno.
Morelos se ocupó entonces del gobierno insurgente, pero no de problemas
militares. Pasó a Tancítaro y luego a Uruapan. Volvió a Apatzingán, donde
permaneció hasta el 16 de diciembre. En mayo de 1815 el Supremo Gobierno
dejó Ario y Morelos pasó a Cutzamala y Tlalchapa, y a principios de junio
llegó a Puruarán. En agosto pasó a Uruapan. A causa de la persecución
realista, el Congreso decidió pasar a Tehuacan, y Morelos fue el encargado
de su custodia.
El 28 de septiembre salió hacia Huetamo, Cutzamala y Tlalchapa, y el 2 de
noviembre llegó a Atenango del Río. Al día siguiente llegó a Temalaca y el
día 5, al salir hacia Pilcaya, fue atacado por Concha y hecho prisionero por
Matías Carrasco, antiguo insurgente.
Se le llevó a Atenango del Río y se ordenó su traslado a la capital. Llegó a
Tlalpan el 21 de noviembre y el 22 a la ciudad de México. Se le inició causa y
el día 27 fue declarado hereje y degradado. Pasó a la Ciudadela, y el 20 de
diciembre Calleja lo sentenció a muerte. Fue llevado a San Cristóbal
Ecatepec, donde se le fusiló. Su prisión y muerte fueron el golpe más duro
que recibió la insurgencia. En 1828 su ciudad natal recibió el nombre de
Morelia.
Maximiliano le erigió una estatua en 1865 y, en 1869, Benito Juárez decretó la
creación del estado que lleva su nombre. El 16 de septiembre de 1925 sus
restos fueron llevados a la Columna de la Independencia.

Carlos María de Bustamante

Carlos María Bustamante (n. 4 de noviembre de 1774 - † 21 de septiembre de


1848) fue un cronista,historiador, periodista y políticomexicano.
Nació en Oaxaca, estudió gramática en su ciudad natal, aunque se graduó en
México, y luego volvió a Oaxaca para estudiar teología. Se tituló como
abogado en Guadalajara en 1801.
Fundó el Diario de México en 1805 y publicó diversos periódicos, en los que
expuso sus ideas favorables a la independencia del Virreinato de la Nueva
España, por lo que fue encarcelado varias veces. Tras la promulgación de la
constitución de Cádiz, Bustamante es de los primeros en hacer uso de la
libertad de imprenta consagrada por esta ley, y publica el periódico El
Juguetillo, publicación de corta existencia que no fue vista con simpatía por
el virrey de Nueva España. Posteriormente, José María Morelos y Pavón lo
nombró editor del Correo del Sur, publicación favorable a la causa
independentista mexicana.
Fue diputado al Congreso de Chilpancingo por la provincia de México. Allí
escribió el discurso inaugural de Morelos, leído el 14 de septiembre de 1813.
También colaboró en la redacción de la primera Acta de Independencia de
México. Fue puesto preso en varias ocasiones durante el resto de la guerra
de independencia. En 1822, habiéndose consumado la separación de México
con respecto a España, Bustamante fue elegido diputado por Oaxaca.

Nicolás Bravo

Nicolás Bravo Rueda (Hacienda de Chichihualco, Guerrero; 10 de septiembre


de 1786 — Hacienda deChichihualco, Guerrero; 22 de abril de 1854). Político
y militar mexicano. Presidente de México en tres ocasiones: 1839, 1842 -
1843 y 1846.
Su carrera militar empezó cuando se incorporó a las fuerzas de
Hermenegildo Galeana en su pueblo natal. Pronto se hizo hombre de
confianza de Morelos, guerrero valeroso y magnánimo con el enemigo, se
cuenta de él un episodio que lo destaca como un hombre de gran moral y
valor: En San Agustín Del Palmar (Palmar de Bravo Puebla) tenía en su poder
300 prisioneros españoles cuando supo que don Leonardo Bravo, su padre,
había sido ejecutado en la Ciudad de México. José María Morelos, su
superior, dispuso al saber del destino fatal de don Leonardo Bravo que, en
represalia, fueran ejecutados los prisioneros; pero Bravo, dando ejemplo de
entereza y buena voluntad, puso en completa libertad a los prisioneros,
algunos quienes bajo decisión propia se unieron a sus fuerzas, admirando
su generosidad y grandeza de alma.Nicolás sobrevivió a los 11 años de
lucha insurgente, aunque los últimos tres los pasó en prisión por negarse a
recibir el indulto. su gran y reconocida reputación de nada le valió en el
campo de la política. Cuando Agustín de Iturbide fue derrotado, Bravo
administró al país, en un triunvirato con Guadalupe Victoria y Pedro
Celestino Negrete. Como presidente, las tres veces que fungió como tal,
intentó sin éxito anular las disposiciones de Santa Anna.
En 1842 el presidente Bravo disolvió el Congreso, que pretendía discutir una
nueva constitución que a todas luces atentaba contra los intereses
personales de Santa Anna. Sin embargo, Nicolás Bravo ordenó a la policía
que aprehendiera a los diputados y los encarcelaran. Retirado ya de la vida
militar empuñó una vez más las armas para proteger su nación, esta vez en
la guerra con Estados Unidos, a don Nicolás Bravo le fue encomendado el
mandato del ejército del centro, en el asedio al Castillo de Chapultepec
decidió el mismo dirigir la defensa en la Batalla de Chapultepec.
Durante el movimiento Insurgente, Tulancingo fue atacado varias veces con
resultados casi siempre adversos, pues las fuerzas realistas lo defendieron
con energía, hasta que don Nicolás Bravo y don Fernando Félix (Guadalupe
Victoria) se apoderaron de la ciudad, Nicolás Bravo se estableció en este
lugar por algún tiempo y fundó un periódico que llamó "El Mosquito de
Tulancingo", construyó una fábrica de pólvora y se ganó el respeto y la
estimación de todos los habitantes.
Murió en la Hacienda de Chichihualco, Guerrero el 22 de abril de 1854, al
parecer envenenado, junto con su esposa. Fue declarado Benemérito de la
Patria y su nombre fue inscrito con letras de oro en la Cámara de Diputados.
En 1925 sus restos descansaron en la Columna de la Independencia, del
Paseo de la Reforma, en la Ciudad de México y el 30 de mayo de 2010,
trasladados al Museo Nacional de Historia para su conservación, análisis y
autentificación.

Juan Nepomuceno Rosáins


Se unió a la causa de la Independencia de México el 3 de abril de 1812 en
la hacienda La Rinconada. Se levantó en armas con setecientos hombres en
la zona comprendida de Chalchicomula, Nopalucan, Quecholac, y
Tepeyahualco.
Durante el Congreso de Chilpancingo, siendo secretario de José María
Morelos fue designado para dar lectura a los Sentimientos de la Nación. Tras
la muerte de Mariano Matamoros, Morelos lo nombró su segundo
comandante militar. Pero fue derrotado por fuerzas realistas en los actuales
estados de Michoacán y Guerrero, debido a su impericia Ignacio López
Rayón no reconoció su puesto, generándose un distanciamiento entre estos
jefes insurgentes.
Operó como comandante militar en la zona del actual estado de Veracruz,
sus diferencias con Rayón repercutieron en otros caudillos insurgentes. El
Congreso de Anáhuac le pidió entregar su mando a Francisco Arroyave,
pero lejos de acatar la orden, lo mandó aprehender y fusilar. Sus excesos
fueron tales, que se le conoció con el sobrenombre de "Palma del Terror",
pues en un paraje del cerro Colorado conocido con dicho nombre, ordenó
varias ejecuciones. Los propios insurgentes lo tomaron preso en 1815 pero
se fugó. Se acogió al indulto del gobierno virreinal y radicó en Puebla. En
1821, cuando Agustín de Iturbide proclamó el Plan de Iguala se sometió a
sus órdenes pero no tomó parte activa de la campaña.
Fue conspirador durante el gobierno de Anastasio Bustamante, por tal
motivo fue fusilado el 27 de septiembre de 1830.
.

Andrés Quintana Roo

(Mérida, 1787-México, 1851) Político mexicano. Inició sus estudios en el


Seminario Conciliar de su ciudad natal y cursó los estudios de Derecho en la
Universidad de México. Pasante en el bufete del doctor Pomposo, conoció a
su pupila, Leona Vicario, y se enamoró de ella, que lo siguió en las
vicisitudes y adversidades de la guerra por la independencia de México.
Presidió la Asamblea Nacional Constituyente y redactó el manifiesto al país
con motivo de la declaración de Independencia. Perseguido por los realistas,
y ante el temor de que fuera fusilada su esposa, en 1818 pidió y obtuvo el
indulto. Después de conseguida la independencia patria, se entregó de lleno
a colaborar en la organización política de su país.
Además de jurista y letrado, Quintana Roo fue un ensayista formidable y un
prolífico escritor, como lo demuestran los numerosos artículos
periodísticos, sus discursos de prosa enérgica y rotunda y los interesantes y
escasamente conocidos escritos políticos de la época insurgente. Su labor
en verso y en prosa quedó sembrada en periódicos y revistas de la época.
Iniciado en la poesía desde muy joven, publicó algún poema de corte clásico
y posteriormente formó parte del grupo de románticos y neoclásicos,
identificados con el liberalismo, que Altamirano calificó como "los poetas de
la Independencia". Publicó sus poemas con toda regularidad en El Diario de
México. Menéndez Pelayo, que no escatimó elogios hacia el yucateco,
encontraba en sus versos reminiscencias horacianas, aunque el ilustre
erudito español afirmó que no ardían en él muy vivos los resplandores del
numen.
Vicente Guerrero

Militar y revolucionario mexicano (Tixtla, actual Guerrero, 1783 - Cuilapan,


1831). Vicente Guerrero provenía de una familia de campesinos y arrieros de
origen mestizo.
En 1811 tuvo contacto con Hermenegildo Galeana, quien lo convenció para
que se uniera al movimiento independentista, pues había sido enviado por
José María Morelos para tomar Taxco. Morelos reconoció los méritos de
Guerrero y le otorgó el grado de capitán, ordenándole instruirse en el manejo
de las armas, fabricación de pólvora, estrategias de guerra, etc.
En 1812 tomó parte en la conquista de Oaxaca, y de nuevo por su
demostración continua de valor fue ascendido a teniente coronel.
Comisionado por Morelos para que reforzara la zona costera del sur, Vicente
Guerrero conquistó Puerto Escondido, Santa Cruz de Huatulco y participó en
la toma de Acapulco.
En 1814, Guerrero y su ejército escoltaron a los miembros del Congreso a
Tlacotepec para darles seguridad, y después fue enviado a la mixteca como
apoyo a las fuerzas insurgentes de Juan N. Rosáins y Ramón Sesma. Su
táctica consistía en ataques sorpresivos y rápidos, lo cual le dio gran fama
por su efectividad.
En 1815, con la aprehensión y fusilamiento de Morelos, Guerrero se replegó
a la sierra del Sur. Los jefes insurgentes Rosáins y Sesma aceptaron el
indulto del gobierno. El virrey Apodaca intentó coaccionar a Guerrero,
valiéndose de su padre, para que también lo aceptara él, pero se negó. En
1818 Guerrero, reconocido como general en jefe del ejército del Sur,
mantenía contacto con Pedro Ascencio, en la zona de Iguala y Taxco.
A finales de 1820 el coronel Agustín Iturbide fue designado por el virrey para
que pusiera fin a la insurgencia, pero Iturbide se pasó del lado insurgente y
redactó el llamado Plan de Iguala (1821), integrado por una proclama de
independencia y un plan para el establecimiento de un Gobierno mexicano.
Cuando Iturbide se coronó emperador de México, Guerrero tomó las armas
para derrocarlo. Después apoyó incondicionalmente al presidente
Guadalupe Victoria y se afilió a la logia masónica yorkina. En 1829, Vicente
Guerrero fue nombrado presidente constitucional pero, destituido a los
pocos meses, se enemistó con Anastasio Bustamante, a quien al parecer
mandó asesinar. Tras sufrir una traición, Guerrero fue fusilado en Cuilapan.
Tercera etapa: Resistencia, guerra de
guerrillas (1815-1820)

Manuel de Mier y Terán

(México, 1789-Padilla, 1832). Militar mexicano. Se distinguió durante la


guerra de la Independencia de su país. Al proclamarse el Plan de Iguala se
incorporó a las tropas de Bravo, con quien llegó a general (1821). Ministro de
la Guerra con Guadalupe Victoria (1824). Se suicidó cuando había sido
elegido presidente al no poder someter al general Moctezuma, sublevado en
Tamaulipas.

Guadalupe Victoria

Militar e independentista mexicano (Tamazula, Nueva Vizcaya, 1786 - San


Carlos de Perote, 1846). Su verdadero nombre era José Miguel Ramón
Adaucto Fernández Félix y creció con su tío el cura de Tamazula, Agustín
Fernández. Estudió en el Seminario de Durango y en el colegio de San
Ildefonso de México.
En 1812 se sumó a las fuerzas insurgentes de Hermenegildo Galeana y
cambió su nombre por el de Guadalupe Victoria, pues se encomendó a la
Virgen morena y luchó por la victoria de la causa insurgente. Destacó
durante la toma de Oaxaca y se unió a la tropa de Nicolás Bravo en Veracruz.
Se dedicó a controlar el paso del puente del Rey, por el que se hizo famoso
debido a sus exitosos asaltos a convoyes militares.
Por ello fue ascendido a coronel y se encargó de la campaña de Veracruz.
Defendió los puertos de Nautla y Boquillas de Piedras, aunque los realistas
consiguieron recuperarlos más tarde. Victoria inició una estrategia de guerra
de guerrillas con ataques breves pero fulminantes. Además organizó un
gobierno en el territorio que dominaba, fijó impuestos para el sostenimiento
de la guerra, nombró jueces y las condiciones para la creación de una fuerza
marítima. Logró asediar y aislar las ciudades de Córdoba, Orizaba y Jalapa.
Cuando el movimiento insurgente declinó con la muerte de Morelos, Victoria
continuó manteniendo viva la causa. A principios de 1819 se ocultó, y
reapareció en 1821 para apoyar el Plan de Iguala, suscrito entre Agustín de
Iturbide y Vicente Guerrero. Se entrevistó con Iturbide, con el que tuvo
diferencias, pues no estaba de acuerdo en el establecimiento de un imperio
sino en el de una república.
Cuando en 1823 Iturbide abdicó y marchó al exilio, Victoria formó parte del
Supremo Poder Ejecutivo. Un año después se sancionó el Acta Constitutiva
de la Federación (Constitución de 1824) y se eligió a Victoria como
presidente.
Su gestión estuvo encaminada a obtener el reconocimiento de la
independencia mexicana de otras naciones. Obtuvo un préstamo de
Inglaterra y expulsó a todos los españoles. Al concluir su gobierno en 1829
se retiró a vivir a su hacienda de Jobo en Veracruz. Fungió como senador
por Durango y Veracruz de 1832 a 1834, y simultáneamente combatió
rebeliones en Veracruz y Oaxaca, y más tarde sería investido gobernador
interino de Puebla. En 1838 asumió la comandancia general de Veracruz ante
la amenaza de la guerra con Francia. En 1841 contrajo matrimonio con María
Antonia Bretón y Velázquez, pero su salud se vio quebrantada por un viejo
padecimiento epiléptico.

Francisco Xavier Mina


(Francisco Xavier o Javier Mina; Idocín, 1789 - México, 1817)
Guerrillero español. Destacó en los dos asedios franceses de Zaragoza.
Unido a su tío, el general Espoz y Mina, formó una guerrilla y luchó sin cesar
contra los invasores en Navarra, Aragón y La Rioja, hasta caer prisionero en
el asedio de Labiano (1810).
Disconforme con el absolutismo de Fernando VII, después de un fallido
alzamiento contra Fernando VII marchó a Londres, de donde pasó a México a
luchar por su independencia. En 1815, agentes de la insurgencia mexicana
en Europa, entre los que se encontraba fray Servando Teresa de Mier, se
pusieron en contacto con el liberal español, que decidió armar una
expedición. El 15 de abril de 1817 desembarcó en Soto la Marina, donde leyó
una proclama a los americanos.
Mina identificaba la lucha de los independentistas con el combate al
absolutismo; en México, sin embargo, los insurgentes ya no luchaban por la
Constitución de Cádiz, y su iniciativa despertó la desconfianza de algunos.
La expedición no duró mucho; en 1817, Mina fue derrotado y hecho
prisionero en el rancho El Venadito, cerca de Guanajuato. Fue fusilado el 11
de noviembre de 1817.

Antonio López de Santa Anna

Nació en Jalapa, Veracruz, el 21 de febrero de 1794.


Ocupó la Presidencia de México en 11 ocasiones: del 16 de mayo al 3 de
junio de 1833, del 18 de junio al 3 de julio de 1833, del 27 de octubre al 15 de
diciembre de 1833, del 24 de abril de 1834 al 28 de enero de 1835, del 18 de
marzo al 10 de julio de 1839, del 10 de octubre de 1841 al 25 de octubre de
1842, del 5 de mayo al 6 de septiembre de 1843, del 4 de junio al 12 de
septiembre de 1844, del 21 de marzo al 2 de abril de 1847, del 20 de mayo al
16 de septiembre de 1847 y del 21 de abril de 1853 al 12 de agosto de 1855.
Murió en la capital del país el 21 de junio de 1876.
Inició su carrera militar como cadete en 1810. Combatió a los insurgentes en
Texas y en Veracruz. En 1822 se levantó en armas proclamando la República.
En 1829 derrotó al general español Isidro Barradas en Tampico; a partir de
este suceso, se convirtió en el héroe nacional indispensable, aunque perdió
la guerra más importante, librada contra Estados Unidos entre 1846 y 1848.
Si bien ocupó 11 veces la Presidencia, en tiempo efectivo no sumó siquiera
un sexenio. Aún así, durante los primeros 35 años de vida independiente de
México, fungió como árbitro de los destinos del país. Como político careció
de ideas y de principios. Durante su último periodo, sin embargo, se fijó la
tarea de gobernar apoyándose en los más destacados conservadores de la
época, encabezados por Lucas Alamán. A la muerte de éste, su gobierno
derivó en una dictadura sin programa político, sometida a las veleidades de
Santa Anna, entre ellas, el establecimiento de un boato imperial. La continua
y tenaz oposición de los liberales desbocó en la Revolución de Ayutla en
1854, que en poco más de un año derrocó al dictador.

Agustín de Iturbide

M
ilitar realista y después emperador de México. Nacido en Valladolid (Morelia), sus padres fueron José
Joaquín de Iturbide, español, y Josefa de Arámburu, de una familia michoacana. Estudió en el
seminario de la misma ciudad donde nació y a los quince años se dedicó a las labores del campo.

Poco después ingresó a la milicia como alférez del regimiento provincial de Valladolid; en 1805 se
casó con Ana María Huarte. Al ocurrir la prisión del virrey Iturrigaray se encontraba en México y
ofreció luego sus servicios al gobierno que surgió del motín de Yermo. En 1809 tuvo algún nexo con la
conspiración que encabezaba Michelena en Valladolid, para proclamar la Independencia.
Rehusó el grado de general que le ofreció Hidalgo, según versiones del mismo Iturbide. Tomó parte
en diversas batallas, desde la del Monte de las Cruces, al lado de las fuerzas realistas. Se distinguió por
su valor y por la tenacidad con que persiguió a los partidarios de la insurgencia.

Combatió contra Morelos y para 1820 había alcanzado el grado de coronel del ejército realista. Se
encontraba en México, casi inactivo, cuando se restableció ese año la Constitución española, de corte
liberal y se inició la conspiración de la Profesa, cuya finalidad era impedir el restablecimiento de dicha
Constitución en México, para continuar con el régimen absolutista.

Iturbide entró a formar parte en ella y se logró que se le comisionase por el virrey Apodaca para
combatir a Guerrero, quien mantenía la lucha insurgente en el sur del país. Iturbide, nombrado
comandante del Ejército del Sur, ya con el grado de brigadier, inició su tarea para ganarse a Vicente
Guerrero, después de que no logró vencerlo militarmente.

Iturbide instaló su cuartel en Teloloapan; pero las fuerzas de Guerrero le causaron algunos reveses,
por lo que prefirió atraérselo. En enero de 1821 le escribió una carta, invitándolo a indultarse; hubo
una negativa de Guerrero y una nueva carta de Iturbide, donde ya proponía la Independencia.

Después de entrevistarse en Acatempan, ambos jefes se pusieron de acuerdo y el Plan de Iguala fue
proclamado por Iturbide. La última fase de la campaña de la Independencia termina con la entrada a
México de Iturbide al frente del Ejército Trigarante el 27 de septiembre de 1821.

Consumada la Independencia, Agustín de Iturbide tomó a su cargo la dirección de los asuntos


públicos, nombrando una Junta Gubernativa compuesta de 38 miembros y que excluyó a los veteranos
de la insurgencia. Después fue nombrado presidente de la Regencia.

El 18 de mayo de 1822 el sargento Pío Marcha y el pueblo proclamaron emperador a Iturbide. Esa
proclamación fue ratificada por el Congreso el día 19 de mayo. La coronación del emperador, que tomó
el nombre de Agustín 1, y de su esposa, se realizó el 21 de mayo del mismo año. El Imperio pronto
comenzó a ser combatido por los elementos republicanos y algunos liberales. Durante su reinado creó la
Orden de Guadalupe.

Las dificultades comenzaron pronto con el Congreso. Iturbide lo disolvió; aprehendió y persiguió a
muchos de sus miembros, pero no logró establecer la paz. Al realizarse su jura, el 24 de enero de 1823,
ya había estallado la rebelión, que inició Antonio López de Santa Anna, con el Plan de Casa Mata; en él
se pedía la reinstalación del Congreso, el reconocimiento de la soberanía de la nación y prohibía se
atentase contra la persona del emperador.

Los rebeldes comenzaron a ganar terreno y determinaron la abdicación de Iturbide, que se efectuó
ante el Congreso, reinstalado, el 19 de marzo de 1823. Salió con su familia de Tacubaya, donde tenía su
residencia. El 29 de marzo marchó a Veracruz y luego a Europa.

Llegó a Liorna, Italia, en agosto de 1823 y fue a vivir a la Villa Fournier. Después pasó a Florencia y
a Inglaterra. El Congreso, que le había asignado primero una pensión, lo declaró traidor y lo puso
fuera de la ley el 28 de abril de 1824, decisión que ignoraba el ex emperador.

El 4 de mayo salió de Londres para México, instado por algunos de sus partidarios. Desembarcó en
Soto la Marina, Tamaulipas, el 14 de julio. Allí se le aprehendió; el Congreso local lo sentenció a
muerte, y fue ejecutado en el pueblo de Padilla, del mismo Estado el 19 de julio de 1824.

Su nombre permaneció proscrito y sus restos olvidados hasta 1833, en que siendo presidente Santa
Anna, investido de facultades extraordinarias, mandó que los restos de Iturbide fueran conducidos a
México y conservados en la urna destinada a los primeros héroes de la Independencia. El decreto quedó
sin cumplir, hasta que en agosto de 1838, bajo el gobierno de Anastasio Bustamante, obtuvo del
Congreso un nuevo decreto, confirmatorio del anterior.
Los restos de Iturbide fueron trasladados a México y sepultados con pompa en un sepulcro que se
erigió en la capilla de la catedral dedicada a San Felipe de Jesús. Las letras de oro con el nombre de
Iturbide, que figuraban en uno de los muros del salón de sesiones de la Cámara de Diputados, fueron
desprendidas por iniciativa aprobada el 5 de octubre de 1921, por una mayoría de 77 diputados, y cinco
en contra.

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