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Centro de Estudios Superiores Jurídicos y de

Criminalística

Licenciatura en Derecho

Derecho Romano

Profesor: Lic. David Nuñez Medina

Reseña: “La Ciudad Antigua” de Numa Denis Fustel de

Coulanges

Gutiérrez Camargo Gabriela

Matricula: E1903 BALLDE0237


La Ciudad Antigua

Esta obra publicada en París en 1864 por el historiador francés Numa Denis
Fustel de Coulanges nos habla de los tiempos remotos de la antigua Grecia y
Roma; trata sobre su derecho e instituciones, de sus creencias, de la familia y
de su religión.

Inicia hablando sobre las creencias del alma y sobre la muerte; según las más
antiguas creencias de los italianos y los griegos, no era un mundo extraño
donde el alma iba a pasar su segunda existencia: permanecía cerca de los
hombres y continuaba viviendo bajo la tierra, ellos lo llamaban “un cambio de
vida”. Esto se refiere a que nuestro antepasado, aunque hubiese muerto seguía
con nosotros. Según sus más antiguas creencias, decían que el alma siempre
estaba unida al cuerpo, aun cuando la persona moría y era enterrada o
“encerrada en su tumba”, por lo que creían que vivía bajo la tierra; por eso,
cuando se enterraba a alguien se le trataba como si aún estuviera vivo:
´´enterramos su alma en su tumba´´.

Las familias de los muertos derramaban vino sobre sus tumbas para calmar su
sed; se depositaban alimentos para satisfacer su hambre. Se degollaban
caballos y esclavos en la creencia de que estos seres le servirían al difunto, así
como le habían servido en su vida.

Se pensaba que cuando un cuerpo no era sepultado añoraba el suelo de su


patria, de la tumba familiar. Este vagaba y asustaba a los demás, por eso fue
creada la sepultura sin embargo cuando esté muerto no tenía sus alimentos,
bebidas y demás cosas se vengaba de los demás; les mandaba enfermedades,
asolaba las cosechas, les espantaba con apariciones para manifestar que le
dieran sepultura a su cuerpo. De aquí procede la creencia de ´´los
aparecidos´´.

Estas creencias dieron lugar a obligaciones puesto que el muerto tenía


necesidad de alimento y bebida, lo cual se concibió que era un deber de los
vivos el satisfacer esta necesidad. Los muertos pasaban por seres sagrados.
Los romanos daban a los muertos el nombre de dioses, las tumbas eran los
templos de estas divinidades. La casa de un griego o de un romano encerraba
un altar: en este altar tenía que haber siempre un poco de ceniza y carbones
encendidos. Era una obligación sagrada para el jefe de la casa el mantener el
fuego día y noche; el fuego no cesaba de brillar en el altar hasta que la familia
perecía totalmente: hogar extinguido, familia extinguida, eran expresiones
sinónimas entre los antiguos; ya que, si este se apagaba antes de que la
familia se extinguiera por completo, era como si su familia ya no existiera y era
desgraciada la casa donde se extinguía. El fuego tenía algo de divinidad; se le
rendía culto y se le pedía protección, salud, alimentos, riqueza.

Desde haces muchos siglos el género humano solo admite una doctrina
religiosa mediante dos condiciones: que le anuncie un Dios único y que se dirija
a todos los hombres, sin rechazar a ninguna clase ni raza.

En esta religión primitiva cada Dios solo podía pertenecer a una familia, la
religión era puramente domestica; en la religión domestica nadie podía imponer
o modificar la religión ya que no había más alta jerarquía que el padre, él lo era
todo. El padre era el pontífice de su religión y sólo podía enseñársela a su
primer hijo varón y tenía prohibido transmitirla a personas que no pertenecieran
a la familia. La religión sólo podía transmitirse de varón en varón, pues se creía
que sólo los hombres podían dar lugar a la siguiente generación porque poseía
“el poder reproductor y era quien trasmitía la chispa de vida”.

La religión es una de las instituciones más importantes de la antigua Roma y


Grecia. La familia era considerada como un grupo de personas al que la
religión permitía invocar al mismo hogar y ofrecer la comida fúnebre a los
mismos antepasados. Con ésta surge la primera institución establecida por la
religión doméstica: el matrimonio.

El matrimonio significaba para la joven el abandono de su religión y de sus


dioses, pues soltera tenía la religión de su padre, pero casada tenía que
adoptar la religión de su esposo. Pero éste acto exigía a los que los
contrajeran, que hubieran nacido cerca uno del otro para que ella tuviera
derecho a sacrificar a sus dioses. Por eso, el matrimonio era “la ceremonia
santa de iniciación” de la joven en la religión y costumbres del hogar de su
esposo. Cuando el marido llevaba a la novia a su casa el novio cargaba a la
novia y se simulaba un rapto mientras ella daba de gritos y las mujeres que la
acompañaban simulaban defenderla. Era muy importante que la novia no
pisara la entrada de la puerta ya que hacer eso era una falta de respeto para
los Dioses. La finalidad del matrimonio era unir a un hombre y a una mujer para
asociarse en las dichas y penas de la vida y compartir un culto/religión,
transmitiéndolo a sus hijos. Es por esto que el celibato era mal visto, era
obligatorio casarse

Como el matrimonio había sido concertado para perpetuar la familia, podía


disolverse si la mujer era estéril. Si el hombre era estéril, su mujer debía
entregarse a su hermano o a un pariente de su marido para que pudiera tener
descendencia, en este caso el hijo que nacía de esa unión era considerado
como hijo del marido. La ciudad antigua fue, pues, una confederación de
asociaciones familiares independientes entre sí, de donde se originó la
necesidad de una religión común para consagrar reglas comunes. Este culto
fue exclusivo de la ciudad y se ejerció en torno al hogar, excluyendo a los
extranjeros y a los desterrados. No existía acto de vida pública que no
estuviese acompañado de un rito sacerdotal.

La ley era considerada de carácter divino, más que fundada en un concepto de


justicia. La sociedad así constituida excluye, por lo tanto, el concepto de
"libertad individual" de los ciudadanos. El derecho de sucesión se transmite con
las mismas leyes de la transmisión del culto. Los siervos y los clientes están
vinculados por admisión a los ritos familiares; la "gens" no era sino una familia
en sus varias ramas, enlazadas por la religión común.

Fratría fue el nombre que le dieron los griegos y curia el nombre que le dieron
los latinos a la unión de varias familias con el fin de celebrar otro culto sin llegar
a perder o sacrificar su religión, esto con el fin de crear una divinidad común.
La fratria es la unión de varias tribus con el fin específico de rendir culto a un
Dios superior diferente al de cada tribu y solo se permitía con este fin. La fratria
en aquella época era considerada como sociedad independiente a las demás
ya que cada una contaba con su líder y este tomaba decisiones del caso que
aconteciere. En el momento de unirse, estas familias concibieron una divinidad
superior a sus divinidades domésticas, divinidad común a todas y que velaba
sobre el grupo entero. No había curia ni fratría sin altar y sin dios protector.
La tribu, tenía un tribunal y un derecho de Justicia sobre sus miembros. En su
origen estuvo constituida para ser una sociedad independiente, y como si no
hubiese tenido ningún poder social superior. Se fue quedando atrás el culto de
los muertos, pero no se extinguió y fue llegando el culto a lo físico, de lo
tangible; como la naturaleza, por ejemplo el sol, la luna la lluvia etc., también
haciendo de un hombre, un héroe un dios. La religión de los muertos
permaneció siempre inmutable en sus prácticas, mientras que sus dogmas se
extinguían poco a poco, cada hombre solo adoraba a un número muy
restringido de divinidades.

Cuando las familias empezaron a unirse y crearon fratrías, estas a su vez se


unieron y crearon tribus, la unión de estas tribus formo, por primera vez, la
ciudad, que eran unos grupos de tribus que respetaban los cultos de las otras.
Cuando un jefe salía de una ciudad ya constituida para fundar otra,
ordinariamente sólo llevaba un pequeño número de conciudadanos, a los que
se incorporaban muchos otros que procedían de diversos lugares y aun podían
pertenecer a ciertas razas. Pero este jefe siempre constituía el nuevo Estado a
imagen y semejanza del que acababa de dejar. En consecuencia, dividía su
pueblo en tribus y fratrías. La urbe se refiere al lugar en que la ciudad se
situaba físicamente, una especie de santuario. Ciudad y Urbe, no eran palabras
sinónimas entre los antiguos. La ciudad era la asociación religiosa y política de
las familias y de las tribus; la urbe era el lugar de reunión, domicilio y, sobre
todo, el santuario de esta asociación. La fundación de una urbe era siempre un
acto religioso. Con la creación de las ciudades, cada una empezó a desarrollar
su propia religión, cada religión tenía sus propios sacerdotes a quienes
adoraban y respetaban.

Fundador era el hombre que celebraba el acto religioso sin el cual no podía
existir una población, el que colocaba el hogar en que debía arder eternamente
el fuego sagrado. Cada ciudad adoraba al que la había fundado. El fundador se
recordaba cada año en las ceremonias sagradas. Eneas había fundado a
Lavinio, de donde procedían los albanos y los romanos, y que, por
consecuencia, era considerado como el primer fundador de Roma. Sobre él se
estableció un conjunto de tradiciones y recuerdos. Virgilio escribió el poema
nacional de la ciudad romana. La llegada de Eneas, o mejor, el traslado de los
dioses de Troya a Italia, es el tema de la Eneida. El poeta canta a ese hombre
que surca los mares para fundar una ciudad y llevar sus dioses al Lacio.

Se podía aceptar las ofrendas de una persona con el simple hecho de ser
ciudadano. Para la definición exacta del ciudadano hay que decir que es el que
tiene la religión de la ciudad. Por el contrario, el extranjero es el que no tiene
acceso al culto y no goza de la protección de los dioses de la ciudad ni tiene
derecho a invocarlos; porque los dioses nacionales no aceptaban ofrendas más
que de los ciudadanos y rechazaban al extranjero.

La patria tenia al individuo sujeto con un vínculo sagrado: si abandonaba sus


santas muralla, si traspasaba los sagrados límites del territorio, no había ya
para él ni la religión ni lazo social de ningún específico. Fuera de su patria se
encontraba fuera de la vida regular y del derecho, sin dios y sin vida moral.

Había una gran diferencia entre sociedades o estatus, ejemplo: los patricios y
los plebeyos. Esta desigualdad o privilegios de unos se daba aun en la religión
desde que el padre solo designaba a un heredero para que continuase con los
ritos de la familia. Los patricios, clase alta, los plebeyos, clase obrera, los
clientes y servidores extranjeros. Otro elemento de población que estaba por
debajo de los mismos clientes, y que adquirió la fuerza suficiente para romper
la antigua organización social, se hizo en roma más numerosa que en cualquier
otra ciudad, recibía el nombre de la plebe. No formaba parte de lo que se
llamaba el pueblo romano. La primera revolución se dio por causa de que los
reyes de cada ciudad querían tener más poder, entonces los padres familias,
jefes de fratrias y jefes de tribus no querían que el poder se centrara solo en el
rey y hubo luchas entre la aristocracia y las monarquías saliendo vencedora la
aristocracia. Este fundamento de la aristocracia se vivió de manera común en
Roma y Grecia, constituyéndose en un gobierno aristócrata y haciendo a un
lado a la realeza sin dejar de perder la esencia que era la religión. Ya que de
allí emergían sus leyes para que el gobierno gobernara dicha ciudad.

La segunda revolución: al ser excluida la monarquía por la aristocracia en el


gobierno se dieron cambios en la constitución de la sociedad con el fin de
conservar la antigua constitución de la familia, es de aclarar que la aristocracia
dio el golpe a la realeza para evitar una revolución ya que estaba cometiendo
errores en el mandato causando desigualdades. Se veía como la familia tenían
sus propias normas en el hogar y poco se habituaban a las normas que se les
imponía. De ésta manera las gens se iban disolviendo.

Con el paso del tiempo llega algo nuevo; con la creación de la ciudad surgen
nuevas normas y leyes opacando un poco las propias de cada familia que
sometían a su acomodo a los clientes. Una vez que sucedía este cambio
social los clientes veían mejores garantías y buscaban ser libres llegando así la
emancipación y dándose cierto reconocimiento donde se veía que el cliente
compensaba a usufructuarse del trabajo de sus manos.

En la tercera revolución se vio que los patriarcas vencieron a la realeza y


tomaron el poder, pero posteriormente este nuevo gobierno comienza a ser
desigual en la sociedad siendo una vergüenza para las clases inferiores, el
pueblo busco ser libre de ese sistema rompiéndose ese sistema social antiguo.
La plebe se levantó a luchar contra la aristocracia con el fin de obtener el
reconocimiento político, social y religioso para ser tomados en cuenta dentro
de la sociedad.

Los cambios en el derecho privado nos muestran que no es la esencia del


derecho quedarse estancado en el tiempo o cualquiera que sea su
connotación, si no que, va evolucionando en el tiempo cultural y social mente.
En cuanto a los derechos privados este se daba en la antigua familia por sus
tradiciones ancestrales donde se excluía de todo derecho a otros parientes y
solo se reconocía al varón mayor, pero esto cambio cuando se formaron las
ciudades porque este derecho se hizo público. El primer derecho público que
se observo fue el de la religión cuando los plebeyos se hicieron parte de la
ciudad y con esto lograron que se reconocieran públicamente sus derechos.

Las 12 tablas en roma se hicieron por los patricios a petición y para el uso de la
plebe ya que al fin habían sido reconocidos como ciudadanos.

La Ruina del régimen político, que Grecia e Italia habían creado, puede
referirse a dos causas principales. Unas pertenece al orden de los hechos
morales e intelectuales; la otra, al orden de los hechos materiales; la primera es
la transformación de las creencias; la segunda es la conquista romana. La
religión primitiva, se alteró con el tiempo y envejeció. Se comenzó a tener la
idea de la naturaleza inmaterial; la noción del alma humana se precisó, y casi al
mismo tiempo en el espíritu la de una inteligencia divina. Enseñaban a los
griegos que, para gobernar, era necesario persuadir a los hombres y actuar
sobre voluntades libres. Despierta así la reflexión, el hombre dudo de la justicia
de sus antiguas leyes sociales, y aparecieron otros principios, fue entonces
cuando empezó a comprenderse que existen otros deberes que los deberes
que hacía el estado, y otras virtudes que las virtudes cívicas.

Roma era un conjunto de asociaciones de muchas razas, se hablaba latín y


griego. Roma surgió por la necesidad de sostener en paz y armonía a un
conglomerado, se fundaron instituciones, las cuales a través del tiempo la
hacían fuerte y con gran ventaja sobre las demás naciones y esto hacia que las
venciera y las dominara. El cristianismo cambio las condiciones de gobierno; la
victoria del cristianismo marca el fin de la sociedad antigua. Con la nueva
religión termina esta trasformación social, se mira la independencia de la
religión -derecho- gobierno. Con el cristianismo se unifican las creencias hacia
un Dios único y verdadero e incorporando unos sentimientos y valores hacia el
prójimo sin importar que esta sea extranjero, esclavo o enemigo.

Con el cristianismo se parte la historia cronológica en un antes y un después,


poniéndole fin a toda creencia inventada por el hombre y surge una gran
diferencia entre Dios y el hombre.

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