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1. INTRODUCCIÓN
Nariño ha aportado su cuota de víctimas por los terremotos, sin embargo los habitantes y
el departamento hemos tenido suerte. En la siguiente reseña se da una visión de los
terremotos que han afectado al Departamento de Nariño, teniendo en cuenta su
trascendencia, especialmente en lo referente a la ingeniería.
1834-enero 20, 7 am. - en Pasto - Este terremoto debió sentirse de manera fuerte en toda
la parte sur de la República, inclusive la región de Napo. Así lo describe Gustavo
Arboleda:
"Bajo auspicios nada favorables se inició el año de 1834, pues el 20 de enero a las 7 de
la mañana fue poco menos que convertida en ruinas la ciudad de Pasto, por un
terremoto cuyas violentas sacudidas duraron varios días; por la misma causa quedó
destruida la ciudad de Almaguer en la provincia de Popayán, y también el pueblo de
Santiago de Sibundoy, en la de Pasto. Este último estaba edificado sobre un volcán, a
15 leguas de la cabecera de la provincia. El volcán reventó a las 6 de la mañana, la
tierra de agitó con violencia y se hundió luego en una extensión aproximada de 3 leguas
de longitud por dos de anchura; se trataba de una selva frondosa y no obstante eso,
desapareció completamente, sin que quedasen vestigio de los árboles más viejos y
corpulentos, si hemos de creer en los informes del cura del lugar. Del pueblo no resultó
una sola casa en pie, pues todas se hundieron murieron 80 vecinos; los demás lograron
asilarse en una pequeña residencia cercana.
Entre los edificios que en Pasto se fueron a tierra se contaban 5 conventos con sus
respectivas iglesias, tres templos más y el templo de San Agustín. En toda la región
comprendida entre Almaguer y Tulcán no hubo iglesia que no experimentara daños de
consideración o no quedase en ruinas. El terremoto se sintió por el norte hasta Bogotá y
por el sur hasta Ibarra. El foco del fenómeno, según informe del gobernador de Pasto,
estaba en la cordillera Oriental, hacia las fuentes del Caquetá y el Putumayo.
Las noticias del terremoto causaron profunda consternación en toda la Nueva Granada y
en el Ecuador; allá y aquí se hicieron colectas de dinero para socorrer a los
damnificados. El secretario Pombo dirigió una circular a los gobernadores, para
interesarlos en la organización de esas colectas. El gobierno contribuyó con lo que le
fue posible para socorrer a los Pastusos y el presidente Santander encabezó las
suscripciones populares en Bogotá con $ 3.000 pesos. Los habitantes de Pasto,
anonadados por la catástrofe, pensaron en trasladarse a Túquerres, pero alentados con
los socorros que recibieron, mudaron de propósito y se dieron a reedificar su ciudad. El
cabildo de ella dio en nombre de todos las gracias al gobierno y en particular al
presidente por los donativos.
Alexis Perrey lo resume así:
"El 20 de enero, a los 8 de la mañana, un temblor espantoso tuvo lugar en la Nueva
Granada. Santiago fue destruido. Una extensión de territorio de 3 leguas de longitud y
dos de anchura desapareció con la selva que la cubría. Todos los árboles fueron
arrancados de raíz. La superficie presentaba el aspecto de un terreno lleno de piedra y
arena. Las olas formadas por la tierra rodaban como las del mar agitadas, por una
tempestad."
Eduardo Andrés, en su visita a Pasto en Julio de 1876, se refiere a este temblor y dice
así:
"En Pasto una sacudida muy violenta arruinó lo que había escapado al d esastre del 20
de enero. En el volcán de Pasto los temblores de tierra son raros; el ruido subterráneo
(bramidos) se escuchan todas las noches"
1869, marzo 20:
"El 20, a las cuatro de la mañana, en Quito un temblor prolongado, más fuertemente aún
en Esmeraldas y muy violento en Barbacoas"
1906, enero 31, 10h. 35 m. 51 s.- En Tumaco. Este terremoto es de los más grandes que
se ha registrado en el mundo, pues Beno Gutemberg anota:
"Al de Tumaco lo considera como uno de los seis que más energía cinética h an liberado
en toda la historia sísmica del mundo"
Este temblor se sintió desde el valle del Atrato y Medellín en el norte, hasta Guayaquil y
Cuenca en el sur del Ecuador en un territorio de 300.000 Kilómetros cuadrados. Rudolph
y Szirtes hicieron un extenso estudio de él, lo mismo que Scheu, de ese estudio se
infiere que el terremoto principal fue precedido de cuatro sacudidas fuertes, la primera a
las 7 de la mañana sentida en Guapi, la segunda a las 9:02 sentida principalmente en
las costas de Esmeraldas en el Ecuador y registrada en el observatorio de Quito. La
tercera también registrada allí mismo a las 9:08 minutos. La última fue la más débil de
todas. El terremoto principal se sintió con un movimiento vertical desde la bahía de
Caraques en el sur hasta Guapi en el norte. En Tumaco y en Guapi, según testigos
oculares, era imposible permanecer en pie sin apoyarse a algunos objetos como
árboles y ramas. Integralmente la isla de Tumaco se vio envuelta en un continuo y
visible vaivén, en el que la tierra se hundía y se levantaba, y en que las casas se
sacudían de una manera terrible.
"Se puede calcular moderadamente que el número de muertos puede ser de 200 a 300
y el de los que quedaron sin casas de unas 20.000 personas. La pérdida de
propiedades, desde el punto de vista monetario, es probablemente muy pequeña"
Llaman la atención los telegramas de puntos lejanos se había sentido el terremoto con
intensidad. Hasta la ciudad de Pasto telegrafiaron, que a las cinco de la mañana había
temblado con intensidad produciendo alarma entre los habitantes.
1933, febrero 10, 11 y 12. Continuas sacudidas afectaron las poblaciones de Linares,
Anteque, Zapallurco y San Francisco en el Departamento de Nariño según datos de la
prensa. Así "el País" dice:
"Pasto febrero 12, 1933. Anteayer, por la tarde se sintió un fuerte temblor de tierra en
esta ciudad. Las noticias recibidas de las provincias indican que el fenómeno fue un
verdadero terremoto en la población de Linares, en donde causó grandes daños en las
edificaciones. Estos daños se han calculado en más de $ 100.000".
"Ayer a las doce de la noche y a las cuatro de la mañana sintiéronse leves movimientos
de tierra. En el de las doce oyó un bramido interno de la tierra, sin que se hayan
registrado mayores desgracias con ese temblor. Los primeros han causado enormes
pérdidas en las secciones de Zapallurco y San Francisco, varias casas inhabitadas y las
demás deterioradas, habiéndose formado enormes grietas en le suelo.
"1935, 7 de a gosto a las 3:30 a.m. cuatro horas después, un terremoto más violento hizo
salir a las aterrados habitantes a la calle gritando "temblor", "temblor". Según los
observadores el temblor en un principio tuvo carácter oscilatorio pero se convirtió
después en una tremenda sacudida que amenazó destruir toda la ciudad. Entre los
edificios que mayores daños sufrieron se cuentan la catedral, la iglesia del hospital y
sobre todo la iglesia de la Merced en donde tuvieron que interrumpirse los actos de culto.
Ocho personas perecieron entre las ruinas de sus hogares en las cercanías de la ciudad
y las casas y edificios de las poblaciones de Yacuanquer, Tangua, Funes, Córdoba,
Contadero y Gualmatán sufrieron serios desperfectos.
1935, 26 de octubre, a las 8 y 45 p.m. Una terrible salida precipitada y acompañada por
un ruido sordo, tuvo lugar dos meses después y duró unos 26 segundos.
Tan fuerte fue esta sacudida que las personas difícilmente podían tenerse en pie y
tenían que asirse de cualquier objeto, apoyarse en las paredes para no caer por tierra.
"1936, 5 y 6 de enero. El año principió con tristes presagios, pues en los días 5 y 6 de
enero la ciudad de Túquerres fue sacudida violentamente durante varias horas,
sacudidas que también se sintieron en Pasto".
"1936, 9 de enero, a las 11 y 30 p.m. Una capa de tierra situada a 2.850 metros sobre el
nivel del mar y de 500 a 800m. de longitud. se deslizó y obstruyó el cauce del río
Sapuyes que corre a 120 metros bajo el nivel de la meseta. Del pequeño pero próspero
caserío de la Chorrera que estaba situado sobre la meseta y de sus 250 a 300 habitantes
lo mismo que de sus ganados y árboles, apenas quedó rastro.
Aquel cúmulo heterogéneo de escombros obstruyó el río durante varios días hasta que
las aguas rompieron el dique inundaron campos de cultivo, destruyeron sementeras y
puentes.
La noche del derrumbamiento los habitantes del destruido pueblo de Santa Ana, situado
al lado opuesto del Río Sapuyes, oyeron los gritos desesperados de los infelices que se
derrumban y perecían sepultados.
La excitación subió debido a que a planta eléctrica se dañó y la ciudad quedó sumida en
la oscuridad.
Un derrumbe tuvo lugar el 14 de agosto de 1936 en la falda de 5 kilómetros del Volcán
Doña Juana, situado a poco distancia al Noreste de Pasto. La tierra cubrió varios lagos
y obstruyó el cauce de uno de los afluentes del Juanambú. La cantidad de lodo y de
tierra fue tan grande que el río quedó detenido durante varias horas.
Este violento terremoto sacudió, despertó y atemorizó a los 50.000 habitantes de Pasto,
que dormían a las 1 a.m.
Tres sacudidas más dicen haberse sentido el mismo día a las 7:45 a.m. a las 10 a.m. y
a las 12 m. pero ninguna de esas fue tan intensa como la primera, que al decir de los
más ancianos habitantes de Pasto es el más fuerte temblor de que tienen memoria.
Estos terremotos sin embargo no les han caído a los habitantes de Pasto como una
sorpresa dado que toda la región de Nariño ha sido siempre sísmicamente muy activa.
Las paredes de ladrillo y adobe de los edificios quedaron con largas rajaduras y algunas
llegaron a caer al suelo como en el matadero nuevo que todavía no está terminado.
El cementerio de la ciudad que tiene hilera de bóvedas, separadas por pedazitos, para
colocar los ataúdes, quedó en parte destruida y cerca de veinte cadáveres (según los
relatos de la prensa) fueron sacados violentamente de sus bóvedas y tuvieron que ser
enterrados de nuevo. Las lápidas se encontraron resueltas con los escombros.
Las vidrieras de la iglesia de Cristo Rey saltaron en pedazos como si hubieran sido
apedreadas.
La capilla del hospital de San Pedro quedó tan dañada que hubo que tumbarla. En el
camino viejo que sale de Pasto por Aranda hubo varios deslizamientos del terreno
algunos de grandes proporciones. Las comunicaciones telegráficas y telefónicas se
interrumpieron; las tuberías reventaron en muchos sitios.
Las paredes de los edificios de la ciudad aparecen con rajaduras horizontales y a través.
La duración del temblor generalmente fue apreciada en unos seis o siete segundos. Del
pequeño Caserío de Jenoy situado a 12 kilómetros al oeste de Pasto, se refiere que una
cruz de piedra levantada en medio del cementerio, saltó de la base en donde había sido
asegurada con cemento y arcilla.
También rodaron muchas piedras de las laderas de las montañas hacia el Río Pasto. Y
en la tierra aparecieron grietas de 3 cms. de anchura. Algunos arroyos se secaron y la
disminución del caudal de otros es notable.
Hubo también noticia de que en los siguientes pueblos y caseríos situados en el Valle
de Pasto tuvieron grabes daños.
El primer sismo del 19 de enero de 1958 y quizá el más fuerte de todos, varios datos
importantes de Tumaco y la costa colombiana se han recibido. El mareógrafo que
sostiene el Instituto Geográfico Agustín Codazzi en la Isla del Morro al final del muelle
fue destruido y cayó al mar debido a que las vigas horizontales que estaban unidas a
dos columnas verticales por pernos, cedieron y bajaron 60 centímetros, desbaratando la
caseta donde estaban los aparatos.
El Señor Alberto Cuadros C. experto en Mareógrafos y mareas, quién viajó a Tumaco el
4 de enero anotó que los dos cobertizos paralelos que albergaban maquinaria y
maderas del aserrío "Industrial Palmífera" se movieron con tal fuerza que, estando
separados entre si por una distancia de 60 cms., las tejas de zinc del más bajo chocaron
con las paredes del más alto en un movimiento del vaivén quedando abollados los
techos de zinc del cobertizo más bajo. Después del temblor se notó que una de las
columnas de madera de uno de los cobertizos se salió de su base y quedó levantada
sobre un sostén más alto como de 40 cms., sufrido el tejado una curvatura con el
consiguiente levantamiento.
Los dos primeros del día 19 interrumpieron las comunicaciones telegráficas entre la
Espriella y Tumaco durante horas, debido a un aterramiento de la línea telegráfica.