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Alanís / Barrios / Flores C.

Capítulo 4
Consideraciones sobre la clasificación de las emociones
Wilheim Wunt, padre de la psicología experimental, argumento que todas las emociones pueden situarse en un punto
de un espacio tridimensional con los ejes del placer-displacer, excitación-inhibición, tensión-relajación. John B. Watson,
fundador del conductismo, coincide con Wunt en considerar el eje placer-displacer.

Russel y Mehrabian han propuesto un enfoque factorial con dos ejes: placer-displacer y arousa. El termino aurousal
viene a significar algo así como activación, despertar, levantarse, alzarse, surgir.

La consideración de estos ejes da lugar a la polaridad de las emociones. Existe la hipótesis de que las emociones se
sitúan en algún punto de unos ejes bipolares, en cuyos extremos están las emociones antagónicas: placer-displacer,
tensión-desinterés, amor-odio, enfado-contento, triste-alegre, entusiasmo-depresion interesado-aburrido, etc.

Además de las dos dimensiones principales, hay evidencia de una tercera: profundidad o absorción intensa. Este
sentimiento suele producirse al escuchar música, leer y contemplar la naturaleza. La profundidad tiene que ver con las
experiencias cumbre, momentos de máxima felicidad y satisfacción.

Otros aspectos que debemos tener presentes al abordar una clasificación de las emociones son: intensidad,
especificidad y temporalidad.

La intensidad y especificidad son dos dimensiones esenciales de las emociones agudas. La intensidad se refiere a la
fuerza en la cual se experimenta una emoción y posibilita asignarle un nombre que la distinga de las demás dentro de
su misma familia. La intensidad es cuantitativa, indiferenciada, inespecífica, protocritea. La especificidad califica la
emoción y posibilita asignarle un nombre que la diferencie de las demás. La especificidad es cualitativa, especifica, de
etiquetado, epicritica.

En los años veinte, Head distinguió entre sensibilidad localizada y sensibilidad difusa.

La combinación entre la especificidad y la intensidad origina un gran número de matices emocionales que originan una
enorme cantidad de palabras para para denominarlos. Así han surgido las clasificaciones de las emociones.

La temporalidad es la dimensión temporal de las emociones. Las emociones agudas suelen tener una duración muy
breve. Pero hay estados emocionales que pueden prolongarse durante meses.

Emociones positivas y negativas


Se han llevado a acabo tentativas empíricas de clasificación de las emociones, utilizando diversas metodologías, las
cuales han llegado a diferentes conclusiones. Pero en un aspecto hay coincidencia: las emociones están en un eje que
va del placer al displacer. Por tanto es posible distinguir entre emociones positivas y negativas.

Las negativas se experimenta cunado se bloquea una meta, ante una amenaza o un a perdida, requieren energías y
movilización para afrontar la situación de manera más o menos urgente. En cambio las positivas son agradables el
afrontamiento consiste en el defraude y bienestar que proporciona la emoción.

Además hay una tercera categoría, la cual son las emociones ambiguas, que algunos autores denominan problemáticas
o bordeline y otros neutras, es decir que no son ni positivas ni negativas; o bien pueden ser ambas según las
circunstancias.

Debemos tener presente que “emociones negativas” no significa “emociones malas”.

Lazarus hace una propuesta provisional de clasificación que puede esquematizarse en los siguientes términos:
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1. Emociones negativas: resultado de una evaluación desfavorable respecto a los propios objetivos.
2. Emociones positivas: resultado de una evaluación favorable, respecto a logro de objetivos o acercarse a ellos.
3. Emociones borderline: su estatus es equivoco.
4. No emociones: a menudo consideradas como emocionales por sus implicaciones que tienen con ellas pero no
lo son

Emociones básicas
Rara vez se produce una sola emoción. Sin embargo, es útil analizar la cada emoción de forma independiente. Muchos
analistas han distinguido cada entre emociones básicas y emociones complejas.

Las emociones básicas, también llamadas primarias, se caracterizan por una expresión facial característica y una
disposición típica de afrontamiento.

Las emociones complejas se derivan de las básicas, a veces por combinación entre ellas. No presentan rasgos faciales
característicos ni una tendencia particular a la acción.

Los investigadores están en desacuerdo sobre cuáles son las emociones básicas. Cualquier clasificación de las
emociones está sujeta a arbitrariedades que pueden producir jerarquías diferentes entre los investigadores.

La familia de las emociones


Son conjuntos de emociones de la misma especificidad, cuya diferencia reside en la intensidad o en matices sutiles.

Las diversas emociones que se pueden incluir dentro de una misma familia a veces pueden ser simples sinónimos. Otras
se tratan de matices por intensidad o complejidad.

Desde las perspectivas de las familias de las emociones podemos considerar que muchas de las divergencias entre
emociones básicas consideradas por diversos autores a veces puede ser una cuestión terminológica.
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Una propuesta clasificatoria
Recogiendo algunos intentos de clasificación más relevantes, debemos considerar las siguientes categorías de
emociones, junto con sus miembros familiares.

Dentro de las emociones ambiguas puede haber sus matices.

La escritura de las emociones no se corresponde al modelo de compartimientos estáticos, sino a vasos comunicantes.

Hay muchas emociones. No hay acuerdo en considera cuales de ellas se pueden considerar como básicas.
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Las emociones individuales
El estudio de estas permite una aproximación a cada una de ellas por separado, lo cual es importante desde la
educación emocional ya que en último término esto permite un mejor conocimiento de sí mismo.

En esta tablas resumen los temas centrales de algunas emociones, a partir de Lazarus.

En ella se resumen diversos aspectos de algunas emociones: respuesta impulsiva, medición, manejo y actividades. Las
respuestas impulsivas es aquello que uno siente impulso de hacer, precediendo de ninguna consideración moral o
social. El manejo de emociones se refiere a posibles estrategias.
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Emociones negativas

Ira

En primer lugar, la ira puede verse como negativa debido a las condiciones que evocan la emoción, ya que suele ser
evocada por acontecimientos de desagrado. En segundo lugar, la ira se puede calificar como positiva o negativa cuando
es entendida desde el punto de vista de sus consecuencias adaptativas, dependiendo del resultado.

Según la definición basada en el estímulo, la ira es una emoción negativa. Las definiciones indican que la evaluación
subjetiva del individuo de los sentimientos determina la valencia.

Miedo

El miedo son los trastornos por ansiedad, que están relacionados con una respuesta de ansiedad ante un peligro
inexistente o desproporcionado para lo que la situación requiere.

La distinción entre fobia y miedo podría concretarse en que la reacción de miedo se produce ante un peligro real y la
reacción es proporcionada a éste, mientras que en la fobia la respuesta de ansiedad es desproporcionadamente intensa
(o innecesaria) con la supuesta peligrosidad del estímulo. Para nuestro fin, no distinguiremos entre ambos términos.

Ansiedad

La ansiedad es una sensación normal que experimentamos las personas alguna vez en momentos de peligro o
preocupación. La ansiedad nos sirve para poder reaccionar mejor en momentos difíciles. Sin un mínimo de activación
un estudiante no estudiaría para sus exámenes; o en una situación peligrosa con el coche no reaccionaríamos
rápidamente, haciéndolo lo mejor que sabemos.

Sin embargo, cuando una persona se encuentra ansiosa con cierta frecuencia sin que parezca haber razón para ello, o
cuando esa persona se tensa en exceso, entonces la ansiedad se convierte en un problema que produce sensaciones
desagradables. Como la ansiedad es una reacción normal, el objetivo no es hacer que desaparezca, sino aprender a
controlarla y reducirla a niveles manejables y adaptativos.

Tristeza

La tristeza es la emoción que activa el proceso psicológico que nos permite superar pérdidas, desilusiones o fracasos.
Nos permite establecer distancia con las situaciones dolorosas para impulsar la interiorización y cicatrización del dolor
generado por ellas. Así mismo, el sentir tristeza, nos ayuda a empatizar con la tristeza de los otros y así crear redes de
apoyo y consuelo.

Cuando nos sentimos tristes nos replegamos sobre nosotros mismos, nos aislamos para iniciar el proceso de gestión
de la emoción, este comienza con la generación de pensamientos alternativos sobre la situación traumática que nos
ayudan a encajarla en nuestra vida e historia personal.
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Vergüenza

La vergüenza es un sentimiento que surge de una evaluación negativa del yo, y cursa con la idea de ser inadecuado/a
y el deseo de ocultarse, volverse invisible y desaparecer

Esta emoción está incluida en la clasificación de las denominadas secundarias, debido a su aparición tardía en el
desarrollo evolutivo del niño (a partir de los dos años) coincidiendo con su primera conciencia de auto-representación
como individuo, y es uno de los rasgos que definen el trastorno de personalidad por evitación.

El desencadenante de la vergüenza suele ser un juicio negativo que puede provenir tanto de la propia persona como
de una actitud externa

AVERSIÓN

La aversión produce el impulso de separase de alguna cosa o persona. Este objeto o persona despierta una emoción de
rechazo, desprecio o irritación que causa un movimiento en su contra y un deseo de alejarse o destruirla.
El asco sería aquella emoción de aversión negativa: física, psicológica o moral, provocada por percepción de un objeto,
persona o situación sucios o repugnantes y el deseo que aparece de apartarse de esta causa o de expulsarla en el caso
de que se haya ingerido (vómito).
La aversión es una emoción primaria que puede ser la base inicial de algunos sentimientos, por ejemplo la apatía y
el odio. Tiene una función inicial de protección ante algo que valoramos como perjudicial para nosotros y nos mueve a
apartarnos de ello.

EMOCIONES POSITIVAS

Alegría

La alegría es el estado de regocijo interior que nos hace sentir vivos y equilibrados; es una excitación que produce
placer y felicidad y es un sentimiento grato que nos obliga a ver el lado risueño y gracioso de las cosas. Es una emoción
expansiva que se necesita expresar y compartir con los demás.

La realidad se puede ver desde distintos ángulos y cada uno de ellos nos mostrará una cosa distinta. Si pudiéramos
enfocar el aspecto verdadero que tienen todas las cosas, podríamos reírnos más seguido, principalmente de nosotros
mismos cuando pretendemos aferrarnos a puras ilusiones que nos impiden pasarla bien y divertirnos.

La alegría no se agota aunque se malgaste, al contrario se convierte en una inagotable fuente de buen humor que
contribuye a hacernos más felices, y en el mejor de los casos hasta puede llegar a convertirse en un hábito.

HUMOR

El humor es algo bastante difícil de definir, aunque todos tenemos una noción más o menos clara de lo que es

Modo de presentar, enjuiciar o comentar la realidad, resaltando el lado cómico, risueño o ridículo de las cosas. Como
psicólogos, podemos considerarlo tanto como un rasgo, es decir, una característica relativamente estable de la
personalidad, como un estado, o sea, algo que se pone en marcha en un momento puntual.

La risa es algo que la mayoría de las personas coincide en clasificar como placentera y promotora de la felicidad. Por
otra parte, su estudio científico es bastante complicado. Ciertos investigadores consideran que no está muy justificada
su inclusión en la Psicología Positiva, ya que es una reacción con un marcado carácter espontáneo y los intentos de
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provocarla o favorecerla van en contra de su naturaleza inesperada y basada en la sorpresa. Sin embargo, se esté de
acuerdo con esto o no, aquí se mencionan dos argumentos que justificarían su inclusión dentro de este campo:

A) es una de las veinticuatro fortalezas identificadas por Seligman y Peterson.

B) pese a los límites claros para la provocación o potenciación de la risa y el sentido del humor, se puede intervenir en
las ocasiones que éstos tengan lugar, a modo de programas de desarrollo del sentido del humor (G. Larrauri, B., 2006
), concienciación sobre el efecto que tiene la incorporación de ésta fortaleza en nuestras áreas vitales, etc

AMOR

El amor, es una emoción humana y compleja que nos cuesta comprender e interpretar. Desde el punto de vista
puramente psicológico, el amor es una experiencia afectiva conformada por un conjunto de variables muy concretas:
necesidad de vincularnos a alguien, necesidades de intimidad, pasión, sexualidad… Todos esos principios quedan
recogidos en la teoría triangular de Stenberg.

Intimidad: son los sentimientos que promueven el acercamiento, la conexión y la construcción del vínculo. Es la
aceptación del otro y el sentimiento de confianza y cariño que establecemos con esa persona.

Pasión: es el deseo, pero no se refiere solo al deseo físico y sexual con todo el componente neuroquímico que de ello
se deriva. La pasión también se expresa mediante la admiración del otro, mediante esa implicación psicológica donde
surge el afecto más profundo y la necesidad de estar cerca de la persona amada.

Compromiso: es la decisión expresa y auténtica de construir un proyecto con la otra persona. Es serle fiel, y saber erigir
un presente y un futuro donde se lleven a cabo actividades en común. Es crear un “nosotros”, un espacio propio donde
consolidar la relación.

FELICIDAD

Es una racionalización de uno o varios estados de ánimo, podemos decir que incluye un acto cognitivo. La acción de
pensar. Y por esto, es un sentimiento. Todos los sentimientos incluyen el acto de pensarlos

Cuando tu dices que te sientes feliz, es porque has racionalizado un conjunto de emociones o estados de ánimo. Y
según la persona que experimente esa felicidad, dichas emociones pueden ser la tranquilidad, la paz, la ambición, la
empatía, la compasión, la excitación, la alegría, la voracidad y el alivio, entre otras.

Otras personas pueden experimentar felicidad cuando están lejos de otras emociones o estados de ánimos como
la tristeza, la resignación, la melancolía, el enojo o rabia, el resentimiento, el miedo y otras tantas más. Son personas
que se centran más en lo que no quieren, más que en lo que quieren.

En conclusión, según cómo seamos cada uno de nosotros, podemos sentir felicidad porque alcanzamos un estado
emocional deseado, o porque nos alejamos de un estado emocional no deseado. En Programación Neurolingüística
(PNL), esto se conoce como metaprogramas o estilos de elección.

EMOCIONES AMBIGUAS

SORPRESA

Sorpresa es un estado de alteración emocional, resultado de un evento inesperado o imprevisto.


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Esperanza

La emoción esperanza es una de las emociones que se consideran ambiguas por poseer un aspecto positivo y otro
negativo. En el caso de la esperanza, tiene un lado positivo y un lado negativo ya que es una emoción que se
experimenta cuando uno lo está pasando mal, pero confía en superarlo y mejorar.

La emoción esperanza actúa como un puente emocional permitiendo pasar de la tristeza a la esperanza y de ahí pasar
a la alegría y al optimismo. Esto es un ejemplo de regulación emocional que posibilita viajar de una galaxia a otra y por
lo tanto permite pasar de emociones negativas a positivas.

Compasión

La compasión es un sentimiento humano que se manifiesta desde el contacto y la comprensión del sufrimiento de otro
ser. Más intensa que la empatía, la compasión es la percepción y la compenetración en el sufrimiento del otro, y el
deseo y la acción de aliviar, reducir o eliminar por completo tal situación dolorosa

Emociones estéticas

La belleza y el arte como fuente de emoción

«La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa». Immanuel
Kant

Las emociones estéticas son las que se experimentan ante las obras de arte o la belleza. El arte tiene por objetivo
suscitar emociones: expresarlas, comunicarlas, activarlas, experimentarlas, compartirlas, etc.

Podemos experimentar una emoción estética al leer una obra literaria, al asistir a una obra de teatro; al contemplar
una pintura, una escultura, una obra arquitectónica; al escuchar una sinfonía, una canción o una ópera; en una
representación de ballet clásico, un musical o bailando; al ver una película de cine. Ante cualquier obra de arte podemos
experimentar emociones estéticas.

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