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El desarrollo de los procesos cognitivos en el niño/a con dificultades en la

integración sensorial.
El desarrollo cognitivo es un conjunto de trasformaciones que se producen en las
características y capacidades del pensamiento, en el transcurso de la vida,
especialmente en el proceso de desarrollo, y por lo cual aumentan los
conocimientos y habilidades para percibir, pensar, comprender y manejarse en la
realidad. En este proceso encontramos, ciertas características o invariantes
funcionales (Piaget), las cuales indican un proceso en el que es igual para todos,
este proceso implica: asimilación, acomodación, equilibrio.
Asimilación: corresponde a la incorporación de esquemas o estructuras a la
organización ya existente.
Acomodación: reorganización de la estructura mental del sujeto, provocada por el
desequilibrio de la asimilación de nuevas estructuras.
Ambos procesos son indisolubles y no pueden presentarse por separado uno de
otro, por ejemplo no realizar el acto de comer, sin el acto de digestión. Piaget
busca la lógica de la construcción del conocimiento y se da cuenta que en
diferentes etapas el niño construye de diferente forma, por ejemplo, los
movimiento de los bebes no son simples, ya que ponen en marcha un conjunto de
procesos organizados para descubrir las propiedades de los objetos, sin embargo,
pueden existir desajustes en este intercambio con el medio.
Según Jane Ayres, la integración sensorial es: “Proceso neurológico que organiza
las sensaciones del propio cuerpo y del medio ambiente, y hace posible utilizar el
cuerpo efectivamente en el entorno.”
Este proceso tiene lugar a nivel cerebral y permite analizar, organizar e interpretar
todas las sensaciones que percibimos a través de los sentidos y utilizarlas para
actuar y desempeñar nuestras actividades de la vida diaria. Este proceso que se
desarrolla nivel de sistema nervioso central es muy complejo. La autora, consideró
el proceso de integración sensorial como una base para el posterior desarrollo
emocional, cognitivo, motor y comunicativo. Al trabajar con niños pudo constatar
como este proceso es determinante en las actividades del niño, es decir, un pobre
desarrollo en la integración sensorial, podía explicar conductas disfuncionales
como: problemas en la regulación de los estados de sueño/alerta/atención,
dificultades en el desarrollo de actividades, problemas en el autoconocimiento y
autoestima o problemas de conducta o emocionales.
Por lo tanto si el niño no posee una correcta integración sensorial, no logrará un
desarrollo cognitivo suficiente y por lo tanto las respuestas adaptativas muchas
veces podrían no ser adecuadas al estímulo, y como consecuencia le traerá
dificultades para enfrentar la vida, ya que el cerebro no esta trabajando
eficientemente, como explica la Dra. Ayres es como dirigir el trafico: Cuando el
caudal de sensaciones está desorganizado, la percepción, comportamiento y
aprendizaje son como un embotellamiento de trafico en las horas pico. Y sin los
procesos sensoriales bien organizados, las sensaciones no pueden ser digeridas
ni alimentar al cerebro.
Esta dificultad puede presentarse en procesamientos a nivel gustativo, táctil,
olfativo, auditivo, vestibular, propioceptivo, entre otros.

CONCLUSIONES

 Jennifer Jorquera
Para concluir podemos decir que la integración sensorial es la interpretación y
organización de los estímulos recibidos por el ambiente, que son captados por los
órganos de los sentidos, pero hay que destacar que en ocasiones los estímulos
nos traen una disfunción en el proceso de integración sensorial, trayendo como
consecuencias problemas de aprendizajes, problemas atencionales, retrasos a
niveles psicomotrices y del lenguaje, estas se manifiestan a través de reacciones
negativas como las frustraciones, la agresividad o inclusivo llegando a ser poco
tolerantes, es en este momento en donde se comienza hacer un trabajo con el
niño o la niña para que pueda superar su problema entregándoles herramientas
para su efecto.

 Daniela Velázquez

Al finalizar esta investigación queda en mi esta potente lección en donde no


puedo dar por hecho un acto que parece evidente para los demás.
Sin ser conscientes muchas veces esperamos respuestas adaptativas
inmediatas y certeras de parte de los niños, por ejemplo: que él bebe de nueve
meses se siente e intente alcanzar un objeto que llame su atención, ya sea
reptando, rodando o gateando, pero si no lo logra, a pesar del gran estímulo que
se le presenta, es por eso que es fundamental para nosotros como adulto tener
conocimientos sobre la disfunción sensorial. “No podemos ver una integración
sensorial insuficiente, pero si podemos ver la coordinación motora insuficiente” …
La integración sensorial y el niño, A. Jean Ayres (1998).
Desde la primera infancia es primordial recibir estimulación sensorial,
incluso en bebes prematuros, las caricias, masajes, el mecerlos y acurrucarlos,
están desarrollando directamente la estimulación vestibular y táctil, incluso la
doctora Marlen Kramer” encontró que, en un grupo de bebes, la estimulación táctil
adicional, promovió la socialización con otros bebes” … La integración sensorial y
el niño, A. Jean Ayres (1998).
Las dificultades que sufren los niños de integración sensorial, que no son
identificados por nosotros los adultos, fácilmente se pueden confundir, con niños
con problemas conductuales, tales como: hiperactividad, irritabilidad, ansiedad e
incluso dificultad para desarrollarse con su entorno, en el cual son niños
incomprendidos, incluso por sus padres y profesores a su cargo, cabe señalar que
cada niño tiene su propio conjunto de síntomas ante la disfunción sensorial. A más
temprana edad podamos identificar su dificultad en la integración sensorial es más
beneficioso para el niño, logrando ejercitar sus falencias y desarrollar ese camino,
logrando un niño comprendido y más feliz.

 Leslie Cuevas
Los niños necesitan de estimulación para poder desarrollarse, el juego se
convierte en una práctica en la que el niño puede explorar diferentes opciones de
forma entretenida, pues mientras más variadas sean estas opciones, mayor será
su desarrollo, ya que permite desarrollar la capacidad motora, agregar mapas
sensoriales, aprende a relacionarse con el espacio y el medio, aprende a
manipular cosas, en fin, el juego expande su competencia. Pero si el niño no
juega con cosas diferentes como los otros niños, los padres y educadores,
piensan que tal vez no le interesen ciertos juegos, pero no se detienen a observar
que podría significar un desorden de procesamiento sensorial. De forma positiva
las neurociencias se están integrando al área de la pedagogía, lo que permite que
las educadoras y educadores tengan mayores herramientas para identificar este
tipo de dificultades, apoyados siempre por los profesionales especializados para
otorgar el correcto diagnóstico, pues DIS se manifiesta, principalmente, en el
comportamiento
Como futuras educadoras, tenemos una tarea importante en la ayuda a los niños,
a formarlos en las relaciones interpersonales e integrándolos en diferentes
actividades sensoriomotores, en donde se sientan cómodos, pues cabe recordar
que el juego debe surgir como un impulso y no como una actividad obligada, y a si
mismo ser partícipes de este proceso, siempre orientándonos al desarrollo
cognitivo del niño/a, ya que los niños se frustran con facilidad al experimentar un
fracaso temprano, debemos ser un apoyo y dar la oportunidad para que el niño
sea capaz de recuperar su confianza, que aun sabiendo que su desarrollo no es
como el de los demás sea capaz de sentir seguridad en sí mismo y en lo que es
capaz de lograr.

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