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SOCIEDADES ANONIMAS UNIPERSONALES.

A partir de la última reforma al Código Civil y Comercial de la Nación y a la Ley General de


Sociedades ("LGS"), en la Argentina se permite constituir sociedades unipersonales, es decir,
sociedades conformadas por un solo accionista.

Hasta ese momento, tanto los emprendimientos iniciados y liderados por un único emprendedor
como las empresas extranjeras o nacionales que querían abrir una nueva unidad de negocios o
sucursal se han visto obligadas a asociar en una mínima participación a un tercero a fin de poder
cumplir con lo requerido por la legislación local (la ley exigía para la constitución de una sociedad
comercial "dos o más personas" que las conformen).

Luego de la reforma, el artículo 1 de la LGS quedó constituido de la siguiente manera: "Habrá


sociedad si una o más personas en forma organizada conforme a uno de los tipos previstos en esta
ley, se obligan a realizar aportes para aplicarlos a la producción o intercambio de bienes o
servicios, participando de los beneficios y soportando las pérdidas. La sociedad unipersonal solo se
podrá constituir como sociedad anónima."

Entonces, con las reformas al artículo 1 de la LGS podemos definir que se encuentra habilitada
legalmente la posibilidad de que una sola persona constituya una sociedad sin tener que recurrir a
un socio que no forme parte del negocio.

Como puede observarse, si bien ya no es necesario asociar a un tercero, se establecen ciertas


restricciones, tales como:

La sociedad unipersonal solo se podrá constituir bajo el tipo de sociedad anónima. Esto conlleva a
que solo pueda constituirse mediante escritura pública. Y deberá contener la expresión "sociedad
anónima unipersonal" o su abreviatura a la sigla "S.A.U.". Si en algún momento se incorpora un
socio, se deberán realizar las modificaciones ante la I.G.J, incurriendo en gastos innecesarios.

La sociedad unipersonal no puede tener como accionista a otra sociedad unipersonal. Además, al
momento de formar la sociedad, el accionista debe realizar el aporte del 100% del capital social.
Cuando una sociedad no es unipersonal, se puede aportar el 25% al principio y el otro 75%
durante los próximos dos años.

Las sociedades anónimas unipersonales estarán dentro del elenco de las sociedades del art. 299
de la LGS, es decir, las sociedades que se encuentran con una "fiscalización estatal permanente".
Esto significa que en el caso de un emprendedor que quiera poner un negocio y constituir una
sociedad para ello, deberá cumplir con obligaciones legales similares a grandes corporaciones. Por
ejemplo, deberá contar con por los menos tres directores como mínimo y con otros tres síndicos.
Si tomamos en cuenta que en la realidad esto hubiese funcionado con una sola persona como
socia-gerente, la diferencia es abismal.
Por todos estos motivos es que se cuestiona el beneficio de constituir sociedades unipersonales.
En un primer momento, se creía que serían de gran ayuda al emprendedor y a las pymes, a fin de
poder formar su negocio limitando su responsabilidad. Pero con las restricciones y la regulación
establecida, este tipo de sociedades han quedado aptas únicamente para los grandes grupos
empresarios los cuales ahora podrán operar con subsidiarias totalmente controladas.

Habiendo llegado a la conclusión mencionada anteriormente, cabe destacar que, por fuera de las
nuevas Sociedades Anónimas Unipersonales, el Código Civil y Comercial que entró en vigencia el 1
de agosto de 2015 no introdujo mayores reformas a los otros tipos societarios que se encuentran
en la Ley General de Sociedades. Por lo que al momento de emprender un negocio, continúa
siendo recomendable escoger entre los dos tipos societarios mayormente conocidos: Sociedad de
Responsabilidad Limitada y Sociedad Anónima.

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