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CAPÍTULO 1.

ANEXO DE LA INTRODUCCIÓN: GLOSARIO DE TÉRMINOS


BÁSICOS

María Cristina Senín Calderón y Eduardo Fernández Jiménez

Ambiental: apelando al origen de los factores causales de un proceso


psicológico/fisiológico, se refiere a aquéllos que se desencadenan fuera del
organismo/persona.

Ajuste premórbido: nivel de funcionamiento psicosocial previo a sufrir algún


trastorno/enfermedad, calificado de satisfactorio o deficiente.

Causa: en la tradición psicopatológica, se refiere a un factor que contribuye al


desarrollo de una manifestación normal o patológica (síndrome o enfermedad) del
funcionamiento físico (cuerpo) de una persona. Sin. Etiología y de etiopatogenia.

Conflicto: el organismo es motivado simultáneamente por dos impulsos fuertes y en


franca competencia. Situación en la que concurren dos metas antagónicas creando
malestar en la persona (disonancia).

Contexto: circunstancias en donde ocurren los hechos (ya sean externas -en el
ambiente- o internas -en el organismo-).

Cormórbido: presencia simultánea en el tiempo de dos o más trastornos independientes


en un mismo sujeto.

Crisis: cambio brusco y breve que sobreviene en un curso de tiempo. Por ejemplo;
crisis de angustia. Sin. Ataque.

Cuadro clínico: Sin. de síndrome o de trastorno/enfermedad.

Curso: desarrollo de un trastorno a lo largo del tiempo. Abarcaría: Pródromos, inicio,


duración, remisión (parcial o total) y pronóstico. Según la duración, el curso puede ser
agudo (duración de la sintomatología inferior a un mes), limitado o breve (duración de
uno a tres o a 6 meses, dependiendo del trastorno) y crónico (se prolonga en el tiempo
por más de 3 meses (para el trastorno de estrés postraumático), 6 meses (para la mayoría
de trastornos) y 2 años (para los trastornos del estado de ánimo). Según la evolución del
trastorno puede ser: insidioso (evolución lenta, sin manifestaciones aparentes),
recidivante (sintomatología que reaparece, sin. recurrente), episódico (sintomatología
que dura un tiempo determinado: al menos 1 semana para los episodios maniacos o
mixto y dos semanas para los episodios depresivos; las fases pueden darse con o sin
recuperación interepisódica) y fluctuante (con exacerbaciones y remisiones).

Diagnóstico clínico: Calificación de un trastorno/enfermedad en función de sus


características clínicas. Es el proceso de identificar, clasificar y etiquetar un síndrome, o
síndromes interrelacionados, siguiendo un sistema nosográfico, dando así lugar a
identificar un trastorno o enfermedad. Dicho sistema incorpora criterios de inclusión y
exclusión, así como criterios de significación clínica (si dichos síndromes producen
malestar o interferencia en el funcionamiento de la persona). Por tanto, se refiere tanto
al proceso como al resultado (concluir en la asignación de una determinada categoría

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clínica).

Diagnóstico diferencial: proceso que se lleva a cabo para identificar un


trastorno/enfermedad y excluir a aquéllos que puedan compartir algunas
manifestaciones clínicas.

Endógeno: apela al origen interno de un factor causal (desencadenado en el propio


organismo/persona), aunque éste no haya sido identificado aún; existiendo escasa
influencia ambiental. P. ej., el Síndrome de Down es una enfermedad endógena (al ser
hereditaria).

Egodistónico: actos, pensamientos, situaciones o rasgos de personalidad que se


encuentran en disconformidad con las normas que dicta el propio yo, convirtiéndose en
inaceptables para el mismo.

Egosintónico: son los aspectos de la personalidad del individuo o los actos que son
considerados por él como adecuados. Son las manifestaciones psicológicas (cognitivas,
conductuales, afectivas) que se derivan del individuo y que vive como aceptables y
gratificantes.

Enfermedad: síndrome o conjunto de síndromes interrelacionados, de carácter


orgánico, que suponen malestar y una afectación significativa en el funcionamiento
físico (y psicosocial) de la persona.

Epicrisis: resultado, resumen o conclusión posterior a un trastorno, comunicado


normalmente en forma de informe psicológico.

Epidemiología: disciplina que estudia la distribución de los síntomas o


trastornos/enfermedades en poblaciones humanas y los factores que influyen en esa
distribución.

Episodio: manifestaciones que se aprecian dependientes de un tiempo o duración, p. ej.,


el episodio depresivo mayor. En este caso, conjunto de síntomas (síndrome depresivo)
que se aprecian todos los días, la mayor parte de cada día, como mínimo durante dos
semanas y que, sin tratamiento, puede ceder aproximadamente en 9 meses.

Espectro psicopatológico: conjunto de trastornos psicológicos que comparten


características fenomenológicas o, presuntamente, dinámicas etiopatogenéticas. Éstos se
corresponden, en cierta medida, con los diferentes apartados en las clasificaciones
nosológicas internacionales (p. ej., los trastornos del estado de ánimo, los trastornos de
ansiedad, somatoformes, psicóticos, etc.).

Esquema: son los componentes básicos del sistema cognitivo del individuo, es decir,
las unidades de información que utilizamos y almacenamos y que van ampliando
nuestro conocimiento y produciendo nuestro comportamiento. Cada sujeto posee un
conjunto de esquemas que pueden ser cognitivos, motores y afectivos. Son
relativamente estables y formados a partir del conocimiento y la experiencia biográfica
previa; que se emplean para la comprensión del entorno, así como para guiar las
cogniciones, conductas y afectos de la persona.

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Estado: a menudo se refiere a la presentación de una sintomatología dependiente de una
situación, del humor o ánimo y, en general, se utiliza como opuesta al rasgo por ser de
menor duración o permanencia.

Estrés: vivencia subjetiva de estar desbordado al existir un desequilibrio entre las


demandas contextuales (ya sean externas o internas) y los propios recursos de
afrontamiento.

Estresor: estímulo que es evaluado como un daño, amenaza o desafío por parte de la
persona y que demanda la implementación de los propios recursos de afrontamiento.

Estructura: son coordinaciones o combinaciones de esquemas con propiedades


diferentes.

Etiopatogenia: factor o factores interrelacionados que causan el desarrollo de un


trastorno/enfermedad.

Exógeno: se desencadena por estrés ambiental, no causado por el propio organismo. Se


refiere al origen externo (no originado por el propio individuo) de un factor causal que
tiene repercusiones sobre la persona, provocando un síntoma/signo, síndrome o
trastorno/enfermedad. P. ej., los Trastornos relacionados con sustancias son patologías
exógenas, al derivarse de tóxicos.

Funcional: en oposición al orgánico, se refiere a toda alteración de la actividad de un


órgano o sistema, no objetivable con los medios que se poseen actualmente. Se cree que
la esencia de los trastornos funcionales reside en modificaciones de la actividad de
regulación nerviosa. En ocasiones, trastornos al principio sólo funcionales pueden
convertirse en orgánicos.

Iatrogenia: conjunto de efectos adversos producidos como consecuencia de una praxis


clínica, ya tuviesen lugar durante el proceso de evaluación (inducción de expectativas
irrealistas o temores no justificables) o de tratamiento (p. ej., efectos secundarios de un
fármaco, perturbación de la integridad psicológica indebida).

Incidencia: número de casos nuevos que anualmente se detectan en una población por
cada 100.000 personas.

Inicio: comienzo de la sintomatología: Súbito (en minutos o pocas horas), agudo (en
menos de 48 horas), subagudo (mayor de 48 horas), rápido (de varios días a una o dos
semanas), insidioso (meses o años). Según el momento evolutivo el comienzo puede ser
temprano (menor de 21 años y menor de 65 años para personas mayores) o tardío
(mayor de 21 años y mayor de 65 años para personas mayores).

Insidioso: Apela a la observación y explicitud de la aparición sintomatológica,


emergiendo lentamente, sutil y gradualmente detectable. Un cuadro insidioso puede
permanecer silente durante meses o años, p. ej. el progreso del deterioro en la
enfermedad de Alzheimer.

Mantenimiento, factor de: variable que refuerza la persistencia de los


síntomas/síndromes a lo largo del tiempo.

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Motivos: motivación de una conducta, diferente de su objetivo concreto. Impulso que
impele a la acción y marca su meta o dirección. En la tradición psicopatológica, frente a
las causas, son los factores que originan una manifestación normal o patológica
(síndrome o trastorno) del funcionamiento psicosocial de una persona.

Nuclear: síntoma/signo característico o definitorio de un síndrome o


trastorno/enfermedad. Sin. Primario.

Orgánico: refiriéndose a la naturaleza causal de un síndrome o enfermedad, implica


una alteración objetivable de un órgano o sistema al conllevar lesiones visibles y
relativamente duraderas.

Organizador de psicopatología: elemento que contribuye al desarrollo, modulación o


mantenimiento que comparten diferentes categorías diagnósticas más allá del espectro
psicopatológico al que pertenezcan. Ejemplos de organizadores: crisis de angustia,
afectividad negativa (y el sistema de inhibición conductual), afectividad positiva (y el
sistema de aproximación conductual), somatización, referencialidad,
(hiper)reflexividad, identidad/self/mismidad, es/astenia, entre otros.

Paroxístico: episodios de crisis, ataques o, en general, exacerbación de sintomatología.

Patognomónico: síntoma o signo que es indicador inequívocamente de la presencia de


un síndrome, trastorno o enfermedad. Con la evidencia científica disponible hasta la
fecha, en Psicopatología no hay ninguna manifestación psicológica que se considere
patognomónica.

Personalidad: conjunto de características y rasgos de una persona (comprendiendo


aspectos cognitivos, afectivos y actitudinales), relativamente permanentes y
transituacionales, que permiten identificar a una persona y diferenciarla de los demás.

Precipitante, factor: variable que opera inmediatamente antes de manifestarse la


enfermedad/trastorno y se refieren a la aparición de algún tipo de cambio en la vida
usual de un individuo tras el cual se desencadena dicho trastorno/enfermedad.

Prevalencia puntual: porcentaje de individuos de una población, que cumplen los


criterios diagnósticos para un trastorno/enfermedad determinado/a a lo largo de un
período de tiempo a fijar arbitrariamente por el/la investigador/a.

Prevalencia vital: porcentaje de individuos que en un determinado momento presentan


historia pasada o presente de un trastorno determinado.

Primario: 1.- De etiología orgánica. 2-. Síntomas/signos principales o nucleares que


caracterizan y son definitorios en un síndrome o trastorno/enfermedad.

Proceso: sucesión de factores que desencadenan un trastorno/enfermedad que se


manifiesta de forma más o menos definitiva y desorganiza el funcionamiento del sujeto
(designándose así como trastorno o enfermedad procesual).

Pródromos: signos o síntomas que anticipan la llegada de un trastorno/enfermedad.

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Pronóstico: predicción o anticipación del curso de un determinado trastorno o
enfermedad.

Psicopatología: se refiere a la disciplina que aborda directamente síntomas, signos,


síndromes, trastornos, etiopatogenia, disposiciones de personalidad, estructura familiar,
red, funcionamiento social, contextos y describe patrones de conducta (sean o no
directamente observables).

Psicología Clínica: disciplina de la Psicología que comprende tareas como la


investigación (psicopatológica o neuropsicológica, en procedimientos de evaluación, en
sobre la eficacia de los tratamientos, etc.); evaluación y diagnóstico clínico;
intervención terapéutica, rehabilitadora y preventiva psicológicas; gestión de
instituciones sanitarias; docencia; y peritación, entre las más relevantes. En definitiva,
todas aquellas labores que promocionen y preserven la salud mental en la infancia,
adultez y senectud.

Rasgo: disposición relativamente amplia y estable a comportarse de ciertas maneras que


son relativamente transituacionales. Pueden darse diferencias individuales a lo largo de
un continuum, por lo que hablaríamos de dimensión.

Reacción: malestar acusado, superior al esperable dado un estresor y teniendo en cuenta


su naturaleza; bien ocasionando un deterioro significativo de la actividad social o
profesional/académica. Desde el punto de vista meramente afectivo, se relaciona con el
cambio brusco de un afecto o emoción.

Recuperación: estado asintomático y similar al nivel de funcionamiento premórbido


(remisión total), en el que la persona ha integrado su trastorno pasado como una
experiencia, entre otras, que forma parte de su vida.

Remisión: 1.- Parcial: El estatus de salud de la persona ha evolucionado a niveles


subclínicos (esto es, ya no se cumplen los criterios diagnósticos del
trastorno/enfermedad que se tenía diagnosticado/a), si bien, se siguen presentando
ciertos síntomas/signos que causan malestar y disfunción en la persona. 2.- Total:
Estado asintomático, volviendo la persona al nivel de funcionamiento premórbido.

Riesgo, factor de: indicador que aumenta la probabilidad de desarrollar un


trastorno/enfermedad.

Secundario: síntomas o signos inespecíficos, así como no definitorios, presentes en un


síndrome o trastorno/enfermedad,

Signo: manifestación objetiva, externa y observable de un cuadro clínico, por ejemplo,


fiebre, temblor, lentitud psicomotora, laceración.

Síndrome: conjunto de signos y síntomas que conforman un cuadro clínico


reconocible. No lo hacemos equivalente al trastorno porque no se refiere a las reglas del
diagnóstico (inclusión o exclusión) ni alude a todo lo que ocasiona malestar o
significación clínica, de manera que pueden tomarse agrupaciones sintomatológicas
transitorias y/o subumbrales. La presencia de un síndrome puede no conllevar un

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diagnóstico (ej. una crisis de angustia aislada) y, a menudo, suele ser el objeto del
tratamiento aunque forme parte de diferentes diagnósticos, lo que en teoría debería
significar tratamientos distintos (ej. TDM episodio único, TDM recidivante y TDNE).

Síntoma: elemento subjetivo patológico que el paciente refiere, por ejemplo, dolor,
pensamientos.

Trastorno: síndrome o conjunto de síndromes interrelacionados, de carácter funcional,


que suponen malestar y una afectación significativa en el funcionamiento psicosocial de
la persona. No es, por tanto, sinónimo de síndrome pero lo toma como unidad para el
diagnóstico. Sigue criterios de inclusión y exclusión, requiere la significación clínica,
supone una causa determinada y requiere, por tanto, un tratamiento específico.

Trastorno dual: es una forma particular de comorbilidad, en la que coexisten una


patología psíquica y un Trastorno relacionado con sustancias. Un uso menos frecuente
pero igualmente adecuado refiere la coincidencia de cualquier trastorno psíquico con el
déficit intelectual.

Tratamiento: programa de trabajo clínico que se planifica e implementa con el fin de


inducir la recuperación o remisión de un problema patológico (síndrome/s o
trastorno/enfermedad).

Temperamento o Disposición: supone tendencias, propensiones e inclinaciones


permanentes, de naturaleza biológica, a comportarse, pensar o sentir.

Umbral: valor mínimo de la intensidad del estímulo, a partir del cual éste es
perceptible.

Vivencia: experiencia subjetiva consciente que acontece en una persona. Puede ser
precisa o difusa y referirse a estímulos presentes (perceptivos) o evocados.

Vulnerabilidad (Predisposición / Sensibilidad): susceptibilidad o propensión de


carácter biopsicológica presente en una persona que la hace propensa a desarrollar un
trastorno/enfermedad determinada.

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