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Formas de sonata
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Formas de sonata
Título original:
Sonata Forms
ISBN: 1-58045-938-2
Impreso en España Printed in Spain
l 2345CA0201009998
[Publicado con autorización especial. Todos Jos derechos reservados. No está permitida
Ja reproducción total o parcial de este libro, ni su tratamiento informático, ni Ja
transmisión de ninguna forma o por cualquier medio, ya sea electrónico, mecánico, por
fotocopia, por registro u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito de los
titulares del copyright.
Índice
Prefacio ............................................. . 11 '
1. Introducción ......................................... . 13
2. La función social ..................................... . 21
3. Formas ternaria y binaria ............................... . 29
4. El aria ............................................... . 41
5. El conciertO· 83.
6. Las formas de sonata ................................. . 111
7. Evolución de las formas de sonata ....................... . 145
8. El motivo y la función ................................. . 191
9. La exposición ......................................... . 245
10. El desarrollo ......................................... . 275
11. La recapitulación .............. , ...................... . 299
12. Beethoven y Schubert ................................. . 309
13. La forma sonata después de Beethoven . .................. . 321
Índice de conceptos ................................... . 367
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Agradecimientos
1. Introducción
tema, o segundo grupo, se presenta en la dominante: se supone entre las formas de sonata, y son muchas las enlparentadas más
tradicionalmente que tiene un carácter más lírico y tranquilo qti.e el íntimamente con conciertos, arias, e incluso fugas, que con otras sonatas.
primer grupo y se dice a menudo que es (<más femenino». Al final del El problema de hallarle un origen y una historia a nuestra forma
segundo grupo hay un tema conclusivo (o varios) con una función estaría en francas vías de solución Si pudiésemos hallarle una definición
cadencial. La cadencia final de la exposición, sobre la dominante, puede aplicable al siglo xvm. Las dificultades que uno halla con la defini-
ir seguida de una repetición inmediata de la exposición, o por una breve ción tradicional que hemos dado antes surgen de las condiciones en que
transición que regresa a la tónica, para ser seguida por la repetición, o fue formulada por primera vez. Fue elaborada principalmente por
por el desarrollo (cuando no se repite la exposición). Antonin Reicha en el segundo volumen (1826) de su Traité de haute
La sección de desarrollo puede empezar de varias maneras: con el composition musicale; 1 por Adolph Bernhard Marx en el tercer volumen
primer tema, tocado esta vez en -la dominante; con una modulación (1845) de Die Lehre von der musikalischen Komposition; y por último. y
brusca a una tonalidad más remota; con una al tema con máxima iritltiencia, por Car! Czerny en su Escuela de Composición
conclusivo; o --en casos raros- con un tema nuevo. (En el concepto Práctica, de 1848. Como podemos ver por los títulos de estas obras, el
normativo de la forma sonata se admite por lo general, _un tema nuevo objetivo de esa definición no consistía en ·entender la música del pasado,
en !as secciones de desarrollo.) Es en esta parte de la forma sonata sino en plante<:ir un modelo para la producción de nuevas obras. Esa·
donde se encuentran las modulaciones más distantes y· más rápidas, definición no fue buena para el síglo xvrn debido a que nunca se trató de
y donde la técnica del desarrollo consiste en la .fragmentación de los te- que lo fuese.
mas de la exposición y la reelaboración de esos fragmentos en forip.a de Estos tres autores de métodos de composición tienen algo muy
combinaciones y .secuencias nuevas. El fin.al del desarrollo prepara el importante en común: su contacto con Beethoven. Reicha, igual que
regreso a la tónica con Un pasaje llamado retransición. Beethoven, nació_ en 1770. Fue amigo íntimo de Beethoven cuando eran
La recapitulación se inicia cop. la reaparición del primer tema en la jóvenes, y ambos tocaron en la orquesta en Bonn; ·algunos años después
tónica. El resto de esta sección «recapitula» la exposición tal como fue volvieron a verse, en Viena. Según Reicha, estuvieron en contacto uno
tocada al principio, exceptuando que el segundo grupo y el tema con otro durante un total de catorce años. Su cultura y educación
conclusivo aparecen en la tónica, con la transición debidamente modifi- musical fueron muy similares. 2 Czerny fue· el alumno más famoso de
cada, de modo que no conduzca ya a la dominante, sino que prepare lo· Beethoven y el_ profesor de música más influyente de su tiempo:
que va a seguir -en la tónica. Las obras de más extensión se ven pretendía transférir a sus-obras teóricas el legado qlle había aprendido de
redondeadas por una coda. sus maestros. En su análisis de la forma sonata se ·basó ampliamente en
la descripción de Reicha. A. B. Marx dedicó su vida a la deificación de
Esto es lo que todos lOs amantes de la mus1ca (<seria» entienden Beethoven y fue, sin duda, uno de los agentes más importantes; en la
correctamente corno forma sonata. La mayoría de ellos saben, además, creación Oe ese mito imprescindible que es la supremacía de Beethoven.
que el apogeo..de esa forma tuvo lugar a fines de siglo xvnI y muchos se Esa es la razón de que la forma sonata, tal como se la conoce
dan cuenta' de· ·que-la descripción precedente es más bien difícil de aplicar generalmente, estribe más o menos en aquellos procedimientos composi-
a muchas obras del siglo xvrn y desfigura en general la práctis;a usual de tivos de Beethoven que fueron más útiles para el siglo XIX y que podían
ese· siglo. Me imagino que de.un libro sobre l.a forma sonata les.gustaría ser imitados con ··más comodidad y con el menor ·p9sible de hacer
sacar en limpio en qué· consistía realme.n-te esa fórma eri ·el siglo xvu1 y un disparate. ·
cuál fue su historia: su ori-gen 1 desarrollo y suerte: El término mis.me de «forma sonata» ·es un invento de Su
Esas preguntas parecen a primera ·vjsta muy. razonables; pero tai codificación de la forma ayudó a estaólecer su prestigio dieciochesco y
como se las suele plantear, están destinadas a quedar _sin respuesta por decjmonónico Como forma suprema de la música instrumentai, siendo
incluir suposiciones insostenibles. Suponen que podemos definir Ja forma garantizada su supremacía por Beethoven. Considerada básicamente
sonata de manera que refleje con precisión las obras del siglo XVIII, pero como una generalización de los 'métodos de Beethoven antes de 1812,
es muy dudoso que pueda definirse así una sola forma sonata •. incluso
dllrante una sola década de fines de) siglo xv1u. -suponen que una forma 1. Reicha había presentado ya un primer esbozo de la forma en su Traité .de mélodie
tiene una historia; en otras palabras, que está sujeta a cambios. Pero si de 1814. Para todos estos problemas.de prioridad tocante a la descripción de la forma, v.
una forma «Cambia», no está claro cuándo sería útil considerar que sigue NEWMAN, W. S.: The Sonata since Beethoven, Nueva York, 1972, pp.
2. Bedioz, que había estudiado con Reicha, escribió en sus memorias que no creía que
siendo la misn1a forma, aunque cambiada, y Cuándo debemos pensar que Reicha y Beethoven se tuviesen mucha simpatía; sin c:1nbargo, lo que Reicha describiera
constituye en su conjunto una forma nueva. No se tfata meramente de como «la grande coupe binaire1, está mucho más cerca de los procedimientos de Beethoven
una sutileza filosófica: no existe en absoluto una .continuidad biológica que de los de cualquier otr-;:• compositor.
16 FORMAS DE SONATA JNTRODUCCIÓN 17
aquella descripción era normativa y se intentaba más que nada que fuese capaces de imaginar el efecto que hacían y que de hecho se intentaba
una ayuda para la composición. Como base de su se que hiciesen.» ·
aislaron aguellos aspectos de Beethoven (y de Mozart, pero no de Situemos también las sinfonías de Haydn dentro del contexto de sus
Haydn) que tenían un. máximo interés para el compositor del siglo x1x; se estrenos absolutos y tratemos de ponemos en el pellejo de alguno de Jos
trataba, principalmente, del orden y el carácter de los temas. Por asistentes a Jos mismos. A fines de la década de los ochenta del siglo
consiguiente, los aspectos armónicos y de textura fueron relegados a la xv1n Haydn escribió. nUeve sinfonías destinadas a París, encargadas todas
trastienda, Como cosa subsidiaria a la estructura temática. Esta descri¡r ellas por el Cond<! d'Ogny: de la 82 a la 87 (llamadas sinfonías de París)
ción es esencial -para el conocimiento de la música del siglo xrx; y de la 90 a la 92, Las seis sinfonías de París fueron ejecutadas por las
proporcionó un modelo para la producción de obras que sigue vigente dos sociedades musicales principales de· París, el Concert de la Loge
hoy en día, aunque su influencia sobre los compositores haya estado en Olympique y el Concert Spirituer: el Mercure de France 3 informaba en
decadencia durante algún tiempo. abril de 1788 que en 1787 «Se había ejecutado en cada ·concierto una
El método consistente en definir una forma a base de tomar como sinfonía de Haydn». Todas ellas fueron editadas en París en 1788. Las
modelo las obras de un compositor famoso está justamente últimas de ellas, de la 90 a la 92, tienen que haber· sido tocadas el año
do hoy· en día. Constituye un procedimiento dudoso, incluso en la en- siguiente, por la enorme popularidad de Haydn en aquel tiempo, siendo'
señanza de la composición, y no sirve en absoluto para entender lu impresas las tres en París en 1790.
historia. Lo que ocupa actualmente su lugar es el intento de d<:finir la ¿Qué habría percibido un amante de Ja música en el París .de aquella
práctica general, lo que la mayoría de los compositores hicieron la mayor época ante las exposiciones de Haydn? En los primeros movimientos
parte del tiempo dentro de una generación o década determinada y (generalmente los,más elaborados), habría percibido cómo Haydn volvía
dentro de un espacio limitado, un país, una región o incluso una.ciudad. al tema inicial en la nueva tonalidad de la dominante en las sinfonías 82,
La forma sonata en la Italia o el Mannheim de hacia 1760 constituiría, 84, 85, 86, 90, 91 y 92; en la 82 utiliza el primer tema para continuar el
por consiguiente, lo que se hacía más generalmente allí en ese :período establecimiento de la nueva tonalidad, en la 90 lo utiliza al final de la
de tiempo. Ese cambio de la práctica general a lo largo de los años nos exposición como tema -cadencial, y en todas las demás lo hace regresar
da la historia de la forma. en el punto en que la dominante está completamente confirmada, en el
Podría yo ponet de una vez Jas ·cartas sobre la mesa y decir que centro de la exposición. En los movimientos finales esta práctica es
encuentro este nuevo método. tan poco satisfactorio como el aqtiguo. La todavía más consecuente: el primer tema reaparece en la dominante en
práctica general seguida en una época dada tiene naturalmente su las nueve sinfonías (exceptuando la 85, la 86 y la 92, aunque en los
interés, pero de suyo y _sin alguna inierpretación no puede definir nada. movimientos finales de estas tres aparece en su lugar una variante
La idea de que por sí misma tenga algún significado histórico se basa en claramente derivada del primer tema).
una falsa analogía de la música con el lenguaje (si bien las relaciones Hacia fines de la década de los ochenta del siglo xvm la mayoría de
existentes entre la música y el habla son, desde luego, en muchos otros los compositores empleaban un tema nuevo con la llegada de la do-
aspectos íntimas y poderosas), así como en una psicología errónea de la minante (y ·muchos empleaban ya otro tema también para iniciar la
composición y la recepción de la música. modulación a la dominante): el procedimiento de Haydn era descarada-
La justificación de este método de estudio casi nunca es explicitada y mente excéntrico para la costumbre general, cosa que llamó mucho la
se la suele suponer simplemente como- una cosa evidente en sí, misma, atención. En eJ artículo ya citado, el Mercure de France 4 elogiaba a <<este
pero en una ocasión me la puso delante con vigoroso relieve un crítico gran genio que en cada una de sus obras la __ manera de trazar
musical que la enfocó en la propia materia de la forma misma de, sonata. desarrollos muy ricos y variados a partir de un tema único (sujeto), muy
«Considera la práctica de Haydn hacia 1780», me dijo. «En la exposición a diferencia de esos estériles compositores que pasari. continuamente de
de una sinfonía, en el momento en que se establece por fin la dominante, una idea a otra por falta del conocimiento de la manera de presentar una
la mayoría de los compositores de entonces introducían un tema nuevo. sola idea en formas variadas ... » Este es el origen del mito del llamado
Haydn, en cambio, reintroducía el tema inicial en la nueva tonalidad. Sin monotematismo de Haydn -mito porque c8.da uno de esos movimientos
duda que en el contexto del estilo de aquel tiempo esci constituye un contiene varios temas, aun cuando no se utilice siempre un tema nuevo
efecto notable; las personas que asistieron a las primeras ejecuciones para confirmar en la exposición la nueva tonaHdad-. Es significativa,
deb_en haber esperado un tema nuevo en la dominante y, por lo mismo, sin embargo, la relativa constancia del nuevo método de Haydn.
tienen que haberse llevado una sorpresa considerable al reaparecer el 3. Véase ROBBINS LANDON, H. C.: Haydn al Esterháza (Haydn Chronicie
primer tema. Sin conocer la práctica general de aquella época, y sin and Works, II), Bloomington, Ind., 1978. .
situar las obras de Haydn dentro de aquel contexto, nunca seremos 4. Cit. en HAYDN: Symphonies, vol. IX, ed. Robbins
·1 E@ClJSh.lil dC<} }
18 FORMAS DE SONATA INTRODUCCIÓN 19
Un amante de la música de París escuchaba aJguna de esas obras en profunda (aunque también se ha sugerido esto en nuestro tiempo); a Jos
cada concierto importante de aquella temporada: eran inevitables, y temas y su orden les tocó. desde luego, desempeñar un importante
cualquier persona interesada en la música tuvo que· haber oído probable- papeL
mente la mayoría de ellas. La primera vez que se daba cuenta de que el Podríamos preguntarnos, sin embargo, qué función tenía el que el
tema inicial reaparecía en la dominante -justo donde la sinfonía media segundo tema apareciese en la dominante y si esa misma función habría
presentaba un tema nuevo-- debe haberse llevado una sorpresa. Si era podido ser lograda por Haydn con un solo tema. El dispositivo del
algo lenta puede haber recibido esa sorpresa una segunda y acaso una «Segundo tema» en la dominante fue utilizado con bastante frecuencia
tercera vez. Pero tras haber escuchado media docena de sinfonías en las por el mismo Haydn, y los movimientos los que empleó ese
que ocurría eso por lo menos en un movimiento (y generalmente tanto procedimiento no· se-diferencian significativamente en cuanto a forma o
en el primero como en el último), tendría que haber sido un idiota si naturaleza de lo5 ejemplos Eran equivalentes en
seguía llevándose sorpresas. En pocas palabras, el amante medio de la muchos aspectos, y la posibilidad de esa ·_es una de las
música de aquellos añOs -como el de nuestro tiempo-- no escuchaba a determinantes-de la forma de sonata de los años ochenta. La función ·y el
Haydn sobre el trasfondo de la costumbre general, sino en el contexto significado del «segundo tema», por lo tanto, tiene más importancia que
del estilo propio de · Haydn. No esperaba que Haydn le sonara como la frecuencia· de su aparición. Una investigación de la funci.ón de los'
cualquier otro; para los años ochenta su música h3.bía sido aceptada en elementos existentes nos permitirá examinar la labor de todos los
sus propios términos. En tanto que se oía a Haydn en contraste con el a compositores de un período sin parar mienteS en sus desviaciones de una
música habitual de entonces, fue mal entendido: aunque es interesante norma supuesta y nos evitará también el caer en dos trampas: la primera,
explicar las incomprensiones del pasado, una musicología que t·rate de la definición de una forma sobre la base de una serie predeterminada de
revivirlas y perpetuarlas necesariamente quedará afectada por ellas. obras maestras, absurda manera de tratar de entender la música de gran
A menudo se pone un énfasis excesivo en la unidad estilística de fines número de compositores, si bien es cierto que produjo un útil modelo
del. siglo xv1u: sin duda no había entonces un contraste de estilos neoclásico para el siglo x1x; la segunda, ese postular una abstracción
semejante al que existe hoy, por ejemplo, entre Gian Cario Menotti y estadística sin sentido que no nos ayuda a ver cómo funcionaba la música
John Cage. Sin embargo, había muchos compositores en aquellos años en su propio tiempo y sigue funcionando hoy en día (cuando lo hace).
cuyo estilo se alejaba más del de Haydn que lo que se aleja el. de
Benjamin Britten del de Igor Stravinski, y ningún aficionado con
experienciá iría jamás a escuchar una obra nueva de Britten esperando
.que le sonase a Stravinski. Estadísticamente --definida, la «práctica
general» es una pura ficción.
Observemos que el crítico del Mercure de France no presentaba a
Haydn cqrno_un excéntrico sino como un músico superior: no se trata (de
acuerdo con ese crítico) de que Haydn y los compositores inferiores
trabajasen siguiendo tradiciones o estilos diferentes, ni siquiera de que
produjesen formas diferentes, sino únicamente de que Haydn llevaba a
la realidad con más éxito la forma sinfónica esperada. Esto se debe a que
las normas de la crítica estaban determinadas menos por lo que se hacía
en -general que por lo que los diferentes compositores trataban de hacer
o esperaban hacer, y por los ideales estilísticos del período que
determinó las diversas posibilidades de la forma sonata. La unidad
temática --expresión de una unidad afectiva-- seguía siendo un ideal
influyente en los años ochenta del siglo xv1n.
Si deseamos describir hoy día aquella forma de fines del siglo XVIII
que pudo ser llevada a la realidad en formas tan diferentes por ·Haydn y
por sus contemporáneos, no tendrá sentido desde luego acudir al número
o posición de los temas como características definitorias; ni tampoco, por
otra parte, será razonable echar a un lado la estructura temática como
una mera manifestación superficial de una estructura armónica más
2. La función social
-¡
1 La época en que_ fueron creadas las formas de sonata conoció unos
cambios rápidos y revolucionarios en el lugar que ocupaba la música
dentro de la sociedad. El desarrollo de las formas de sonata se vio
acompañado por el creciente eStablecimiento de Jos conciertos públicos.
La institución de la venta de billetes para conciertos instrumentales flie
cuajando lentamente durante el siglo xv1n; Gran Bretaña parece haberle
llevado en esto la delantera a la Europa co.ntinental, pero nadie pone en
1 duda que hubo a lo largo de ese siglo un crecimiento continuo de una
1 clase media urbana y relativamente acomodada, ansiosa de comprarse
1
·I
el acceso a la cultura. Tenemos que contar también con una necesi-
dad. cada vez más· consciente, de acceder a las artes superiores, coto
casi exclusivo hasta entonces de una aristocracia y de un grupo profe-
sional.
Antes de que mediara el siglo xvu1, la música ejecutada en público,
con pocas era música vocal vinculada a la expresión de
palabras (por lo menos en teoría y, en la mayoría de los casos, también
de hecho) tanto religiosa como operística. Hacía siglos, por supuesto,
que se había interpretado en público música instrumental pura, pero se
trataba de arreglos de música vocal, de introducciones a música vocal
(preludios u oberturas de obras eclesiásticas o .de óperas), de interludios
tocados entre los diferentes actos de las óperas u, oratorios, o bien de
música de baile, que carecía de cualquier prestigio (lo que, naturalmen-
te, no impidió la creación de obras maestras de ese género). Sólo las
composiciones religiosas y la ópera gozaban del prestigio propio de una
verdadera música pública. .El estilo puramente instruinental había
crecido enormemente hacia el comienzo del siglo XVIII, peto en general,
o bien se trataba de obras dotadas de un carácter ceremonial cortesano o
eclesiástico, o bien de obras privadas y profesionales, destinadas a la
enseñanza (como las - obras más famosas de Bach o Scarlatti, las
Clavierübungen, los essercizi, las invenciones, el Arte de la fuga, estudios
tanto de composición como de ejecución). Sin embargo, no cabe tluda de
22 FORMAS DE SONATA LA FUNCIÓN SOCIAL 23
9ue las por sociedades privadas y en salones particulares Lo hicieron posible las formas de sonata proporcionando el equiva-
iban adqu1r1endo un carácter cada vez más público y lucrativo. lente a la acción dramática y confiriendo al perfil de esta acción una
Las formas instrumentales más «rentables» eran sobre todo la definición clara. La sonata posee un clímax identificable. un punto de
sinfonía y el concierto (y posteriormente el de cuerdas, al máxima tensión al que conduce la primera parte de la obra y que gc º•:1 de 1
convertirse en «público» hacia 1780); ·es significativo que el carácter' del una resolución simétrica. Se trata de Una forma cerrada, sin el marco
concierto se vio casi totalmente transformado antes de 1780 por el estilo estático de la forma ternaria; tiene una conclusión dinámica. análoga al
de sonata. Estp se debe sólo parcialmente a que el concierto constituye desenlace del drama del siglo xv1n, en el que se resuelve todo, se atan
una forma específica y limitada mientras que la sonata es una forma todos los cabos sueltos, y la obra realmente (<se redondea)>.
estilística general; principalmente se debió a que el concierto, desde el La sonata era. una cosa nueva, sobre todo en su concepción de obra
punto de vista de la estética neoclásjca de fines de siglo XVIII·, con.tenía un musical con carácter de objeto musical independiente. Quedaba termina-
.obj:ti:o exhibición del virtuosismo técnic_o--:- lo que lo da por escrito (a diferencia del aria da capo, que le dejaba el adorno al
hacia inferior en esenc1a a las formas, más puras, de-I la sinfonía cantante), su fd:r'ma era definible siempre pOf un contorno simple (a
y la sonata. El concierto conserva su relación con el aria: .en una diferenciá de las formas susceptibles de añadiduras y fáciles ele extender
ejecución pública de esas formas, el solista y el cantante cuentan más del concerto grosso y la variación), y era totalmente independiente de las'
que el compositor, y la interpretación «pesa» más que la obra en sí. Esi:e palabras (a diferencia del madrigal y de la ópera). Es esta condición de
enfoque del interés se evidencia en la forma básica de las óperas y la sonata como objeto musical independiente, esa reificación, lo que hizo
oratorios de principios del siglo xvu1, el aria da capo. Si en el siglo xvn la posible la explotación comercial de la música instrumental pura. El estilo
música era la criada de la poesía, a principios del sigio xv1u ambas de la sonata, durante un breve período de tiempo. les dio a lós
ocupan un lugar aun más humilde después del que les toca a los compositores la oporturiidad de vender directamente al no ya
la forma da capo, por razones lógicas, concede un margen una ejecución o uri ejemplar, sino la obra misma de música pura. Al
considerable al despliegue del virtuosismo, incluyendo el correspondie"n- desplazar el. peso de la expresión del detalle a la estructura en gran
te- al ornamento improvisado. escala, de la ejecución individual a la concepción total del compositor, le
Para el concierto en público de música instrumental pura, sobre todo dio a la obra musical un sólido prestigio, objetivo inconcebible en
de música se necesitaban unos vehículos propios y adecuados, ninguna época anterior. Después de 1820, sin embargo (aunque apare-
Y. los protJorc1onaron las formas de sonata. No se vio ignorado el cieron algunas señales antes), volvieron a ocupar su puesto los virtuosos
virtuosísmo orquestal; le brindaban incluso todo un mundo de oportuni- de la ejecución y de la dirección de orquesta.
dades el crescendo controlado y el coup d'archet, aunque esto ocurrió de Las formas de sonata mostraron también un lado privado, sobre todo
modo más significativo en los primeros años de ese estilo, de 1750 a en la música de cámara y en la sonata para solista. NoS sentimos
1780. Es paradójico que la música orquestal se hiciese mucho más diffcil tentados ahora a subrayar la diferencia existente entre las formas
e_-? varios sentidos después de esa fecha, a la vez que el elemento musicales de la esfera privada y las de la pública a fines del siglo xv,!T; sin
virtuoso se replegó a un segundo plano. Los elaborados pasajes de embargo, son todavía más notables las semejanzas existentes entre ellas,
virtuosismo ?estinados a ejecutantes individuales que _apare- por no hablar de .la influencia e íntercarnbio que había entre una esfera y
en las pnmeras de Haydn en las últimaS; que, la otra. Es curioso, sin embargo, que el desarrollo social de la esfera
em.bargo, son mucho más complejas en cuanto a ejecución. El privada no ofrezca un contraste con el de la _pública:. las formas privadas
v1rtuos1smo pasa a un segundo lugar con respecto de la música misma. sirven básicarriente a la misma clase soc!al que la sinfonía, aunque la
la londinense acudía en masa a escuchar a Haydn en audiencia se ha convertido ahora en intérprete.
l<:'s anos de la década de los noventa, y terminó por hacerlo La sonata para solista pertenecía al aficionado, y particularmente a la
rico, es posible que pagaran en parte por ver a ·Haydn en persona; sin aficionada: 1 esa es la razón de que la gran mayoría de ellas sean tan
no s_e trataba de ver a Haydn C<.?IDO ejecutante, ni siquiera fáciles de tocar. Comparando las sonatas de los años sesenta con las
como director de orquesta, sino como compositór. Entonces pudo obras para teclado de los años treinta o cuarenta (cori10 los Essercizi de
convertirse la música instrumental pura sola en la atracción principal, sin Scarlatti o las Variaciones Goldberg de Bach), podríamos inferir un
tos elementos seductores del espectáculo, los sentimientos de la poesía y
las emociones del drama. e incluso sin e1 deslumbrante virtuosismo l. El clave constituía Ja salida más natural y aceptable al talento y ambiciones
técnico del cantante y del intérprete. La sinfonía pudo tomar del drama no musicales de las mujeres de fines del siglo xvrr1; hubo entre ellas profesionales brillantes
sólo la expresión de los sentimientos sino también el efecto narrativo de la para !as que compuso Mozart algunos de sus mejores conciertos y Haydn sus tríos con
acción de la intriga y de la resolución. piano más difíciles.
24 FORMAS DE SONATA LA FUNCIÓN SOCIAL 25
deterioro técnico extraordinario y universal. En cambio, para el ejecu- una resistencia, tenaz y duradera, pero incluso allí terminó por triunfar
tante no profesional puesto al teclado no sólo era deseable disponer de ampliamente la técnica de sonata.
una música relatiVamente fácil de tocar, unas piezas que no exigieran la Se produjo. por consiguiente, un desplazamiento básico en la estética
añadidura de una ornamentación elaborada, ni de una gran h;ibilidad musical, que se alejó de la sacrosanta noción de una música como
profesional; sino que era crucial también que aquella música estuviese imitación del sentimiento hacia la concepción- de la misma como un
escrita en unas formas que llevasen la garantía de una importancia sístema independiente portador de su propio significado en unos
cultural, de algo que nunca podían dar las antiguas formas bailables, Las términos que no eran susceptibles de traducción. Adam Smith escribió
nuevas formas de sonata eran lo ideaI por su claridad y sencillez y, lo que que escuchar una _obra de música instrumental pura era igual que
era igualmente importante, por su seriedad. contemplar un gran sistema científico, y en 1798 Friedrich Schlegel
La demanda de una clase urbana ansiosa de apropiarse de una observó que la música instrumental pura creaba su propio texto y que la
cultura superior, en coincidencia con el desarrollo de un eficiente sistema ;;_] expresión del sentimiento era sólo el aspecto superficial de la música.
tonal que contenía el simétrico margen de modulación de la escal_a bien Aquella capacidad por parte de la música, evidenciada entonces, de
temperada, y una estética neoclásica que abogaba por la sencillez y contener su propio significado, la,convirtió en el arte supremo para las
claridad de la estructura (y consideraba el adorno como cosa fundamen- generaciones románticas· de 1790 a 1850, creando un mundo suyo
talmente antinatural y frívola) contribuyeron en conjunto á la creación independiente.
de las formas de sonata. Durante casi dos siglos esas formas iban a ser la Las formas de sonata hicieron posible esa sup:r:emacía de la música
base del incomparable prestigio de la música instrumental pura. instrumental en la-estética romántica temprana. Su estructura dramática
y su representación de la acción contrastaron muchísimo con el senti-
La fuerza expreSiva de las formas de sonata se.concentró tanto en su miento unificado expresado por las formas de 'principios y mediados del
estructura, en sus modulaciones en gran escala, y en las transformaciones siglo xvm: el aria, el concierto, la fuga y la danza. Tampoco fue la
de los temas como en el carácter de estos últimos. Este tipo de estructura estructura de la sonata el producto vivo de las posibilidades latentes de
dinámica implicab.a, como corolario, que el adorno tradicional improvi- un tema, como en el caso de la fuga; es la estructura, como observare-
sado añadido por los ejecutantes quedase totalmente anticuado. Por mos, lo que les confiere un significado a los temas. Por consiguiente:- ya
supues_to, siguió existiendo la costumbre de adornar: 1os ejecutantes, en no fue posible dentro de la música una estética pura de la expresión: la
todos los tiempos, han sido lentísimos para comprender el significado de música de finales del siglo xvu1 no perdió su capacidad de expresión del
los cambios de estilo revolucionarios. Dentro de unos esquemas organi- sentimiento, pero una estética que situase la raison d'€tre de la música en
zadísimos y complejos en extremo, las formas creadas r:>Or el: estilo esa expresión sería incapaz de avenirse con una sinfonía de Haydn. Las
sonata transmitían su significado mediante la estructura y ni necesitaban grietas abiertas en la solidez de aquella doctrina se habían hecho
adornos ni, mucho menos, podían tolerarlos. El estilo sonata representó demasiado llamativas.
el triunfo de ta música instrumental pura sobre la música vocal y, c_omo Sería ingenuo sup_oner que las nuevas demandas sociales impuestas al
resultado, la ruina de fa teoría fundamental barroca de la estética arte musical habían creado las lluevas formas o, el extremo opuesto, que
musical, la Affektenlehre,? o doctrina de los sentimientos. Las obras el nuevo . estilo -sonata hizo posible el concierto público de música
musicales se habían emancipado, tanto en teoría como de heého_, de la instrumental. La institución del concierto público tuvo su propia razón
expresión de un sentimiento unificado, un sentimiento que por lo general de· ser comercial, las nuevas formas se desarrollaron.síguiendo una lógica
podía traducirse en palabras. En la primera mitad del siglo xvm sólo se estilística propia, y tenían también una fuerza ·ae seducción propia. Lo
consideraba que la música alcanzaba su perfección. cuando iba aliada a mejor sería, posiblemente, considerar el concierto público y las nuevas for-
las palabras, pero hacia los años ochenta un aficionado a la ópera· como mas .de sonata como unas formas paralelas y concomitantes de la
el novelista Wilhelm Heinse pudo escribir que en la ópera la música no expresión cultural; casaron felizmente entre sí con extraordinaria idonei-
constituía el acompañamiento de las palabras sino todo lo contrario, dad.
doctrina del todo impensable antes. Las formas de sonata se habían Podríamos calificar la ventaja de las formas sonata sobre las
adueñado también de la ópera; sólo en la música _sacra tropezaron con formas musicales anteriores como una claridad dramatizada: las formas
de sonat¡i se inician con una oposición claramente definida (la definición
es la esencia de la -forma) que se intensifica para resolverse después
2. No se trata de una expresión dieciochesca, sino moderna, y constituye un térrninO
simétricamente. Debido a la claridad de- esa definición y de la simetría,
bastante <:ómodo para identificar un cuerpo relativamente coherente y sólido de doccrina la forma individual era fácil de captar en las ejecuciones públicas; debido
esiética musical de principios del siglo xvrn. a las técnicas de :la intensificación y la dramatización, fue capaz de
26 FORMAS DE SONATA
LA FUNCIÓN SOCIAL 27
mantener el interés de un auditorio grande. Como su expresión residía existentes a partii de 1750 --el aria, el rondó, el concierto, el minuet, la
en gran medida en la estructura misma, no necesitaba el refuerzo de los misa- sin quedar .intactas siquiera la fuga y la variación. Los cambios y
adornos o del contraste del solo y el tutti: podía ser dramática sin el transformaciones experimentados por todas ellas en el siglo XVIII no
acompañamiento de las palabras y sin el virtuosismo instrumental o pueden explicarse por su matrimonio con una forma independiente
vocal. llamada el «allegro de sonata», sino por un movimiento estilístico
general que afectó- al abanico entero de la música. Ta.mpoco es posible
Las formas de sana.ta son el producto de un desarrollo estilístico divorcíar del todo Ia evolución del primer movimiento de las sonatas,
prolongado y radical: constituyen de hecho los vehículos esenciales de sinfonías y cuartetos de la historia, igualmente característica y análoga,
aquel desarrollo. Esa revolución estílística desempeña un importante de los movimientbs lentos y de ros finales, ni aislar la conformación de
papel en la parcial del compositor del patrocinio de la las formas mayores de los detalles menores de la armonía, estructura
corte y de la Iglesia a través de la creciente explotación de los dos de la frase y textura rítmica.
sustitutos de la perdida fuente tje ingresos: la venta de música impresa Esa es la razón de la irremediable ambigüedad existente en torno al
y el concierto público de música instrumental. Las formas de sonata die- término de al oscilar su significado entre el género, la forma, la
ron a la música instrumental abstracta un nuevo poder dra1nático. textura y el estilo. Como la fuga, la sonata define un determinado tipo'
La supremacía gradual de la música instrumental fue el fruto ·de un de textura, o, rr.iejor dicho, un método de ordenar muchas texturas
movimiento de emancipación. una liberación de la música de su de- sumamente contraStantes; indica.un determinado tipo de música instru-
pendencia de la literatura y de las artes visuales (la poesía y la esce- mental, pero el estilo y las formas de las Obras correspondientes se
nografía, en particular): la música instrumental pura disfrutó de un extienden asimismo· al campo de la sinfonía, de la ópera y de la música
prestigio que no había tenido nunca. sacra. Tal vez no .es útil ní factible expurgar nuestro término de_ esas
Esa revolución· estilística llegó en dos grandes olas:. la primera, en la confusiones, pero hay que aprovecharse de ellas con mucha prudencia.
que se simplificaron ra_dicalmente las texturas del estilo ariterior, Esa ambigüedad había aparecido en el siglo xvn1 en la famosa
aproximadamente de 1730 a 1765; y después, de 1765 a 1795, un segundo descripción de la sonata clásica hecha por J. A. P. Schulz alrededor de
cambio, igualmente profundo, en el que las nuevas formas y texturas 1775, citada y empleada por críticos posteriores como Koch y Türk:
recibieron una mayor monumentalidad y complejidad. El movimiento
simplificador original . tuvo que servir a varios objetivos, en parte Desde luego, no existe en ninguna forma de música instrumental una mejor oportunidad
contradictorios: 1) la produccióll de una literatura moderadamente fácil que en la sonata para de.scribir sentimientos sin palabras. La sinfonía y la obertura tienen un
destinada al músico aficionado cultivado; 2) la creación de unas formas carácter más fijo. La forma del concierto parece diseñada más para darle a un ejecutante
habilidoso una oportunidad de sc:r oído contra el fondo de muchos instrumentos que para
de ejecución pública de comprensión fácil y concepción dramática; 3) un llevar a cabo la descripción de emociones violentas. Aparte de esas formas y de las danzas,
gusto neoclásico en crecimiento continuo dentro de todas las artes que que tienen también sus queda sólo la forma de la sonata, que asume
buscaba la sencillez y la naturalidad y se oponía a la ornamentación y la todos los caracteres y cualquier expre.tión. (El subrayado es mío.)-3
complejidad; 4) un interés nuevo por la expresión pei:sonal y directa del
sentimiento (llamada en ocasiones Empfindsamkeit) en oposición a la En este texto está implícita la confusión entre el estilo, el carácter, la
del sentimientp:objetiva, compleja y emblemática O:eLBarroco función, la fo.rma y ·el género. La '.sonata:, que para Schulz podía ser «a
(Affektenlehre). Lás nuevas formas de sonata eran lo suficientemente due», tre>>·, etc. (es .decir, para -duo, trío o cuarteto, así como sonat;-1
sutiles como para adaptarse a todos esos fines y se vieron, además, para· solista), se refiere aquí, sobre .todo, a música de cámara y
considerablemente transformadas hacia 1770 y 1780, al ser explotadas y Hausmusik, en contraposición a los géneros públicos de la sinfonía y el
amplificadas sus posibilidades y combinadas, por último, con las técnicas concierto. El contraste mencionado con la música de· danza delata esa
contrapuntísticas de la reemplazada tradición barroca. (El modelo confusión, porque :la música de baile era tanto pública como privada, y
específico de sonata que cristalízó a fines de ese siglo representa el nos demuestra que Schulz mezclaba a la vez la forma y el género, la
estrechamiento de una gama de posibilidades mucho más amplia, función sÓcial y la" tendencia expresiva. No es un accidente el que lo que
marcando la apertura de una tendencia «clasicalizante» en el estilo iba a cristalizar ·después como forma de sonata recibiese un nombre
musical.) que no lo identificaría con la sinfonía sino con la sonata. La sinfonía
La evolución de las formas de sonata en el siglo xvn1 no constituyó, ejerció unas funciones sociales específicas en la corte, lo que le impidió,
como vemos, un fenómeno aislado. Cada una de las características
formales que posteriormente iban a definir la sonata, casi sin excepción,
3. Traducido por NEWMAN, WILLIAM S.: The Sonata i11 The Ciassic Era. Nueva York,
puede localizarse en todas las formas, texturas y géneros musicales 1972. p. 23.
28 FORMAS DE SONATA
Después de 1720, la tonalidad de la sección del trío, en relación a la binaria constituye, desde luego, el esquema básico del movimiento
tónica del conjunto, es una tonalidad de tensión más reducida: predomi- individual de danza de la suite barroca. y las sonatas tempranas y
nan la relativa menor y la tónica menor. El trío de un minueto o una· particularmente los cuartetos compuestos en la Alemania meridional
boutrée tiene a menudo un fabordón, lo que lo hace más estático que las incluyen a menudo una secuencia de esas danzas (el minueto nunca
activas secciones, más vigorosas, que lo encuadran; o bien es más desaparece, para terminar convirtiéndose en un elemento estable de!
sencillo en cuanto .a forma y menos complicado en cuanto a textura, y cuarteto y de· ·la sinfonía).
casi siempre más corto y menos enfático. Esas tres partes funcionan Hay tres tipos básicos de esquema binario en el estilo sonata de
respectivamente como exposición, contraste y reexposición. principios del siglo xv111; durante un tiempo parece que se desarrollan
Cualquier forma sonata se diferencia fundamentalmente de la forma independientemente, pero terminan «tomando prestado>) unos de otros. 1
ternaria en dos sentidos: 1) aun-.cuand_o una forma sonata tiene tres La forma de so'.1ata «estándar» del siglo x1x surge en parte <le los tres.
secciones inconfundibles, siendo la -tercera en su aspecto temáticó una Esos esquemas. ·pueden denominarse respectivamente forma «de tres
recapitulación completa de la primera, estas dos secciones son absoluta- frases», forma dos frases» y forma de «movimiento lento»; esta
mente diferentes en el aspecto armónico: la primera pasa de la última será tratada independientemente en la sección siguiente. .
estabilidad armónica a 1.n.· tensión y nunca concluye en la tónica, mieQtras La forma binaria «de tres frases» y Ja de «dos frases» pueden .
la tercera es una resolución de las tensiones armónicas de la- primera y, ilustrarse sencillamente con dos danzas sucesivas de la Partie fil de la
exce-ptuando las modulaciones secundarias, se mantiene durante todo el Neue Clavierübiing de Johann Kuhnau, de 1689. La forma de dos frases
tiempo esencialmente en la tónica; 2) la sección central de una sonata no es la zarabanda; !a de tres frases, el minuete.
constituye un simple· contraste respecto a las sino también
una prolongación y un aumento de la tensión de la sección inicial, así Zarabanda
como una preparación para la resolución de la tercera. El diseño
esencialmente estático y concebido espacialmente de la forma ternaria se
ve sustituido por una estructura más dramática, en la que la exposición,
el contraste y la reexposición funcionan respectivamente como oposi-
ción, intensificación y resolución.
Las formas ternarias más impox_tantes, el aria da capo, el minuete y el
trio, conservan su identidad a lo largo de todo el siglo xvni. Sin
embargo, muestran gradualmente en muchos aspectos una influencia
evidente del estilo sonata. La sección de trio de muchos rninuetos y
scherzos adopta a finales de siglo alguna de las características de un
desarrollo, particularmente en los cuartetos y tríos de piano de Haydn;
en algunas de esas obras Haydn añade incluso una larga coda con
desarrollo, como para contrarrestar ta naturaleza estática de la forma
ternaria. Las partes exteriores y el trío, tomadas por separado, son por
lo general formas binarias (y después de 1730 casi con exclusividad),
asumiendo todas las características del estilo .de sonata por derecho
propio. El rondó (de forma ABAC ... A) constituye una extensión
especializada de la forma ternaria, y el rondó sonata se convierte, por
último, en un esquema definido, empleado con frecuencia, esquema
acaso más susceptible de una definición. satisfactoria que la forma de
primer movimiento. Las características del rondó sonata aparecen por
último en formas de primer movimiento cuando Se emplean éstas como
movimientos finales.
En vista de esto, podría parecernos que la forma bínaria está más 1. Existe una variedad de formas aun mayor en la primera pa_rte de ese sig!o, pero me
cerca de las diferentes formas de sonata, y en las descripciones históricas ocupo aquí sólo de aquellas cuyos úrnétricos esqueinas íuefon absorbidos en el nuevo
tradicionales se la suele ver como su antecesora inmediata. La forma estilo.
32 FORMAS DE SONATA FORMAS TERNARIA Y BINARIA 33
Cuando la sección inicial de la forma de tres. frases tiene una cadencia en la forma Qinaria simple, podemos ver cómo funcionan los paralelis-
fuerte sobre el V grado, se la clasifica generalmente como forma biharia mos, y lo radicalmente que se diferencian del paralelismo temático de las
circular. Observemos que este término escónde. un parentesco esencial formas de sonata. La alemanda de la Partita en si bemol mayor de la
con la forma de minuete, en la que extste una cadencia débil sobre el V Clavierübung de Bach ofrece la ventaja, en este sentido, de un segun-
o incluso una cadencia de tónica al fin de la primera parte. He resaltado do tema claramente articulado, siendo reveladora la reaparición de este
delibéradamente el paralelismo de las «frases)> primera y tercera, y tema en la segunda parte (v. pp. 36-37).
paliado el punto, aparentemente crucial, de si la primera «frase» termina Las dos partes son casi iguales: 18 compases frente a 20 (la duración
sobre la tónica o la dominante. Y lo he hecho debido a que la forma de un poco mayor de 13. segunda parte constituye la regla en un ejemplo de
minuete tardía de Haydn, que se deriva directamente de esta forma (de forma binaria de cualquier complejidad). Los compases 1-4 establecen la
hecho es esta forma), puede tener una primera mitad con una ·cadencia tónica en la manera más usual mediante et encadenamiento I IV V I
sobre el I o sobre. el V sin afectar a todas luces las proporciones ni el sobte un pedal de tónica; en el compás 5 se inicia el movimiento hacia el
carácter de la obra. V. No existe cadencia sobre el V hasta el compás 17: una posible cadencia
Podríamos resumir así la forma binaria de tres secciones o forma al comienzo del compás 9 aparece disfrazada, y la tríada en fa mayor se
de minueto: mantiene en posición de sexta y cuarta del compás 12 al 14. El segundo ·
.
tema en el compás 12 hace la modulación a la dominante con una
A B A claridad muy acusada, pero no existe sensación alguna de descanso ni
decaimiento del fluir musical hasta el fin.
l l
sobre el 1 el V
I _,. cadencia sobre el V V _,.. cadencia sobre el VI Existe una ·belta concepción de la simetría y la asimetría de la
sobre el V pero dentro la tonalidad segunda parte respecto a la primera. La correspondencia de- compases es
del I relativa la siguiente:
19 20 22 24 25 26 27 28 29 30 31 32-34 37 38
las partes una y tres son temáticamente paralelas y a veces idénticas; la 1 2 4 9 10 11 12 13 14 15 16 7·8 17 18
parte dos (B) es casi siempre contrastante •. incluso cuando su comienzo
es simétrico respecto a A. La modulación fundamental de la primera parte está en los compases
La forma binaria simple (o forma de dos frases) tiene siempre una 7 al 9: el regreso a la tónica se retrasa hasta los compases 32 al 34, en
cadencia enfática sobre el V grado al final de su primera mitad e incluye cuyo momento hace Bach µna referencia temática a la sección modulato-
una simetría doble y opuesta: ria anterior (compases 7-9), desplazada de su secuencia dentro de la
estructura temática, Reaparece el segundo tema en la dominante
AB: 11 :AB en su aspecto temático (compases 12 ai 16), no resuelto en la tónica, sino en la supertónica
AB: :BA en su aspecto armónico
menor. En el sistema tonal del siglo xvn1 esto proporcion·a algo más que
un asomo de resolución: el IV es Ia única alternativa al I para iniciar una
La estructura melódica de la primera parte es reproducida más o
resolución final, siendo la supertónica (u) la relativa menor tjel IV,
menos fielmente por la segunda y.su esquema, al menos eii parte, debe
empleada- con _:fi::ecuencia como sustituto suyo. Sin embargo,_ no se
ser claramente reconocible. (Esta simetría temática sólo se ve, por
consigue aquí rtiriguna sensación- de resolución corripleta (ni siquiera se la
ahora 1 sugerida en la zarabanda de Kuhnau citada antes, pero hacia 1720
busca: la serisa.ci.ón de continuidad excluy_e ese tipo de palmaria
se manifiesta abiertamente. en la mayoría de las obras escritas en forma
articulación). La_ sutileza y sensibilidad del sentido armónico de Bach no
binaria: casi todas las alemandas. de Bach, Handel U otros podrían
tiene igual en el siglo XVIII temprano, y nos ha guiado en la elaboración
servirnos de ejemplo.) El esquema armónico, sin embargo, aparece
del esquema tjue nos ocupa.
invertido en sus puntos inicial y final y en las áreas controladas por ellos:
El retraso de la cadencia de tónica en la parte II corre parejas con el
de una cadencia sobre el V en la parte I: los puntos de reposo son
Tónica_,.. Dominante :11: ..._,,. Tónica alcanzados en el último momento posible. No existe oposición articulada
y, por lo mismo, tampoco resolución enfática: el segundo tema no se
Esta separación analítica de los esquemas armónico y melódico en la ejecuta después de una cadencia sobre el V completamente confirmada;
fqrma binaria prefigura el estilo de sonata, pero en una forma de sonata sigue siendo parte de un movimiento ininterrumpido hacia el V. Como
la separación está articulada de un modo muy distinto. consecuencia, no exige una resolución sobre la tónica, como lo hace
Si tomamos un ejemplo muy desarrollado de esta simetría temática invariablemente el segundo grupo de las formas de sonata. Sin embargo,
36 FORMAS DE SONATA FORMAS TERNARIA Y BINARIA 37
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la reelaboración en la parte II del esquema del primer grupo incluye
]la En una exposición de sonata no sólo hay que hacer la modulación,
elaboración motívica, las modulaciones y el movimiento secuencial, más tiene que evidenciarse que se hace. El movimiento hacia la dominante de
rápido, que van a convertirse en características esenciales de las la primera mitad de una forma de sonata no se ve meramente
Secciones de desarrollo más adentrado este siglo. La sección de desarro- confirmado por una cadencia auténtica sobre el V al final, sino señalado
llo de la sonata temprana del siglo xrx debe, evidentemente, gran parte además por un cambio de textura decisivo en un punto situado entre un
de su técnica a la forma binaria de dos frases (y no sólo a la versión de cuarto y tres cuartos de la duración de la exposición: una cadencia
tres frases, como se pretende a veces), particularmente cuando la forma auténtica o una semicadencia, junto con una pausa significativa, un
de dos frases reelabora el esquema temático entero de la, primera cambio brusco del ·ritmo, un acento fuerte o cualquier combinación de
sección, siendo bastante corriente que las secciones de desarrollo estos elementos. Ello distingue clara y acentuadamente el área goberna-
posteriores reinterpreten el esquema temático entero de la exposición. da por la dominante de la controlada por la tónica, y nos permite hablar
38 FORMAS D.E SONATA FORMAS TERNARIA Y BINARIA 39
no sólo de una modulación, como en la forma binaria simpli:, sino de Las simetrí;;ts a gran escala del estilo barroco, cuando no son
una polarización de las tríadas tónica y dominante, de una «tonicaliza- evidentes del todo, como en la forma ABA o de aria da capo, suelen
ción» de la dominante puesta en relieve. Esta polarización se ve estar Por poner un ejemplo clásico, los ocho compases
reforzada de una serie de maneras que discutiremos más adelante. últimos de cada parte del tema binario de las Variaciones Goldberg de
De un modo similar, aparece también claramente articulada la Bach son casi idénticas en lo estructural. Las armonías y la mayor parte
resolución· de esta polarización en la segunda parte de una forma de del contorno meiódico di? una de ellas se transponen directamente en la
sonata: el momento del regreso a la tónjca constituye siempre un otra:
punto decisivo puesto de relieve. Los medios de ponerlo de relieve
incluyen siempre una reaparición de parte del material de la primera
mitad (no necesariamente los compases iniciales, aunque para los
primeros años setenta del siglo XVIII esto se había .convertido en la
costumbre común). El momentO del retorno,- de la ·resolución
-situado generalmente en el centro de la segunda mitad del movimien-
to, y a menudo mucho· anies- no constituye únicamente una interrup-
ción de la continuidad, sino un punto estructural esencial, tan esencial
que cualquier ambigüedad respecto a la situación exacta de ese punto,
cosa que hallamos a menudo en Haydn, constituye un efecto sensacional
(exactamente comó un piano subito puede actuar como un sforzando).
Las discontinuidades que distinguen las formas de sonata de la forma
binaria son, evidentemente, más fáciles de concebir como procedimien-
tos estilísticos que como .definiciones de forma. Esas discontinuidades
constituyen, desde luego, la principal preocupación de los teóricos de
fines del siglo xvm (Quantz, Vogler, Koch, etc.); lo que más les ocupa es
el carácter y la colocación de la cadencia y la semicadencia dentro de
cualquier forma musical. La naturaleza de esas discontinuidades, sin
embargo, altera los contornos de cualquier forma a la que se aplican --e1
aria, el rondó, el concierto- a la vez que transforma la percepción de las
proporciones de la forma por parte del oyente. A lo largo de todo el
siglo XVIII casi toda la música incluye un movimiento inicial de la tónica a
la dominante, pero el estilo de sonata convierte esa modulación hacia
mediados del siglo xv1u en una confrontación abierta de las tonalidades:
es decir, el área de una exposición dominada por la tónica se distingue
decididamente de la gobernada por la·· ¡lominante (aun en el caso,
frecuente, ror. :ejemplo, en de que pueda ser muy e:Xtensa 1a
transición de una a otra), y todO el material ejecutado en la dominante es
concebido, por consiguiente, como disonante, es decir, exige su resolucióri
mediante una transposición ulterior a la tónica.
pero es muy dificil que el oído perciba esa identidad en su ejecución
La diferencia real entre las formas de sonata y las formas dado que la .oscurecen la superposición de la ornamentai;:ión y el
del barroco es esta concepción nueva, radicalmente realzada, de la llamativo cambio de la textura. Este tipo de simetría oculta es raro en las
disonancia, elevada del nivel del intervalo y de la frase al de la estructura formas de sonata. El estilo sonata prescinde ampliamente de las sim-
entera. Esto transforma todas las relaciones existentes entre los elemen- ples formas en ABA en favor de la reinterpretación de simetrías, de
tos de la forma. Es evidente que ninguna fotma de sonata puede ser ni paralelismos con una diferencia, heredados del barroco, pero las pone
binaria ni ternaria en el sentido en que se aplican normalmente estos siempre en evidencia. En cierto modo, el estilo de sonata no inventó
·términos a las formas barrocas, y trataremos de evitar la confusión formas nuevas. Se limitó a ampliar, articular y hacer públicas aquellas
suscit?da por esa añosa discusión. que ya encontró a su disposición.
4. El aria
pueden hallarse ejemplos de él con facilidad. Constituye la forma fines del siglo xvu, época en que las arias seguían siendo más bien
principal de la obertura operística, y muchos movimientos lentos están simples y cortas, esa forma se acerca a lo que he denominado forma
escritos también siguiendo este esquema. El nombre de «forma de aria» binaria de tres frases o forma de minuete: es decir, la sección centrar
sería equívoco, como también el de <<forma de obertura», debido a la pasa a la dominante, y las exteriores permanecen en la tónica. Nos
posible confusión con la obertura francesa. Vamos a llamarlo «forma de hallamos .a menudo con:
--------
movimiento lento»: no se trata de un término ideal, pero parece ser el
mejor de los· disponibles. 1 En su versión ampliada se convierte en una A B A da capo
forma de sonata sin la sección de desarrollo. El hecho de que la música Ritornello Solo Rittornello Solo RittorneHo Solo RitorneHo
instrumental lo- uti.lice con máxima frecuencia en los movimientos lentos l l V V 1 l I
y casi nunca en los primeros movimientos es significativo en el aspecto
estilístico. Con la expanSión de esta forma, al hacerse más largas y elaboradas
Estamos en un buen momento para resumir las tres variedades <lel lás arias, -la sección exterior A se cónvíerte en una forma binaria con dos
esquema binario: frases claramente definidas, exigidas· por una repetición del cuarteto,
inicial del texto:
Forma de minueto A B A o A1
(de tres frases) l c-v) V (o tonalidad relativa) 1
Ritorne!lo Solo Ritornel!o Solo Ritornello
A-B Sección A A' A'
Forma binaria simple A-B sola: 1-v V I-l
(de dos frases) l-v =111= v-1
Forma de movimiento lento A' A' Si prescindi-mÜs de los ritornellos, resulta una forma sonata de
1-v l-v movimiento lento (v. pp. 120 ss.). De hecho, el compositor omite con
frecuencia uno. u otro de los ritorne!los, y está muy claro que las dos
Estos esquemas perduran: representan tres· maneras diferentes y secciones de solo empiezan a ser concebidas como una forma indepen-
relativamente estables de reinterpretar un esquema temático único, por diente. no se puede menospreciar la relación de las secciones
grande que sea su envergadura, dentro de una nueva estructura armóni- orquestales, la i'.J.iscutiremos con la forma -de concierto.) El regreso a la
ca, de resolver siP1étricamente una estructura que se mueve hacia la tónica, si no aparece inmediatamente después de iniciarse la segunda
disonancia dentro de otra que permanece en la tónica. La variedad de sección de solo, se produce unOs pocos compases más tarde. Esa
estos esquemas y su flexibilidad no se oscurecen hasta que, a principios estructura binaria correspondiente a las secciones exteriores de un aria
del siglo XIX, la relación clásica existente entre la tónica y la dominante en ABA se convierte en una monótona norma hacia los años veinte del
empieza a debilitarse para dar lugar a un sistema más fluido y cromático. siglo XVIII.
La creaCiórt y la historia de la forma de movimiento lento es Con de la sección A y el énfasis consiguiente
contei:nporánea de la del tipo de primer movimiento (forma sonata con producido al firi de su primera mitad sobre la dominante, el miembro
una sección de desarrollo); más aún, influye en la forma de primer central B termina por abandonar su foco sobre la dominante,. para
movimiento, la.cual apropiad.e ella. ?0:r consiguiente·,. la historia de la ·.moverse hacia áreas tonales de intensidad más débil, generalmente la
forma de· pñnler ·movimiento no se puede entender sin .una breve reiativa :meno!- (VI) o, en Ocasiones, la tónica menor o la subdorriinante.
explicación de la forma de movimiento lento, que no consiste en una Hacia 1720 (omitiendo las secciones de encuadre orquestales apropia-
simplificación de su más famosa ·hermana. Constituye ampliamente das), se había producido este estereotipo, casi inevitable:
una creación del mismo movimiento estilístico que dio lugar al esquema
que iba a convertirse en norma. A' B A' A'
Sólo en las primeras décadas del siglo XVIII el aria da capo desplazó a l-v VI l-v I-l
cualquier otra forma dentro de la ópera italiana, .Y sólo entonces
que es ahora la fórma ternaria básica descrita antes, en la que la sección
desapareció prácticamente la espléndida variedad de tipos de aria que
B o trío proporciona un delicado contraste frente a los pilares exteriores,
habían predominado en el siglo xvn. Con esa estandarización sobreviene
generalmente más robustos. Es a partir de ese punto por supuesto, de
una expansión y una mayor estandarización del aria da capo misma. A
donde surge la tendencia de la sección B a tener una orquestación más
1. Se ha propuesto el término de «forma sonatina», pero es realmente absurdo: no ligera que las secciones .i\ (aunque pueden hallarse excepciones, cuando
conozco ninguna sonatina compuesta en esta forma, aunque sin duda existen unas pocas. lo requieren las exigencias dramáticas).
44 FORMAS DE SONATA EL ARIA 45
1
i
Cello ceno 1
!
6 6 Continuo!>
i
.¡
+Continuo
6 '
A' i
1
Lamía ti·ran·na e lo·si·a e
Vn.I
Dejando aparte el pequeño motto inicial, la parte vocal se compone de
dos frases, separadas por la mínima interjección· orquestal imaginable;
las dos son casi exceptuando que una termina en la dominante
y la obra en la tónica. Esa es la forma en sus primitivos comienzos, con
todo el encanto que puede tener lo primitivo en manos de un compositor
tan sofisticado.
El desarrollo de la forma fue rápido, pero adquirió enseguida un
carácter sorprendente. Si se trata de reescribir en la tónica un esquema
temático que va del I al V, diríamos que lo que habría que hacer es
transponer sencillamente al I todo lo que estaba en el V, asegurando que
la costura no se mostrase como una adaptación de una transición
convincente. Pero, alrededor de 1720, cuando esa forma empezó a
aparecer con más frecuencia, aunque no inevitablemente, no fue eso lo
que hizo Scarlatti. Desarrolló una técnica de gran sutileza y virtuosismo,
a base de tomar una línea temática que va del I al V, para modificarla
con delicadeza y armonizarla de nuevo ampliamente dentro de la tónica.
No transpone la estructura temática, que conserva el contorno original,
revestido ahora de un nuevo significado.
He aquí el aria <<Son costante», de Marco Attilio Regolo de
Alessandro Scarlatti, de 1719. Presento las dos frases vocales de la
sección A escritas -de tal manera que los compases _correspondientes
están situados uno- sobre otro. El bajo y el continuo tocan únícamente en
los compases 25-27 y 56-67, doblando básicamente una octava más abajo
a los violines y oboes (se omiten los ritornelli).
46 FORMAS DE SONATA EL ARIA 47
1
a· seo! tar_ non no,
\
1
48 FORMAS DE SONATA EL ARIA 49
A' de transferir a una estructura gran.de. Cón la enorme expansión del aria
hacia mediados de siglo, se pierde gran parte de este refinamiento
'-dol mto nc:in ti_ sde-gnarcon
(aunque nunca del todo, al constituir parte de su razón de ser el
mantener al cantante dentro de ·un registro agradable y efectivo).
En el curso de, poquísimos años, la relación existente entre las dos
¡ partes de la sección A empezó a establecerse con una mayor claridad,
¡ para terminar constituyendo unos pocos esquemas bien definidos. En
1 Didone. abbandonata de Leonardo· Vinci, de 1726, por ejemplo, la
1' reelaboración de A 1 (que va de la tónica a la dominante) en A 2 (que
permanece esencia,lmente en la tónica) es todavía relativamente libre,
'i
¡ pero el comienzo de A 2 se efectúa ahora en tres formas simples. Con el
1
avance del siglo, esos tres esquemas iban a conservarse y convertirse en
estereotipos: $e les -emplea tanto en las formas instrumentales como en
las vocales y por ese motivo hay que estudiarlas detalladamente. Se trata ·
1
¡ de los tipos siguientes:
Tipo 1) A 2 empieza inmediatamente en la tónica, repitiendo los
compases iniciales de A 1 ; «Non ha ragione», del acto I:
1
'
A'
gn¡¡r,___ ma,
1 1 i[ r ;1 r"@ r-. O J
ma con A • o-re, con A-mo • re.
, Ccllo y continuo
'
: A2
••
Cc!Jo y continuo
Esto está mucho más cerca de la forma binaria simple: una primera frase
que va de Fa mayor a Do menor tiene su paralelo- en .una doble
asimétrica que regresa de La b mayor a Fa menor. La técnica utilizada
aquí equivale a· una reelaboración de un motivo cuya altura permanece
igual, ar tiempo que es radicalmente distinto su significado armónico. Se
trata aquí, naturalmente, de un efecto a pequeña escala, casi imposible
so FORMAS DE SONATA EL ARIA 51
2
.Tipo 2) A transporta los compases iniciales de A 1 a la ctorñ.-inante, Tipo 3) A 2 transporta el comienzo de A 1 a la dominante, para volver
para repetirlas a en la tónica. «Son regina e son amante», a la tónica después de unos cuantos compases. El regreso a la tónica no
del acto !: coincide, sin embargo, con las primeras notas del temático, sino'
con el centro del motivo inicial. «Sono intrepido nell'alma», del acto II:
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52 FORMAS DE. SONATA EL ARIA 53
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H. XV: 36). Este esquema será tratado con más detalle en·
un capítulo posterior (pp. 167 ss. ).
En la mayoría de las óperas escritas de 1730 a 1770 que conozco, esa
forma estándar dé aria con sus tres tipos de comienzo de A 2 cede en uno
o dC?s sitios a las ·demandas de la situaci.ón dramática. Después del primer
acto, ya en marcha el drama, esa forma es manejada generalmente- con
y:
más libertad, ocasionalmente aparecen otras nuevas. Con el segundo
acto del Montezuma de Graun, por ejemplo, las· formas, un tan.to
rígidas, del primer acto empiezan a dar lugar a esquemas más sutilés y
Se trata de un dispositivo que podemos hallar también en obras dramáticos. El coro inicial y la primera aria s?n todavía del tipo
instrumentales. El último movimiento, Presio, del tempranísimo trío de estándar, pero la segunda aria, «Noi fra perigli», tiene una sección
piano en Sib mayor de Haydn (Hoboken XV: 38), escrito todo lo más central de desarrollo; el aria siguiente, «Erra quel nobil core», tiene
unos años después del Montezuma, utiliza ese _mismo dispositivo al material nuevo y a un tiempo mucho más rápido entre A 1 y A 2 (una
comienzo de sus partes primera y segunda: . sorprendente sección de trío) y i..1n retorno de A 2 que, igual que en el
caso de muchas de las recapitulaciones de los sinfonistas de Mannheim,
a. Finale
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Presto no se inicia hasta el quinto compás del rnaterial inicial. El aria final de
este acto, «Da te impara», es lo más sorprendente de todo: la segunda
I" _..±.. parte empieza con una retransición a la tónica, y una recapitulaci0'1 en Ia
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... tónica menor, .truco de los compositores de ópera napolitanos que
volveremos a hállar, aunque rara vez, en formas instrumentales. He aquí
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el comienzo de :A 1 (omitiendo el ritornello precedente), y el ritornello
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y el comienzo de A 2 :
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56 FORMAS OE SONATA EL ARIA 57
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60 FORMAS DE SONATA EL ARIA 61
62 FORMAS DE SONATA EL ARIA 63
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66 FORMAS DE SONATA EL ARIA 67
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A 1 Recapitulación
relación de A 1 a A 2 es la de una exposición de sonata a una
A 1 Exposición B
tónica-dominante tónka menor tónica recapitulación.
relativa menor
o relativa mayor Todas estas variantes dan paso gradualmente en los años setenta y
etc. ochenta al aria con sección de desarrollo (forma que tiene vínculos con el
concierto y será tratada brevemente junto con este género); en otras
La sección B, aunque situada entre una exposición y una recapitula- palabras, el aria de capo, casi igual que cualquier otra cosa del s.i-
ción, puede distinguirse de una sección de desarrollo de varias maneras: glo xv111, revierte gradualmente en un estilo de sonata puro. La Ascanio
por estar en un tempo distinto del de A 1 y A 2 (generalmente más lento) ín Alba (K. 111) de Mozart, de 1771, tenía todavía una forma completa
y tener un compás diferente, por su carácter armónico y su presentación da capo, la núm. 21, «Dal tuo gentil semblante», pero el compositor
de material nuevo de carácter más -lírico y, en general, por no mismo suprimió la sección B y el da capo antes de la primera
como una continuación de fa polaridad de la exposición· A 1 sino como representación. il desio, le píume», el aria núm. 19 de esa misma
algo nuevo y diferente, después -de un calderón. Puede haber, a veces, obra, es un aria dal segno con la sola repetición de A 2 . Esta forma es
unos pocos compases de desarrollo entre A 1 y B, pero después entra B rara en Mozart. aunque escribió todavía otro ejemplo de ella nada
en forma de una interrupción. menos que en 1778, con núm. de K. 295, «Se al labbro mio non credi»
La interrupción tiene con frecuencia dimensiones sorprende"ntes, (aria que sería insertada en Artaserse de Hasse). . .
pero esto sólo nos revela la integridad de la relación existente entre A 1 y El -aria con una sección central de trío aparece con más frecuencia,
A 2 . U na demostración extraordinaria de esas relaciones nos la da la aunque todavía con poca, en Mozart. Hay una en Ascanio
escena s.· del acto II de Fetonte de Jomelli. El aria del héroe (allegretto, in Alba (núm. 16, «Ah di si nobil alma»), en la que el cambio central de
2/4), «Tu parla, tu dígli», se ve interrumpida al fin de A 1 cuando trata él tempo es menos sorprendente, dado que las secciones . A 1 A 2 estan
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de marcharse y lo intercepta Libia. Sigue un _trío de más de sesenta constituidas ya las dos por tempi contrastantes, adagio y allegro. Hay un
compases (andante, 3/4), tras el cual vuelve el tempo original, para hermoso ejemplo en ldomeneo (núm. 27, «No, la morte») de 1780, y, el
seguir finalmente la fecapitulación A 2 . La tensión dramática está año anterior, .dos seguidas en la magnífica aunque inconclusa Zaide (K.
simbolizada por las tensiones formales características de la forma de 344): núm. 13, «Tiger, wetze nur die Klauen)>, y núm. 14, «Ihr
sonata: la armonía permanece irresoluta. hasta que se efectúa la Machtigen seht. ungerührt».
recapitulación de la mitad inicial del aria. Son los experimentos a gran Presento las primeias y más impresionantes arias de Zaide para
escala de este tipo los que hicieron posible la aun mayor amplitud de las demostrar también de qué manera la parte central de lo que era
formas de Mozart. esencialmente una forma ternaria en ABA empezaba a adoptar algunas
Existen, resumiendo, tres versiones del aria da capo hacia los años de las funciones. del estilo de sonata.
cincuenta, todas las cuales pueden coexistir felizmente, codo con codo,
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en una misma ópera. Son, primero, la versión completa: _J_ - ....: - - - - , , , _:P:_
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la forma ligeramente abreviada, llamada a veces aria da! segno (por
retornar a una señal situada al comienzo de A 2 ):
y la forma más corta. la forma de sonata sín desarrollo pero con una
sección central Pe trío:
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desarrollo que emplean el motivo inicial del compás 3 combinado con el
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de los compases 37-38, pero tocado en los 59-62 en una
modulante de impresionante carácter dramático. El 1arghetto que sigue
en la submediante Mi b (preparada elípticamente, al tcrmínar una
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material nuevo, ritmo nuevo y un tempo nuevo. No ha avanzado, sin
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armónica de una retransición de para preparar el retorno a la
tónica de sol menor .. En el compás 70 las síncopas empiezan a acercarse
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a Ia textura, más agitada.,. de las secciones externas del aria: esas
,, • ,, síncopas, enfatizadas' por los acentos. se hacen más frecuentes en el
" compás 74; del 95 al 98 nos devuelven directamente al allegro assai.
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forma original, no hace ninguna de estas dos cosas; sin embargo, cuando
aparece por razones dramáticas, empieza por ser absorbido de la
estética de la sonata, y adquiere algunas de las caracter1st1cas del
desarrollo. Esto halla su análogo en obras instrumentales puras, en las
que la transformación de las formas ternarias es, con frecuencia, sin·
lugar a dudas, mucho más minuciosa.
El ambiguo significado del trío central de una forma de sonata
encuentra una expres•ón prodigiosa en el Rapto del serrallo de Mozart.
de 1782. La obertura aparece en la forma que acabamos de examinar:
A 1 , presto, </,,Do mayor a Sol mayor; B, andante, 3/8, do menor; A 2 ,
presto, rt., una recapitulación que cambia la modulación original a Sol
mayor por otra hacia la tónica, pero en el modo menor con una pa:isa 5. El concierto
sobre un pedal de dominante. La ópera se inicia entonces con la sección
central B de la obertura en forma de aria, esta vez reconcebida en el
modo mayor. El aria funciona como una resolución de la obertura, una El concierto y el aria son dos formas muy emparentadas: con
resolución de su final inconcluso y de su sección central al .mismo frecuencia son, de hechó, idénticas. Un caso extremo de esa identidad lo
tiempo. Mozart utiliza la ambigua función del trío para crear una manera constituye la sinfonía cóncertante para voz e instrumen1<,,:. dos ejemplos,
extraordinaria de integrar la obertura con la escena inicial. 4 de Moz3.rt, son la briI!ante -«Martern aller Arten» del Rapto del serrallo Y
Mediante este breve y simplificadísimo esbozo de la evolución de la el delicioso incarnatus est» de la misa en do menor; en ambas, los
forma de movimiento lento (forma de sonata sin. desarrollo) en el aria y instrumentos solistas de la orquesta colaboran con la soprano, incluso en
de algunos de sus contactos con otras formas, ·podemos ver que no se la cadencia.
trata de una versión abreviada ni simplificada de la forma de sonata. El concierto y el aria oponen el individuo contra Ja masa, el solo
Podemos concluir, además, que no podemos catalogar una cosa com'o contra el tutti; esa es Ja esencia de ambas formas. 1 En el ·siglo XVHI
sección de desarrollo sencillamente porque aparece emparedada entre cambió radicalmente el modo de organizar la alternancia de los pasajes
una exPosición y una recapitulación. Hay que considerar antes que nada del tutti y de los solistás; se convirtió generalmente en parte del estilo
las funciones de una sección de desarrollo: hemos de empezar pregun- sonata. Igual que el aria, eI concierto no se limitó a convertirse
tando cómo funciona; más aún. cómo actúa. No es probable que las pasivamente en ayudó también a configurar las formas de sonata,
respuestas que recibamos sean siempre sencillas. contribuyendo a alguno de sus más importantes elementos.
A mediados del. siglo xvui empezó a adquirir carácter de norma el
número de secciones de tutti y de solos dentro del concierto instrumen-
tal, así como su ca.rácter armónico (podríamos decir que se racionalizó).
.\ La mitad del siglo vio et establecimiento de tres solos enmarcados por
cuatro tutti o ritornelli. El primer solo ya de la tónica a la dominante, 2 el
segundo termina generalmente en la relativa menor y el tercero
1 permanece todo el tiempo en la tónica:
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4. El sentido estilista que ha hecho posible este prodigio funciona de un modo aún
más notable al comienzo de Don Giovanni: se consigue Ja integración tonal de la obertura 1. V. TüVER, D. F.: «The ConcertO>l, en Essays in Musical Analysis, vol. 3,
y la. ópera mediante la simetría siguiente: Londres, 1936-1944.
2. He aquí un buen ejemplo de la estandarizacióp del estilo sonata. Conciertos
Obertura Escena 1.• Esceria 2.• anteriotcs, incluyendo varios de C. P. E. Bach, pueden presentar un primer solo que pasa
re menor - Re mayor....,. Fa mayor (no re.suelto) Fa _,. fa menor (no resuelto) re menor
a·ia subdominante, pero esa posibilidad parece haber desaparecido aproximadamente hacia
(V. ROSEN, CH.: The Classical Style, Nueva York, 1"72. pp. 302-303.) 1770.
84 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 85
(Se trata de una forma cuyos mejores ejemplos son los conciertos de tal en la dominante. La cadencia de tónica no sólo se reafirmó, sino que
Johann Christian Bach.) Nos interesan aquí las relaciones existentes .se hizo considerablemente más enfática. El primer ritornello siguió,
entre el primer ritornello y el primer solo, el carácter del segundo solo y como hasta entonces, empezando y terminando en la tónica: este
la naturaleza de los .dispositivos de encuadre, tan fundamentales en esta requisito da la impresión de constituir el centro de gravedad de la
forma. · concepción dieciochesca del concierto, un aspecto de forma ternaria que
La segunda mitad del siglo XVIII tuvo dos ideas respecto al primer nunca perdió. Pero. cuando el primer ritornello se extendió hasta
ritornello. Temáticamente siempre presentaba la mayoría, aunque no la alcanzar una. longitud sinfónica, no resultó sencillo el reparto de todos
totalidad. de las ideas principales de la obra. ¿Y en el aspecto armónico? sus temas y motivos en la tónica. Si el comienzo y el fin necesitaban la
Aquí quedaban abiertas dos posibilidades: podía contener una modula- tónica, la parte central de este tutti -inicial parecía admitir más libertad.
ción a la dominante, o permanecer todo el tiempo en la tónica. -En otras Era difícil, desde luego, manipular toda una sucesión de temas en la
palabras, el primer ritorneHo podía adquirir el. carácter de un3. exposi- misma tonalidad sin cá.er en el peligro de la monotonía. Casi toda
ción de sonata) o bien conservar su más antigua 'función de concierto. en la música del .siglo. xvm -más bien al principio que después-- va a la
la que el primer ritornello y el último eran iguales, siendo la forma más dominante. Y así empezó a aparecer el ritornello como exposición de
antigua esencialmente.una forma en ABA cuya B era mucho más larga y sonata; en_ él, el segundo grupo de temas cambia a la dominante, para '
complicada que la estructura externa. después -y ahí estaba el «problema>>-- retornar para concluir en la ·
Las dos soluciones eran difíciles, siendo esa la razón por la que los tónica antes de la exposición del solo.
teóricos del siglo xvu1 nunca llegaron a tener una idea perfectamente El patente .deseo de simetría; de conseguir que tanto la sección
clara de ellas. 3 Ni tampoco los compositores. La conservación del primera como la segunda del tutti terminasen idénticamente en la tónica,
carácter de enmarcación que hacía que el ritornello finar repitiese creó aquel problema. Un ritornello inicial compuesto totalmente en la
completamente el primero, se hizo cada vez más impracticable al tónica, sin ninguna. modulación --como ocurría en la forma antigua del
expansionarse la forma. El ritornello inicial se hizo mayor y más concierto--, implica que va a ocurrir algo, creando una expectativa ele
sinfónico, demasiado largo y demasiado ambicioso para poder repetirlo acción. Como contras'te, un ritornello que empieza en I, cambia a V para
por entero al final. Los compositores se decidieron, por lo general, por retornar después firmemente al I tras haber resuelto cualquier disonancia
ejecutar sólo los párrafos finales del tutti inicial al final del movimiento: y tensión posible, constituye una acción consumada. Hay que recordar
las porciones cadenciales servían de marco, y el primer _ritornello que la cadencia en la tónica del ttitti inicial tiene que ser lo suficiente-
conservaba, por consiguiente, su cadencia final en la tónica. Era evi- mente elaborada para servir de fin a la pieza entera. Por lo tanto, su
dentemente esencial al sentido de enmarcación que la sección primera y la aparición al final de la primera sección resuelve cualquier polaridad y
última no sólo terminasen con el mismo esquema temAtico sino en la tensión armónica que hubiera podido producirse ya, y las resuelve
ma tonalidad. La identidad de esa tonalidad es, de hecho, incluso más demasiado aprisa dada la amplitud de la pieza: el establecimiento de una
importante que una identidad del contenido temático: la cadencia final oposición de tónica y dominante hace que cualquier ímpresiorrante serie
del primer ritornello sigue siendo una cadencia de tónica, de cadencias en la tónica que la sigan, aparezcan como una resolución
aun cuando utilice un esquema temático diferente del de Ja cadencia que completa, en un momento aún delJlasiado temprano de la obra. Cuando
va a concluir el movimiento. Existieron, sin embargo, experimentos se repite la exposición de una sinfonía o sonata, el retorno a la tónica en
hacia mediados de siglo con un ritornello ínicial que terminaba en la los compases iniciales puede ser interesante, pero nunca puede resultar
dominante (por ejemplo, el último movimiento del Concierto en Fa elaborado: siempre. resulta inmediato, átono, e incluso, en el mejor de
mayor para cémbalo de Wagenseil), pero no tuvieron influencia. Es los casos, superficial.
significativo el .hecho de que, conforme avanzaba el siglo y se articulaba Esa es la razón de que el ritornello inicial, pese a su gran atractivo,
cada vez más la polaridad tónica-dominante de la .exposición de sonata> nunca echara grandes raíces como exposición de sonata. Sin embargo,
el concierto abandonó casi por completo incluso aquellos raros intentos siguió -siendo siempre una posibilidad. Mozart lo utilizó en unas cuantas
que imitaban la exposición de sonata concluyendo la exposición orques- ocasiones (principalmente en el Concierto para piano en Mib mayor, K.
449), y por Jo demás conservó la antigua concepcíón, 4 consistente en
mantenerse en la tónica a lo largo del tutti inicial. También Beethoven
3. el excelente artículo de STEVENS, JANE R.: «Theme, Harmony, and Texture regresó a la antigua forma en sus conciertos para piano cuarto y quinto,
in Classic-Romantic Description of Concerto First-Movement Form», JAMS 27 (1974),
pp. 24-60, que describe de qué modo la teoría del siglo XVIII inventó las nociones básicas de
la forma de concierto, añadiendo luego una demostración de la pobreza de la mayor parte 4. El .K. 466 inicia la modulación, para abandonarla después de dos compases.
de esa teoría después de 1800, regresando al área de tónica.
86 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 87
componiendo una coda para piano y orquesta en vez del ritorne!lo final: e! ritorneUo inicial
cambia enfáticamente a! III para r:egresar enseguida con el mismo énfasis al l.
5. Los dos primeros conciertos de Beethqven tíenen unaS exposiciones orquestales 6. El K. 467 parece ser una e:r;cepción, pero la orquesta se interrumpe s61o después de
iniciales que modulan, y regresan a la tónica, con una págifla final que se utiliza también a! una cadencia tan decisiva que se repite al terminar el movimiento: en otras palabras, d
fin del último movimiento. En el tercero, Beethoven abandona la terminación simétrica, ritorne!lo concluye de hecho varios compases antes de la entrada del solo.
88 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 89
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deriva no de la mUsica sinfónica o de cámara, sino del concierto y el aria: todas sus obras por la técnica del concie.rto que resulta deffiasíado
fue impregnando gradualmente los estilos sinfónico y de cámara. Otra fácil hallar ejemplos de su manera de articular la forma de una sonata
material cadencia! importante para la evolución de las formas con este tipo de pasajes virtuosísticos: el extendido gesto cadencial
de sonata se deriva también del concierto y el aria; no es orquestal sino constituía para ellos una segunda naturaleza.
individual (tanto instrumental como vocal): el virtuosismo cadencia!, las Y fue conservado por compositores posteriores:
escalas, floreos y trinos que señalan el final de una sección de solo. He
aquí !os ocho primeros compases y los nueve últimos de la parte de
primer violín en la exposición de Cuarteto en Sol mayor, op. 17 núm. 5
de Haydn, para mostrar la diferencia existente en cuanto a textura:
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El final de la expos1c1on del opus 53 de Beethoven nos múestra el
virtuosismo, e! trino con resolución y la serie de cadencias -derivadas del V< l
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estilo del concierto. ••"'<e __,_
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inicial o con el párrafo conclusivo del primer tutti. ejecutado ahora en la
"' dominante. La primera constituye la tradición más antigua, y da a cada
I" . "'. -;¡: -..- ,, t uno de los ritorneili un comienzo simétrico. Mozart emplea esta forma
.- . · sólo una vez en sus conciertos para piano, -!.'tn el_ K. 415; en los demás
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utiliza la forma más moderna:, -y·el tutti en .ese mome·nto VueiVe a tocar o
bien los temas conclusivos del _primer ritornello o el fihal del primer
grupo (en el K. 459 el tutti se inicia no con el primer tema, sino con una
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V ... Iniciar el segundo ritornello con el primer tema en la dominante
implica un nuevo comienzo: cuando, por otro lado, la orquesta entra con
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los temas conclusivos (la técnica más moderna, desarrollada en los años
sesenta), redondea Ia exposición del solo. En ese caso, sin. embargo, se
esperaría una cadencia firme sobre la dominante. Si se quita esa
cadencia, reaparece la ambigüedad; el aparente acabado constituía,
de todo, un nuevo comienzo, un comienzo puesto de relieve por
el cambio del solo a Ja textura orquestal. Podemos ver cómo .Mozart
redondea la exposición del solo en la mayoría de sus conciertos (K. 414.
96 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 97
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K. 491, etc.), y Beethoven en sus dos primeros; pero Mozart juega con ¿f'l 112
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He aquí, aplicada al concierto, una técnica sonata derivada de la sinfonía
' y el cuarteto, perfeccionada sobre todo por Haydn: el desarrollo se inicia
reelaborando la última frase de la exposición, lo que permite salvar Ja
interrupción surgida entre las dos secciones.
El particular carácter del segundo ritornello -transición entre dos
secciones de solo, final y nuevo comienzo al mismo tiempo-- explica la
evolución de Ja forma de sonata sin desarrollo como forma básica de
aria. Podríamos decir, simplificando al -máximo las cosas, que una
98 FORMAS DE SONATA í-.L CONCIERTO 99
seccton de desarrollo pospone la resolución por. un momento, y que la El segundo solo de un concierto puede iniciarse con el tema principal
fo·rma de aria no necesitaba esto en absoluto, puesto que el segundo tutti ejecutado en la dominante; pero, con no menor frecuencia hará algo
orquestal pospone ya el retorno a la tónica. La mayoría de las secciones completamente distinto: empezar con un material nuevo, un tema de
de desarrollo .Pe las obras instrumentales cOmpuestas en la forma carácter expresivo que no haya aparecido todavía ni en el ritornello ni en
temprana de sonata tienden a empezar con el primer tema en la el primer solo. La presentación de material enteramente nuevo destaca
dominante; esto lo hace también en el aria el segundo ritornello. He igualmente en el aria de concierto, particularmente aI evolucionar ésta
dejado para este momento la consideración del papel de las secciones después de· 1770:·. hay muchas de esas secciones «de desarrollo» que
orquestales del· aria, dado que la forma del concierto constituye una carecen totalmente de un desarrollo temático del material procedente de
ayU.da necesaria para elucidar este punto. . ¡ la exposición. Con todo, esta forma no se puede confundir con un aria
El esquema hallado con más frecuencia en el aria 1730 y 1760 con trío central, como la que hemos tomado de Zaide (pp. 71 ss.). Las
es este: secciones centrales de arias tales como «Se il tuo duo!)} o «Fuor del mar»
· (núms. 10 y 12 de ldomeneo)·funcionan corrio-secciones de desarrollo en
R1 Solol R2 Solo2 "R3 B cualquier sentido, exceptuando el teffiático: en cuanto a estructura
A A elaborada A A elaborada + coda A + da capo
1 I-V V 1 I VI
armónica, ritmo armónico y textura, constituyen auténticos desarroUOs.
Prolongan, es más, incrementan la tensión de la exposición, y preparan
(R = ritornel\o y A esquema temático con el tema inicial y los temas cadenciales} et. retorno. Presento aquí el segundo ritornello, segundo solo, y el tercer
ritornello de «Fuor del mar»; se trata de un sitio tan bueno con10
cualquiera para exhibir los aspectos no temáticos de un desarrollo:
en el que el solo 2 puede empezar con una breve retransición del V al I,
sólo que alcanzando el I eriseguida y- reelaborando el esquema del solo 1.
Una sección de desarrollo prolonga la polaridad de la exposición
prolongando la tensión de la dominante, por caminos que van más allá
de una presentación banal del primer tema en la dominante. Esta
función tiene un cumplimiento admirable el segundo ritornello.
No puede abarcar, sin embargo, las demás características típicas de la
sección de desarrollo: el desarrollo temático sí, la fragmentación del crt:.tC.
motivo, la modulación secuencial, y la retransición. La función de la
Tetransición se vio asumida a menudo por los compases iniciales de la si-
guiente sección de solo, pero en lo que respecta a las demás funciones,
un compositor de ópera que las necesitase por motivos dramáticos se
veía obligado a resolverlas de alguna otra manera: a veces en la sección
B, expediente poco satisfactorio, o dentro de una verdadera sección de
desarrollo. Por ese motivo, aparecen cada vez con mayor frecuencia en
los años cincuenta y setenta del siglo xv1n arias con una sección separa-
da de solo entre A 1 y A 2 , especialmente cuando se abandona la forma da
capo. _De todas maneras, el aria de dos partes, con o sin sección B y
da capo, sigÚe constituyendo la forma normal hasta la década de los
setenta, momento en el que el aria con sección de desarrollo o «aria
sonata» se convierte en una formidable rival. Tal vez sería una mejor
denominación de esta forma la de <<aria de pueSto que los dos .F'ii: _ ro 1Y11 _ mr:.1
son esencialmente idénticos en ese momento. El aria se ve de hecho
intensamente influida por el concierto en lo que respecta al segundo
solo, y por ello debemos detenernos a examinar ese punto con mucha
brevedad, teniendo particularmente en cuenta que la secc;._,:, de
llo de la sonata instrumental no escapa tampoco, a su vez, de. la
influencia de la forma de concierto.
100 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 101
pero se trata de un asunto de decoro: uno no se transforma en el otro, sobre el que el clavecinista o el pianista debería improvis?r una textura
aunque tengan ciertas semejanzas en cuanto a contorno y ritmo interesante e impresionante. El continuo cambio de la armonía y el aire
armónico. Esta práctica se deriva inconfundiblemente de la forma de de improvisación de ese tipo de pasajes adquirieron importancia para el
concierto. estilo de sonata en la música para piano solo e incluso en los cuartetos.
El segundo solo de un concierto contiene generalmente una buena Presento entero el segundo solo del Concierto en Si b mayor de
cantidad de figuraciones arpegiadas al modo rapsódica (del tipo que J. C. Bach (op. XIII, núm. 4) publicado en 1777 como ejemplo de esta
empleara todavía Beethoven al comienzo del desarrollo del Concierto esencial parte de :una estructura de concierto, para que se puedan
para piano en Do mayor y que se haría más dinámico en el Emperador). apreciar más fácilmente las diferencias y semejanzas de un segundo solo
Presentaré aquí un ejemplo sorprendentemente falto de inspiración de y de un desarrollo_ de sonata, y añado unas cuantas citas de la exposi-
esta técnica, tomado del Concierto en Fa mayor de Wagenseil, mencio- ción y de la recapitulación para hacer inteligible el solo central.
nado en la página 84: 1.J primer movimiento tiene un tema principal, con un comienzo al
unísono y oina graciosa respuesta:
Orquesta
WCembalo
¿__n
Un terna posterior del primer ritornello (que se todo el tiempo
!!
' en la tónica) no nunca en el primer solo:
,.,- ¡¡-
Cuerdas
.... 0.
-" 1
@.
lf;Ek
Maderas
Piano
seguido de ulterior brillantez. Tras un floreo final, vuelve a entrar la lillJ
orquesta, y el segundo ritornello transporta a la dominante los cuatro
compases iniciales y el tema conclllsivo del primer ritornello, establecien-
do una gran cesura entre ambos.
El segundo solo se inicia con un precioso tema nuevo:
p
que repite inmediatamente en la tónica:
solo
106 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 107
.. ad Iib.
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4 .. -l. _¡.
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I" p..._ Y' ,._Y' J. ""
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Se trata del segundo tema del prin1er ritornello, el que se había 01nitido
en el primer solo. Era de esperar su reaparición posterior en una sección
de solo: la costumbre de Mozart, sin embargo (en el K. 450 y el K. 453),
era de repetirlo en el tercer solo. J. C. Baches testigo de una interesante
108 FORMAS DE SONATA EL CONCIERTO 109
posibilidad del estilo sonata: el empleo de parte de la exposición tocada Este pasaje exhibe el giro tradicional a la subdominante cerca del
esta vez en la tónica a fin de preparar el regreso del tema principal en Ja comienzo de la recapitulación, explotando también la íntima relación
tónica; en Otras palabras, parte de lo que debería ser la recapittilación se existente entre el modo menor y la subdominante, y sacando a la luz con
desplaza para ser empleada en forma de retrailsición. gran habilidad su poder expresivo latente.
Esto lleva el segundo solo a una cadencia. El tercer ritorrtello y el- El movimiento termina con un regreso a los compases iniciales. Esto
tercer sqlo se combinan, costumbre que podemos hallar ya muChos años fue también, sin duda, otro legado de la técnica de concierto al estilo de
antes. El tercer solo, en efecto, es tradícionalmente aquel que presenta sonata. La terminación de una sinfonía o una sonata con el primer tema
más interrupciones por parte de la orquesta. D. F. Tovey observó que en en forte constituyó una_ costumbre demasiado común para que yo cite
Mozart la recapitulación de los conciertos constituye una fusión de las ejemplos: si el lector no logra recordar ninguno, puede divertirse
exposiciones orquestales y de solo: aunque este principio empieza a buscándolos (Jos hallará con facilidad). La aparición de una recapitula-
funcionar ya mucho antes de Mozart. En el tercer solo de J. C. Bach ción en orden invertido (es decir, el segundo grupo y el primer tema
sobresale un pasaje, la reprise del comienzo del segundo grupo (véase el solamente al final) constituye una rara variante de esta técnica. Podemos
original, citado en Ja página 104); es tratado con un refinamiento hallarla ocasionalmente en Haydn: existe un ejemplo magnífico en la
extraordinario: Sinfonía en Do mayor, K. 338, de Mozart, y otro, fácilmente accesible
para los pianistas, en la Sonata de piano en Re mayor, K. 311, en los que
el orde.n de recapitúlación es el siguiente: «segundo» tema, primeros
temas conclusivos, tema inicial, pequeña coda, tema conclusivo final. El
«segundo» tema es desde Juego un solo, el tema principal aparece en
estilo orquestal y Ja coda (véase este ejemplo) constituye una explosión
de virtuosismo co,ntertista.
i
FORMAS DE SONATA
LAS FORMAS DE SONATA 119
118
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-l¡J., f
1
1
: 1
t-R más se pospone el_ regreso a la tónica (es decir, c.uanto más larga es la
sección de desarrollo), mayor es la tensión estructllral de la obra y, por
consiguiente,. mayor es la necesidad de que la resolución --es decir, la
sea exter..sa.
. _ La- tensión se.mantiene mediante la armonía, los y la textura:
la ·armOnía puede, moverse rápidamente a través de las áreas de las
f f, tonalidades de dQminante y subdomiilante, sin establecer ninguna de
p _____ ellas durante mucho tiempo; los temas pueden fragmentarse y combinar-
f fi
se de- nuevas maneras y con nuevos motivos; y el ritmo de la sección de
,, .r
· de'sairOllo es, en generi:il, más agitado; los períodos, menos regulares, y
el cambio de la armonía, más rápido y fre_cuente.
f La resolución no podría producirse sin el regreso de alguna parte de
la primera mitad, y exige, .por lo general, UQ.a nueva ejecución de todos
los temas importantes o memorables que no .-se hayan visto todavía
afirmados en la tónica. La estructura temática, en un último no
se subordina a la armonía ni a l_a textura en el estilo de sonata del si-
glo xvu1 (en contra de lo que afirman algunos hoy en día), aunque
tampoco las domina con10 !legó a hacerlo muy al principio del siglo xrx.
120 FORMAS DE SONATA LAS FORMAS DE SONATA 121
Poco después det regreso a la_ tónica, hay con frecuencia una sección los movimientos lentos, pero Cimarosa la empleó en sonatas de un solo
secundaria de desarrollo, que puede ser bastante extensa y contiene casi movimiento a fines de ese siglo.
siempre una referencia_ a la_ subdominante: la «sección secunP,aria de Esa forma es también común en extremo en las oberturas de ópera,
desarrollo» utiliza técnicas de armónico y motívico, no para pudiendo .hallarse ejemplos excelentes tanto en el ldomeneo como en
prolongar la tensión de la exposición, sino para: reforzar la resolución Las Bodas de Fígaro de Mozart, asf como en la mayoría de las oberturas
sobre la tónica. de Rossini, en la obertura Waverly de Berlioz, y en otras partes.
N<i debemos confundir la . retransición entre la exposición y la
2. Forma de movimiento lento. Si no existe una sección de recapitulación con :una sección de desarrollo corta. _El primer movimien-
cte:sarrollo, ni siquiera unos pocos compases de transición, la ténsión se to de la gran Sonata para violín y piano en Sol mayor, K. 379, de
reduce al mínimo, dando por resultado una estructura menos dnamática. Mozart, por ejemplo, tiene un desarrollo anormalmente condensado,
(Se puede conservar dentro de la recapitulación la sección de desarrollo pero auténtico:
secundaria.) En esta forma, que favorece una expresión más líriéá, existe
generalmente una cadencia auténtica sobre la tónica al final del primer fDFSARROLLO]
grupo: después se introduce simplemente la dominante, sin modulación, li@
y a menudo confirmada sólo por una referencia a su modo menor.
Cualquiera de los puntos estructurales que se prestan a la
cié.in puede verse, con frecuencia, omitido, con poquísim_o proThlema en
esta forma. El regreso al tema inicial del movimiento lento del cuarteto
de cuerdas en Re mayor, K. 575 de Mozart es lo más simple que se
puede imaginar; he aquí el último compás de A 1 , la transición, y los dos
primeros compases de A 2 :
' '
"!f p
p J.
,,......_ "
_El desarrollo se reduce aquí a unos pocos compases, pero es de todas
Acaso por su interés por el aria hizo Mozart un mayor uso de esta forma maneras una forma de primer movimiento: ·no sólo desarrolla el tema
en la música instrumental que .otros compositores. 2 . conclusivo (el motivo del piano) sino que prolonga, de un modo
No se repiten las dos secciones de esta forma, A 1 y A 2 (exposición y admirable, la tensión armónica. Además, se repiten tanto la exposición
recapitulación): hemos discutido antes (véase el capítulo 4) la derivación como el y en esto se distingue de una forma de
de la forma de segundo movimiento a ·partir del aria y no olvidemos que movimiento lento.
las dos secciones del aria fueron originalmente una (se fue ,haciendo . Por otra parte, dentro de una forma de movhp.iento lento, la sección
binaria lentamente sólo alrededor de 1720). La ausens;ia de una de las de desarrollo secundario, que aparece poco después del comienzo de la
fuerzas principales de la tensión dramática, la prolongación de la recapitulación, puede ganar importancia y evitar que la segunda parte
polarización en la sección de desarrollo, hace a .esta forma idónea para constituya una repetición temática demasiado literal de la primera. La
función del desarrollo secundario, como he dicho, estriba en reafirmar la
2. Además del K. 575, Mozart lo empleó también en los 'movimientos le'ntos de los tónica cambiando a un área de subdominante, 3 pero el desarrollo
cuartetos de cuerda.K. 387 en Sol mayor, K. 458 en Sib mayor, K. 465 en Do mayor, Y
K. 589 en Sib mayor. 3. Véanse, más adelante, las páginas 304-308.
122 FORMAS DE SONATA LAS FORMAS DE SONATA 123
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FIN DE LA EXPOSICIÓN
A TRANSICIÓN
El final de la exposición está en el compás 30, seguido por cuatro
compases de retransición a la tónica: lo que sigue a continuación no
abandona nunca la tonalidad de y a partir del compás 43 manda el
modo mayor.
Haydn emplea también la forma de segundo mov1m1ento en el
movimiento denominado «ensueño»· del Cuarteto op. 60, núm. 5, de
RECAPITULACIÓN
.1 3
1785, y también en el op. 50, núm. 2. Beethoven la emplea, entre otros
"' sitios, en el segundo mOvirniento de la Sinfonía núm. 4, y de un modo
' " sorpresivo en extremo en el segundo movimiento (que no es lento) del
Cuarteto en do# menor, op. 131.
Mozart emplea 1a forma de ·mo_vimiento lento con tempi alternativos
en dos sonatas de violín (la K. 303 y la K: 306, ambas de 1778).
-L
LI.
"' - tr
-
Hallamos en ellas esta forma, como caso excepcional, en el primer
movímientó, y lo justifican los dramáticos cambios de los tempi. El plano
tonal de la K. 303 es como sigue:
I[ - íJft 1-v V l l
" 40 - ... terminando el primer adagio con una semicadencia sobre el V del V.
Este esquema de alternancia de tempi se deriva de la ópera buffa.
126 FORMAS DE SONATA LAS FORMAS DE SONATA 127
A B A B A
I V I I I
••
104. con una cadencia fuerte -sobre la· tónica:. Los primeros períodos con
modulación al V son más largos y algo más elaborados que los otros.
pero eso no cambia de ninguna manera notable ni el ni las
_,.
ll'i..
..iLh' ....
±. fi "7i.
·'
...
proporciones relativas de ta forma. El motivo dé ello resi.de en la gran
amplitud de la modulación en el estilo de sonata y en la bre"'.-edad del
minuete: el primer período' sólo puede ser largo como para
11" . fi:i'
:¡ """
:Tp
definir la tónica y hacer una modulación. pero no lo suficientemente lf 1 j__ :.._ 1.
largo- para confirmar la oposición de las tonalidades. o para dclrle a esa
oposición la solidez y masa suficientes para que tenga alguna consecuen- "'" fi • fo ;,
cia, tarea que es encomendada •. «en consecuencia>>, al segundo período.
Tal es la esencia de la forma de sonata de minueto y ·su interés reside
(r,, -"- •• . '
exac_tamente en este impar atributo: el segundo- período, tras la doble
barra y enlazado siempre con el tercer períOdo. crea generalmente parte
de la polaridad de la tónica y la dominante, necesaria para el composi- li .r. . ,,
=·
;r• . ,. ¡ [?·.
.:...-=:- .!/
(después de la doble barra) tiene ·a menudo una fuerza muy superior a f". ""? -..__, r" *'-' _L
todo lo que haya podido precederlo.
Si el primer período termina sobre el l, el se_gundo cambiará con la ir ..... •.:.- -¡ f
mayor probabilidad al V y preparará el regreso al l. Si el primer período
termina sobre el V, el segundo o lo continuará o dará un salto a un área """ "
tonal remota. En uno y otro caso el efecto principal de oposición es
creado sobre la línea de doble barra.
El minueto.del Cuarteto en Do mayor, op. 74, núm. 1, de Haydn, ••
·..,. ". ...,.
ejecuta una broma muy ingeniosa con la cadencia del primer :período: 11':. --· .. I
Haydn hace como que va hasta el 1, para girar entonces repentinamente
al V. Después de una sección regular de ocho compases con cadencia IF p
i .l I I I I J
T I I I I :r :r :r :::¡
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SEGUNDO PERIODO
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SEGUNDO PERIODO
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TERCER PERÍODO
Esa extensión es una simple inserción. El período 2 alcanza del con1pás 9 ya sea una forma binaria en dos frases como en el caso del rondó de la
al 20; el período 3, del 37 al final (compás 44). Entre ellos (compases 21 Sonata para piano K. 309, de Mozart:
al 36) hay una forma binaria simple en el modo mayor, dos frases casi
perfectamente simétricas, con una semicadencia sobre el V sustituida Por
el I, enriquecida la segunda frase por imitación. Al final de la inserción,
el tercer período recoge la frase inicial del trío como si no hubiese
pasado nada. La absoluta simplicidad encubre el hecho de que se trata
de una de las estructuras más sofisticadas de toda la música de cámara
del siglo xvnr. La mágica calidad del modo mayor en que está esa
rnara-.·iJiosa se debe en parte a que es extraño a la forma;
carece de preparación (exceptuando el misterioso calderón situado al
final del período 2) y de efecto sobre la forma en sí, que continúa su
curso corno si no hubiesen existido nunca esos compases: podríamos ir
dd compás 20 al 37 y nó saber jamás que habíamos omitido algo. Las
dos pequeñas frases en modo mayor sólo podrían haber sido insertadas
en ese punto, pero no alteran la estrUctura: Haydn utiliza el contraste de
mayor y menor como expresión pura. Esa es la razón de que nos suene a
Schubcrt, quien iba a redescubrir en sus lieder la alternancia no es-
truetural, puramente expresiva, de los modos mayor·y menor; y más
lante, en su grandioso Cuarteto en Sol mayor, continuaría haciendo de
esa alternancia el principal elemento estructural de una forma de sonata.
Temas
condusivos
Expo-
sición ¡ Compáso
A
1
1
B
58
[
e
74
V
D
103
V
A'
137
V
E
168
V
F
185
V
205
p
.. ,....,
e
l
Recapi-
A B e Des. D A' E F A'
212 267 284 296 332 357 393 424 441 466-538 (Fin)
tu!ación !V
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140 FORMAS DE SONATA LAS FORMAS DE SONATA 141
sonata para violín (de Schobert y tozart) y el trío con piano de Haydn.
A partir de 1780 se ve con frecuencia una forma ternaria completamente
transformada y dramatízada por eJ estilo de sonata: a Haydn le gustaba
dar a la sección central de sus formas ternarias libre:-> •' l carácter de una
sección de desarrollo con un clímax y una retransíción; y con frecuencia
esto no era bastante, por lo que añadía un segundo desarrollo a modo de
cod:1 De esta manera Haydn daba a una forma ternaria suficiente fuerza
La reapar1c1on del scherzo en el movimiento final de la Quinta dran1á!ica para que sirviera excepcionalmente como primer movimiento,
Sinfonía de Beethoven es un. sofisticado ejemplo de este fenómeno (la (por ejemplo, el Cuarteto en Re mayor, op. 76, núm. 5), y dotaba a los
tónica menor está en el área de la subdominante4 y se emplea asimismo minuetes finales de sus últimos tríos con piano del extraordinario peso
en el cent_ro de finales en rondó, por ejemplo en el Concierto para ·violín que los caracteriza.
de Mozart en La mayor).
El movimiento final del Trío con piano en Lab mayor de Haydn (H.
XV: 14), de 1785, es denominado rondó por el compositor mismo.
Tiene, desde luego, un tema de carácter de rondó y adopta la
configuración siguiente:
para continuar como la segunda parte (A2 ) del aria de los años cuarenta
mediante un giro a la subdominante y un regreso al I.
En cuanto a las: raras sonatas de Scarlatti en las que se pone de
relieve el regreso a la· tónica en la segunda parte, hallamos normalmente
que en la primerá mitad la modulación a la dominante no se ha visto
señalada por discontinuidad alguna y que no ha habido allí ninguna
cadencia fuerte hasta la doble barra; no se ha hecho explícita la
polarización, por lo que el regreso no tiene todo el significado que habría
tenido en una forma- de sonata.
Los elementos del estilo Sonata aparecen al principio aislados. Es
fácil conceder una importancia excesiva a esas apariciones aisladas. Una
recapitulación articulada carece del significado que va a tener para el
estilo sonata cuandO no se ha visto precedida por una exposición
articulada que exige resolución. Las poquísimas obras de los años treinta
que se apegan de cerca al modelo posterior no tíenen ningún peso
Es algo magnífico, por supuesto, pero no es forma de sonata,, ni pierde especial; clasificarlaS aparte es distorsionar su significado. Las escasas
nada por eso. Muy ocasionalmente, Scarlatti intenta hacer algo así como sonatas de Scarlatti, _por ejemplo, que la recapitulación ·con el
una forma de movimiento lento o de aria de sonata, e inicia la-segunda 1 tema inicial no_son por su forma esencialmente distintas de demás;
!
parte con un regreso al compás 3 del comienzo. La K. 218, por ejemplo, señalarlas como precursoras de un estilo «clásico» ulterior es anacronis-
empieza: mo. Representan, sencillamente, una de las posibilidades estilísticas de
la época en que fueron creadas.
Las sinfonías de ,Giovanni Battista Sammartini tienen una relación
histórica igualmente' ambigua, aunque impoi:tante, con las formas
maduras de sonata. Sus primeras sinfonías1 aparecen por lo .general en
una forma binaria de tres frases, y el regreso a la tónica se ve casi
siempre señalado p9r Un regreso al- material inicial. Hay también en ellas
un gusto· vanguardista -progresivo por las texturas. contrastantes. Éstas,
sin embargo, no están inuy bien coordinadas con la estructura armónica
al no ser Sammartini muy ducho en el manejo del movimiento armónico.
He aquí la exposición de una Sinfonía en La mayor (catalogada con el
y la segunda parte se inicia recogiendo esos cómpases: número 15 por Churgin y Jenkins):
Vio!ino 1
Vf<)tino 11
PRIMER SOLO
Violino H
[J]
.. e orquesta reducida, en co¡¡traste con el invaria.ble forte de la exposición y
la recapitulación. Vemos aql!í los primeros compases de la exposición
¡;¡--
' [f] ] y el «desarrollo» de su Sinfonía en La mayor (núm. 16):
=
Viola
[f]
J
[f]
VK>lino 1
Vio!irt0 11
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154 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 155
. ·
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Otros elementos de ese estilo proceden de los compositores alema-
:r J_ :r J.
'
J nes. rezagados sólo unos pocos años tras los italianos en cuanto a la
. I l :r J
explotación de la sencillez, la claridad y la definida independencia de
la estructura periódica de! nuevo gusto musical. Hermann Abert ha
-"-
subrayado la existencia de dos aproximaciones- alemanas distintas a ·¡as
T .L 1 I I J formas de sonata: una tradíción noralemana, que dio preferencia a la
unidad temática a fin de adquirir una unidad de sentimiento en cada
movimiento; y la tradición vienesa, que buscó, sobre todo, un c;:ontraste
afectivo y una rica variedad del material temático. Esas dos tradiciones
convergen rápidamente en los últimos años de la década de los
cincuenta, sobre todo en la música de Haydn, en la que se Produce µna
inspirada síntesis.
El representante más prominente de la tradición noralemana fue
Philip Emanuel Bach, un compositor a quien el interés por una
expresión íntima e intensa llevó a explorar las posibilidades de la
disonancia y de las relaciones tonales remotas (es decir, la disonancia a
un nivel estructural más elevado). Las impresionantes modulaciones de
Scarlatti son, por lo general, más coloristas que expresivas; en C. P. E.
J?ach adquieren una pasión notable y en ocasiones incoherente, que se
refleja en el carácter intenso e idiosincrásico de sus temas. El motivo o
tema sumamente· individualizado iba a convertirse en elemento central
del eStilo de sonata.
En la mayoría de los compositores de los años treinta y cuarenta,
como Domenico Alberto, Sammartini y Johann Stamitz, esa individuali-
En los ocho primeros compases del _el tema inicial aparece dad temática es mínima. La hallamos, en cambio, frecuentemente en
ejecutado en la dominante, una característica de la forma binaria barroca Scarlatti, pero en él no suele relacionarse con el gran diseño formal de la
que nunca iba a ser enteramente abandonada como posibilidad por la obra. Por el contrario, el tratamiento que hace C. P. E. Bach del motivo
sonata: después, en la tónica menor, viene el largo pasaje señalado en impresionante y recordable fue crucial para la historia de las formas de
piano para orquesta reducida. Esas características -la reducción de la sonata. La unidad del tema y la unidad del sentimiento eran algo casi
dinámica y una textura más delgada (supresión de los bajos), y la tónica sinónimo para la escuela noralemana. El tema no sólo tenía que ser
156 FORMAS DE SONATA EVÜLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 157
directamente expresivo, sino también capaz de llevar en sí el significado 5) Recapitulación en el estilo antiguo de la forma binaria de danza,
de desarrollo formal de la polarización a la resolución que exigía :el-estilo es decir, sólo del segundo grupo, aunque recalcando bastante la llegada a
sonata. En otras palabras, los temas de C. P. E. Bach son susceptibles de la tónica (Sonata núm. 1, mov. 2." y Sonata núm. 11, mov. !.").
transformación, de «desarrollo», y son todo el tiempo lo suficientemente 6) Recapitulación sólo del segundo grupo sin articulación alguna de
recordables para que su identidad permanezca clara a través de las la llegada al 1 (Sonata núm. II, mov. 2."). Esta es, desde luego, la forma
transformaciones. Tanto el motivo acusadamente individual como el más reaccionaria.
desarrollo por transformación y fragmentación existen ya en el estilo
barroco, pero fue C. P. E. Bach, sobre todo, quien puso estos dos Como podemos ver, la mayoría de las posibilidades formales que va a
elementos al alcance del estilo sonata y quien enseñó cómo se los podía desarrollar la forma de sonata están ya presentes en los años cincuenta.
emplear en la creación de formas. Todos esos esquemas coexisten cómodamente, la forma de los libros de
La tradición alemana del sur o vienesa es más «amable»: los texto del siglo XIX codo con codo junto a fa anti:cuada forma barroca. Y
compositores de esta escuela, de los cuales el· más importante es siguen coexistiendo a lo largo del siglo XVIII, sin que creen ningún
Wagenseil, crearon sus forffias con variedad de temas, muchos de ellos problem·a estilístico sus facultades de supervivencia. En 1791, Christian
de un decidido carácter popular. Esa riqueza de material no se limita a Latrobe, un admirador británico de Haydn, publicó tres sonatas para ·
las exposiciones, y la costumbre de iniciar la sección de desarrollo con un piano; 2 Haydn aceptó su dedicatoria. Hallamos en esas obras los ·
tema nuevo (procedimiento que siguió siendo empleado por Mozart y siguientes tipos de recapitulación:
por los compositores posteriores) se nos evidencia ya en la tradición
vienesa de los primeros años cincúertta. Esa costumbre, como_ hemos Sonata I, mov. l." Reaccionario. Repetición solamente del segundo
visto, se deriva de la forma tardía del concierto barroco, en la_ que la grupo.
segunda sección del solo empezaba tradicionalmente con un desarrollo 2." Recapitulación completa, reelaboración libre.
relativamente libre del material nuevo. 4." Forma «cíclica» o «romántica». ¡Reaparición del
tema principal del primer movimiento al final del
Es importante poner de relieve la variedad de esquemas de sonata de último movimiento!
que disponían los compositores de los años cincuenta (y siguieron Sonata II, mov. 1. Recapitulación invertida, con la aparición del
0
estando disponibles hasta el siglo xrx, cuando esa selección se restringe primer grupo sólo al final.
un tanto, para reaparecer sólo la Jíbertad original en las obras finales de Sonata III. mov. 2.' Recapitulación con el estereotipo sinfónico de
Beethoven). Las sonatas para clave de Giovanni Marco (Placido),Rutini, . mediados de siglo, que no comienza hasta el
publicadas en 1757, muestran esa variedad. Elijo deliberadamente una tercer compás del tema principal. Los compases
serie de sonatas para demostrar Ia: gran diferencia <le formas existentes iniciales vuelven más como lo hacen en
en un momento dado. En las seis sonatas agrupadas dentro de su 'opus 3, la exposición.
hallamos, por ejemplo, recapitulaciones concebid_as de las maneras.
siguientes: A pesar de su admiración por Haydn, Latrobe se aferra a antiguos
esquemas que . Haydn ha abandonado más o menos para los años
1) Recapitulación completa de la exposición después de una sección ochenta: se halla también muy al Corriente de las últimas formas e
de desarrollo terminada en vt (Sonata núm. V, mov. 3.'). Esta es la ¡-ncluso un poco adelantado a )as mismas. Acaso fue un rasgo de
recapitulación de sonata estándar del siglo XIX. exhibición el empleo de tantas formas diferentes, pero tanto mejor: la
2) Recapitulación completa del primer grupo y de uno de los dos historia de la música debe ocuparse del abanico entero de formas y
temas del segundo después de un desarrollo, parte del cual se dedica al estilos disponibles en cualquier momento dado.
otro tema principal del segundo grupo, ejecutado en la relativa¡ menor El regreso cíclico del primer movimiento en el movimiento final de la
(Sonata núm. VI, mov. l.'). · Sonata núm. I en La mayor tiene mucho encanto histórico, sobre todo
3) Recapitulación completa de la exposición, iniciada en la subdo- debido a que ese extraordinariamente· moderno efecto se logra con el
minante, forma que no adquiriría su carácter de manierismo perezoso material más convencional del siglo xvn1. He aquí el comienzo del
hasta después de 1800 (Sonata núm. IV, mov. l.'). primer movimiento, así como una versión posterior del mismo motivo:
4) Recapitulación en el estilo sinfónico de mediados de siglo,
iniciada con el tercer compás de la exposición, arrancando aquí sobre la
subdominante (Sonata núm. III. mov. 2.'). 2. Editadas por· Charles E. Stevens, Nueva York, 1970.
158 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 159
El rápido tempo le._· da a esta prefiguración romántica una ingenuidad
absolutamente exenta de pretensiones.
1 Volvamos brevemente al opus 3 de Rutini y a la gran variedad de
esquemas de sonata de que podía disponer un compositor de mediados
1 de aquel siglo: el comienzo de la segunda mitad de la sonata (el
comienzo de la <<sección de desarrollo») brindaba toda una gama de
posibilidades, comparable al comienzo de la recapitulación. El procedi-
miento hallado con más frecuencia --que siguió siendo la forma más
popular durante m1.1:chas décadas- consistía en iniciar el desarrollo con
el tema principal en la dominante. Sin embargo, quedaban otras
opciones. La Sonata: núm. I en Re mayor inicia la sección de desarrollo
de sÚ movimiehto· principal (el segundo, puesto que el primero es un
preludio cÜmpuesto en un estilo de improvisación) con material nuevo
dispuesto en forma de secuenci_as, seguido por el tema principal en Ia
Y vemos aquí la última parte del corto presto final de Latrobe: dominante. Presento aquí el tema inicial, y después los primeros doce
compases, poco más o fnenos, del {<desarrollo»:
Otros dos esquemas, hallados ambos en la Sonata núm. JII en Do El último movimiento presenta una fórma emparentada: la segunda
mayor, desempeñan un importante papel en la historia del estilo del si- parte empieza con el tema.inic,ial en erV, repetido inmediatamente en el
glo xvm. Uno es el regreso del tema principal sólo en el tercer. compás, I. He aquí el tema principal, y el comienzo de la segunda parte:
tras un breve desarrollo_ basado en el tema; Poderitos ver esto en el
primer movimiento; vuelvo a presentar el tema principal, y el comienzo
de la segunda parte:
Esto es un ejemplo del tipo segundo de la forma de aria (y, una vez más,
el cambio al IV se produce sin demora). En la música instrumental,
Oliver Strunk ha llamado a esto «reprise prematura». 3 Claro está que
sólo es prematura si :el lector o el oyente creen ericontrarla demasiado
pronto. Más adelante nos ·ocuparemos brevemente de estb; lo que nos
interesa por ahora es la riqueza y la variedad de las formas de sonata a
mediados del siglo xvm. ·
2
¡ La obra de Haydh el) los años cincuenta y más adelante revela la
misma riqueza. Podemos ver un ejemplo de esta temprana libertad en el
Cuarteto op. 2, núm. 2 -en Mi, qUe data de los últimüs años cincuenta.
l
Esto es lo que he denominado tercer tipo de la forma básica de aria: A La exposición del primer movimiento tiene cuatro temas: A y B en la
empíeza con una afirmación de1 tema principal en la dominante: o con un tónica, y A 1 (una variación de A) y C en la dominante. He aquí la ex-
desarrollo del mismo a través de la ·supertónica (empezando como aquí, . posición!
con la dominante menor), para entrar después la tónica a recogc::r el
esquema temático allí donde fue interrumpido, y cambiar inmediatamen-
3. Véanse más adelante, pp. 167 ss. _y nota.
te al IV.
162 FORMAS DE SONATA bVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 163
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1 Los dos tenias del primer grupo son muy regulares: ocho compases cada
A' 1 uno, cambiando segundo al V en los ·compases 15-16. EJ tema de los
compases 17-28, que inicia el segundo grupo, estableciendo más sólida·
./' mente el V, es sólo una variación de los ocho compases primeros. El
tema nuevo del compás 29 tiene, a su vez, muchos elementos en común
./' con el inicial, pero presenta un contorno individual. Es claramente
1 identificable cada variante del motivo principal.
. ;.. . 1
Echemos ahora un vistazo al orden seguido por los temas dentro de
la recapitulación;
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164 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 165
15, todas las cuales (según Robbins Landon) estuvieron escritas en desaparece pácticamente después de 1770, si exceptuamos una hermosa
1761. 5 En el caso de las sinfonías 18, 20, 23 y 27, escritas pocos años aparición en la Sinfonía n." 47 de Haydn.
después, I-laydn imprimió una mayor efici_encia a aquella costumbre: el Igual que el empleo de la tónica menor al comienzo del segundo
menor no constituye ya el modo del tema inicial contrastante del grupo, la aparición de la tónica menor en la recapi_tulación sólo se
segundo grupo, sino que aparece un poco después, tras haberse convirtió en una herencia permanente para el estilo sonata cuando se la
establecido plenamente el modo mayor, confirmado, además, por una posponía durante una frase o dos. En obras ulteriores, la llegada de la
textura -nueva. En esta forma, más sofisticada, el empleo de Ja: tónica menor en l_as recapitulaciones (con frecuencia como una forma de
dominante menor en -el segundo. grupo se incorpora de un modo subdominante) se pospone hasta que han sonado primero por lo menos
permanente al estilo de sonata. 6 La versión 'más primitiva --consistente unos_ pocos compases en la tónica mayor. El abandono de esos dos
en ir directamente a la dominante menor para iniciar el segundo grupo-- estereotiP.os en su forma .original se produce de manera natural en los
apareció algo después en los cuartetos de Haydri que en sus sinfonías, años seterita con el rápido alejamiento respecto de la amaneradas formas
existiendo un impresionante ejemplo en su op. 17, núm. 6, en Re mayor, dramáticas del período conocido como Sturm und Drang, rumbo a un
de 1771. el último ejemplo de ese 'tipo en los cuartetos. estilo más sociable. 9 ·
Podemos verificar la naturaleza sinfónica de ese estereotipo: Haydn El tercer estereotipo es, con mucho, el más importante en el aspecto
no lo utiliza en absoluto en los cuartetos de cuerda compuestos antes del estilístico y estadístico: es la aparición del tema principal en la tónica con
opus 9 (ni en la forma original hallada en Monn y otros, ni en su la segunda frase del desarrollo. Oliver Strunk, quíen denominó a esa
sofisticada versión ulterior), y es raro hallarlo en sus tríos o sonatas para forma «reprise prematura», observó su gran frecuencia dentro de la
piano. (Una excepción espectacular, imitación patente del estilo música instrumen.tal de mediados del XVIII. Sólo se la puede considerar
co, puede hallarse en la absurda Sonata en La mayor (H.XVI:5], que, prematura con r:especto del modelo que iba a convertirse en canónico
casi con seguridad, no es de Haydn. 7 ) El empleo de ese estereotipo por mucho después. Cito la caracterización de Strunk tomada de su
parte de Haydn en los tres primeros cuartetos de cuerda del op. 9 y en el excelente artículo «Los divertimentos de Haydn para barítono», ·que
op. 17, núm. 6, concuerda con la evidente adaptación a estas obras de un sigue siendo un ensayo indispensabie para todos los estudiosos de la
aliento sinfónico y una profunda Seriedad. música del siglo xvru: 10 «Aparece en los divertimentos cada tres o cuatro
Otro estereotipo semejante, aunque mucho más dramático, de números, empezando por el Divertimento 7 (1761 o 62), siguiendo con
mediados de siglo es una recapitulación que se inicia con el tema frecuencia inmediatamente a la reafirmación preliminar del tema princi-
principal, ahora por vez primera en la tónica menor. Es un rasgo pal en la dominante». Podemos reconocer fácilmente ese esquema: es el
también de origen napolitano. Johann Schobert, que trabajó en París en comíenzo tradicional de A 2 del aria operística, tipo 2.º, de mediados del
los años sesenta, empleó ese efecto en su Trío con piano en Fa mayor y xv1u, probablemente el más frecuentemente hallado de los tip\)s de la
en el movimiento final de su Cuarteto con piano en Mi b mayor, op. 7. misma en los años cincuenta y sesenta.
Mozart lo introdujo también en su Sonata para violín y piano en Sol En su breve discusión, Strunk descarga todo el peso de su desaproba-
mayor, K. 9, de 1764, donde va seguido al punto de la tónica mayor: tal ción moral en l<;>s lomos de la «reprise· prematura». 11 Escribe: «Al
vez aquel compositor de ocho años no debería ser considerado como aceptar rnanierismos tan estériles como la reprise "falsa", Haydn cede a
responsable, pero, en cualquier caso, Leopold le permitió escribirlo así. 8 los convencionalismos de su tiempo)>. Nos indica también ,que «Wyzewa
Se trata, desde luego, de una artimaña que pierde su efecto con la y Saint-Foix citan el temprano empleo por Mozart de ese "artilugio más
repetición. Christian Gottlob Neefe la empleó en la tercera de sus doce o menos cómico" como prueba de su sensibilidad a la influencia de
sonatas para clave dedicadas a C. P. E. Bach y publicadas en 1772, pero Haydn y sus contemporáneos vieneses. Tal vez su empleo fue más
5. Robbins Landon da para la núm. 15 la fecha límite de 1763 (que aparece como 1793
por un error de imprenta en la pág. 43 de su edición de estas sinfonías), aunque prefiere 9. El movimiento literario llamado atinadamente Sturm und Drang (aquel grupito de
remontarla a 1760 por buenos motivos estilísticos. estudiantes de la Universidad de Estrasburg-0 que adoptaron a Goethe como jefe y a
6. Un toque en modo menor en el pasaje que conduce al segundo grupo (es decir, en Herder como filósofo guía) no se inició hasta los primeros años de la década de Jos setenta,
los compases inmediatamente anteriores a la semicadencia sobre el V del V) siguió por lo que se sitúa unos pocos años después de muchas cosas que reciben el nombre de
constituyendo la costumbre general durante décadas. No aminora, por supuesto, el impacto Sturm und Drang en la música.
de la dominante cuando ésta llega. 10. Reeditado en Essays on Music in the Western World, Nueva York, 1974,
7. Véase el prefacio del volumen I de Ja edición de Christa Landon de estas sonatas, ginas 170.
Universal Edition, 11. Establece una distinción entre !a ((reprise prematura» (cuando el primer tema
8. Wyzewa y creen que Leopo!d añadió e! giro al modo mayor. V. ABERT: nunca regresa en la tónica) y la reprise «fah'1-· (cuando si lo hace), ¡:;.-na añadir -a
W. A. Mozart, Leipzig, 1956, I, p. 89. continuación: «el resultado real es prácticamente e! misinO».
168 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 169
general de lo que ·se ha pretendido». 12 (Esta última frase es un modelo recogen el esquema temático completo de la exposición y desarrollan
de la reticencia o excesiva modestia de Strunk, puesto que ese cada tema sucesivamente.) A fin de conseguir esa simetría, una
estereotipo abunda a lo largo de la música . de )a mayoría de los generación de compositores sacaron de la forma de aria en dos partes,
contemporáneos de Haydn desde 1750 a 1775, y Jo hace también en las un esquema de comienzo de segunda mitad de un movimiento
obras del mismo Haydn.) instrumental que no se componía de dos partes ni de tres, sino una cosa
Claro está que Haydn y sus contemporáneos no entendieron 13. intermedia. Cuando ese movimiento era corto y el estilo relajado, no se
función de la sección de desarrollo tan bien como nosotros hoy en d_ía. pro9-ucía ningún daño pero el crítico. moderno, que desea excitación en
Son Jos únicos culpables de-la confusión que crearon. Pero si observamos forma, espera que haya más dramatismo, y se queja cuando no se lo dan.
la relación existe.rite entre el artilugio que es fa «-reprise prematura» y el Una sección de desarrollo retrasa propiamente la resolución, y la
aria de ópera, no vemos que haya nada inherentemente cómico en su resolución es entonces· temática y armónica a la vez.: la resolución
empleo. Empujada poco después a Ja sección de desarrollo (recordemos, es la del segundo grupo, que nunca fue tocado en la tónica, por
sin embargo, que en el caso de muchas de las obras de los aQ.os sesenta lo que tiene que ser ejecutado antes de que el .movimiento pueda
nos encontramos con frecuencia ante piezas muy cortas en las que no considerarse terminado, y «el asunto concluido». La «reprise prematu-
habría Jugar para maniobras de ese tipo), se Je puede dar, desde luego, ra)>. seguida por una sección _de desarrol1o, daba un comienzo simétrico a
un empleo muy ingenioso -y de hecho Ja utiliza bellamente, Haydn ·de la segunda mitad, y retrasaba, además, la resolución del segundo grupo.
esa manera en sus sinfonías-. La «reprise prematura» constituye un Muy gradualmente, los composítores llegaron· a creer que
convencionalismo formal, un modo de empezar la segunda mitad de una totalmente la tónica antes de la resolución temática se lograría mucho
sonata. Gervasoni, que era tan reaccionario como cualquier teiirico de su más efecto; y sólo en Jos años setenta equipararon el regreso final de la
época, recomienda todavía la «reprise prematura», nada menos que en tónica y el del tema principal; e entonces. ese regreso, mucho
1800 en su Scuola della Musica: lejos de considerada cosa cómica, afirma más articulado, se ve seguido inmediatamente por una sección de
que las dos apariciones del tema --en la dominante, segµida de la desarrollo secundaria en gran número de casos y, de hecho, y casi
<<Sirven admirablemente para reforzar la expresión. y para invariablemente, en las obras más impresionantes.
recordar la idea inicial de la sonata misma». 13 Se puede entender acaso mejor la necesidad de una «reprise
En cierto _sentido; Strunk tuvo razón al hablar de un «manierismo prematura» en conjunción cori otro estereotipo más de los años
estéril». Su sentencia ha sido ratificada por el tiempo y por la -historia: el cincuenta, un estereotipo que, al parecer, irrita también a los críticos y
convencionalismo desapareció, extinguiéndose gradualmente los años oyen.tes modernos: es la recapitulación que no se inicia hasta la segunda
setenta. El prejuicio de Strunk se convirtió obviamente en el propio frase del tema principal, omitiendo totalmente Ja primeraM Se trata de
prejuicio de Haydn y de sus últimos contemporáneos. ¿Por qué fue una costumbre corriente en· la sinfonía de mediados de siglo. Y nos
condenado ese artilugio? Podemos echar a un lado una proporciona, también, una estructura para la segunda mitad:
de las respuestas: no es qne los compositores ni el público. estuviesen
cansados de él. Una mitad del convencionalismo --consistente en iniciar Primera frase del Desarrollo Segunda frase del Segundo grupo
el desarrollo con el tema principal en la dominante_,.... siguió, viva y con tema prindpal tema principal
V ...__VI I
buena salud. Pese a que era a todas luces «indigesta» y anticµada y que
los críticos tanto como los teóricos se quejaban· en los años noventa (sí
que· una relaCi6n simétrica libre respecto de la primera mitad.
no antes) de que era un _artilugio torpe, se la siguió utilizando con
(Está relacionada probablemente con el tipo 3.• del aria; v. p. 51.) Es
frecuencia y, digamos, a gusto de todos, hasta bien entrado el siglo XIX.
evidente que los compositores mostraron ocasionalmente cierta reserva
La popularidad de la «reprise prematura» durante dos décadas· por lo
en cuanto a recoger los compases iniciales, particularmente cuando se les
menos, así como su desaparíción subsiguiente, se pueden entender bien a
había ejecutado ya por segunda vez en la dominante. Esa resistencia
la luz de un confuso deseo de conseguir a la vez simetría y efecto
psicológica a la inoderna concepción de la recapitulación como un
dramático. La necesidad de una siinetría equilibrada siguió siendo
regreso simultáneo a la tónica y al primer tema es significativa: la
siempre esencial en cualq.uier concepción de la sonata en, _todas sus
segunda sección de la sonata nunca es considerada realmente como dos
formas. (Muchas secciones de desarro11o revelan ese aspecto, cuando
secciones absolutamente. separadas hasta el siglo x1x.
12. STRVNK, O.: op. cit. p. 150. 14. La Sinfonía núm. 24 en Re mayor de Haydn combina- este procedimiento con Otro
13. « ... e questi i'itorni poi servono mirabi_lmente a rinforzare l'espressione ed a far de nuestros estereotipos: la reprise empieza con la- segunda frase, esta vez en modo menor.
risovvenire il primo pensiero della sonate medesima» (p. 467). E.-.ta sinfonía data de 1764.
170 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 171
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172 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 173
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,,. auténticamente gracioso en sí, incluso para aquellas personas que no se
dan clienta de que se trata de una broma tejida en un estilo antiguo.
,,,.,. Supongo que la {<reprise prematura» necesita un poco de esa simpatía
o acaso baste también una. inocente ignorancia de prejui-
cios históricos. En cualquier caso, es un error pensar en la existencia de
p modelos fijos de forma de sonata para el compositor del siglo xvw: se
servía probablemente de útiles estereotípos que podía emplear o
p ... abandonar a voluntad. ·
Hasta bien enttado el siglo XIX el punto de máxima libertad dentro de
.. la forma de sonata es la reaparición del tema inicial en la tónica en la
segunda mitad; ¿Dónde se le coloca, qué tanto del tema hay que
120
p
,..., .. ejecutar, habrá que tocarlo .de nuevo después; es más, es necesario tocar
siquiera alguna parte de él? La gran gama existente de _respuestas a estas
preguntas determina la naturaleza y función de la sección de desarrollo y
de la recapitulación. Debido a la libertad de las respuestas, las diferentes
fonnas se fusionan ·entre sí, dejando muy poco margen a cualquier
clasificación sistemática.
En dos palabras, según observara Strunk, la aparición del tema inicial
en la tónica en la 'segunda frase del desarrollo .no implicaba necesaria-
mente que el tema regresara en la tónica ni tampoco que no lo hiciera. Si
no lo hacía, la forrha se aproximaba a la de movimiento lento (es decir,
sin sección centraLde·desarrollo, pero posiblemente con un desarrollo
secundario entre .la reprise de los grupos primero y segundo); si
regresaba de hecho el primer tema, la forma empezaba· a acercarse a la
del rondó de sonata. La situación siguió siendo fluida hasta que
desapareció la «teprise prematura».
Este estereotipo· particular fue destruido por la revolución estilística
de los años setenta. Es entonces cuarido las funciones del desarrollo y la
recapitulación se clarifican inconfundiblemente, distinguiéndose, respec-
¡.-·
tivamente, como intensificación y resolución. La aparición del primer_
1ao ' tema en la tónica al principio del desarrollo queda prohibida consecuen-
<.:-.... ·" :R:.-.:--:..-.:;.;:;:.....-·-.-··--=..--- 1 temente (excepto cuando se emplea la falsa reprise en forma de un
f
F efecto dramático y muy especial), porque desdibt¡jaría la línea tendida
r.-.- entre el desarrollo y la recapitulación. En los setenta el comienzo de la
. __ , resolución suele estar marcado por el regreso del tema inicial, una vez
más en la·tónica (u, ocasionalmente, en la subdominante: Haydn, en su
Cuarteto de Re mayor, op. 20, núm. 4, hace como que inicia la
resolución en el IV, para pasar ingeniosamente al I). La estructura
¡ armónica y temática, aunque siguen siendo independientes, están ahora
coordinadas con fuerza.
¡ ·-
:··::'L.
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176 FORMAS DE SONATA EVOLUCIÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 177
adioses, pero ese contraste actúa de un modo muy diferente. Vemos aquí
el desarrollo entero, seguido de los primeros compases de la recapitula-
ción:
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188 FORMAS DE SONATA EVOLÜC!ÓN DE LAS FORMAS DE SONATA 189
l. Ideen zu einer A"estherik dcr Tonkuns1. escrito e11 1782, cdi!ado en 1806.
2. Véan$e, sobre todo, los estudios de Lewis Lockwood sobre el opus 69 (The Music
Fo.rum, !I, Nueva York, 1970. pp. !-109) y de Roben Winter sobre et opus 131
Studies. vol. II, Nueva York. 1977, pp. 106-137).
192 FORMAS üE $0NAT A EL MoTrvo y LA FUNCIÓN 193
-
Adagio, Cllnt.llblle
lograr una verdadera unidad de textura. Se podría plasmar_ ocasional- [!)
u.rdlol ±_
mente un acompañamiento a partir de los_ motiVos de la voz principal,
-
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Violino !
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pero la solución más fecunda consistiría en aprender a gestar terrias-
partíendo de las fórmulas del acompañamiento. convencional.: Ese fue el l eom Hr41ll
I fi
J
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Vloli.a<:I D
descubrimiento de Haydn, y condujo.también a algunos de los mayores ,
triunfos de Beethoven. · Viol:a.
/'#'"""'"-'
I ;
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El modo más sencillo de transformar el acompañamiento en melodía
--el favorito de 1-laydn- consistió sacar un tema de una repetición de Violo,.c:eUo
.. s .....,
l l J
notas. El comienzo del allegro de la Sinfonía núm. 73 en Re mayor, '
de 1781, muestra esa artimaña en su forma más elemental:
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Una vez ejecutadas en los primeros violines las. cuatro primeras notas del
tema, todo lo que tocan a partir de entonces los segundos violines es·y8:
temático. Mucho más sorprendente, aunque más doctrinario, es el
movimiento lento de la Sinfonía niím. 68 en Si b mayor, escrita alrededor
de 1778:·
198 FORMAS DE SONATA EL MOTJVO Y LA FUNClÓN 199
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Los oboes, fagots, trompas, violas, cellos y contrabajos entran de
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giro melódico del fin de los compases 17 y 19 en los primeros violines se y el movimiento lento de la Sinfonía núm. 62 en Re mayor, de 1780,
convierte en el acompañamiento de los cellos, contrabajos y fagots en el otro. El efecto logrado es, por lo general, delicioso, aunque nos indigne
compás 25. Nos encontramos aquf con la auténtica técnica contrapuntís.: un poco, como si Haydn estuviese «dándose importancia».
tica del estilo de sonata: la melodía y las voces subordinadas se El primer grupo de obras en que ese intercambio de las partes
distinguen minuciosamente, Pero, sin embargo, están formadas¡ con los principales y secundarias se explota a fondo lo forman los cuartetos de su
mismos elementos motívic9s. Este movimiento lento es corno un esbozo, opus 33, de 178L En ese conjunto, no sólo está llena de vida cada parte
aún sin pulir, del famoso lugar del movimiento lento de su sinfonía El instrumental (como lo estaban ya en el opus 20, unos nueve años
reloj, donde_ el tictac pasa de las voces acompañantes al solo de una anterior),· sino que todas ellas exhalan la misma vida con una unidad de
flauta y un fagot. Es significativo que durante los últimos años de la desarrollo motívico que nunca sacrifica la claridad y el altorrelíeve que
tjécada de los setenta experimentase Haydn en varias _sinfonías con temas provienen de una distinción nítida entre la línea principal y ·el acompaña-
compuestos completamente por figuras de acompañamiento. El segtindo miento. Los momentos de ambigüedad existentes son los que mejor lo
tema de su Sinfonía núm. 61 en Re mayor, de 1776, es un buen ejemplo: demuestran (esos momentos en los que, durante una fracción de
segundo, uno no está seguro de dónde está Ja voz principal). El co-
mienzo de su opus 33, núm. 1 en si menor produce este efecto:
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202 FORMAS DE SONATA EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 203
i· más su sensibilidad y elaboración; el estilo sinfónico exigfa un más
p grueso.
" En Haydn están ligados entre sí el motivo y la gran estructura: sus
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formas de sonata se analizan siguiendo el desarrollo del motivo. Como
cada motivo puede penetrar ahora en cada parte de la obra, el estilo de
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sonata adquiere un lenguaje coherente. En su Sinfonía núm. 92
(Oxforá), el alejamiento de la tónica se efectúa produciendo una
inflexión en un fragmento del tema inicial. He aquí la contrafigura del
tema que inicia la modulación al V:
En el compás 3 la melodía es inconfundible en el cello, y los demás
instrumentos acompañan; en el compás 4 uno se da con sorpresa
de que la figura acompañante de dos notas se ha convertido en la
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melodía y que el cello ha pasado a segundo lugar. 3 .El trio del scherzo del
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op. 33, núm. 6, en R·e mayor juega a los oyentes la misma travesura:
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El motivo básico es un fragmento del tema,. el salto de una 'décima en el después de Haydn y de C. P. E. Bach, la variación de acento de los
compás 44. El acento y el peso de ese se desplazan a través de lo motivos principales constituyó un importante utensilio para articular la
que sigue. En el compás 44 estamos en piano y- con J; el compás forma.
l,3eetho.ven Ilevó la fragmentación aún más allá que Haydn,
45 es forte, y la notación cambia, indicando más peso ,1 J l. Hasta aquí do en ocasiones un motivo a una sola nota. En su Sonata en Mih mayor,
las dos notas han sido iguales, y el acento cae normalmente en el pri- op. 81a, Los adioses_, la base motívica es una imitación en tres notas de
mer tiempo. El cambio hacia la inestabilidad empieza con la siguien- una suave llamada de trompa:
te aparición del salto, compás 47, con la segunda nota más larga :y pesa-
da que la primera, una negra con un sforzando: J .L ; en el compás 49 Adagio
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el primer tiempo se debilita todavía más, haciendo que el bajo no entre
hasta el s-egundo tiempo. De ese modo, el acento del motivo va
desplazándose mediante una serie de notas por grados, a partir del
primer tiempo estable hasta aquél en donde el acento va a causar la
máxima tensión rítmica, y donde la modulación convencional del vr al
vr, V del V al V) se ve reforzada por la textura. El sforzando del compás El sonar de la trompa se convirtió en una poética metáfora de la
47 dramatiza el momento y crea una sorpresa por el cambio a una tríada distaricia, de algo que se oía desde lejos (hallamos, por ejemplo, ese
en Si mayor: el acento más fuerte del compás 49 recalca la; mayor efecto, en la introducción a «El tilo» de Schubert). El fin de la
importancia del V del V. Las gradaciones de acento se corresponden introducción invierte el motivo:
paso a paso con la estructura armónica.
El manejo que hace Haydn del corto motivo -bastan dos nntas.._
posibilita la fragmentación. Beethoven lo adaptó incluso a mayor escala.
El .motivo inicial de su Sinfonía núm. 8 tiene su acento inicialmente en el
primer tiempo, según nos indica el fraseo:
El motivo se ejecuta en tono menor, simultáneamente invertido y en intermedio parece salir directamente del motivo. Desde el principio de
estado directo, como parte de la modulación al V: su carrera, Beéthoven explotó la posibilidad de emplear corno temas
sencillas secciones de escalas y arpegios, confiriendo así un significado
temático a los pasajes virtuosistas.
El desarrollo se inicia reduciendo a dos las tres notas del motivo:
7
y se emplea para concluir la modulación sobre V del V:
así como para el tema· conclusivo: lo que constituye la fragmentación extrema y el punto de máxima
tensión. Esto constituye el fin del desarrollo y el comienzo de la re-
transición. El plan más banal existente en el siglo xvnr para una sec-
ción de desarrollo consistía en terminar el desarrollo en una cadencia
sobre la relativa menor, seguida por un regreso al I. Ese esqúema,
empleado muchos cientos de veces por Haydn y Mozart, había sido
ampliamente abandonado por Beethoven, pero lo emplea en este caso.
La relativa meo .lT es Do, y el acorde inicial del allegro es un acorde de
1
La coda de este movimiento inicial devuelve el carácter de llamada Beethoven efectúa en otros parajes la reducción de un motivo a
de trompa al motivo ejecutado con un extraordinario encabalgamiento una sola nota de_ un modo que determina el ritmo a gran escala de una
de entradas en la tóníca que se esfuman suavemente en la sección entera. _Existe un famoso desplazamiento del acento y del ritmo
periódico al final de la sección de desarrollo de su Quinta Sinfonía que
ha dado pie a alguna controversia:
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El bajo constituye a partir del compás 243 una escala descendente, y
debido a su ritmo lo aceptamos como una extensión ·del motivo. Las dos
notas descendentes en 252-253 encarnan una de las imposibilidades de -.,
Beethoven, un crescendo sobre una nota sostenida, que el pianista
puede, de· hecho, convertir en real de alguna manera (o da la impresión
de hacerlo). La superficie del movimiento entero está coneebida en
función de la transformación del motivo. Todo lo que tiene lugar dentro
de la estructura armónica haHa una respuesta en el tratamiento del
motivo en cuanto a acento y rit.mo.
210 FORMAS DE SONATA EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 211
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(Se deriva de la alternancia entre fa menor y Sol b mayor de los ocho pudiendo apreciarse sus ecos en frases como
primeros compases y constituye un lacónico resumen, una dismiriución
de esa relación que es fundamental en esta obra.) El motivo en cuestión
produce el primer clímax:
La aparición siguiente y final del motivo está en la coda, justo antes del
Pi U allegro de la seéción final. Vuelve a señalar una explosión, el final de
una cadencia completa, sempre ff, e introduce de nuevo la armonía
original con que fue presentado:
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230 FORMAS DE SONATA EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 231
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EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 235
234 FORMAS DE SONATA
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236 FORMAS DE SONATA EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 237
cosas y todas las voces siguen sus diferentes líneas sin interrupción, el tema principal presenta dos ventajas: su amplitud, que es compleja y
equilibrio se ha vuelto del otro lado: el primer violín constituye ahora la agitada; y, sobre todo, el obstinado sobre la tónica en los primeros
voz principal; los demás instrumentos, el Esto consti. violines. Transpoi:tado en una quinta ascendente, et obstinado ha pasado
tuye .la forma suprema del principio clásico del acompañamiento ahora a la dominante. Et tema, transportado, está ahora sobre la
obligado que hemos discutido (pp. 195 ss.), según el cual la voz dominante, pero todavía no en ella: la sutileza del procedimiento reside
acompañante puede convertirse en la principal y viceversa. en que, apareciendo después .de una semicadencia sob<e el V, pero
todavía en el I. el tema rec9ge el repetido La de la frase anterior y
El violín I introduce dos motivos: N J J .l:'.Lfi efectúa la. modulación al V siguiendo su paso, sencillamente al ser
l.º) La síncopa: tocado.
Se ha hecho Una -modificación del tema: el Mi de los _violines
2 ··> segundos (nota inicial del motivo 3.º) se cromatiza ascendentemente,
El violín II presenta un tercer motivo con el importante Doq: aumentando la agitación del tema, al que empuja hacia la dominante, La
mayor (compases 71-77). Lo que sigue es un regreso a los cuatro
compases que habían llegado inmediatamente después del contra-enun-
Los metales y las maderas introducen dos motivos más en el ,compás ciado (compases ;íl-54), transportados ahora a la dominante, y converti'
43, ejecutados juntos en contrapunto. El motivo de las flautas y los dos en un extenso desarrollo (compases 77-95). La textura que denomi-
oboes no reaparece hasta llegado el desarrollo, donde proporciona el namos «desarrollo» tiene su adecuado lugar ahí y es algo casi invariable
material principal. en la obra de Haydn; estamos menos seguros de hallarla en el caso de
El contra-enunciado temático (compases 45-50) introduce un nuevo Mozart. El estilo cohtrapuntistico, et movimiento secuencial, la fragmen-
contrapunto del tema principal. Con cada ejecución del tema principal se tación de los temas, son cosas que nos dicen que la función de este pa-
produce una alternancia -a veces ligera-- que clarifica su nuevo saje no reside· en la exposición de un tema sino de un movimiento
signi!icado. El contrapunto que se añade con el oboe recalca el Doq, la armónico: en este caso, la afirmación de la dominante, dándole suficiente
disonancia más importante del enunciado temático, y subraya la inestabi- fuerza y solidez para ·poder continuar la inaudita amplitud y majestad del
lidad armónica del tema. La tónica se ve aún más definida por un nuevo primer grlipo en la tónica_. Ese bajo ascendente de los últimos siete
motivo del violín I ejecutado contra el motivo 2. que tocan. las cuerdas
0
: compases conduce con un entusiasmo creciente hacia una cadencia auténtica
más graves (compases 51-54). Entonces la orquesta entera presenta tres sobre el V cadencia que se ve retardada por el vi.
7
secciones motívicas diferentes, relativamente cónvencionales .aunque El objeto de ese- retardo se evidencia a la primera: el segundo tema
desarrolladas con una brillantez elaborada y estimulante. Esas tres empieza tres notas antes de que se verifique realmente la cadencia, y se
secciones, aunque básicamente del mismo carácter, son surriamente inicia y continúa con la sencilla fórmula empleada en la cadencia. La
individuales: están señaladas en la partitura con A. B y C. interrupción de la textura se pOne claramente de relieve y se· anula a la
vez por la entiada del nuevo tema: de hecho, no nos damos cuenta
A: compases 55-62 siquiera de que se ha iniciado el tema hasta que no se halla bien
B: compases 63-65 adentrado en el compás siguiente. La estructura temática y armónica
C: compases 66-91 están, por lo tanto, muy poco desfasadas, sofisticada técnica que logra
aquella continuidad que los teóricos del siglo xvm (al igual que Koch)
La nota repetida a fines de e nos devuelve directamente a las creyeron necesaria eh la sinfonía, en contraste con la sonata para solo.
síncopas (motivo 1) del tema principal. Esa sección tercera inicia la . Este tema (compases 94-121) recibe también una amplitud proporcio-
modulación con la enfática semicadencia sobre el V, de hecho una nal a la gran extensión del movimiento entero. Presenta una forma
semicadencia superenfática, puesto que su fuerza implica un alejamiento ternaria: mayor (menor) mayor. Se trata de un esquema de segundo
dinámico de la tonalidad que se había establecido hasta entonces. grupo que se hizo muy influyente y fue adoptado a menudo por Schubert
Mozart se ·vuelve entonces hacia -un procedimiertto que es mucho más y Dussek. El giro hacia el tono menor en el segundo grupo constituía
característico de Haydn: recuerda el tema principal a fin de cambiar a la hacia fines _de 1786, cuando fue compuesta la Sinfonía Praga, un
dominante. En ese ntomento de la exposición Mozart está ya por lo estereotipo del estilo de sonata clásico .(v. antes, p. 165). (Obsérvese
general en el V; o si no, cuando hace un trabajo e1,1 gran escala-siendo que la entrada en el regreso al modo mayor, compás 111, ofrece una
la Sinfonía Praga el de más envergadura que él iba_ a emprender en ese yuxtaposición semejante a la iniciación del tema, con una gracia incluso
género--, introduce un tema nuevo. Aquí, sin el recuerdo del más entrañable.)
FORMAS DE SONATA
EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 239
238
Este tema se redondea, igual que el primer tema, por los tres hacerle cumplir su nueva función (compases 189-208). Esta vez la
brillantes motivos A, B y C. .ha la función del tema reside en preparar su propio regreso: consecuentemen-
carácter de-ritornello de este proced1m1ento, derivado del concierto. S1n te, hace lo que hacían casi todas las introdu_cciones de aquella época, se
embargo, lo más original que hay aquí es la permutación los hacia la tónica menor sobre un pedal de dominante a fin de
elementos. Las dos secciones del ritornello son, de hecho, muy d1feren- devolver la tónica mayor. El Fatt del tema se convierte en un Faq; el
tes. La estructura de la sección conclusiva es: contrapunto de las maderas es el de su realización original en el tema
principal, combinándose esta vez con él.
A: compases 121-124 La recapitulación empieza, por lo tanto, después que ha sido
C: compases 125-127 realizado ya parte de su trabajo: los motivos A, B y C han vuelto a ser
Primer tema en contrapunto invertido: compases 129-135 ejecutados en su orden original en la tónica, y el tema principal,
B: compases 136-140 empleado previamente en la dominante (pero no dentro de ella) para
establecer el -Y, ha regresado de la misma manera para restable.Cer el I.
Esto se debe a· que B es el más brillante y estable de los tres, y C Mozart prepara la recapitulación recapitulando y anuncia la tónica con la ,
-igual que antes- cünduce directamente al tema principal con sus tónica. No deseo dar la impresión de que se trata de un procedimiento
notas repetidas. Éstas (motivo l.(>) se ven poderosamente afirmadas por excepcional; Mozart emplea aquí una técnica que ha sido desarrollada y
las trompetas, trompas, cellas, contrabajos y timbaks. El utilizada ya muchas veces antes por Haydn y otros -compositores. Es
tema principal se ha empleado hasta entonces para 1n1c1ar la secc1on en perfectamente razonable conseguir la retransición empleando parte del
la tónica, para iniciar la modulación al V, y para cerrar. la primer grupo en }a_ tónica como antecedente de la nueva entrada del te-
sección en el V: cada una de sus apariciones ha ex1g1do un cambio, ma _inicial. (Es menos .usual el empleo de parte del segundo grupo, esta
siendo el último el más considerable, al apar.ecer entonces el tema vez en la tónica, para la retransición, aunque también hallamos este
ejecutado en forte por primera vez. . recurso.)
El desarrollo se basa, sobre todo, en el tema tocado por las flautas Y La recapitulación9 omite la sección de ritornello ejecutada ya en la
oboes al comienzo del allegro (compases 43-44), el motivo 2.º del tema tónica durante el desarrollo; el contra-enunciado temático conduce a un
principal, y el ritornello motivo A. He aquí el a:te de desarrollo secundario excepcionalmente hermoso que abarca del compás
Mozart en su máxima altura, emparentadísimo (1ncluso temáticamente) 219 al 227. No sustituye al «puente» para mantener el material en la
con Ja fuga de la obertura de La Flauta M.ágic;a. El desarrollo, en tónica y, lo que es más raro, al final (compás 228) da la impresión
cambio, es tradicional en dos sentidos: la frase 1n1c1al en la dominante es incluso de irse a la dominante, por lo que Mozart se ve obligado
ejecutada de nuevo inmediatamente en la tónica, una versión de la entonces a volver a escribir el «puente», a fin de regresar al I. El
«reprise prematura» que pasa casi inadvertida debido a s?lo emplea desarrollo secundario existe por derecho propio o, más bien, por el de
parte del tema principal y el vigor de la textura contrapuntist1ca arrastra un mágico progreso suyo que sirve para contrarrestar la polaridad
el movimiento hacia adelante sin (compases 143-154). tónica-dominante. Introduce el área de Ja subdominante (la subdominan-
Existe en la Sinfonía Praga una diferencia clara entre el desarrollo te_ menor y. después Ja submediante bemol, aun más remota). Nunca
pr9p.ian1ente dicho y. la Esa dife:en('.ia no se .ni.. a una . S;e de-masiado en señalat Jo tradicional que es ese> cambio a la
subdominante directamente después del comienzo de lt;1.._reprise: del aria
cadencia ni a una" interrupción: de la textura; Igual que en.-mlles de otros
ejemplos del siglo xvn1, el desarrollo propiamente cambia hacia l de ópera a la para solo, constituye un importante elen1ento de la
estructura arinór:tica clásica, tan importante que ni siquiera lo pasaron
una cadencia sobre la relativa menor vr (en este caso s1 menor), pero esa
cadencia ,nunca llega; lo que aparece en su lugar es la se_ccí.ón de por alto los teórícos del siglo xv1n. Se le ha eliminado de las definiciones
ritornello. A, B y =·e completa en la tónica. Como A ha constitu1.d_o un normativas de la forma de sonata debido a que el siglo xrx perdió el
importante elemento del desarrollo, esto se efectúa con gr.an facilidad. sentido de oposición de la dominante contra la subdominante.
La tónica entra con naturalidad como parte de una secuencia (compases Es raro, desde luego, darle al desarrollo secundario y ai" cambio a la
176-180), siendo ejecutada una buena parte del primer grupo antes de la 1 subdominante una profundi.dad de sentimiento y una calidad patética
como las que les da aquí Mozart. ·Constituye su última modificación de
entrada de]·tema principal en la tónica, pero sobre la dominante: Tras el
final del desarrollo propiamente dicho, ta retransición vuelve a incorpo-
¡ ese extraordinario tema principal, exceptuando cierto notable croma-
rar el tema principal, con una alteración, ligera aunque maravillosa, para
1 9. __Larsl!n (Mozarr Companion) dice que sólo se recapitula la segunda parte de la
8. The Mozarr Companion, Nueva York, Landon and Mitchell, 1969, p. !89. expos1c16n, pero esto induce a error.
1
240 FORMAS DE SONATA EL MOTIVO Y LA FUNCIÓN 241
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principal 4entro del ritorn.ello final orquestado con miras a una ,brillantez
total, la segunda vez con las dos voces principales invertidas con respecto (
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y la trompa de postillón una señal:
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El movimiento se inicia con una fanfarria para las trompas, seguida por Exposición: 1) Segunda frase del primer grupo.
el motivo de señal: Señal sobre Re.
2} Frase final de la exposición. Tema cadencia! y
confirmación sobre el V.
Señal sobre La.
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,, 1) Segunda frase: regreso al modo mayor.
Señal sobre Re.
.•. -LLi.. - 2) Penúltima frase con el tema cadencia!. Señal
[P' sobre Re.
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Los últimos compases del movimiento dan el regreso de la fanfarria
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inicial, omitida al comienzo de la recapitulación.
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1 : El solo de flauta llena los huecos, señalando los momentos importan-
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- - -·· --· . ···-
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tes en los que la trompa solista no ejecuta su motivo. Son los siguientes:
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su escala en el IV y V.
4
Recapitulación: Paralela a _la exposición.
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_;,_ L I 1 _l _l _L _l J
Cuando la flauta toca su escala, el resto de la orquesta guarda silencio,
•
por lo que su motivo aparece en altorrelieve. La señal de la trompa es
i.. "'- acompañada suavemente.
,..e:: J_ J_
1
L
""" -'-----'
La primera frase de la reprise, con su sorprendente modo menor y
tema conclusivo, permite que la señal de la trompa inicie el modo mayor
"'- y ponga de relieve a la vez el comienzo de la reprise sobre la tónica y
- entre _sola en la segunda frase, igual que hizo en la exposición. La réprise
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La expos1c1on
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246 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 247
partit del V del VI, para pasar por alto después todos los grados
intermedios:
v.
Hay miles de ejemplos de esto, pero he dado ya uno, tomado de la
Sinfonía Oxford de Haydn, en la página· 203. Se trata de algo más
dramático que el método precedente. Una secuencia similar, hallada a
menudo, es la siguiente:
V del n al n;
V al I;
V del V al V.
Son frecuentes los saltos a armonías todavía más distantes o a la tónica
menor; sirven para dramatizar el cambio al V. El efecto más dramático
es el.de una elípse, como la de Beethoven en su Sonata para piano en Fa
mayor, op. 10, núm. 2 (1796-1798), donde se inicia el procedimiento a
248 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 249
un movimiento más rápido del ritmo armónico y terminando en un-ritmo por el esquema de la mano izquierda (que ejecuta 112 + 1/2 + 1/2 + un
mucho más estable. descanso). La unidad más larga, por lo tanto, impone una aceleración;
5) Son posibles otros esquemas, especialmente una división binaria aquí, conduce por ley natural a un calderón o a una ruptura completa de
de la exposición en la que la segunda sección, no la primera, no sólo la textura, cortando el enunciado del tema.
inicia la modulación sino que además la Confirma. Tenemos como
ejemplos el Quinteto en sol menor, K. 516, de Mozart y el Cuarteto en_
Sib mayor, op. 50, núm. 1, de Haydn. La primera sección de este
Allegro r---··----,
¿,_ 26 --!
esquema incluye una fuerte cadencia sobre la tónica. Se dice a veces que J_ J_ .1 .1 .1 .1 J_ 1 .1 l
en el Quinteto en sol menor de Mozart el segundo tema está en la -- ,,
tónica. Sería un error afirmar que la modulación se consigue dentro del
segundo tema, que adquiere una forma nueva y más expresiva una vez
r J_ .1 l I lm..d J_ l
- -
J
que se ha estableci_do la nueva tonalidad. Un segundo tema (o incluso un I ,.+,J.---- ' =
tercero, un cuarto, un quinto, un sexto y un séptimo) puede presentarse
en cualquier parte de un·a exposición de sonata. El segundo tema ut sic u. .l _]_ <:l _¡_ .1 j J_ .1 J_ j J_ J
constituye una reificación metafísica de la que podríamos prescindir l
perfectamente.
6) La alternancia de un fraseo regular (periódico) con otro irregular
o de cambios del período son algo esencial para definir la textura y para
L -J_ """.l
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hacer las articulaciones de la estructura. Sólo lugar aquí para ai _j_ ' .1 _¡_ J_ _[ _]_ -L _¡__ _¡_ _]_
señalar un esquema básico que aparece frecuentemente en las exposicio-
nes y que refuerza el sentido de animación creciente. Se fija una r ,l ::r l l p J l j_ ..J_
periodicidad y después se la reduce a la mitad, pero las unidades L ,l l J_ J_, J_ _:-1 J_ l J_ l J_
menores se suman entre sí, de lo que se sigue un período único más largo --
que el primero. Presento dos ejemplos de entre los miles disponibles, el ' ' '
t
de temas .. Si existe un tema nuevo al comienzo del segundo grupo. la respectivamente, se ,_vieron reconciliadas por Haydn y, sobre todo, por
254 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 255
Beethoven, que hizo uso del contraste radical de unos temas que se seguían, no sólo en Jo temático sino también a través de una reaparición
derivan claramente del mismo material básico. ulterior en el tempo más rápido. Hallamos esto incluso en el aria
Los estilos alemán del sur e italiano tendían a ser más ligeros que las operística: tanto Ja Armida de Haydn, de 1783, como La Contessina de
adustas modalidades propias del norte, por lo que dejaron de manera Florian Gassmann, de 1770, presentan ejemplos en los que parte de la
natural espacio para más pero esto ejerce poca influencia en el lenta sección inicial aparece más adelante, escrita en el nuevo ritmo. La
desarrollo histórico de las formas de sonata, al transformar radicairnente Sinfonía núm. 103, Redoble de timbal, de Haydn y el Trío para piano y
el· esquema monotemático su tema único, para corresponder..a las cuerdas en Mib. op. 70, núm. 2, de Beethoven, constituyen los dos
demanO.as del estilo. Algunas de esas transformaciones son tan comple- ejemplos más famosos de esta técnica. También se pueden hallar
tas que parecen ternas nuevos, cosa que inevitablemente aproxima la reapariciones de la introducción en el tempo original más adelante en el
manera de componer de Haydn y Beethoven. movimiento: la Sinfonía Redoble de timbal ofrece también un ejemplo de
El contraste del carácter depende del contras_te de la función. El tema esto. cosa que hace también el Quinteto con viola en Re mayor, K. 593,
intcial define la tonalidad, siendo esa la razón de que la mayoría de los de Mozart, y la Sonata Patética, Op. 13, de Beethoven.
temas iniciales utilicen muchísimo las tres notas de la tríada de tónica. Los (<segundos» temas encuentran su tonalidad ya definida {<a la
Es.a insistencia en una definición inmediata e inconfundible de la medida» para ellos po.r ta anterior, habiéndose establecido
tonalidad por parte del terna es típica del estilo del último cuarto del ya para entonces la importancia de la obra (en el caso contrario, se diría
siglo xvn1; esa es la razón de que los temas de los compositores menores que no habría ya nada que hacer). Disfrutan, por lo tanto, del lujo de
de ese período (y a menudo los de los más grandes) sean por sí mismos exhibir cualidades ·más expresivas., de ser «característicos», como 1os
menos expresivos y menos- característicos que los de décadas anteriores. denominaron en el siglo xvur y en los comienzos del xrx. Como no
Ninguna forma sonata plenamente- madura podría iniciarse con los ternas definen una tonaiidad sino que se limitan a confirmarla, su ritmo
de la mayoría de las fugas de Bach, ni tampoco por los de la mayoría de armónico es, por lo general, ligeramente más rápido que el del tema
las sonatas de Scarlatti. Los temas iniciales del período clásico son con principal, siendo, a men_udo, menos enfática su dependencia de la tríada
frecuencia más neutrales y más obvia y explícitamente dependientes de tónica.
·1a tríada de tónica que los del barroco. Esa es también la razón de que . 8) Una modulación dentro de una exposició11 exige preparación;
ltts semejanzas temáticas no sean, por lo general, muy impresionantes en es ahí donde hallamos uno de los aspectos más revolucionarios del estilo
sí mismas. Puede haber gran cantidad de permutaciones de las doce de sonata. Para que se produzca una auténtica polarización, el cambio
notas de la escala cromática, pero no tantas de las tres notas de la tríada a la dominante ho puede ser ese cambio secuencial tan querido a
de tónica. La estructura subyacente de una cantidad enorme de temas comienzos det siglo xvtn, sino que requiere unas medidas drásticas; más
iniciales del período clásico está condenada prácticamente a ser casi drásticas en una obra de cualquier envergadura que un breve indicio de
idéntica. Las semejanzas de ritmo y textura son, por consiguiente, V del V del V, seguido de una semicadencia sobre el V del V. El
mucho más per.:;uasivas que las de la entonación de sus relaciones V nueva tónica opuesta a la primera constituye
temáticas. una rel.ai.:;:1on de disonancia, que, por lo tanto, necesita de una afirmación
El primer tema no sólo define la tónica sino que proclama, además, dentro de la obra. La dominante es concebida entonces como una
la importancia de la obra. Cuando un compositor deseaba (como le tonalidad disoliante dentro de la exposición. . ..
ocurrió con frecuencia a Haydn) basar un gran movimiento en un tema Las dos. fuentes principales de la energía son la y
relatiVamente modesto o en uno que no empi:zase bosquejando la tríada la secuencia. A gran escala, la disonancia es, con mucho, la más
de tónica, oomponía, por lo general, una introducción lenta para poderosa. Para maritener una pieza en movimiento, el comienzo del si-
anteponerla al allegro. Las introducciones dan importancia a los comien- glo xvn1 se apoyó principalmente en la secuencia, un movimiento
zos tranquilos, definen la tónica y casi invariablemente cambian a través armónico con Ja fuerza propulsiva de la repetición rítmica. La extensión
de un giro hacia el modo mayor a un pedal de dominante y a una de la disonancia aI nivel de la gran estructura constituye, sin embargo,
semicadencia sobre el V. En su aspecto rítmico lo idóneo es enfocarlos básicamente un invento del estilo de sonata, siendo la tensión dramática
como anacrusas a gran escala, siendo en su aspecto armónico el pedal de de la prolongación de esa disonancia con su resolución equilibradora to
dominante el elemento más importante de su estructura (como también que constituye la cualidad común a todas las díferentes formas de. sonata.
si consideramos su efecto emocional, puesto que produce la sensación de La polarizacjón conduce, de hecho, a! concepto de la sección
que va a ocurrir algo). Una vez que las introducciones lentas se hicieron disonante, que eleva el intervalo o el acorde disonante a una más alta
más comunes en las sinfonfas compuestas alrededor de 1780, fue tal vez potencia: es una sencilla reintroducción de la tonalidad de la tó-
ineyitable que se integrasen más íntímamente con los allegros que las nica no servirá ya como resolución, pero la sección situada fuera de Ja
1
1
256 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 257
tónica necesita ser resuelta en su conjunto. La exposición: es concebida, un alejamiento de Ja-tónica cuando la cadencia inicial de afirmación -de la
por lo tanto, en lo que respecta a su eventual recapitulación, dentro de tónica resultaba demasiado enfática y demasiado terminante. Es dificilí-
un estilo de sonata plenamente desarrollado, constituyendo entonces la simo hacerlo bien; Mozart fue en ello un maestro, y la Sonata para piano
modulación un cambio dinámico que establece la disonancia de lo que en Fa mayor, K. 332, de 1778, constituye un hermoso ejemplo:
la sigue.
Los valores armónicos disonantes implícitos en el material: temático
no tienen ya un objetivo simplemente expresivo, sino que sirven para
preparar la modulación. Haydn fue el primer compositor que relacionó
coherentemente con la gran estructura las disonancias existentes en el
material temático inicial; Philip Emanuel Bach, de. quien tanto aprendie-
ra él, fue incluso más sensible a las propiedades expresivas de la
disonancia, aunque menos consecuente en el empleo que hizo
de la misma. Con Haydn, por lo tanto, la totalidad de los nuevos
elementos --en lo que toca a ritmo •. armonía y figuras de
acompañamiento--:.- y el nuevo sentido de la forma se -ven finalmente
compendiados deptro del estilo de sonata. En- ·las obras de Mozart. la
modulación surgirá a menudo de la introdu,·ción de material nuevo o de
la de uñ.á disonancia inesperada en el contra-enunciado del tema inicial.
Haydn, por otra parte, puso de relieve, a menudo repetidarpente, un
elemento disonante en e.l tema principal hasta que éste producía la
modulación deseada. Estos dos esquemas exigen evidentemente diferen-
tes clases de material temático y se traducen en diferentes disposiciones
de la textura.
La polarización establece un claro cambio del lado del o
sea; de Ja dominante. En las diferentes formas de sonata del siglo xv111
no se podía emplear la subdominante.dentro de la exposición; como no
fuese det modo más superficial. (Discutiremos sucintamente más adelan-
te la costumbre que prevalecería después de ·1800.) Es cierto que
Galeazzi habla en 1796 de la rara posibilidad de pasar a la subdominante
dentro de una exposición (que denomina simplemente «la primera
1
parte») aunque, si 'sabía de algún ejemplo se le olvidó mencionar!o.
Otros autores se refieren en exclusiva a la dominante (y a la relativa
mayor de piezas compuestas en tono menor). Se da el caso de alguna
que otra anomalía, siendo la más extraña la del Quinteto pp. 25. núm. 6,
de Boccherini, de 1778, ¡donde hay una exposición de sonata con un
primer tema en la menor. uno segun.do. en ma; or. y_ un.os temas
1
Las agrupaciones ternarias de los primeros temas son más raras, pero las
encontramos en Schubert (v. p. 270).
11) La exposición_en tres tonalidades--exposición con una segunda
tonalidad entre la tónica y la dominante- puede parecernos un
desconcertante. Si una exposición consiste en una polarización de la
tónica y la dominante (o de la tónica y ·la mediante), ¿cómp puede
incluirse en este esquema la tercera tonalidaQ.? ¿Y cómo es posible que
un esquema semejante se libre de ser forzosámente menos efectivo?
La mayÜría de las respuestas son sencillas, a_unque ninguna de ellas
vale para todos los casos. La exposición en tres tonalidades aparece por
primera vez en la última década del siglo xv1n como una manifestación
de la expansión de todas las formas musicales de esa época. 2 Siguen
apareciendo ejemplos de ella con más frecuencia a partir de 1800.
Se puede dar, sin embargo, una regla general válida para los
experimentos más tempranos: la segunda tonalidad no está del todo
establecida, y se la concibe sobre todo en su relación con la dominante
que va a seguirla. La Sonata para piano en Re mayor, op. 10, núm. 3
(1796-1798), de Beethoven, nos lo. demuestra con toda sencillez; el
contra-enuncia.do inicia la primera modulación:
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.....
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,
"'
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3. Véase mi Classical Style donde aparece una discusión más extensa de la técnica
clásica esencial: Ja expansión interna de una frase (pp. 83-89 y 279-282).
262 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 263
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264 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 265
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266 FORMAS DE SONATA LA EXPOS[CIÓN 267
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La progresión báSica, antes de la expansión, es muy sencilla, y como en
el ejemplo tomado ·del Concierto en Sol mayor, establece una relación
napolitana al V del V, una apoyatura de Solb a un Fa:
J 1
8 .....
La expans1on correspondiente a la tercera tonalidad (Si mayor) se
,.. sitúa entre los Compases 133 y 164: y la tercera no es en
absoluto una tonalidad sino una estupenda prolongación debida a una
serie de acordes de 6/4 de la tríada de Solb mayor (que tampoco
constituye una tonalidad, síno un paso de la progresión que va de Mih
, , mayor a Sib mayor pasando de nuevo por la tónica menor. Y la
expansión sigue así:
,
.... , ,
v.......
C·&
'f '' \'
•r r •r,,,!Jtr
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rts 1,
' •t! i¡f¡ ¡
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El tema constituye una manera de diferir la cadencia quedándose en .una
región cromática, oscilante entre el mayor y el Sol mayor: ni una ni
otro son tratados del todo como tonalidades hasta que el Sol mayor
queda establecido por la cadencia al final de la frase .. Antes de eso, el
acorde de Sol mayor sigue siendo la dominante de Do, que suena como
do menor debido a la arnionía de ton que se· inicia el tema. El
secreto del maravilloso efecto colorista de Schubert reside en que el Mib
mayor no es todavía más que una armonía cromática de otra tonalidad,
aunque es tratada dtirante un breve momento como . si fuese una
tonalidaO. por derecho propio. La dulzura de esi:e tema tiene su fuente en
la ambígüedad, en el intento de mantener-a.lgo gue es esencialmente
transitorio. Esa es la razón de que el brusco .. acortje en Do mayor del
compás 71 tenga el efecto Qe un sentimiento cuya definición no quiere
ajustarse a palabras exactas, aunque implica al mismo tiempo renuncia Y
aceptación, un regreso a algo que se había procurado alcanzar siempre. 4
} _.:·:.,;,.,·;:.:;;.?.Qt
270 FORMAS DE SONATA LA EXPOSICIÓN 271
¡
con un· colorido doblemente exótico. -El do menor setransforma primero
en su relativa mayor, Mib, y después en su propio modo mayor, el Do
mayor, antes de que se le pennita seguir adelante. El juego de Schubert
con las relaciones mayor-menor es una· cosa obsesiva al final de su corta
vida y adquiere aquí su estatura más magistral.
El tour de force del alarde schubertiano del manejo de la exposición
en tres tonalidades aparece en su última sonata para piano en Sib mayor.
}lallamos la siguiente estructura:
"§ ....
J'"!
Compás 45 70 71 72 73
"
:i 1}
9'•" [ ''r f
' V del V
Segundo grupo
5. La misma progresión básica que subyace a eSte pasaje había sido empleada unos
años antes en otra· de las exposiciones en tres tonalidades. de Schubert, la del Gran Dúo. Se
alcanza la tonalidad inteimedia --entre la tónica y la dominante- mediante una brusca
transposición de todo el ·material un semitono ascendente y luego descendente.
1
1
1 1Í'll '] 11i ll_
La segunda tonalidad en la .exposición del movimiento aliegro Lebenssrü:rme, para
cuatro manos, de 1828, está enmarcada por modulaciones paralelas de una manera aun ¡_nás
impresionante. Esos paralelismos reducen la energía polarizada de las exposiciones
convirtiendo la opósición -de las tonalidades en un movimiento secuencial. Es donde
Schubert 'ejerce una influencia más poderosa en las generaciones posteriores.
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278 FORMAS DE SONATA EL DESARROLLO 279
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r 1 1" 1 principal y a un tutti completo es llevado a cabo por las tres notas
ascendente!' las violas, cellos y .contrabajos sin continuo.
\1: J/' T ]" 1 Se podría compilar una -amplia antología a partir de 1770 de las
maneras de evitar una cadencia sobre el vr al {inal del desarrollo. La
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y :1 l". 1 técnica de Mozart, como ser(ª' de esperar, es la rnás acabada. El final del
desarrollo de su Sinfonía en-Mib mayor., K. 543, constituye, tal vez, el
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Clementi simula que· va a haber allí una cadencia firme sobre el v1, y
presenta el trino para hacérnoslo creer. Cambia entonces la
armonía al V7 del I en el compás 175, y sigue adelante con la re-
capitulación.
El ir del V del vi al 1 constituye, como muestra Clementi, una
elipse. La forma original de cadencia auténtica sobre el vi seguida de una
retransición, aunque breve, sigue siendo el modelo original. Y es
Mendelssohn quien hace el más sorprendente empleo del mismo. La
obertura de El sueño -de una noche de verano empieza así:
Lo_,._j_
Allegro dt mallo
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2 Flautl
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2 Obol "' "' "' . "' ..
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2 Fagottl
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2 Corni "' " " "'
In E ,.
La cadencia se detiene cuando falta un acorde para la 'resolución: el v1 .
grado es sustituido por un compás de tres compases de ·
p
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retransición conducen inmediatamente a la repr1se.
Tal vez el empleo más ingen.ioso de este movimiento del Y al VI a la
recapitulación está en la Sonata en Re mayor, op. 40, n?m. 3, de
Muzio Clementi (publicada en 1802), cuyo efecto es tan poet1co como
ingenioso:
286 FORMAS DE SONATA EL DESARROLLO 287
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292 FORMAS DE SONATA
EL DESARROLLO 293
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igual que la reprise prematura, hace primero un giro al IV. La mayoría
de los oyentes que la escucharon por primera vez tienen que haber caído
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en la trampa de esta teprise, creyendo, con una sensación incómoda, que
el desarrollo se había pasado de corto. Esta humorada sigue dándonos
p·
·- "'"' ·-:¡;: ·- -
gusto después de haberla escuchado muchas veces.
El resto del desarrollo no es nada convencional en cuanto a
"' proporciones; tiene· una cadencia. final convencional sobre et VI en el
compás 123, seguida de una retransición muy larga. Tan larga, de hecho,
:11·
1 J_ J p
1 -J.L •• 1• p J_ I I 1 que gran parte de ella debe considerarse como un desarrollo adicional (a
-
1 -¡ JI::'l' ,1-1-1 aquellas alturas Haydn se había acostumbrado ya a añadir Q.esarrollos
siempre que le venia en gana). Los compases del 123 al 150 constituyen
Ir .1 J I I' J l' -r una preparación de la tónica: el compás 139 ha logrado ya establecer el I
- p y se dedican entonces diez compases a hacer que parezca inevitable el
"' regreso del comienzo. La reprise auténtica se inicia en c::I compás
294 FORMAS DE SONATA EL DESARROLLO 295
Violin
....
Allegro mockrato
Violoncello
f
..
¡;
f
'1's
...
11. La recapitulación
\
302 FORMAS DE SONATA LA RECAPITLLACIÓN 303
dad de una :identificación parcial de la tónica eon las frases iniciales de:o;arrollo de la Sonata para dos pianos, K. 375a (448), de Mozart,
resulta naturalmente más grande y apremiante al el tema inicial empieza con un tema nuevo de ese tipo en la dominante, y es resuelto de
más <<característíeo» (en el sentido en que se utilizaba esa palabra en los un modo correspondiente al fin de la recapitulación; el terna nuevo en la
siglos xv111 y XIX, con la ·significación de <<idiosincrásico, expresivo, lleno dominante que inicia el desarrollo del primer movimiento del Concierto
de carácter»). . para piano en La mayor, K. 488, de Mozart, reaparece también en la
Eso no implica que en los años ochenta se conservase siempre en ·la recapitulación en la tónica.
recapitulación el orden del material empleado en la exposición. En el En !Os movimientos finales --estén o no en forma de rondó--
caso de una exposición vuelve a emplear el primer tema para hallamos a veces mate.ria! nuevo introducido en el desarrollo en la
empezar el segundo grupo, o que contiene una modulación extensa y subdominante (por ejemplo, el movimiento final de la Sonata en Fa
elaborada a la dominante, ese orden se hace francamente difícil de mayor, K: 332, de Mozart, que no tiene otras características de rondó).
sin una modificación considerable. Los carnbi?s en el Un material como ése no necesita resol.ución. La subdominante desem-
n1at'erial eñ la recapitulación rara vez son decorativos; tienen un peña un papel especial en el estilo sonata: actúa por sí misma como una
significado estructural. Lo que tiene que reaparecer en la fuerza de resolución, como una antidominante, de hecho, produciéndose
-siendo esto una regla que mantiene su vigencia desde los comienzos por otro lado en 13: segunda mitad de la sonata una tendencia a cambiar
mismos. de cualquier cosa que pqeda recibir el nombre de estilo so11ata-:- hacia la subdominante y las tonalidades bemoles relacionadas. Surgía allí
es el segundo grupo, o al menos cualquier parte de él que tenga un incluso una especie de rec<1pitulación degenerada que no empezaba en la
aspecto individual y característico, cosa que carece ya ?e análogo el tónica, sino en la subdominante, y que hacía posible una reprise literal
primer grupo. Un tema que sólo se ha tocado en la dominante constituye de la exposición, transporta.da una quinta más abajo. El ejemplo más
una disonancia estructural, carente de resolución mientras no se la haya conocido está en la pequeii.a Sonata para piano en Do mayor, K. 545, de
transportado a la tónica. La de ese confirma la Mozart, pero existe . Yª ese rasgo casi desde el comienzo de las· formas
articulación de la exposición en secciones estables y disonantes. de sonata (v. P: 156). Fue adoptado con entusiasmo por Schubert, quien
Esto constituye menos un canon de composición, por lo tanto, que un Io empleó en mucJras de sus obras tempranas. 3 Existe, sin embargo un
sentido del equilibrio estético esencial de fines del siglo xv1n. En los papel más interesante ·de la subdominante, en la sección de desar;ollo
pocos casos en que aparece conculcado, o bien el tema del segundo secundario, donde_ supone, de hecho, la fuerZa generatriz.
grupo que no aparece en la recapitulación es sustituido en ella por un La secc.ión de secundario aparece en la gran mayoría de las
pasaje de un carácter y forma armónicos significativamente similar (por obras de fines del_ siglo xv1n justo al comienzo de la -recapitulación y a
ejemplo, en la Sinfonía núm. 75 de Haydn, donde los compases 52-55 menudo con la segunda frase. A veces no tiene más que unos cuantos
están representados armónicamente por los compases 135-140), o bien el compases de longitud, pero en ocasiones es verdaderamente extensa. El
tema. ha hecho ya su aparición en la tónica en la sección de desarrollo, objeto de esta $ección reside en reducir la L • ·,,,-)]\ armónica sin sacrificar
como o.curre en el primer movimiento de la Sinfonía en Mib mayor, op. el interés; introduce una alusión a Ja subdominante o a las tonalidades
9, núm. 2, de J. C. Bach o en el Cuarteto en Sol mayor, op. 77, núm. 1, «bemol» emparentadas con ella_ El empleo de la tonalidad del IV _grado
de Haydn. En. este último ejea1plo, el tema sirve para preparar Y fue familiar entre los teóric/.--; del siglo xvnx. En su def:cripción de la
restablecer la tónica, y la sección de desarrollo se ha en recapitulación, Koch llama la atención sobre ella; insiste además en·
correspondencia, de parte de .la .función de resolución. Puede la ausencia de una cadencia en el IV. lo que implica que debe
misma observación en l;:i. sonata- para piano en do menor, K .. 457, de introducirse la mádulación como parte de una sección con carácter de
Mozart, de 1784: uno de los temas del segundo grupo nunca reaparece "desarrollo. Koch recomienda ·también la abreviación del primer grupo
en la recapitulación, pero ha sido la de ( vorzüglichsten Sii.tze werden nun gleichsam zusammen gedrii.ngt»),
llo en Ja subdominante. Esto es una 1nconfund1bl.e 1nd1cac1ón del papel ast el completo del contenido temático del segundo grupo
de la subdominante como sustituta de la tónica dentro del lenguaje ( «endltch wird. die zweyte Hiilfte des ersten Perioden, diejenígen melodis-
clásico vienés. chen Theile des ersten Perioden, die dem Quintabsiitze in der Quinte
Por otra parte, cuando el desarrollo contiene material nuevo, puede folgten, in dieser Haupttonart wiederholt»). 4
ser resuelto también dentro de la recapitulación. Esto no se aplica al Sería un error identificar la aparición de la subdominante en Ja sec-
material nuevo relacionado, de un modo inmediato y evidente, con uno
de los temas principales de ln exposición, como ocurre en la Sonata para
. 3, Para una importante recapitulación iniciada en el IV, véase el Trío con piano en
piano en Fa mayor, K. 332, de Mozart, sin9 a un material cuyo carácter Mtb mayor, op. 96, de Hummel. catalogado a veces también como op. 93.
1
se manifiesta como diferente de cualquier otro de la exposición. El 4. KocH, H. C.: Versuch einer Anleitung zur Composition, Leipzig, 1793, III, p. 311.
\\
304 FORMAS DE_ SONATA LA RECAPITULACIÓN 305
ción de desarrollo secundario con una alteración necesaria de la armonía Esto podría demostrarse del modo más fácil mediante un caso
para transformar una exposición que va de la a la dominante, en extremo, un famoso· pasaje de desarrollo secundario en el que Beetho-·
una recapitulación que permanece en la tónica. El desarrollo secundario
¡
1 ven convierte en subdominante una,tonalidad de dominante. Ese pasaje
la mitad de las veces reestablece uno de los temas del .primer grupo, lo es el comienzo de la reprise de la Sinfonía Heroica, en donde el de
que hace necesario un nuevo cambio más adelante de Ia sección a fin de los ceUos es interpretado como si fuese un lo que nos conduce a un
llevar el segundo grupo a la tónica. La Sonata Waldstein de Beethoven nuevo desar10Ilo:
ofrece un ejemplo muy sencillo. Entre el retorno de los compases 12 y 14
de la exposición: .. m:
394
i
1
'
1
j
1
la recapitulación interpola un corto desarrollo en la dirección _de los
bemoles (o subdominante):
,,:;
410
_¡
Esta introducción del área de la subdominante (Reo mayor, Mio mayor,
y do menor) sirve para hacer más decisivo el de la tónica. 5 Es el
restablecimiento del equilibrio armónico tanto como la necesidad de '"'
variación lo_ que le da a su función al desarrollo secundario. ·
Comoquiera que, al menos en teoría, todas las obras del estilo sonata
están compuestas dentro de un sistema armónico de temperamento
igual, una tona1ídad de subdominante o no un
valor absoluto; el dar la vuelta al círculo de quintas. en la d1recc1ón de la
dominante nos llevará enseguida al área de la subdoininante, y viceversa.
En consecuencia, un parentesco tonal se define según la manera como
nos aproximamos a él.
El modelo a seguir en la primera década del siglo xrx fue Mozart: fue
él, más que Haydn, quien determinó la forma que- iba a adoptar la
sonata, excepto en Francia, donde el ejemplo de Haydn reflejó su
influencia en Méhul y en Cherubini. En consecuencia, a panir de ese
momento podemos hablar de una forma normativa, constituida básica-
mente por una generalización y una malinterpretación de Mozart por la
generación de Beethoven. Esa es la forma estándar definida en las
primeras páginas de este libro. Hacia 1810 existía la cre_encia general de
que Haydn había inventado el nuevo estilo instrumental y de que Mozart
lo había perfeccionado.
Semejante mito, _aunque necesario para entender bien el siglo x1x (se
convirtió en parte _esencial de la historia) empieza ya por falsificar
nuestra idea del cambio de siglo, cuando en la música de compositores
como Clementi (en sus ú_ltimas obras) y Dussek hay un interés renovado
por concentrar la expresión en el adorno, por las posibilidades coloristas
de la textura y por los gestos dramáticos permitidos por el impresionante
pasaje virtuosista. Existe también extraordiriaria elaboración del detalle
en las obras de Weber y Hummel, elaboración que crea una .serenidad
relajada, imposible de lograr en el estilo sonata, de organización más
rígida, del siglo xvni. Las grandes formas instrumentales, ·sin embargo,
se -convierten en un género clasicista;· se _toman como modelos. al
principio las obras de Mozart Ydespués, más adelante, las de Hummel y
las del período temprano y medio de Beethoven. Existe, sobre todo, un
intento de agrandar esas formas, de aumentar la longitud de las
seccíones. al tiempo que se conservan algunas de las proporciones de la
frase individual. Esa tendencia clasicista puede apreciarse ya en las
primeras obras de cámara de Beethoven y en las de Schubert, así como
en sus sonatas y sinfonías. Es básica en ella una concepción esencialmen-
te nielódica de la forma sonata; la exposición se convierte en una
sucesión de temas, separados por desarrollos de enlace.
La evasión de Beethoven de aquel proceso c.Iasicista se ve confirmada
310 FORMAS DE SONATA BEETHOVEN Y SCHUBERT 31l
por las sonatas de su opus 31 y por la Heroica. AnteS de ese momento, Su cuidadosa resolución de la mediante y la submediante com(i
sus obras se basaron clara111ente en modelos mozartianos, como ocurre sustitutos de la dominante es característica. La exposición de la
con el Concierto para piano núm. 1 y con el Cuarteto en La mayor, op. Waldstein va de Do mayor a Mi n1ayor. El proceso de resolución de su
18, núm. 5. Algunas de sus primeras obras ofrecen una construcción un es elaborado; el comienzo del segundo grupo eS interpre-
tanto libre a base de contrastes de temas,- con la relación de la tónica y· tado primen; en submediante La' mayor (en un equilibrio simétrico
la don1inante debilitada por largas transiciones cromáticas, como en la respecto de la mediante Mi), después, en la menor y, por último. en Do
Sonata para piano en La mayor, op. 2, núm. 2. La Heroica reafirma mayor, lo que da una resolución absoluta. El comienzo de la recapitula-
la oposición binaria directa de tónica y dominante que conservó en ción, a mayor abundamiento, contiene, en la segunda frase, el desarrollo
lo sucesivo. Pero siguió haciendo experimentos el resto de su vida secundario tradicional con un cambio hacia el lado de la subdominante
con sustitutos de la dominante: por lo general, con la mediante y citado en la página· 303.
la submediante (por ejemplo, las op. 53, 106 y 127). Sin emb.argo, Este sentido de la resolución del material diSonante persiste en todas
esas fnediantes y funcionan dentro del gran sistema corno las obras de Beethoven y lo sitúa aparte entre sus contemporáneos. Et
dominantes; es decir, crean una disonancia de gran envergadura contra primer movimiento de la Sinfonfa Heroica contiene evidentemente
la tónica, proporcionando así la tensión necesaria para avanzar hacia un nuevo material ten·tático que se oye en las remotas tonalidades de mi
clfmax central. Por otra parte, su aparición se prepara siempre de tal menor y la menor. Ese material no se puede tocar en la tonalida,d mayor
manera que la modulación produce una disonancia de más potencia y sin caer en el absurdo y por ello Bcethoven torrlti medidas especiales.
mayor excitación que la que creaba la dominante de costumbre, sin para resolverlo: al comienzo de la coda se le oye primero en fa menor, la
perturbar la unidad armónica. relativa menor de Ia subdominante, y después en la tónica menor
He tratado a Beethoven todo el tiempo como si fuese un compositor como introducción a un .pasaje increíblemente largo que no hace otra
de fines del siglo xv11r. El clima emocional de su música es, por supuesto, cosa que repetir una cadencia de V-I una y otra vez en Mib mayor.
el de las eras napoleónica y posnapo1eónica, y es así también el Tal vez la inás asombrosa de las resoluciones de sonata de Beethoven
contenido ideológico de la misma. Jeas Peter Larsen insiste en que hay está en el primer movimiento del Cuarteto op. 132. La exposición pasa
que practicar un corte estilístico entre Beethóven y sus predecesores, de la tónica a la submediante (la menor a Fa mayor); Ja sugerencia de
debido a que su música es mucho más ruidosa. Aunque a Mozart le subdominante del Fa mayor que es ligera en este caso es compensada
gustaba oír su música mucho más fuerte de lo que solemos creer (era tras un desarrollo muy breve por una repetición de la exposición desde la
feliz cuando podía disponer de cuarenta violines y dieciséis contrabajos dominante a la mediante (mi menor a Do mayor). Tanto el primer grupo
para tocar una sinfonía), no hay duda de que Beethoven hacíá mucho como el segundo se resuelven a continuación elaboradamente en la
más ruido -aunque no tanto desde luego como compositores franceses tónica. La sección central actúa en lo armónico como un desarrollo, y en
tales como Méhul o Lesueur cuando les proporcionaban el poderío de lo temático, como un-a recapitulación, que provoca entonces una segunda
masa adecuado para alguna obra conmemorativa patriótica-. De todas recapitulación, esta vez en la tónica, aunque con desarrollos temáticos. 1
maneras, tengo la impresión de que la mejor manera de entender la Las 9bras deI último período de Beethoven representan con frecuen-
estructura y el estilo de la música de Beethoven está en verlos como una cia, y sin duda alguna, una contracción, o incluso una destilac;ión del
extensión de los de Haydn y Mozart. Y de hecho son las obras del procedimiento clásico, y no una expansión del mismo. El comienzo de su
período final.. de Beethoven las que están más fundamentalmente Sonata para· piano en Mi mayor, op. 109 (1820), muestra esta determina-
emparentadas con el estilo· vienés clásico, a pesar de sus evidentes ción a. abreviar sin perder nada:
idiosincrasias personales; o, acaso mejor dicho, debido a ellas.
El lenguaje tonal se vio sujeto a un cambio .durante la vida de Vivace, ma non troppo
Beethoven; la subdominante, sobre todo, perdió su antitética función
de opositora a la dominante, para convertirse en otra tonalidad más
íntimamente emparentada con ella. Si la obra de Beethoven sólo sigue
siendo inteligible como una parte y extensión de la tradición dieciochesca
del estilo de sonata, se debe más que nada a que él observa esa clásica
distinción. Ni en una sola ocasión emplea la subdominante dentro de una
l. Existen estructuras comparables en Haydn, especialmente en las sinfonías núm. 75
forma de sonata como !o hizo Schubert. Beethoven conserva, sobre v núm. 89,- en las que las secciones de desarrollo conservan e! orden temárico de una
todo, el sentido clásico de \a resolución de una disonancia a gran escala 1.·xposición. si bien con Ja estructura armónica de un desarrollo, permaneciendo las
mediante el restablecimiento de un equilibrio simétrico. recapitulaciones en la tónica, pero los temas y cambiando su orden.
312 FORMAS DE SONATA BEETHOVEN Y SCHUBERT 313
violín y piano en s6l menor. op. 137, núm. 3 (D. 408) de 1816 tiene la
estructura siguiente:
(Mozart)
t:Nri""" f,,
J.q/,f
No cabe duda de que ese el método con que aprende su arte cualquier
compositor. Pero se pueden halJar ejemplos similares de los últimos años
,.,,
¡¡.,L41J.Á de la corta vida cte- Schubert tomad'üs ·de sus numerosas remiriiscen.Clas de
los opus 28 y 31 de Beethoven en sus últimas tres sonatas de piano.
Algunos de los _materiales adoptados son transformados en puro Schu-
bert; su origen es, por lo tanto, irrelevante.
Esta caracter:i'.stica distingue los últimos «préstamos)> de Schubert de
los que tomara también Beethoven después de la Heroica. Beethoven
adaptó sus fuentes (generalmente mozartianas) a un objetivo más
dramático: ·realzó su efecto, las hizo más poderosas y aumentó su
enverga.dura. En el caso de Schubert, cuando la fuente no es irrelevante
...:_una especie de recuerdo involuntario, Un estímulo exterior a su
imaginación creadora- la adaptación suele constituir un fracaso. t:]
Concierto para piano nµm. 4 en Sol mayor de Beethoven no desmerece
de los conciertos K. 453 y K. 503 de Mozart. de los que toma material
prestado. El hermoso movimiento lento del Gran Dúo de Schubert se
empequeñece un poco en cuanto' nos recuerda las sinfonías núm. 2 y
núm. 5 de Beethoven; desgraciadamente, haY momentos en que las
fuentes significan mucho. Beethoven se apropió de lo que halló en otras
partes; Schubert siguió empleando las obras de otros como modelos.
A diferencia de Beethoven. Schubert rompió en ocasiones con la
clásica oposición existente entre la dominante y la subdominant.e: en ese
" aspecto, es el verdadero precursor de la generación romántica nacida
alrededor de 181b. El movímiento final de su Cuarteto en Sib mayor de
1812 tiene su segundo grupo en el IV. y el Cuarteto en sol menor
de 1815 tiene un movimiento final cuyo esquema binarío es:
1-IV. V-!
(Schubert) forma que utilizarí.a más adelante en el movimiento final del Quinteto La
Alli:-g.-o. Trucha. de 1819.: ·Tanto Sthubert, como más adelante Schumann. no
veían nada absurdo en el hecho de que una exposición fuese del I al IV.
El comienzo de una recapitulación en el IV es empleado también con
más frecuencia por Schubert que por ningún otro compositor. Es
significativo que abandonase esos dos procedimientos en sus últimas
obras, en las que Jlega a su máxinio refinamie11to en el manejo de la
forma clásica.
FORMAS DE SONATA BEET1t0VEN Y SCHUBERT . 317
316
Las innovaciones de Schubert en las formas de sonata constituyen
menos unas extensiones del estilo clásico que unas innoVacione_s ábSÜ!u-
tas, que condujeron a un auténtico estilo nuevo _(al menos, a un estilo
que no se puede incluir fácilmente en los. términos clásicos). ·Antes
hemos tratado (pp. 268-273 y 289) su manejo de la tonalidad .en las
exposiciones y su empleo de -la secuencia. Tenemos ahora ocasión de
mencionar otra innovación suya, tal vez la_ mayor de todas: la oscilación
entre dos planos tonales que se traduce en una especie de estasis. Dos
ejemplos de sus últimas sonatas para piano muestran este nuevo arte;· el
primero es el comienzo del desarrollo de la Sonata en La mayor (D. 959)
de 1828: ·
Schubert utiliza sus desarrollos para componer nuevas melodías con los
motivos de ltt exposición. La frase periódica es, de hecho, más regular
que !ª _de la exposición, pero la armonía de esos períodos constituye un
mov.1m1ento aparente que oculta el hecho de que no hay un movimiento
auténtico hasta los compases 168-170. En ellos hallamt:Js también la
primera ruptura dentro de una serie de frases de cinco compases:
161-165 do menor
166-167 eco -de los últimos ocho compases
168-172 -.¡. la menor
173-179 tnusporte a la menor de los compases 161-167
180 pedal dé dominante para preparar la recapitulacíón.
BEETHOVEN Y SCllUBERT 319
318 FORMAS ·oE SONATA
1C:r:r;:::-=rooi==
Hay una oscilación de Do a Si hasta que entra la tónica menor con
una interrupción en el ritmo de Ja frase. La ausencia de un movimiento
1
armónico auténtico crea una tensión notable, pero no se trata de la
tensión del desarrollo clásico tradicional; esperamos que ocurra algo,
1
pero no se trata de una preparación para el regreso de [a tónica, ni de
Ir
una cadencia de ningún tipo. El regreso de la tónica (compás 168) no Se
percibe de hecho corno tal'; el pedal de domina:flte que sigue a este
1é:Fool!:S?D
pasaje, sin embargo, no es sino la preparación más convencional, que
aparece al final. De hecho, nos prepara para algo que ya está presente.
La sección de desarrollo de la Sonata en Sib mayor es todavía más
radical. Allí la estasis es la verdadera preparatión para el regreso del I al
final del desarrollo: .
i
1
'
1
'1 1¡;:;!!1 [·7:11111111=
1
1
'
La <_>Scilación es este caso entre do menor y Si b mayor, y la
don;1nante, Fa, introduce al principio, de ta! manera que elimina su
dominante: en los compases 176 y 182 Ja tríada de Fa 1nayor
ha suprimido todo su poder convencional, y el V 7 del V (fin del 177 y
320 FORMAS DE SONATA
, :ar
E! grandioso éxito cosechado por Brahms con la forma sonata no ilumina
la absolüta indiferencia que tuvo Wagner por- .ella (exéeptuando un
ensayo temprano). Por otra parte, y por mencionar dos compositores
contemporáneos que emplearon esa forma durante toda su vida, Brahms
y Bruckner, una comparación entre ambos dice muy poco acerca de la
r
ti· - - ....., .._.
c-:1
forma y sí solo un montón de cosas acerca de la diferencia de sus
relaciones con respecto a Schubert y Beethoven.
Resumiendo, mientras gran parte de la historia de la música que va
de 1740 a 1828 se puede escribir en torno al desarrollo y los cambios de
las técnicas de la sonata, cualquier intento similar referente a tiempos
posteriores estaría condenado, o bien a crear un contexto falso en el que .- 4 :e:
todos los detalles se malinterpretarían, bien a presentar detalles disper-
sos y fuera de contexto, ordenados sólo de acuerdo con la cronología y,
por lo mismo, carentes de cualquier enfoque histórico genuino. En lo
que sigue trato sólo de indicar sucintamente· unos cuantos de los
problemas existentes, problemas que sugieren básicamente la generaliza-
ción siguiente: el prestigio de la forma constituyó una fuerza conservado-
ra en la historia de la mú:-:ica romántica y posromántica, que actuó como
freno sobre la mayoría de los desarrollos más revolucionarios. Es
indudable que en ocasiones proporcionó un conducto bien construido, No cabe duda de que Hummel cita aquí el final de la Sinfonía Júpiter:
aunque de diseño artificíal, a los nuevos mbdos de expresión. La está menos claro, en cambio, si la varía deliberadamente o si no recuerda
discontinuidad de la historia de Ia forma sonata tiene, por otra parte, un exactamente cómo va. En cualquier caso, es difícil adivinar el de
extraño resultado: !as utilizaciones más originales de esa forma --obra sus alteraciones menores. La cita, no la imitación, es la formá. propia de
de Brahms y Bartók, entre otros- no parten del trabajo de la homenaje que se quiete hacer aquí y esto es algo muy diferente de lo
generación anterior nl edifican sobre lo que había hecho ésta, sino que que acostumbra a hacer Schubert. Hummel cita la Júpiter porque es una
vuelven a Haydn, Mozart, Beethoven y SchuberL obra maestra famosa y eleva su coda hasta el súmmum.
Después de· Beethoven, la sonata fue el vehículo de lo sublime. El comienzo del opus 1 en Do mayor de Brahms hace una
Desempeñó en la música el mismo papel que la épica en la poesía, y el «reverencia» parecida y con pretensiones parecidas:
gran fresco histórico dentro de la pintura. La prueba de la artesanía
musical fue la fuga, pero la de la grandiosidad fue la sonata. Daba la
impresión de que sólo a través de la sonata podían realizarse las
ambiciones musicales más excelsas. La ópera, debido a sus aspectos
extramusicales, fue sólo la segtinda mejor opción. La música pura en su
estado más aquilatado fue la sonata.
La coda del último movimiento de la Sonata en fa menor, op. 20, de
Hummel transluce esas aspiraciones:
324 FORMAS DE SONATA LA FORMA SONATA DESPUfS DE BEETHOVEN 325
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328 FORMAS DE SONATA LA FORMA SONATA DESPUÉS DE BEETHOVEN 329
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330 FORMAS DE SONATA LA FORMA SONATA DESPUÉS DE DEETHOYEN 331
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336 FORMAS DE SONATA LA FORMA SONATA DESPUÉS DE BEETHOVEN 337
que una estructura grande dependa de un detalle insignificante, un Compases 1-16 menor/La mayor J Tritono
cotnµás de más en medio de una larga secuencia. 50-65 [do menor/Mí b mayorJ Tritono
Los compases 351-396 recapitulan ahora los compases 160-189, de 190.205 may0<
nuevo con un cambio: el sib menor no conduce a su propia dominante,
o
sino que se emplea como dominante para preparar el regreso del tema
en mi b menor menor). Como el tema principal fue primero de 239-254 la menor!Do mayor
Tri tono
menor a La mayor, se limita ahora a pasar de re# menor a la tónica de 381-296 do# menor/Fa.f< mayor
Fa mayor. Podriamos decir que este momento constituye, de- un modo
extraordinario, la primera indicación de que es la tónica de este Cornn esta estructura no obedece a una derivación temática, y habida
movimiento (y los sesenta compases de coda que siguen son los únicos cuenta (al menos antes de Sch6nberg) de que de ningún modo
que están sólidamente situados en la tonalidad de tonalidades situadas a un tritono de distancia pue9-en desempeñar la.s
He aquí, p_ara máyor comodidad, ·Un ·resumen de esos paralelismos: funciones de uila tónica y una dominante, ni siquiera de un ·modo
rudimentario, ese parentesco tritonal sólo se puede oír en esas asombro-
Exposición Recapitulación
sas modulaciones de corto alcance (Tema B, compases 17-24, 66-73, y .
206-213). Difícilmente podríamos hablar de esa polarización tan vital
Compases Tema Tonalidad Compases Tema ToMlidad para las formas de sonata del siglo xvm. La ambigüedad del menor/
1-16 A fa " menor/La mayor 19(}.205 A n
fa menor/La mayor La mayor bastaría para excluir ese puqto.
17-24 B la rtk:nor-+ Mib mayor 206-213 B !a menor -+ Mí b mayor La existente entre la exposición y la recapitulación en este
__,,.Do mayor
25-32 C' mayor 214-221 e• Do mayor movimiento ha: sido por Schumann y dispuesta como una
32-38 D Mi b mayor 221-227 D Do mayor gigantesca secuencia apoyada por secuencias internas. Han desaparecido
39-42 C' Mi (n sobre V) 228-231 C' Do mayor (n sobre V)
43-49 e' Mi mayor - do menor 232-238 C' Do mayor - la menqr casi totalmente la e;xposición como oposición y la recapitulación como
50-65 A do menor/Mí b mayor 239.254 A la menor/Do mayor resolución. Más aun, tanto si el centro tonal se considera situado en fa#
66-73 B mi b menor - La mayor 255-262 e• Mib mayor menor como si se le considera en ·La mayor, la casi por
74-85 D La mayor __,,. fa" menor 262-275 D Mí h mayor __,,. do menor
Só-97 C' fa U menor 276-287 C' do menor entero en Do mayor y en Mib mayor, resulta por su estructura más
98-114 C' __,,.La mayor 288-304 C' __,,. Mib mayor disonante que la «exposición>> en Mib mayor y La mayor. En una obra
114-125 E La mayor 304-315 E Mib mayor de tales dimensiones la resolución es diferida todo lo más posible.
126-134 F La mayor 316-324 F MiP mayor
134-142 G La mayor 324-332 G Mib mayor Mirando en retrospectiva a los movimientos anteriores, podemos ver
142-159 H 18 compases de 332-350 H 19 compases de qtie revelan también la ambigüedad de .una tonalidad menor con su
modulación modulación
.......,, menor __,,. síb menor relativa mayor, tal como hemos hallado aquí. La sección inicial del
160-176 I fa" menor 351-367 I síb menbr scherzo se remonta a la remota tonalidad de la sensible bemolizada:
m-189 Trans. V de faU menor 368-380 Trans. V de sí menor
381-3% A mít menor
(re menor}/FaU mayor
397-fin coda mayor M.M.J· nG
a. Introduzione
--==- •. 11\i).
fu
•
&•'fil.
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b. De Ja sección de desarrollo
¡.. 4.
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vigésimo segundo de la introducción al primer mov1m1ento y sigue compases del desarrolio transportados un tono entero más arriba. Este
durante varias frases con su melodía. Los dos procedimientos llegan a un esquema de secuencia a gran escala dentro de un desarrollo deriva, como
compromiso, sutil y poético, en cuanto a la independencia de la cadencia hemos visto (p. 288), de Schubert: la interrupción constituye la apor-
final en la tónica y de la forma; el movimiento no términa tación personal de Schumann. Su efectividad depende del· hecho de
propiamente, apareciendo el segundo una continuación de, parte que no es inteligible en términos clásicos. Se trata de un procedimiento
de una melodía interpretada algún tiempo antes, un recuerdo más que formal cuyo objetivo está en romper la forma, y deriva su pathos de la
un nuevo comienzo, y un recuerdo qtie comienza en la mitad. manera que el tem!;l de la introducción entra a la fuerza dentro de una
La lntroduz.ione misma es radicalmente distinta de cualquier. intro- textura ajena, así como del carácter miSmó del tema.
ducción clásica a una forma sonata. La introducción clásica 1 en su Este procedimiento, como todas las demás «ano¡nalfas» de la técnica
aspecto rítmico una especie de al movimiento rápido, en lo de sonata de Schumann, no puede ser comprendido_ debidamente, y no
suele ser fragmentaria, y en lo armónico, siempre incompleta; digamos discutido,:den-i:ro de un contexto exclusivo de formas de
o bien conduce directamente al allegro después de un largo pedal de corresponde más bien a úna consideración más general del estilo de
dominante, o termina con un calderón sobre la dominante. La Introdu- Schumann,_ y· ·exigiría una discusión sobre los efectos parecidos que.
zione de Schumann culmiria en una imponente cadencia en la tónica, con existen en la Kreisleriana, el Carnaval, el Amor de poeta y las Danzas
un extraordinario efecto de pedal. Sólo la desnuda quinta que queda al para la Cofradía dé David. Sin embargo, esa misma relación respecto a
fin, cuando uno levanta el pedal, da a entender. que el discurso no ha la forma de sonata es aplicable también a la obra de cualquier otro
con cluido. De acuerdo con las normas clásicas, no se trata de una
0
compositor posterior a Beethoven. Nos hemos detenido tanto con la
introducción, sino de una canción sin palabras, lo que hace su asombrosa Sonata en_ fan menor de Schumann porque muestra con claridad
reaparición en la sección de desarrollo del allegro todavía más inexplica- meridiana las dificultades que tenía un compositor· del siglo XIX con una
ble de acuerdo con la estética clásica. forma sonata ya establecida. Cualquier otra obra de los contemporáneos
La introducción clásica puede estar enlazada temáticarnante -en su de Schumann nos revelará alguna de esaS tensiones.
tiempo lento original a su Allegro de dos maneras: puede reaparecer en Pata Beethoven constituyó la sonata un esquema casi establecido que
un punto estructural importante como una textura identificable, separa- él fue capaz de recrear de un modo extraordinario. He ahí la paradoja de
da e independiente, en la coda (como en el Quinteto con viola en Re su estilo tardío: da la impresión de ser conlp!ctamente libre y, como he
mayor, K. 593, de Mozart), o al comienzo del desarrollo (como en la dicho, está más cerca en sus derroteros más importantes de las ideas de
Sonata para piano en do menor, op. 13, Patética, de Beethoven). O fines del siglo xvm que de sus propias obras del período medio. Después
también puede formar parte del material temático del allegro, como en de Beethoven, la forma sonata, igual que la fuga y la forma ternaria o en
la Sonata para piano en Mib mayor, op. 81 a (Los adioses). Pueden estar ABA, era un esquema confeccionado, lleno de poder y de eficiencia.
combinados los dos métodos, como ocurre con la Sinfonía Redoble de Sin embargo, y al igual que en la fuga, la forma sonata llevaba
timbal de Haydn y con la Sinfonía núm. 7 en Do mayor de Schubert. 2 consigo ciertos presupuestos de textura. El más importante de ellos es el
En la Sonata de Schumann en fa# menor, el regreso de la acompañamiento temático u obbligato (v. pp. 195-202). Una de las
introducción en el desarrollo no satisface ninguna de esas condiciones. invenciones más características de años treinta del siglo x1x, por lo
Ne va entretejida con el materia! temático del allegro, sino que se añade tanto, no pudo ser .absorbida dentro de la sonata sin gran dificultad. Esa
como una cita; no se trata, sin embargo, de una textura independiente, invención podría llamarse el acompañamiento heterofónico.: la figuración
sino que se ejecuta en la figuración continua de la sección anterior. acompañante es una versión fluida del tema. El Preludio en Sol mayor
Constituye a la vez una interrupción de la. sección de desarrollo y una de Chopin tiene un ejemplo:
parte de su proceso (llevando la armonía de fa menor a sol# menor),
como ocurre con la interrupción del vals de la Sinfonía fantástica de
Berlioz por la idée fixe.
Su llegada divide la sección de desarrollo en dos mitades; lo que isigue
a ese pasaje es una repetición sin variar de los treinta y ocho primeros
Chopin, sin embargo, rara vez emplea esa creación romántica en sus
sonatas. En ellas, y de un modo significativo, Sigue estando ante todo la
técnica clásica. En los compases siguientes, del desarrollo de su Sonata
en sib menor, op. 35: ·
Para ir del fa# menor al La mayor, Hummel pasa por Do mayor y por
bastantes pasajes cromáticos con . el fin de empañarnos el sentido
armónico y añadir tina sensación de drama a lo que el compositor creyó
evidentemente que era una plácida excursión. De un modo parecido,
Chopin cambia de si menor a Re mayor a través de Sib mayor, tocando
brevemente el mib menor. Ni el Sib mayor ni el mib menor se establecen
siquiera vagamente; la música se desplaza rápidamente a través de ellos
mediante una técnica que Chopin adquirió de su estudio de J. S. Bach.
A veces desaparece la concepción dieciochesca de la recapitulación
como resolución. Er segundo tema deJ .Concierto núm. 2 en fa menor de
Chopin, primer movimiento, no suena en absoluto en la tónica, mientras
el segundo grupo del Concierto núm. l en mí menor de Chopin aparece
en la exposición. en la tónica mayor (!), siendo recapitulado en la
mediante. Las relaciones tonales en la forma sonata de Chopi.n fueron,
en cambio, mucho más ortodoxas después que abandonó .Polonia. 3 La
Fantasía en Do mayor de Schumann, que originalmente iba a llevar el
nombre de sonata, tiene una exposición que pasa a la subdominante,· y
una recapitulación en la mediante bemol (Mib mayor), una tonalidad de
mayor tensión.
Las texturas heterogéneas de finales del siglo xv1u, tan esenciales al
estilo sonata como la· polarización armónica que refuerzan, suel.en ser
abandonadas en favor de un movimiento rítmico unificado, implacable y sólo en las sinfonías Quinta y Novena, en la Sonata para cello en Do
casi hipnótico. El problema que esto creó a la forma sonata puede mayor, op. 102, núm. 1, en la Sonata para piano en La mayor, op. 101, y
apreciatse en las dos versiones del primer movimiento de la Sonata para en el Cuarteto en _do# menor, op. 131. Si exce¡)tuamos el último de estos
piano en fa menor de Schumann (la forma r:evisada redujo aún más la casos, en todos ellos la reaparición de un tema de un movimiento
variedad en la acentuación rítmica) y en los obsesivos ritmos de anterior no se integra en absoluto en el último (conserva su carácter de
determinados movimientos de sus sinfonías. cita). La forma implícita es frecuente en Beethoven (con frecuencia los
La generación nacida en torno a 1810 prefería situar el clímax, el temas de varios movimientos o incluso de todos constituyen inequívocas
punto de extrema tensión. muy cerca del fin de la obra. Esto hace que versio_nes de un mismo material).
el área de estabilidad final de la sonata se.a una cosa incompatible con Un sorprendente ejemplo de forma explícita aparece. en Ja Sonata
ellos. Lo que rechazan en_ la mayoría de los casos es la sensación de para piano en· La mayor, D. 959, de Schubert. Su primer movimiento
clímax y de resolución existente· al final del desarrollo· y comienzo de la empieza así:
recapitulación. En las obras más impresionantes de Mendelssohn, según
he dicho, el final del desarrollo constituye el punto de tensión más baja,
un momento de extraordinaria y poética tranquilidad. El cambio de
función existente en ese crucial punto de la forma. es tan radical que sólo
la tradición y la comodidad nos impiden decir que se trata de una forma
nueva y darle un nombre nuevo.
La sonata es una estructura cerrada y ordenada. Los compositores de
1825 a 1850 prefirieron las formas abiertas y buscaron el efecto de la
improvisación. El intento de abrir la sonata siguió. dos direcciones,
básicamente relacionadas: y el final termina:
1) La sonata cíclica, en la que cada movimiento se basa en una
de de los demás. hallar ya en
.Beethoven sugerencias hger1s1mas en este sentido a partir de su Quinta
Sinfonía en do menor, pero fue en la obra de Mendelssohn, de
Schumann y Berlioz donde tuvieron lugar los desarrollos más significati-
vos. Esa influyente idea continuó a través de César Franck y Chaikovski
hasta el día de hoy.
2) La combinación de una estructura de un movimiento con otra de
cuatro formando una amalgama. La sugerencia en este sentido vino
también de Beethoven, que empleó un esquema modulante en la
estructura a base de variaciones del último movimiento de su Novena con una libre ver.sión cancrizante del comienzo. Brahms repite ese
.··sinfonía, dando lugar a_ la sutesión·allegro:-scherzo-desarrollo-..inovimien- efecto, sin la retrogradación, al final de su.Sinfonía núm. 3 en Fa mayor.
to lento-final, con la estructUra tonal de. un final de forma sonata (la La· innovación romántica f"esultante. (llevada más allá por Chaikovski,
submediante en vez de la dominante). La Sonata en.-·si menor de Liszt Franck y otros) consistió en integrar la cita explícita del primer
constituye acaso el más famoso ejemplo. Ha ejercido también una moviniiento como parte de los movimientos siguientes; en dos palabras,
influencia duradera, que se extiende a nuestro siglo, hasta la Sinfonía de en combinar las técnicas implícita y explícita. En Schubert y Brahms la
cámara núm. 1 y el Primer Cuarteto de Schónberg y el Tercer Cuarteto cita no constituye !}asta entonces más que un procedimiento de encua-
de Béla Bartók. dre, pero en la Sinfonía núm. 4 en fa menor de Chaikovski, el motto del
La forma cíclica se prestaba especialmente para los estilos del si- tema entra en f6rma de clímax en el movimiento final. Ejemplos
. glo x1x, dado que situaba el centro de gravedad en las relaciones posteriores (la Sinfonía núm. 5 en mi menor de Chaikovski, la Sinfonía
ten1áticas, que predominaron cada vez más sobre la estructura armónica. núm. 4 en Sol mayor de Mahler) integran el regreso de temas de! primer
Las relacioD.es temáticas existentes entre los diferentes movimientos de movimiento de un modo aun rhás completo, sin dejar que pierdan su
una sonata pueden ser de dos tipos: implícitas y explícitas. La forma carácter de citas de un movimiento independiente,
explícita no es frecuente antes de Beethoven y escasea también en su Esto no es un inventario de los defectos de la forma sonata romántica
obra. Las citas explícitas del tema de un movimiento en otro aparecen temprana, sino una indicación de las tensiones a que se vio sujeta.
352 FORMAS DE SONATA
LA FORMA SONATA DESPUÉS DE BEETHOVEN 353
Codificada ya hacia 1840, esa forma dejó de ser un libre desarrollo de
principios estilísticos para convertirse en un intento de alcanzar la
grandiosidad mediante la imitación de los modelos clásicos. Los restilta-
dos, en su mejor caso, alcanzan una belleza noble, expansiva, relajada y
académica inasequible (ni buscada tampoco) a fines del siglo xvrn.
Ese academicismo fue muy aumentado por la generación siguiente y
cosechó grandes éxitos. La música de Brahms ensaya de nuevo las
formas cerradas del siglo xvu1; si sus esquemas carecen de la variedád de
los de Haydn, Mozart y Beethoven, se debe a que el estilo de Brahrils
constituye en parte una destilación de los suyos, una cuidadosa selección
de aquellos procedimientos que se pres.taban más a la textura, más
rica, de la múslca del hamburgués y a su mayor tendencia a un
entretejimiento sincopado de las estructuras de fraseo.
De todas maneras, Brahms amplió el abanico armónico, mediante
una concentración efectuada en muehas obras sobre la dominante
menor, mucho más allá del alcance de cualquier compositor anterior.
Pero la fuente, una vez más, está en Beethqven, en su AppassiQnata,
cuya tonalidad secundar_ia de la tónica fa menor es .un tanto menor
como mayor. Para un compositor de fines del siglo xvn1, la dominante
menor podría constituir solamente una interesante modificacíón
ca de la dominante mayor, pero en Brahms se convierte en una tonalidad
secundaria completa por derecho propio dentro de la exposición. Los
ejemplos más grandiosos de esto están en los primeros movimientos del
Concierto para violín y del Segundo Concierto para piano. Más que
ningún otro compositor, explotó Brahms las posibilidades de la superpo-
sición de secciones y las ambigüedades de las fronteras de la forma
sonata. Defivó parcialmeñte su· arte de su es.tudio de Haydn y de
Mendelssohn, pero su expansión de la técnica _fué considerable. El
movimiento hacia la recapitulacíón del Quinteto con viola en Sol máyor,
op. 111, de 1891, le brinda una hermosa oportunidad para esfumar los
linderos:
L.Á FORMA SONATA DESPUÉS DE BEETHOVEN 355
354 FORMAS DE SONATA
Allegro
Clarlr.... tl:>
In A "'i
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Vio lino I
L .. ' - -- --d
Violino U
Viola.·
f=- .:::, '-..
- _¿:_......¡
IL ¡¿_ -
·\1"ioloncello
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bruscamente al fin del 102. Es en medio del acorde de Mib situado al fin
del compás 105, des_pués de dos tiem_pós de desorientadotes contrarrit- ¡v f p
ll
mos, cuando el celista inicia el tema principal. (Si· tuvo dificultad para
hacerse oír al comienzo del movimiento, halla ahora resueltos sus
problemas.) La tónica aparece al comienzo del compás 106, pero no hay
una verdadera cadencia sobre el I hasta el compás 107. La entrada del
lt! ---,.
=
=
tema, la llegada del I y la cadencia están desfasadas, siendo subrayados
¡¡v :;
todos esos efectos tambaleantes por los -contrarritmos y por el salto
súbito del tema del cello al primer violín (compás Hl7).
Este desdibuj amiento se aplica incluso al comienzo mismo de otra
obra. El opus 111 iba a ser el adiós de Brahms a la música, pero su
ll
...,
f-
-
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..
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·-'1:...:'
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interés por la cornposición retoñó en unas cuantas obras para clarinete.
El comienzo del Quinteto de clarinete) op. 115, de 1892, es un homenaje
al Cuarteto en si menor, op. 33, núm. 1, de Haydn (v. pp. 201-202):
como en el modelo, los compases iniciales podrían estar en Re mayor:
356 FORMAS D;E SONATA
LA FORlviA SONATA DESPUÉS DE BEETHOVEN 357
a. PRlMER TEMA.
¡,
FIOtc11
•
01-on l. 2.
Fapnc J.2.
l.Z.lnF
H.,..,
).'6.h1F
>..._..........-:
f '---"
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, , Ah. T......-
.v- sf
.1
, ,
f
{Allogro 121'0deTa\o)
VioliMl
f
V!oli"c :Z
w
Viola
No hay ningún acorde de tónica en posición de fundamental hasta el
compás 18: se le eh..1.de nítidamente en el compáS 3, volviendo la
V"tofo•tcdl
posibilidad del Re mayor en Jos compases 4-7. El tema que aparece eri el
compás 14 se presenta primero sobre un peda1 de dominante. La técnica K°"tu».tl
es fluida, y la afirmación del si menor, hecha de un modo tan delicado
358 FORMAS DE SONATA
L<\ FORMA SONATA DE BEETHOVEN 359
SEGU/'100 TEMA
.. I'
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J.<_iof
V< "
"
Después de Brahms, la forma sonata proporcionó un modelo de vaga central da la posibilidad de- una modulación; y la sustitución de un
construcción, un esquema que daba un libre acceso a·la imitación de Jos movimiento invertido descendente por una modulación inicial ascenden-
clásicos. El esquema de exposición, desarrollo y regreso_ era realmente te constituye un excelente paralelo de la resolución clásiCa.
útil y susceptible de variada interpretación. Se le consideraba en general Exposición
como una variante de la forma ternaria, como un esquema en ABA 'cuya compases 1-14 Tema I (Sib formando el centro)
primera sección A no concluía realmente, caracterizándose la sección B 15-24 Transición (puente), textura de desarrollo
por la fragmentación, el desarrollo temático y una textura dramática. En 25-44 Tema II (Doq como centro inicial en el bajo)
ocasiones puede estar sólo presente parte del esquema. La Sonata :para y regreso del tema I con Do como centro
piano de Stravinski tiene un desarrollo central, pero, por otra- parte,¡ está 45-58 Tema III (Laq como centro)
claramente en forma de concerto grosso. La orientación tonal puede ser Bajo cromático ascendente
con frecuencia iealmente vaga, incluso cuando, por -razones de simétría,
el movimiento comienza y termina en. la misma tonalict3.d: la Sonata
núm. 3 pará piano.en SiÍl de Hindemith tiene un segundo tema en eno mossa
mi menor- que sufre una recapitulación en la menor y re menor'. La ffiil
recapitulación rto está concebida en ese caso como una resÓlución :sino p,d..Iu•
como un libre regreso del material inicial. Ya en el siglo xx la única..cosa · · · · - - - - - - - ·-
que diferencia la forma sonata de una estricta forn1a. ternaria o da Capo
es su libertad. En cualquier caso, un regreso simétrico libre del material
inicial sigue siendo algo básico en gran parte de la música del siglo xx. p
Con las formas de sonata no tonales, por descontado, la polariza- •. .. ---- ·---• -
ción tonal y la resolución desaparecen totalmente; lo que queda es p
la estructura temática con texturas contrastantes: un· contraste 'entre la
relativa senciHez de la sección externa y un centro más intenso, y otro
dentro de 1a exposición para distinguir los temas primero y En ..
las obras seriales se idea a veces un sustituto de la orientación tonál: el
Cuarteto de cuerdas núm. 3 de Schónberg, por ejemplo, emplea, una
transposición de la serie trna quinta descendente para el segundo tema de
la exposición, derivándose directamente la relación de esa quinta de la
. _
·-
serie inventada para esta obra.
La primera forma sonata atona! es la tercera de 1as Tres Piezas para
Orquesta de 1913 de Alban Berg. En su ópera Lulu, se emplea la forma
sonata para caracterizar_ el importante papel del Dr. Schón. Conside-
rando que su esquema se realiza intennitentemente a través de diferéntes
1
escenas de los dos actos primeros, es difícil oírla como forma integral. El
aspecto puramente de textura es, en este caso, supremo: la forma sohata poco rit . - a tempo
constituye aquí .Para Berg una textura caracterizada por el desarrollo 1 ¿_4_ ""'-:1'_ ..
temático, utilizando los procedimientos clásicos de ese tipo de desarro-
llo; y la exposición y el regreso tienen necesariamente un efecto limitado 1
¡ IC:-f: -;:. •.
un poco P"i
.
..
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al estar situados tan lejos la una del otro.
En las obras atonales se ·pueden crear elaboradas analogías d:e la
...,. :::.. :
'"T
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-.::-· .. ....•• . .. ---"" 45 Síb
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r_: 49
,. pin.
Sil
53 Do
-:y 54 Do#
"2 ....! 55 Re
56 Mib
59 Regreso del tema I (Mi 1 como centro)
Desarrollo
compases. 63-132 Regreso del tema r· (Fa como centro, 126-132)
Recapitl,llación en orden inverso
compases 133-146 Tema Uf invertido (Fan como centro)
Línea superior descendente
,,
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364 FORMAS DE SONATA LA FORMA SONATA DESPUÉS DE BEETHOVEN 365
l.(J.132)
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143 (reforzad() por hajo y las partes interiores)
_ a tempo 144 SiP
- ....
pp, "'" V trr;:,<'· -
reconocida mediante una cita explícita. Además, su movimiento inicial
'· .... tiene unos temas primero y segundo claramente definidos, un desarrollo
y unos elementos J·e recapitulación (incluyendo la inversión de parte de
la exposición) entremezclados, como en las recapitulaciones de Haydn.
,
Indice de conceptos
Abert, Hermano: 155; W. A. Mozarl: 166* «Tiger, wetze nur die Klauen»: 71-81,
Affektenlehre: 24. 26 82
«Ah dí si nobil alma .. , (Ascanio in Scarlatti, A., Griselda
Alba, Mozart): 71 «Se di altri»: 47-48
Alberti, Domenico: 155 Marco Arrilio Regalo
«A!!e minaccie di fiera Belua.. (Grúelda, «Son costante»: 46-47
Vivaldi): 53 Vinci, L., Didone abbandonata
Amor de poeta (Schumann): 325, 345 «Non ha ragione»: 49-50
aria: 22, 25, 30, 41*82;-83, 90, 92, 98. 105, «Se dalle stelle»: 52
120, 148, 149, 155, 160, 161, 167, «Seno intrepido nel!'alma»: Sl-52
169, 255, 300, 307, 360 «Son regina e son amante>-: 50-51
arias Vivaldí. A., Griselda
Galuppi, B., La Diavolessa «Alle minaccie di fiera Belua»: 53
«Una donna ch'aprezza»: 57 «Dai Tribunal d'Amore: 53
Graun, C. H., Montezuma «Ho il cor gia lacero»: 53
«Da te impara»: SS Artaserse (Hasse): 71
«Erra que! nobil core»: 55 Arte de fa fuga (1. S. Bach): 21
«Noi fra perigth.. : 55 Ascanio_ in Alba (Mozart): 71
«Vedrai fra questemura»: 53
Jomelli, N., Fetonte
«Le mie smanie»: 57-67 Bach, Carl Philip Emanuel: 69, 137, 155-
«TU parla, tu degli»: 70 156, 166. 204. 252. 253, 256, 256n.
Olimpiade 1'"
«SO che fanciul[o Amore»: 69 Conciertos: 83
Mozart. W. A., El rapto del serrallo Sonatas para teclado
«Martern aller Arten»: 83 fa# menor, de la Zweyte
Ascanio in Alba zurig ... : 300-301. 300n
«Ah di si nobit alma .. : 71 La -mayor. de las Sechs Clavier Sona-
."Da! tuo gentil sembiante»: 71 ten ... : 192-193. 194-195.
«Spiega el desio. le piume»: 71 Bach. Johann Christian: 91. 142, 175
!domeneo Conciertos; para ·piano: 84 ·
«Fuor del mar>•: 99-100 Op. 13. núm. 4 en mayor: 103,
«Nó, la 71 103-108
«Se il tuo duof»: 99 Sin fon fas
Se al labbro mio non credi, K. 295: 71 Op. 9, núm. 2 en Míh mayor: 302
Zaide Op. 18, núm. 4 en Re mayor: 251-279
«Ihr Machtígen seht ungerührt»; 71 Sonatas para píano: 87
368 FORMAS DE SONATA INDICE DE CONCEPTOS 369
Op. 5, núm. 2 en Re mayor: 89 Op. 53 en Do maj¡Or' (Waidstein): 91- Wagenseil, G .. C., Fa mayor: 84, 102 Op. 33: 201, 202
Op. 5, núm. 4 en Mí b mayor: 87 92, 304, 310, 311 ·conciertos para piano Op. 33, núm. 1 en si menor: 201-202,
Bach. Johann Sebastian: 21, 23. 34, 35, 53, Op. 57 en fa menor (Appassionata): Bach, J. C.: 84 . 1 354
254, 324, 349 141, 212-215, 216, 353 Op. 13, núm. 4 en SírJ mayor: 103, Op. 33, núm. 3 en Do mayor: 124
Obras para teclado Op. Bla en Míb mayor (Los adioses): 103-108 Op. 33, núm. 4 Sib mayor: 126
Arre de la fuga, BWV JOBO: 21 205-208, 211, 344 Beethoven, L. van Op. 33, núm. 6 en Re mayor: 202
Clavierübangen: 21 Op. 9() ei-: mi menor: 135-136, 137 Núm. 1 en DO mayor, op. 15: 96, 102, Op. 50, núm. 1 en Sih mayor: 250
Concierto italiano, BWV 971: 151, 152 Op. 106 en Síb _mayor (Hammerkla- 310 Op. 50, núm. 2 en Do mayor: 125
Invención en Mi mayor (a dos voces): vier): 310, 324, 365 Núm. 2 en Sib mayor, op. 19: 96 Op.· 50, núm. 3 en Mibmayor: 170-172,
32 Op. 109 en Mi mayor: 311-312 Núm. 4 en Sol mayor, op. 58: 260-261, 173
Invenciones! 21, 32 Op. 111 en do menor:.69, llZ..113, 113 267, 315 .• Op. 50, núm. _5 en -Fa mayor: 125
Parti!a en Re mayor (Clavierübung, Sonatas para piano y cello Núm. 5 en Míbmayor, op. 73 (Empera- Op. 74, núm. 1 en Do mayor: 128,
libro I) Op. 69 en La mayor: 191n dor): 102, 261, 241-266, 267 128-130
Aria: 32-33 Tríos para piano, violín Y. eello Brahms, J., Núm. 2 en Síb mayor, op. 83: Op. 76, núm .. 3 en Do mayor (Empera-
Zarabanda: 32-33 Op. 70, núm. 2 en Míb mayor: 255 352 dor): 132, 133, 134, 295·29'
Partita en Sib mayor (Clavierübung, Berg, Alban Chopin, F. Op. 76, núm. 4 en mayor: 124,
libro 1) Lulu: 360 Nlim. 1 en mi menot, op. JI: 349 124-125
Alemanda: 35 Tres piezas para orquesta: 360 Núm. 2 en fa menor, op. 21: 349 Op. 77, núm. 1 en Sol mayor: 302
Varíaciones Go/dberg: 23, 39-40 Berlioz, Hector: J5n, 324 Mozart, W. A. Mozart, W. A.
Bartók, Béla: 322 Obenura. Waverly: 121 K. 238 en Si b mayor: 92, 93-95 K. 387 en Sol mayor: 120n
Cuarteto núm. 5: 360, 361, 361-365 Sinfonía fantástica: 344 K. 414 en La mayor: 95 K. 42fj en Mib mayor: 141
Beethoven, Ludwig van: 15, 15n, 3z-, 86, Boccherini, Luigi, Quinteto de cuerda núm. K. 415 en Do mayor: 95 K. 458 en Sib mayor: 120n
156, 174, 175, 191, 196, 254, 273, 36 en la menor, op. 25, núm. 6: 256 K. 449 en Mi¡, mayor: 85 K. 464 en La m(Jyor: 141
295, 309-315, ;l21, 322, 325, 340, Bodas de Fígaro, Las (Mozart): 121 K. 450 en mayar: 86-81, 96--97, 107 K. 465 en Do mayor (de las disonan-
351, 352 Boulez·, Pierre, Sonata para piano núm. 2; K. 453 en Sol mayor: 107, 212n, 315 cias): 120n, 122, 122---123
Conciertos para piano: 85 365 K. 459 en Fa mayor: 95 K. 499 en Re. mayor: 175
Núm. 1 en Do mayor, op. 15: 96, 101, Brahms, Johannes: 320, 321, 322, 324, 352, K. 467 en Do mayor: 81n K. 575 en Re mayor: 120
310 360 K. 488 en La mayor: 96,. 303 K. 589 en Sib mayor: 120n
Núm. 2 en Sib mayor, op. 19: 96 Conciertos K. 491 en do menor: 96 Schónberg, A., Núm. 3: 360
1Vúm. 4 en Sol mayor, op. 58: 260-261, Concierto pat"a piano núm. 2 en Si b K. 503 en DQ mayor: 103, 315 F.
267, 315 mayor, op. 83: 352 K. 595 en Sib mayor: 96 D. 36 en Sib mayor: 315
Núm. 5 en Mib mayor (Emperador): Concierto para vio/in en Re mayor, op.1 conciertos para teclado D. 74 en Re mayor: 313, 314-315
102, 261. 261-266 77: 352 Bacb, C .. P. E.: 83n D. 173 en sol menor: 315
Cuarteto!i (de cuerdas) Quintetos Conciertos para violín D. 887 l'n Sol mayor: 134
Op. 18, núm. 5 en La mayor: 310 Quinteto de clarinete y cuerdas en sí Brahms, J., Op. 77 en Re mayor: 352 Czemy, Carl: 16, 321
Op. 127 en Mib mayor: 310 menor, op. 115: 354,- 357 Mendelssohn, F., Op. 64 en mi menor:
Op. 130 en Sib mayor: 126-127, 297 Quinteto de cuerdas en Sol mayor, op. 343
Op. 131 en do# menor: 125, -191n 111: 352-354 Mozar't, W. A.* K. 219 en La mayor: 142 Cherubini, Luigi: 309
Op. 132 en la menor: 311 Sinfonías Contessina, La (Gassmann): 255 Chopin, Frédéric: 165, 324, 325
Sinfonías Núm. 3 en Fa mayor, op. 90: 351 Cuartetos (con piano y de cuerdas) Balada núm. 2 en Fa mayor, op. 38: 325
Núm. 2 en Re mayor, op. 36: 315 Núm. 4 en mi menor, op. 98: 320 Mendelssohn, F., Op. 3 en si menor: 320 Conciertos para piano
Núm. 3 en Mib mayor, op. 55 (Heroi- Sonata para piano en Do mayor, op. /: Schobert, Johann, Op. 7 en Mlh mayor: Núrit. 1 en mí menor, op. 11: 349
ca): 69, 212, 240, 288, 305-3-06, 323-324, 324, 365 166 Núm. 2 en fa menor, op. 21: 349
307, 310, 311, 315 Bruckner, Anton: 289, 322 Cuartetos (de cuerdas) Fantasía en fa menor, op. 49: 325
Núm. 4 en Sib mayor, op. 60: 126 Sinfonía núm. 7 en Mí mayor: 357-359 Bartók, B.: 360 Preludio en Sol mayor, op. 28, nú1n. 3:
Núm. 5 en do menor, op. 67: 134, 142, Ntún. 5: 361-365 345-346 346
209-211, 212, 315 Beethoven, L. van Scherzo en sib menor, op. 31: 325
Núm. 8 en Fa mayor, op. 93: 204 cadencias: 89-90, 91, 112, 114, 252, 253, 255 Op. 18, núm. 5 t:n La mayQr: 310 Scherzo en do# menor, op. 39: 346
Núm. 9 en re menor, op. 125 (Coral): capo, aria da, ver aria Op. 127 en Mfb mayor: 310 Sonata en do menor, op. 4: 349n
324 Carnaval (Schumann): 32!i, 345 Op. 130 en Si b mayor: 126, 297 Sonata en Síb mayor, op. 35: 341
Sonatas para piano Carter, Etliot: 365 Op. 131 en do# menor: 125, 149n Sonata en si menor, op. 58: 347, 349
Op. 2, núm. 1 en fa menor: 250 Cimarosa, Domenico: 121, 174 Op. 132 en la menor: 311 Churgin, Bathia: 149*
Op. 2, núm. 2 en La mayor: 310 Clasicismo vienés: 155, 156,_ 165, 174 Haydn, F. J. .
Op. 10, núm. 2 en Fa mayor: 246, 247 Clementi, Muzio: .309 Op. 2, núm. 1 en Mi mayor: 162-164
Op. JO, núm. 3 en Re mayor: 258-259, Sonata, op. 39, núm. 2 en Sol mayor: 302 Op. 2, núm. 4 en Fa mayor: 164
287-288 Sonata, op. 40, núm. 3 en Re mayor: 214, Op. 9: 166 «Dai Tribunal d' Amore» ( Grise/da, Vival-
Op. 13 en do menor(Patt!tica): 255, 344 285 Op. 9, núm. 3 en Sol mayor: 124 di): 53
Op. 28 en Re mayor (Pastoral): 315 coda: 14, 130, 275, 307 Op. 17: 166 «Da! tuo gentil sembiante» (Ascanio in
1
Op. 31: 310, 315 Concen de la Loge Olympique: 17 Op. 17, núm. en MiP mayor: 124 Alba, Mozart): 71
Op. 31, núm. 1 en Sol mayor: 175 Concert Spiritue/: 17 Op. 17, núm. 5 en Sol mayor: 90, 124 «Da te impara» (Montezuma, Graun): 55·56
Op. 31, núm. 2 en re menor: 69 . concierto: 22, 25, 83-109 •. 189, 238, 307 Op. 17, núm. 6 en Re mayor: 166, 258n Danzas para la Cofradía de David (Schu-
Op. 31, núm. 3 en 126, 175, Concierto !1aliano (J. S. Bach): 151, 152 Op. 20: 1% mann): 325, 345
307 conciertos para ce.mbalo Op. 20, núm. 4 en Re m6lyor: 173 Debussy, Qaude: 366
370 FORMAS DE SONATA ÍNDICE DE CONCEPTOS 371
desarrollo: 13, 14, 36, 82, 98, 99, 114, 120. «Da te impara»: 55·56 Sinfonías Jome!H, Niccoló: 70
121, 122, 128, 170, 173, 275-297, quel nobil core»: 55 Núm. 24 en Re mayor: 169n Feronte: 57, 68
312, 313, 344, 345 «Noi fra perigli»: 55 Núm. 31 en Re mayor (Señal de trom· «Le mie smanie»:
desarroliu secundario: 120, 121, 122, 275, «Verdrai fra questemura»: 54-55 pa)o 240, 240-243, 243, 301 «Tu parla, tu deg!i»: 70
303-304, 304n, 307 Griselda Núm. 44 en mi menor (Fúnebre): 114, Olimpiade, «So che fanciullo Amare»: 69
Diavolessa, La (Galuppi}: 57 Scarlatti, A., «A lle minaccie»: 53 114-119, 119, 301
Didone abbandonata (Vinci): 49, 49-52 «Se di altri»: 4748 · Núm. 45 en me.nor (Los adioses):
Dívertimenri para Baryton (Haydn): 167 Vivaldi, A., «Dai Tribunal d'Amore»: 53 175, 176-179 Koch: Heinrich.Christoph: 27, 38, 237, 276,
Don Giovanni (Mozart): 82n «HO il cor gia lacero)>: 53 Núm. 47 en Sel mayor: 167 303n
Dussek, Jan: 237, 309 Núm. 55 en Míb mayor; 289-293 Kreisleriana (Schumann): 325, 345
Sonata para piano en La mayor, op. 43: Núm. 61 en Re mayor: 200 Kuhnau, Johann: 31
247-249 Handel, Georg. Friedrich: 34, 53 Núm. 62 en Re mayor: 201 Partita !JI del Neue Clavierübung
Suite núm. 4 ifl re menor (1733) Núm. 67 en Fa mayor: 175, 179 Minueto: 31-32
Zarab_anda: 41 Núm. 68 en Sib mayor:_ 197·199, 200 ·zárabanda: 31, 34 .
Empfindsamkeit: 16 Suite itúm. - 8 en Sol mayor (1733) Núm. 73 en Re mayor: 196 {(Kyri"e» (Misa de la Creación, Haydn): 180,
Eraclea (A. Scarlatti): 44 Courante: 32 · Núm. 75 en Re mayor: 302, 311n 180-187, 188
«Erra que! nobil core» (Montezuma, Xerxes: 53 Núms. 82--87: 17 «Kyrie>> (Harmoniemesse, Haydn): 280,
Graun): SS-56 Hasse, Johann Adolph:, Anaserse: 71 Núm. 85 en Sib mayor: 131-132 281-282, 283
Escuela de cornposición práctica (Czerny): Haydn, Franz Josepb:-.16, 17, 17n, 18, 19, Núm. 89 en Fa mayor: 311n
15 . 22, 23n, 25, 3Q, 34, 38, 97, 109, Núms. 90-92: 17
Escuela napolitana: 166 112, 113, 114, 130, 142, 143, 147, Núm. 92 en Sol mayor (Oxford):-203,
Escuela nortea!emana: 155, 156, 253, 254 153, 155, 161, 165, 166, 167, 168, 204, 246 Landon, Christa: 166"
Essercizi (D. Scarlatti): 21, 23 174, 175, 188, 189, 191, 195, 196, Núm. 99 'en Mlb mdyor; 127 Landon, H. C. Robbins: 166, J66n, 180,
«Et incarnatus est» (Misa do menor, 202, 203, 2rJ7, 216, 236, 239, 252, Núm. 101 en Re mayor (El relo¡): 200 238n; Haydn at Es1erha2a: 17";
Mozart): 83 254, 255, 256, 301, 309, 310, Núm. 101 en Mib mayor (Redoble de Haydn, Sinfonías: 17*
exposición: 13, 36, 37, 38, 92, 97, 98, 113, 312, 321, 322, 324, 352, 365 ·timbal): 255, 344 Larsen, Jens Peter: 113, Mozart Compa-
114, 120, 121, 122, 245M273, 275, Cuartetos de cuerda · Núm. 104 en Re mayor: 128 nion: 239*
312, 313, 345 Op. 2, núm. 2 en Mi mayor: 162-164 Sonatas para piano Latrobe, Christian: 157
Op. 2, núm. 4 en Fa mayor: 164 H. 16:S en La mayor: 166 Sonata para piano núm. 1 en La mayor:
Op. 9o 166 H. 20 en do menor: 68-69 158
falsa reprise: ver reprise p_rematura Op. 9, núm. 3 en Sol mayor: 124 H. 51 en' Re mayor; 175 Lebensstürme, op. 140 (Schubert): 273n
Fantasía -en Do mayor, op. 17 (Schumann): Op. 170 166 Tríos para piano, violín y cello Lehre von der musikalischen Komponisten,
346, 349 Op. 17, núm. 3 en Míb mayor: 124 H. 15:3 en Fa mayor: 174 Die (Man<)o 15
Fantasía en fa menor, op. 49 (Chopin): 325 Op. 17, núm. 5 en Sol mayor: 90, 124 H. 15:14 en Lab mayor: 142 Lesueur, Je;tn Fram;ois: 310
Feronte (Jomelli): 57, 68 Op. 17, núm. 6 en Re mayor: 166,258n H. 15:28 en Mi mayor: 294-295 Liszt, Franz.: 324
form<1 binaria: 30-39, 41M44, 70, 127, 147, Op. 200 206 H. 15:36 en Mib mayor: 55 Lockwood, Lewis: 191n
154, 155, 299 Op. 20, núm. 4 en Re mayor: 173 H. 15:38 en Sib mayor: 54 Lottí, Antonio: 53
forma de minueto: 30, 43, 128 Op. 33: 201, 202 Haydn, Michael, Sinfonía en Mib mayor Lulu (Berg): 360
forma de mavimíenl:o final de sonata: 111, Op. 33, núm. 1 in si menor: 201-202, (1783)0 280
134-143 354 Heinse, Wilhelm: 24
forma de movimiento lento: 42, 120-126, Op. 33, núm. 3 e!J.-,. Do mayor: 124 }lerder, Johann Gottfried: 167n Mahler, Gustav, Sinfonfa núm. 4 en Sol
148 Op. 33, núm. 4 etf. .Sib mayor: 126 Hindemith, Paul, Sonata para piano núm. 3 mayor: 351
forma de primer movimiento: 13, 30, 42, Op. 33, núm. 6 en !?.e mayor: 202 en Síh mayor: 36 · Mannheim, sinfonistas de: 16, 55, 252
111·120; 121, 126 Op. 50, núm. 1 en Si'b mayor: 250 {(Ho il cor gia (Griselda, Vivaldi): 53 Marco Attilio Regolo (A. S_carlatti): 45,
forma sonata de minueio: 126-134, 287 Op. 50, núm. 2 en Do mayor. 125 Hummel, Johann Nepomuk: 309 46-47
forma ternaria: 13, 23; '29·31, 71, 81, 82, 85, Op.·50, núm. 3 en Mib- mayor: 170·172, Sonata para piano en ·¡a menor, op. 20: «Martern aller Arten» (Rapto del serrallo,
137, 143, 155, 345, 360 173 322, 323 Mozart): 83
Franck, César: 351 Op. 50. núm. 5 en Fa mayor: 125 Sonata para piano t:n fa# menor, op. 81: Marx, Adolph Bernhard: 15
fuga: 25, 27 Op. 74, ·núm. 1 en Do mayor: 128, 347, 348<4-9 Méhul, ttienoe: 309, 310
«Fuor del mar» (ldomeneo, Mozart): 128-130 Trío para piano, violín y cella en Mih MendeJssohn, Fe!ix: 320, 352
Op. 76, núm. -3 en Do mayor (Empera· mayor, op. 96 (o 93): 303 Concierto para. violín en íni menor, op.
dor): 132, 133, 134, 295-296 M 343
Galeazzi, Francesco: 252. 256 Op. 76, núm. 4 en Si b mayor: 124, Cuarteto para pian<,, violín y ce/lo en sí
Ga!uppi, Baldassare 124-11.5 menor, op. 3: 320
La áiav<ilessa: 57 Op. 76, núm. 5 en Re mayor: 143 idée fzxe: 344 Obertura de El sueño de una noche de
«Una donna ch'appr.ezza)>: 57 Op. 77, núm. 1 en Sol mayor: 302 ldormneo (Mozart): 71, 99 verano:
Gassmann, .Florian: 195 Divertimenti para1 Baryton: 161 {(Ihr Miichtigen seht (Zaide, Mercure de France: 17, 18
La Contessina: 255 Misas Mozart): 71 «Mie smanie, Le» (Fetonte, Jome!Ji): 58-67
Gcrvasoni, Cario, La Scuola del/a Musica: Imbrie, Andrew, Beethoven Studies: 211"
«Kyrie ... de Ja Misa en Síh mayor (La Misas
28, 28', 168 Creación): 180, 180·187, 188, 189 Invenciones (1. S. Bach): 21, 32 f-laydn, F. J.
Goethe, Johann Wo!fgang von: 167n, 320 «Kyrie» de la Misa en Sí b mayor Misa en Síb mayor (Creación)
Graun, Car! Heinrich: 53 (Harmoniemesse): 280, 281-282, «Kyrie»: 180, 180-187, 188
!vlontezuma: 53, 55 283 Jenkin$, Newell: 149 Misa en Sib mnyor
· - - - ·'"'·--'·-·-···-"
372 FORMAS DE SONATA fNDICE DE CONCEPTOS 373
«Kyrie»: 280, 283 «Tiger,' wetze nur die Klauen»: Newman, William S. Marco Attilio Regalo: 45, 46-47
Mozart, W. A. 81, 81 Sonata in the Classic Era: 21• Vinci, L., Dido'1e abbandonata: 49, 49-52
K. 427 en do menor: 180 Quintetos (de .cuerdas) Sonata sinct BeethoVen: 15• Vivaldi, A., Griselda: 53
«Et incamatus 83 K. 515 en Do_ mayor: 138, 1J8.;140 «NO,. la morte» (IdomenCo, Mozart): 71 Wagoer, R., Tristan_e ]solda: 212
Mitchell, Donald, Thf! Mozart Companion: K. 516 en sol menor: 137, 250,, 269 «Noi fra perigli» (Montezuma, Graun): 55 opera seria: 57
238* , K. 593 en Re mayor. 255, 344 «Non ho ragionc» (Didone abbandonaca,
Mono, Georg Matthias, Sinfonías en Re y Sinfon(a concertante pflra violln, .viola y Vinci): 49.50
Sol: 166, 166n orquesta en Mlt> mayor Pergolesi, Giovanni Battista: 175
monotematismo: 17, 19, 113, 188, 194, 252, K. 364, 137 . Pleyel, Ignaz •. Trío con piano en Fa mayor:
253, 254 Sinfonfas Oberturas 174
Montezuma (Graun): K. 297 en Re mayor (París): 314 Berlioz, H., Obertura Waverly Prokófiev, Serguéi: 365
Mozart, Leopold: 166 K. 318 en Sol mayor: 175 Mendelssohn,- ObertlU'a de El sueño
Mozart, Wolfgang Antadeus: 16, 23n, 41, K. 338 en Do mayor. 109, 301 de una noche de verano: 285.281
70, 71, 83, 87, 89, 90, 91, 108, 114, K. 504 en Re mayor (Praga): 174; 216, Mozart, W. A. Quantz, Johann Joachim: 38
143, 156, 167, 189, 207, 253, 256, 217-235, 236-240 ldomeneo: 121 Quintetos (Clarinete y cuerdas)
283,309,310,312,315,322,349n, K. 543 en mayor. 250, 251, ZU:289 Las bodas de Fígaro: 121 Brahms, J., Op. 115 en si menor: 354,
352 K. 551 en Do mayor (Júplter): 323 Rossini, G.: 121 355-356, 357
Arias Sonatas para piano , Obras para teclado Quíntetos (cuerdas) ·
Se al !ahbro mio non credi, K.· 295: 71 K. 283 en Sol mayor: 101 Bach, J. S. Boccherini, L.; Núm. 36 en la menor, op.
t·.>:' para piano K. 309 en Do mayor: 309, 135, 136, 137 Arte de la fuga: 21 25, núm. 6: 256
K. 238 en Sí b mayor: 92, 9J..9S 311 en Re mayor: 109, 126, :301 Clavierübungen: 21 Brahms, J,, Op. 111 en Sol mayor:
K. 414 en La mayor: 95 K. 330 en Do mayor. 101, 288 Concierto italiano: 151, 152 352-353
K. 415 en Do mayor: 95 K. 332 en Fa mayor: 101, 101, Invención en Mi mayor (a dos voces): Mozart, W. A.
K. 4-19 en Mi b mayor. 85 257' 302, 303 32 K. 515 en Do mayor: 138, 133-140
K. 450 en Sib mayor: 86--87, 96-97, 107 K. 333 en Sih mayor. 245-246 [nvencioneS: 21, 32 K. 516 en sol menor: 137, 250, 269
K. 453 en Sol mayor: 107, 212n, 315 K. 457 en do menor: 302 Parlita en Sib mayor (Clavierübung, K. 593 en .Re mayor: 255, 344
K. 459 en Fa mayor: 95 K. 545 en Do ·may.or: 303. Libro !) Schubert, F., D. 956 en Do mayor:
K. 467 en Do mayor: B1n Sonatas de piano y violín Alemanda' 35, 36, 35-38 268-269' 270
K. 488 en La mayor: 96, 303 K. 9 en Sol mayor: 166 Partita en Re mayor (Clavie.rübung, Quintetos (piano y cuerdas)
K. 491 en do menor: 96 K. 303 en Do mayor. 125 Libro !) Schubert, F., D. 667 e.n La mayor (La
K. 503 en Do mayor: 105, 315 K. 306 en Re mayor. 125, 301 Aria: 3:Z.33 trucha): 315
K. 595 en mayor: 96 K. 379 en Sol mayor. 105, 105 Zarabanda: 32-33
Conciertos para violín Sonatas para dos pianos Variacicnes Goldberg: 23, 39
K. 219 en La mayor: 142 K. 375a (448) en Re mayor: 303 Handel, G. F. rapto del serrallo, El (Mozart): 82, 83
Cuartetos (de cuerdas) Tríos paoa pianp, violín y cello Suite núm. 4 f!n re menor (1733) recapitulación: 13, 14, 52, 53, 68, 108, 111,
K. 387 en Sol mar•Jr: 120n K. 254 en Si b- mayor: 175 Zarabanda: 41 114, 120, 121, 173, 275, 299-307,
K. 428 en Míb máyor: 141 K, 542 en Mi mayor: 275 Suite. núm. 8 en Sól mayor (1733) 315, 345, 360
K. 458 en mayor: 120n Música orquestal Courante: 32 Reger, Max: 359
K. 464 en La mayor: 141 Berg, A., Tres piezas para orquestá: 36 Kuhnau, J., Partita fil del Neue Clavierü- Reicha, Anton, 3, Traité de mélodie: 15*
K. 465 en Do mayor (de las disonan· Música para piano . bung reprise prematura: 167·169, 173, 238, 249,
cias): 120n, 122·123, 124 Chopin, F. Minueto: 31-32 280, 289, 293
K. 499 en Re mayor: 175 Balada núm. 2 en Fa mayor, op. 38: 325 Zarabanda: 31, 34 retransición: 14, 98, 108, 121, .125
K. 515 en Re mayor: 120 Fantasfa en fa menor, op. 49: 325 Scarlatti, D., Essercizi: 21, 23 rondó: 30, 111, 126, 134, 135, 137, 138, 325
K. 589 en Sib mayor: 120n Preludio en Sol mayor, op. 28, núm. 3: Olimpiade (Jomelli): 69 Rosen,. Charles, The Classical Style: 82*,
Misas 345-346 opera bu/fa: 57, 125 202*. 212*. 260"'
K. 427 en do menor: 180 Scherzo en sib menor, op. 31: 325 Operas Rossini, Gioacchino, oberturas: 121
«Et incarnatus est»: 83 Scherzo en do# menor, op. 39; 346 Berg, A., Lulu: 36 Rutini, Giovanni Marco (Placido)
Óperas Sonata en Sib mayor, op. 35: 347 Galuppi, B., La Diavolessa: 57 Sonata en Do mayor, op. 3, núm. 3:
El rapto de serrallo: 82, 83 Sonata en sí menor, op. 58: 347, 349 Gassmann, F., La Contessina: 255 166-161
Ascanio in Alba Sonata en do op. 4: 349n Handel, G. F., Xerxes: 53 SOnata en Re mayor, op. 3, núm. 1: 159,
<(Ah di si nobil alma»: 71 Schubert, F., Lebensstúrme, op. 140: Hasse, J. A., Artaserse: 53 159
«Dal tuo gentil sembiante»: 71 273n Jomelli, N. Sonatas parir" teclado (1757): 156
«Spiega il desio, le piume»: 71 Schumann, R. Fetonte: 58-61, 68, '70 Sonatas para teclado, Opus 3: 156, 159
Don Giovannf: 82n Carnaval: 325, 345 Olimpiade: 69 Saint-Foix, Georges: 166n, 167
ldomeneo: 71; 121, 179 Danzas para la Cofradla de David: 325, Mozart, W. A. Sammartini, GiGvanni Battista: 145, 155,
·Cuarteto, núm. 21: 301 345 El rapto del serrallo: 82, 83 188
«Fuor del mar»: Fantas(a en Do mayor, op. 17: 346,,349 Ascanio in Alba: 71 Sinfonías: 175
<(Nó, la morte»: 71 Kreisleriana: 325, 345 Don Giovanni: 82n Núm. 6 en Fa mayor: 152-153
Obertura: 121 Müthel, Johann Gottfried: 256n Idomeneo: 11, 99-101, 179, 301 Núm. 15 en La mayoT: 149-150
il tuo duo!»: 99 Zaide: 11, 71-81, 82, ,99, 179 Núm. 16 en La mayor: 153-154, 155,
Las boda:> de Fígaro, obertura: 121 Scarlatti, A 179, 188
Zaide: 99. 179 Neefe, Christian Gottlob, Sonatas para te- Erac/ea: 44 Scarlatti, Alessandro: 53
«[ho Mi'ichtigen seht ungerühot»: 71 clado: 166 Griselda: 41-48 Eraclea: 44-45
374 FORMAS DE SONATA ÍNDICE DE CONCEPTOS 375
Grise/da, <<Se di altri»: 4748 seriales, composiciones: 360 K. 338 en Oo mayor: 109, 301 Mozart, W. A.
Marco Attilio Regolo, «Son·costante»: 45 sinfonía concertante: 83 K. 504 en Re mayor (Praga): 174, 216, K. 283 en Sol mayor: 101
Scarlatti, Domenico: 21, 23, 145, 147, 149, Mozart, W. A., K. 364 en 137 217-235, 236-24() K. 309 en Do mayor: 135, 136, 137
155, 254 Sinfonfa fan1ti.,·1ica (Berlioz): 344 K. 543 en Mib·mayor: 250., 251, 283-284 K. 311 en Re mayor: 109, 126, 301
Essercizi: 22, 23 Sinfonías K. 551 en Do mayor (Júpiter): 323 K. 330 en Do mayor: 101, 288
Sonatas para piano Bach, 1. C. Sammartini, G. B.: 175 K. 332 en Fa mayor: 101, 141-142, 257,
K. 140 en Re mayor: 145, 146, 147, Op. 9, núm. 2 en. Mi mayor: 302 Núm. 6 en Fa mayor: 152-153 302, 303
166n Op. 18, núm. 4 en Re mayor: 276-279, Núm. 15 en La mayor: 149-150 K. 333 en Si b mayor: 245-246
K. 212 en La mayor: 147-148 280 Núm. 16 en La mayor: 153-154, 155, K. 457 en do menor: 302
K. 218 en. Ja menor: 148 · Beethoven, L. van 179, 188 K. 545 en Do mayor: 303
Schlegel, Friedrích: 25 NUm. 2 en Re mayor, op. 36: 315 Schubert, F. Scarlatti, D.
Schobert, Johann: 143 NUm. 3 en Mib mayor, op. 55 (HerOi- Núm. 7 en Do mayor: 344 K. 140 en Re mayor: 145, 146, 147
Cuarteto para piano y cuerdas en Mib ca): 69, 212, 240, 288, 305-306, «So che fanciuUo_Amote» (Olimpiade, Jo- K. 212 en La mayor: 147-148
mayor, op. 7: 166 307, 310, 311, .315 melli): 69 K. 218 en la menor: 148
Trio para piano, violín y cella en Fa Núm. 4 en mayor, op. 60: 126 · Sonatas para piano Schubert, F.
·mayor: 166 Núm. 5 en _do menor, op. 67: 134, 142, Bach, J. C.: 87 D. 959 en La mayOr; 287, 316-317, 318,
SchOnberg, Arnold: 339 2-09-211, 212 Op. 5, núm. 2 en Re mayor: 89 351
Cuarteto núm. 3: 360 . Núm. 8 en Fa mayor, op. 93: 204 Op. 5, núm. 4 en Mi b mayor: 87 D. 960 en Sibmayor: 270-273, 318-319,'
Schubart, Christian Friedrich Daniel, Ideen Núm. 9 en re menor, op. 125 (Coral): Beethoven, L. van 340n
zu einer Aesthetik: 191* 324 Op. 2, núm. 1 en fa menor: 250 Schumann, R., Op. JI en fa# menor:
Schubert, Franz: 32, 237, 7.57, 258, 297, 303, Brahms, J. Op. 2, núm. 2 en La mayor: 310 325-336, 337-339, 339-343, 344,
312-320, 322, 325, 344, 345, 351 Núm. 3 en Fa mayor, op. 90: 351 Op. 10, núm. 2 en Fa mayor: 246, 247 345
Lebensstürme, op. 140: 273n Núm. 4 en mi menor, op. 98: 320 Op. 10, núm. 3 en Re mayor: 258-259, Stravinsky, L: 360
Cuartetos (de cuerdas) Bruckner, A., Sinfonía núm. 7 en Mí 287-288 Sonatas para piano (a 4 manos)
D. 36 en Sib mayor: 315 mayor: 357-359 Op. 13, en d-o menor (Patética): 255, Mozart, W. A., K. 375a (448) en Re
D. 74 en Re mayor: 313, 314-315 Chaikovsky, P. I. 344 mayor: 303
D. 173 en sol menor; 315 Núm. 4 en fa menor: 351 Op. 28, en Re mayor (Pastoral): 315 Schubert, F., D. 812 en Do mayor (Gran
D. 887 en Sol mayor: 134 Núm. 5 en mi menor: 351 ()p. 3¡, 310, 315 Dúo)o 273n, 315
Quintetos Haydn, F. J. Op. 31, núm. 1 en Sol mayor: 175 Sonatas para piano y cello
D. 667 para piano y cuerdas en La Núm. 24 en Re mayor: 169n Op. 31, núm. 2 en P.e mayor: 69 Beethoven, L. van, Op. 69 en La mayor:
mayor (La trucha): 315 Núm. 31 en Re mayor (Señal de trom- Op. 31, núm. 3 en Mfbmayor: 126, 175, 191n
D. 956 de cuerdas en Do mayor: 268-. pa)o 240, 240-243, 243-244, 301n 307 Sonatas de piano y violín
U9, 270 Núm. 44 en mi menor (Fúnebre): 114- Op. 53 en Do mayor (Waldstein): 91- Mozart, W. A.
Sinfonías 119, 3ITT 92, 304, 310, 311 K. 9 en Sol mayor: 166
Núm. 7 en Do mayor: 344 Núm. 45 en fa# menor (Los adioses): Op. 57 en fa menor (Appassionata): K. 303 en Do ·mayor: 125
Sonatas para piano 175, 176-179 141, 212-215, 216, 352 K. ••i!J en Re mayor: 125, 301
D. 812 en Do mayor para cuatro manns Núm. 47 en Sol mayor: 167 Op. 81a en Mib mayor (Los adioses): K. J i9 en Sol mayor: 121
(Gran Dúo): 273n, 315 Núm. 55 en Mib mayor: 289-293 205-208, 211, 344 Schubert, F., D. 408 en sol menor:
D. 959 en La mayor: 287, 316-317, 318, Núm. 61 en Re mayor: 200 Op. 90 en mi menor: 135-136, 137 312-313
351 Núm. 62 en Re mayor: 201 Op. 106 en Sib mayor (Hammerkla- Sonatas para teclado
D. 960 en Sib mayor: 270-272, 318-319, Núm. 67 en Fa mayor: 175, 179 vier): 310, 324, 365 Bach, C. P. E_
340n Núm. 68 en Sib mayor: 196, 197-199, Op. 109 en Mí mayor: 311-312 La mayor, de Seis sonatas para clave ..
Sonatas para piano y violín 200 Op. 111 en do menor: 69, 112-113, 113 192-193, 194-195
D. 408 _en sol menor; 312-313 Núm. 73 en. Re mayor: 196 Boulez, P., Núm. 2: J65 fa#menor, de la Zweyte Fortsetzung.
tilo, El: 205 Núm. 75 en -Re mayor: 302, 311n Brahms, J., Op. 1 en Do mayor: 323, 324, 273-74, 273n ·
Tríos para piano, violín y cello Núms. 82..Sl: 17 . - 365 Neefe, C. G.: 166
D. 929 en Mib mayor: 289 Núm. 85 en Sib mayor: 131-132 Chopin, F. Rutini, G. M.
Schumann, Robert: 315, 324, 325, 347, 366 Núm. 89 en Fa mayor: 311n Op. 4 en db ·menor: 349n Sonatas (-1757): 156, 157
Amor de poeta: 325, 345 Núms ..90-92: 17 Op. 35 en Sib mayor: 347 ()p. 3, 156, 159
Carnaval: 325, 34."' Núm. 92 en Sol mayor (Oxforá): 203, Op. 58 en si menor: 347 Op. 3, núm. 1 en Re mayor: 159, 159
Danzas para la e, -jradla d.e David: 325, 204, 246 Clementi, M. Op. 3, núm. 3 en Do mayor: 160-161
345 Núm. 99 en Míb mayor: 127 . Op. 39, núm. 2 en Sol mayor: 302 «Son costante>> {Marco Atcilio Regalo, Scar-
Fantasía en Do mayor, op. 17: 346, 349 Núm. 101 en Re mayor (El reloj): 200 Op. 40, núm. 3 en Re mayor; 259, 285 latti): 45, 46
Kreisleriana: 325, 345 Núm. 103 en. Mib mayor (Redoble de Dussek, J., Op. 43 en La 1nayor: 247-249 «Seno intrepido nell'alma.. (Didone abban-
Sonata para piano en menor, op. JI: timba{): 255, 344 · Haydn, F. 1. donata, Vinci}: 51-52
325-336, 337-339, 339-343, 344 Núm. 104 en Re mayor: 128 H. 16:S en La mayor: 166 «Son regina e son amante» ( Didon.e abban+
Scriabin, AJexander: 359 Haydn, M., Mib mayor (1783): 280 H. 20 en do menor: 68-69 donata, Vinci): 50-51
Se al labbro núo non. credi, K. 295 (Mozart): Mahler, G., Núm. 4 en Sol mayor: 351 H. 51 en Re-mayor: 175 <<Spiega il desio, Je piume» (Ascanio in
71 Monn, G. M., Re mayor y Sol mayor: Hindemith, P., Núm. 3 en Síb mayor: 360 Alba, Mozart): 71
«Se dalle stella» (Didone abbandonata, Vin- 166, 166n Hummel, J. N. Stamitz, Johann: 155
ci): 52 Mozart, W. A. Op. 20 en fa menor: 322, 323 Stevens, Charles R.: 157*
«Se di altri» (Griselda, Scar!atti): 47-48 K. 297 en Re mayor (París): 314 Op. 81 en fa# menor: 318-349 Stevens, Jane R.: &4•
«Se il ruo duo!» (ldomeneo, Mozart): 99 K. 318 en Sol mayor: 175 J..,atrobe, Núm. 1 en La mayor: 158 Stravinsky, Igor, para piano: 360
376 FORMAS DE SONATA
->; .... ;;·
Strunk, Oliver: 161, 167, 168, 173, 289 Tyson, Alan: 175•, 211*
Essays on Music in rhe Western World;
167*
Sturm und Drang: 167 Variaciones Goldberg (J. S. Bach): 23; 39
sueño de una noche de verano, Ef, «Vedrai fra questemura» (Montezuma,
ra (MendeJsson): 285.237 Graun); 54
Vinci, Leonardo, Di'done abbandonata: 49
«Tiger, wetze nur die Klauen,. (Zaide,
«Non ho ragione»: 49--SÓ
«Se dalle stelle»: 52
1
Mozart): 71..Sl, 82 «Sono intrepido neU'alma»: Sl..S2
Tovey, Donald F.: 108, 312 «Son regina e son amante»: 50-51 1
Essays in Musical Analysis: 83* Vivaldi, Antonio: 256n. ·¡
Traité de haute composition musicale
cha); 15
Griselda: 53
«Alie minaccie di fiera Belua»: 53
¡
Tríos para piano, violín y cello «Dai Tribunal d'Amore»: 53
Beethoven, L. van, Op. 70, rlúm. 2 en
· Mi bmayor; 255 .
Haydn, F. J.
«Ho íl cor gia lacero»: 53
Vogler, Georg Joseph: 38 l
H. 15:3 en Fa rrayor: 174
H. 15:14 en Lal1 mayor: 142
H. l5:28 en Mí mayor: 294-295
H. 15:36 en mayor: 54.SS
H. 15:38 en Sí mayor: 54
Wagenseil, Georg Christoph: 105, 156:
Concierto para cémbalo en Fa mayor: 84,
102
l
1