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PSICOBIOETICA

LA PÉRDIDA DE LA FE

Y aun siendo unidades biológicas; cognoscentes, y con capacidad de anticipar


el futuro; nos hemos degradado a tal punto que; nos resulta imposible la conta-
bilidad per cápita, y más aún; hacer control poblacional de especie; seguimos
siendo disonantes cognitivos; empero, hasta cuándo.

“Vivir de la fe; ha resultado rentable siempre, empero, por el contrario vivir la fe;
es muy costoso emocionalmente. Tratar de ver a Dios en el otro; demanda una
inversión emocional cuantiosa, y muy pocos están en disposición de hacerla
basta con difamarlo, y hacerle daño en el nombre de Dios, y amen”

“No has de temer si la figura imaginada de Dios desaparece de tus idearios;


hay algo que jamás podrás perder, y es; la espiritualidad; constituida esta en
parte de la evolución del cerebro junto con la ilusión, y la esperanza; jamás se
podrán sacar del cerebro del sapiens, Dios, y el alma; son el atributo más deco-
roso que poseamos como especie; aun que no existan, son el (big-bang) de las
ideas que aterraron a los primeros mortales cavernarios; es solo eso, y nada
aumenta más el desamparo, y temor en la pobre condición humana”

Como admitir sin lugar a dudas que; la turba humana será suprimida por com-
pleto de la faz de la tierra; y será, en breve tiempo. No bastara con prescindir
de unos cuantos hombres, y unas cuantas mujeres para dejar desprovista la
tierra de toda doctrina de maldad, venganza, rivalidad, y odio.

Y han existido hombres sabios, prudentes, visionarios, además; vivieron la fe, y


advirtieron a la especie de su desaparición por los excesos, consumistas, habi-
tacionales, ocupacionales, reproductivos, empero; nunca ha existido la reso-
nancia necesaria para la supervivencia de nuestra especie.

De cuanta previsión carecemos los hombres de estos tiempos; respecto del


medioambiente, y del control poblacional.

“Sin ningún asombro he de decir que; seguimos siendo primitivos aun en este
tiempo de acusada tecnología, y globalización a más no dar”

Toda ilusión, y toda doctrina quedaran desprovistas de valor en poco tiempo;


cuanta barbarie, cuanta sed, y cuanta hambruna tendremos que soportar para
salvar a los últimos hombres.

Y si la naturaleza lo admite, y no resulta nocivo para el medioambiente; queda-


ra el gen primitivo de la especie, y nada más; para entonces, la doctrina será
elemental; reivindicar, y fundamentar los derechos legítimos de los sucesores
de la especie humana, y; todo aquel que no comparta intereses comunes, o no
comulgue con el nuevo orden; será suprimido, será eliminado de la faz de la
tierra para siempre, y nada más.

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“Todo aquel que no comparta naturaleza biológica común; será aniquilado, y su


peculio confiscado, la turba dará buena cuenta de los elegidos”

Y llegara el momento en que todos seremos -por norma general- biodisponi-


bles, unidades biológicas divididas en clases; perfectamente compatibles con la
tierra; alcanzando con ello la plenitud de la existencia profana, holgazana, y
vacía, además; el fin de la vida holgazana, homo-parasitaria; no será un deseo,
será un deber, aunque no me gusten estas palabras; es el camino que hemos
elegido por permisivos, e irresponsables con la especie, y con el planeta.

“Y sí; en tiempos menos lucidos se os dijo, poblad la tierra criaturas del señor,
hoy se os dice, parad la paridera criaturas incontables, e irresponsables con el
medioambiente; que quien os ha inspirado eso arrepentido está en vuestros
altares, y hoy; no hay especio en la tierra, no hay agua, no hay bastimento; ni
siquiera para él; con todo, y su bendita, e infinita gracia”

La fe alimentada de falacias, y condenas eternas; solo conduce a la ruina moral


de la humanidad, y convierte a los buenos hombres en carne de cementerios,
la gigantesca maza humana carente, y corrosiva arrasara con lo poco que que-
da en el planeta. En breve tiempo el agua será estratégica; justificara la barba-
rie que se cierne sobre los hombres; no obstante, todos estamos enfocados en
placeres superficiales, placeres consumistas, y derroches sin precedentes his-
tóricos; todo por justificar una existencia vana, ridícula, y profana. Tenemos que
hacer un alto, tenemos que prepararnos para una nueva humanidad que este
está; más de acuerdo con el mundo natural; es solo eso, y nada más.

“Al ser humano le fascina pensar que hace parte de algo más grande, y pode-
roso; a eso grande, y poderoso le llama Dios, lo sitúa fuera, porque esta idea;
no la puede dimensionar en su cerebro; no cabe en el cerebro. Somos producto
de una casualidad cósmica, geológica, biológica, y temerosa; también, somos
producto de la tradición psicosocial, de la cultura dogmática, y de la herencia
genética. Contamos con el mismo cerebro hace por lo menos (100.000) años;
no hemos registrado cambios notables en su evolución; empero, desde hace
(30 o 40) años; hemos experimentado cambios notables en la conducta del ce-
rebro producto de la imitación, y del consumo sin precedentes. Hoy descubri-
mos que; el mundo en que vivimos está en nuestras manos, es un deber de
todos cuidarlo, y proteger al humano porque en definitiva; quien más puede
explicarlo. Preservar la biota, y la vida humana incluida en ella; es una posibili-
dad viable, e imitable por cada uno de nosotros, los humanos”

Sé que estas líneas se perderán en el tiempo, y en el espacio; porque nuestra


especie no es sostenible en el tiempo; ni en el espacio, nuestra especie no le
aporta nada al medioambiente; solo lo depreda, y agota. Los discursos intelec-
tuales, y dogmáticos no alcanzaran a dimensionar la catástrofe que prontamen-
te enfrentaremos todos por igual sin importar la vecindad.

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(Max Weber 1864-1920 Alemania) solía decir en palabras de más, o en pala-


bras de menos que; -parte fundamental del atractivo que encuentran las socie-
dades en la religión; es el pensar mitológico, que básicamente significa pensar
alrededor de representaciones simbólicas- En mi forma de ver, los dogmas
atraen no por las probidades mágicas que contienen sino por el gran poder que
tienen sobre el miedo, y el sometimiento que viene siendo fundamental para el
cerebro individual, -el cerebro necesita de un rector- La fe, y el temor son ca-
vernarios, -los dogmas fructificaron, y le reiteraron al hombre que; sin temor no
vive, empero; hoy he de decir que; sin fe, no sobrevive por que la catástrofe
que tenemos en las manos es real- esa es la base de los dogmas que manipu-
laron la espiración divina hallada en el cerebro desde el neerdental.

“Ningún hombre que ha vivido sabe del más allá; y toda religión surge simple-
mente del subterfugio, el miedo, la codicia, la imaginación, y la poesía” (Edgar Allan
Poe)

“La espiritualidad es natural en la especie sapiens, sapiens, y nada más. La


espiritualidad es la idea que nos conecta con la magnificencia cósmica; es una
idea enraizada en el cerebro como una impronta común de especie”

¿Qué puede significar ser espiritual?

Es probablemente una de las preguntas más básicas, e insondables que; como


seres humanos podemos hacernos en algún momento de nuestra vida; es po-
siblemente el proceso de búsqueda al que accede el cerebro cuando se enfren-
ta a situaciones que tiene que ver con la existencia del ser, y la justificación de
la presencia en el mundo. Es la conexión con el cosmos, con la especie, con
nosotros mismos, con todo lo que existe fuera de nuestra piel. Es un estado
que dejamos de lado, relegado, y olvidado en lo profundo de nuestra existen-
cia; empero, que; se hace presente cuando enfrentamos sobre exigencias de
orden adaptativo. Para algunos; es un estado difícil de acceder; porque es eté-
reo, y distante, frio, lejano; carente de sentido pragmático para la vida práctica
que soportamos hoy, empero; en mi forma de ver e interpretar la espiritualidad,
he de decir que; es, una forma de expresar nuestra herencia cósmica, y es
además; la forma de compartir la sensibilidad común como miembros de una
misma especie.

De alguna forma pensar, o evocar este tema; significa vivir la espiritualidad, no


aparentarla, además; pienso que; la espiritualidad está en el cerebro como un
átomo resplandeciente desde la caverna. Finalmente, no hay nada de malo en
ello; de hecho, son estados de la conciencia genuinamente valiosos, a veces
hermosos, lo más importante es que; no necesita la aprobación de nadie, y
menos de algún dogma, no se trata de encontrar un camino; simplemente es
caminar siendo nosotros mismos en cada momento, y lugar; enfrentando las
exigencias de orden adaptativo que supone la conciencia permanentemente.

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El cerebro de la especie se altera sin un sino focal, necesita de la fe; es el locus


de control in-terno sin el cual se pierde la ilusión, y la esperanza; las cuales
son; condiciones fundamentales para los accesos espacio-temporales del ce-
rebro de nuestra especie para la contemplación del entorno, y las posibilidades
que ofrece; es la voluntad para poder hacer.

Las ideologías funcionaron más en tiempos pasados; lo cual no indica que hoy
no funcionen, solo es que hoy; estamos mejor educados, y somos menos inge-
nuos, el acceso a la información nos dota de pensamiento crítico, y cuestiona-
mos todo antes de aceptarlo o rechazarlo, no hay prueba manifiesta de la exis-
tencia de Dios, es por eso que; muchas personas rehúsan creer en él; siendo
aceptable en estos tiempos; no obstante, el dogma controla, y orienta las con-
ductas; es allí en el dogma donde debemos hacer correcciones. Urge la correc-
ción del dogma; es un deber, y debe ser un acuerdo global de supervivencia
para toda la especie.

La lista de adefesios contra la humanidad en el nombre de Dios; son intermina-


bles. Con la idea de Dios; concursan todos los imaginarios colectivos perversos
que hacen daños muchas veces irreparables a nuestros humanos de especie;
no obstante, se vive en la fe, empero; no se vive la fe.

A cuántos hombres, y mujeres encontramos a diario con plegaria zalamera,


bendiciones abundantes, y conductas deplorables, además de toxicas, que pé-
simo suceso emocional les asiste; a diario. Cuanta carga malsana soportan en
sus cuerpos, y cuanta enfermedad albergan sus carnes inmundas, cuanta toxi-
cidad les aporta Dios.

Cuantos comentarios corrosivos escuchamos a diario acerca de nuestros her-


manos de especie. Cuanto odio se fermenta en el imaginario colectivo perver-
so, cuantas atrocidades se provocan por la envidia, y el deseo destructivo hacia
los hermanos solo porque resplandecen; o son mejores personas.

Cuántos horrores se han cometido, y se siguen cometiendo en nombre de Dios,


hay entre ellos gentes toxicas que pactan la maldad, y destruyen las buena
obras de sus hermanos, y suelen llamarse gentes de Dios.

Con la creencia de que alguien es su elegido, y además; con derechos sobre la


voluntad de los demás, y su peculio; se aprovecha de la inocencia, y se apropia
de los bienes de sus hermanos, y la carne de sus niños. Y los creyentes en las
obras pútridas de sus iguales comparten su miseria emocional; y si bien no
existe el averno; viven en él permanentemente.

Cuándo ganan los elegidos, y quien los elige; entre ellos hay quienes perjudi-
can la creencia, y la buena fe de los hombres limpios que creen en los profetas;
además, en las buenas obras. Oda a los buenos hombres que sin prueba mani-
fiesta; hacen gala de fe, viven la fe, y la buena conducta los adorna.

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La tierra, y los recursos naturales principalmente el agua; serán propiedad de


los elegidos. Serán ellos; los administradores de la sed, del hambre, y de la
pobreza; serán ellos quienes nos enrostraran con Dios; el día del juicio final.

A que Dios le estamos rezando en estos momentos ingentes, y barbaros, se-


guimos pariendo para la gloria de Dios; para que los elegidos ganen dinero en
su nombre. Los hijos de los hombres soportan la miseria, la sed, y la desnudez,
no obstante; para los elegidos esto resulta gratificante, saludable, y perdonable
según ellos, son los designios de Dios; que se manifiestan, y se materializan en
personas concretas.

La fe mueve montañas, de; dinero, y todos los hombres deben salir en campa-
ña para conseguirlo con el fin de lograr un espacio en el paraíso, no obstante;
para la inmensa mayoría de hombres es muy difícil, y costosa la salvación
eterna; dejados de lado están por carecer de dadiva.

Cuantas dictaduras se sustentan en el dogma, y mantiene su poder sobre la


humanidad empobrecida, numerosa, sedienta, hambrienta, enviada a combatir
a los infieles que no creen en el orden impuesto.

La fe, la resignación, y la aceptación de los adefesios que tenemos que vivir;


finalmente a quien benefician; -pues-, a los hombres que impulsan al mal, y el
odio hacia sus hermanos para mantener el poder nauseabundo, y miserable.

Cuánta falacia, y deshonestidad hay en la justicia divina, con cuanta zalamería


se pregona el retorno al paraíso. No existe nada más allá; hacer vivir o hacer
morir es privilegio de cualquiera engendro; basta solamente el deseo.

Porque tiene que ser amarga la carne del cordero de Dios, a quien se le ocurrió
decir que el paraíso es para los sufrientes, y pobres de la tierra, y peor aún es
creer en esos presupuestos cargados de falacias; cuando no de podredumbre.

Cuánta falacia hay en la justicia de los hombres; cuanta patología hay en el


derecho, cuanta emocionalidad per-versa hay en los fallos, y cuanta dadiva
incluida en ello en el nombre de Dios, y en la ley de los hombres. Dios, está en
el otro; es el otro hermano de especie.

Los menesterosos, los que han sufrido de injusticia, difamación, condenas in-
justas, robos, muerte de seres queridos, las víctimas de la corrupción de los
jueces, y sus fallos perversos, los secuestrados, los torturados, los violados, los
sometidos en campos de concentración; serán recompensados en el cielo, y
bienaventurados son; porque de ellos será el reino de los cielos; eso dicen las
creencias ridículas, y comunes. -Me cuesta un poco de trabajo creer en ello, y
además; pensar que alguien pueda creerlo-

Degustad el excremento de este mundo, abrazad la miseria, tened hijos sin


ningún control; empero, con alegría; de no ser así, os aguarda el tormento en el

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paraíso. En el cielo; aguardan los banquetes para el que tiene suficiente fe. De
la fe; de cuantos se necesita para habitar en paraísos, o en fortines.

Cuánta fe es suficiente; cuanta se necesita para habitar en el paraíso. Porque


tiene que ser costosa la fe, porque tiene precio la fe, para que tiene precio la fe;
de los hombres de estos días.

Cuantas conductas energúmenas existen, cuánto daño le hacen a la honra de


las personas, y con cuanta zalamería bendicen las bocas pestilentes -que Dios
te guarde, empero; que ojalá se le olvide donde, y amen-

¿Puede alguien creer, y además; objetar estas breves líneas?

Con tanta zalamería; cualquier mortal quisiera en su carne sufrir una tragedia
para hacerse digno de Dios, y de su misericordia; además, de la recompensa
divina. Lo único que se me ha inspirado en estos momentos sin que a nadie le
importe; es decir qué, -parar de parir es; parar de sufrir- Pensar que; Dios, solo
ama a los hijos de (Adán y Eva) no es un absurdo; porque a los hijos de (Ardí y
Lucy) nadie los ama, son los elegidos para degustar excremento, empero; por
fortuna Dios; ama a los pobres que paren sin ningún control, a los hambrientos,
a los sedientos, a los jueces y fiscales corruptos, a los enfermos, a los torcidos,
a los desheredados, a los llagados, a los pútridos e infectos, a los desampara-
dos, a los cochinos que se expresan con palabrotas obscenas, y a todo aquel
engendro que vive de la limosna, en fin…, como serían las cosas si Dios; los
odiara; como sería el mundo si Dios; no nos amara.

Desde luego no podemos desconocer que la espiritualidad se hizo natural en la


especie desde que el cerebro se ilumino con el intelecto; Dios, representa el
mayor carácter de la alteridad, sin el otro; no hay posibilidad de vida cognos-
cente, y más aun de supervivencia; Dios, está en el otro; es el otro. Como seria
de diferente el mundo si descubriéramos a Dios; en el otro, como sería la reali-
dad global si pensáramos así.

La pedida de la fe; no significa la perdida de la espiritualidad; seguiremos sien-


do trascendentales aun sin dogma. Sé, que; las obras que los hombres hacen
como tributo a Dios, alteran la conciencia, las catedrales, las mezquitas, las
sinagogas, las pagodas, las grandes obras alegóricas hacen al hombre mi-
núsculo, bacteriano, y frágil, en fin…, impresionan al hombre, y lo hacen refu-
giares en su interior. La idea de Dios, no cabe en el cerebro; es menester si-
tuarla fuera; Dios, es el (big-bang) de las ideas; y es absolutamente indispen-
sable situarla fuera del cerebro; aunque no exista en la realidad tangible; ni en
la racionalidad pura; empero, es imprescindible para el cerebro humano. Contar
con Dios; es contar con compañía, y apoyo emocional.

“Hombres sensatos; la verdad sea dicha, si pudiéramos ser testigos de la evo-


lución del cerebro de otra criatura; descubriríamos sin asombro que; la espiri-

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tualidad; aparece junto con la cognición y las emociones; es así de simple, y


nada más; es el soporte cognitivo de la lógica”

“Y no le bastara al hombre –creer ser un elegido- y disponer de conocimiento


para acceder a la felicidad, y a la buena fortuna. Mientras el hombre no tenga
equilibradas sus emociones, nada alcanzara aun que se le vaya la vida pen-
sando, y alardeando con ello; y lo asista la plegaria abundante, zalamera, ade-
más del apoyo de sus iguales. Cuando el hombre descubra que; Dios, y el otro
son uno; hallara la felicidad junto con la libertad, y la buena fortuna sin condi-
cionamiento; ni remordimiento alguno”

No se puede negar que los discursos dogmáticos sirven a los gobernantes co-
rruptos, a los dueños del poder, y a los dogmas para que así; los necesitados,
numerosos, y dejados de lado acepten su devenir histórico sin sufrimientos ve-
nidos a menos, después de todo valdrá la pena sufrir, parir, y esperar sentados
lo que nadie debe. El cielo aguarda con riqueza, y felicidad, empero; después
de muertos, es decir; la venganza después de todo es divina, y justa; empero,
los administradores del dogma, y los que pregonan la reproducción sin control
para la gloria de Dios; parecen nunca sufrir el castigo divino, no les atormenta
la sed, ni la hambruna, además; siempre viven en paraísos terrenales, y algu-
nos en paraísos flotantes muy costosos, sin suplicas, sin sacrificios, sin ofren-
das, y no les importa si Dios; les escucha o no, en fin…

Es por eso que he perdido la fe; aun mantengo mi dirección psíquica; sé que es
mi locus de control interno evolutivo; es la conexión emocional de especie que
me permite pensar con genuino interés en mis hermanos, y hermanas de espe-
cie. El sufrimiento al que sometemos por fe; a los hombres, a las mujeres, a los
niños por pobreza, maltrato, hambruna, desnudez, sed, y desaparición; también
me compete, y nos corresponde a todos pensar en ello.

Necesitamos una inspiración dogmática nueva; sin detrimento a ninguna de las


existentes; algo así como, una -fractura moral programada- que no nos invali-
de; empero, que este; impregnada de fundamentos de supervivencia; sin que
estos lesionen desde luego; la armonía social en el orbe. Es fundamental el
orden que preserve el buen nombre, y ninguno sea tenido como objetivo indivi-
dual; todos seremos el objetivo en un nuevo orden mundial, es decir; todos
contamos, y sentimos, además; responsables somos por el desorden social
que a bien tengamos causar. Hay que aprender a definir los merecimientos,
controlar los nacimientos, y los apetitos, tenemos que enseñar cuanto es sufi-
ciente. Debemos saber qué; el acceso a la vida que se desea; la más de las
veces lo determinan; el proyecto de vida viable, y sostenible, el talento del que
se dispone, las decisiones que se tomen, la perseverancia en lo bueno que se
elija, y nadie más.

La imitación por medio del acceso a nuevos estados emocionales, el refuerzo


programado, el razonamiento ético, y el ejemplo de los formadores de opinión;
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hace que se entre, o se avance en proyectos de vida; más de acuerdo con los
tiempos actuales de acusada emergencia normativa nueva. Se trata de ampliar
la conciencia, ampliar la proyección cultural de una especia habida de conoci-
miento nuevo, y de nuevo itinerario. Los mecanismos de control básicamente
son exigencias imitativas de orden dogmática, moral, social, y cultural. Si imi-
tamos la moda, el arte, los vicios, las preferencias, las extravagancias, además;
de las tragedias como los asesinatos en masa; que las más de las veces sue-
len ser imitados, etc., porque no imitamos estilos de vida nuevos que nos con-
duzcan a un mejor devenir de especie.

La nueva educación, y la nueva formación; deben constituirse en un proyecto


académico enteramente normativo. Los medios tecnológicos deben promocio-
nar, y facilitar el acceso a un nuevo mundo cultural de especie; donde la repro-
ducción controlada, el control sobre agua, y el control sobre los espacios, sean;
de verdadero interés para la especie. El poder, y el control global; deben consti-
tuirse en la máxima inversión vital en estos tiempos de sequía, y súper pobla-
ción; de esta forma empezaremos a incursionar en nuevos escenarios de orden
mundial; sin que sean percibidos como imposiciones.

Si somos conservadores; podemos administrar la vida, y la cultura humana sin


que se registre ningún riesgo; aún podemos programarnos como especie. La
cultura humana es altamente maleable, tenemos la obligación de cuidar la tie-
rra; el mundo está en nuestras manos, las decisiones que tomemos afectaran a
todo el orbe. Todos somos unidades bilógicas cognoscentes, y biodisponibles;
perfectamente compatibles con la tierra; no somos más. El mundo no está en
manos de dioses ni de demonios; está en las manos de (6) personas, -yo, tú,
el, nosotros, vosotros, y ellos- en manos de nadie más, y punto final.

El acceso o transformación de la frontera psicosocial, reproductiva, emocional,


cognitiva, dogmática, y cultural de la especie; exige que la ciencia tenga en
cuenta lo que la especie piensa, siente, quiere, y desea en estos tiempos de
acusada tecnología, sed, hambruna, consumismo, y superpoblación global. Un
método interactivo nuevo de formación, e información; podrá reinventarnos co-
mo sociedad global, y preservarnos de la hecatombe disfrazada de abundancia
fláccida, falsa, ignorada, y creciente. La transformación de la idea prodiga del
contorno acuífero, ecológico, emocional, y reproductivo no es nada del otro
mundo; es solo una cuestión de decisión, y acuerdo global.

La especie necesita de todo un conjunto de procesos habilitadores, rehabilita-


dores, reproductivos, dogmáticos, políticos, psicosociales, consumistas; para la
modificación autónoma de la conducta, y la aceptación de la realidad física,
biopolítica, geopolítica, social, y ecológica; necesita nueva fe, y nuevo gurú,
nuevo itinerario; sin descontar que, la modificación, la aceptación, y la realiza-
ción; han de ser estados autónomos sostenibles en el tiempo, empero; sin cul-
pa, sin arrepentimiento, y además; sustentables en cualquier escenario mundial

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dispuesto para interactuar como miembros de una misma especie. Hay que
partir de una visión holística de la; eco-realidad, sabiendo que; el argumento
reproductivo que nos asiste en el mundo es impuesto por condiciones cultura-
les, sociales, y además; dogmáticas, son el producto de nuestras propias deci-
siones, y permisividad como especie. La toma de decisiones en estos tiempos
ingentes es sencilla; solo hemos de vernos como especie finita, y nada más.

Todos los seres humanos somos multidimensionales; por esta razón, construir,
y descubrir habilidades psicosociales para el desenvolvimiento en este nuevo
milenio no es imposible; nos permitirá develar el riesgo de desaparecer para
siempre de la faz de la tierra. Acceder al bienestar, y al confort al que tendemos
todos de manera natural no debe ser para elegidos; es la intención general de
toda la especie. Si nos vemos como especie descubrimos la importancia de
que; una muestra de lo humano sobreviva en el tiempo; en el futuro próximo. El
bienestar de toda la especie es biológico, psicosocial, reproductivo, espiritual,
cultural, político, económico, ecológico, afectivo, y si se quiere es dogmático.

Los eventos medioambientales son, y serán de gran exigencia para la especie,


ocasionaran traumas psicosociales altamente sensibles con consecuencia
dramáticas para toda la humanidad; el hambre, la sed, la pobreza, y el número
creciente; tendrán características de caos, de carnicería; en todo el orbe.

Un re-ordenamiento, un re-conocimiento, una entelequia nueva, una reforma;


que obligue a tener en cuenta las interacciones, e interrelaciones ambientales
que surgen a partir de la convivencia natural; con una visión integradora, y un
fundamento social de especie se hace absolutamente necesario adoptar, ade-
más; no estoy inventando nada nuevo; el signo lo tenemos; puede ser un pro-
yecto epistemológico ambiental con un componente científico comprobable
globalmente, debe ser ontológico; tiene su basamento en el ser humano, y para
toda la especie, además; metodológico tiene un cuerpo, y unos lineamientos de
intervención compatibles con todos los seres humanos, puede ser axiológico
permite redescubrirá valores, y circunstancias vitales de relación natural, no
sobra decir que; puede ser, además; deontológico por lo tanto; obliga a un or-
den, a una claridad sustancial, a un decoro imprescindible en estos tiempos de
emergencia planetaria, somos todos quienes padecemos la emergencia en es-
tos tiempos, en fin..., que antropología de referencia hemos de usar para si-
tuarnos todos en la realidad palpable, y sombría.

“La conducta, y la condición humana; obligan a la inserción, e inclusión social


de especie, la conducta, y la visión que fundamenta la condición de especie es
el otro; la psicología, y la sociología son herramientas poderosas para lograr un
nuevo orden mundial donde el otro sea el fundamento moral de la especie; sin
el otro somos nada; es así de simple” --salvar a los otros es salvarnos--

Se requiere de un cuerpo académico profesional; un puente entre las discipli-


nas, un agente trasformador que disponga la voluntad colectiva para un nuevo
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orden, con poder de conocimiento para transformar, informar, formar, y predecir


el impacto que causa una especie desfasada socialmente, y ecológicamente
como la nuestra. No tiene por qué ser; un ente moralizador oculto, debe ser
visible, audible, resonante, imitable, e imprescindible para la especie. Orientar a
la especie en estos momentos de acusada tecnología es cuestión de voluntad,
y sinónimo de poder global. Obtendremos el compromiso autónomo cuando
informemos, formemos, y descubramos para todos el riesgo a que se enfrenta
la especie por los excesos con el medioambiente global.

Frente a la supervivencia de la especie no podemos asegurar, o desmentir pro-


cedimientos debido en parte a que; se trata de un terreno en el que no hay es-
tudios reales no hay forma de hacerlos; es un terreno, en el que sólo se pueden
hacer observaciones éticas restringidas, y eso en determinados casos, y con
diferentes procedimientos, no obstante; debemos sobre ponernos, y tomar de-
cisiones, y hacer propuestas como especie o por el contrario desapareceremos
sin hacerle falta a nadie.

Para la especie es importante, o al menos hace parte de su devenir social, la


satisfacción, la política, la tenencia, la familia, la pareja, el medioambiente, el
agua, la sexualidad, la comida, el aborto, la muerte, la enfermedad, el alcoho-
lismo, las emociones, la drogadicción, la eutanasia, la historia, las preferencias,
la reproducción, el diagnostico, la guerra, la paz, la educación, el suicidio, la
felicidad, la realización, las creencias; es decir el dogma, el poder, la fe; etc.,
todos los anteriores aspectos resultan ser importante; son los atenuantes que
le dan sentido al concepto de humanidad o al concepto de humana-mente po-
sible, sin ir muy lejos; es eso lo que hace que sea difícil hablar del control po-
blacional; necesitamos mucho, y damos muy poco. Estos son aspectos delica-
dos, y no se deben tratar en confidencialidad; deben ser públicos debido a que
por la misma naturaleza nos competen a todos por igual, y no vulneran la inti-
midad cuando los confrontamos; empero, es por eso que hay que decirlo; en
estos momentos, las exigencias de la especie resultan excesivas, resultan -eco
iatrogénicas- para todas las especies en general; máxime cuando no contamos
con reformas adecuadas; ni control poblacional.

“Globalicemos un dogma que una el creacionismo, y el evolucionismo; nutrá-


moslo de conocimiento sin detrimento a ninguna vertiente. El cerebro humano
necesita del dogma de otra forma se extravía; aprovechemos esta cualidad
cognitiva-conductual, estamos obligados a pensar globalmente, y actuar local-
mente; de la única forma que la especie sobrevira será poniéndonos todos de
acuerdo como especie”

Un asunto ético de primera significación en la especie, es el criterio para el re-


conocimiento profesional de la idea, y de la sexualidad. El cerebro, y la sexuali-
dad; son únicos en nuestra especie; se corre un riesgo al tratar de imponer va-
lores en uno o en otro aspecto; en estos temas se debe hacer clara conciencia

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de que; cada persona puede definir criterios de normalidad; tanto en sus idea-
les como en su sexualidad; en lo único que podríamos inferir en un nuevo or-
den seria en la sexualidad recreativa; no reproductiva, y en la idea racional fun-
damento de especie; no obstante, hemos de reconocer que; son estos aspec-
tos los más permeados por la cultura, la fe, y por el dogma; siendo cual fuere el
contexto, y la nacionalidad. Se, con claridad qué; para orientar, y conducir a la
especie en un nuevo orden; hemos de tener en cuenta todo lo que se incluye
en su cognición, cultura, y axiología.

En todos los grupos humanos existe la voluntad, y el deseo; disponer de objeti-


vos grupales de supervivencia, y potenciar ideas nuevas de procreación; no es
nada del otro mundo; basta con poner de manifiesto las necesidades a suplir
de cada uno de los que nacen; heredarles un mundo de pobreza, y necesidad
no tiene por qué ser el objetivo de la especie, hermoso objetivo sería aquel
donde concursen la voluntad, y el deseo pleno de los gestores.

La fe derretida en el tiempo promete grandes soluciones, y prosperidad sin lími-


tes para cada uno de los que nacen con solo sentarse a orar, y a esperar la
prosperidad caída del cielo; eso jamás va a ocurrir; ni ha ocurrido jamás. Si se-
guimos reproduciéndonos sin ningún control aceleramos nuestra desaparición;
no sin antes conocer la sed, la hambruna, la miseria, la carnicería, y el despre-
cio por nuestros propios congéneres.

No podemos desconocer la riqueza enorme que supone el otro ser humano;


por lo tanto, planifiquemos el futuro de la especie, y les evitamos grandes su-
frimientos en la vida, hay más crueldad en la miseria, en la sed, en la desnu-
dez, en el hambre, en el hacinamiento que en la planificación controlada.

“El mayor temor que acusa a las instituciones dogmáticas es que el ser hu-
mano; acceda a mejores condiciones de vida, porque en ese estado; la fe, dis-
minuye, o desaparece para siempre, y nada más”

El acercamiento, y acceso a nuevas ideas se da por medio del encanto, de la


sugestión, de la imitación, de la magia que hay en lo nuevo, del aprendizaje,
del entrenamiento, y del descubrimiento de lo viable, y emocionante que resul-
ten los nuevos itinerarios.

Los orígenes, y procedencias de las distintas culturas con sus contenidos axio-
lógicos, deontológicos, cognitivos, psicosociales, emocionales, dogmáticos, y
mágicos son de vital importancia tener en cuenta para lograr modificaciones
conductuales en cualquier grupo social. Lo que para muchos es hábito, para
otros es; norma elemental, cada grupo tiene un pul axiológico propio; respeta-
ble desde todo punto de vista; empero, de no hacer correctivos; no podremos
seguir con la vida que elegimos siendo de la procedencia que fuéremos; es así
de simple, y nada más.

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PSICOBIOETICA

La modificación de conductas sociales deben basarse en criterios absoluta-


mente objetivos, los grupos elijen patrones de comportamientos adecuados a
sus propias convicciones coterráneas, y a sus propias motivaciones dogmáti-
cas; es por eso que, para lograr el control de los nacimientos hemos de trans-
formar primero los pensamientos, nada más.

Siempre existe la posibilidad de re-orientar la conducta por férrea que sea; las
modificaciones conductuales corresponden con un nuevo orden social de rela-
ción donde el respecto por los otros es imperativamente indispensable.

“Queridos hermanos de especie; he de decirles sin que sean palabras zalame-


ras, y alejado de cualquier dogma pretérito, que; para controlar los nacimientos
hemos de modificar primero los pensamientos; es solo eso, y nada más”

Sé que; un sentimiento de frustración se apoderara de cada uno de los miem-


bros de la especie en breve tiempo, la resignación, la sumisión, la decepción, el
arrepentimiento, la fe, y el dogma; no servirán de nada frente a las exigencias
ambientales globales, y al caos que generara el incontable número de especí-
menes; todos menesterosos ganando un espacio en la tierra a como dé lugar, y
al no alcázar la especie lo propuesto, o lo deseado individualmente; difícilmente
se podrá contar, orientar, y gobernar.

“Las mayores exigencias del hombre actual; a nivel global, son de orden psico-
social, y emocional interno individual; todos los seres humanos nacen conde-
nados a suplir necesidades”

Es comprensible que los humanos, y las emociones halladas en ellos; degene-


ren sus conductas haciéndolas feroces por la imposibilidad de lograr lo que se
han propuesto. No habrá mensaje, no habrá mesías, no existirá fe; que no sea
corroída por la duda razonable. Las carencias constantes, el hambre, y la sed
permanente los harán violentos; cuando no explosivos, nada será más impor-
tante, y definitivo que los suministros básicos de cada uno de los miembros de
nuestra especie, y cada uno hallara la forma de obtenerlos.

“Y llegara el momento en que los hombres no vivirán más en democracia; será


entonces cuando el poder; los obligue a vivir la democracia impuesta; so pena
de perder la sangre”

No habrá salvación, no habrá magia, no habrá providencia; al contrario, habrá


terror, miseria, patologías de diversos ordenes en su mayoría mentales, ham-
bruna, sed, hampo-nato, corrupción sistémica, en fin…, adefesios terriblez para
una especie que se hizo abominablemente feroz. La fe se habrá perdido; estará
derretida en lo profundo del ser, y del estar. El dolor humano será indefinible; la
desaparición será un proceso natural; lento pero seguro; la razón es simple,
nuestra especie no es sostenible a largo plazo; no obstante, me atrevo a pen-
sar que; si modificamos los dogmas derretidos en el tiempo; podría haber una

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PSICOBIOETICA

esperanza al menos para algunos; sin ser elegidos, y serán ellos quienes ga-
ranticen los humanos del futuro.

Estamos perdidos en la bruma, y en la miseria reproductiva que hemos permiti-


do, además; hemos descubierto que, la fe; no es suficiente para salvar el pa-
raíso que habitamos, que depredamos, y que sobre-poblamos.

No somos fruto del amor de Dios; somos fruto de una casualidad geológica, y
una casualidad biológica; y además, del reforzador sexual que resulta muy po-
deroso en todas las especies particularmente en la nuestra que se reprodujo
sin compasión alguna, y sin para la compra; empero, con mucha fe; y sin plani-
ficación responsable.

La superpoblación es consecuencia de la ansiedad histórica colectiva que pro-


duce el pronatalismo irresponsable, por nuestra conducta permisiva, temerosa,
ridícula, anómala, además; por la angustia existencial moldeada por los dog-
mas, sin descontar la moral de todos tiempos; es solo eso, y nada más.

No somos la gran cosa que puebla el mundo; solo somos biomasa perfecta-
mente compatible con la tierra; igual cosa sucede con nuestra conmovedora
herencia genética. Solo somos polvo cósmico, herederos del viento, consumi-
dores de especies más valiosas para el ecosistema, productores de basura;
cuando no fabricantes de excremento, y carne de cementerios, empero, todos
creemos ser; el súper excremento del mundo.

Buscar la fe, en la prueba manifiesta; es un deber de especie, es la verdad úni-


ca, e irrepetible que acusa la razón, y la actualidad; que apunta a la desapari-
ción de nuestra especie. Si no nos programamos como especie, con fe, o sin
ella; desapareceremos, y nada más.

Nada cambiara el destino de los hombres así se ahoguen en plegaria zalame-


ra, y menos aún; si es corrosiva, toxica, y feroz; además, menos aun si solo
sirve para denostar a los hermanos de especie que creen en la buena fe; de los
hombres que dicen poseerla.

Al percibir la realidad descubrimos que; vivimos sin alegría, sin encanto, sin
talantes, sin ilusión; acosados por el consumo innecesario que –justifica- la
presencia desamparada, fría, fofa, solitaria, y numerosa en el cosmos cercano.

Disfrutar el hecho de estar vivo debe ser una condición de la cognición huma-
na; empero, nos llenamos de necesidades, y carencias, eso; arruino nuestra
felicidad; y nuestra paz emocional; si bien la fe, es una experiencia personal de
gozo; también es cierto que; se derritió en el tiempo, y solo vale para holgaza-
near, soñar con lo mágico; con lo posible de acuerdo a la fe, y la vida que todo
lo puede explicar se nos va escapando de las manos gota a gota; nos llenamos
de hijos esperando que tengan las cosas resueltas en el nombre de Dios; vana
resulta la esperanza, y la fe; en estos días con estos propósitos infelices.

13
PSICOBIOETICA

La tierra que es nuestra casa; desaparecerá, desaparecerá la morada del homo


sapiente, en el tiempo, y en el espacio; siendo una realidad terrible, y segura
para la especie que la puede desentrañar, y ver, empero; sobre todo preservar
con unos nuevos lineamientos de futuro para la especie que la puede explicar
por medio de la idea.

“Cuántos, y cuáles podrían ser los elementos que pueden llevarnos a com-
prender qué; el proceso de desaparición de la especie es real, que la magia no
nos salvará, ni aun los dogmas; que lo único que nos salvará será la acción
concreta sobre la prueba manifiesta de desaparición por; sobre población, y
sobre consumo”

En algún momento de la vida hemos recibido formación que implica fe; empero
su exceso termina saturándonos por la ausencia de pruebas manifiestas, y la
zalamería envuelta en ella; las más de las veces produce un síndrome de de-
mencia no diagnosticada con maldad implícita en ella, y ya no queremos oír
hablar de este tema, de hecho, con más frecuencia de la que uno espera se
olvida la fe, desconfiamos de los que andan inmersos en ella, y empezamos
verdaderamente a pensar en un futuro real; además tangible. La fe mal enten-
dida es infantil, es destructiva, es corrosiva, es nociva para la pobre condición
humana, detiene el crecimiento personal, y la acción concreta se diluye a espe-
ras de lo mágico, además; los proyectos de vida se esfuman, y se pierden para
siempre sustentados en elecciones que supuestamente Dios, hace. Sentarnos
a esperar lo que nadie nos debe; no debe ser un propósito de especie. Deliran-
te resulta la fe; que invita a orar, y a odiar la tenencia de nuestros semejantes,
sin hacer nada para lograr la presencia de nuestros hermanos del futuro esta-
mos todos; con leyes ridículas a nuestro favor.

“Cuanto talento, y de cuantas experiencias maravillosas nos hemos perdido por


esperar sentados lo que nadie nos debe. Presumir lo que no tenemos, y envi-
diar todo lo ajeno; parase ser la obra del satán que señorea en la especie”

Sé que el cerebro humano necesita de un norte; de un retorno a un escenario


compensatorio para espiar sus temores, sus excesos, sus culpas, y sus deudas
emocionales difíciles de sufragar por culpa, empero; también podemos sobre
ponernos a las circunstancias, y hacer algo por voluntad propia.

Por causas como la superficialidad, la reproducción sin control, la evasión de la


responsabilidad con el medioambiente, y el consumo excesivo; es que olvida-
mos lo esencial, y hacemos que no nos afecte de forma negativa la realidad
que nos asiste; es la -disonancia cognitiva- que resulta conveniente, y las más
de las veces nos evita la responsabilidad; nos aleja de la realidad.

La fe, provoca confusión porque no deja que se entre en contacto con la reali-
dad tangible, y con la realidad razonablemente buena.

14
PSICOBIOETICA

Las preguntas existenciales son importantes para la especie; empero, no de-


ben alejarnos de la realidad, y lo que es peor; de la realidad del entorno, lo cier-
to es que; cuando el planeta se sature, y no tenga agua; no tendremos a donde
ir; aunque nos ahoguemos en fe, y plagaría zalamera; solo es eso, y nada más.

El deterioro ambiental no admite dudas; la desaparición de lo humano no es un


mito; es una realidad observable, –es una condena-, lograr que el sentido co-
mún no albergue dudas respecto de la supervivencia; es el verdadero reto neu-
ro-científico de estos tiempos de conocimiento, e ignorancia supina.

Incorporar al lenguaje común, y al lenguaje no común los temas de superviven-


cia; hacen parte de las cosas importantes de la vida de hoy. No podemos se-
guir en –esquizofrenia- donde por un lado la vida moral, y la vida racionalidad
nos dice que; estamos desapareciendo, y por otro lado la vida mística, y lo má-
gico nos dice que; esperemos sentados lo que nadie nos debe, es esta duali-
dad la que nos obligara a tomar medidas extremas para la supervivencia, y ha-
llar elegidos, o hallar a los más aptos, en fin… La solidaridad con los demás
miembros de la especie es el camino más recto, y hacer que las personas que
compartimos la misma visión nos encontremos; es el camino más directo.

Ya para terminar.

Dedicado a los niños, y a las niñas que nacerán en (50) años, y más allá,
deseando desde lo profundo de mí ser espiritual que; sean, una elite, y habiten
en paraísos, es decir; que vivan en mejores condiciones de las que he tenido
que vivir yo, y la inmensa mayoría de mis congéneres.

“La cuestión hoy; no es adoptar más creencias, ni más suposiciones dogmáti-


cas; sino descubrir lo que podemos hacer para lograr la supervivencia; al me-
nos de una muestra de lo humanamente rescatable. La responsabilidad, la gra-
titud, el respeto, y la alteridad; son condiciones propias del cerebro, son; cone-
xiones congénitas, además; fortalecen la dimensión espiritual de la especie, y
duran para toda la vida”

“No somos la gran maravilla, no somos la gran cosa; empero, si somos los
grandes responsable de renovar las ideas de la especie. Necesitamos moder-
nizar nuestras emociones, nuestros sentidos, y percepciones; además, el sue-
ño inmortal de la presencia eterna en el paraíso debe ser reevaluado”

“La vida ni es un milagro; ni es magia creativa, ni es un reglo de Dios; es cos-


mología, es biología, y geología, además; una vez desaparecido el último hom-
bre; desaparecerán los mitos, y adiós al sueño eterno, y a la conciencia divina;
cósmica, nada más”

“La espiritualidad no es un método; no es una aproximación; es una reacción


química del cerebro. No es presunción, es humildad interna, y no sirve para
alcanzar la perfección; ni el éxito; sirve para lograr una genuina conexión con la

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PSICOBIOETICA

humanidad, y así; cuidar de todo lo que está dentro del planeta, y de todo lo
que está fuera de nosotros como especie sapiente”

“Si pudiéramos renovarnos como especie; veríamos con acierto el panorama


dramático general que nos asiste como especie, y que además; nos devora a
todos por igual. Fácil será descubrir el drama al que estamos enfrentados como
especie si cambiamos las coordenadas; globalmente”

“Cuando el desierto arda, y se evapore el último hombre; con el se evapora la


fe, y la espiritualidad. Es así de fría, y sencilla la realidad de la especie que
presume de tener Dios, y de tener alma imperecedera“

“Y vendrán de todos lados hombres desprovistos de fe, de esperanza, y de ilu-


sión, arrasaran la tierra como langostas; buscaran pan, agua, refugio; y nada
les satisfará más que su propia supervivencia, será; en breve tiempo”

“No existe posibilidad alguna que apunte a la perfección humana; a un que nos
reproduzcamos inmisericordemente para encontrarla. Aun con Dios, fe, espiri-
tualidad, y plegaria zalamera; seguimos siendo las simples criaturas que evolu-
cionaron del neandertal, y nada más”

Sinceramente

HERM

BIBLIOGRAFIA

Decálogo. HERM

Psicobioetica; la ética de la especie. HERM

Alzados en almas. HERM

Conexión emocional de especie. HERM

Dolor y sufrimiento de especie. HERM

Al sapiens de estos tiempos. HERM

Autor. HUGO EDGAR RUIZ MONROY Terapeuta psicosocial. Psicoterapeuta.


Eticista y Bioeticista.

Titulo original (La pérdida de la fe) Bogotá Colombia (2018-2019)

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