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DERECHO DE OBLIGACIONES Y DERECHO DE DAÑOS

PRÁCTICAS 2018-2019

DEPARTAMENTO DE DERECHO PRIVADO. ÁREA DE DERECHO CIVIL


Universidad Carlos III de Madrid
DERECHO DE OBLIGACIONES Y DERECHO DE DAÑOS

PRÁCTICA 1 (TEMA 1)

Resolución de casos prácticos y lectura y debate sobre un punto concreto de la materia.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1

D. Carlos, que tiene tres hijas –Dña. Emilia, Dña. Carlota y Dña. Alejandra, esta última discapacitada,
acude a un notario para asesorarse respecto de la posibilidad de otorgar testamento mejorando a
Dña. Alejandra respecto de sus hermanas, esto es, dejarle una mayor porción de herencia para
asegurar su estabilidad económica de cara al futuro. Tras esta primera visita al notario en la que le
informa de sus intenciones, fallece antes de haber otorgado testamento y sin que existiera alguno
anterior. Llegado el momento de la división del caudal hereditario, Dña. Emilia y Dña. Carlota,
conocedoras del mismo modo que el notario de la intención de su padre de favorecer a su hermana,
consienten llevar a cabo su voluntad y realizan la partición de la herencia conforme a lo que su padre
les había dicho en vida, recibiendo ellas menos de lo que les correspondería legalmente e
incrementándose, por consiguiente, la cuota de Dña. Alejandra.

¿Qué causa podría justificar esta mayor atribución patrimonial a favor de Dña. Alejandra?

SUPUESTO 2

D. Ángel fue el ganador en un concurso, organizado por las entidades ZW Y ZI. D. Ángel sostiene
que el día 28 de diciembre de 2008 vio en programas de la cadena de televisión TV-7 y en la página
que las demandadas tienen en internet la promoción publicitaria "rico, rico", en la que podía
obtener la suma de 30.000 euros al día en el período comprendido entre el 28 de diciembre de
2008 y el 6 de enero de 2009. A fin de poder tener acceso a dichos premios, cualquier concursante
debería enviar un SMS al número XXXX incluyendo la palabra RICO, posteriormente, se debería
acceder a la página web www.ricorrico.com y darse de alta de la comunidad de usuarios del
programa alojada en ZP y rellenar todos los campos del formulario habilitado al efecto. Por cada
SMS que se enviara por teléfono se obtenía 5 puntos, y conforme al número de SMS que se
efectuaran, se irían acumulando puntos, así como por otro tipo de servicios, como por ejemplo
descargándose salva pantallas, siendo el coste de cada SMS 1,50 euros más IVA. El demandante
participó el mismo día 28 de diciembre enviando mensajes a través de su teléfono móvil,
notificándosele vía telefónica que había resultado ganador en el sorteo celebrado el día 30 de
diciembre con un premio de 30.000 euros. En enero de 2009 se le remitió carta de aceptación de
ganador, que contestó junto con la documentación requerida, pero en mayo de 2009 las entidades
ZW y ZI le remiten burofax indicándole que, conforme a las bases del concurso, su participación
debía considerarse fraudulenta, por lo que no le consideraban ganador final del concurso. En esas
bases o normas del concurso podía leerse "se entenderá que los SMS han sido enviados de forma
fraudulenta cuando desde un mismo teléfono se remitan 2 SMS en menos de 10 segundos".

D. Ángel entiende que ese requisito no le es de aplicación porque él no conocía la existencia de esas
bases. Las empresas ZW y ZI entienden que las bases, que están depositadas ante notario, vinculan
en cualquier caso.

¿Qué argumentos pueden darse en uno u otro sentido?

Supuesto basado en SAP Madrid, 1 abril 2014 (sentencia 140/2014; nº rec. 962/2012)

Véase también la STS 11 febrero 2016 (RJ\2016\231)

EXPOSICIÓN ORAL

Lectura del Cap. I “La obligación”, de L. DÍEZ-PICAZO, Fundamentos de Derecho civil patrimonial, II.

Se puede utilizar cualquiera de las ediciones de este libro a partir de la 4ª ed. Madrid 1996
PRÁCTICA 2 (TEMA 2: Sujetos)

Resolución de los casos prácticos y exposición oral por los alumnos de una sentencia.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1

El punto de partida de este caso se puede situar en la existencia de un contrato de compraventa


realizado el 14 de febrero de 2013 por don Francisco S.L. y don Antonio G.B, que actúan como
compradores de forma mancomunada e indivisa, y el Instituto de los Hermanos de las Escuelas
Cristianas, que actuaba como vendedor de una finca de 40.000 m2. El precio pactado era de
1.360.000 euros, de las que fueron entregadas 136.000 euros, a cuenta del precio. El resto sería
abonado en pagos sucesivos: 260.000 euros al momento de la firma de la escritura pública y
250.000 euros cada año, en los sucesivos cuatro años y hasta completar la parte del precio
pendiente. Un tiempo después, don Francisco solicita la efectividad de tal compraventa, entrega
de la cosa y recepción del precio, así como el otorgamiento de las escrituras correspondientes. La
vendedora se niega, diciendo que don Francisco, actuando por sí mismo, no está legitimado para
pedir el cumplimiento de la compraventa. De hecho, la parte vendedora considera que el contrato
ha sido incumplido por los compradores y decide resolverlo.

¿Puede don Francisco pedir el cumplimiento del citado contrato? ¿Podría demandar su
cumplimiento ante los tribunales? ¿Habría de cambiar la solución si se hubiera pactado que la
totalidad del precio se pagaría –restada la cantidad dada como señal- en el momento de la
escritura?

Basado en STS de 31 enero de 2002 (RJ\2002\2313) (véase el FD 4º).

SUPUESTO 2
Constituyen hechos no negados ni discutidos por las partes en este procedimiento, y que
consecuentemente deben ser tenidos como probados, los siguientes: A) Con fecha 1 de octubre de
1982 el «Banco Atlántico S. A.» concertó con los demandados un contrato de préstamo, formalizado
en la póliza n.º 14-02350000 intervenida por Corredor de Comercio, y por un importe total de
97.411.229,90 ptas.; B) En dicho contrato de préstamo intervinieron como prestatarios D. Vidal A.
S., D. Ignacio y D. José Manuel L. B. y D. Tomás L. A., figurando las esposas de los cuatro citados
señores como garantes solidarios del cumplimiento del contrato; C) Incumplidos por los prestatarios
los plazos de amortización convenidos, fueron requeridos notarialmente por el banco: del
vencimiento del préstamo, y del pago del saldo deudor, llegándose a un acuerdo transaccional, entre
las partes, mediante el cual se satisfacía parte de la deuda, y se otorgaba la escritura pública de
fecha 6 de marzo de 1984; D) En esta escritura se reconocía un saldo deudor de 66.831.505,77
ptas., se hacía figurar a todos los primitivos intervinientes en la póliza como obligados directos,
principales y solidarios, se elevaba los intereses hasta un 18,50%, se establecía un nuevo cuadro
de amortización del principal y de los intereses devengados, en un plazo máximo de tres años, se
constituía una hipoteca sobre determinadas fincas en garantía de la devolución de la deuda
reconocida, y se autorizaba a cada uno de los prestatarios para vender los inmuebles de su
propiedad gravados con la hipoteca siempre que el importe de la venta se aplicase al pago del
principal de la deuda, en la cantidad en que la finca se había valorado en la escritura, y el resto, si lo
hubiese, al pago de los intereses; E) Al año de ser otorgada la escritura que acabamos de analizar,
y precisamente como consecuencia de la venta de algunos inmuebles, se habían amortizado
14.960.000 ptas., y requeridos los deudores para que cumplieran el resto de lo pactado, sólo D. Vidal
A. S. y su esposa D.ª Elsa M. M. llegan a un acuerdo unilateral con el banco, conviniendo en fechas
20 y 25 de abril de 1985 satisfacer por su cuenta el 42% del resto del principal y de los intereses que
quedaban pendientes, entregando para ello una suma en metálico, y aceptando una serie de
cambiales, por un importe total de 35.344.470 ptas., y recibiendo del Banco acreedor la exoneración
de cuantas obligaciones contrajeron en la escritura pública de préstamo, y comprometiéndose éste
a no exigirles nada por tal causa; y F) al dejar de cumplirse por los deudores las amortizaciones
convenidas, el Banco Atlántico promueve la presente demanda con fecha 15 de mayo de 1986,
dirigida contra todos los obligados contractualmente, menos el matrimonio A.-M. recayendo en
primera instancia sentencia condenatoria de los demandados, que es íntegramente confirmada en
apelación.
Los demandados D. Ignacio L. B. y su esposa D.ª M.ª Felisa del V. M están pensando recurrir ante
el TS porque su abogado les dice que no cabe una renuncia a la solidaridad por el acreedor que
favorezca sólo a uno de los codeudores y que, por lo tanto, a ellos sólo se les puede condenar a la
parte que les corresponde en el referido préstamo, parte que se ha de presumir igual a la del resto
de codeudores.

CUESTIONES
1. ¿Qué posibilidades de prosperar tiene el argumento del abogado de D. Ignacio L. B.
y Dª. M.ª Felisa?
2. Imaginemos que finalmente D. Tomás L. A. paga el resto pendiente del préstamo en
cuestión y, cuando se dirige luego contra el resto de los condenados, resulta que D.
José Manuel L. B y su esposa son insolventes. ¿Quién habría de correr con el coste
de la parte correspondiente a estos dos codeudores?

Basado en STS 10 julio 1990 (RJ\1990\5791)

Sobre esto, véase, J. CAFFARENA, “Comentario al artículo 1146” y “Comentario al artículo 1148”,
en C. PAZ-ARES et al. Comentario del Código Civil, II, Madrid: Civitas/Ministerio de Justicia, 1991.
SUPUESTO 3

D. Luis Manuel Segundo interpone demanda de juicio ordinario en reclamación de condena


pecuniaria, por importe de 138.000.-€, en concepto de indemnización por daños y perjuicios,
derivada de un contrato de sociedad civil creada verbalmente para comprar una finca, para su
explotación, en la que la parte actora aportó una cantidad que fue utilizada por los demandados,
D. Juan y D. Pelayo, destinándola a pagar las arras de la compra de la finca, que pusieron a su
nombre, siendo posteriormente resuelta dicha compraventa por incumplimiento de los
compradores. Subsidiariamente, si se considerara que el vínculo existente entre el actor y la parte
demandada fue el de un préstamo, pidió que se condenara a la demandada solidariamente a
devolver el mismo. También, subsidiariamente, solicitó la condena de la restitución de aquellas
cantidades fundada en el enriquecimiento injusto.

La parte demandada, Sres. Juan y Pelayo, se opuso alegando la existencia de instrucciones


verbales para proceder de la manera que lo hicieron. Los demandantes reconocieron que el actor
fue el único que aportó dinero que fue entregado en concepto de arras, que se perdió al
malograrse la venta, y argumentaron que, habiendo convenido que la sociedad civil debía estar
integrada por cinco miembros, la cuantía debía repartirse entre los cinco, pues la solidaridad no se
presume en las relaciones entre las partes de un contrato.

¿Qué fuerza cabe atribuir a este argumento?

Basado en STS num. 64/2014 de 25 febrero (RJ\2014\970)

EXPOSICIÓN DE SENTENCIA SOBRE UN PUNTO CONCRETO

La no presunción de solidaridad: STS número 354/2011 de 31 mayo (RJ 5710) MP Ilma Sra. Roca
Trías (FD 3)
PRÁCTICA 3 (TEMA 3: Objeto y circunstancias)

Resolución de los casos prácticos y exposición oral por los alumnos un punto concreto de la materia

CASO PRÁCTICO

SUPUESTO 1

En el marco de una actuación urbanística en Chipiona, una vía pecuaria (llamada Colada del
Chapitel) quedó en parte comprendida en el área de una unidad de actuación urbanística, dentro
del plan parcial La Ballena. En esa misma actuación, la propietaria Gabriel Rojas, SL resultó
favorecida por un exceso de adjudicación y quedó obligada a ceder suelo a Junta de Andalucía o, en
su defecto, a abonar a la misma 709.027,45 €. La exigibilidad de la entrega de dicha cantidad había
quedado suspensivamente condicionada a que, en determinado plazo - tres años a contar desde el
14.01.2004-, se aprobara el deslinde de la vía pecuaria, así como la desafectación de la parte
correspondiente de la misma y su incorporación al sistema de compensación. La aprobación
administrativa del deslinde de la cañada fue decidida por el organismo competente el 21.02.2005
(así como la desafectación de la parte alcanzada por la actuación urbanística; y la incorporación de
los tramos desafectados al sistema de compensación) y Gabriel Rojas, SL entregó los 709.027,45 €
a Junta de Andalucía el día 15.02.2008. Sin embargo, a raíz de una impugnación del citado acto de
deslinde de 2005 realizada por Gabriel Rojas SL, el TSJ de Andalucía (jurisdicción contencioso-
administrativa) anuló el mencionado deslinde, con lo que esta empresa consideró que había que
entender que la condición suspensiva no había sido cumplida en el plazo establecido para ello y que,
como previamente había pagado a Junta de Andalucía 709.027,45 €, correspondía condenar al
"accipiens" de esa cantidad a devolvérsela, con los intereses legales producidos desde la entrega o,
en su defecto, desde la sentencia que anuló el acto de determinación de los lindes de la vía pecuaria.

Cuestiones:
1. Lea el art. 1121 CC y formule un argumento para defender la pretensión de Gabriel Rojas,
SL
2. ¿Puede alegar la Junta de Andalucía que ha sido el mismo deudor - Gabriel Rojas, SL- el
que ha impedido el cumplimiento de la condición? ¿Qué relevancia tendría ese hecho en
el régimen de una obligación condicional?
3. ¿Qué fuerza cabe atribuir al argumento de la Junta de Andalucía de que no estamos ante
un pago de lo indebido porque el pago realizado por Gabriel Rojas, SL el día 15.02.2008 sí
era un pago debido en ese momento y que, por tanto, el art. 1121 CC no era de aplicación?
4. En relación con la reclamación de intereses, ¿Qué diferencia existe entre pagar los
intereses por aplicación de la idea de mora (arts. 1100, 1101 y 1108 CC) y los intereses que
corresponden en el régimen del pago de lo indebido (arts. 1896 y 1897)

(Véase el documento explicativo elaborado por el Prof. Cabanillas que está en Aula Global)

Basado en STS número 765/2013 de 18 diciembre (RJ\2014\411) MP Ilmo Sr. Ferrándiz Gabriel

SUPUESTO 2

En el sector de la circulación de vehículos a motor, existe en la LRCSCVM1 un sistema de tablas


para calcular la indemnización de daños personales causados por accidentes de tráfico (el llamado
Baremo de daños personales). En caso de que existan secuelas permanentes, el cálculo de la
indemnización se hace con unas tablas que asignan puntos a cada lesión en función de su
gravedad (por ejemplo, una leve cojera, 15 puntos) y otra tabla que asigna valor a cada uno de
esos puntos (en función, entre otras cosas, de la edad del perjudicado). El valor de cada punto se
fija anualmente en una norma ad-hoc. En estos casos de accidentes de coche, se trata de
indemnizar daños y, según idea muy extendida, las deudas indemnizatorias son deudas de valor
(no de dinero).

En el caso que dio lugar a la STS 17.04.2007, el accidente de coche había ocurrido en 1995 pero,
por la gravedad de las lesiones, la indemnización se había solicitado en el año 2000, una vez
consolidadas las lesiones. Indemnizar el daño calculando el valor en uno u otro momento daba
soluciones muy distintas en este caso.

Lea la explicación recogida en el punto A y explique en sus propias palabras en qué consistía el
problema y cuál es la solución que ofrece el TS en el punto B. Ambos textos están tomados de la
citada STS de 17.04.2007 (STS nº 4225/2007; MP Ilma Sra. Roca Trías)

A. El problema y las dos soluciones enfrentadas.

Explica el TS (FD 4) que, “En resumen, la doctrina hasta ahora formulada en la interpretación del
sistema de valoración de los daños personales (el llamado Baremo) puede sintetizarse del modo
siguiente:

1
Ley de Responsabilidad Civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor (Texto Refundido aprobado
por Real Decreto Legislativo 8/2004, de 29 de octubre)
1ª solución: la de aquellas Audiencias que, como la de Ourense que da lugar al presente recurso
de casación, consideran determinante el momento en que se ha producido el daño. Esta opción se
justifica sobre la base de la aplicación del principio de irretroactividad de las normas establecido
en los artículos 9.3 CE y 2.3 CC. De acuerdo con la interpretación efectuada por las Audiencias que
se valen de este criterio, la norma jurídica aplicable en el momento de la producción del daño
determina: a) el sistema de valoración de los daños, y b) la regla para fijar su cuantificación. Sin
embargo, esta solución presenta algunos inconvenientes cuando se trata de daños que tardan
mucho en curar o aquellos que no se manifiestan en el primer momento. Esta es la opción
mayoritariamente seguida en las Audiencias Provinciales.

2ª solución: Otras Audiencia Provinciales entienden que los daños se deben cuantificar según la
tabla que esté vigente en el momento de dictar sentencia. Esta opción se justifica en la
jurisprudencia de esta Sala, que ha calificado la indemnización de los daños personales como
deuda de valor, para evitar que se beneficiara quien los ha causado en una época en que la
inflación resultaba insostenible (entre muchas otras, SSTS de 19 noviembre 1984, 31 mayo 1985,
15 junio 1992, que se mantiene en las más modernas sentencias de 9 junio, 12 julio y 20 diciembre
2006). Sin embargo, esta opción presenta también inconvenientes, como señala la propia
sentencia recurrida, porque deja a la víctima la determinación del momento en que
definitivamente se tenga que fijar la cantidad, ya que por medio de la interrupción de la
prescripción, puede alargar la fecha de interposición de la demanda, con la inseguridad que se
crea. Además, no distingue entre el sistema de valoración aplicable a los daños, de acuerdo con lo
dispuesto en el citado párrafo tercero del Anexo de la Ley 30/19952, y la cuantía de los puntos que
resulten de aplicar el sistema de valoración a la concreta lesión sufrida por el perjudicado. Sin
olvidar, además, que al tratarse de actualizaciones de las tablas según el IPC, nada beneficia a la
víctima del daño si se demora la determinación de la concreta cantidad a cobrar, salvo la pérdida
derivada del valor adquisitivo. Estos mismos inconvenientes tendrían lugar si el sistema escogido
fuera el propuesto por el hoy recurrente, es decir, el del momento de la presentación de la
demanda”. (fin de la cita)

B. La solución que da el TS

La solución que ofrece el TS a este problema (FD 6) es la siguiente, “1º La regla general determina
que el régimen legal aplicable a un accidente ocasionado con motivo de la circulación de vehículos
es siempre el vigente en el momento en que el siniestro se produce, de acuerdo con lo dispuesto
en el artículo 1.2 de la Ley de Responsabilidad civil y Seguro en la Circulación de Vehículos a Motor
y en el tantas veces aludido punto 3º del párrafo primero del anexo de la ley 30/1995 , que no fija
la cuantía de la indemnización, porque no liga el valor del punto que generará la aplicación del
sistema al momento del accidente. El daño, es decir, las consecuencias del accidente, se determina
en el momento en que éste se produce; este régimen jurídico afecta al número de puntos que

2
Ese Anexo es el que contenía el llamado Baremo mencionado al comienzo de esta práctica. La Ley 30/95
fue sustituida por el Texto Refundido citado en la nota a pie de página anterior.
debe atribuirse a la lesión padecida y a los criterios valorativos (edad, trabajo, circunstancias
personales y familiares, incapacidad, beneficiarios en los casos de muerte, etc.), que serán los del
momento del accidente.

En consecuencia y por aplicación del principio de irretroactividad, cualquier modificación posterior


del régimen legal aplicable al daño producido por el accidente resulta indiferente para el
perjudicado.

2º Sin embargo, puede ocurrir y de hecho ocurre con demasiada frecuencia, que la determinación
definitiva de las lesiones o el número de días de baja del accidentado se tengan que determinar en
un momento posterior. El artículo 1.2 y el número 3 del párrafo primero del anexo de la Ley
30/1995 no cambia la naturaleza de deuda de valor que esta Sala ha atribuido a la obligación de
indemnizar los daños personales, según reiterada jurisprudencia. En consecuencia, la
cuantificación de los puntos que corresponden según el sistema de valoración aplicable en el
momento del accidente debe efectuarse en el momento en que las secuelas del propio accidente
han quedado determinadas, que es el del alta definitiva, momento en que, además, comienza la
prescripción de la acción para reclamar la indemnización, según reiterada jurisprudencia de esta
Sala (sentencias de 8 julio 1987, 16 julio 1991, 3 septiembre 1996, 22 abril 1997, 20 noviembre
2000 , 14 y 22 junio 2001, 23 diciembre 2004 y 3 octubre 2006, entre muchas otras). Y ello con
independencia de que la reclamación sea o no judicial.

De este modo, el principio de irretroactividad queda salvado porque el régimen jurídico se


determina en el momento de producirse el daño, aunque su cuantificación tenga lugar en un
momento posterior y de este modo se salvan también las finalidades perseguidas por la Ley
30/1995, puesto que ambos momentos son seguros.

No pueden recaer sobre los perjudicados las consecuencias de la inflación cuando sus lesiones
tardan mucho tiempo en curar o en consolidarse y es por ello que, al valorarse el punto de
acuerdo con las variaciones del IPC, se evita este perjuicio. Lo que lleva a considerar que no
pueden nunca alegarse como infringidas las Resoluciones de la Dirección General de Seguros
porque sólo establecen un sistema seguro de cuantificación de la obligación de indemnizar.” (fin
de la cita).

EXPOSICIÓN ORAL

Exposición por los alumnos de las cuestiones del tema 3º referentes a las obligaciones alternativas.
PRÁCTICA 4 (TEMA 4: Pago y subrogados)

Resolución de los casos prácticos y exposición oral por los alumnos de un punto concreto de la materia.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1
El actor, don Carlos, interpuso demanda de juicio ordinario contra don Javier y otros,
interesando sentencia por la cual (a) se declare perfeccionado el contrato de compraventa sobre
determinadas fincas celebrado entre el actor y los demandados mediante documento privado de
fecha 2 de abril de 2002 y (b) se condene a éstos a otorgar escritura pública, con entrega simultánea
por el comprador del resto del precio pactado. Lo cierto es que don Javier se resistía a lo que don
Carlos le pedía porque había vendido y entregado ya las fincas a una compañía llamada Sanz Tortosa
S.A.

Don Carlos reconoce que no ha entregado las fincas a don Javier, pero dice que él tampoco había
cumplido su parte en el contrato porque no disponía de dinero para el pago del precio, puesto que
los cheques que había ofrecido como pago correspondían a una cuenta titularidad de la sociedad el
Parral 1870 S.L. de la que el actor no es socio, sino su esposa, no existiendo en el contrato de venta
la facultad de ceder a un tercero, por lo que el actor nunca tuvo intención de cumplir el contrato de
compraventa.

¿Qué fuerza le parece que puede tener el argumento del demandado?

Inspirado en STS num. 984/2011 de 27 diciembre de 2011 (RJ\2012\168)

SUPUESTO 2
En el concurso de Todo-Gourmets, SL, doña Blanca y don Benigno alegaron que, con anterioridad a
la declaración de ese concurso, habían adquirido la condición de acreedores de la sociedad
concursada al pagar parte de una deuda de la misma conforme al artículo 1158 CC. Dicho pago
alegaron haberlo realizado a favor de Credi-Oviedo, SL, que era la cesionaria de la porción correlativa
del crédito contra Todo- Gourmets, SL, de que don Íñigo y don Óscar habían sido originariamente
los titulares y seguían siéndolo, pero sólo por la parte no satisfecha. Frente a esa alegación, don
Íñigo y don Óscar argumentan que su propio derecho de crédito es preferente al de doña Blanca y
don Benigno por aplicación del artículo 1213 CC. ¿Es así?

Basado en la STS 227/2012 de 17 Abril 2012, rec. 650/2009 (Ponente Ilmo Sr. Ferrándiz Gabriel)
SUPUESTO 3
Liga Nacional Del Futbol Profesional (LNFP), Antena 3 Televisión, S.A. (ANTENA 3 TV) y Gestora De
Medios Audiovisuales, S.A. (GMA), suscribieron un contrato el día 17 de octubre de 1996, en el que,
tras exponer como antecedentes que las televisiones autonómicas tienen adquiridos los derechos
de LNFP para emitir por televisión los encuentros de fútbol de primera división y segunda A en las
temporadas 1990/1991 hasta 1997/1998, ambas inclusive, acordaron la cesión a ANTENA 3 TV del
derecho a grabar en directo un partido de primera división de cada una de las jornadas de las
temporadas 96/97 y 97/98, que no hubiera sido elegido antes por las Televisiones Autonómicas ni
por Canal Plus, cuya emisión se haría los lunes, o los martes o jueves si el partido se celebraba el
miércoles. A GMA se le cedió el derecho de grabar y emitir en directo por televisión de pago los
partidos no elegidos por las Televisiones Autonómicas, Canal Plus y A3TV correspondientes al
campeonato nacional de liga de primera división y de la Copa del Rey de las temporadas 96/97 y
97/98. El precio pactado por la cesión de los derechos televisivos correspondientes a los partidos de
primera división fue de 3.200.000.000 ptas por cada una de las dos temporadas, es decir,
6.400.000.000 ptas que sería satisfecha por A3TV a LNFP, quien se comprometía a repartir
linealmente y en función de la categoría, entre los clubes participantes en los encuentros,
correspondiendo a los de primera división la cantidad de 200.000.000 ptas.
En la ejecución de dicho contrato es hecho admitido por las partes que los concretos clubes de fútbol
han recibido el pago de manera directa de manos de las operadoras televisivas. El conflicto surge
cuando LNFP demanda y pide la declaración de incumplimiento de ANTENA 3 TV, que se declare a
LNFP acreedora de la cantidad pactada en el referido contrato y reclama también la condena al pago
de la diferencia entre lo pactado y lo ya satisfecho a los clubes de fútbol. Considera LNFP que ella
misma es la única legitimada para el cobro, pero considera que los pagos directos a los clubes se
hicieron de buena fe y admite la liberación de los demandados por lo ya satisfecho. Como hecho
probado, la sentencia de instancia declaró que ANTENA 3 TV ha satisfecho a los clubes todo lo
pactado en el contrato y concreta que los clubes que vieron televisados sus partidos por ANTENA 3
TV durante las temporadas a que se refiere el contrato han cobrado su precio, sin bien no se ajustan
al contrato de 17 de octubre, sino a los acuerdos de la asamblea de 8 de agosto, de 1996.

¿Es correcto el pago hecho por ANTENA 3 TV a los clubes de fútbol de la cantidad pagada por la
retransmisión de cada partido? ¿Puede LNFP reclamarle algo a ANTENA 3 TV?
Basado en STS num. 695/2009 de 23 octubre de 2009 (RJ\2009\5106)

EXPOSICIÓN ORAL

Exposición por los alumnos de las cuestiones del tema 4º referentes a la compensación
PRÁCTICA 5 (TEMA 5: Garantías)

Resolución de los casos prácticos

CASO PRÁCTICO

SUPUESTO 1
(Moderación de cláusula penal)

En concreto, el 16 de agosto de 2007 se celebraron dos contratos de compraventa entre los


demandantes y la promotora-vendedora, entonces "Alhama Golf Camp; Resort" (entidad
absorbida luego por Polaris), que tuvieron por objeto las viviendas NUM000 y NUM001 del bloque
NUM002 NUM003 de dicho complejo residencial. En el contrato de adhesión por medio del cual se
hizo la venta, se contenía una cláusula con el siguiente contenido:

«4. Resolución.
El incumplimiento por el Comprador de su obligación de comparecer al otorgamiento de la
Escritura Pública cuando así sea requerido por la Vendedora, o de su deber de satisfacer cualquier
pago bajo el presente Contrato, y en general de las obligaciones consignadas en el mismo, dará
derecho a la Vendedora a resolver el presente Contrato, con derecho a percibir una pena
convencional igual a las cantidades hasta entonces satisfechas por el Comprador, para lo cual la
Vendedora podrá retener el Primer Pago y, en su caso, el Segundo Pago y ello en concepto de pena
civil que expresamente las Partes pactan, y que engloba igualmente la indemnización de los daños
y perjuicios ocasionados a la Vendedora».

Los compradores instaron la resolución de los contratos suscritos por diversos incumplimientos
según ellos imputables a la vendedora, pidiendo la devolución de las cantidades entregadas a
cuenta (132.340,16 euros). Sin embargo, la vendedora se opuso a dichas pretensiones alegando
(a) su propio cumplimiento, (b) el incumplimiento de los compradores (c) la conformidad a
Derecho de su decisión de resolver el contrato (comunicada a los compradores el 17 de noviembre
de 2009 mediante conducto notarial –página 6 de la contestación-) y (d) su derecho a retener las
cantidades recibidas en virtud de la penalización pactada.

Cuestiones:

1. ¿Qué tipo de cláusula(s) contiene la Estipulación 4 transcrita más arriba?


2. ¿Encierra alguna dificultad especial el hecho de que esa Estipulación 4 esté contenida en
condiciones generales de la contratación?
3. ¿Puede decirse que la Estipulación 4 tiene una función punitiva?
4. ¿Podría un juez moderar la Estipulación 4 haciendo uso del art. 1154 CC?
5. Lea el art. 1150 de la “Propuesta para la modernización del Derecho de obligaciones y
contratos”, elaborada por la Sección de Derecho Civil de la Comisión de General de
Codificación y que publicó el Ministerio de Justicia en el año 2009
(www.mjusticia.gob.es/cs/Satellite/Portal/1292427518878) y compárelo con el citado
art. 1154 CC.

Basado en STS número 366/2015, de 18 de junio (Id Cendoj: 28079110012015100313; Nº de


Recurso: 1429/2013) MP Ilmo Sr Marín Castán (FD 3)

SUPUESTO 2
El «Banco de Bilbao Vizcaya, S. A.» concedió un préstamo de 500.000 euros a la Entidad Mercantil
«Industrias y Construcciones Mediterráneo, S. A.» que fue documentado en póliza de 31 de enero
de 2015 y garantizado por la fianza solidaria constituida por los cinco únicos accionistas de la
citada sociedad. Se trataba de una fianza solidaria en la que no existía beneficio de excusión,
orden, ni división. En fecha 3 de marzo de 2018, sin haberse demandado judicialmente al deudor
principal ni fiadores para la devolución del préstamo e intereses ni encontrarse la Sociedad
deudora y afianzada declarada en estado de quiebra, uno de los fiadores –Dª. Soledad Sobrado-
pagó el saldo deudor, principal e intereses convenidos, por valor de 600.000 euros. Hecho esto, Dª
Soledad cree que puede ejercitar la acción de reintegro de la cuota parte proporcional contra cada
uno de los demás fiadores.

CUESTIONES
1. ¿Cuál es la base legal de esa reclamación de Dª Soledad?
2. ¿Debe de tener éxito, a la vista de lo dispuesto en el artículo 1844 CC?
3. Imaginemos que Dª Soledad ha pagado sólo parte de lo debido, digamos 300.000 euros.
Cuando reclama a cada uno de los demás fiadores 60.000 euros, se encuentra con éstos
le dicen que sólo les puede reclamar 45.000 euros a cada uno: entienden que Dª Soledad
sólo puede reclamarles lo que resta una vez descontada su cuota entera en la deuda.
¿Están en lo cierto?

Basado en STS 2 diciembre 1988 (RJ\1988\9287) y STS 13 octubre 2009 (RJ\2009\5566)

SUPUESTO 3

Los hermanos D. Juan y Dª Inés Antón Cedeira, propietarios de diversas fincas por herencia de sus
padres, vendieron a la entidad Comarex Desarrollo S.L. (CD, en lo sucesivo) distintas fincas con
fechas de 22, 23 y 24 de noviembre de 2004. Las obligaciones de la sociedad fueron garantizados
en dichos contratos con una cláusula que presenta el siguiente tenor:
« [...] Octava.- Aval.
Don Rodolfo , Don Víctor y Don Cosme avalan de forma solidaria e indistinta, con renuncia a los
beneficios de división, excusión, fuero y cualquier otro que pudiera corresponderles, cuantas
obligaciones asume CD en virtud del presente contrato».

La fianza, así configurada no llegó a ser suscrita por uno de los fiadores, don Rodolfo. Cuando Don
Juan y Doña Inés están pensando reclamar a los fiadores el precio que la compradora CD aún no
les ha pagado, se encuentran con que aquéllos se oponen diciendo que la fianza no ha llegado a
constituirse por la falta de la firma de uno de los fiadores solidarios. Los vendedores, en cambio,
entienden que la fianza puede existir para quienes sí la firmaron.

Basado en la STS 1645/2016, de 13 de abril (Id Cendoj: 28079110012016100243; nº de recurso


2801/2013)
PRÁCTICA 6 (TEMA 6: Modificación y extinción)

Resolución de los casos prácticos

CASO PRÁCTICO

SUPUESTO 1
Los demandantes ABC, habían vendido unas acciones a la sociedad CPV, con fecha 2/2/2015. Por
su parte, CPV había vendido esas acciones a SC, sociedad domiciliada en Barcelona, la que se
obligó frente a la primera a pagar el precio todavía no abonado a los vendedores ABC. CPV fue
declarada en concurso el 2/7/2015. Además, SC también fue declarada en concurso poco tiempo
después, el 2/12/2015. En el concurso de SC fue reconocido a los vendedores el crédito
correspondiente al precio de las acciones. Los demandantes ABC intentaron que se reconociera su
crédito contra CPV en la lista de acreedores del concurso de ésta, pero los órganos jurisdiccionales
competentes consideraron que, si bien los vendedores no consintieron la cesión de deuda, la
sentencia del Juzgado Mercantil que tramitó el concurso de SC «dio por buena la cesión de deuda
operada», por lo que no puede apreciarse solidaridad entre ambas compradoras y la única
obligada al pago es la segunda compradora SC.

¿Es esto así? ¿Qué ABC no hubieran recurrido la sentencia del Juzgado Mercantil que les
reconocía el crédito frente a SC supone que consintieron que la deudora era ésta
exclusivamente?

Basado en STS 5 de noviembre 2015 (STS 577/2015; Rec 117/2014; Pon. Ilmo. Sr. Sarazá Jimena)

SUPUESTO 2
La entidad "Glencore Grain B.V." (en lo sucesivo, Glencore), interpuso demanda contra la entidad
"Caja de Ahorros del Mediterráneo" (en lo sucesivo CAM, si bien actualmente es Banco Sabadell) en
la que le reclamaba 3.190.000 euros por considerar que la entidad "Bioenergética Extremeña 2012,
S.L." (en adelante, Bionex) le había cedido el crédito que pudiera resultar a su favor del contrato de
swap concertado con la citada CAM, puesto que CAM no le abonó dicha cantidad, sino que la abonó
a Bionex pese a que, entendía la demandante, se había notificado a CAM la cesión del crédito.
Lo cierto es que CAM consideró que no había existido propiamente una cesión de créditos, sino
una estipulación a favor de tercero que había sido revocada por el estipulante antes de que el
beneficiario la hubiera aceptado, por lo que su pago a Bionex había sido correcto.

Por su lado, Glencore destaca que no puede considerarse que exista estipulación a favor de
tercero porque la comunicación remitida a CAM no cumple siquiera los requisitos esenciales para
considerar que constituye un contrato entre Bionex y CAM, pues no era siquiera una oferta
susceptible de ser aceptada o rechazada por la CAM. Asimismo, argumenta que lo que existió fue
un pacto de cesión de créditos entre Bionex y Glencore, siendo las entidades cedidas CAM y
Caixanova. Lo cierto es que, de hecho, ese pacto aparece expresamente mencionado en la
comunicación remitida a CAM por Bionex. Concluye Glencore diciendo que la cesión de créditos
futuros es lícita y no está sujeta a requisito formal alguno, y que no era precisa una segunda orden
de Bionex para que CAM satisficiera el crédito cedido a Glencore, ni es posible que el cedente
revoque unilateralmente la cesión, no siendo posible que se dejara el cumplimiento de dicha cesión
al arbitrio del cedente.

¿Es CAM deudora de Glencore? ¿Fue válido el pago hecho por CAM a Bionex? Si, finalmente,
CAM se viera obligada a pagar de nuevo a Glencore el crédito cedido, ¿qué ocurriría con lo
percibido por Bionex?

Basado en STS 30 septiembre 2015 (RJ\2015\4765)

SUPUESTO 3.
La empresa CSR interpuso demanda en su condición de cesionario reclamando la deuda que la
demandada adeudaba a ENRON HOLDINGS S.A. (cedente), derivada del suministro de carburantes
y derivados, todo ello por un importe de 372.711,20 euros de principal. El demandado reconoció
haber adeudado, en su día, la cantidad reclamada y vía excepción de compensación reclama
indemnización de daños y perjuicios, pues la cedente dejó de suministrarle carburante, al entrar
en situación de insolvencia en EE.UU. lo que alega que le provocó desabastecimiento e
imposibilidad de vender a través de sus gasolineras, hasta que pudo contratar con un nuevo
proveedor.

¿Qué fuerza cabe atribuir a la alegación del demandado?

Basado en STS 13 Junio 2013 (sentencia 427; rec. 657/2011)


PRÁCTICA 7 (TEMAS 7 y 8: Incumplimiento)
(CASOS DE RESOLUCIÓN)

Resolución de casos prácticos

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1
West Pier, S.L. había celebrado un contrato de compraventa con D. Pedro Antonio y Dña. Benita y
la entidad mercantil Inversiones Hergar 2000, S.L. en relación a las fincas que estos vendedores
tenían en Estepona. En concreto, se trataba de las fincas nº 27345, 27346 y 27463 del Registro de
la Propiedad nº 2 de Estepona, siendo la primera propiedad de D. Pedro Antonio y Dña. Benita y
las dos últimas de Hergar 2000, S.L. El contrato lo firmó D. Benito, que era el representante legal
de HERGAR y que a su vez era, respectivamente, el padre y suegro de D.ª Benita y de D. Pedro
Antonio, a quienes representó en ese acto.

Al cabo de un cierto tiempo, West Pier, S.L. había pagado ya 789.000 euros y faltaba por pagar una
pequeña partida de unos 80.000 euros, que se correspondían a gastos de gestoría. Ante la
resistencia de los vendedores a entregar las fincas, West Pier S.L. demanda el cumplimiento del
contrato; por su lado, los vendedores entienden que el comprador ha incumplido y piden que se
resuelva el contrato. En la instancia, los jueces dieron cauce a la resolución y condenaron
solidariamente a los vendedores a devolver los 789.000 euros ya pagados, pero D. Pedro Antonio y
Dña. Benita entienden que su responsabilidad debe ser sólo parcial, en concreto, extenderse sólo
a la parte de lo entregado que sea proporcional a la superficie que tenía la finca que ellos vendían.

Cuestiones:

1. ¿Están en lo cierto D. Pedro Antonio y Dña. Benita?


2. ¿Hay en este caso un mutuo disenso o hay una auténtica resolución? ¿Qué diferencias
existen entre una y otra figura?

Basado en STS 19 febrero de 2016 (RJ\2016\745)

SUPUESTO 2
Dña. Noemí y LIMP. SA. celebraron un contrato de arrendamiento de local de negocio en el que
se pactó que el fin concreto del mismo sería la “utilización para supermercado o autoservicio de
alimentación y venta al por menor de artículos de perfumería, droguería, bazar, juguetes, calzado,
ropa y todas aquellas actividades que sean preparatorias, complementarias o auxiliares de tales
actividades”. La cláusula quinta del contrato autorizaba al arrendatario a realizar las obras
necesarias para el acondicionamiento del local a los fines previstos y, “especialmente, haciendo uso
de las facultades dominicales que asegura tener la propiedad, se autoriza a la arrendataria para que
cubra el actual patio de luces que une ambos locales, de manera que pueda considerarse las dos
fincas registrales objeto de este contrato una única unidad comercial”. Señala, asimismo, que la
arrendadora se limitó a asegurar que no tendría problemas con el permiso. La explotación no era
viable entonces, a la espera de que se llevaran a cabo las obras necesarias de adecuación del local
a las necesidades del supermercado, entre otras la unión de los dos locales en uno, lo que no se
pudo hacer por la oposición de la Comunidad de vecinos y la consiguiente demanda judicial de la
arrendadora.
¿Puede el arrendatario dar por resuelto el contrato? ¿Puede la arrendadora insistir en que ese
contrato se cumpla efectivamente?

STS de 1 de junio de 2010 (RJ2661)

SUPUESTO 3
La entidad Juma S.L., como arrendadora, había celebrado un contrato de alquiler de un local de
negocio con Garaipen Victoria Apustuak S.L. el 31 de enero de 2008. Por la crisis económica que
tiene lugar en aquellos años, los negocios no le van bien a la arrendataria, que empieza a perder
dinero y decide desistir del contrato, negándose a pagar las rentas convenidas, por lo que
finalmente entrega la posesión a Juma S.L. el 12 de marzo de 2012. En esa situación, Juma S.L.
ejercitó acumuladamente acción de resolución de contrato de arrendamiento de local de negocio,
por incumplimiento imputable a la arrendataria, y acción de reclamación de daños y perjuicios
contra la entidad Garaipen Victoria Apustuak S.L. Esa reclamación es cuantificada por Juma S.L. del
siguiente modo:
- 111.628,54.- euros en concepto de restitución del local arrendado a la situación del mismo en el
momento de la suscripción del contrato, conforme a la cláusula séptima del mismo.
- 16.484,88.- como indemnización correspondiente al periodo comprendido desde la fecha de
puesta a disposición del local al arrendador, a la fecha de interposición de la demanda.
- Indemnización por los daños y perjuicios causados por el incumplimiento, fijados en la cantidad
equivalente actualizada que debería abonar la arrendataria hasta la finalización del contrato más
la cantidad equivalente de los gastos de comunidad que debería abonar hasta la liquidación del
contrato, de cuya suma debería deducirse la renta obtenida, para el caso de que se produjera un
nuevo arrendamiento, y los gastos de comunidad que pudieran ser satisfechos por un nuevo
arrendatario.

Cuestiones:
1. ¿Se reúnen en el caso los requisitos necesarios para que Juma S.L. resuelva el contrato de
arrendamiento?
2. ¿Tiene derecho Juma S.L. a exigir las rentas hasta el final del arrendamiento? ¿No es
contradictorio con el hecho de que Juma S.L. haya decidido resolver el contrato?
3. ¿Cómo se explica el hecho de que la aparición de un nuevo arrendatario limite la
indemnización que exige Juma S.L.?
4. ¿Qué relevancia debe darse en este caso a la situación de crisis económica en que se
desarrolla el pleito y los datos destacados por Juma S.L. acerca de la dificultad de obtener un
nuevo arriendo, el descenso de la renta exigible como precio del arriendo, las acciones
desarrolladas por la actora para conseguir concertar un nuevo arrendamiento y la ausencia
de un nuevo arrendador a la fecha de celebración del juicio?

Basado en STS num. 42/2016 de 11 febrero (RJ\2016\551)


PRÁCTICA 8 (TEMAS 7 y 8: Incumplimiento)
(CASOS DE PRETENSIÓN INDEMNIZATORIA)

Resolución de los casos prácticos

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1
En fecha 27 de marzo de 2005, doña Adelaida, doña María Virtudes y don Guillermo Pacheco, por
un lado, y don Imanol, por sí y en representación de la sociedad cuya designación se reservaba
(posteriormente, "Residencial las Cuatro Torres S.L."), por otro lado, suscribieron un contrato de
permuta de un solar en Huércal Overa, propiedad de los primeros, a cambio del 25% de la obra que
iba a ser construida, estableciendo en el contrato los detalles de la obra que sería entregada a los
mencionados hermanos. Posteriormente, después de haber surgido desavenencias entre las partes,
los hermanos Guillermo Adelaida y María Virtudes demandaron a la mercantil Residencial Las Cuatro
Torres S.L. y a don Imanol, para obtener la adjudicación del 25% de la obra ejecutada, reclamando
el cumplimiento del contrato, con adjudicación de las viviendas, garajes acordados, así como el pago
de una cantidad por el defecto de superficie resultante y una indemnización de daños y perjuicios
por el retraso en la entrega. Los demandados alegaron que no correspondía indemnización alguna
por el retraso, dado que en el contrato no se había establecido ninguna cláusula penal o
indemnizatoria. Argumentan también que la petición de indemnización se basa en las ganancias que
los demandantes podrían haber obtenido de alquilarse esas viviendas y garajes, lo que supone un
lucro cesante que el actor no ha probado e indemnizar una mera expectativa o daño abstracto que
no puede ser objeto de indemnización. Añaden, por último, que el retraso en la entrega de los pisos
y garajes se debió al retraso con que los citados hermanos habían entregado el solar en un primer
momento.

Basado en STS número 245/2016 de 13 abril (RJ 1681) (véase el FD 4)


Requisitos de la pretensión indemnizatoria. Imputación y culpa de la víctima. Daño abstracto y
lucro cesante
SUPUESTO 2
El litigio del que trae causa el presente recurso parte de la reclamación efectuada por la actora,
GRAU MAQUINARIA I SERVEI INTEGRAL, SA contra la demandada BESERNET, SL por
incumplimiento de contrato y solicitud de indemnización por el lucro cesante dejado de obtener
por frustración del referido negocio jurídico. La actora, como empresa dedicada a la
comercialización de maquinaria para obras, construcción y servicios de limpieza municipal,

entre otros, recibió una solicitud de pedido de BESERNET, SL de fecha 20 de abril de 1999 para la
adquisición de una máquina barredora de calles modelo MFH-5000, cuyo precio era de 17.000.000
de ptas. Ello motivó que la actora efectuase el correspondiente encargo a la fabricante de la
máquina, la mercantil AEBI MFH AG, la cual hizo entrega de la misma a la actora, quien, a su vez,
puso en conocimiento de la demandada su intención de ponerla a su disposición, una vez recibido
el precio acordado, sin que por la demandada se respondiese a tales requerimientos.
Posteriormente, la actora tuvo conocimiento de que BESERNET, SL había adquirido la máquina
barredora a otra empresa. Por ello, en virtud del incumplimiento de contrato de la demandada,
solicitaba, en primer lugar, que se declarase resuelto el contrato de compraventa y, en segundo
lugar, que se le indemnizase en la cantidad de 3.097.951 ptas. -resultado de restar al precio de
venta el coste de adquisición- en concepto de lucro cesante por las expectativas de negocio que,
en virtud del incumplimiento de la contraparte, se habían visto fracasadas.

Esta reclamación fue contestada por la demandada diciendo, en cuanto al presunto lucro cesante,
que no estaba demostrado, toda vez que en el encargo que la actora envió a la fabricante de
maquinaria, AEBI MFH AG, no constaba referencia alguna a la empresa demandada, ni se
consignaban los números de motor ni bastidor de la máquina que permitiesen su inequívoca
identificación, entre otras cuestiones, por lo que se demostraba que la actora podía haber
encargado la máquina para destinarla a cualquier otro cliente. Además, la demandada estimaba
que no había constancia verdadera de los daños y perjuicios puesto que no se había demostrado
que la máquina barredora de autos hubiera sido vendida a otro comprador por cantidad inferior a
la convenida con BESERNET, SL, de donde se sigue que falta el elemento básico para estimar el
daño reclamado.

Basado en STS núm. 525/2008 de 5 junio (RJ 3210 )

SUPUESTO 3

D. Carlos y Dª Antonia encargaron a Gestovivienda S.L. la presentación y tramitación de una solicitud


de ayuda al alquiler que ofrecía la Junta de Andalucía. Algunos meses más tarde, los citados D. Carlos
y Dª Antonia entran en conocimiento de que el expediente de solicitud presentado por
Gestovivienda S.L. había sido archivado por no haberse subsanado en tiempo y forma algunos
defectos sufridos en la solicitud. Así las cosas, D. Carlos y Dª Antonia están pensando dirigir una
reclamación por los daños sufridos. El abogado al que consultan el caso les aconseja formular
demanda basada en el artículo 1902 CC contra D. Guillermo, que es quien –como representante de
Gestovivienda S.L– había firmado las notificaciones de la Administración en la que se advertía de la
necesidad de subsanar la solicitud. Asimismo, el abogado aconseja a D. Carlos y Dª Antonia
cuantificar la petición en 6.000 euros por la, ayuda pública no percibida, más 2.400 euros, por daños
morales.

Cuestiones:

1. ¿Se reúnen los requisitos para que prospere la reclamación de D. Carlos y Dª. Antonia?
2. Si se llega a presentar la demanda basada en el art. 1902 contra D. Guillermo, ¿qué
relevancia tendría el hecho, alegado por éste último, de que los demandantes no
habrían obtenido las subvenciones solicitadas al no cumplir los requisitos exigidos para
ello?
3. ¿Tendría relevancia el hecho, alegado también por D. Guillermo, de que la propia
Administración había realizado la notificación de subsanación de forma defectuosa,
dirigida a otra gestoría y que, por ello, la citada notificación era nula?
4. ¿Qué sentido tiene articular la reclamación por la vía extracontractual? ¿No se podría
o, incluso, debería reclamar también contra Gestovivienda S.L?

Basado en STS num. 328/2017 de 24 mayo (RJ\2017\2442)


PRÁCTICA 9

(TEMAS 9, 10 Y 11: Responsabilidad extracontractual)

Resolución de los siguientes casos prácticos.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1

En este supuesto, se puede partir de que:

1. Gesinar, S. L., interpuso demanda, contra Ercros, S. A., solicitando la retirada de residuos
enterrados en un solar de la localidad de Camas (Sevilla). Los vertidos se habían producido
mientras el propietario del solar era Ercros, S. A., y el solar había sido adquirido por Gesinar, S. L.,
como último adquirente tras una cadena de transmisiones.

2. El Juzgado estimó la demanda y la Audiencia Provincial confirmó esta sentencia por estimar, en
síntesis, que: a) la demandada, cuando era la propietaria, había enterrado residuos de manera
irregular en un solar propiedad de la entidad actora, utilizándolo como vertedero incontrolado de
peligrosos productos tóxicos como metales de cobre y plaguicidas organoclorados, como aldrín y
dieldrín, con potencia para causar la muerte de cualquier afectado; b) que se habían causado
daños y perjuicios a la entidad propietaria del terreno determinantes de la responsabilidad de la
entidad demandada integrada exclusivamente en el ámbito de la culpa extracontractual de los
artículos 1902 ss. CC en relación con la infracción de disposiciones administrativas, y no en el
terreno contractual ni por referencia a los anteriores propietarios de la parcela donde se realizó el
enterramiento ilegal de productos tóxicos, por cuanto el vertedero tóxico afectaba a todos y a
cualquier titular del terreno perjudicaba el uso y disfrute del mismo conforme a su destino. c) La
sentencia hacía una referencia a la doctrina jurisprudencial sobre los daños continuados o de
producción sucesiva hasta el definitivo resultado y a la responsabilidad cuasi objetiva por la
actividad peligrosa, «incluso mediante la aplicación del artículo 1908 CC por razón de riesgo
creado».

Frente a esto, el demandado alega en casación que la SAP, al argumentar en la aplicación del
artículo 1902 CC que el vertedero tóxico existente en la finca afecta a cualquier titular del terreno
y perjudica su uso y disfrute conforme a su destino por causa que tiene su origen en la conducta
de la demandada, olvida que, según reiterada jurisprudencia, es presupuesto ineludible de la
responsabilidad extracontractual que el daño que produce la infracción del sujeto responsable y
que se trata de indemnizar sea un daño causado a bienes de otro sujeto y no a bienes del propio
sujeto responsable, de tal suerte que la posible responsabilidad de Ercros, S. A., frente a futuros
adquirentes de la finca, se integra estrictamente en el ámbito de la culpa contractual por
incumplimiento -si ha lugar- de obligaciones convenidas o por vicios o defectos ocultos de la cosa
vendida; y las disposiciones administrativas, a cuya infracción se alude, quedan fuera del ámbito
del litigio.

Lea el FD 5º de la STS número 7354/2008 de 22 de diciembre (Id Cendoj:


28079110012008101200; nº rec 3992/2001; MP Ilmo Sr. Xiol Ríos) y explique

1. Por qué se puede considerar que, efectivamente, no puede hablarse en este caso de
responsabilidad extracontractual y
2. Cómo afirmar una tal responsabilidad llevaría a desbaratar la distribución de riesgos
pactados en los sucesivos contratos que se realizaron sobre la finca en cuestión.

SUPUESTO 2

El día 2 de febrero de 1996, Don Daniel ejercitaba el deporte de pesca provisto de una caña de
carbono de una longitud mínima de seis metros y, cuando se desplazaba de un lugar a otro, recibió
una descarga eléctrica de un poste de alta tensión a resultas de lo cual sufrió la amputación del
antebrazo derecho y graves lesiones en la otra mano. El tendido en cuestión se encontraba a 5,40
metros de altura sobre el suelo y pertenecía a la entidad Agrícola Agro Albalá SA (AASA, en lo
sucesivo), que había incumplido la distancias mínima de 6 metros contemplados en el Reglamento
de Líneas Eléctricas de Alta Tensión de 28 de noviembre de 1968, en vigor en aquella época.

¿AASA ha incurrido en culpa? ¿Se puede hablar de la creación de un peligro por parte de
AAASA? ¿Qué papel puede entenderse que juega la infracción del citado Reglamento a la hora
de determinar la concurrencia de los requisitos de la responsabilidad civil?

Basado en STS número 192/2007 de 15 febrero (RJ 564) MP. Ilmo Sr. Fuentes Quintana (FD 1 y
FD 7)

SUPUESTO 3

En mayo de 2015, D. Jaime heredó de su tía Dª Carolina una casa con jardín ubicada en S. Pedro
del Pinatar (Murcia). Su tía Dª Carolina, que había vivido sus últimos años en Madrid, tenía la casa
bastante descuidada, por lo que se había ido deteriorando por el paso del tiempo y por la
presencia en ella de vagabundos y ocupas durante algunos años. En septiembre de 2015 se
desprendieron de la fachada de la casa unos elementos ornamentales que fueron a caer sobre la
propiedad colindante, perteneciente a D. Luis, quien reclamó a D. Jaime una indemnización por los
desperfectos (daños en el tejado y en el alféizar de una ventana de un pequeño cobertizo
dedicado a garaje) en octubre de 2016. Por otro lado, D. Jaime decide en enero de 2016 derribar el
viejo edificio heredado de su tía para construir en el solar un pequeño edificio de apartamentos.
Con ese fin, contrata con LOPAGÁN DE CONSTRUCCIONES S.A. (LOPAGÁN, en lo sucesivo) la
demolición del edificio. Esta empresa subcontrata el encargo de demolición con DISFAROL,
empresa especializada en ese tipo de trabajos. Durante las obras de demolición, resultó
nuevamente dañada la propiedad del mencionado D. Luis (esta vez los daños se producen en el
chalet principal de este señor) quien reclama una indemnización a D. Jaime en octubre de 2016,
como ha quedado dicho.

Cuestiones:

1. ¿Debe responder D. Jaime por los daños causados en el garaje de D. Luis?


2. ¿Qué peso tiene el argumento de D. Jaime de que él no responde de lo hecho por
LOPAGÁN ni por DISFAROL, dado que son contratistas independientes y, la primera, una
reputada empresa de construcción que viene funcionando sin problemas desde 1913?
3. ¿Puede defenderse que tanto D. Jaime como LOPAGÁN y DISFAROL pueden ser
demandado solidariamente porque todos ellos han participado en las obras?

Basado en STS 350/2016 de 2 de febrero (Id Cendoj: 28079110012016100033; nº rec 2907/2013)


MP Ilmo Sr. Orduña Moreno (FD 3)
PRÁCTICA 10

(TEMAS 9, 10 Y 11: Responsabilidad extracontractual)

Resolución de casos prácticos.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1

El 23 de julio de 2007 se produjo un incendio en la subestación eléctrica Maragall de Barcelona


que provocó importantes daños materiales y la interrupción del suministro eléctrico a los usuarios
del área metropolitana de Barcelona, siendo restablecido el suministro de manera paulatina, en
un proceso que se demoró cierto tiempo. La compañía Endesa, titular de esa subestación dañada,
dirige una acción contra Red Eléctrica Española (REE, en lo sucesivo) por demostrar que el incendio
en cuestión se originó en los cables que pertenecía a esta última compañía. Por tanto, Endesa
reclama una indemnización por los daños sufridos. Endesa cuantifica los daños en 89.943. 583 €,
que clasifica en dos grupos: (i) las indemnizaciones que Endesa ha debido abonar a los usuarios
afectados a consecuencia de la interrupción del suministro; y (ii) los daños materiales sufridos por
Endesa como consecuencia directa de dicho incendio.
Por otra parte, Endesa tenía suscrita con Mapfre, con una cuota del 70%, en coaseguro con
Vitalicio (30%), una póliza de seguro de daños materiales y pérdida de beneficios y una póliza de
seguro de responsabilidad civil. Las aseguradoras le han abonado 40.532. 805 €, por lo que Endesa
sólo reclama en este procedimiento la diferencia, esto es, 49.410.778 €, según su estimación y
cuantificación del daño sufrido. Por su lado, Generali (Vitalicio) reclama a REE la cantidad de
15.822.236, 72 €, por subrogación en los derechos y acciones de su asegurado.
Ante esta reclamación, REE alega que el incendio de la subestación de Maragall estuvo precedido
de otro incidente eléctrico, que consistió en la caída de un conductor de 110 KV propiedad de
Eléctricas del Pirineo SRL (EPi, en lo sucesivo) sobre los cables de 220 KV de REE en la subestación
Collblanc. Alega que, de hecho, ese primer incendio fue la causa de la sobreintensidad
experimentada por los cables de que REE era responsable, lo que fue la causa real del incendio en
la subestación de Maragall.
La prueba pericial ha llegado a establecer que esa sobreintensidad debería haber sido soportada
por los cables REE y que, si no la soportaron, ello fue debido al defectuoso mantenimiento de los
cables de REE. Esa misma prueba pericial también ha permitido establecer que los cables de 110
KV de EPi estaban igualmente en mal estado y que por esa razón cayeron sobre los cables de 220
Kv de REE. Asimismo, se logra probar que sin esa caída, el incendio de Maragall no se hubiera
producido.

En estas circunstancias:
1. ¿Se reúnen inicialmente los requisitos de la responsabilidad extracontractual en la
reclamación de Endesa?
2. ¿Qué fuerza tiene la alegación de REE de que todo empezó en la caída de los cables de Epi y
que ella misma no es más que otra víctima del lamentable estado de los cables de 110 Kv
pertenecientes a Epi?
3. ¿Tendría Endesa que reclamar también contra Epi?
4. ¿Podría hacer valer Epi un argumento basado en el llamado criterio de imputación objetiva
“de la prohibición de regreso” según el cual la caída del cable de 110 KV sólo es un
antecedente fáctico del incendio pero en modo alguno constituye una causa eficiente,
necesaria y directa del mismo, por lo que no cabría imputarle ninguna responsabilidad por el
incendio?
5. ¿Cómo se debería resolver el caso si los cables de 110 KV ya mencionados también hubiesen
pertenecido a la propia Endesa?

Basado en la STS núm. 124/2017 de 24 febrero (RJ 826)

SUPUESTO 2

El día 31 de julio de 2012 una o varias personas desconocidas provocaron un incendio en un


pequeño solar, de dueño también desconocido, en el que existía una edificación en estado ruinoso
y se acumulaban grandes cantidades de basuras, desechos y antiguos enseres rotos o
desvencijados.

Dicho solar lindaba con la parte trasera de una de las dos zonas en que se dividía un amplio local
de negocio que, cuando acaeció el incendio, ocupaba como arrendataria la compañía Distribuidora
Internacional de Alimentación, S.A. [en adelante, «DIA»], que explotaba en dicho local un
supermercado.

Esa zona -que llamaremos «zona B»- consistía en una nave industrial ubicada en un patio de
manzana, que carecía de sótano y de edificación por encima, y que estaba cerrada por una
cubierta en diente de sierra constituida por cerchas metálicas y cubrimiento de placas de
fibrocemento onduladas tipo «uralita» con impermeabilización asfáltica en su cara superior.
La otra zona -la «zona A»- la integraban los locales comerciales en la respectiva planta baja de los
edificios de viviendas situados en los números 11 y 13 de la calle Carmen Portones de la ciudad de
Madrid. Esa zona compartía estructura con las viviendas situadas en las plantas superiores: una
estructura de pilares, vigas y forjados de hormigón.

Las llamas del incendio originado en el solar contiguo llegaron a lamer el alquitrán que
impermeabilizaba la cubierta de la «zona B», que cayó en forma líquida, con ignición de objetos y
mercancías que se encontraban en el interior de la nave. Por medio de un informe pericial quedó
probado que “la rápida propagación del incendio puede atribuirse al tipo de construcción de la
cubierta, a base de uralita y lámina impermeabilizante que la cubría". De esa forma, el fuego se
transmitió al resto del local del negocio ocupado por el supermercado, que resultó arrasado.
En lo que en esta sede interesa, ese fuego afectó al resto del edificio en cuyos bajos estaba la
llamada zona A, con lo que quedó muy afectada la capacidad portante de la estructura de vigas y
pilares de la fachada posterior del edificio situado del número NUM000 de la CALLE000.
La Comunidad de Propietarios del mismo interpuso demanda contra DIA; contra su aseguradora
de responsabilidad civil, Allianz Compañía de Seguros y Reaseguros, S.A.; y contra don Jesús
Miguel, como autor del Proyecto de Acondicionamiento Interior y la Implantación de Actividad,
necesario para que se concediera en su momento a DIA la licencia de funcionamiento del
supermercado. Entiende la actora que incumbe responsabilidad a DIA por la propagación del
fuego (contribución causal al resultado dañoso) por entender que el local infringía la normativa
sobre incendios.

La parte actora pidió que se declarase a los demandados responsables de los daños y perjuicios
que le había causado el incendio arriba relatado, y su derecho a percibir de ellos una
indemnización de 86.439,09 euros: importe de la liquidación girada a la Comunidad de
Propietarios por el Ayuntamiento de Madrid, que, una vez extinguido el incendio, había procedido,
por vía de ejecución sustitutoria, a realizar las obras de demolición y retirada de escombros, así
como a estudiar y adoptar las medidas de seguridad y reparaciones estructurales urgentemente
necesarias para el aseguramiento del inmueble.

Cuestiones:

1. Haga un croquis con la situación del solar en donde empezó el incendio, el local incendiado de
la llamada Zona B y los bajos de la comunidad de los demandantes (zona A).
2. ¿Cumple la reclamación de la actora los requisitos de la responsabilidad extracontractual?
¿Existe daño? ¿Existe acción u omisión culposa (imputación subjetiva)? ¿Se puede hablar de
conexión causal entre el daño y la acción u omisión culposa (causa e imputación objetiva)?
3. Ante los argumentos de DIA de que la cubierta de la nave de la zona B no infringía la
normativa sobre incendios, la actora argumenta que “en cualquier caso, no parece prudente,
dado el tipo de productos que se almacenaban en el supermercado, algunos de ellos
altamente inflamables (limpieza, perfumería, insecticidas, etc.), construir su cubierta a base de
uralita y alquitrán. Y ello, con independencia del cumplimiento o no de la citada normativa. Al
ser posible la existencia de negligencia con o sin infracción de reglamentos”. ¿Qué valor tiene
este contraargumento?
4. Por su lado, DIA argumenta que el origen del incendio no está en la peligrosidad de su negocio
y que no se la puede hacer responder de los hechos de unos terceros desconocidos ajenos a su
ámbito de control y de cuya actividad incendiaria ella misma también ha sido víctima.

Basado en STS 216/2016 de 6 abril (RJ 1322)


PRÁCTICA 11

(TEMAS 9, 10 Y 11: Responsabilidad extracontractual)

Resolución de los casos prácticos y exposición oral por los alumnos de una sentencia.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1
El 20 de mayo de 1995, una avioneta de cuatro plazas se precipita al suelo, durante unas
maniobras de toma-despegue que formaban parte del examen para obtener la licencia de piloto.
En el momento del accidente, iban tres personas a bordo: el demandante, aspirante a la licencia
de piloto privado, que ocupaba uno de los dos asientos traseros y por tanto no pilotaba en ese
momento; otro aspirante, que ocupaba el asiento delantero izquierdo y murió a consecuencia del
impacto al golpearse la cabeza contra el cuadro de mandos; y el piloto examinador, que ocupaba
el asiento delantero derecho y sufrió lesiones al golpearse también contra el cuadro de mandos.
La demanda, fundada en el Código Civil y no en la Ley sobre Navegación Aérea, se dirigió contra la
sociedad estatal propietaria de la avioneta ("Sociedad Estatal de Enseñanzas Aeronáuticas Civiles
S.A.", en adelante SENASA ) que, además, impartía el curso de vuelo a ambos aspirantes, así como
contra la compañía aseguradora de su responsabilidad civil, alegándose muy especialmente, como
causa del siniestro, un error de pilotaje del examinador, que no pertenecía a SENASA sino que era
funcionario de la Dirección General de Aviación Civil. No obstante, en fase de conclusiones, el
demandante prescindió de ese elemento y centró la responsabilidad de SENASA en un defectuoso
mantenimiento de la avioneta porque la causa del siniestro habría sido, en realidad, no un error de
pilotaje sino el bloqueo de los mandos del timón de profundidad. El informe técnico de la Comisión
de Investigación de Accidentes e Incidentes de Aviación Civil (en adelante la Comisión) elaborado
a raíz del accidente, afirma que se produjo una caída descontrolada de la aeronave durante un
ceñido viraje a izquierdas, seguramente por su escasa velocidad y consiguiente entrada en
pérdida, considerando poco probable un bloqueo mecánico del mando de profundidad porque, de
haberse producido, la maniobra indicada habría sido intentar un aterrizaje de emergencia "sin
cambios pronunciados en la actitud de vuelo del avión”

Según reconoce el demandante, los alumnos pilotos no se incluyeron en el ámbito de la Ley sobre
Navegación Aérea hasta el RD 37/2001, por tanto, varios años después de los hechos enjuiciados.
Por ello, la demanda no se fundó en esa Ley, sino en el art. 1902 CC y en la doctrina de creación
del riesgo, que sí ha sido aplicada por la jurisprudencia a la navegación aérea. Destaca el
demandante que, en el momento de precipitarse la avioneta al suelo, quien la manejaba era el
piloto examinador; que el demandante era un estudiante que había pagado a SENASA 50.300'15
euros para recibir la formación adecuada como piloto; que por mucho que existiera una “total
desvinculación" entre el piloto examinador y SENASA, ésta tenía la obligación de tener la avioneta
en óptimas condiciones; y en fin, que por la doctrina del riesgo, cuya aplicación se propugna en el
motivo, no era a la actora a quien correspondía probar algún defecto de la avioneta, "sino que era
la demandada quien tenía que probar que el avión estaba en perfectas condiciones antes de
emprender el vuelo y que el accidente se produjo exclusivamente por la interferencia de elementos
extraños a ella, como la propia actuación de la víctima, de un
tercero sin relación con ella o la fuerza mayor".

Cuestiones:

1. ¿Por qué se discute en el caso sobre la vinculación o desvinculación entre el piloto


examinador y SENASA?
2. ¿Qué tipo de responsabilidad se impone actualmente en la navegación aérea, de tipo
objetivo o de tipo subjetivo?
3. SENASA argumenta que no tiene sentido objetivar la responsabilidad que se reclama sobre
la base del art. 1902 cuando ya existe una legislación especial sobre la materia. Además,
alega que es imposible probar el perfecto estado de la avioneta cuando ésta se ha destruido
en el accidente ¿Qué alcance tienen estos argumentos?

Basado en STS número 6889/2012 de 23 de octubre (Id Cendoj: 28079110012012100610; Nº de


Recurso: 339/2010. MP Ilmo Sr. Marín Castán)

SUPUESTO 2
El 22 de junio de 2008, sobre las 18:30 horas, se originó un incendio en un parking a la intemperie,
situado en el polígono industrial La Redonda de El Ejido y propiedad de GB Parking La Redonda S.L.,
que tenía un seguro con la aseguradora Generali España S.A. A consecuencia de ese incendio,
resultaron afectados nueve cabezas tractoras de camión y sus respectivos remolques, que se
encontraban estacionadas en el mencionado parking, así como un invernadero próximo. Como
consecuencia de ello, bien los propietarios de los camiones afectados o bien las compañías de
seguros por subrogación, presentaron demandas reclamando el importe de los daños sufridos y las
presentaron contra (a) D. Gonzalo , propietario del camión matrícula 1234-BMP, que se encontraba
estacionado y que según se logró probar fue el origen del incendio, y (b) frente a su aseguradora
REALE S.A., quien cubría la responsabilidad de ese camión en los términos previstos en la legislación
sobre responsabilidad civil y seguro en la circulación de los vehículos de motor.

Cuestiones:

1. REALE S.A. trata de probar que el incendio causante de los daños no es un “hecho de la
circulación” ¿Por qué esto es importante? ¿Cuál es la postura del TS sobre si los daños
causados por un vehículo estacionado pueden ser considerados “hechos de la circulación”?
2. ¿Qué significa que algunas de las reclamaciones contra los demandados fueran presentadas
por las compañías de seguros por subrogación?
3. ¿Podrían los afectados haber reclamado contra la empresa titular del parking, GB Parking la
Redonda, y contra su aseguradora, Generali? ¿Qué tipo de responsabilidad se estaría
reclamando en este caso?
4. Don A.R, propietario de un camión afectado por el incendio reclama, en concreto, los gastos
de reparación de su vehículo, así como las indemnizaciones pagadas al cargador de la
mercancía transportada en aquel viaje (que tuvo que ser transferida a otro camión y que llegó
a destino con cuatro días de retraso) y el lucro cesante por haber tenido su camión en el taller
durante tres semanas. ¿Le parece correcta esta reclamación?
5. Tansportes Molombo SL, titular de un camión totalmente destruido en el incendio no sabe
qué puede reclamar contra los demandados. ¿Qué indicaciones se le podrían hacer?

Basado en STS 556/2015 de 19 octubre (RJ 4896)

SUPUESTO 3
Son hechos relevantes, acreditados en la instancia y asumidos por las partes, los siguientes:

El 17 de mayo de 2006, don Félix, recurrente, se apeó de un vagón del metro de Madrid, en la
estación de Ópera. Al darse cuenta de que se había equivocado de estación, giró hacia su izquierda
para volver a subir al metro pero, instantes después del giro, se puso en marcha el tren. Por ello, al
avanzar Don Félix con el propósito de volver a subir al tren, no se encontró delante la puerta de
ningún vagón, sino el hueco existente entre dos vagones. Don Félix entró en dicho hueco, cayó a las
vías y fue arrollado por el tren. A consecuencia de ello, perdió las dos piernas: una allí mismo; la otra
hubo de ser amputada en el hospital. Queda descartado que don Félix intentara suicidarse o quisiera
viajar entre los dos vagones.

Don Félix reclama ser indemnizado alegando que Metro de Madrid debería haber adoptado las
medidas necesarias para prevenir y evitar daños previsibles –como la instalación de mamparas a lo
largo del andén que al abrirse y cerrarse al mismo tiempo que lo hacen las puertas de los vagones
impiden a los viajeros acercarse a las vías- y que existió una relación causal directa entre el daño
sufrido por él y la conducta negligente de Metro de Madrid. Por su lado, Metro de Madrid alega que
don Félix ha sido autor de su propia desgracia y que el accidente ha sido causado por su culpa
exclusiva.

Basado en STS de 5 noviembre 2014 (STS 645/2014 ; RJ\2014\5672; MP Ilmo. Sr. Marín Castán).
Véase también STS nº 627/2017 21 noviembre 2017, para contrastar la solución

EXPOSICIÓN DE SENTENCIA SOBRE UN PUNTO CONCRETO

Comentario de la STS 5822/2013 (id Cendoj: 28079110012013100705; nº de recurso 1842/2011;


MP Ilmo Sr. Sancho Gargallo)
PRÁCTICA 12

(TEMA 12: Cuasicontratos y enriquecimiento)

Resolución de los casos prácticos.

CASOS PRÁCTICOS

SUPUESTO 1
PAGO DE LO INDEBIDO

E. Parra pactó con Jara & Báez, SL una opción de compra sobre un solar de unos 1500 m2 ubicado
en la calle S. Isidoro de León nº 8, por un precio de 2.000 € / m2. El precio de la opción, que
permanecía abierta hasta el 5 de mayo de 2017, se estableció en 30.000 € que el Sr. Parra pagó el
día 4 de marzo de ese mismo año. Sin embargo, este señor no fue capaz de reunir la financiación
que necesitaba para iniciar la promoción de viviendas que planeaba en ese solar en el plazo que
inicialmente había previsto, con lo que terminó queriendo hacer valer la opción el día 15 de mayo de
2017, a cuyo fin hizo un primer pago a cuenta del precio de la compraventa de 100.000 € mediante
un ingreso en la cuenta bancaria de la titularidad de Jara & Báez, SL en la que había ingresado el
citado precio de la opción de 30.000 €. El 6 de junio, el Sr. Parra entra en conocimiento de que Jara
& Báez, SL había vendido el solar de su interés a la empresa Soler de Cimientos S.A.
PAGO DE LO INDEBIDO + INTERESES-
Cuestiones:
1. ¿Qué requisitos tendría que probar el Sr. Parra para poder recuperar las cantidades
pagadas por medio de una acción de cobro de lo indebido?
2. ¿Podría reclamar los intereses de la cantidad pagada? ¿En qué cuantía?

Basado en STS número 149/2005 de 7 marzo (RJ 1781) MP Ilmo Sr. Almagro Nosete

SUPUESTO 2
GESTIÓN DE NEGOCIOS AJENOS SIN MANDATO

El señor J. Toxo suscribió en nombre y representación de «Hayas Europa, SA» (HESA, en lo


sucesivo) la hoja de encargo por la que el arquitecto D. Álvaro Alto Pérez aceptó el diseño de los
edificios anejos a un campo de Golf (restaurante, vestuarios, servicios y garaje) en un complejo
hotelero de Málaga. Lo cierto es, sin embargo, que el sr. Toxo no había sido nombrado miembro
del Consejo de Administración ni consejero delegado de la citada empresa por cuenta de la cual
decía actuar. Sea esto como sea, lo cierto es que el sr. A. Alto elaboró el proyecto que se le había
encargado y, una vez terminado, se dirigió contra HESA reclamando el pago de sus honorarios.
HESA se niega al pago, destacando que el sr. Toxo no ostentaba su representación y que tampoco
hubo posterior ratificación por parte de HESA; destaca, además, que HESA en ningún momento
retiró del Colegio Oficial de Arquitectos el proyecto realizado por el sr. A.Alto. Este señor, por su
lado, insiste en que ha existido una aceptación tácita por parte de HESA al haber aprovechado el
resultado de la gestión sin mandato que el sr. Toxo había realizado en favor suyo, por lo que
afirma la necesidad de que HESA le pague los honorarios por la elaboración del proyecto.

Cuestiones:

1. ¿Puede decirse que HESA ha aceptado tácitamente lo hecho por el sr. Toxo? ¿Puede
decirse que HESA se ha aprovechado de lo hecho por este señor?

2. ¿Qué importancia tendrían los hechos a que alude la pregunta anterior en la reclamación
del arquitecto contra HESA?

3. ¿Qué solución le cabría al sr. A. Alto en caso de que no prosperara su reclamación contra
HESA?

4. ¿En qué circunstancias podría el sr. Toxo dirigirse contra HESA para reclamar lo gastado por
él útilmente en la contratación del sr. A. Alto?

Basado en número 668/1999 de 23 julio (RJ 6355) MP González Poveda

SUPUESTO 3
ENRIQUECIMIENTO INDIRECTO

“Pescanova SA” solicitó y obtuvo de la “Secretaría General de la Pesca Marítima” autorización para
transformar el buque pesquero arrastrero de su propiedad, el “Lérez”, en buque palangrero de
superficie.

Dicho buque fue vendido a “Comarfol SA” por 53 millones de pesetas, de los que se
desembolsaron 15 millones y se aplazó el pago del resto con reserva del dominio por parte de la
vendedora y, caso de no pagarse este resto, los compradores perderían los quince millones
entregados a cuenta.

La compradora encargó a la entidad “Montajes Folgar SA” la realización de la transformación del


buque en palangrero, lo que ésta llevó a cabo por un precio de 71 millones de pesetas.
Como “Comarfol SA” no paga la parte aplazada del precio, “Pescanova SA” resuelve la
compraventa y recobra el buque en su nueva conformación y lo despacha como palangrero de
superficie. Como aquélla tampoco paga el importe de las obras de transformación del buque,
“Montajes Folgar SA” demanda conjuntamente a “Comarfol” y a “Pescanova” solicitando el pago
de los 71 millones.

¿Puede “Montajes Folgar” exigir el precio del contrato de obra a “Pescanova”, que no ha sido
parte en el mencionado contrato, alegando que ésta se ha enriquecido indirectamente de modo
injustificado por mediación de “Comarfol”, que ha devuelto el buque transformado y nada ha
obtenido por ello?

STS de 12 de julio de 2000, RJ 2000\6686

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