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Wolff, 1970, sugiere una larga lista de cualidades y actitudes necesarias o recomendables que
debereria poseer el entrevistador. Por ejemplo debe tener habilidad y juicio intelectual superiores,
sentido del humor, originalidad y variedad de recursos, la mayoría de los autores elaboran listas que
se resumen en términos de personalidad madura, carácter genital o yo fuerte.
La honestidad del clínico: esta empieza con respecto a lo que llevo a su elección profesional.-Debe
mostrar habilidad y juicio intelectual superiores, sentido del humor, originalidad y variedad de
recursos.
Ser uno mismo.-Si el estado mental o edad del paciente lo permite, indicarle que es autosuficiente
para reportar lo acontecido en la entrevista.
El entrevistador debe adaptar su tiempo y tipo de verbalización a las del paciente.-Contar con
amplios conocimientos sobre las formas de pensamiento y acción consideradas normales en la
sociedad.
No debemos interrumpir al paciente mientras aporta material nuevo o relevante, ni polemizar sobre
los intentos de explicación, por más delirantes que sean.
Ningún terapeuta honesto y con una mínima experiencia se atreve a afirmar sin conocer en lo más
mínimo al entrevistado.-La entrevista cara a cara.
El entrevistador debe ser capaz de recibir con verdadero espíritu de investigación, la información de
su entrevistado.-El lugar deberá ser lo menos ruidoso sin luces molestas y convenietemente aislado
del exterior.
- Ningún terapeuta honesto y con una mínima experiencia, se atreve a afirmar, sin conocer a su
paciente, por lo que la ayuda que puede ofrecerle a alguien, depende de sus necesidades como de
nuestras capacidades, y poco puede saberse de las primeras sin haberlas escuchado antes.
Entrevistador en su interacción.
- Poner nuestras reacciones al servicio de, y no como regidoras de la entrevista implica, en primer
lugar ser permeables a ellas, permitir su acceso a la conciencia y hacerlas objeto de escrutinio, en
segundo lugar, utilizarlas como brújulas que dirigen nuestra investigación, gracias a la entrada y
salida de identificaciones con el paciente y sus objetos, que permite entender las fantasías que
gobiernan las relaciones entre ellos.
- Contar con amplios conocimientos sobre las formas de pensamiento y acción consideradas
normales en la cultura en la que se ejerce la actividad profesional.
- Capacidad para adaptar su tiempo y tipo de verbalización a los pacientes, esperando con paciencia
sus respuestas. - Queda excluido el tecnicismo. - Dejar su teoría en el preconsciente, no debe ocupar
el campo de la conciencia.
- No debemos interrumpir al paciente mientras aporta material nuevo y relevante. - Ser capaces de
recibir las comunicaciones de sus entrevistados, explorándolas con cuidado y respeto.
Para corroborar los datos personales del paciente se hará una exploración de la siguiente manera:
El nombre completo (lo obtuvimos en la presentación)
Edad (se puede calcular a simple vista)
El sexo (este dato se obtiene por observación)
El estado civil (sale de forma espontánea)
El lugar de nacimiento(es importante porque informan sobre sus patrones culturales.
Lugar de residencia (surge en el relato del paciente)
Escolaridad y ocupación (se sabe con la historia personal del entrevistado)
En muchos casos en el momento de explicar la razón de la consulta el entrevistado narra algunos de
los conflictos familiares actuales o de su niñez, la comunicación verbal del entrevistador puede
llevar al entrevistado a que de más detalladamente la información, para tratar de determinar el
ambiente socio económico, características de los padres, religión y educación, antecedentes
patológicos y hereditarios.
Por medio de la integración del estado mental del paciente se mantienen y se establecen las
relaciones entre el individuo y el ambiente.
Cuando se realiza una integración de un estado mental se deben de tomar en cuenta lo siguiente:
Percepción: que es la integración de los sentidos y sus estímulos para formar una imagen, estas
funciones se ven afectadas cuando el paciente padece sordera, ceguera, anestesias, anosmias,
ageustias, hipertermias, parestesias, necropsia, macropsia, trastornos perceptuales, ilusiones y
alucinaciones.
Pensamiento y lenguaje: son funciones intelectuales que están conformadas por las habilidades
como la percepción, integradoras, amnésicas, interpretativas, abstraccionales y operativas. La
inteligencia es aquello que nos permite adaptar el pensamiento a las necesidades del momento,
gracias a la inteligencia nos es más fácil pensar y actuar. El juicio es la habilidad que tenemos para
utilizar los recursos. El caudal deconocimiento es indicativo de lo que nos gusta. La inteligencia se
puede medir por medio de pruebas psicométricas. La capacidad abstraccional consiste en la
posibilidad de establecer grados mayores de generalización. Las obsesiones son pensamientos
invasivos que no podemos quitar de la mente. Las fobias son miedos irracionales a objetos,
personas o situaciones. El delirio son las ideas delirantes. El lenguaje se puede alterar.
Memoria: es la necesidad para fijar, conservar y evocar vivencias que nos ocurren durante el día y
se puede ver afectada por la hipermnesia, amnesias, angustia excesiva, paramnesias, recuerdos
encubridores y confulacion.
Emoción: las emociones son estados de excitación que se presentan como respuesta de un suceso.
Tiene un carácter de flujo y reflujo, el humor o afecto es fundamental.
Conciencia: es la capacidad para darse cuenta de sí mismo y del ambiente. Para que esta funcione
de manera adecuada es necesario la atención, percepción, pensamiento y memoria sean normales.
Esta se ve afectada cuando se presenta hiperalerta, distractibilidad. Cuando dormimos disminuyen
las funciones que intervienen para una mejor conciencia. La conciencia se ve mermada por la
obnubilación, confusión mental, estados crepusculares, estados orinoides. La orientación es la
capacidad para saber el lugar donde estamos, el día, la hora y fecha.
Motivilidad y conducta: la conducta es la acción y expresión que incluye todo el cuerpo o parte de
él. Y esto se ve dañado por parálisis, abulia, estupor, inquietud, hiperquinesia o hiperactividad, el
mutismo, ecopraxia, ecolalia, agitación, negativismos, movimientos involuntarios, tics, tortícolis,
movimientos coreicos, movimientos atetosicos, movimientos estereotipados, manierismo, catalepsia
e impulsos.