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Sres.

Presidente Hans - Pert Pöttering y demás miembros del Parlamento Europeo

Rue Wiertz 60Wiertzstraat 60B-1047. Bruxelles

Mi nombre es Iván Simonovis, de 49 años de edad y de profesión Investigador


Criminal.

Durante 23 años ininterrumpidos trabajé en la Policía de investigación Criminal de


Venezuela y, por mis meritos, en el año 2000 fui escogido para ocupar el cargo de
Secretario de Seguridad Ciudadana del Distrito Capital durante los fatídicos hechos
del 11 de Abril de 2002.

Mi función era la coordinación y supervisión de las políticas de seguridad pública de


la ciudad de Caracas, Venezuela.

Me encuentro encarcelado Dirección General Sectorial de los Servicios de


Inteligencia y Prevención del Ministerio del Interior y Justicia (DISIP), en Caracas,
Venezuela, desde el 22 de Noviembre del 2004, condenado a 30 años de presidio,
es decir a una condena de muerte, después de un juicio de 3 años (el juicio mas
largo de la historia venezolana) además de 4 años y 6 meses de encarcelamiento,
por el delito de complicidad correspectiva en relación con la muerte de 2 de los 19
fallecidos en Caracas el 11 de abril de 2002.

Permanezco, en efecto, en una celda de 4 metros cuadrados en el sótano de la


sede de la policía política en Caracas, sin ventilación ni luz natural. Solo tengo
acceso a la luz del sol, 2 horas cada 2 fines de semana. En total 48 horas, [2 días] al
año de luz natural. El lugar donde me encuentro no es una cárcel, es la sede de la
policía política de Venezuela y estas instalaciones no están diseñadas para albergar
durante tanto tiempo a una persona privada de libertad. En consecuencia y dadas
estas condiciones ha habido un franco deterioro de mis condiciones físicas y
mentales que han ameritado recibir atención médica, en algunos casos hasta
operaciones quirúrgicas cuando la he necesitado. Hay además una severa
restricción de mi derecho a recibir visitas de familiares, amigos, representantes de
ONG nacionales e internacionacionales, periodistas violando así artículos de la
Convención Americana de DDHH de San José, Costa Rica.

Se me siguió un juicio sin sentido y completamente insustancial por la muerte de


solo 2 de las 19 personas lamentablemente fallecidas aquel=2 011 de abril, que se
desarrollo durante 225 audiencias. Tal juicio fue radicado en un tribunal a 100
kilómetros de Caracas, que es el lugar donde he permanecido detenido, lo que ha
implicado viajar esposado más de 39.000 kilómetros.

Durante el juicio, fue escuchada la declaración de 198 testigos de los hechos y 48


expertos; se evaluaron mas de 250 experticias técnico-científicas; se analizaron
más de 5.700 fotografías y videos. Ninguna de esas pruebas demuestra mi
culpabilidad en cuanto a los hechos que se me imputaron.

En ese mismo periodo de tiempo, fueron identificadas 67 personas, todas afectas al


Gobierno de Hugo Chávez, disparando con armas largas y cortas contra
manifestantes opositores desarmados. Todas estas personas fueron absueltas o
perdonadas por el Presidente de la República mediante una Ley de Amnistía dictada
por la Asamblea Nacional a petición de aquel, en Diciembre de 2007.

El día 3 de Abril fui condenado a 30 años de presidio sin ningún tipo de atenuante o
beneficio, procesal por el delito de “complicidad correspectiva” sin autores
materiales, insisto una pena de muerte.

Esta abominable sentencia no es ni siquiera comparable a la reciente sentencia


dictada al ex-Presidente Peruano Alberto Fujimori, condenado a 25 años de cárcel
por su autoría intelectual, desde la Presidencia de la Republica, en asesinatos con
alevosía, secuestro agravado y lesiones graves en hechos ocurridos en los años 199
1 y 1992 en el Perú.

Señores: mi casa ha sido atacada con bombas molotov; mi familia, incluyendo a mis
hijos menores de edad, ha sido amenazada en su integridad física de manera
pública por grupos radicales armados, afectos al gobierno nacional; mi esposa,
quien además actúa como mi abogado y al igual que mis hijos, posee ciudadanía
española, ha sido sometida al escarnio público, ha sido amenazada en canales de
televisión y emisoras de radio oficiales y ha sido atacada en su honra de persona y
de mujer de manera sistemática por grupos de personas afectas al gobierno que
eran trasladados hasta la parte externa de la sede del tribunal para proferir insultos
y amenazas durante su salida y entrada de las audiencias.

Hemos acudido a todas las instancias judiciales y agotado todos los recursos que la
ley venezolana establece, para lograr que se realice un juicio justo y apegado al
respeto a los derechos humanos, todo lo cual ha sido infructuoso.

Esta carta posiblemente ocasione consecuencias negativas para mi y mi familia,


pero ante mi creciente estado de indefensión y ante la sistemática violación de mis
derechos humanos, acudo respetuosamente a ustedes para solicitarles que, en
consecución de la resolución recientemente aprobada por el Parlamento Europeo
referida a la situación de persecución política en Venezuela, agoten todos los
mecanismos posibles para que una comisión de ese Parlamento visite nuestro país
y pueda constatar la situación de uso de la justicia para la persecución política.

El caso que les he narrado no es el único. En Venezuela, existen más de 40 presos


políticos, victimas del castigo a la disidencia política.

Les estaré siempre agradecido de cualquier gestión que pudiera hacer ese
Parlamento para ayudar a la protección de los derechos humanos y evitar que casos
como este sigan ocurriendo en Venezuela. Mi esposa y abogada está y a su
absoluta disposición para sostener esta conversación personalmente con quien se
le indique. Para ampliar los miles de detalles, vejaciones y agresiones que esta nota
no incluye. Para llevar todos los documentos que sustentan cada una de mis
palabras. Para hacer la diligencia que fuere para obtener del Parlamento Europeo la
ayuda que solicito en medida desesperada..

Atentamente

Iván Simonovis

Prisionero Político

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