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CÁTEDRA:
Química.
CATEDRÁTICO:
Alan Murcia
TRABAJO:
Biografías
ESTUDIANTE:
Enrique Solís
GRADO:
5to. Bachillerato
SECCIÓN:
Única
(Blaise o Blas Pascal; Clermont-Ferrand, Francia, 1623 - París, 1662) Filósofo, físico
y matemático francés. Genio precoz y de clara inteligencia, su entusiasmo juvenil
por la ciencia se materializó en importantes y precursoras aportaciones a la física y
a las matemáticas. En su madurez, sin embargo, se aproximó al jansenismo, y,
frente al racionalismo imperante, emprendió la formulación de una filosofía de signo
cristiano (truncada por su prematuro fallecimiento), en la que sobresalen
especialmente sus reflexiones sobre la condición humana, de la que supo apreciar
tanto su grandiosa dignidad como su mísera insignificancia.
Su madre falleció cuando él contaba tres años, a raíz de lo cual su padre se trasladó
a París con su familia (1630). Fue un genio precoz a quien su padre inició muy
pronto en la geometría e introdujo en el círculo de Mersenne, la Academia, a la que
su progenitor pertenecía. Allí Pascal se familiarizó con las ideas de Girard
Desargues y en 1640 redactó su Ensayo sobre las cónicas (Essai pour les
coniques), que contenía lo que hoy se conoce como teorema del hexágono de
Pascal.
Con el paso del tiempo la relación entre ambos se tornó difícil. Ella ya no le resultaba
divertida ni le aportaba nuevas ideas ni conocimientos. En el portal
"www.rebelion.org" se publicaron las “reglas de conducta” que Albert Einstein le
impuso por escrito. Son una triste prueba de lo vil y canalla que puede ser cualquier
ser humano cuando las circunstancias se lo permiten.
“A. Te encargarás de que: 1. mi ropa esté en orden, 2. que se me sirvan tres comidas
regulares al día en mi habitación, 3. que mi dormitorio y mi estudio estén siempre
en orden y que mi escritorio no sea tocado por nadie, excepto yo.
B. Renunciarás a tus relaciones personales conmigo, excepto cuando éstas se
requieran por apariencias sociales. En especial no solicitarás que: 1. me siente junto
a ti en casa, 2. que salga o viaje contigo.
C. Prometerás explícitamente observar los siguientes puntos cuanto estés en
contacto conmigo: 1. no deberás esperar ninguna muestra de afecto mía ni me
reprocharás por ello, 2. deberás responder de inmediato cuando te hable, 3. deberás
abandonar de inmediato el dormitorio o el estudio y sin protestar cuanto te lo diga.
D. Prometerás no denigrarme a los ojos de los niños, ya sea de palabra o de hecho.”
Einstein volvió a casarse en 1915, en esta ocasión con una de sus primas, Elsa
Einstein (hija de Rudolf Einstein), quien también era separada y con dos hijas. Un
año después, Einstein dio a conocer su teoría general de la relatividad durante un
periodo pleno de vivacidad y alegría.
De los hechos se desprende que Einstein no quiso formar una pareja científica ni
conceder ningún crédito en su teoría a Mileva. Sin embargo, de alguna manera le
pagó su aportación a la teoría de la relatividad al otorgarle el importe en metálico
del Nobel de Física, ocho años después del divorcio.
Mileva Maric, la física-matemática, después de divorciada vivió algunos años en
Berna, confinada en su casa.
Murió sola y olvidada , en Zurich, en 1948.
BIOGRAFIA DE PLATÓN
(Atenas, 427 - 347 a. C.) Filósofo griego. Junto con su maestro Sócrates y su
discípulo Aristóteles, Platón es la figura central de los tres grandes pensadores en
que se asienta toda la tradición filosófica europea. Fue el británico Alfred North
Whitehead quien subrayó su importancia afirmando que el pensamiento occidental
no es más que una serie de comentarios a pie de página de los diálogos de Platón.
La circunstancia de que Sócrates no dejase obra escrita, junto al hecho de que
Aristóteles construyese un sistema opuesto en muchos aspectos al de su maestro,
explican en parte la rotundidad de una afirmación que puede parecer exagerada.
En cualquier caso, es innegable que la obra de Platón, radicalmente novedosa en
su elaboración lógica y literaria, estableció una serie de constantes y problemas que
marcaron el pensamiento occidental más allá de su influencia inmediata, que se
dejaría sentir tanto entre los paganos (el neoplatonismo de Plotino) como en la
teología cristiana, fundamentada en gran medida por San Agustín sobre la filosofía
platónica.
Nacido en el seno de una familia aristocrática, Platón abandonó su inicial vocación
política y sus aficiones literarias por la filosofía, atraído por Sócrates. Fue su
discípulo durante veinte años y se enfrentó abiertamente a los sofistas (Protágoras,
Gorgias). Tras la condena a muerte de Sócrates (399 a. C.), huyó de Atenas y se
apartó completamente de la vida pública; no obstante, los temas políticos ocuparon
siempre un lugar central en su pensamiento, y llegó a concebir un modelo ideal de
Estado.
Viajó por Oriente y el sur de Italia, donde entró en contacto con los discípulos de
Pitágoras; tras una negativa experiencia en Siracusa como asesor en la corte del
rey Dionisio I el Viejo, pasó algún tiempo prisionero de unos piratas, hasta que fue
rescatado y pudo regresar a Atenas. Allí fundó en el año 387 una escuela de
filosofía, situada en las afueras de la ciudad, junto al jardín dedicado al héroe
Academo, de donde procede el nombre de Academia. La Academia de Platón, una
especie de secta de sabios organizada con sus reglamentos, contaba con una
residencia de estudiantes, biblioteca, aulas y seminarios especializados, y fue el
precedente y modelo de las modernas instituciones universitarias.
En ella se estudiaba y se investigaba sobre todo tipo de asuntos, dado que la
filosofía englobaba la totalidad del saber, hasta que paulatinamente fueron
apareciendo (en la propia Academia) las disciplinas especializadas que darían lugar
a ramas diferenciadas del saber, como la lógica, la ética o la física. Pervivió más de
novecientos años (hasta que Justiniano la mandó cerrar en el 529 d. C.), y en ella
se educaron personajes de importancia tan fundamental como su discípulo
Aristóteles.
Obras de Platón
A diferencia de Sócrates, que no dejó obra escrita, los trabajos de Platón se han
conservado casi completos. La mayor parte están escritos en forma dialogada; de
hecho, Platón fue el primer autor que utilizó el diálogo para exponer un pensamiento
filosófico, y tal forma constituía ya por sí misma un elemento cultural nuevo: la
contraposición de distintos puntos de vista y la caracterización psicológica de los
interlocutores fueron indicadores de una nueva cultura en la que ya no tenía cabida
la expresión poética u oracular, sino el debate para establecer un conocimiento cuya
legitimación residía en el libre intercambio de puntos de vista y no en la simple
enunciación.
Platón y Aristóteles en La escuela de Atenas (1511), de Rafael
Los veintiséis diálogos platónicos probadamente auténticos (de los cuarenta y dos
transmitidos por la Antigüedad) pueden clasificarse en tres grupos. Los diálogos del
llamado período socrático (396-388), entre los que se incluyen la Apología, Critón,
Eutifrón, Laques, Cármides, Ión, el Hipias menor y tal vez Lisis (que quizá sea
posterior), revelan claramente la influencia de los métodos de Sócrates y se
distinguen por el predominio del elemento mímico-dramático: comienzan
abruptamente, sin preámbulos preparatorios. Todas estas obras son anteriores al
primer viaje de Platón a Sicilia, y en ella dominan los diálogos investigadores a la
manera socrática.
Dentro de los diálogos del siguiente período, llamado constructivo o sistemático,
pertenecen a una fase de transición Protágoras, Menón (que anunció la doctrina de
las Ideas), Gorgias, Menéxenes, Crátilo y Eutidemo. Los grandes diálogos de esta
etapa son el Fedón, cuyo tema es la inmortalidad del alma; El banquete, en el que
seis oradores debaten sobre el amor; La República, el texto platónico más
sistemático, fruto de largos años de trabajo, que presenta tres líneas principales de
argumentación (ético-política, estético-mística y metafísica) combinadas en un todo;
y el Fedro, que mediante la forma de diálogo dramático debate aspectos relativos a
la belleza y el amor, y contiene momentos de honda poesía. Estos diálogos, en los
que se muestra en su apogeo la fuerza expresiva de Platón, no son ensayos
filosóficos propiamente dichos, sino obras literarias que tratan temas filosóficos, y
por ello no se limitan a un solo tema o asunto.
Los diálogos del período tardío o revisionista, por último, fueron escritos a partir del
momento de la fundación de la Academia. Si bien carecen de los méritos dramáticos
y literarios que caracterizaron a los diálogos precedentes, presentan en cambio una
mayor sutileza y madurez de juicio, ya que en ellos se expresa más el pensador
decidido a presentar la definitiva exposición de su pensamiento filosófico que el
artista. En el Parménides, Platón revisa la doctrina de las Ideas; en el Teeteto
combate el escepticismo de Protágoras acerca del conocimiento, al tiempo que
exalta la vida contemplativa del filósofo; en el Timeo expone el mito de la creación
del mundo por obra del Demiurgo; en el Filebo trata las relaciones entre el Bien y el
placer, y en Las leyes intenta adaptar más a la realidad su doctrina del Estado ideal,
tomando como referencia las constituciones y legislaciones de varias ciudades
griegas.
Su influencia
Sin embargo, las ideas de Platón siguieron influyendo (por sí mismas o a través de
su discípulo Aristóteles) sobre toda la historia posterior del mundo occidental: su
concepción dualista del mundo y del ser humano (materia-espíritu, cuerpo-alma), la
superioridad del conocimiento racional sobre el sensible o la división de la sociedad
en tres órdenes funcionales serían ideas recurrentes del pensamiento europeo
durante siglos.
Al final de la Antigüedad, el platonismo se enriqueció con la obra de Plotino y la
escuela neoplatónica (siglo III d. C.). El cristianismo, empezando por Agustín de
Hipona (siglo IV), encontró en Platón muchos puntos afines (el desprecio del mundo
terrenal, la primacía del alma) en que sustentar sus concepciones religiosas, y la
teología cristiana fue básicamente agustiniana hasta que una profunda
reelaboración de Santo Tomás de Aquino (siglo XIII) incorporó el pensamiento
aristotélico. En los siglos XV y XVI, la admiración hacia la filosofía antigua que
caracterizó al Renacimiento europeo llevó a un último resurgir del platonismo.