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"Ganador de iniciativas en Patrimonio.

En La más educada, están las oportunidades".


'-=f

y Humanas CISH

Gestión sobre el Patrimonio.

Alcaldía de ituango. Alcalde: Jaime Elíás Montoya Londoño


/ Secretario de Educación y Director de la Casa de la Cultura:
Factor Elías Rojas Durango'

ISBN: 978-958-8890-49-4

Textos y fotograffa de sitios arqueológicos:


Carlos Mario Herrera Correa

Fotografía de materialqs arqueológicos:


Liliana Gómez Londoño"'

Dibuio:
Alejandro Jaramillo Herrera

Cartografía:
David Andrés Escobar Cuartas

Diseño y producción:
Puntotres

Primera edición diciembre de2014


lmpreso en Colombia (MedellÍn)
Ur'{* uuuEr.¡ *As rts,*ñgmé*As mEL PAsA*o *n:Ás
AF{TCGU*: TERTH,R Tdf;LHNq$ AF.¡THS E}E CRAg-T*

Ya había gente hace 4.510 años en las montañas de ltuango. Esta fecha,
insospechada hasta hoy por los ituanguinos, la indica elanálisis de un pe-
dazo de carbón de leña encontrado medio metro bajo tierra, en uno de dos
llanos escalonados del sitio conocido como La Mata de Mora (Y13). Este
paraje boscoso de pomares se ubica en la parte alta del filo del Líbano que
se desprende de la montaña de San Juan de Rodas, entre las quebradas
Mote y La Ceja (véase foto 1).
El trozo de carbón hallado, y que fuera analizado en un laboratorio de los
Estados Unidos, yacía al mismo nivel que ciertos tiestos de vasijas pequeñas,
muy delgadas y de material muy fino, similar a la cerámica denominada
i cancana que es hasta ahora la más antigua conocida en el departamento.
i El sitio fue ocupado a lo largo de muchos siglos; aún no sabemos si de
forma continua o con épocas de abandono, ni qué tan prolongada haya
sido su ocupación por una misma gente. Pudo ser que una o varias de
estas ocupaciones hayan sido de larga duración, a juzgar por el desgaste
de un metate o piedra de moler, por una mano de moler que pareciera
tener la horma de los dedos de un hombre o de una mujer; instrumentos
hallados junto con una primitiva placa de moler, sobre la superficie del otro
llano, a 25 m de aquellos tiestos. Pero también pudo ocurrir que quienes
vivieron allíen distintos momentos hayan reutilizado, incluso reciclado es-
tos instrumentos. Probablemente el metate haya pasado de moler raíces y
granos a triturar piedras para la extracción de oro.

Foto l. En el pilmero y segundo plana se ven los ftlos de Lomitas y Tesorera; en tercer plano
la Montana de San Juan de Rodas y Lt Libdno. en (uarlc pi¿r¡o a la tzauterda. se obse¡'ta e!
Valle de San Andrés, a la derecha el C-orro de Umagá, Las circulas rosa se señalan sittos con
cerámica asocieda a 9A0 - 1600 años, los amarilios a s¡tios anteriares a los prtmeros sigios
antes y despues de Crista I t. el s,lio sendlado con ctrrulo rtaranja se obtuvo ttna fecha dc
4 510 años, con color aguamar¡na se señalan stttos donde nc encontramas mater¡al cultural, los
circulos negros señalan sitlos detectaCcs pero rto prospectados
Foto iamada desde el filo del Totumo
Foto 2, Cerámica tiPrca de
los años 9AA - 1600
Foto 3. Patios de tndio cie Calichal (529, $A, X/)

Pescadero, en el sitio Palestina


(Valle de Toledo) fechada en los
años 640 y 390, y en el sitio Pla-
ya Hermosa en Toledo, con fecha
del año 780.
Sobre las cimas de estos ce-
rros y las cimas de los filos Te-
sorero, el Libano y parte alta de
la loma de San Juan de Rodas.
encontramos pequeñas ciénagas
o rastros de ellas, a escasos me-
tros de los asientos de unidades
domésticas. Algunas parecen
naturales, pero la mayoría pare-
Foto 4. Cerámica anterior al slglo V

ce haber sido hechas como pozos para el abastecimiento de agua. Las de


Tesorero y San Juan se pueden deducir desde lejos, por los surcos hecnos
para desaguarlas en años inciertos.
Según lo que hemos observado, los caminos principales que pasan por
estos asentamientos en las cimas, son los mismos del período siguiente;
por los se conectan las tierras a orilla del Cauca con aquellas en lo alto de
la cordillera; diríase que van de cima a cima (véase foto 5).

Fotognfíd 5. frarnc Cel camtno más antrguo de la cordillera cle San Juan de Rodas en el sector
Alto del chacho Tiene /.n de ancho, rnuro acompañante de 1 sam afto, bastante deterlorado
Es un camino pedestre Por un /ado pasa otro camino de herracJura anticlua,
Fot fía 6. Media Loma de los Higuerones (Y14) Fue ocupado en el periodo 904 - 1600
También esfá asocr'ado a la ciudad de San Juan de Rodas (1570 - l5B5).

ARqUITECTóNtCAS:
De los 54 yacimientos arqueolÓgicos identificados a lo largo del cañón
del río Cauca por Integral S.A., doce de ellos tenían vestigios constructivos
de piedra, sin ningún aglutinante o argamasa, como el de Pescadero en
Ituango, con muros conteniendo tres terrazas de vivienda empedradas. De
27 que nosotros encontramos,l8 presentan este mismo tipo de evidencias:
"Guías" de piedra de asientos de unidades domésticas cuadradas, en-
contramos en Media Loma del Líbano (Y14, Y15) y en el filo del Líbano
(Y20,Y21): de forma circular las hay en el Alto del Chocho (Y2), en San
Juan (Y6,) asícomo en La Mata de Mora (Y13), donde también hay una de
forma rectangular. Plataformas de vivienda rectangulares tenemos en La
Llanada (Y18) y en El Naranjo (Y22). Pisos empedrados se encuentran en
La Mata de Mora (Y]3), en La Llanada (Yl7) y en San Juan (Y6). Muros de
contención de aterrazamientos en San Juan (Y27), Alto de La Ceja (Y10)
y La Llanada (Y16), son diferentes a los vallados lineales que se presentan
aislados en El Levante (Y4), San Juan (Y8,Y27)' La Mata de Mora (Y]3) y
La Llanada (Y16, Yl7 y Y18).
En Media Loma (Y15) y en San Juan (Y5) hay corrales de vallado de
forma circular; y de formas más o menos cuadradas y rectangulares en San
Juan (YZ Y8, Y9) y en Media Loma (Y15). Sus murallas tienen en promedio
lm de ancho, 1.50 de alto y longitud de hasta 560 metros (Yl5); algunas
tienen entradas de 1.m de ancho, y casi todas tienen zanjas de drenaje de
lm de ancho y 50cm de profundidad (véase foto 6).
Estos corrales son lo más parecido al "patio de indios" que Manuel Uri-
be Ángel en su Geografía y compendio histórico del estado de Antioquia
en Colombia de 1885, reportó de ltuango y aún no hemos encontrado: "cir-
cunscrito por murallas de pedernal de cuatro a cinco metros de altura, con
un área 'como de treinta hectáreas'; tenia una portada al oriente y otra al
occidente. Los guaqueros que lo habían explorado, habÍan hallado agujas
de oro, semejantes por la forma a las usadas por los arrieros, cuentas de
oro fundido, chagualas etc.".
¿De qué época, o de qué épocas serán estos elementos arquitectóni-
cos? En El Naranjo (Y22), La Llanada (Y16, YlZ Y18) y San Juan (YB, Y9),
el material recuperado (cerámica burda, loza, hierro) se asocia a los últi-
mos 400 años (véase foto 7). En cambio, en sitios como La Mata de Mora
(Yl3), Media Loma (Y14, Yl5) y otros sitios de San Juan (Y5, Y6, Y27), las
evidencias corresponden a épocas entre 40O y 150O años. Los sitios El
Levante (Y4) con vallados en sus inmediaciones, y La Ceja (Y10) con muro
aterrazante, son todavía más antiguos, de la época de la cerámica Marrón
Inciso. San Juan (Y5), además de cerámica prehispánica, tenía fragmentos
de cerámica Mayólica (traída de España), clavos, pedazos de vidrio, restos
de armas e instrumentos de hierro de la época de la conquista y cerámica
oue fue relacionada con la fecha 1665 - 1710, También hallamos vidrio, loza
y metal de los años 1700 a 1800 en el sitio La Mata de Mora (Y13). En Me-
dia Loma (Y15), San Juan (Y9) y La Llanada (Yl7), encontramos metates y
manos de moler haciendo parte de plataformas y muros.
A falta de métodos para obtener fechas precisas de estos rasgos arqui-
tectónicos y de una tipología para su datación relativa, las conclusiones
que podemos proponer en el momento, es que son varias las ocupaciones
en los mismos sitios, que hay reutilización y reciclaje de materiales e ins-
trumentos y superposición en el plano horizontal de elementos de paisaje
de tiempos distintos. Por lo menos de dos capas de paisaje han sido testi-
gos los higuerones, piñones y otros árboles inmensos, plantados en estos
sitios como para dar sombrío y arboledas de frutas ya escazas, tales como
pomas, guamas y arrayanas.

(,
Foto 7. Cerámlca burda de los últtmos 400 años
I

11
f{or¡cras Hrsrén¡cAs nE uN Murüno mHgAFARHtrtn*
Habían pasado por lo menos cuarenta siglos y quién sabe cuántas so-
ciedades y culturas, cuando en 1541 el capitén Jorge Robledo y su tropa de
conquistadores, tuvieron noticia de la "provincia de Ytuango". En su infor-
me denominado Relación de Ancerma, menciona la existencia de "otros
muchos pueblos": Nutabe, Brero, Peque y Ebéjico.
Uno de sus soldados, Juan Bautista Sardella. escribió en la "Relación
de lo que sucedió al magnífico señor capitán Jorge Robledo", que "mucha
cantidad de indios" formados en escuadrones, de la provincia de Ytuango,
fueron a ayudar a los de Hebéxico en la guerra contra los españoles, que
los vencieron gracias a que los indios le tenían gran miedo a los caballos,
por nunca haberlos visto; "que si no fuera por ellos toda España no sería
bastante a la conouista de estos oueblos".
El retrato de la última gente de este mundo desaparecido, lo recons-
truimos parcialmente de las apreciaciones comunes entre los conquista-
dores, transcritas por Robledo, Sardella, los cronistas Juan de Castellanos
en Elegías de Varones llustres de Indias (1577 - 1601), fray Pedro Simón
en Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Oc-
cidentales (1604 - 1626), y por testimonios que transcribió el historiador
William Jaramillo en Antioquia bajo los Austrias, quienes habitaron estos
territorios eran gente: "crecida y de grandes fuerzas", "de buenos rostros
y gracia en sus personas", "de miembros elegantes", "de bravo denuedo y
arrogancia"; las mujeres "gallardas y de lindas facciones", de cabello largo y
alhajas de oro en orejas y narices; "gente de buen natural en su ser porque
con facilidad aprenden"; vestían, sobre todo en las tierras altas, con mantas
de algodón que cultivaban, sobre las cuales pintaban "jeroglíficos" como si
escribieran sus hechos pasados; tenían peso y medida para las cosas que
compraban, pues eran "grandes contratantes", de "cerdos de manada" y
"de monte", de mantas, oro y sal; además cuentan que los hombres iban.a
la guerra en escuadrones; los caciques eran los señores más ricos o los más
valientes; también dicen que eran caníbales, pudiera ser que dijeran esto,
para justificar su ruina y exterminio.
Fray Gerónimo de Escobar, en Memorial de 1582, lamentaba "la gran rui-
na y acabamiento de esta provincia de Antioquia", y consideraba que debió
"haber sido voluntad de Dios destruir v asolar estos tan esoaciosos reinos".

FsERo vlERoN RUIF{"AS DE pr,¡EHLos rom í,q nnÁs


Ah{TIGUOS
Robledo, Sardella, el licenciado Juan de Vadillo y Pedro Cieza de León,
de los primeros españoles que entraron a la región, vieron y dejaron testi-
monio de ruinas y otros vestigios de poblaciones desaparecidas.
El cronista Pedro Cieza de León en su Crónica del Perú de 1553, refirió
que en la provincia de Quimbaya, (territorio actual de Risaralda, Quindío y
Caldas), había guaduales y partes de monte, de "árboles tan gruesos como
dos bueyes", "donde se ve que solía ser poblado" y labrado, de lo cual dedu-
jo: "Haber gran curso de tiempo que estos indios poblaron en estas lndias",
y que antes de los indios de Quimbaya había otra gente. óSería acaso la
gente que elaboró la cerámica Marrón Inciso de los primeros siglos antes y
después de Cristo? iO tal vez, vestigios de gente de una época todavía más
alejada en eltiempo?
Vadillo en la relación de su viaje entre San Sebastián de Urabá y Cali
en 1539, anotó que la tierra junto al camino de la serranía de Abibe estaba
despoblada. Habiendo dejado el valle de Buy encontraron el "asiento" de
un pueblo que los indios del valle de Nori habían destruido luego de haber
vencido en guerra. Al parecer le informaron que habían "cazado" y "comi-
do" a sus habitantes.
.l538
Las provincias de Nori y Guaca fueron destruidas entre y 1539
y
cuando entraron Francisco César, Vadillo, Juan Bernal otro de apellido
Graciano. Pedro Cieza de León que viajaba con ellos anotaba que "anti-
guamente había gran poblado en los valles de Nori", "sus edificios y se-
pulturas, que tenían muchas y muy de ver por ser tan grandes". Se refería
a los túmulos o pirúes, de los que ya se sabe, por las investigaciones del
arqueólogo Emilio Piazzini en Urrao y Frontino, que tienen entre 3.000 y
2.000 años. Cuando Sardella pasó este territorio en 154.l, le dio "la mayor
lástima del mundo ver las arboledas y frutales, y asientos de bohíos, y
fuentes hechas a mano que todo estaba destruido".
En las provincias de Arma, Cenufaná, Aburrá y Arví, (territorios del su-
roeste, valle de Aburrá y Rionegro), Robledo y su tropa encontraron: "muy
grandes edificios antiguos destruidos", "caminos hechos a mano" "de pie-
dra tajada", "muy anchos" que corrían por las "sierras" o filos y medias
laderas, parecidos a los de Cuzco, que "quien los había hecho debía de
ser mucha posibilidad de gente"; acequias y asientos de pueblos, "todo
perdido y destruido", y no había indio que supiera decir cómo ni por qué,
por lo que se pensaba que había sido por grandes guerras anteriores; has-
ta que el cacique de Tahamí le contó a Robledo, que había sido el señor tr)

de Nutabe y Brero quien había destruido aquellas "antiguallas" vistas por o


o
él en Aburrá y Arví y que allá "había muchas campanas, patenas, coronas r.
y otras armaduras de indios, todas de oro, muy ricas sepulturas de oro !
o
donde los indios se enterraban, y tantos indios como yerbas en el campo". z
Debió ser entonces una provincia muy poderosa y muy rica. l
-
z
&"?¿Tz*"*e* ?*. ayá*ap,% #g z"Tuft?"áe*, 7"é1j *w"{ u)

ffirez"#-* taZ *"É"%7 " zffi *3 U


o
En el valle de Nutabe al que se le llamó luego valle de San Andrés, las L')

tropas de Rodas y Valdivia encontraron "a trechos pueblos ricos y opu-


l=
lentos" o "grandes ciudades", "muy anchos y seguidos caminos que les (
daban indicios de soberbias poblaciones", "arboledas frutales", "campos U)
<.

bien labrados y fertilizados con aguas de riego". Afirmaron que el puente


IJ
Fato 8. Detalle Cel primer mapa del l:Juevo Reino de Granada (¿1585?), atribuidc a Juan N¡eta
cjr;en lc.5¿ó..¿ ,lech¡ pJ +n:d:lo clti cronista Jua;-, de Cds¡elló,ro5 pdrd ;1,;sfrdr fleE¿s op
Varones llustres deln Colecctón l'4uñoz vol.89, Archivo de ia Real Academn de H¡stort¿ oe
Madria.',amado cle AceveCo, /9AC: Atias Ce ntapas ent¡Euos de Coiambia

de Brerunco era "más ancho que el de Sevilla", aunque "menos seguro"


que el que habían construido los romanos en Alcántara,
De Nutabe y Brero dijeron que eran "tierras de sabanas rasas", es
decir de laderas y lomas casi peladas, con pasto y poco monte, y las dife-
renciaron de las provincias "de montaña" o muy boscosas, como ltuango,
en el valle del río ltuango; Teco, aguas vertlentes al río Tarazá; Guacuse,
Araque y Nitana en la cuenca del río San Jorge; Tuingo, Pebere, Cuisco
y Carauta y Ceracuna en la cuenca alta y media del río Sinú. Casi todas
estas poblaciones quedaban en territorio actual de ltuango, según lo in-
dican las crónicas de Castellanos y Simón, y un mapa de los años l58O
atribuido a Juan Nieto (véase foto 8).
Al norte, en las que llamaron las provincias del Sinú, dijeron que era
tierra "muy poco montuosa", "fertilísima de maízy frutales, saludables y
apacibles aires, toda cultivada y llena de labranzas". Las granjerías estaban
separadas por zonas boscosas. "Toda ampollada de cerros poco fragosos",
tenía "ciudades" o pueblos cuyas casas estaban "abastecidas de cecinas
de venados, guáqu\ras, p\leYcos de monte y de manada, ak¡undancia de sa\
y de pescado". Además se encontraron "joyas de oro fino y mucha ropa de
algodón". En la provincia de Ceracuna, donde acampó Vadillo el 8 de fe-
brero de 1539, cuando pasó Robledo en ]541, ya solo había: "monte, donde
solía haber casas".
Según las crónicas, en el valle del río ltuango había "una aldea de hasta
cien casas bien crecidas", que daban a entender tener cada una buena co-
pia de moradores; sus contornos, llanos y laderas estaban bien cultivados
de diversas sementeras". Las riberas de las quebradas estaban pobladas
por árboles de aguacate. La tradición del pueblo ubica esta aldea en el
filo llamado de Cenizas, donde confluyen el río ltuango y la quebrada de
La Granja. Sus caciques principales entonces eran los hermanos Tecure y
Agrazaba. Los españoles solamente pudieron ver este pueblo, ni siquiera
pudieron estar en é1, pues los indios al verlos llegar en mayo de 1570, con-
ducidos por los caciques de Norisco (valle de Urama), hermanos Bayaqui-
ma y Tacujarango, literalmente "convirtieron sus casas en ceniza", "talaron
sus labranzas", y se "recogieron" en los "pueblos" de sus "comarcanos y
deudos" "en la cumbre de los montes".
Castellanos y Simón, quienes dan cuenta de este suceso, relatan asl-
I
mismo que en 1569 los hermanos Yutengo y Arama, caciques de Peque,
quemaron sus casas luego de la muerte de su tío Sinago, principal señor
de aquella comarca. Al pueblo que había en Buriticá, lo quemaron los in-
dios cuando pasó por él Juan Vadillo en 1539.
No sabemos cuál habrá sido la suerte de la provincia de Brerunco o
Brero en las lomas de Santa Rita, Pascuitá y San Juan de Rodas que dan al
Cauca. En 1540 una tropa de Robledo divisó desde el valle de San Andrés
los humos y las labranzas de una loma que pudo haber sido la de San
Juan de Rodas.
El conquistador Pedro de Heredia entre 1544 y 1545, salió a conquis-
tar las provincias de una y otra margen del Cauca, "con varios sucesos
de guasábaras sangrientas", cruzando el puente de Brero que ya había
cruzado Robledo.
El teniente Juan Velasco, se refirió al territorio del cañón del río Cauca,
entre el valle de ltuango y el puente de Brero como: "el paraje de montañas
que demora a la provincia de Nutabe". Parece que se ubicaba donde hoy
se encuentra el puente de Gurimán, entre Pascuitá y Ticuitá (Briceño). Era
punto de contacto de las provincias de lengua Nutabe, entre las que se en-
t
contraba también Ciritave en la montaña de Santa Rita, de casas disoersas
a
y también de estas provincias con las provincias de lengua Catía, que eran
o
i todas aquellas de montaña, confines al Sinú, donde había otra nación y se C
t
hablaba otra lengua.
ó
z
'u €JE &* *€ *&bé 3Zle.?4 *9. re*Ty&&" iT.%v - á " 2z l

En el mapa New Granada de 1812 dibujado por Hebert Neele en lon- z


dres, bajo la dirección de John Pinkerton, se lee Ruins of St Juan de Rodas. (¡
al sur de Caramanta.Esta referencia equivocada en términos geográficos, !
ñ
resulta interesante para la arqueología al indicar evidencias de una "ciu- C}

dad" o "pueblo de españoles" que en 1812 hacía más de 200 años se había
extinguido. Se trata de San Juan de Rodas, llamado así como ningún otro lt
poblado en América, en memoria de Gaspar de Rodas el conquistador que L0

la fundó el 10 de septiembre de 1570. _l

1E :
"lo compraban a Precio de sangre".
En 1573 el indio Pedro Catía y los caciques de ltuango y de Norisco
(cuenca del río urama), planearon una toma durante meses, para lo cual
hicieron "de comunidad una extendidísima labranza de maíz en la ensena-
para que
da del señor de Agrazaba", pagándole a indios de partes lejanas
los proveyeran de comida y los ayudaran. Aunque una hermana de este
cacique los traicionó dando aviso a los españoles, lograron sitiar el pueblo
cuatro días, durante los cuales destruyeron "las estancias" que había alre-
dedor, talaron las labranzas y "dieron cruelísimas muertes a indios y negros

lo
del servicio", mientras los españoles ahorcaron a varios de los cacioues.
Entre 1573 y 1584 el pueblo fue abandonado, hasta que el capitán Juan
de Rodas Carvajal, pariente de don Gaspar, lo reedificó, del mismo modo
que antes había estado. Por desgracia no duró un año, pues de nuevo,'lo
asolaron y quemaron" los indios de Guazuce, declaró Alonso de Rodas,
hijo de don Gaspar, en un proceso judicial de ]6j5.
Trasladaron el pueblo a un lugar todavia más cercano al rio cauca, oon-
de al parecer quedaba cuando una noche espantosa de ,l599 los indios
de guerra de Guaguce lo quemaron, mataron a sus vecinos y se llevaron
cautivas a sus mujeres, según testimonio del carmelita Antonio Vásouez
de Espinosa en su compendio y descripción de las Indias occidentales
de1622. Es posible que no haya sido en esta fecha sino hacia l6ol o1602,
como afirmó Gaspar de Rodas nieto. pero realmente no sabemos cuándo
desapareció, pues hay indicios históricos de su existencia posterior. Uno de
estos indicios es su figuración en un mapa del Chocó de l6lo, enviado al
Rey por el gobernador Sarmiento de Sotomayor; en j6l3 es de allí vectno
el capitán Rodrigo Hidalgo Rangel, y estanciera en 1615 doña María de
Herrera, hija de Valdivia.
I

I
sabemos, por la con hechos narrados por casterranos y
I
Simón, que el pueblo pri o ljano, con una única entraoa y sa-
lida "por una muy angos de cuatro pasos el anchura,,, ,,inac_
cesible por naturaleza todo el resto de su sitio", "natural fortaleza". Junto
a la entrada pasaba una "corriente de agua,,, y no muy lejos quedaban ,,las
primeras casas", cercanas a la "plaza". Fuera del pueblo los españoles te_
nían estancias pobladas, es decir fincas con casas, donde servían indios y
negros. Mantenían ganado mayor y menor, para el que probablemente ha-
bían hecho corrales, pues desde allí lograron llevar al otro lado del cauca
allos en febrero de 1574.A iglesia,
elebraban misa, pues seg ]6]5, su
r había llevado allíel cáliz aunque
r que lo llevara al pueblo Cauca.
a
No descartamos que haya habido algún tipo de fortificación, pues cuanoo
gobernador ,]57], ,,fortificar,, O
Valdivia llegó como en manifestó querer el o
pueblo del valle de Teco. &
!
Encontramos las ruinas del último pueblo de san Juan de Rodas (15g5 ñ
- 1602) y creemos haber hallado el primero (1570 - t5g5). z
l
Creemos que el pueblo más antiguo de san Juan de Rodas, tuvo asren- -
to en la parte alta de la loma de San Juan de Rodas llamada Rodas. En esta z
zona hay varios sitios cuyo emplazamiento corresponde al indicado en er t,
párrafo anterior: Uno en particular (yl4), justo en el límite con la finca c
El
Líbano, está enmarcado en un vallado casi rectangular, cuyos muros de ID

piedra de la más alta calidad que pudimos encontrar, tienen lm de ancno,


hasta l.8om de alto, piedras de hasta 7ocm, canales de desagües y entra- Í=
f

das como los indicados atrás. (,

17
El muro superior de sur a norte tiene una longitud de 588m y acompa-
ña el camino antiguo, con hasta 7m de ancho. Los dos muros que corren
de este a oeste rematan en sendas cañadas: El más al sur va a dar a un
nacimiento de agua acondicionado como fuente y continúa a trechos ca-
nalizando su corriente; en cambio el muro más al norte en la mitad de su
tramo conforma un aro, cuyo interior alberga una plataforma de vivienda
cuadrada y un patio. Mediante sondeos hallamos en éste, cerámica pre-
hispánica, loza y vidrio de los siglos XIX y XX (véase fotos 7). A 75m se
encuentra un terraplén de 4$xl5m de superficie, sobre la que se yerguen
tres higuerones de hasta 4 abarcaduras.
No encontramos en el sitio fragmentos de instrumentos o utensilios
típicos de los españoles, pero es bastante probable que si no fue el propio
emplazamiento de la ciudad primera, sí lo fue de una de sus estancias, o
una de las estancias de la ciudad que sucedió más abajo. Otras estancias
inmediatas serían La Mata de Mora (Y13) y La Llanada (Y16, YlZ Y18), igual-
mente con murallas, plataformas, eras de piedra y fuentes de agua.
En revancha, aquella última ciudad o aquel último pueblo más cercano
al cauca, del que no tenemos mayor información histórica, sin duda corres-
ponde al paraje llamado San Juan (Y5, Y6, YZ Y8,Y9,Y27), donde vivió la
familia Toro en los siglos pasado y antepasado, a una hora de camino desde
pescadero y entre looo y lloo msnm. La tradición oral lo afirma y lo con-
firman las evidencias arqueológicas: Encontramos una estructura reticulada
de murallas y zanjas, con forma de rectángulo irregular, de 2OO m de ancho
máximo por 520 m de largo, demarcando 13 mÓdulos de dimensiones dife-
.|00
rentes, desde 30 x 20 m hasta 90 x 1oo m y 170 x m; tal como si fueran
los solares de un pueblo de típico diseño hispanoa'mericano (véase foto 1O).

Foto lO. Estructura reticulada de la ciudad de San Juan de Rodas (1585 1602), detectada
mediante fotointerpretaciÓn e identificada y medida con GPS durante el trabalo de campo
Fatoqrafía aérea IGAC, vueio C,2529, foto 144 138-512, tamada el 01-061994, a 9400 msnm
Paralelos a las murallas que corren verticales de norte a sur, van sendos zanjo-
nes de hasta 7 m de alto por otros tantos de largo; los separan callejuelas de l m de
ancho en algunos tramos. Los muros de piedra, sin argamasa, tienen en promedio
1, 50 m alto por 80 cm de ancho. Mucho se conserva de ellos, aunque algunos sólo
se deducen. Aquellos que corren de este a oeste horizontales, coinciden con las
curvas de nivel topográficas y tienen el doble propósito de delimitar los módulos
y contener la pendiente. Tienen canales de drenaje de 1 m de ancho.
En medio de esta estructura reticular pasa la quebrada San Juan, canalizada
con un muro de piedra. Ésta brota del muro horizontal que delimita por debajo el
módulo, donde está la casa arruinada de los Toro. Cerca hay otro nacimiento de
agua con revestimiento de piedra deducible y más allá, entre el muro y el zanjón
del este, otra como fuente, ya sin agua, que caÍa por el muro horizontal que allí
converge, con 3 m de alto.
La casa que era de los Toro resiste sobre un empedrado más antiguo que sus
paredes de tapia, ladrillo y cemento. Alrededor hallamos eras cuadradas de piedra
como de un jardín o huerta, varios metates y manos de moler. En uno de los án-
gulos del cuadro de vallado que la encierra tiene una entrada definida, de l.m de
ancho, junto a la cual está la base como de una garita, o tal vez de un campanario.
Fuera de la estructura reticular y en sus inmediaciones, encontramos otros sitios
de habitación (Y5, Y6, Y27).El sitio conocido como "el cementerio" (Y5) es el más
al sur. Se trata de un plano ovalar amurallado, de 28x35 m, con restos en su inte-
rior de tres plataformas de piedra, una de l8x13m; las separa una calle de 1.50 m de
acho, que rompe el vallado y sigue a manera de sendero, descendiendo al zanjón
profundo, por donde pasaba el agua de aquella última fuente. Suponemos que fue
la plaza de aquel pueblo o ciudad, propiamente el lugar de su fundación, por ser
"fortaleza natural", rodeado de pendientes fuertes, además de amurallada (véase
levantamiento planimétrico del llamado "Cementerio de San Juan").
En el relato Un Viaje de Yarumal a ltuango en el año de 1917 y el regreso de
Ituango a San Andrés de Cuerquia, su autor anónimo señala que de las 18.000
hectáreas de la hacienda San Juan, siacaso 18 de ellas eran planas, y que en una
de ellas habia quedado la ciudad de los conquistadores.
a
La ocupación de este lugar, la comprobamos por el hallazgo entre O y 20 cm de
o
fragmentos de una botija o tinaja de cerámica mayólica, de tradición hispanomo- c
risca, con esmalte verde y modelada en torno (véase foto 9). Encontramos tam- I
U
bién restos de piezas de un arcabuz, clavos y tijeras de hierro, junto con cerámica o
doméstica indígena de aquella época. z
Es posible que en el lugar existan tumbas de los conquistadores, pero resulta :
seguro que también de los indígenas; en un sitio cercano (Y6), se lograron ubicar Z

los restos de una estructura funeraria tipo dolmen (lajas de piedra formando co- Í
lumnas y techo) similar a la que encontró Integral S.A., en El Jagüe, Sabanalarga,
datada de los últimos mil años antes que llegaran los españoles. Tal vez su fama
de cementerio y sitio sagrado fuera una estrategia de la gente que habitó luego el z
paraje, para conservar las evidencias más antiguas de un pueblo de extraordinario
aguante, que aún vive.
"Cementerio de San .Juan" (Y5) Levantamiento planimétrico realtzado
durante el trabala de cam?a

Foto 9. Ce:rámica Mayóltca de trai¡c¡an


hrspanomonsca Sig|o XVI
20
t{{"-$ffi. trüffiLAüg$fs mH FTUA$SG*" t??& - $&Sd.
Según informe de Francisco Silvestre, gobernador de Antioquia por en-
tonces, ya para 1776la cordillera de San Juan de Rodas y "la loma de saba-
na" donde estuvo el pueblo o ciudad de españoles, era territorio "áspero,
incognito y olvidado de más de 150 años".
Del camino que los españoles por alli transitaban entre Antioquia y
Cartagena "había bastante tradición", noticias en "descuadernados pape-
les antiguos", y se habian reconocido "vestigios y huellas ciertas de él" "en
lo abierto de sus canelones". Había sido abandonado desde 1621 cuanoo
los indios Carauta asolaron las minas del capitán Francisco de Arce y Guz-
mán, en el río León. Su "redescubrimiento" y apertura fue uno de los pro-
yectos principales de Silvestre, para traer ganado de Ayapel y Tolú, abara-
tar el transporte que resultaba caro por el camino del río Espíritu Santo y
descubrir las minas de Paramillo. Es en esta coyuntura cuando volvemos a
tener noticias de poblamiento en el territorio, desconocidas por la historia
oficial del municioio.
Los Carauta, originarios de Ceracuna, habían cobrado fama de indios
de guerra. Por entonces ocupaban las cuencas bajas de los ríos León, Sinú
y San Jorge, pero se creía que incursionaban a las montañas de ltuango y
que tenían relación con los indios de los resguardos de Buriticá y Sabana-
larga, descendientes de los indios sobrevivientes a la conquista y someti-
dos por los españoles.
A Sabanalarga lo poblaron entre 1616 y 1624,luego de haber abanoo-
nado los pueblos de Arate y Ormaná, donde los había poblado Francisco
Herrera Campuzano entre 1614 y 1615. Arate, en la desembocadura del río
Espíritu Santo (municipio de Briceño), y Ormaná en la loma de Barrancas
(Valle de Toledo), habían sido a su vez los asientos respectivos de la se-
gunda y de la primera ciudad de Cáceres. Indios de Ciritave, "La Gomera"
(Guamera de Santa Rita) y Omagá (éUmaqá?) habían poblado Arate. Lq

En la década de 1770 macheteros pagados por don Bernardo Martí- a


nez, que salieron en busca de aquel antiguo camino, divisaron sobre una Í
C

eminencia "muchos humos que indicaban pueblo", el que "se les figuró Li
a
como encerrado de estacas". Posiblemente fuera este caserío de aquellos z
"indios de guerra", éo acaso de indios prófugos de los pueblos de Buri- )
ticá y Sabanalarga? Un año antes, en 1769, el Protector de naturales de Z
Antioquia había manifestado al gobernador la conveniencia de juntar los a
indios de Buriticá, Sabanalarga y Sopetrán en terrenos de Cañasgordas o a
de San Juan de Rodas. Pero en el sitio, que creemos fue la plaza del último '!
San Juan, encontramos también cerámica burda del estilo conocido como
,1665 a
Tardío Antioqueño, asociada a una fecha de Carbono 14 de los años a l
=
1710. Deducimos entonces que dicha conveniencia haya tenido fundamen-
to parcial, en el hecho de haber ya población indígena en el lugar.
75"43'0'o

-J
-ri

e3
Prospección e inventario
de sitios arqueológicos,
municipio de ltuango (Antioquia).

Convenciones
l-l Yacim¡ento Arqueológico

l-_l sitio de interés Arqueológico


-"-",-""- Vallado

Camino
via Principal

-GurvaNivel
CurvaNivel
Centro Poblado
-
Cabecera Municipal
Quebrada
Rio

Sistema de coordenadas: Colombia Bogota Zone


Proyección: Transverse Mercator
Datum: Bogota
False Easting: 1.000.000,0000
False Nofthin 000
r.
CentralMerid T
Scale Factor: w{pn
O
Latitude Of V
Metros
Unidades: S
Escala: 1:50.000
Fosr sepa{pruni!: itr¡annN Y t¡Fdeo slcLos
=E
F-{ISTSREA N*S CG${T"ffiMFLÁN :

Sin duda, los vestigios arqueológicos de los que damos cuenta, son en
gran medida los únicos testimonios para conocer acerca de los procesos
históricos que han constituido lo que hoy es ltuango. Tan sólo un pedazo de
carbón de leña, que fuera lumbre de un fogÓn o de una hoguera de los más
oscuros tiempos, resultó ser al sol de hoy, luz que ilumina y amplía nuestra
conciencia del devenir humano en esta tierra. Cuidemos entonces estas evi-
dencias, reconozcámoslas, valorémoslas, protejámoslas, no las dañemos.
No solo son oatrimonio nuestro, sino también de todos los colombianos.
Quienes encuentren piezas arqueológicas de manera fortuita, por favor
informen a las autoridades civiles y policiales o al Instituto Colombiano de
Antropología e Historia IcANH; éste es la máxima autoridad encargada de
su salvaguarda y del cumplimiento de las leyes que la regulan, que son a
saber: El Artículo 72 dela Constitución Nacional; la Ley 397 de l99Z modt-
ficada y adicionada por la Ley'1185 de 2OO8; asícomo los decretos 833 de
2OO2y 763 de 2009.
Personas naturales y entidades públicas o privadas podrán tener pie-
zas arqueológicas Siempre y cuando las registren ante el ICANH y legali-
cen su tenencia con esta entidad, lo que no significa derecho de propie-
dad. Su compraventa es ilegal y lo es también la guaquería, el saqueo en
tumbas y yacimientos. Únicamente pueden efectuar excavaciones y otras
intervenciones en sitios arqueológicos, los profesionales acreditados y
con ltcencia del |CANh.
El trabajo que les presentamos es un avance en materia del recono-
cimiento y divulgaciÓn de este patrimonio, dentro de los planes de de-
sarrollo de la Alcaldía de ltuango y la Gobernación de Antioquia, con la
coooeración de la Universidad de Antioquia.
El Plan de ordenamiento Terrrtorial del'municipio deberá tener en cuen-
ta la presencia de estos bienes de interés histórico y cultural y considerar
la orotección de ciertas áreas de particular interés para el ,]185
desarrollo de
investigaciones científicas (Ley 388 de 1992 artículo 10"; Ley de 2008,
artículos 1o y7o" Decreto 763 de 2009, artículos 4',5" y 59"). Sería ideal
oue las licencias de urbanización y construcciÓn a cargo del municiplo,
tuvieran como requisito el rescate de estos bienes y un plan o estrategia
para manejo y conservación.
Esperamos que EPM incluya en su plan de protección y conservación
de sitios arqueológicos el cañón del río Cauca, los sitios que encontramos
y que podrían desaparecer o perder sus valores esenciales como conse-
cuencia de los proyectos de infraestructura y explotación de recursos na-
turales. Es fundamental registrar, investigar y conservar los vestigios, fun-
damento de nuestra historia, de nuestra cultura y de nuestra idiosincrasia.
I

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