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LOS UJIERES.

Son personas seleccionadas en base a ciertos criterios básicos como son:


1. Buen testimonio
2. Llenos del Espíritu Santo
3. Llenos de sabiduría y buscando siempre ser formados
4. Vocación de servir
5. Buscando siempre ser formados
LAS FUNCIONES DEL UJIER EN LA IGLESIA
Compendio del taller SER UN SERVIDOR.
Niza Quiroga Suarez – Luis Pablo Mercado R.
Efesios 6:7: 7 Sirviendo con buena voluntad, como al Señor, y no a los hombres.
Propósito del Manual: Enseñar a los ujieres cuáles son sus funciones, deberes y
responsabilidades, qué se espera de ellos y cuál debe ser su actitud hacia los demás, hacia
el culto y hacia sí mismo.
El error más grave que puede cometer un ujier en la iglesia es la desatención. Se distrae,
olvida el orden del culto, se le pasan los detalles convenidos, no se escuchan las
instrucciones del líder de ujieres, se pasan por alto las necesidades de las personas, y la
calidad y eficiencia del ujier desciende a cero cuando su mente divaga. El consejo de Pablo
incluye a los ujieres cuando dice: “Y todo lo que hagáis, hacedlo de corazón, como para el
Señor y no para los hombres… porque a Cristo el Señor servís” (Col 3:23, 24).
El ujier requiere la misma concentración que el Pastor, el consolidador, el músico, el que
dirige el culto o el maestro de la Escuela Dominical. El ujier está para servir a las personas
prestando ayuda individual bajo la supervisión del líder de ujieres bajo la dirección del
liderazgo del ministerio de Consolidación.
La responsabilidad del ujier comienza antes del culto. Como responsables de guardar las
puertas de la Casa de Dios, deben ser puntuales y tendrán la responsabilidad de abrir las
puertas del local de la iglesia con antelación suficiente a la hora de comienzo del culto, se
recomienda que estas este abiertas mínimo 30 minutos antes del culto. Serán los
encargados, bajo la supervisión del pastor a cargo de la dirección del servicio, de cerrar las
puertas, una vez concluido el mismo y después de adecentar y ordenar el local.

En la función de los Ujieres, hay TRES ÁREAS DE CONCENTRACIÓN:


Por lo tanto, mis queridos hermanos, manténganse firmes e inconmovibles, progresando
siempre en la obra del Señor, conscientes de que su trabajo en el Señor no es en vano.1
Corintios 15:58
PRIMERA: Concentrarse en las personas. Como las personas se habitúan a sentarse
siempre en el mismo lugar, el ujier debe aprender esos hábitos. Dirigir con presteza a las
personas a sentarse en sus lugares de costumbre les indicará el conocimiento del ujier.
Sentar a los visitantes cerca de los asistentes regulares con una palabra de
presentación es de gran ayuda para los que asisten por primera vez. Para acomodar
a las personas en orden, es preciso saber dónde quedan asientos vacíos, y para ello hay
que estar pendiente, sobre todo cuando la iglesia ya comienza a estar bastante llena. El
ujier debe ser atento y respetuoso con las personas.
Parte de la concentración requerida en el ujier debe ir encaminada a memorizar los nombres
de las personas y dirigirse a ellas por su nombre propio. Si a los ujieres se les catalogara
como en el ejército, se le daría un ascenso a cada ujier que aprenda a memorizar los
nombres de las personas nuevas.
A su vez, deberá seguir las instrucciones dadas por el Ministerio de Consolidación, para
identificar y comunicar el estado de los visitantes al servicio de la iglesia, para de esta
manera apoyar en ese primer paso de consolidación que es hacer sentir cómodo y
agradable al visitante.
Mateo 25:21 Y su señor le dijo: Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre
mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.
SEGUNDA: Concentrarse en el culto. Un buen ujier sabe concentrarse a la vez en las
personas a las que está atendiendo y en el culto. Como cada parte del culto de adoración
hace su propia contribución dentro del Cuerpo de Cristo. No permanece pasivo, sino que
se suma también a la adoración. Sin embargo, el ujier debe estar muy atento a todo lo que
sucede en el culto y con las personas, por lo que no debe cerrar los ojos.
El líder de ujieres tiene la responsabilidad de adiestrar a los ujieres, darle las instrucciones
oportunas antes del culto, en el culto y después del culto. Cada ujier debe conocer la
dinámica y el orden habitual de los cultos, así como el programa de las reuniones y cultos
especiales. Cada ujier debe conocer su posición y su misión concreta en cada parte
del culto, de acuerdo a lo que el líder de ujieres le haya indicado, hasta el más mínimo
detalle y debe favorecer y animar con su ejemplo a que todo el mundo respete los
momentos de quietud y reverencia en la reunión. Por ejemplo:
- Alabanza. En estos momentos de integración con el espíritu en la alabanza, los ujieres
deben ser un ejemplo de alegría, mostrando con su alabanza lo agradable que es alabar a
nuestro Señor Jesucristo y al Dios padre.
- Adoración. En esos momentos preciosos de quietud reverente, todo lo que un ujier haga
debe ayudar a favorecer ese ambiente. No debe estar distraído ni hacer ruido ni nada que
pueda distraer a los presentes.
- Diezmos y ofrendas. Es un acto de fe ante el Señor, deberá ser un ejemplo, mostrándose
en el momento de ofrendar, a demás debe estar presto a cualquier inquietud de los
hermanos presentes en cuanto a la manera de presentar la ofrenda, siempre debe tener
consigo o en un punto muy próximo a su puesto, sobres de deposito de diezmos y ofrendas.
Debe animar con gozo a los asistentes a probar en esto al Señor.
Debe entender el Ujier que la ofrenda es una forma más de adoración y expresa, junto con
los diezmos, la más tangible indicación de compromiso de los miembros con el Señor. Los
ujieres son los encargados de tener listos los sobres de las ofrendas y bajo su
responsabilidad estará el tener en sitio siempre visible el alfolí de los diezmos y ofrendas,
se deben asegurar que nunca falten “sobres de diezmos y ofrendas”. Se encargarán una
vez finalizada la acción de ofrenda, de guardar en el lugar previamente destinado para
depositar el alfolí. Nunca deberán permitir que ninguno de los pastores tome el alfolí para
guardarlo, ya que esta acción ante los ojos de los visitantes manifiesta ansiedad por los
recursos reunidos
- Predica o enseñanza. Durante la impartición de la palabra, y durante el tiempo que dure
el mensaje de nuestro Señor, deberá esta siempre atento, apercibido de las
manifestaciones emocionales de todos los hermanos, estando prestos a apoyarlos en todo
momento.
Aunque las obligaciones de los ujieres continúan durante todo el culto, es bueno que
participen del mensaje escuchando con atención. Como siempre con atención al culto y a
las personas. Los ujieres se preocuparán de que el predicador y en algunos casos, el
intérprete, tengan un vaso de agua en el púlpito.
- Llamamiento. Cuando el pastor está haciendo un llamamiento, ya sea a recibir a Cristo o
para creyentes, el ujier no debe estar distraído. Debe colaborar con el pastor a mantener la
atención de la congregación.
- Ministración. Una vez hecho el llamamiento, los ujieres estarán atentos para hacer sitio
cerca de la plataforma, apartando un cierto número de sillas, con el fin de que las personas
puedan pasar y ser ministrados con orden y sin que haya hacinamiento. Una actitud de
atención y colaboración, de parte de los ujieres, es una ayuda para la invitación a pasar a
atender el llamado del pastor, en especial a aquellas personas que nuestro Señor Jesucristo
y el Espíritu Santo, le han manifestado que deben ser ministrados.
Además, deben ayudar a las personas a “pasar al frente” para que se ore por ellas. Es muy
importante que algún ujier quede pendiente de las personas que no pasaron al frente y les
ayuden a mantenerse en actitud de oración y reverencia, que no simplemente estén
espectadores.
Los ujieres han de permanecer muy atentos durante la ministración, pues su papel es
relevante: Deben situarse detrás de las personas que están siendo ministradas para evitar
que la persona pudiera caer libremente al suelo y golpearse. Si hubiera alguna
manifestación de desorden mientras se ministra, ayudarán al traslado de la persona a otra
parte del local para tratar con la persona en privado.
- Traslado de niños a la Escuela Dominical. Los ujieres prestarán su ayuda para que, al
terminar el tiempo de alabanza, el paso de los niños a la Escuela Dominical se haga rápida
y silenciosamente.
- Dirección del culto. Los ujieres se preocuparán de que el Pastor o Líder, que dirige el culto
tenga un vaso de agua en el púlpito. Además, estarán atentos a sus indicaciones y le
prestarán ayuda cuando se requiera. Durante el tiempo de alabanza si alguien ha llegado
tarde, los ujieres discretamente les ayudarán a encontrar asiento para no distraer el orden
del culto.
- Momentos de meditación. En los momentos antes o después del mensaje en que el pastor
pida a la congregación inclinar la cabeza en reverente silencio, los ujieres deben
permanecer también en actitud de reverencia, pero atentos al pastor por si su ayuda fuera
requerida en algún momento.
- Lectura de las Escrituras. Cada ujier tendrá siempre bien a mano su Biblia (se recomienda
lleven Biblias de tamaño bolsillo que facilite su movilidad) y servirá de ejemplo al resto de
la congregación, siguiendo él mismo la lectura de la Palabra, permaneciendo de pie en la
posición que el líder de ujieres le hubiera indicado.
- Actividades especiales en el culto. Los ujieres asistirán a los líderes en la preparación que
se requiera de las actividades especiales en el culto, como reunión de los nuevos asistentes
para que el Ministerio de Consolidación de la bien venida y proceda a designar el
seguimiento apropiado para cada persona que asiste por primera vez. También en
actividades especiales deberá prestar su total colaboración como en los servicios de damas
y caballeros, en el servicio de tabernáculo, en los servicios del Ministerio de Jóvenes, así
como en actividades lúdicas como obras de teatro, mimos, coro de niños y otras en las que
se requiera el movimiento de personas y cosas, para mantener el orden del culto.
- Sonorización. Dentro del grupo de ujieres habrá una o más personas que han sido
adiestradas en el uso y funcionamiento del material de sonido y en la asistencia a colocación
de micrófonos e instrumentos, poniendo especial atención y cuidado al tender los cables de
conexión para que nadie pueda tropezar.

La grabación de mensajes en audio o video es otra de las comisiones de este grupo


especializado de ujieres, así como la asistencia en cantos especiales que requieren el uso
los medios tecnológicos modernos como redes sociales, y también en los elementos audio
visuales que disponga la iglesia para cada servicio.
El ujier debe disfrutar del culto, aunque esté pendiente de lo que sucede alrededor. Los
ujieres no deben tomar su función como pretexto para juntarse en la parte de atrás del
templo y ponerse a hablar durante el culto. No hay justificación alguna para esto. El líder de
ujieres es responsable de haberse reunido con los hermanos ujieres, habiendo planificado
previamente lo que cada uno debe hacer y sus responsabilidades durante la reunión.
El ujier de una iglesia que se concentra en lo que está sucediendo en el culto y en el porqué,
realizará un trabajo más eficaz y será ministrado personalmente en el propio culto. Servir
de ujier no significa dejar de recibir, ignorar o ser inmunes a la presencia y la gracia de Dios.
Como miembros de la congregación tienen su necesidad espiritual y deben ser ministrados,
pudiendo acudir a los llamamientos. Esto debe hacerse de forma ordenada y coordinada
con el líder de ujieres.
LA COMUNICACIÓN ENTRE UJIERES EN EL SERVICIO
Al estar los ujieres cada uno en sus lugares, se hace necesario que entre estos aprendan
a comunicarse entre si sin levantar la voz, por lo que se deben utilizar señales especiales
para pedir, alertar y prevenir. Están son algunas señales básicas:
Pedir reacomodar a los hermanos: una mano en la cabeza
Pedir un manto para cubrir a una persona: agitar una mano como si fuera un abanico.
Apagar las luces: mano levantada con el puño cerrado.
Circulo de protección a una persona en el espíritu: las dos manos entrelazadas en lo alto.
Apoyo en la ministración de los pastores: las dos manos en alto en actitud de recibir.
Solicitud de sobres de diezmos y ofrendas: la mano cerrada con un dedo arriba.
Solicitud de una bolsa plástica: los dos brazos arriba con los puños cerrados.
Pedir silencio en el exterior del recinto: la mano derecha arriba y la mano izquierda con un
dedo tocando la boca.
Estos son algunas de las señales que se pueden implementar entre los ujieres en servicio
durante los servicios de la iglesia.

TERCERA: Concentrarse en sí mismo. El concepto de prestarse atención a sí mismo puede


parecer repulsivo, pero el respeto personal y el estar seguro de uno mismo, son virtudes
admirables.
El ujier que se concentra en las personas y en el culto, hallará fácil concentrarse en su
propia relación con las dos anteriores. Para que esto pueda entenderse mejor, se indica a
continuación una lista de cosas que un ujier debe verificar en sí mismo:
Su aseo:
— Limpieza personal

— Perfume y desodorante

— Boca aseada

— Sin chicle (goma de mascar)

— Cabello arreglado

— Bien afeitados los chicos

— Bien vestidos (con uniformidad entre los ujieres)

— Zapatos limpios

— Camisa y corbata limpias (si son requeridas)

— Con identificador visible (es necesario para la familiarización de los miembros y


visitantes)

Su tarea

— Ser puntual
— Nunca dejar su puesto

— No abusar ni usurpar autoridad

— Atención especial a los invitados

— Seguir las instrucciones

Su actitud
— Siempre dispuesto a recibir, acatar y ejecutar las ordenes que le dé el líder de Ujieres,
los Pastores y el ministerio de Consolidación.

— Orgulloso de ser un ujier


— Siempre atento y con actitud de servicio.
— Optimista acerca de su iglesia

— Conversación agradable

— Rostro agradable (siempre con una sonrisa a flor de labios)

— Una actitud no crítica

— bondadoso

— Humilde

El Ujier de la iglesia es un embajador de amabilidad


Debido a que los contactos de los ujieres se hacen directamente con las personas de
manera individual, es importante que deban ser formados o capacitados por el Ministerio
de Consolidación, antes de comenzar a ejercer sus funciones, deben ser sometidos a un
periodo de formación y practica de por lo menos 6 servicios de la iglesia, variando el tipo
de servicio en que colaborara.
Es necesario que aprendan a pensar con amor, amabilidad y comprensión hacia los
hermanos, visitantes y cuerpo pastoral y liderazgo.
No debe esperar demasiado de los demás. Un ujier eficiente aprende cómo aceptar a las
personas como son, en vez de como él quisiera que fueran. Por ejemplo, ya que la
naturaleza de los adolescentes es ser irreflexivos, inestables, fastidiosos y hasta rebeldes,
el ujier no los ayudará a ellos ni a la iglesia, criticando o teniendo pensamientos poco
amables sobre ellos. Dejar que los adolescentes o los niños sean como son, puede ser de
más ayuda que leerles la “cartilla” de deberes.
El ujier debe informar al pastor, a los líderes de consolidación y a su líder de ujieres de las
irregularidades que detecte, pero nunca debe tomarse como personal un problema o
situación, ni tomarse la justicia por su mano, ni leer la cartilla a nadie. Antes bien, debe
hacerse respetar con amabilidad y dando ejemplo.
El ujier logra el respeto de los hermanos con su trato dulce, amable y educado. A través de
la imposición y autoritarismo no se consigue nada. Más bien se logra que los demás no le
respeten. Por el contrario, se consigue más a través de una actitud amorosa, conciliadora
y comprensiva. No entre nunca en discusiones vanas y ofrezca siempre “La respuesta
mansa aplaca la ira”.
Otro grupo especial en la iglesia son las personas mayores. Ellos necesitan más seguridad
que los adultos que tienen una familia activa. Estar consciente de sus necesidades
especiales -problemas auditivos y visuales, necesidad de acompañarlos al cuarto de baño,
etc., puede ser como el vaso de agua fría que damos en el nombre de Jesucristo.
Probablemente, las personas más necesitadas en un culto son las que visitan la
iglesia por primera vez. Cada uno tenemos nuestra propia experiencia personal y
conocemos historias lamentables sobre ujieres y su encuentro con personas que visitan por
primera vez la iglesia. No cuesta demasiado decir: “¡Hola!”. Una sonrisa de bienvenida -”
Bienvenido a nuestra iglesia. Le agradecemos su visita. Nos gustaría que disfrute del culto
de hoy”. Le puede dar tanta seguridad a un visitante como una cuerda salvavidas a un
hombre en aguas profundas. Una palabra de presentación con uno o dos miembros de la
iglesia pueden hacer la diferencia entre la ansiedad y la feliz adaptación de un nuevo
visitante.
Además, el ujier apoyara al ministerio de Consolidación, entregándole para que llene a cada
persona que nos visite la “ficha de bienvenida” para que nos indique su nombre, dirección
y teléfono de contacto y todos los datos necesarios para dar inicio a proceso de
consolidación. Recogerá las fichas de bienvenida y las entregará al Líder de consolidación
a cargo en el servicio, quien ya sabe lo que debe hacer con ellas (Libro de registro y
seguimiento de contactos). Los ujieres realizarán además un recuento de todos los
asistentes a cada culto, diferenciando entre:

Ÿ Adultos

Ÿ Niños

Ÿ Visitas

Estos datos nos ayudarán a realizar un buen seguimiento de la actividad de nuestra iglesia
en el tiempo. Pero requiere de ujieres disciplinados que tengan la paciencia identificar,
contar y anotar estos datos en cada culto.

La amabilidad en la conversación es algo que puede desarrollarse por los ujieres que lo
intentan. Declaraciones negativas que tienden a juzgar y parecer críticas son lo opuesto a
la amabilidad. Tampoco utilices las bromas o los chistes, si no tienes la confianza suficiente
con una visita, ya que te pueden malinterpretar. Aquí hay algunos ejemplos:
1. Negativo: “¡Imposible, usted no puede pasar ahora!” Positivo: “Permítanos un momento
y le buscamos asiento”.
2. Negativo: “Llegó tarde, ahora tiene que sentarse en la parte de atrás”. Positivo: “Como el
culto ha comenzado, tenemos un lugar para usted cerca”.
3. Negativo:” No se puede quedar aquí por donde todos pasan”. Positivo: “¿Podría pasar
para acá donde los demás no interfieran ?”
4. Negativo: “A su edad, me imagino que no puede oír bien”. Positivo: “Tenemos buenos
lugares en la parte de adelante donde todos pueden ver y oír mejor”.
5. Negativo: “¡Eh chicos, cállense!” Positivo: “Muchachos, por favor ¿podrían ayudarnos a
mantener el orden y reverencia en el culto?”
Hay una palabra final de precaución acerca de expresar amabilidad: Los ujieres deben tener
cuidado de no colocar las manos sobre las personas con el fin de persuadirlas o expresar
familiaridad, porque puede ser malinterpretada. Deja que la amabilidad proceda del corazón
y no de las manos.
Sentando a las personas
Una de las principales funciones del ujier, es sentar a las personas. Se les debe sentar así:
En primer lugar, los ujieres deben llegar por lo menos treinta minutos antes de la hora del
culto para recibir instrucciones y su tarea concreta en la puerta y pasillo o área
correspondiente, de parte del líder de ujieres y recordar los procedimientos de consolidación
de parte del líder de Consolidación.
Después de revisar el archivo para asegurarse de que hay suficientes sobres de diezmos,
Biblias, mantos de intimidad, bolsas plásticas, pañuelos desechables y otros materiales, y
que éstos están en su lugar, el ujier toma su paquete de auxiliar de servicios de la iglesia,
toma su puesto previamente designado y comienza sus responsabilidades de sentar a las
personas con la llegada de las primeras personas. Esas asignaciones de posiciones y áreas
de responsabilidad siguen hasta el final del culto.
En segundo lugar, los ujieres sentarán a las personas lo más cerca posible del frente y del
centro, como parezca apropiado. Los asientos de atrás siempre pueden llenarse con las
personas que se han retrasado, pero a menudo es difícil lograr la cooperación de los que
llegan tarde para sentarlos en frente. Acomodar a las personas de atrás hacia el frente es
una técnica muy pobre. Muchas iglesias emplean cuerdas para reservar los últimos tres
bancos para los que llegan tarde. Sin embargo, si alguien insiste en sentarse cerca de la
parte posterior, es mejor tenerlo atrás que no tenerlo en ningún lugar.
En tercer lugar, cuando las personas llegan al pasillo para que se les siente, el ujier les dará
un amistoso saludo y les sugerirá su plan para sentarlos. Por ejemplo, puede decirles: “Me
gustaría sentarlos cerca de la mitad.” O: “Tengo dos lugares al lado del pasillo”. “Creo que
disfrutará del culto si está sentado cerca de la parte de adelante”. Las personas
normalmente cooperan cuando se les ofrece amablemente una sugerencia.
Sin embargo, un ujier tiene problemas si cae en la trampa de preguntarle a alguien:
“¿Dónde le gustaría sentarse?” Eso puede llevar al visitante a la misma clase de dilema
que algunos enfrentan al elegir el menú. Por tanto, la iniciativa en la sugerencia debe
hacerla el ujier.
En cuarto lugar, el ujier caminará lentamente por el pasillo deteniéndose en la fila de sillas
donde sentará a las personas y formará una pequeña puerta en el lugar donde va a
sentarlas, poniendo la mano en el respaldo de la silla de enfrente. Si el ujier camina
demasiado rápido, las personas se quedarán detrás y se sentirán muy solas. Entonces
buscarán un lugar más cerca de la parte de atrás y dejarán al ujier caminando solo. Hay
dignidad en caminar despacio, y las personas están lo suficientemente cerca para susurrar
alguna pregunta o palabra de instrucción al ujier, si es necesario.
En quinto lugar, hay dos reglas fundamentales para sentar a la congregación:
1. El ujier nunca permite que ninguna distracción le impida estar al tanto de las personas
que llegan a su pasillo. El nunca deja su lugar o cae en la desatención.
2. Un ujier nunca señala a un lugar y envía a las personas a sentarse por sí mismas, él les
muestra personalmente los asientos.
En sexto lugar, hay varias maneras de estar seguro, de que un ujier está disponible a la
cabeza del pasillo, a cualquier hora, para sentar a las personas. En las iglesias grandes
que tienen largos pasillos, se necesitan dos ujieres para cada pasillo. En esos casos, un
ujier, algunas veces, está a la cabeza del pasillo saludando a las personas y dirigiéndolas
luego, al otro ujier que está a mediación del pasillo, preparado para sentarlas. En otras
iglesias, se coloca un ujier ambulante en medio de dos pasillos y camina para ayudar a sus
colegas cuando es necesario. Este ujier ambulante, en realidad trabaja en dos pasillos de
la iglesia. En las iglesias pequeñas sólo se necesita un ujier por pasillo. El líder de ujieres
es el responsable de definir el número de posiciones y áreas de responsabilidad de cada
ujier.
La ofrenda de la iglesia
Al menos desde los días de Pablo, recoger una ofrenda en la iglesia ha sido parte de la
adoración: “En cuanto a la ofrenda…cada primer día de la semana cada uno de vosotros
ponga aparte algo, según haya prosperado” (1 Co16:1,2).
La ofrenda de la iglesia consta de los siguientes tres factores:
En primer lugar, es pasar al frente en orden: En un culto normal, la ofrenda la deben pasar
al menos dos ujieres. Durante el tiempo de la ofrenda, la congregación suele distraerse y
aprovechan para conversar. Con el fin de que esto no suceda generándose un cierto
desorden, los ujieres pasarán al frente con rapidez, recogiendo los cestos. En la mayoría
de las iglesias, los ujieres que sientan a las personas reciben la ofrenda de su pasillo. No
obstante, algunas iglesias usan un grupo separado de ujieres que están sentados en el
banco del frente, listos para su tarea cuando llega la hora de levantar la ofrenda.
Regularmente, el pastor usará algunos comentarios introductorios o pasajes bíblicos para
preparar la recogida de la ofrenda y motivar al pueblo a dar. Entonces con una señal dada
por el líder de los ujieres, o el pastor, los ujieres pasan de forma inmediata a ofrecer los
sobres de ofrendas y le indicaran a las visitas como llenar el sobre y como depositar su
ofrenda.
Dependiendo del tamaño de la iglesia, dos o más ujieres se ubicarán frente al pulpito y en
centro del pasillo principal, con el fin de orar y cubrir las ofrendas, ya que la bendición de
estas estará a cargo de un pastor o líder elegido para llevar la palabra de la ofrenda.
En segundo lugar, es la distribución de los alfolí o cestos de la ofrenda: En algunas iglesias
el líder de los ujieres distribuye las cestas de la ofrenda a los ujieres en la parte de atrás del
templo, y ellos las llevan en la mano hacia el frente. En otras iglesias, están visible en el
pulpito como símbolos de adoración. El pastor o un Líder, uno de ellos hará una oración
antes de recoger la ofrenda. Mientras los ujieres pasan los sobres ofrenda, otro ujier puede
leer un texto bíblico o el grupo de alabanza cantara alabando con alegría al Señor. Un texto
bíblico podría ser:
1 Cr 29:11-18 “11Tuya es, oh Jehová, la magnificencia y el poder, la gloria, la victoria y el
honor; porque todas las cosas que están en los cielos y en la tierra son tuyas. Tuyo, oh
Jehová, es el reino, y tú eres excelso sobre todos. 12Las riquezas y la gloria proceden de
ti, y tú dominas, sobre todo; en tu mano está la fuerza y el poder, y en tu mano el hacer
grande y el dar poder a todos. 13Ahora pues, Dios nuestro, nosotros alabamos y loamos tu
glorioso nombre. 14Porque ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos
ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano
te damos. 16Oh Jehová Dios nuestro, toda esta abundancia que hemos preparado para
edificar casa a tu santo nombre, de tu mano es, y todo es tuyo. 17Yo sé, Dios mío, que tú
escudriñas los corazones, y que la rectitud te agrada; por eso yo con rectitud de mi corazón
voluntariamente te he ofrecido todo esto, y ahora he visto con alegría que tu pueblo, reunido
aquí ahora, ha dado para ti espontáneamente. 18Señor, conserva perpetuamente esta
voluntad del corazón de tu pueblo, y encamina su corazón a ti”. En el nombre de Jesús.
En tercer lugar, el guardar el alfolí, siempre un ujier será el asignado para esto y una vez
terminado el culto, ese mismo ujier, conjuntamente con su líder, procederá a entregar el
alfolí a las personas de contabilizarlos en la Tesorería de la iglesia.
Niños que abandonan el culto:
Antes de ser llevados a la escuela de niños, Los niños debieran aprender muy pronto que,
durante su permanencia dentro de la iglesia, no se permite pasear alrededor de los asientos
del templo. Esto es especialmente cierto si los niños proceden de hogares que no
pertenecen a la iglesia y están sentados lejos de la supervisión de los adultos. Los ujieres
deben tratar a estos niños con mucha amabilidad, pero no pueden permitirles que distraigan
el culto. Pueden sentar a los niños en la parte de delantera permaneciendo al lado de ellos
o llevarlos a la parte de atrás si están especialmente revoltosos, de modo que ellos no
distraigan a las demás personas al hacerlos volver a sus asientos. Además, cuando un niño
deja el culto esto tiende a iniciar una procesión de otros. Propiedad y comprensión son
necesarias en el manejo de este delicado problema. Pero con tacto y amabilidad los niños
pueden aprender a permanecer en el templo durante todo el culto si así lo deciden sus
padres o adultos que los acompañan.
Las personas que tienen problemas físicos y que por ello necesitan salir del culto deben
sentarse cerca de la parte de atrás y lo más próximo posible a la puerta de salida.
Sentando a los que llegan tarde:
Los que llegan tarde deben sentarse durante el tiempo de la alabanza, pero nunca durante
un llamamiento o durante el ministerio de alguna música especial. Los que llegan
demasiado tarde, después que el sermón ha comenzado, deben sentarse lo más
inadvertidamente posible. Haber reservado los últimos lugares ha sido una gran ayuda en
el alivio de este problema en muchas iglesias.
Inscripción de los invitados y visitas:
Los ujieres, como ya se comentó, serán instruidos por los líderes del ministerio de
Consolidación para hacer llegar las fichas de bienvenida a los invitados y visitas. En algunas
iglesias, el Ministerio de consolidación, tiene bajo su supervisión un grupo específico de
ujieres, que son preparados de manera muy especial para la atención de los invitados y las
visitas.
Debe tener en cuenta que algunas personas no quieren ser identificados; y en ese caso
debe respetarse su privacidad. Una buena sugerencia es que la persona que ha traído al
invitado le entregue personalmente la hojita de bienvenida. Lo importante es hacer que los
invitados se sientan bienvenidos.
Tratar con personas problemáticas:
Borrachos, pandilleros y otros tipos de sujetos algunas veces entran en la iglesia con la
esperanza de obtener los beneficios del humanitarismo cristiano. Esas situaciones deben
manejarse con amabilidad cristiana, pero con firmeza, sin involucrar al pastor. Muchas
iglesias de ciudad, que han tenido una gran cuota de esa clase de problemas, tienen
procedimientos de seguridad ya establecidos y los ujieres los deben conocer bien.
Procedimientos de emergencia;
La actuación de los ujieres en situaciones de emergencia como una enfermedad física,
fuego, un apagón y otras, deben estar planificadas de antemano, de forma que todos saben
lo que hay que hacer. Los teléfonos de la policía, bomberos, ambulancias y servicios
médicos deben estar accesibles. Extintores de incendios, luces de emergencia, linternas,
etc deben estar a la mano. Y aún más importantes son los procedimientos a seguir por los
ujieres en cada caso.
Problemas de estacionamiento:
Cuanto más grande sea la iglesia, tanto mayores serán los problemas de estacionamiento.
Hay situaciones en que algún vehículo queda mal estacionado y comienza a escucharse el
molesto sonido del claxon. Los ujieres deben avisar rápida y discretamente al propietario
del vehículo para que proceda a retirarlo y estacionarlo correctamente.
La Santa Cena:
En algunas iglesias los ujieres participan en la distribución de los elementos de la Santa
Cena. se requieren más personas debido a la doble distribución de pan y vino. Deben
prepararse totalmente los detalles de ese culto entre el pastor y el líder de los ujieres. El
propósito de esa distribución es servir a todos lo más pronto posible, pero en una atmósfera
reverente.
Control de registros.
Los registros exactos de asistencia se consideran responsabilidad de los ujieres en muchas
iglesias y debe ser coordinado por el liderazgo de Consolidación. Es importante tomar ese
registro de la manera más discreta posible. A algunas personas no les gusta que se les
cuente y el proceso puede también llegar a ser una distracción al culto.
Presentación de niños.
En los cultos en los que hay presentación de niños, suelen haber bastantes visitas. Es
importante que el Ministerio de Consolidación coordine con los ujieres, como será la
atención de los familiares y visitas para que puedan disfrutar del culto, reservando
previamente los asientos de familiares y amigos de la criatura que va a presentarse,
recibiéndolos y orientándolos de forma especial a su llegada al templo.
Bodas:
Los ujieres de la iglesia deben conocer cómo se desarrolla la ceremonia habitualmente y
cuál debe ser su función en cada una de sus partes. Todo comienza sentando a los
invitados. Hay que mantener siempre despejado el pasillo central, ya que éste está
reservado para la novia y su cortejo. El pasillo a veces se cubre con una alfombra roja. A
los invitados de la novia se le sienta a la izquierda del pasillo central y a los invitados del
novio a la derecha. Los parientes del novio y la mamá de la novia se sientan en la misma
fila en lados opuestos del pasillo. Nadie se sienta delante de ellos. La última persona en
sentarse antes que la boda comience es la madre de la novia. Para sentar a los invitados
en una boda debe seguirse un procedimiento muy formal. Los ujieres deben preguntar a las
personas cuando van llegando si son invitados del novio o de la novia, y entonces dirigen
a los invitados al lugar apropiado. El ujier ofrece su brazo a la dama mientras su compañía
lo sigue por el pasillo al lugar que el ujier ha escogido para que ellos se sienten. Como ese
es un proceso más lento que la tarea normal de sentar a las personas en el templo, es sabio
poner varios ujieres en servicio para evitar un embotellamiento al comienzo del pasillo. Si
los invitados dicen que vienen en honor de ambos novios, entonces debe ubicárseles en la
parte donde hay menor número de personas. Al final de la ceremonia nupcial, todos deben
permanecer sentados hasta que los novios salgan
Funerales:
Los que portan el féretro por lo regular son familiares, aunque los ujieres deben estar
prestos a ayudar si les fuera requerido. En todo caso, en un funeral de la iglesia se necesita
que los ujieres asistan a las personas asistentes, prestando máxima atención a los
familiares de la persona fallecida. Los funerales en la iglesia con frecuencia son más largos
que los que se realizan en las capillas de las funerarias. En muchos casos, una persona
muy conocida puede tener el tributo de una nutrida congregación en el culto fúnebre. Será
necesario un culto sosegado y eficaz bajo la supervisión general del pastor, quien
comunicará al líder de ujieres cualquier información especial sobre arreglos de acomodo y
programa que la familia desee.

Congregaciones muy concurridas:


Otras ocasiones especiales tales como Semana Santa, Navidad, cultos unidos y reuniones
especiales, a menudo provocan una asistencia que rebasa la capacidad del templo. La
dignidad y la presteza de parte de los ujieres ayudará a dar curso a todos los problemas
que puedan surgir. Si el plan para asientos adicionales incluye sillas plegables, ellas deben
estar rápidamente disponibles, y puestas para usarse mediante un plan establecido y
acordado previamente. Si se usan otras habitaciones extras para esas situaciones, el líder
de los ujieres debe determinar cuándo hacer cada movimiento para suplir los espacios
adicionales. En cualquier caso, las vías de evacuación principal (pasillos, puertas de salida,
etc) deben quedar libres, no pudiendo sentar a nadie en ellas, ya que las consecuencias
pueden ser muy desagradables. Además, debe atenderse y comprobarse de antemano la
iluminación, la calefacción, el aire acondicionado, el uso de programa o boletín, el equipo
de sonido y otras necesidades. Conversaciones informales entre los ujieres y las carreras
desorganizadas entre ellos tienden a ser una distracción, por lo que deben evitarse.

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