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INTRODUCCIÓN

En un embarazo molar, la placenta crece de forma anormal durante los


primeros meses y se convierte en una masa de quistes (llamada mola
hidatidiforme) que se asemeja a un racimo de uvas blancas. El embrión no se
forma en absoluto o se forma mal y no puede sobrevivir. Aproximadamente uno
de cada 1,500 embarazos es molar.

Existen dos tipos de embarazo molar: completo y parcial. Cuando la mola es


completa, no hay embrión ni tejido placentario normal. Cuando la mola es
parcial, hay un embrión anormal y puede haber algo de tejido placentario
normal. Además, el embrión comienza a desarrollarse.

Ambos tipos de embarazo molar son causados por un óvulo fertilizado


anormalmente. Cuando la mola es completa, todos los cromosomas del óvulo
fertilizado (estructuras diminutas con forma de filamento en las células
portadoras de los genes) proceden del padre. Normalmente, la mitad procede
del padre y la mitad de la madre. Además, poco después de la fertilización, los
cromosomas del óvulo de la madre se pierden o inactivan y los del padre se
duplican. En la mayoría de los casos de mola parcial, los 23 cromosomas de la
madre permanecen, pero hay dos conjuntos de cromosomas del padre (por lo
que el embrión tiene 69 cromosomas en lugar de los 46 normales). Esto puede
ocurrir cuando los cromosomas del padre se han duplicado o cuando se
produce la fertilización de un óvulo por dos espermatozoides.

El embarazo molar supone un riesgo para la mujer embarazada, puesto que


ocasionalmente puede convertirse en un coriocarcinoma, una forma poco
común de cáncer relacionado con el embarazo.
EMBARAZO MOLAR

Un embarazo molar es aquel en el que el óvulo fertilizado crece anormalmente,


convirtiéndose en una masa de quistes. Este embarazo nunca puede llegar a
término, ya que el óvulo o no existe, o no se desarrolla de manera adecuada.
Por eso se debe interrumpir en cuanto se tiene conciencia de su existencia. Lo
bueno es que las perspectivas de tener un futuro embarazo normal después de
esta dura experiencia son altísimas. Conoce sus síntomas, tratamiento, etc.

1. ¿QUÉ ES?
Un embarazo molar se produce cuando la placenta crece de forma
anormal durante los primeros meses y se convierte en una masa de
quistes (llamada mole hidatidiforme) que se parece a un racimo de uvas
blancas. El embrión no se llega a formar o se forma mal y no puede
sobrevivir. Es muy raro, aproximadamente uno de cada 1.500
embarazos es molar.

Las mujeres de más de 40 años o que han sufrido dos o más abortos
previos son más propensas a sufrir un embarazo molar.

Este tipo de embarazo supone un gran riesgo para la madre, sobre todo
si la masa prende profundamente en la pared uterina, lo que puede
provocar una fuerte hemorragia. A veces, incluso puede convertirse en
una masa cancerígena.

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2. TIPOS DE EMBARAZO MOLAR
2.1. Completo:
No hay embrión ni tejido placentario normal. Además, todos los
cromosomas del óvulo fertilizado provienen del padre, cuando lo
normal es que la mitad de los cromosomas provengan del padre y
la otra mitad de la madre. Poco tiempo después de la fertilización,
los cromosomas del óvulo de la madre se pierden o desactivan y
los del padre se duplican.

2.2. Parcial:
Puede haber una placenta normal y el embrión, que es deforme,
se desarrolla aunque de manera anormal. A diferencia del
embarazo molar completo, los 23 cromosomas de la madre están
presentes, pero existen dos grupos de cromosomas del padre
(por lo que el embrión tiene 69 cromosomas en lugar de los 46
normales). Esto puede suceder si el óvulo es fecundado por dos
espermatozoides.

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3. SÍNTOMAS MÁS FRECUENTES
 Hemorragia vaginal, normalmente de color marrón oscuro, alrededor
de la 10ª semana de embarazo. Antes de ese momento parece un
embarazo normal.
 Náuseas y vómitos de carácter grave.
 Alta presión arterial.
 Calambres abdominales.
 Sialorrea (aumento de la producción de saliva).
 Útero más grande de lo normal para este periodo del embarazo.
 Crecimiento excesivamente veloz del útero.

3.1. Hipertiroidismo:
Frecuencia cardiaca rápida, intranquilidad, nerviosismo,
intolerancia al calor, pérdida de peso inexplicable, deposiciones
blandas, manos temblorosas.

Cuando se tienen estos síntomas, se debe acudir al médico,


quien realizará una serie de pruebas para asegurar el diagnóstico.
Lo normal es que haga una prueba de ultrasonido. También se
miden las concentraciones de hCG (gonadotropina coriónica
humana), que suelen ser más altas de lo normal en moles
completas y más bajas de lo normal en moles parciales.

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4. ¿CUÁL ES EL TRATAMIENTO?
El tratamiento consiste básicamente en extraer todo el tejido molar del
útero para evitar que se desarrolle un cáncer a causa del embarazo
malogrado. Por lo general, esto se realiza mediante un procedimiento
llamado curetaje de succión (D&C), con anestesia total. Ocasionalmente,
si la masa de quistes es grande y la mujer ha decidido que no desea
tener más embarazos, puede practicarse una histerectomía (extirpación
quirúrgica del útero).

Para controlar el posible desarrollo de un cáncer, el médico vuelve a


medir la concentración de hCG después de la operación. Si ha bajado a
cero, por lo general la mujer no necesita tratamiento adicional. Sin
embargo, el médico seguirá supervisando las concentraciones de hCG
durante seis meses a un año para asegurarse de que no quede tejido
molar.

5. ¿ES FRECUENTE QUE SE PRODUZCA UN CÁNCER?


Después del vaciado del útero, aproximadamente el 20% de las moles
completas y menos del 5% de las moles parciales persisten y el tejido
anormal restante puede seguir creciendo. Esta condición se denomina
trastorno trofoblástico gestacional persistente (GTD). El tratamiento con
uno o más medicamentos para el cáncer cura esta enfermedad casi en
un 100%.

En raras ocasiones, una forma cancerígena del GTD, denominada


coriocarcinoma, se desarrolla y se extiende a otros órganos. El uso de
varios medicamentos para el cáncer trata con éxito este tipo de tumor.

6. ¿CUÁNDO ME PUEDO VOLVER A QUEDAR EMBARAZADA?


Una mujer que haya tenido un embarazo molar no debe quedar
embarazada durante seis meses a un año, puesto que un embarazo
dificultaría la supervisión de las concentraciones de hCG.

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Las perspectivas de tener un futuro embarazo son buenas. El riesgo de
que se desarrolle una mole en un embarazo posterior es sólo del 1 al 2
por ciento.

Una vez superado el dolor por la pérdida del embarazo, y si las pruebas
de hCG no presentan complicaciones, la mujer puede volver a intentar
quedarse embarazada.

7. ¿SE PUEDE EVITAR?


Los embarazos molares pueden ser originados por una deficiente
alimentación carente de proteínas, la cual también podría causar
defectos en la ovulación. Algunos estudios científicos han demostrado
que consumir mucha cantidad de proteínas de origen animal y vitamina
A, a través del consumo de vegetales de hoja verde y amarilla y de
frutas de cáscara amarilla, podría ayudar a reducir la incidencia de
desarrollar embarazos molares.

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CONCLUSIONES
 La mujer descripta en la introducción presenta signos y síntomas de
aborto incompleto. No presentó las características clásicas de
enfermedad molar (útero de mayor tamaño que el correspondiente a la
amenorrea, aumento marcada de sub-beta HCG ni características
ecográficas de mola).
 Esta ausencia de hallazgos es común en la mayoría de las molas
diagnosticadas en el primer trimestre. En casos en los que los hallazgos
histopatológicos no son diagnósticos, el uso de la citometría de flujo para
determinar ploidia y las determinaciones de productos génicos maternos
pueden facilitar el diagnóstico.
 El aspirado-legrado es recomendado para la evacuación, luego se debe
testear los niveles de sub-beta HCG en todas las embarazadas hasta
que se negativicen, lo que es indicativo de remisión.

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