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Dialogo Entre Masones

Artículos Masonicos Seleccionados


Año 6 - N° 68

Agosto 2019
L

Dialogo Entre Masones


Artículos Masonicos Seleccionados
Año 6 - N° 68

Director General
Herbert Oré Belsuzarri
Directores
Mario López Rico
Vicente Alcoseri
Julio Villarreal III
Artículos Publicados
- Hablemos de alquimia..............................3
- El significado oculto de los viajes iniciáticos
masónicos................................................12
- Aspectos simbólicos del signo de socorro........19
- La base mística de la francmasonería.........26
- Masonería, Rosacruces, Templarios y otras co-
rrientes iniciáticas....................................42

La revista agradece la difusión de los artículos


publicados, mencionando la fuente y la auto-
ría.
Valle de Lima Agosto 2019

2
Hablemos de Alquimia

Mario Lopez
3
Hablemos de Alquimia
Mario Lopez

Denominar de ciencia  la Alquimia parece algo de locos, pero


puede que no lo sea tanto. El V.·.H.·. Omar Cartes, nos escribe
en su obra “Temas para el aprendiz masón”:

“Tímidamente, los científicos están dando importancia a los tra-


bajos de los alquimistas. Grabados de hace cuatro siglos atrás
apuntan a que los alquimistas, al final de la Edad Media, habían
desarrollado técnicas de mucha importancia para su época. Uno
de estos grabados muestra a un lobo negro devorando un rey y, al
fondo una hoguera donde el lobo es quemado y el rey resucitado.
En  esta alegoría, el lobo representa a la estivalita, un mineral a
base de antimonio y azufre (Sb2S3) que, al fundirse, disuelve “vo-
razmente” muchos metales, incluido el oro, que estaría represen-
tado por el Rey. Cuando una liga metálica es derretida, la estivalita
reacciona con uno de los metales y forma una especie de espuma
o restos que puede ser retirado con una cuchara. El metal básico
de la liga es, de este modo, separado del otro. Este es un ejemplo
de centenas de procedimientos desarrollados por los alquimistas
solo para conocimiento de los iniciados, preservados de los pro-
fanos, en especial de los aventureros. 

Se discute si la Alquimia evolucionó o no hacia lo que hoy día


conocemos como química; incluso existiendo quien considera la
Alquimia como una simple magia, algunos químicos modernos
dicen que cuando se practicaba la Alquimia lo que se hacía era
realmente química. Otros argumentas que las ciencias antiguas,
por sus medios, métodos, objetivos, principios, criterios, etc. no
presentan ninguna relación con las ciencias modernas. Pero al-
gunos reconocen a la Alquimia el mérito de haber introducido
la experimentación, que hoy en día es uno de los elementos más
importantes de la ciencia moderna. De todas maneras, se acepte
o no a la Alquimia como la cuna de la química moderna, merece
nuestro respecto como mística experimental que buscaba el mis-
4
terio de los metales y su relación con el alma del Universo”

La alquimia fue una de las principales precursoras de las cien-


cias modernas, y muchas de las sustancias, herramientas y pro-
cesos de la antigua alquimia han servido como pilares funda-
mentales de las modernas industrias químicas y metalúrgicas.

La alquimia occidental ha estado siempre estrechamente re-


lacionada con el hermetismo, un sistema filosófico y espiritual
que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una deidad sincréti-
ca grecoegipcia y legendario alquimista. Sin embargo, la alqui-
mia es mucho más antigua que lo que hoy día conocemos como
Occidente. Podemos afirmar que la alquimia fue practicada en
Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la India y China, en la
Antigua Grecia y el Imperio romano, en el Imperio islámico y
después en Europa hasta el siglo XVIII, en una compleja red de
escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2500 años.

Vulgarmente se conoce la Alquimia por la búsqueda de la


Piedra Filosofal cuando, desde el punto de vista filosófico de-
beríamos hacer matices. La Piedra filosofal sería un compuesto
capaz de dar la vida eterna; pero la vida eterna, para el místico
o el alquimista no era la vida eterna terrenal sino la vida del es-
píritu. Cuando se hablaba de mercurio, azufre o crisoles se usa-
ban términos materiales para ocultar mensajes espirituales. La
Alquimia usaba la química, o lo que en el futuro sería la química,
pero poseía también un componente hermético muy marcado
que conviene entender y separar o uno acaba por caer en la
charlatanería más burda…y supongo que a nadie se le pasará
por la cabeza tratar de charlatán a Isaac Newton o a Roger Ba-
con.

Isaac Newton dedicó mucho más tiempo y escritos al estudio


de la alquimia que a la óptica o la física, por lo que es célebre.
Otros eminentes alquimistas del mundo occidental son Roger
Bacon, Santo Tomás de Aquino, Tycho Brahe, Thomas Browne,
5
Ramon Llull y Parmigianino. El nacimiento de la química mo-
derna surgió con los aprendices de alquimia desencantados de
su nulo progreso alquímico y con los críticos resentidos de la
alquimia; tanto unos como otros lograron progresos en varios
campos de la naturaleza en el siglo XVIII, con el que propor-
cionaron un marco más preciso y fiable para las elaboraciones
industriales y la medicina, libres del hermetismo propio de la
alquimia (pues la alquimia nunca se prodigó como ciencia de
multitudes), y entrando en un nuevo diseño general de cono-
cimiento basado en el racionalismo. A partir de entonces, todo
personaje que entroncaba con la alquimia o que “oscurecía” sus
textos fue despreciado por la naciente corriente científica moderna.

Volviendo al concepto de la Piedra Filosofal, los alquimistas


afirmaban que podría transformar el plomo en oro, es decir,
transmutar los metales. Eso que parecía y parece a muchos una
quimera no lo es ya tanto pues los químicos saben que es po-
sible convertir unos compuestos en otros, otro tema es que se-
pamos cómo hacerlo o tengamos la tecnología necesaria para
lograrlo. No obstante, en el siglo XI, hubo un debate entre los
químicos del mundo musulmán de si era o no posible la trans-
mutación de sustancias. Un opositor principal fue Avicena (Ibn
Sina), 1 quien desacreditó la teoría de la transmutación de las sustancias,
diciendo: «Los de la nave química saben bien que ningún cambio
se puede realizar en las diferentes especies de sustancias, aunque
pueden producir la apariencia de tales cambios.

La transmutación de la materia, disfrutó de un momento dulce


en el siglo XX, cuando los físicos lograron transformar átomos
de plomo en átomos de oro mediante reacciones nucleares. Sin
embargo, los nuevos átomos de oro, al ser isótopos muy inesta-
bles, resistían menos de cinco segundos antes de desintegrarse.
Más recientemente, informes de transmutación de elementos
pesados —mediante electrólisis o cavitación sónica— fueron el
origen de la controversia sobre fusión fría 2 en 1989.

6
Para terminar diremos que aunque se cree que ya los Sume-
rios usaban la alquimia, se considera que la alquimia como tal
nace en Egipto o, al menos, es en dicho lugar donde despega o
toma su mayor fuerza y de donde luego se bebería cuando esta
resurge en todo Europa.

La leyenda cuenta que el fundador de la alquimia egipcia fue


el dios Tot3, llamado Hermes-Tot o Hermes Trimegisto (‘Tres
veces grande’) por los griegos. Según la leyenda, escribió los
llamados cuarenta y dos Libros del Saber, abarcando todos los
campos del conocimiento, alquimia incluida. El símbolo de Her-
mes era el caduceo o vara con serpientes, que llegó a ser uno
de los muchos símbolos principales de la alquimia. La Tabla de
Esmeralda o Hermética de Hermes Trimegisto, conocida solo
por traducciones griegas y árabes, es normalmente considera-
da la base de la filosofía y práctica alquímicas occidentales, lla-
mada filosofía hermética por sus primeros seguidores.
7
El primer punto de la Tabla de Esmeralda cuenta el propósito
de la ciencia hermética: “en verdad ciertamente y sin duda, todo
lo que está abajo es como lo que está arriba, y todo lo que está
arriba es como lo que está abajo, para realizar los milagros de
una cosa” Esta es la creencia macrocosmos-microcosmos prin-
cipal para la filosofía hermética. En otras palabras, “el cuerpo
humano (el microcosmos) se ve afectado por el mundo exterior
(el macrocosmos), que incluye los cielos a través de la astrología
y la tierra a través de los elementos, aunque cuando uno logra el
dominio sobre el mundo interior, comienza a ser capaz de contro-
lar el mundo exterior de formas poco convencionales”

Profundizando un poco en la parte más hermética los alquimis-


tas nos hablan de los cuatro elementos: Aire, agua, fuego y Tie-
rra y de un quinto elemento o quintaesencia a la que denominan 
éter. A buen seguro que te suena de lo que te estoy hablando
¿verdad?  Pues vamos a seguir (y concluir) dando una tabla de
componentes químicos y lo que herméticamente significaban.

De acuerdo con Paracelso 4, las Tres Bases (Tria Prima) son:

El Azufre, el principio vital, anónimo e inconsciente.


El Mercurio, el alma y la conciencia.
La Sal, el cuerpo, lo sólido, la materia en el sentido propio.

Los Cuatro Elementos, que ya comentamos, muestran las ca-


racterísticas de calor, frío, sequedad y humedad:

El Fuego (elemento), cálido y seco


El Agua (elemento), fría y húmeda
El Aire (elemento), cálido y húmedo
La Tierra (elemento), fría y seca

Los Siete Metales Planetarios que fueron “dominados” o “ma-


nejados” por uno de los siete cuerpos celestes de la antigüe-
dad. Aunque tenían su propio símbolo, normalmente fueron re-
8
presentados por el símbolo del cuerpo correspondiente.

Oro representado como el Sol ☉ ☼


Plata representado como la Luna ☽
Cobre representado como Venus 
Hierro representado como Marte 
Estaño representado como Júpiter ♃
Mercurio representado como Mercurio ☿
Plomo representado como Saturno ♄

Los planetas Urano, Neptuno y el planeta enano Plutón fueron


descubiertos posteriormente y no forman parte de símbolos
alquímicos tradicionales. Algunos alquimistas modernos consi-
deran apropiados los símbolos de estos planetas para repre-
sentar los metales radiactivos uranio, neptunio y plutonio.

Así pues, cuando te hablen de alquimia no te quedas en lo


exterior sino que penetra en su interior y verás, así, que mucho
de lo que ella ha dicho a lo largo de su historia puede ser de-
mostrado ahora. Eso sí, hazlo precavido porque como en todas
9
partes, muchos charlatanes se aprovechan de la ignorancia de
la gente y han llamado alquimia a lo que no lo es obteniendo de
la pobre gente grandes beneficios.

Te dejo con los primeros versos de la Tabla Esmeralda, consi-


derada por muchos como base de Alquimia, seguro que reco-
noces muchas de sus frases ¿verdad?

Verdad, sin falsedad, cierto y muy verdadero,


lo que está arriba es como lo que está abajo y
lo que está abajo es como lo que está arriba,
para la realización de los milagros de la Cosa Una.
Y como todas las cosas proceden de Una, por la mediación de
Una,
10
Así todas las cosas tienen su origen en esta Cosa Una por adap-
tación

Notas

1 Ibn Sina o Avicena (por su nombre latinizado) es el nombre por el que se


conoce en la tradición occidental a Abū ‘Alī al-Husayn ibn ‘Abd Allāh ibn
Sĩnã; Bujará, Gran Jorasán, c. 980 – Hamadán, 1037). Fue médico, filósofo,
científico, polímata, musulmán, de nacionalidad persa por nacimiento. Escri-
bió cerca de trescientos libros sobre diferentes temas, predominantemente
de filosofía y medicina.

Sus textos más famosos son El libro de la curación y El canon de medicina,


también conocido como Canon de Avicena. Sus discípulos le llamaban Chei-
kh el-Raïs, es decir ‘príncipe de los sabios’, o el más grande de los médicos,
el Maestro por excelencia, o en fin el tercer Maestro (después de Aristóteles
y Al-Farabi).

2 La fusión fría es el nombre genérico dado a cualquier reacción nuclear


de fusión producida a temperaturas y presiones cercanas a las condiciones
ambiente ordinarias, muy inferiores a las necesarias normalmente para la
producción de reacciones termonucleares (millones de grados Celsius), uti-
lizando equipamiento de relativamente bajo coste y un reducido consumo
eléctrico para generarla. Nunca pudo comprobarse la posibilidad real de
esta hipótesis y actualmente es considerado un bulo, atento que toda fusion
implica grandes cantidades de energía

3 Dyehuthy (ḏḥwty) en antiguo egipcio, en griego Tot, es el dios de la sabi-


duría, la escritura, la música, los conjuros, hechizos mágicos y símbolo de la
Luna en la mitología egipcia. También se puede ver escrito como Thot, Toth
o Thoth. Nombre egipcio: Dyehuty. Nombre griego: Tot. Divinidad griega:
Hermes.

4 Theophrastus Phillippus Aureolus Bombastus von Hohenheim, conocido


como Paracelso o Teofrasto Paracelso (10 de noviembre de 1493 – Salzburgo,
24 de septiembre de 1541), fue un alquimista, médico y astrólogo suizo co-
nocido porque se creía que había logrado la transmutación del plomo en oro
mediante procedimientos alquímicos y por haberle dado al cinc su nombre,
llamándolo zincum. Se trata de una de las figuras más contradictorias e inte-
resantes de la historia de la medicina. Su incesante búsqueda de lo nuevo y
su oposición a la tradición y los remedios heredados de tiempos antiguos le
postulan como un médico moderno, adelantado a sus contemporáneos.
11
EL SIGNIFCAD0O OCULTO DE LOS VIAJES
INICIATICOS MASONICOS
Alcoseri

Los antiguos sabios habían observado, ya en tiempos inme-


moriales, que el movimiento es sinónimo de vida. Los muertos
tienen, como primera y obvia característica, la inmovilidad del
cuerpo. Los enfermos tienden a retirarse al reposo absoluto. El
agua, uno de los cuatro elementos, para ser de buena calidad
debe permanecer en constante movimiento. Si permanece es-
tancado, deja de ser adecuado para su uso. Lo contrario de la
parálisis mórbida y fatal es el movimiento. De este razonamiento
vienen todos los cultos y festividades a la vida, a la resurrección
y a la renovación de la naturaleza, cargados de bailes, música y
altas dinámicas de movimiento. En las celebraciones masónicas
se llevan a cabo con un gran número de masones que se mue-
ven de forma ritual alrededor del eje principal, que es el Altar
Masónico , el Ara Sagrada que es el centro magnético de la Lo-
12
gia , se circulaba en sentido de horario o manecillas del Reloj.

Ciertamente, los que participamos en los viajes masónicos y


en las circunvalaciones alrededor del Centro de la Logia asumi-
mos con un gran rigor el ordenar el trabajo, en relación con la
dirección de rotación alrededor del altar. Sabemos que cuando
giramos en el sentido de las agujas del reloj, queremos absor-
ber la energía del universo, trayendo del macrocosmos todas
las emanaciones e influjos positivos. Caminando en sentido
contrario a las agujas del reloj, llevamos nuestras energías al
universo exterior, alejándonos del microcosmos local y elevan-
do las vibraciones hasta el infinito. En el primer caso, buscamos
metafóricamente la salvación para nosotros mismos, y en el se-
gundo, ofrecemos la salvación a los demás.

Esta es una característica aún presente hoy en nuestras prác-


ticas rituales masónicas, especialmente en relación con la con-
vocación practicada por los Maestros de Ceremonias durante
las Sesiones. La misma liturgia y los significados sacramenta-
les en los cultos ancestrales que todavía están presentes en los
movimientos regulares de los trabajadores masónicos actuales.

Para ser un buen masón, debe ser siempre estudioso y eva-


luar lo estudiado, esta idea está representada por su individua-
lidad y su condición de no ser esclavo de la ignorancia de su
consiguiente tener bajas pasiones y prejuicios. Con este fin,
en su desarrollo, como eterno aprendiz es despojado de las
múltiples vendas que cubre sus ojos, lo que significa su des-
prendimiento de las vanidades que le hacen pensar que ya lo
comprendía todo, y que ahora sabe no es verdad, por lo tan-
to siempre necesitado de una necesidad de instrucción en la
construcción de su saber más en torno a la sapiencia masónica.

En este momento, los masones recordamos los tres viajes


simbólicos que realizó en su Iniciación, y que nos dejaron una
marca en el alma, obvio en ese momento no comprendíamos el
13
significado oculto de estos viajes. Estos viajes tienen diferentes
formas de interpretarlos y muchos significados, y representan
niveles a través de los cuales deben pasar para que al final pue-
dan recibir la Luz de la Verdad. Específicamente con respecto a
estos 3 viajes, me detendré, a explicarlos más a fondo.

El simbolismo de los viajes es uno de los temas centrales de


la literatura universal, como en los viajes legendarios de los
griegos Jasón y Ulises y en las sagas del auto -descubrimiento.
La experiencia del viaje fascina y concentra la atención del ser
humano: el distanciamiento del lugar, el sentimiento de ausen-
cia, la promesa de adquirir nuevos conocimientos y el descubri-
miento de lo oculto.

Los viajes simbólicos en el ritual de iniciación tienen lugar


siguiendo el Sendero del Sol, es decir, en un sentido circular
llamado dextrógiro (que significa “a la derecha” en un senti-
do indirecto o retrógrado, como en el sentido de las agujas del
reloj, Al contrario del término sinistrorso, que significa “a la
izquierda”, aludiendo al movimiento directo de la tierra). Este
movimiento circular también contiene un simbolismo y un sig-
nificado psicológico, ya que rastrea en el piso de la Logia un
Círculo Mágico, o Mandala, con el Altar en el centro. Además, el
movimiento de circunvolución en sí mismo se traduce en una de
las formas más primitivas y tradicionales utilizadas en los ritua-
les de varias ceremonias religiosas.

El primer viaje es quizás el más difícil de realizar, y se carac-


teriza por torceduras, caminos peligrosos con muchas dificulta-
des y obstáculos entre el ruido y el trueno. Según entendemos,
estos ruidos y truenos tienen dos significados, o simbolismos.
Primero, representan físicamente el caos presente en la crea-
ción y organización de los mundos. Moralmente, representan
los comienzos del hombre y la sociedad, aún impulsados ​​por las
pasiones y excesos que no estaban dominados por la razón, es
decir, el hombre en su estado y mundo profanos. La conquista
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de la energía moral, por lo tanto, permite al hombre luchar con-
tra sus pasiones y obstáculos en el mundo. Aquí, por ejemplo,
uno puede históricamente tejer un paralelo entre la era del os-
curantismo y la era de la ilustración, o entre la “era de la oscuri-
dad” y la “era de la luz”. Al final de este primer viaje, el Neófito
llama a la primera puerta, ubicada al sur, y se le permite pasar.

El segundo viaje es una etapa de transición, y se caracteri-


za por un camino menos difícil que el primero, pero no menos
importante, con el sonido de cañones y espadas golpeando
entre sí y con el agua. Los ruidos representan simbólicamente
el período histórico de las batallas y combates que los huma-
nos lucharon para ubicarse entre sus semejantes. Represen-
ta, por lo tanto, la “edad de ambición” del hombre y su lucha
por superar sus pasiones y obstáculos en el mundo. El ruido
del agua simboliza los ríos que debes cruzar para alcanzar
tu meta más alta, a saber, tu Iniciación y la Luz de la Verdad.

El hecho de que el segundo viaje presente menos dificultades


y obstáculos significa que tienden a desaparecer a medida que
el hombre persiste en seguir el camino de la Virtud, aunque aún
no está completamente libre de la lucha. Al final de este viaje,
el Neófito llama a la segunda puerta, ubicada en el oeste, y se
purifica con ablución con el agua en el Mar de Bronce, a los que
muchos interpretan como un auténtico bautizo masónico.

El tercer y último viaje, y el más solemne de los tres, se realiza


en una ruta lisa, suave y muy tranquila. La facilidad encontrada
en este viaje representa la tranquilidad y la paz obtenidas por
el hombre que puede ordenar y moderar sus pasiones. Como
resultado, alcanza su “edad de madurez y reflexión”. Al final de
este viaje, el Neófito simbólicamente llama a la tercera puerta,
ubicada en el Este, y se purifica con fuego, pudiendo recibir la
Luz. La purificación con fuego es un concepto que se encuen-
tra en muchas culturas, y como lo destaca, en la Iniciación de
aprendices, las llamas de fuego apuntan a encender el corazón
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del masón con amor a través de obras
de caridad hacia sus semejantes.

Las tres puertas por las que pasa el


neófito simbolizan sinceridad, cora-
je y perseverancia, y representan las
tres disposiciones necesarias en bus-
ca de la Luz de la verdad, y el proceso
de purificación es necesario para li-
brarlo de sus prejuicios y prepararte
para recibir la luz y buscar la sabidu-
ría. Como se señala, en el proceso de
purificación por los cuatro elementos
de la naturaleza, Tierra, Aire, Agua y
Fuego, representa una recapitulación
de la Obra Alquímica, cuya labor in-
cluye extraer los metales de la tierra:
excavación, trituración, tamizado, flo-
tación y fusionar - y convertirlos en
metales preciosos y refinados. El me-
tal profano se transforma, a través del
proceso de la Iniciación Masónica, en
metal refinado y precioso, fundamen-
tal para la composición de los esla-
bones fraternales.

La cuarta instrucción continúa re-


cordándole al Aprendiz los pasos
de su Iniciación: los tres pasos en un
cuadrángulo, las espadas que sostie-
nen varios masones apuntando hacia
el Neófito representando los rayos
de la Luz de la Verdad, el juramento,
las señales por las cuales se reco-
nocen los obreros, luego la entrega
del Mandil, viene luego la presenta-
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ción de la Logia, los conceptos y el
simbolismo de la Piedra en bruto y
la Piedra pulida, las herramientas
de construcción de la Escuadra, el
Compas, el Nivel y la Plomada, el
Mazo y el Cincel, y el ver los tres pri-
meros 3 escalones que visualizamos
en un pictograma al alzar levemente
la cortina. Finalmente, explica bre-
vemente el significado del mandil,
de la marcha y el suelo de mosaico.

Es, por lo tanto, una instrucción


muy rica y extremadamente impor-
tante para el desarrollo continuo del
Aprendiz. Ya que recuerda sus pa-
sos iniciales en la Iniciación, y acla-
ra todo el significado simbólico de
la Misterios y alegorías de la moral
masónica.

Pero, en Realidad los viajes masó-


nicos son una alegoría, o una invi-
tación a viajar hacia dentro de uno
mismo, en un viaje de autodescubri-
miento, y es que dentro de uno mis-
mo hay, áreas inhóspitas, inexplora-
das, conflictos internos en nuestra
psique profunda. Quien viaja hacia
dentro de uno mismo encontrara
esos monstruosos entes llamados
egos, el tercer viaje masónico ha-
cia dentro de uno mismo representa
que ya con madurez puede uno mis-
mo enfrentar sus aspectos psicológi-
cos con más mesura y tranquilidad.
17
¡Ami los hijos de la viuda!
18
Aspectos Simbólicos del Signo de Socorro
Iacobus Eleazar

Introducción

Hoy nos toca hablar del signo de socorro, signo que se le en-
trega al maestro masón el día de su exaltación, y del que no se
ha escrito mucho en las fuentes bibliográficas tradicionales a
las que usualmente solemos recurrir. Nuestro ritual de exalta-
ción tampoco se explaya demasiado al respecto, y solo nos dice
que:

“Consiste en levantar las dos manos, con los dedos entrelazados,


las palmas al revés por encima de la cabeza (formando un trián-
gulo cuya base está formada por los hombros) exclamando, en
caso que sea de noche, ¡A mí los hijos de la Viuda!”

Por otra parte, encontramos algo más de información en el ca-


tecismo del grado, el cual nos aporta con la siguiente pregunta:

- “P: ¿Qué harías si, estando en gran peligro, reclamáis la ayuda


de vuestros Hermanos?
- R: Se ejecuta el “Signo de Socorro” exclamando: A:.M:.H:.D:.L:.V:.
El Muy Respetable Maestro y vuestros Hermanos, no dejarán ja-
más de responder a vuestra llamada”

En esta plancha de arquitectura, se revisarán los antecedentes


que se disponen, y de manera breve se analizarán para propo-
ner una hipótesis que busque adentrarse en el mensaje que nos
quiere transmitir este símbolo, propio del grado de maestro.

Antecedentes

A. Este signo tiene solo ligeras variaciones en los ritos masó-


nicos de origen francés, a diferencia de los de vertiente anglo-
sajona, donde sí presenta variaciones que son explicadas en el
19
ritual de Emulación, de acuerdo con el país donde se encuentre
el Hermano que necesita realizar el signo. Pero en general, siem-
pre implica un movimiento con los brazos hacia las alturas, y la
frase ya mencionada con alguna ligera variación. Para los efec-
tos de este trabajo, nos quedaremos con la versión explicada al
comienzo, correspondiente a nuestro rito de Memphis-Misraim.

B. Socorrer significa “Ayudar, auxiliar o asistir a alguien en


una dificultad o peligro”, y viendo la etimología de la palabra,
encontramos que viene de la combinación entre “sub” y “curre-
re”, es decir, correr hacia abajo o desde abajo, o en realidad “co-
rrer para servir de apoyo”. Con esto se remarca el énfasis, de que
al momento de realizar este signo siempre se está solicitando una
asistencia de alguien más.

C. Cabría preguntarse ¿Qué es un grave peligro? Ciertamente


este signo ha sido realizado a través de la historia, y ha
quedado registrado en el inconsciente colectivo de la Orden
por hermanos que estuvieron en uno u otro bando de conflictos
armados, teniendo como resultado una garantía de un trato
justo posterior. Pero también podríamos decir, en otro orden
de cosas, que los peligros a los que nos enfrentamos son los
mismos que nos han atacado siempre, y que en la Masonería
han sido encarnados en los “tres malos compañeros”, es
decir la ignorancia, la hipocresía y la ambición. Ellos fueron los
responsables de la muerte del Maestro Hiram, impidiendo así el
acabamiento de la construcción del Templo.

Los “tres malos compañeros” nos acompañan diariamente, tan-


to en el mundo exterior como en nuestro mundo interior, y son
los que nos alejan de la vía de desarrollo espiritual. Los malos
compañeros renacen día tras día, y es labor del masón estar
siempre vigilante para que ese desarrollo no se vea interrum-
pido.

D. Como hemos dicho, la realización del signo de socorro va


20
acompañada de la frase: “A mí los hijos de la viuda”. Y en esa fra-
se podemos ver el llamado a la Masonería en general para sor-
tear los peligros enfrentados. Pero también lo podemos ver en
su aspecto más profundo. En Egipto, esta viuda ha sido identi-
ficada como Isis, representando la sacralidad de la Naturaleza
que se encuentra abandonada de su esposo, Osiris, debido a
que fue matado y descuartizado por su “hermano” Set. Osiris
es el Dios invisible que ilumina las inteligencias, y antes de mo-
rir él había engendrado con Isis a Horus, simbolizado por el Sol.
Horus es así un “hijo de la viuda”, pero él se levanta cada día
como el Dios que ilumina el mundo venciendo a las “tinieblas”.
El maestro Hiram también es conocido por ser un “hijo de una
viuda de la tribu de Neftalí”, y al ser un iniciado completo, ha
rencontrado y reunido en sí aquello que estaba separado, como
Isis recompone el cuerpo de Osiris. Esto le permite a Hiram el
conocimiento y la práctica en todas las artes y oficios que se le
atribuyen en la Biblia.

Diferentes imágenes del Árbol sefirótico y correspondencias con el ser


humano.

E. En la forma en que se realiza el signo de socorro pode-


mos encontrar una interesante comparación con el Árbol sefiró-
tico  de la Cábala transpuesto al cuerpo humano, tal como se
21
muestra en la figura 2. En ella, las manos, haciendo el signo de
socorro, semejarían el triángulo superior del Árbol sefirótico.
Además, las palmas de las manos vueltas hacia “arriba” y con
los dedos entrecruzados, están expresando el estado de unidad
o conciliación de los opuestos representados por la mano dere-
cha y la mano izquierda. Este gesto sugiere la idea de un intento
por“comunicar” con lo que- siguiendo la analogía presentada-
sería el Ain Soph, o En Sof, es decir el Infinito metafísico, que es
el verdadero Misterio de la maestría.

Reflexiones

Podríamos proponer, por tanto, la hipótesis de que este signo


de socorro, de llamado de asistencia y soporte, tiene que ver
con un intento de conexión con nuestra divinidad, en un contex-
to de desesperación, puesto que hablamos de un peligro que
nos acecha, y que el ritual mismo nos sugiere, al decirnos que
la frase debe exclamarse de noche, es decir cuando estamos
rodeados de oscuridad. Estos peligros a mi parecer, tienen que
ver con los malos compañeros que, en cada uno de nosotros,
matan y alejan a nuestro maestro Hiram y nos mantienen con la
Obra de construcción de nuestro Templo detenida, como he-
mos señalado anteriormente.

Este signo le es enseñado al masón en el día de su exaltación


a maestro, en conjunto con los otros signos, palabras y toques
relacionados a su grado, y como tal tienen que ver todos con
el secreto de la acacia que le es presentado, y que en su reali-
zación práctica nos sugieren llevar la atención al centro- en el
caso del signo de orden-, y al eje vertical en el caso del signo
de socorro[1].

La ayuda esperada, la podemos entender en varios niveles. En


el plano físico, de nuestros hermanos que, al igual que nosotros,
han recibido la exaltación, partiendo con el Muy Respetable
Maestro, que siguiendo con la hipótesis propuesta y tomando

22
el plano de la logia y la ubicación de los oficiales transpuestos
al Árbol sefirótico, representaría a Kether, la primera sefirah, la
Unidad. Nuestros hermanos maestros, que conocen la Acacia,
saben que pertenecemos a una misma unidad, y más allá del
sentimiento de fraternidad pertenecemos a una cadena viva
de transmisión, y como tal su resistencia está dada por el esla-
bón más débil, lo cual es motivo suficiente para siempre estar
presto a la ayuda, a “socorrer” al hermano que solicita, en lo
más profundo de la noche, la “ayuda” de su tradición, de reci-
bir su “Fuerza” y su “Sabiduría”, necesarias para la regenera-
ción espiritual. Esta cadena incluye también a quienes ya no se
encuentran en este plano físico, y que sin embargo nos siguen
asistiendo, cuando lo solicitamos de manera sincera y honesta.
Hablamos de los Maestros Pasados, que en algunas vías iniciáti-
cas, y en la Masonería en particular, los recordamos y hacemos
partícipes de nuestros trabajos.

Ya en un plano más elevado, la asistencia solicitada siempre


será concedida por la divinidad a través de alguno de sus inter-
mediarios, en la medida en que nosotros también realicemos
nuestro trabajo en este mundo físico. Esto ya lo revisamos en el
transcurso del año cuando vimos las tres historias judías [2], en
una de las cuales el profeta Eliseo le hace multiplicar el aceite
a la viuda del profeta Obadías, en el vaso en que ella tenía una
pequeña cantidad del mismo, explicándole que ese vaso y la 
poca cantidad de aceite eran suficientes para él, ya que las ben-
diciones de lo alto no pueden reposar allí donde no hay nada.

Masónicamente, debemos trabajarnos a nosotros mismos


para convertirnos en un verdadero Templo, el cual pueda ser
capaz de recibir la ayuda que, a través del signo de socorro nos
“conecta” con el Gran Arquitecto del Universo. Si la solicitamos
de corazón, nos será concedida.
Notas

[1] El “Signo de Socorro” del Maestro Masón, Francisco Ariza.


[2] Símbolos fundamentales. La puerta nº 48. Artículo “Historias Judías I”.
23
Referencias Bibliográficas

-René Guénon: Símbolos Fundamentales de la Ciencia Sagrada, cap. XLVI:


“Reunir lo Disperso”.
-Jules Boucher: Simbolismo masónico.
-Ritual 3er. grado del Rito Hermético, Oriental, Antiguo y Primitivo de Memphis
y Misraim.
- Aldo Lavagnini: “Manual del Maestro.” 
- Oswald Wirth: “El libro del Maestro”.
-Francisco Ariza: “Signo de Socorro” del Maestro Masón, El Taller. Revista de
Estudios Masónicos.
-Símbolos fundamentales. La puerta nº 48.
- http://etimologias.dechile.net/?socorro 
- http://etimologias.dechile.net/?signo  

Tomado de:
http://tallerestudiosmasonicos.blogspot.com/2018/12/aspectos-simboli-
cos-del-signo-de-socorro.html

24
25
LA BASE MISTICA DE LA FRANCMASONERIA
Alberto Moreno Moreno.

En 1911 fueron publicados en Londres los dos volúmenes de la


obra de Arthur Edward Waite La Tradición Secreta de la Franc-
masonería, en la que planteaba la naturaleza y los rituales del
sistema masónico como un trasunto de los sistemas mistéricos
de la antigüedad, así como de otros todavía existentes. La revista
Occult Review solicitó al autor masónico Walter Leslie Wilmshurst
que realizase una breve reseña de dicha obra, que es la que ex-
pongo a continuación. Este artículo lo traduje para ser publicado
en una recopilación de artículos de Walter Leslie Wilmshurst que
no llegó a materializarse, por lo que se quedó inédito. No obstante
lo público ahora por su interés.

Walter Leslie Wilmshurst (1867 - 1939)

26
Arthur Edward Waite (1857 - 1942)

Cuando, en 1646, el fundador de la Biblioteca Ashmoleana


dejó constancia por escrito de que había sido iniciado como
Francmasón en Warrington; o cuando unas cinco décadas más
tarde los arquitectos, contratistas y superintendentes de traba-
jos empleados en la reconstrucción de la Catedral Metropoli-
tana se reunieron tras su jornada laboral en una reunión masó-
nica de otro cariz en la Taberna del Ganso y la Parrilla, junto
al Cementerio de San Pablo, nadie podía haber previsto que, a
lo largo de los dos siglos siguientes, y partiendo de la exigua
comunidad de Francmasones existente, florecería la vasta orga-
nización que conocemos hoy en día. Actualmente poseen carta
27
patente emitida por la Gran Logia Unida de Inglaterra aproxi-
madamente tres mil Logias masónicas, las cuales agrupan a una
membresía de 150.000 Hermanos. Los territorios de Escocia e
Irlanda trabajan bajo Obediencias propias pero siguiendo lí-
neas generales similares a las de la Gran Logia Unidad de Ingla-
terra, mientras que en las colonias británicas, Estados Unidos
yen todos los países civilizados del mundo -con excepción de
Japón- encontramos organizaciones masónicas, haciendo que
el número total de miembros en todo el planeta suponga una
multitud incontable y que crece año tras año. Resulta obvio que
la idea masónica ha arraigado y continúa firmemente enraizada
en la mente de una parte considerable de la humanidad, sin que
la distinción por razón de raza o idioma haya podido suponer
un obstáculo para que sea apreciada universalmente. La propia
naturaleza interna del fenómeno resulta ignorada dentro de la
misma comunidad masónica, aunque el hecho externo de la
difusión del sistema masónico a lo largo y ancho del mundo
es no solamente notorio, sino que es ampliamente provechoso
para los miembros de la Fraternidad, de modo que puede ser
recomendable detenerse en unas consideraciones al respecto,
preguntándonos cuál es el secreto de la amplia expansión que
la Francmasonería ha experimentado durante los dos últimos
siglos, y que sigue experimentando.

La cuestión es sin duda compleja, y ante esta cuestión pue-


de ofrecerse una diversidad de respuestas improvisadas, cuyo
valor depende ampliamente de la perspicacia del interlocutor
y de su favor o rechazo hacia el sistema masónico. El hecho de
que este sistema proporcione una ocasión para el encuentro so-
cial, fraternal -y para dar gusto a los escépticos, añadiría que
lúdico- entre individuos que han optado por integrarse en una
fraternidad distintiva sin un propósito más profundo que este, no
parece suficiente para justificar a una organización tan robusta
y firmemente asentada, a la que han pertenecido personalida-
des de tanta eminencia desde el pasado hasta el presente.

28
Que la Orden fomente la beneficencia y la filantropía, lo que
sin duda hace y con elegancia, es otro pretexto igualmente equi-
vocado, pues la Masonería no fue concebida para ser, y no es,
una sociedad benéfica, de modo que sus proyectos de caridad
no son sino algo meramente accesorio, y lejos de ser la razón de
su existencia.
29
Que la Orden sea una escuela de moral con tendencia a pro-
mover la paz y la buena voluntad entre los hombres, lo que tam-
bién es verdad en un sentido amplio, no es tampoco suficiente,
pues los hombres no necesitan ingresar en una sociedad se-
creta, sometiéndose a una obligación de silencio, sencillamente
para aprender una ética rudimentaria que todo el mundo cono-
ce y práctica.

Una portada de la revista Occult Review

30
Que la Masonería sea, como se dice con frecuencia, un motor
para promover mutuamente el ascenso social de sus miembros
en detrimento de los que no lo son, o una tapadera para la intri-
ga política, o una pantalla para propagar ideas antirreligiosas,
son sospechas vanas. El hecho de que en el pasado haya aco-
gido intrigas u otras conspiraciones, como las relacionadas con
jacobitas y legitimistas tanto en Inglaterra como en Francia en la
época revolucionaria, bajo los auspicios de sociedades que se
autodenominaban masónicas, es sin duda un hecho. Pero esto,
cuando es probado, demuestra únicamente que se ha empleado
de manera fraudulenta un sistema creado para propósitos por
completo diferentes. Por lo que se refiere a la Masonería bri-
tánica de hoy en día, resulta tan inocente como una reunión de
amas de casa, y de hecho se mantiene al margen incluso cuando
las distintas iglesias nacionales adoptan uno u otro sesgo políti-
co, ya sea de manera más activa o pasiva, mientras que la cono-
cida excomunión por parte de la Iglesia Romana contra la Fra-
ternidad Masónica, como si estuviese invadiendo los derechos
exclusivos de la Iglesia sobre la espiritualidad, queda reducida
al ridículo cuando se contempla el perverso registro político de
esa misma iglesia.

Por eliminación, pues, llegamos a la única razón de ser que nos


queda para la expansión y popularidad del sistema Masónico:
el significado e implicaciones de sus ritos y ceremonias. Ahora
bien, si no existiese en ellos, o en una cierta voz manifestándo-
se sutilmente en los mismos, una vez que todo lo superfluo y
añadido ha sido descartado, la esencia fundamental y el secre-
to de la vitalidad y el desarrollo de la Masonería, entonces no
quedaría justificación alguna ni sentido real para su existencia.
No importa que, en el caso de la mayoría de los miembros de
la Orden, esa voz no resuene con potencia, ni que su propósi-
to sea débilmente reconocido; del mismo modo que es preciso
admitir que entre los mismos Masones son pocos los conscien-
tes de la herencia de la que participan. Pero el hecho es que
en el interior de esos ritos hay algo velado y latente, aunque
31
se encuentre en sus profundidades, y que, por débil que sea,
provoca una respuesta en aquellos que toman parte en dichos
rituales; alguna remota causa al margen de lo impresionantes
y solemnes que puedan resultar los mismos rituales, que por
otra parte suelen permanecer incomprendidos e inactivos en
la conciencia, pero que no obstante inducen a aquellos que los
representan a intuir que se hallan en presencia de un misterio
que alcanza la raíz misma de su ser, así como que para ellos es
bueno encontrarse allí.

¿A qué elemento de los ritos masónicos debemos atribuir


la eficacia y sutileza de esta llamada? Entre la Fraternidad,
así como entre el público profano, hay muchos que, a falta de
mejor información, suponen que la Masonería es un sistema de
antigüedad inmemorial, que por alguna razón poco definida fue
instituido para un fin igualmente poco definido por los primeros
habitantes del Oriente, y que por alguna razón también poco
clara resulta conveniente practicar en el Occidente. Se supone
también que los predecesores de la actual Masonería tenían
interés en la construcción operativa y erigieron, entre otros
edificios anteriores y posteriores, el Templo nacional de Israel
en Jerusalén, tradicionalmente asociado con el Rey Salomón.
Disipar los errores inherentes a estas suposiciones, rasgar los
velos y mostrar el significado interior y real de este contenido,
me llevaría más allá de los límites que impone este artículo.
Es bien conocido el hecho de que los sistemas de Iniciación
en ciertos secretos y misterios espirituales fueron creados en
tiempo inmemorial; y es sin duda cierto que esos gremios y
guildas de canteros operativos poseían igualmente rituales ele-
mentales, signos secretos, toques y privilegios que florecieron
desde épocas remotas y han subsistido hasta épocas relativa-
mente recientes. Es también un hecho que al menos los arqui-
tectos jefes y obreros de superior cualificación pertenecientes
a tales comunidades estaban profundamente instruidos en lo
referente a  la teogonía y monumentos del pasado, tal y como
las grandes catedrales de la cristiandad atestiguan, al igual que
32
conocían los principios del simbolismo más profundo, de modo
que con mentes consagradas y manos reverentes introducían
tales principios en la construcción de los edificios religiosos,
plasmando así de forma colateral en la piedra el templo perfec-
to que el hombre debe construir en su mente y cuerpo, si desea
participar de otro templo que es eterno y no está construido por
las manos. Pero esto dista mucho de afirmar que la Masonería
moderna sea la perpetuación, o una imagen fiel y lineal, de los
antiguos sistemas mistéricos o bien de las comunidades masó-
nicas operativas, aunque sin duda persisten puntos en común
con ambas. Todo Masón es consciente de que la Masonería tiene
como fin iniciar en ciertos secretos y misterios, del mismo modo
que todo Masón es consciente de que se emplean herramien-
tas, aparejos y terminología de los masones operativos. Pero le
bastará reflexionar mínimamente para percatarse de que los
secretos y misterios a los que se refiere no son los propios de
una actividad artesanal (los cuales, por supuesto, no tienen otro
valor salvo el meramente profesional o comercial), y que las
particularidades de la actividad operativa han sido empleadas
únicamente como soporte externo con el cual revestir verda-
des de orden moral y espiritual; y finalmente que el principal
de entre los Grados Simbólicos, el que incluye su gran leyenda
central o historia tradicional, así como sus Grados predeceso-
res, que representan los procesos de purificación previos, tiene
como misión, desde la primera palabra de la apertura hasta la
final del cierre, la presentación velada de algo que, por una par-
te, está tan alejado de la arquitectura terrenal como el Oriente
lo está del Occidente, y por otra, es el elemento integrador y
culmen de cualquier sistema religioso antiguo de Iniciación.

Así pues, en la Masonería especulativa moderna se da una


confluencia de dos sistemas distintos. En algún momento duran-
te el Siglo XVII, los ritos elementales de pertenencia empleados
en las ya virtualmente obsoletas guildas operativas fueron ab-
sorbidos y adaptados, en circunstancias que nos resultan muy
oscuras y por parte de individuos que nos resultan igualmente
33
oscuros, con el fin de servir como vehículo para la expresión
de una doctrina altamente mística y religioso-filosófica, desco-
nectada de la arquitectura mundana y sin relación alguna con
cualquier forma de masonería que no fuese la metafórica, de
modo que se pasó a hablar de la construcción –o más bien re-
construcción y reintegración– de ese templo incompleto que
es el alma humana. Puede dejarse constancia, en lo referente
a este punto, que el mérito de haber llegado a esta conclusión
corresponde totalmente al Sr. A. E. Waite, quien las expresó por
primera vez en ciertos textos ilustrativos incluidos en sus Escri-
tos Sobre Misticismo, añadiendo otras opiniones que lo confir-
man en su siguiente libro, La Iglesia Oculta del Santo Grial. Los
hechos que conducen a tal conclusión habían pasado inadver-
tidos para los historiadores de la Masonería, quienes elabora-
ban sus teorías desconociendo por completo, y desde luego sin
poseer el dominio de la materia del Sr. Waite, los movimientos
ocultistas y místicos que transcurrían tras la escena de la histo-
ria visible en Europa durante los pasados siglos, lo que les ha
impedido trazar la auténtica génesis de la Masonería moderna.
Es de reseñar que durante esa génesis, así como mucho tiempo
antes, tanto este país como la Europa continental estaban re-
pletos de ocultistas e iniciados –con intenciones tanto nobles
como fraudulentas– pertenecientes a las escuelas de Alquimia,
Magia, Rosacrucismo y doctrinas de todo tipo. Los escritos de
esa meritoria figura que fue Thomas Vaughan, así como los nu-
merosos testimonios de la literatura contemporánea respecto al
predominio de la búsqueda de lo oculto, dan fe de que los más
honestos estudiantes y genuinos adeptos se encontraban en di-
cho escenario en la época en que se concibió el movimiento
masónico, siendo razonable deducir una conexión entre ellos y
la propia Masonería. En el antiguo sistema operativo estos per-
sonajes, o al menos algunos de ellos, hallaron, por así decirlo,
un cuerpo preparado. Importaron a ese cuerpo un nuevo espí-
ritu y le otorgaron una vida transfigurada; una vida que, en su
desarrollo más maduro, encontramos hoy en día en una mag-
nitud muy superior. Por emplear una expresión del Sr. Waite,
34
«realizaron un experimento sobre la mentalidad de la época»,
y, recuérdese, fue un experimento realizado con una perspicaz
introspección y previsión, al comienzo de una época en que la
marea de la vida espiritual y la comprensión de las iglesias ofi-
ciales se encontraba en un momento extraordinariamente bajo,
al tiempo que la marea del pensamiento racionalista y el mate-
rialismo científico se elevaba extremadamente alto. Una época
en la que quizá parecía deseable, en aras del beneficio de unos
pocos en los oscuros días que se avecinaban, una nueva luz que
diese testimonio de una verdad y una doctrina que en realidad
nunca había faltado en el mundo. Siendo mi propósito en este
artículo llamar la atención por igual tanto de aquellos que son
Masones como de quienes no están al corriente del extraordi-
nario desarrollo de los aspectos místicos de la Masonería y sus
numerosas ramificaciones y ritos aliados, las siguientes consi-
deraciones quizá no sean inapropiadas, dado que su intención
es esclarecer la atmósfera nublada desde la que se percibe la
auténtica historia y propósito vital del sistema masónico, ya sea
desde la propia Masonería como por parte de los profanos. En
los textos anteriormente citados –que no versan sobre la histo-
ria externa, y virtualmente insignificante, de la Masonería, sino
sobre su contenido interior, su propósito, y su lugar en la larga
cadena de tradiciones ocultas– el Sr. Waite demuestra hasta qué
punto la Masonería, tanto en sus Grados Simbólicos como en los
Altos Grados y sus Grados Colaterales, es expresión, aunque
quizá incompleta, pero aun así inequívoca, de esa Tradición Se-
creta que se ha perpetuado a través de todos los tiempos con
el objeto de instruir a aquellos que deseaban fervientemente
resolver el enigma de la existencia con los métodos que dicha
Tradición acredita y garantiza. La búsqueda en pos de dicha so-
lución siempre ha tenido lugar, aunque únicamente entre unos
pocos. Podemos llamarla la Búsqueda del Grial; o de la Palabra
Perdida, o la guarda de un Sepulcro vacío. Podemos denomi-
narla la Gran Obra, o el descubrimiento de la Piedra Filosofal,
o referirnos a ella platónicamente como la tarea de reintegrar
el elemento divino del hombre en la Base Divina del Universo.
35
Los sistemas han sido muchos, pero la búsqueda, y el objeto de
la búsqueda, no son sino uno. Muchos de estos sistemas, expre-
sados en ocasiones en términos de asombrosa ingenuidad por
temor a que las perlas que contienen cayesen en manos inapro-
piadas, han desaparecido hace largo tiempo, siendo reempla-
zados por otros. Al igual que las siempre renovadas ramas del
Árbol de la Vida, uno avulso non deficit alter aureus, cuando uno
ha dejado de servir surge inevitablemente otro, como si hubie-
se velando por Israel –el pequeño pero siempre existente cuer-
po de aspirantes dedicados y constantes– aquellos que nunca
duermen; una vigilia de Vigilantes invisibles cuya preocupa-
ción es mantener por siempre abierto e iluminado el sendero al
Centro, a donde todas las experiencias conducen y donde todas
las búsquedas concluyen.

El Sr. Waite define la Tradición Secreta como 1) los recuerdos


de una pérdida cósmica en la que ha incurrido la humanidad, y
2) los registros de la restitución de lo que fue perdido. Se trata
de un conocimiento íntimo referente al modo en que el hombre
debe retornar a su lugar de origen. Pero, de manera paradójica,
ese método de vida interior lo es de muerte interior. No hay
sistema acreditado de enseñanza mistérica que no haya procla-
mado, ya sea como leyenda, símbolo o representación dramáti-
ca, el hecho de que la muerte, entendida en sentido místico, es
la puerta a esa vida que no es únicamente una existencia post
mortem, sino una unión consciente e irrefutable con la Base Eter-
na del Universo. Puede argüirse, y con razón, que esa doctrina
es, o pretendía ser, la de la religión pública. No me concierne
ahora discernir hasta qué punto las iglesias han conseguido o
no transmitir plenamente esta verdad a sus feligreses, y desde
luego estoy lejos de afirmar que el sistema colateral masóni-
co pueda vanagloriarse de haber conseguido algo más en este
sentido. Pero no hay nadie entre los millones que han recibido
el Grado de Maestro Masón que no solo no haya percibido que
se han sometido a una experiencia simbólica que fue la crux
y centro de todos los grandes sistemas mistéricos del pasado,
36
sino que además, al hacerlo así, ha dado testimonio en su pro-
pia persona de una verdad inherente a la naturaleza moral del
mismo Cosmos.

Y en ello radica el peculiar propósito y valor de la ceremonia


de Iniciación si lo comparamos con otros sistemas que son única
o principalmente didácticos. La doctrina enseñada es aplicada
inmediatamente de manera personal. Se pretende estimular la
imaginación del discípulo al hacerle identificarse, y representar
ceremonialmente, lo que es esencial que aprenda, con el fin de
que posteriormente, en su vida privada y su conciencia, se con-
vierta en aquello que ha representado sacramentalmente.

Al ser tal la naturaleza y propósito de los ritos arcanos, el Sr.


Waite, que parece estar en una situación privilegiada para fami-
liarizarse con todos los actualmente existentes, así como con los
registros de otros muchos caídos en desuso, ha podido aplicar
en este libro su bien conocida cualificación como místico para
compararlos y establecer su valor. Una tarea laboriosa dirigida
con incesante habilidad y tacto, pues al tratar con asuntos que
implican compromiso de privacidad se ha encontrado por una
parte con la dificultad de evitar decir cosas que atentasen con-
tra esos compromisos, y por otra parte con la posibilidad de
decir demasiado poco, impidiendo que un tema tan importante
como este resultase inteligible para el lector no masónico. El
autor ha conseguido superar este doble problema. Si bien ha
sido leal respecto a aquellos asuntos que constituyen el cono-
cimiento privado de comunidades secretas, ha sido sumamente
generoso en todo aquello que excede el ámbito de los sistemas
instituidos y no puede ser monopolio de nadie salvo de la huma-
nidad en su conjunto. Por esta razón, aunque aquellos que son
oficialmente Masones se encontrarán en situación ventajosa en
virtud de su conocimiento desde dentro, el libro no necesita ser
considerado como restringido para Masones, sino que es para
un público más amplio. Cualquier Masón, independientemente
de su rango, lo recibirá como una iluminación, quizá poco es-
37
perable en lo referente a su propia ciencia, que es ahora y por
primera vez sometida a una exégesis nunca hasta ahora acome-
tida. En la medida en que el profano pueda estar tan interesado
como el iniciado en el desarrollo del conocimiento místico y la
filosofía, e igualmente en las formas en que estos han encontra-
do expresión con el paso del tiempo, así encontrará un amplio
espectro para una instrucción y reflexión provechosa.

Las limitaciones de espacio no nos permiten hacer referencia


detallada al contenido del libro del Sr. Waite, o a la interesan-
te colección de ilustraciones de símbolos crípticos e imágenes,
algunos de los cuales han sido visiblemente asociados con la
expresión y transmisión de doctrinas y ritos místicos, y de los
cuales hay algunos reproducidos. Ambos volúmenes constitu-
yen una cuidada presentación de un trabajo único, al cual, como
Masón, doy la bienvenida con todo agradecimiento, recomen-
dándolo a mis Hermanos y a todos aquellos a quien pueda in-
teresar como la más importante contribución a la literatura ma-
sónica que ha aparecido hasta ahora. He preferido limitarme en
esta reseña a resaltar mi convicción de su valor, y a indicar la
certeza de que marcará una época en la historia de un sistema
que se ha desarrollado, por así decirlo, a partir de una semilla
de mostaza hasta haber sobrepasado la tierra entera. La Maso-
nería, al menos en algunos de sus Grados, puede ser, tal y como
el Sr. Waite lo describe, una expresión imperfecta de la Tradi-
ción Secreta, y el Masón medio puede, y sin duda lo hace, aden-
trarse en un conocimiento incompleto del contenido total de su
sistema, a pesar de estar imperfectamente expresado, aunque
puedan presentarse excusas por osar hacerlo. Pero la presente
obra debería convertir tales dudas en inadmisibles, y por esta
razón puede estar destinada a colaborar en la transformación y
elevación del conjunto de la conciencia y razón de ser de la Or-
den Masónica. En un sistema que se ha desarrollado tanto como
la Masonería lo ha hecho hasta ahora, y por una razón tan oscura
e intangible, resulta, ahora que esa razón ha sido desvelada y
se ha mostrado su razón de ser, que en él subyacen enormes
38
posibilidades; y a este respecto me refiero menos a su futuro
numérico que a la estatura espiritual de sus miembros.

La Masonería puede convertirse también en un baluarte de


poder para el bien, máxime teniendo en cuenta la constante
decadencia de las iglesias y lo insípido de sus enseñanzas. En
relación con su futuro surge el tema, cada vez más acuciante, de
la admisión de las mujeres, contra la que no hay, desde luego,
ninguna objeción sustancial ni a priori. El conservadurismo que
surge de una costumbre largamente establecida puede desva-
necerse una vez que se ha alcanzado conciencia plena de la di-
mensión de esta búsqueda. Algunas Logias del continente están
abriendo sus puertas a las mujeres, al tiempo que la Masonería
mixta, junto con la Sociedad Teosófica, suponen ya numerosas
Logias que admiten a ambos sexos. El Sr. Waite se muestra algo
impaciente respecto a esta última tendencia, pero más debido
al notorio patrocinio que le profesó un personaje tan esquivo
como el Conde de Saint Germain que no por prejuicios ante el
hecho de que la mujer pueda participar en ritos místicos y filo-
sóficos. En palabras del Apóstol - Iniciado, ni el varón es sin la
mujer, ni la mujer sin el varón, en la Idea Divina, y además de los
numerosos precedentes de la antigüedad, hay buenas razones
para asociarlos en cualquier sistema cuyo fin último sea la reali-
zación consciente de dicha Idea. Hubo una vez, recordará el lec-
tor, un edificio el cual, según las palabras de un gran profeta, fue
rechazado y condenado por el Gran Arquitecto porque había
sido «cementado con mortero mal templado». Las referencias
que hago en este artículo referentes a la Masonería, al igual que
respecto al libro del Sr. Waite, no están restringidas únicamente
a los Grados Simbólicos y a su extensión, el Arco Real, sino que
se extienden a todos los Grados Masónicos y otros ritos seme-
jantes que subyacen tras estos Grados, quedando algunos de
ellos totalmente más allá de la vista del Masón medio. Aquellos
cuya existencia es conocida por el público son, como el Sr. Wai-
te apunta, análogos a lo que en épocas anteriores se denomi-
naban Misterios Menores. Pero igualmente subsisten más allá
39
de estos unos Misterios Mayores, reservados para aquellos que
son aventajados en el Arte. Tanto es así que se nos garantiza en
esta obra que permanecen entre nosotros hoy en día. He escrito
sobre el método masónico y el sistema iniciático en su conjunto,
y si en lo que aquí he escrito no he hecho toda la justicia que de-
biera a la importante obra a la que hago reseña, la deficiencia
se habrá debido al deseo de mostrar en el espacio de que dis-
ponía el punto de vista desde el que debe ser leída. Esta obra
constituye la mayor contribución que la Orden ha recibido en el
ámbito de la Masonería descriptiva. Ahora únicamente falta que
la Fraternidad Masónica –y sin duda muchos espíritus inquie-
tos fuera de ella– la aprovechen para ensanchar los límites de
su comprensión en lo referente a este tema subestimado pero
trascendental.

Tomado de:
https://masoneriaantigua.blogspot.com/2017/11/walter-les-
lie-wilmshurst-1867-1939.html
40
41
MASONERIA, ROSACRUCES, TEMPLARIOS
42 Herbert Oré B
IOS Y OTRAS CORRIENTES INICIATICAS
Belsuzarri 33° 43
MASONERIA, ROSACRUCES, TEMPLARIOS Y
OTRAS CORRIENTES INICIATICAS
Herbert Oré Belsuzarri 33°
Como es natural, cuando se expone un punto de vista sobre los
orígenes de la masonería, que está vinculado al desarrollo de
las religiones, los que leen ello suelen manifestar nuevas inte-
rrogantes, lo que nos obliga a retomar el tema siempre, pero en-
riqueciendo lo que se dijo. Así en esta oportunidad, trataremos
la materia con nueva bibliografía. Por otra parte es innegable
que la masonería está ligada a otras corrientes iniciáticas.

¿SE TENIA INFORMACION SOBRE LAS ESCRITURAS


SUMERIAS EN 1717?

Europa tuvo constancia por escrito de esta escritura gracias al


viajero italiano Pietro Della Valle, quien había hecho escala en
Persepolis hacia el año 1621, donde dejo constancia escrito de
la antigua capital del Imperio aqueménida y de la copia de una
serie de signos grabados en las ruinas de las puertas del pala-
cio de Persepolis y que además figuraban en tres versiones.

En 1700, Thomas Hyde de la Universidad de Oxford, acuñó el


término “cuneiforme” para estas inscripciones, cuando publica
“Dactuli pyramidales seu cuneiformes” un trabajo sobre los lo-
gros obtenidos por Della Valle.

Henry Rawlinson oficial de la armada británica, en 1835 en-


contró la Inscripción de Behistún, en un acantilado en Persia,
que había sido tallado durante el reinado del rey Darío I de Per-
sia (522-486 a. C.). Estos textos estaba escritos en los tres len-
guajes oficiales del imperio: persa antiguo, babilonio y elamita.
44
La importancia de la inscripción de Behistún para el descifrado
de la escritura cuneiforme es equivalente al de la piedra de Ro-
seta para descifrar los jeroglíficos egipcios.

Trabajando independientemente, el asiriólogo irlandés Ed-


ward Hincks contribuyó al descifrado. Después de traducir el
persa, Rawlinson y Hincks comenzaron a traducir los otros. Este
esfuerzo fue ayudado por el descubrimiento de la ciudad de Ní-
nive por Paul-Émile Botta en 1842. Entre los tesoros descubier-
tos por Botta estaban los restos de la gran biblioteca de Asur-
banipal, un archivo real que contenía varios miles de tablas de
arcilla cocidas con inscripciones cuneiformes.

En 1851, Hincks y Rawlinson leían ya 200 signos babilonios.


Pronto se les unieron otros dos criptólogos, un joven estudiante
de origen alemán llamado Julius Oppert y el orientalista británico
William Henry Fox Talbot. En 1857 los cuatro se conocieron en
Londres y fueron parte del esfuerzo para comprobar la precisión
de sus investigaciones. Un jurado de expertos fue convocado
para examinar las traducciones resultantes y certificar su
exactitud. Las traducciones resultantes de los cuatro expertos
coincidían en todos los puntos esenciales. Hubo algunas
pequeñas diferencias. Talbot había cometido unos cuantos
errores, y la traducción de Oppert contenía unos cuantos pa-
sajes dudosos porque el inglés no era su lengua materna. Las
versiones de Hincks y Rawlinson eran virtualmente idénticas. El
jurado declaró su conformidad, y el descifrado de la escritura
cuneiforme acadia pasó a ser un hecho consumado.

DE SUMERIA A EGIPTO Y A LOS HEBREOS.

Los estudiosos más connotados que han tratado sobre el Me-


dio Oriente afirman que todo se inició en Sumeria, así Zecharia
Sitchin, Samuel Noah Kramer; Jean Bottero y otros, luego de tra-
ducir tablillas de barro sumerios, asirios y babilonios, llegaron
a la conclusión de que los dioses sumerios son los mismos que
45
los dioses egipcios, pero con otro nombre, y de otra parte siem-
pre basado en sus investigaciones, sostienen que el Génesis de
la Biblia Cristiana, llamado también el Bereshit del Tanaj o Bi-
blia Hebrea, son plagios de antiguas tradiciones sumerias que
acomodaron los hebreos, para formular su doctrina religiosa a
partir de Abraham, que es el Patriarca del judaísmo, cristianis-
mo e islamismo. Sobre este particular ya hemos abundado en
diversos artículos y en varios libros nuestros.

¿La torre de Babel un zigurat sumerio?

Para sostener la parte final de nuestra afirmación, menciona-


remos tres aspectos de las muchas similitudes que hay entre los
mitos de las tablillas sumerias y el Génesis o Bereshit.

La creación del hombre: “Y Jehová procedió a formar al hom-


bre del polvo del suelo […] Y Jehova procedió a construir de la
46
costilla que había tomado del hombre una mujer, y a traerla al
hombre”. Este extracto del Génesis bíblico narra la creación del
hombre y la mujer. Si lo comparamos con los mitos sumerios
sobre la creación, recogidos en el Enuma Elish, el parecido es
palpable. En ellos se narra cómo los dioses sumerios, hartos de
trabajar la tierra, deciden crear a la humanidad. La diosa Nin-
tu modela con arcilla mezclada con la sangre del dios We al
primer hombre, al que insufla con un soplo de vida. Pero más
sorprendente aún es el mito de la creación de la mujer con una
costilla de Adán, como elemento primigenio. Su origen proviene
de un relato sumerio en el que el dios Enki se queja de los do-
lores que siente en varias partes de su cuerpo. Con el objetivo
de poner fin a su sufrimiento la diosa-madre Ninhursag crea un
dios para cada una de las partes del cuerpo dolorido de Enki.

“Hermano mío, ¿dónde te duele?


Mi costilla me duele.
A la diosa Ninti he dado a luz para ti.”

Con ello su dolor acaba. Costilla en sumerio se dice “ti”, tér-


mino que también significa “hacer vivir”. Los hebreos que com-
pusieron el relato bíblico conocían el viejo mito y lo adaptaron,
aunque perdiéndose el juego de palabras por el camino.

El paraíso: Los sumerios hablan de una región donde no había


dolor, vejez ni sufrimiento. Una región donde “El león no mata, El
lobo no se apodera del cordero”. Esta región era conocida con
el nombre de Dilmun, que actualmente corresponde a Bahrein.
Aquí vivían en paz y felicidad los dioses hasta que Enki cometió
un terrible pecado: se comió las ocho plantas engendradas por
la diosa Ninhursag. La diosa, en castigo, lanzó una maldición que
provocó los dolores que antes mencionábamos a Enki. Aquí ve-
mos un paralelismo evidente con el acto de Adán y Eva, que de-
safiaron a Dios, probando el fruto del conocimiento. Adán, Eva y
Enki fueron castigados, por ello y tras ese acto se acabó la etapa
de la inocencia de la humanidad en un hipotético paraíso.
47
El diluvio: El hallazgo del inglés George Smith en 1872 de
una tablilla que narraba un diluvio semejante al de la Biblia fue
un bombazo en el mundo de la asiriología. La tablilla en men-
ción es la undécima pastilla de la Épica de Gilgamesh, que pu-
blicamos en su integridad en esta vuestra revista en el mes de
abril 2019. Las excavaciones han constatado que no hubo un
gran diluvio que afectase gravemente a Mesopotamia, pero se
hallaron restos de inundaciones locales que pudieron inspirar
el relato. En él se nos cuenta como la humanidad se había ex-
pandido como una plaga sobre la tierra, por lo que los dioses
decidieron reducir drásticamente su población mediante una
catástrofe mundial: un diluvio. Enki, protector tradicional de la
humanidad, advirtió a Utanapishtim, hijo de un rey de la ciudad
de Shuruppak. El dios Enki le ordenó construir una gran arca
impermeable en la que se resguardarían él, toda su familia y
ejemplares de todas las especies animales.  Así lo hizo Utana-
pishtim y, efectivamente, la tempestad acabó con todo rastro
humano en la tierra. Cuando todo hubo pasado el hombre soltó
una paloma, que volvió. Pasados unos días soltó una golondrina,
que también regresó. Al cabo liberó a un cuervo que ya no vol-
vió, señal de que el nivel de inundación había descendido ya.

Para no ser muy extenso con las similitudes, que no son mate-
ria del presente, retomamos nuestra exposición.

Siempre acudiendo a nueva bibliografía también nos hemos


referido al libro “La Arqueología y los Patriarcas” de Charles N.
Pope, que manifiesta similar opinión a los estudiosos antes men-
cionados, cuando se trata de los dioses sumerio-egipcio-he-
breo. Así él dice lo siguiente: “Durante el Imperio Antiguo, el
“monoteísmo” de Ra se había vuelto absoluto en Egipto. Este dios
era referido como el “Dios Universal,” el “Señor de Todo,” o sim-
plemente Dios, como si no hubiera ningún otro, Ra fue conocido
ciertamente en Mesopotamia (con el nombre de Marduk), pero
no fue allí un dios principal” (“La Arqueología y los Patriarcas”,
Capitulo 6, Charles N. Pope).
48
Más adelante manifiesta: “En un himno a Amón fechado en la
XVIII Dinastía egipcia se lee: “Los Ocho dioses fueron tu primera
forma, hasta que tú los completaste, siendo Uno... Durante la XVIII
Dinastía, los ocho dioses de Egipto eran:

Atum-Ra (Marduk), el dios solar que se creó a sí mismo.


Ptah (Ea/Enki), el hábil modelador y salvador de la humanidad.
Shu (Enlil), señor del aire, figura autoritaria y disciplinaria.
Geb (Ninurta), dios de la tierra y la vegetación, conocido como “el
heredero.”
Montu (Seth/Baal), el dios guerrero, y astrónomo del cielo noc-
turno.
Osiris (Dumuzi), dios del vino, el dios muerto y resucitado.
Horus el Viejo (Ishkur/Adad), el dios de las montañas y del rayo.
Thoth (Utu/Nabu/Ningishzidda), el dios de la escritura, la sabidu-
ría, la meditación, la curación, la momificación, y el último guar-
dián de las Pirámides” (“La Arqueología y los Patriarcas”, Capi-
tulo 6, Charles N. Pope).

Para los egipcios Amón era un dios principal, desde el Reino


Antiguo. En la dinastía XI (siglo XXI a. C.), se convirtió en deidad
patrona de Tebas, sustituyendo a Montu (Seth). Tras la rebelión
de Tebas contra los hicsos y con el gobierno de Amosis I, Amón
adquirió importancia nacional, expresada en su fusión con el
dios Sol, Ra, como Amón-Ra, que mantuvo su importancia en el
panteón egipcio durante el Reino Nuevo. Su posición como Rey
de los Dioses se desarrolló hasta el monoteísmo egipcio, donde
los otros dioses se convirtieron en manifestaciones suyas. Como
dios principal del Imperio Egipcio, Amón-Ra también fue ado-
rado fuera de Egipto, identificándose con el Zeus de la antigua
Grecia, por esta razón Pope afirma que: “Amón incluía a todos
los dioses, y permitió la adoración de todos ellos. Como el Yah-
vé bíblico (YHWH), el aspecto oculto de Amón estaba asociado
a su nombre. “Los sacerdotes de Amón exigieron que no había
ningún otro dios como Amón, el cual era el ‘único’ y no tenía ‘se-
gundo’. Este concepto se parece al de los hebreos, los cuales dije-
49
ron, ‘Yahweh nuestro Dios, es el único Señor’ (Deuteronomio 6:4)”
(“La Arqueología y los Patriarcas”, Capitulo 6, Charles N. Pope).

Amón-Ra.

50
El obelisco egipcio era principalmente un símbolo solar y
se utilizaba para hacer medidas solares. Amón era un dios so-
lar después de Atum-Ra. Hatshepsut y otros monarcas orgullo-
samente erigieron obeliscos al Templo principal de Amón, en
Karnak. Como Ra (Marduk), Amón era el dios de la “montaña
pura”, que es la pirámide.

Nefertiti y Akenaton y el dios Atón.

Durante la última parte de la dinastía XVIII, el faraón Akena-


tón (también conocido como Amenofis IV) desplazo el poder
del templo de Amón e implanto la adoración a Atón, un dios

51
cuyo poder se manifiesta en el disco solar, tanto simbólica como
literalmente. Desfiguró los símbolos de muchas antiguas dei-
dades y basó sus prácticas religiosas en base a la deidad Atón.
Este cambio brusco fue muy impopular entre los sacerdotes de
Amón, que se encontraron sin su antiguo poder. La religión en
Egipto estaba atada inexorablemente al liderazgo del país, sien-
do el faraón el líder de ambos. El faraón era el sumo sacerdote
del templo de la capital y el siguiente nivel eran los consejeros
del faraón, muchos de ellos administradores de la burocracia
que gobernaba el país. La introducción del Atonismo con Ake-
natón creó una adoración monoteísta de Atón en competición
directa con Amón.

Cuando Akenatón murió, los sacerdotes de Amón-Ra se rea-


firmaron. Su nombre fue borrado de los registros egipcios, se
deshizo todos sus cambios religiosos y de gobierno y la capital
volvió a Tebas. La vuelta a la antigua capital y su deidad patrona
se hicieron tan rápido que pareció que su culto monoteísta nun-
ca existió. La adoración de Atón se detuvo y se restauró la ado-
ración de Amón-Ra. Los sacerdotes de Amón incluso persuadie-
ron a su joven hijo Tutankamón para que cambiara su nombre
Tut-anj-Atón que significa “imagen viva de Atón” a Tutankamón,
“la imagen viva de Amón”.

52
Otra diosa sumeria importantes es Inanna, que en el Egipto
era conocida como Isis, tan es así que Sargón rey acadio (antes
sumeria) del 2300 a. C. y sus sucesores fueron especialmente
devotos de la diosa Isis (llamada Inanna en Mesopotamia).

La importancia de Seth en la coalición multicolor de Amón es


sorprendente, pero consistente con la naturaleza guerrera de
esa época. Amón, como Seth/Montu, era por encima de todo un
dios de la guerra. Su estandarte ondeaba audazmente en la van-
guardia de los ejércitos del rey. Y como el Yahvé bíblico, los orí-
genes de Amón estuvieron en el campamento militar. Los fun-
dadores del Imperio Medio egipcio fueron “arameos errantes”.
El nombre de Aram se identificaba con una región montañosa
del noroeste de Mesopotamia y Siria. Después de su expulsión
de Egipto, Seth/Montu se convirtió en el señor de Aram. El nom-
bre de Aram es sinónimo de Seth/Montu. El epíteto, “arameo
errante”, asume entonces el significado de “merodeadores de
(el dios) Montu”. Estos babilonios devotos de Aram no vagaron
meramente en busca de pastos, sino de conquistas. Llevaron a
Aram, el dios de las conquistas, con ellos, y por añadiduras to-
das los demás dioses que se había sincretizado en Amón, pues
se le había elevado a dios imperial egipcio.

En las religiones judía y cristiana posteriores se prohibió te-


ner un dios patrón personal diferente de Yahveh (Amón). Sin
embargo, se permitía elegir a un “ángel guardián” de entre los
miembros del panteón. En lugar de suprimir completamente a
los dioses, fueron depurados y se convirtieron en Arcángeles.
Horus se convirtió en el belicoso Miguel, Geb se convirtió en
Gabriel, Osiris se convirtió en Rafael, y Thoth se convirtió en
Ariel. Ra y Seth fueron los “ángeles caídos” Leviatán/Belial y Lu-
cifer/Satán.

Los sumeriologos antes mencionados, sostienen que Yahveh


es el dios sumerio Enlil, mientras que su opositor Enki será co-
nocido como la serpiente, Lucifer o satanás. En el segundo caso
53
es prácticamente lo mismo que sostiene Charles N. Pope, ya que
Marduk es hijo de Enki.

EL TEMPLO DE SALOMÓN.

Cuando en 1717 los ingleses constituyen la Gran Logia de


Londres y Westminster, ellos tomaron las antiguas tradiciones
de los masones operativos de Europa, que están plasmados en
los “Antiguos Cargos” llamados Old Charges o también Consti-
tuciones Góticas, las cuales fueron el insumo intelectual e his-
tórico que uso Anderson para escribir “Las Constituciones de
Anderson”, que se publicaron en 1723, en cuya primera parte se
aborda la historia “primigenia y legendaria” de la masonería, en
los siguientes términos:

“Adán, nuestro primer Padre, creado a imagen de Dios, el Gran


Arquitecto del Universo, debió de tener escritas en su corazón las
Ciencias Liberales, particularmente la Geometría, porque aun
después de la Caída, hallamos los Principios de ella en el corazón
de su prole, los cuales, en el transcurso del tiempo, se expusieron
en un conveniente Método de Proposiciones, al observar las Le-
yes de la Proporción inducidas de la Mecánica. Así como las Ar-
tes Mecánicas dieron ocasión a los entendidos para metodizar los
elementos de Geometría, así esta noble ciencia metodizada es el
fundamento de todas las artes (particularmente de la Masonería
y la Arquitectura) y la regla que las guía y realiza.

Indudablemente Adán enseñó Geometría a sus hijos y el uso de


ella en las varias Artes y Oficios convenientes al menos en aque-
llos primitivos tiempos; porque vemos que CAÍN edificó una ciu-
dad, a la que puso el nombre de su hijo primogénito HENOCH.
Llegó Caín a ser el Príncipe de la mitad del género humano y sus
descendientes imitaron su regio ejemplo, fomentando la noble
Ciencia y el útil Arte.

No podemos suponer que SETH estuviese menos instruido, pues


54
siendo el Príncipe de la otra mitad del género humano, y el pri-
mer cultivador de la Astronomía, tendría mucho cuidado de ense-
ñar Geometría y Masonería a sus hijos, quienes también gozaron
de la enorme ventaja de que ADÁN viviera entre ellos.

Pero prescindiendo de inciertos relatos, podemos segura-


mente inferir que el mundo antiguo, que duró 1656 años, no po-
día desconocer la Masonería, y que las familias de Seth y Caín
erigieron muy curiosas obras, hasta que al fin, Noé, el noveno
descendiente de Seth, recibió de Dios la orden de construir la in-
gente Arca, que, aunque de madera, fue fabricada según los prin-
cipios de la Geometría y las reglas de la Masonería.

Noé y sus tres hijos JAFET, SEM y CAM fueron verdaderos maso-
nes que después del diluvio conservaron las tradiciones y artes
de los antediluvianos y las transmitieron ampliamente a sus hijos,
pues un siglo después del diluvio, en el año 1810 del mundo y
2194 a. de C. vemos a gran número de ellos, sino a toda la raza de
Noé, congregada en el valle de Sinar, ocupados en edificar una
ciudad y una alta Torre que perpetuase su nombre y evitara su
dispersión. Pero querían levantar la Torre a tan monstruosa altura,
que por su vanidad desbarató Dios su proyecto, confundiendo sus
lenguas, de modo que se dispersaron. Sin embargo, no por ello
es menos encomiada su habilidad en Masonería, pues emplearon
más de 53 años en aquella prodigiosa obra, y al dispersarse difun-
dieron el potente conocimiento por los lejanos países en donde
fundaron reinos, repúblicas y dinastías. Y lo que después se per-
dió del conocimiento en muchos puntos de la tierra, se conservó
especialmente en Sinar y Asiría, donde NEMROD, el fundador de
aquella monarquía después de la dispersión, edificó grandiosas
ciudades como Erech, Acad y Calneh en Sinar, de donde pasó a
Asiría y fundó Nínive, Rebokoth y Retiñí.

En las comarcas entre el Tigris y el Éufrates florecieron después


muchos eruditos sacerdotes y matemáticos, llamados CALDEOS y
MAGOS que preservaron la noble Geometría, y los reyes y mag-
55
nates estimularon el Arte Real. Pero no es prudente hablar con
más claridad de este asunto a no ser en una Logia regularmente
constituida.

Por lo tanto, la Ciencia y el Arte se transmitieron de edad en edad


a distantes climas a pesar de la confusión de lenguas, que si bien
engendró en los masones la facultad y antigua universal práctica
de conversar sin hablar y de conocerse unos a otros a distancia,
no fué obstáculo para el progreso de la Masonería en cada país y
la comunicación de los masones en su diferente idioma nacional.

No cabe duda de que el Arte Real fue introducido en Egipto por


Mitzraim, el segundo hijo de Cam, seis años después de la confu-
sión babilónica y 160 después del diluvio, en 1816 del mundo y
2188 a. de C, cuando estableció allí una colonia (porque Egipto en
hebreo se llama Mitzraim). Vemos que el Nilo se desborda y esti-
mula este fenómeno el progreso de la Geometría, al que siguió la
necesidad de valerse de la Masonería, pues las nobles ciudades
antiguas y otros magníficos edificios del país, particularmente las
famosas PIRÁMIDES, denotan el gusto y el genio de aquel antiguo
reino. Además, una de las pirámides de Egipto se diputó por la
primera de las siete maravillas del mundo, y el relato que de ella
hacen historiadores y viajeros es casi increíble.

Según la Biblia, los once nietos de Canaán (el hijo menor de


Cam) se fortificaron en recios reductos y grandiosas ciudades
amuralladas, y edificaron hermosos templos y mansiones, porque
cuando los israelitas, conducidos por el insigne Josué, invadieron
la tierra de Canaán, la encontraron tan hábilmente defendida, que
sin la inmediata intervención de Dios en beneficio de su pueblo
escogido, los cananeos hubieran sido inexpugnables e invenci-
bles.

No podemos menos de suponer lo mismo de los demás hijos de


Cam, como Chush, su primogénito, en el sur de Arabia, y Phut o
Phuts (ahora llamado Fez) en el África occidental.
56
Seguramente la airosa e intrépida posteridad de JAFET (el pri-
mogénito de Noé), que emigró a las islas de los gentiles, debió de
ser igualmente hábil en Geometría y Masonería, aunque poco sa-
bemos de sus actividades y grandiosas obras, hasta que su origi-
nal conocimiento se perdió casi del todo entre el estrago y deso-
lación de la guerra, y por no mantener la debida correspondencia
con las naciones cultas, pues cuando en tiempos posteriores se
estableció la correspondencia, entonces fueron habilísimos ar-
quitectos.

También la posteridad de SEM tuvo las mismas oportunidades


de cultivar el útil Arte, tanto los que establecieron colonias en el
sur y este de Asia, como aún mucho más los que en el gran impe-
rio asirio vivieron en Estado aparte o se entrefundieron con otras
familias. Además, la sagrada estirpe de SEM (de la que descendió
CRISTO según la carne) no podía ser inhábil en las eruditas Artes
de Asiría, porque el año 2078 del mundo y 1916 a. de C, unos 268
años después de la confusión de Babel, salió ABRAM de Ur de los
Caldeos, donde había aprendido Geometría y las Artes que de
ella se derivan, las cuales transmitiría cuidadosamente a Ismael,
a Isaac y a sus hijos por Keturah y por Isaac a Esaú, Jacob y los
doce Patriarcas. Además, los judíos creen que ABRAM instruyó a
los egipcios en la ciencia asiría.

En efecto, la selecta Familia usó durante largo tiempo la Arqui-


tectura Militar exclusivamente, pues moraban entre extranjeros;
pero antes de terminar los 430 años de su peregrinación, 86 años
antes de su éxodo, los reyes de Egipto obligaron a muchos de
ellos a dejar sus instrumentos pastoriles y sus equipos bélicos,
y les enseñaron otra clase de Arquitectura de piedra y ladrillo,
como la Escritura y otras historias nos dicen, la cual permitió Dios
que prevaleciese, a fin de que fueran buenos masones antes de
que poseyeran la tierra prometida, entonces famosa por su ele-
gante Masonería.

57
Y mientras marchaban a Canaán a través de Arabia, le plugo
a Dios inspirar Sabiduría de corazón a BEZALEEL, de la tribu de
Judá, y a AHOLIAB, de la tribu de Dan, para que construyesen, el
ano del Mundo 2514 y 1490 a. de C, aquella gloriosísima Tienda o
Tabernáculo donde residía la Sekina, y aunque no era de piedra
y ladrillo, fue trazado según la Geometría como una hermosísima
pieza arquitectónica (y sirvió después de modelo al templo de
Salomón) de conformidad con las plantillas mostradas por Dios a
Moisés en el Sinaí; y así fue Moisés el MAESTRO MASÓN GENERAL
y rey de Jessurun, pues estaba instruido en toda la sabiduría de
los egipcios y divinamente inspirado con sublime conocimiento
de la Masonería.

Así es que los israelitas, al salir de Egipto, eran todo un pueblo


de masones, bien instruidos bajo la guía de su GRAN MAESTRE
MOISÉS, quien a veces los reunió en una regular y general Logia
mientras anduvieron por el desierto y estableció deberes y dictó
órdenes que habían de cumplir y obedecer. Pero no es posible
decir más de este asunto.

Una vez posesionados los israelitas de la tierra de Canaán, el año


2554 del Mundo y 1450 a. de C, no sólo igualaron en Masonería a
los antiguos habitantes, sino que la perfeccionaron por especial
designio del cielo. Fortificaron mucho mejor y reformaron las vi-
viendas urbanas y los palacios de sus jefes, y sólo se estacionaron
en arquitectura sagrada mientras se mantuvo en pie el Tabernácu-
lo, aunque no más tarde; porque el más hermoso edificio sagrado
de los cananeos era el Templo de Dagón en Gaza de los filisteos,
muy magnifícente y capaz de contener 5.000 personas bajo su te-
cho, hábilmente soportado por dos columnas principales4 , y era
una admirable muestra de su exquisita habilidad en la verdadera
y cumplida Masonería.

Pero ni el templo de Dagón ni las magníficas construcciones de


Tiro y Sidón podían compararse con el ETERNO TEMPLO DE DIOS
en Jerusalén, que para pasmo del mundo construyó en el corto
58
lapso de siete años y seis meses, por mandato divino, aquel sa-
pientísimo varón y gloriosísimo rey de Israel, el Príncipe de la Paz
y de la Arquitectura, SALOMÓN (hijo de David, a quien se le negó
el honor de la edificación por haberse manchado de sangre) y
lo construyó sin que se oyera ruido de herramientas ni rumor de
hombres, a pesar de que estaban empleados 3.600 sobrestantes
o Maestros Masones para dirigir la obra bajo las instrucciones de
Salomón, con 70.000 obreros para llevar cargas y 80.000 compa-
ñeros para que cortasen en el monte. Además los reclutados bajo
la dirección de Adoniram para trabajar en el Líbano por turno con
los sidonios, en número de 30.000, entre ambos turnos, resultando
en total general 183.6005.

Mucho tenía que agradecer Salomón a Hiram, rey de Tiro, por


tan gran número de hábiles masones, pues había enviado sus ma-
sones y carpinteros a Jerusalén, y al cercano puerto de Joppa la
madera de abeto y cedro del Líbano. Pero el más valioso envío del
rey de Tiro fué el de su homónimo Hiram o Huram, el masón más
hábil y entendido del mundo.

Y el prodigioso costo de la obra también acrecentó su magni-


ficencia, porque además de los copiosos preparativos de David,
su hijo Salomón, todavía más rico, y los israelitas opulentos y los
magnates de los reinos vecinos, contribuyeron espléndidamente
a la construcción del templo con oro, plata y joyas en cantidad que
parece increíble.

No hay noticia de que hubiese en Canaán otra obra mayor. Los


muros medían 7.700 pies de circuito7 y ningún edificio sagra-
do se le podía comparar en la exactitud y proporcionalidad de
las dimensiones, desde el magnífico pórtico en Oriente hasta el
espléndido y venerando Sanctum Sanctorum en Occidente con
muchos y cómodos aposentos para los reyes, príncipes, levitas, is-
raelitas y gentiles, pues era una Casa de Oración para todas las
naciones, capaz de contener entre el interior, los aposentos y los
atrios, hasta 300;000 personas, si calculamos la cubicación en un
59
exaedro o cubo por persona.

Y si consideramos las 1.453 columnas de mármol de Paros, y el


duplo de pilares, con magníficos capiteles de diversos órdenes
arquitectónicos, y unas 2.246 ventanas, y la inexplicable y costo-
sa ornamentación interior (con mucho más que se podría decir)
bien podemos concluir que su magnificencia excedía a cuanto
cabe imaginar, y que justamente se la consideró como la más her-
mosa obra de masonería jamás erigida sobre la Tierra, y la pri-
mera maravilla del mundo. El año 3000 del mundo y 1004 a. de C,
lo dedicó solemnemente el rey Salomón.

Pero prescindiendo de lo que no debe ni puede entregarse a la


publicidad, podemos afirmar categóricamente que por muy ce-
losos que fueran los paganos en el cultivo del Arte Real, no se
perfeccionó hasta que Dios tuvo a bien instruir a su pueblo esco-
gido para la construcción, primero, del Tabernáculo y, después,
del magnifícente Templo, adecuado a la especial refulgencia de
su Gloria, donde moraba entre los querubines en el Propiciatorio,
y desde allí frecuentemente daba oraculares respuestas.

Este suntuosísimo, espléndido, bellísimo y glorioso Templo, atra-


jo muy luego a investigadores artífices de otras naciones, que pa-
saban algún tiempo en Jerusalén para observar la peculiar exce-
lencia de la construcción, en cuanto se permitía a los gentiles; y
no tardaron en convencerse de que toda la habilidad del mundo
no alcanzaba a la sabiduría y destreza de los israelitas en arqui-
tectura, cuando el sabio rey Salomón era Gran Maestre de la Logia
de Jerusalén, y el cultísimo rey Hiram lo era de la de Tiro, y el ins-
pirado Hiram Abif era el Maestro de la Obra, y la Masonería esta-
ba al inmediato cuidado y dirección del Cielo; cuando los nobles
y los sabios tenían a mucha honra ayudar a los hábiles Maestros
y Compañeros; y cuando el Templo del VERDADERO DIOS era la
admiración de los artífices pasajeros que al volver a su país mo-
dificaban la arquitectura de acuerdo con el modelo que les depa-
raba el Templo.
60
Así es que después de la construcción del Templo de Jerusalén,
progresó la Masonería en las naciones vecinas, pues los nume-
rosos artífices que a las órdenes de Hiram Abif habían tomado
parte en la obra, una vez terminada se dispersaron por Siria, Me-
sopotamia, Asiría, Caldea, Babilonia, Media, Persia, Arabia, África,
Asia Menor, Grecia y otras partes de Europa, donde enseñaron
esta liberal arte a los hijos de varones eminentes cuya destreza
sirvió a los reyes, príncipes y magnates para construir grandiosos
edificios, y llegaron a ser GRANDES MAESTROS, cada uno en su
propio territorio, y porfiaron entre sí en el cultivo del Arte Real.
Lo mismo sucedió en India, con la que se estableció correspon-
dencia. Pero ninguna nación, ni todas juntas, podían rivalizar con
los israelitas ni menos superarlos en Masonería, y su Templo fue
un constante modelo” (James Anderson, CONSTITUCIONES DE
LOS FRANC-MASONES (1723), Museo Virtual de la Historia de
la Masonería).

Las Constituciones de Anderson recoge información de otros


previos, de los denominados Old Charges, y todos ellos ha-
cen referencia a la Biblia Cristiana, especialmente al libro del
Génesis también llamado Bereshit, al Éxodo (Shemot), Núme-
ros (Bamidbar), I Reyes (Melajim Alef), II Crónicas (Divrei Haya-
min Bet), Job (Iyob), y otros, que fue escrito por un pueblo que
salió de Ur, una antigua ciudad sumeria (Sinar) liderados por
Abraham. Este último hecho explica de por si, como es que las
tradiciones sumerias fueron a parar al Tanaj, la Tora y la Biblia.
Como si ello no bastara, los descubrimientos científicos y ar-
queológicos de los ss. XIX y XX, atestiguan fehacientemente con
diversas traducciones de tablillas sumerias, hechos por conno-
tados estudiosos de la materia, así como diversas universidades
europeas y de Norteamérica.

John Hamill de Quatuour Coronati Lodge 2075, de Inglaterra,


en el año 1994 nos dice que “la tradición Andersoniana, al creer
implícitamente en la conexión directa entre masonería operativa y
61
especulativa, va hacia atrás hasta Adán” (Teorías Acerca del Ori-
gen, John Hamill, capitulo uno, Historia de la Francmasonería),
cuyos descendientes fueron borrados de la faz de la tierra por
el diluvio, y los conocimientos de la masonería serán salvados
por Noé y sus hijos, todos ellos descendientes de Set el tercer
hijo de Adán. Luego del diluvio Noé y sus hijos Cam, Sem, Yam
y Jafet vivirán en el Medio Oriente, donde sus descendientes
construirán la Torre de Babel, conocida como la primera obra
construida por masones en el Sinar (Sumeria). Los masones
asentados allí construyeron las ciudades más antiguas de la hu-
manidad, aspecto que es ratificado por la arqueología.

Abraham y su familia salen de Ur (antigua ciudad sumeria) y


cruzan el Éufrates para ir a la tierra prometida, sus descendien-
tes serán llamados “hebreos” y van a parar a Egipto, de donde
salen liderados por Moisés. Uno de los descendientes de ellos
decide construir un Templo para su dios Yahvé, este es el rey
Salomón, que apoyado por el rey Hiram de Tiro logra edificar
la mítica construcción masónica, el “Templo de Salomón”, cuyo
artífice es el arquitecto y fundidor de metales “Hiram Abif”.

Es frecuente oír que: “Cuando se tratan aspectos alusivos a la


historia de la masonería especulativa, y por tanto coetánea al siglo
XVIII, no resulta infrecuente en el imaginario colectivo, e incluso
científico, remitir rápidamente a los gremios medievales como
único modelo de su pasado. En verdad, la Orden del Gran Arqui-
tecto del Universo, iniciada en Gran Bretaña en torno a 1717, y con
sus constituciones formales desde 1723, obra de James Anderson
y Teófilo Desaguliers, ahonda sus raíces en el carácter asociativo
de la cultura británica del siglo XVIII, heredera directa de las vie-
jas hermandades de canteros y operarios medievales, recuperada
y en auge tras la reconstrucción de Londres a raíz del Gran Incen-
dio de 1666” (La revalorización del medievo en la estética ma-
sónica: Inglaterra y Escocia (siglos XIX y XX) de David Martín
López), pero no solo es el imaginario colectivo o científico que
dicen ello, también muchos masones suelen decir lo mismo, sin
62
embargo, ello no es así, como se viene explicando.

Las sociedades iniciáticas que se originaron en Sumeria, fue-


ron también a Egipto junto a sus dioses, allí se desarrollaron
dándole un nuevo carácter, y revistiéndola con la solemnidad
egipcia. Cuando llegaron los hebreos, impregnaron con sus co-
nocimientos a este pueblo nómada, que llegó trayendo sus pro-
pias enseñanzas también de origen sumerio. Los hebreos que
llegaron a Egipto eran las tribus del Patriarca Abraham, los des-
cendientes de Jacob, quien cambio su nombre por el de Israel
según el Génesis 32: 28, “Y el varón le dijo: No se dirá más tu
nombre Jacob, sino Israel, porque has luchado con Dios y con los
hombres, y has vencido”. Israel era el padre de José quien llego
a ser gobernador de todo Egipto, que permitió que su padre y
sus hermanos se asentaran en Egipto.

Jacob (Israel) y José.

63
Con el tiempo el pueblo hebreo fue esclavizado, hasta que sur-
ge el Patriarca Moisés que los libera y salen de Egipto lleván-
dose enseñanzas iniciáticas sumerio-hebreo-egipcio. Los des-
cendientes de los israelitas que salieron de Egipto, nuevamente
serán nómadas, y adoraran a su dios Jehová, en un templo móvil
llamado “Tabernáculo” que es implementado por Bezaleel de la
tribu de Judá.

David logra afianzar el poder de los israelitas en el Medio


Oriente, y a su muerte le sigue en el reinado su hijo el rey Salo-
món, que construirá un templo para su dios, dando fin al noma-
dismo de su nación. El templo construido por Salomón fue des-
truido por el rey babilonio Nabucodonosor II y reedificado por
el rey Ciro que facilito los recursos a Zorobabel. Este segundo
templo fue destruido por los romanos en el año 70 d. C. por las
legiones de Tito.

Pero ¿qué había ocurrido con los egipcios? El avance del im-
perio Persa hacia el 520 a. C. de la mano del rey Cambises II
dio a Egipto la primera experiencia de dependencia de reyes
extranjeros. Pero sería el griego Alejandro Magno en el 332 a. C.
que conquistaría Egipto. Posteriormente los griegos serán con-
quistados por los romanos. Durante estas épocas las sociedades
iniciáticas egipcias fueron absorbidas por los griegos y estos
a su vez por las romanas. Recalcamos que las sociedades ini-
ciáticas, siempre estuvieron ligados a las expresiones religiosas
conforme a su espacio-tiempo histórico.

Nuevamente es en Roma donde se vuelven a encontrar las


doctrinas religiosas egipcias y cristianas, así como otras que lle-
garon de diversos pueblos conquistados por los romanos, como
por ejemplo el dios Mitra, y todos ellos aportaron sus conoci-
mientos iniciáticos. Son los romanos quienes sincretizaron estos
conocimientos iniciáticos y religiosos, difundiéndolos “homo-
genizado” por toda Europa, Egipto y Medio Oriente, luego del
Concilio de Nicea. Por otra parte la masonería operativa que
64
hubo en Medio Oriente, Egipto, Grecia y Roma, fue difundida
por todo el Imperio romano, conforme fueron expandiéndose
sus conquistas. Cada Legión Romana llevaba consigo un “Cole-
gio de Constructores” (Fabri Tignari), para construir puentes y
otras obras de uso militar, durante la conquista, luego de el para
asentarse las legiones realizaban obras de interés civil como
los acueductos, fortalezas y otros.

Relieve del colegio de los constructores romanos (Fabri Tignarii), en las


laderas del monte Capitolino.

Cuando el Imperio romano colapso las naciones europeas del


medioevo vieron florecer a los masones operativos en todos los
países de Europa, hasta que la atención del papa y los monarcas
europeos darán lugar a las cruzadas que partirán a Jerusalén en
el s. XIX, para reunificar sin proponérselos, los antiguos conoci-
mientos de la masonería operativa de Oriente con la masonería
operativa europea, así como otros conocimientos iniciáticos.

LOS TEMPLARIOS EN JERUSALEN

La mayoría de los autores que refieren a los templarios, coinci-


de al afirmar que los nueve fundadores, realizaron excavaciones
en el subsuelo de la mezquita de Al-aqsa, en lo que habrían sido
las cuadras reales. ¿Qué podían buscar allí los caballeros? Es ló-
gico pensar que era algo realmente importante, pues los nueve
inicialmente no permitieron la admisión de nuevos ingresos en
65
la recién creada Orden. Parece que trabajaban en secreto, y que
esto debía ser guardado de las miradas ajenas.

El Tanaj o Biblia Hebrea que es la Biblia Cristiana, no es solo


un libro de religión. Es también un maravilloso libro de historia
antigua.

La existencia del Arca de la Alianza bajo el Templo de Salo-


món, es parte de la historia misma. Bajo la guía de Moisés, el
Arca viajó con los hebreos desde el desierto del Sinaí a Horma.
Muerto Moisés, bajo la dirección de Josué, pasó el Jordán y en-
tro en Palestina. En tiempos de Samuel el arca fue capturada
por los filisteos y llevada a Ashod, a Gath y después a Ekron.
Espantados los filisteos por los poderes del Arca, que provoca
muertes y enfermedades, es devuelta a los israelitas, quienes
la guardan en Kirjath-Jearim, de donde David la hizo llevar fi-
nalmente a Jerusalén. Salomón había de hacerla colocar en el
sancta sanctórum del Templo que mandó construir.

Concluida la construcción del templo, Salomón reunió en Jeru-


salén a todos los jefes de las tribus y a los ancianos, para traer
el Arca del Pacto de Jehová que se encontraba en Sion que era
la ciudad de David. Se reunieron con el rey Salomón todos los
varones de Israel en el mes séptimo Etanim, en el día de la fiesta
solemne. Todos los ancianos de Israel, y los sacerdotes tomaron
el arca de Jehová y el tabernáculo, así como todos los utensilios
sagrados que estaban en él. Y cuando los sacerdotes salieron
del santuario, la nube llenó la casa de Jehová. “Entonces dijo Sa-
lomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad.Yo he edi-
ficado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siem-
pre” (Santa Biblia I Reyes 8: 12 y 13). Y cuando se refiere el lugar
donde se ubicara el Arca del Pacto dice: “Y he puesto en ella
lugar para el arca, en la cual está el pacto de Jehová que él hizo
con nuestros padres cuando los sacó de la tierra de Egipto. Luego
se puso Salomón delante del altar de Jehová, en presencia de toda
la congregación de Israel, y extendiendo sus manos al cielo, dijo:
66
Jehová Dios de Israel, no hay Dios como tú, ni arriba en los cielos
ni abajo en la tierra, que guardas el pacto y la misericordia a tus
siervos, los que andan delante de ti con todo su corazón” (San-
ta Biblia I Reyes 8: 21 al 23). Después de esto, no hay ninguna
mención en los libros históricos si el Arca y los tesoros que lo
acompañaban, permanecieron allí o fue movido, solamente se
cuentan leyendas.

La tradición hace referencia a la multitud de objetos sagrados


que se guardaban en el recinto del Templo. Aparte de la men-
cionada Arca de la Alianza, este debió contener muchos tesoros
y objetos valiosísimos como el Candelabro de Siete Brazos, lla-
mado por los judíos Menorah, y la Mesa o Espejo de Salomón.
De la propia estructura del templo formaban parte dos colum-
nas denominadas Jakim y Boaz, que según dicen algunas fuen-
tes, contendrían grabada en sus paredes información de capital
importancia. Pero mucho antes de que llegaran los Templarios
el Templo ya había sido saqueado en varias ocasiones.

De la época del expolio de los persas, con Nabucodonosor II,


no se conserva ningún documento que haga referencia al teso-
ro. Tampoco sabemos si este fue restituido por parte de Ciro II
o si permaneció escondido en Jerusalén todo ese tiempo. No
se vuelve a tener ninguna noticia hasta que Tito y sus legiones
romanas arrasan la ciudad en el año 70 d. C., pero y aunque
tampoco sabemos a ciencia cierta cuál fue el botín que logró en
su saqueo, se menciona el traslado de la Menorah y de la Mesa
de Salomón.

Existen indicios que hacen pensar que el elemento más im-


portante del tesoro del Templo, el Arca de la Alianza, fue escon-
dido por los hebreos en un refugio previsto en caso de extrema
necesidad, que es citado por el sabio árabe Maimónides, quién
refiere la existencia de una cueva secreta debajo del primer
Templo construido por Salomón, que es recogido por la leyen-
da masónica del Templo de Salomón. Esta gruta, muy profunda,
67
habría sido construida por mandato del propio Salomón, quién
pronosticando una futura destrucción del Templo, decidió pro-
veer de un escondite seguro para el Arca. Esta posibilidad, de-
cíamos antes que es parte de las tradiciones masónicas de los
grados filosóficos. Existe otra prueba más de la existencia de
esta cueva: “los alimentos de las ofrendas que entraban en con-
tacto con los rollos sagrados de la Torá, los sacerdotes no admi-
tían que fueran arrojados a la basura”. Ellos crearon, un cemen-
terio de objetos sagrados llamado guenizá, y una vieja tradición
afirma que “cuando el Arca fue enterrada, se llevó a la guenizá el
recipiente que contenía el maná, porque había tenido contacto
con las Tablas de la Ley”.

Como ya hemos mencionado tanto en el Tanaj como en la Bi-


blia, Salomón había dicho refiriéndose a Jehová “habitarías en la
oscuridad”. Esta frase es sumamente significativa. Podemos por
tanto deducir que el rey Salomón se refería a un lugar oculto, a
salvo de las miradas y los actos de los hombres.

Salomón en prevención a cualquier saqueo de Jerusalén que


siempre estaba asediada, consideraba que el Arca de la Alianza
sería el primer objeto que los posibles vencedores desearían
obtener. Así cuando más de mil años después 9 caballeros reali-
zaron excavaciones secretas en los sótanos del antiguo Templo,
¿no buscaban los Templarios el Arca?

Por otra parte, ¿qué pudo motivar una búsqueda semejante


en pleno siglo XII, a nueve nobles cristianos a llevar acabo tan
extrañas tareas en el seno de la Ciudad Santa?

Algunos años antes de la búsqueda, en Francia dos hombres:


Hugo, conde de Champaña y San Bernardo de Claraval, tras va-
rios viajes a Tierra Santa entre 1104 y 1115 y Hugo de Cham-
paña, mantienen contactos con el Abad de la Orden del Cister,
Esteban Harding, a quién le dona tierras y funda la abadía de
Claraval. A partir de este momento los cistercienses, con ayuda
68
de rabinos judíos, comienzan a estudiar minuciosamente textos
sagrados hebreos. ¿Habría encontrado el conde de Champa-
ña documentos importantes en alguno de sus viajes? Tras ser
traducidos e interpretados, es posible que se organizara una
misión de búsqueda en Jerusalén, para lo cual fue necesario
contar con hombres devotos y leales. Esto que parece una cons-
piración, muestra, como van encajando las piezas de los propó-
sitos templarios.

Hugo de Payns, el primer maestre de la Orden del Temple, na-


tural de la región de Troyes en La Champaña, pertenecía a una
familia noble y emparentada con la del conde Hugo, y era primo
de San Bernardo. Este, que se erigió en el gran velador de los
Templarios en Francia, era a su vez sobrino de otro de los fun-
dadores de la recién creada orden militar, Andrés de Montbard.
Como vemos, la relación no es casual.

Los nueve primeros caballeros evitaron cuidadosamente que


su pequeña tropa aumentara. Esto carecía de toda lógica, si su
verdadero propósito fuera el de defender los caminos a tierra
santa. Los templarios rechazaban cualquier compañía con la ex-
cepción de la del conde Hugo de Champaña. Es alrededor de
1125 o 1126, cuando todo empieza a tomar forma.

En la tradición masónica, se dice que Salomón fundó una “Lo-


gia de Perfección” integrada por maestros, y que nueve caballe-
ros guardaban con sus espadas los nueve arcos que conducían
a la Cripta Sagrada. 9 caballeros guardaban el Arca y otros 9
trataban de encontrarla. 9 elegidos que han sido designados
para combatir a los infieles y sin embargo no se batirán. 9 hom-
bres designados que se comportarán como monjes, castos y sin
posesiones, nada deben distraerles ni desviarles de su tarea. La
misión está por encima de todo.

¿Tan importante es el Arca? Por el Libro del Éxodo sabemos


que el arca es un cofre de madera de acacia, revestido de oro
69
interior y exteriormente. Sus dimensiones eran 1,35 metros de
largo por 0.80 de alto y ancho, con cuatro querubines cuyas alas
se tocaban para formar el trono de Dios. Era tan sagrada que el
sólo tocarla provocaba la muerte repentina. Pero lo importante
no es el Arca en sí, sino su contenido: un recipiente con el maná,
la vara de Aarón y sobre todo, las Tablas de la Ley, grabadas en
piedra que recibió Moisés de su dios. Las Tablas de la Ley es
algo sumamente valioso pues es fuente de saber y de poder, y
ambos proceden de Dios. Se trata de una “ley divina”. Inscritos
en ellas estaban las tablas del Testimonio, la ecuación cósmica,
la ley del número, medida y peso, que la cábala dicen puede
descifrar. Poseer las Tablas de la Ley significa tener posibilidad
de acceso al conocimiento de la “Ley que rige los mundos”.

Moisés no engañaba al pueblo hebreo cuando le prometía do-


minio por las Tablas de la Ley. Esa era la razón por qué Esteban
de Harding y Bernardo de Claraval se dedicaban en su abadía
al estudio de los textos hebraicos traídos de Jerusalén por Hugo
de Champaña. Porque los textos hebreos son el tratado de lec-
tura de las piedras, pero estas si aún existen, se hallan en algún
lugar bajo el Templo de Salomón, y alguien tiene que ir a bus-
carlas. Y allí entran en escena los Templarios.

¿Fue una misión culminada con éxito? ¿Encontraron los Tem-


plarios el Arca? No hay una respuesta sincera a esta cuestión.
Sin embargo, algo ocurrió a los nueve años -otra vez el nueve-
de iniciada la misión: Hugo de Payns y otros cinco Templarios
regresan a Francia.

Según la historia oficial, en 1127 Balduino II, rey de Jerusalén,


se halla en dificultades por falta de combatientes y recurre a la
ayuda del Papa.

Balduino II envía un mensaje de socorro y pide al maestre tem-


plario que sea él su embajador ante el pontífice. Hugo de Payns
no era ni consejero ni mensajero del rey, sino que es el cabeci-
70
lla de una tropa militar creada expresamente para la defensa
del nuevo reino cristiano. Por ello cuando menos es sospechoso
que Balduino recurriera al caballero templario para semejante
misión, en vez de encomendársela a uno de sus embajadores,
o en ausencia de estos, a cualquier otro noble de confianza no
asentado de forma permanente en Tierra Santa, que después
de cumplir su voto de cruzado retornase a su hogar, algo muy
común en la época.

Pero el rey envía al maestre templario y este parte con seis de


sus nueve caballeros, abandonando sus deberes en Ultramar.
Balduino II aprovecha un viaje expreso de los miembros del
Temple para encomendarles la tarea. Un viaje que suponemos,
se realizaba acatando un plan establecido desde el otro lado,
posiblemente por San Bernardo. “Los caballeros habían tenido
éxito en su misión y debían volver a occidente”. A partir de ese
momento van a darse grandes cambios que van a afectar a la
Orden del Temple y a toda Europa, el propio San Bernardo da
una pista que apoya esta suposición. Lo primero que hizo fue
gestionar a favor de su pariente Hugo de Payns y los Templarios
que le acompañaban, una acogida positiva y cordial por parte
del Papa Honorio II, a quien los fundadores del Temple estaban
a punto de visitar en Roma. De acuerdo con la propuesta de Ber-
nardo, en la primavera de 1228, se celebró un concilio extraor-
dinario en Troyes. Los caballeros hasta ese momento, aunque
acogidos a la regla monástica de San Agustín, eran laicos, pero
tras el Concilio de Troyes los Templarios se convierten en ver-
daderos monjes, integrantes de una orden religiosa plena y no
de una simple agrupación de caballeros.

Además, se encarga al Abad de Claraval para que redacte


una Regla original para la nueva Orden del Temple, y San Ber-
nardo escribe: “La obra se ha llevado a cabo con ayuda de Nós.
Y los caballeros han sido convocados en la Marca de Francia y de
borgoña, es decir, en Champaña, bajo la protección del conde de
Champaña, allí donde pueden tomarse todo tipo de precauciones
71
contra la injerencia de los poderes públicos o eclesiásticos; allí
donde, en esta época, se puede asegurar del mejor modo posible
un secreto, una custodia, un escondite”.

Como ya se dejó entrever, tres años antes, Hugo de Cham-


paña, uno de los más grandes señores feudales de Francia, ha-
bía abandonado sus tierras y repudiado a su mujer e hijos para
unirse a la Orden.

San Luis, rey de Francia, recibe en Egipto a los mensajeros del viejo de la
montaña (lider de la secta de los asesinos) en 1251.

Bien, entonces ¿no hay ningún misterio sobre dónde encon-


traron su riqueza los templarios originales? Eso requiere de
una mejor explicación. No era solo del tesoro encontrado en
los establos de Salomón debajo del Monte del Templo, que era
considerable, o de las donaciones de nobles de toda Europa.
También se dice que, provino de los elusivos descendientes
egipcios de los adoradores de Aton (Atonistas o Setianos) así
como de aún más antiguos grupos iniciáticos, probablemente a

72
través de los Gaonim que necesitaban una cobertura mientras
reubicaban su sede y teatro de operaciones en Europa, Gran
Bretaña y el Nuevo Mundo. Pruebas recientes de los “Rollos de
cobre” esenio, descubiertos bajo las arenas de Qumran corro-
borarían esta afirmación:

“El argumento de Feather describe de manera muy adecuada


por qué y cómo esta migración de israelitas de Egipto durante el
Éxodo pasó a llevar consigo un tesoro y un mapa del tesoro. Existe
la posibilidad de que parte de este tesoro fuera la riqueza real
de Moisés mismo como el príncipe de Egipto, probablemente
también la riqueza de la casta de sacerdotes monoteístas que to-
davía existía en la época de Moisés y con la que él identificó”
(Prof. Ellens (Introducción a The Mystery of the Copper Scroll de
Qumran de Robert Feather: The Essene Record of the Treasure
of Akhenaton, cita de Michael Tsarion en “Poder de los Templa-
rios”).

El rollo de cobre solo proporciona detalles que muestran que


los esenios poseían una riqueza colosal que se remonta al Egip-
to Antiguo. El profesor Feather estima que la cantidad de oro y
plata, en moneda moderna, asciende a más de 1500 millones
de dólares. Esta riqueza, supuestamente fue guardada en forma
secreta en varios lugares de Israel después de la destrucción
romana del segundo templo de Jerusalén, en el año 70 d. C., y
nunca fue localizado. De allí parte el supuesto que podría haber
sido descubierto y apropiado por los templarios.

La gran riqueza de los templarios también provino de sus tra-


tos comerciales secretos con los piratas de Silesia (de origen
persa), y de los ricos comerciantes italianos que los suministra-
ron durante su estancia en Tierra Santa durante la Primera Cru-
zada. Muchos comerciantes italianos y hombres de gran riqueza
formaban la Orden de los Caballeros Hospitalarios, un grupo
estrechamente asociado con los templarios. La orden anterior
todavía existe bajo el nombre de Caballeros de Malta. Su sede
73
está en Roma, cerca de la ciudad del Vaticano. También operan
bajo un disfraz -La Orden de San Juan de Jerusalén- con su ca-
beza y patrona, la Reina Isabel II, relacionada con la sangre de
Andrew Bertie, jefe fallecido de los Caballeros de Malta.

La riqueza de los templarios se incrementó con los préstamos


de dinero. Aunque como cristianos, los templarios no podían
prestar dinero abiertamente a intereses, pero superaron este
problema al reclutar secretamente a judíos franceses, españoles
y portugueses que se beneficiaban de la usura. La vasta rique-
za acumulada por los banqueros judíos no es, por lo tanto, pro-
pia. Los oligarcas judíos han estado durante mucho tiempo en
una relación de “borla al bolso” con sus superiores templarios,
un hecho que aún no se reconoce ampliamente. Estos actos de
préstamos bancarios, son una clara prueba de que los templa-
rios no eran precisamente buenos cristianos, o que son cristia-
nos solo de nombre, ya que los cristianos por entonces, estaban
prohibidos de hacer préstamos. “Las religiones del cristianismo,
el islam y el judaísmo han servido durante mucho tiempo como
frentes útiles para las sociedades secretas de este nivel de élite”.

Es probable que los Gaonim, quienes durante mucho tiem-


po habían sido adoradores de la diosa que se escondían detrás
de un frente de judaísmo religioso, permitieran luego emerger
como Francmasones y también como Sabateanos, liderados por
Sabbatai Zevi y Jacob Frank, uno de los cofundadores de los Illu-
minati. Muchas sociedades secretas esquivas se esconden de-
trás del velo del judaísmo ortodoxo y el cristianismo. De hecho,
el emperador romano Constantino, el fundador del cristianismo
ortodoxo, fue un miembro de toda la vida del Sol Invictus, una
secta Atonista-Mitraista. Los miembros de estas sociedades fue-
ron despreciados por los judíos y los cristianos comunes, que
los combatieron a sangre y fuego, luego del Concilio de Nicea
hasta desaparecerlos en algunos casos y en otros absorberlos
o sincretizarlos. Esta son pues las extrañas “hermandades místi-
cas” a los que se refiere Helena Blavatsky.
74
La dinastía merovingia de Francia aparentemente descendía
en parte de los francos sicambrianos, una tribu germánica de
guerreros eficientes, que eran principalmente agricultores. Más
tarde se convirtieron en orfebres y comerciantes de oro, y no
en nobles y regentes como se podría suponer. La riqueza de
los templarios que administraban como oro y metales precio-
sos representa una gran parte de su experiencia. Los merovin-
gios-templarios se convirtieron posteriormente en los princi-
pales prestamistas y banqueros de Europa. Los historiadores
reconocen que, desde el principio, la reputación de los mero-
vingios era menos que sana. El historiador Hutton Webster dice:

Los descendientes de Clovis se llaman merovingios. Ocuparon


el trono de los francos durante casi doscientos cincuenta años. Los
anales de sus reinados forman un desagradable catálogo de gue-
rras sangrientas, asesinatos horribles y hechos de traición sin
número. Sin embargo, los merovingios anteriores eran hombres
fuertes, bajo cuya dirección el territorio franco continuó expan-
diéndose, hasta que incluía casi todo lo que ahora es Francia, Bél-
gica y Holanda, además de una parte considerable de Alemania
(Hutton Webster, Historia europea temprana).

Algunos eruditos han observado similitudes entre los maso-


nes, templarios y los antiguos esenios, y no cabe duda de que
tanto los masones, templarios como los cistercienses tomaron
prestadas algunas costumbres y creencias de la velada secta
judía, aparentemente descendiente de la orden sacerdotal is-
raelita de Zadok (o Melquisedec). 

LOS MEROVINGIOS ¿DESCENDIENTES DE JESÚS?

La dinastía merovingia fue una estirpe familiar germánica que


gobernó la actual Francia, Bélgica, una parte de Alemania y de
Suiza entre los siglos V y VIII. Eran descendientes de Meroveo
(Mérovée), Rey de los Francos Salios. Poco se conoce de la vida
de Meroveo, el cual es citado por Gregorio de Tours en le His-
75
toria de los Francos y su nombre da origen a la estirpe de los
Merovingios.

A los merovingios los sitúan, como descendientes de María


Magdalena. La dinastía Merovingia, procede de las tribus de los
sicambros, situados en territorios germánicos y luego los deno-
minaron francos, cuando se desplazaron hasta la zona norte de
la actual Francia.

En el Siglo V, la invasión de los hunos, contra el Imperio Roma-


no, provoca un vacío de poder, que aprovechan los sicambros,
y se desplacen hacia Francia y Bélgica, a las regiones de las
Ardenas y Lorena, creando el reino de Australasia.

Los merovingios amparan su entronque con la descendencia


de Cristo, basados en dos teorías:

1.- La tribu de Benjamín, a la que pertenecía María Magdalena,


habría sido expulsada de Israel, desplazándose hacia “Arcadia”
(parte de la actual Grecia, lo que antiguamente pudo ser Troya)
y posteriormente, habrían subido hacia el Danubio y después
se dirigieron hacia en Rhin, instalándose en los territorios ger-
mánicos, de la desaparecida Alemania Occidental.

2.- María Magdalena, arribo a las costas Francesas con su des-


cendencia y entronco con los Merovingios. María, natural de
Magdala, conocida como María de Magdala o María Magdale-
na, es la Santa más citada por los Evangelistas. Superando en
citas, a la madre de Jesús, la Virgen María. Ello, hace suponer,
que tuvo una importancia crucial en la vida de Jesús. Con cer-
teza, sabemos que María de Magdala, era la hermana de Marta
y Lázaro, el hombre a quien resucitó Jesús; la mujer, que lavó y
secó con sus cabellos, los pies de Jesús; y es la primera persona,
a la que se aparece Jesús, después de resucitado.

Se ha difundido conjeturas, como que María Magdalena, cons-


76
piró para salvar a Jesús, de la muerte por Crucifixión, ya que los
crucificados, tardaban dos o tres días en morir, por lo que era
costumbre, acabar con la vida de los mismos, rompiéndoles las
tibias y el cráneo. A Jesús, no le rompieron ningún hueso y la
comprobación de su muerte, se realiza lanceándolo, en el lado
derecho del costado. Jesús, conforme a la tradición cristiana fue
crucificado sobre las 11 de la mañana y cuando descuelgan el
cuerpo, es alrededor de las 3 de la tarde, es decir, permaneció
crucificado unas cuatro horas.

Los defensores de estas teorías, argumentan, que Magdalena


y sus cómplices, entre los que se encontrarían José de Arimatea,
Nicodemo y otras importantes e influyentes personalidades,
consiguieron sobornar a los guardianes: para retrasar la ejecu-
ción, de forma, que Jesús permaneciese el mínimo tiempo cru-
cificado y le administraron drogas que lo dormirían, para dar
la sensación de estar muerto. La famosa hiel con vinagre, que
le acercan a la boca, sería una droga, que produce un profundo
efecto de somnolencia.

77
Los Merovingios, se consideraban la personificación y encar-
nación de la Gracia de Dios. Una figura similar a la de Jesús, por
ello, siempre alentaron la búsqueda y creación de vínculos que
los emparente, usando como vinculo a María Magdalena, dando
origen en esta época a la Leyenda del Santo Grial.

Los Merovingios, eran Reyes que reinaban, pero no Gober-


naba, eran realmente Reyes sacerdotes. Por ello fuero consi-
derados Reyes Vagos y se les acuso de dedicarse a las artes
esotéricas, lo que les valió el sobrenombre de Reyes Brujos o
Taumaturgos. Eran Reyes con grandes melenas, pues creían,
que su poder residía en el pelo y eran reacios a cortárselo. Tam-
bién se decía, que llevaban una mancha a la altura del corazón,
que les diferenciaba del resto de los mortales.

Las leyendas, afirman que Meroveo, era hijo de dos padres.


Pues, estando embarazada su madre del Rey Colodión, esta se
78
fue a bañar, siendo seducida por una criatura marina el Quino-
tauro, que la fecundó por segunda vez, de forma, que Meroveo
llevaba la sangre de los francos y el Quinotauro. La dualidad de
Padres, uno humano y el otro semidivino, parece un símil busca-
do para entroncar con línea de paternidad de Jesús y la raíz de
que los Merovingios eran los poseedores del Sangreal.

Entre el año 384 y 399 el Obispo de Roma, comienza a llamarse


Papa y pretende ejercer la autoridad religiosa sobre todas las
demás Iglesias con las que estaba en conflicto. La iglesia Celta,
con gran fuerza no aceptaba su autoridad.

Arrianos. Ampliamente difundidos por lo que es actualmente


Francia, negaban la Divinidad de Jesús e insistían en su Huma-
nidad. La iglesia necesitaba un nuevo Constantino y Clodoveo
que ya gobernaba en gran parte de Francia y Alemania, necesi-
taba la investidura de la Iglesia. Clodoveo, adopta como símbo-
lo la Flor de Lis e inicio la expansión en el año 507, venció a los
visigodos del sur de Francia en la batalla de Vanille, acabando
así con uno de los focos del arrianismo.

79
Entre los reyes merovingios que fueron conspiratoriamente
depuestos del trono francés hace más de mil trescientos años se
citan asimismo a los sicambros, descendientes de la tribu judía
de Benjamín, que emigraron sucesivamente a la Arcadia, a Sici-
lia, a los Alpes y a las orillas del Rin. De Meroveo hasta Clodo-
veo, los reyes merovingios, apodados los Ursus, fueron paganos
entregados al culto de Diana. El famoso jarrón de Soissons con-
tenía muestras de la sangre de los treinta y nueve primeros re-
yes francos, que fueron merovingios. La dinastía de los carolin-
gios y la de los capetos (el rey Felipe el Hermoso, destructor de
la Orden del Temple, era un Capeto) no eran legítimas, ya que
el último rey merovingio, Dagoberto II, asesinado en el año 679
cerca de Stenay, en las Ardenas, tenía un hijo, Sigisberto IV, que
escapó a la suerte de su padre, fue salvado por un tal Meroveo
Levy, puro sicambro, quien le llevó en secreto a Rennes-le-Châ-
teau. Sigisberto IV, llamado Plant-Ard (Retoño Ardiente), se casó
con la hija del rey visigodo español Wamba y dio nacimiento al
linaje de los condes del Razès, del que provenían también los
Blanchefort.

Este linaje es el único que puede pretender legítimamente


al trono de Francia. Tal era, según el secreto genealógico-di-
nástico contenido en los pergaminos encontrados por el abate
Saunière en la Iglesia de Rennes-le-Château y que estaban acu-
ñados, por el sello de Blanca de Castilla. El linaje cripto-mero-
vingio se perpetuó en la sombra hasta nuestros días, de modo
que el “Rey Perdido”, el “Gran Monarca” (pues este regio linaje
tendría su origen en el vástago del propio Jesús tras su unión
con María Magdalena, que fue llevada tras la crucifixión clan-
destinamente a la Galia donde se refugió, pues ya existían allí
comunidades judías), está presente de incógnito entre nosotros,
y cuando llegue el momento, se manifestará. Pero el Rey Perdi-
do no lo estaba para todo el mundo, ya que hacía mucho tiempo
que una temible sociedad secreta, el Priorato de Sión, conocía
el secreto. Esta sociedad tuvo su nacimiento en la unión de tres
grupos de iniciados:
80
1.-los monjes de la abadía del Monte Sión, fundada en 1099 en
Jerusalén por el jefe de la Primera Cruzada, Godofredo de Boui-
llon, que era un sicambro;
2.-los seis (o trece) Sabios de la Luz, discípulos de un tal Ormus
y que tenían como emblema la Rosacruz y,
3.-finalmente, por los últimos esenios, la secta judía de la que
procede el Cristianismo y a la que se deben los manuscritos del
Mar Muerto.

El Priorato de Sión se proponía como doble objetivo propagar


el Cristianismo esotérico de San Juan y defender la cripto-di-
nastía merovingia. La Orden del Temple, creada en 1118, no era
más que su brazo secular, al que proporcionaba ya fuese sus
Grandes Maestros oficiales, ya fuese sus Grandes Maestres se-
cretos. Estos hechos no pueden ser totalmente ignorados debi-
do a ciertos detalles históricos: En el año 886, el “Retoño Ardien-

81
te” de la estirpe merovingia, Sigisberto IV, ya había devenido en
un amplio y complejo árbol genealógico. Bernard Plantavelu y
los duques de Aquitania constituían una de sus ramas genealó-
gicas. Había otras ramas también, pues los documentos Prieuré
declaran que Sigisberto VI, el nieto de Sigisberto IV, era conoci-
do como el “príncipe Ursus”, que entre 877 y 879, fue proclama-
do oficialmente “rey Ursus”, en una ceremonia eclesiástica cele-
brada en Nimes. Con la colaboración de los nobles Bernard de
Auvergne y el Marqués de Gothie encabezó una insurrección
contra Luis II de Francia en un intento de recuperar su legítimo
patrimonio. Varios historiadores confirman que tal insurrección
tuvo lugar entre 877 y 879. Estos historiadores aluden a Bernard
de Auvergne y al marqués de Gothie, si bien no dicen que el
líder de la insurrección fuese Sigisberto VI, pero hay alusiones
a un individuo llamado el “príncipe Ursus”.

Durante cuatro siglos la sangre real merovingia se mezcló a


través de numerosos árboles genealógicos. Finalmente, parece
que dio fruto. Y el fruto fue Godofredo de Bouillon, duque de
Lorena. Y aquí, en la casa de Lorena, estableció un nuevo patri-
monio.

Godofredo sería más que duque de Lorena. De hecho, sería un


rey legítimo, un pretendiente legítimo de la dinastía depuesta
con Dagoberto II en el año 679. Pero era también rey sin reino; y
la dinastía capeta de Francia (apoyada por Roma) estaba dema-
siado consolidada para que pudiera destronarla.

¿Qué se puede hacer si se es rey y no se tiene reino? Quizá buscar


un reino. O crearlo. El reino más precioso de todo el mundo:
Palestina, la Tierra Santa, el suelo que pisara el mismísimo Jesús.
¿Acaso el gobernante de semejante reino no sería comparable
a cualquier otro de Europa? ¿Y acaso, al presidir el más sagrado
de los lugares de la Tierra, no se cobraría una dulce venganza
de la iglesia que traicionara a sus antepasados cuatro siglos an-
tes?
82
La pregunta queda ahí... pero entendemos que la respuesta
es lógica y clara y más si tenemos en cuenta la importancia que
tenía Jerusalén para todo el Cristianismo, hasta el punto de que
muchos reyes y emperadores abandonaban sus reinos para ir
a conquistar estar tierras santas poniendo en peligro no solo
el reino abandonado en Occidente sino que también hasta su
propia vida. ¿Todo esto es leyenda o conjetura? Vos tiene su opi-
nión.

¿QUE SE DICE DE LOS TEMPLARIOS?

Nada permanece estático en el mundo de sociedades secre-


tas. Hay disputas y trastornos menores y mayores en todos los
niveles, por no mencionar las rivalidades entre miembros indi-
viduales y ramas enteras de algunas órdenes. Algunas disputas
y conflictos internos se dan a conocer públicamente, mientras
que otros ocurren sin ser vistos por personas comunes. Los in-
vestigadores han escrito libros excepcionales sobre estos asun-
tos para mostrar cómo las actividades de las sociedades secre-
tas impactan y dan forma a la historia mundial.

Veamos lo que dicen algunos autores:

“... Los templarios se convirtieron en sirvientes y compañeros de


reyes y príncipes: desde el principio eran familiares de confianza
en las cortes reales... Los tratos financieros de los templarios los
condujeron directamente a los tesoros reales, de los cuales fre-
cuentemente eran guardianes. Desde principios del siglo XIII en
adelante, el Temple de París fue en efecto el Tesoro Real de Fran-
cia” (Peter Partner, The Magic Asesineados) 

“Como resultado, los reyes fueron influyentes en los asuntos del


Temple: tanto Richard I de Inglaterra como Saint Louis de Francia
nominaron a su propio candidato para el cargo de Gran Maestro
del Temple”. Ibid 

83
“Alexander III fue el más lujoso de todos los papas en privilegios
para la Orden de los Templarios, tal vez porque les pidió prestado
dinero. A partir de este momento, los templarios fueron camare-
ros y almoneros papales: también participaron en la recaudación
de impuestos cruzados... Los Caballeros de la Orden a menudo se
encontraban entre los guardaespaldas e íntimos del papa”. Ibid 

“... durante un siglo y medio, no se tomó ninguna decisión im-


portante en Tierra Santa sin consultar a los Grandes Maestros de
las Órdenes Militares”. Ibid

“Estaban profundamente involucrados en la construcción de una


red de suministro en toda Europa para la supervivencia práctica
y participaron en actividades agrícolas, construcción de barcos,
cría de caballos, construcción de castillos, fabricación de armas y
contabilidad. Eventualmente desarrollaron su propio clero y fue-
ron recompensados ​​con privilegios papales que se extendieron
hasta el ámbito de la política y la guerra. Se convirtieron en una
fuerza de su propio derecho, el ejército privado del papa, libre de
lealtad externa a los reyes europeos y al baronaje palestino” (Ja-
mes Wasserman, El Templo de Salomón)

“La Orden también se hizo extremadamente rica, y en última


instancia funcionó como banqueros para quienes viajaron por la
peligrosa ruta de Europa a Tierra Santa y buscaron proteger su
riqueza depositándola en la confianza de los bastiones templarios
europeos. Los templarios desarrollaron así la práctica moderna
de las cuentas corrientes. Un peregrino colocaría fondos en Euro-
pa y recibiría un certificado de depósito firmado. Mientras viajaba
y cuando llegaba a Tierra Santa, podía sacar efectivo de los bas-
tiones de los templarios para satisfacer sus necesidades”. Ibid. 

“... la orden de los templarios acumuló vastas propiedades de


tierra en Europa donadas por aristócratas ricos que buscaban los
beneficios espirituales de las donaciones caritativas”. Ibid.

84
“A principios del siglo trece, los templarios se habían converti-
do en los banqueros internacionales de Europa y fueron nombra-
dos tesoreros de la familia real francesa y del Vaticano” (Michael
Howard, Conspiración Oculta) 

“Casi de inmediato los templarios se convirtieron en banqueros


de todos los tronos de Europa. Les prestaron dinero a monarcas
armados a bajas tasas de interés y transfirieron dinero para ban-
queros mercantes... Se convirtieron en cambistas y poderosos ca-
pitalistas que dirigían la diplomacia entre monarcas. En Inglate-
rra, al Maestro del Temple pronto se le dio prioridad sobre todos
los demás miembros de la familia y abades” (Nicholas Hagger,
Historia secreta de Occidente)

“... los templarios tenían más de nueve mil mansiones en toda


Europa, además de fábricas y mercados. Además de estas propie-
dades que producen ingresos, los templarios tenían otras fuen-
tes de ingresos. Lo tomado o compartido por cualquier hermano
fue a la orden. Durante sus doscientos años de existencia, más de
veinte mil iniciados trajeron dotes de tierra o dinero a la orden”
(John J. Robinson, Nacido en sangre)

“Los Caballeros Templarios llegaron a poseer fincas de diferen-


tes tamaños dispersas por toda Europa desde Dinamarca, Escocia
y las Islas Orcadas en el norte, hasta Francia, Italia y España en
el sur. Solo en Inglaterra y Gales tenían más de 5.000 propieda-
des. También extendieron sus intereses a África, estableciendo
una presencia importante en Etiopía, donde el Libro Esenio de
Enoc fue redescubierto muchos siglos después” (Christopher
Knight y Alan Butler, The Hiram Key Revisited) 

“... los templarios fueron establecidos firmemente en Inglaterra


por 1154 y ya había obtenido tierras, privilegios y exenciones de
importancia. Esta fue la base sobre la cual los Templarios debían
construir su gran edificio de poder, riqueza e influencia” (Thomas
Parker, Los Caballeros Templarios en Inglaterra) 
85
“En su calidad de agentes financieros de la corona... se convir-
tieron durante un tiempo en parte directa de la administración
del rey... En asuntos económicos, los templarios desempeñaron
su papel más importante. Ricos de sus propias tierras y bienes
que administraban de manera eficiente, constantemente activos
en el comercio y el comercio de los que se beneficiaban, y pro-
fundamente preocupados por los asuntos financieros en los que
se comprometían de manera efectiva y creativa, los Templarios
se convirtieron en contadores expertos, administradores sobresa-
lientes y promotores activos de crédito ... En un sentido muy real,
durante los últimos siglos XII y XIII, fueron los mejores banqueros
de Inglaterra, que ensombrecían fácilmente a los judíos, pero, al
final, fueron eclipsados por
​​ los comerciantes italianos”. Ibid.

“La estrecha relación de los templarios con la corona inglesa


también se ve en la concesión de privilegios para ellos y en su
uso como funcionarios y asesores de los reyes en asuntos políti-
cos, administrativos y económicos. A sus privilegios religiosos y
la exención de impuestos eclesiásticos de todo tipo e indepen-
dencia de toda autoridad eclesiástica, excepto la del papa, deben
agregarse sus privilegios políticos, que les han sido otorgados y
confirmados repetidamente por todos los reyes desde Stephan
hasta Edward I, y de exención de los impuestos seculares y las
cargas feudales ordinarias y de la jurisdicción sobre sus tierras
y personas y también sobre los de sus vasallos e inquilinos. Estos
privilegios hicieron a los templarios independientes de las auto-
ridades eclesiásticas y laicas locales y responsables solo ante el
papa y el rey”. Ibid. 

“Esto le dio a los templarios un gran poder para influir en la


toma de decisiones, y actuaron regularmente como árbitros de
monarcas en guerra” (Alan Butler y Stephen Dafoe, The Knights
Templar Revealed).

“Tenemos derecho a preguntar: “¿De dónde provino el ímpetu


financiero para comenzar el imperio templario?” Los nueve caba-
86
lleros que asistieron a la reunión de Troyes de 1128 eran, según
los informes ortodoxos, “pobres”. De hecho, esto se refleja en el
nombre elegido para la orden porque eran los “Caballeros pobres
de Cristo y el Templo de Salomón”. Nada podría estar más lejos
de la verdad, ya que incluso si los mismos caballeros fundadores
no fueran de rango aristocrático de rango medio... Partidarios ex-
tremadamente ricos, entre los que destaca el fabulosamente rico
Hugh Count of Champagne. Pero todo el dinero en Champagne
no podría haber financiado las hazañas de los templarios solo en
el campo de batalla”. Ibid.

“Los templarios estaban lejos de ser un grupo de santos sol-


dados. Se involucraron a gran escala en la banca internacional y
dirigieron la mayor flota de buques mercantes que se vieron has-
ta ese momento. Los templarios poseían y controlaban ciudades
enteras y, lo que es más importante, debido a sus planes de prés-
tamo de dinero, también controlaban a los jefes coronados de
muchos estados, que se endeudaban profundamente con ellos”
(Alan Butler, Ciudad de la Diosa)

“Habían entrado en la escena como “Pobres Compañeros Solda-


dos de Cristo”, pero ninguna descripción podría haber sido me-
nos precisa. Entre sus filas se encontraban las personas más ricas
de Europa: los principales banqueros de Londres y París, entre
cuyos clientes se encontraban Blanche de Castilla, Alphonso de
Poitiers y Robert de Artois. Los ministros de finanzas de Santiago I
de Aragón, y Carlos I de Nápoles y el consejero principal de Luis
VII de Francia eran todos templarios” (Harun Yahya, Los Caballe-
ros Templarios)

“En 1139, el toro papal fue emitido por el Papa Inocencio II,
un antiguo monje cisterciense en Clairvaux y protegido de San
Bernardo. Según este toro, los templarios no deberían lealtad a
ningún poder secular o eclesiástico que no sea el mismo Papa. En
otras palabras, fueron totalmente independientes de todos los re-
yes, príncipes y prelados, y de toda interferencia de las autori-
87
dades políticas y religiosas. Se habían convertido, en efecto, en
una ley para sí mismos, en un imperio internacional autónomo”
(Baigent, Lincoln y Leigh, Holy Blood, Holy Grail).

“La Orden había desarrollado sistemas para la recolección,


el almacenamiento seguro y el transporte de grandes sumas de
efectivo. y otros objetos de valor en el oeste para llevar al este. Los
Templos Nuevos en Londres y en París fueron muy utilizados por
los comerciantes para depositar objetos de valor... Hay muy pocas
cuentas quejándose de los Templarios que maltrataron el dinero
depositado con ellos” (Helen Nicholson, Los Caballeros Templa-
rios).

“... los Templarios se mantuvieron absolutamente centrales a


todo lo que estaba sucediendo en Europa, y más aún fueron en
parte instrumentales en la formación del mundo occidental como
lo conocemos hoy en día” (Alan Butler y Stephen Dafoe, Los gue-
rreros y los banqueros).

Estos hechos y cuentas de los templarios, que son menciona-


dos por los diversos autores, no incluyen las tenencias de ór-
denes estrechamente relacionadas, como los cistercienses, los
hospitalarios, la Orden de Sión, la Orden de Cristo, la Orden de
Montessa, los Caballeros de Colón, el Opus Dei, etc. En la cima
de su poder, dicen que es posible que los hacía más ricos que el
papado, reyes o cualquier otra organización iniciática o profana.

Muchos escritores afirman que los templarios finalmente
perdieron su increíble riqueza y desaparecieron de la histo-
ria. Otros dicen que estos escritores están mal informados y que
es absolutamente falso que estas riquezas hayan desapareci-
do. Los registros públicos y privados que dieron esta impresión
fueron compuestos y manipulados por sus propios agentes, la
legión de clérigos designados (los escuderos, mariscales, sar-
gentos, senescal, mayordomos, capellanes, etc.) que sirvieron
lealmente a sus amos a lo largo de los siglos hasta el presen-
88
te. Los clérigos burócratas, en gran parte anónimos, que diri-
gían el imperio templario, constituyen un suborden universal
de inmensa riqueza, poder, conocimiento e influencia. Ellos y
sus empleados operan por encima de la ley. Alterar algunos do-
cumentos históricos fue un fácil para ellos. Tras la gran purga y
dispersión de la orden, a principios del siglo XIV, era su deber
ocultar las identidades y el paradero de sus empleadores, los
templarios mayores, así como la evidencia de sus considerables
posesiones mundiales. 

MASONES Y TEMPLARIOS.

Algunos intentaron negar cualquier conexión histórica legíti-


ma entre la masonería y el templarismo, prefiriendo que la gen-
te creyera que la conexión fue hecha en el siglo dieciocho por
los creadores de los altos grados de la masonería, como el ca-
ballero Ramsay, Charles Radcliffe, Samuel Rosa, Karl von Hund
y otros, quienes supuestamente deseaban atraer a las clases al-
tas a la masonería, “creando la impresión de que la fraternidad
estaba históricamente vinculada con los nobles caballeros de la
cruzada romántica”. Algunos creen que la masonería se vinculó
con los templarios para atraer miembros católicos. Otros creen
que los templarios se incorporaron a los altos grados de la Ma-
sonería para atraer a los que tienen una inclinación esotérica.

Nicolas de Bonneville, Samuel Pritchard, Augustine de Barruel,


Christoph Bode, Marqués de Luchet, Louis de Gassicourt, Joseph
Hammer, Eliphas Levi y otros, advertían correctamente que la
albañilería había sido infiltrada sistemática por los templarios
desde la época de los cruzados.

Los masones operativos tuvieron como patrones de la orden a


Juan Bautista y Juan Evangelista. El 24 de junio es el día de San
Juan Bautista y el 27 de diciembre se celebra la fiesta de San
Juan Evangelista. Cada uno de estos días coinciden en cerca-
nía con los dos solsticios, de verano y de invierno, respectiva-
89
mente, siempre que nos refiramos al Hemisferio Norte; porque,
naturalmente, en el hemisferio Sur, las estaciones están inver-
tidas. Para los masones estas fechas son festividades solsticia-
les, cuyos festejos se pierden en la noche del tiempo, en clara
alusión a que los orígenes de la masonería están ligados a las
culturas más antiguas de la humanidad, que la arqueología, así
como los textos sagrados de las tres religiones más antiguas del
mundo lo ubican en el Sinar (Sumeria). Los templarios pueden
haberse adherido a las enseñanzas de Juan el Bautista en lugar
de Jesucristo en secreto y en forma herética. Muchos eventos
en el mundo templario se corresponden con la fecha del 24 de
junio, día de la fiesta de Juan el Bautista.

El origen real de los templarios está envuelto en el misterio.


Originalmente había nueve caballeros: Hugh de Payens, Geo-
ffrey de Saint-Omer, Rossal, Gondamer, Geoffrey Bisol, Payen de
Montdidier, Archambaud de St. Agnat, Andre de Montbard y el
Hugh Count de Champagne. Hugh era un noble increíblemen-
te rico. Su compañero el caballero Hugh de Payens (Paganus
o Pagan) dirigió la orden después de que murió Bouillon. Él y
Bernard de Clairvaux ayudaron a aumentar el reconocimiento y
la reputación de los templarios en los primeros años.

Tenemos ideas románticas sobre los caballeros y su caballe-


rosidad y valor. Sin embargo, el mismo Bernard de Clairvaux
comentó abiertamente la perfidia de la mayoría de los caba-
lleros cruzados que partían hacia Tierra Santa bajo la bandera
del cristianismo. Él escribió: “Es realmente conveniente que en-
cuentres muy pocos hombres en la vasta multitud que corren a la
Tierra Santa que no han sido incrédulos sinvergüenzas, saquea-
dores sacrilegios, homicidios, perjuros, adúlteros, cuya salida de
Europa es sin duda un doble beneficio. Al ver que la gente en Eu-
ropa se alegra de ver su parte posterior... Sin duda es beneficioso
para quienes viven en ambos lados del mar, ya que protegen a
un lado y evitan que abusen del otro”. Hasta aquí la virtud de los
templarios. Es por una buena razón que tanto la Iglesia como la
90
gente consideraron a los caballeros como grupos oportunistas
sedientos de sangre. Su carácter y motivos no se volvieron más
sagrados a través de los años. Clairvaux y De Payens solo tenían
que dedicarse a la sofisticación para cubrir con azúcar y santi-
ficar los actos viles de su tropa de caballeros, haciendo que sus
atropellos parecieran morales y piadosos. Hasta su disolución
en el siglo XIV, los templarios admitían caballeros de reputación
dudosa, en flagrante incumplimiento de la ley clerical.

Los miembros de la realeza de los Países Bajos y Gran Bre-


taña están directamente relacionados por sangre con la Casa
Francesa de Orange y la línea que desciende de Godofredo de
Bouillon. Estas familias, incluso las ramas protestantes, también
están relacionadas con la sangre de los judíos de alto rango de
Medio Oriente. Esta rama judía, son los descendientes de las
sectas benjaminitas y gaonim-atonistas de la antigüedad. Los
Gaonim eran el remanente de los saduceos y fariseos de élite
que pasaron a la clandestinidad después de que los romanos
destruyeron el Templo de Salomón en 70 a. C. Oficialmente, los
saduceos desaparecieron de las páginas de la historia. Esto por
supuesto, no es verdad. Habían estado en connivencia con la
élite romana y muchos otros grupos y familias prestigiosas en
toda Europa y el Medio Oriente.

Durante la Primera Cruzada, Godfrey y sus caballeros vivían


en la Iglesia del Santo Sepulcro (junto a la Cúpula de la Roca). La
Iglesia fue supuestamente el lugar donde Jesús fue crucificado,
enterrado y resucitado. 

El Monte del Templo supuestamente fue el sitio del segun-


do Templo de Salomón. Los establos debajo originalmente ser-
vían como una gran área de almacenamiento para el Templo
reconstruido. El sitio anterior del Templo de Salomón original
(destruido por los babilonios en 586 a. C.) está cerca. Es cono-
cida como la Cúpula de la Roca. Algunos creen que también era
el sitio del templo de Herodes.
91
Por esta razón los templarios comenzaron a cavar en los esta-
blos de Salomón y supuestamente descubrieron “tesoros”. Al-
gunos eruditos creen que esto incluía una valiosa acuñación y
también un alijo de antiguos rollos esenio que revelan que Jesús
estaba casado con María Magdalena y que existía una línea di-
vina secreta que rivalizaba con el papado. Se creía que los an-
tiguos esenios practicaban ritos secretos en el Monte del Tem-
plo. Algunos eruditos creen que esta fue la razón por la que los
líderes de los templarios hicieron una línea de apoyo, pasando
años cavando allí. Sabían lo que estaban buscando.

La Iglesia del Santo Sepulcro fue construida en realidad por


orden de la reina Helena, hija del rey Cole de Gran Bretaña y
madre del emperador Constantino el Grande. Se dice que des-
cubrió el lugar de la crucifixión de Cristo y ordenó la cons-
trucción de una iglesia sobre el lugar. Su peregrinación al este
(aproximadamente 325 d. C.) es lo más interesante, dado que
el sitio para su nueva iglesia cristiana estaba en realidad sobre
un templo dedicado a Venus. Posiblemente ella se reunió con
sacerdotisas del Culto de Venus, para ser iniciadas por ellas a
pesar de su fachada cristiana. (Su hijo Constantino era miembro
del culto a Sol Invictus). De hecho, es posible que ella ya haya
sido uno de ellos antes de visitar Jerusalén.

El cristianismo fue realmente una mezcla de lo nuevo con lo


viejo, con la aprobación del Culto de Venus (Orden de Sión). Es
interesante, según la leyenda cristiana, Helena también descu-
brió y poseyó un pedazo de la cruz original sobre la cual Jesús
fue crucificado. “En términos simbólicos significa que Helena, no
su hijo Constantino, fue el verdadero fundador de la religión cris-
tiana”.

En cualquier caso, los templarios que más tarde frecuentaron


la “Iglesia de Helena” y nombraron su orden en honor a ella,
podrían haber sido iniciados y agentes de la anterior secta
venusiana. (El nombre de Helen o Helene es similar a Selene
92
que significa “luna”, y también connota una antorcha encendi-
da, otro símbolo importante de la diosa). Un templo aboveda-
do aparece en las monedas e insignias templarias, junto con el
orbe y la cruz que forman el símbolo del planeta y diosa venus.
Su bandera en blanco y negro y otros emblemas connotan una
doble lealtad y tradición. Las mujeres centrales de la historia
merovingia y templaria, como María Magdalena y Matilde de
Flandes, etc., eran, como la reina Helena, Leonor de Aquitania
y María de Champaña, sacerdotisas de este velado Culto de
Venus o la Orden de Sión, mientras que las órdenes masculinas,
como los templarios sirven como sus oficiales externos.

LOS MASONES Y OTRAS ORDENES INICIATICAS.

La Orden cisterciense, formada por Bernard de Clairvaux, fue


el ala monástica de la Orden Templaria. Los cistercienses toda-
vía existen hoy. El Rito de la Estricta Observancia Templares,
formado en Alemania por el Barón Karl von Hund, después de
la expulsión de los Estuardo de Gran Bretaña, toma su nombre
de la anterior Orden de Estricta Observancia Templario-Cister-
ciense. 

93
La Orden cisterciense (en latín: Ordo Cisterciensis, O.Cist.),
igualmente conocida como orden del Císter o incluso como San-
ta orden del Císter (Sacer Ordo Cisterciensis, S.O.C.), es una or-
den monástica católica reformada, cuyo origen se remonta a la
fundación de la Abadía de Císter por Roberto de Molesmes en
1098, que sigue siendo la sede central de la Orden del Císter
y se encuentra ubicada donde se originó la antigua localidad
romana Cistercium, próxima a Dijon, Francia.

Es difícil encontrar una tradición masónica no impregnada de


motivos templarios, y aún más difícil no encontrar un símbolo
masculino empleado por los templarios y los masones. 

“El sistema de Francmasonería en el que se introdujo Hund, una


extensión adicional del Rito Escocés, fue posteriormente llamado
Observancia Estricta. Su nombre deriva del juramento que exigió,
un juramento de obediencia inquebrantable e incondicional a los
misteriosos “superiores desconocidos”. Y el principio básico de la
estricta observancia era que había descendido directamente de
los Caballeros Templarios, algunos de los cuales supuestamente
habían sobrevivido a la purga de 1307-14 y habían perpetuado
su orden en Escocia” (Baigent, Leigh, Lincoln: Sangre Sagrada,
Santo Grial)

Los cistercienses y los templarios fueron precedidos por la


escurridiza y menos conocida Orden de Tironensia, establecida
en Escocia y en otros lugares ya en el s. XI. La mayor parte de la
riqueza líquida de los templarios fue probablemente confiada
a los miembros de esta orden después de la gran purga a prin-
cipios del s. XIV. Según los investigadores, el tesoro se trasladó
y ocultó posteriormente debajo de la Capilla Rosslyn, y luego
se envió silenciosamente a Washington DC, donde permanece
hasta el día de hoy, como lo deja entrever la película “National
Treasure”. 

La Gran Logia de Inglaterra se desarrolló a partir de la fusión


94
de dos logias importantes: la Gran Logia de Londres y la Logia
de Antient, con conexiones sólidas de Escocia e Irlanda. La Gran
Logia de los Antiguos (Antient) se formó en 1751 para rivalizar
con la mampostería de la Gran Logia de Londres, que surgió du-
rante el reinado de la realeza de Hannover (la llamada “Nobleza
Negra”). Los Antients inicialmente creían que la Gran Logia de
Londres había pervertido los principios de la Francmasonería.
Los Antients daban mucha importancia a Juan el Bautista, El día
del festival (24 de junio) coincide con el solsticio de verano. La
razón de esto es que, según la tradición arcana, Juan se casó
por primera vez con María, la madre de Jesús. Tuvieron su pro-
pio hijo, Josephes, adoptado por Jesús después del arresto y la
ejecución de Juan. En este contexto, Josephes es el hijo de la
Matriarca, la “Virgen” sagrada”.

En 1813, la Gran Logia de los Modernos, bajo el control de los


Hannoverianos, y la Gran Logia de los Antiguos, se fusionaron,
formando la Gran Logia Unida de Inglaterra, con sede en Lon-
dres. 

Los Antient Masons era, como los tironensianos, una rama de


la organización con fuerte influencia de los Caballeros Templa-
rios, con su énfasis en la importancia de Juan el Bautista y sus
grados de Real Arco y Marcos de Albañilería y sus ritos asocia-
dos. 

“... después de que el nuevo Lord Derwentwater renunció a su


cargo en este sistema masónico jacobita, el templarismo (al am-
paro de la causa de Stuart) se presentó audazmente y afirmó no
ser solo una parte de la masonería sino la verdadera masone-
ría, poseedor de un conocimiento superior y derecho a mayores
privilegios y el derecho a gobernar sobre lo ordinario, es decir,
la masonería artesanal” (Padre Clarence Kelly citando a Nesta
Webster).

Las sociedades secretas irlandesas, conservan el sistema cul-


95
deano más antiguo y re envasa las antiguas tradiciones místicas
druídicas o arias. Los monjes culdeanos fueron los principales
tutores de los reyes merovingios y la nobleza templaria. 

Jacques de Molay, el Gran Maestro de los Templarios, se quemó


en la hoguera el viernes 13 de 1314. En realidad, de los cuatro
mil caballeros, solo unos quinientos fueron capturados y juzga-
dos por las autoridades. La mayoría simplemente desapareció
de la escena y pasó a la clandestinidad. Algunos fueron absor-
bidos por los Caballeros Hospitalarios en la isla de Rodas, otros
por la Orden de Cristo y la Orden de Montessa en Portugal y la
Orden de Malta, que ahora tiene su sede en Roma. Algunos se
convirtieron en piratas, mientras que otros lucharon contra los
moros por la realeza de España. Muchos fueron a Inglaterra y
Escocia, donde los mandamientos papales contra ellos tardaron
en tener efecto. Los arrestos y la confiscación de sus propieda-
des rindieron poco para el Papa y el Rey de Francia. La mayor
parte había sido expropiada por expertos. 

Molay confiaba en el papa Clemente y no sospechaba que él


y sus hermanos serían arrestados. Fue uno de los pocos cientos
de templarios que sufrieron torturas y ejecuciones. La actuación
de los jacobinos en Francia durante la Revolución Francesa, fue
considerada como una expresión de los iluministas templarios,
que realizaban un acto de venganza por su supresión, tortura y
saqueo, y por la sentencia y ejecución de De Molay.

“La masonería es una fraternidad dentro de una fraternidad, una


organización externa que oculta una hermandad interior de los
elegidos... uno visible y el otro invisible. La sociedad visible es una
espléndida camaradería de hombres ‘libres y aceptados’ que de-
ben dedicarse a las preocupaciones éticas, educativas, fraternales,
patrióticas y humanitarias. La sociedad invisible es una fraterni-
dad secreta y la más augusta, cuyos miembros están dedicados al
servicio de un ... Arcanum Arcandrum (secreto sagrado)”  (Manly
Palmer Hall, The Lost Keys of Freemasonry. New York: Penguin
96
Books, 2006. Originally published 1923.).

A partir de lo dicho por M. P. Hall, los enemigos de la masone-


ría creen que el símbolo de la espada desenvainada, o el motivo
de las espadas cruzadas, en los emblemas y atuendos masóni-
cos del Rito Escoces Antiguo y Aceptado (REAA) significan ven-
ganza y actos de represalia contra rivales y traidores.

Y no se quedan allí, sino que afirman que las espadas repre-


sentan la venganza buscada por los descendientes de Molay y
que sirvió como prototipo de muchas otras sectas revoluciona-
rias y anarquistas europeas, como la Joven Italia, la Carbona-
ri. Los irlandeses unidos y más tarde la fraternidad republicana
de Irlanda (IRA). 

LOS ROSA CRUZ.

En Inglaterra muchos masones también eran miembros de


otros grupos iniciáticos como por ejemplo fue Iñigo Jones
(1573-1652), arquitecto principal de Inglaterra, responsable de
numerosas plazas y edificios majestuosos en Londres y en otros
lugares. También fue uno de los arquitectos de la nueva marca
de albañilería transportada a Gran Bretaña desde el continente.
Él era Rosacruz y Templario.

La Rosa Cruz es un símbolo que se refiere a Venus. Adoptado


como un símbolo por los Rosacruces, se encuentra en edificios
templarios anteriores. La rosa roja (utilizada por los rosacruces
y los templarios) también es un símbolo venusiano. Según el
mito, el color rojo de la flor proviene de la sangre derramada
del sacrificado amante de Venus, Adonis. Nuevamente tene-
mos el motivo implícito de la herida ritual central en la tradi-
ción masónica. El compás es un símbolo empleado por Scottish
Rite Masonry. Esto es interesante ya que fueron los Rosacruces
(Templarios) quienes introdujeron el Rito Escocés y los títulos
relacionados en la Masonería en los siglos XVIII y XIX, así como
97
el emblema más familiar del Rito Escocés que es el águila bicé-
fala, originalmente empleada por los monarcas europeos, parti-
cularmente por la dinastía de los Habsburgo.

El punto es que, aunque ciertos miembros de la realeza y po-


derosos individuos y familias masónicas mantenían las creen-
cias cristianas dentro de la orden, otros mantenían las tradicio-
nes cuyos orígenes son pre-cristianos. 
98
Algunos eruditos remontan el símbolo de la rosa a los cul-
tos persas o mitraicos. Esto es aceptable, dados los lazos que
existían entre los templarios originales y los piratas silesios,
asesinos, sufíes, ismaelis y otras sociedades secretas de Orien-
te Medio. Lasos que como hemos dicho no surgió durante las
cruzadas, sino que estos se remontan siglos antes, a los prime-
ros habitantes de la tierra pos diluvio, a Noé, sus hijos y familia
que se asentaron en el Sinar, para luego desperdigarse por el
mundo luego de la construcción de la Torre de Babel, tradición
que se mantuvo en Egipto y en el pueblo hebreo del Patriarca
Abraham. No cabe duda de que la hermandad de los masones y
templarios en la época de las cruzadas, estaba asociada con los
cultos persas (iraníes) preislámicos (e incluso antiislámicos) de
la época, ocultos tras el velo del sufismo y el islamismo, y por
otra parte con las sectas mitraicas, que habían estado en declive
luego de la brutal persecución de la iglesia cristiana apostólica
y romana de la época imperial del Constantino luego del Con-
cilio de Nicea.

El emblema de la rosa como símbolo universal de la diosa,


fue adoptado por los templarios, los rosacruces, los albañiles
(masones), etc. El rosacrucismo en la masonería escocesa de
los grados filosóficos son el Grado 17° Caballero de Oriente y
Occidente y Grado 18° Soberano Príncipe Rosacruz.

Otro emblema masónico prominente del rito escocés, es la


cruz y la corona. La cruz es roja, idéntica a la empleada por los
templarios. Los Masones de los grados filosóficos, conocen los
grados caballerescos o templarios de la Masonería como los
“Grados Rojos” para distinguirlos de los tres primeros “Grados
Azules” de la masonería universal. La corona representa a to-
dos los cultos solares. El lema In Hoc Signo Vinces significa “Con
este signo conquisto”. Este fue supuestamente el signo visto en
el cielo por el emperador Constantino, fundador oficial del cris-
tianismo apostólico y romano. 

99
“El rito escocés de la masonería, el más antiguo de los ritos de
las logias masónicas inglesas, practicado por los templarios que
se refugiaron en las logias masónicas escocesas, fue establecido
en el siglo XIV por masones templarios que buscaron refugio en
Escocia. Se convirtió en un ejemplo para el resto. Los títulos de
los rangos más altos de las logias escocesas siguen siendo idénti-
cos a los otorgados a los Caballeros Templarios siglos antes, estos
constituyen en los Grados Filosóficos de la Masonería Escocesa,
a partir del Grado 30° denominado Caballero Kadosh, hasta el
Grado 33° denominado Soberano Gran Inspector de la Orden”.
Esto no quiere decir de ninguna manera que la masonería se
originó con los templarios. Lo que es una verdad innegable, es
que los templarios se refugiaron en las logias masónicas que ya
100
existían en Escocia y en otros países de Europa luego que fue-
ron expulsados de Tierra Santa en 1302 y convivieron hasta el
fatídico 12 de octubre de 1307 en que ordenan capturar a todos
los templarios de Francia, por orden de Felipe IV.

El jueves 26 de octubre de 2007, los responsables del Archivo


Vaticano, publicaron el documento Processus contra Templarios,
que recopila el Pergamino de Chinon, o las actas de exculpa-
ción de la Santa Sede a la Orden del Temple, precisamente el
año en que se conmemoraba el 700º aniversario del inicio de la
persecución contra la Orden.

Los documentos que sirvieron al Tribunal papal para deci-


dir la suerte de los templarios se habían extraviado desde el s.
XVI. El Pergamino de Chinon, uno de los documentos del volu-
men Processus contra Templarios presentado por la Santa Sede,
corrige la leyenda negra sobre la Orden y muestra que todas
las acusaciones fueron injurias de Felipe IV en beneficio propio.
Pero a la vez muestra que en la segunda sesión del Concilio de
Vienne, el 3 de abril de 1312, se aprueba la Bula Vox in Excelso,
emitida por el propio papa Clemente V el 22 de marzo de 1312,
confirmada por la Bula Ad Providam del 2 de mayo de 1312. En
ambas se declara la disolución definitiva de la Orden. Sin em-
bargo todo esto siempre se supo al interior de las logias masó-
nicas.

Los Hospitalarios se mudaron de Rhodes a Chipre, a Malta y


de allí a diferentes lugares en Italia. De hecho, el primer grupo
de Hospitalarios estaba formado por mercaderes italianos que
se habían dedicado a obras de caridad en Tierra Santa y final-
mente recibieron el permiso del Papa para militarizarse. Final-
mente, en tiempos posteriores, como los “Caballeros de Malta”,
los Hospitalarios se establecieron en Roma, donde permanecen
hasta el día de hoy, sus oficinas centrales no están lejos del Va-
ticano. Sus miembros se sientan en las Naciones Unidas repre-
sentando a un cuerpo soberano o nación.
101
Sugerentemente, en el salón principal de su sede se encuen-
tra una pintura de Salomé que sostiene la cabeza cortada de
Juan el Bautista. Hasta el día de hoy, la patrona de los Caballeros
de Malta (los Hospitalarios) es “Nuestra Señora Philermos”. El
motivo de la decapitación es en sí mismo una alusión críptica.
El águila andrógina de dos cabezas confirma simbólicamente
que los hospitalarios son una institución diádica.

Después de la supresión oficial de los templarios, surgieron


conflictos entre ellos y los hospitalarios. Algunos de estos con-
flictos fueron lo suficientemente graves como para cambiar el
curso de la historia. Los conflictos se resolvieron finalmente y
que con el tiempo los Hospitalarios fueron, como la Orden por-
tuguesa de Montessa y la Orden de Cristo, bien y verdadera-
mente infiltrados y finalmente asumidos por los clérigos tem-
plarios.

LA SIMBOLOGIA COMUN DE LOS MASONES Y OTRAS


CORRIENTES INICIATICAS.
 
La vestimenta de la más prestigiosa Orden de la Jarretera, la
orden más alta de Gran Bretaña, aparece la cruz roja. Se dirá
que esto es simplemente porque es el emblema de Gran Bre-
taña. Pero la verdad es que el emblema deriva de los templa-
rios. Por más católico o protestante que sea el frente, hay un
hilo esotérico común que corre debajo de la superficie. La
“Jarretera” a la que se hace referencia es un cinturón azul que
rodea el escudo y la cruz roja. Esta liga serpentina represen-
ta la hermandad. Simbólicamente, representa el “haber na-
cido dos veces” y estar vinculado o atado a una nueva vida y
misión. La mayoría de las correas de liga tienen una fleur-du-
li que representa la Orden de Sión o la Hermandad. En la ce-
remonia de coronación de la reina Isabel II, en junio de 1955,
se cantó el majestuoso himno de Handel, “Sadoc el sacerdote”.

Por muy inverosímil que parezca, el simbolismo nos dice que


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este orden ostensiblemente protestante no está desconectado
de los templarios.

Se nos dice que las órdenes de tipo masónico simplemente


hacen la oferta de una orden más secreta, oculta a simple vis-
ta. Solo al alcanzar el grado 33 o superior, el miembro promedio
se dará cuenta de este hecho y comprenderá la razón de los
motivos simbólicos que habitualmente emplean sus órdenes,
habida cuenta que hay símbolos comunes a los rosacruz y tem-
plarios, sin embargo en los ritos masónicos egipcios, encon-
tramos símbolos eminentemente egipcios, por otra parte hay
abundantes símbolos vinculados al cristianismo, al mitraismo y
otras corrientes religiosas y filosóficas.

En cuanto al simbolismo masónico destaca el águila bicéfala,


que revela que las dinastías reales como los Habsburgo (cuya
cresta se caracteriza por el Águila de dos cabezas) son descen-
dientes de los antiguos Atonistas Setianos (egipcios). La noble-
za de los Habsburgo fundó a los Illuminati. 

En un artículo publicado en esta misma revista en noviembre


del 2017 en las páginas 127 al 151 (El águila bicéfala en maso-
nería), mencionamos que desde la antigua Sumeria, el águila
tenía una gran importancia simbólica, sus dioses eran alados
como las águilas (Enlil, Enki e Innana), similar situación ocurrió
en Egipto (Ra el dios águila, Isis la diosa con alas de águila, así
como también Horus), en la India se presenta también el águila
bicéfala del Gandhabherunda y el Garuda, Así afirmo que: “El
Águila Bicéfala tuvo su origen en la poderosa ciudad samaritana
de Lagash donde fue considerada un símbolo de poder duran-
te más de 2000 años antes de la construcción del Templo del rey
Salomón. Posteriormente pasó de los samaritanos a los hombres
de Acad; de allí a los Hititas; a continuación a los Sultanes de Slku-
jian, de donde fue llevada, por los Cruzados a Europa, observán-
dose este símbolo entre los Habsburgos y los Romanoff. Pero todos
concuerdan en el mismo uso y significado básico como símbolo
103
de poder, tanto terrenal como celestial, material y espiritual”. Es
decir el Águila Bicéfala como símbolo viene de Oriente a Occi-
dente, de manera similar al arte de construir viene de Sumeria
(Medio Oriente) a Europa (Occidente), con las ya descritas pa-
radas en diferentes épocas, culturas e imperios.

La cresta del Imperio austrohúngaro y la de los Habsburgo


católicos y las dinastías relacionadas se remite a los hititas y
sumerios. Probablemente simboliza la relación simbiótica en-
tre los “dioses” y su sacerdocio. El águila bicéfala (la antigua
104
insignia de la realeza) se puede ver hoy en el Palacio de los
Caballeros Templarios en Jerusalén y en la arquitectura de los
Templarios en toda la isla de Malta. Es la insignia de los maso-
nes del rito escocés de alto grado a partir del Grado 30°, por lo
que algunos especulan que son los sacerdotes modernos de un
Nuevo Orden. También los ritos egipcios lo toman en sus altos
grados filosóficos luego que son iniciados como Caballero Ka-
dosh o Caballero del Águila Blanca y Negra, recordando a los
masones de los altos grados que: “la Masonería es el baluarte
más antiguo de libertad y de justicia y campeón de libertades
constitucionales”. Que la masonería surgió en el Medio Oriente,
entre los ríos Tigris y Éufrates antes y después del diluvio, y de
allí se diseminó por el mundo, tal y conforme lo explicaban los
antiguos masones operativos cuya historia mítica, hicieron suyo
lo masones especulativos a partir de las Constituciones de An-
derson (1723). A la masonería se le unieron diversas corrientes
iniciáticas, los cuales están debidamente identificadas en los
Grados Filosóficos de la masonería moderna, conforme a su rito
llámese York, Escoces o Egipcio, que mencionamos por ser los
más difundidos, pero evidentemente no son los únicos.

Por otra parte los grados filosóficos difieren conforme al rito,


así tenemos por ejemplo:

Rito Francés: 7 grados masónicos, de los cuales 3 son simbóli-


cos y 4 filosóficos, más un nivel administrativo que está fuera de
la escala de grados.
Rito Escoces Antiguo y Aceptado: 33 grados masónicos.
Rito Escoces Rectificado: 6 grados masónicos.
Rito de Memphis y Mizraim: 99 grados masónicos.
Rito de York: 13 grados masónicos.

LOS 33 GRADOS DEL RITO ESCOCÉS ANTIGUO


Y ACEPTADO

En 1.761, las Logias y los Consejos de Grados superiores se


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extendieron considerablemente por todo el territorio de Eu-
ropa. La Comisión de Estocolmo ofreció a Federico II, rey de
Prusia, el título de Primer Soberano Gran Inspector General e
Ilustre Comendador en jefe de la Orden de Sublimes y Valien-
tes Príncipes del Gran Secreto, y fue reconocido unánimemente
como Jefe del Rito Antiguo Escocés. El duque de Sudermania
fue su diputado en Suecia y Luis de Borbón en Francia.

El 1 de Mayo de ese mismo año, las Grandes Constituciones


fueron ratificadas por el rey Federico II, quien dispuso que des-
pués de su muerte, el poder supremo que hasta entonces le ha-
bía sido conferido se transmitiera en cada país o nación donde
no lo hubiera, a un Supremo Consejo compuesto de 9 miembros
electos ad vitam, y aumentó 8 Grados a los 25 que entonces te-
nía el Rito Escocés, quedando como siguen:

1. – Aprendiz Masón
2. – Compañero Masón
3. – Maestro Masón

Estos Grados se confieren en una Logia Simbólica de la Maso-


nería azul. Los siguientes 11 Grados se confieren en una Logia
de Perfección y son llamados “Inefables”.

4. – Maestro Secreto
5. – Maestro Perfecto
6. – Secretario Intimo
7. – Preboste y Juez
8. – Intendente de los Edificios
9. – Maestro Elegido de los Nueve
10. – Maestro Elegido de los Quince
11. – Sublime Caballero Elegido
12. – Gran Maestro Arquitecto
13. – Caballero del Real Arco
14. – Gran Elegido Perfecto y Sublime

106
Los siguientes dos Grados se confieren en los Consejos de
Príncipes de Jerusalén:

15. – Caballero de Oriente o de la Espada


16. – Príncipe de Jerusalén

Los siguientes dos se confieren en un Capítulo de Rosa Cruz:

17. – Caballero de Oriente y Occidente


18. – Soberano Príncipe Rosacruz

Los 14 Grados comprendidos entre el 19 y el 32 se confieren


en el Consistorio de Príncipes del Real Secreto:

19. – Gran Pontífice


20. – Gran Maestro ad vitam o de todas las Logias
21. – Patriarca Moaquita o Caballero Prusiano
22. – Príncipe del Líbano o Caballero de la Real Hacha
23. – Jefe del Tabernáculo
24. – Príncipe del Tabernáculo
25. – Caballero de la Serpiente de Bronce
26. – Príncipe de Merced o Escocés Trinitario
27. – Soberano Comendador del Templo
28. – Caballero del Sol o Príncipe Adepto
29. – Gran Escocés de San Andrés
30. – Gran Elegido Caballero Kadosh o del Aguila Blanca y
Negra
31. – Gran Inspector Inquisidor Comendador
32. – Sublime y Valiente Príncipe del Gran Secreto

Y el último Grado del Rito Escocés Antiguo y Aceptado se con-


fiere en el Supremo Consejo del Grado 33:

33. – Soberano Gran Inspector General

Estos grados del Escocismo, muestran la presencia filosófica


107
de otras ordenes iniciáticas dentro de la masonería, así como la
influencia del cristianismo en ella. En la masonería egipcia a es-
tas ya mencionadas, se les adiciona el misticismo iniciático del
Antiguo Egipto, en la llamada “Masonería Hermética”, tomando
nuevos elementos iniciáticos del Martinismo, de la Biblia, el Ju-
daísmo y la Cábala, de India, Atica y el Egipto, transformándose
así en un medio continuador de los antiguos misterios, la cien-
cia de Hermes, doctrinas teosóficas, regenerativas, renovado-
ras, iluministas y de concepción reintegrativa.

Todos los masones en el mundo trabajan en los tres primeros


Grados: Aprendiz, Compañero y Maestro Masón, y sólo aquellos
que se dedican al estudio de sus Grados filosóficos y herméti-
cos, alcanzan el Grado más alto del rito que practican, al cabo
de varios años de dedicación y trabajos.
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