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Oscar Bottasso

Lo esencial en investigación clínica


Una introducción a las ciencias biológicas y médicas

ERRNVPHGLFRVRUJ
No está permitida la reproducción total o parcial
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por cualquier medio o método, sin autorización
escrita de la Editorial.

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.2ªHG5RVDULR&RUSXV/LEURV0pGLFRV\&LHQWt¿FRV
161 p. ; 23x15 cm.

ISBN: 950-9030-27-9
ISBN13: 978950-9030-27-5

1. Medicina-Investigación. I. Título
CDD 610.7

/RHVHQFLDOHQLQYHVWLJDFLyQFOtQLFD‡8QDLQWURGXFFLyQDODVFLHQFLDVELROyJLFDV\PpGLFDV
2VFDU%RWWDVVR
2ª Edición

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© 2006 Corpus Editorial y Distribuidora
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(S2000AOB) Rosario - Argentina

Editor: Esteban Oscar Mestre

NOTA

La medicina es una ciencia en constante desarrollo. Conforme surjan nuevos conocimientos, se requerirán
cambios. El (los) autor (es) y los editores se han esforzado para que los cuadros sean precisos y acordes
con lo establecido en la fecha de publicación. Sin embargo, ante los posibles errores humanos y cambios
en la medicina, ni los editores, ni cualquier otra persona que haya participado en la preparación de la obra
garantizan que la información contenida en ella sea precisa o completa; tampoco son responsables de errores u
omisiones, ni de los resultados que con dicha información se obtengan. Convendría recurrir a otras fuentes de
datos, por ejemplo, y de manera particular, para tener certeza de que la información de esta obra es precisa.

Se terminó de imprimir en octubre de 2006


Rosario - Argentina
Por qué una nueva edición

Del mismo modo que un trabajo de inves- ferente a entrevistas y tipos de hipótesis,
tigación no agota el tema en cuestión, la como así también en cuanto a los proce-
redacción de un texto lejos está de abordar sos subyacentes en la generación de ideas
todos los aspectos de la disciplina hacia disparadoras de una investigación. En lo
la cual se dirige. Porque no somos ex- concerniente a la sección de estudios ob-
cepcionales, entendimos como necesaria servacionales puros, se han provisto méto-
esta segunda versión del libro. Tal suerte dos de cálculo aplicables a diseños de tipo
de autoimposición se debe a dos hechos transversal o casos y controles como pre-
fundamentales. Por un lado el método no YDOHQFLD UHODWLYD LQWHUYDOR GH FRQ¿DQ]D
es estático y la literatura especializada nos SDUDHOFRH¿FLHQWHGHGLVSDULGDG\IUDFFLyQ
provee afortunadamente de nuevos enfo- etiológica. Procedimientos, todos ellos, no
ques no sólo en lo que hace al diseño de jaquecosos en términos matemáticos. En
un estudio sino también al análisis de los OD SDUWH ¿QDO VH GHVFULEHQ ODV HVWUDWHJLDV
datos. El otro componente surge de la ac- adoptadas para el estudio de causalidad y
tividad docente. La transmisión del cono- los criterios que Bradford Hill proveyera
cimiento tanto en el pre como el posgrado a tal efecto. Asimismo, se le ha otorgado
brinda un marco de interrelación donde el un mayor espacio al capítulo de ensayos
dictante también se enriquece, gracias a clínicos, en parte para algunos indicado-
que nunca falta la pregunta del estudiante res surgidos de los estudios diagnósticos,
o graduado particularmente motivado. Po- tales como el valor predictivo post-test, la
dríamos denominarlo como una especie UD]yQGHSUREDELOLGDG\HOFRH¿FLHQWHGH
de retorno (palabra poco feliz para estas disparidad; mientras que en lo relativo a
pampas) por el cual el docente también ensayos farmacológicos se hace referen-
aprende, y bienvenido sea. A raíz de ello, cia a un nuevo diseño para la utilización
gradualmente se van incorporando otros de placebo, al índice de reclutamiento y a
conceptos y perspectivas a punto tal que las bondades y limitaciones de los ensayos
en un determinado momento exigen la re- clínicos y cohortes para la valoración del
visión del texto original, y de eso se trata efecto terapéutico. El capítulo 4 es el más
sencillamente. ampliado. En el mismo se han resaltado
A modo de adelanto, la presente edi- ciertas particularidades de la estadística
ción introduce agregados en 4 de los 5 empleada en los ensayos clínicos, como el
capítulos. En el primero de ellos se han estudio de interacciones, área bajo la cur-
añadido algunas consideraciones en lo re- YDH¿FDFLDHQYDFXQDVDQiOLVLVLQWHULQRV
intención de tratar y algunos conceptos hasta ese momento. Campo desaconseja-
sobre el Bayesianismo. Atendiendo a las ble para los dogmáticos, que no obstante
necesidades cada vez más crecientes de la pululan, aunque ello no es imputable al
práctica clínica, se incorporan tres nuevas método ni mucho menos a la ciencia. Con
secciones que tratan sobre meta-análisis, los consabidos altibajos, cierto es que el
indicadores utilizados en la Medicina ba- método ha dado sobradas cuentas de los
sada en la evidencia y pautas para valorar EHQH¿FLRV TXH DFDUUHD DGKHULU DO PLVPR
su calidad. El conocimiento médico no sólo puede fa-
A diferencia de la edición anterior, cada cilitar un mejor ejercicio de la profesión,
uno de estos capítulos cuenta con las re- sino que también nos posiciona para com-
IHUHQFLDV ELEOLRJUi¿FDV VHSDUDGDV WHPi- prender con mayor claridad nuestra base
ticamente, cuando el caso lo requiere. de sustentación. Un buen antídoto para
Mucho de los artículos citados son de li- contrarrestar tentaciones de esta milenaria
bre acceso a través de Internet. Otros re- profesión en que las extralimitaciones no
quieren recurrir a sitios por los cuales es fueron precisamente la excepción.
posible acceder a las casas editoras de las
publicaciones; por ejemplo, la página de Ergo, con isto birreto
la Secretaría de Ciencia y Técnica de la Venerabili et docto
Nación. De uno u otro modo pretendemos Dono tibi concedo
TXHHOOHFWRULQWHUHVDGRFRQVLJDD¿DQ]DUVH Virtutem et potenciam
cada vez más en la comprensión de las es- Medicandi,
trategias que rigen la investigación clínica Purgandi,
y por ende la producción de conocimien- Sangrandi,
WR FLHQWt¿FR &RQRFLPLHQWR GHO TXH D OD Sectionandi,
hora de enmarcarlo, debemos recalcar sus Extirpandi,
rasgos más salientes: posee un método, Cortandi
sustentado en fundamentos lógicos y em- Et matandi
píricos, al que debemos adherir en conse- Impune per tottam terram
cuencia; procura ser objetivo, a la vez que
tiene capacidad descriptiva, explicativa y Tomado de una escena burlesca de El en-
predictiva. Por último, pero no menos im- fermo imaginario, de Molière (en latín
portante, es de carácter crítico y por lo tan- macarrónico), en la que se representa la
to susceptible de revisión ante una eviden- ceremonia de admisión de un nuevo gra-
cia que refuta los argumentos sostenidos duado en la Facultad de Medicina.
Índice

Prólogo
Introducción.
La investigación clínica en la Medicina actual
Capítulo 1. Capítulo 2.
Cuestiones básicas para Estudios observacionales
la preparación del protocolo 2.1 Estudios de cohortes. Tipos de cohortes.
1.1 Tipos de proyectos de investigación Estudios prospectivos, retrospectivos, en
1.2 Secuencia de una investigación ambas direcciones, de cohorte doble y con
1.3 El origen de la idea a explorar y ele- un estudio de casos y controles anidado
mentos que hacen a una buena pregunta Elección de los participantes
1.4 Desarrollo de la cuestión a resolver y Registro de la información
estrategias para mejorar los objetivos Factores capaces de afectar la validez del
1.5 Formulación de los objetivos estudio
1.6 Elección de los participantes Incidencia y riesgo relativo
1.7 Tipos de muestreo Riesgo atribuible
1.8 Criterios de evaluación. Precisión y 2.2 Estudios transversales
Exactitud. Ejemplo de estudio transversal
1.9 Cuestionarios y entrevistas. Preguntas Ventajas y desventajas de un estudio trans-
abiertas y cerradas. Preguntas directas e versal
indirectas. Códigos, puntajes y escalas. 2.3 Estudios de casos y controles. Casos y
Consideraciones adicionales sobre el en- controles anidado
trevistador y la entrevista. Datos secun- &RQVLGHUDFLRQHVHVSHFt¿FDVSDUDHOHVWXGLR
darios. de casos y controles.
1.10 Tipos de hipótesis. Hipótesis nula y Alcances del estudio
alternativa. Errores tipo I y tipo II. Poder Error de muestreo
del estudio, magnitud del efecto. Cálculo Error de medición
del tamaño muestral. Estimación del ta- (UURUHVGHFODVL¿FDFLyQ
maño muestral para el caso de una varia- 2.4 Causalidad. Los criterios de causalidad
ble continua. de Bradford Hill
Bibliografía Bibliografía
Capítulo 3. Apéndice I.
Estudios con Los contenidos de un protocolo de ensayo
intervenciones o ensayos clínicos clínico
3.1 Pruebas diagnósticas
6HQVLELOLGDG\HVSHFL¿FLGDG Apéndice II.
Valor predictivo Escala de graduación de efectos tóxicos
3ODQL¿FDFLyQGHXQHVWXGLRGLDJQyVWLFR de la Organización Mundial de la Salud
Limitaciones y estrategias
Consistencia de las pruebas diagnósticas Capítulo 4.
3.2 Ensayos terapéuticos Procesamiento
Indicaciones para llevar a cabo un ensayo y análisis de los resultados
clínico. Las distintas etapas que atraviesa 4.1 Introducción
el desarrollo de un medicamento 3ODQL¿FDFLyQ\DQiOLVLV
Consideraciones para el diseño de un en- Criterios para la elección de la prueba
sayo clínico estadística
Tipos de randomización Interacciones
Listas de randomización 4.3 Análisis ajustados para evaluar el
Un diseño ad hoc para la utilización de efecto potencial de un factor de confu-
placebo sión.
El índice de reclutamiento 4.4 Estrategias particulares para ensayos
Efectos adversos clínicos
El ensayo clínico cruzado (cross-over) &iOFXORGHH¿FDFLD
3.3 Ensayos clínicos vs. Cohortes para la (¿FDFLDHQYDFXQDV
evaluación del efecto terapéutico $QiOLVLVGHSXQWRV¿QDOHVFXDOLWDWLYRV
3.4 Lineamientos éticos Análisis interinos
La Comisión de Bioética Intención de tratar
Las reglas de la buena práctica clínica 3XQWRV¿QDOHVFRPSXHVWRV
Bibliografía El área bajo la curva
4.5 Recomendaciones estadísticas para Capítulo 5.
las distintas etapas del ensayo clínico La preparación del manuscrito
4.6 Algunos conceptos sobre meta-aná- 5.1 Introducción
lisis 5.2 Material y métodos
4.7 Indicadores utilizados en la medicina 5.3 Resultados
basada en la evidencia 5.4 Discusión
4.8 Pautas para estimar la calidad de la 5.5 Referencias
evidencia Declaración de Helsinki
Bibliografía Índice Analítico
Prólogo
We dance round in a ring and suppose
But the secret sits in the middle and knows
Robert L. Frost (1874-1963)

Recibir una invitación para escribir el Pró- A título de ejemplo, vale la pena men-
logo de un libro sobre investigación es un cionar cómo me inicié en investigación.
honor y a la vez un placer puesto que me Indudablemente, pertenezco a una fami-
permite intentar una visión retrospectiva lia de investigadores: mi abuelo era In-
después de más de 60 años en lo que me geniero Químico e inventor, también lo
gusta llamar “el mundo del investigador”. era mi padre y lo son mi hermano y mi
Hacer investigación biomédica es, como hijo y ahora mi nieto completa la quinta
dice la cita de Robert Frost, tratar de des- generación. Pero debo reconocer que en
cifrar los inagotables misterios de la natu- mi caso tuve la especial suerte de tener un
raleza, para lo cual se necesita un entre- primer director con una motivación y una
namiento especial que es lo que consigue dedicación de tal potencia como para con-
instrumentar Oscar Bottasso en este libro. tagiar ese amor a la investigación a todos
Ante todo, para mí, hacer investigación los que se formaron en su laboratorio. Era
es como aprender un idioma de la mano nada menos que Hans Selye, el genio del
de un director, como se aprende el primer stress.
idioma de la mano de la madre –el idio- Viene al caso, como anécdota, recordar
ma materno. Entonces ¿para qué un libro cómo llegué a su laboratorio, el 1 de setiem-
VREUHHOPpWRGRFLHQWt¿FR"6LQHPEDUJR bre de 1939. Unos meses antes había obte-
cuando a los 22 años tuve que aprender un nido el título de B.Sc. con orientación en
nuevo idioma, el castellano en ese caso, Bioquímica, en McGill University en Mon-
un manual me hubiera venido bien. treal, y le había mencionado a mi mentor,
¿Qué se necesita para hacer investiga- el Profesor de Bioquímica, que no podría
FLyQ"1RKD\GXGDTXHDQWHWRGRKD\TXH continuar mis estudios en la Facultad de
tener vocación. Como dijo James Watson Medicina como eran mis deseos porque
al celebrar los 40 años del descubrimiento mi padre no podía seguir costeándolos. Me
de la Doble Hélice, we used to think that encontró una solución proponiéndome un
our fate was in the stars, now we know puesto de Jefe de Trabajos Prácticos en his-
that our fate is in our genes. También es tología y sugiriendo que cursara la materia
cierto que se necesita un ambiente propi- a la mañana y ayudara a mis compañeros
cio y presumiblemente algo de suerte. Se por la tarde. Acepté el desafío y hoy con-
calcula que no más del 1% de los estu- sidero que esto fue una ayuda del destino
diantes tienen las condiciones adecuadas instrumentada por mi mentor.
y que con el tiempo sólo la mitad llega a Hans Selye era Profesor Titular de His-
convertirse en auténticos investigadores. tología y como tal estaba en todo: daba
clases brillantes, planeaba los experimen- de los experimentos de cada uno de sus
tos con cada uno de sus colaboradores y colaboradores y era característico que les
los controlaba a diario. Trabajaba princi- dejara a diario un papelito, con una suge-
palmente en ratas en las que su especial UHQFLD FRQ XQD ¿FKD ELEOLRJUi¿FD XQD
habilidad manual le permitió desarrollar idea o sencillamente “véame - BAH” (sus
varias técnicas quirúrgicas, por ejemplo siglas que eran también las del sapo Bufo
ODKLSR¿VHFWRPtD6HO\HWHQtDHQWRQFHV Arenarum Hansel). Creo sinceramente
años y poseía una personalidad carismáti- que este período de mi beca –julio 1942
FDFRQJUDQLQÀXHQFLDVREUHORVTXHORUR- a junio 1943– fue la época de gloria del
deaban. Su entusiasmo era tan desbordante Instituto. Pocos meses después, Houssay,
que pronto me convenció de que me dedi- por lamentables razones políticas, tuvo
cara a la investigación cursando sólo las que abandonarlo.
materias preclínicas mientras preparaba Visto retrospectivamente, tanto Houssay
mi doctorado. Durante tres años, además como Selye hacían la investigacón típica
de la docencia, bajo la dirección de Selye, de la época, el modelo extirpación-extrac-
hice experimentos sobre la reacción de to, es decir, sacar una glándula y recom-
alarma que culminaron en una Tesis Doc- ponerla con su hormona. En ambos labo-
toral sobre “El papel de la suprarrenal en ratorios, lo llamativo era la dedicación, la
la resistencia general”. En 1942 obtuve el sistematización, y la constancia con que
título de Ph.D. en Medicina Experimental se hacía, se escribía y se publicaba. Estos
mientras mis compañeros se recibían de cuatro años en dos laboratorios tan esti-
médicos con un M.D. mulantes el uno como el otro sellaron mi
Ese mismo año, a los 22 años, llegué a destino como investigadora.
la Argentina con una beca (Canadian Fe- En 1957, al iniciar la Sección Leucemia
deration of University Women Travelling Experimental del Instituto de Investiga-
Fellowship) para hacer investigación con ciones Hematológicas de la Academia
Bernardo Houssay en el Instituto de Fi- Nacional de Medicina de Buenos Aires,
siología de la Facultad de Medicina de la me pregunté qué me había quedado gra-
Universidad de Buenos Aires. Encontré bado de mi aprendizaje en investigación.
allí un ambiente latino y une joie de vi- Destacaría como esencial, en la relación
vre que no existía en mi universidad an- alumno-director, lo siguiente:
glosajona. Houssay cumplía un full-time 1º - despertar la vocación del alumno a
que se había impuesto de 7 de la mañana través de un entusiasmo compartido;
a 7 de la tarde y estaba rodeado de unos 2º - asegurar la dedicación compartien-
cien colaboradores, entre ayudantes de do un efectivo full-time;
cátedra, investigadores y médicos, con un 3º - aprovechar la creatividad de la ju-
promedio de edad de 28 años, en tanto que ventud;
Houssay tenía 55. Siempre parecía tener 4º - asegurar y compartir la libertad de
tiempo para explicar lo que fuera, y para hacer y de decir;
operar, en especial perros y sapos, lo que žGDUVHWLHPSRSDUDUHÀH[LRQDU
le gustaba hacer en persona. Era especial- 6º - no dejarse abrumar con todo lo que
mente cordial con los investigadores, con proporciona Internet.
un entusiamo desbordante por los múl- 7º - asegurar la continuidad del trabajo
tiples temas que dirigía. Seguía el curso hasta su publicación.
8º - compartir el placer del descubri- que tendría que aplicar el dicho inglés
miento. Stop and reconsider es decir, hacerse
No hay duda de que una mente joven, sin WLHPSRSDUDUHÀH[LRQDU
inhibiciones ni dogmas, favorece la creati- Sólo me resta augurarle éxito a Oscar
vidad; por ejemplo, James Watson tenía 23 Bottasso y desearle que con este libro se
años cuando publicó el trabajo que le valió cumpla su deseo de formar profesiona-
el Premio Nobel. Por otra parte, siguiendo les que en su práctica diaria sean capa-
con mi comparación inicial, no hay duda de ces de hacer investigación casi sin darse
que se aprende un idioma más fácilmente cuenta.
cuanto más joven. &RPRUHÀH[LyQ¿QDOKD\TXHUHFDOFDU
Si bien la investigación que hice a través que el investigador es por naturaleza un
de tantos años y que hicieron los más de individualista y como tal necesita amplia
50 investigadores –principalmente biólo- libertad en todo sentido, tal como lo ex-
gos– que se formaron al lado mío puede presó hace años un destacado oncólogo
catalogarse como oncoinmunología expe- con estas palabras:
rimental, la investigación clínica sigue las
mismas reglas y tiene los mismos atributos. Research needs unlimited vistas
Los estudiantes de medicina y los residen- and unfettered dreams.
tes junto con el Jefe de Sala pueden también Research is hampered by all limitations
experimentar el placer de descubrir aunque and all dogma,
sea sólo un pequeño rasgo nuevo en un caso Religious, philosophical, or political.
particular de una enfermedad determinada. Or research dogma
Sin embargo, contrariamente al investiga-
dor básico que trabaja en su torre de mar- Michael B. Shimkin (1912-1989)
¿O, el investigador clínico se ve a menudo “Upon man and beast. Adventures in can-
abrumado por los miles de problemas cer epidemiology”.
impostergables de sus enfermos y es ahí Cancer Res 1974;34:1525

Dra. Christiane Dosne Pasqualini


Instituto de Investigaciones Hematológicas
de la Academia Nacional de Medicina, Bs. As.
A mi esposa y a mis hijos
Introducción.
La investigación clínica en la Medicina actual

Como solemos insistir en nuestras clases, 5HQDFLPLHQWRHOPpWRGRFLHQWt¿FRDGTXLH-


los contenidos desarrollados en cualquier re una nueva dimensión tras la propuesta
texto de Medicina no constituyen en modo de procedimientos cuantitativos por sobre
alguno el producto de brillantes especu- la interpretación escolástica como instan-
laciones sino de una serie de trabajos cia superadora para entender la realidad.
de investigación concatenados que en En el campo de la Biomedicina ello pro-
su conjunto determinan el conocimiento PXHYH HO GHVDUUROOR GH OD ¿VLRORJtD \ OD
FLHQWt¿FRDOFDQ]DGRVREUHWDODVSHFWR/D patología, las que ocasionaron un cambio
OLVWD GH UHIHUHQFLDV ELEOLRJUi¿FDV TXH VH fundamental en nuestra visión de las enfer-
DJUHJDDO¿QDOGHOFDStWXORKDELOLWDDOOHF- PHGDGHV /OHJDPRV DVt DO VLJOR ;; GRQGH
WRUSDUDSURIXQGL]DUD~QPiVHQWRUQRGH gracias a la incursión de la estadística el
lo expuesto. PpWRGRORJUDXQUH¿QDPLHQWRKDVWDHVHPR-
Si bien la investigación es una función mento impensado proporcionando herra-
inexcusable de la Universidad y sobre la mientas muy poderosas para el avance de
que toda la comunidad universitaria pa- la Medicina, vale decir los estudios obser-
rece coincidir, en nuestro país la brecha YDFLRQDOHV\HOHQVD\RFOtQLFRDOHDWRUL]D-
existente entre el discurso y lo que efec- do. Por medio de ellos ha sido posible la
tivamente se termina haciendo en pos de LGHQWL¿FDFLyQGHFDXVDVFRPRDVtWDPELpQ
HOOD VH H[SDQGH FDGD YH] PiV (O YLHMR el diagnóstico, tratamiento y pronóstico
aforismo “cuéntame de qué hablas y te de enfermedades de diversa índole, cuya
diré de qué adoleces” conserva toda su enumeración excede a los propósitos de
vigencia. estas líneas. En el devenir constante, los
Como en tantas actividades humanas, aportes surgidos tanto de la observación
el origen de la investigación parte de la clínica como de investigaciones bási-
antigua Grecia donde Hipócrates y los cas plantean un nuevo desafío, abordar
grandes pensadores de aquella época co- la multicausalidad. Se habla de causas
PLHQ]DQ D H[SOLFDU IHQyPHQRV QDWXUDOHV HVHQFLDOHVQHFHVDULDV\FRQWULEXWLYDV/D
por medio de la lógica y la observación psico-neuro-endocrino-inmunología nos
SURYH\HQGRODEDVH¿ORVy¿FDGHOPpWRGR propone una red de interacciones que in-
FLHQWt¿FR HQWHQGLHQGR FRPR PpWRGR DO GXGDEOHPHQWHLQÀX\HQVREUHHOUHVXOWDGR
modo de decir o hacer algo ordenada- ¿QDO DQWH OD H[SRVLFLyQ D XQ DJHQWH QR-
mente, o también una guía para sortear civo. Para responder a dichas demandas,
obstáculos y evitar errores). A partir del HV FDGD YH] PiV IUHFXHQWH HO HPSOHR GHO
análisis multivariado que toma en cuenta no implica necesariamente conocimiento.
la participación de factores extra-biológi- Para llegar a esa instancia es necesario
cos en la causalidad. Este nuevo enfoque MHUDUTXL]DUVRSHVDUUHODFLRQDU\DYHFHV
QRVOOHYDUiDWHQHUXQDLGHDFDGDYH]PiV desechar alguna que otra información.
abarcadora sobre los mecanismos subya- Sin ánimo de adentrarnos en compara-
centes de una enfermedad. ciones odiosas, es dable entrever que el
Sumado a la importancia natural de la entrenamiento en investigación crea con-
investigación como forma de conocer, diciones más favorables para lograr di-
no escapa a nuestro análisis que el de- cho discernimiento, lo que de alguna ma-
sarrollo de esta actividad en el claustro QHUD HQULTXHFH OD DFWLYLGDG GRFHQWH /D
Universitario también acarrea ventajas importancia de la investigación también
institucionales que van mucho más allá VH UHÀHMD HQ OD MHUDUTXtD TXH OH DVLJQDQ
del incremento de la autoestima y en- los organismos gubernamentales involu-
grosamiento del Curriculum Vitae de los crados en la acreditación de las carreras
investigadores. Con el transcurso del médicas de pre y post-grado.
tiempo, indefectiblemente se producirá 6REUDGDVVRQODVUD]RQHVSDUDTXHQXHV-
un crecimiento del grupo de investigación tras Universidades implementen estrate-
con la consecuente formación de recursos gias que propendan a una sistemática y
humanos tan esenciales para el país. Por efectiva formación de profesionales en
otro lado, asistimos a una época donde investigación. Seguir desatendiéndola es
si bien la información es abundante ello un lamentable error.
1

CAPITULO
Cuestiones básicas para
la preparación del protocolo

1.1 Tipos de proyectos de investigación Para el caso en que nuestro propósito


se enrole en este tipo de investigación, el
La realización de un estudio clínico no po- paso siguiente será delinear el diseño del
dría llevarse a cabo sin establecer de ante- estudio. A tal efecto es necesario conside-
mano el protocolo al cual los investigadores rar en primer término si nuestra propuesta
deberán adherir. Dicho documento no sólo SODQWHDPRGL¿FDUORVHYHQWRVTXHVHSUH-
nos permitirá presentarlo ante una agencia tenden estudiar. Si la respuesta es no, el
¿QDQFLDGRUDSDUDREWHQHUHOVXEVLGLRVLQR estudio será observacional, vale decir que
que también será la herramienta fundamen- el investigador sólo observará los eventos.
tal para que el investigador organice sus Un ejemplo de esto son los estudios de
actividades en forma lógica y efectiva. CASOS y CONTROLES. Si por el con-
6L WUDWiUDPRV GH LGHQWL¿FDU HO RULJHQ trario la respuesta es sí, estaremos frente a
de una investigación, resulta claro que la un estudio experimental, al que habitual-
pregunta es la idea seminal que inmedia- mente se lo denomina ENSAYO CLÍNI-
WDPHQWHQRVOOHYDUiDGH¿QLUORVREMHWLYRV CO. En el mismo se analizará en qué me-
No obstante ello, debemos tener en cuenta GLGDXQDLQWHUYHQFLyQSXHGHPRGL¿FDUXQ
que la pregunta formulada deberá contar resultado, por ejemplo, la aplicación de un
con una fundamentación que establezca tratamiento para la hipertensión arterial.
claramente la importancia del interrogante A la par de estas consideraciones y espe-
a explorar. cialmente en lo que hace a los estudios ob-
Como excepción a toda regla, en los es- servacionales sobreviene inmediatamente
tudios epidemiológicos descriptivos no una segunda cuestión: la referida a si las
necesariamente se parte de una hipótesis mediciones se efectuarán en más de una
sino de la necesidad de conocer cómo se ocasión. Para el caso en que la persona sea
distribuye una enfermedad en la población examinada en una sola instancia, se trata-
según la edad, género, raza, estilo de vida, rá de un estudio transversal (cross-sectio-
HWF'HQWURGHHVWDFODVL¿FDFLyQWDPELpQVH nal), mientras que si los participantes son
incluyen las comunicaciones sobre algún sometidos a un seguimiento el estudio será
caso en especial (case report) o series de longitudinal o de cohorte. Vale la pena se-
casos. Son precisamente estas investiga- ñalar que los estudios transversales, cuyo
ciones las que proveen futuras hipótesis de propósito es mostrar características de una
trabajo para los estudios epidemiológicos enfermedad de acuerdo a determinadas va-
analíticos. ULDEOHVGHPRJUi¿FDVFRUUHVSRQGHQDODFD-
18 Lo esencial en investigación clínica

tegoría de investigaciones descriptivas, es y limitaciones existentes en el medio en el


decir, que no son analíticos stricto sensu. que se desarrollarán las actividades. Indu-
dablemente es la etapa donde el documento
1.2 Secuencia de una investigación alcanza su madurez y quedan establecidos
los lineamientos fundamentales del estudio,
Tras haber decidido qué tipo de estudio de- vale decir los objetivos, el tipo de población
seamos realizar, se pasa a determinar quié- en la que se llevará a cabo la exploración y
nes son las personas que pueden participar las mediciones que se pretenden efectuar.
de la investigación, las variables a utilizar Luego sobreviene la etapa de la implemen-
como instrumentos de medición y los pro- tación del estudio, el tiempo de los logros
cedimientos estadísticos a que serán some- \GL¿FXOWDGHVHYDOXDFLRQHVTXHQRVHFRQ-
tidos los datos ulteriores. La serie de pro- cretan, datos que se pierden, tripulantes que
cedimientos a seguir en la realización de un desean o quizás terminan abandonando el
estudio se halla ilustrada en la Tabla 1.1. bote. Como toda empresa humana la inves-
El hecho germinal de un proyecto de tigación no está exenta de estas vicisitudes
investigación es sin lugar a dudas un in- y le compete al investigador principal ser el
terrogante sobre el cual aún no se conoce piloto de tormenta para que el proyecto arri-
la respuesta. En esta especie de juego de be a buen puerto. El R¿FLR de investigador
preguntas y respuestas, en primer término no sólo requiere de capacitación para la la-
KDEUiTXHGH¿QLUFRQWRGDFODULGDGTXpHV bor sino también de tenacidad y persistencia,
lo que deseamos contestar como para in- más aún en los ámbitos donde la necesidad
tentar resolver el problema bajo análisis. de investigar no ha sido entendida por quie-
Dentro de ese contexto también debemos nes deberían ser, efectivamente, la clase di-
estar informados respecto de lo que se co- rigente. Tras un período de meses y a veces
noce acerca del problema, qué posiciones años, los investigadores, acuerdan en que se
existen en cuanto al mismo, y estudios KDDQDOL]DGRXQQ~PHURORVX¿FLHQWHPHQ-
previos sobre la temática. En torno de es- te adecuado de participantes dándose por
tas cuestiones se comienza a construir un concluido el estudio. Es la hora de hacer el
GRFXPHQWRTXH¿QDOPHQWHOOHJDUiDVHUHO balance, cuál ha sido el estudio real, las ca-
protocolo de estudio. UDFWHUtVWLFDVGHODPXHVWUDTXH¿QDOPHQWHVH
Esta pregunta inicial nos lleva inexora- pudo conformar y las variables que logra-
blemente a esbozar en sus rasgos gene- ron medirse. El análisis estadístico mostra-
rales la población más conveniente para rá los hallazgos concretos del estudio, per-
analizar el fenómeno que está directamen- mitiéndonos establecer inferencias sobre la
te ligado a la cuestión que nos convoca. validez interna del mismo. Algunos autores
Con este borrador se comienza a trabajar utilizan una expresión mucho más fuerte
en una parte esencial del proyecto, re- “la verdad del estudio”, la cual preferimos
ferida al tipo de diseño que se aplicará no emplear puesto que ninguna investiga-
y el plan de acción para llevar a cabo la ción está exenta de errores. Ello nos lleva a
investigación. Es un tiempo de discusión advertir que al momento de extraer conclu-
\ UHÀH[LyQ HQWUH ORV LQYHVWLJDGRUHV GHO siones la validez interna del estudio estará
estudio, para lo cual es necesario poner de alguna manera acotada por la presencia
todas las opiniones sobre la mesa no sólo del error. Esto adquiere niveles de mayor
en lo referente a las cuestiones metodo- peligrosidad si los investigadores preten-
lógicas sino también a las posibilidades den avanzar en su inferencia adentrándose
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 19

-OMENTOS 0LANTEOSYREALIZACIONES 1UI£NESPARTICIPAN 1U£SEEVAL¢A

0UNTODEPARTIDA 0REGUNTAAELUCIDAR 0OBLACI˜NENESTUDIO &EN˜MENODEINTER£S

0REPARACI˜NDEL $ISE®OY -UESTRAPROPUESTA 6ARIABLESPROPUESTAS


PROTOCOLO PLANIFICACI˜N

2EALIZACI˜N %STUDIORESULTANTE -UESTRADEFINITIVA 6ARIABLES


DELESTUDIO EFECTIVAMENTE
EVALUADAS
TDEOD. Componentes y secuencia de una investigación

en el terreno de la validez externa, la que a su vez con el factor que suponemos re-
conduce a la enunciación de verdades cuasi presenta un riesgo para el desarrollo de la
universales. Desde nuestra visión puede ser enfermedad en cuestión.
un salto al vacío. El sesgo de observación o recolección es
Para tratar de que las inferencias sean lo el resultado de diferencias sistemáticas en
más acertado posible habrá que prestar es- el modo que se recaban los datos referidos
pecial cuidado a los factores de error tanto a las variables predictivas y de impacto. En
en el diseño e implementación del estudio, estudios de casos y controles donde la va-
como así también en el análisis de los resul- riable de impacto ya se conoce (presencia o
tados. Las fuentes de error que pueden restar ausencia de la enfermedad) puede ocurrir un
SHVRDODVFRQFOXVLRQHVVRQORTXHVHGH¿QH sesgo por la tendencia a buscar con mayor
como error aleatorio y error sistemático. detenimiento el factor de riesgo que poten-
El error aleatorio está relacionado con cialmente se encuentra involucrado. En los
la presencia de algún factor desconocido estudios de cohorte la falta de seguimiento
que pueda distorsionar la muestra y los de los participantes es una fuente de error
datos sobre lo que estamos trabajando (en VLVWHPiWLFRTXHSXHGHSODQWHDUVHULDVGL¿-
cualquier dirección). Una manera de re- cultades. La falta de criterios estrictos para
GXFLUODLQÀXHQFLDGHHVWHWLSRGHHUURUHV GH¿QLU ORV GLVWLQWRV YDORUHV TXH WRPDQ ODV
aumentar el tamaño de la muestra. El error variables predictivas y de impacto lleva in-
sistemático, por el contrario, tiene que ver GHIHFWLEOHPHQWHDXQDLQFRUUHFWDFODVL¿FD-
con la existencia de un sesgo que altera los ción del factor de riesgo y la enfermedad,
resultados en una dirección. En líneas ge- respectivamente. Este sesgo se torna aún
nerales el error sistemático puede agruparse PiVVHULRVLODGLVWULEXFLyQGHOPLVPRGL¿H-
en dos grandes categorías, error de selec- re entre los grupos.
ción y error en la observación o modo de Sea como fuere, los errores aleatorio y sis-
informar el dato. El sesgo de selección es temático pueden determinar que se produz-
una eventualidad que puede darse cuando ca un error de muestreo y afecte la inferen-
los criterios que debe reunir el candidato a cia poblacional; o bien un error de medición
ser incluido en el estudio no son uniformes. y en ese caso el problema surgirá cuando
Supongamos que en un estudio de casos y tratemos de concluir con base en los datos
controles, los requisitos para incluir casos recogidos respecto del fenómeno de interés.
son distintos a los utilizados para los con- Para ir adentrándonos en un tema que lue-
troles y dichos criterios guardan relación go será tratado según el tipo de estudio, la
20 Lo esencial en investigación clínica

Tabla 1.2 brinda una serie de recomenda- 1.3 El origen de la idea a explorar y
ciones orientadas a reducir el error. elementos que hacen a una buena pregunta
5HGXFLUHOHUURUVLJQL¿FDTXHVLELHQQR
es posible eliminarlo, debemos propen- La realización de una investigación parte
GHUDTXHHOPLVPRQRVHDORVX¿FLHQWH- de una idea que exige la mayor creatividad
PHQWHVLJQL¿FDWLYRFRPRSDUDRFDVLRQDU posible de nuestra parte. Si ella está dotada
un cambio sustancial en las conclusiones. de gran originalidad desde su concepción
Cuando planeamos un estudio conviene primaria mucho mejor, de lo contrario de-
tener en claro que en algún momento EHUHPRVUH¿QDUOD\SDUDHOORPXFKDVYHFHV
tendremos que hacer concesiones entre es necesario consultar con expertos en el
ORTXHHVODYDOLGH]FLHQWt¿FDSRUXQODGR tema. Lamentablemente, los días en que el
y la factibilidad por el otro. Una vez for- investigador podía elegir con bastante li-
mulado el plan, la recomendación a tener bertad qué tipo de investigación pretendía
en cuenta es que analicemos si lo que he- realizar han quedado muy lejos. Hoy por
mos escrito servirá para contestar la pre- hoy se requiere conocer de antemano las
gunta en el contexto de algo factible de SULRULGDGHVTXH¿MDQODV,QVWLWXFLRQHVTXH
implementar con un nivel de error acep- ¿QDQFLDQODLQYHVWLJDFLyQ(QRWURVWpUPL-
table. Si la respuesta es negativa habrá QRVVLSUHWHQGHPRVREWHQHU¿QDQFLDFLyQ
que empezar de nuevo. Para no caer en a la hora de formular nuestro objetivo tra-
ODGHVD]yQHVEXHQRUHFRUGDUXQDGH¿QL- temos de que el mismo coincida de algu-
ción de W. Churchill, “el éxito no es más na manera con las pautas establecidas en
que ir de fracaso en fracaso sin perder el la convocatoria. Muchas Universidades
entusiasmo”. del mundo cuentan con un Departamento
-OMENTODELESTUDIO %RRORALEATORIO %RRORSISTEMÖTICO

$ISE®OEIMPLEMENTACI˜N !UMENTARELTAMA®OMUESTRAL -EJORARELDISE®O0OR


-EJORARLAPRECISI˜N EJEMPLO SIENUNESTUDIODE
DELASEVALUACIONES CASOSYCONTROLES LOS
PRIMEROSESTÖNHOSPITALIZADOS
TRATARDEQUELOSCONTROLES
TAMBI£NEST£NINTERNADOS
3ERMUYESTRICTOSENELMODO
ENQUESERECOLECTARÖNLOS
DATOS
!SEGURARSEDELAINFORMA
CI˜NPREEXISTENTEQUESE
CONSIGNAENLASHISTORIAS
CL¤NICAS
!NÖLISISDELOSRESULTADOS 5TILIZARM£TODOSESTAD¤STICOS $EEXISTIRUNADUDARAZONABLE
CORRECTOS CALCULAR SOBREALG¢NSESGO CONSULTAR
LOSINTERVALOSDECONFIANZA CONEXPERTOSENEPIDEMIOLO
G¤AANAL¤TICAPARAVERSISELO
PUEDEIDENTIFICAR

TDEOD. Estrategias para reducir el error


Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 21

donde se brinda información sobre las dis- guntas cuya elucidación tendrá una repercu-
WLQWDV HQWLGDGHV ¿QDQFLDGRUDV GH SUR\HF- sión inmediata sobre las políticas de salud y
tos de investigación. Con ello se facilita la práctica médica. Otros factores que con-
que el investigador tenga más chance de tribuyen tanto en la fundamentación de la
encontrar una Institución interesada en su pregunta como en el desarrollo de la investi-
línea de investigación. gación son los aspectos éticos, el interés que
Si bien no existe una receta respecto al la propuesta suscita entre los investigadores,
modo de confeccionar la pregunta, con- y la factibilidad de su realización, sea por-
viene tener en cuenta que las rupturas, in- que el número de pacientes y la experiencia
consistencias, combinaciones, analogías y técnica son los adecuados, o bien porque se
paradojas son ingredientes fundamentales GLVSRQHGHVX¿FLHQWHWLHPSR\GLQHUR
en el “caldero de las ideas”. El estar men-
talmente preparados para discernir las 1.4 Desarrollo de la cuestión a resolver y
falencias posibilita el rompimiento con estrategias para mejorar los objetivos
una interpretación alternativa del proble-
ma. Es muy recomendable que el inves- Inicialmente suele ocurrir que la idea pa-
tigador sea una persona ilustrada puesto rezca un tanto vaga o inapropiada, para lo
que ello acarrea no pocas ventajas. Por cual es aconsejable redactar en 1-2 pági-
un lado permite sopesar y combinar ideas nas la fundamentación del aspecto sobre el
preexistentes para proveer una nueva in- que se desea indagar, como así también las
terpretación de los fenómenos. A la par, bases para reclutar la población y efectuar
nos ahorraríamos los estériles debates en- las mediciones. Con el borrador en las ma-
tre cultivados ignorantes e ilustrados in- nos, los investigadores consiguen visuali-
cultos de las ciencias duras y sociales. En ]DU XQD VHULH GH GH¿FLHQFLDV TXH SXHGHQ
un plano igualitario se sitúan la analogía determinar la no factibilidad del proyecto.
y la paradoja. La ciencia abunda en ejem- Un entusiasmo excesivo suele llevarnos
plos donde la consideración de ideas aje- a formular una pregunta demasiado am-
nas a la disciplina en cuestión o a la mis- plia que requeriría un emprendimiento
ma ciencia provee de formas innovadoras cuasi faraónico para ser contestada. Ello
de concepción del problema en cuestión. se subsana acotando los interrogantes y
Nadie desconoce, por otro lado, que un reduciendo el número de variables. Al
hecho paradojal es un estímulo poderoso HIHFWXDU HVWDV PRGL¿FDFLRQHV VH GHEHQ
SDUDODLPDJLQDFLyQFLHQWt¿FD tomar todos los recaudos para que la
Al formular la pregunta conviene tener en cuestión no termine siendo irrelevante o
cuenta a los factores que contribuyen a que poco novedosa. Continuando con la lec-
nuestro interrogante sea la simiente de un tura del documento puede surgir que el
proyecto de investigación. Un aspecto cen- Q~PHUR GH SDUWLFLSDQWHV VHD LQVX¿FLHQWH
tral en estas cuestiones tiene que ver con la para la propuesta, con lo cual se debe-
originalidad del planteo, y en qué medida la rán expandir los criterios de inclusión,
investigación servirá para arrojar claridad en reducir los criterios de exclusión o bien
torno a problemas no resueltos, sea porque prolongar el tiempo de reclutamiento. Si
provee nuevos hallazgos o bien porque per- el grupo de investigadores responsables
PLWH FRQ¿UPDU R UHFKD]DU SRVWXODGRV SUH- no cuenta con un experto en el tema que
vios en un contexto diferente. Más allá de se pretende abordar, es probable que el
ODUHOHYDQFLDSXUDPHQWHFLHQWt¿FDKD\SUH- GLVHxR SUHVHQWH FLHUWDV GH¿FLHQFLDV TXH
22 Lo esencial en investigación clínica

se corrigen mediante la consulta con un de impacto es la incidencia de nuevos ca-


especialista en la materia. Dos cuestio- sos en los grupos que reciben o no la in-
nes adicionales están referidas al costo tervención. Si el ensayo fuera terapéuti-
que insume la realización del estudio y co, obviamente que el interés se centrará
los aspectos éticos del mismo. Algunos en la cantidad de fracasos y éxitos según
investigadores suelen consultar al Comi- los tratamientos administrados.
té de Bioética para cerciorarse de que el En la descripción de los objetivos espe-
protocolo que han preparado no se aparta Ft¿FRV HV DFRQVHMDEOH PHQFLRQDU HO WLSR
de las normas que rigen la investigación de individuos sobre los que se trabajará.
biomédica. Pueden darse circunstancias en que los
investigadores quieran analizar la in-
1.5 Formulación de los objetivos ÀXHQFLD GH OD YDULDEOH SUHGLFWLYD VREUH
mediciones que si bien no están relacio-
La enunciación de los propósitos genera- nadas con los propósitos fundamentales
les del proyecto debe señalar los princi- del estudio agregan información al mis-
pales aspectos a investigar brindando una mo constituyendo lo que se denominan
idea clara del tipo de estudio que se lle- objetivos secundarios. Tomemos como
vará a cabo, como así también de la po- ejemplo el caso de un ensayo clínico
tencial relación entre la variable predicti- WHUDSpXWLFR GRQGH DGHPiV GH OD H¿FDFLD
va y la(s) de impacto. En la investigación de un antibiótico sobre una enfermedad
básica es más frecuente que a las mismas infecciosa los investigadores también de-
se las denomine variables independientes VHDQVDEHUVLVHPRGL¿FDQORVPDUFDGRUHV
y dependientes, respectivamente. inmunológicos que la caracterizan.
$O GH¿QLU ORV REMHWLYRV HVSHFt¿FRV VH
deberá proveer información acerca de 1.6 Elección de los participantes
cómo se evaluará la dimensión del efec-
to de la variable predictiva (por ejemplo En lo referente a este aspecto vale la
una intervención) sobre la variable de SHQD UHSDVDU ODV GH¿QLFLRQHV GH SREOD-
impacto, tratando de ofrecer en la medi- ción y muestra. Una población es un
da de lo posible la precisión y exactitud grupo completo de personas con algunas
con las que se medirá el efecto. Para ello características en común, mientras que la
KDEUi TXH HVWDEOHFHU GH¿QLFLRQHV FRQFL- muestra es un subgrupo extraído de esa
sas de los valores que adoptará la varia- población. Ésta última se conforma con
ble de impacto, no sólo por las cuestiones base en los criterios de inclusión y exclu-
operativas de nuestro estudio sino tam- VLyQ/RVSULPHURVHVWDEOHFHQORVSHU¿OHV
ELpQSDUDORV¿QHVFRPSDUDWLYRVFRQORV que deberán poseer las personas a efectos
resultados obtenidos por otros autores, lo de responder a los objetivos del estudio.
TXH¿QDOPHQWHSHUPLWHHVWDEOHFHUSDXWDV 3DUD HOOR KD\ TXH GH¿QLU ODV FDUDFWHUtV-
de consenso. Al trabajar sobre estos as- WLFDVGHPRJUi¿FDVFOtQLFDVJHRJUi¿FDV
pectos del protocolo es aconsejable tener y temporales. Los criterios de exclusión
presente los estándares internacionales se preparan teniendo en cuenta si los pa-
que corrientemente se utilizan para la de- cientes presentan patologías concomi-
¿QLFLyQ GH PXFKDV HQIHUPHGDGHV 6L OD WDQWHV TXH SXHGDQ VLJQL¿FDU XQ PD\RU
investigación que pretendemos llevar a riesgo (para el caso de un tratamiento)
cabo es preventiva la principal variable o bien alterar el resultado de lo que se
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 23

pretende evaluar. Es frecuente excluir de tal. La desventaja es que por esa misma ra-
los ensayos clínicos a las personas dema- zón pueden ser relativamente homogéneos.
siado jóvenes o viejas como así también a
las mujeres embarazadas a menos que sean Muestreo no probabilístico
precisamente ellas las destinatarias de los Para los estudios no observacionales sino
objetivos del estudio. Entre los criterios más bien intervencionistas esta alternativa
de exclusión también se suelen mencionar es más práctica. Se distinguen tres tipos:
situaciones vinculadas directamente a las ‡0XHVWUHRFRQVHFXWLYRYDOHGHFLULQFOXLU
características y posibilidades del pacien- todo paciente que reúna los criterios de
te tales como, baja probabilidad de segui- selección para un determinado período de
PLHQWRLQFDSDFLGDGGHSURYHHUGDWRV¿GH- tiempo y número de enfermos. Es el modo
dignos y no adhesión a los requerimientos más práctico de los procedimientos no pro-
del estudio, entre otras. babilísticos.
‡0XHVWUHRSRUFRQYHQLHQFLDFRQVLVWHHQ
1.7 Tipos de muestreo incorporar a los integrantes más disponi-
bles de la población.
Llegado al punto de decidir el modo de ‡0XHVWUHRGLVFULPLQDGRHQHVWHFDVRHO
reclutar los participantes de la investiga- investigador elige de la población a su al-
ción y dependiendo del tipo de diseño se cance a los individuos más adecuados para
debe optar entre dos alternativas: mues- los propósitos del estudio, por ejemplo
treo probabilístico o no probabilístico. aquellos que cumplirán con todas las visitas
requeridas si el protocolo exige un estricto
Muestro probabilístico seguimiento de los pacientes.
Utiliza un proceso aleatorio por el cual cada La ventaja de estos tres últimos tipos
integrante de la población tiene chance de GH PXHVWUHRV UHVLGH HQ VX H¿FLHQFLD HV
ser elegido. De esa manera habrá bastante decir, le permite al investigador extraer
seguridad de que los fenómenos observados conclusiones a un menor costo en cuanto
en la muestra sean representativos de lo que a tiempo y esfuerzo. La desventaja es que
ocurre en la población. Este tipo de mues- el error (tanto en el diseño como la imple-
treo adopta las siguientes modalidades: mentación) puede llevar a inferencias un
‡0XHVWUHRDOHDWRULRVLPSOHVHDVLJQDXQ tanto apartadas en cuanto a lo que ocurre
número a cada integrante y luego se con- en la población.
fecciona la muestra mediante la utilización Para minimizar estas fuentes de error y
de una tabla de números al azar. al decidir sobre el diseño del estudio pre-
‡ 0XHVWUHR VLVWHPiWLFR OD VHOHFFLyQ HV guntémonos si la población blanco es la
periódica. Por ejemplo, de una lista de per- más adecuada para el interrogante sobre el
sonas se selecciona una por medio. cual se indagará. De no ser así tendremos
‡0XHVWUHRDOHDWRULRHVWUDWL¿FDGRLPSOLFD TXHUHGH¿QLUORVFULWHULRVGHLQFOXVLyQHV-
dividir a la población en subgrupos según SHFL¿FDQGRPHMRUODVFDUDFWHUtVWLFDVGHORV
raza o género, entre otros, para luego tomar pacientes, o bien discutir otras alternativas
una muestra al azar de cada estrato. con expertos. Puede darse que la población
‡0XHVWUHRSRUclusters: consiste en tomar DODTXHWHQHPRVDFFHVRQRVHDORVX¿FLHQ-
una muestra aleatoria de agrupaciones es- temente representativa de la población
pontáneas de individuos en una población, EODQFRORTXHLPSRQHPRGL¿FDUORVFULWH-
por ejemplo los que van a un mismo hospi- rios de inclusión teniendo en cuenta las ca-
24 Lo esencial en investigación clínica

UDFWHUtVWLFDVpWQLFDVGHJpQHURJHRJUi¿FDV que ver con los cambios en cuanto a la in-


y rango de edades de ésta última. cidencia, prevalencia, o mejoría y hasta in-
Superados estos inconvenientes no esta- cluso cura de la enfermedad. Los estudios
UHPRVH[HQWRVGHGL¿FXOWDGHVTXHSRGUtDQ observacionales, por el contrario, tratarán de
surgir durante la implementación. Por LGHQWL¿FDU IDFWRUHV TXH SXHGDQ GHWHUPLQDU
ejemplo, sería muy desafortunado que la una menor o mayor chance de desarrollar
muestra obtenida no fuese representativa la enfermedad, mientras que las investiga-
de lo que se pretendía inicialmente. Los ciones básicas o mecanísticas utilizan en su
factores que pueden llevar a una situación mayoría datos del laboratorio. En cualquiera
como la descrita es, por un lado, un error de los ejemplos mencionados es necesario
aleatorio en el muestreo, subsanable en TXHVHOOHJXHDXQDGH¿QLFLyQFODUDGHODV
parte mediante el incremento en el núme- variables que se pretenden evaluar no sólo
ro de personas o realización de un mues- por la consistencia misma del estudio sino
WUHR HVWUDWL¿FDGR SDUD DXPHQWDU DOJXQRV SRUODSRVLELOLGDGGHXWLOL]DUWDOHVGH¿QLFLR-
subgrupos. Por otro lado también se pue- nes en otros estudios y poder comparar los
de producir un error sistemático muestral resultados de las distintas investigaciones.
(sesgo), como sería una incapacidad de Buena parte de los resultados que se re-
contactar con algún tipo de pacientes, o cogen en una investigación está directa-
personas que por alguna razón no desean mente relacionada con los datos que brin-
participar. Como se dice vulgarmente aquí da el diagnóstico clínico de la enfermedad,
hay que “ponerse las pilas” y brindar una tanto en lo referido al examen físico y el
mejor información a los potenciales partici- interrogatorio, como así también a la serie
pantes en torno a los objetivos y necesidad de estudios complementarios a que son so-
del estudio. Menos frecuente, pero no im- metidos los pacientes. No debemos dejar de
probable, es que se hayan cometido errores lado que a la par de los éxitos terapéuticos
de cálculo que afectaron la composición y que se pueden conseguir con la utilización
número de la muestra. Por lo anteriormente de un nuevo tratamiento, también es nece-
señalado y por cuestiones que se abordarán VDULRLGHQWL¿FDUORVSRWHQFLDOHVHIHFWRVDG-
más adelante es bueno que el lector tenga versos que el mismo puede ocasionar. Para
en cuenta que el error sistemático es una un correcto registro de este tipo de even-
especie de taladro que orada los aspectos tualidades los investigadores pueden utili-
esenciales de una investigación actuando zar sistemas internacionalmente aceptados
en desmedro del éxito de la misma. Recu- de gradación de los efectos tóxicos, que en
perarse del ridículo es un trámite doloroso la mayoría de los casos son provistos por el
y a veces muy difícil. laboratorio patrocinante del estudio.
Así como se debe prestar especial aten-
1.8 Criterios de evaluación FLyQDODVGH¿QLFLRQHVQRHVPHQRVFLHUWR
que las variables a evaluarse en un estudio
Un punto central en cualquier tipo de inves- deben reunir algunos requisitos adiciona-
tigación clínica son las mediciones que se les. Un aspecto fundamental es la relevan-
deberán efectuar para poder contestar los cia de la medición. Si se tratase de un estu-
interrogantes planteados. Si el estudio es de GLRTXHHYDO~DODH¿FDFLDGHXQLQWHUIHUyQ
tipo intervencionista, vale decir un ensayo recombinante en enfermos con hepatitis,
clínico, las variables de impacto (también es aceptable que sumado a la evaluación
denominadas de salida o resultantes) tienen clínica se incluyan determinaciones de
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 25

ODERUDWRULRHVSHFt¿FR SRUHMHPSORWUDQ- también la clase de análisis a efectuar y la


saminasas) como pautas de seguimiento potencia estadística de las pruebas.
de la enfermedad. Ubiquémonos en una
situación diferente, en este caso los inves- Precisión y Exactitud
tigadores están interesados en determinar Antes de concluir sobre el tema de las
si el tratamiento con un fármaco que tie- mediciones es necesario efectuar algunas
ne acción contra el 7U\SDQRVRPDFUX]L en consideraciones adicionales sobre dos
personas infectadas con este parásito pue- FXHVWLRQHVYLQFXODGDVDOPRGRGHFXDQWL¿-
de ser efectivo para reducir la morbilidad car, como son la precisión y la exactitud.
y transmisibilidad de la infección. Para el Una medición precisa es aquella que
primero de los objetivos es claro que la arroja un valor muy parecido cada vez
evaluación se centrará en la realización de que se lleva a cabo la misma, por ejemplo
electrocardiogramas y algún otro estudio pesarnos en una balanza bien calibrada
adicional como el ecocardiograma. Para con la misma cantidad de ropa. La preci-
el caso de la transmisibilidad la elección sión se halla afectada por el error aleato-
es un tanto más complicada. Si bien se ha rio y las 3 fuentes de error que se deben
observado que los niveles de anticuerpos tener en cuenta al momento de efectuar
HVSHFt¿FRVFRQWUDHOSDUiVLWRVRQPiVED- las mediciones son: la variabilidad del
jos en aquellos que han recibido drogas observador, la variabilidad del observado
antiparasitarias dicha estimación no es lo y la variabilidad del instrumento de me-
VX¿FLHQWHPHQWHVyOLGDFRPRSDUDGHFLGLU dición. Se puede evaluar estadísticamente
si el tratamiento es realmente efectivo. la precisión de una variable a través del
Obviamente será necesario contar con FRH¿FLHQWHGHYDULDFLyQ GHVYtRHVWiQGDU
pruebas que nos puedan estimar el nivel media).
de la carga parasitaria del individuo, por
ejemplo hemocultivos o técnicas molecu- Exactitud es el grado de representativi-
lares de mayor sensibilidad. Si estos pro- dad real que tiene una variable sobre lo
cedimientos no están a nuestro alcance, que pretendemos estimar. Si efectuáramos
sea por razones económicas o técnicas, la mediciones de colesterol sérico usando
evaluación no es factible y deberemos re- un valor estándar incorrecto, el resultado
signar el segundo de los objetivos. será incierto no obstante que pudiera ser
La importancia de los criterios de eva- preciso.
luación aparece con toda claridad al mo- /DH[DFWLWXGVHKDOODLQÀXHQFLDGDSRUHO
mento de efectuar las inferencias, puesto error sistemático o sesgo y aquí también
que la validez interna de un estudio de- se distinguen tres fuentes, sesgo del ob-
pende de cuán representativas son las me- servador, por ejemplo cuando el operador
diciones que efectuamos de la variable en tiende a atribuir menos valores de presión
cuestión. Por su parte, la validez externa arterial en los que reciben una medicación
del estudio se apoya en parte en la repre- nueva; sesgo del sujeto, el que se da en la
sentatividad de nuestra variable sobre el persona que participa de la investigación
fenómeno de interés. por el simple hecho de que está siendo
Con el propósito de brindar una idea ge- estudiada; y sesgo instrumental, como el
neral sobre el tipo de variables que se uti- que se produciría por funcionamiento de-
lizan en investigación clínica, la Tabla 1.3 fectuoso de un aparato de medición mal
presenta los tipos de mediciones como así calibrado.
26 Lo esencial en investigación clínica

La exactitud de una medición puede ser Este tipo de instrumentos se utiliza funda-
estimada al compararla con los resultados mentalmente cuando necesitamos obtener
que se obtienen con técnicas de referen- datos acerca de las actitudes de las perso-
FLDORTXHHQODOLWHUDWXUDLQJOHVDVHGH¿QH nas, conductas, saberes, historia personal;
como gold standard. sea como procedimiento exploratorio de
Vale la peña señalar que precisión y exac- un estudio meramente descriptivo o bien
titud son características que no conviene para evaluar la respuesta a una interven-
aplicar cuando se trata de variables que ción, como podría ser una campaña de pre-
surgen de una escala donde los componen- vención. Cuando las personas a interrogar
tes subjetivos se hallan más presentes. presentan un nivel de educación aceptable
puede brindárseles el cuestionario para que
1.9 Cuestionarios o entrevistas ellas mismas lo contesten y lo entreguen en
XQVLWLRSUH¿MDGRGHORFRQWUDULRKDEUiTXH
Existen ocasiones en las cuales las medi- designar a un asistente con experiencia para
ciones que deseamos efectuar para respon- recabar este tipo de información. Habitual-
der a los interrogantes formulados se efec- mente el cuestionario se prepara, al menos
túan a través de una serie de preguntas a en sus lineamientos generales, en forma
los participantes del estudio por medio de conjunta con la redacción del protocolo a
dos alternativas: el cuestionario o la entre- efectos de determinar con claridad cuáles
vista. A diferencia de los pormenorizados son las preguntas más relevantes para los
criterios que existen para la realización de objetivos del estudio. Ello ayuda a estable-
ensayos clínicos, no existe un equivalente cer un límite en el número de preguntas a
similar para el modo de conducir estudios incluir ya que un interrogatorio prolongado
cuya recolección de datos pende de un puede ir en detrimento de la participación
cuestionario. de las personas y restarle tiempo, a su vez,
4IPOSDE-EDICIONES #ATEG˜RICAS /RDINALES #ONTINUAS
ONOMINALES ODISCRETAS

#ARACTER¤STICAS #ATEGOR¤AS #ATEGOR¤ASORDENADAS !MPLIAVARIACI˜N


DELAVARIABLE SINORDENALGUNO CONINTERVALOS
CUANTIFICABLES
%JEMPLOS '£NERO GRUPO£TNICO 'RADO 0ESOCORPORAL
DESEVERIDAD  'LICEMIA

2EPRESENTACI˜NY 0ORCENTAJES -EDIANASYRANGOS -EDIAÕ$3


EVALUACI˜NESTAD¤STICA 0RUEBASDECY&ISHER PRUEBASDEC 0RUEBADELA
5DE-ANN 7HITNEY
TDE3TUDENT
0ODER "AJO )NTERMEDIO !LTO !LTO

TDEOD. Escalas de mediciones


DS: desvío estándar
/DGHFLVLyQGHXWLOL]DUODVSUXHEDVGHȤR8GH0DQQ:KLWQH\GHSHQGHGHOQ~PHURGHFDWHJRUtDVRUGLQDOHV
que hemos asignado. Si la variable toma valores de 1-10 seguramente deberá utilizarse la segunda prueba esta-
dística.
/DVYDULDEOHVFRQWLQXDVWRPDQXQQ~PHURLQ¿QLWRGHYDORUHV SRUHMHPSORHOSHVR PLHQWUDVTXHODVGLVFUHWDV
WLHQHQXQDHVFDOD¿QLWD Q~PHURGHFLJDUULOORVGtD 
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 27

a las cuestiones que sí importan en la inves- caso de aspectos vinculados con la priva-
tigación. No obstante ello, si las preguntas a cidad de las personas extremar todos los
formular llevan a que el entrevistado tenga cuidados posibles al momento de redactar
menos predisposición a contestar, pueden el cuestionario. No es aconsejable incluir
incluirse algunas cuestiones menos relevan- preguntas que favorezcan un tipo de res-
tes que ayuden a crear un clima de mayor puesta en particular.
cooperación. Cuando se trata de un estudio ‡ 'HWHUPLQDU GH DQWHPDQR OD YDOLGH]
que involucra a un número importante de de lo que se está preguntando. Dicho en
personas lo aconsejable es que el llenado del otros términos, establecer en qué medida
cuestionario no lleve más de 30 minutos. Si ODUHVSXHVWDTXHGDHOHQWUHYLVWDGRUHÀHMD
es posible conviene valerse de un cuestiona- la situación real.
rio validado y utilizado en investigaciones ‡3URFXUDUTXHODVSUHJXQWDVVHDQFRQFUH-
previas, que por tratarse de un mismo instru- tas y formuladas en un modo que manten-
mento nos sirve además para contrastar los ga la atención de la persona que lo com-
datos de ambos estudios. pleta. Las preguntas demasiado extensas
3DUD QR SHUGHU GH YLVWD ODV GL¿FXOWDGHV no son convenientes.
con que podemos tropezar conviene tener ‡)RUPXODUODVSUHJXQWDVDORVLQYHVWLJD-
SUHVHQWHTXHHOVLJQL¿FDGRGHXQFXHVWLR- dores que participan del estudio o bien a
nario no es lo mismo para el investigador personas que pudiesen ser representativas
y el participante. El docente-investigador de la población que será entrevistada. Esta
persigue efectuar una presentación, publi- actividad ayudará a determinar cuál es la
FDFLyQ TXH UHGXQGDUi HQ XQ EHQH¿FLR HQ percepción que las personas tienen efecti-
su posición académica, informe favorable vamente de lo que nos interesa conocer.
para el Programa de Incentivos, carrera ‡ 5HDOL]DFLyQ GH XQ HVWXGLR SLORWR GH
docente, obtención de un subsidio, etc. Por campo en una muestra acorde con el blan-
la sobrecarga de actividades a que se halla co poblacional a estudiar y posterior análi-
sometido el colega, puede que buena parte sis para valorar si es necesario reformular
de la tarea de recolección de la información el cuestionario antes de su utilización en la
o prueba piloto esté en manos de jóvenes PXHVWUDGH¿QLWLYD3XHGHRFXUULUTXHDOJX-
entusiastas no muy bien entrenados en el nas cuestiones muy correctas para nosotros
tema. Por su parte, quien completa el cues- resulten irritantes para los encuestados.
tionario puede hacerlo por varias razones, ‡8ELFDUDODVSUHJXQWDVPiVFRQÀLFWLYDV
un interés real de contribuir a un mejor HQ OD SDUWH ¿QDO GHO FXHVWLRQDULR SXHVWR
conocimiento del problema, una cierta pre- que para ese momento hay un mayor chan-
sión a colaborar, agradar al investigador ce de que exista una buena relación entre el
(mucho más si es su docente) y a veces un entrevistado y el entrevistador.
modo de atemperar el aburrimiento. ‡(QWRGDPXHVWUDGHLQGLYLGXRVH[LVWHQ
A manera de recomendación, la formula- aquellos que exhiben una tendencia a acor-
ción del cuestionario requiere que se ten- dar con los enunciados de la encuesta. A
gan en cuenta los siguientes aspectos: efectos de mitigar este error, conviene que
‡ (VWDEOHFHU OD LQIRUPDFLyQ TXH VH SUH- los ítems se expresen alternativamente en
tende obtener con la pregunta y redactarla forma positiva: “mi médico me informa
en forma concisa en un lenguaje clara- correctamente sobre los riesgos de fumar”
mente comprensible para la población que y negativa: “la publicidad de las marcas de
deberá completar el cuestionario. Para el cigarrillos es habitualmente engañosa”.
28 Lo esencial en investigación clínica

Dos aspectos adicionales que no debe- vestigaciones preliminares o aquellas con


mos pasar por alto es que los participan- un mayor componente psicosocial es pre-
tes estén debidamente informados de los IHULEOHXWLOL]DUHVWHWLSRGHSUHJXQWDVD¿Q
propósitos del estudio, y se indique muy de obtener un panorama más abarcador de
bien el modo de llenado. De ser posible, es las respuestas posibles.
conveniente recolectar información sobre
las características generales de las personas Preguntas cerradas, en este caso el tipo
que no aceptan tomar parte de la investiga- de respuestas ha sido establecido con an-
ción a efectos de cerciorarnos que no existe terioridad y el individuo seleccionará una
un sesgo de participación. o más de las opciones ofrecidas. Basán-
donos en el ejemplo anterior, la pregunta
Si se quisiera cotejar las ventajas del sería: ¿cuáles de los siguientes factores
cuestionario respecto de una entrevista considera Ud. que pueden favorecer el
resulta claro que el primero de ellos es GHVDUUROORGHXQD~OFHUDHQHOHVWyPDJR"
menos costoso de realizar y más fácil de [ ] cigarrillo
estandarizar dado que las instrucciones [ ] bebidas alcohólicas
escritas reducen el sesgo que puede gene- [ ] nerviosismo
rar el entrevistador. Por otro lado, la pre- En estudios que involucran a un gran
servación del anonimato aumenta la pro- número de personas es conveniente uti-
babilidad de que el participante responda lizar este tipo de cuestionarios, ya que se
con veracidad. Respecto de la entrevista, facilitará la realización del análisis esta-
es evidente que a través de ella se puede dístico.
FODUL¿FDU OD SUHJXQWD \ REWHQHU LQIRUPD-
ción más exacta o aumentar la amplitud Preguntas directas e indirectas. En el
de la misma extrayendo respuestas inclu- primer caso, como su nombre lo indica,
so más complejas. Una ventaja adicional el entrevistador formula el interrogante
es que, de acuerdo al modo en que se va sin rodeos. Por el contrario, si la infor-
desarrollando la entrevista, el entrevista- mación que deseamos recabar tiene que
dor puede controlar el orden de las pre- ver con aspectos más íntimos o de mayor
guntas para favorecer la recolección de la compromiso es conveniente utilizar un in-
información. terrogatorio indirecto, vale decir, obtener
Antes de abocarnos al tipo de preguntas el dato a través de una serie de preguntas
que se incluirán, tengamos presente que los relacionadas.
cuestionarios arrojan datos referidos a opi-
niones del entrevistado o hechos que tienen Códigos, puntajes y escalas. Los códigos
que ver con la persona, por ejemplo hábitos numéricos y alfabéticos del cuestionario
de la vida cotidiana, conocimiento sobre si- permiten transformar a las respuestas en
tuaciones de la realidad circundante. variables que luego se analizan estadísti-
camente. Para variables nominales, como
Preguntas abiertas, tratan de obtener una podría ser raza, se pueden usar números,
respuesta con las propias palabras del in- por ejemplo: criollo 1, descendiente de
dividuo y pueden proveer futuras líneas italianos 2, descendiente de españoles 3,
de exploración, por ejemplo, ¿qué fac- descendiente de otros pueblos europeos
tores cree usted que pueden favorecer el 4, etc. En algunos casos se puede asignar
WHQHU XQD ~OFHUD HQ HO HVWyPDJR" (Q LQ- un puntaje a la respuesta del individuo,
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 29

A%XAMENCARDIOLØGICOCADAMESES    
B%XAMENUROLØGICOANUAL    
C6ACUNACIØNANUALPARALAGRIPE    
por ejemplo, supongamos que la pregun- tionario incluya preguntas que plantean
ta es ¿cuán importantes son los siguientes FRQÀLFWRHQHOHQWUHYLVWDGRSRUHMHPSOR
aspectos para que un hombre mayor de 65 el alcoholismo, se suele aconsejar que el
DxRVVHFRQVHUYHHQEXHQHVWDGRGHVDOXG" entrevistador sea una persona sin relación
'RQGH ODV DVLJQDFLRQHV GH VLJQL¿FDGR alguna con la comunidad donde se recaba
son las siguientes, 1 = muy importante, la información.
2 = importante, 3 = poco importante y 4 = $¿QGHDVHJXUDUODUHSURGXFLELOLGDGGHO
no importante procedimiento, es necesario que se estan-
darice la técnica para entrevistar, de modo
Puede ocurrir que deseáramos tener que si un participante fuera entrevistado
una estimación sobre el conocimiento o nuevamente (por la misma persona o bien
imaginario que la persona tiene respecto otro individuo) la respuesta debería ser la
de algún problema médico, para lo cual misma. Al preparar los criterios para la
debamos efectuar una serie de preguntas estandarización debe tenerse presente que
como las señaladas más arriba. En ese el sitio y la hora de la entrevista no han de
caso habrá que obtener un único puntaje presentar mayores variaciones entre los
general a partir de la utilización de una participantes.
escala que atribuye un valor (que siem- Si bien es poco frecuente que en los estu-
pre será el mismo) para cada una de las dios basados en cuestionarios se obtenga
preguntas que se formulan. Por ejemplo un 100% de respuestas, es necesario tener
la coincidencia de la persona con el enun- en cuenta que la exclusión de este grupo,
ciado 1 = está completamente de acuerdo, sobre todo cuando la proporción de no
2 = está de acuerdo, 3 = ni lo uno ni lo respondedores no es despreciable, intro-
otro, 4 = está en desacuerdo, 5 = está en ducirá un sesgo importante al momento
total desacuerdo. de extraer las conclusiones del estudio.
Para que no se genere una situación de
Consideraciones adicionales sobre esta naturaleza se puede efectuar un estu-
el entrevistador y la entrevista GLRSLORWRD¿QGHLGHQWL¿FDUODVSUHJXQWDV
(QORTXHVHUH¿HUHDOSULPHURGHORVDV- con mayor probabilidad de no respuesta.
pectos se debe prestar especial atención a A partir de este dato se procede a explicar
las características de la persona encarga- debidamente a los participantes sobre los
da de efectuar la entrevista, tales como la objetivos del estudio o bien elegir entre-
FRQ¿DELOLGDGUHVHUYDSXQWXDOLGDG(VWDV vistadores que respetando las formas sean
condiciones facilitan la tarea a realizar y ORVX¿FLHQWHPHQWHKiELOHVSDUDREWHQHUOD
crean una mayor disposición por parte del información que se desea recabar.
entrevistado. Otras cuestiones a tener en
cuenta son la edad, género, clase social, y Datos secundarios
nivel de instrucción del entrevistador. No En este caso el investigador tratará de res-
es conveniente que interrogatorios diri- ponder a la pregunta a partir de la utili-
gidos a adultos mayores sean efectuados zación de datos que originalmente fueron
por jóvenes. Para el caso en que el cues- recabados para otro objetivo. La relativa
30 Lo esencial en investigación clínica

mayor disponibilidad de bases de datos familiares de tuberculosis entre los indi-


en nuestros días ofrece una oportunidad viduos que padecen esta enfermedad, par-
para este tipo de investigaciones. La prin- ten indefectiblemente de una hipótesis.
cipal ventaja reside en la rapidez y bajo
costo con que se obtiene la información. Hipótesis nula y alternativa
No obstante ello hay que tener en cuenta La primera indica que no existe relación
que el modo en que fueron recogidos esos alguna entre la variable independiente y
datos respondía a otros objetivos pre-de- dependiente. Partiendo de la proposición
terminados, lo cual en alguna medida de que no hay asociaciones, las pruebas
constituye una limitación. estadísticas determinarán la probabilidad
de que la detección de una eventual aso-
1.10 Tipos de hipótesis ciación sea simplemente por chance. La
hipótesis alternativa que sustenta los ob-
Si bien no es posible ajustarse a una úni- jetivos del estudio no puede aceptarse di-
FD GH¿QLFLyQ GHO WpUPLQR HQ OtQHDV JH- rectamente sino por exclusión, vale decir
nerales se trata de una supuesta relación cuando la prueba estadística nos autoriza
entre predictores y fenómenos de interés a rechazar la hipótesis nula.
o bien de una explicación anticipada de La hipótesis alternativa a una cola espe-
pVWRV~OWLPRVDVHUYHUL¿FDGD7DPELpQHV FL¿FDODGLUHFFLyQGHODDVRFLDFLyQHQWUH
el nexo entre teoría e investigación y un las variables independiente y dependien-
interrogante cuya respuesta conducirá al te, mientras que la hipótesis a dos colas
planteamiento de nuevas hipótesis. Des- sólo establece que existe una asociación,
de el plano relacional existen hipótesis SHURQRHVSHFL¿FDODGLUHFFLyQGHODPLV-
de asociaciones causales (los valores que ma. En muchas ocasiones el investigador
toma una variable dependen de la otra va- presume de antemano el sentido de la
riable) o no. En este último caso, el com- asociación en caso de que pueda ser de-
SRUWDPLHQWRGHXQDYDULDEOHLQÀX\HVREUH tectada.
la variación de la otra, o bien existe una
relación de covariación; es decir, una de- Error tipo I y error tipo II
terminada correspondencia entre el com- Con base en los conceptos vertidos prece-
portamiento de ambas variables. dentemente, el lector habrá advertido que
Como ya fuera mencionado a principios la meta fundamental de la metodología
del capítulo, existen estudios observacio- GH OD LQYHVWLJDFLyQ FLHQWt¿FD HV UHGXFLU
nales meramente descriptivos que no par- el error a su mínima expresión posible.
ten o no requieren de una hipótesis de tra- Aún cuando hayamos prestado especial
bajo como lo entendemos habitualmente, atención a los aspectos referidos al error
ya que el propósito de dicha exploración aleatorio y al error sistemático, puede
HVLGHQWL¿FDUODVFDUDFWHUtVWLFDVGHXQJUX- ocurrir que los resultados de una investi-
po poblacional, por ejemplo, el hábito de JDFLyQQRUHÀHMHQORTXHHQUHDOLGDGHVWi
ingerir alimentos conservados entre los ocurriendo en la población, y que se ex-
pacientes con un determinado desorden traigan conclusiones desacertadas por no
metabólico. Por el contrario, los estudios haber tenido en cuenta dos errores adicio-
que comparan variables con alguna vin- nales, el tipo I y el tipo II.
FXODFLyQ¿VLRSDWRJpQLFDWDOFRPRGHWHU- El error tipo I (también llamado alfa) se
minar si existen mayores antecedentes presenta en el caso en que el investigador
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 31

rechaza la hipótesis nula (HN) cuando en una chance del 10% de no encontrar la di-
realidad es cierta. Una manera alternativa ferencia. Si fuésemos indagados de cuán
GH GH¿QLU D HVWH HUURU HV OD SUREDELOLGDG seguros estamos de que esa diferencia no
de hallar que dos grupos son diferentes existe, la respuesta es un 90% de certeza.
cuando en realidad no lo son (falso posi- Idealmente uno debería trabajar con error
tivo). El otro error, tipo II o beta, tiene lu- = 0, pero eso requeriría emplear mues-
gar cuando no podemos rechazar la HN, tras demasiado grandes. Generalmente
no obstante que es falsa. Dicho en otros se parte trabajando con un error α=0.05
términos, es la probabilidad de encontrar \ XQ HUURU ȕ  DXQTXH SXHGH QR VHU
que dos grupos son iguales cuando en así. Suponiendo que deseamos introducir
realidad son distintos (falso negativo). un nuevo tratamiento para una patología
Más adelante veremos que para el caso infecciosa donde existe una terapéutica
de las mediciones, el error sistemático antibiótica efectiva y con pocos efectos
puede llevar a falsos positivos o falsos colaterales, el error alfa de este ensayo
negativos, pero esto no tiene nada que ver FOtQLFR GHEHUi ¿MDUVH HQ HO  SDUD UH-
con el error tipo I o tipo II. ducir la chance de un resultado falso po-
Para una mejor ilustración de los concep- sitivo. Podríamos ubicar al error beta por
tos vertidos, la Tabla 1.4 brinda una con- debajo de 0.80 puesto que el nuevo trata-
frontación teórica entre lo que ocurre en miento no nos interesa tanto, dado que ya
realidad (y desconocemos) y los hallazgos contamos con uno muy satisfactorio.
de la investigación. Partiendo de la pre- (Q XQ VHQWLGR PiV DPSOLR SXHGH D¿U-
misa de que la HN sostiene que no existe marse que el poder de un estudio, en tér-
asociación entre las variables predictiva y minos de la capacidad de detectar el efec-
de salida, en la situación [a] los investiga- to que plantea la hipótesis, no sólo tiene
dores han rechazado equivocadamente la que ver con el error beta sino también con
HN (error tipo I), mientras que en la situa- el peso o magnitud del efecto y el nivel
ción [b] la misma ha sido aceptada como de probabilidad por el cual esa diferencia
correcta cuando en realidad no lo era. VHUi HVWDGtVWLFDPHQWH VLJQL¿FDWLYD $P-
Al error alfa también se lo denomina bos conceptos se tratan a continuación.
VLJQL¿FDGR HVWDGtVWLFR (VWR HV VL HVWD-
blecemos un error alfa = 0.05, la máxima Magnitud del efecto
probabilidad de rechazar incorrectamente La probabilidad de hallar una asociación
la hipótesis nula es del 5%. entre las variables predictiva y de impacto
Cometer el error beta es, por el contra- dependerá de cuán grande es esa relación
rio, aceptar lo que en realidad no es cier- en la población de referencia. Suponien-
WR    ȕ GH¿QH HO poder del estudio1 y do que el hábito de fumar condiciona un
representa la probabilidad de evitar un riesgo 10 veces aumentado de desarrollar
UHVXOWDGRIDOVRQHJDWLYR3RGUtDPRVGH¿- enfermedad coronaria, será relativamente
nirlo como la probabilidad de detectar una fácil detectar dicha asociación en la mues-
diferencia (p<α) asumiendo que la misma WUD VHOHFFLRQDGD /D GL¿FXOWDG TXH VH OH
H[LVWH 6L HO HUURU ȕ VH HVWDEOHFH DO  plantea al investigador es que la mayor
estamos aceptando que trabajaremos con parte de las veces no tenemos elementos

(OSRGHUGHOHVWXGLRWDPELpQVHSRQHGHPDQL¿HVWRDOLQGLFDUHOLQWHUYDORGHFRQ¿DQ]D ,&YHUFDStWXOR GHODYDULDEOH


estimada, puesto que un IC muy amplio en torno al efecto calculado pone de relieve el bajo poder del mismo. De ese modo
evitaremos aquello de que la “ausencia de evidencia no es evidencia de la ausencia”.
32 Lo esencial en investigación clínica

6ARIABLESPREDICTIVA 6ARIABLESPROPUESTAS
YDEIMPACTOASOCIADAS

2ESULTADOSDEL 2ECHAZODELAHIP˜TESISNULA $ECISI˜NCORRECTA %RRORTIPO);a=NO


ANÖLISIS DEBER¤AMOSRECHAZARLA
%STAD¤STICO !CEPTACI˜NDELAHIP˜TESISNULA %RRORTIPO));B= NO $ECISI˜NCORRECTA
DEBER¤AMOSACEPTARLA
TDEOD. Comparación entre lo que efectivamente ocurre en la población y los resultados de un estudio

como para establecer un valor aproximado hipotético, supongamos que deseáramos


de la magnitud del efecto. Por el contrario evaluar el efecto tóxico potencial del medi-
es eso lo que precisamente queremos saber. camento X sobre la producción de una ane-
3ODQL¿FDUHOHVWXGLRVLQWHQHUDPDQRXQD mia hemolítica, enfermedad que por otro
idea aproximada sobre este dato tampoco lado está en parte vinculada a la presencia
es posible porque es un elemento indispen- aumentada de anticuerpos anti-eritrocitos,
sable al momento de calcular el tamaño que de por sí existen en muchas personas,
muestral. Si se hallan disponibles se pue- el supuesto confounder. De contar con evi-
den utilizar datos de estudios relacionados dencia experimental en el sentido de que
o pruebas piloto. Existen ejemplos donde HO IiUPDFR ; DXPHQWD VLJQL¿FDWLYDPHQ-
previamente al estudio en sí, se tuvo que te los niveles de estos autoanticuerpos, el
efectuar un ensayo preliminar para tener confounder será más bien el (o uno de los)
una idea de la magnitud del efecto. mecanismo(s) que median el desarrollo de
Puede darse una situación donde el inves- la anemia.
tigador piense que existe un factor de con- 3ODQL¿FDU XQ HVWXGLR LQFOX\H SUHYHU ORV
fusión –FC– (en inglés confounder) que FC de antemano actuando desde el mismo
incida sobre la asociación que se pretende diseño del estudio. La manera de controlar
establecer. Un confounder es un factor ex- los FC es por medio de la randomización,
trínseco que está vinculado a la variable in- la restricción y la comparatividad. Del pri-
dependiente (predictiva) y que tiene efecto mero de ellos nos ocuparemos al referirnos
por sí mismo sobre la variable de impacto a los ensayos clínicos.
o resultante. El FC puede aumentar, dismi- La restricción debe aplicarse en los cri-
nuir o cambiar el sentido de la asociación. terios de inclusión para eliminar el FC o
3DUDFODUL¿FDUODFXHVWLyQWRPHPRVFRPR reducirlo sustancialmente. Si la variable de
ejemplo hipotético sobre un estudio en impacto también estuviese afectada por la
que los investigadores quieren determinar edad, se puede restringir el rango de eda-
VLODSUHVHQFLDGHHVWUpVPRGL¿FDHOFXUVR des como para tener un control aceptable
de una enfermedad, dejando de lado que el sobre el FC. Al adoptar esta decisión de-
estrés puede estar asociado con una mayor bemos ser conscientes de que se reducirá
ingestión de alcohol, el cual también mo- la disponibilidad de candidatos potenciales
GL¿FDODHQIHUPHGDGHQFXHVWLyQ(VQHFH- para ser incluidos. Por otro lado, tampoco
sario diferenciar, sin embargo, que cuando podremos determinar los eventuales cam-
la variable predictiva ejerce algún efecto bios de la variable de impacto según la va-
sobre el FC, éste no sería un confounder riación del FC.
sino un eslabón en la cadena de víncu- A diferencia de la restricción donde se
los causales. Valiéndonos de otro ejemplo circunscribe al FC, la comparatividad per-
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 33

mite que el mismo pueda variar siempre ‡ 6HOHFFLRQDU OD SUXHED HVWDGtVWLFD TXH
que la distribución de esta variación no utilizaremos.
GL¿HUD HQWUH ORV JUXSRV 5HWRPDQGR HO ‡3URFHGHUDOFiOFXORXWLOL]DQGRODVWDEODV
ejemplo de la edad podremos trabajar con apropiadas o algún programa estadístico.
un rango mucho más amplio respetando $PDQHUDGHJXtDVLPSOL¿FDGDOD7DEOD
la condición de que no existan diferen- indica los procedimientos estadísticos que se
cias intergrupales. Una desventaja de esta utilizan con mayor frecuencia. Como puede
PRGDOLGDGUHVLGHHQODGL¿FXOWDGTXHJH- advertirse la elección de la prueba estadísti-
neralmente se presenta cuando son varios ca tiene que ver con las características de las
los factores a tener en cuenta en la compa- variables predictiva y de impacto.
ratividad. Supongamos que existieran dos Si el investigador tuviera fundadas ra-
FC que necesitamos controlar, tales como zones para reducir el error alfa, indefec-
género (2) y edad (en 4 categorías), lo que tiblemente deberá incrementarse el ta-
arrojará 8 combinaciones posibles para maño muestral. En líneas generales una
tener en cuenta. La comparatividad es un reducción del error alfa desde 0.05 a 0.01
recurso habitualmente empleado en los ocasiona un incremento del 70% en el ta-
estudios observacionales con un tamaño maño muestral (si el poder del estudio es
muestral más reducido (casos y controles) 0.50) o del 50% si el error beta = 0.20. La
y en los ensayos clínicos. Se lo utiliza mu- Tabla 1.6 provee una idea aproximada del
cho menos en las investigaciones en gran tamaño muestral con que se deberá traba-
HVFDOD FRKRUWHV GDGDVODVGL¿FXOWDGHVHQ jar según el margen de error establecido.
términos de tiempo, dinero y sujetos que (VWRHVHQWpUPLQRVUHODWLYRV\DORV¿QHV
abandonan el estudio con el transcurrir de ilustrativos, ya que la tabla no contempla
los años; factores todos ellos que terminan el tercer elemento que se requiere para el
afectando a la comparatividad. El capítu- cálculo exacto del tamaño muestral que es
lo 4, referido al tratamiento de los datos, la magnitud del efecto.
brinda información acerca de los métodos
estadísticos para evaluar el efecto del FC. Estimación del tamaño muestral para el
caso de una variable continua
Cálculo del tamaño muestral Supongamos que un investigador quiere
Tras habernos referido a los tipos de hipó- determinar la ventaja de un hipotensor so-
tesis, los errores que nos llevan a aceptar bre otro para el tratamiento de la hiperten-
como verdaderas o falsas situaciones que sión arterial. La variable dependiente es
en realidad no lo son y la magnitud del la presión sistólica (PS). La información
efecto, podemos abocarnos a determinar previa establece que la PS media en los
el número de individuos que se requiere hipertensos tratados es de 150 ± 30 mmHg
para llevar a cabo nuestra investigación. (DS, desvío estándar). El investigador
Los elementos a tener en cuenta para es- pretende detectar una diferencia del 10%
timar el tamaño de la muestra son los si- más (es decir una mejoría del 10% sobre
guientes: esa variable).
‡(VWDEOHFHUODKLSyWHVLVQXOD\ODDOWHU- La hipótesis nula dirá que la PS en los
nativa (una o dos colas). tratados con cualquiera de los 2 hipoten-
‡'HWHUPLQDUFRQHOPD\RUFHUWH]DSRVL- sores será la misma.
ble la magnitud del efecto. La magnitud del efecto = 15 mmHg
‡'HWHUPLQDUHOHUURUD\HOHUURUȕ (10% x 150 mmHg)
34 Lo esencial en investigación clínica

La magnitud del efecto estandarizado suponen que la exposición a pesticidas con


(magnitud del efecto / DS) = 0.5 algún potencial carcinogénico podría du-
Error α  DGRVFRODV HUURUȕ  plicar esa incidencia.
Si observamos en la Tabla 1.7 se ad- La incidencia en los no expuestos (P2) es
vierte que necesitaremos 63 pacientes 0.10 y en los expuestos (P1) = 0.20 y la
por grupo. diferencia entre P1 y P2 = 0.10. Los in-
vestigadores establecen un error α = 0.05
Ejemplo de cálculo del tamaño muestral (de una cola) y un error a = 0.20. Si nos
para una variable dicotómica ubicamos en la Tabla 1.8 podemos ver que
Imaginémonos ahora que la cuestión a para el menor de los valores (en este caso
estudiar es si la incidencia de cáncer de P2=0.10) y una diferencia esperada de 0.10
piel en adultos que manipulan pesticidas necesitaremos 156 personas por grupo.
es superior a la de los no expuestos. Los /D GHFLVLyQ GH XWLOL]DU XQ HUURU ȕ D XQD
datos recogidos de la literatura indican sola cola está fundamentada en la presun-
que la incidencia de cáncer de piel en un ción de que los pesticidas pueden causar
quinquenio es del 0.10. Los investigadores cáncer.

6ARIABLEDEIMPACTOOVARIABLERESULTANTE
6ARIABLE0REDICTIVA $ICOT˜MICA #ONTINUA

$ICOT˜MICA 4ABLADEX 0RUEBADELAT

#ONTINUA 0RUEBADELAT #ORRELACI˜N

TDEOD. Tipos de pruebas estadísticas que se requieren para el cálculo del tamaño muestral

%RRORTIPOD 0ODERDELESTUDIO E
   

    

    

    

TDEOD. Tamaño relativo aproximado de un ensayo clínico según los diferentes niveles de error alfa y beta
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 35

DUNACOLA DUNACOLA DUNACOLA


DDOSCOLAS DDOSCOLAS DDOSCOLAS

-%3 E  E  E  E  E  E  E  E  E 
         
         
         

         
         
         


   
 
  


 




  


 




  



 




  


 




  


 




  



TDEOD. Tamaño muestral requerido por grupo al comparar de variables
medias continuas por la t de Student
0(6PDJQLWXGGHOHIHFWRHVWDQGDUL]DGR
36 Lo esencial en investigación clínica

TDEOD. Tamaño muestral para la comparación de 2 proporciones (por razones de espacio la tabla está truncada
a valor máximo en la diferencia entre P1 y P2 llega hasta 0.50)

6ALOR MENOR DE $IFERENCIAESPERADAENTRE0Y0


0Y0    
    

      
 
        
        

         

        

       


       


       


       




       

       

      
 

         


        
        
         
        
        
         
        
        
         
        
        
         
        
        
        
       
       

 9DORUVXSHULRUĮ  XQDFROD RĮ  GRVFRODV ȕ 


 9DORULQWHUPHGLRĮ  XQDFROD RĮ  GRVFRODV ȕ 
 9DORULQIHULRUĮ  XQDFROD RĮ  GRVFRODV ȕ 
P1 y P2 representan la proporción de personas en quienes se espera que se presente el fenómeno de interés, en
los grupos 1 y 2, respectivamente. En un estudio de casos y controles, P1 y P2 están referidos a la proporción de
casos y controles que presentan la variable predictiva, respectivamente.
Cuestiones básicas para la preparación del protocolo 37

En la actualidad las tablas para el cálculo resultados que se están obteniendo sea cada
del tamaño muestral están siendo sustitui- 6 meses o anualmente. La fundamentación
das por programas de computación que fa- de efectuar comparaciones preliminares
cilitan la tarea (por ejemplo, el EPI INFO). tiene que ver con el hecho de que si se de-
También existen sitios en la red donde se tectara la superioridad de un tratamiento, se
puede acceder a diversos programas que SXHGH ¿QDOL]DU LQPHGLDWDPHQWH HO HVWXGLR
calculan tamaños muestrales, por ejemplo, y evitar que un grupo de pacientes sea so-
http://members.aol.com/johnp71/javastat.html. metido a un régimen terapéutico de menor
A manera de recomendación tener siem- H¿FDFLD(QHVWXGLRVFRQLQWHUYHQFLRQHVGH
pre presente si los recursos de que dispone- 2-4 años de duración puede ser conveniente
mos son adecuados para el número de per- efectuar, en el ínterin, dos análisis más las
sonas que debemos reclutar en el estudio. FRPSDUDFLRQHV¿QDOHV(QHVWRVFDVRVHOWD-
Otro factor a tener en cuenta en el cálcu- maño muestral se incrementa alrededor de
lo del tamaño muestral es la intención de XQ\HOQLYHOGHVLJQL¿FDFLyQHVWDGtVWL-
efectuar análisis interinos, para revisar los ca se ubica generalmente en el 0.01.
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2

CAPITULO
Estudios observacionales

Una gran parte del conocimiento médico se hallan libres de enfermedad al momento
que hoy poseemos se debe a los estudios de la inclusión. Una de las ventajas de los
observacionales efectuados a lo largo de los estudios de cohortes es que permiten exa-
siglos. Le corresponde al siglo XX, sin em- minar incluso múltiples efectos de una sola
bargo, el mérito de haber sido el gran motor exposición. La limitación más importante es
de la investigación clínica orientada a des- el costo operativo que acarrean estos estu-
cribir los problemas de salud, sus eventuales dios, lo cual implica que la fundamentación
causas y en consecuencia posibles pautas para llevarlo a cabo debe apoyarse en alguna
de intervención. Dada la relevancia de este evidencia previa en favor de la hipótesis. En
tipo de investigaciones, en las secciones PXFKDVRFDVLRQHVODMXVWL¿FDFLyQVHEDVDHQ
subsiguientes se expondrán los lineamien- los resultados de un estudio de casos y con-
tos centrales en los que se encuadran estos troles ad hoc practicado con antelación.
estudios. /RVHVWXGLRVGHFRKRUWHVVHFODVL¿FDQJH-
neralmente en prospectivos y retrospecti-
vos, los cuales dependen de la relación entre
2.1 Estudios de cohortes el momento en que se inicia el estudio y la
aparición de la enfermedad.
Las investigaciones de este tipo son aquellas
en las que se efectúa un seguimiento de los Tipos de cohortes
participantes durante un período de tiempo
HVWLSXODGR (OOR SXHGH VHU D ORV ¿QHV GHV- (VWXGLRV SURVSHFWLYRV en este caso se-
criptivos, tal como estimar la incidencia de leccionamos a un grupo de individuos que
alguna anormalidad, o bien analíticos. Vale no presentan determinada anormalidad en
decir, determinar si existe asociación entre cuestión, para analizar el (los) factor(es) de
un supuesto factor de riesgo (FR) y una si- ULHVJRTXHSRGUtDQHMHUFHUDOJXQDLQÀXHQFLD
tuación patológica, dado que los individuos sobre el desarrollo de la misma. Luego de

 
#ON&2 %NFERMOS .OENFERMOS
-UESTRAELEGIDA
3IN&2 %NFERMOS .OENFERMOS
40 Lo esencial en investigación clínica

un período de tiempo estipulado constata- necesariamente suelen contener datos so-


remos quiénes desarrollaron la enfermedad bre los FR y confounders que sean objeto
y quiénes no, en función de la presencia o de nuestro estudio. Lo cierto es que si la
ausencia del FR. información de interés está disponible, los
Es un método muy poderoso para investi- diseños retrospectivos son más fáciles de
gar las potenciales causas de una situación llevar a cabo y por supuesto mucho menos
patológica, dado que el supuesto factor costosos. La limitación es que no tenemos
causal es estimado antes de que ocurra el control sobre la naturaleza y calidad de las
fenómeno. Esa secuencia temporal fortale- mediciones que se efectuaron.
ce la inferencia de que el FR tenga que ver Recientemente se publicó un estudio
con los determinantes de la enfermedad. efectuado en Finlandia que trataba de iden-
/DPD\RUGL¿FXOWDGTXHRIUHFHHVWHWLSR WL¿FDU HO SRWHQFLDO HIHFWR SURWHFWRU GH OD
de estudio es económica, más aún cuando vacuna BCG sobre el desarrollo de aler-
la incidencia de la condición es baja y nos gias. Dado que en ese país existe un Sis-
obliga a trabajar con una muestra demasia- tema Nacional de Salud los investigadores
do grande. Otra limitación está referida a fueron capaces de rastrear los antecedentes
la existencia de algún confounder, el que de adolescentes de 20 años (alérgicos o no)
nos llevaría a una conclusión errónea de respecto de la vacunación con BCG en la
no tenérselo en cuenta. Supongamos que primera infancia y las sucesivas consultas
nuestra propuesta es determinar la partici- en servicios de pediatría.
pación del hábito de sedentarismo sobre la
patología coronaria, sin determinar si los (VWXGLRVHQDPEDVGLUHFFLRQHV este tipo
TXHUHDOL]DQDFWLYLGDGItVLFDRQRGL¿HUHQ de diseño se aplica en los casos en los que
en la proporción de fumadores. la variable predictiva puede tener efectos
Un problema que también puede plan- tanto a corto como largo plazo. Suponga-
tearse es cuando la patología en estudio tie- mos que existiera una sospecha bastante
ne una larga fase pre-clínica. En este caso fundada de que un compuesto químico X
se deben utilizar pruebas diagnósticas de no sólo produce efectos tóxicos a poco de
alta sensibilidad o bien prolongar el tiempo tomar contacto con él sino que también
de seguimiento. puede generar la aparición de neoplasias
tras varios años de ocurrida la exposición.
(VWXGLRVUHWURVSHFWLYRV el diseño de este Para indagar sobre este problema se pue-
tipo de cohorte es parecido al anterior, en el de confeccionar una cohorte de individuos
sentido de que se trata de un grupo de su- expuestos y no expuestos en quienes se
jetos sometidos a un seguimiento con eva- analiza en forma retrospectiva los efectos
luación de los FR en la inclusión y la subsi- tóxicos del corto plazo, estableciéndose un
guiente aparición de la enfermedad, luego seguimiento a largo plazo para estimar la
de un lapso de tiempo. La diferencia reside incidencia de diversos tipos de cáncer.
en que todo el proceso tuvo lugar en el pa-
sado. Es útil en las enfermedades con largo (VWXGLRVGHFRKRUWHGREOH se utilizan para
período de incubación. La cuestión reside las enfermedades ocupacionales y medio-
en que estos estudios sólo pueden hacerse ambientales. En situaciones de este tipo se
si se tiene acceso a archivos donde consta trabaja con dos muestras, una perteneciente
toda esa información, lo cual no es siempre a la población expuesta y la otra con un ni-
posible, dado que las historias clínicas no vel de exposición bajo o nulo. Una varian-
Estudios observacionales 41

te de este tipo de estudio, es comparar los las evaluaciones se lleven a cabo efectiva-
datos de los individuos expuestos con los mente. En general se incluyen personas con
resultados disponibles en un registro (con- mayor factibilidad para ser seguidas, entre
troles externos). quienes el FR es relativamente frecuente.
Para el caso en que la variable predictiva
&RKRUWHVFRQXQHVWXGLRGHFDVRV\FRQ- está referida a factores medioambientales
WUROHV DQLGDGR este tipo de estrategia u ocupacionales, no cabe duda de que la
suele utilizarse para recabar datos cuyo muestra debe extraerse de la población en
procedimiento de recolección es oneroso y la cual se produce dicha exposición. Como
no puede practicarse en todos los participan- VH REVHUYD HQ OD OLWHUDWXUD FLHQWt¿FD XQD
tes. Tomemos un caso hipotético en donde buena proporción de los estudios sobre co-
se desea saber si las personas infectadas con hortes se efectúa en personas con ocupacio-
un determinado retrovirus tienen un riesgo nes estables, por la mayor probabilidad de
aumentado para el desarrollo de un linfo- REWHQHUGDWRVFRPSOHWRV\FRQ¿DEOHV8QD
ma de células B. En el diseño prospectivo investigación muy conocida a través de las
habitual uno debería obtener muestras de publicaciones médicas se llevó a cabo en la
sangre al momento de la inclusión para comunidad de Framingham, precisamente
el diagnóstico de la infección y esperar por una serie de condiciones socioeconó-
un período variable de tiempo, para luego micas que favorecían el seguimiento de los
analizar si existen diferencias en cuanto a participantes del estudio.
la incidencia de este tumor entre los in- Con excepción del FR en estudio, es esen-
fectados y los no infectados. Si la realiza- cial que el grupo control sea lo más com-
ción de las determinaciones virológicas parativo posible respecto del grupo de per-
implica un costo imposible de afrontar, sonas expuestas. Algunos estudios parten de
la alternativa es efectuar un estudio de una sola cohorte en la que los participantes
casos y controles anidado en una cohorte VRQFODVL¿FDGRVHQGLIHUHQWHVFDWHJRUtDVGH
que por su conformación ofrezca la po- exposición, donde las personas no expuestas
sibilidad de contestar nuestra pregunta. constituyen el control interno. Sin embargo,
En el momento en que los individuos es necesario tener presente que cuando se
son admitidos en el estudio se toman las analizan varios FR el grupo control deberá
muestras de sangre y el material proce- estar constituido por personas que no de-
sado (plasma, células, ácidos nucleicos) notan exposición a ninguno de los factores
se congela para su posterior utilización. en consideración. Como ya fuera señalado,
Una vez que se ha detectado un número en los estudios donde se investigan agentes
adecuado de casos, se confecciona una nocivos ocupacionales es necesario incluir
muestra de controles extraídos de la mis- un control externo (cohorte doble), ya que
ma cohorte y en ambos grupos se efec- todos los miembros de la cohorte original
W~DQORVHVWXGLRVYLUROyJLFRVSODQL¿FDGRV tienen un mayor o menor grado de contacto
al inicio. con el FR. Este grupo control externo se
conforma a partir de la población donde re-
Elección de los participantes siden las personas expuestas. Sin embargo,
Los criterios que se establecen para la in- hay que tener en claro que dicho procedi-
corporación de los voluntarios están directa- miento tiene sus limitaciones puesto que
mente vinculados a los propósitos del estu- algunos miembros de población general
dio, sin perder de vista la factibilidad de que pueden hallarse expuestos al mismo fac-
42 Lo esencial en investigación clínica

tor. Podría resultar, asimismo, que el grupo pretende evaluar el efecto de algún conta-
conformando terminara no siendo compa- minante presente en el aire o el agua.
rable a la cohorte original no sólo en lo que ‡ (YDOXDFLRQHV SHULyGLFDV 6H XWLOL]DQ
KDFHDODVFDUDFWHUtVWLFDVGHPRJUi¿FDVVLQR en el caso de las cohortes con un largo pe-
también a la presencia de otro FR. Si el ríodo de seguimiento. El objetivo de este
grupo control no resulta muy adecuado (¡y procedimiento es determinar si el nivel de
el subsidio es millonario!) deberá confor- exposición ha experimentado cambios, a
marse por lo menos un grupo adicional; de la vez que indagar sobre la aparición de
persistir la diferencia con cualquiera de las nuevos factores o la existencia de situa-
comparaciones efectuadas, la validez del ciones que inicialmente no se considera-
estudio resultaría notoriamente reforzada. ron riesgosas.

Registro de la información En lo concerniente a la variable de im-


Al igual que con la elección de los partici- pacto, la información puede provenir de
pantes, los estudios de cohortes requieren diversas fuentes. Con independencia del
XQD SRUPHQRUL]DGD SODQL¿FDFLyQ UHVSHFWR criterio que se adopte, el procedimiento
de la manera en que se recogerá la informa- debe ser exactamente el mismo, tanto
ción vinculada, tanto a la exposición como para los expuestos como los no expues-
con el fenómeno de interés. Para el caso de tos. Las principales fuentes de datos se
los FR, los datos pueden ser provistos de detallan a continuación:
varias formas: ‡&HUWL¿FDGRVGHGHIXQFLyQ(VWHGRFX-
‡+LVWRULDVFOtQLFDVRDUFKLYRVSHUVRQDOHV mento adquiere valor cuando el fenóme-
(que las empresas tienen de sus emplea- no de interés es la mortalidad ocasionada
dos). Esta manera de recabar información por enfermedades que generalmente se
es menos costosa y brinda una objetividad consignan como la causa primaria del de-
aceptable en cuanto al modo en que se con- ceso, por ejemplo cáncer.
signaron los datos, dado que la enfermedad ‡'DWRVTXHVHFRQVLJQDQHQODVKLVWRULDV
aún no se ha producido. Puede ocurrir, sin clínicas, registros de organismos guber-
embargo, que los archivos no consignen namentales, archivos de las obras socia-
información sobre todos los FR que nos les. Estos procedimientos son útiles en
interesan estudiar o bien no existan datos los estudios donde no está implicada la
sobre los confounders que pueden afectar mortalidad como variable de impacto.
la validez del estudio. ‡([iPHQHVPpGLFRVSHULyGLFRV$SHVDU
‡ (QWUHYLVWDV \ FXHVWLRQDULRV (VWRV SUR- del costo y el tiempo que demanda este
cedimientos pueden ser la única fuente tipo de estrategia, es obvio que la utiliza-
de provisión de datos o bien constituir un ción de medios objetivos y estandarizados
complemento de la información que no es GHGLDJQyVWLFRDVHJXUDXQDDOWDFRQ¿DEL-
posible obtener a través de los registros lidad en la información obtenida.
personales. Si el caso lo requiere, los in-
vestigadores pueden armar un cuestionario Cuando se haya establecido el modo de
que incluya, además, un examen físico o recolección de los datos, el paso siguiente
estudio complementario para recabar algún VHUi¿MDUSDXWDVSDUDFRPSOHWDUHOVHJXL-
dato en particular. miento de la mayor parte de los partici-
‡0HGLFLRQHVHQÀXLGRV(VWRVHHPSOHD pantes. Como veremos a continuación la
generalmente en los estudios donde se falta de seguimiento de las personas ex-
Estudios observacionales 43

puestas y no expuestas es un sesgo muy expuesta efectúe consultas médicas con


importante en los estudios de cohorte. más frecuencia originando un exceso en
la incidencia de tales anormalidades.
Factores capaces de afectar la validez ‡&DVRVTXHQRFRPSOHWDQHOVHJXLPLHQWR
del estudio La ausencia de información respecto de los
No obstante que los estudios de cohorte controles a los que regularmente son so-
son muy poderosos por su valor inferen- metidos los participantes, es una situación
cial, es necesario tener presente de an- que en mayor o menor escala se produce en
temano los factores que pueden restarle cualquier estudio de cohortes. El punto es
valor a las conclusiones de la investiga- que dicha pérdida no alcance proporciones
ción. Los más destacados se señalan a VLJQL¿FDWLYDVSRUHMHPSORXQRPiV
continuación. &RPR EXHQRV SODQL¿FDGRUHV DO PRPHQWR
‡6HVJRGHVHOHFFLyQ$GLIHUHQFLDGHOR de preparar el protocolo habrá que eva-
que ocurre en los estudios de casos y con- luar la posibilidad de que las variables que
troles, este tipo de sesgo es mucho me- pretendemos relacionar no condicionen de
nos probable, ya que al momento de in- alguna manera la aparición de pérdidas en
corporar a los participantes no se conoce el seguimiento. Si el objetivo fuera deter-
quiénes desarrollarán o no la enfermedad. PLQDU OD HYHQWXDO LQÀXHQFLD GH XQ FRQWD-
Para el caso en que la cohorte sea retros- minante químico sobre enfermedades del
pectiva hay que tener mucho cuidado de tracto respiratorio, es muy probable que un
no introducir un sesgo de esta naturaleza número importante de personas abandone
(ver Sección 2.3, error de muestreo). el lugar por la preocupación que origina el
‡ *UDGR GH H[DFWLWXG FRQ TXH VH FDWH- estar expuesto a agentes potencialmente
gorizan los individuos, con respecto a nocivos o bien porque ya han experimen-
la presencia de los FR y a la ocurrencia tado problemas respiratorios. Cuando el
del fenómeno de interés. Aún cuando se investigador advierte de antemano que el
tomen todos los recaudos, es casi seguro mismo estudio puede determinar abando-
que en algunos casos se cometerán erro- nos, procederá a preparar un menú de mo-
UHVDOFODVL¿FDUDORVSDUWLFLSDQWHVVHDHQ dos alternativos para obtener la información
cuanto al grado de exposición como a la que se desea. Entre los más utilizados se
presencia de la variable de impacto. Cuan- pueden incluir los registros de hospitales
do la proporción de personas en quienes públicos, de obras sociales, visitas a los ve-
VHHIHFWXyXQDFODVL¿FDFLyQLQFRUUHFWDGH cinos o parientes para ubicar a las personas
ambas variables es similar en ambos gru- por diversos medios.
pos (expuestos y no expuestos) decimos ‡(OHIHFWRGHODQRSDUWLFLSDFLyQ(OKHFKR
TXH VH WUDWD GH XQ HUURU GH FODVL¿FDFLyQ de que no todas las personas a las cuales se
aleatorio o no diferencial. El error de cla- les ofrece participar del estudio, acepten la
VL¿FDFLyQQRDOHDWRULRRGLIHUHQFLDOWLHQH proposición, plantea la posibilidad cierta de
lugar cuando se producen disparidades en TXH ORV SDUWLFLSDQWHV GL¿HUDQ HQ YDULRV DV-
el modo en que se recoge la información pectos respecto de quienes no lo hacen. Esto
entre los expuestos y no expuestos. En el no genera mayores problemas, siempre que
caso hipotético de un estudio donde se el investigador no efectúe generalizaciones
evalúa el efecto potencial de un pestici- a partir de los resultados de su estudio. La
da sobre el desarrollo de problemas neu- GL¿FXOWDG VXUJH FXDQGR OD SRVLELOLGDG GH
rológicos, es probable que la población no participar pueda guardar alguna relación
44 Lo esencial en investigación clínica

con el FR o el fenómeno de interés. En ese quema que se representa en la tabla permite


caso habrá de afectarse la validez del es- GH¿QLU
tudio, puesto que se llega a una incorrecta a) el riesgo para los individuos expuestos:
valoración del riesgo real. Para reducir esta a/(a + b)
incertidumbre, algunos investigadores in- b) el riesgo para los no expuestos: c/(c + d)
FOX\HQGDWRVGHPRJUi¿FRV\FDUDFWHUtVWLFDV De este modo el RR surge de la siguiente
relacionadas con el estudio, pertenecientes a ecuación:
un grupo de no participantes. AA B AC D
22 
CC D CA B
Incidencia y riesgo relativo El ejemplo hipotético que se indica a
Los estudios de cohorte describen los cam- continuación está referido a una situación
ELRVGHXQDYDULDEOHFRQWLQXDTXHLGHQWL¿FD VLPSOL¿FDGDHQODTXHVHEXVFyHYDOXDUOD
a una enfermedad (por ejemplo, glicemia) LQÀXHQFLD GH OD DOWXUD FRUSRUDO VREUH OD
o la incidencia de una variable categórica fractura de cadera en mujeres menopáusi-
(infarto de miocardio). La representación de cas. El estudio se habría efectuado en 5680
los resultados se hace por medio de la esta- mujeres que completaron un seguimiento
dística descriptiva (medias, proporciones) y de 10 años cuyas edades oscilaban entre
la variabilidad de estas estimaciones, tales 55 y 80 años. Además de la edad se tuvo
como el DS, los rangos, e intervalos de con- en cuenta el índice de masa corporal, con-
¿DQ]D/DDVRFLDFLyQHQWUHODYDULDEOHLQGH- sumo de alcohol y tabaco como potencia-
pendiente y dependiente se describe como les factores de confusión. Para la altura se
ULHVJRUHODWLYR 55 (VXQFRH¿FLHQWHHQWUH asignaron dos categorías por debajo y por
el riesgo de enfermedad en las personas con encima de 1,65 metros.
el FR respecto del riesgo en aquellos que El riesgo de fracturas en las mujeres con
no presentan tal factor. De ello se despren- mayor altura fue 58/2625=0.0221, mien-
de que cuando el valor del RR es superior a tras que en las de menor altura se obtuvo
1, el factor en estudio incrementa el riesgo 35/3055=0.0114. Con base en la fórmula
mientras que si es menor que 1 en realidad provista, el RR es igual a 1.938. Como habrá
se trata de un factor protector. de tratarse más adelante, existen procedi-
La manera de calcular el RR se indica en la mientos estadísticos que permiten calcular el
Tabla 2.1, partiendo del hecho de que riesgo LQWHUYDORGHFRQ¿DQ]DGHHVWH55(QQXHV-
es igual al número de enfermos dividido por WURFDVRKLSRWpWLFRHOOtPLWHGHFRQ¿DQ]DGHO
el número de personas en riesgo o no; el es- 95% oscila entre 1.27 y 2.92; vale decir que

&ACTORDE2IESGO %NFERMOS .OENFERMOS 4OTAL

%XPUESTOS A B A B

.OEXPUESTOS C D C D

4OTAL A C B D N

TDEOD. Elementos a tener en cuenta para el cálculo del RR


Estudios observacionales 45

!LTURACORPORAL &RACTURADAS .OFRACTURADAS 4OTAL

0ORENCIMADE    

0ORDEBAJODE    

4OTAL   


TDEOD.Altura corporal y fractura de cadera en la muestra analizada

existe un 95% de seguridad de que el valor 30% de las fracturas se deberían a la mayor
del RR se ubique entre esos valores. Cuando altura de las mujeres, en el supuesto caso
el límite inferior del intervalo es menor a 1, de que el cálculo del RR ajustado para los
el RR estimado carece de valor dado que no confounders contemplados, siguiera siendo
HVHVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYR VLJQL¿FDWLYR\GHQWURGHORVPLVPRVYDORUHV
(QOtQHDVJHQHUDOHVHO55SXHGHGH¿QLUVH Aún así no se puede descartar la existencia
como una posibilidad que estima el número de algún otro confounder capaz de oscure-
de veces en que se produce el fenómeno de cer la dimensión real de la variable altura, de
interés, respecto del número total de las ob- WDOPRGRTXHQRHVFRQYHQLHQWHLGHQWL¿FDU
servaciones. riesgo atribuible a causalidad.

Riesgo atribuible 2.2 Estudios transversales


Si bien el RR nos habla de la importancia
de un determinado factor sobre el desenca- Se trata de un estudio observacional mucho
denamiento de una situación patológica, al más descriptivo que analítico, en el cual las
momento de evaluar el impacto poblacional variables predictiva y de impacto se eva-
del mismo, el RR no es el estimador adecua- lúan al mismo tiempo. A diferencia de los
do por cuanto no tiene en cuenta la prevalen- estudios de cohorte donde la información
cia de dicho factor de riesgo. Vale decir que sobre la presencia o no de la variable pre-
si el FR es poco frecuente no tendrá mayor dictiva (factor de riesgo, por ejemplo) se
repercusión en cuanto a la situación pobla- hallaba disponible antes de que se produje-
cional, aún cuando el mismo constituya un ra la enfermedad, los estudios transversales
riesgo para el desarrollo de la enfermedad. no siguen esa secuencia lógica puesto que
Para tener una idea más cabal de cuán se basan en una sola medición. Aún cuando
importante es este FR, se debe calcular el se hubiera detectado una asociación entre
riesgo atribuible (RA), lo cual surge de la ambas variables, la inferencia de causalidad
siguiente fórmula: tiene mucho menos fuerza dado que no es
RA= r - r E posible determinar si la variable predictiva
r precedió o fue posterior a la aparición del
'RQGHUVLJQL¿FDHOULHVJRJHQHUDO\U(HV fenómeno de interés.
el riesgo del grupo no expuesto. Retoman- Los estudios transversales nos brindan la
do nuestro ejemplo anterior, el riesgo gene- prevalencia de la enfermedad o de la va-
ral es 93/5680=0.0164, mientras que el de ULDEOHHQHVWXGLR/DPLVPDSXHGHGH¿QLU-
los no expuestos era 0.0114. De acuerdo a se como la proporción de la población que
la fórmula provista el riesgo atribuible nos presenta el fenómeno de interés al momento
da 0.305. Con ello se puede concluir que un de la medición. La diferencia con incidencia
46 Lo esencial en investigación clínica

es que ésta mide la proporción de personas ploración. Mucho peor aún: sería el caso
que desarrollan la enfermedad en un período de empleados que a raíz de experimentar
de tiempo, por ejemplo en un año. Es obvio problemas cutáneos hubieran sido trasla-
que la prevalencia de una enfermedad tiene dados a secciones de exposición mínima o
que ver con la incidencia de la misma; sin nula y cuyas lesiones aún persisten. Estas
embargo no debemos pasar por alto que la personas han llegado allí a raíz de su afec-
SUHYDOHQFLD FRPR YDORU ¿QDO WDPELpQ HVWi ción, vale decir ¡por el efecto!
LQÀXHQFLDGDSRUODVFDUDFWHUtVWLFDVLQWUtQVH- De modo que al planear un estudio trans-
cas de la patología en cuestión, tales como versal es necesario cerciorarse de que el
mortalidad, remisiones espontáneas, recidi- fenómeno de interés no tenga efecto sobre
vas o curas por tratamiento. la supuesta variable predictiva. Cuando
Supongamos que a partir de datos experi- H[LVWD XQ DOWR JUDGR GH FRQ¿DELOLGDG GH
mentales de los que surge que la exposición que esto no es así, podemos seguir avan-
a productos nitrogenados originaría una zando en la propuesta.
toxidermia en animales de laboratorio, un Los estudios transversales adquieren el
grupo de investigadores decide efectuar un valor de una investigación analítica cuando
estudio transversal para determinar si existe la variable predictiva es un carácter que no
una asociación de este tipo en seres huma- cambia a lo largo de la vida, por ejemplo, las
nos. Para ello proponen la realización de un investigaciones de asociación entre determi-
minucioso examen dermatológico a todos nada patología con los genes del complejo
los operarios de una planta química, con o mayor de histocompatibilidad.
sin exposición a dichos compuestos.
La hipótesis de trabajo sugiere que debería Ejemplo de estudio transversal
existir una mayor proporción de pacientes Si bien es cierto que la infección con Trypa-
entre los expuestos, respecto de los que no QRVRPDFUX]L es la causa esencial para el
ORHVWiQ'HYHUL¿FDUVHODDVRFLDFLyQODHYL- desarrollo de la miocardiopatía chagásica
dencia sentará la base racional para la reali- crónica, es probable que también existan
zación de un estudio analítico mucho más factores adicionales que podrían contribuir
certero. al desarrollo del daño miocárdico. Sobre la
base de esta presunción, hace unos años,
#ON&ACTORDE2IESGO #ON &2 Y NO con un grupo de colegas, decidimos llevar
Y%NFERMO %NFERMO a cabo un estudio transversal en el que se
3IN&2Y 3IN&2YNO%NFERMO analizaba si existían diferencias en cuanto
%NFERMO a la presencia de alteraciones electrocar-
GLRJUi¿FDV HQ LQGLYLGXRV FUyQLFDPHQWH
Si por el contrario las comparaciones infectados con este protozoario y que ade-
estadísticas no revelaran diferencias en más presentaban factores de riesgo asocia-
cuanto a la lesión cutánea según la exposi- dos (FRA) para el desarrollo de cardiopa-
ción, cabría preguntarse si no han existido tías, tales como tabaquismo, alcoholismo,
factores capaces de afectar a los hechos en sobrepeso e hipertensión arterial. Todos
estudio. Quizás algunos operarios expues- los participantes concurrían a la misma
tos al producto químico hayan presentado institución de salud por cuestiones no vin-
lesiones cutáneas de poca relevancia que culadas directamente a los objetivos del
se resolvieron por sí mismas y no referi- estudio. Dichas personas habían nacido y
das por la persona al momento de la ex- residido durante un lapso variable de tiem-
Estudios observacionales 47

po en áreas endémicas para la Enfermedad FRV(OORQRVREOLJDDUHÀH[LRQDUTXHGHQR


de Chagas y posteriormente emigraron a la contar con un diagnóstico serológico con-
ciudad de Rosario. Para lograr un buen gra- ¿DEOH SRGUtDPRV UHODFLRQDU D OD LQIHFFLyQ
do de certeza el diagnóstico de la infección crónica por 7 FUX]L con fenómenos más
se efectuó por 3 pruebas serológicas especí- bien vinculados a otros factores. El hecho
¿FDVPLHQWUDVTXHODHYDOXDFLyQFDUGLROy- de que las personas seropositivas con y sin
gica y el análisis de los eventuales FRA se FRA presentaran un porcentaje similar de
realizaron por medio de los estándares in- DQRUPDOLGDGHVHOHFWURFDUGLRJUi¿FDVSODQWHD
ternacionalmente aceptados. De ese modo al menos dos posibilidades. Por un lado que
los 124 participantes se separaron en cuatro los FRA son eclipsados por el efecto que la
grupos, seropositivos y seronegativos a su infección con 7FUX]Les capaz de promover
vez subdivididos de acuerdo a la presencia por sí misma. Como explicación alternativa
o ausencia de los FRA. Como se indica podría plantearse que los seropositivos con
HQOD7DEODORVJUXSRVQRGL¿ULHURQHQ FRA y afectación cardíaca tienen una mayor
cuanto a las edades, aunque en las personas PRUELPRUWDOLGDG TXH ¿QDOPHQWH RFDVLRQD
seronegativas sin FR hubo una mayor pro- un sesgo de selección. Para ahondar en tor-
SRUFLyQGHPXMHUHVORFXDOVHUHÀHMyHQXQD no a las hipótesis que generan los estudios
GLIHUHQFLDHVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYDDO transversales, y en particular al aquí comen-
comparársela con la relación observada en tado, debería llevarse a cabo un seguimiento
los demás grupos. Las anormalidades elec- a largo plazo (cohortes) en personas con dis-
WURFDUGLRJUi¿FDV FRPSDWLEOHVHQVXPD\R- tintos niveles de exposición (infección y/o
ría con los signos que se suelen observar en FRA) sin miocardiopatía, para de ese modo
la miocardiopatía chagásica) prevalecieron determinar la incidencia y desenlace de la
en los grupos infectados y en los seronega- misma. Lamentablemente, el mayor obs-
tivos con FRA sin diferencias entre estos WiFXORSDUDVXUHDOL]DFLyQQRHVFLHQWt¿FR
3 grupos. En las cuatro personas del grupo sino económico.
seronegativo sin FRA que presentaron elec- Los estudios transversales también nos
trocardiogramas anormales, las alteraciones permiten calcular la prevalencia relativa.
eran de poca jerarquía. Estas diferencias en (Tabla 2.4)
la proporción de electrocardiogramas anor- Para ello estimamos la prevalencia en las
males se mantuvieron aún cuando se practi- personas donde el predictor se halla presente
có el ajuste para la disparidad en la distribu- = a/(a+b); y luego la prevalencia en los indi-
ción por géneros. viduos no expuestos al predictor = c/(c+d).
A la hora de extraer conclusiones, hemos Dividiendo la primera por la segunda se ob-
debido ser cautos. Las mediciones efectua- tiene la prevalencia relativa.
das no permitían determinar si las anorma-
OLGDGHVHOHFWURFDUGLRJUi¿FDVKDEtDQHVWDGR También se puede calcular el exceso de
presentes en cierta medida antes de que prevalencia:
tuviera lugar la infección o la exposición a a/(a+b) – c/(c+d)
los FRA. Sin perder de vista lo antedicho,
los hallazgos indican que los sujetos sin Si nos valemos de los datos provis-
evidencia de infección chagásica, pero con tos en la Tabla 2.3 y trabajamos con
FRA, presentan anormalidades electrocar- los valores correspondientes a los gru-
GLRJUi¿FDVVLPLODUHVHQSURSRUFLyQ\WLSR pos sin factores de riesgo asociados
de trazado a las observadas en los chagási- –FRA– donde el predictor es infección
48 Lo esencial en investigación clínica

6ARIABLES '£NERO %DAD %#'ANORMALES


FEMENINOMASCULINO %#'NORMALES
3ERONEGATIVOS r Õ e
3IN&2!

3EROPOSITIVOS  Õ 


SIN&2!

3ERONEGATIVOS  Õ 


CON&2!

3EROPOSITIVOS  Õ 


CON&2!

TDEOD.'DWRVGHPRJUi¿FRV\SUHVHQFLDGHDQRUPDOLGDGHVHOHFWURFDUGLRJUi¿FDVVHJ~QODVHURORJtDHVSHFt¿FD
para 7FUX]Ly los FRA
¶ p<0.02 en comparación con los grupos restantes
§ diferencia con respecto a los demás grupos, p<0.01 (prueba de chi cuadrado 11.68)
Seronegativos vs. Seronegativos con FR, 7.62 p<0.006
Seronegativos vs. Seropositivos sin FR, 7.62 p<0.006
Seronegativos vs. Seropositivos con FR, 5.82 p<0.016

chagásica o no, obtenemos los siguientes relativo y el exceso de riesgo que se ob-
resultados: tienen en los estudios de cohortes.

Prevalencia relativa = Ventajas y desventajas de un estudio


transversal
A  A B      $ PDQHUD GH VtQWHVLV VH SXHGH D¿UPDU
  
C  C D      que este tipo de estudio:
‡ (V UHODWLYDPHQWH UiSLGR GH OOHYDU D
Exceso de prevalencia = 0.52-0.14 = 0.38 cabo y no demasiado costoso.
‡ (V ~WLO SDUD H[DPLQDU IDFWRUHV TXH
Si bien no existe consenso en torno al real podrían tener causalidad.
valor de ambas estimaciones, la prevalen- ‡ /RV KDOOD]JRV GH HVWD LQYHVWLJDFLyQ
cia relativa y el exceso de prevalencia pueden constituir el paso preliminar para
guardarían alguna analogía con el riesgo un estudio de cohorte.

0REDICTOR &EN˜MENODEINTER£S &EN˜MENODEINTER£S


PRESENTE AUSENTE

0RESENTE A B

!USENTE  C D


TDEOD.Esquema de trabajo para el cálculo de la prevalencia relativa
Estudios observacionales 49

‡'H¿QHODVFDUDFWHUtVWLFDVGHPRJUi¿FDV enfermedad) ya se han presentado. Vale de-


y clínicas del grupo al momento de la me- cir que nuestra mirada es hacia atrás a efec-
dición. tos de determinar si existen diferencias en
‡3ODQWHDGL¿FXOWDGHVSDUDHVWDEOHFHUXQD cuanto a la variable predictiva entre sanos
relación causal. y enfermos.
‡(OKHFKRGHTXHVyORHVWLPDODSUHYD- De ser correcta la hipótesis de trabajo, de-
lencia acota la información que brinda en EHUtDYHUL¿FDUVHTXHODSUHVHQFLDGHO)5HV
cuanto a la historia natural y otros aspec- VLJQL¿FDWLYDPHQWH PD\RU HQ ORV HQIHUPRV
tos de la enfermedad. (casos) respecto de los no afectados (con-
troles). Los estudios de casos y controles no
2.3 Estudios de Casos y Controles pueden estimar prevalencia o incidencia, en
razón de que el número de casos y controles
En casos y controles, nuestro punto de par- a incluir en la muestra se halla determinado
tida es una muestra de personas que poseen arbitrariamente por el investigador.
la enfermedad (los casos) las cuales serán Este modo de analizar asociaciones ha me-
confrontadas con otras no afectadas (contro- recido algunas críticas en el sentido de que
les) para indagar si existen diferencias entre no sigue la secuencia lógica de eventos que
ambas, en cuanto a la presencia de la varia- llevan a una enfermedad, es decir, primero
ble predictiva (independiente). Este tipo de la exposición y luego el fenómeno. Muchos
estudios es particularmente útil para las en- ejemplos indican, sin embargo, que el enfo-
fermedades con un largo período de incuba- que efecto-causa puede dar buenos resulta-
ción ya que la estrategia de cohortes deman- dos cuando el diseño y la implementación
daría mucho más tiempo y dinero. También del estudio son adecuados. Por otro lado, la
es adecuado para el caso de patologías poco vida cotidiana está plagada de situaciones
frecuentes dada la gran cantidad de personas en las que se procede de esta manera. ¡Pen-
que se debería reclutar en una cohorte como semos simplemente en las investigaciones
SDUDFRQWDUFRQXQQ~PHURVX¿FLHQWHGHLQ- policiales!
dividuos que desarrollaran la enfermedad. Por otro lado, si bien la estrategia predo-
A diferencia de la cohorte donde las perso- minante respecto del estudio de casos y con-
nas en riesgo son controladas por un perío- troles es la mirada retrospectiva, ello no se
do de tiempo a efectos de determinar quién da necesariamente en todas las situaciones.
desarrolla la enfermedad, en el estudio de Supongamos que un investigador decide
casos y controles los hechos (exposición y aplicar este tipo de diseño, estableciendo

0ASADOOPRESENTE #!3/3 0RESENTE


&ACTORDERIESGO &ACTORDE %NFERMOS
0RESENTE 2IESGO
AUSENTE

#/.42/,%3UNAPOBLACI˜NMAYORALADELOSCASOS
&ACTORDE &ACTORDE .OENFERMOS
RIESGO 2IESGOAUSENTE
0RESENTE
50 Lo esencial en investigación clínica

como criterio de inclusión la incorpora- de una eventual asociación entre las varia-
ción, solamente, de los casos nuevos que bles predictiva y de impacto requiere que
se detectan durante el período de reclu- casos y controles sean comparables. Para
tamiento. Obviamente que el enfoque es ello se debe prestar especial atención a los
mucho más prospectivo. criterios de selección de los participantes
y al modo en que se obtiene la informa-
Casos y controles anidado ción referente a las variables. Un punto
Como ya se adelantara, esta estrategia es IXQGDPHQWDO HV HVWDEOHFHU XQD GH¿QLFLyQ
aplicable para situaciones donde el estudio exacta de cuáles son los casos. Aunque
de todos los participantes se torna com- nos propongamos estudiar pacientes con
plicado por problemas monetarios. Vale Psoriasis, puede que esta única designa-
decir la elaboración de un estudio pros- FLyQQRUHVXOWHVX¿FLHQWH\VHGHEDHVSHFL-
pectivo ideal donde las mediciones del ¿FDUDGHPiVODYDULHGDGGHODDIHFFLyQ(O
predictor en la cohorte íntegra, a lo largo paso siguiente es determinar si la investi-
de los distintos momentos de evaluación, gación se conducirá en pacientes hospita-
es muy poco factible. La opción para es- larios o en una muestra aleatoria. Cuan-
tas circunstancias es la elaboración de un GR OD ¿QDQFLDFLyQ HV VX¿FLHQWH FRQYLHQH
estudio de casos y controles extraído de la DGRSWDUODVHJXQGDRSFLyQD¿QGHHYLWDU
muestra que conforma la cohorte. el sesgo que se presenta con la inclusión
Utilizando las bases de datos del sistema de enfermos hospitalarios. La otra cues-
de salud en Quebec, Martel y col. (BMJ, WLyQDGH¿QLUHVVLWUDEDMDUHPRVFRQFDVRV
2005) efectuaron un estudio de este tipo de reciente diagnóstico (incidencia) o de
con el objeto de determinar si el uso de mayor antigüedad (prevalencia), lo cual
corticosteroides inhalatorios durante el está en relación directa con la frecuencia
embarazo incrementa el riesgo de hiper- de la enfermedad en cuestión. Si se trata
tensión y pre-eclampsia entre las mujeres de una patología relativamente frecuente
asmáticas. Se trabajó con una cohorte de es preferible la primera alternativa, puesto
mujeres asmáticas (3505) que totalizaban que la chance de establecer una relación
4593 embarazos entre los años 1900 y temporal entre exposición y enfermedad
2000, donde pudieron detectar 302 casos es mayor cuando se incluyen pacientes
de hipertensión por embarazo y 165 casos nuevos o de reciente diagnóstico.
de pre-eclampsia. El uso de corticosteroi- $OPRPHQWRGHSODQL¿FDUWDPELpQKDEUi
des desde el momento de la concepción que decidir si trabajaremos con un grupo
hasta el desarrollo del evento no se rela- de pacientes limitado por algunas de sus
cionó con un mayor riesgo a desarrollar características (por ejemplo, edad o gé-
hipertensión ni pre-eclampsia. Pero la nero) o deseamos conformar una muestra
administración de corticosteroides orales aleatoria representativa de la población
estuvo asociada con una mayor chance de de pacientes. Obviamente que esta alter-
presentar hipertensión y una tendencia a nativa permite extraer conclusiones más
la pre-eclampsia. generalizables en caso de que obtengamos
XQDLQIRUPDFLyQFRQ¿DEOHGHWRGRVHOORV
Consideraciones especí¿cas de lo contrario nuestras pretensiones se
para el estudio de casos y controles harán añicos contra el muro de la validez.
Al decidirnos por este tipo de estudios, es Si no estamos seguros de poder llevar a
necesario tener en cuenta que la validez cabo grandes emprendimientos, es pre-
Estudios observacionales 51

ferible un estudio menos ambicioso pero Cuando la elección de controles hospi-


factible. talarios pone de relieve demasiadas di-
Así como la elección de los casos tiene ¿FXOWDGHV R ORV FDVRV KDQ VLGR H[WUDtGRV
sus bemoles, la conformación del gru- de la población general de enfermos, los
po control puede ser aún más difícil. Por controles deberán pertenecer a una po-
las características intrínsecas del diseño, blación de individuos sanos. Para ello se
la muestra de controles se confecciona a pueden utilizar varios procedimientos de
SDUWLU GHO SHU¿O GH ORV FDVRV YDOH GHFLU selección aleatoria tales como la guía te-
que en sentido estricto los controles no lefónica, padrón de votantes, seccionales
representarán a la población de personas de policía, etc. El tema es que aún cuando
no enfermas, sino a los individuos que se haya contactado a un número parecido
habrían sido considerados casos, de ha- de personas por área no todas estarán dis-
llarse enfermos. De este modo existe la puestas a participar y los que sí decidan
posibilidad de que la muestra presente al- hacerlo pueden constituir una sub-mues-
gunas diferencias respecto de la población tra que de entrada le resta validez a los
general, entre otras la variable predictiva resultados.
sobre la que estamos indagando. Es por La muestra de controles también se pue-
eso que en determinadas situaciones se de integrar con parientes, amigos o vecinos
aconseja incluir más de una muestra de de los casos. Estos individuos son sanos,
controles. En lo concerniente al modo proclives a cooperar y muy similares en
de reclutamiento de los participantes, el algunas variables socioeconómicas; pero
grupo puede conformarse a partir de con- también puede serlo el hipotético factor
troles hospitalarios cuya causa de ingreso de riesgo, con lo cual obtendremos una
no guarda relación con la enfermedad en sub-estimación de su efecto real.
estudio. Este método ofrece una serie de 2WUDFXHVWLyQDGH¿QLUHVWiUHIHULGDDOD
ventajas tales como fácil acceso, bajo cos- cantidad de controles a incluir por cada
to y posibilidad de obtener la información caso. Cuando se trata de una muestra im-
que se necesita. Al igual que los casos, portante de individuos es aceptable traba-
los controles hospitalarios son más pro- jar con una relación 1:1. En las situaciones
clives a cooperar y es probable que exista donde el número de casos es reducido es
bastante similitud en las condiciones so- recomendable incluir más controles (2:1 ó
cioeconómicas, siempre que el hospital 3:1) dado que esto incrementa el poder del
no sea un centro de referencia para la en- estudio.
fermedad bajo análisis, puesto que de ser &RPR FRURODULR SXHGH D¿UPDUVH TXH
así los casos suelen provenir de un área ODSODQL¿FDFLyQGHXQHVWXGLRGHFDVRV\
JHRJUi¿FDPXFKRPiVDPSOLD/DGHVYHQ- controles demanda muchas horas de dis-
taja que plantea la inclusión de controles FXVLyQ\UHÀH[LyQVLQSHUGHUGHYLVWDTXH
hospitalarios, es que ellos también son lo esencial de un estudio es la validez.
enfermos y la información recogida pue- Si está bien hecho, este tipo de estudios
de no corresponderse con lo que ocurre en puede darnos información en cuanto a la
los individuos sanos. El otro punto a tener fuerza de la asociación entre la variable
en cuenta es que la enfermedad por la cual predictiva y la presencia o ausencia de
fueron hospitalizados los controles no esté enfermedad. Este valor recibe el nombre
asociada, positiva o negativamente, con la de FRH¿FLHQWH GH GHVLJXDOGDG UHODWLYD R
variable predictiva. índice de disparidad (Odds Ratio – OR).
52 Lo esencial en investigación clínica

Estima la relación entre el número de ve-


   
ces en que el evento se produce o no y es %3LOG/2 
una aproximación del RR. La manera de A B C D
FDOFXODUORV25VHKDOODHMHPSOL¿FDGDHQ
la Tabla 2.5. En ella se consigna el núme- Dado que el IC = ±1.96 x ES, se calculan
ro de enfermos y controles que se hallan VXVYDORUHV\¿QDOPHQWHVHSURFHGHDKDOODU
o no expuestos, al FR en cuestión. Si nos el antilogaritmo. Para ilustrar el procedi-
DWHQHPRV D OD HFXDFLyQ YHUHPRV TXH ¿- miento, tomemos los datos representados en
nalmente se extrae un cociente cuyo nu- la Tabla 2.4.
merador surge de multiplicar los valores
0REDICTOR #ON%#' #ON%#'
concordantes, mientras que el divisor es ALTERADO NORMAL
el producto de los datos que se ubican en %XPUESTOS A B
las celdas discordantes. Al resultado que
arroja dicho cociente se lo denomina OR .OEXPUESTOS C
D
crudo. Algunos procedimientos estadís-
WLFRV PiV VR¿VWLFDGRV FRPR OD UHJUHVLyQ Con ello de obtiene un OR = 6.73, mientras
logística permiten ponderar los efectos de que el loge(6.73) = 1.9066
otras variables sobre la relación y de ese
modo se obtienen los OR ajustados (de
   
acuerdo al género y la edad, entre otras %3LOG/2  
variables posibles). Con ello se consigue    
mejorar la inferencia, puesto que podre-
mos saber si el FR en estudio interacciona De este modo el IC = 1.9066 ± 1.96 x 0.662
con otros factores (ver capítulo 4). (1.2975), lo que arroja los siguientes valores
0.6091 - 3.2041 que, al obtenerse el antilo-
%NFERMOS .O%NFERMOS garitmo, nos termina dando el IC del OR,
%XPUESTOSAL&2 A B 1.839 – 24.633.

.OEXPUESTOSAL&2 C D A diferencia del RR que era una posibi-


TDEOD.Cálculo de los OR
OLGDGHOFRH¿FLHQWHGHGLVSDULGDGHQUHD-
OLGDG HVSHFL¿FD XQD FKDQFH /D UHODFLyQ
A B A D aquí se establece entre la cantidad de ve-
/2  ces que se presenta el fenómeno de interés,
CD B C
respecto de la cantidad de veces en que ello
Si los casos presentan una mayor fre- no ocurre. Al igual que en el RR, un índi-
cuencia del predictor respecto de los con- ce mayor a 1 implica que la exposición a
troles tendremos una asociación de riesgo, determinado FR aumenta la chance de que
mientras que si la frecuencia del predictor ocurra el fenómeno de interés y viceversa.
es menor en los casos se trata de una aso- Los OR pueden ser utilizados como una
ciación protectiva. aproximación al RR mayormente cuando
3DUD HVWLPDU HO LQWHUYDOR GH FRQ¿DQ]D el fenómeno de interés no es tan frecuente
del OR, se calcula el logaritmo del OR y (menos del 20% en ambos grupos de aná-
también se obtiene el error estándar del lisis). Si la proporción del evento es alta
logaritmo del OR, el cual surge de la si- en alguno de los grupos, es desaconsejable
guiente fórmula: efectuar dicha derivación.
Estudios observacionales 53

Partiendo de la tabla de contingencia 2.5, que, siendo elegibles para participar, no se


también se puede calcular la fracción etio- prestaron a ello o no fueron seleccionados
OyJLFD )(UHSUHVHQWDGRFRQȜ YDOHGHFLU por el investigador.
la proporción de casos en la población que Dado que el estudio de casos y controles es
es atribuida al factor, y por ende en similitud un diseño muy amenazado por el error siste-
con el riesgo atribuible que surgía del RR. mático, vale la pena considerar los puntos
más críticos donde puede producirse un
%NFERMOS .O%NFERMOS sesgo.

Error de muestreo
%XPUESTOS A B M Como ya se indicó, este estudio comienza
con la selección de los casos. Lo ideal se-
O
. C D M ría que los mismos fueran extraídos de una
EXPUESTOS muestra aleatoria entre aquellos que presen-
tan la enfermedad en cuestión. El problema
N N N es que la mayor parte de las veces incluimos
D ODV SHUVRQDV LGHQWL¿FDGDV SHUIHFWDPHQWH
como enfermos y que se hallan a nuestro al-
El cálculo surge de la siguiente expresión
FDQFHORTXHQRVLJQL¿FDTXHVHDQUHDOPHQWH
Ȝ  FQ2/dn1)
representativos de la población de pacientes.
Alcances del estudio Esta limitación no lo es tanto cuando se trata
Una de las ventajas del estudio de casos y de una enfermedad que requiere hospitali-
controles es el caudal de información que zación (por ejemplo, fractura de cuello de
puede obtenerse con un número relativa- fémur, infarto de miocardio). Muy distinto
mente bajo de personas. La mirada retros- sería el caso si nuestra población de pacien-
pectiva y la posibilidad de examinar una o tes fuesen mujeres asistidas en un servicio
más variables predictivas permiten la gene- de gastroenterología porque experimentan
UDFLyQGHQXHYDVKLSyWHVLV¿VLRSDWRJpQLFDV un cuadro compatible con gastritis, ya que la
en torno de la enfermedad. Sin embargo de- muestra elegida representará a aquellas que
bemos tener en cuenta que la información tienen más acceso a este tipo de atención
que se extrae es limitada y no permite calcu- médica. Si el FR que pretendemos vincular
lar prevalencia ni incidencia. Por otro lado, con la patología guarda relación con situa-
contamos con una sola variable de salida, es ciones que se generan por la misma atención
decir, la enfermedad. médica (por ejemplo, medicamentos admi-
Una limitación difícil de superar totalmen- nistrados por vía oral) el sesgo será aún ma-
te, es la probabilidad de sesgo que puede yor que si tratáramos de asociarlo con algún
existir en este tipo de estudio. Las fuentes de marcador genético en particular.
sesgo tienen que ver con el hecho de que el Como ya fuera adelantado, la selección
muestreo de casos y controles es por separa- del grupo control no es menos importante.
do y que la medición de la variable predicti- Estos individuos deben ser extraídos de la
va es retrospectiva. Retomando lo antedicho misma población que da origen a los casos y
para las cohortes, no podemos dejar de con- en el mismo período de tiempo. Si los con-
siderar que la relación exposición-enferme- troles no son representativos de aquellos que
dad detectada en el estudio podría ser dife- se hallan en riesgo para la enfermedad en
rente de aquella que se da en los individuos cuestión se produce un sesgo de selección.
54 Lo esencial en investigación clínica

/RV FRQWUROHV GHEHQ UHÀHMDU OD IUHFXHQFLD Vale la pena insistir, que al momento de
de base a la que la población se halla ex- elegir este tipo de personas hay que prestar
puesta. La manera en que son elegidos no especial atención para excluir a aquellos
debe guardar relación con el predictor que FX\R GLDJQyVWLFR HQ OD ¿FKD GH DGPLVLyQ
pretendemos analizar para tener una esti- no guarda alguna relación con el predictor
PDFLyQ¿GHGLJQDGHFXiOHVODIUHFXHQFLD que estamos investigando. Otra estrategia
con que la población no afectada presenta consiste en incluir amigos o colegas de los
el predictor. No necesariamente deben ser casos ya que son bastante similares en cuan-
sanos y a veces la exclusión de controles to a las características socioeconómicas y
con otra patología puede ocasionar un ses- educativas. El mayor obstáculo es el sesgo
go. Los controles deberían tener el mismo de inclusión, puesto que es el caso quien nos
riesgo de exposición que los casos, si la brinda los nombres de los potenciales con-
exposición y la enfermedad no estuvieran troles. Cuando se pretende excluir el com-
relacionadas. ponente genético como predictor o factor de
Retomando lo expuesto más arriba, los confusión, es útil la utilización de familiares
controles pueden elegirse de un grupo co- como controles.
nocido, por ejemplo, entre los asistentes a Independientemente de la estrategia em-
XQD¿HVWDHQODFXDOVHSURGXFHXQDWR[L SOHDGDXQDYH]TXHVHKDGH¿QLGRHOJUX-
infección alimenticia donde no todas las po de potenciales controles es conveniente,
personas ingirieron los mismos alimentos. siempre que se pueda, extraer una muestra
Para su elección utilizaríamos un método aleatoria. Un aumento en el número de con-
aleatorio a partir de una lista de números troles respecto de los casos, hasta una re-
WHOHIyQLFRV ¿MRV HQ ORV KRJDUHV VL HV TXH lación de 4:1, mejora el poder del estudio.
todos tienen teléfono. Si se trata de un es- 8QDSURSRUFLyQVXSHULRUDpVWDQRPRGL¿FD
WXGLRGRQGHTXHUHPRVLQGDJDUODLQÀXHQFLD sustancialmente la capacidad para detectar
del alcohol en accidentes de tránsito los ca- asociaciones.
sos nos son desconocidos de antemano y
lo mismo reza para los controles. Para una No obstante ser conscientes de estos pro-
situación de este tipo el grupo poblacional blemas, no siempre es posible superarlos
del cual se extraerá la muestra son todos los porque la realidad difícilmente constituya
individuos que viven dentro del radio ur- la situación ideal; sin embargo, el haberlos
bano. La inclusión de vecinos puede efec- advertido hará que tratemos de incluir con-
tuarse a través de un registro poblacional troles que resulten lo más representativos
o invitación puerta a puerta. En las áreas posible de los casos. Las estrategias son las
rurales se pueden crear círculos crecientes siguientes:
a partir de un centro donde se ubica el caso. ‡ 4XH OD PXHVWUD GH FRQWUROHV VHD WDQ
Algunos de los problemas que plantea esta sub-representativa como la de los casos;
estrategia tienen que ver con la baja pro- por ejemplo mujeres que concurren a la
porción de respuesta por parte de la gente a misma clínica por divertículos, si es que
quien se le solicita participar o bien cuando esta afección no es más frecuente en las
H[LVWHQPXFKRVHGL¿FLRVGHSURSLHGDGKR- mujeres que ingieren tales medicamentos.
UL]RQWDOTXHGHPDQGDQODLGHQWL¿FDFLyQGH ‡4XHORVJUXSRVVHDQFRPSDUDWLYRV
todas las personas que viven en ellos. ‡8VDUyPiVJUXSRVGHFRQWUROHV
Los pormenores de la utilización de con- ‡ ([WUDHU XQD PXHVWUD GH FRQWUROHV GH
troles hospitalarios ya fueron expuestos. XQUHJLVWURR¿FLDO2EYLDPHQWHTXHSDUDHOOR
Estudios observacionales 55

debemos contar con registros representati- presente al FR porque experimentaron reac-


vos de la población general de pacientes re- ciones adversas.
sidentes en una determinada área, de donde (O HUURU GH FODVL¿FDFLyQ QR GLIHUHQFLDO
se extraen los controles en forma aleatoria. determina una subestimación de la aso-
ciación real, lo que favorece a la hipótesis
Error de medición nula; mientras que el diferencial puede
En estudios donde existe un conocimiento exagerar o reducir el efecto que estamos
poblacional de la posible asociación entre midiendo, según el caso. Tengamos en
las variables predictiva y de impacto, es pro- claro que de todos modos los resultados
bable que la persona que presenta el factor se verán afectados.
de riesgo concurra al médico por una sinto-
matología que no adquiere esa relevancia en El estudio de casos y controles es un
quienes dicho factor está ausente. El médico ejemplo cabal de los recursos metodoló-
tratante puede estar sesgado, a su vez, para gicos que ofrece la investigación para ad-
relacionar la sintomatología con la enferme- ministrar el error y obtener conclusiones
dad en cuestión. válidas. El Dr. Rabasa –que mucho nos
Otra fuente de error está relacionada con enseñó– solía decir: “No sé si los investi-
la diferente capacidad de recordar la ex- gadores somos los más inteligentes, pero
posición al FR en las personas que experi- sí los más obsesivos”.
mentaron algún problema de salud, respecto
de aquellas que no desarrollaron trastorno
alguno. Si nuestro estudio tratara de deter- 2.4 Causalidad
minar el efecto de la exposición a fármacos
o tóxicos en los progenitores sobre defectos Desde tiempos inmemoriales la Medicina
congénitos en los hijos, la probabilidad para viene intentando brindar respuestas razo-
recordar eventos de este tipo suele ser ma- nables a un par de interrogantes que ocu-
yor en los padres de niños afectados. SDQXQHVSDFLRVLJQL¿FDWLYRGHODFRQVXO-
ta médica, ¿a qué se debe la enfermedad
Errores de clasi¿cación que me diagnosticaron y de qué modo la
Los mismos están referidos a procedi- FRQWUDMH"Un racconto del recorrido de las
mientos que llevan a una evaluación erró- ciencias médicas en torno a la causalidad
nea de cualquiera de las variables (pre- excede los alcances del texto. No obstante
dictiva o de impacto). En conexión con lo ello, prima facie uno puede adelantar una
HVSHFL¿FDGR HQ OD VHFFLyQ  FXDQGR HO GH¿QLFLyQSRUODFXDOFDXVDHVXQDJHQWH
porcentaje de casos y controles en quienes que trae aparejado un evento o resultado.
VHHIHFWXyXQDFODVL¿FDFLyQLQFRUUHFWDGH Adentrándonos en la disciplina, se la de-
ambas variables es similar estamos frente ¿QHFRPRXQIDFWRUTXHHQGHWHUPLQDGDV
D XQ HUURU GH FODVL¿FDFLyQ QR GLIHUHQFLDO circunstancias hace que la enfermedad sea
o aleatoria; por ejemplo, historias clínicas más o menos probable según que el mis-
donde la información no es clara pero se mo se halle presente o ausente, respecti-
da tanto de un lado como del otro. Si por vamente. El estudio en torno a las causas
el contrario la proporción es diferente en- que determinan una enfermedad no sólo
tre grupos, estamos frente a un error dife- permite un mejor conocimiento en cuan-
rencial o no aleatorio. Éste sería el caso to a la etiología, patogénesis y factores de
de las personas que tienen mucho más riesgo sino que facilita la práctica médica,
56 Lo esencial en investigación clínica

tanto en la prevención, diagnóstico y trata- A medida que nos adentramos en el estu-


miento como así también en investigación dio de una enfermedad rápidamente surge
en servicios de salud. Cuando nos referi- que existe una cadena causal, vale decir
mos a causalidad es necesario dejar en cla- que una causa encierra a su vez sus pro-
ro desde el principio que raramente la va- pios determinantes. Retomando el ejem-
riable de impacto (enfermedad) a la cual se plo de la Tuberculosis uno podría estable-
orientan nuestros estudios está ocasionada cer que el desarrollo de la enfermedad es
por una sola causa. A raíz de ello, el cono- el resultado de una compleja interacción
cimiento íntimo y acabado sobre los condi- entre la micobacteria y el huésped. Si con-
cionantes que llevan al desencadenamiento sideramos el componente individuo es fá-
de un trastorno es una tarea harto difícil, cil entrever que la respuesta inmune es un
sino irrealizable. No por ello vamos a de- elemento esencial para la contención del
sistir de nuestro intento de entender algo proceso, la cual por su parte depende del
de esa compleja realidad, y seguramente grado de determinación genética del indi-
hallaremos agentes que cuando se presen- YLGXR\GHODVLQÀXHQFLDVPHGLRDPELHQWD-
tan aumentan la probabilidad de que el fe- les. Cada uno de estos 2 componentes está
nómeno se produzca. A partir de este con- ligado, a su vez, a factores propios y así
FHSWRSRGHPRVDUULHVJDUXQDGH¿QLFLyQGH sucesivamente. A poco de andar uno ad-
causa como un hecho o circunstancia que YLHUWHTXHFRPRODLGHQWL¿FDFLyQGHWRGDV
antecede a un desenlace y sin la cual este las causas potenciales se torna muy difícil
fenómeno puede no presentarse o bien sur- conviene individualizar aquellas que tie-
gir por otra razón. Nos referimos a causa QHQXQDOWRJUDGRGHLQÀXHQFLD
necesaria cuando el hecho o circunstancia Tan importante como conocer las causas
es indispensable para que se produzca el es caracterizar las circunstancias en que
fenómeno, y denominamos FDXVDVX¿FLHQ- ellas actúan. A este respecto puede que
te al evento o circunstancia que da lugar al se trate de un proceso estocástico, vale
fenómeno, más allá de su indispensabilidad decir, sabemos cuán probable es que el fe-
o bien al conjunto de hechos o situaciones nómeno se produzca pero no conseguimos
que ineludiblemente llevan a la anomalía. comprender por qué en algunos se da y en
Aunque la exposición a una causa necesa- otros no. Otros autores sostienen, en cam-
ria es una condición sine qua non para que bio, que muchos sistemas biológicos están
se produzca el evento, puede que no sea su- regulados por procesos determinísticos y
¿FLHQWH3RUHMHPSORQRWRGDVODVSHUVRQDV aperiódicos los cuales requieren un enfo-
infectadas con Mycobacterium tuberculo- que no lineal y caótico. Al respecto de ello
sis desarrollan la enfermedad. hace unos años se ha desarrollado un mé-
A pesar de que ciertos factores tienen un todo para el control del caos (PNAS 2001;
efecto causal sobre determinadas enferme- 98: 5827) que podría tener aplicabilidad
dades no siempre es posible ubicar a qué en la prevención de arritmias.
tipo de causa pertenecen. Un ejemplo típi- Siempre que se detecta una correlación
co es el tabaquismo, que no encaja dentro VLJQL¿FDWLYDHQWUHGRVYDULDEOHVVXUJHXQD
GHODVQHFHVDULDVQLVX¿FLHQWHVSXHVWRTXH especulación en torno a la causalidad de
algunos no fumadores pueden desarrollar una sobre la otra. No obstante el impor-
cáncer de pulmón mientras que determina- tante grado de asociación, lejos estamos a
das personas que han fumado durante toda HVDDOWXUDGHSRGHUD¿UPDUTXHHOKHFKRx
su vida no presentan la patología. determina el fenómeno y. Bien podría ser
Estudios observacionales 57

que se tratara de una asociación falaz de- Dicho de otro modo, el agregado de todas
bida simplemente al azar, o a algún factor las condiciones necesarias (predictores)
externo en paralelo con las variables bajo DFW~D FRPR FRQGLFLyQ VX¿FLHQWH \ FXDQ-
análisis que introduce un sesgo en nues- do ésta se halla presente el fenómeno se
tros resultados. Por supuesto que existirán produce.
casos en que la relación entre ambas va- Si volvemos a nuestro ejemplo de la En-
riables encierra una real causalidad y sien- fermedad de Chagas de existir un predic-
ta las bases para la realización de una in- tor que tuviese un efecto directo sobre los
vestigación explicativa o analítica, donde mecanismos que median la génesis de la
confrontaremos nuestra hipótesis con la miocardiopatía chagásica crónica (MCC)
realidad. Lo ideal sería llevar adelante un –independiente del efecto de otras cau-
estudio experimental en el cual uno pue- sas– podemos asignarle el valor de causa
de, en mayor o menor grado, controlar la VX¿FLHQWH(VWRTXHGHVGHHOSXQWRGHYLVWD
situación a punto tal que algunos factores teórico aparece relativamente simple, sue-
se mantienen constantes y otros pueden le ser bastante complicado en la práctica,
variar. En la investigación clínica, el aná- puesto que en la realidad surgen otros tipos
lisis de la hipótesis no puede sustentarse de causas (¡más todavía!) que se designan
en la provocación de la enfermedad o fe- como condiciones contribuyentes y contin-
nómeno (recuperación, muerte, etc.) sino gentes. Una causa contribuyente es aquella
simplemente en aguardar a que la misma que incrementa la probabilidad de que se
se produzca de forma espontánea. El es- SURGX]FDHOIHQyPHQRDXQTXHQRVLJQL¿FD
tudio también es analítico pero no expe- que indefectiblemente sea así. Si la Enfer-
rimental en sentido estricto por cuanto no medad de Chagas afecta al miocardio, uno
ha sido provocado. podría pensar que factores que han demos-
Al trabajar este tipo de cuestiones, desde trado tener una acción nociva sobre este
el punto de vista médico, conviene ocu- tejido (tabaquismo, alcoholismo) también
parse por separado de las enfermedades podrían operar como causas contribuyen-
de etiología conocida respecto de aque- tes para la generación de la MCC. Más aún,
llas que no la tienen. Si nos referimos por si en la franja de la población infectada am-
ejemplo a la Enfermedad de Chagas, cae bos hábitos son harto frecuentes (condición
de maduro que la enfermedad no se produ- contingente) estas causas contribuyentes
ce si previamente no estamos infectados adquieren mayor peso.
con el 7U\SDQRVRPDFUX]L (causa necesa- A lo largo de las páginas precedentes
ria). Si por el contrario quisiéramos preci- hemos señalado que la relación entre dos
sar las causas que determinan la obesidad, YDULDEOHVSXHGHYHUVHLQÀXLGDSRUIDFWRUHV
es probable que aparezcan varios factores, no contemplados en ese enfoque binario.
el componente genético (seguramente Dentro de estas terceras variables pode-
poligénico), la ingesta, el sedentarismo y PRVPHQFLRQDUDORV)&PRGL¿FDGRUHVGH
trastornos psicológicos, entre otros. To- efecto, variables intermedias, variables no
mados en forma independiente todos ellos controladas y variables posteriores. Los
podrían ser una condición necesaria pero FC ya han sido presentados en sociedad y
QR VX¿FLHQWH SDUD TXH RFXUUD HO IHQyPH- baste con mencionar que son variables ca-
no. Si por el contrario todos los factores paces de falsear la relación entre el predic-
operan en conjunto existirá una altísima tor y la variable de impacto. Buena parte
probabilidad de que la persona sea obesa. del trabajo del investigador se centra en el
58 Lo esencial en investigación clínica

análisis de esta posibilidad para eliminarla nuestra inferencia en cuanto a causalidad,


o tenerla bajo control. Un FC peculiar es sobre todo en los estudios donde no existe
el que aparece en la denominada paradoja seguimiento y, por lo tanto, es muy difícil
de Simpson. Se trata de un FC tan impor- conocer si un factor es anterior o posterior
tante que es capaz de invertir la verdadera a la aparición del fenómeno de interés.
relación existente entre dos variables. Es Para el caso de estudios observaciona-
un fenómeno que se cita clásicamente en OHVKDEUiTXHUHÀH[LRQDUHQSURIXQGLGDG
todos los textos y revisiones sobre este acerca de dichas variables al momento de
tema, pero que aparece muy pocas veces diseñar la investigación. Puede que de-
en la realidad. bamos establecer criterios de exclusión,
3RUVXSDUWHORVPRGL¿FDGRUHVGHHIHFWR asegurar la comparatividad de los grupos
alteran la magnitud de la relación entre el o incluir estratos si es necesario y pre-
predictor (causal) y la variable de impac- ver el tipo de análisis estadístico que nos
to, que en la jerga estadística se conoce permita tener un cálculo ajustado de las
como interacción. En otras palabras, la diferencias. Si el FC constituye una situa-
fuerza de la relación entre el predictor y el ción harto frecuente de la realidad, no es
GHVHQODFHVHPRGL¿FDDQWHODSUHVHQFLDGH aconsejable excluirlo del estudio porque
una tercera variable. Bien podría ser que nos estaríamos apartando de lo que ocurre
el riesgo para el desarrollo de cáncer a raíz HQHOHQWRUQR(VPXFKRPHMRUSODQL¿FDU
de la exposición a un determinado conta- la utilización de pruebas de ajuste para
minante medioambiental fuese distinto la etapa de análisis de los resultados. En
para varones respecto de las mujeres, lo los estudios intervencionistas, el factor de
cual pone sobre el tapete el concepto de confusión desaparece mediante la rando-
heterogeneidad del efecto. mización y un tamaño muestral generoso.
En cuanto a las variables intermedias, for- Parafraseando a un desaparecido políti-
man parte de la cadena causal y se ubican co argentino que solía decir “Calma, ra-
entre el predictor y la variable de impacto. dicales” la metodología provee una serie
En el nexo entre la infección con el VIH y de estrategias que nos permiten ejercer
HOFXDGURGHLQPXQRGH¿FLHQFLDTXHUHVXO- un cierto control y modo de desglosar la
ta luego de varios años de transcurrida la participación de las terceras variables. Las
misma, la desaparición de linfocitos coope- HVWUDWHJLDVDXWLOL]DU\HOVLJQL¿FDGRGHODV
radores (por procesos vinculados al virus o mismas se resumen en la Tabla 2.6.
no) encaja en este tipo de variable.
Las variables no controladas son aquellas Los criterios de causalidad
que ejercen una acción sobre la variable de Bradford Hill
de impacto, pero que no guardan relación Como se señalara anteriormente una correla-
con el predictor (a diferencia del FC). Es FLyQHQWUHGRVYDULDEOHVQRHVXQGDWRVX¿-
XQEXHQHMHUFLFLRPHWRGROyJLFR¿VLRSDWR- ciente para hablar de causalidad. Aún cuando
JpQLFRWUDWDUGHLGHQWL¿FDUGLFKRVIDFWRUHV los estudios sobre los cuales se asientan los
D¿QGHORJUDUXQDFRUUHFWDHVWLPDFLyQGH resultados son metodológicamente correc-
la relación entre el predictor y el fenóme- tos existe una serie de exigencias adicio-
no de interés de nuestro estudio. nales que deben satisfacerse para otorgar
Como su nombre indica, las variables la fuerza de causa; ellos son los 9 criterios
posteriores son ulteriores a la aparición del de causalidad de Bradford Hill: coherencia,
fenómeno de interés y pueden tergiversar FRQVLVWHQFLDHVSHFL¿FLGDGHYLGHQFLDH[SH-
Estudios observacionales 59

3ECUENCIA '£NERO $IFERENCIA $IFERENCIA


FEMENINOMASCULINO 3IGNIFICATIVA .O3IGNIFICATIVA

%STAD¤STICA
DESCRIPTIVA


!NÖLISISPOR F ASOCIACI˜N
ESTRATOS RIESGOE)#

4ABLADE F-ANTEL
#ONTINGENCIA (AENSZELRIESGO
2 E)#
0RUEBADE %XISTEINTERACCI˜N .OEXISTEINTERACCI˜N
HOMOGENEIDAD
DEESTRATOS
#ÖLCULODERIESGO !NÖLISISMULTIVARIADO 2CRUDOx2AJUSTADO 2CRUDO2AJUSTADO
AJUSTADOSINO %XISTE&# .OEXISTE&#
EXISTEINTERACCI˜N
TDEOD. Guía para el análisis de datos con miras a ponderar causalidad
,&LQWHUYDORGHFRQ¿DQ]D)&IDFWRUGHFRQIXVLyQ

rimental, fuerza de la asociación, gradiente ESPECIFICIDAD DEL EFECTO. Este


biológico, plausibilidad, razonamiento por FULWHULRQRRIUHFHGL¿FXOWDGHVFXDQGRWUDED-
analogía y secuencia temporal. No obstante jamos con factores (causas) que generan un
que ninguno de ellos constituye una prueba único efecto, por ejemplo, la relación entre
irrefutable de causalidad hay acuerdo en hiperlipidemia y arterioesclerosis. La cues-
que la temporalidad es una condición im- tión se torna más complicada para el caso en
perativa puesto que el predictor debe pre- que un efecto puede obedecer a causas va-
ceder en el tiempo al fenómeno de interés. riadas o bien un predictor que impacta sobre
Los rasgos más salientes de cada uno de los distintos blancos.
criterios se exponen brevemente.
EVIDENCIA EXPERIMENTAL. La com-
COHERENCIA. Nuestra lógica e inferen- probación experimental de que el predictor
cia en torno al predictor y sus efectos no en estudio provoca el efecto imputado es
puede presentar inconsistencias o contra- XQ HOHPHQWR TXH FRQ¿HUH XQ HQRUPH SHVR
dicciones con las características que dis- a nuestra presunción. En sentido inverso la
tinguen a la enfermedad o fenómeno en eliminación del factor debería reducir o su-
cuestión. primir la ocurrencia del fenómeno.

CONSISTENCIA O REPRODUCIBILI- FUERZA DE ASOCIACIÓN. Esto depende


DAD. Ello requiere que la asociación en- del tipo de investigación que se ha efectua-
WUHODVGRVYDULDEOHVKD\DVLGRYHUL¿FDGD do. Cuando nos referimos a los estudios de
en otros estudios, donde las poblaciones, cohorte hacíamos mención al RR, que nos
las circunstancias y los investigadores que daba una estimación del grado de relación
llevaron a cabo las pruebas eran diferen- entre el predictor y la variable de impacto.
tes. Es un criterio de cuantía a la hora de Cuando los hallazgos provienen de un estu-
sopesar. dio de casos y controles, el estimador de la
60 Lo esencial en investigación clínica

LQWHQVLGDGGHODDVRFLDFLyQHVHOFRH¿FLHQWH pre estamos en condiciones de hacer una


de disparidad (Odds Ratio). También se pue- D¿UPDFLyQWDQFDWHJyULFD
den utilizar los datos de investigaciones de
tipo más mecanísticas tales como análisis de Uno de los desafíos más importantes de
correlación, regresión y covariancia, entre la epidemiología moderna es el análisis
los más destacados. de la relación causa-efecto para el cual
es primordial un juicio de valor acerca
GRADIENTE BIOLÓGICO. En analogía GHODFDOLGDGGHODHYLGHQFLDFLHQWt¿FD$
con un análisis de regresión donde uno co- modo de herramienta de trabajo, en la Fi-
teja el efecto de los valores asignados a la gura 2.1 se representa un marco concep-
variable independiente sobre la dependiente WXDOTXHQRVD\XGDDUHÀH[LRQDUHQWRUQR
(los ejes x e y) aquí se trata de establecer si a esta cuestión. Partiendo de la relación
existe una relación directamente proporcio- entre predictor y fenómeno de interés,
nal entre la magnitud que alcanza el predic- tendremos que cotejar entre los factores
tor (o el tiempo de exposición al mismo) y la TXHOHFRQ¿HUHQRUHVWDQYDOLGH]DODDVR-
presentación del fenómeno de interés. Como FLDFLyQ YHUL¿FDGD SDUD ORJUDU XQD YDOR-
para todo existen excepciones, los sujetos ración, lo más acertada posible, de cuán
con un terreno muy susceptibles no estarían causal es el predictor bajo análisis. En la
comprendidos en las generales de la ley, SDUWHL]TXLHUGDGHODJUi¿FDVHLQGLFDQORV
puesto que pueden presentar el evento ante elementos capaces de sustraer peso a la
una mínima exposición al factor de riesgo. relación y en primer término se ubican los
errores aleatorio y sistemático. El prime-
PLAUSIBILIDAD BIOLÓGICA. Llegados ro de ellos es inevitable puesto que debe-
al punto de querer atribuir causalidad debe- ríamos incluir a toda la población blanco
PRV FRQWDU FRQ XQ VXVWHQWR FLHQWt¿FR TXH para eliminarlo. Contentémonos con mi-
brinde una base racional sólida al efecto que nimizarlo todo lo que se pueda y cuanti-
deseamos explicar. ¿FDUODSRVLELOLGDGGHTXHODYDULDELOLGDG
aleatoria dé cuenta de los resultados ob-
RAZONAMIENTO POR ANALOGÍA. servados. En otras palabras, uno recurre
Al igual que en el momento de enunciar al valor de P para saber qué probabilidad
una hipótesis de trabajo para un proyecto existe de que un efecto observado se deba
de investigación, aquí tratamos de analizar al azar, si no existiera relación alguna
si el conocimiento de asociaciones causales entre la exposición y la enfermedad. El
de naturaleza similar puede ser aplicable a error sistemático, por su parte, lleva a una
nuestro caso. estimación incorrecta de la asociación en-
tre predictor y resultado. Las diferencias
SECUENCIA TEMPORAL. Como fuera radican en la manera en que los grupos
expresado, es de fundamental importancia del estudio son seleccionados, seguidos
demostrar que el factor de riesgo ha prece- y evaluados. Aunque parezca obstinado,
dido al fenómeno de interés. De ahí la re- hay que preverlos en la fase de diseño y
levancia de los estudios de cohortes, donde realización del estudio ya que son muy
al momento de inclusión de los participan- difíciles de corregir cuando ya se reco-
tes (todos libres de enfermedad) uno puede gieron los resultados. Brevemente repa-
asegurar que el pretendido factor de riesgo saremos los distintos tipos de sesgos que
existió antes. Lamentablemente no siem- pueden presentarse.
Estudios observacionales 61

Sesgo de selección: VH UH¿HUH D ODV número de sujetos, torna muy difícil ase-
distorsiones que ocurren en los procedi- gurar que no se producen errores de esta
mientos utilizados para la elección de los naturaleza. Más que nada para el último
sujetos. De existir un sesgo de este tipo, de ellos, ya que en el primer caso uno
la relación entre el factor de exposición puede tomar una serie de precauciones
y el resultado a evaluar es distinta en los D ¿Q GH TXH OD SHUVRQD HQFDUJDGD GH OD
participantes del estudio respecto de los obtención de los datos no conozca a qué
teóricamente elegibles. En razón de ello, grupo pertenece el participante. Al re-
la asociación observada en realidad es ferirnos al diseño de casos y controles,
una combinación entre las fuerzas que KDFtDPRV PHQFLyQ DO HUURU GH FODVL¿FD-
determinan la participación de un tipo ción no diferencial o aleatoria, que mi-
particular de sujetos y aquellas que ope- nimizaba las diferencias entre grupos
ran sobre el fenómeno de interés. Los es- ocasionando una subestimación de la
tudios prospectivos en cohortes son los asociación real; mientras que en el error
menos proclives a presentar este tipo de GH FODVL¿FDFLyQ GLIHUHQFLDO R QR DOHD-
GL¿FXOWDGHV toria, el error es distinto según los gru-
Sesgo de información: se trata de un pos con lo que el sesgo puede darse en
error en la recolección de la información una u otra dirección. En los estudios de
deseada. Puede que el problema se deba corte transversal o de casos y controles
al investigador (por ejemplo, sesgo de hay que estar muy atentos al fenómeno
entrevistador) o al participante del es- de efecto-causa, vale decir, el resultado
tudio (individuos con marcadas diferen- es lo que lleva al predictor, sobre todo
cias en su capacidad de relatar eventos cuando el supuesto predictor es un dato
patológicos o exposiciones a factores de de laboratorio que bien puede ser la con-
riesgo). secuencia del proceso patológico y no
6HVJRVGHPHGLFLyQ\GHFODVL¿FDFLyQ la causa. No abundaremos acerca de los
el hecho de trabajar con un importante )& PRGL¿FDGRUHV GH HIHFWRV YDULDEOHV

%XPOSICI˜NALFACTOR %VENTOOENFERMEDAD

!SOCIACI˜N

%RROR!LEATORIO #OHERENCIA
%RROR3ISTEMÖTICO #ONSISTENCIA
%LEMENTOSQUELE &ACTORESDE#ONFUSI˜N &ACTORESQUELE
%SPECIFICIDAD
RESTANPESOALA -ODIFICADORESDEEFECTOS OTORGANFUERZAA
%VIDENCIAEXPERIMENTAL
EVENTUALRELACI˜N 6ARIABLESNOCONTROLADAS LARELACI˜NCAUSAL
&UERZADELAASOCIACI˜N
CAUSAL 6ARIABLESPOSTERIORES 'RADIENTEBIOL˜GICO
0LAUSIBILIDAD
2AZONAMIENTOPORANALOG¤A
4EMPORALIDAD

)LJXUD.Marco conceptual en causalidad


62 Lo esencial en investigación clínica

no controladas y variables posteriores, cado a los 9 criterios de causalidad de


por cuanto ya han sido tratados en la Bradford Hill más arriba expuestos. La
sección anterior. presencia de estos factores otorga un sus-
Confrontando con lo antedicho, en el tento racional a los supuestos causales
RWUR H[WUHPR GH OD ¿JXUD KHPRV XEL- formulados.
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3

CAPITULO
Estudios con intervenciones
o ensayos clínicos

6LQWHPRUDHTXLYRFDUQRVSRGHPRVD¿U- ‡ ,QWHUYHQFLRQHV HGXFDWLYDV 6H EDVDQ


mar que los grandes objetivos de la inves- en la utilización de campañas cuyo obje-
tigación médica propenden a tres logros tivo es conseguir un cambio más saluda-
fundamentales: prevenir enfermedades, ble en la conducta o hábitos de vida.
desarrollar mejores herramientas diag-
QyVWLFDV\ORJUDUWUDWDPLHQWRVPiVH¿FD- 3.1 Pruebas diagnósticas
ces y menos tóxicos. Para la concreción
de dichos propósitos la investigación clí- El principal objetivo por el que se lleva
nica recurre a un tipo especial de diseño a cabo un ensayo diagnóstico es para es-
por el que el médico no sólo observa sino tablecer su aplicabilidad clínica. En los
que también interviene sobre la enferme- casos en que ya existe una prueba diag-
dad en cuestión. Dentro de este contexto, nóstica la nueva herramienta debe ser
los estudios intervencionistas se pueden validada con relación a los estándares
agrupar de la siguiente manera: disponibles del momento y el diseño que
se utiliza es el de un ensayo aleatorizado
‡(QVD\RVSUHYHQWLYRVHQHVWHJUXSRVH a ciego. En este tipo de estudios la varia-
incluyen fundamentalmente los protoco- ble predictiva es la prueba diagnóstica,
los basados en la utilización de vacunas, mientras que la variable de salida o de
sea para proteger a las personas en riesgo impacto es la enfermedad. Respecto de
de adquirir la infección, desarrollar la en- las características de la primera de ellas,
fermedad en los que ya están infectados la variable predictiva puede ser dicotó-
y al mismo tiempo reducir la transmisibi- mica, ordinal o continua. Una prueba
lidad del agente infeccioso. diagnóstica ideal sería aquella que arroja
‡ (QVD\RV WHUDSpXWLFRV HVWiQ RULHQWD- un resultado positivo en todos los enfer-
dos a lograr un mejor control de la en- mos, siendo 100% negativa en las perso-
fermedad. nas que no lo son.
‡3UXHEDVGLDJQyVWLFDVVLELHQHVWHWLSR Los ensayos diagnósticos requieren que
de estudios no tiene efecto directo sobre OD GH¿QLFLyQ GHO JUXSR GH ORV HQIHUPRV
la enfermedad en términos de prevención se efectúe en base a los criterios que re-
y tratamiento, la disponibilidad de mé- únen consenso (gold standard). Si fuese
todos diagnósticos adecuados es indis- el caso de una prueba pronóstica, como
SHQVDEOHSDUDODGH¿QLFLyQGHODHQWLGDG para decidir quiénes se recuperan o no de
nosológica y el curso de la misma. ODHQIHUPHGDGGHEHPRVWHQHUFODUDVGH¿-
66 Lo esencial en investigación clínica

QLFLRQHVGHORTXHVLJQL¿FDQHVWDVGRVRSFLR- 6ensibilidad y especi¿cidad


nes. Dado que en buena parte de la patología De acuerdo a lo representado en la Tabla
médica no se dispone de un gold standard de 3.2, al evaluar una prueba diagnóstica
absoluta certeza diagnóstica, el investigador puede ocurrir que no todos los enfermos
debe utilizar un estándar que sea lo más re- desarrollen una prueba positiva (es decir,
presentativo del estándar ideal. En razón de que se produzcan falsos negativos) y que
ello en la actualidad es preferible hablar del por el contrario algunas personas sanas
estándar referencial en lugar del gold stan- arrojen resultados positivos, vale decir,
dard. falsos positivos.
Supongamos que un grupo de investigado- Dadas estas posibilidades, el análisis de
res ha observado que los pacientes con una una prueba diagnóstica requiere que nos
enfermedad infecciosa viral presentan un an- manejemos con dos tipos de estimaciones:
WLFXHUSRHVSHFt¿FRHQVDQJUH\GHFLGHQHIHF-
tuar un estudio orientado a determinar qué ‡ 6HQVLELOLGDG 6   33)1 DDF 
diferencias existen en cuanto a la positividad estima cuántos de los enfermos son po-
de esta prueba, respecto de las personas sin sitivos, lo que equivale a determinar la
la enfermedad. proporción de positivos verdaderos.
Los resultados de la Tabla 3.1 indican ‡(VSHFL¿FLGDG (  1)31 GEG 
que la prueba es mayormente positiva en la establece cuántos de los sanos son nega-
muestra de enfermos y que ello se traduce en tivos, o sea, la proporción de negativos
XQDGLIHUHQFLDHVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYD verdaderos.
(p<0.0001) respecto de los individuos sanos. Los ensayos diagnósticos permiten ob-
No obstante ello, el método no será muy útil tener, asimismo, otro tipo de estimadores
en términos clínicos ya que uno de cada tres cuyas principales características se hallan
pacientes arroja un resultado negativo. explicitadas en la Tabla 3.3. Una buena

2ESULTADODELAPRUEBA 0ARTICIPANTES

%NFERMOS .OENFERMOS

0OSITIVA A B

.EGATIVA C D


TDEOD. Resultados de la prueba serológica

%NFERMEDAD
2ESULTADODELAPRUEBA0RESENTE !USENTE

0OSITIVA 0OSITIVO0 &ALSO0&0

.EGATIVA &ALSONEGATIVO&. .EGATIVO.

0 &. &0 .
TDEOD.$JUXSDPLHQWRSDUDHOFiOFXORGHVHQVLELOLGDG\HVSHFL¿FLGDG
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 67

estimación en cuanto a la utilidad de una dor de 1 entre 10 niños la padece, el valor


prueba es la razón de probabilidad –RP que podemos asignarle a la probabilidad
(likelihood ratios)–, vale decir, cuántas previa es 0.10. En el supuesto caso de que
veces es más probable hallar un resultado efectuáramos un estudio diagnóstico ad hoc
positivo en un sujeto afectado respecto de cuya RP = 6, la probabilidad posterior será
una persona que no padece la afección. DSUR[LPDGDPHQWHGHORFXDOOHFRQ¿H-
Muchas veces una prueba diagnóstica no re mayor fuerza a la presunción diagnóstica
arroja resultados categóricos, por el con- inicial. Para el lector interesado, el Centro
trario son mucho más frecuentes las zo- de Medicina Basada en la Evidencia de
nas grises. No obstante ello, la RP de una Oxford provee el nomograma (http://www.
prueba diagnóstica puede indicarnos en cebm.net/nomogram.asp) y también exis-
qué medida se ha incrementado o reduci- ten programas que permiten calcular los in-
do la chance de que el individuo padezca WHUYDORVGHFRQ¿DQ]DGHWDOHVHVWLPDFLRQHV
el problema y como tal puede servirnos (http://www.pedro.fhs.usyd.edu.au/Utili-
en la práctica clínica. Cuando la RP se ties/CIcalculator.xls). Por otro lado, quien
ubica por encima de 1 nos indica que el desee obtener las probabilidades posterio-
resultado de la prueba se asocia con la res puede hacerlo a través de una regla de
presencia de la enfermedad y, a la inver- cálculo disponible en Internet, http://www.
sa, si el resultado se halla por debajo de 1. childrens-mercy.org/stats/sliderule.asp.
En líneas generales las RP+ mayores de
VLJQL¿FDQTXHXQDSUXHEDSRVLWLYDHV Si ahora retomamos los datos consigna-
buena para inclinarnos hacia el diagnós- dos en la Tabla 3.1, los cálculos de sensi-
tico propuesto, mientras que una RP- in- ELOLGDG\HVSHFL¿FLGDGDUURMDQORVVLJXLHQ-
ferior a 0.1 sugiere que es más apropiada tes valores: 0.65 y 0.70. En cuanto a la RP
para descartar el diagnóstico presuntivo. se la calcula para el caso de la prueba po-
Hace 30 años Fagan (N Engl J Med sitiva (RP+): (65/100)/(30/100) = 1.17 y
1975;293:257-61) proporcionó un nomo- también para el resultado negativo (RP-):
grama que permite calcular la probabili- (35/100)/(70/100) = 0.5. Como ya se ade-
dad post-test cuando se conoce la proba- ODQWy HVWDV SUXHEDV DGTXLHUHQ VLJQL¿FD-
bilidad pre-test (ligada a la prevalencia de ción clínica cuando la RP positiva supera
la enfermedad) y la RP para la prueba en ampliamente el valor 1 y la RP negativa,
cuestión. Para ilustrar el tema, la probabi- por su parte, se sitúa bien por debajo de
lidad previa se construye primordialmen- esa cifra. Es obvio que los resultados deri-
te con base en la frecuencia con que se vados del ejemplo presentado en la Tabla
presenta la enfermedad. Si se tratara del 3.1, no apuntan a una prueba diagnóstica
caso de Asma Extrínseca, donde alrede- relevante.

3DUDDTXHOORVTXHSUH¿HUHQHOFiOFXORPDQXDO\SDUWLHQGRGHOHMHPSORGH$VPD
Extrínseca, el procedimiento es el siguiente:
Probabilidad previa (pre-test) = p1 = 0.1
Disparidad previa (pre-test odds) = p1/(1 – p1) = 0.1/0.9 = 0.11
Disparidad posterior (post-test odds, o2) = disparidad previa × RP = 0.11 × 6 = 0.66
Probabilidad posterior = o2/(1 +o2) = 0.66/1.66 = 0.397
68 Lo esencial en investigación clínica

Designación Qué estima Cálculo


Razón de probabili- Cuánto más probable es encontrar un S/(1-E)
dad para una prueba resultado positivo en una persona enferma
positiva* respecto de la sana
Razón de probabili- Cuánto más probable es encontrar un resul- (1-S)/E
dad para una prueba tado negativo en una persona sana respecto
negativa** de la enferma
Adecuación Qué proporción de todas las pruebas ha (a+d)/(a+b+c+d)
arrojado un resultado correcto
TDEOD. Otros estimadores que pueden obtenerse de los ensayos diagnósticos. * Es el % de un positivo verdadero
dividido por el % de un falso positivo ** Es el % de un falso negativo dividido por el % de un positivo verdadero

Valor predictivo enfermos y 76 no enfermos, ver tabla),


Los estudios diagnósticos tratan de con- con lo cual el vpp = 0.80 y el vpn = 0.56.
seguir dos tipos de mediciones: una de Queda claro, entonces, que ambos esti-
discriminación para separar quiénes es- madores, sólo tienen valor interno.
tán enfermos de quiénes no, la otra de
predicción. Visto prima facie, el valor 2ESULTADO 0ARTICIPANTES
predictivo positivo –vpp– constituye la %NFERMOS .OENFERMOS
probabilidad post-test de una prueba po-
sitiva; vale decir, si una persona tiene re- 0OSITIVA  
sultado positivo, cuál es la posibilidad de
que tenga la enfermedad. Tomando los
datos de la Tabla 3.1, su estimación se .EGATIVA  
obtiene de la siguiente manera: a/(a+b).
Por su parte, el valor predictivo negati- A la par de estos hechos, es necesario
vo –vpn– es la probabilidad post-test de tener presente que cuando se desea tra-
una prueba negativa. En otras palabras, si bajar el valor predictivo en la situación
una persona posee un resultado negativo, clínica, su real estimación se torna más
cuál es la probabilidad de que no exista complicada por cuanto el mismo está li-
la enfermedad. De acuerdo con la misma gado a la probabilidad previa, la que a
tabla su cálculo es como sigue: d/(c+d). su vez puede variar entre pacientes. La
Tomando como base los datos presenta- probabilidad previa se extrae a partir de
dos en la Tabla 3.1, debemos advertir sin ODV FDUDFWHUtVWLFDV FOtQLFDV \ GHPRJUi¿-
embargo que el valor predictivo varía en cas de la persona y la prevalencia de la
función de cuán prevalente es la enfer- enfermedad en cuestión. Por ejemplo, la
medad en la muestra con la que se efec- probabilidad de enfermedad coronaria
túa el estudio. Si nos atenemos a los va- es muy baja en un adolescente y muy
lores allí representados obtendremos los alta en un fumador con angina de pecho.
siguientes resultados: vpp = 0.68 y vpn Aparece así un método adicional para el
= 0.67. Supongamos ahora que la prueba cálculo del valor predictivo que surge de
sigue mostrando la misma sensibilidad y UHODFLRQDU VHQVLELOLGDG HVSHFL¿FLGDG \
HVSHFL¿FLGDG SHUR HO HVWXGLR VH UHDOL]y probabilidad previa (ver cuadro inferior
en un número diferente de personas (123 en página siguiente).
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 69

Insistimos en que cuando se desea deter- cuente es que ocurra un resultado positi-
minar la probabilidad previa es imperioso vo entre las personas con el fenómeno en
tener presente que su valor varía según las cuestión respecto de aquellos que no lo
características del servicio donde se lleva poseen. Como la fórmula indica el ORD
a cabo la exploración. Valiéndonos del tiene la ventaja de que su valor no de-
ejemplo anterior, la probabilidad previa pende de la prevalencia de la patología
de enfermedad coronaria en un centro de en la muestra confeccionada; toma valo-
atención primaria será muy inferior a la res que partiendo desde 0 pueden llegar
registrada en el servicio donde se derivan HQ WHRUtD KDVWD HO LQ¿QLWR &XDQWR PiV
pacientes con sospecha de esta patología. alto es el valor, mejor será el poder dis-
Un modo de obviar este inconveniente criminatorio de la prueba. Un resultado
sería disponer de una hoja tabulada de = 1 indica que el método es totalmente
probabilidades previas para las patolo- incapaz de discriminar entre grupos.
JtDVPiVVLJQL¿FDWLYDVVHJ~QHOSHU¿OGH Asimismo es posible estimar su IC. Para
la persona. ello se debe obtener el error estándar del
Por las razones operativas que pueden ORD (trabajando con el logaritmo)
plantear estos procedimientos vale la    
pena recordar que la RP puede utilizarse %3LOG/2 
independientemente de esta circunstan- 0 . &0 &.
cia. Aunque no sea explícito, al momento Tras lo cual se calcula el intervalo (1.96
de solicitar la prueba diagnóstica el médi- ± ES) y luego se procede a extraer al an-
co se mueve con una probabilidad previa tilogaritmo de dicha expresión.
que, al confrontarse con la RP, permitirá
estimar la probabilidad posterior. Plani¿cación de un estudio diagnóstico
También es posible estimar el poder A la hora de planear una investigación
discriminante de una prueba diagnóstica de esta naturaleza hay que poner especial
a través del cálculo del OR diagnóstico cuidado en los criterios de admisión dado
(ORD). Éste es el cociente entre la razón que, de incluirse pacientes con enferme-
de una prueba de resultado positivo en los dad severa y sujetos en perfecto estado de
enfermos y la razón de un resultado posi- salud, es muy probable que se produzca
tivo entre los no enfermos. Su cálculo se una sobrestimación tanto en sensibilidad
obtiene de la siguiente manera: FRPRHVSHFL¿FLGDGUHVSHFWRGHORTXHVH
obtendría en la clínica diaria.
3ENSIBILIDAD   – SENSIBILID AD La decisión de establecer la positivi-
/2$
 – ESPECIFICI DAD  ESPECIFICIDAD dad de una prueba diagnóstica plantea
DOJXQDV GL¿FXOWDGHV FXDQGR OD YDULDEOH
En cierta medida indica la exactitud del es continua. Los datos de la Figura 3.1
diagnóstico, vale decir, cuánto más fre-

3ENSIBILIDADXPROBABILIDADPREVIA
60 
;3ENSIBILIDADXPROBABILIDADPREVIA= ; ESPECIFICIDAD X PROBABILIDADPREVIA =

%SPECIFICIDADX PROBABILIDADPREVIA
60 – 
;%SPECIFICIDADX PROBABILIDADPREVIA = ; SENSIBILIDAD XPROBABILIDADPREVIA=
70 Lo esencial en investigación clínica

están referidos a un estudio hipotético en HQGHWULPHQWRGHODHVSHFL¿FLGDG\YLFH-


pacientes tuberculosos y controles de la versa. Para establecer el título de corte
misma región en quienes se midieron los hay que considerar las posibles implica-
niveles circulantes de anticuerpos hacia ciones de los dos errores, el falso positivo
glicolípidos micobacterianos por enzimo- y el falso negativo. Si hay que evitar los
inmunoensayo, a efectos de determinar falsos positivos (puesto que todos los que
si esta prueba de laboratorio podría ser arrojen resultados positivos deberán ser
utilizada como elemento adicional para el sometidos a tratamiento) habrá que maxi-
diagnóstico de la tuberculosis. PL]DUODHVSHFL¿FLGDG
En estos casos, para decidir cuándo el Un procedimiento que ayuda a establecer
valor es positivo o negativo, debemos el punto de corte es la curva ROC (receiver
elegir el punto o título de corte. Tomando operator characteristic, Figura 3.2).
el ejemplo representado en la Figura 3.1, En este caso, el investigador elige va-
la decisión de establecer un valor lími- rios puntos de corte (P1, P2, P3, P4, P5),
te de 320 Unidades de Densidad Óptica GHWHUPLQD OD VHQVLELOLGDG \ HVSHFL¿FLGDG
–UDO (valores en que se expresan los SDUDFDGDXQRGHHOORV\SURFHGHDJUD¿FDU
resultados)– haría que todos los controles VHQVLELOLGDGHQIXQFLyQGHHVSHFL¿FLGDG
IXHVHQ FODVL¿FDGRV FRUUHFWDPHQWH FRPR (proporción de falsos positivos). Una prue-
negativos, pero también lo serían algunos ba ideal es aquella que alcanza un 100 %
pacientes que no deben ser asignados a GH VHQVLELOLGDG \   GH HVSHFL¿FLGDG
esta categoría. Si por el contrario el título H[WUHPRVXSHULRUL]TXLHUGRGHODJUi¿FD 
de corte se ubicara en 260 UDO, la prue- mientras que una determinación carente de
ba sería positiva en el 100% de los pa- valor nos daría una diagonal que va desde
cientes y en un número mucho mayor de el extremo inferior izquierdo hacia el ex-
controles poblacionales que obviamente tremo superior derecho, vale decir, cada
no están enfermos. En este punto debe- incremento en sensibilidad se acompaña
mos ser conscientes de que una decisión GHXQDSpUGLGDHTXLYDOHQWHHQHVSHFL¿FL-
en favor de aumentar la sensibilidad irá dad. En el ejemplo de la Figura el título de

Controles 3ENSIBILIDAD
60 Pacientes  
.ÞMERODECASOS

 0
40 
0

0
20 

0

  0
0
100 200 30 0 400 500
$ENSIDADESØPTICAS
   
 %SPECIFICIDAD
)LJXUD. Distribución de los niveles de anticuerpos
)LJXUD.Representación de la curva ROC
contra glicolípidos micobacterianos en controles pobla-
cionales y enfermos tuberculosos
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 71

corte más apropiado estaría entre P3 y P4. compara pacientes que presentan una en-
7HQLHQGR HQ FXHQWD ODV GL¿FXOWDGHV TXH IHUPHGDG ELHQ GH¿QLGD FRQ XQ JUXSR GH
puede plantear la elección del título más personas normales es un hecho IRU]DGR
adecuado, hace unos años Magder y Fix (J que no necesariamente representa lo que
Clin Epidemiol 2003;56:962) propusieron se da en la situación real. Para ejempli-
una estrategia que facilita la toma de de- ¿FDU HO FDVR LPDJLQHPRV XQ HVWXGLR HQ
cisiones en este sentido, particularmente LQGLYLGXRV FRQ ¿EURVLV SXOPRQDU \ FRQ-
cuando se trata de un estudio donde la di- troles sanos en los cuales la medición de
cotomización que brinda la prueba de la- autoanticuerpos hacia un componente de
boratorio es utilizada para estimar riesgos la matriz extracelular arrojara títulos sig-
(RR u OR). QL¿FDWLYDPHQWHVXSHULRUHVSDUDHOSULPHU
La curva ROC también permite el cálcu- grupo. A partir de esta demostración el
lo del área bajo la curva, que para el caso punto siguiente será determinar si dicha
en que se utilizan varias pruebas diag- prueba puede diferenciar casos con y sin
nósticas en una misma patología ayuda a ¿EURVLVSXOPRQDUHQXQJUXSRGHSDFLHQ-
decidir cuál de ellas es la mejor. La apli- tes en quienes hay datos clínicos sugesti-
cación de este procedimiento en pacientes vos de este tipo de afección.
con pleuresía tuberculosa (Okamoto et al.,
2005), demostró que los niveles de inter- No está de más insistir en que el valor de
ferón gamma en los exudados pleurales una prueba diagnóstica no sólo depende de
WXEHUFXORVRVVRQGHXQDVLJQL¿FDWLYDXWL- ODVHQVLELOLGDG\HVSHFL¿FLGDGVLQRWDPELpQ
lidad diagnóstica. de cuán prevalente es la enfermedad. Si se
En los meta-análisis de pruebas diagnós- trata de una patología rara es menos proba-
ticas se pueden trabajar los distintos ORD ble que una persona con resultado positivo
obtenidos para proceder al cálculo gene- tenga efectivamente la enfermedad. Esto
ral y asimismo extraer un resumen de las implica que para patologías poco frecuen-
curvas ROC que brindan los estudios in- WHVHOPpWRGRGHEHWHQHUDOWDHVSHFL¿FLGDG
cluidos en el análisis (sROC). Este proce-
GLPLHQWRJUi¿FDORVSDUHVGHVHQVLELOLGDG Limitaciones y estrategias
\HVSHFL¿FLGDGTXHDUURMDURQORVHVWXGLRV También aquí debemos tener cuidado con
contemplados a efectos de obtener una el error aleatorio y el sistemático. El pri-
curva que pase por tales puntos. Cuando mero de ellos es casi inevitable, puesto
se han empleado diferentes procedimien- que un paciente bien puede presentar una
tos diagnósticos para una misma patolo- prueba negativa. La manera de saber cuán
gía, las sROC obtenidas permiten ponde- imprecisas pueden ser la sensibilidad y
rar el valor de las técnicas aplicadas. En OD HVSHFL¿FLGDG VH HVWLPD FDOFXODQGR ORV
una publicación recientemente aparecida LQWHUYDORV GH FRQ¿DQ]D 6L TXHUHPRV TXH
(Reitsma et al., 2005), un grupo de inves- la dispersión sea baja (±5%), obviamente
tigadores holandeses propone un modelo deberemos incrementar el tamaño de la
bivariado que parece superar algunas li- muestra. Supongamos que nuestra inten-
mitaciones de la sROC. ción para una prueba x, es que la misma
Dado que el desarrollo de una prueba tenga un 80% de sensibilidad y un 90% de
diagnóstica está orientado hacia su utili- HVSHFL¿FLGDGHQHVWHFDVRGHEHPRVFDOFX-
dad clínica, no debemos perder de vista lar dos tamaños muestrales, enfermos y no
que la realización de un estudio donde se enfermos, respectivamente.
72 Lo esencial en investigación clínica

El error sistemático tiene que ver, por su abarca no sólo los aspectos meramente
parte, con dos tipos de sesgo. El primero numéricos sino también el contexto del
es el sesgo de muestreo, por el cual los pa- estudio. Al respecto de ello debemos tener
cientes elegidos en un centro de referencia en cuenta si la prueba fue confrontada con
pueden no ser representativos de la pobla- XQ LQGLFDGRU ¿GHGLJQR GH OD HQIHUPHGDG
ción real (por ejemplo, casos más severos (gold standard, o la prueba de referencia
o superpacientes), o bien los controles que incluso puede ser una combinación de
son excesivamente sanos. Para evitar este varias pruebas), si el espectro de indivi-
error debemos tratar de que la muestra re- duos que se eligieron era el apropiado. Por
sulte lo más parecida posible a la pobla- ejemplo, es importante conocer si se trata
ción sobre la que se aplicará la prueba. El de enfermos de distinta severidad que su-
otro tipo de sesgo está relacionado con las mado a ello presentaban otros trastornos,
mediciones, mucho más si quien interpre- cómo eran las características generales de
ta los resultados de la prueba diagnóstica los pacientes y la población control. Otras
tiene acceso a los datos de las personas. cuestiones, que conviene tener en cuen-
En situaciones donde la prueba diag- ta, son la reproducibilidad de la prueba,
QyVWLFD HV SULPRUGLDO SDUD OD GH¿QLFLyQ ORVLQWHUYDORVGHFRQ¿DQ]D\HOUDQJRGH
GHOFDVRODVHQVLELOLGDG\ODHVSHFL¿FLGDG normalidad para los casos en que se trata
de la misma revisten suma importancia al de una variable cuantitativa. Para el lec-
momento de diseñar un ensayo clínico. tor interesado en torno a los estudios con
En este caso la sensibilidad nos indicará potencial aplicabilidad clínica, existen re-
cuántos de los casos considerados como comendaciones preparadas recientemente
tales, lo son en realidad; mientras que la SRU H[SHUWRV FDOL¿FDGRV HQ OD PDWHULD -
HVSHFL¿FLGDG WHQGUi TXH YHU FRQ OD SUR- Natl Cancer Inst 2005;97:1180).
porción efectiva de controles que se inclu-
yan bajo esta categoría en el estudio. Hace muy poco tiempo dos investigado-
Una prueba diagnóstica de baja sensibi- res daneses propusieron dividir los estu-
lidad también reducirá los cálculos de la dios diagnósticos en 4 fases. La primera
incidencia de la enfermedad, con lo cual está destinada a determinar el rango de
se verá afectado el poder del estudio sien- valores normales de la prueba en cuestión
do necesario incrementar el tamaño mues- por medio de estudios observacionales
tral. Por su parte, la utilización de una HQ OD SREODFLyQ VDQD D ¿Q GH H[DPLQDU
SUXHED GLDJQyVWLFD GH EDMD HVSHFL¿FLGDG ODSRWHQFLDOLQÀXHQFLDGHYDULDEOHVFRPR
puede ser mucho más perjudicial aún, ya edad, sexo, ingesta de fármacos. La fase
que producirá una sobreestimación de la II debe orientarse a establecer la adecua-
incidencia de la enfermedad. Al generarse ción diagnóstica de la prueba a través de
una situación de esta naturaleza tendre- un diseño de casos y controles. Esta etapa
mos más casos tanto en el grupo con in- se desgranaría en tres subfases; IIa es la
tervención como en aquel no sometido a FRPSDUDFLyQHQWUHHQIHUPRVELHQGH¿QL-
dicho procedimiento, lo que ocasiona un dos y controles; la IIb examina si existe
GHVFHQVRHQODH¿FDFLDGHORTXHSUHWHQGH- una relación entre la prueba y la severidad
mos evaluar, por ejemplo una vacuna. de la enfermedad; IIc en este nivel deben
Paralelamente a lo expuesto, una jus- incluirse personas en quienes se sospecha
ta valoración de la utilidad de una prue- la enfermedad con el propósito de anali-
ba diagnóstica requiere un análisis que zar el valor predictivo de la prueba. La
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 73

ejecución de esta fase exige una evalua- ! $


ción a ciego de la prueba y una adecuada DEACUERDO  X 
4OTAL
elección del punto de corte y los límites
de la normalidad para el caso de prue- EN NUESTRO CASO  X    
bas cuantitativas. Tras ello, sobrevendría 0RIMER 3EGUNDO#ARDI˜LOGO
la fase III, en la cual se llevarían a cabo #ARDI˜LOGO
!NORMAL .ORMAL
ensayos randomizados donde a un grupo
se le aplica la prueba y a otro no. La in- !NORMAL ! "
formación obtenida por la determinación
sería analizada en términos de su utilidad
.ORMAL # $
en cuanto al curso clínico de la enferme-
dad y las pautas terapéuticas para lograr TDEOD. Ordenamiento de los datos para el cálculo
una valoración más acertada de las conse- de acuerdo entre dos observadores
cuencias clínicas que acarrea la introduc-
ción de la prueba. Finalmente, se arriba En estudios donde la mayor parte de las
a la fase IV de diagnovigilancia (se nos evaluaciones arrojan resultados que se ubi-
ocurre este neologismo) llevada a cabo en can dentro de lo normal, el porcentaje de
cohortes constituidas por un importante acuerdo está un tanto sobredimensionado
Q~PHURGHSHUVRQDVD¿QGHHYDOXDUVLHQ por esta situación. En esos casos y a efectos
la práctica clínica la prueba diagnóstica de lograr una estimación más acertada del
es tan exacta como apuntan las prediccio- grado de similitud entre los observadores, el
nes de los estudios de fase III. cálculo se efectúa sin tener en cuenta las eva-
luaciones cuyos resultados fueron normales
Consistencia de las pruebas diagnósticas para los dos evaluadores. Vale decir que, en
Dada la importancia de las pruebas diag- este caso, no tendríamos en cuenta las cifras
QyVWLFDVQRVyORDORV¿QHVLQYHVWLJDWLYRV de la celda D. En el denominador se ubican
sino también para su aplicación clínica, las evaluaciones que fueron consideradas
es necesario asegurarse de que sean re- anormales por alguno de los observadores
producibles los resultados que arroja la como mínimo. De este modo se obtiene la
técnica. Más allá de la variación lógica siguiente fórmula: (a/a+b+c) x 100; vale de-
que se observa en un mismo individuo al cir: (10/22)x100 igual a 45%.
efectuar mediciones en distintas ocasio- Cuando los observadores que deben efec-
nes, lo importante es determinar el grado tuar las interpretaciones tienen bastante dis-
de concordancia que existe entre obser- paridad de criterio es probable que el por-
vadores respecto de los resultados de la FHQWDMHGHDFXHUGRHVWpLQÀXHQFLDGRHQFLHUWD
prueba. Supongamos que se trata de un medida por una simple coincidencia entre
estudio donde se pretende determinar la las dos evaluaciones. Para no descartar esta
proporción de trabajadores de una em- posibilidad nuestros amigos, los estadísticos,
presa que presentan electrocardiogramas han diseñado la prueba kappa. La misma es-
anormales. A tal efecto se prepara una tima en qué medida el acuerdo observado
tabla (3.3) donde se confrontan las ca- supera al que cabría esperarse simplemente
tegorizaciones (anormal y anormal) que por chance. La fórmula de la prueba kappa
efectuaron dos cardiólogos. El porcenta- se describe a continuación.
je de acuerdo general surge de aplicar la Recordemos que el porcentaje de acuerdo
siguiente fórmula: que habíamos observado inicialmente era
74 Lo esencial en investigación clínica

de 89,7%. Para evaluar el porcentaje de En líneas generales se admite que los va-
acuerdo por chance se debe tener en cuenta lores que superan el 75% denotan un grado
que el 2º Cardiólogo interpretó como anor- de acuerdo importante.
males al 12,8% de los ECG. En función del Cuando se trata de variables continuas
FULWHULRTXHpOPLVPRXWLOL]ySDUDGH¿QLUOD se han utilizado diferentes estrategias para
anormalidad se puede asumir que el 2º Car- analizar los niveles de acuerdo o concor-
diólogo asignaría como anormal al 12,8% dancia. Los más familiares, por así decirlo,
GHORV(&*FODVL¿FDGRVFRPRDQRUPDOHV\ VRQORVHVWXGLRVGHFRUUHODFLyQ\HOFRH¿-
normales por el primer Cardiólogo. ciente de correlación intraclase. En razón

0RIMER#ARDI˜LOGO 3EGUNDO#ARDI˜LOGO 4OTALESDELŽ


!NORMAL .ORMAL
!NORMAL
   

.ORMAL
   

4OTALESDELŽ     

0ORCENTAJEDEACUERDOOBSERVADO 0 ORCENTAJEDEACUERDOESPERADOPORCHANCE
 0ORCENTAJEDEACUERDOESPERADOPORCHANCE
De este modo podemos esperar que un de las limitaciones de ambos procedimien-
12,8% de los ECG que el 1º Cardiólogo tos, Altman y Bland propusieron en 1983
FODVL¿Fy FRPR QRUPDOHV   WDPELpQ XQPpWRGRGHJUD¿FDFLyQGRQGHHQHOHMH
fuesen anormales y que otro tanto de los de Y se indica la diferencia entre las dos
ECG señalados como normales (12,8) por mediciones (A-B) y en el de X el promedio
HO ž &DUGLyORJR VHDQ FODVL¿FDGRV FRPR de ambas mediciones (A+B/2). Partiendo
anormales. Vale decir que el porcentaje de este enfoque, hace unos años se pro-
de acuerdo por chance es 2,17+12,8/117 = puso un nuevo método (J Clin Epidemiol
12,8%. 2003;56:963) donde se confronta la mag-
nitud del desacuerdo entre observadores
respecto de la frecuencia con que se pre-
+APPA           senta cada uno de los valores que asumen
    
las diferencias.
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 75

3.2 Ensayos terapéuticos el resultado restándole valor a las conclu-


siones. Para no cometer esta equivocación
8GLWHXGLWHRUXVWLFLDWHQWLQRQ¿DWDWH se han diseñado los ensayos comparativos,
Io già suppongo e immagino che al par di controlados, aleatorizados y doble ciego.
me sappiate Todo estudio que involucra una interven-
ch’io sono quel gran medico, dottore ción, en este caso, un tratamiento, requie-
enciclopedico, re la comparación con un grupo control ya
chiamato Dulcamara, la cui virtù preclara,... que desde el punto de vista estadístico se
Benefattor degl’uomini, riparator de’mali, lo trata como un factor de riesgo.
LQSRFKLJLRUQLVJRPEHURLRVSD]]RJOL Al igual que en los estudios observacio-
spedali, nales, la validez de las conclusiones extraí-
e la salute a vendere per tutto il mondo io vo... bles de un ensayo clínico no sólo depende
3HUTXHVWRPLRVSHFL¿FRVLPSDWLFR de la precisión estadística sino también del
SUROL¿FR grado de representatividad de la muestra
un uom settuagenario e valetudinario, respecto de la población blanco.
nonno di dieci bamboli ancora diventò,
GLGLHFLRYHQWLEDPEROL¿QQRQQRGLYHQWz Indicaciones
Per questo tocca e sana in breve settimana para llevar a cabo un ensayo clínico
SLG¶XQ¶DIÀLWWDYHGRYDGLSLDQJHUHFHVVz Así como los estudios observacionales
O voi matrone rigide, ¿ringiovanir bramate? UHTXLHUHQ HO ¿QDQFLDPLHQWR SRU SDUWH
/HYRVWUHUXJKHLQFRPRGHFRQHVVRFDQFHOODWH de las entidades públicas o privadas que
9ROHWHYRLGR]HOOHEHQOLVFLDDYHUODSHOOH" promocionan la investigación, la realiza-
Voi giovani galanti, per sempre avere amanti? ción de ensayos clínicos no sería posible
&RPSUDWHLOPLRVSHFL¿FRSHUSRFRLRYHORGR sin la participación de la industria farma-
Da brave giovanotti, da brave vedovette, céutica. En la mayor parte de los casos,
FRPSUDWHLOPLRVSHFL¿FRSHUSRFRLRYHORGR es precisamente el interés del laboratorio
Ei move i paralitici, spedisce gli apopletici, comprometido con el desarrollo de un
JOLDVPDWLFLJOLDV¿WLFLJO¶LVWHULFLLGLDEHWLFL fármaco el que promueve los estudios
guarisce timpanitide, e scrofole e rachitidi, que determinarán su utilidad clínica. En
persin’il mal di fegato, che in moda diventò... líneas generales, el sustento racional para
la ejecución de un ensayo clínico se resu-
Extracto de la cavatina de Dulcamara, me en 4 aspectos fundamentales:
Opera/HOLVLUGDPRUH ‡ 4XH H[LVWD XQD EXHQD FKDQFH GH REWH-
ner un resultado positivo, a juzgar por los
El propósito fundamental de un ensa- fundamentos previos (resultados in vitro,
yo clínico es determinar si un fármaco experimentación animal, información pre-
es bueno o no para el tratamiento de una liminar).
determinada enfermedad y proveer una ‡,QYHVWLJDFLyQGHXQDSUiFWLFDTXHVLELHQ
evidencia sólida sobre la validez de los está aceptada no ha sido rigurosamente eva-
resultados. Si bien la opinión de los mé- luada.
dicos es un dato a tener en cuenta, la uti- ‡ 3pUGLGD GH H¿FDFLD GH ORV WUDWDPLHQWRV
lización de una droga no puede depender utilizados hasta ese momento.
de este criterio puesto que se trata de una ‡ (YDOXDFLyQ HQ PD\RU SURIXQGLGDG GH
impresión clínica. Como tal es probable regímenes en uso (toxicidad, farmacoci-
que muchos factores puedan incidir sobre nética).
76 Lo esencial en investigación clínica

Las distintas etapas que atraviesa cidad (vacunas, antígenos) y pruebas de


el desarrollo de un medicamento potencia.
Como se ilustra en la Figura 3.3, el desarro- ‡(VWXGLRVVREUHODHYHQWXDOWR[LFLGDGGH
llo de una nueva modalidad terapéutica es los compuestos.
un proceso gradual en el cual no se pueden ‡ 3UHSDUDFLyQ GH ORV GRFXPHQWRV TXH
saltar etapas. Muy por el contrario, el cum- exigen las agencias reguladoras para un
plimentado de una serie de pautas es el re- medicamento nuevo (investigational new
quisito fundamental para proceder al paso drugs).
siguiente. La secuencia de dichos procesos ‡&XHVWLRQHVOHJDOHVYLQFXODGDVDOSDWHQ-
se resume a continuación. tamiento del producto, contratos y licen-
6tQWHVLV DxRV . A partir de un determi- cias con alguna otra entidad, a los efectos
nado problema médico y teniendo en cuenta de profundizar y continuar los estudios.
los tratamientos disponibles en ese momen-
to, un laboratorio farmacéutico encarga al (VWXGLRVSUHFOtQLFRV DxRV Los com-
departamento de estudios básicos la síntesis puestos que hayan reunido los requisitos
de compuestos (8 a 10.000 de ellos), que en indispensables de aceptabilidad serán uti-
teoría podrían tener algún efecto terapéutico lizados en investigaciones pre-clínicas que
HVSHFt¿FR/RVGLVWLQWRVDVSHFWRVTXHDEDUFD comprenden 2 fases. En líneas generales,
esta etapa incluyen: un número aproximado de 18 compuestos
arriba a la fase I (el examen de ingreso es
‡3URFHGLPLHQWRVGHELRORJtDPROHFXODU\ extremadamente difícil) y en ella se llevan
tecnología recombinante para los casos en a cabo los siguientes estudios:
que se pretende realizar terapia sustitutiva
con un mediador naturalmente sintetizado ‡ 7R[LFLGDG DJXGD SRU PHGLR GH OD DG-
por el ser humano (por ejemplo, el interfe- ministración a dos especies distintas de
rón alfa). animales (mayormente roedores).
‡4XtPLFDGHSURWHtQDVTXHSHUPLWHQDLVODU ‡ ,QYHVWLJDFLRQHV IDUPDFROyJLFDV GHWD-
el producto. lladas sobre su acción, duración y efectos
‡4XtPLFDDQDOtWLFDSDUDODFDUDFWHUL]DFLyQ colaterales.
del producto y síntesis en gran escala. ‡$QiOLVLV \ HVWDELOLGDG GH OD VXVWDQFLD
‡(VWXGLRVPLFURELROyJLFRVSDUDGHWHUPLQDU activa.
la esterilidad y ausencia de pirogenicidad.
‡ (VWXGLRV LQPXQROyJLFRV HQ HO FDVR Transcurridos estos estudios, aproxima-
que debamos determinar su inmunogeni- damente dos tercios de los compuestos,

0RE CL¤NICA 0RE CL¤NICA


FASE FASE 3¤NTESIS "¢SQUEDA

$ESARROLLODEUNPRODUCTO
0ROBLEMA
#L¤NICO

#L¤NICA #L¤NICA #L¤NICA ,ICENCIA


FASE FASE FASE -ARKETING

)LJXUD.Fases de la investigación farmacológica


Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 77

pueden ser utilizados en los estudios de fase SDUDHYDOXDUODH¿FDFLDGHOIiUPDFRHQORV


II, dirigidos a evaluar los siguientes ítems: pacientes con la enfermedad en cuestión.
‡ )DUPDFRFLQpWLFD DEVRUFLyQ GLVWULEX- /D SODQL¿FDFLyQ GH HVWRV HVWXGLRV UHTXLH-
ción, metabolismo y excreción. re tener en cuenta una serie de aspectos
‡ 7R[LFLGDG VXEFUyQLFD SRU DGPLQLVWUD- esenciales. No obstante que la informa-
ción repetida a dos especies animales (ge- ción preexistente indicara que el fármaco
neralmente roedores). puede ser efectivo, esta posibilidad aún
‡ (VWXGLRV WR[LFROyJLFRV UHSURGXFWLYRV no habrá sido evaluada en pacientes. De
tales como fertilidad y teratogenicidad. ello se desprende que es antiético admi-
‡3UXHEDVGHPXWDJHQLFLGDG nistrar un nuevo medicamento a personas
‡'HVDUUROORGHXQHVTXHPDGHGRVL¿FDFLyQ que pueden ser tratadas con los fármacos
en uso. Dicho en otros términos: el nuevo
Una vez que se han cumplimentado las esquema terapéutico sólo se podrá probar
investigaciones básicas se inician los estu- en aquellos pacientes que no respondan al
dios clínicos en seres humanos, los cuales tratamiento disponible o bien que presen-
tienen una duración aproximada de 3 a 4 ten efectos tóxicos que llevaren a la sus-
años. Esta etapa se subdivide a su vez en pensión del mismo. El requisito de trabajar
tres fases. Menos de la mitad de los com- a partir de enfermos con fracasos terapéu-
puestos que se emplearon en los estudios ticos o intolerancias medicamentosas está
pre-clínicos 2 son aceptables para su em- orientado a que sólo se introduzcan fár-
pleo en la fase I (4-5 fármacos). Los ob- PDFRV GH PD\RU H¿FDFLD \R LQRFXLGDG
jetivos fundamentales que persiguen estas En lo referente a este último aspecto, los
investigaciones tienen que ver con el cono- ensayos clínicos de fase II también inclu-
cimiento acerca de yen las evaluaciones de toxicidad crónica
‡/DIDUPDFRFLQpWLFDGHOFRPSXHVWR por administración repetida y los estudios
‡ /D WROHUDELOLGDG HQ YROXQWDULRV VDQRV de carcinogenicidad.
tendiente a caracterizar la dosis máxima Por las características señaladas es eviden-
tolerada y mínima efectiva, la relación te que los ensayos de este tipo son abiertos y
dosis-efecto, la duración del efecto y las en muchas oportunidades a un solo brazo (es
eventuales acciones indeseables. decir, un único grupo) con un número redu-
FLGRGHSDFLHQWHV(OQLYHOGHH¿FDFLDTXHVH
También existen ensayos oncológicos de obtiene a partir de estas investigaciones nos
fase I, aunque son discutidos. En ellos se permite tener una idea bastante aproximada
incluyen pacientes con cánceres avanzados de la magnitud del efecto. Este elemento es
y refractarios a los tratamientos disponi- utilizado para el cálculo del tamaño mues-
bles con el objeto de evaluar la inocuidad tral (ver Capítulo 1), que demanda la reali-
y toxicidad de los nuevos compuestos tera- zación de los estudios de fase III. A modo
péuticos, para establecer la farmacocinética de ejemplo, en los inicios de los años 90 nos
y determinar el rango de dosis más seguros tocó coordinar un ensayo abierto fase II, en
a emplear en los futuros estudios. HOFXDOVHHYDOXDEDODH¿FDFLDWHUDSpXWLFDGHO
interferón gamma recombinante en la leish-
A continuación se lleva a cabo la fase II maniasis mucocutánea. Como el tratamien-
(2-3 sustancias). La característica funda- to estándar para esta enfermedad infeccio-
mental de esta fase es que en ella se llevan sa son los antimoniales pentavalentes, por
a cabo los primeros ensayos controlados razones éticas, el protocolo establecía que
78 Lo esencial en investigación clínica

sólo se podían incluir pacientes clínicamen- tración de drogas y alimentos (FDA) de


te resistentes a la medicación. los EEUU. El laboratorio deberá someter
Cuando nos trasladamos a los estudios toda la documentación relevante de la
preventivos basados en el empleo de va- sustancia para que sea analizada por co-
cunas, la fase II puede adoptar modalida- mités de expertos en ensayos clínicos, en
des distintas. Si quisiéramos determinar estudios farmacológicos y en toxicología.
OD H¿FDFLD GH XQD YDFXQD VREUH GHWHUPL- Una vez obtenida la aprobación, se pre-
nada enfermedad viral, un estudio fase II parará el lanzamiento al mercado, se es-
QR VHUtD OR VX¿FLHQWHPHQWH SRWHQWH FRPR tablecerán los planes de comercialización
para proveer una idea preliminar acerca y se procederá a entrenar a los agentes de
de si los vacunados tienen menos chance propaganda. Es responsabilidad del labo-
de enfermar. Este inconveniente se supera ratorio efectuar los controles de calidad para
fácilmente si se cuenta con una prueba de la producción del fármaco.
laboratorio fehaciente sobre el papel pro- Existe una fase adicional (4 ó de fármaco-
tector de la vacuna, tal como la medición vigilancia) que está orientada a detectar efec-
de los niveles de anticuerpos neutralizantes tos tóxicos no constatados en la etapas pre-
HVSHFt¿FRVTXHLQGXFHODLQPXQL]DFLyQ vias. De vez en cuando nos enteramos que
determinado laboratorio retira de circulación
Arribamos así a la fase III (1 sustancia) un medicamento a raíz de un efecto adver-
HQODFXDO¿QDOPHQWHVHHYDOXDUiVLHOQXH- VRVHYHURTXHSDUDHMHPSOL¿FDUVHSUHVHQWD
vo compuesto puede ser aplicado o no. Son cada 50.000 pacientes. Si el tamaño muestral
los típicos ensayos multicéntricos en gran del ensayo fase III con el que se obtuvo la
HVFDODTXHGHEHUiQSUREDUODH¿FDFLDHLQR- aprobación hubiese sido de 7.500 enfermos,
cuidad de la intervención y determinar su habría habido una muy baja probabilidad
SHU¿OWHUDSpXWLFR'LFKRHQRWURVWpUPLQRV de observar dicho efecto puesto que el error
se establecerán las siguientes pautas: beta era bastante elevado para detectarlo. Re-
‡,QGLFDFLRQHV cordar que el error beta es la probabilidad de
‡'RVLV\WLSRGHDGPLQLVWUDFLyQ no encontrar la diferencia (para este caso en
‡&RQWUDLQGLFDFLRQHV términos de inocuidad) cuando en realidad la
‡(IHFWRVFRODWHUDOHV misma se halla presente.
‡3UHFDXFLRQHV
‡ ,QWHUDFFLyQ FRQ PHGLFDFLRQHV FRQ- Consideraciones
comitantes para el diseño de un ensayo clínico
/DSODQL¿FDFLyQGHXQHVWXGLRGHHVWDVFD-
Si los resultados fueran exitosos (es difí- racterísticas abarca desde la fundamenta-
cil imaginar que el laboratorio patrocinante ción y presentación de los objetivos de la
haya destinado tanto tiempo y dinero para investigación hasta la preparación de los
un fracaso), se procederá al Registro en las formularios para la recolección de datos. La
dependencias sanitarias correspondientes, redacción de un protocolo pormenorizado
SDUDVXSRVWHULRUODQ]DPLHQWR\YHQWD es es esencial por varias razones. Una de ellas
un trámite que demanda de 2 a 3 años. Las consiste en que facilita la evaluación del
instituciones más prestigiosas del mundo, Comité de Bioética. Un protocolo exhaus-
para otorgar las autorizaciones correspon- WLYR GD OD SDXWD GH TXH VH KD UHÀH[LRQDGR
dientes, son las comisiones de la Comu- en profundidad acerca de las distintas etapas
nidad Económica Europea y la adminis- del estudio a efectos de su concreción. Si
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 79

ELHQ HV GLItFLO SUHYHU WRGDV ODV GL¿FXOWDGHV paciente ni el médico conozcan el tra-
que pueden surgir al llevar a cabo un es- tamiento asignado, tiene como objetivo
tudio (fundamentalmente en investigacio- descartar el efecto que podría ejercer el
QHV GH FDPSR  XQD SODQL¿FDFLyQ GHWDOODGD conocimiento de la medicación adminis-
puede proveer de antemano la solución de trada sobre la forma en que el paciente es
eventuales problemas de ejecución. Por otro controlado por su enfermedad y la res-
lado, la formulación del pedido de subsidio puesta del individuo ante la terapéutica
QR SRGUtD HVSHFL¿FDUVH VL QR HVWDEOHFHPRV instituida.
de entrada lo que queremos hacer y cómo Existen situaciones en las que por el tipo
pretendemos alcanzar esos objetivos. de tratamiento indicado es fácil recono-
Las recomendaciones sobre los principa- cer quién esta recibiendo la intervención
les ítems a tener en cuenta en el momento y a quién se le administra placebo única-
GHSODQL¿FDUHOHVWXGLRVHUHVXPHQDFRQ- mente, por ejemplo, los protocolos donde
tinuación: se utilizan interferones que pueden oca-
1) Qué criterios adoptaremos respecto del VLRQDU¿HEUH'HRFXUULUXQDVLWXDFLyQGH
conocimiento sobre el tipo de tratamiento estas características hay que propender a
que recibe cada paciente, abierto, simple que la evaluación sea lo más objetiva po-
ciego, doble ciego, o cerrado para algunos sible utilizando observadores externos al
observadores. estudio, como una alternativa.
 &yPRVHUiODFRQ¿JXUDFLyQGHORVJUX-
pos a tratar, en paralelo o cruzado (cross- De acuerdo con lo ya expresado, an-
over). tes de abocarnos al diseño propiamente
3) De qué manera se constituirá el grupo dicho del estudio, nuestro propósito de-
control, EHUi KDEHU VDWLVIHFKR D¿UPDWLYDPHQWH
‡VLPXOWiQHRVFRQSODFHER tres cuestiones fundamentales, si existen
‡ VLPXOWiQHRV \ VLQ WUDWDPLHQWR FRQWURO indicaciones claras para la realización
negativo) del ensayo, si es posible llevarlo a cabo
‡VLPXOWiQHRVSHURFRQWUDWDPLHQWR FRQ- y quiénes serán las personas a estudiar.
trol positivo) Habiendo avanzado en torno a dichos in-
‡VLPXOWiQHRVFRQGRVLVGLIHUHQWHV terrogantes procederemos a establecer los
‡ KLVWyULFRV JHQHUDOPHQWH DFDUUHDQ GH- criterios para confeccionar una muestra
masiados problemas) representativa de la población blanco, para
4) Cuál es el valor delta, vale decir, en aplicar el esquema de la página siguiente.
FXiO QLYHO OD GLIHUHQFLD GH H¿FDFLD HQWUH
fármacos es considerada clínicamente sig- Si los grupos son comparativos (1) y los
QL¿FDWLYD procedimientos del estudio se hallan con-
 &XiOHVVHUiQODVYDULDEOHVGHH¿FDFLD trolados (3), podemos inferir que, de obser-
con las que trabajaremos. YDUVHDOJXQDGLIHUHQFLDVLJQL¿FDWLYDHQODV
categóricas (curado / no curado) evaluaciones, ésta tiene que ver con el tipo
escalas numéricas de tratamiento instituido (2).
6) De qué manera se recogerán los efectos
adversos para el análisis de la inocuidad. Tipos de randomización
La razón fundamental para la asignación
La recomendación de efectuar un estu- aleatoria de los tratamientos es evitar ses-
dio a doble ciego, vale decir, que ni el gos potenciales. El término aleatorio no
80 Lo esencial en investigación clínica

%NFERMOSSIESUN
ENSAYOTERAP£UTICO

'250/$%%345$)/
 'RUPOS
#OMPARATIVOS
%XPERIMENTAL #ONTROL

0ODERDEL  4RATAMIENTO

%STUDIO

&ÖRMACO8 &ÖRMACO
 %NCONDICIONES
%NUSO

-EDICIONES

!PARICI˜NDELA
ENFERMEDAD SIEL
#OMPARACIONES
%STAD¤STICAS
ESTUDIOES PREVENTIVO

debe confundirse con azar. El primero está ‡6HFXHQFLDGHVREUHVFHUUDGRVFRQWHQLHQ-


referido a una chance igualitaria que no do una tarjeta que indica el tipo de trata-
puede ser predicha. Azar tiene que ver más miento. Esta modalidad sólo es aconsejable
bien con la ausencia de un plan u orden. Una FXDQGRQRH[LVWHXQDR¿FLQDFHQWUDOL]DGRUD
WUDGXFFLyQDSUR[LPDGDVREUHHOVLJQL¿FDGR de asignación y el clínico a cargo del pacien-
de randomización podría ser “procedimien- te no tiene otro referente.
to orientado a evitar la animosidad”. Para ‡ (Q HO FDVR GH HQVD\RV GREOHFLHJR OD
el caso de un estudio clínico, “descartar la persona a cargo del Departamento de Pro-
subjetividad del investigador” al momento visión de Fármacos, asigna los tratamientos
de asignar qué tipo de tratamiento recibirá (frasco A o frasco B) utilizando un criterio
el paciente. No siempre es fácil para el mé- similar al anterior.
dico a cargo del control de los participantes ‡3DUDHQVD\RVPXOWLFpQWULFRVOD2¿FLQDGH
sustraerse de la tentación de administrar el Asignación del laboratorio que lleva adelan-
tratamiento supuestamente más efectivo, te el estudio transmite el tipo de tratamiento
sobre todo en los casos donde se siente más por teléfono, al clínico o bien al Director del
inclinado a tomar una decisión de esta natu- Departamento de Farmacia.
raleza. Para neutralizar este factor subjetivo, Sea cual fuere el procedimiento utilizado
conviene que exista una asignación aleatoria para indicar qué tipo de tratamiento recibirá
preparada por una persona ajena al estudio, el paciente, este acto se lleva a cabo luego de
como podría ser el personal del Departamen- que el enfermo ha sido incorporado al estu-
to de Estadística del laboratorio patrocinan- dio según los criterios de inclusión y exclu-
te. Los tipos de randomización que pueden sión. De ese modo se excluye la posibilidad
utilizarse se resumen a continuación. de que la admisión del paciente pueda verse
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 81

LQÀXLGDSRUHOKHFKRGHTXHHOPpGLFRVDEH ABBA 1
de antemano la medicación a administrar. BABA 2
AABB 3
Listas de randomización BBAA 4
Una vez que se haya elegido el modo de BAAB 5
informar al médico sobre el tratamiento a ABAB 6
DSOLFDUUHVWDSRUGH¿QLUHOWLSRGHUDQGR- Sin asignación 7, 8, 9, 0
mización que se utilizará. Las alternativas
existentes se resumen a continuación. Tomando la secuencia de números ejem-
SOL¿FDGRVHQHOSiUUDIRDQWHULRU \
5DQGRPL]DFLyQVLPSOH, se prepara una tabla 8) tendremos que los dígitos 5 y 2 nos per-
de números al azar (desde el 0 al 9) y luego mitirán establecer la siguiente secuencia de
se establece un criterio de asignación. Por tratamientos: BAAB BABA.
ejemplo, los dígitos 0-4 corresponden al tra- Se pueden establecer bloques mayores,
tamiento A, mientras que los 5-9 indican tra- según el tamaño muestral.
tamiento B. Un ejemplo para indicar el tipo
de tratamiento en un estudio con dos moda- 5DQGRPL]DFLyQ HVWUDWL¿FDGD En cual-
lidades terapéuticas es el siguiente: quier ensayo aleatorizado es aconsejable
que los grupos bajo diferente tratamiento
0 5 2 7 8 4 3 7 4 1 6 8 3 8 5 1 5 6 sean similares en cuanto a las caracterís-
ABAB BAABAAB BAB BAB B ticas más relevantes de los pacientes. Por
ejemplo, no sería deseable que en un ensa-
Otra manera de asignar el tipo de trata- yo donde se prueban dos hipolipemiantes
miento podría ser: droga A, para los núme- uno de los grupos tuviera una proporción
ros pares, y droga B, para los impares. La VLJQL¿FDWLYDPHQWH PD\RU GH REHVRV 6L
longitud de la lista depende de la cantidad de VH WUDWD GH XQ HVWXGLR OR VX¿FLHQWHPHQWH
pacientes que se necesite incorporar. En los grande, lo más probable es que no ocurran
casos en los cuales el tamaño de la muestra desigualdades importantes. Para los casos
es reducido (n = 20 ó n = 40) puede ocurrir en que existe una posibilidad cierta de que
que el número de pacientes que reciben uno VH SURGX]FDQ GLIHUHQFLDV HQ HO SHU¿O GH
u otro tratamiento sea desigual. Para evitar los pacientes, se emplea la randomización
esto conviene chequear la lista, a efectos de por estratos. Para ello debemos tener en
determinar si hay desigualdad en las asig- claro qué factores tomaremos en cuenta
naciones. En caso de ser así se procederá a DOHIHFWXDUODHVWUDWL¿FDFLyQ6LODLGHDHV
preparar una nueva lista. vaga o infundada conviene no utilizar esta
alternativa.
Bloques permutados. Es un método que per- Supongamos que dos factores importan-
mite obtener una muestra exactamente igual tes en la dislipidemia son el peso y el ta-
de pacientes. El tamaño de los bloques debe baquismo. Para el peso establecemos tres
ser múltiplo del número de grupos a tratar. categorías (de acuerdo a las tablas confec-
Suponiendo que tenemos 2 tipos de trata- cionadas según estatura y edad), normal,
mientos (A y B) podemos tomar bloques de sobrepeso y obeso; mientras que para el
4 pacientes, asignar un número a cada tipo de tabaquismo atribuimos dos categorías,
combinación y posteriormente elegir uno de fumador y no fumador. De este modo te-
estos números en forma aleatoria. nemos 6 estratos, con lo que deberemos
82 Lo esencial en investigación clínica

Normal y fumador: BABA ABAB ABBA BBAA BAAB AABB


Normal y no fumador: ABAB ABBA BBAA BAAB AABB BABA
Sobrepeso y fumador: ABBA BBAA BAAB AABB BABA ABAB
Sobrepeso y no fumador: BBAA BAAB AABB BABA ABAB ABBA
Obeso y fumador BAAB AABB BABA ABAB ABBA BBAA
Obeso y no fumador: AABB BABA ABAB ABBA BBAA BAAB

preparar 6 listas de randomización en blo- candidato para incorporar al estudio es


ques permutados, como se muestra en el una persona no fumadora y con sobrepe-
cuadro al inicio de la página. so, si a la misma se le asignara la droga
A tendríamos una persona más con so-
0LQLPL]DFLyQ SDUD OD DVLJQDFLyQ GH ORV brepeso (11+1) y otro no fumador en el
tratamientos. La randomización por blo- grupo (17+1). Tomando los guarismos
ques o por estratos tiende a asegurar la correspondientes a sobrepeso y hábito de
comparatividad entre grupos de trata- fumar en el grupo A tenemos 11+17=28;
miento. Sin embargo en los estudios don- mientras que en el B es 10+16=26. La
de el tamaño muestral es más bien redu- asignación del tratamiento B restauraría el
FLGRODHVWUDWL¿FDFLyQQRSXHGHDSOLFDUVH balance. Si las sumas en los 2 grupos arro-
Para estos casos la alternativa que puede jan cifras similares, el nuevo tratamiento
utilizarse es la minimización. se asigna aleatoriamente.
En este tipo de procedimiento el primer
paciente es asignado en forma aleatoria. 5DQGRPL]DFLyQ GHVLJXDO En los ensayos
Para cada participante subsiguiente se donde se compara un nuevo tratamiento
debe determinar qué tratamiento llevaría con el utilizado en ese momento, puede
a un mejor balance entre los grupos res- ser que queramos incluir más pacientes en
pecto de las variables que nos interesan. el brazo de la nueva modalidad terapéuti-
Siguiendo el ejemplo provisto, pensemos ca. Cuando estemos frente a este tipo de
en peso y tabaquismo (ver tabla 3.4). situaciones, lo aceptable es trabajar en una
Los investigadores han incluido un to- relación 2:1 o 3:2, puesto que si la propor-
tal de 50 pacientes (25 para cada tipo de ción es mayor se afecta ostensiblemente el
tratamiento). Supongamos que el nuevo poder del estudio.

#ARACTERISTICASDELOS $ROGA! $ROGA"


PACIENTES N N
0ESO
.ORMOPESO  

3OBREPESO  

/BESIDAD  

&UMADORES  
TDEOD.3HU¿OGHORVSDUWLFLSDQWHVGHOHVWXGLR
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 83

-UESTRADEPACIENTES

4RATAMIENTOACTIVO 0LACEBO DOBLE 0LACEBO DOBLE


DOBLE CIEGO CIEGO CIEGO

2ESPONDEDORES 2ESPONDEDORES 2ESPONDEDORES


FASEABIERTA FASEABIERTA FASEABIERTA

.ORESPONDEDORES .ORESPONDEDORES .ORESPONDEDORES


CONTIN¢ANFASE DOBLE CONTIN¢ANFASE DOBLE CONTIN¢ANFASE DOBLE
CIEGOPASANAPLACEBO CIEGOCONDROGAACTIVA CIEGO SIGUENCONPLACEBO

Un diseñoDGKRF respondido al nuevo tratamiento ingresan


para la utilización de placebo a un ensayo abierto (segunda fase), mien-
La utilización de placebo en la investiga- tras que los no respondedores pasan a un
ción clínica es una cuestión muy debatida tratamiento con placebo a doble ciego.
que ha merecido un sinnúmero de comen- Por su parte, los respondedores al place-
tarios, investigativos y éticos; cuya con- bo (de la fase 1) también ingresan al en-
sideración escapa a los propósitos de este sayo abierto (segunda fase), mientras que
PDQXDO YHUFLWDVDO¿QDOGHOFDStWXOR (Q los no respondedores participarán de una
lo concerniente a la investigación farmaco- segunda fase (doble ciego) donde podrán
lógica para trastornos psiquiátricos el tema cambiar a droga activa o permanecer con
se torna aún más álgido dado que las res- placebo.
puestas al placebo son elevadas reduciendo Sin desmedro del esfuerzo que han he-
el margen de la magnitud del efecto para lo cho los investigadores para pergeñar este
cual se necesitan más pacientes y con ello tipo de diseño, es necesario tener en cuen-
un costo mayor para el desarrollo de nue- ta que implica un número desigual de pa-
vos tratamientos. cientes en cada grupo a efectos del poder
A raíz de ello se acaba de proponer un del estudio; entre quienes no respondan
nuevo tipo de diseño orientado a reducir en el grupo placebo existe una chance de
la respuesta al placebo. Los autores (Psy- 50/50 de continuar con placebo aún cuan-
chother Psychosom 2003;72:115–27) lo do hayamos visto que no respondieron.
han bautizado comparación secuencial en ¿Qué comité de Bioética aprobaría tal
paralelo, suerte de diseño cruzado parcial DFWLWXG" \ VL OR KLFLHUD H[LJLUtD XQ FRQ-
que se expone brevemente. En la prime- sentimiento escrito donde va de suyo que
ra fase del estudio se establecen 3 grupos la chance de recibir placebo es muy alta.
randomizados de asignación, dos reciben Otra objeción importante es que no todos
placebo y el restante tratamiento activo. Al los datos generados se incluirán en el aná-
¿QDOGHHVWDSULPHUDIDVHORVTXHKD\DQ lisis. Por otro lado, al no existir un grupo
84 Lo esencial en investigación clínica

donde los que reciben droga activa con- A partir de la fórmula presentada, tam-
tinúan con la misma medicación, puede bién es posible calcular la duración del
que perdamos la oportunidad de visuali- período de reclutamiento (PVUP – PVPP),
zar un efecto retardado del fármaco. que surge de la siguiente ecuación:
Del mismo modo en que se han obte-
nido respuestas en los pacientes tratados PVUP – PVPP = IR x P/C
con placebo, una revisión muy reciente
sobre ensayos con estatinas señala que O bien del número de centros que se re-
entre un 4-26% de los casos medicados querirán para llevar a cabo el estudio:
con sustancia inactiva abandonaron los
estudios a raíz de experimentar efectos C = IR x P /( PVUP – PVPP)
adversos. Para tener una mejor dimen-
sión del tema inocuidad seguramente ha- Teniendo en cuenta los valores obtenidos
brá que cotejar la frecuencia de efectos en estudios previos (referidos siempre a la
adversos en cada ensayo (por grupo de misma patología), el IR puede ser utilizado
tratamiento) respecto de la que ocurre en para evaluar:
la población general. ‡ODH¿FLHQFLDGHORVGLVWLQWRVFHQWURVSDUD
Resta por comentar que un estudio en reclutar pacientes,
curso subvencionado por el Instituto Na- ‡ HO LPSDFWR GH DOJXQDV FDUDFWHUtVWLFDV
cional de la Salud de EEUU está explo- del protocolo (criterios de inclusión y ex-
rando un nuevo diseño para el análisis del clusión), sobre la duración del período de
efecto placebo en pacientes con colon irri- reclutamiento,
table (Contemp Clin Trials 2006;27:123). ‡ODGXUDFLyQGHOSHUtRGRGHUHFOXWDPLHQWR
para un nuevo estudio o el número de cen-
El índice de reclutamiento (IR) tros que participarán,
Se trata de un índice propuesto reciente- ‡ HO ,5 SURPHGLR SDUD XQ GHWHUPLQDGR
mente, que indica el número de días que tipo de tratamiento y enfermedad,
demanda incorporar un paciente anali- ‡HO,5HVSHFt¿FRSDUDGHWHUPLQDGDUHJLyQ
zable en un centro típico para ensayos JHRJUi¿FD
multicéntricos. El mismo se obtiene de la También permite efectuar comparaciones
siguiente manera: dentro y entre proyectos.

IR = (PVUP - PVPP) x C/P Efectos adversos


/DLGHQWL¿FDFLyQ GHODVDFFLRQHV LQGHVHD-
Donde: bles que puede tener un fármaco es un as-
‡3983HVODIHFKDGHODSULPHUDYLVLWD SHFWRWDQLPSRUWDQWHFRPRODH¿FDFLD/D
GHO~OWLPRSDFLHQWH HO¿QDOGHODIDVHGH YHUL¿FDFLyQGHORVSRWHQFLDOHVHIHFWRVFR-
reclutamiento del estudio). laterales que puedan experimentar los pa-
‡3933HVODIHFKDGHODSULPHUDYLVLWD cientes será mucho más fácil si al momento
del primer paciente (el comienzo de la de conducir el estudio los investigadores
fase de reclutamiento del estudio). cuentan con información en este sentido,
‡ & FRUUHVSRQGH DO Q~PHUR GH FHQWURV sea de las investigaciones llevadas a cabo
que participan de la investigación. en modelos animales o estudios efectuados
‡3HVHOQ~PHURGHSDFLHQWHVTXHHIHFWL- con compuestos que guardan similitud es-
vamente completaron el estudio. tructural. En líneas generales no es acon-
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 85

sejable preparar un interrogatorio dirigido a El ensayo clínico cruzado (FURVV-RYHU)


recabar efectos adversos por la posibilidad A diferencia de los diseños paralelos en
de introducir un sesgo en el sentido de que los cuales ambos esquemas de tratamiento
el paciente comenzara a referir una serie de se prueban en dos grupos independientes
malestares para los cuales no es fácil esta- de enfermos, para el estudio cruzado el
blecer una relación causal con el tratamien- mismo grupo de enfermos recibe los dos
to. Como elementos alternativos, se puede tratamientos. Este tipo de estrategias es
recurrir a la información obtenida del grupo factible de ser realizada en pacientes con
que recibe el tratamiento estándar o bien pla- enfermedades crónicas (hipertensión arte-
cebo, aunque lo más valioso es el dato espon- rial, artritis reumatoidea, asma y psoriasis,
táneo que pueda relatarnos el paciente sobre terapia sustitutiva en la menopausia, entre
tal signo o manifestación. De producirse esta otras), a quienes se administran dos tipos
eventualidad los responsables del estudio de tratamiento, uno tras otro durante un
deberán implementar todas las medidas que lapso de tiempo similar. De ese modo se
VHDQ QHFHVDULDV WDQWR SDUD OD FHUWL¿FDFLyQ pueden evaluar ambos tratamientos en los
del efecto adverso como para la resolución mismos pacientes, lo que en teoría permite
de dicha complicación. Muchas compañías una comparación más precisa al eliminar
farmacéuticas suelen adjuntar una serie de diferencias que en mayor o menor grado
recomendaciones a seguir para cada uno de siempre se presentan entre dos grupos de
los efectos adversos más relevantes. enfermos. A pesar de esta importante ven-
Tengamos en cuenta que un efecto adverso taja, no siempre es posible llevar a cabo un
grave es aquel que genera una lesión o im- ensayo cruzado por factores inherentes a la
SHGLPHQWRGH¿QLWLYRSDUDHOSDFLHQWH RVX enfermedad, los pacientes y el tratamiento.
progenie) pudiendo resultar en cualquiera de Si el curso de la enfermedad no es estable
las siguientes eventualidades: (por ejemplo, se producen remisiones es-
‡0XHUWH pontáneas) será dudoso atribuir la mejoría
‡'LVPLQXFLyQHQODH[SHFWDWLYDGHYLGD al tratamiento instituido. Es necesario tener
‡ 8QD VLWXDFLyQ TXH DPHQD]D OD YLGD GHO en claro que los fármacos a utilizar en este
paciente (aunque sea superada incluso sin tipo de ensayos son aquellos que logran
secuelas). mejorar el cuadro del paciente pero no
‡,QFDSDFLGDGSURORQJDGDRSHUPDQHQWH curar la enfermedad. Si se tratara de un
‡'HWHULRURHQODFDSDFLGDGSDUDVXSHUDU caso de este tipo debe diseñarse un ensayo
problemas de salud que se susciten en el paralelo. El otro factor a considerar es el
futuro nivel de cooperación de los enfermos; no


!3)'.!#)Ê.!,%!4/2)!



%XPERIMENTAL %STÖNDAROPLACEBO

%STÖNDAROPLACEBO %XPERIMENTAL
86 Lo esencial en investigación clínica

nos olvidemos de que los pacientes serán Por todo lo antedicho, los ensayos cruza-
sometidos a dos tipos de tratamientos, con dos están reservados para situaciones bas-
todo lo que ello implica. WDQWHELHQGH¿QLGDV\VHHPSOHDQFRQPiV
La realización de ensayos cruzados sigue frecuencia en los estudios de fase II.
dos tipos de estrategias. En la primera de El análisis estadístico de la información
ellas los pacientes son asignados al azar y que brindan los ensayos cruzados requiere
doble ciego a dos grupos de tratamiento. de algunas consideraciones especiales, las
Los mismos consistirán en la administra- que se describen a continuación.
ción de la droga experimental seguida del Supongamos que se trata de un estudio en
tratamiento estándar y viceversa. enfermos diabéticos insulino-independien-
El lapso de administración está en rela- tes donde se prueban dos hipoglucemiantes
ción directa con el tipo de enfermedad y el orales (A y B). El primer paso será efectuar
tiempo que requiere el fármaco para ejer- un análisis global de los niveles de glucemia
cer un efecto clínicamente evidente. En DO¿QDOL]DUHOWUDWDPLHQWR$PHQRVORVYDOR-
DOJXQRV FDVRV FRQYLHQH ¿MDU XQ SHUtRGR res que se obtienen al concluir la terapia con
sin medicación entre ambos tratamientos el compuesto B y viceversa. Supongamos
(wash-out D¿QGHHOLPLQDUODSRVLELOLGDG que las mediciones respectivas en uno de
de efectos residuales. los pacientes indican 124 y 119 gr/dl, con lo
Aun cuando la literatura especializada cual la diferencia será de + 5gr/dl. Tras efec-
indique que la enfermedad en cuestión pre- tuar esta misma operación para todos los
senta una estabilidad razonable, la incerti- participantes se obtiene la media y el desvío
dumbre de no saber cuán estables son los estándar de las diferencias entre A y B. Con
pacientes del estudio ha derivado en una HOOR HV SRVLEOH HYDOXDU HO VLJQL¿FDGR HVWD-
estrategia orientada a incluir enfermos que dístico de los cambios mediante el empleo
reúnen dicho requisito. En este caso los pa- de la t de Student para datos apareados (ver
cientes reciben a simple ciego, únicamente Capítulo 4). Si la media de diferencias fuese
placebo, por un período de tiempo similar SRVLWLYD\HVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYDHV-
al empleado en los tratamientos posteriores. taríamos en condiciones de concluir que el
Los pacientes que no experimentan mejoría hipoglucemiante B es superior al compuesto
son admitidos en el estudio real. Esta alter- A. Este modo de analizar los datos no tiene
nativa asegura en gran medida que se trata HQFXHQWDVLQHPEDUJRODLQÀXHQFLDSRWHQ-
de enfermos estables y/o no susceptibles al cial del efecto período. Dicho en otros tér-
efecto escoba nueva. La cuestión de difícil minos, la posibilidad de que la condición de
resolución tiene que ver con los planteos los enfermos no haya sido la misma en los
éticos del período de prueba con placebo. períodos en que recibió cada uno de los dos

!SEGUIDODE" "SEGUIDODE!
-EDIADELADIFERENCIAENTREGLUCEMIAS !" "!

$ESV¤OESTÖNDARDEESAMEDIA DS DS

.¢MERODEPACIENTES N N

TDEOD . Disposición de los datos para la estimación del efecto período
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 87

tratamientos. Para indagar acerca de esta po- curados tras el tratamiento, mientras que si
sibilidad procederemos a ordenar los datos se trata de una práctica preventiva (vacuna)
como se muestra en la Tabla 3.4. lo importante será determinar la incidencia
de la enfermedad infecciosa en un perío-
De este modo se puede efectuar la prueba do de años estipulado. Dependiendo de los
de la t para el efecto período: aspectos operativos, éticos y fundamen-
!" – "! talmente económicos puede ocurrir que
T  los alcances del estudio vayan más allá de
 
DS  DS  los objetivos mencionados y quisiéramos

N N también determinar si el procedimiento de
inmunización consigue reducir la transmi-
sibilidad de la infección (no la enferme-
Si el resultado de la prueba arroja un valor dad) en la población. Continuando con el
HVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYRQRHVWDUHPRV ejemplo de las enfermedades infecciosas,
tan seguros de que un tratamiento es superior si nuestro estudio estuviera centralizado en
al otro, dado que las diferencias obtenidas una patología que tiene un desenlace fatal
dependen en buena medida del momento en en un 20% de las personas afectadas, por
que se administra el hipoglucemiante. razones éticas es obvio que la variable de
Para ensayos donde la variable de impacto impacto sobre la que planearemos el estu-
es categórica o en escala ordinal se deben dio no puede tener en cuenta esta situación
utilizar otros tipos de comparaciones esta- sino la aparición de la enfermedad, aún
dísticas, por ejemplo la prueba de rangos de cuando el tamaño muestral y el costo de la
Wilcoxon (ver Capítulo 4). investigación se vean notablemente incre-
mentados.
Recapitulando sobre todo lo expuesto, en
alguna medida un ensayo clínico es la con-
frontación entre dos puntos de vista. Por un 3.3 Ensayos clínicos vs. Cohortes para la
lado el hipotético, según el cual lo existente evaluación del efecto terapéutico
en la información previa deberá observarse
en el estudio. Si bien los estudios randomizados, com-
∃ ĺ Observación parativos, controlados y a doble ciego, son
El punto de vista observacional señala, una estrategia aceptada para la incorpora-
por el contrario, que lo observado en la in- ción de nuevas modalidades terapéuticas,
vestigación es lo que en realidad existe. este tipo de diseño no esta exento de limi-
2EVHUYDFLyQҚĺE taciones. Debe tenerse en cuenta que las
Para no caer en falsas antinomias y obtener conclusiones a las que arriba se basan en
conclusiones valederas, es aconsejable redu- un período de tiempo relativamente corto,
cir el nivel de error a su menor expresión po- con individuos muy seleccionados y en
sible ya que de ese modo aumentaremos el condiciones estrictamente controladas.
nivel de certeza de ambos puntos de vista. Con el propósito de obtener una infor-
En la mayor parte de los ensayos clínicos mación que vaya más allá de este círculo
existe una variable de salida (dependiente) estrechado se suele recurrir a un estudio
que reviste el mayor interés para los inves- de cohortes –donde es posible evaluar
tigadores. Para el caso de una intervención una muestra mucho mayor de personas y
terapéutica será el número de curados y no seguirlas por un período de tiempo más
88 Lo esencial en investigación clínica

prolongado–, en el cual las condiciones DVXYH]SXHGHQLQÀXLUVREUHODHYROXFLyQ


experimentales están más próximas a la o desenlace de la enfermedad. En razón de
situación real. Las bondades y limitacio- HOORODLGHQWL¿FDFLyQGHORVSRWHQFLDOHV)&
nes de cada diseño se indican en la Tabla que pueden estar presentes en los grupos
3.5. Para el caso de las cohortes también a comparar cobra una importancia funda-
se conformarán dos grupos de sujetos mental. Una manera de reducir el sesgo
quienes reciban o no la intervención. La de selección es incorporar sujetos que se
diferencia estriba en que en este caso la FLxDQDXQGLDJQyVWLFRELHQGH¿QLGR\FRQ
asignación de los tipos de tratamientos no determinadas características. Ello tiene un
es aleatoria (como en los ensayos clíni- costo, la reducción en el tamaño muestral
cos), sino que depende de la decisión clí- de la cohorte con la consecuente disminu-
nica adoptada por el profesional a cargo ción en el poder del estudio y generaliza-
del paciente, la elección del mismo enfer- ción de los resultados.
mo o pautas consensuadas por los Servi- 7UDVODLGHQWL¿FDFLyQGHORVIDFWRUHVTXH
cios de Salud. En la cohorte puede que los pueden llevarnos a error, el paso siguiente
grupos no sean comparativos en sus con- será evaluarlos, para lo que necesitaremos
diciones de base y por lo tanto exista un contar con una base de datos apropiada
sesgo de selección. En la gran mayoría de (cruzad los dedos). Una vez que hayamos
los casos de la práctica médica la elección conseguido registrar la información habrá
de un tratamiento en particular depende que analizar si estos factores están distri-
de las características del paciente las que, buidos desigualmente entre los grupos. Los

#OHORTES %NSAYOSRANDOMIZADOS

0OBLACI˜NESTUDIADA $IVERSAS POBLACIONES DE 0ERSONASBIENSELECCIONADASDE


PACIENTES OBSERVADOSENUN ACUERDOALOSCRITERIOS
RANGODESITUACIONES ESTABLECIDOS

!SIGNACI˜NDE "ASADAENLADECISI˜NADOPTADA "ASADAENLACHANCEYCONTRO


TRATAMIENTOS PORLOSM£DICOSQUECONTROLANA LADAPORLOSINVESTIGADORES
LASPERSONAS

$ESENLACE 0UEDEN DEFINIRSE LUEGO DE 3E DEFINEN DE ANTEMANO LOS
APLICADALAINTERVENCI˜N BENEFICIOSYLOSRIESGOS

3EGUIMIENTO 0ROVEENLAPOSIBILIDADDEUN 'ENERALMENTEESCORTOENRAZ˜N


SEGUIMIENTOMAYOR DELOSCOSTOS

!NÖLISIS 4£CNICASMULTIVARIADAS -£TODOSMÖSDIRECTOS


COMPLEJAS

TDEOD . Características distintivas entre ambos diseños


Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 89

PpWRGRVKDELWXDOHVSDUDYHUL¿FDUVLWXDFLR- liza la regresión logística, si es cuantitativa


nes de este tipo consisten en recurrir a las la multivariada o el modelo de los riesgos
pruebas estadísticas clásicas para variables proporcionales (ver capítulo siguiente).
cualitativas o cuantitativas. Debemos tener El modelo de regresión asienta sobre el
presente, sin embargo, que estamos traba- supuesto que el efecto de la intervención (o
jando con tamaños muestrales grandes y el predictor) es invariable en los distintos
podemos encontrar diferencias que desde subgrupos que se conforman según las ca-
HOSXQWRGHYLVWDHVWDGtVWLFRVRQVLJQL¿FD- racterísticas de base de los participantes. Si
tivas pero poco relevantes en el campo clí- existiera interacción (ver página 117), por
nico. Como procedimiento alternativo, es ejemplo, los efectos de la intervención
más adecuado calcular el tamaño del efecto son distintos entre mayores y menores
(cuán desigual es la distribución en térmi- de 50 años, se debe tener en cuenta esta
nos cuantitativos) o las diferencias estan- circunstancia y efectuar cálculos por se-
darizadas. La estimación de ésta última se parado.
obtiene dividiendo la diferencia entre gru- 3RU VX SDUWH OD HVWUDWL¿FDFLyQ HV XQ
pos por el desvío estándar general (de los procedimiento donde la muestra se des-
2 grupos). Los valores superiores a 0.1 se compone en subgrupos (estratos) según
DVXPHQFRPRVLJQL¿FDWLYRV$VLPLVPRVH los factores que se creen capaces de in-
puede recurrir al análisis multivariado. troducir confusión. Es importante deter-
(Q OD GH¿QLFLyQ GH ORV )& PHQFLRQiED- minar si la asociación entre la interven-
mos que los mismos ejercen un efecto de ción aplicada y el fenómeno de interés es
por sí sobre el fenómeno de interés. A raíz distinta en los estratos conformados. Si
de esto es necesario reducir el sesgo que los efectos son iguales es válido efectuar
ellos pueden introducir. Las estrategias que una estimación sumaria. La desventaja
se utilizan a tal efecto son la regresión y de esta estrategia es que al crear subgru-
HVWUDWL¿FDFLyQ 7DEOD   /D SULPHUD HV- pos se reduce el poder del estudio y, por
tima la asociación de cada variable inde- otro lado, es que los estratos dispuestos
pendiente con la dependiente, tras ajustar podrían diferir en algunas característi-
el efecto de las variables (independientes) cas de base no tenidas en cuenta para la
restantes. Los métodos de regresión están conformación de los mismos. Por eso es
ligados a las características de la variable conveniente trabajar con ambos métodos
dependiente, si la misma es binaria se uti- UHJUHVLyQ\HVWUDWL¿FDFLyQ 

%STRATEGIAS 6ENTAJAS $ESVENTAJAS

2EGRESI˜N
%LINVESTIGADORESTÖFAMILIARIZADO
%SDIF¤CILDETERMINARLA
CONLAPRÖCTICA COMPARATIVIDADDELOSGRUPOS

3UCÖLCULOUTILIZATODOSLOSDATOS
2EQUIEREEXTRAPOLAR

%STRATIFICACI˜N
0ERMITEQUENOSCONCENTREMOS
,OSESTRATOSCONFECCIONADOS
ENFACTORESCONFUNDENTESCLAVES PUEDENESTARDESBALANCEADOS

%VAL¢AFÖCILMENTE SIELFACTOR
3EREDUCEELPODERDELESTUDIO
MODIFICAELEFECTODELA
INTERVENCI˜N
TDEOD . Diferencias entre ambos procedimientos
90 Lo esencial en investigación clínica

Cuando hayamos obtenido los cálculos 3.4 Lineamientos éticos


crudos y ajustados habrá que detenerse
DREVHUYDUHQTXpPHGLGDGL¿HUHQ6LHO La adhesión de un protocolo a los principios
ajustado se aparta demasiado de la esti- éticos que rigen la investigación biomédica
mación cruda, las características de base es una cuestión tan crucial como los aspec-
están ejerciendo una acción importante tos metodológicos a los cuales nos hemos
sobre el fenómeno de interés. referido. En nuestros días es casi imposible
A pesar de lo expuesto y para ilustrar TXHXQLQYHVWLJDGRUORJUHREWHQHU¿QDQFLD-
una vez más el carácter provisional de la ción para su proyecto o pueda publicar los
ciencia, no podemos dejar de lado que, resultados del mismo si la documentación
en el escudriñar sobre los eventuales FC, no ha sido aprobada por un Comité de Bio-
trabajamos sobre los hechos conocidos ética. Aún cuando se contemplaran todas las
que distan mucho de ser todos los po- reglas éticas que deben tenerse en cuenta en
sibles. la investigación médica (ver Declaración de
A riesgo de ser denominados reitera- Helsinki), existen situaciones que pueden
tivos, una vez más volvemos a la car- plantear incomodidades al momento de de-
ga con dos factores de error que, como cidir qué tipo de diseño aplicar. Tomemos
venimos viendo, no se apartan nunca de como ejemplo un ensayo de vacunación para
nuestro lado. prevenir una enfermedad que en algunos ca-
sos es letal y un tercio de los participantes
debe recibir placebo, ¡cuando la informa-
ción previa sugiere que la vacuna tiene una
Sesgo de selección: es un error sis- chance bastante buena de ser efectiva!
temático que se produce al confor- Para no ser invadidos por el desaliento o
marse los 2 grupos sobre los cuales asegurarnos de que nuestra propuesta es
se intervendrá, en modo tal que se consistente en sus fundamentos éticos, es
presentan diferencias en cuanto a las necesario poner en primer plano algunas re-
características pronósticas de base comendaciones.
de los mismos. ‡8QSUR\HFWRTXHFDUHFHGHPpULWRFLHQ-
Factor de confusión: es el caso en Wt¿FR YDJXHGDG GH OD SUHJXQWD GLVHxR
que la estimación del efecto de la in- incorrecto, datos que no contestarán a los
interrogantes), va de suyo que se aparta de
tervención aplicada se halla sesgada
la ética.
en razón de alguna diferencia entre ‡2WUDFXHVWLyQTXHGHEHPRVVRSHVDUVLHP-
los grupos a comparar (característi- SUHHVHOFRFLHQWHULHVJREHQH¿FLR(OORLP-
cas de base, factores pronósticos, tra- plica que en algunos casos aparezca justi-
tamientos u otras medidas concomi- ¿FDGROOHYDUDFDERXQHQVD\RWHUDSpXWLFR
tantes que se hayan adoptado). Para con un fármaco de conocida toxicidad,
que un factor alcance la jerarquía de si existieran razones para suponer que el
confusor, debe estar distribuido des- mismo servirá para tratar una enfermedad
igualmente entre los grupos (cuali o grave para la cual las terapéuticas disponi-
cuantitativamente) y tener efecto so- EOHVVRQGHHVFDVDRQXODH¿FDFLD&XDQGR
se produce un desbalance desfavorable
bre el fenómeno de interés.
GHORVULHVJRV\EHQH¿FLRVGHXQDLQYHV-
tigación, estamos frente a la presencia de
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 91

abuso. Puede darse aún cuando la persona el Comité de Bioética puede exigir que el
KD\DFRQVHQWLGR\VHEHQH¿FLHGHSDUWLFL- &(, OOHYH OD ¿UPD GHO SDFLHQWH R VX WXWRU
SDU(OSXQWRHVTXHHOEHQH¿FLRHVPXFKR legal, el investigador principal y en algu-
mayor para el investigador que para el pa- nos casos un testigo. La información que
ciente. Esta falta ética ya está presente en debe proveer el CEI se puede resumir de la
el diseño del estudio. siguiente manera:
‡8QDVSHFWRTXHWDPELpQKDFHDODpWLFDGH ‡([SOLFDUDOSDUWLFLSDQWHTXHVHWUDWDGH
ODLQYHVWLJDFLyQPpGLFDHVODFRQ¿GHQFLDOL- una investigación, poniéndolo en conoci-
dad. Se trata del compromiso del investiga- miento de los objetivos como así también
dor de no revelar la identidad de la persona GHORVSRWHQFLDOHVULHVJRV\EHQH¿FLRVGHO
a quien pertenecen los datos. Para los casos estudio.
en que la enfermedad por sí misma ya es ‡ 'HVFULELU ORV SURFHGLPLHQWRV TXH FRQ-
problemática (por ejemplo, SIDA o Lepra) templa el estudio y la duración del mismo.
conviene que sólo un integrante del grupo ‡5HIHULUODVSRVLEOHVLQFRPRGLGDGHVTXH
de investigadores sea el depositario de esa acarreará su participación.
información. ‡ ,QGLFDU TXp WUDWDPLHQWRV DGLFLRQDOHV R
‡5HIHULGRDODFRHUFLyQHVQHFHVDULRXQD alternativos existen al presente.
profunda autocrítica del investigador en tor- ‡(VSHFL¿FDUTXpPHGLGDVVHDGRSWDUiQGH
no al ejercicio de alguna forma de presión observarse toxicidad y a quién contactar de
sobre el paciente para que participe del es- producirse dicha eventualidad.
tudio en aras de un bien mayor. Es la mayor ‡$VHJXUDUODFRQ¿GHQFLDOLGDGGHORVGDWRV
intimidación a la voluntariedad, y constituye ‡,QGLFDUTXHVXSDUWLFLSDFLyQHVYROXQWD-
una amenaza directa y real del investigador ria y puede retirarse en cualquier momento
o alguien vinculado al estudio sobre el par- del estudio sin que ello afecte su derecho
ticipante. a seguir siendo tratado y controlado de su
‡3DUDHOFDVRHQTXHORVSDUWLFLSDQWHVGHO enfermedad.
ensayo son personas carenciadas pueden ‡'HMDUHQFODURTXHGHVXUJLUDOJXQDLQ-
surgir dos situaciones muy preocupantes, formación nueva sobre el tratamiento ad-
la selección desigual de los candidatos y el ministrado que pueda afectar su decisión de
abuso. Del primero ya nos hemos ocupado. VHJXLUSDUWLFLSDQGRGHOHVWXGLRVHUiQRWL¿-
La segunda se presenta cuando el investiga- cado inmediatamente.
dor selecciona la población en estudio por ‡0HQFLRQDUVLH[LVWHQFLUFXQVWDQFLDVSRU
UD]RQHV DMHQDV D OR TXH HV FLHQWt¿FDPHQWH las cuales podrá ser excluido del estudio e
correcto y apropiado o el punto de vista de indicar qué actitud se adoptará en ese caso.
ORVEHQH¿FLRVGHOSDFLHQWH6HGDLQGHSHQ-
dientemente de que el paciente haya otorga- Muchas veces se ha debatido hasta qué
do el consentimiento. punto las poblaciones marginales son ca-
paces de otorgar el consentimiento. En
La Comisión de revisión presta especial la vida de las personas, quien más quien
atención a la forma en que ha sido prepa- menos, se deben adoptar decisiones for-
rado el consentimiento escrito informado zadas por situaciones o necesidades del
(CEI) que debe otorgar el paciente antes momento, pero ello no quita que se to-
de ser incluido en el estudio. Dependien- man a voluntad. El problema se agudiza
do de las características del estudio y sobre cuando se trata de personas que al no po-
todo en los que se aplica una intervención, der desarrollar sus capacidades, y en con-
92 Lo esencial en investigación clínica

secuencia autonomía, no tienen las libertades La Comisión de Bioética


básicas que hacen a su dignidad. En una so- Los objetivos de la Comisión de Bioética
ciedad con desigualdades, las personas pri- pueden circunscribirse a dos aspectos fun-
vadas de educación carecen de autonomía. damentales: por un lado evaluar la relación
Sin ello el individuo no puede desenvolverse ULHVJREHQH¿FLRTXHUHVXOWDGHODXWLOL]DFLyQ
correctamente ni puede tener una capacidad de un nuevo tratamiento o intervención, y
plena para tomar las decisiones más ade- por el otro proteger a los pacientes para que
cuadas para él y los suyos. Su dignidad se no participen en una investigación mal di-
vuelve frágil y peligra el modo en que deben señada. De acuerdo con dichos propósitos,
asegurarse sus derechos en la sociedad. Un la Comisión podrá desaprobar un proyec-
consentimiento es realmente válido cuando WR UHTXHULU \R DFRQVHMDU PRGL¿FDFLRQHV
la persona ha podido sopesar los riesgos y como así también exigir informes mientras
EHQH¿FLRVGHDFHSWDUHOWUDWDPLHQWRTXHVHOH se lleva a cabo el estudio. Es aconsejable
propone y en consecuencia está en condicio- que todas las decisiones adoptadas queden
nes de efectuar una elección. Para ello es fun- registradas en un libro de actas, que lleva la
damental que la información sea plenamente ¿UPDGHORVDVLVWHQWHVDODVUHXQLRQHV
entendible. Un individuo debe ser capaz de La Comisión suele constituirse con un
comprender y retener la información concer- mínimo de 5 integrantes (con voto) sien-
niente al tratamiento que se le propone y qué do conveniente que se agreguen personas
ocurrirá si decide no ser tratado. no pertenecientes al área de la salud, por
En 2003 la revista /DQFHW publicó un estudio ejemplo abogados, miembros de la comu-
(361: 918-22) donde sólo el 22% de aproxi- nidad o de organizaciones no gubernamen-
madamente 400 pacientes que participaron tales, todos ellos de reconocida idoneidad.
de un ensayo clínico estaba en condiciones Se debe procurar que ambos géneros estén
de entender cabalmente la información que representados en cada reunión y asegurarse
se proveía y sólo un 18% había leído el for- de que ninguno de los integrantes tenga un
mulario previo a otorgar su consentimiento FRQÀLFWR GH LQWHUHVHV FRQ DOJ~Q SUR\HFWR
para participar o no del estudio. en particular. Las decisiones de la Comi-
Paralelamente a estas consideraciones apa- sión también tienen en cuenta las cuestio-
UHFH RWUD MXVWL¿FDFLyQ QR SRFR IUHFXHQWDGD nes locales, respecto de aquello que sea
“el mejor control de la enfermedad que re- aceptable o no para la comunidad.
cibirá el paciente por participar del estudio”. A inicios de los años 90 se crea en la Fa-
Este argumento ha sido denominado malen- cultad de Ciencias Médicas de la UNR una
tendido terapéutico y apunta a una confusión Comisión de Bioética orientada a evaluar
entre participación en los ensayos clínicos toda la investigación llevada a cabo en las
con atención médica personalizada. Se tra- distintas unidades académicas existentes.
ta de una falsa concepción que torna más Dependiendo de las características del pro-
vulnerable al paciente a ser explotado pero yecto, a continuación se detallan los prin-
tampoco deja afuera al investigador. La pre- cipales documentos que tienen en cuenta
gunta que uno se formula en estos casos es: estas Comisiones al evaluar los aspectos
¿no más buenos cuidados cuando el ensayo éticos de un ensayo clínico:
KD\DFRQFOXLGR"back to reality" ‡ 3URWRFROR \ PRGL¿FDFLRQHV SRVWHULRUHV
Nunca será ético actuar en pos de un que se hayan introducido si las hubiere.
propósito que no es el de aquellos que no ‡1RWDGHLQYLWDFLyQGHOODERUDWRULRDOUHV-
tienen poder. ponsable del centro.
Estudios con intervenciones o ensayos clínicos 93

‡&XUULFXOXP9LWDH del investigador principal. Ma non per dirvi come pria


‡&XUULFXOXP9LWDH de los co-investigadores. ³/HODFULPHFKHQRLYHUVLDPVRQIDOVH
‡'HFODUDFLyQGHORVLQYHVWLJDGRUHVUHVSHFWR Degli spasimi e dei nostri martir
de su aceptación a ser integrantes del grupo. Non allarmatevi” No.No.
‡ )RUPXODULR GH &(, TXH GHEHUi ¿UPDU HO /DXWRUHKDFHUFDWRLQYHFHSLQJHUYL
paciente. Uno squarcio di vita.
‡&HUWL¿FDFLyQGHORVYDORUHVQRUPDOHVGHO (JOLKDSHUPDVVLPDVROFKHODUWLVWD
ODERUDWRULRFRQ¿UPDGHOGLUHFWRU È un uom, e che per gli uomini
‡ $QWHFHGHQWHV GHO IiUPDFR Drug Inves- Scrivere ei deve. Ed al vero isparavasi.
tigator Brochure  (V XQ GRFXPHQWR FRQ¿- 8QQLGRGLPHPRULHLQIRQGRDOODQLPD
GHQFLDO SURYLVWR SRU OD ¿UPD IDUPDFpXWLFD Cantava un giorno, ed ei con vere lacrime
donde constan todos los datos bioquímicos 6FULVVHHLVLQJKLR]]LLOWHPSRJOLEDWWHYDQR
y farmacológicos de la droga como así tam- 'XQTXHYHGUHWHDPDUVLFRPRVDPDQR
bién las fases pre-clínicas y clínicas. Deberá *OLHVVHULXPDQLYHGUHWHGHOORGLR
SURYHHUODVFLWDVELEOLRJUi¿FDVGHODVSXEOL- I tristi frutti. Del dolor gli spasimi,
caciones pertinentes. Urli di rabbia, udrete, e risa ciniche!
‡ ([LVWHQFLD GH XQ VHJXUR SDUD FXEULU ORV E voi, piuttosto che le nostre povere
eventuales riesgos de los participantes. Gabbane d´istrioni, le nostr´anime
‡)RUPXODULRSDUDODFRPXQLFDFLyQGHHIHF- Considerate, poichè siam uomini
tos adversos. Di carne e d´ossa, e che di quest´orfano
Mondo al pari di voi spiriamo l´aere!
Aún cuando todos estos requerimientos hu- Il concetto vi dissi. Or ascoltate
bieran sido perfectamente cumplimentados, &RPHJOLqVYROWR
podría ocurrir que la realización del estudio Andiam. Incominciate!
planteara un problema ético de difícil solu-
ción, si la muestra se hubiera conformado Prólogo de I pagliacci
con personas no representativas de la pobla- Ruggero Leoncavallo
FLyQTXHHYHQWXDOPHQWHKDEUiGHEHQH¿FLDU-
se con el nuevo tratamiento. Supongamos Las reglas de la buena práctica clínica
TXHSDUDSUREDUODH¿FDFLDHLQRFXLGDGGHXQ Como su nombre indica se trata de una se-
antibiótico de última generación se efectúa rie de normas internacionales de calidad
un ensayo fase III en Instituciones Públicas, pWLFD\FLHQWt¿FDDWHQHUSUHVHQWHHQHOGL-
resultando que una vez obtenida la licencia seño, implementación, conducción, regis-
para la comercialización del producto, dicho tro y divulgación de un ensayo clínico, a
antibiótico no lograría ser utilizado en esos ¿QGHRWRUJDUFUHGLELOLGDGDORVUHVXOWDGRV
hospitales por su alto costo. de la investigación y al mismo tiempo ase-
JXUDUTXHORVGHUHFKRVLQWHJULGDG\FRQ¿-
Si può? Si può? dencialidad de las personas se han respe-
Signore! Signori! Scusatemi tado. Están dirigidas fundamentalmente a
Se da sol mi presento. Io sono il Prologo. la industria farmacéutica y todos aquellos
Poichè in iscena ancor que se hallen involucrados en la genera-
/HDQWLFKHPDVFKHUHPHWWHODXWRUH ción de resultados clínicos, que luego se
In parte ei vuoi riprendere incorporan en la solicitud de licencia para
/HYHFFKLHXVDQ]HHDYRL la comercialización del nuevo compuesto
Di nuovo inviarmi. terapéutico o preventivo.
94 Lo esencial en investigación clínica

Su designación es inapropiada ya que las ‡ 5HVSRQVDELOLGDGHV TXH OH FRPSHWHQ D


normas no están relacionadas a la práctica la entidad patrocinante del estudio, gene-
clínica sino a la conducción de investiga- ralmente un laboratorio Farmacéutico.
ciones clínicas. Como tal sería mucho más ‡5HVSRQVDELOLGDGHVGHOPRQLWRUGHOHV-
adecuado denominarla “Buena Práctica de tudio, quién es el nexo entre el Laborato-
la Investigación Clínica”. Este cuerpo nor- rio y los investigadores.
mativo pone un especial énfasis a la labor ‡ 5HVSRQVDELOLGDGHV GHO LQYHVWLJDGRU
de auditoría para asegurar que los datos principal.
vertidos a los cuadernos de observación ‡(VWUDWHJLDVGHGLVHxR
VRQ¿GHGLJQRV\GHWHFWDUODH[LVWHQFLDGH ‡ 3URFHGLPLHQWRV SDUD OD UHFROHFFLyQ \
algún fraude en cuanto a la información almacenamiento de los datos.
que va surgiendo del estudio. ‡ 3URFHVDPLHQWR HVWDGtVWLFR GH OD LQIRU-
Los lineamientos generales que estable- mación.
cen las normas se pueden desglosar en los ‡&RQWUROHVGHFDOLGDGSDUDORVSURFHGL-
siguientes aspectos: mientos a utilizar y los resultados que se
‡3URWHFFLyQGHODVSHUVRQDVTXHSDUWLFL- obtendrán.
pan del estudio. ‡0DQHMR\UHJLVWURGHOSURGXFWRIDUPD-
‡ (YDOXDFLyQ \ GLFWDPHQ SRU SDUWH GHO céutico.
Comité de Bioética, o Comité de Revisión ‡ 5HJODPHQWDFLRQHV TXH HVWDEOHFHQ ODV
Institucional. entidades gubernamentales para los en-
‡&RQVHQWLPLHQWRLQIRUPDGRTXHRWRUJD sayos clínicos que se llevan a cabo en el
el paciente. país.
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Los contenidos de un

APÉNDICE
protocolo de ensayo clínico

1. TÍTULO realizarse, que estará basada en la infor-


El mismo deberá ser claro, sin ambigüeda- mación disponible al momento. En los
des, y brindará una breve descripción del ensayos de fase I y II, deberá proveerse
estudio que se planea llevar a cabo inclu- una breve descripción de los estudios de
yendo el tipo de tratamiento, la patología seguridad e inocuidad llevados a cabo
en estudio y el diseño que se propone. en animales. En los estudios de fase III,
consignar los resultados obtenidos de la
2. SITIO DE REALIZACIÓN IDVH,,'HEHHVSHFL¿FDUVHTXHHOODERUD-
Consignar el nombre y la dirección de la torio dispone del &RQ¿GHQWLDO,QYHVWLJD-
Institución donde se efectuará el ensayo. tor Brochure, para quien desee consul-
Si correspondiera, mencionar las unida- tarlo.
des auxiliares que tomarán parte en el
mismo. 7. OBJETIVOS
'H¿QLU FRQ WRGD FODULGDG TXp HV OR TXH
3. INVESTIGADORES intenta indagar el estudio en cuestión.
Indicar el nombre del investigador prin-
cipal como así también de los co-inves- 8. DEFINICIÓN DE PACIENTE
tigadores. En esta sección se deberán indicar los
criterios de selección de los pacientes a
4. COMITÉ DE REVISIÓN ser reclutados en el estudio. Es aconseja-
INSTITUCIONAL EOHSURYHHUXQDGH¿QLFLyQSUHFLVDGHORV
,GHQWL¿FDUHO&RPLWpGH([SHUWRVUHVSRQ- pacientes o individuos a ser estudiados,
sable de la aprobación del proyecto de incluyendo los criterios diagnósticos de
investigación. Ver ítem 15. la entidad a ser tratada, o bien de los
criterios que se utilizarán como eviden-
5. RESUMEN cia de susceptibilidad y exposición a la
Proveer un resumen técnico que incluya condición sobre la que se desea preve-
ORV REMHWLYRV GH¿QLFLyQ GH SDFLHQWHV nir (ensayos preventivos). También se
tratamiento, diseño, y variables de im- deberán consignar el grado de severidad
pacto (clínicas y de laboratorio). de la enfermedad, edad y género de los
pacientes, como así también exámenes
6. JUSTIFICACIÓN ELRTXtPLFRV FRQ¿UPDWRULRV ,QFOXLU XQD
Efectuar una detallada presentación de lista, lo más exhaustiva posible, de los
las razones por las cuales el estudio debe criterios de inclusión y exclusión.
100 Lo esencial en investigación clínica

9. DISEÑO DEL ESTUDIO Y acerca de cada uno de los parámetros de


DEFINICIÓN DEL TRATAMIENTO evaluación (también designados como
Explicitar el diseño experimental a utilizar- variables de impacto outcome variables
se, empleando la terminología habitual para o end-points), cómo, cuándo y a quiénes,
estos casos, por ejemplo, aleatorizado en como así también la frecuencia de tales me-
bloques, cruzado, multicéntrico, etc. Indicar diciones. Es muy conveniente la preparación
si el estudio es controlado, doble ciego, sim- de un esquema en Tabla que no sólo ayuda-
ple ciego o abierto. Establecer el número de rá al investigador sino también a los demás
pacientes o sujetos necesarios para lograr los participantes. Esta Tabla deberá incluirse
objetivos del estudio. Describir la manera como Apéndice. De existir instrucciones es-
por la cual los enfermos van a ser asignados peciales en cuanto a la forma de evaluación,
a los distintos grupos y cómo se ha previsto GH¿QLUODVFRQWRGDFODULGDG
reducir el sesgo. De ser necesario, indicar
HOPRGRGHHVWUDWL¿FDFLyQSDUDDVHJXUDUOD &ULWHULRVGHH¿FDFLD
comparatividad de las variables pertinentes Indicar si los mismos se basarán en medi-
(edad, género, severidad, duración de la en- ciones objetivas (cuali y/o cuantitativas). Si
fermedad, tratamiento adicionales, etc.). la evaluación tomará en cuenta respuestas
(VSHFL¿FDUHOPRGRGHWUDWDPLHQWRDFOD- subjetivas, explicar cómo se graduarán las
rar si existe un período de wash-out, estu- mismas.
dios basales y posteriores, como así también
seguimiento, si se lo incluye. Establecer la Criterios de seguridad o inocuidad
fase de la investigación, la dosis o bien el En esta sección se deberán detallar todas las
rango de dosis, la formulación, vía de ad- mediciones tendientes a detectar efectos tóxi-
PLQLVWUDFLyQIUHFXHQFLD\GXUDFLyQ'H¿QLU cos. El investigador deberá estar informado
claramente todas las drogas que se provee- de los potenciales efectos adversos y cómo
rán a los pacientes, tanto el fármaco en eva- manejarse con ellos. Es conveniente advertir
luación, como el placebo. al paciente de los mismos, a efectos de una
pronta intervención. Toda esta información
10. TRATAMIENTOS tiene que estar contenida en el Manual del
CONCOMITANTES Investigador (Investigator Brochure).
Indicar la(s) medicación(es) que no podrá(n)
utilizarse durante el estudio, en razón de las 12. ANÁLISIS DE LOS DATOS
interacciones o incompatibilidades medica- Efectuar una breve descripción de los mé-
mentosas, o bien de algún efecto sobre las va- todos estadísticos a emplear. Consignar el
riables en estudio. Establecer cuál podrá ser la modo de recolección y procesamiento de los
terapia concomitante a emplear, tratamientos datos. Indicar la diferencia que podrá detec-
suplementarios, o bien fármacos que pueden tarse con el tamaño muestral propuesto, y la
utilizarse para trastornos secundarios. probabilidad de hallar la diferencia que se
planea demostrar (error beta).
11. MEDICIONES CLÍNICAS
Y BIOQUÍMICAS DE EFICACIA 13. CUESTIONES
Y SEGURIDAD ADMINISTRATIVAS
Describir breve pero claramente cómo Etiquetado de todo el material de estudio.
se evaluará la efectividad e inocuidad del Es muy importante en la provisión de los
fármaco. Se deberá brindar información fármacos y el placebo, como así también
Los contenidos de un protocolo de ensayo clínico 101

para la recolección de muestras biológicas una copia del CO de cada uno de los pa-
cuya medición se efectuará en un laborato- cientes con su cronograma individual.
rio de referencia.
14. CONSENTIMIENTO
Preparación del Cronograma de Actividades INFORMADO
\&XDGHUQRVGH2EVHUYDFLyQ &2 El protocolo deberá proveer el formulario
Brindar una descripción acerca de la utiliza- de consentimiento escrito y la hoja de in-
ción del Cronograma y el correcto llenado de formación para el paciente.
los CO. Indicar la frecuencia conque el auditor
clínico visitará el (los) centro(s). El investiga- 15. COMITÉ DE REVISIÓN
GRUGHEHUi¿UPDUODSULPHUDSiJLQDGHO&2 INSTITUCIONAL O BIEN
COMITÉ DE ÉTICA
Duración del estudio Los protocolos requieren indefectiblemente
Establecer el tiempo calculado para la rea- la aprobación por parte de estos Comités.
lización del ensayo. Si el protocolo es mul-
ticéntrico establecer la duración para cada 16. CONFIDENCIALIDAD
uno de los servicios involucrados. Muchos laboratorios exigen que el inves-
tigador no divulgue la información prece-
Instrucciones para la Secretaría del dente y posterior a la realización del es-
Centro o Responsable tudio sin su autorización. En caso de que
Las responsabilidades y labores concernien- el Comité de Revisión Institucional exija
tes a los mismos incluirán: un conocimiento más pormenorizado del
‡$XGLWRUtDGHOPDWHULDOSURYLVWR\GHYROX- protocolo y los antecedentes que lo fun-
ción de lo no utilizado, llevando la contabi- damentan, el investigador podrá proveer
lidad de la droga. tal información al Comité, quien deberá
‡&RQVHUYDFLyQGHODVKLVWRULDVFOtQLFDV UHVSHWDUODFRQ¿GHQFLDOLGDGGHODPLVPD
‡&KHTXHRGHODLQIRUPDFLyQTXHVHYDUHFR-
lectando para evitar inconvenientes a la hora 17. EFECTOS ADVERSOS
de confeccionar el CO. Todos los pacientes que experimenten efec-
‡&RPXQLFDFLyQFRQHOSDFLHQWHDHIHFWRVGH tos adversos severos deben ser seguidos.
recordarle su concurrencia para el control
y/o seguimiento. 18. FIRMA
DE LOS INVESTIGADORES
Preservación de los documentos (OSURWRFRORGHEHUiOOHYDUOD¿UPDGHOLQ-
pertenecientes al estudio vestigador principal y los co-investigado-
Tener acceso al documento fuente (o bien res como así también la fecha en que las
fotocopia de la historia clínica), y conservar mismas fueron rubricadas.
2

APÉNDICE
Escala de graduación de
efectos tóxicos (OMS) Parte I

%&%#4/3 '2!$/ '2!$/ '2!$/ '2!$/ '2!$/

3!.'5Ù.%/3

(EMOGLOBINA        


GRML
,EUCOCITOS0-.       
0LAQUETAS        
(EMORRAGIA        
.O 0ETEQUIAS ,EVE -ODERADA -ASIVA

'!342/).4

"ILIRRUBINA X.  .  .  . .


4'/4'0 X.  .  .  . .
&!LCALINA X.  .  .  . .

-UCOSA BUCAL 3IN %RITEMA ·LCERASPERO $IETA .OCOME


CAMBIOS COME L¤QUIDA
.ÖUSEASO
6˜MITOS .O .ÖUSEAS 6˜MITOS 6˜MITOS 3INCONTROL
TRANSITORIOS FRECUENTES

$IARREA .O 4RANSITORIA 4OLERABLE )NTOLERABLE $ESHIDRA


D¤AS D¤AS TACI˜N
104 Lo esencial en investigación clínica

2%.!,%3
5REAO X.  .  .  . .
#REATININA

0ROTEINURIA .O G  G G 3INDROME


.EFR˜TICO

(EMATURIA .O -ICROSC˜PICA 6ISIBLE )NTENSA /BSTRUCTIVA

05,-/.!2 .O 3¤NTOMAS $ISNEADE $ISNEADE #OMPLETO


,EVES EJERCICIO REPOSO REPOSO

&)%"2% .O #  # # &IEBRE


(IPOTENSI˜N

!,»2')#/3 .O %DEMA "RONCOES "RONCOESPAS !NAFILAXIA


PASMO MO
TRATAMIENTO
PARENTERAL

N = valor límite (normal superior) del laboratorio

(VFDOD GH JUDGXDFLyQ GH HIHFWRV Wy[LFRV O06 3DUWH ,,

%&%#4/3 '2!$/ '2!$/ '2!$/ '2!$/ '2!$/

#54¬.%/3 .INGUNO %R ITEMA 3EQUEDAD %SCAMAS %XFOLIACI˜N


%SCAMAS ·LCERAS .ECROSIS
6ES¤CULAS
0RURITO

0%,/3 3IN #A¤DA #A¤DA !LOPECIA !LOPECIA


CAMBIOS ,EVE MODERADA TOTAL IRREVERSIBLE
!LOPECIA REVERSIBLE

).&%##)/.%3 .O #UADROS )NFECCI˜N #UADROS )NFECCI˜N


,EVES -ODERADA SEVEROS SEVERAE
HIPOTENSI˜N
Escala de graduación de efectos tóxicos (OMS) Parte I 105

#!2$Ù!#/3
2ITMO 3IN 4AQUICARDIA %XTRAS¤STOLES %XTRAS¤STOLES 4AQUICARDIA
#AMBIOS 3INUSAL UNIFOCALES MULTIFOCALES VENTRICULAR
 !RRITMIA

&UNCI˜N 3IN 3IGNOS $ISFUNCI˜N $ISFUNCI˜N $ISFUNCI˜N


#AMBIOS !NORMALES 3¤NTOMAS ATRIALQUE ATRIALQUENO
!SINTOMÖTICO TRANSITORIOS RESPONDEAL RESPONDEAL
TRATAMIENTO TRATAMIENTO
S¤NTOMAS S¤NTOMAS

0ERICARDIO 3IN $ERRAME $ERRAME !DIASTOLIA


#AMBIOS !SINTOMÖTICO S¤NTOMAS REQUIERE
PUNCI˜N

.%52/,Ê
')#/3
#ONCIENCIA !LERTA ,ETARGIA 3OMNOLENCIA 3OMNOLENCIA #OMA
LEVE D¤A D¤A

0 ERIF£RICO 3IN 0ARESTESIA 0ARESTESIA 0ARESTESIA 0ARÖLISIS


CAMBIOS YO SEVERA INTOLERABLE
2EDUCCI˜N YO YO0£RDIDA
DELREFLEJO 0£RDIDA MOTORA
TENDINOSO MOTORALEVE SEVERA

#ONSTIPACI˜NA .O ,EVE -ODERADA $ISTENSI˜N $ISTENSI˜NY


ABDOMINAL V˜MITOS

$/,/2B .O ,EVE -ODERADO 3EVERO )NTOLERABLE

(a) no incluye la constipación provocada por narcóticos


4

CAPíTULO
Procesamiento
y análisis de los resultados

Ninguna prueba que se base en la teoría los resultados podrían presentarse si el es-
de la probabilidad puede por sí misma tudio se llevara a cabo muchas más veces.
proveer una evidencia apreciable de la Dicho en otros términos el IC al 95% de la
verdad o falsedad de una hipótesis. Pero diferencia entre dos tratamientos indicaría
podemos mirar a las pruebas desde otro el rango en que esa diferencia caería en el
punto de vista. Sin que esperemos saber 95% de los casos si el ensayo se repitiera
si cada hipótesis por separado es ver- muchas veces.
dadera o falsa, podemos investigar las Cuando un estudio clínico arroja un
reglas que dirijan nuestras acciones res- resultado negativo, uno se pregunta con
pecto de ellas, y haciéndolo así nos ase- frecuencia si una investigación en un
guramos que tras largas experiencias, a mayor número de sujetos no arrojaría
menudo no estaremos equivocados. un resultado positivo. Ante este interro-
Neyman J. E. Pearson. Philos Trans gante conviene mirar el extremo superior
Roy Soc A 1933; 231: 289. del IC al 95%. Existe una chance de 1
en 40 (2,5% en el extremo superior y el
otro 2,5% en el inferior) de que el resul-
4.1 Introducción tado real pudiera ser superior a lo obser-
vado. Admitiendo este supuesto surge
La prueba sobre la validez de una hipótesis la siguiente pregunta, “¿es clínicamente
requiere esencialmente la constatación de UHOHYDQWH HVWH QLYHO GH GLIHUHQFLD"´ 6L
algún tipo de relación entre las variables no lo es, no existe necesidad de llevar
predictiva y de impacto. Dicha asociación adelante otro estudio y el no suena más
QRVLJQL¿FDTXHIRU]RVDPHQWHH[LVWDXQD GH¿QLWLYR
relación de causa-efecto, pero sin duda Un valor de P   VLJQL¿FD TXH XQD
constituye un buen punto de partida. La FRPSDUDFLyQ HQWUH  SRGUtD VHU VLJQL¿FD-
VLJQL¿FDFLyQHVWDGtVWLFDHQGH¿QLWLYDHV- tiva sólo por coincidencia. Cuando en un
tima cuán probable es que las diferencias estudio se presentan muchas comparaciones
aparentes entre los grupos sean reales y estadísticas la chance de que aparezcan di-
no simplemente por chance. Las medidas ferencias estadísticas se incrementa. Por lo
más utilizadas para presentar los resulta- tanto el valor de P debe ser corregido. El
dos de las comparaciones son el valor de método más difundido es el de Bonferroni.
P y el IC. El primero tiene que ver con La fórmula para el cálculo del error que se
lo enunciado en la frase anterior mientras DSOLFDSDUDODFRUUHFFLyQHV Į n, bastan-
que el IC estima el rango dentro del cual WHDSUR[LPDGRĮQGRQGHQHVHOQ~PHURGH
108 Lo esencial en investigación clínica

comparaciones que se efectúan. La co- de los casos, presentaban incongruen-


rrección de Bonferroni se asienta sobre el cias, al parecer originadas en errores de
supuesto de que todas las hipótesis nulas UHGRQGHRWUDVFULSFLyQRWLSRJUi¿FRV
son ciertas. Si bien es lógico utilizar este Aún cuando hayamos detectado una
tipo de corrección, no conviene aplicarla DVRFLDFLyQ VLJQL¿FDWLYD HQWUH YDULDEOHV
en investigaciones en las que se analiza
una hipótesis muy puntual donde la in- (O %D\HVLDnLVPo
tegración entre la presunción previa con /D HVWDGtVWLFD XWLOL]D GRV HQIRTXHV
los datos recabados se logra mejor con al momento de inferir, uno es el que
los métodos Bayesianos (ver recuadro habitualmente conocemos como fre-
sobre las características del Bayesianis- cuentista y el otro es el bayesiano.
mo y lo expresado en ensayos diagnósti- eVWH~OWLPRLQWHUSUHWDHQTXpPHGL-
cos –razones de probabilidad). da un resultado positivo o negativo
No obstante que el ajuste de Bonferroni se ajusta a la probabilidad de una
reduce la chance de error tipo I, no hay que determinada enfermedad. En otros
perder de vista que se incrementa la posi- WpUPLQRV HO UHVXOWDGR DFW~D FRPR
bilidad de cometer el error tipo II, a menos XQPRGL¿FDGRUGHQXHVWUDRSLQLyQ
que se trabaje con un mayor tamaño mues- 8QD GH¿QLFLyQ GH ORV PpWRGRV %D-
WUDOORTXHVLJQL¿FDPiVFRVWR&RPRDO- \HVLDQRV SRGUtD VHU OD XWLOL]DFLyQ
ternativas menos onerosas algunos autores cuantitativa explícita de la eviden-
SURSRQHQ OD XWLOL]DFLyQ GH SXQWRV ¿QDOHV FLDH[WHUQDHQHOGLVHxRVXSHUYLVLyQ
FRPSXHVWRVRELHQHOHJLUXQSXQWR¿QDOSUL- análisis, interpretación y comunica-
mario y varios secundarios, o directamente ción de la evaluación de la tecnolo-
pocas variables de impacto. gía aplicada a la salud.
Para quien esté interesado en el tema El teorema de Bayes es una fórmu-
Sterne y Smith (BMJ 2001; 322: 226) pro- la donde se demuestra en qué modo
veen cálculos sobre el valor predictivo de nuestras presunciones OD SURED-
los distintos valores que asume P (=0.05, ELOLGDG SUHYLD  VH PRGL¿FDQ WUDV HO
=0.01 e =0.001) bajo diferentes presun- aporte de un dato nuevo para gene-
ciones acerca del poder del estudio y la UDU XQD QXHYD SUREDELOLGDG SRVWH-
proporción de hipótesis con fundamento. rior). El ejemplo más típico en la
Como es de esperar, la proporción de re- medicina es la opinión que tiene un
sultados que caen en la zona de los falsos médico acerca de si determinado pa-
positivos se reduce ostensiblemente cuan- ciente posee tal o cual enfermedad
to menor es el valor de P elegido. WHQLHQGRHQFXHQWDHOFXDGURFOtQL-
También debemos prestar atención a los co y la frecuencia con que la enfer-
problemas interpretativos que plantean las medad se presenta en la población),
comparaciones estadísticas si los cálculos TXH VH YHUi PRGL¿FDGD SRU ORV UH-
se hallan correctamente expresados en su sultados de los estudios complemen-
VLJQL¿FDGR(QXQDH[SORUDFLyQUHFLHQWH tarios que se solicitan. El enfoque
donde se revisaron todos los trabajos que bayesiano no brinda una respuesta
Nature publicó en los volúmenes 409-412 categórica Sí/No, sino una probabi-
(2001) y 12 trabajos de una muestra alea- lidad relacionada con el contexto en
toria extraída del BMJ (vols. 322-323, que se presenta la situación.
2001), se observó que el 11,6% y 11,7%
Procesamiento y análisis de los resultados 109

es nuestra responsabilidad como inves- WLYDVHFRUUHVSRQGHFRQXQDPRGL¿FDFLyQ


tigadores cerciorarnos de que no existe de la variable de impacto. No está de más
otra explicación posible para lo que he- insistir en los principales elementos que
mos detectado. En el capítulo anterior ya le otorgan peso a la variable predictiva
habíamos señalado la necesidad de con- FRPRDJHQWHFDXVDOGHOHIHFWRYHUL¿FDGR
siderar que los resultados obtenidos per- se indican a continuación: 1) Poder de la
tenecen a una muestra y no al total de la asociación; 2) Conocimiento básico que
población, de modo que lo observado po- apoya a la presunción; 3) Obtención de
dría haber sido simplemente por chance. resultados similares por otros grupos de
Esta incertidumbre adquiere mayor rele- investigadores bajo condiciones distintas;
vancia cuando el tamaño de la muestra es 4) Secuencia temporal entre la presencia
reducido. El valor de P depende de dos del factor y la aparición de la alteración y
cuestiones fundamentales, la magnitud 5) Relación dosis-respuesta.
de la diferencia entre grupos y el tamaño
muestral. De este modo, una diferencia
poco importante en una muestra grande 4.2 Planificación y análisis
de pacientes puede ser estadísticamen-
WH VLJQL¿FDWLYD PLHQWUDV TXH UHVXOWDGRV Una vez que el estudio ha concluido,
mucho más dispares podrían no serlo si nos enfrentamos a un cuerpo de resul-
HO WDPDxR PXHVWUDO IXHVH LQVX¿FLHQWH tados que debemos analizar estadísti-
Afortunadamente la estadística nos per- FDPHQWH 3DUD WDO ¿Q HV GHVHDEOH TXH OD
mite calcular el IC que provee un rango investigación se haya conducido según
de valores plausibles para el resultado de lo planeado y de ese modo efectuar las
nuestro estudio. comparaciones de acuerdo a lo estableci-
Dado que uno de los propósitos funda- do previamente. Con esto queremos sig-
mentales de la investigación médica es en- QL¿FDU TXH HV XQ HUURU PX\ ODPHQWDEOH
contrar causas para los efectos, el lector se FRPHQ]DUSRUODSODQL¿FDFLyQGHODQiOLVLV
preguntará si es posible arribar a conclusio- de los datos cuando éstos ya se encuen-
nes valederas con tantas falacias potencia- tran a nuestra disposición. Muy por el
les en derredor. A pesar de que la ciencia no contrario, el tratamiento estadístico de los
puede brindarnos una tabla de salvación, no resultados es algo que se decide cuando
perdamos de vista que de existir la supuesta preparamos el protocolo. Trabajar desde
melodía la misma comenzará a ser percep- el inicio en estas cuestiones nos llevará a
tible cuando el ruido de fondo descienda a GH¿QLUHOWLSR\ODIRUPDHQTXHGHEHPRV
XQQLYHOTXHQRVSHUPLWDLGHQWL¿FDUOD5H- UHFROHFWDU OD LQIRUPDFLyQ D ¿Q GH TXH HO
ducir esa contaminación sonora requiere la análisis conteste las preguntas que nos he-
adhesión a una serie de recomendaciones mos planteado.
metodológicas y un aporte personal que La disponibilidad de computadoras y
suele designarse como creatividad. el cargado de la información en registros
Como fuera ampliamente analizado en HOHFWUyQLFRVSRVLELOLWDQJUD¿FDUORVUHVXO-
HO&DStWXORODYHUL¿FDFLyQGHFDXVDOL- tados al momento de efectuar el análisis
GDG HV XQ WUiPLWH GL¿FXOWRVR \ UHTXLHUH H LGHQWL¿FDU GH HQWUDGD D WUDYpV GH HVWH
una demostración, generalmente corrobo- procedimiento, los datos que se apartan
rada por otros grupos, de que un cambio del patrón general, los cuales pueden estar
cuali o cuantitativo de la variable predic- señalando errores de medición, sesgos que
110 Lo esencial en investigación clínica

nosotros hemos introducido, o la existencia resultado de esa escala es 170, lo que evi-
de subgrupos (estratos) en la muestra. dencia una correspondencia muy aproxi-
La manera de representar y analizar los mada entre ambas estimaciones.
datos está ligada inexorablemente al tipo Si en lugar de 203 el nivel más alto
de variable con la que nos manejamos (ver fuese 493 la mediana seguiría siendo la
Tabla 1.3). Cuando se trata de variables misma, mientras que la media alcanzaría
discontinuas (nominales u ordinales) la in- un valor un tanto apartado de la posición
formación se presenta indicando el número central (191).
y la proporción de sujetos que se agrupan El otro parámetro que se requiere para
en cada categoría. Para el caso de las varia- tener una idea cierta sobre el comporta-
bles continuas se deben proveer por lo me- miento de la variable está referido a la
nos dos parámetros. Uno de ellos expresa dispersión que presenta, vale decir, la
la tendencia central de los datos y se puede posición relativa de los demás datos de
escoger la media o bien la mediana, depen- la muestra. El modo más simple de indi-
diendo en líneas generales de que la varia- car la variabilidad es por medio del rango
ble adopte una distribución normal o no, que surge de la resta entre el valor máxi-
respectivamente. En algunas situaciones, si mo y mínimo, en nuestro ejemplo 59. La
la variable es continua pero las mediciones desventaja de esta representación es que
arrojan valores extremos, es muy probable sólo se brindan los puntos extremos sin
que la media aparezca distorsionada por dar una idea de cómo es la distribución
los valores fuera de rango, siendo prefe- de los datos restantes. Para ello es nece-
rible utilizar la mediana para la represen- sario indicar la variancia de los resulta-
tación de la posición central de los datos. dos o un valor que deriva de la misma, el
Supongamos que se trata de una serie de 13 desvío estándar (DS)1, el cual representa
pacientes con reciente diagnóstico de artri- la dispersión de cada valor en torno de
tis reumatoidea (AR) en quienes se evalúan la media. Para distribuciones normales,
ORVQLYHOHVGHXQPHGLDGRUSURLQÀDPDWRULR vale decir una curva unimodal y simé-
involucrado en el desarrollo de la lesión trica como se representa en la Figura
articular, el factor de necrosis tumoral alta 4.1, los valores que están comprendidos
(FNT). Las mediciones en suero arrojan los dentro de 1 DS alrededor de la media (±)
siguientes valores (picogramos/ml): abarcan el 68% de las observaciones que
La media de estas evaluaciones es 172, hemos efectuado, alcanzando una pro-
mientras que el ordenamiento en orden porción del 95% cuando se extiende a
creciente de los datos para el cálculo de ± 2 DS. Al referirnos a la precisión con
la mediana (el valor que se sitúa exacta- que se efectúan las mediciones (Capítu-
mente en el medio) indica que el séptimo OR KLFLPRVPHQFLyQDOFRH¿FLHQWHGH

144 203 197 151 189 170 158 176 183 163 192 149 161

144 149 151 158 161 163 170 176 183 189 192 197 203

1- Los procedimientos estadísticos que se utilizan tanto para estimar estos valores como para efectuar las comparaciones entre
grupos escapan a los objetivos de este manual. El lector interesado en los mismos puede consultar los textos sobre Estadística que
se mencionan en la bibliografía recomendada.
Procesamiento y análisis de los resultados 111

variación (CV) como un indicador de la


PLVPD'LFKRFRH¿FLHQWHVXUJHGHGLYLGLU

N¢MERODECASOS
al DS por la media y el resultado que se
obtiene indica el grado de variabilidad del
dato que se recoge.
Tomando como ejemplo los datos de la
página anterior, las mediciones séricas de
FNT arrojaban una media de 172 con un
DS de 19.5 pg/ml. Si procedemos a cal- VALORESDELAVARIABLE
cular el CV, el resultado es el siguiente
[19.5/172] x 100 = 11.3, un valor muy )LJXUD . *Ui¿FDGHGLVWULEXFLyQQRUPDO
tranquilizante por cierto.
)UHFXHQWHPHQWH ORV WUDEDMRV FLHQWt¿FRV Es decir, el ES es útil para indicarnos
consignan el error estándar de la media la ]RQD dentro de la cual existe un cierto
(ES), en lugar del DS, como medida de nivel de certeza acerca de la ubicación de
dispersión. Si bien el ES deriva del DS, la verdadera media poblacional. Por el
puesto que surge de dividir este último por contrario, el DS es la medida más apro-
la raíz cuadrada del tamaño muestral (n), piada para indicar la distribución de ob-
no estima el mismo parámetro. Siguiendo servaciones individuales en una muestra.
con el ejemplo de los pacientes con AR, Para variables de tipo continua o semi-
bien podría ser que nos interesara medir continua existen dos tipos de pruebas es-
los niveles de FNT en dos grupos adicio- tadísticas, las paramétricas (variables de
nales de enfermos, extraídos de la misma distribución normal) y no paramétricas
población. De ese modo obtendríamos 3 (variables que se apartan de la normali-
medias que si bien son estimaciones de dad en su distribución), dependiendo de
una sola media poblacional difícilmente ORREVHUYDGRHQHOJUi¿FRGHGLVWULEXFLyQ
sean iguales. Del mismo modo en que cal- de frecuencias. Como se advierte en la Fi-
culábamos el DS para saber cuál era la va- gura 4.1, la distribución normal es unimo-
riabilidad de las observaciones individua- dal y simétrica con una alta proporción de
les en torno a una media muestral, ahora valores en proximidad a la media, y muy
nos interesa conocer la variabilidad de las pocos datos en los extremos (colas) de la
3 medias respecto de la media poblacional curva. El hecho de que muchas variables
real. Tomando el ejemplo enunciado el ES cuantitativas de la investigación biomédi-
surge de la siguiente manera: ca sigan este tipo de distribución, no im-
plica que ello sea indefectiblemente así.
       
6LDOHIHFWXDUXQDJUi¿FDGHGLVWULEXFLyQ
A partir de este dato se puede calcu- de frecuencias, los datos no parecen tener
lar el IC al 95% de la media poblacio- una distribución normal, existen transfor-
nal real. Esto es la media muestral ± 2 x maciones que tratan de normalizarlos, por
ES, en nuestro caso 172 ± 2 x 5.41, vale ejemplo, la transformación logarítmica de
decir, desde 161.18 hasta 182.82 pg/ml. los títulos de anticuerpos que se utilizan
(OOR VLJQL¿FD TXH ORV YDORUHV TXH SR- como estudios complementarios en pato-
dría haber tomado la media (con un 95% logías con algún sustrato inmunológico.
GHFRQ¿DELOLGDG VHXELFDQHQWUH Cuando se trata de una variable que no
y 182.82. sigue una distribución normal, pero el
112 Lo esencial en investigación clínica

$ISTRIBUCI˜N 0RUEBAS
DEFRECUENCIAS NO0ARAM£TRICAS
./
./ 3EPUEDENORMALIZAR ./ 4AMA®O
.ORMAL
MEDIANTETRANSFORMACI˜N MUESTRAL



0RUEBAS 4EOREMA#ENTRAL
0ARAM£TRICAS DE,¤MITES

tamaño muestral es superior a 30, algunos ello se debe estimar en primer término el
investigadores emplean igualmente las ES del porcentaje (p), tal como aparece a
pruebas paramétricas, al tomar como base pie de página.
lo establecido por el teorema central de lí- Tras ello se procede al calcular el IC al
mites. El mismo establece que las medias 95% de esa proporción aplicando la fórmu-
tienden a distribuirse normalmente (con in- la % ± 2 x ES, que arroja el siguiente resul-
dependencia de la distribución poblacional) tado, 22.1 ± 2 x 4.06 = 12.98 - 30.22
VLHOWDPDxRGHODPXHVWUDHVORVX¿FLHQWH- (OORVLJQL¿FDTXHH[LVWHXQGHVHJX-
mente adecuado. ridad de que, en la población de pacientes
Si no existen demasiados datos y no conta- con AR de la cual se obtuvo la muestra,
mos con un buen método de transformación la proporción de enfermos que presenta
para normalizar los datos conviene utilizar EII tome un valor situado entre el 12,98 y
las pruebas no paramétricas. A manera de 30,22%. Suponiendo que la muestra de en-
resumen, el algoritmo que se muestra al ini- fermos artríticos donde se efectuó el estudio
cio de la página puede servirnos de ayuda. no hubiese sido 104 sino 48 (10 de ellos con
La medida de dispersión que puede expe- EII), la proporción habría sido muy pareci-
rimentar una variable no es sólo aplicable da 20,8% pero el IC más amplio, de 9,08 a
a las de tipo continuo, sino también a las 32,25%. Cuanto mayor sea la muestra, más
nominales. Supongamos que un investiga- próximo se estará del valor que existe en la
dor desea determinar cuán frecuente es la población real.
SUHVHQFLD GH HQIHUPHGDG LQÀDPDWRULD LQ- Vale la pena señalar que en los estudios
testinal (EII) en pacientes con AR. A partir donde el tamaño muestral es reducido no es
de ese interrogante realiza una serie de es- aconsejable indicar el porcentaje de casos
tudios por imágenes en enfermos artríticos que presentan el fenómeno de interés, pues-
(n = 104) llegando a determinar que 23 de to que el IC presenta una amplia variación.
ellos tienen alteraciones compatibles con
la EII, esto es el 22,1%. Asumiendo que la Criterios para la elección
serie de pacientes con AR es representativa de la prueba estadística
de la población real de individuos con esa La elección de la prueba paramétrica de-
enfermedad, el paso siguiente será determi- pende del número de grupos entre los cua-
nar el IC al 95% de dicha proporción. Para les se deben efectuar las comparaciones.

 P  – P  N      –         


Escala de graduación de efectos tóxicos (OMS) Parte I 113

Si se trata de dos grupos independientes, o análisis de la variancia para mediciones


pacientes tratados con el esquema es- repetidas, según se trate, respectivamen-
tándar y pacientes que reciben la nueva te, de dos o más grupos de resultados.
medicación, y la variable es de tipo con- Para el caso en que la variable no si-
tinua es correcto utilizar la prueba de la t guiera una distribución normal o bien
de Student. Si fueran más de dos grupos el tamaño de la muestra fuere reducido,
(enfermos que fueron randomizados para la estadística no paramétrica brinda una
recibir el esquema estándar, la nueva me- serie de pruebas que son la contraparte
dicación, o terapia combinada con ambos de lo expuesto. En lo que hace a mues-
compuestos) deberá emplearse el análisis tras no relacionadas o independientes, las
de la variancia. Esta prueba nos informa pruebas de Mann-Whitney y de Kruskal-
sobre si existe una diferencia global sig- Wallis sustituyen a la t de Student y el
QL¿FDWLYD 3DUD GHWHUPLQDU FXiOHV VRQ ORV análisis de la variancia paramétrico, res-
grupos responsables de la diferencia que pectivamente. Si se trata de datos liga-
hemos detectado (por ejemplo, el esquema dos, los procedimientos equivalentes son
estándar en relación con la nueva medica- la prueba de Wilcoxon y el análisis de la
ción o bien con la terapia combinada), se variancia de Friedman.
puede recurrir a la misma prueba de la t. El Retomando la situación que venimos
empleo de este recurso es lícito cuando el utilizando como ejemplo, bien podría in-
análisis de la variancia arroja un resultado teresarnos analizar si las mediciones plas-
HVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYR máticas de FNT guardan relación con las
Existen situaciones en las que se da un características clínicas de la AR, para lo
único grupo de pacientes factibles de ser cual deberemos determinar la eventual
evaluados previamente, durante y tras la asociación entre los niveles de este me-
¿QDOL]DFLyQ GHO WUDWDPLHQWR 5HWRPDQGR diador con variables indicadoras de la
el ejemplo de las mediciones de FNT en magnitud y/o actividad de la enfermedad;
los pacientes con AR, puede que nos in- por ejemplo, la velocidad de la eritrosedi-
terese determinar si la administración de mentación y un estimador de la severidad
fármacos que reducen la actividad de la de la artritis (peso factor). Al igual que en
HQIHUPHGDG FRQVLJXH PRGL¿FDU DVLPLV- las comparaciones entre grupos, existen
mo, los niveles plasmáticos de esta ci- pruebas de correlación (r) paramétricas y
tocina. Para ello analizaremos si existen no paramétricas, según la distribución de
diferencias entre las mediciones efectua- ODYDULDEOH(QHOFDVRGHTXHHOFRH¿FLHQWH
das, previo a la instauración del trata- UVHDHVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYRHOFXD-
miento (tiempo 0) y los valores obteni- drado del mismo (r2) provee una medida
dos a lo largo del tratamiento. Vale decir del grado de asociación que existe entre
que cada paciente es su propio control ambas variables. Supongamos que al com-
y si bien se termina conformando 2, 3 ó parar los niveles de FNT con el peso factor
más series de mediciones todas pertene- se determinara que existe una correlación
cen a un mismo grupo. A diferencia de la SRVLWLYD \ VLJQL¿FDWLYD HQWUH DPERV U 
situación anterior, las muestras de valo- 0.70, p<0.01. El r2 que también se deno-
res de que disponemos son dependientes mina variancia explicada, nos indica que
y la comparación se efectúa en base al el nivel de asociación es del 49%.
empleo de pruebas para observaciones li- Cuando tenemos que manejarnos con
gadas: t de Student para datos apareados variables nominales, el análisis está enca-
114 Lo esencial en investigación clínica

minado a determinar si la proporción de cual fuere el valor representado queda cla-


individuos que se ubican en una catego- ro que la distribución por sexos es estadís-
UtDHQSDUWLFXODUGL¿HUHHQWUHJUXSRV/RV ticamente diferente entre grupos.
procedimientos estadísticos más emplea-
dos para responder a este interrogante son Existen situaciones donde la compara-
las pruebas de la probabilidad exacta de ción no es entre dos grupos, sino entre
)LVKHU\FKLFXDGUDGR Ȥ2). Para determi- personas del mismo grupo pero en dis-
nar cuál es el procedimiento que se debe tintas ocasiones, es decir, muestras rela-
adoptar, situémonos en una tabla de con- cionadas. Hace unos años nuestro labo-
tingencia (4.1) donde se vuelcan los datos ratorio llevó a cabo una investigación en
a comparar. Para el caso de una muestra contactos de enfermos de Lepra en los
pequeña, la opción correcta es la prueba cuales se quería evaluar la capacidad que
de Fisher; esto es: cuando el número de tenían distintas estrategias de vacunación
individuos esperados para alguna de las con BCG (sólo o más el agregado de una
celdas (por lo menos) es menor de 5. Si la micobacteria no patógena muerta por ca-
cantidad de personas que se ubican en las lor), para inducir una respuesta positiva
4 celdas es igual o superior a dicha cifra, a la intradermorreacción con Leprosina.
VHSXHGHXWLOL]DUODSUXHEDGHȤ2. En este caso se compararon los resultados
3DUDHMHPSOL¿FDUODDSOLFDELOLGDGGHOD cualitativos a esta prueba intradérmica
SUXHED GH Ȥ2, en la Tabla 4.2 se consig- en los mismos individuos, previo y 2-3
nan datos de un estudio llevado a cabo años después de haber sido vacunados. La
en contactos de enfermos con Lepra. En prueba estadística a utilizar es la de Mc-
la misma se representa la distribución Nemar. Los resultados que se muestran
por sexos de acuerdo a la característica en la Tabla 4.3 señalan que cada una de
de contactos (familiar u hospitalario). Al ODVYDFXQDVXWLOL]DGDVFRQ¿HUHXQDPD\RU
extraer las proporciones, el porcentaje de proporción de respuestas positivas ante el
varones y mujeres en ambos grupos de desafío con Leprosina, con diferencias es-
contactos muestra disimilitudes que re- WDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYDVUHVSHFWRGHOD
quieren un análisis para determinar si es evaluación inicial. Si además del control a
HVWDGtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYR los 2 ó 3 años siguientes a la vacunación,
7UDGLFLRQDOPHQWH HO VLJQL¿FDGR GH HVH se hubiera efectuado una prueba adicional
valor se busca en la tabla de valores crí- a los 5 años de la inmunización, el proce-
WLFRV GH Ȥ2, que para el caso en cuestión dimiento estadístico a emplear habría sido
arroja un valor de p < 0.001. En la actuali- la prueba de la Q de Cochran.
dad los programas estadísticos brindan el Valiéndonos del ejemplo citado, tam-
valor exacto de donde p = 0.00023. Sea bién podemos determinar si alguna de
/DIyUPXODSDUDHOFiOFXORGHƷ2, se expresa en la siguiente ecuación:

 A ¾ D – B ¾ C ¾ .
F 
A B C D A C  B D
Atendiendo a los valores de la Tabla 4.2 procedemos a su estimación:

  ¾  –  ¾  ¾ 
F  
        
Procesamiento y análisis de los resultados 115

6ARIABLEPREDICTIVA 'RUPOSO6ARIABLEDE)MPACTO 4OTAL


0RESENTE !USENTE

0RESENTE A B A B


!USENTE C D C D

4OTALDESUJETOS A C B D .

TDEOD . Tabla de contingencia 2 x 2

$ISTRIBUCI˜N 4IPOSDE#ONTACTOS 4OTAL


DESEXOS
&AMILIAR (OSPITALARIO

&EMENINO   


-ASCULINO   

4OTAL   

TDEOD . Distribución por sexos en dos grupos de personas en contacto con pacientes de Lepra
ODVYDFXQDVXWLOL]DGDVHVPiVH¿FD]HQVX decisión sobre la prueba a utilizar surge de la
capacidad de promover respuestas positi- entrevista con el experto en estadística. Unos
vas a la Leprosina. Para ello es necesario colegas muy estimados que amigablemente
efectuar una comparación entre los 3 gru- solemos denominar Ulricas o Ulricos2.
pos (después de vacunar) por medio de la
prueba de chi cuadrado, la cual indica que Interacciones
QR H[LVWHQ GLIHUHQFLDV VLJQL¿FDWLYDV Ʒ2 = En un estudio observacional o interven-
2.07, p=0.35. Vale decir que los tres pro- FLRQLVWD GRQGH ORV JUXSRV GL¿HUHQ HQWUH
cedimientos de vacunación son igualmen- sí, muchas veces uno está tentado a inda-
te efectivos respecto de la positivización a gar si las diferencias persisten cuando se
la Leprosina. confeccionan subgrupos (por encima o por
A modo de guía básica, en la Tabla 4.4 debajo de tal edad, sexo, peso, antigüedad
se indican las pruebas estadísticas más fre- del padecimiento, entre otros). Cuando
cuentadas en la investigación biomédica. Lo existe un sustento sólido y contemplado
UHÀHMDGRHQOD7DEODQRLQWHQWDUHHPSOD]DU cuando preparábamos el protocolo es muy
en modo alguno la amplia oferta de procedi- lícito efectuar este tipo de comparaciones.
mientos que contienen los textos de estadís- De otro modo es desaconsejable puesto
tica. Más aún, existen situaciones en que la que incrementa la posibilidad de encon-
2- Por Ulrica, el personaje de la ópera Un ballo in maschera, quien predecía el futuro con increíble exactitud.
116 Lo esencial en investigación clínica

4IPOSDE6ACUNAS 2ESPUESTASPOSITIVASTOTALDEVACUNADOS 6ALORDE0 PRUEBA


!NTESDEVACUNAR $ESPU£SDEVACUNAR DE-C.EMAR
!"#'¢NICAMENTE
  


""#' -VACCAE
  

$-VACCAES˜LO   

TDEOD . Respuestas positivas a la Leprosina en contactos de enfermos de Lepra, previo a la vacunación y 2-3
años después de inmunizados

#ARACTER¤STICASDELA 6ARIABLESCONTINUASODISCRETAS 6ARIABLESNOMINALES


MEDICI˜N
$ISTRIBUCI˜NNORMAL $ISTRIBUCI˜NNONORMAL
-UESTRASNO TDE3TUDENT!NÖLISIS 5DE-ANN 7HITNEY 0RUEBADE&ISHER
RELACIONADAS DELAVARIANCIA 0RUEBADE+RUSKAL
0RUEBADEF
GRUPOSGRUPOS 7ALLIS

-UESTRASRELACIONADAS TDE3TUDENTPARADATOS 0RUEBADE7ILCOXON 0RUEBADE-C.EMAR


MEDICIONES APAREADOS!NÖLISISDE !NÖLISIS DELA 1DE#OCHRAN
MEDICIONES LAVARIANCIA VARIANCIA DE&RIEDMAN

TDEOD . Principales pruebas estadísticas de acuerdo al tipo de variable y modo de recolección de los datos3 .
/DSUXHEDGHȤ2 también se puede aplicar para el caso de 2 grupos siempre que el número de individuos esperados
para una de las celdas, como mínimo, no sea inferior a 5.
En los ensayos controlados y para los casos en que existen distintas mediciones cuantitativas a lo largo del tiempo
(inclusión y seguimiento) el mejor método de comparación entre grupos es el análisis de la covariancia.

trar falsos positivos. El resultado global rencia en los efectos de la intervención se-
del estudio es mucho más conveniente a gún los distintos subgrupos conformados
la hora de comprender el mensaje que el sobre la base de una hipótesis nula por la
mismo nos transmite. cual los efectos del tratamiento son siem-
Sin embargo se presentan situaciones pre iguales.
donde existen razones muy bien fundadas Una prueba de interacción que arroje
para examinar si alguna variable externa VLJQL¿FDGRHVWDGtVWLFRSHUPLWLUiDVLJQDUOH
DOSUHGLFWRUSXHGHPRGL¿FDUHOIHQyPHQR más peso a los hallazgos de un subgrupo
de interés. Dicho en otros términos, de- en particular. Si por el contrario no se pre-
seamos averiguar si existe heterogeneidad senta heterogeneidad, lo que pesa es el re-
en los efectos que, trasladado al lenguaje sultado general.
estadístico, se denomina interacción (no También debemos tener en cuenta que
independencia de efectos). Desde este las interacciones pueden ser cualitativas
punto de vista se pretende analizar la dife- (la intervención es efectiva en un subgru-
3- Una publicación reciente (Fleming et al. J Neuroimmunol 2005; 170: 71) provee un detalle muy adecuado de los procedimientos
estadísticos a seguir en investigación experimental.
Procesamiento y análisis de los resultados 117

'RUPOS .I®OSRESPONDEDORES
A®OS A®OS !CUMULADO

%XPERIMENTAL ; = ; = 

%STÖNDAR ; = ; = 

6ALORDE0   

TDEOD . Ejemplo para el análisis de interacción

po y no así en otro) o bien cuantitativa. En UHDO(VWHYDORUGH3QRORJUDVLJQL¿FDGR


este último caso el tratamiento es efectivo porque la manera en que hemos estimado
en todos los subgrupos pero el grado de el efecto no era apropiada, la muestra de
efectividad varía entre ellos. niños por debajo de 3 años debería haber
Para ilustrar el modo en que debemos sido superior.
proceder recurriremos a un ejemplo hipo- El método para evaluar la interacción
tético, en el cual un grupo de investiga- es el siguiente. Primero se debe extraer el
dores ha desarrollado una nueva vacuna error estándar para cada uno de los efectos
hacia una bacteria encapsulada con el pro- observados.
pósito de generar una mejor respuesta de
anticuerpos. El estudio se lleva a cabo en
niños puesto que es un blanco poblacional P  – P  P   – P 
%3
muy afectado por el patógeno. Se confor- N N
man dos grupos de estudio (de 238 y 233
niños) que reciben la vacuna estándar o
experimental. La variable de impacto es
la presencia de niveles de anticuerpos de En los niños por debajo de 3 años tenía-
WLSR,J*HVSHFt¿FRVSRUHQFLPDGHXQWt- mos 50,9 – 38,8 = 12,1 (ES = 6.86).
tulo de corte considerado como protector.
En los menores de 3 años la proporción de
respondedores con la vacuna experimental
es el 50,9% mientras que en aquellos que            
%3
recibieron la vacuna tradicional es 38,8%,  
la diferencia de efecto es 50,9 – 38,8= 12.1.
En el grupo por encima de 3 años los gua-
rismos son 55,2 y 40,8 y la diferencia de
efecto 14,4. Vale decir que la inmunoge- En los mayores era 55,2 – 40,8 = 14,4
nicidad de la nueva vacuna para mejorar (ES = 6.08).
la proporción de niños respondedores es
prácticamente la misma en ambos grupos.
La P HQUHDOLGDGQRVLJQL¿FDTXH           
no existe una diferencia sino que no tene- %3
mos evidencia de que esa diferencia sea  
118 Lo esencial en investigación clínica

De acuerdo con esto la diferencia de trata- 4.3 Análisis ajustados para evaluar
mientos es 14,1-12,1 = 2. Para obtener el ES el efecto potencial de un FC
de esta diferencia recurrimos a la siguiente
fórmula, que nos arroja un valor de 9.17. En la sección 3.3 del capítulo preceden-
te habíamos descrito brevemente las es-
trategias que se utilizan cuando se sos-
  pecha, o incluso se tiene certeza, sobre
%3 D %3  %3  de la existencia de FC con distribución
desigual entre grupos. De tratarse de un
único factor es necesario determinar si
el resultado de las comparaciones se ha-
A partir de estos datos se obtiene el lla afectado cuando se tiene en cuenta a
cociente (2/9.17 = 0.22), que brinda un dicho FC. La técnica que se utiliza para
valor de P > 0.70 el cual no apoya la HYDOXDU OD HYHQWXDO LQÀXHQFLD GHO con-
presunción de que la mayor respuesta de founder es el DQiOLVLVHVWUDWL¿FDGR
anticuerpos que se obtiene con la vacu- Supongamos que al analizar el efecto
na experimental esté relacionada con la de dos fármacos (A respecto de B) sobre
edad. Si el fenómeno de interés fuese XQD HQIHUPHGDG GH FXUVR OHWDO YHUL¿FD-
una variable continua, procederíamos a mos que existen diferencias en cuanto a
calcular la diferencia entre las medias de la supervivencia de las personas, pero al
los 2 tratamientos y el error estándar de comparar la distribución por género ad-
esa diferencia para luego obtener el valor vertimos que en aquellos tratados con la
de P. droga A había un 80% de varones mien-
tras que en los medicados con el com-
Más allá de esta estrategia, Altman y puesto B la cifra era de un 20%; siendo
Brand (BMJ 2003; 326: 219) han provis- la mortalidad (por cualquier fármaco)
to recientemente de un método para cal- muy superior en los hombres (50%) res-
cular si los RR obtenidos entre subgrupos pecto de las mujeres (10%).
LQGHSHQGLHQWHVGHXQHVWXGLRGL¿HUHQHQ- No obstante la diferencia que hemos
tre sí. El procedimiento se puede utilizar detectado, el hecho de que la distribu-
para comparar OR. Para ello es necesario ción por género era diferente entre los
obtener los logaritmos de los RR y sus grupos de tratamiento, requiere que se
LQWHUYDORV GH FRQ¿DQ]D (O HMHPSOR TXH OOHYHDFDERXQDQiOLVLVHVWUDWL¿FDGRSRU
se utiliza para el cálculo compara dos género. Para ello recurrimos a la prueba
RR (en realidad factores de protección) de Mantel Haenszel, utilizando el mis-
sobre fracturas no vertebrales de ensayos mo criterio (supervivencia según el tipo
aleatorizados sobre terapia hormonal de de medicación) pero desagregado para
UHHPSOD]R XQR HVWDGtVWLFDPHQWH VLJQL¿- varones y mujeres. La Tabla 4.8 indi-
cativo: 0.67 (0.46-0.98) y otro no: 0.88 ca con toda claridad que los resultados
(0.71-1.08), donde la comparación entre del análisis por separado y acumulativo
ambos indica que los mismos no son di- (Mantel-Haenszel) no son estadística-
ferentes (P = 0.2). Esta herramienta cer- PHQWHVLJQL¿FDWLYRV
WL¿FD OD SUHVXQFLyQ GH TXH  YDORUHV QR Evidentemente en nuestro caso hipotéti-
GL¿HUHQHQWUHVtFXDQGRORV,&VHVXSHU- FRODYDULDEOHJpQHURHMHUFtDXQDLQÀXHQ-
ponen en buena medida. cia sobre el efecto de los tratamientos y,
Procesamiento y análisis de los resultados 119

#OMPUESTO! #OMPUESTO"
$ESENLACE 6ARONES -UJERES 6ARONES -UJERES

-UERTOS    

6IVOS    

4OTAL    

TDEOD . Resultados de un ensayo clínico, desagregado por género, donde se comparó la supervivencia de los
enfermos según el tipo de tratamiento
6LHIHFWXDPRVXQDQiOLVLVFRQORVGDWRVFUXGRVTXHVHPXHVWUDQHQOD7DEODODSUXHEDHVWDGtVWLFDGHȤ2 arroja
XQDGLIHUHQFLDDOWDPHQWHVLJQL¿FDWLYDp<10-7.
6ARONES
$ESENLACE $ROGAS! $ROGAS" $ESENLACE $ROGAS! $ROGAS"

-UERTOS   -UERTOS  

6IVOS   6IVOS  

4OTAL   4OTAL  

TDEOD . Comparación general TDEOD . Comparaciones sobre el resultado de los
tratamientos según género
P = 0.99

al hallarse distribuida desigualmente entre -UJERES


aquellos que recibían la droga A o la dro- $ESENLACE $ROGAS! $ROGAS"
ga B, se generaba una diferencia espuria.
-UERTOS  
Dado que no es tarea fácil determinar el
umbral en que una desigualdad en la dis- 6IVOS  
WULEXFLyQGHO)&FRPLHQ]DDPRGL¿FDURV-
tensiblemente los resultados obtenidos, se 4OTAL  
UHFRPLHQGDHIHFWXDUHODQiOLVLVHVWUDWL¿FD-
do de todas maneras. ¿Para qué arriesgar- P = 0.99
0DQWHO+DHQV]HOS 
QRVFXDQGRSRGHPRVDMXVWDUORVFiOFXORV"

Pasemos a considerar una situación dife- Tabla 4.10, muestra una diferencia alta-
rente. En este estudio se analiza el efecto PHQWHVLJQL¿FDWLYDp = 10-7. Al practicar
protector de un compuesto A (comparado HODQiOLVLVHVWUDWL¿FDGRSRUJpQHUR SUXHED
con B, que es el placebo) sobre la mortali- de Mantel-Haenszel) se obtienen los re-
dad que puede ocasionar una enfermedad sultados de la tabla 4.11.
viral para la cual aún no existe tratamien- Vale decir, cuando hay similitud en la
to. Como se observa en la Tabla 4.9 la dis- distribución entre grupos del supuesto FC
tribución por género es la misma y se re- JpQHUR  VHUi tQ¿PD OD GLVFRUGDQFLD VL
gistran diferencias en los varones respecto la hubiere, entre la estimación cruda y la
de los 2 esquemas utilizados. El análisis obtenida a través de la prueba de Mantel-
de los datos crudos que se resumen en la Haenszel. Para el caso en que un FC adop-
120 Lo esencial en investigación clínica

#OMPUESTO! #OMPUESTO"
$ESENLACE 6ARONES -UJERES 6ARONES -UJERES

-UERTOS    

6IVOS    

4OTAL    

TDEOD . Resultados generales del ensayo clínico

te más de dos categorías (por ejemplo,


$ESENLACE $ROGAS! $ROGAS"
UD]D  VH SXHGH HVWUDWL¿FDU HO DQiOLVLV GH
-UERTOS   DFXHUGRFRQHOQ~PHURGHFODVL¿FDFLRQHV
que se haya asignado para dicha variable.
6IVOS   De lo expuesto queda claro que el análi-
VLV HVWUDWL¿FDGR HV XQ SURFHGLPLHQWR ~WLO
4OTAL  
para el control de los eventuales efectos
TDEOD . Comparación global de la supervivencia del FC sobre la variable de impacto. Es
fácil de realizar y hace que el investiga-
dor y los lectores del trabajo puedan tener
una mejor idea de la interrelación entre las
6ARONES
variables predictiva y de impacto en pre-
$ESENLACE $ROGAS! $ROGAS" sencia de factores adicionales. La desven-
-UERTOS   taja que posee este procedimiento reside
en que, si en el estudio existieran varios
6IVOS   )& HO DQiOLVLV HVWUDWL¿FDGR QR SHUPLWLUi
una evaluación en simultáneo del efecto
4OTAL   de todos ellos, puesto que los toma por se-
0  parado. Supongamos que se tratare de un
ensayo clínico donde se compara el efecto
de dos hipolipemiantes y decidimos in-
-UJERES cluir cuatro FC, género, edad (4 grupos
$ESENLACE $ROGAS! $ROGAS" etarios), tabaquismo (no fumador, exfu-
mador, fumador), índice de masa corporal
-UERTOS  
FODVL¿FDFLRQHV $OHIHFWXDUHOFiOFXOR
6IVOS   (2 x 4 x 3 x 3) obtendremos 72 estratos
de combinaciones posibles. Imaginemos
4OTAL   la abultada cantidad de participantes que
0
tendríamos que incluir en el estudio, como
Prueba de Mantel-Haenszel p= 10-7 SDUDORJUDUXQDPXHVWUDVX¿FLHQWHGHLQGL-
viduos en cada una de los estratos.
Para superar este inconveniente nuestros
TDEOD . Comparaciones en la supervivencia por amigos los estadísticos han desarrollado
tratamientos según género. el análisis multivariado, una técnica que
Procesamiento y análisis de los resultados 121

permite evaluar el grado de asociación en- trolar estadísticamente que este supuesto
tre las variables predictivas y de impacto, con- se cumpla. Para el caso de que la asocia-
trolando en forma simultánea a dichos FC. ción fuera no lineal se puede transformar
El método comúnmente utilizado para la variable para conseguir la linealidad.
el ajuste en simultáneo de varios FC es (O FRH¿FLHQWH SDUD FDGD YDULDEOH LQGH-
el PRGHOR GH UHJUHVLyQ P~OWLSOH. Este pendiente nos determinará el cambio que
procedimiento se basa en el modelo de experimenta Y, controlando el efecto de
regresión lineal, que se emplea para deter- las demás variables X que incluimos en
minar la relación entre las variables pre- el modelo. Utilizando el ejemplo de la
dictiva (independiente, X) y de impacto glicemia en relación con la edad, se pue-
(dependiente, Y) donde Y = a + bX. En den incluir variables adicionales como
dicha ecuación “a” es el punto en que la género, peso, dieta, actividad física y ta-
recta intercepta a la ordenada y repre- baquismo entre otras.
senta el valor que adopta Y cuando X =
Llegado a este punto es probable que
0, mientras que el cociente “b” indica la
el lector se haya preguntado cómo pro-
SHQGLHQWHGHODUHFWD\GH¿QHHOJUDGRGH
ceder cuando la variable independiente
asociación entre X e Y; vale decir: el cam-
no es continua sino categórica, tal como
bio que se produce en Y cada vez que X se
enfermo (diabético) y no enfermo. En si-
PRGL¿FDHQXQDXQLGDG YHU)LJXUD 
tuaciones de este tipo se utiliza el análi-
B sis de la regresión logística, una variante
Y
del modelo de regresión múltiple, en el
que la chance de ocurrencia de la varia-
ble de salida es una función de las dis-
tintas variables predictivas. Tomando a Y
como la probabilidad de presentación de la
A enfermedad, Y/(1-Y) como la desigualdad
relativa para que se produzca o no dicha
eventualidad, la variable dependiente
TXHGDGH¿QLGDFRPRHOORJDULWPRQDWXUDO
X (ln) de esta desigualdad relativa que es
Si deseáramos analizar la relación entre la una función lineal de una serie de varia-
JOXFHPLD \ OD HGDG HO FRH¿FLHQWH E QRV bles predictivas.
indica el cambio medio de la glicemia por
cada unidad de variación de la edad, por ln [Y / 1- Y] = a + b1X1 + b2X2 + . . . bnXn
ejemplo años.
A diferencia de lo anterior, en el modelo Los valores que se obtienen a través
de regresión múltiple se incluyen un nú- del modelo de regresión logística osci-
mero adicional de variables independien- lan entre 0 y 1. Los mismos indican la
tes determinando la siguiente ecuación: magnitud del aumento o descenso en el
ln de la desigualdad relativa por cada
Y = a + b1X1 + b2X2 +. . . . . bnXn cambio unitario en la variable predictiva,
con las demás variables independientes
Dado que el modelo parte de una relación bajo control. A diferencia de la Tabla de
lineal entre ambas variables, se debe con- contingencia 2 x 2 de donde se extraían
122 Lo esencial en investigación clínica

ORV25FUXGRV YHU7DEOD ORVFRH¿FLHQWHV valor real a dicha demostración mediante el


que ofrece la regresión logística nos permiten FiOFXORGHH¿FDFLD/DPHGLFLyQGHODH¿FDFLD
calcular los OR ajustados para los potenciales de la nueva modalidad terapéutica (experi-
confounders. mental) se efectúa en relación con los resul-
3RGHPRVD¿UPDUTXHHODQiOLVLVPXOWLYDULD- tados que arrojó el tratamiento estándar y se
do es una herramienta muy útil para las inves- obtiene a través de la fórmula que se ofrece a
tigaciones tendientes a profundizar en torno pie de página.
de los potenciales factores que contribuyen a Supongamos que se trata de un estudio pe-
generar una situación patológica. En los estu- queño en enfermos con Hepatitis C sometidos
dios de cohorte también adquieren un valor a dos tipos de tratamientos, uno el que se viene
predictivo ya que es posible estimar el riesgo utilizando hasta el presente (estándar) y, por el
de una persona, con determinados atributos de otro lado, el alternativo que se supone mejor
la(s) variable(s) predictiva(s), de desarrollar el (experimental). Los resultados al cabo de un
fenómeno de interés. Esto se ve posibilitado tiempo estipulado y con base en los criterios
SRUTXH HVWDV LQYHVWLJDFLRQHV VH SODQL¿FDQ \ TXHSHUPLWLHURQGH¿QLUIUDFDVRVRp[LWRVWH-
llevan a cabo teniendo en cuenta la incidencia rapéuticos se resumen en la Tabla 4.12.
del fenómeno en la población. Por el contra-
rio, cuando se adopta la estrategia de casos y
FRQWUROHVODPXHVWUDHV¿MDGDDUELWUDULDPHQWH &ÖRMACOS &RACASOS »XITOS
por el investigador con lo cual no es posible $ROGA"EXPERIMENTAL  
atribuir a los OR un valor de riesgo.
$ROGA!ESTÖNDAR  
4.4 Estrategias particulares
TDEOD . Resultados del ensayo clínico en pa-
para ensayos clínicos
cientes con Hepatitis C.
Puede observarse que la tasa de fracasos en B es
Sumado a todo lo expuesto, restan por con- 6/20, mientras que en los tratados con A la propor-
siderar algunas situaciones especiales en ción es 13/20.
torno al manejo de los datos de un estudio
clínico que se exponen brevemente. Si partimos de la primer fórmula es cálculo
es como sigue:
Cálculo de e¿cacia
En los ensayos terapéuticos, una vez que se    –   
   
ha comprobado la superioridad del nuevo tra-   
tamiento aplicado, es necesario otorgarle un

%FICACIA  &RACASOS CON


EL TRATAMIEN TO ESTÖNDAR – FRACASOS CON LA DROGA EXPERIMENTAL
&RACASOS CON ELTRATAMIEN TO ESTÖNDAR

5NAMANERAALTERNATIVADEESTIMAREFICACIAESAPARTIRDELASIGUIENTEECUACI˜N

%FICACIA 22
$ONDE22ESLARELACI˜NENTRE 4ASADE&RACASOSCONLADROGAEXPERIMENTAL
4ASADE&RACASOSCONELTRATAMIENTOESTÖNDAR
Procesamiento y análisis de los resultados 123

Si procedemos a calcular RR, 0.30/0.65 grupos se estima la frecuencia de vacunados


  FRQ XQ LQWHUYDOR GH FRQ¿DQ]D DO que permite obtener el OR. A partir del OR
  /DHVWLPDFLyQGHH¿FD- procedemos a calcular la efectividad de la
cia arroja un valor similar al que se obtuvo vacuna a partir de la siguiente fórmula:
de acuerdo con el primer procedimiento =
Efectividad = (1-OR) x 100%
LQWHUYDORGHFRQ¿DQ]DDO 
- 0.78)
También es posible extraer la fracción pre-
ventiva (FP) y de ese modo estimar la pro-
(OYDORUREWHQLGRHVODH¿FDFLDGH%UHV-
porción de nuevos casos potenciales que pu-
pecto de A, para reducir los fracasos de
dieron prevenirse con el procedimiento.
tratamiento.
/D)3HQGH¿QLWLYDQRHVRWUDFRVDTXHOD
contraparte de la fracción etiológica (ver ca-
E¿cacia en vacunas
pítulo 2, página 55), para el caso en que la ex-
El método tradicional para determinar la
posición no implica riesgo sino protección.
H¿FDFLDGHXQDYDFXQDVXUJHGHUHODFLRQDU
A partir del modo de ordenar los datos para
la ocurrencia de enfermedad en el grupo
el cálculo de los OR, se toman los resultados
vacunado respecto del que no lo fue, como
de un estudio de casos y controles efectua-
se muestra al pie de página.
do en nuestra ciudad acerca de la protección
Para traducir esta expresión a términos
conferida por la vacuna BCG en el desarrollo
reales, tomemos como modelo las investi-
de Tuberculosis extrapulmonar en niños.
gaciones sobre la vacunación con BCG en
En dicho estudio se obtuvo un OR de 0.21
la prevención contra la Lepra y la Tubercu-
(0.06-0.79, IC 95%) que arrojó una efecti-
losis. En líneas generales, los estudios lle-
vados a cabo con este propósito adoptan dos
tipos de diseños. El clásico, por así decirlo, %NFERMOS .O%NFERMOS
es el longitudinal donde se conforman dos %XPUESTOS A B M
poblaciones de individuos, vacunados o no,
y tras un período de seguimiento de varios .O C D M
años se compara la incidencia de los casos %XPUESTOS
que han ido apareciendo en dicho lapso. N N N
Con este tipo de estudios se pueden con-
feccionar las curvas de Kaplan-Meier que
se tratarán en la sección siguiente. Cuan- $ESENLACE 4" .O%NFERMOS
do el estudio longitudinal no es factible
#ON"#'   
se puede recurrir a un diseño alternativo,
no tan poderoso como el anterior, es el de
3IN"#'   
casos y controles. De acuerdo a lo especi-
¿FDGRHQHOFDStWXORDTXtVHVHOHFFLRQDQ 
 
individuos que ya presentan la enfermedad
y una población de controles, lo más pa- &0BCnAD CN
recida posible a la de los casos. En ambos TDEOD . Cálculo de la fracción preventiva

PROBABILIDADDEENFERMEDADENELGRUPOVACUNADO
%FICACIADELAVACUNA
PROBABILIDADDEENFERMEDADENELGRUPOCONTROL
124 Lo esencial en investigación clínica

 DE VACUNADOS CON !C  NIVELES PROTECTORE S


%FICACIADELA6ACUNA
 DE CONTROLES CON !C  NIVELES PROTECTORES

vidad de 79 (21-94), mientras que la FP fue nas con un riesgo alto de contraer la infec-
igual a 0.74 (Tabla 4.13). También se puede ción. La mitad de los participantes recibe
extraer el IC de esta fracción, aunque el mé- la vacuna en estudio y el resto el vehícu-
WRGRGL¿HUHGHOXWLOL]DGRSDUDHO25 lo solamente (controles). En este caso no
Cuando existe una prueba de laboratorio SRGHPRVXWLOL]DUHOFiOFXORGHH¿FDFLDSUH-
que estima en forma adecuada el grado de sentado anteriormente por cuanto el estado
protección inmune que posee la persona, de protección no está vinculado a los nive-
se ha consensuado que el modelo de no les de anticuerpos. Por lo tanto, la cuestión
inferioridad es una herramienta importante esencial a evaluar es cuántos desarrollarán
para comparar la inmunogenicidad de una la enfermedad y en qué lapso de tiempo. Al
vacuna nueva o reformulada. Para el caso cabo de un período de seguimiento (variable
de infecciones virales o bacterianas donde según los casos) se obtienen los resultados
el estado protectivo se asocia a una buena que conforman la Tabla 4.14.
respuesta de anticuerpos este procedimiento Si efectuamos un análisis global (CE, SE)
es aplicable (la formula se muestra al prin- PHGLDQWHODSUXHEDGHȤ \ODFRQVHFXHQ-
cipio de la página). La cuestión más crítica te estimación del RR) el resultado no arro-
SDUDHVWHWLSRGHHVWLPDFLyQHVGH¿QLUHOQL- MD XQD GLIHUHQFLD VLJQL¿FDWLYD (O SXQWR HV
vel que deben tener los anticuerpos para ser que la prueba que utilizamos para analizar
protectores. los resultados no tiene en cuenta el tiempo
de aparición de la enfermedad y el período
Análisis de puntos ¿nales cualitativos de seguimiento durante el que pudieron ser
En muchos ensayos clínicos tanto preventi- controlados los participantes. Observando la
vos como terapéuticos, el punto central a de- Tabla 4.14 resulta claro que los individuos
terminar, respectivamente, es: si la vacuna vacunados estuvieron, mucho más tiempo,
ofrece protección contra la enfermedad o el libres de desarrollar la enfermedad, de modo
tratamiento reduce las cifras de mortalidad. que debemos elegir otra técnica estadística
Como se adelantara en la sección anterior, de comparación. Para analizar este tipo de
los elementos esenciales a considerar en el GDWRVFRQYLHQHFRQVWUXLUXQDJUi¿FDFRQODV
análisis de ambos casos tienen que ver con curvas de supervivencia (en nuestro caso
la presencia de la variable de impacto (en- no enfermo), las que permiten visualizar
fermo o no enfermo, vivo o muerto, recaída el efecto de ambas intervenciones. Con los
o libre de enfermedad, etc.), el tiempo trans- mismos datos de la Tabla 4.14 se confeccio-
currido entre la fecha de admisión al estudio nan las tablas (habitualmente denominadas
y el momento en que se produce el fenóme- de supervivencia) que se muestran en la
no de interés. página siguiente. En la misma se consigna
Tomemos como ejemplo una investigación la proporción de personas que permanecen
en 48 voluntarios sanos en quienes se desea libres de enfermedad para un momento
estudiar el potencial efecto protector de una GDGRGHODHYDOXDFLyQ3DUDHMHPSOL¿FDUOD
vacuna contra una enfermedad infecciosa cuestión, en el grupo de no vacunados 23/24
endémica como la Leishmaniasis en perso- personas (95,8%) estaban sin enfermedad
Procesamiento y análisis de los resultados 125

#/.42/,%3 6!#5.!$/3 transcurridas 13 semanas de seguimiento,


4IEMPODEAPARICI˜N 4IEMPODEAPARICI˜N mientras que 22/24 (91,67%) permanecían
ENSEMANAS ENSEMANAS sanas luego de 15 semanas de control. El
 #%  #% cálculo para estimar el porcentaje de super-
 #%  #% vivencia por encima de determinado perío-
do (T), surge de la fórmula que aparece a pie
 #%  #% de página.
 #%  3% A partir de estos porcentajes se confeccio-
nan las curvas de supervivencia de Kaplan-
 #%  3% Meier. (Figura 4.3) El método utilizado para
 #%  #% este tipo de comparación es la prueba del
 #%  #% intervalo logarítmico (logrank test) el cual
nos permitirá determinar si las diferencias
 #%  #% entre los dos tipos de tratamientos son esta-
GtVWLFDPHQWHVLJQL¿FDWLYDVRELHQVHWUDWDGH
 #%  #%
muestras de una misma población (hipótesis
 #%  3% nula). Para el caso que nos ocupa la prueba
 #%  #% arroja que la diferencia es estadísticamente
VLJQL¿FDWLYD p< 0.031).
 #%  #%
Para poder estimar la magnitud de cuán di-
 #%  3% ferentes son los grupos debemos recurrir al
 #%  3% KD]DUGUDWLR. Esta prueba confronta el núme-
ro de eventos observados –O– respecto de
 #%  3% ORHVSHUDGR±(í HQHOVXSXHVWRGHTXHOD
 #%  #% hipótesis es cierta)– para cada grupo y luego
se extrae el cociente
 #%  3%

 3%  #%

 3%  3%
 3%  3% /  %
(2
 3%  #% /  %

 3%  3%
 3%  3%
En el ejemplo presentado el HR arroja un va-
 3%  3%
lor de 0.43 (p<0.03) y eso nos estima el gra-
TDEOD . CE: con enfermedad; SE: sin enfermedad do de protección conferido por la vacuna.

 DE PERSONAS QUE SOBREVIVEN MÖS ALLÖ DEL PER¤ODO EVALUADO  4


P4  X
 DE SOBREVIVIENTES MÖS ALLÖ DEL PER¤ODO NRO DE FALLECIDOS EN 4
126 Lo esencial en investigación clínica

.O6ACUNADOS 6ACUNADOS

3UJETO 4IEMPODE %STADO 0ORCENTAJE 3UJETO 4IEMPODE %STADO 0ORCENTAJE


OBSERVACI˜N SIN OBSERVACI˜N SIN
ENFERMEDAD ENFERMEDAD
  #%    #% 
  #%    #% 
  #%    #% 
  #%    3%
  #%    3%
  #%    #% 

  #%    #% 
  #%    #% 
  #%    #% 
  #%    3%
  #%    #% 
  #%    #% 

  #%    3%

  #%    3%
 
 #%   3%
  #%    #% 

  #%    3%
  3%   #% 
  3%   3%
  3%   3%
  3%   #% 
  3%   3%
  3%   3%
  3%   3%
TDEOD .'LVSRVLFLyQGHORVGDWRVSDUDJUD¿FDUODVFXUYDVGHVXSHUYLYHQFLD
Procesamiento y análisis de los resultados 127



PACIENTESLIBRESDELEVENTO
6ACUNADOS


0ROPORCI˜NDE 

.O6ACUNADOS



    
4IEMPO
)LJXUD . Curvas de Kaplan Meier de acuerdo a los datos consignados en la Tabla 4.15

Si se quiere efectuar un cálculo ajusta- las asignaciones de tratamientos se respetan


GRSDUDODHYHQWXDOLQÀXHQFLDGHIDFWRUHV con todo rigor, puesto que el enterarnos de
pronósticos, la prueba de elección es el antemano sobre la tendencia de los resulta-
análisis de los riesgos proporcionales o la dos puede llevarnos a introducirnos indebi-
regresión de Cox. El lector interesado en damente en la conducción de un ensayo al
los fundamentos y procedimientos refe- detectar que uno de los grupos que reciben
ridos a esta metodología puede consultar determinada intervención está experimen-
a la bibliografía recomendada, (Pagano y tado un curso distinto del fenómeno bajo
Gauvreau, 2001; Schoenbach y Rosamond, análisis. Pensemos por un momento en un
2000) ya que la descripción de los mismos estudio en donde se contempló un análisis
escapa a los objetivos de este manual. interino, y tras la conclusión del ensayo
Para el caso de supervivencia en trans- constatamos que los resultados pre y post-
plantados, Fu y col. acaban de proponer un DQiOLVLV LQWHULQR GL¿HUHQ HQWUH Vt ¢3RGUiQ
método alternativo de análisis. creernos que esta estrategia no contenía
intencionalidad alguna, o que no se ha in-
Análisis interinos troducido un sesgo en la selección y evalua-
La realización de un ensayo clínico pue- FLyQGHORVQXHYRVFDVRV"
de enmarcarse en una situación que por sí La supervisión de un ensayo clínico com-
misma constituye un dilema médico, como prende, entre otros aspectos, una serie de
lo sería la aplicación de un tratamiento de normas que incluso pueden llevar a sus-
VRVSHFKDGDH¿FDFLDHQXQDHQIHUPHGDGOH- pender el estudio si se advirtiera que uno
tal o invalidante para la cual aún no existe de los tratamientos es claramente superior o
una terapia efectiva. En circunstancias de inferior. Un recurso fundamental para este
esta naturaleza, y en otras no tan extre- tipo de vigilancia es la realización de aná-
mas, presentan una chance real de ofrecer lisis interinos. Sin embargo, es necesario
una herramienta superadora, es razonable tener presente que la aplicación de este tipo
plantear que exista un número aceptable de análisis incrementa la chance de detectar
\MXVWL¿FDGRGHDQiOLVLVLQWHULQRVHQOXJDU hallazgos falso-positivos. En razón de ello
de esperar a la conclusión del estudio. Si la literatura provee de una serie de cálculos
vamos a proceder en esta dirección habrá TXHUHGH¿QHQHOYDORUGHP de acuerdo al nú-
que asegurar que las normas del cegado a PHURGHDQiOLVLVTXHVHSODQL¿FDQ *HOOHU\
128 Lo esencial en investigación clínica

Pocock, 1987; Piantadosi, 1991). La inten- compuestos presentan una gran variación
ción de aplicar este tipo de estrategias debe entre ellos no es conveniente recurrir a esta
estar incorporada al protocolo y el análisis estrategia.
debería ser efectuado por estadísticos no
involucrados en el estudio. El área bajo la curva
En muchas ocasiones la evaluación de los
Intención de tratar pacientes sometidos a distintos esquemas
Es una estrategia que confronta los resulta- terapéuticos, impone la realización de con-
dos del estudio de acuerdo a los grupos con- WUROHV SHULyGLFRV GH ODERUDWRULR D ¿Q GH
formados aunque haya individuos que no determinar las variaciones de algunos mar-
recibieron o completaron el tratamiento. cadores sanguíneos vinculados al curso de
El argumento para este tipo de análisis es la enfermedad, por ejemplo, transaminasas
que si bien uno sólo debería comparar a las en cuadros hepáticos. Concluido el estu-
personas que realizaron el tratamiento, los dio, disponemos de un buen número de de-
pacientes que adhieren al mismo son, de al- terminaciones para cada paciente, tomadas
guna manera, diferentes de aquellos que no en distintos momentos del mismo. Las ma-
lo efectúan o bien lo abandonan. Dicho en neras de analizar estas mediciones seriadas
otros términos, adherentes y no adherentes son diversas, cada una con sus bondades
emerge como una variable capaz de distor- y limitaciones. Si se trata de 2 grupos de
sionar el efecto de la intervención que pre- pacientes, a priori, uno estaría tentado de
tendemos investigar. A pesar de que permite calcular la t de Student, para cada momen-
superar este inconveniente, el método tiene to en que se tomaron las muestras. Lamen-
sus desventajas ya que la inclusión de las tablemente, lo más sencillo no siempre es
personas que no efectuaron el tratamiento posible ya que este tipo de enfoque tiene
HQ HO DQiOLVLV JHQHUDO PRGL¿FDUi HO SRGHU una serie de desventajas que lo invalidan
del estudio y el efecto potencial de la inter- (no contempla la variación global de los
vención. Contrariamente a este reparo, si datos y múltiples valores de P no inde-
uno tiene en cuenta que en la situación real pendientes, entre otros). A raíz de ello se
muchas veces los pacientes son renuentes a debe recurrir a un tipo de estrategia deno-
cumplir con el tratamiento, la estrategia de minada mediciones sumarias o resumidas.
intención de tratar puede que no se aparte Dentro de los cálculos que se pueden uti-
tanto de lo que ocurre en la práctica diaria. OL]DUSDUDWDO¿QVHLQFOX\HQODPHGLDGH
todas las evaluaciones (sin tener en cuenta
Puntos ¿nales compuestos el momento en que se efectuaron), el va-
Es un procedimiento que trata de englo- lor pico o el tiempo que demanda alcanzar
bar a los pacientes que desarrollan uno o dicho nivel, el tiempo requerido para que
más de los eventos que se investigan. Por el parámetro se ubique por encima o por
ejemplo en la enfermedad coronaria uno debajo de una determinada concentración,
podría considerar las muertes, infartos no el tiempo que transcurre hasta que los va-
fatales u hospitalización por un síndrome lores descienden a los niveles basales y el
coronario agudo. La validez de este tipo de área bajo la curva (ABC), entre los más
estimación depende de la similitud de los importantes.
pacientes en cada brazo de tratamiento y en (O$%&SXHGHUHÀHMDUHQFLHUWDPHGLGD
los efectos de los tratamientos. Si los com- la respuesta acumulativa a la intervención
SRQHQWHV TXH LQWHJUDQ ORV SXQWRV ¿QDOHV aplicada. Previo a su estimación es aconse-
Procesamiento y análisis de los resultados 129

MDEOHJUD¿FDUORVGDWRVFRPRVHPXHVWUDHQ obtenidos en cada momento de evaluación.


la Figura 4.4, puesto que de existir deseme- El ABC se obtiene sumando las áreas para
janzas, las mismas se advierten fácilmente. cada par de evaluaciones consecutivas. Vale
Es un método muy adecuado para resumir la decir con los valores y1 e y2 en los tiempos t1
información que brindan las mediciones se- y t2 se efectúa el siguiente cálculo (t2 - t1)(y1 +
riadas y se lo utiliza mucho en farmacología y2)/2. De acuerdo con los datos de la tabla se
clínica. Se puede calcular el ABC aún cuando obtiene la fórmula que puede verse debajo.
algunos datos intermedios no están disponi- El valor que toma el ABC es el producto
EOHV(OHMHPSORTXHVHLQGLFDHQOD¿JXUDHVWi de las unidades utilizadas para las determi-
referido a los niveles plasmáticos de interleu- naciones (y) y el tiempo (t). En nuestro caso
FRFLQDȕ XQDFLWRFLQDLQYROXFUDGDHQODUH- pg/ml y días.
acción de fase aguda, en picogramos/ml) en Como ya hemos adelantado en el capítu-
distintos momentos –días– de una infección lo anterior (ensayos diagnósticos), el ABC
aguda experimental con un protozoario, más es un método que también se puede apli-
HVSHFt¿FDPHQWHHO7FUX]L. La tabla que se car cuando uno desea comparar distintas
DJUHJDDOSLHGHOD¿JXUDSURYHHORVYDORUHV curvas ROC.

ABC = 1x(15+306)/2 + 1x(306+318)/2 + 1x(318+385)/2 + 1x(385+171)/2 + 1x(171+89)/2 + 1x(89+33)/2


ABC = 1293

IL-1B
400
pg/ml

200

0
0 1 2 3 4 5 6 7 8 Días

      
), E       
)LJXUD . 0HGLFLRQHVVHULDGDVGHLQWHUOHXFRFLQDȕGXUDQWHHOFXUVRGHXQDLQIHFFLyQFRQ7FUX]L
130 Lo esencial en investigación clínica

4.5 Recomendaciones estadísticas para


las distintas etapas del ensayo clínico

A. Previas a la realización del estudio


#OMPONENTESDELESTUDIO ÙTEMSACONSIDERAR
'RUPOAEVALUAR $ESCRIPCI˜NESTAD¤STICANOCOMPARATIVA
6ARIABLES .OMINAL ORDINAL CONTINUA
0OTENCIALESSESGOS !NÖLISISESTRATIFICADO
'RUPOCONTROL %STAD¤STICACOMPARATIVAPARALASIMILITUD
2ANDOMIZACI˜N )DENTIFICARLOSPOTENCIALESSESGOS
.¢MERODEPERSONAS %RRORESTIPO)YTIPO)) PODERDELESTUDIO
%NSAYOSMULTIC£NTRICOS $ETERMINARSISONCOMBINABLESLOSDATOS
!NÖLISISINTERINOS %STABLECERLASCONDICIONES CORREGIRELNIVEL
DESIGNIFICACI˜N

B. Durante el estudio
Adherir estrictamente al protocolo. En el caso de que existieran menos pacientes de lo calcu-
lado, o se presentaran casos que salen del estudio, tener cuidado que al tratar de compensar
la muestra no se incluyan pacientes no representativos de la población blanco.

C. Análisis de los resultados

$ESCRIBIRALAPOBLACI˜NESTUDIADAPARA 'RAFICAR LOS DATOS DISTRIBUCI˜N DE


DETERMINARSUREPRESENTATIVIDAD FRECUENCIAS TENERENCUENTAELDESV¤OYNO
ELERRORESTÖNDAR

6ALORESEXTREMOS !NALIZARLOSDATOSPARADETECTARAQUELLOS
FUERADERANGOOUTLYERS YDECIDIRSU
INCLUSI˜NUOMISI˜N

3ESGO !NÖLISISESTRATIFICADO

2ESULTADOSNEGATIVOSNOSEPUEDE #ALCULAR CUÖL HA SIDO EL PODER DEL


RECHAZARLAHIP˜TESISNULA ESTUDIO QUEFINALMENTESE LLEV˜ACABO
ESTIMARLOS INTERVALOSDECONFIANZA)#

%FICACIA #ALCULARLOS)#

%FECTOSPORESTRATOS LOSRESULTADOSSON 5TILIZARM£TODOSDEAJUSTE


DIFERENTESENMUJERESYVARONES
Procesamiento y análisis de los resultados 131

4.6 Algunos conceptos sobre con los datos obtenidos a través de los
meta-análisis (MA) trabajos publicados se denominan MA
de la literatura. Lo deseable sería poder
Es una estrategia basada en el análisis es- trabajar con los datos individuales de los
tadístico combinado o integral de los re- pacientes ya que al contar con esta infor-
sultados de varios ensayos clínicos inde- PDFLyQVHFRQVLJXHXQSHU¿OPiVDFHUWD-
pendientes, que el investigador considera do del marco en que se desarrollaron los
combinables. Sería una suerte de epide- estudios y permite a la vez confeccionar
miología de los resultados donde la unidad subgrupos de análisis de ser necesario.
de análisis ya no es el participante de una Dentro de las variantes del MA, tam-
investigación clínica sino el estudio en sí. bién pueden efectuarse análisis acumu-
El término fue propuesto por el Psicólogo lados, vale decir, repetir la práctica a
Glass en 1976 y luego fue incorporado por medida que van apareciendo nuevos en-
la investigación médica mayormente en el sayos clínicos (publicados o no), lo cual
campo de los ensayos clínicos en cardio- permite consolidar una tendencia que al
logía y oncología, aunque también existen principio podría no haber sido tan clara.
MA de estudios observacionales. De ese modo es posible alcanzar un grado
Con el objeto de promover este tipo de de evidencia tal, como para ser aplicada
procedimiento, en 1992 se crea un Centro clínicamente sin necesidad de efectuar
en la ciudad de Oxford que adopta el nom- estudios posteriores. No obstante, y dado
bre de Cochrane, en homenaje a uno de los que no se trata de un método infalible es
pioneros en el análisis de las intervencio- bueno ser cuidadoso al momento de efec-
nes en el campo de la medicina. Esta ins- tuar recomendaciones ya que se han dado
titución, con redes en distintos continen- situaciones donde los estudios randomiza-
tes e incluso en nuestro país, tiene como dos en gran escala no corroboraron los be-
objetivo estimular el conocimiento sobre QH¿FLRVDTXHDSXQWDEDQORV0$SUHYLRV
los efectos que poseen las intervenciones En consonancia con lo descrito para los
aplicadas en el campo de la salud. estudios clínicos, la realización de un
Existe acuerdo en que el MA es una MA también requiere una tarea que par-
herramienta de suma importancia para tiendo de la pregunta lleva a confeccio-
analizar, interpretar y dar a conocer los nar un protocolo de trabajo, el que deberá
resultados de un conjunto de ensayos consignar los objetivos, la metodología y
clínicos en torno a un tema determinado. los criterios que se utilizarán para la in-
Constituye una forma más objetiva de clusión de datos. Al respecto de ello, es
resolver zonas de incertidumbres donde primordial tener en cuenta la calidad de
no se consigue acuerdo, sea a partir de los estudios, cuán combinables son los
los estudios originales, las opiniones de pacientes, los tipos de tratamiento apli-
expertos o bien de las revisiones siste- FDGRVSXQWRV¿QDOHV\SHUtRGRVGHVHJXL-
máticas. La pregunta central que el MA mientos. Del mismo modo en que el error
intenta contestar es si en el análisis de sistemático resta validez a las conclusio-
ORVHVWXGLRVFRQWHPSODGRVKD\VX¿FLHQWH nes de un ensayo clínico, el MA también
peso como para inferir que una determi- puede adolecer de un sesgo no desestima-
QDGDLQWHUYHQFLyQPRGL¿FDODYDULDEOHGH ble. No puede desconocerse que ciertos
impacto y, siendo así, cuál es la magnitud estudios no llegan a publicarse, en parte
de ese efecto. Los MA que se efectúan debido a que el efecto de la intervención
132 Lo esencial en investigación clínica

QRHVVLJQL¿FDWLYR3DUDHYLWDUHYHQWXDOHV trabajos publicados en inglés. Incluso,


distorsiones, es fundamental que el MA parece existir un desbalance en los es-
no sólo incluya los trabajos publicados tudios realizados en países de habla no
sino también aquellos que se hallan dis- inglesa donde aquellos que arrojan re-
ponibles en bases de datos como The Co- sultados positivos aparecen publicados
chrane Controlled Trials Register (www. en revistas internacionales cuyo idioma
cochrane.org), de lo contrario estaremos es obviamente el inglés. El factor de im-
confeccionando un MA de la evidencia pacto de la revista donde fue publicado el
publicada. Opiniones muy autorizadas artículo y la frecuencia con que el mismo
señalan que las revisiones Cochrane son es citado también aportan sus migajas a
superiores a las que aparecen publicadas la hora de introducir sesgos. Esta suerte
en revistas de circulación periódica. Otro de SHVRFLHQWt¿FR puede asimismo favo-
recurso que puede ayudarnos a no cometer recer una cierta subjetividad al momento
este sesgo es recurrir a un registro de en- de establecer los criterios de inclusión
sayos clínicos para equiparar el cuerpo de que se adoptarán para el MA.
datos con que efectuaremos el análisis. Con el propósito de poder detectar ses-
Esto que prima facie podría sonar como gos en la selección de los estudios Egger
un excesivo prurito no lo es en modo algu- y col. (1997) proveyeron una herramien-
no. Una investigación efectuada a princi- ta muy útil. Se trata de una representa-
pios de los años 90 puso en evidencia que FLyQ JUi¿FD en cono (funnel plot) en la
la chance de publicar un trabajo es 3 ve- cual se contrastan los efectos de cada uno
ces superior cuando los resultados logran de los estudios (eje de x) con su respec-
VLJQL¿FDFLyQ HVWDGtVWLFD (VWH GHVLQWHUpV tivo tamaño muestral (eje de y). Como
en publicar resultados negativos es fogo- VHLOXVWUDHQOD¿JXUDDORVUHVXOWDGRV
neado no sólo por la política de la revista de los estudios con muestras pequeñas se
FLHQWt¿FDVLQRWDPELpQSRUORVLQWHUHVHVGH HVSDUFHQHQODSDUWHLQIHULRUGHODJUi¿FD
la industria farmacéutica. A la par de esta mientras que los hallazgos surgidos de
GL¿FXOWDGH[LVWHQHVWXGLRVLQWHUUXPSLGRVD los ensayos a gran escala quedan agrupa-
raíz de los resultados proporcionados por dos en la parte superior, dando una ima-
los análisis interinos, que plantean un in- gen en forma de cono invertido. Cuando
terrogante en cuanto a si conviene incluir ODVLOXHWDVHDSDUWDGHHVWDFRQ¿JXUDFLyQ
estudios no concluidos, aunque en líneas podemos estar en presencia de un sesgo
generales no parece ser aconsejable por- (Figura 4.5b), dado que el vacío en la base
que introducen un sesgo. En contraposi- del cono podría deberse a la no inclusión
ción al argumento de incluir los trabajos de estudios pequeños en los cuales no
inéditos, otros autores sostienen que los VH REVHUYDURQ HIHFWRV EHQH¿FLRVRV 8Q
mismos no deberían ser incorporados grupo de investigadores ingleses acaba
puesto que tales ensayos constituirían una de proponer un método que mejoraría la
muestra no representativa de los estudios capacidad de detectar sesgos de publica-
no publicados y que los disponibles, lo ción, particularmente cuando se utiliza el
son precisamente porque sus resultados logaritmo natural de los OR para estimar
concuerdan con lo preestablecido. el efecto global de la intervención (ver
Otra fuente de error está dada por la párrafos subsiguientes).
barrera idiomática, ya que la franja ma- Los resultados de un MA sobre estu-
yoritaria de los MA se efectúa a partir de dios con un número reducido de pacien-
Procesamiento y análisis de los resultados 133

A B

)LJXUD . *UD¿FDFLyQSDUDGHWHFWDUVLH[LVWHQVHVJRVHQORVHVWXGLRVTXHVHLQFOXLUiQHQHOPHWDDQiOLVLV/D


línea vertical punteada indica la ausencia de efecto, OR = 1

tes suelen tener menos peso respecto de mizados con dos grupos de tratamiento
los ensayos en gran escala, aún cuando proveen de cuatro valores esenciales el
HOHIHFWRJOREDOVHDVLJQL¿FDWLYR/DFR- número de pacientes en cada grupo y la
munidad médica presta más atención a frecuencia con que los eventos se regis-
los resultados de grandes estudios por traron en cada uno de los brazos. A partir
razones variadas. En parte porque el MA de esos datos se pueden obtener los OR y
aún no constituye un recurso bien incor- tras ello extraer los logaritmos (logOR),
porado para el ejercicio de la profesión que son buenos indicadores de la magni-
y por otro lado debido a que el ensayo tud del efecto4. Supongamos que nuestro
multicéntrico comparativo, controlado, MA comprende una serie de 5 ensayos
randomizado y doble ciego está más efectuados en distintos sitios. De ese
arraigado en el pensamiento médico. La modo obtendremos cinco ORs (OR1,
recomendación que los expertos propo- OR2, OR3, OR4 y OR5) más una esti-
nen es efectuar una revisión in extenso de mación general que nos da el ORglobal
toda la información existente y proceder \VXLQWHUYDORGHFRQ¿DQ]D(OHPSOHRGH
a un análisis por separado donde se in- una escala logarítmica facilita mucho la
cluyan o no los resultados de los estudios representación de los resultados, ya que
no publicados. Las similitudes o diferen- los OR superiores o inferiores a 1 ocu-
cias entre ambos tipos de análisis permi- SDUiQXQHVSDFLRLJXDOLWDULRHQODJUi¿FD
tirán un posicionamiento menos incierto (un OR de 4 y otro de 0.25 serán equidis-
en torno al tema en discusión. tantes de 1 y existirá una simetría en los
Con respecto al recabado de los datos, IC (ver Figura 4.6).
es conveniente trabajar con una hoja de /D ¿JXUD UHVXPH ORV GDWRV GH XQ VX-
registro consensuada y que la recolec- puesto meta-análisis acerca de 13 ensayos
ción sea efectuada por más de un opera- clínicos sobre corticoides inhalatorios en
dor cegado a la fuente de información. Asma Bronquial. Cada recuadro con la lí-
Cuando se trata de una variable de im- nea horizontal que lo atraviesa indica la
pacto binaria, los ensayos clínicos rando- estimación obtenida del ensayo y el IC

4- En algunas investigaciones en lugar del OR se suele utilizar el RR para calcular el tamaño del efecto.
134 Lo esencial en investigación clínica

%NSAYO!®O
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

/2
/2 /2
)LJXUD . Representación de los resultados de un meta-análisis

95%, respectivamente. El tamaño del re- para brindar un cálculo ajustado. El paso
cuadro ilustra el valor de cada estudio. La siguiente será combinar los datos para el
línea vertical continua corresponde a un cálculo del efecto general. Es obvio que
OR = 1, vale decir ausencia de efecto. El no se trata de extraer una simple media.
rombo representa el OR combinado (0.74) Los estudios no tienen el mismo peso y
y la raya vertical punteada que surge del seguramente los resultados de un ensayo
mismo atraviesa casi todas las líneas hori- de gran escala tendrán una mayor repre-
zontales, excepto dos estudios. sentación en la estimación general. La es-
tadística que se utiliza para este procedi-
Si el fenómeno de interés es una varia- miento depende del modelo que hayamos
ble cuantitativa, por ejemplo, niveles de empleado para la realización del MA. El
colesterol sanguíneo o presión arterial, lo modelo de los efectos iguales también
que surge a primera a vista es analizar las GHQRPLQDGR ¿MRV 0(,R)  \ HO PRGHOR
diferencias que arroja cada uno de los es- de los efectos aleatorios (MEA). La di-
tudios incluidos en el análisis. El proble- ferencia entre ellos reside en el modo de
ma es que este tipo de estimaciones está agrupar la magnitud de los efectos ob-
LQÀXHQFLDGR SRU ODV FDUDFWHUtVWLFDV GH tenidos de cada estudio para calcular el
cada estudio en particular (tamaño mues- efecto global. El MEIoF propone que la
tral, tipo de pacientes reclutados). Para magnitud del efecto de todos los ensayos
superar dicha limitación las diferencias incluidos es igual. La variación que pueda
se pueden indicar en función del desvío observarse se debe simplemente a cues-
estándar que arroja cada estudio, como tiones de muestreo o variabilidad dentro
Procesamiento y análisis de los resultados 135

de cada estudio. De acuerdo con esto, la consistencias bajas, moderadas y elevadas,


magnitud de los efectos individuales pue- respectivamente.
de ser reemplazada por el efecto global. A partir de lo expuesto, cuando la prueba
Este modelo goza de bastante beneplácito GHKHWHURJHQHLGDGQRHVVLJQL¿FDWLYD\OD
por cuanto asigna un mayor peso al efec- inconsistencia de poca jerarquía, a menudo
to global y el IC que se obtiene es menos se aplica el MEIoF. Como fuera expresado,
amplio. El MEA establece, por su parte, este modelo produce un IC del efecto glo-
que la magnitud del efecto de cada estu- bal más estrecho y por lo tanto más atracti-
dio es un valor aleatorio. Considera que vo. Para no dejar de insistir, debe tenerse en
los trabajos publicados son una muestra cuenta que una prueba de heterogeneidad
aleatoria de una población de ensayos negativa no implica necesariamente que
conceptuales que presentan una variación las magnitudes de los efectos son iguales,
más o menos pronunciada entre ellos. Los puesto que la potencia de la prueba puede
IC que se obtienen tras la aplicación de no detectar tal circunstancia.
este modelo son más amplios puesto que Así como en los ensayos clínicos uno po-
permiten asignar una mayor variación en- día establecer la conformación de algunos
tre estudios. subgrupos de análisis para determinar si el
La decisión sobre el modelo a elegir no efecto de la intervención mostraba cierta
es una cuestión simple y mucho menos asociación con estas categorías, en el MA
aventurada. Para analizar el grado de también se puede recurrir a esta posibili-
combinabilidad-inconsistencia entre los dad. Ello implica tomar los debidos recau-
estudios, habitualmente se utiliza la prue- dos, puesto que los datos de las personas
ba de heterogeneidad (Q de Cochran), que que participaron en cada uno de los ensa-
parte de la hipótesis nula de que todos los yos no siempre están a nuestro alcance o
estudios incluidos en el MA analizan el porque existen diferencias importantes en
mismo efecto. Dado que esta prueba no las características generales de los estudios
HV OR VX¿FLHQWHPHQWH SRWHQWH XQ JUXSR (enfermos con distintos grados de severi-
de investigadores británicos ha provisto dad, variantes del agente farmacológico
de un método alternativo (no necesaria- utilizado, etc.). Es más, si los grupos de
mente excluyente) para la evaluación de pacientes son disímiles en sus niveles de
inconsistencias denominado I 2 . El mis- riesgo puede que no sea conveniente efec-
mo indica qué proporción del porcentaje tuar un MA, por más que existan métodos
total de variación del MA se debe más de ajuste para estos factores de confusión.
bien a heterogeneidad que a chance. El Los resultados de un MA también pue-
cálculo se efectúa a partir de los mismos GHQSODQWHDUGL¿FXOWDGHVSDUDHOPpGLFR
datos que provee el MA: I 2 = 100% × (Q TXHHQGH¿QLWLYDHVHOUHFHSWRU¿QDOGHO
- gl)/Q, donde gl son los grados de libertad mensaje. El dilema surge cuando el re-
(número de estudios incluidos en el MA - sultado de un ensayo clínico en particular
1). De existir un resultado negativo, se le se aparta del efecto global y se exacerba
asigna un valor de 0, con lo cual el I 2 se si el profesional se desempeña en la zona
mueve entre 0% y 100%. Una estimación donde se llevó a cabo uno de los estudios
del 0% indica ausencia de heterogeneidad, contemplados en el MA, que arrojó un
mientras que valores del 25%, 50% y 75%, efecto global a favor de la intervención,
estarían señalando, en líneas generales, in- no así en el ensayo de su región. No debe
136 Lo esencial en investigación clínica

ser tarea fácil para el galeno decidir qué En una apretada síntesis, se hace hinca-
tratamiento asignar a sus pacientes. En la pié en las principales ventajas y desven-
hipótesis de que uno deba enfrentar una tajas del MA.
situación de esta naturaleza, es aconseja-
ble tener en cuenta el modelo en que se )RUWDOH]DVTXHVHDOHJDQ
basó el MA en cuestión. La elección del
MEIoF hace que los efectos individua- ‡&DSDFLGDGSDUDUHVXPLUORVHIHFWRVGHODV
les sean reemplazados por la estimación intervenciones (con su IC) a través de estu-
global con un menor IC y la consecuente dios realizados en un importante número de
contracción del cálculo. Mientras que el pacientes.
MEA es más conservador. ‡&DSDFLGDGSDUDSRQHUGHUHOLHYHHOHIHFWR
En paralelo con este tipo de MA, el moderador de los tipos de diseños sobre los
método también es aplicable a los es- resultados del MA.
tudios observacionales puros (cohortes ‡&DSDFLGDGSDUDGHWHUPLQDUVLHOHIHFWRGH
y casos y controles mayoritariamente). ODLQWHUYHQFLyQHVORVX¿FLHQWHPHQWHLPSRU-
Este tipo de estrategia persigue obte- tante en términos estadísticos y de aplicabi-
ner una idea más acabada del papel que lidad.
juegan los predictores en la causalidad ‡&DSDFLGDGSDUDUHGXFLUODVLQFHUWLGXPEUHV
de las enfermedades. En oposición a lo interpretativas, si las mediciones con que se
que uno podría esperar, los resultados FXHQWDVRQORVX¿FLHQWHPHQWHYiOLGDV
de este tipo de MA suelen contradecirse ‡&DSDFLGDGSDUDORJUDUXQDHYDOXDFLyQPiV
con los hallazgos que proveen otros es- objetiva de la evidencia y de ese modo redu-
tudios. Quizás ello se deba a la presencia cir el disenso.
de FC capaces de originar asimetrías de ‡ &DSDFLGDG SDUD LGHQWL¿FDU UHVXOWDGRV
mayor o menor cuantía. Muchas veces aparentemente falsos negativos y con ello
los FC son conocidos y en consecuencia promover la incorporación de tratamientos
es posible proceder al cálculo ajustado. efectivos a la práctica clínica.
El problema no siempre se supera por ‡&DSDFLGDGSDUDUHFRQRFHUVLH[LVWHQGLIH-
cuanto pueden existir FC desconocidos rencias en cuanto al efecto del tratamiento
R ELHQ QR SRGHPRV HVWLPDUOR FRQ VX¿- por subgrupos de pacientes.
ciente precisión dejando espacio para un ‡&DSDFLGDGSDUDFODUL¿FDUVLH[LVWHKHWHUR-
efecto de confusión residual. Este tipo geneidad entre los resultados del análisis.
GH GL¿FXOWDGHV OH KD UHVWDGR YDORU D ORV ‡(OHPHQWRGHD\XGDSDUDHOFiOFXORGHOWD-
alcances del MA sobre estudios observa- maño muestral en estudios a futuro.
cionales. ‡ &DSDFLGDG SDUD VXSHUDU SUREOHPDV KDEL-
No obstante la tentación de proceder a tuales en la revisión de la literatura, tales
efectuar los cálculos que el software pone como los tipos de estudios a examinar, vi-
a nuestro alcance, proporcionémonos de siones subjetivas en cuanto al peso de un es-
antemano un plan concienzudo sobre qué tudio, características particulares de un estu-
estudios analizaremos, la eventual hete- dio como responsable de la inconsistencias
rogeneidad y los sesgos más arriba seña- detectadas o análisis inapropiado de la parti-
lados para que la estimación del efecto FLSDFLyQGHWHUFHUDVYDULDEOHVTXHPRGL¿FDQ
general sea lo más genuina posible5. la relación predictor-fenómeno de interés.
5- También existen modelos Bayesianos de MA que pueden consultarse en la literatura especializada (Carlin, 1992; Casella, 1985;
Gilks et al, 1994; Louis, 1991).
Procesamiento y análisis de los resultados 137

Debilidades que pueden presentarse ULDPHQWH TXH H[LVWH XQ JUDGR VX¿FLHQWH
de homogeneidad como para combinar
‡'HSHQGLHQGRGHODVFDUDFWHUtVWLFDVGHOGL- los datos.
seño del MA, tipo de evidencia disponible
(publicada y no publicada) y tamaño mues- En conclusión, el sustento teórico para
tral de los estudios, el efecto promedio pue- efectuar un MA sobre ensayos clínicos
de resultar erróneo. randomizados se asienta sobre el supues-
‡/DIDOWDGHUHSDURHQFXDQWRDODVLQWHUDF- to por el cual cada estudio brinda una
ciones potenciales según las características HVWLPDFLyQ¿GHGLJQDGHOHIHFWRGHODLQ-
de los pacientes, factores intercurrentes, o tervención y que la diferencia entre los
forma en que se controlaron las variables resultados de cada uno de ellos se debe a
pueden limitar sus hallazgos. una variación aleatoria. Si todo se cum-
‡ /D LQFOXVLyQ GH GDWRV QR SXEOLFDGRV HQ ple, el efecto global será un indicador
revistas con comité de revisión puede oca- fehaciente y más preciso de la acción te-
sionar una distorsión del efecto. rapéutica.
‡ 'L¿FXOWDG SDUD WUDVODGDU HO UHVXOWDGR GH
un MA al acto médico individual. 4.7 Indicadores utilizados en la
‡ 'L¿FXOWDG SDUD VXSHUDU OD VXEMHWLYLGDG medicina basada en la evidencia
que se halla presente al momento de deci-
GLU HO SXQWR ¿QDO \ HO SHVR TXH HO PLVPR La consulta médica comprende por lo
adoptará en el MA. menos tres componentes esenciales: el
‡5HIXWDELOLGDGGHOWDPDxRGHOHIHFWR HIHF- epistémico, donde se analiza la situación
WR¿QDO D~QVLHQGRVLJQL¿FDWLYRSXHVWRTXH \VHLGHQWL¿FDQODVSRWHQFLDOHVOtQHDVGHDF-
pueden existir variables no ponderadas. ción; el pragmático, cuáles de las acciones
‡$IHFWDFLyQ GHO JUDGR GH UHSUHVHQWDWLYL- son posibles; y la cuestión ética, vale decir,
dad de los estudios cuando se incluyen si las acciones que hemos escogido son mo-
investigaciones donde la información no ralmente aceptables o preferidas en función
es completa. de los valores de la sociedad, el paciente, y
‡ 3RWHQFLDO VHVJR GH SXEOLFDFLyQ SXHVWR el equipo de salud. Así como los dos últimos
que al no disponerse de un registro ca- aspectos son capaces de suscitar cuestiones
bal de todos lo ensayos que se llevan a no fáciles de resolver, la elección de una
cabo, los estudios con resultados positi- conducta terapéutica también puede plan-
vos tienen una mayor chance de ser pu- tear problemas en torno al valor intrínseco
blicados. de tal o cual medida. Para obrar con criterio,
‡ 3RVLELOLGDG GH HQPDVFDUDU SXQWRV GH hoy se dispone de un cuerpo de evidencia
heterogeneidad con relación a las ca- que sirve para guiar las decisiones del mé-
racterísticas de los participantes, modo dico. Llegado a este punto uno esperaría
en que se aplicaron las intervenciones y contar con una suerte de manual-algoritmo
condujeron los estudios. WUDQTXLOL]DGRU, que no siempre es así.
‡ /LPLWDFLRQHV HVWDGtVWLFDV HQ FXDQWR D Al consultar la literatura uno deberá sope-
la potencia de las pruebas utilizadas para sar los hallazgos que brinda un estudio en
calcular heterogeneidad en los efectos de particular, en relación con el contexto de las
ORVHVWXGLRVFRPRLGHQWL¿FDUGLIHUHQFLDV diferentes investigaciones que se confron-
reales entre ensayos. Una ausencia de tan al efectuar un análisis de la evidencia
VLJQL¿FDGRHVWDGtVWLFRQRLQGLFDQHFHVD- FLHQWt¿FDVHDDSDUWLUGHXQ0$RELHQGH
138 Lo esencial en investigación clínica

una revisión sistemática. Por otro lado, es-


'RUPOS &EN˜MENODE)NTER£S 4OTAL
tablecer una jerarquía de la evidencia puede
que no resulte tan simple dado los múltiples 3¤ .O
componentes que hacen a la calidad de una
investigación (diseño, modo en que fue #ONTROL A B A B
conducida, tamaño de la muestra, relevan-
cia de los aspectos abordados). En un ensa- %XPERIMENTAL C D C D
yo clínico nadie dudaría del peso que tiene TDEOD . Tabla de contingencia para el cálculo
la randomización de los tratamientos. Sin de los estimadores de riesgo
HPEDUJRKD\RWURVDVSHFWRVPX\VLJQL¿FD-
tivos a considerar tales como la precisión y timadores, cuyos modos de obtención se
exactitud de las mediciones efectuadas, ce- representan en la tabla 4.16, la reducción
gado de las personas que tuvieron a su car- del RA (RRA) y el número necesario a
go esta tarea, pérdidas en el seguimiento de tratar (NNT). El primero es la diferen-
los pacientes, IC de los efectos obtenidos. cia en el riesgo absoluto entre el grupo
Ingredientes, todos ellos, no siempre fáciles experimental y el control. El segundo es
de valorar cuando se trata de establecer las el número de pacientes que debemos tra-
benditas jerarquías. Para reforzar o debili- tar para prevenir un fracaso terapéutico.
tar nuestras presunciones también conviene Obviamente que al indicar el tratamiento
tener en cuenta los hallazgos que proveen estos guarismos deben ser confrontados
ODV LQYHVWLJDFLRQHV PHFDQtVWLFDV R ¿VLRSD- respecto de los efectos colaterales de la
tológicas, ya que una concordancia entre lo medicación y la severidad de la enferme-
clínico-epidemiológico y clínico-básico dad entre otros factores.
fortalecerá nuestras conclusiones. Para la obtención de dichos estimadores,
Por su parte, si el interés del médico en primer término se debe calcular:
está centrado en lograr una idea bastante
acabada de los efectos adversos del trata- ‡ /D SURSRUFLyQ GH HYHQWRV HQ &RQ-
miento en cuestión, es aconsejable efec- trol (PEC) = riesgo en el grupo control
tuar una revisión de los reportes de casos a/(a+b)
disponibles en la literatura. ‡ /D SURSRUFLyQ GH HYHQWRV HQ ([SHUL-
Un aporte muy importante de la medici- mental (PEE) = riesgo en el grupo experi-
na basada en la evidencia es otorgar una mental c/(c+d)
VLJQL¿FDFLyQ FOtQLFD GH ODV GLIHUHQFLDV Con estos datos estamos en condiciones
que brinda un determinado tratamiento. de obtener:
En capítulos anteriores hemos mencio- ‡/DUHGXFFLyQGHULHVJRUHODWLYR 555 
nado al RR como un indicador de las = (PEC - PEE)/PEC
PRGL¿FDFLRQHVTXHVXIUHHOIHQyPHQRGH ‡/DUHGXFFLyQGHULHVJRDEVROXWR 55$ 
interés en función de la variable predicti- = PEC – PEE
va. Llevado al terreno de la terapéutica,
la mejor resolución de la enfermedad se- Con lo cual procedemos a estimar el
gún el tipo de tratamiento aplicado. Sin NNT=1/RRA
embargo, en términos de utilidad clínica
esta estimación no es adecuada ya que no También se puede extraer el IC de este
HVSHFL¿FDODPDJQLWXGGHOULHVJRDEVROXWR dato. Para ello debemos obtener el IC de
(RA). Para ello conviene calcular dos es- la RRA y luego se calcula el valor recípro-
Procesamiento y análisis de los resultados 139

co. Supongamos que se trata de un ensayo de impotencia terapéutica = NTI/NNT. De


clínico con dos grupos de pacientes, don- estar expuestos al canto de sirena, estos
de hemos obtenido una RRA del 6% (IC guarismos pueden preservarnos del atur-
95%, 3-12), el NNT será de 16 con un IC dimiento.
que va de 8.3 (100/12) a 33.3 (100/3). Para
HOFDVRGHFiOFXORVPiVVR¿VWLFDGRVHOOHF- 4.8 Pautas para estimar la calidad
tor puede recurrir a la bibliografía incluida de la evidencia
DO¿QDOGHOFDStWXOR
Hay circunstancias en que los resulta- Con las guías establecidas por el GRA-
dos se prestan a interpretaciones diversas. DE Working Group, se pretende deter-
Supongamos que hemos obtenido dos es- minar el grado de seguridad acerca de
timaciones de RRA una de 0.1 (IC 95% que el efecto estimado es correcto, y que
0.05 a 02) y otra de 0.5 (IC 95% -0.01 a adherir a la recomendación será más be-
0.8). Sólo el primero es estadísticamente QH¿FLRVRTXHSHUMXGLFLDO
VLJQL¿FDWLYR SRUTXH H[FOX\H HO   1R Las recomendaciones efectuadas por el
REVWDQWHHVSUREDEOHTXHHOVLJQL¿FDGRFOt- grupo se resumen a continuación:
nico sea más relevante en el segundo caso. Ź (Q XQD SULPHUD HWDSD VH GHEH HVWD-
La estadística Bayesiana ha ofrecido pro- blecer el proceso a seguir. Ello implica
cedimientos alternativos a este respecto, determinar cuáles son los problemas
aunque muchas veces difíciles de llevar a prioritarios, seleccionar el panel de ex-
la práctica. pertos y que cada uno declare si tiene
En analogía con el concepto del número FRQÀLFWRVGHLQWHUpVSDUD¿QDOPHQWHDO-
GH SHUVRQDV TXH GHEHQ VHU WUDWDGDV D ¿Q canzar un acuerdo del grupo que desarro-
de prevenir un fracaso por el tratamiento llará el trabajo.
instituido, hace unos años se ha provisto Ź/DVGRVDFWLYLGDGHVTXHVHVXFHGHQD
de un método que permite calcular la pro- esta primer fase son: 1) la revisión siste-
babilidad de efectos adversos por el trata- mática de la mejor evidencia disponible
miento instituido (el número de pacientes respecto de un fenómeno relevante para
que debe tratarse para ocasionar un efecto su posterior evaluación crítica; 2) la pre-
indeseable más). SDUDFLyQGHXQSHU¿OGHODHYLGHQFLDSDUD
Los ensayos clínicos llevados a cabo por el evento bajo análisis, según cada grupo
la industria proveen de hallazgos muy de riesgo, incluyendo la calidad de la eva-
valiosos. No obstante ello, hay que tener luación y un resumen de los hallazgos.
en cuenta que no siempre estos estudios Ź7UDVHOORVHSURFHGHDJUDGXDUODFDOL-
enfocan las cuestiones que son relevantes dad de la evidencia de lo cual se desprende
desde el punto de vista de la Salud Públi- el peso de las recomendaciones. Para ello
ca o de la situación clínica del paciente. El se tienen en cuenta los siguientes aspectos:
NNT pone un especial énfasis en cuanto
se necesita para salvar una vida, pero este ‡&DOLGDGGHODHYLGHQFLDSDUDFDGDUHVXO-
YDORUWDPELpQSRQHGHPDQL¿HVWRFXiQWRV tado, la misma se pondera en función del
VRQ WUDWDGRV VLQ H[SHULPHQWDU EHQH¿FLR resumen de la información que provee el
alguno. A raíz de ello, una publicación SHU¿OGHODHYLGHQFLD\FULWHULRVWDOHVFRPR
aparecida en Lancet propone calcular el diseño y calidad de los estudios, consisten-
número de pacientes tratados innecesa- cia de los hallazgos, número de pacientes,
riamente (NTI = NNT-1), o bien el índice magnitud del efecto e IC, entre otros.
140 Lo esencial en investigación clínica

‡,PSRUWDQFLDUHODWLYDGHORVUHVXOWDGRV(Q ¿HUHODLQWHUYHQFLyQDPHULWDVXFRVWR(V
HOSHU¿OGHODHYLGHQFLDVyORVHGHEHQLQFOXLU un aspecto muy importante a la hora de
los resultados relevantes, esto es, aquellos efectuar recomendaciones.
críticos o sustanciales. ‡ 3HVR GH OD UHFRPHQGDFLyQ /DV IRUPX-
‡&DOLGDGJOREDOGHODHYLGHQFLDYDOHGHFLU laciones al respecto deben basarse en el
estimar cuán valiosos son los resultados obte- QLYHO GH FRQ¿DELOLGDG GH TXH DGKHULU D
nidos en los distintos estudios contemplados. determinada pauta ocasionará más bene-
‡%DODQFHHQWUHULHVJR\EHQH¿FLR(QHVWH ¿FLRVTXHGHVYHQWDMDV
ítem se establecen cuatro categorías, bene- Ź&XPSOLGRVHVWRVUHTXLVLWRVHOSDVRVL-
¿FLRHYLGHQWHULHVJREHQH¿FLRQHJRFLDEOH guiente es delinear estrategias dirigidas a
incertidumbre sobre la negociabilidad en- lograr una implementación efectiva de las
WUHULHVJR\EHQH¿FLRRQREHQH¿FLR nuevas medidas, evaluar su aplicación y
‡%DODQFHHQWUHFRVWR\EHQH¿FLR/RFHQ- mantener al mismo tiempo una actualiza-
WUDOHQHVWHtWHPHVVLHOEHQH¿FLRTXHFRQ- ción de tales pautas.
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5

CAPíTULO
La preparación
del manuscrito

Al escribir estos párrafos, viene a nuestra los lectores adviertan el impacto potencial
memoria una recomendación que el be- de sus estudios. Cuando la importancia del
cario recibe a muy poco de haberse in- tema no es tan visible, generalmente se re-
corporado a un laboratorio de investiga- curre a datos epidemiológicos que ponen de
ciones: “El trabajo sólo concluye cuando relieve su trascendencia. Para citar algunos
se ha preparado el manuscrito para publi- ejemplos, 1) el notable incremento, a partir
car”. Es una instancia en la cual debemos de la última década, en la probabilidad de
aplicar algunas estrategias de marketing contraer determinada patología infecciosa;
para presentar los alcances de nuestra 2) enfermedades en las cuales la aparición
LQYHVWLJDFLyQ D OD FRPXQLGDG FLHQWt¿FD de fracasos terapéuticos se ha vuelto muy
Como guía, conviene tener en cuenta las IUHFXHQWH   QHFHVLGDG GH LGHQWL¿FDU ORV
preguntas que habitualmente nos formu- riesgos carcinogenéticos que implica la ex-
lamos en nuestro accionar diario, por qué posición cada vez más creciente a productos
lo hicimos, cómo y con qué lo llevamos a químicos utilizados por la industria o conta-
cabo, qué es lo novedoso y cuál es la re- minantes medioambientales; 4) afecciones
levancia de lo que observamos. Cuando que si bien no condicionan una mayor chan-
se dispone de la información según esta ce de muerte determinan discapacidades con
secuencia se terminan desarrollando las la consecuente repercusión socioeconómica.
4 secciones fundamentales del trabajo (QGH¿QLWLYDVHWUDWDGHSRQHUHQXQSULPHU
que se pretende publicar; esto es intro- plano los aspectos que le otorgan jerarquía
ducción, material y métodos, resultados al problema que se investiga.
y discusión. A continuación sobreviene lo que en lí-
neas generales se denomina estado de co-
5.1 Introducción nocimiento del tema. En este punto el in-
vestigador debe explayarse demostrando
Al presentar el tema que constituye el su amplio manejo de la temática, que nece-
objeto de nuestro estudio, el investigador sariamente se sustenta en la relevancia de
debe exponer desde el inicio los elemen- ODVUHIHUHQFLDVELEOLRJUi¿FDVLQFOXLGDV&R-
tos más salientes en torno a la relevancia nocer el problema en forma pormenorizada
del problema que se aborda. Es obvio permite exponer los puntos no totalmente
que los grupos abocados a los temas más aclarados, ofreciendo un espacio para las
candentes de la Medicina, por ejemplo, cuestiones que se vinculan con el objetivo
cáncer y enfermedades cardiovasculares, a enunciar posteriormente. Asimismo, los
QRKDOODUiQPD\RUHVGL¿FXOWDGHVSDUDTXH investigadores con antecedentes en el tema
148 Lo esencial en investigación clínica

hacen mención del grado de avance que ron para incorporar a los candidatos,
VLJQL¿FDQVXVSURSLDVLQYHVWLJDFLRQHVOR como así también de los procedimientos
cual contribuye a reforzar la imagen del GLDJQyVWLFRV TXH SHUPLWLHURQ LGHQWL¿FDU
grupo. Tras el desarrollo de estas ideas, a los enfermos. Para el caso de los es-
resta la exposición de la o las hipótesis y tudios observacionales (en particular de
los objetivos del estudio. casos y controles) es aconsejable que
A diferencia de los párrafos previos VH HVSHFL¿TXHQ GHELGDPHQWH ODV QRUPDV
donde el investigador suele explayarse aplicadas para la conformación del gru-
en sus consideraciones, la enunciación de po control. Según las características de
ambos tópicos debe redactarse del modo la investigación puede que sea necesario
más claro y concreto que sea posible. Por consignar el período durante el cual se
otro lado, la introducción del manuscri- reclutaron los participantes, sobre todo
to necesita estar ajustada a un hilo con- en los casos donde el factor tiempo o las
ductor, de modo que se establezca una variaciones estacionales pueden ejercer
secuencia ordenada y lógica de ideas DOJXQD LQÀXHQFLD VREUH HO IHQyPHQR HQ
que desemboque indefectiblemente en observación. Por otra parte, es importan-
la propuesta de trabajo. En el área de la te consignar que el protocolo cuenta con
investigación clínica, lo habitual es que la aprobación del Comité de Ética de la
esta sección tenga una extensión no ma- institución donde se radicó el estudio y
yor a dos páginas, preferiblemente una. que la inclusión de los participantes se
En consonancia con ciertas recomen- efectuó con posterioridad a la obtención
daciones del marketing algunos autores del consentimiento escrito informado.
DJUHJDQXQSiUUDIR¿QDODGHODQWDQGRORV Los párrafos siguientes están referidos
principales hallazgos del estudio. a la manera en que se evaluaron las va-
Como fuera comentado en el Capítulo 1, riables predictiva y de impacto. A modo
los estudios descriptivos no parten de un de ejemplo, si el objetivo fue determinar
presupuesto, sino que sirven para gene- el efecto del tratamiento con interferón
rar futuras hipótesis de trabajo. En estos alfa recombinante sobre el curso de la
FDVRVODMXVWL¿FDFLyQGHOHVWXGLRVHEDVD KHSDWLWLV&GHEHUiHVSHFL¿FDUVHODGRVLV
en la necesidad de conocer las caracterís- duración y características del interferón
ticas del fenómeno que nos ocupa. empleado, como así también los criterios
TXH VH XWLOL]DURQ SDUD GH¿QLU ORV p[LWRV
5.2 Material y métodos o fracasos terapéuticos. En general con-
viene adherir a los estándares internacio-
En casi todos los trabajos esta sección nalmente aceptados ya que esto facilita la
aparece desglosada en ítems referidos a comparación con otros estudios. Cuando
los participantes, los estudios efectuados ello no es posible, deberán exponerse los
y el análisis de la información. Tratándo- fundamentos que llevaron a adoptar otros
se de investigaciones clínicas es lógico criterios. Según las características de la
que el espacio destinado a describir la revista a la cual se somete el manuscri-
población en quienes se llevó a cabo el to, puede que sea necesario efectuar una
estudio merezca una atención especial. descripción exhaustiva de los procedi-
El documento debe brindar una infor- mientos empleados. La aplicación de
mación clara y concisa de los criterios WpFQLFDVVR¿VWLFDGDV\GH~OWLPDJHQHUD-
de inclusión y exclusión que se utiliza- ción favorece, aunque no siempre, que el
La preparación del manuscrito 149

trabajo aparezca publicado en una revista 5.3 Resultados


de mayor prestigio.
Retomando los conceptos vertidos en Si tuviéramos que resumir en pocas pala-
el Capítulo 1 sobre precisión y exactitud, bras el aspecto esencial de esta sección,
es aconsejable mencionar todas las me- coincidiríamos en que se trata de trans-
didas que se adoptaron para asegurar la mitir un mensaje claro e ilustrativo de los
calidad de las mediciones. Si se trata de hallazgos obtenidos. A poco de concurrir
una prueba de laboratorio suele indicarse a los seminarios de resultados, el becario
que las mediciones para cada una de las DSUHQGH TXH ODV WDEODV \ ¿JXUDV GHEHQ
muestras se efectuaron por duplicado o ser autocontenidas. A través de los co-
triplicado y que se consigna el promedio mentarios emitidos por los que asisten a
de las mismas. Algunos trabajos, incluso su presentación, nuestro joven entusiasta
SURYHHQHOFRH¿FLHQWHGHYDULDFLyQSDUD consigue entender, y a veces con dolor,
brindar una idea más acabada de la dis- que la audiencia se irrita cuando son pre-
persión de los datos. cisamente ellos quienes no entienden. La
La sección de Material y Métodos ge- buena predisposición del revisor de nues-
neralmente concluye con un párrafo de- tro manuscrito también tiende a esfumarse
dicado al análisis estadístico de los datos. si la forma en que hemos presentado los
(Q HVWH tWHP HV DFRQVHMDEOH HVSHFL¿FDU UHVXOWDGRVHVGH¿FLHQWH3RUORWDQWRPX-
todos los procedimientos que se aplica- cha atención al momento de preparar las
ron para lograr un tratamiento estadís- mostraciones.
ticamente adecuado de la información. /DGHFLVLyQGHRSWDUSRUWDEODVR¿JXUDV
Entre las cuestiones más salientes cabe depende de varios factores, las exigencias
indicar 1) si hubo necesidad de transfor- de la revista, las características de los da-
mar alguna variable; 2) qué pruebas se tos, y la magnitud de la información que
emplearon para las comparaciones de se ha recogido, entre los más importantes.
los datos cuali y cuantitativos; 3) cuáles Si en las instrucciones para los autores se
fueron las medidas de asociación entre determina un número máximo de 4 pre-
las variables predictiva y de impacto (ín- VHQWDFLRQHV HQWUH WDEODV \ ¿JXUDV  \ VH
dices de disparidad, riesgo relativo); 4) han efectuado numerosas determinacio-
qué técnicas se aplicaron para evaluar la nes de laboratorio, no cabe duda que la
SRWHQFLDO LQÀXHQFLD GH DOJ~Q )& VREUH tabla es más adecuada para ese quantum
los resultados de las comparaciones (por de información. Aunque no conviene car-
ejemplo, regresión logística o regresión JDUFRQGHPDVLDGDVWDEODVTXHGL¿FXOWDQ
múltiple) y 5) a partir de qué valor de P el seguimiento del trabajo y hacen que el
se consideró que la diferencia era estadís- lector pierda interés en verlo.
WLFDPHQWH VLJQL¿FDWLYD (VWH FRPHQWDULR /D)LJXUDSRUVXSDUWHFRQ¿HUHXQHIHF-
viene a colación puesto que en algunos to visual que es muy adecuado cuando
estudios donde se deben efectuar muchas se quiere poner énfasis en un resultado.
comparaciones estadísticas, generalmen- Cuando se desea marcar los contrastes en-
te el valor límite de P no se ubica al 0.05 tre los resultados de un grupo respecto del
sino por debajo de ese nivel a efectos de RWUR HO JUi¿FR GH EDUUDV HV DSURSLDGR$
reducir la probabilidad de que alguna di- PRGRGHHMHPSORHQODJUi¿FDVHKD-
IHUHQFLDVLJQL¿FDWLYDORVHDVLPSOHPHQWH llan representadas la media más el error es-
por azar. tándar de las concentraciones de factor de
150 Lo esencial en investigación clínica

necrosis tumoral alfa (FNT-alfa, columna VLJQL¿FDWLYDPHQWH PD\RUHV HQ ORV HQIHU-
y el segmento de la recta, respectivamen- mos avanzados.
te) presentes en el suero de pacientes con En las investigaciones donde los pacien-
WXEHUFXORVLV \ FRQWUROHV VDQRV /D ¿JXUD tes son estudiados en diferentes oportu-
muestra con claridad que los niveles de nidades puede ser útil la representación
HVWDFLWRFLQDVRQVLJQL¿FDWLYDPHQWHVXSH- que se ofrece en la Figura 5.3. En ella se
riores en los enfermos avanzados. Por su muestran las concentraciones sanguíneas
SDUWHHOJUi¿FRGHWRUWDHV~WLOSDUDUHVXPLU de FNT-alfa en dos grupos de enfermos
los hallazgos, especialmente si los valores tuberculosos, que fueron evaluados previo
que toma la variable no son demasiados. a la iniciación y tras 30 días de tratamiento
con dos esquemas distintos de drogas anti-
tuberculosas (A y B).
/DJUi¿FDGHODSRVLEOHVLWXDFLyQPXHV-
&.4 ALFA P tra que si bien se produce una caída en los
-EDIAÕESPGML

 valores de esta citocina con la administra-


FLyQ GH OD WHUDSLD HVSHFt¿FD HO GHVFHQVR
es superior en los pacientes tratados con
 el esquema A.
/D XWLOL]DFLyQ GH OD ¿JXUD HV XQ UHFXU-
so ineludible cuando se quiere representar
la correlación entre dos variables. El caso

S
S

S
DO

DO
OLE

ERA

ZA
NTR

&.4 ALFA
AN
OD
#O

!V
-

)LJXUD . Niveles circulantes de factor de necrosis


tumoral alfa (FNT-alfa) en enfermos tuberculosos 
(moderados y avanzados) y controles sanos.
0ICOGRAMOSML

En los casos donde a pesar de registrarse 


XQD GLIHUHQFLD HVWDGtVWLFDPHQWH VLJQL¿-
cativa la variable muestra una dispersión
bastante acentuada, es preferible mostrar 
los datos individuales. Un ejemplo de esta
situación se muestra en la Figura 5.2 don-
de se representan las concentraciones de
FNT-alfa que se midieron en los sobrena- 

OS

S
LES

DO

dantes de cultivo de las células periféricas


D
RO

ERA

ZA
NT

AN

mononucleares de enfermos tuberculosos.


OD
#O

!V
-

En este caso la línea que se traza para cada


tipo de pacientes representa la media de )LJXUD . Niveles de FNT-alfa en sobrenandan-
tes de cultivo de células mononucleares de sangre
las mediciones dentro de ese grupo. Las
periférica obtenidas de pacientes con tuberculosis
comparaciones estadísticas indican, nue- pulmonar de diferente severidad (moderados y
vamente, que los valores de FNT-alfa son avanzados) y controles sanos.
La preparación del manuscrito 151

$IFERENCIAENTRELOSD¤ASY 
 *˜VENES


)&. GPGML
!DULTAS



&.4 ALFAPGML





   
4RATAMIENTO! 4RATAMIENTO"
$¤AS0I
)LJXUD . Niveles de interferón gamma (IFN-g,
)LJXUD . Concentraciones séricas de FNT-alfa en pg/ml) en animales infectados con Trypanosoma
enfermos con tuberculosis pulmonar previo y 1 mes FUX]L de distintas edades. El cuadrado representa la
GHVSXpVGHLQLFLDGRHOWUDWDPLHQWRHVSHFt¿FR media y la barra el desvío estándar.

que se ilustra en la Figura 5.4, está referido a


un ejemplo hipotético en pacientes con artri-
tis reumatoidea donde se muestra que los ni-
veles circulantes de FNT-alfa se asocian po-
sitivamente con el peso factor, un parámetro
que estima la severidad de la enfermedad.
Para el caso en que tenemos múltiples ob-
$IFERENCIAENTRELOSD¤ASY
servaciones de la variable a lo largo del es-
 WXGLRFRQYLHQHHPSOHDUHOJUi¿FRGHOtQHDV
que se muestra en la Figura 5.5.
De constituir un verdadero escollo, la
.IVELESDE&.4PGML

 HODERUDFLyQGHORVJUi¿FRVSRUPHGLRGH
los diversos programas de computación
disponibles en la actualidad ha pasado a
 ser una actividad quasi lúdica, en la que se
advierte un número cada vez más crecien-
te de fanáticos.

 5.4 Discusión










0ESOFACTORUNIDADESARBITRARIAS Para utilizar una expresión muy frecuenta-


GDHQQXHVWURVGtDVSRGHPRVD¿UPDUTXH
)LJXUD . Correlación entre los niveles de FNT y es la sección más trabajada del manus-
peso factor en pacientes con AR FULWR(OORQRVLJQL¿FDTXHGHEDSULPDUOD
152 Lo esencial en investigación clínica

erudición, sobre todo en la actualidad, ya tecología. De modo que sólo nos referi-
que los espacios asignados por las revis- remos a los procedimientos comúnmente
tas se han reducido ostensiblemente. más utilizados en el área biomédica. Pre-
Es difícil trazar una recomendación glo- vio a la aparición de las computadoras e
bal para que los autores expresen todo lo Internet, los investigadores recurríamos
que pretenden decir sin perder coherencia a dos fuentes principales de información,
y unidad. A pesar de ello, se puede esta- Index Medicus y Current Contents. Quie-
blecer una serie de prioridades que con- QHVWHQHPRVDOJXQRVDxRVHQHOR¿FLRUH-
viene tener en cuenta al momento de la cordamos perfectamente aquellos pesados
redacción. Las mismas están referidas a: volúmenes impresos en papel Biblia edita-
‡ 6HxDODU FRQ FODULGDG \ FRQWXQGHQFLD dos por la National Library of Medicine,
cuál ha sido lo novedoso en nuestro es- cuyas búsquedas demandaban horas. Una
tudio. vez obtenida la referencia el paso siguiente
‡ (VWDEOHFHU TXp LQWHUSUHWDFLyQ SRGH- era ubicar la biblioteca donde se hallaba la
mos darle a los hallazgos. revista. El Current Contents ofrecía la ven-
‡&RPHQWDUFyPRVHUHODFLRQDQORVUH- taja, y lo sigue haciendo, de consignar la
sultados con los conocimientos actuales dirección del autor a quien se le solicitaba
sobre el tema. un apartado de dicha publicación.
‡ ,QGLFDU OD SRWHQFLDO WUDVFHQGHQFLD R Felizmente en nuestros días el proble-
aplicabilidad clínicas que pudieran tener. PD VH KD VLPSOL¿FDGR PXFKR 1R VRQ
pocas las bibliotecas que ofrecen la con-
Es conveniente cerrar la discusión con sulta de los Medline (versión electrónica
un párrafo donde se sinteticen los puntos de los Index Medicus) y lo que antes de-
centrales de la investigación. En muchos mandaba horas hoy se halla disponible,
trabajos se puede observar una concor- en cuestión de minutos, en la pantalla del
dancia entre los contenidos aquí expre- monitor. Algo parecido ocurre con la ver-
sados y el título del manuscrito que en sión en diskette o CD Rom de Current
GH¿QLWLYD HV el telegrama sobre lo que Contents. Con la lista de referencias y la
se llevó a cabo o se descubrió. Los gru- posibilidad de acceder a Internet pode-
pos con trayectoria en el tema suelen mos visitar sitios de la red (por ejemplo
concluir con una frase donde adelantan www.freemedicaljournals.com) donde se
las investigaciones que se han puesto en puede acceder a cientos de publicaciones
marcha para analizar los planteamientos periódicas, que tras unos meses de apa-
surgidos del estudio actual. Como en las recido el trabajo ofrecen la versión com-
jornadas de la tetralogía, ¡por qué no pleta del artículo. Las universidades na-
anunciar nuestra intención de hallar un cionales están relacionadas con un sitio
héroe capaz de rescatar a Brunilda de su de la Secretaría de Ciencia y Técnica de
condenado sueño! la Nación por el cual se puede acceder a
lista de publicaciones de Elsevier (Scien-
5.5 Referencias ce Direct) y Springer Verlag. Más allá
de los trabajos que uno pueda acumular,
Más que un capítulo de la metodología ningún recurso informático podrá suplir
propiamente dicha, la estrategia para la el criterio profesional para decidir cuáles
REWHQFLyQ GH LQIRUPDFLyQ ELEOLRJUi¿FD son los trabajos que ameritan ser citados
es una actividad perteneciente a la Biblio- en nuestro manuscrito.
La preparación del manuscrito 153

Un punto que se torna cada vez más álgido &KqGXQTXH"8QDSDUROD


está referido a la elección de la revista donde &KHFqLQTXHVWDSDUROD"
mandaremos a publicar el trabajo. Los más &qGHOODULDFKHYXROD
adentrados en estos quehaceres, conocimos Bel costrutto!
una época hasta cierto punto romántica, don- /RQRUHORSXzVHQWLUFKLqPRUWR"1R
de la jerarquía del trabajo importaba mucho Vive sol coi vivi?
más que la revista donde aparecía publicado. 1HSSXUHSHUFKHDWRUWRORJRQ¿DP
En la actualidad la cientimetría globalizadora le lusinghe,
aconseja, permítasenos el eufemismo, tener ORFRUURPSHORUJRJOLR
en cuenta el factor de impacto de la revista. ODPPRUEDQOHFDOXPQLH
Para quien desee conocer más al respecto, e per me non ne voglio!
una publicación muy reciente (Biomedical No, no, no, no, no, no!
'LJLWDO/LEUDULHV 2005; 2: 7) brinda informa- Ma, per tornare a voi furfanti,
ción en torno al modo en que se calcula dicho Ho atesso troppo e vi discaccio.
índice, como así también las bondades y des-
ventajas del mismo. $FWR,¿QDOGHODSULPHUDSDUWHGHOD
Dependiendo de una serie de factores mu- Opera Falstaff, Libreto de Arrigo Boito,
FKDVYHFHVLPSRQGHUDEOHV¿QDOPHQWHDUULED sobre un texto de William Shakespeare)
una nota del Editor de la revista donde nos
comunica que el trabajo ha sido aceptado 'HFODUDFLyn GH +HOVLnNL
para su publicación. Es un instante de grati- GH OD AVoFLDFLyn 0pGLFD 0XnGLDO
¿FDFLyQ\DOLYLRTXHUHQXHYDHOiQLPRSDUD
seguir adelante. Principios éticos para las investigaciones
La actividad del investigador está inde- médicas en seres humanos
fectiblemente ligada al conocimiento de las Adoptada por la 18ª Asamblea Médica
proposiciones temporalmente aceptadas ya Mundial Helsinki, Finlandia, Junio 1964.
que el acceso a la verdad es un anhelo poco Enmendada por la 29ª Asamblea Médica
probable, sino imposible, de cristalizar. Lo Mundial Tokio, Japón, Octubre 1975,
desconocido supera con creces a lo sabido, 35ª Asamblea Médica Mundial Venecia,
de modo que nuestras especulaciones e in- Italia, Octubre 1983,
terpretaciones bien pueden ser erróneas. Ma- 41ª Asamblea Médica Mundial Hong
nejar el método nos tiene que alertar de que Kong, Septiembre 1989,
ODD¿UPDFLyQWLHQHVXVOLPLWDFLRQHV6HDPRV 48ª Asamblea General Somerset West,
precavidos porque de lo contrario comienzan Sudáfrica, Octubre 1996 y
a operar los confounders de engreimiento, 52ª Asamblea General Edimburgo, Esco-
¡para los cuales no existen técnicas de ajuste! cia, Octubre 2000

Che onore? Che onor? A. INTRODUCCIÓN


Che onor! Che ciancia! Che baia! 1. La Asociación Médica Mundial ha pro-
3XzORQRUHULHPSLUYLODSDQFLD"1R mulgado la Declaración de Helsinki como
3XzORQRUHULPHWWHUYLXQRVWLQFR" una propuesta de principios éticos que sir-
Non puo van para orientar a los médicos y a otras
Né un piede? No. Né un dito? No personas que realizan investigación médica
Né un capello? No en seres humanos. La investigación médi-
/RQRUQRQqFKLUXUJR ca en seres humanos incluye la investiga-
154 Lo esencial en investigación clínica

ción del material humano o de información individuales. Algunas poblaciones some-


LGHQWL¿FDEOHV tidas a la investigación son vulnerables y
2. El deber del médico es promover y ve- necesitan protección especial. Se deben
lar por la salud de las personas. Los cono- reconocer las necesidades particulares de
cimientos y la conciencia del médico han los que tienen desventajas económicas y
de subordinarse al cumplimiento de ese médicas. También se debe prestar aten-
deber. ción especial a los que no pueden otor-
3. La Declaración de Ginebra de la Aso- gar o rechazar el consentimiento por sí
ciación Médica Mundial vincula al médico mismos, a los que pueden otorgar el con-
con la fórmula “velar solícitamente y ante sentimiento bajo presión, a los que no se
todo por la salud de mi paciente”, y el Có- EHQH¿FLDUiQSHUVRQDOPHQWHFRQODLQYHV-
GLJR,QWHUQDFLRQDOGHeWLFD0pGLFDD¿UPD tigación y a los que tienen la investiga-
que: “El médico debe actuar solamente en ción combinada con la atención médica.
el interés del paciente al proporcionar aten- 9. Los investigadores deben conocer los
ción médica que pueda tener el efecto de requisitos éticos, legales y jurídicos para
debilitar la condición mental y física del la investigación en seres humanos en sus
paciente”. propios países, al igual que los requisi-
4. El progreso de la medicina se basa en tos internacionales vigentes. No se debe
la investigación, la cual, en último término, permitir que un requisito ético, legal o
tiene que recurrir muchas veces a la expe- jurídico disminuya o elimine cualquiera
rimentación en seres humanos. medida de protección para los seres hu-
5. En investigación médica en seres hu- manos establecida en esta Declaración.
manos, la preocupación por el bienestar de
los seres humanos debe tener siempre pri- B. PRINCIPIOS BÁSICOS PARA
macía sobre los intereses de la ciencia y de TODA INVESTIGACIÓN MÉDICA
la sociedad. 10. En la investigación médica, es deber
6. El propósito principal de la investiga- del médico proteger la vida, la salud, la
ción médica en seres humanos es mejorar intimidad y la dignidad del ser humano.
los procedimientos preventivos, diagnósti- 11. La investigación médica en seres hu-
cos y terapéuticos, y también comprender la manos debe conformarse con los princi-
etiología y patogenia de las enfermedades. SLRVFLHQWt¿FRVJHQHUDOPHQWHDFHSWDGRV
Incluso, los mejores métodos preventivos, y debe apoyarse en un profundo conoci-
diagnósticos y terapéuticos disponibles PLHQWR GH OD ELEOLRJUDItD FLHQWt¿FD HQ
deben ponerse a prueba continuamente a otras fuentes de información pertinentes,
través de la investigación para que sean así como en experimentos de laboratorio
H¿FDFHVHIHFWLYRVDFFHVLEOHV\GHFDOLGDG correctamente realizados y en animales,
7. En la práctica de la medicina y de la cuando sea oportuno.
investigación médica del presente, la ma- 12. Al investigar, hay que prestar aten-
yoría de los procedimientos preventivos, ción adecuada a los factores que puedan
diagnósticos y terapéuticos implican algu- perjudicar el medio ambiente. Se debe
nos riesgos y costos. cuidar también del bienestar de los ani-
8. La investigación médica está sujeta males utilizados en los experimentos.
a normas éticas que sirven para promo- 13. El proyecto y el método de todo
ver el respeto a todos los seres humanos procedimiento experimental en seres hu-
y para proteger su salud y sus derechos manos debe formularse claramente en un
La preparación del manuscrito 155

protocolo experimental. Éste debe enviar- 17. Los médicos deben abstenerse de par-
se, para consideración, comentario, conse- ticipar en proyectos de investigación en
jo, y cuando sea oportuno, aprobación, a un seres humanos, a menos que estén seguros
comité de evaluación ética especialmente de que los riesgos inherentes han sido ade-
designado, que debe ser independiente del cuadamente evaluados y de que es posible
investigador, del patrocinador o de cual- hacerles frente de manera satisfactoria. De-
TXLHU RWUR WLSR GH LQÀXHQFLD LQGHELGD 6H ben suspender el experimento en marcha si
sobreentiende que ese comité independien- observan que los riesgos que implican son
te debe actuar en conformidad con las leyes PiV LPSRUWDQWHV TXH ORV EHQH¿FLRV HVSH-
y reglamentos vigentes en el país donde se rados o si existen pruebas concluyentes de
realiza la investigación experimental. El UHVXOWDGRVSRVLWLYRVREHQH¿FLRVRV
comité tiene el derecho de controlar los 18. La investigación médica en seres hu-
ensayos en curso. El investigador tiene la manos sólo debe realizarse cuando la impor-
obligación de proporcionar información tancia de su objetivo es mayor que el riesgo
del control al comité, en especial sobre inherente y los costos para el individuo. Esto
todo incidente adverso grave. El investi- es especialmente importante cuando los se-
gador también debe presentar al comité, res humanos son voluntarios sanos.
SDUDTXHODUHYLVHODLQIRUPDFLyQVREUH¿- 19. La investigación médica sólo se jus-
QDQFLDPLHQWR SDWURFLQDGRUHV D¿OLDFLRQHV WL¿FD VL H[LVWHQ SRVLELOLGDGHV UD]RQDEOHV
LQVWLWXFLRQDOHVRWURVSRVLEOHVFRQÀLFWRVGH de que la población, sobre la que la inves-
interés e incentivos para las personas del WLJDFLyQ VH UHDOL]D SRGUi EHQH¿FLDUVH GH
estudio. sus resultados.
14. El protocolo de la investigación debe 20. Para tomar parte en un proyecto de
hacer referencia siempre a las considera- investigación, los individuos deben ser
ciones éticas que fueran del caso, y debe participantes voluntarios e informados.
indicar que se han observado los principios 21. Siempre debe respetarse el derecho
enunciados en esta Declaración. de los participantes en la investigación
15. La investigación médica en seres a proteger su integridad. Deben tomarse
humanos debe ser llevada a cabo sólo por toda clase de precauciones para resguardar
SHUVRQDVFLHQWt¿FDPHQWHFDOL¿FDGDV\EDMR ODLQWLPLGDGGHORVLQGLYLGXRVODFRQ¿GHQ-
la supervisión de un médico clínicamente cialidad de la información del paciente y
competente. La responsabilidad de los se- para reducir al mínimo las consecuencias
res humanos debe recaer siempre en una de la investigación sobre su integridad fí-
persona con capacitación médica, y nun- sica y mental y su personalidad.
ca en los participantes en la investigación, 22. En toda investigación en seres hu-
aunque hayan otorgado su consentimiento. manos, cada individuo potencial debe re-
16. Todo proyecto de investigación mé- cibir información adecuada acerca de los
dica en seres humanos debe ser precedido REMHWLYRV PpWRGRV IXHQWHV GH ¿QDQFLD-
de una cuidadosa comparación de los ries- PLHQWR SRVLEOHV FRQÀLFWRV GH LQWHUHVHV
JRVFDOFXODGRVFRQORVEHQH¿FLRVSUHYLVL- D¿OLDFLRQHV LQVWLWXFLRQDOHV GHO LQYHVWLJD-
bles para el individuo o para otros. Esto GRU EHQH¿FLRV FDOFXODGRV ULHVJRV SUHYL-
no impide la participación de voluntarios sibles e incomodidades derivadas del ex-
sanos en la investigación médica. El dise- perimento. La persona debe ser informada
ño de todos los estudios debe estar dispo- del derecho de participar o no en la inves-
nible para el público. tigación y de retirar su consentimiento en
156 Lo esencial en investigación clínica

cualquier momento, sin exponerse a re- otorgar su consentimiento informado deben


presalias. Después de asegurarse de que el ser estipuladas en el protocolo experimental
individuo ha comprendido la información, que se presenta para consideración y apro-
el médico debe obtener entonces, preferi- bación del comité de evaluación. El proto-
blemente por escrito, el consentimiento colo debe establecer que el consentimiento
informado y voluntario de la persona. Si para mantenerse en la investigación debe
el consentimiento no se puede obtener por obtenerse a la brevedad posible del indivi-
escrito, el proceso para lograrlo debe ser duo o de un representante legal.
documentado y atestiguado formalmente. 27. Tanto los autores como los editores
23. Al obtener el consentimiento infor- tienen obligaciones éticas. Al publicar los
mado para el proyecto de investigación, resultados de su investigación, el investi-
el médico debe poner especial cuidado gador está obligado a mantener la exactitud
cuando el individuo está vinculado con él de los datos y resultados. Se deben publi-
por una relación de dependencia o si con- car tanto los resultados negativos como los
siente bajo presión. En un caso así, el con- positivos o de lo contrario deben estar a la
sentimiento informado debe ser obtenido disposición del público. En la publicación
por un médico bien informado que no par- VH GHEH FLWDU OD IXHQWH GH ¿QDQFLDPLHQWR
ticipe en la investigación y que nada tenga D¿OLDFLRQHV LQVWLWXFLRQDOHV \ FXDOTXLHU SR-
que ver con aquella relación. VLEOH FRQÀLFWR GH LQWHUHVHV /RV LQIRUPHV
24. Cuando la persona sea legalmente sobre investigaciones que no se ciñan a los
incapaz, o inhábil física o mentalmente de principios descritos en esta Declaración no
otorgar consentimiento, o menor de edad, deben ser aceptados para su publicación.
el investigador debe obtener el consenti-
miento informado del representante legal y C. PRINCIPIOS APLICABLES
de acuerdo con la ley vigente. Estos grupos CUANDO LA INVESTIGACIÓN
no deben ser incluidos en la investigación a MÉDICA SE COMBINA CON LA
menos que ésta sea necesaria para promo- ATENCIÓN MÉDICA
ver la salud de la población representada y 28. El médico puede combinar la inves-
esta investigación no pueda realizarse en tigación médica con la atención médica,
personas legalmente capaces. sólo en la medida en que tal investigación
25. Si una persona considerada incom- DFUHGLWHXQMXVWL¿FDGRYDORUSRWHQFLDOSUH-
petente por la ley, como es el caso de un ventivo, diagnóstico o terapéutico. Cuando
menor de edad, es capaz de dar su asenti- la investigación médica se combina con la
miento a participar o no en la investigación, atención médica, las normas adicionales se
el investigador debe obtener, además, el aplican para proteger a los pacientes que
consentimiento del representante legal. participan en la investigación.
26. La investigación en individuos de los /RVSRVLEOHVEHQH¿FLRVULHVJRVFRV-
que no se puede obtener consentimiento, in- WRV\H¿FDFLDGHWRGRSURFHGLPLHQWRQXHYR
cluso por representante o con anterioridad, deben ser evaluados mediante su compa-
se debe realizar sólo si la condición física/ ración con los mejores métodos preventi-
mental que impide obtener el consentimien- vos, diagnósticos y terapéuticos existen-
to informado es una característica necesaria tes. Ello no excluye que pueda usarse un
de la población investigada. Las razones placebo, o ningún tratamiento, en estudios
HVSHFt¿FDV SRU ODV TXH VH XWLOL]DQ SDUWLFL- para los que no hay procedimientos pre-
pantes en la investigación que no pueden ventivos, diagnósticos o terapéuticos proba-
La preparación del manuscrito 157

dos. (En Octubre de 2001 la AMM publicó NOTA DE CLARIFICACIÓN DEL


XQDQRWDGHFODUL¿FDFLyQVREUHHVWHDUWtFXOR PÁRRAFO 29 DE LA PRESENTE
TXHVHLQFOX\HDO¿QDO DECLARACIÓN
$O¿QDOGHODLQYHVWLJDFLyQWRGRVORV La AMM expresa su preocupación por-
pacientes que participan en el estudio deben que el párrafo 29 de la Declaración de
tener la certeza de que contarán con los me- Helsinki revisada (octubre 2000) ha dado
jores métodos preventivos, diagnósticos y lugar a diferentes interpretaciones y po-
WHUDSpXWLFRVSUREDGRV\H[LVWHQWHVLGHQWL¿- sible confusión. Se debe tener muchísi-
cados por el estudio. mo cuidado al utilizar ensayos con pla-
31. El médico debe informar cabalmente cebo y, en general, esta metodología sólo
al paciente los aspectos de la atención que se debe emplear si no se cuenta con una
tienen relación con la investigación. La ne- terapia probada y existente. Sin embargo,
gativa del paciente a participar en una in- los ensayos con placebo son aceptables
vestigación nunca debe perturbar la relación éticamente en ciertos casos, incluso si se
médico-paciente. dispone de una terapia probada y si se
32. Cuando en la atención de un enfermo cumplen las siguientes condiciones:
los métodos preventivos, diagnósticos o - Cuando por razones metodológicas,
WHUDSpXWLFRV SUREDGRV KDQ UHVXOWDGR LQH¿- FLHQWt¿FDV\DSUHPLDQWHVVXXVRHVQHFH-
caces o no existen, el médico, con el con- VDULRSDUDGHWHUPLQDUODH¿FDFLD\ODVH-
sentimiento informado del paciente, puede guridad de un método preventivo, diag-
permitirse usar procedimientos preventivos, nóstico o terapéutico o bien:
diagnósticos y terapéuticos nuevos o no - Cuando se prueba un método preven-
comprobados, si, a su juicio, ello da alguna tivo, diagnóstico o terapéutico para una
esperanza de salvar la vida, restituir la salud enfermedad de menos importancia que
o aliviar el sufrimiento. Siempre que sea po- no implique un riesgo adicional, efectos
sible, tales medidas deben ser investigadas adversos graves o daño irreversible para
D¿QGHHYDOXDUVXVHJXULGDG\H¿FDFLD(Q los pacientes que reciben el placebo.
todos los casos, esa información nueva debe Se deben seguir todas las otras dispo-
ser registrada y, cuando sea oportuno, publi- siciones de la Declaración de Helsinki,
cada. Se deben seguir todas las otras normas en especial la necesidad de una revisión
pertinentes de esta Declaración. FLHQWt¿FD\pWLFDDSURSLDGD
Índice Analítico

s! Discusión, 151


Análisis de la variancia, 116 Distribución normal, 111, 113, 116
Análisis de la variancia de Friedman, 116 Drug Investigator Brochure, 93
Análisis de la variancia de Kruskall-Wallis, 116
Análisis de los riesgos proporcionales s%
(Regresión de Cox), 127 Efecto período, 86
Análisis interinos, 37, 127 Efectos adversos, 24
Análisis estadístico, 107, 109, 137 Graduación, 103
$QiOLVLVHVWUDWLÀFDGR (ÀFDFLD
Análisis multivariado, 121 Cálculo, 122, 123
Área bajo la curva, 128 Ensayo cruzado, 85
Aspectos éticos, 90 Ensayos clínicos, 17, 65
Diseño, 78
s" Preventivos, 65, 80
Bayesianismo, 108 Terapéuticos, 75
Bonferroni corrección, 107 Ensayo Clínico vs. Cohorte, 87
Bradford Hill, 58 Entrevistas, 26, 29
Epi Info, 37
s# Error aleatorio, 19, 25, 30
Calidad de la evidencia, 139 Error sistemático o sesgo, 19, 55
Casos y controles, 17, 49 Error estándar, 52, 69, 111, 117, 149
Casos y controles anidados, 41, 50 (UURUWLSR, ơ 
Causalidad, 55 (UURUWLSR,, Ƣ 
Cochrane, 131 Escalas, 28
Códigos, 28 (VSHFLÀFLGDG
&RHÀFLHQWHGHGHVLJXDOGDGUHODWLYD Estado de conocimiento del tema, 147
(Odds Ratio), 51, 123, 133 Estudios clínicos, fases, 76
&RHÀFLHQWHGHYDULDFLyQ Estudios bidireccionales, 40
Cohortes, 17, 39 Estudios descriptivos, 17, 30, 148
Comité de Bioética, 22, 91, 92 Estudios pre-clínicos, 76
Consentimiento escrito informado, 91, 93 Estudios prospectivos, 39
Correlación, 34, 113, 151 Estudios retrospectivos, 40
Criterios de inclusión, 41, 84, 99, 100 Estudios transversales, 17, 45
Criterios de exclusión, 41, 50, 84, 99, 100 Ética, 90, 101
Criterios de evaluación, 24 Exactitud, 25
Cuestionarios, 26 Exposición, 39, 40, 41, 42, 46, 47, 54, 55,
Current Contents, 152 57, 59, 60, 61
Curva ROC, 70
s&
s$ Factibilidad, 20, 21
Datos secundarios, 29 Factores de error
Declaración de Helsinki, 153  &ODVLÀFDFLyQ
Desvío estándar, 25, 110 Diseño, 20
160 Lo esencial en investigación clínica

Implementación, 20 Muestra, 22, 40, 41, 49, 50, 53, 59


Medición, 19, 55 Muestreo, 23
Muestreo, 19, 53 Errores, 53
Sistemático, 19
Factor de confusión (confounder), 32, 40, 42, s.
45, 118, 119, 121, 136 No participación, 43
Factor de riesgo, 39, 45, 46, 52, 55, 59 Número necesario a tratar, 138
Falta de seguimiento, 43
FDA, 78 s/
Figuras, 149 Observacional, 17
Fracción etiológica, 53 Objetivos, 22
Fracción preventiva, 123 OR diagnóstico, 69
Funnel plot, 132
s0
s( Placebo, 83
Hazard ratio, 125 Población, 22
Hipótesis, 30 Poder del estudio, 31, 108, 130
Precisión, 25
s) Preguntas abiertas, 28
Incidencia, 40, 44, 50 Preguntas cerradas, 28
Index Medicus, 152 Preguntas directas e indirectas, 28
Inconsistencia, 135 Prevalencia, 45
Indicadores de MBE, 137 Prevalencia relativa, 47
Índice de reclutamiento, 84 Probabilidad previa, 68
Inocuidad, 76, 77, 78, 84, 93 Protocolo de ensayo clínico, 99
Intención de tratar, 128 3UXHEDGHƷ
Interacciones, 57, 115 Prueba de Fisher, 26, 116
,QWHUYDORROtPLWHGHFRQÀDQ]D Prueba de la Q de Cochran, 114, 116
107, 111, 112, 124, 133, 135, 138, 139 Prueba de la t de Student, 26, 34, 113,
116
s, Prueba de la U de Mann-Whitney, 26, 113,
Logaritmo OR, 133 116
Prueba de Mantel-Haenszel, 119
s- Prueba de McNemar, 114, 116
Magnitud del efecto, 31, 77, 83 Prueba de Wilcoxon, 113, 116
Manuscrito, 147 Prueba del intervalo logarítmico (logrank
Material y Métodos, 148 test), 125
Media, 26, 44, 110 Prueba kappa, 73
Mediana, 26, 110 Pruebas estadísticas, 112, 113, 116
Medicina basada en la evidencia, 137 paramétricas, 112
Mediciones, 26, 41, 50, 110, 148 no paramétricas, 112
Medline, 152 Pruebas diagnósticas, 65
Meta-análisis, 131 Fases, 72
Método de Kaplan-Meier, 125 Puntajes, 28
0RGLÀFDGRUHVGHHIHFWR Punto o título de corte, 70
Indice Analítico 161

s2 Sesgo de selección, 19, 43, 47, 53, 90


Randomización, 79 6LJQLÀFDFLyQHVWDGtVWLFD
Bloques permutados, 81
Desigual, 82 s4
(VWUDWLÀFDGD Tabla de contingencia, 115
Listas, 81 Tablas, 149
Minimización, 82 Tamaño muestral, 33, 34, 35, 36, 71, 77, 81, 82, 87
Rango, 110, 130 Terceras variables, 57
Razón de probabilidad, 67 Tipos de mediciones, 26
Referencias, 152
Reglas de la buena práctica clínica, 93 s6
Regresión de Cox, 127 Validez del estudio, 18, 40, 41, 42, 43,
Regresión logística, 121 51, 60
Regresión múltiple, 121 Validez interna, 18
Reproducibilidad, 73 Valor delta, 79
Resultados, 149 Valor predictivo, 68
Riesgo atribuible, 45 Positivo, 68
Riesgo relativo, 44, 52 Negativo, 68
Variable de impacto o dependiente 42, 56,
s3 57, 60, 107, 109, 115, 117, 120, 123, 133
Secuencia, 18 Variable predictiva o independiente, 40, 41,
Seguridad, 100, 103 45, 46, 50, 52, 53, 107, 109, 115, 121, 138
Sensibilidad, 66 Variancia explicada, 113

ERRNVPHGLFRVRUJ

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