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FUNDAMENTO TEÓRICO:

Métodos de análisis por titulación


Los métodos titulométricos cuantitativos son de tres tipos: volumétrico,
gravimétrico y coulombimétrico. El método volumétrico es el más utilizado

El análisis volumétrico

 La valoración
Se utiliza para determinar la concentración desconocida de un reactivo conocido
y lo que se hace es medir el volumen de una solución patrón (“valorante” o
“titulante patrón”) de concentración conocida que se necesita para reaccionar
completamente con el analito, de concentración desconocida. Se le conoce
como análisis volumétrico debido a que las medidas de volumen juegan un papel
fundamental en las titulaciones. Utilizando una bureta calibrada para añadir el
valorante es posible determinar la cantidad exacta que se ha consumido cuando
se alcanza el punto final. El punto final es el punto en el que se le da fin a la
valoración, y se determina mediante el uso de un indicador. Idealmente es el
mismo volumen que en el punto de equivalencia el número de moles de
valorante añadido es igual al número de moles de analito.

Preparación de una muestra para titulación

En una titulación, tanto la sustancia patrón, como el analito deben estar en fase
líquida (o en disolución). Si la muestra no es un líquido o una disolución, debe
disolverse. Si el analito está muy concentrado en la muestra a analizar, suele
diluirse. Aunque la mayoría de las titulaciones se llevan a cabo en
disolución acuosa, pueden usarse otros disolventes como ácido acético o etano
l con igual finalidad, para determinados análisis. Una cantidad medida de
muestra se coloca en un frasco donde se disuelve y se diluye si es necesario. El
resultado matemático de la valoración puede calcularse directamente mediante
la cantidad de valorante medida. Cuando la muestra ha sido disuelta previamente
a la valoración, la cantidad de disolvente utilizado para esto debe conocerse
(un coeficiente entero) para poder considerarlo en el resultado matemático de la
valoración de la muestra original. Muchas valoraciones requieren un cierto
control de pH de la reacción. Para ello, se usan disoluciones amortiguadoras
añadidas en el frasco de la disolución a analizar para mantener el pH de la
solución. En otros casos se debe enmascarar un cierto ión: esto es necesario
cuando hay dos reactivos en la muestra que pueden reaccionar con la sustancia
patrón y solo queremos valorar uno de ellos, o bien cuando la reacción puede
ser inhibida o alterada por la presencia de ese ión. Se procede añadiendo otra
disolución a la muestra para enmascarar o secuestrar el ión no deseado,
mediante la formación de un enlace débil con él o incluso formando una
sustancia insoluble. Algunas reacciones redox pueden requerir calentar la
disolución con la muestra y valorar mientras está todavía caliente(para
incrementar la velocidad de reacción). Por ejemplo, la oxidación de ciertas
soluciones de oxalato requiere calentar la solución hasta unos 60 °C para
mantener una adecuada velocidad de reacción.
Los solutos utilizados como reactivos para la determinación volumétrica de
ácidos y bases deben presentar las características siguientes:
a) Ácidos y bases fuertes:
Los ácidos fuertes pueden valorarse fácilmente con bases fuertes. Los
ácidos débiles también se valoran con bases fuertes, pero es preciso tener
mayor cuidado en la elección del indicador, mientras que, si se utilizaran
bases débiles como reactivos, la localización del punto final podría ser
muy problemática en algunas ocasiones. Análogamente, para la
determinación de bases, los reactivos valorantes deben ser ácidos
fuertes.
b) Solubles y formar sales solubles con un gran número de sustancias. Es
necesario evitar que la aparición de cualquier precipitado en el curso de
una valoración, que pueda perturbar la observación del punto final, o
provocar la adsorción del indicador utilizado.
c) Estables. Los reactivos empleados deben ser lo suficientemente estables
para que no den origen a reacciones redox con especies que puedan estar
presentes, tales como materia orgánica, gases de la atmósfera, o los
propios indicadores. Asimismo, su volatilidad debe ser pequeña para
evitar que se pierdan cantidades apreciables de los mismos durante su
manejo. Para la preparación de las disoluciones patrón es conveniente
utilizar agua destilada exenta de CO2, lo cual se puede conseguir
fácilmente hirviéndola durante unos minutos, o bien haciendo burbujear
aire previamente purificado.

El ión carbonato es una base disfuncional que puede determinarse fácilmente


con un ácido fuerte. La titulación puede hacerse hasta hidrógeno carbonato
(bicarbonato) utilizando como indicador la fenolftaleína o hasta ácido carbónico
utilizando como indicador el naranja de metilo. El punto final más adecuado se
obtiene cuando la valoración se hace hasta ácido carbónico ya que la exactitud
del análisis es mayor. Es un sistema de fosfatos y bicarbonatos integrados, para
lograr el máximo sinergismo al momento del leudado químico de cualquier tipo
de masa. Su efecto es capaz de desprender gas, bajo ciertas condiciones de
humedad y temperatura. Por su expansión, el gas sirve para incrementar el
volumen del total de la mezcla, de tal forma que se obtiene un producto con
buena porosidad, una vez horneado. Habitualmente, se encuentran en el
mercado, leudantes químicos de bajo costo que incluyen solamente fosfato
monocálcico o bicarbonato de sodio, como fuente de Bióxido de Carbono.

 Valoración de soluciones

El método para valorar soluciones debe elegirse teniendo en cuenta el fin a que
se va destinar incluso el HCl, y el H2SO4, pueden valorarse gravimétricamente.
Las soluciones ácidas pueden valorarse por reacción con soluciones de
productos químicos purificados en cantidades exactamente pesados, es el caso
de bórax o carbonato de sodio o por valoración de soluciones alcalinas
valoradas.

El método de valoración de carbonatos y bicarbonatos en agua se


realiza mediante una valoración química, en la cual, la muestra de agua con
presencia de indicadores ácido-base nos indica la cantidad de ml necesarios de
ácido clorhídrico para neutralizar los iones carbonatos y bicarbonatos de la
muestra.

En la primera etapa de esta práctica se estandariza una disolución de ácido


clorhídrico patrón. Se utiliza carbonato sódico, que es un excelente patrón
primario, dando lugar con él, a la siguiente reacción:
Na2CO3 + 2 HCl →CO2↑ + H2O + 2 NaCl
Es decir:
1) Na2CO3 + HCl → NaHCO3 + NaCl
2) NaHCO3 + HCl → CO2 + H2O + NaCl

Posteriormente, la muestra, la mezcla carbonato-bicarbonato, reacciona con HCl


así:
a) Na2CO3 + HCl -----> NaCl + Na HCO3
b) Na H CO3 + HCl -----> NaCl + CO2 + H2O
b’) Na H CO3 +HCl -----> NaCl + CO2 + H2O

El análisis se lleva a cabo en dos pasos:

1º.- Con Fenolftaleína (pH de viraje 8,2-10) en donde tiene lugar la


transformación del carbonato en bicarbonato decolorándose en este momento
la fenolftaleína. Reacción:
CO3 + H+ → HCO3 – + H2O

Fenolftaleina que vira en el primer punto de equivalencia de la curva de


valoración del carbonato a pH = 8 de rojo-naranja a incolora.

2º.- Con Anaranjado de metilo (pH de viraje 3,2-4,4). Si a la disolución anterior


se le añade anaranjado de metilo y se sigue valorando hasta coloración rojo
anaranjado, se descompone el bicarbonato de la reacción anterior y el inicial
existente en la muestra, es decir, se valora todo el bicarbonato contenido en la
muestra más la mitad del carbonato procedente de la valoración anterior que se
transformó en bicarbonato. Reacción:
HCO3– + H+ → H2CO3 → CO2↑ + H2O

Naranja de metilo que pone de manifiesto el punto final de la valoración a pH =


4 y vira de naranja a rosa anaranjado.

De manera que en el primer punto valoramos los carbonatos presentes


inicialmente en la muestra y en el segundo punto final valoramos los hidrogeno
carbonatos que existen al principio de la muestra y los carbonatos que se han
transformado en hidrogeno carbonatos.

 Consideraciones generales

Trata sobre la determinación de la concentración de soluciones ácidas y alcalinas


partiendo de soluciones patrones ácidos y alcalinos. El HCl es considerado como
el ácido más usado ya que se puede preparar soluciones d concentración exacta
a partir del ácido de punto de ebullición constante, por dilución. Las soluciones
H2SO4, se usan ocasionalmente, las soluciones HNO3 y HClO4 muy raramente.
Las soluciones de HCl, se preparan de normalidad aproximada, valorándolas
luego volumétrica mente, generalmente la concentración de HCl, varía entre los
valores: 10.5 y 12 N. En cuanto a las soluciones alcalinas son muchas, pero entre
las más empleadas destacan: NaOH. Otras disoluciones como KOH, NH4OH,
etc. Tienen ciertas desventajas por lo cual se usan poco.
 Indicadores

Pueden clasificarse en: Neutros, sensibles a los ácidos y sensibles a las bases.
En agua pura los primeros dan su color de transición, los segundos su color ácido
y los terceros su color alcalino. Consideremos el caso de una valoración de ácido
fuerte base fuerte donde puede emplearse cualquier indicador, pero debe
notarse que el color de transición no indicara el mismo pH. Ya que las
concentraciones de iones H a que el indicador varía su color de ácido al básico
es diferente. Es conveniente elegir un indicador con un terreno de cambio de
color lo más estrecho posible y valorar siempre hasta la misma transición de
color.

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