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2019

Universidad de Las Américas


Facultad de Ciencias Sociales
Escuela de Psicología
Psicoterapias I
SIC748-481
Doc. Mg. Ps. Camila Aguirre

PSICOTERAPIA FOCAL

15 DE JULIO DE 2019
GLADYS DIAZ A.
CONSTANZA DORAT S.
ERIC VILLENA D.
CONTENIDO

INDICE ...................................................................................................................................... 1

INTRODUCCIÓN ..................................................................................................................... 2

CONTEXTUALIZACIÓN DE LA TERAPIA FOCAL ............................................................ 3

ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN .................................................................................... 6

CONCLUSIÓN ........................................................................................................................ 10

REFERENCIAS ....................................................................................................................... 11

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PSICOTERAPIA FOCAL

INTRODUCCIÓN

Este trabajo sintetiza los principales aspectos teóricos y técnicos de la psicoterapia psicoanalítica
breve, también conocida como “psicoterapia focal” técnica que ha demostrado un importante
incremento en los últimos años.

Este incremento en la utilización de tratamientos breves se ha acompañado de la idea de que los


tratamientos psicológicos generan cambios definitivos e irreversibles en la persona entregando
herramientas para el futuro, además de la concepción de que toda persona vulnerable necesita
ayuda psicológica en los diferentes momentos del ciclo vital (Castillo, 2013) incluyendo a quienes
solicitan psicoterapia en más de una oportunidad.

Otro motivo de la utilización de psicoterapia breve tiene relación a la determinación general de los
pacientes en que la mayoría hace menos de 10 visitas y se estima que solo el 25% de los pacientes
realiza más de 20 sesiones de tratamiento (Castillo, 2013).

Cabe destacar la importancia en las diferencias existentes entre breve y focal sugeridas por
Mauricio Knobel en 1986, la psicoterapia focal es un tipo de terapia breve, más no un sinónimo, la
Psicoterapia focal intenta resolver el malestar del paciente o un conflicto que predomina y en la
terapia breve se intenta ayudar a encarar los diversos conflictos predominantes que generan
angustia y determinan cuadros psicopatológicos psicodinámicos. Lo breve implica tratar de
esclarecer diversos focos, variados conflictos que han de ser predominantes y asequibles, y la
psicoterapia focal intenta localizar una determinada situación conflictiva que sería lo determinante
en el malestar del paciente (País, 2015). Lo relativo al tiempo en lo breve y focal depende, sin
embargo, se establece inicialmente un tiempo determinado entre paciente y terapeuta que es menor
a lo que toma un análisis exhaustivo de tipo psicoanálisis clásico de diván.

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CONTEXTUALIZACIÓN DE LA TERAPIA FOCAL

En general los aspectos característicos de las terapias focales se orientan e inspiran en el modelo
psicoanalítico, buscan explorar y entender los afectos del paciente, especialmente aquellos que
tienen relación con lo interpersonal, teniendo presente aspectos importantes como la relación que
se establece entre el paciente y el terapeuta (transferencia), el uso de la asociación libre con un foco
determinado y el favorecer el insight del paciente, es decir, promover la auto comprensión
cognitivo emocional de sí mismo y sus relaciones sociales.

En las Terapias breves, se establece un foco o conflicto principal, con objetivos limitados en el cual
girarán las sesiones en las que se abordarán las problemáticas que puedan explicar las dificultades
por la que consultan. La focalización tiene que centrar la labor terapéutica en una determinada
problemática instalada en la estructura psicopatológica del sujeto que le hace consultar y tener en
mente ciertas mejorías y cambios determinados en sus expectativas en donde también se establecen
las metas terapéuticas dada la urgencia de la consulta.

La psicoterapia focal reconoce cierta especificidad para ser diferenciada del análisis clásico, no
obstante, como en las terapias de más largo alcance del psicoanálisis clásico, se utilizarán
intervenciones verbales (preguntas, aclaraciones, confrontaciones e interpretaciones) que sean
necesarias para la comprensión.

Las psicoterapias breves tienen una limitación temporal explícita, que implica acotar los objetivos
de tratamiento a un foco y guiar todos los temas vinculados al tiempo. Es por ello que el tiempo en
la mayoría de los casos está prefijado con el paciente siendo breve en comparación a otros modelos
dentro del mismo enfoque psicoanalítico y que aun no teniendo un término establecido con
anterioridad la duración de este tipo de terapia es considerablemente menor a un análisis ortodoxo,
contándose en semanas y no años (Braier, 2009).

La psicoterapia Focal surge como resultado de los intentos de sistematizar y conceptualizar las
psicoterapias psicoanalíticas orientadas a corto plazo. Autores como Michael Balint y P.h. Orsteín
(2006) las ubican dentro de las psicoterapias breves derivadas del psicoanálisis (País, 2015), y
algunos autores precursores fueron Malan en 1963 y Small en 1971, sin dejar de lado el primer
proceso breve publicado por S. Freud en 1895 en donde reproduce los diálogos e interpretaciones
de un tratamiento de un día (País, 2015). Posterior a ello Sandor Ferenczi y Otto Rank (1925)

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proponían una actitud más activa del terapeuta y la disminución de los tiempos en el tratamiento
psicoanalítico, poniendo especial atención a las experiencias emocionales que vivían los pacientes
durante el análisis breve.

Alexander y French en 1946 utilizando de base los trabajos de Ferenczi y Rank y la importancia
de la experiencia emocional en el análisis, acuñan el concepto de “experiencia emocional
correctiva”, como el resultado de la diferencia entre la respuesta del analista en sesión y lo que
sucedió en aspectos primarios durante la experiencia de vida del paciente. Sostienen que se
establece una analogía entre la situación de transferencia y la situación inicial infantil que es
replicada, y que en cambio la atención se debe poner en las diferencias actuales de relación con el
paciente, es decir, que la intensidad del conflicto transferencial es menor que la del conflicto
original que la respuesta del terapeuta será diferente (País, 2015) y que es esa diferencia el factor
esencial ya que el paciente sentirá la necesidad de abandonar las conductas neuróticas que adoptó
tempranamente y podrá corregir emocionalmente aquello .

Otra aportación relevante al desarrollo de esta técnica es la de French (1970) con los conceptos de
“conflicto focal” y “conflicto nuclear”, donde el primero es el motivo perturbador, el impulso o
deseo que entraría en conflicto con un motivo reactivo, el conflicto nuclear, que desde el punto de
vita psicodinámico sería una respuesta del Super yo o del yo reclamando una solución. Los
conflictos focales serían derivados de conflictos nucleares mucho más profundos, que durante la
terapia al estar el interés en el conflicto focal haría emerger el conflicto nuclear pudiendo así dar
tratamiento a ambos (País, 2015).

Autores relevantes, que son poco mencionados son Luborky y de Struppen quienes concretaron su
interés en la investigación en dos manuales de referencia. Struppen y Binder (1984) establecen las
bases de la psicoterapia breve a partir de una conceptualización de psicopatologías relacionales
más frecuentes, en sus manuales describen las diferentes fases del tratamiento haciendo énfasis en
la actitud del terapeuta la que debe estar caracterizada por: interés, respeto, deseo de no hacer daño,
suspensión de la crítica y empatía (Castillo, 2013).

La terapia dinámica de Apoyo-expresiva de Luborsky es un tipo específico de terapia breve en que


se hace énfasis a la combinación de apoyo interpretativas, donde lo más importante es la alianza

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terapéutica basada en: calidez, respeto, optimismo realista, estimular la expresión de emociones y
la detección, la clarificación e interpretación de las dificultades del paciente (Castillo, 2013).

Además de lo anterior, están las aportaciones de terapia breve del Dr. Farré y el equipo de la
Fundación Puigvert en Francia junto con el Dr. Pérez Sánchez y el equipo de la Fundación Vidal y
Barraquer en Barcelona en que el modelo de Psicoterapia focal y breve está caracterizada por
buscar que el tratamiento genere impacto en el paciente, manteniendo la rigurosidad del encuadre,
la neutralidad del terapeuta, la asociación libre y la utilización de comprensión dinámica e
interpretación. En el mismo contexto existe la psicoterapia de flash o procesos de sensibilización
psicológica del Dr. Tizón desarrollada en los servicios de salud mental Iris, en donde se destaca
nuevamente la relación entre paciente y terapeuta y el intento de movilizar al paciente para
favorecer el contacto con sus experiencias emocionales para aumentar la introspección (Castillo,
2013).

En general, las Psicoterapias Focales están indicadas para crisis asociadas a pérdidas afectivas o
circunstancias evolutivas que puedan generar problemáticas emocionales, así como crisis
normativas o situaciones específicas.

Los pacientes deben padecer de trastornos de inicio reciente y agudo que motiven el tratamiento,
además con una estructura yoica preservada, es decir, con un funcionamiento adecuado a la realidad
objetiva e inteligencia que permita la comunicación comprensiva, capacidad de simbolización y
mecanismos defensivos diversos. Se espera que sea una situación voluntaria, es decir, que revele
cierto nivel de motivación para la psicoterapia con capacidad de insight y que pueda dentro de lo
posible delimitar el foco desde el inicio.

Están contraindicadas para pacientes que han intentado suicidarse o que presentan tendencias de
acting-out, para pacientes que establecen vínculos de dependencia muy exacerbados o que sufran
de psicopatías graves, brotes psicóticos y/o somatizaciones graves.

La relación terapéutica se especifica desde la capacidad para comprender el problema del paciente
en términos dinámicos, con motivación de participar activamente en el proceso y capacidad para
formular una estrategia de intervención restringida.

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ESTRATEGIAS DE INTERVENCIÓN

La intervención terapéutica es frente a frente, donde el paciente habla con el terapeuta y la terapia
pasa a ser un diálogo, con una frecuencia semanal. El proceso psicoterapéutico focal incluye ciertas
intervenciones verbales que son focalizadas: peguntas, señalamientos e interpretaciones que están
referidas a la situación problema a la que subyace la estructura focal, esencialmente inconsciente.

Las intervenciones producen un efecto focalizador sobre la mente del paciente, con respuestas
asociativas que realimentan el propósito de profundización en el foco, exploración conducente a
un insight que no está centrado en la amplitud de los conflictos básicos o edípicos y tampoco en el
análisis exhaustivo de la transferencia con el terapeuta. Se espera que las resistencias de los
pacientes sean vencidas para promover la elaboración del conflicto focal lo que permite los
resultados terapéuticos atribuibles al insight, que es además favorecido por una función terapéutica
receptiva y contenedora para reafirmar las funciones yoícas del paciente para recuperar además
cierto grado de autoestima y catarsis (Braier, 2009).

La diferencia con el proceso psicoanalítico clásico el que preserva los recursos freudianos de
asociación libre, atención libre y flotante, análisis de las transferencias y resistencias, etc, es que
opera en modelo de foco, es decir, énfasis en el insight cognitivo como un aspecto lo
suficientemente fuerte como para que el paciente re-experimente sus conflictos infantiles en
neurosis de transferencia sin la necesidad de la reaparición de los recuerdos infantiles, lo que
contribuiría al acortamiento de tiempo (Braier, 2009). La duración habitual es de 12 a 24 sesiones,
de 3 a 6 meses.

Hector Fiorini (2001) en su escrito: “Psicoterapia Dinámica Breve” señala que lo esencial no está
en la brevedad temporal, sino que la riqueza está en el carácter multidimensional (País, 2015), es
decir, en la acción múltiple en diferentes y variadas dimensiones que hacen que los sujetos alcancen
sus objetivos en plazos limitados. También señala las características principales que debe tener una
terapéutica breve. El inicio requiere una evaluación exhaustiva del paciente, es decir, su historia
dinámica y sus condiciones de vida actuales en base a los siguientes recursos: Ofrecer al paciente
un marco adecuado para una experiencia emocional correctiva: un clima que estimule los vínculos
interpersonales nuevos y regulados, que favorezcan la catarsis de sus fantasías, temores y deseos.
Favorecer el aprendizaje de la autoevaluación, objetivación y crítica de sus conductas habituales

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en sus interacciones interpersonales. Alentar al paciente a adoptar roles que fortalezcan el ajuste
realista así como su capacidad de elegir y diferenciar. Ayudarle en la elaboración de un proyecto
personal, con metas enfocadas en la adquisición de cierto bienestar y autoestima.

Dentro de las técnicas específicas que permiten el trabajo de la terapéutica destaca el rol activo del
terapeuta, es decir, pregunta, recaba información, explora y orienta la entrevista y además
promueve el diálogo e incluye iniciativas para la confrontación. Es importante destacar que la
participación activa debe iniciar con una evaluación total del paciente así como la comprensión de
su estructura dinámica y los recursos con los que cuenta para planificar y elaborar el abordaje
individual, determinando cuales son las áreas de conflicto con las que se ligan los síntomas y el
bagaje de defensas que predominan.

El proceso terapéutico seguirá la siguiente secuencia (País, 2015):

1. El paciente aportará en primer lugar material relacionado a episodios recientes, vivencias,


experiencias, observaciones, que estarán dispersos.
2. Luego de este despliegue inicial el terapeuta intervendrá para direccionar y/o reformular el
relato haciendo énfasis en los elementos significativos desde la situación de foco.
3. El paciente recibirá esta reformulación y comenzará a ampliar la información añadiendo nuevos
elementos-
4. El terapeuta ahondará en ciertos aspectos para luego articular el conjunto. Es un dialogo de
reconocimiento en que se trabaja sobre los detalles y el conjunto.

Específicamente se distingue el Modelo Ágora desarrollado por el centro de Intervenciones


Psicoanalíticas Focalizadas (País, 2015) entendiendo estratégicamente el diseño entono a un foco
dando énfasis a dos variables: el tiempo y los objetivos definidos. Se inicia con un diagnóstico
Situacional, derivado de los aportes de Enrique Pichón Riviere, que busca la comprensión del
paciente en una dimensión psicofísica total en una circunstancia vital específica (País, 2015), aquí
se incluyen aspectos médicos, tipo e intensidad del conflicto inconsciente, evalúa el estado de las
funciones del yo, juicio y sentido de realidad, pensamiento, fantasías de enfermedad y curación,
aspectos relacionados a vínculos y relaciones interpersonales, aspectos laborales, imagen corporal,
familiar, histórico genética, socio-cultural, etc.

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En segundo lugar se determina el foco de intervención, el conflicto focal que aparece y del cual
deriva el motivo de consulta (síntomas y aquello que lo moviliza a consultar) y posteriormente el
conflicto nuclear, aquel motivo y problemática profunda que determina la problemática actual y
que tiene directa relación a aspectos infantiles y estructurales del paciente. Se puede determinar el
foco por medio de la focalización espontánea, es decir, el paciente tiene claridad sobre su problema
y es lo que el manifiesta querer resolver, situaciones de quiebre o que producen un antes y después
en la vida y que generan la necesidad de hacer algo. Se puede realizar una focalización selectiva,
cuando la situación del paciente tiene una serie de focos sucesivos que se deben ir abordando
sucesivamente, en los que se deberá priorizar de acuerdo a urgencia y riesgo. Finalmente está la
focalización inducida, aquella que es introducida por el terapeuta en casos de riesgos que no son
percibidos por el paciente y dada la contingencia son expuestas como prioritarias por el terapeuta.

Luego se deben fijar los objetivos terapéuticos, la meta a la cual se dirige la psicoterapia, los cuales
deben tener directa relación con el foco, la técnica y los recursos terapéuticos. Los objetivos son
construidos entre paciente y terapeuta a través de un vínculo diádico de cooperación, y junto a ello
se diseñan objetivos específicos para cada situación clínica. Estos objetivos deben ser viables,
realizables en el plazo determinado, por ningún motivo deberán ser metas utópicas, deberán ser
tangibles, es decir, el paciente deberá poder reconocerlos y deberán ser verificables, el paciente y/o
terapeuta podrán evaluarlos una vez que el proceso haya finalizado para ver en qué grado se
alcanzaron; los mismos deberán ser ordenados en prioridad desde el más importante a resolver
primero al menos relevante.

Las Modalidades Técnicas que se distinguen dentro de la Terapia Focal, según Fiorini (2001)
pueden ser la Psicoterapia de apoyo, la que tiene como objetivo disminuir la ansiedad y otros
síntomas clínicos para volver a un equilibrio previo a una crisis. Busca instaurar un vínculo
protector y orientador, y el rol del terapeuta no solo será proteger sino que establecer una relación
interpersonal clara y definida sin ambigüedad, con intervenciones sugestivo-directivo. Y la
Psicoterapia de Esclarecimiento que además de lo anterior tiene como objetivo lograr en el paciente
una actitud reflexiva que le permita comprender sus dificultades.

Los recursos que se pueden utilizar son variados y pueden incluir técnicas y recursos
psicodramáticos, corporales, sistémicos, técnicas de relajación, audiovisuales, proyectivas,
musicoterapia, textos, etc.; independiente de qué recurso específico se requiera utilizar, estos deben

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estar justificados en el foco y cómo esto entregará herramientas al pacientes, el empleo de los
recursos debe ser compatible con la técnica elegida. Los distintos instrumentos psicoterapéuticos
deben implementarse coherentemente siempre con adecuada comprensión y fundamentación
psicodinámica. La inclusión de dichos instrumentos depende además de la mayor o menor flexibilidad
del terapeuta y de su capacidad para intentar, creativamente, combinar terapéuticas armónicas y
eficaces (Trelles, 2014). Puede ser también el uso operativo de la asociación libre de modo de que sean
intencionalmente guiadas y operativamente focalizadas hacia el foco del tratamiento, interpretaciones
transferenciales, intervenciones verbales, entre lo más clásico que permanece en el enfoque.

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CONCLUSIÓN

La orientación psicoanalítica constituye un amplio espectro de conceptualizaciones y formas de


abordaje sobre lo psíquico. No es una escuela sino más bien una orientación metodológica en la
que confluyen diferentes propuestas que tuvieron sus orígenes en el psicoanálisis Freudiano
(Echavarría, 2017).

Si bien existen coincidencias en las múltiples propuestas también existen grandes discrepancias,
razón por la cual, al hablar de psicología psicoanalítica nos enfocamos en sus múltiples vertientes.
Ramírez (2011) propone como elementos convergentes entre las diversas corrientes, los siguientes
aspectos: la importancia concedida a la escucha de las formaciones de lo inconsciente, la
verbalización, y el análisis y manejo de la transferencia; todo ello basado en la aplicación del
método psicoanalítico (Echavarría, 2017).

La psicoterapia ha sido central en la psicología psicoanalítica y los tratamientos breves proponen


un trabajo focalizado que surgen de la demanda creciente de asistencia psicológica en diversas
instituciones; y la “necesidad de adaptar la técnica psicoanalítica a toda la gama de trastornos
psicopatológicos y no tan sólo a los trastornos de tipo neurótico abordados por la técnica clásica”
(Castillo, 2013).

La focalización terapéutica podría definirse como la restricción del trabajo a un aspecto de la vida
del paciente y de este modo ha sido objeto de variadas críticas, en particular, por parte de quienes
consideran que el tratamiento psicoanalítico clásico es el único válido. No obstante, muchas
circunstancias de la vida requieren este tipo de intervención como: aspectos contextuales o un
sufrimiento derivado de un síntoma crónico, el deseo del paciente de trabajar un solo aspecto de su
vida, restricciones y limitaciones de tiempo y dinero, entre otros, es por ello que desde esta
perspectiva la focalización en objetivos co-construidos y la evolución de la terapia psicoanalítica
que conserva aspectos fundamentales y que promueve la actualización puede tener efectos
insospechados, pues constituye una acción local, puntual que, en muchos casos, es la vía más apta
para iniciar cambios en otros niveles en la vida.

Incluso, citando a Victor Frankl:” grandes cambios nacen de modificaciones que parecían
insignificantes en principio, pues cuando no se puede cambiar la situación, nos enfrentamos a
cambiar nosotros mismos”.

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REFERENCIAS

Braier, E. (2009). La psicoterapia focal y breve. Rasgos distintivos. Simposio Buanual de la


Sección de Psicoterapia Psicoanalítica de la FEAP, 21.

Castillo, J. (2013). La psicoterapia Analícia Breve: Aspectos de la técnica e investigación empírica.


Redalyc, 41-60.

Echavarría, J. L. ( 2017). Psicoterapia Psicoanalítica. CES Psicología Colombia, 83-98.

País, A. (2015). Abordaje del proceso de duelo desde la psicoterapia psicoanalítica focal.
Montevideo: Facultad de Psicología de la Universidad de la Republica.

Trelles, I. B. (2014). Aspectos técnicos del proceso de psicoterapia breve y de orientación


psicoanalítica. Redalyc, 3-14.

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