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MARZO-ABRIL DE 2003

378.7205 Elegías de Duino


M611bo Rainer Maria Rilke
2003 Tostadortraducido Traducirversos
No.102 No el libro
Adonis Francisco Hinojosa Francisco Segovia
PUBLICACIONE
S DE ELCOLEGIODE MÉXICO
ANTOLOGÍA CONMEMORATIVANUEVA REVISTA DE FILOLOGÍA HISPÁNICA
CINCUENTA TOMOSi VOLÚMENES I Y 11

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L a selección de artículos para esta antología fue hecha por los miembros de la Comisión Editorial de la NRFH: Josefina Gar-
cía Fajardo, Luis Fernando Lara, Pedro Martín Butragueño, Anthony Stanton y Martha Lilia Tenorio , con las sugeren-
cias de los profesores-investigadores del Centro de Estudios Lingüísticos y Literarios, señaladamente las de los profesores
Antonio Alatorre, Juan M. Lope Blanch t y James Valender. La p reparación de la obra para su publicación estuvo a cargo de
los secretarios de redacción, Alejandro Rivas e Yliana Rodríguez, con la colaboración de Mario E. Chávez Peón.

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EL COLEGIO DE MÉXICO
El Colegio de México, A. C., Dirección de Publicacion es, Camino al Ajusco 20, Pedrega l de Santa Teresa , l0 740 Méx ico, D. F.
Para mayores informes: 5449 3000, exts. 3090, 3138 y 3295, Fax: 5449 3083 o Correo electrónico: pub li@colmel(.mx

Descubr a México en un recorrido por lo más

sob resaliente de sus manifestaciones art ísticas

y culturales. La revista Voices of Mexico editada


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rr<kral r k,·toral
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Wolcknbc-r,: totalmente en inglés , inc luye ensayos , crónicas,
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Polit."\and thc-\\ar reportajes y entrevistas sobre economía,
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\rli.ln~J,-.t l...;.C."-,. po lítica, eco logía y relaciones internacionales .
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Ganada 203. Col San Lucas, 04030 México, O.F [ r,
Telefonos y fax 5336-3601 , 5336-3558 , 5336-3595 ,
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1111111 5336-3596 and 5336-3449
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LtEClBIDO3 1 JUL2003

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IN ICE

No el libro
1 Adonis
(Iraducción Femando Cisneros) 1 3

Tostador traducido
1 Francisco Hinojosa 1 5

Traducir versos
1 Francisco Segovia 1 7

Elegías de Duino
1 Rainer Maria Rilke
(Iraducción de Uwe frisch) 1 13

La traducción en el contexto
1 José María Espinasa 1 29

Dibujos de William Kentridge


EL COLEGIO DE MÉXICO, A. C., Camino al Ajusco 20, Pedregal de San ta Teresa, 10740 México, D. F., Teléfono 5449 3000, ext. 3077, fax 5645 0464

Presidente ANDRÉS L IRA GONZÁLEZ I Secretario general DAVID PANTOJA MORÁN I Coordinado r general académico MARCO PALACIOS Rozo 1
Secretario académico AL BERID PALMA I Secretario administrativo HUM BERID DARDáN I Director de Publicaciones FRANc1sco GóMEz Ru1z 1
Coordinador de Producción JosÉ MARlAESPINASA I Coordinadora de Promoción y ventas MARíA CRuz MORA ARJONA
BOLETÍN EDITDR!AL, NÚM. 102, MARZO-ABRIL DE 2003
1 Diseño lRMA EUGENIA ALVA VALENCIA I Diagramación y formación EZ EQUIE L DE LA ROSA Mosc o I Corrección GRACIA F RANCÉS SÁNCHEZ E
I SMAEL SEGURA H ERNÁNDEZ 1
Impresión Reproducciones y Materiales, S. A. d e C. V.
ISSN 0186-3924
Certificados d e licitud, núm. 11152 y de contenido, n úm . 7781, expedidos por la Comisión Calificadora de Publicaciones y Revistas !lustradas el 15 de
mayo de 2000; nú m . de reserva 04-1999-112513491900-102.
La Torrede Babel
l intercambio entre las diferentes lenguas es uno de los signos de vitalidad de una cultura, signos

E que la globalización amenaza con relegar al olvido. La defensa de la diversidad pasa por la defen-
sa de las distintas concepciones en el mundo que se plasman en idiomas, gramáticas, alfabetos.
En este número del Boletín editorialde El Colegio de México se publica el poema "No el libro" del ex-
traordinario poeta árabe contemporáneo, Adonis (en traducción de Fernando Cisneros, traductor y
prologista también de El librodel viaje nocturnoy la ascensióndel profeta,publicado por nuestra institu-
ción). El libro es el gozne sobre el
cual se articula el =--=,,,....,..,..="-=-e:~-~== sentido de la mo-
dernidad, esa mo- dernidad que el
narrador Francis- co Hinojosa pone
en solfa con su hi- larante parodia
"Tostad or tradu- cido", una mane-
ra de poner en evidencia los pro-
blemas a los que nos enfrenta una
traducci ón hecha sin tomar en
cuenta ni al idio- ma del que se
parte ni al que se llega. Intuimos
en esas breves pá- ginas que el ver-
{
dadero peligro de la Torre de Babel
no es la pluralidad de lenguas sino la I
ausencia de co- municación entre I
ellas. r
Uwe Frisch, poe- ta, musicólogo y e
hombre de letras en el más pleno )
sentido de la pala- r"'l._ilL;;.-"- bra dio a conocer F
hace ya más de dos --~--- décadas una ex -
traordinaria tra - ducción de Las
elegíasde Duino en ::i!!:§ii• !'l~~iii la Revista de Be-
llas Artes. Que se- ~~~;~~ pamos nun ca fue y
recogida en libro. Para algunos estu-
diosos de la obra del gran poeta
checo la traduc - ción de Frisch es
la mejor que se ha -lllliiMIIIIII• hecho al español y e¡
ta
es una muestra ii..,i,iiiii!'ff',.... :t:J;Jili,-.Í!llll.iliMt precisamente de la la
calidad que la tra- ducción ha alcan- rá
zado en nuestro ~~- país. Completan g1
pe
el número las po- nencias presenta-
ta
das por Francisco Segoviay José María Espinasa en el XII encuentro internacional de traductores literarios VI
bajo el título "La traducción y su contexto" que se llevó a cabo el año pasado, el 23, 24, y 25 de octubre, or- !v.
ganizado entre otras instituciones por el Programa de Formación de Traductores de El Colegio de México. pl
ár
En ambos trabajos, desde diferentes ópticas, se analiza la pertinencia y la necesidad de ampliar los vasos co- al
municantes entre las diferentes lenguas. Ilustra el número la obra del artista plástico australiano William fu
Kentridge. to
o

2 BOLETIN EDITORIAL marzo-abril, 2003 m


ADONIS*

No el libro
(Traducciónde Fernando Cisneros**)

llibro No el libro, sino la poesía infinita

E para poder leer lo oculto en una rosa


y pronunciar el verbo sin palabra s
No el libro, sino el viento que lee lo escrito por las arenas
y aquello que dirá la espuma
No el libro: las ruta s que a él no s llevan
¿Hay en verdad un libro
son ciudades bajo llave
o lenguaje s seduciend o nuestras entrañas?
No el libro, escribe tú, revuelta
Emigramos en ellos hacia ellos
el cuerpo del canto
En ellos buscamos refugio
y grita ¡ven a mí
para liberar nu estra cadencia
mi amo r, bóveda celeste!
del encadenami ento de sus ritmo s
Y a ellos volvemos No el libro, las palabras son velos
para repetirlos en lenguaj es distintos Cada vez que leo, me implico más con las cosas
Acaso me verás ascend er, como por primera vez
No el libro, sino los deseos insaciables los escalones del libro, transfo rmar sus espejismos,
de las profundidad es del cuerpo y convulsionar el cielo que lo alberga,
y el vacío que se abriga a su sombra el espacio cuya somb ra lo cobija

*'Ali Ahmad Sa'ld -(l93 0, region de Latak.ia,sobre la costa siria), Qalat al-ard (Dijo la tierra, 1945), Qasa'id Ula (Primeros poemas,
egresado de la Universidad de Damasco en 1954, radica poco más 1957), Awraqfi l-rih (Hojas al viento, 1958), Aghani Mihyar-al-Di-
tarde en Beirut y a parti r de 1985 en París y en Ginebra-. Es una de ma,¡_hqi(Los cantos de Mihyar el de Damasco, 1962), Kitab al-tahaw-
las personalidades más sobresalientes de la cultura árabe contempo- wulat wa-1-hijrafi aqalimal-lay/wa-1-nahar (El libro de la migración
ránea. A partir de su interés por las figuras míticas del Oriente Anti- y las metamorfos is en las regiones del día y la noche, 1965), Al-mas-
guo ado ptó el pseudónimo de Adonis, con el que es conocido tant o rah wa-1-maraya(El teatro y los espejos, l968). Notab le en general
por su poesía como por su abundante obra crítica. En lo que respec- por su pureza y clar idad de expresión, el presente poema, en el que se
ta a la última, fue editor, junto con Yusuf al-Kh~l, en Beirut, de la re- diría que subyace toda una teoría de la traducc ión, forma parte de
vista de vanguardia poética Shi 'r (Poesía), así como de los periódicos uno que sería denominado en fran cés Le livre, le lieu, hier,demain,
Mawqqif (Actitudes) y L4dn al-H4I (La lengua actual). En 1976 se donde da forma poética a algunos de los conceptos que desarrolla
publicó su Muqaddima li-1-mi'r al-'arabi (Introducción a la poesía dentro de su obra en general.
árabe) y en l989 dictó cuatro conferencias con el tema Al-mi'riyya ** Fernando Cisneros ha pu blicado su tra du cció n de El libro
al- 'Arabiyya(La poética árabe ), en el CoUege de France, obras que del viaje nocturno y la ascensióndel Profeta, El Co legio de Mé-
fueron reunidas por Car men Ruiz Bravo-Villasante, editora y tra duc- xico, Centro de Estud ios de Asia y África, 1998. Ha realizado
tora (Adonis, Poesíay poética árabes,Madr id, 1997, Ediciones del ademá s la tr ad ucció n de d iversas po esías de a utores á rabes del
Oriente y del Mediterráneo). Entre sus obras poéticas se encue ntran: siglo xx.

marzo-abril, 2003 E L CO L EG I O DE MtX I CO 3


No el libro, No el libro, sino
sino Adán Adán
Adán, al fin, no es sino una herida,
y al domeñ arse, la herida se avoca Adán , cuyo comienzo es el agua,
hasta el cielo, tornándose imagen ¿en que barro grabaste el final?
Se hubi era dicho entonces Henos descifrando el verbo en la arcilla,
Extrayendo su agua del barro
que se humani za su arcilla
¿Saldrem os alguna vez de esta oscuridad?
No el libro, Adán, en éstas las letras de tu nombr e
sino Adán está el dolor de los cuerpo s, la voz del tiempo
Adán no es sino una palabra Me enredo en ellos, de su tañer fabrico un astro
me esbozo, así mi rostro es de palabras
que comprende en su composición la sangre
Al balbucear, resbaló la man zana de su mano
Ese rostro es la eternidad.
Desde entonce s, el cuerpo de la poesía
entrega sus miembros a la locura,
el vértigo se adueñó de sus días París, 1993 ~

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4 BOLET(N EDITORIAL marzo-abril,2003 n:


FRANCISCO HINOJOSA

Tostador traducido

ener un tostado r de pan puede significar muchas ra su tostador para producto mu cho obscuro tostada

T cosas: entr e otras, una mañana agradable de café


con pan caliente unt ado con crema de cacahuate y
merm elada de zarzamora.
puesto el obscuro ambien te y mucho claro tostada puesto
el claro ambie nte, y el ancho alcance ent re obscuro y
claro voluntad normal traje su necesidad". He tratado
Junto al microondas, la lavadora de ropa o el extractor de poner en práctica todas las ense ñanzas de mi maes-
de jugos, el tostador no pasa de ser un aparato que no re- tro de filología, don Juan M. Lope Blanch, para analizar
quiere mayor ciencia que la intuición para entender su ru- la estructura sintáctica de esta simpl e instru cción. O sus
dimentario funcionami ento. lecciones fuero n insuficientes o mi aprendizaje, después
Sin embargo, tener un tostado r de pan puede también de dos exámen es extrao rdin arios, no alcanzaron el gra-
significar una gran cantidad de dificultades onto lógicas do de pureza de la lengua propu esto por los señore s
(prop ias del ser) y ontoylógicas (del on'toy). Especialmen- Hamilton Beach.
te si el tostado r es de la marca Hamilton Beach (R) y quien El punto catorce dicta: "No tentat iva o desalojar alimen-
lo adquiere decide leer las instrucciones que lo acompa- to cuando tostador atarugar en''. Y, para terminar, el dieci-
ñan en vez de guiarse por la intuición. siete: "No uso toda otro artifico en o mismo eléctrico
Los fabricantes de "Hamilton Beach (R) Dos Rebanada receptáculo o toda otro receptáculo por o mismo circuito
Tostador", que no tuvieron tiempo de leer las Historiasde para tostador o él volunt ad sobrecarga o circuito o golpe
cronop iosy defamasde Cortázar, se dieron a la tarea de tr a- un mecha o circuito cachón''.
ducir por sus pistolas algo más que unas simples y vulga- Afort un adame nte la compañía Hamilton Beach (R)
res instrucciones: un tratado sobre el arte de enseñar al no nos instru ye acerca de cómo untarle al pan la crema
usuario del product o a tostar dos comp licadísimas reba- d e cacah uate y la mermelada de zarzamora. De seguro
nadas de pan. la operac ión sería más comp licada que hacerle la afina -
El punt o uno del manual es tan inobjetable como suici- ción y el servicio a un submar ino finlandé s o un a ciru-
da: "Lea todas las instrucciones''. El nueve tiene cierto sen- gía a corazón abie rt o a un ab uló n. Por fort un a,
tido ("No use fuera de la casa"), pese a que no puede también, la emp resa de marras se dedica a fabricar tos-
descartarse el caso de qui enes gozan de usar su tostador en tadores y no a la enseñanza de la gramát ica castellana o
el granero, la alberca o el motel. a la formac ión de traducto res.
Los problemas (metafísicos, ontológicos, ontoylógicos y ¿Cómo llegó la Hamilton Beach (R) a redactar esta
lingüísticos) surgen en los demás punto s. El once dice: "guía" que el usuario debe acatar para hacer un uso razo-
"No sitio puesto o próximo un caliente gasolina o eléctri- nable del producto que les da (a los señores Hamilton y/o
co que mador, o en un acalorado horno ''. Sic. Eso dice, li- Beach) para sus bisteces? Propongo las siguientes respues-
teralmente, la guía de uso del aparato. tas: 1) Los dueños son oriu ndos de Sierra Leona, de ma-
Más adelante, dentro del apa rtado "Guarde estas ins- dre portu guesa y padre mixe, que hablan un a
tru cciones", los fabricantes nos sugieren: "Si normal pa- combinación de croata con vasco y chocholteco; 2) Tienen

ma rzo-ab rí/, 2003 EL CO L EG I O DE Mtx,co 5


en su computadora un program a que tradu ce de su len- dádivas: sus leyes y las nuestra s nos protegen del mal uso
gua (si la tienen) a una nueva; 3) ~on tatarancestros de los de un "circuito cachón''.
arqu itectos de Babel; 4) Sus desayunos nada tienen que ¿Seráque nuestros vecinos del norte saben tanto castella-
ver con el pan tostado, la crema de cacahuate y la merme- no que se han impu esto la histó rica tarea de enseñarno s a
lada de zarzamora, y 5) Suelen ut ilizar los mingitorios se- hablarlo y a escribirlo? ¿O será acaso que quieren "ins-
gún las intru cciones de uso. truirnos" -co rno las normas del com ercio lo impo nen-
Las autori dades mexicanas (Hacienda, Co mercio, Go- acerca de cómo usar sus apara tos?
bernac ión, Educació n Pública, Relaciones Exteriores) Yaexisten antecedentes culturales: un día los gringos de-
otorgaron de seguro su palomita a los importadores Ha- cidieron que los verdaderos platillos mexicanos son los
milton Beach (R) porque cumpl ieron con el requisito de nachos, las fajitas y los burritos. Decidieron tamb ién que
adjuntar al apara to tostador las "instrucciones" reglamen- el holyday mexicano se celebrara el 5 de mayo, fecha his-
tarias. Import a poco si los conna ciona les que adquieran el tórica que nada le reclama a los yankis, sino a los france-
"pro ducto" terminen por desaprender lo poco que saben ses. Optaron por certificarnos (o no) corno país de
de español o lo utilicen según las instrucciones. Tampoco narcotránsito, sin detenerse a pensar que son país de nar -
tiene la menor impo rtancia si "un incend io pueden ocu- cotráfico. Etcétera: somos los mexicanos (para ellos) lo
rrir si tostador cub ierto o conmo vedor inflamable mate- que su congreso, su comercio y su modo de vida quiere
rial, incluso cortinas, colgaduras, muro, et cetera, cuando que seamos. Incluso, un país sin lengua propia .
en operación". Llegará el día en que los voladores de Wisconsin sean
No tendría el caso la mayor importan cia si no fuera por- más atractivos que los de Papantla, que un rnariachi de
que la lengua (esa cosa que usamos para entende rnos) Seattle llegue a la dodecafonía y que el mole negro de Oa-
pu ede extraviarse en las decision es corporat ivas de los ge- xaca esté patentado por una corporación texana. Llegará
nios anglohablantes de las finanzas, que nos enseñan a el día en el que Pedro Páramo sea una obra apreciada gra-
tostar un pan o a no meter la mano en una licuadora cias a los genios de Hollywood o a la mercadot ecnia de los
"cuando en ope ración''. Agradecemos, por supu esto, sus empresarios de Broadway.C

6 BO LETIN EDITOR IAL marzo-abril,2003


FRANCISCO SEGOVIA

Traducirversos

A seregé. Ah. Begé. Habría quizá manera de sostener que un poema hace
Begebe tu begébere exactamente lo mismo (es decir, que simplemente revela
serin nowa. Majabi an de bugui una intención a través de una forma), sólo que sin desha-
an de wiriribí. cerse del significado de las palabras, con lo que el "juego"

¿
•Les suena esta letra ? Sup ongo que sí: es la can-
ció n de moda, transcrit a aquí "de oído" por
se compl ica muchí simo, pero no voy a meterme mucho en
eso. Me conformaré con decir aquí que los versos de un
poema constituyen su forma y que de algún modo esa for-
mi hija Luisa. Pero au nque no la reconoci e- ma mu estra una intenció n. Eso está clarísimo, por ejem-
ra n, estoy seguro d e qu e algo en ella lessonaría, como le plo, en aquellos casos en que el po ema adopta las
suena a Diego, el perso naje que la pide siempr e en la convenciones formales de la tradic ión, como el metro y la
discoteca y -a unqu e no entie nde su letra, porq ue está rima, o una combina ción particular de ellas, como el so-
sin duda en una lengua que él no habl a- "la cant a, lago- neto. Pero aun cuando prefiere el llamado "verso libre':
za, la ba ila''. Esto de algún mod o sugiere que lo ba ilable, hay en todo poema, fatalmente, un sustento formal, y una
lo cantable y lo gozab le no dependen para nada en est e serie de decisiones que afectan su forma. No voy a decir
caso del significado de la canción. ¿Y ento nces? ¿Qué es tanto como que estas decisiones afectan tam bién directa-
enton ces lo que suena en ella y la vuelve pegajosa? El mente al "fondo" del poema, pero sí que al meno s empu -
ritmo , sin duda, pero también la combin ación de son i- jan su sentid o o -s i las cosas no salen bien- lo estorban.
do s qu e se altern an y repit en , como si au n su melodía Les pondré un ejemplo. En uno de sus Sonetos, dice Gar-
fuera una especie de ritmo. Y esto, que parece cosa de cilaso de la Vega:
nada , es en realidad mu y import ant e, pues significa que
una canción incompr ensible no deja de ser cantab le; Mi vida no sé en qué se ha sostenido.
que hay cancione s que sob reviven al significado (o más
bien al "insignificado") de su letra . No nos queda más Es un endecasílabo clásico. Pero ocurre que los endecasí-
remedio entonces qu e reconocer en este caso una pri - labos clásicos pod ían venir en dos formas canóni cas, ilus-
m acía de la forma sob re el fondo. Pero ¿supone esto que tradas por los dos primeros versos de la Divina Comedia
la form a está realmente vacía? No lo sé. Supongo qu e de Dante:
eso depen de d e qué queramos decir con "vacía". Porqu e,
si bien es verdad que la forma no está llena de un signi - Ne! mezzo del cammin di nostra vita
ficado, está cuando men os llena de sí misma, del sent i- mi ritro vai per una selva oscura
do de sí misma. Dicho d e otro modo, los sonid os de la
canción suenan jugueto namente , llen os de buen humor El primero de estos versos está acentuado en la sexta sí-
y alegría, y eso es lo que no s la vuelve pegajosa: su in- laba (además de la décima, que es de rigor); el segund o, en
tención, mo strada en un a forma. cambio, está acentuado en las sílabas cuarta y octava (ade-

marzo-abril,2003 EL COLEG I O DE MÉX I CO 7


más, por supuesto, de la décima). Garcilaso, pues, podía vemos cómo los acentos de 4• y 8• sílaba, al caer sobre las síla-
elegir entre estas dos formas. ¿Cuál escogió? Al principio bas tónicas de blancosy purpúreas,parece que especialmente
podemos tener la impresión de que escogió la segunda op- iluminan o realzan estas palabras. Lo mismo ocurr e en el verso
de Góngora:
ción, pues hay un acento fuerte en la cuarta sílaba: "Mi vi-
da no ...'; pero pronto comprendemos que no, que el
acento del verso está en realidad en la sexta: "Mi vida no sé infame turba de nocturnas aves
en qué ...'; aunque también el acento en quinta es fuerte.
Tres acentos, pues, en tres sílabas seguidas: "no sén qué"... salvo que lo que se intensifica es la densa lobreguez. Que
El lujo de este verso consiste en la reiteración formal, rít- los dos acentos ope ren sobre dos sílabas tur parece o in-
mensa casualidad feliz o insuperable virtuos ismo del
mica, del tema que declara el verso en sus palabras. Dice
poeta.
que no sabe en qué se sostiene su vida, pero lo dice en un
verso que tampoco nosotro s sabemos bien a bien dónde se
sostiene, por lo meno s al principio: el verso trastabillea, Los críticos le han reproc hado mucho a don Dámaso
como la vida de la que habla. Alonso este comentario, pues alegan que es de todo
Algunos críticos literarios se arredran ante interpretacio- punto subjeti vo y arbitrario asignar una sensación de-
nes de este tipo, pues suponen una buena dosis de subjeti- terminada a un son ido en particular. En efecto ¿cómo
vismo, y algunos incluso se burlan de eUas.Un caso muy demostrar que la u es oscura? Y sin embargo yo no pue-
citado es el comentario que hizo Dámaso Alonso a la quin- do dejar de señalar aquí un a especie de contagio del
ta estrofa del Polifemode Góngora. La cito ahora: poeta sobre el crítico. Nótense por ejemplo las eres y las
eles en el primer párrafo del comentario: "Góngora [... ]
Guarnición tosca de este escoUoduro presenta, para pintar[ ... ] feroz[ ...] lo lóbrego , enmara-
troncos robustos son, a cuya greña ñado , inarmónico, [... ] mal augurio, [... ] monstruoso
menos luz debe, menos aire puro [... ] lugar ameno de la literatura tradicional". Parece
la caverna profunda, que a la peña; que para pintar la lóbrega espesura a don Dámaso le
caliginoso lecho, el seno obscuro gustaba aliterar las eres (yyo mismo me estoy haciendo
ser de la negra noch e nos lo enseña
infame turba de nocturnas aves,
gimiendo tristes y volando graves.

La estrofa (una octava real) es tan enredada como esas


"greñas" de los árboles que tapan la caverna de Polifemo.
Y así dice Alonso que

Góngora nos pre senta , para pintar el ambiente del feroz


de Polifemo, lo lóbrego, enmarañado, lo inarmóni co, lo de
mal augurio, lo monstruoso. Nada más distinto del lugar
ameno de la literatura tradicional.

Pero hay algo más. A propósito del sép timo verso, el


que dice: "infame turba de nocturnas aves",Alonso co-
menta:

Con insup erable genia lidad Góngora rep ite en este verso
la sílaba tur (con su oscura vocal u): lo asombroso es que
sobre esas sílabas tur han ido a caer los acentos rítmicos
de 4• y 8• sílaba. El acento rítmico intensifica las sensacio-
nes coloristas de las pa labras. Cuando en Garc ilaso lee-
mos un colorista endecasílabo:

cestillos blancos de purpúreas rosas

8 BOLETIN ED ITORIAL marzo-abril,2003


eco de ellas al decirlo). Quizá los críticos más modernos Raphel maí amech zabí aalmos
tengan razón al negarle a don Dámaso la razón, pero no
se la niegan otros poetas. El cubano Emilio Ballagas es- Decía yo entonces que, curiosamente, este verso sin sen-
cribía, por ejemp lo: tido, esta jitanjáfora, es uno de los más interesantes en
cuanto a lo que de él hacen los traductores. Como lo con-
Tierno glú-glú de la ele, sideran una forma vacía, algunos traductores piensan que
ele espiral del glú-glú está hecho de comodines, de palabras que se pueden cam-
el glorígloro aletear biar por otras con relativa impunidad. Pero ¿tienen razón?
palma, clarín , ola, abril [... ] Eso depende de qué tan relativa sea esa impunidad. Sería
absurdo, por ejemplo, "traducirlo " por "serin nowa. Maja-
Aquí rozamos ya con algo que de veras se nos escapa y bi an de bugui': porque entonces, aunqu e se trate también
que tal vez sólo Dámaso Alonso se habría atrevido glo- de un endecasílabo, ya no nos sonaríaa Dante. Pero acaso
sar, como glosó el Polifemo.Porque, en efecto, ¿qué sig- no fuera excesivo hacer lo que en efecto hizo Ángel Crespo,
nifica glorígloro?¿Se trata de una invención -o de una que conservó todo s los sonidos y los acentos del verso, ex-
catacresis, como diría la retórica -, relacionada quizá con cepto los de la última palabra, pues esa sí la modificó a su
gloria,glorifico,etcétera? Tal vez no significa nada, y en- conveniencia, para que rimara con los otros dos versos con
tonces Alfonso Reyes hubiera podido usar la palabrita los que tenía que rimar.
para ejemplificar esa figura poética que él llamó jitanjá- En el fondo, pues, todo depende de la radicalidad con que
fora y que, pintada en trazos muy gordos, no es más que se mire el asunto. Si uno cree, por ejemplo, que "lo poético"
una forma sin sentido preciso, como la canción de mo - es una suerte de esencia, a la que arbitrar iament e se le im -
da que citamos al principio de estas líneas , y como un ponen ciertas formas, entonces podría llamar "trad ucción"
verso de Dante sobre el que he hablado en otra parte incluso a una adaptació n en prosa, para niños, de la Divina
(ver "El diccionario de Nemrod", en SobreEscribir,Edi- Comedia;si uno cree, por el contrario, que es sólo su forma
ciones sin Nombre, México, 2002). En la traducción de lo que hace poesía a la poesía, entonces no se animará jamás
Ánge l Crespo, el verso dice así: a emprender la traducción de un poema, o no le hará falta.
Pero ¿es posible hallar una vía media entre estos dos extre-
mos? Permítanme citar ahora lo que al respecto dice Arthur
Rimbaud , que escribió una famoso soneto titulado "Voca-
les'; al que luego se refirió en su "Alquimia del verbo'; don -
de dio la siguiente explicación, que cito aquí traducida por
Oliverio Girondo y Enr ique Molina:

[... ] yo creía en todos los encantamientos.


¡Inventaba el color de las vocales! -A n egra, E blanca, I roja,
O azul, U, verde-. Regía la forma, el movimiento de cada con-
sona nte, y, con ritmos instintivos, me jactaba de inventar un
verbo poético, accesible, un día u otro, a todos los sentidos. Re-
servaba la traducción.

Es difícil comenta r este párrafo. Sin embargo, podemos


decir que hay en él la misma idea de "coloración del verso"
que Dámaso Alonso, por comparación, enunció con bastan-
te timidez. Rimbaud presume de un sistema que no sólo
afecta al color de las vocales y de las sílabas que éstas definen
-cosa con la que se conformaba don Dárnaso-, sino además
a las consonantes, al ritmo del verso y, lo que es más, mucho
más, a la percepción completa del poema con "todos los sen-
tidos''.Pero este sistema no era, desde luego, ni tradicional ni
evidente en sí mismo (como lo son las formas métricas), de

marzo-abril,
2003 E L COLEG IO DE MtXI CO 9
tal suerte que Rimbaud podía "reservarse" la traducción lico. Y así, más que una intención , él ve en la forma vacía de
-q ue es como decir la tabla de equivalencias, el diccionario sus palabras un mensaje; donde nosotros oímo s "Aserejé': él
que podr ía servir a la vez de testigo y pue nte entre la versión oye una invitación "a ser hereje''.
"original" del poema y su traducción "a todos los sentido s''. Por eso creo que un buen traductor de Rimbaud podría
Pero ¿no quiere esto decir que si podía reservarse parasí la -y aun debería- creer él también por un instante "en todos
traduc ción era sólo porque el diccionario necesario para los encantamientos" y tratar de reconstruir las convencio-
hacerla era fatalmente personaP. Supongo que sí. Pero tam- nes de su código, pero cuidándose mucho de los fanatis-
bién supon go que si Rimbaud podía reservarse la traduc- mos -c uidándos e, por ejemplo , d e creer que una forma
ción era también sólo porque esa traducción era posible, es un sign ificado, pues en el caso de los convenciona lis-
porqu e hay quiz.ásen el original un código buscable, halla- mo s sí se trata de leer la letr a al pie de la letra, oyendo
ble, reconstruible . Un código arbitrario, desde luego, como su forma antes de atender a su significado. Visto así, el tra-
el de quien dice que la u es oscura, y traduce así una sensa- ductor de poesía es una especie de arqueólogo del oído -o
ción acústica a otra visual ... Pero hay que tener cuidado en de todos los sentido s, si se quiere ir tan lejos como Rim-
esto: al decir "código arbitrario" no me refiero al sentido que baud- ; es a su manera un filólogo, alguien capaz de atra-
la lingüística da al término arbitrario sino a algo más nor- par eso que suena en un poema, para hacer que suene
mal y corriente, a un código convencional y caprichoso; con también en su traducción.
ello quiero decir que la tabla de las vocales de Rimbaud sir-
ve sólo para dar equivalencias, no para establecer significa- Me avergüenza admitir que esto que digo no es más que
dos; a la materia vocal de los poemas se le asigna un lugar común, pero lo ha go al menos con un fin hu -
convencionalment e una equivalencia, lo cual es muy distin- milde: el de volver a pronunciar en público esa palabri-
to de un verdadero significado, que ni se asigna ni es de ve- ta ya casi desaparecida de la jerga lingüí st ica: filología.
ras convencional. La forma de la que estoy hablando aquí Habrán ustedes advertido que el centro de todo lo que
puede verse pues como un símbolo, como un emblema o llevo dicho es el comentario que un filólogo hizo de un
una alegoría, pero nun ca como un signo verdadero. Si la poema clásico. Agregaré además que la edición que yo
viéramos así, como un signo, correó amo s el riesgo de co- tengo del Góngora y Polifemode Dámaso Alonso viene
meter ese pecado - mezcla de iconoclastia y fetichismo- que de la bibliot eca del King's College de Londre s, que la
hace unos días llevó al Sr. Abner López, devoto evangélico, puso a la venta (ba ratísima), no sé si porqu e la tenía re-
a afirmar en la televisión que las palabras sin sentido de la petida , porqu e compró una más reciente, o desp ués de
canción que canta Diego son en realidad un mensaje diabó- comprobar que nadie la había cons ultado en no sé
cuántos años. En cualqui er caso, alguien la consultó,
pue s está llena de subray ado s y tiene algun os comenta -
rio s al marg en, escritos a lápiz, en inglés. Ojeándo los,
no parecen ser de alguien que se propo nga ha cer una
traducción del Polifemo,sino acaso sólo un comentario , i
pero no creo que sus subrayados fueran inútil es para un s
tradu ctor. El lector anónimo, por ejemplo, subraya do - r
blem ent e estas líneas: r
¡;
Góngora recibe de la tradición imágenes ya hechas: "dientes e
como perlas''. "ojos como soles"; en esos casos el poeta suele
usar sólo la palabra perten eciente al plano imaginario , o sea,
r
un a metáfora: y si hablando de una muchacha men ciona las
b
"perlas': los dos "soles': etc., ya sabemos sin más, que habla de r
sus dientes o de sus ojos. Todo eso es tópico. ti
c
Sí, es tópico , pero qué precioso sería este breve comen- ll
tario para alguien que no estuviera familiarizado con los t,
lugares comunes de nue stra lengua -o, para el caso, de la p
de Góngora , cosa mucho más difícil. Si esa lengua merece a

10 BOLETIN ED I TO RIAL marzo-abril,


2003 n
los tomos que Alonso le ha dedicado para los lectores espa- saca de nuevo a la luz? Una casa, una tumba , un jarrón, una
ñoles ¿cuántos no merecerá para los lectores de otras len- herramienta; un soneto, una silva, una redondilla. Esas co-
guas? La verdad es que, con o sin discusión de por medio , sas tienen todas una definición bastante precisa y son per-
Dámaso Alonso se dio a la tarea de reconstruir el dicciona- fectamente reconocibles, aunque podamo s luego abrigar
rio personal de Góngora, con todos sus sentidos (sensoria- muchas dudas sobre el sentido que tenían en su momento
les y de los otros); una labor quizá más ardua que la de y en la cultura a la que pertenecieron. Podemos, por ejem-
reconstruir el de Rimbaud. Mal haría , por eso, quien qui- plo, preguntarnos si la Epopeyade Gilgameshtenía o no pa-
siera traducir el Polifemoahorrándose la lectura de don ra los acadios una lectura escatológica, pero en todo caso
Dámaso. está bastante claro que se trata de un poema, pues está es-
Con esto no quiero proponer que las traducciones las crito en versos. ¿Cómo lo sabemos? No porque las líneas
hagan sólo los especialistas. Eso está bien para las ediciones del texto que conocemos no llenen bastante sus renglones,
académicas, eruditas, pero no tienen por qué ser así todas por supuesto (los acadios escribían todo muy apretada-
las traduccion es. A lo que quiero aludir sacando a relucir el mente en sus tablillas), y ni siquiera por sus rimas, pues no
término filologíaes a una especie de disposición, a una ac- las tiene. No, nada de eso. Sabemos que la Epopeyade Gil-
titud que "para la oreja" a algo más que el significado léxi- gameshes un poema, simplemente, porque a los traducto -
co de las palabras (el que se puede consultar en un res del asirio lessonóalgo que identificaron con el verso (un
diccionario) y cede al encantam iento -como Rimbaud , co- ritmo constante ), o con ciertos procedimientos poéticos
mo Quevedo cuando decía: "Nada me desengaña. / El (como el estribillo). De este modo , tradujeron una forma a
mundo me ha hechizado''. Se trata, supongo, de la misma otra -si es posible decir que esto es traducir. Y lo hicieron
actitud a la que aluden quienes dicen que se necesita un del mismo modo en que tendría que hacerse en el caso de
poeta para traducir a otro poeta. Aunque yo no comparto Rimbaud, aunque -todo hay que decirlo- el asirio "se re-
del todo esa idea, entiendo a dónde apunta: un poeta está servaba" su traducción con mucho más celo que Rimbaud.
atento a ciertas cosas "poéticas" que los traductores no poe- Pero eso, gracias a Dios, no bastó para desanimar a los pri-
tas pasan por alto. A menudo esas cosas "poéticas" no son meros traductores, como no desanimó hace algunos años a
sino algo que suena en el poema original, pero -se dice- Jorge Silva, que tradujo la Epopeyade Gilgameshtratando
sólo para el poeta; algo que no le suena al no poeta. Es po-
sible que, en efecto, un poeta tenga mejores herram ientas
para hacer re-sonar esoen una traducción (y en su propia
tradición), pero creo que esto sólo ocurre porque tiene un
oído educado y presto tanto a lo que escucha como a lo que
pronuncia. Su ventaja sobre el traductor no poeta reside
sólo en eso: en que ha educado su oído -como por lo de-
más hace también el filólogo-, pero no en una supuesta
inspiración de segundo orden (en un re-soplido de la Mu-
sa). Si su oído es más sensible es porque se ha ejercitado
más en la lectura y escritur a de poemas, pero el ejercicio
mismo de estas dos actividades no tiene por qué implicar
una "inspiración" propia, una segunda iluminación. El tra-
ductor de poesía no tiene por qué ser visitado nuevament e
por la Musa que visitó al poeta; no tiene por qué ser él tam-
bién un inspirado (y hasta es posible que no haya cosa más
peligrosa para un poema que un traductor inspirado); al
traductor le basta con "reconstruir" arqueológica, filológi-
camente la escena en que el poeta recibió el dictado de la
Musa. Porque, después de todo, eso que él va a decir ya es-
tabaahí:no es él mismo quien va a decirlo por primera vez.
Por eso para él, como para el arqueólogo, lo primero que
aparece, su primer misterio, es una forma. ¿Qué es lo que él

marzo-abril, 2003 EL COLEGIO DE M~X!CO 11


de reflejar de algún modo sus peculiaridades poéticas. Di- tonces en qué forma debían "caber" esos versos, le pedí
ce, por ejemplo, Silva en la Introducción a su traducción: a Selma que se pusie ra de pie y me los cantara, lleván-
dose la mano derecha al corazón; o sea, que se olvidara
La obra acadia es un texto literario -recur re a términos eleva- de lo que decía el poema y me lo cantara con la melo-
dos- y poético -los acentos de cada verso y de cada hemisti- día del himn o nacional mexicano. Después de resistirse
quio tienen una intención prosódica. He hecho un esfuerzo
para encon trar una expresión noble pero no altisonante en el
un rato, Selma cantó . El poema cuadró en su canto. Y
lenguaje de mi traducción y he buscado que los versos tengan entonces tuvimos que tomar una decisión grave y sin
cierto ritmo. He dividido los hemistiquios en líneas separadas, duda discutible. Nuestra pregunta era: ¿podemos tra-
la segunda de las cuales lleva una sangría, con objeto no sólo ducir ese poema de amor a un ritmo decasílabo, ma-
de reflejar la forma prosódica del poema acadio, sino también chacón, de marcha militar? Selma alegó que en ruso el
de ayudar al lector a percibir ese esfuerzo de traducción rítm i-
ca. Cuando el verso acadio es más largo, lo que sucede fre-
poema no sonaba a himn o nacional, ni a marchama-
cuentemente al final de ciertos pasajes, o bien cuando el giro chacona, sino suave y ligero, como suave y ligero era lo
español exige un mayor número de palabras, he dividido el que decía. Para ella era como si lo dijera en endecasíla-
verso en tres líneas, lo cual no corresponde al verso acadio, pe- bos; a eso les sonaba tambi én a los otros testigos, y así
ro ayuda a mantener el ritm o buscado.
lo hicimo s sonar finalmente en españo l. He aquí el poe-
ma:
Es éste un pasaje técnico, sin duda, pero revelador. Des-
cribe de qué modo el traductor vierte a su propia lengua, ELVIENTO
no ya las palabras de un poema sino su forma. Y así con-
fiesa que, cuando le es imposible traducir en dos hemisti- Yo he muerto, pero tú aún respiras.
quios un verso acadio, introduce una cesura de más para Y el viento, con su queja desdichada,
extender el verso castellano; hace suyo así un recurso que desde las lejanías infinitas
los propios acadios empleaban a veces para "rematar" cier- hace temblar al bosque y a la <lacha.
tos pasajes. Lo notable del caso es que la forma que resul- No sacude los pinos uno a uno
ta tiene sentido en español,tanto como el que tiene un sino que los agita a todos juntos
soneto en versos alejandr inos o un soneto de dieciséis ver- como si fuesen cascos de veleros
sos. meciéndose en los muelles de algún puerto.
No creo que de esto se siga que es posible hacer una ta- Y no lo hace por simple atrevimiento
bla de equivalencias entre las formas métricas de dos len- sino porque desea encontra r dentro
guas distintas, pero no es desde luego ocioso preguntarse de la tristeza las palabras justas
sobre estas equivalencias. ¿Qué forma métrica es preferible que necesita tu canción de cuna.
para traducir las nurseryrhymesinglesas?¿Debemos calcar
sin más en español la estructura de los limericks? ¿Qué ha- Es un hermoso poema. Pero ¿se lo imag inan al ritmo
cer con las rimas francesas "para el ojo" (no para el oído)? de "Mexicanos al grito de guerra / el acero aprestad y el
Pero déjenme ponerles un ejemplo personal. bridón / y retiemb le en sus centros la tierra / al sonoro
Yo he servido de versificador en algunos poemas que rugir del cañón"? A mí, la verdad, eso no me hubiera
ha traducido Selma Ancira, del ruso y del griego. Yo no sonado "natural" en español, sobre todo tratándose el
hablo ninguna de esas lenguas, pero Selma me lee en poema de lo que se trata. Pero eso es ya una considera -
voz alta el poema en su lengua original y yo trato de ción sobre el significado de los versos, y en estas líneas
pescar lo que buenamente pueda para luego discutirlo yo he querido limitarme a hablar de la forma, de la me-
con ella y, si hay posibilidades, con otros hablantes de ra forma, de eso que yo oí recitado por Selma, sin en-
español... y ruso, o griego. El caso es que un día me le- tender una palabra. Porque en ese momento para
yó en voz alta un poema de amor de Pasternak y yo no nosotros tampoco era importante saber qué decía el
logré reconocer en él una estructura definida, por más poema para cantar lo, como hace Diego el de la canción, s
que a mi oído le sonara.Pensé que tal vez la métrica ru- que goza y baila feliz al ritmo de I
sa no coincidía en esto con la española, y que tal vez no a
1
medía sus versos en sílabas y acentos sino en pies, como Aseregé. Ah. Begé. s
hacían los antiguos griegos y romanos. Para decidir en - Begebe tu begébere.C

12 BOLETIN ED I TORIAL marzo-abril, 2003


RAINER MARIA R ILKE

Elegíasde Duino
(Traducciónde Uwe Frisch)

PRIMERA ELEGIA o
Sí,
• Quién,
~
si yo gritara, me escucharí a
en los órdenes celestes? Y si un ángel
las primaveras te necesitaban .
Infinita s estrellas esperaron
C., de pronto me ciñera contra su corazón , que tú las contemplaras. Tal vez en el pasado
la fuerza e u ser me anularía; viste elevarse un a ola henchida o desde una ventana abierta
porque la belleza no es sin o la iniciación la sonori d ad de un violín se te en tregó.
de lo terrible: un algo que no sotro s Todo era mensaje.
podemos adm irar y sopo rtar Pero dime, ¿supiste tú abarcarlo?
tan sólo en la m edida en que se aviene, ¿No te hallabas disperso, perdido en tu esper anza,
desdeñoso, a existir sin destruirno s. como si todo y siemp re te anuncias e
Todo ángel es terrible . Así yo, ahora , una amada? (Dí, ¿cómo podrí as esconderla,
me reprimo y sepulto en mi pecho y d ónde, si los grandes y extraños pensamie ntos
el oscu ro sollozo de mi grito de reclamo. que pasan por tu ser que dan contigo
¿A qui én podremos, recur rir? y p erdu ran en tu noche?) Mas si aún sientes nostalgia,
Ni a los hombr es ni a los ánge les. canta a los enamorados:
Incluso las best ias, astut as, se percatan nadie inmorta lizó con adecuada
de q ue es torp e e insegu ro nu estro paso largueza su afamado sentimiento.
que yerra por un m undo interpr etado. Sí, canta
Tal vez, quién sabe, pudiera socor rernos a las abandonadas que tú encuentras,
ese árbol que en la solitaria ladera casi envidiándo las, más amorosas
contemplamos diar iamente, que las correspon didas satisfechas.
o el camino de ayer y la rem isa Com ienza una vez más la jamás lograda
lealtad de una costumbre que habituada loa. Y piensa: el héroe se m antien e sin cesar
a nosotros , prosigu e a nuestra vera. a tal pun to que su propia mu erte
¡Oh, y la noche, la noche . . . 1 Cuando el vient o sólo es un pretexto para su nacer definitivo.
lleno de espacios cósmicos nos roe Pero ¡ay! a los amantes,
las mejillas, ¿a quién no se dará fatigada, la natural eza
esa sutil desilusionadora , los recobra en su seno, ya sin fuerzas
esa anhelada presenc ia ineludib le para crearlos nuevamente.
¿Acaso
que ha de arros trar por fuerza el corazón consegu iste exaltar cum plidam ente
solitario? ¿Acaso será menos penosa
la pasión de Gaspara Stampa, 1
para los amantes?
de tal modo que algun a aba ndo nada,
Con su presencia ¡ay! se encu bren uno al otro
su destino. ¿Lo ignor as todavía?
Arroja ya el vacío que ciñes con tus brazos 1 Gaspara Stampa, aristócrata italiana nacida en Padua en 1523
al vacío del viento que respira s. y muert a en Venecia en 1554, dejó una colección de cerca de
Tal vez las aves en su vuelo íntim o doscie~tos sonetos que hablan de su amor - inicialmente feliz y con
sientan en toda su amp litud el aire. posteridad no correspondido- por Collatino di Collalto, príncipe
de Trevi.

marzo-abril, 2003 EL CO L EG IO DE MtlX I CO 13


de ellos esa apa r iencia de injust icia
que, a las veces, coh ibe
el puro movim iento de su espíritu.
o
Ciertamen te es extraño no habitar ya la tierra ,
no seguir pract icando unas cost umbres
apenas ap rend idas;
no dar , no atribu ir significados
de futu ra realidad humana ni a las rosas
ni a esas cosas que son ofrecimientos
sin fin. No ser lo que se era
en la infinita angustia de esas manos;
tener que desprenderse hasta el p ropio nombre,
como quien lanza, lejos de sí, un juguete roto.
Extraño es no volver a desear
los deseos. Extraño es ver, deshecho,
disperso en el espacio todo aq uello
que estuvo unido.
Y es penoso estar mue rto,
y muy arduo recobrar, poco a poco,
u n asomo de eternidad.
Pero todos los vivos cometen el error
de quere r distinguir con excesiva
nitidez . Los ángeles -se d ice-
ignoran a las veces si están entre los vivos
quizás , o entre los muertos. El eterno
torre nte arrast ra las edades todas
por ambos reinos y sobrepo ne en ellos
la fuerza de su voz.
emuland o su ejempl o, o
dijera: -"Si yo fuese co mo ella ... ", Pero, en fin, los urgidos prematuros
Estas antiguas amarguras que se mar charon ya, no necesitan
¿no debieran serno s más fecundas? de nosotros . Con lenta y paulatina
¿No es ya hora de que amando nos libremos remisión va perd iéndose
de la persona amada, reprimiéndono s la ar raigada costumbre de lo terreno, como
trémulamente co mo la flecha se afirma se pierde hasta el apego que nos u ne
en la cuerda del arco para ser en el salto a los tiernos pechos de una madre .
más de lo que fue? Pero nosotro s, qu e necesitamo s
Pues no hay un deten erse. de tan grandes misterios;
nosotros, para quienes del du elo mismo
o surge un progreso bienhadado,
¡Voces, voces! Escucha , corazó n,
¿podríamosvivir sin ellos?
como sólo los santos escucharon,
¿Es vana la leyenda según la cual, antaño,
los santos a quien es la inm ensa llamada levantó
en la lamentación por Linos,2
d e la tierra sin que ellos, impo sibles,
atrevida, la p rimigenia mús ica
d ejaran de seguir absortos, de rodillas ,
penetró la estéril rigidez de las esferas,
sin atend er a nad a, consagrado s a oír.
y entonces , en los ámbitos atónitos,
Y no es que puedas sopor tar la voz
(que u n efebo, un don cel casi divino,
de Dios, no; pero escucha el lastimero
aba ndonó de pronto y para siemp re),
sop lo del espacio:
el vacío inició su vib ración .. .- la misma
ese ininterrumpido mensaje que se forma
que aún nos arreba ta, consuela y reconforta?
del silencio y qu e viene hacia ti, murmurando,
desde los que murieron jóvenes.
Dond e quiera que entrara s, en los templos
de Roma y Nápoles, ¿no te decían, 2 Linos, joven poeta contemporáneo de Orfeo cuya muert e,
serenos, su destino? ¿O en cualquier epitafio, según el correspondi ente mito griego, sumi ó a los circu nstan tes
com o recientemente en tal estupo r que este último se vio precisado a inventar la
-allí en Santa María Formosa- aque lla lápida? música para reanima rlos, componiendo con ello la primera
¿Qué desean de mí? Sí, he de borrar qu edamente lamentaci ón.

14 BOLETIN EDITORIAL marzo-abril, 2003


SEGUNDAELEGIA El cosmos en que n os disolvemos , ¿tiene tal vez nuestro sabor?
¡Capturan los ángeles lo suyo solament e, lo que manó de su pre -
sencia,
Todo ángel es terrible.
o a veces y como por descu ido
Y sin embargo -ay de mí-
algo ~e nu estro ser penetra en ellos?
yo os invoco sabiendo lo que sois,
¿Acaso estamo s confundido s en sus rasgos
pájaros casi mortales para el alma.
como la vaguedad y el estupor en el rostro de la muj er encinta?
¿Qué fué del tiempo de Tobías,
Ellos, en el torbe llino del retorno a sí mismos, no lo advierten.
cuando ante la humilde puerta
Y ¡cómo podrían advertirlo!
uno de los más resplandecientes se detuvo,
apenas disfrazado y dispu esto para el viaje, o
perdida ya la temible prestan cia? Los amantes, de saberlo, lograrían
(Do ncel pa ra el doncel, decir extrañas cosas en el aire de la noche,
¡cómo miraba en su curios idad!/ pues parece que todo nos pretende ocultar.
Si ahora, desde más allá de las estrellas el peligroso arcángel Mira: los árbo les son,
tan sólo descendiera un paso hacia nosotros, las casas que habitamo s cont inúan existiendo ;
latiendo a su encue ntro sólo somos nosotros que pasamos
nos aba tirían, ansiosos, en aéreos trueques ante ello.
los golpes del pro pio corazón. Y todo coincide en sigilamos,
Decidme, ¿quiénes sois? tal vez un poco por pudor
o y otro poco, quizá ,
por esperanza inconfesada.
Oh vosotros, iniciales perfecciones,
predilectos de la creación, o
cúspid es, cimas, Aman tes, a vosotros que os bastáis
crestas del aman ecer de todo génesis, en la reciproca satisfacción de vuestros goces,
polen de la divinidad en flor, es que vengo a preguntaros por nosotros.
art iculaciones de la luz, Os tocáis , pero decidme: ¿Poseéis las pruebas de ello?
pasadizos, escalas, tronos, A veces acontece que mis manos
espacios de existencia, intu yen mutuame nte su existencia,
escudos d e la dicha, o qu e mi rostro gastado
tumultos de sentimi entos torm entosos y extasiados, bus ca en ellas un refugio.
y de improvi so aislados, espejos Esto me hace sentirme en cierto mod o,
que reflejan la propia be lleza escapada a torren tes mas ¿quién sólo por sentirs e pret endería ser?
de nu evo radiante en su rostro .. . A vosotros, sin embargo , que crecéis en el éxtasis del otro
o hasta qu e, subyu gad o, implora: - "Ya no más... ";
Porqu e nosotros, al sent ir, nos disipamos. a vosotros, que bajo la caricia arr ebatada de las manos
Nos consumimos -ay- en nuestro prop io aliento devenís más plenos, como el año
y de ascua en ascua exhalamos un aroma más tenue cada vez. en que se dio una más rica cosecha en las viñedo s;
Ento nces, alguien nos dirá: a vosotros, que dejáis de ser a veces
-"S í, tu ser entrega en mi sangre , únicam ente porqu e el otro se imp one y prepondera;
este cuarto y la pr imavera se me llenan de ti. . ." os pregunto por nosotros.
Pero no importa , porque no puede retenernos Harto sé por qué en vuestro contacto hay beatitud tan grande:
y nos diluimos en él y en torno suyo. porqu e persiste la caricia
Mas a ellos, qu e poseen su belleza, ¿quién los podría retener? y no se desvanece el sitio qu e recubrís tan tiernamente ,
Cam bia en su rostro de continuo la aparienc ia y al fin se desva- porqu e bajo él sentís la pura duración.
nece. Y así pensábais alcanzar casi la eternidad en el abrazo.
Com o el rocío de la hierba matinal, Y sin embargo , luego de sopo rtar el sobresalto
como la tibieza de un m anjar caliente, de la prim er mirada que se encue ntr a,
así se aparta lo nuestro de nosotros . luego de la nostálgica espera ante la ventana clausurada
Y la sonrisa, ¿a dónde? - ¡Oh levantar los ojos arrobados, y de ese únicoprimer paseo dado junto s a lo largo del jardín ,
nueva y ard iente onda enajenada al corazó n! d ecidm e, amant es: ¿seguíssiendo los m ismos todavía?
Y sin emba rgo, ay, somostodo eso. Cuand o vu estros labio s inician el beso en mu tua libación,
- ¡ah! - que extra iiamente se evade de su acto el libado r. . .

o
3 ¿No os asombra la mesura del ademán humano
Rilke alude aquí a uno de los textos bíblicos calificados de
"apócrifos", el Libro de Tobías, qu e cuenta cómo el Arcángel Rafael en las áticas estelas funerar ias? ¿No se p osan allí
acompañó al joven Tobías durante toda una jornada sin que éste el amor y el adiós sobre los hombro s tan ingrávidame nte
apercibiera de quién era su compañero . como si fueran de mat eria dist inta que en nosotro s?

marzo-abril,2003 EL COLEG I O DE MtX I CO 15


- ante s de que la joven otorgara el alivio
y con frecuencia tambi én como si ignoras e que ella existía-
¡ay!, manando lo incogno scible,
e irguió la cabeza divina
al empl azar a la noche a la revuelta infin ita ...
¡Oh el Neptuno que habita en la sangre ,
oh su terrible tridente!
¡Oh el viento sombr ío que nace en su pecho
de curva conc ha marina!
Escucha có mo la noch e ondula y se ahueca.
Estrellas: ¿no proviene de vosotras acaso
el deseo que mueve al ama nte hacia la faz de la amada?
¿Y no debe él la visión más íntima de su purísimo rostro
a la más pura estrella?
o
Ay, no fuiste tú, mujer,
ni fue su madre
quien así tendió para la larga espera
el arco d e sus cejas.
Y no a instancias tuyas, no,
mujercita juvenil qu e lo sentías,
fue que sus labios se curvaron
en la más fecu nda expresión .
¿O en verdad crees que tu ligera presenc ia
pudo trastornarlo de ese mod o,
tú, que transcur res como el aire sutil de la mañana?
Sí, indudab lem ente tú aterraste su corazó n,
pero terrores más antiguos
Recordad cómo se tocan, sin op rimir , las manos se precipitaron en él
aunqu e en los torsos la fuerza se eleve y perdur e. al choque d e tu ar rimo.
Due ños d e sí, co n su silencio proclamab an: Llámalo, pero nun ca pod rás arrancarlo d el todo
- "Hasta aquí llegamos. a tan tenebrosa ami stad.
Estees nuestro d omin io. Así es nuestro contac to. Ciertamente, él quiereevad irse, brota
Los dioses nos oprimi rían con más fuerza. y con alivio halla acomo do
Pero eso ya sería cosa de los dioses ." en tu acogedo r corazó n
y se pr incipia allí.
o Pero ¿es que alguna vez se comenzó a sí p ropio?
¡Oh, si tamb ién nosotros enco ntrá ramos Mad re, peque f10 tú lo hiciste.
un coto puro y perdur able de susta ncia humana , Fuiste tú quien lo emp ezó.
una franja nu estra d e tierra fecunda Era nuevo para ti,
en tre el río y la roca! Porqu e nuestro corazó n y ant e la mirada de sus ojos recientes
nos sobr epasa - como a ellos. extendiste el mu ndo amistoso y apar taste el hos til.
No pod emos seguirl o ya co n la mirada ¿Dón de -ay- están los años
hasta las aquietado ras imágenes qu e los sosiegan en que ocultabas tan sencillamente
ni a los divinos cuerp os donde, con tu figura esbelta
aún más grande, se mod era y descansa aquel rugiente caos?
finalmente. ¡Fue tanto lo que le evitaste de ese modo!
Torn aste inofensiva
la inqui etant e noche de su alcoba,
TERCERA ELEGIA
e infundiste en el espacio de sus noches
Una cosa es cantar a la amada un espac io más hum ano
y otra -¡ ay- cantar a ese dio s, secreto y culpable, que sacaste de tu propio corazón-
del río de la sangre. todo él refugio pleno.
¿Qué sabe el doncel, Y no en la oscuridad , sino en tu más pr óxima presencia
a qui en ella reconoce ya desde lejos encendi ste la lámpara nocturna,
porque le fue destin ado, que ardió con amistad .
acerca del Seño r del Placer? - Parecía que allí no se pudiera oír
el que surg ió tant as veces cruji do algun o que tu sonr isa n o explicara,
desde la soledad más profunda como si sup ieras desde siempr e

16 BOL ET I N ED ITORI A L marzo-ab ril, 2003


cuánd o se van a comportar así
las m aderas del p iso.
Y escu chándote, él se serenaba.
¡l anto pud o ent onces la ternur a
q ue habí a en la simple acción
d e levantarte! Mas su d estin o,
embo zado en un alto abri go,
emergía tras del arma rio
y ent re los pliegues levem ente agitados
de la cortina
ha llaba adecuad o acomodo
su inqui eto por venir.
o
Y él m ismo, que aliviado
yacía diluyendo bajo el sop or de sus párpa dos
todo el du lzor de tu ligera figura
en la saboreada anteforma del sueño ,
¡cómo pareda estar protegido !
Mas ¿qu ién lo defend ió en su propio interior,
qu ién pudo evitar dentro de él
el flujo torrencial
de su origen?
no había- ay-
en el qu e estaba du rmiendo
recelo algun o para advert irlo.
Dormido , pero soñand o y feb ril,
se entr egó sin reservas.
Y aun que era tímid o y nuevo,
¡de qué modo qu edó preso ento nces
en las enredaderas d e conti nuo crecien tes
d el acaecer interior, ya el ho rror estaba disuelto en las aguas aquellas
entr elazadas y ya configu rand o d iseños, que aligera n la germinación .
un crecimiento asfixian te
y formas esquivas qu e tra nscurren fugaces o
casi de un modo animal! Mira, nuest ro amor no procede,
¡De qu é m anera se <lió ! como el de las flo res,
Amaba. Q uiso a su inti mid ad , d e una sola estación .
su agreste interio r, Cuand o amamos, una savia inm emorial
esa selva ancestral que llevaba en sí, asciend e a n uestros brazos.
sob re cuyo ant iguo y mud o de rrumb e Y --0 h mujer-atie nde a esto también:
se alzaba - lumin osamente verde- su corazó n . lo que amamos en nosotros m ismos
Am aba ese mund o inter ior, pe ro lo abando nó no es u n único ser por venir
y remont ó sus prop ias raíces sino la inn úmera fermentación ;
hasta el poderoso or igen no ama mos a un solo niüo
don de su breve nacimiento sino-que amamos tam bién a los padres,
estaba ya superado . que reposan co mo sólidas ru inas de antiguas montañ as
Y amand o d escend ió a los veneros en las pro fundidades d e nuestro ser,
de la san gre m ás vieja y amamos el cauce ya seco de las madr es qu e fueron
y bajó a los abismos de lo terr ible, y el paisaje entero q ue perman ece callado
que tras del hartazgo bajo una fatalidad cub ierta de nubes
yacía colmado aú n po r sus padres. o despejad a qu izá-
Cada ter ror lo conocía y esto,mujer , te precedió.
y le guiñaba los ojos casi con connivencia. o
Sí, le sonreía el hor ror. .. Y tú mism a, ¿qué sabes?
Rara vez, madre, sonreíste con tanta tern u ra. Hiciste aflo rar en el aman te edades remotas,
¿Y cómo no amar aquello pero ¿sabes qu é sent imientos se agitaron ent onces
que tan risueüa men te lo acogía? desde seres ya extintos?
Él lo amó antes que a ti, ¿Qué muj eres te od iaro n allí?
porque cuan do lo co nducías en tu interior ¿Qué hombres siniestros

marzo-abril, 2003 EL CO L EG I O DE MlX J CO 17


¿Acaso los amante s no tropie zan
sin cesar con sus límites, uno en el otro ,
ellos que se habían promet ido
extensas amplitudes, abundant e cacería y un hogar?
Entonces, en el fugaz dibujo de un instante
apu nta el trazo ya
de un fondo d e contradicción,
labor iosamente construido
para que lo podamos advert ir:
que no se nos perd ona la evidencia.
Nosotros ignoramos el contorno
del sentimien to y sólo percibimos
aquello que lo forma desde fuera.
¿Quién no sintió la angusti a
d e senta rse ant e el retablo del propio corazón?
El cortinaje se elevó.
El decorado era un adiós,
una escena fácil de enten d er.
El jard ín conoc ido que oscilaba
levemente: sólo entonces llegó el bailarín.
Y no era él. ¡Ya basta!
A pesar de su desenvuelta ligereza
se advertía el disfraz.
Se convierte en un burgués
que entró en su casa
a través de la cocina. (Estas medias caretas no me gustan.
Prefiero, claro está, la mar ione ta.
Es más cabal. )
despertaste en sus jóven es venas' Quiero sostener en mis manos
Y niño s mu erto s te tendieron los brazo s ... el ingenioso mecanismo,
Oh, suave, mu y suavemente tirar de los alambre s
haz algo am able ante él - tal vez una diaria tarea y contemp lar su rostro hecho d e apariencia.
que dé seguridad y certeza; Aquí. Dispuesto estoy.
condú celo a las proximi dades del jard ín, Aunqu e las candilejas se extingan finalm ente
otórgale el peso qu e da gravedad a las noches . . . y alguien me diga: - "Nada más";
Retén lo ... aunqu e desde el escenario sople el vacío
con su corriente de aire gris;
aunque ninguno de mis taciturnos
C UARTA ELEGIA antepasados qu ede sentado junto a mí,
ninguna muj er
4
Oh árb oles de la vida, y ni siquiera el muc hacho del castañ o ojo bizco.
¿cuándo llegará a vosotros el inviern o' me qu edo, sin emba rgo. Siempre hay algo qu e ver.
No vamo s unánim es ni acord es
como las aves migrator ias. o
Vamos, inopo rtunos y tard íos, ¿Es qu e acaso no tengo yo razón ?
imponiéndono s de súbito a los vientos Tú, padr e, a qu ien la vida supo tan amarga
para caer más tarde al saborear la mía,
en algún estanq ue indiferente. y en tanto yo crecía
Sabemos a u n tiempo prosegu iste sorbi endo en moro so paladeo
del florecer y el agostarnos. la prim er turb ia infusión d e mi tarea ,
Mas los leones van por dond e sea y absorto y dominad o por el regusto acre
y mientra s su señorío dura de un porvenir tan extraño
d esconocen toda suerte de imp otencia. po nías a pru eba mi mirada aún velada;
tú , que mu erto ya, te aterras
o
Pero nosot ros,
al pensar lo un o enteram ente,
sent imo s de inmedia to 4
Este personaje, que aparece en diversos textos rilkeanos, ha sido
el despliegue de la fuer7.ade lo otro. identificado com o Egon von Rilke, un primo del poeta, muer to en
Lo hostil es lo más próximo a lo nuestro. su tempra na juventud.

18 BOLETIN ED I TORIAL marzo-abril, 2003


en mi ínt ima esperanza
y por amor a mi min úsculo d estino
ren uncias a la supr ema indiferencia de los mu ertos
- a esos vastos imp erio s de indiferencia-
¿no ten go yo razón ?
Y vosotro s, decidm e, ¿acaso no la tengo?
Vosotros, que me amabais
por el breve prin cip io de amo r que os tenía
y del que siemp re me ap arté,
pues para mí el espacio
que habí a en vuestros rostros
se transformaba, cuando lo estaba ama nd o,
en espacio cósmico
en el que ya no estabais . ..
Es mi volun tad perma necer aqu í,
aguarda ndo ante las mar ionetas-
no, más bien contemplar la escena tan de lleno
que, por equ ilib rar finalmente esta mirada
tenga que aparecer un ángel como actor
y gobern ar los h ilos de la escena.
¡Ángel y títere! Este caso sería
por fin digno de un especta dor.
Ento nces se verá reu nido todo aqu ello
que separamos al vivir
y solamente entonces brotará de n uestras estacio nes
el ciclo de la total tran sform ación.
5
Sobre nosot ros, jugando siemp re, el ánge l. ¿Quién po ne en sus manos la med ida d e todas las distancia s?
Mira: los m or ibundos jam ás sospech arían ¿Qui én, en fin, elabora su muer te
hasta qué punt o son mero pretexto con ese oscuro pa n gris que se end urece
las cosas q ue intentamos aquí , dond e realmente o la deja en su boca redond a
no es nada comoes. como el dulce y asfixiante cora zón
¡Ay, ho ras de la infancia de un a manzana her mosa?
cuan do tras de las imágenes se hallaba Es fácil p resentir al asesino.
algo más que el pasado Pero esto: cont ener la mu erte
y ant e no sotro s no estaba el porvenir ' -t oda la muerte- ,
Ciertam ente, crecíamo s de prisa, con u rgencia, contenerla dulcemente
apr esurándonos a ser pro ntamen te mayores- aú n antes d e que la vida empiece
en parte por amor a los qu e no tenían otro título y no sentir di sgusto,
q ue el de ser ya grand es. no puede ser descrito.
Sin embargo , en nuestra marc h a solitar ia
gozába mos la dicha que oto rga lo q ue dura ,
estan do en el espacio limít rofe Q Ul l\"TA ELEGÍA
entr e el mund o y el juguete, Para la sei1ora Hertha Konig
en un lugar desde el comienzo
creado pa ra el pur o suceder.
¿Qu iénes son, dim e, esos vagabu ndo s
o aún más fugaces que nosotro s mism os,
¿Quién nos m uestra un niño tal cual es? a qu ien es desde edad temp rana urge y retuerce
¿Quién lo eleva en el nocturn o cielo hasta su constelación ? sin cesar - ¿para quien, po r el amor de quién?-
una premiosa voluntad n unca satisfecha ?
Esta volun tad los descoyun ta, los dobla, los enla7/4
1,
los despide y los vuelve a recoger.
5 El términ o alemán spielen, empleado por Rilke en este pasaje Caen, a través del aire - aceitado,
del ángel y los muñ ecos, designa indistintamente los conceptos resbaladizo- en la raída alfombra,
eq uivalentes a "juego" y"act uación" en castellano. El poeta lo utiliza d esgastada
aquí aprovechando tal amb ivalencia significativa. Como no existe por su etern o saltar; en esta alfomb ra
en español un vocablo capaz de reproduc irla, hemos optado por - tan perdida en el cosmos-
emp lear prim ero la expresión "un ángel como actor" para después q ue colocan a modo de em plasto sob re el suelo,
referirnos al elemento lúdico implícito en tal ocupación, hablando com o si el cielo gris del arrab al
del ángel que "juega" sobre nosotros. hubi era desgarra do allí la tierra.

marzo-abril, 2003 E L C O L EG I O DE M É X I CO 19
Mas apenas caídos , se yerguen y dibujan
esa gran inicial de la existencia.6
Y el emp ellón de siempre , repetido ,
derriba una vez más y como en juego
hasta a los más robustos ,
con la misma facilidad que Augusto el Fuerte
arrojaba los platos d e estaño de su mesa.
o
Y alrededor, ay, de este centro florece y se deshoja
- lentamente-- la rosa de los espectad ores.
Y en torno de ese fuste
el pistilo,
fecundado por su propio polen floreciente ,
da de nuevo el falso fruto
inconsciente del hastío
que ant e el resplandor de la más tenu e
superficie, aparenta sonreír
ligeramente.
o
He allí el marchito
y rugoso luchador
qu e de tan viejo sólo toca el tam boril,
inm erso en su enorm e epidermi s,
tan amplia
como si hubi era contenido ayer dos hombr es
de los cuales uno yacería en la fosa,
sobreviviendo el otro aquí , sord o y a veces
tropezando --s orpr endid er-
con el exceso de esa piel que en viudó.
o
En cambi o ved al joven, qu e se dirí a hijo
de una dura cerviz y de un a monj a:7
hen chido reciamente er igido en común
- restallante-- - (qu e, más rápido que el agua,
de mú sculos y de cand or. ve en pocos m inut os su cederse
la primavera y el verano y el otoño)- ,
o y que cayendo
Oh vosotros
d as en la huesa de rebo te:
a quienes un dolor, po r ento nces aún pequ eño ,
a veces, en un a med ia pausa,
recibió ayer como un juguete
qu iere nacer en ti un rost ro pleno de tern u ra
en un a de sus convalecencias
qu e se halla vuelto hacia tu madre,
prolon gadas . . .
escasas veces pró diga d e sus muestras de amor;
o mas tu cuerp o absorbe, para su super ficie,
Tú , que inmaduro tod avía, caes el tímido gesto apenas intentado .. .
con la caída sord a qu e sólo los fruto s cono cen Y una vez más el homb re palmotea
una y cien veces cada día llam ando a un nuevo brinco
de ese árbol de acrobacia y antes de que un do lor distintamente
te alcance el corazón, siemp re en galope,
se anticipa a él --q ue le da or igen-
el fuego de tus plan tas,
6 En esta imagen alude Rilke a un cuad ro de Picasso que viera en
suscitando en tus ojos el rápido fluir
casa de la señora Kóni g, Los Saltimbanquis, cuyas figuras verticales de algunas lágrimas fugaces.
parecen contraha cer una a modo de D mayúscula, letra inicial, en Y sin embargo, ap unt a ciegamente
alemán, del vocablo "existencia" (Dasein). tu sonrisa ...
7 Rilke hace referencia en este verso al cond e de Chamilly, llama-
do Nuca Fuerte por su poderoso occipucio, y a su amante, la mo nja o
portu guesa Mariana Alcoforado, configurando con ello una imagen ¡Oh ángel!: tómala ,
de la suma carnalidad y la suma espiritualidad que coexisten en los corta la hierba saludable y en flor;
amant es. colóca la en un vaso,

20 B OLETI N EDIT O RI A L marzo-abril, 2003


consérvala jun to a esas alegrías ata y envuelve
todavíano abier tas a nosotros . los inquietos caminos de la tierra
Y allí, en una graciosa urna , --cintas interminables-
celébrala con esta leyenda floral: y los trenza e inventa con ellos nuevos lazos,
"SubrisioSaltat.',B cocardas, flores, frutas
de artificia.les tintes
o para ado rnar los módicos sombreros inverna.les
Y luego tú, querida, del destino ... !
a qu ien en mudo sa.lto
sobrepasaron los goces o
más atractivos y excitan tes: Ángel: ¿hay una plaza
quizá tus faralaes que nosotros no hemos visto,
son dichosos por ti, donde -ricos- los amantes mo straran
o ta.l vez sobre tus senos sob re una alfombra inexpresable
- juv eniles y turg en tes- lo que aquí nunca lograron:
la m etálica seda verde las altas y audaces figuras
se siente interminablemente del frenesí del corazón, sus torres de placer,
mimada y satisfecha. escalas sostenid as tan sólo una en otra
Tú, fruto mercantil de indiferencia -te mblorosas-
siempre diversamente colocado allí donde no existe el suelo?
sobre todas las balanzas oscilantes Y en esa plaza lo podrían,rod eados
del equ ilibrio, por una multitud silenciosa
abiertamente ofrecido al públi co de espectadores muertos.
bajo de los hombros. ¿Arrojarán ellos sobr e el tapiz
-po r fin apaciguado--sus ú.ltimas monedas
o siempre ahorradas, atesoradas
Dónde, oh, dóndese halla el sitio desde siempre, desconocidas por nosotros
-caro a mi corazón- y eternamente vá.lidas, efigies de la dicha,
en que ni lejanamente lo podían, ante aquella risueña pareja
desgajándose aún uno del otro que sonreiría finalm ente
com o bestias que apareándose con su sonnsa
están mal acop ladas, verdad era?
donde el peso aún gravita
y donde todavía caen los platos
girando en torbell ino desde sus bastones -
colum nas que en vano
continúan dando vue ltas ...

o
Y de improvi so, en este penoso "ningún lado"
se encuentra el lugar ind escriptible
donde la pura insuficiencia
incompr ensiblem ent e se transmuta
-s altando sob re sí-
en esta hue ca demasía,
donde la suma de cifras infinita s
se resuelve en nulidad.

o
¡Oh plazas, plaza de París,
escenario infinit o
9
donde Madame Lamort,
la modista,

8 La mayor parte de los com entaristas y traductores de Rilke coin-


ciden en asignar a esta expresión en latín medieval el significado de
"la sonrisa danza''. Sin embargo, también ha sido interpretada como
una abreviatura a la manera de las inscripciones en los viejos tarros
de farmacia, que completa rezaría "Subrisio Sa/tatoris':es decir, "la
sowisa del que salta': esto es, del acróbata.
Evidente juego de palabras que hace el poeta con los térm inos El comienzo de la Octava Elegía. Facsímil del manu scrito ofrecido
franceses la mort, la muerte. a la Princesa de Thurn und Taxis-Hohenlohe

marzo-abril, 2003 EL C OLEG I O DE MtXICO 21


retuerce las ven as
en, distin ta curvatura.
Ellos se arrojan por delante,
precediendo a la propia sonrisa
como en los tierno s bajorrelieves d e Karnak
la cuadr iga al victorioso rey.
o
Próximo, extrañam ente próximo el héroe
a los mu ertos juven iles.
No se p reocupa por du rar, po r vivir un largo tiemp o.
Su ascensió n en existencia; se exalta sin cesar
y pene tra en la constelación, de cont inuo renovada,
de su constante riesgo.
Allí pocos podr ían encontr arlo.
Mas el dest ino,
que hoscamente nos cubre de silencio,
le canta con súbito entu siasmo
y lo arrast ra a la tor m enta de su mundo clamor oso.
Yo a nad ie escucho como a él.
De pronto, en un a cor riente de aire torr encial,
me at raviesa su h ond o canto ensombr ecido.
o
Y entonces,
¡cuán gustosamente de ocu ltarm e a mi n ostalgia
de ser un niño todavía!
O h, si yo fuera un niñ o,
si pu diera llegar a serlo aún
y resgua rdado en el seno mat ern al leyera,
acodado en los futu ros br azos,
SEXTA ELEG! A
la histor ia de San són y de su mad re -
que estéril al prin cipio, al fin dio todo a lu z.
Higuera: ha tiempo compr endí el significado
del exento frutecer con que cuajas sin alarde, o
casi omitie ndo toda floración , ¡Oh mad re!,
tan puro secreto en el fruto opor tunam ente decidido. ¿no fue ya en ti un héroe ,
Como la cañería de una fuente, no inició ya en tu regazo su imp eriosa elección?
tu sinuosa ramazón Miles, hirviend o en tu seno preten dían ser él.
conduce hacia abajo y a lo alto pero mira: él tomó y rechazó, eligió y se impu so.
la savia que irrump e desde el sueño, Y si un día d erribó las column as d e aquél temp lo
sin despertar apenas, fue sólo - madr e- pa ra irrump ir,
en la felicidad de su realización más dulce. ya fuera del mu ndo de tu cuerpo,
Como en el cisne -míra lo-- el d ios ... en ese mundo más estrecho
1oso stros , empero, solemos detenernos do nde continu aron su elección y su pod er.
jactándon os - ay- del florecer, ¡Oh m ad res de los héroes,
llegando rezagados oh fuentes de ríos imp etuosos!
.- traicionados así por la hojarasca- Desfiladeros a los que, gimiend o,
al inter ior tardío se habían ar rojado ya desde lo alto
de nuestro fruto final. del bo rde del corazón
En pocos asciende con tal reciedumbre las do ncellas - futu ras víctimas
la urgencia, el acoso de la acción, destinadas a ofrenda rse al hijo.
que se hallan erguidos ya en el incendio o
de la plenitud del corazó n Porque el héroe se arrojó al asalto
cua ndo la tentación del florecer, a través de las treguas qu e brin dara el am or,
suave como la brisa de la noche , y cada una de ellas,
les llega finalmente a rozar cada latido que d io en su honor un corazó n,
los pá rpados y la juventud de la boca; lo elevó aún más.
en pocos , tal vez sólo en los héro es Pero él, ya distanciado,
y en los predestinados a desapar ecer tem pra name nte, se erguía al límit e de las sonrisas
a los que la mu erte - jardin era solícita- de distin to modo.

22 BO L ETIN E D ITO RI AL marzo-abril, 2003


SÉPTIMAELEGIA o
Mira, entonces llamaría a la amante.
Mas no acudirí a sólo ellaa mi voz.
No amoroso reclamo
De sus débiles tumb as, incapaces de retenerlas, vendrían tam-
ni postrado llamami ento ,
bién las doncellas
sino voz madura y entrañable .. . -
y estarían en pie . . . porque, ¿cómo podría yo limitar
que sea de esta índo le tu grito.
Ciertamente, tú clamaste en otro tiempo -d í, cómo- la llamada puesta en mi grito?
con la pur eza con qu e lo hace el ave Quienes fueron sepu ltados antes de tiempo
cuando la estación la eleva, la sublima , o
casi olvidando que no es sólo un simple corazón Estar aquí es glori oso.
sino un an imal doliente
Vosotras lo sabíais, muchachas ,
lo que ella arroja a la íntima alegría de los cielos.
sí, tambi én vosotras, las apar entement e desposeídas
Tú, no menos que el ave, pedir ías
que os habíais hundid o,
que la amiga aún no vista
supurantes o abocadas a la inmundicia,
te sint iera; esa compañera --callada todavía-
en las callejas más viles y sórdidas de las ciudad es.
en quien despierta lentam ente la respue sta,
aque lla que poco a poco se enardece al escucharte, Sí, porqu e cada una tuvo su h ora,
la encend ida sentidora de tu osado sentimiento. quizá ni siquiera una hora en tera
sino algo apenas mensurable en el orden del tiemp o,
o un intervalo casi perd ido entre dos instantes
¡Oh sí!, la primavera entendería - en el que tuvo un ser prop io
no habría en ella un solo sitio y lo fue todo,
que no tu viera una sonoridad de anunciación:
con las venas henc hidas por la existenc ia.
pr im ero ese gorjeo inicial, inquisitivo y leve,
Mas nosotros olvidamos tan fácilmente
que desde lejos envuelve en el silencio
aque llo que el prójimo burl ón
al limpio día afirmativo;
no nos confirma o nos envidia
luego las escalas ascendentes,
que queremos alzarlo en vilo para qu e todo s lo contemplen,
peldaños de la llamada
al soñado templo del futuro; cuando en verdad ocurre que aun la dicha más visible
y después los trinos , fuente que sólo se nos da a conocer
--e n el ju ego promi sorio- cuando la t ransformamo s en nuestro interior.
anticip a en su ascenso, to rrencial e impetuoso, o
la caída ... Y ant e sí, Amada , el mu ndo nun ca será
el estío. otra cosa que nuestro interior.
o Nuestra vida transcur re en perpetua tran smutación.
No sólo las mañanas Y cada vez más exiguo se esfuma lo externo;
- toda s las mañan as- del estío, dond e alguna vez estuvo una casa durable
su met amorfosis en día pleno se proyecta --o blicua- u na constru cción imaginada ,
y sus resplandor es de iniciación. pert eneciente tan por entero al pensamien to
No sólo -no- los días, delicados y tiern os como si se irgu iera aún sólo en la ment e.
alrededor de las flores, y ar riba, El espíritu d e la época crea para sí
en lo alto, poderosos y firmes vastos almacenes de fuer.ta,
en torno a los árboles configurad os con nitid ez. infor me como la tensa inqui etud
No sólo el fervor de esas fuerzas desplegadas, que extrae de toda s las cosas.
no sólo los caminos, Ya nada sabe de templos.
no sólo las prad eras al atardecer, Pero nosotros , en cambi o, hagamos
no sólo la diafanidad del aire que se respira tras la torm enta tar- nuestro aho rro más secreto
día, de este derroche del corazó n.
no sólo el sueño que se enunci a, Sí, allí donde subs iste aú n cualquier cosa,
y ese presentimi ento vesper tino . .. - un objeto al que ado ramos
sino las noches. y servim os ayer de rodi llas,
Las altas noches estivales, este perm anecerá -ta l cual es-
y las estrellas; las estrellas de la Tierra. unido ya a lo invisible.
¡Oh !, estar por fin mu erto s Muchos, ahora , n o alcan zan a advertirlo
y poder conocerlas infin itament e . .. y pierden así la ventaja
A todas las estrellas. d e rehacer aque llo
¿Ay,porqu e cómo , cómo , --c on sus column as y estatuas--
cómo más sólido y firm e
olvidarlas! en su propiointerior.

marzo-abril,2003 EL CO L EG I O DE MtXICO 23
o
Cada una de estas sordas reversiones del mund o
produce una vasta mu chedumbr e de deshered ados
que no tienen ni aqu ello qu e füe, ni lo qu e será.
Porque aun lo más pró ximo se halla lejano par a el hombr e.
Pero qu e eso no nos turb e; ante s bien,
que nos aliente para conservar en nosotros
la forma aún reconocida . Esa forma que ya una vez
se elevó ent re los hombres, en medio del destino destru ctor,
10
entre la incert idumb re de las rutas ,
com o si füera a perd urar,
y atraía estrellas hacia si
desde los seguros cielos.
Ángel, a tf te la mostraré una vez más.
¡Hela ahí!: a salvo y finalmente ergu ida
en tu mirada
colum nas, füstes, la Esfinge
y la pujante ascención anhelosa
-g ris en medio de la ciudad que se esfüma
o de la urb e extraña-
de la catedral ...

o
¿Acaso no es esto un milagro?
¡Oh si, asómbrate ángel, pues nosotros lo hemos realizado!
¡Oh, gran ángel!, proclama tú que logramos tales cosas,
pues mi aliento no alcanza a celebrarlo.
De manera que a pesar de todo
no pe rdim os los espacios, ricos en don es,
que son nuestros.
(¡Ah, que vastos, que espanto samente vastos han de ser ÜCTAVAELEGIA
cuando milenio s ent eros de nuestro sent imiento Para Rudolf Kassner
no fueron capaces de colmarlos!)
Pero una torre era grande, ¿no es verdad ?
Puesta por entero en sus ojos,
Mas a tu lado, oh ángel, ¿sería aún tan alta'
la criatura mira "lo abier to".11
Chartre s era enorme, sí,
Sólo nuestros ojos están como invertido s
y la música se remont aba aún más allá,
y colocados íntegramente alred edor d e su propio mirar,
sobrepasándono s.
a man era de tram pas, en cerco
Pero inclu so una amant e nada más,
y al acecho en su libre camino hacia fuera.
¡oh!, solitaria en su ventana ab ierta ha cia la noche,
Co nocemos aque llo que está füera, más allá de nosotros,
¿no te llegaba acaso a la rodilla ?
únicamente a través del rostro el an imal,
Créelo, no te llamo.
porqu e desde su más tierna edad
Y aunque mi reclamo te alcan zara, no vendría s.
volteamos y po nemos al niñ o de espaldas,
Porque mi apelación siempre está henchid a de rep ulsa,
forzán dolo a que mire retrospectivam ente
y contra corriente tan füerte no puedes avanzar.
un mundo de forma s y no lo abierto,
Como un brazo tendi do es mi llamada .
qu e es tan profundo en la fisonom ía del animal,
Y su mano , ab ierta en lo alto para asir,
y se halla tan libre de mu erte. A ella
perma nece extendi da ant e ti
sólo nosotro s la vem os;
como rechazo y advertencia
el libre animal t ien e siempr e su ocaso tras sí
- ¡oh inap rehen sible!- ,
y ante sí a Dios, y cuand o camin a
con amplitud ...
avanza en la etern idad , como las fuentes.
Nosotros,en cam bio, nun ca - n i un sólo día-

11 "Lo abierto", concepto acuñado por el filósofo Rudolf Kassner,


1OLa presente versión se basa, en este punto, en la traducción de
amigo de Rilkc y destinatorio de esta Elegía, designa a un continuo
las Elegías hecha por J. F.Angelloz al francés, aprobada por el poeta. existencial en el que no hay fronteras entr e los reinos de la vida y de
Procedimos así por considerar que esta versió n com unica más la muerte, un continuo que por lo mismo- es atempo ral. Se trata
claramente que cualquier traducción literal al sentido del verso de una noció n próxima al budismo zen, elaborada por Kassner bajo
original, que textu almente dir ía "en medio del no saber a dónde". el influjo de sus estudios del pensamiento oriental.

24 BOL ET I N E DITORIAL marzo-abril, 2003


estamos ant e aquél pu ro espac io d e ese maternal nicho ! Com o asustado de sí,
al que se abren infinitam en te las flores; hiende espasmódicam ente el aire, cual la fisura
pa ra nosotros to do es siempre el mu ndo a una taza . Así raya la h uella fugaz del mur ciélago
y ja más aqué l ningún lado limitado por nad a, la tenue porce lana del anochecer . . .
ese algo pur o y sin vigilancia - irretenibl e--
que se respira en todo, q ue uno sabeinfinito
o
En cambio, nosotros somos donde quiera y siempre espectadores
y que no se codicia.
que, vueltos hacia todo, jam ás m iran
A veces, algún niño se extravía calladamente en ello
hacia afuera y m ás allá de ello.
y se le tra e de regreso con brusqu edad.
El mund o nos rebasa y nos desborda. Lo ordenam os. Se desploma,
O tal otro parece, y en to nces eseso.
hecho añicos. Lo o rganizamos nu evam ente,
Por que en la proximid ad d e la mu erte ya no se ve a la muerte
y entonces nosotros mismos nos der rum bam os hechos tr izas.
y sólo se mir a hacia afuera, los ojos fijos en la lejanía, adelante,
qu izá con una enorm e m irada anim al. o
Los am antes, de no ser por el otro, qu e se interpo ne ¿Quién nos dio vuelta así, poniénd onos de espaldas,
y obstru ye la vista, lo pe rcibirían. Están próximos a ello de modo que hagamos lo q ue sea
y se asom bran. Si, a espaldas de l otro y como po r descuid o estam os siemp re en la actitud de quien se va?
la visión se les abre y revela .. . Pero ninguno Co mo aqu él que sobre la últim a colin a
pued e superar la presencia del o tro -q ue le mu estra todo el valle u na vez m ás-
y tod o se le tran sform a de nuevo en el m und o de siemp re. se vuelve, se detiene y se dem ora . .. -
Perpetuam ent e de cara a la creación , así vivimos, siemp re en despedida.
sólo percibimos en ella el reflejo d e lo que es libre y abierto
oscurecido po r la sombra de nuestra propia presenc ia.
A veces o curr e que un mud o anim al alce los ojos NOVENA ELEGIA
y mire , sereno, a través de noso tros.
Y a esto se le llama destino : a estar enfrentad os ¿Por qué, si es posible
y nada más, siemp re enfrentado s. pasar el tiempo de nu estra escasa existencia
como un laurel
o -un poco más oscuro que cualquier otro verdor ,
Si en el seguro animal
orlado el borde de cada una de sus hojas po r menud as onda s
que se nos aproxima mar chando
(semejan tes al leve sonreír de la brisa)-,
en d irección co ntraria a la nuestra
tener, pu es, qu e ser hu ma nos,
hubiera un a conciencia sem ejante a la humana,
y queriendo evitar el dest ino,
su firm e paso nos arrastraría.
anhel ar el dest ino?
Mas para él su ser es infinito, inabarcable
y carent e de una mira da en la cual se contemple a sí m ismo, o
puro --e n fin- com o su perspect iva. ¡Oh, no es porq ue existala felicidad
Y allí d ond e nosotro s no vemo s sino un futuro, --ese beneficio anticipado de una inmi nente pérd ida-,
el ve una total idad de la que es par te integral, ni por curiosidad, o por mero ejercicio del corazón,
en la que está inmerso y po r siemp re a salvo .. . que tam bién estaríaen el laure l.. . !
Y sin emb argo, en el cálido y alerta an imal residen
el peso y la preocup ación d e un a enorm e melancolía,
o
Sino porqu e estar aq uí ya es m ucho.
po rque algo de aquello que nos subyuga a las veces
Y po rque parecen necesitarnos tod as las cosas de aquen de
tamb ién se adhiere a él siempr e: el recuerdo -
- tan hu idizas-, que nos requieren
como si ya una vez eso hacia lo que tendemos esforLadamente
de tan extrañ a manera -
hub iera estado más próximo, hubiera sido más leal,
¡sí, a nosotros, los más fugaces. . .!
y en su arrimo hubi era encerrad o un a tern ura infini ta .. .
Nos requ ieren una vez cada u na,
Aquí tod o es d istancia; allá fue aliento y respira ción .
sólo una vez;
Tras de aquella patria pr imera, esta o tra le parece
una vez y no m ás . ..
destemp lada e incierta .. . ¡Oh ventur a sin par
Y nosot ros tam bién: una vez;
de la pequeñacr iatu ra que permanecepo r siemp re
en aqu él seno qu e la dio a la luz, o h d icha del mosquito
una vez solamente,
y después nun ca más .
qu e prosigue saltando en ese interior
Pero esto: haber estado en el mun do
- así la ocasión sea la de sus nu pcias-,
-a u nque sólo fuera una vez- ,
pues todo en su d erredor es claustro materno !
haber tenid o un a existencia terrena,
Y observa la sem icerteza del pájaro, que por su o rigen
no parece q ue pu diera ser revocado . . .
casi conoce ambas cosas -c om o un alma etru sca,
recién evadida de l mu erto y a la cual recibe un espacio o
definid o a su vez por la efigie serena qu e configura la lápida Y así nos afanamos intentand o realizarla,
y guarda la tum ba. Mas ¡qué tu rbación tratan do de aba rcarla co n nuestras simp les man os,
la del que ha de volar m ás allá del resgua rdo con nuestra mirada desbordante, cada vez más plena,

marzo-abril, 2003 EL CO L EG I O DE M ~ X I CO 25
en su arrobado sentimiento? Umbral:
¿qué significa para los amantes
desgastar levemente el umbral de aquella puerta ,
tan an ter ior a ellos; gastarlo ellos tambi én ,
tras de la multitud de los que fuero n
y precediendo a los qu e advendrán ... ?
o
Aquí está el tiempo de lo qu e puede ser dicho ;
aquí está su patr ia. Habla y reconoce:
más que nun ca d eclina y pasa aque llo que pued e ser vivido,
desplazado po r un qu ehacer inform e -
quehacer bajo cortezas que volunt ariame nte estallan
tan pronto como la acción que encub ren
las supera y adqui ere otro pe rfil.
Nuestro, corazó n perdura entr e martillos
como entre los dientes la lengua, qu e
-s in embargo y a pesar de tod o--
es la otorgadora de alaban zas.
o
Haz ante el ángel la alabanza del mundo,
mas no la del mundo inefable
pu es ante él no puedes jactarte d e la magnificencia sentida -
en ese universo que él experime nta más vivamente que tú
eres apenas un recién arribado.
Por eso muéstra le algo sencillo que,
configurado de generac ión en generac ión ,
viva al alcance de nue stra mano y en nue stra mirada
como algo que nos es propio.
Háb lale de las cosas. Se asombrará ,
y nuestro corazó n, ya sin palabras. La existencia . . . como tú, ante el cordelero de Roma
Qu eremos ser eUa,ha cerla nuestra. o el alfarero del Nilo. Enséi'iale
Para darla ¿a qu ién? Sería preferible cuá n feliz pued e ser una cosa,
retenerla del todo y para siempre . .. qué inocen te y qué nuestra ,
¡Ah!, pero ¿qué pode mos llevar, míseros, y cómo aun el fiero d olor que se queja y revuelve
a ese reino d e distinta s relaciones? No por cierto el mirar , decide - puro-- adoptar una forma
qu e aprendimo s tan lentament e aquí , y sirve, transformado en objeto,
y nada acontecido aq uende, nada. o mu ere encerrad o en él,
Luego acaso el sufrimiento, para luego escapar venturo so
acaso ante todo esta opresiva pesan tez, más allá de la sonor idad del violín.
y la larga exper iencia del amor - Y estas cosas qu e viven en tránsito
nada , en fin, sino lo indecible. compr enden que tú las celebres.
Pero m ás tarde, bajo las estrellas, Pasajeras, confían su salvación a noso tros,
¿de qué nos serviría todo eso' los más tra nsitor ios de todo s.
Ellasson aú n más ind ecibles ... Quieren que dentro de nuestro corazó n invisible
El caminant e no trae de la lejana ladera las transform em os --o h, infinitament e- en nosot ros mismos,
de la mont aña al valle quienes quiera que fuésemos al final.
un pu !'iado d e tierra
para todo s ind ecible,
o
Tierra, ¿no es esto lo que tú qui eres:
sino alguna pura palabra que mereció
renacer, invisible,en nosot ros?
y conquistó: la genciana amar illa
¿No es acaso tu suei'io llegar a ser invisible?
y azul. . . ¿Acaso estam os aquí
¡La Tierra, invisible!
para decir tan sólo casa, puen te,
¿Cuál_;;¡;tu imp erioso mandato si no la absoluta transforma-
fuente, puerta , cánt aro, ventana, árbo l frutal
ción?
o - a lo más-- columna y torre . .. ? No,
Tierra, amada, sí quiero .
sino para decir--o h, en tiéndelo--, para decir así
Oh, créelo, ya no son necesarias tus prim averas
todo aque llo que las cosas mism as, en su más hondo interior,
para conqui starme -
jamás creyeron ser. ¿No es acaso
una, ay, sólo una
u na secreta astuc ia de este mundo sigiloso
es ya demasiado para mi sangr e.
ur gir a los amantes para que tra nsfiguren todo

26 BOLET I N E D I TORIAL marzo-abril,2003


Más allá de cualquier nom bre y desde hace mucho que se realiza de un modo an atóm ico
estoy resuelto a ser tuyo. Siemp re tuviste razón, y no sólo por diversió n; el órgano gen ital del dine ro,
y tu inspiración más sagrada todo conjunto, el p roced imiento, el acto -
es la m uerte familiar y cercana . y esto instruye y to rna fecundo . ..
¡Ah!, pe ro en las afueras,
o inmediata mente tras de la valla post rera
Mira, yo vivo ¿de qué?
tapizada d e carteles que rezan "NO HAY MUERT E"
Ni la infancia ni el porv enir disminu yen .. .
(anun cios de aquella ama rga cerveza
Una más que num erosa existenc ia
que parece tan dulce a quienes la bebe n
me brota en el corazó n.
mientras mastican d iversiones más frescas)
se tiende lo real:juegan los niíi.os,
D tCIMA ELEGIA los aman tes se abrazan apartados y graves sobre la hierba escasa
y los perros da n satisfacción a su inst into.
Qu e un día, superada la terr ible intuici ó n, Pero el adolescente se siente atra ído más lejos aú n;
ascienda mi canto de júb ilo y de glor ia hacia los ángeles conco r- tal ves se ha prendado de una Lamentac ión juvenil. ..
des. Siguiéndola llega a unos prados.
Que ninguno de los mart illos límp idam en te pu lsados del cora - Ella le dice: -"Le jos, allá afuera, mu y lejos,
zón vivimos nosotros ... "
falle al tañ er las cuerdas suaves, vacilantes o tensas. -"¿Dón d e?" Y el joven la sigue.
Que m i rostro inu nda do d e lágrimas m e torne más radi ante, Lo conmu even su po rte, los hom bros, el cuello . .. -
que florezca el llanto sencillo. acaso proceda de señor ial ascendencia.
¡Oh no ches! ¡Cuán caras me seréis enton ces, noch es de aflicción! Pero la aba nd ona, retorna al lugar de par tida,
Có mo no m e arrod illé m ás rendidam ente se vuelve apenas y hace un gesto de ad iós.
- incon solables herman as- pa ra acogeros; ¿A qué proseg uir ' Ella es una Lamentación .
cómo no me deshice en vuestra cabellera deshecha
con mayor abandono . o
Pero somo s los derrochadores del dolor : Sólo quienes mu riero n jóvenes
con qué intensidad miramo s más allá de él en su triste du rar y se hallan en ese estado prim ero de la ind iferencia intemp oral
tratando de ver sino concluye quizá. en que se va perdiendo la costu mbre de vivir,
Mas él es nuestro follaje invern al, nuestra oscura pervinca, la sigu en po r amo r.
una d e las estaciones del año secreto - y no sólo estación Aguarda a las do ncellas y se atrae su amistad .
sino lugar, asiento, tiend a, suelo y hogar. Suavem ente les mues tra cuan to posee:
las perlas del dolor y los finos velos de la resignación .
o Con los adolescentes m archa en silencio.
Ah , qué extrañas son en verdad las callejas
de la Ciudad d el Dolor, o
do nde el falso silencio Pero allá, en el valle lejano en q ue mora n,
que se hace cuan do se sob repon e al ruido el estruendo, alguna Lamentac ión de las de edad más provecta
alardea potente atiende al ado lescente cua ndo pregunt a.
-fo r ma vaciada del m olde d e la vacu idad - "Fuim os antaño" - le dice- "u na est irpe preclara.
el estrépito alabancioso del oro Nuestros padres se dedicaron a la mine ría
y se exhibe con presunción el m onum ent o infatuado. en la gra n cordillera.
Oh, y de qué inadvertida m anera les pisotearía un ángel Entre los hombres encu entras a veces
el mercado del con suelo que han erigido un trozo tallado de dolor pr imigenio
circund an do a la iglesia que compra ron ya hecha, o escorias de ira petr ificada
tan limpi a y cer rada en su desilusión brotadas del antiguo volcán.
como una oficina postal en d omin go . Sí, eso provino de allá.
Pero afuera siempre se riza el co nto rn o irregular de la feria: Un a vez fuim os ricas."
¡Colump ios de la libertad! ¡Buzos y juglares del afán ! o
Y también, una atracción superior: E ingrávidamen te lo gu ía
el camp o de tiro de una muy acicalada ventur a a través del vasto paisaje de las Lame ntaciones.
donde las figur as que cuelgan del blanco Le muestra las colu mn as de los templos
se agitan y suena n a hoja de lata o las ru inas de aque llos castillos desde los cuales an taño
cu ando un tirado r más hábil acierta. los Príncipes de las Lamentaciones
Yendo del aplauso a lo accidenta l, gobernaron sab iamente el país;
el tr iunfado r prosigue a trop ezo nes su marcha le enseña los altos árbo les del llanto,
porque las barr acas que encierran cualquier cur iosidad concebible los campos de melanco lía en flor
pr ego nan su mercancía, tam bor ilean y rugen. (a la que los vivos apenas con ocen como una fronda apacible)
Hay además un espectácu lo especial para ad ultos: y los anim ales del duelo, paciendo.
la multipli cación del dinero, A veces un pájaro se asusta d e pro nto

marzo-abril, 2003 E l CO LE G I O DE MÍ!X I CO 27


y cruzando horizontalmente a través de esa larga mirada o
traza ampliamente en el aire la imagen escrita Llegados al pie de la cord illera,
de su gr itar solitario. ella lo abraza llorando.
AJatardecer, la Lamen tación lo conduce a las tumbas o
de sibilas y augures
Solitario asciende a las cimas del Dolo r Primigenio.
-antepasados que son su propio linaje-
Y ni siquiera su paso se escucha en el Destino callado.
y al acercarse la noche
ya van caminando con mayor levedad. o
Pronto tramonta, lunar, Pero si los infinitamente muertos
el funeral monumento que todo lo vela, hicieran nacer en nosotros un símbolo
fraterno de aquél otro a orillas del Nilo: -mira- señalarían tal vez los amentos
le egregia Esfinge, que penden del exhausto, vacío avellanado
faz de la cámara secreta. o pensa rían acaso en la lluvia
Y contempla n con adm iración la coronada cabeza que cae en la primavera sobre la tierra sombría.
que calladamente colocara por siempre o
el rostro del hombre en la balanza Y nosotros , que pensamos en la felicidad que asciende,
de las estrellas. sentiría mos el en ternecimie nto
o que casi nos sobrecoge
Inaprehensible para él, cuando la dicha cae.
la temprana muerte aún colma de vértigo sus ojos.
Pero ella, levantando la mirada
12
desde más allá del bor de del pschent CRONOWGIA DE LA CREACIÓN
ahuyenta a la lechuza - DE LAS ELEG!ASDE D UINO
que al deslizarse en lento roce
a lo largo de aquella mejilla de más madura redon dez Las Elegías de Duino fueron escritas en diversas ocasiones y con
dibuja suavemente en el nu evo o ír del muerto prolongadas interrupciones entre enero de 1912 y febrero de
como sobre una dob le hoja desplegada 1922; se publicaron en junio (ed ición bibliófila especial) y en oc-
el contorno indescrip tible. tubr e (edic ión normal ) de 1923. Las fechas de su composición
son las que siguen:
o
Y más en lo alto, las estrellas. Nuevas.
Todas las estrellas del País del Dolor. PrimeraElegía.Enviada a la Princ esa Marie von Thurn und Ta-
Lentamente, la Lamentación las enuncia: xis-Hohenlohe desde el castillo de Duino, en la costa del Mar
- "Aquí, mira, están el Caballeroy el Báculo, Adriático, el 2 1 de enero de 1912.
y la constelación más nut rida SegundaElegía.Escrita en Duino, a fines de enero y comienzos de fe-
se llama Coronade Frutos. brero de 1912.
Luego, más adelante, hacia el polo: Tercera Elegía.Iniciada en Duino, a comienzos de 1912; proseguida
la Cuna,el Camino,el Libroque Arde, y terminada en Paris, al finalizar el otoño de 19 13.
la Muñecay la Ventana. CuartaElegía.Escrita en Munich, el 22 y el 23 de noviembre de
Pero en el firmamento del sur, 1915.
pura como en la palma de una mano bendita, Quinta Elegía.Escrita en el castillo de Muzot, en Sier re, Suiza, el
rutila con diáfano b rillo la M, 14 de febrero de 1922.
que representaa lasmadres... " Sexta Elegía.Los versos l al 31 del poema or iginal fuero n escri-
o tos en Toledo o en Ronda , España, ent re enero y febrero de 1913;
Pero, el muerto ha de seguir adelante los versos 42 al 44, en París, en tre el final de otoño de 1913 y el
y la más vieja Lamentación lo condu ce en silencio comienzo del verano de 1914; los versos 32 al 41, en Muzot, el 9
hasta el desfiladero del valle, de febrero de 1922.
dond e se ve brillar al claro de luna SéptimaElegía.Escrita en Muzot, el 7 de febrero de 1922; la ver-
la Fuent e de la Alegría. sión definit iva de la conclusión ahí mismo, el 26 de febrero.
Co n respeto la nombra y dice: OctavaElegía.Escrita en Muzot, el 7 y 8 d e febrero de 1922.
- "Entre los homb res NovenaElegía.Los versos 1 al 6 y 77 al 79 del poema origina l fue -
es un río cauda l." ron escritos en Duino, en marzo de 1912, o pos ibleme nte en
Ronda o en París, durante 1913; el resto en Muzot, el 9 de febre-
12 ro de 1922.
Pschent es una transcripción fonética utilizada por Rilke de la DécimaElegía.Los versos 1 al 15 del poema original fuero n es-
grafía griega TXEVT que a su vez transcribe la palabra agipcia que
cr itos en Duino, a com ienzos de 19 12; el texto se pro siguió y con -
designa la doble corona en forma de mitra, símbol o de la unión
del Alto y el Bajo Egipto, que usaban los faraones. Varios dioses del cluyó en una forma poster iorm ente rechazada en París, entre el
panteón egipcio - particularmente Osiris, Señor del País de los final de 1913 y el comienzo del verano de 1914; la nueva versión
Muertos- eran representado s tambi én con el pschent,lo que deter - -defin itiva- de los versos I al último fue comp uesta en Muzot,
mina su presencia en este contexto. el 11 de febrero de 1922.~

28 BOLET I N ED I TORIAL marzo-abril,2003


JOSÉ MARÍA ESPINASA

La traducción en el contexto

urante casi un par de años escribí, en La Jornada Dios es gramática ayudaría a entender el contexto. Entre

D Semanai una columna con el título de El Arca de


Babel, dedicada a información , reflexión y crítica
sobre la traducción literaria en lengua española. El título,
la palabra y el uso media una norma, norma que corres-
ponde en la lengua a las leyes divinas. Por eso la torre vuel-
ta embarcación sujeta a los caprichos de las corrientes
es obvio, mezclaba dos referencias mitológicas, El arca de marinas y a los cambiante s vientos termina por encallar en
Noé y la Torre de Babel, para mí íntimamente conectadas, la montaña: si la torre hubiera ya sido construida, aunque
sobre todo en esa modernidad signada por la dispersión, en ruinas , habría sido un buen termómetro para el dilu-
la diáspora, la diseminación, términos que comulgan to- vio. Decir que la actividad y la calidad de la traducción son
dos en una misma idea de movimient o y fragmentación termómetros culturales es una verdad de Perogrullo, pero
que recuerda a los términos del Big bang astron óm ico. Só- como suele ocurrir con esas verdades, tendemos a olvidar-
lo que aquí ese gran estallido se vuelve cúspide y no base lo, y sobre todo a perder de vista la diferencia, esencial, en-
del tiempo, es el tiempo lo que da contexto, sin él, sólo ha- tre calidad y cantidad, porque es precisamente esa
bría paisaje. Pero, además, el tiempo de la traducción an - diferencia lo que crea un contexto. La calidad suele ser fru-
ticipó, precisamente en el cast igo intlingid o por la to de una paciencia, los traductores de Toledo en los siglos
divinidad al orgu llo de los constructor es de la torre men - XII y XIII no tendrían la presión que tiene, digamos, un tra-
cionada. La dispersión de las lenguas es, pues, culpa de los ductor de un instructi vo de un electrodoméstico. El tiem-
arquitectos, sean de futuro (como decía el nunca suficien- po, que en los dos casos tiene un sentido económico,
temente vilipendiado Stalin) o simpleme nte de viviendas invierte los valores de la duración. En un extremo está la
de interés social. labor a través de los siglos, en el otro la traducción simul-
Cuando relaciono a Babel con Noé pienso en la simili- tánea, encarnada ahora en esos programas de traducción,
tud que hay entre la gra mática y la biología, y como el an- que si bien empezaro n siendo grotescos, cada vez - hay que
ciano decide salvar la diversidad de las especies como un supon erlo- se sofisticarán más. No hay en esta descripción
don, mientras que el ser supremo decide castigarnos con un valor de juicio (al menos no de momento ).
esa misma diversidad, pero en las lenguas. ¿Por qué lo que Seguramente muchos de ustedes han oído lo siguiente:
es riqueza en un lado se vuelve pesadilla en otro? Claro hay determinados libros que no vale la pena traducir, por-
que lo primero que habría que hacer es señalar que esa que su especialización es tal que el lector potencial segura-
condena ha sido, al menos para los traductores, también mente lo puede leer en el idioma original o en una versión
un don , y que la modernidad se emp eña en ver esa multi- a otra lengua ya hecha. Se trata de una razón económica
plicidad de lenguas como una de sus cualidades, una de que se traduce en contexto, y en término s inmediatos pa-
esas cualidades que -adem ás- nos ha sido dada por la na- rece lógica. Sin embargo, una mínima reflexión nos debe-
turaleza. Creo, por eso, que hay un Dios distinto , ante rior ría llevar a comprender que no lo es. Primero hay que ser
al diluvio y uno, menos fecundo, posterior a Babel. Preci- conciente de que esta lógica se apoya en una hegemonía
sar a cual de ellos se refiere Nietzsche cuando dice que lingüística, fruto de una circunstancia histórica, pero que

marzo-abril, 2003 EL COLEGIO DE MtXICO 29


utiliza la traducc ión (o la ausencia de ella) como factor de tor en inglés hasta que los franceses, de Baudelaire a Ma-
permanencia de esa hegemonía. Concebir la lengua como llarmé, lo traducen a su idioma y le crean una trad ición.
un sistema ideológico no es novedad, tampoco pensarlo Menos evidente, pero creo que igual de ilustrativo, es el ca-
como un mecan ismo de combat e interiorizado, competi- so de Eliot, un poeta que a finales del siglo xx fue mu cho
dor en un hábitat específico, con otra(s) lengua(s), como más important e para el españo l que para el inglés. ¿Qué es
ocurr e en ciertas fronteras (un ejemplo ideal: la de Méxi- lo que ocu rre? ¿Por qué un idioma se lee mejor en otro?
co con Estados Unidos, enca rnado en ciudades paradig- Esto se debe a que existe un element o de la lengua que es-
ma, o ciudad es metáforas, como Tijuana o Juárez, esta ta en ella pero la excede, y la excede precisamente en otra
última ya sinónimo de una de las violencias más detesta- lengua. Esto en la ant igüedad me parece evidente, por
bles, en las que se mezclan el sexismo, la sordidez y la po- ejemplo, en el per iplo de los textos griegos que llegaron al
lítica, amalgamados seguramen te por intereses económicos latín a través del árabe y el hebreo, es decir eligiendo el ca-
que se nos escapan). mino más largo, tanto histórica como geográfica y hasta
No traducir un libro por su especialización significa ideológicamente.
aceptar que en esa determi nada lengua de llegada no se Cada cambio de país, de lengua , de latitud fue un cam-
puede pensar esa disciplina, relegarla por ausenc ia, lo que bio de contexto, y así fueron compre ndidos mejor y más
a su vez produ ce que si hay algo que en esa lengua se pue- plenamente. Esto no implica, desde luego, que crea en la
da decir originalmente ya no ocurra, por lo que se empo - histor ia como causalidad del sentido. Esto ocurr ió así, pe-
brece la lengua de llegada pero también la de part ida. ro podría haber ocurr ido de otra manera. Lo que es cierto
Esto lo ha entendido muy bien la literatura, a los poetas es que la civilización árabe de entonces tenía una disponi-
y novelistas, a los ensayistas les gusta verse en otra lengua, bilidad que no tuvo la lengua latina , es decir, la de l impe-
porqu e ese sentido de ot redad realmente ocurre en la tra - rio. Su contexto era receptivo. Es cierto que mucha s veces
ducción, se revela en ella. Si esto también ocurre en la se traduc e como cont rapropaganda: para mostrar el con-
ciencia o en los manual es didácticos y técnicos, a sí sea en tenido diabólico de una doctrina o el absurdo de una
un grado menor , es un asunto que no se puede ignorar . ideología, pero incluso en esos casos existe un proceso de
Voy a pone r dos ejemplos típicamente literarios: Edgar interpretación que enriqu ece a la cultura. Ese proceso des-
Alfan Poe no alcanza su valor extraordinario como escri- crito líneas arr iba en donde el sen tido se excede a sí mis-
mo en ese trán sito lin güístico, lo llam aremo s aq uí
significación. De no existir esa posibilidad no sólo no po-
dría tradu cir sino que en su propia lengua el texto sería in-
compren sible. Hacer residir en la po sibilid ad de
traducción la de la significación tiene varias implicacio-
nes. La que me interesa aqu í es la que se ejerce sobre el
contexto, es decir, aque lla en la medida o ter mómetro
mencionado antes.
Impo rta, pues , la creación de un pen samiento y una
práctica de la trad ucción. Una aprop iación de contextos al
propio contexto. Veamos el plano didáctico: un método de
aprendizaje traducido tal cual suele ser inopera nte, porq ue
no toma en cuenta las cond iciones idiosincráticas, la tra -
dición y la práctica misma de esa enseñanza . Eso no signi-
fica que el auto r de un método deba desconocer o ignorar
el otro . El horizonte ideal de que todo lo que esté en una
lengua lo esté en otra no puede desaparecer como hori -
zonte, pero para que tenga un viso de realidad debe empe -
zar por cada caso part icular. La traducc ión como oficio
está ligada así a la experiencia literaria, lo es incluso en su
condición más pedestre, digamos el subtitul aje de una pe-
lícula, o más aún el de una ópera o un a obra de teatro. Re-

30 BOLETIN ED IT OR I A L marzo-abril, 2003


mecido bajo una mala traducción, o - lo que resulta más
interesante para nuestro tema, por una abundancia (que
no un exceso) de traducciones. Dos ejemplos muy claros
en la lírica del siglo xx, Cavafis y Pessoa.
El primero encue ntr a su fama mundial gracias a las ver-
siones francesas de Marguerite Yourcenar, las que según los
expertos no son ni muy fieles ni muy rigurosas. Eso no ha
importado para que sirvieran como punto de partid a para
distintas versiones a una tercera lengua. Justificar esto sólo
en el talento literario de la autora de Las memorias de
Adriano me parece una salida fácil. No, hay algo más, un
contexto. El escritor griego hereda del romant icismo su ad-
mira ción por la Grecia clásica, y la revive en sus textos
con un a facilidad asombrosa, como si estu viera viva y no
hubieran pasado siglos desde su desaparición. Que eso
ocurriera en el griego moderno me permite proponer la hi-
pótesis de que sí estaba viva porqu e sobrevivió en la (mis-
ma ) lengua, y que - a tra vés del puente creado por
Ho lderlin- llegó a la pluma de la escritora travestida en
emperador latino , me parece una ruta similar a la señalada
ant es del griego al árabe y hebreo, de allí al latín y al espa-
ñol. El sentido de Cavafis permite a su lector identificar un
pasado mítico desde una experiencia cotid iana.
Cavafis restituye al presente la condición griega clásica,
cientemente se presentó en México el teatro Bunraku japo - en él las estatuas echan a andar en algo similar a una resu-
nés, espectáculo de sofisticación escénica admir able. Se pu - rrección. La modern idad (y me refiero a la del siglo xx) re-
siero n esas pantalla s con subtí tulos. El espa ñol era conoce en esa poesía su más íntimo deseo, y la reconoce
francament e lamentab le no como t radu cción sino como más allá de la teoría, en una intuic ión de la aventura que ya
español. Sin duda se ent endía lo que se leía, pero sólo gra- no le pertenece, y que sólo pued e ser suya a través del arte.
cias al aspecto escénico. ¿Por qué no se tom aban el cuida- No es estrictamente nostalgia, aunque algo pueda hab er de
do de corregirlo, lo que no habría tom ado más de una hora ella, sino ambición de presente. Es aquí donde ent ra el tra -
a un corrector avezado? Simplemente porque no se le da ductor y su context o. Por ejemplo, comparar distinta s ver-
importancia. De allí a tradu cir mal una receta culinari a y siones de Cavafis -las de Cayetano Cantú , las de Juan
envenenar a los comen sales no hay sino un paso. Carvajal, las de José María Alvarez, las de Ferrate- ayudaría
El ejemp lo anter ior fue redactado en una primera versión no tanto a saber cuál es la mejor sino a entend er por qué se
de la siguient e man era: De allí a traducir mal una fórmul a le admira tanto . Lo que Cavafis dice pasa incluso por una
química y envenenar al enfermo no hay sino un paso. ¿Se pésima versión. Para cada uno de los tradu cto res antes
puede traducir mal una fórmula química, ejemp lo de un mencionados lo griego significa algo distinto y parten de
lenguaje abstracto y por lo tant o idéntico en diferentes len- una intención casi opuesta, desde luego divergente, desde
guas? Sí, sí se puede - hay que esmerarse pero se puede- el rigor filológico argumentado por uno s hasta la libertad
precisam ente porque a esa abstracción le da contenido ob - reivindicada por otros, inclu so en su desconocimiento del
jetivo el contexto. El contexto de los subtítulo s en el ejem- idio ma or iginal en que los poema s fueron escritos.
plo men cionado es la repr esenta ción escénica, y nos Avanzo una idea que, en su exageración, más adelante no
mostraba que la tradu cción , más allá de qu e se entendiera , podré defender: el contenido de la poesía de Cavafis está más
estaba mal hecha. A veces ocurre que se lee un poema uni- en su contexto que en el texto mismo, transfiero el elemento
versalmente famoso y el lector no entiend e el por qué de su creador a sus lectores, o mejor, a eso tan evanescente pero fá-
fama. Aunque no se pueda descartar que su fama sea frau- cilmente identificable que llamamo s aire de época. En un ca-
dulenta, es mucho má s posible que su contenido esté ador- so extremo, el de Osian en la Inglaterra del XVlII,la época se

marzo-abril,2003 EL CO L EG IO DE MÉXICO 31
inventa a la escritura porque la necesita, pero en otras la ig- No fue ni el úni co ni el primero, y de Pirandello a Ma-
nora o la elude, por miedo o desconocimiento. El tradu ctor chado se pueden encontrar casos ext raordinario s de he-
es en buena medida el artífice de esa am bigüedad entre el teronimia. La comunidad - la casa del sent ido- se
presente y el olvido. Yase dijo antes que la imposibilidad de traslada de la plaza o el proscenio a la página. El santo
una traduc ción totalizado ra - todo en todas las lenguas- patrón d el traductor es san het eró nimo. Escritura de
tiene como corolario un constante olvido que se multiplica otra anterior no es sin embargo una nu eva, su condi-
en el reino de Babel ¿Cuántas importantes obras literarias ción de puente le priva de ser llegada y niega ser origen.
en otra lengua nunca han visto su versión en español? Mu- En un nivel explícito Freud no es sino un capítulo de
chas, y mirarlas sería importante, nos daría una gráfica de lo esa torre de Babel qu e nos tiene aquí reunido s y tradu-
que el mundo del mercado empieza a olvidar para desgra- cir es un ejercicio de dislexia. Primero se hace la tradu c-
cia de la cultura y sus lectores. ción y despué s el original , se invierten los términos de
Cavafis está antes de Freud y de Marx, tiene más que ver la sucesión, porqu e en el univer so instaurado por el
con Sófocles que con ellos, pero nos habla de aquello que poema el pasado está siempre por delante. Allí no es el con-
queremos oír precisamente en boca de la poesía, un mundo texto quien condi ciona sino quien es cond icionado.
que excede a la historia, que la precede y en más de un sen- Poetas tan difíciles como Cavafis y Pessoa acaban incor-
tido la determin a, toda historia se funda en su pre-historia. porándose a un uni verso de referencia s popular, cerca -
Nada hay de ambiguo en la poesía de Cavafis y sin embar- no al de la canción. Por eso el traductor se basa en
go nuestra lectura es la amb igüedad misma, es la zozobra, la valores de uso , son estos los qu e imponen un tono qu e
disposición de la incertidumbre. Traducirlo es un acto de no necesariament e está en el original.
afirmación de esta condición en el tiempo apoyada en una El asunto de la velocidad seña lado al principio vuelve a
duración distinta, es su poesía la que nos permit e un desti- cobrar sentido. Si tradu cir un poema podía ser cuestión de
no trágico, la que no lo convierte en arqueología. Por eso meses y de años, de siglos si se quiere, en cambio traducir
muchos lectores del escritor griego se cuentan entre aque- un folleto tur ístico lo es de días o de minutos, pero en los
llos a los que no les gusta la poesía. Lo mismo pasa con Pes- dos casos la duración sigue siendo del mismo tipo. No es,
soa, y a pesar de ello ambos son también una piedra de o no debería ser, la falta de rigor lo que establece la diferen-
toque para el escritor contemporán eo. El sentido mítico del cia, sino el contenido aní mico que se com unica entr e las
individuo se desdobla en el portugués en una multiplicidad leng uas. La mitología nos dice que la mul tiplicidad de
de personajes que excede cualquier definición psicológica y idiomas se da como un castigo ante el orgullo del hombr e,
que el propio autor llamó heteronimi a. sin embargo la mod ernidad -e n buena medida refractaria
a lo mitológico- hace de la diferencia una virtud no un pe-
cado.
Por eso un autor , que escribió uno de los libros inevita-
blemente referenciales para pensar el oficio de tradu ctor,
Despuésde Babe~George Steiner, escribe también 25 años
después una herm osa autobiografía en la que propon e
una especie de aprendizaje disciplinado de la cultura como
instrumento contra la barbar ie y nos habla del ruido co-
mo elemento perturbador de la cotidianidad. El ruido es in-
tradu cible no porq ue sea universal en su significado sino
porqu e lo que le da universalidad es su ausencia de signi-
ficado. Traducir el silencio no es en cambio una frase me-
tafísica o de budismo zen sino un requerimiento para
comuni car. Y en el contexto actual la duración hegemóni -
ca es la de la virtualidad, que propone (al menos virtual -
mente) una velocidad instantán ea. Ya no hay tiempo para
traducir , pero ya no hay siquiera tiempo para aprender
una lengua, es decir el tiempo de la diferencia está fuera de
contexto, se presenta como un enemigo.{.

32 BOLET IN EDITOR I AL marzo-abril,2003


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