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Introducción

La obesidad se define como un estado de salud anormal o una excesiva


acumulación de grasa en los tejidos grasos (tejido adiposo) del cuerpo, que puede
llegar a constituir un serio peligro para la salud. Es una epidemia que afecta a
todos los grupos de edad, en la mayoría de los países. Esta enfermedad tiene
consecuencias adversas sobre el funcionamiento del organismo, que implica
alteraciones en diferentes subsistemas y afecta la morbilidad y mortalidad a través
de altas incidencias de diabetes mellitus tipo II, hipertensión arterial,
enfermedades cerebrovasculares y cardiovasculares, algunos tipos de cáncer y
apnea obstructiva del sueño, entre otras.

La obesidad es la enfermedad nutricional más frecuente en niños y adolescentes


en los países desarrollados, aunque no sólo se limita a estos. La obesidad infantil
es uno de los problemas de salud pública más graves del siglo XXI. El problema
es mundial y afecta progresivamente a muchos países de bajos y medianos
ingresos, sobre todo en el medio urbano.

Esta monografía tiene como objetivo principal, realizar una descripción de los
tratamientos que actualmente se utilizan en el tema de obesidad, especialmente
en niños, así como la clasificación y causas de esta enfermedad, que se considera
ha tenido un incremento alarmante a nivel mundial, así como las consecuencias
nefastas que pueden conducir hasta la muerte a niños en edades tempranas.
Guatemala no escapa de esta realidad, los padres juegan un papel importante al
determinar normas y buscar alianzas con los centros educativos para asegurar
una salud integral y permanente.

La sociedad, el gobierno y las políticas de Estado, son otros elementos que


influyen en el proceso y que de forma conjunta, deben establecer lineamientos a
nivel nacional, para que las empresas y la publicidad generen acciones y
compromisos para reducir esta enfermedad que reduce las posibilidades y el
futuro de la niñez guatemalteca.

1
CAPITULO I

1. ANTECEDENTES

La palabra obeso proviene del latín obēsus, que significa corpulento, gordo o
regordete. A través de la historia, se registran varias culturas, en las cuales, la
obesidad estuvo asociada como atractivo físico, fuerza y fertilidad. Algunos de los
primeros artefactos culturales conocidos, como las figuritas de Venus, son
estatuas tamaño bolsillo que representan una figura femenina obesa. Aunque el
significado cultural no está registrado, el amplio uso por todas las culturas
prehistóricas mediterráneas y europeas, sugiere un rol central para la forma
femenina obesa y el uso en rituales mágicos, indica la aprobación cultural de (y
quizás la reverencia por) esta forma corporal.

La obesidad fue considerada un símbolo de riqueza y estrato social en culturas


propensas a la escasez de comida o hambrunas. Esto fue visto también de la
misma manera en el período moderno temprano en las culturas europeas, pero
cuando la seguridad alimentaria fue realizada, sirvió más como una muestra
visible de lujuria por la vida, apetito e inmersión en el reino de lo erótico. Este fue
especialmente el caso en las artes visuales, tales como las pinturas
de Rubens (1577-1640), cuya representación regular de mujeres obesas dio el
término descriptivo de rubenesca. La obesidad también puede ser vista como un
símbolo dentro de un sistema de prestigio. El tipo de comida, la cantidad y la
manera en la cual está servida están entre los criterios importantes de clase
social.

Con la siempre creciente diversidad de elementos, la comida se ha convertido no


solamente en un asunto de estatus social, sino también una marca de la
personalidad y el gusto individual. En las culturas occidentales modernas, la forma
del cuerpo obeso es ampliamente considerado no atractivo y
muchos estereotipos negativos están comúnmente asociados con la gente obesa.
Los niños, adolescentes y adultos obesos también pueden enfrentar un

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pesado estigma social. Son frecuentemente el blanco de amenazas y rechazados
por los pares. Aunque las tasas de obesidad se incrementan entre todas las clases
sociales del mundo occidental, la obesidad es frecuentemente vista como un signo
de estatus socioeconómico bajo.

La mayoría de las personas ha experimentado pensamientos negativos acerca de


la imagen corporal, y algunos de ellos toman medidas drásticas para tratar de
cambiar, por medio de dietas, uso de medicamentos, incluso, la cirugía. No todas
las culturas contemporáneas desaprueban la obesidad. La tendencia actual, a
nivel mundial, indica que existen pruebas evidentes que sugieren que la
prevalencia del exceso de peso y la obesidad en el mundo, crece drásticamente y
que el problema es cada vez mayor, tanto en niños como en adultos.

Los datos más completos de la prevalencia de la obesidad, son los del Proyecto
Seguimiento de tendencias y determinantes de las enfermedades
cardiovasculares, MONICA, (MONItoring of trends and determinants
in Cardiovascular diseases study). Junto con la información obtenida en estudios
nacionales, los datos indican que la prevalencia de la obesidad en la mayoría de
los países europeos ha aumentado en torno a un 10-40% en los últimos 10 años,
entre un 10-20% en los hombres y un 10-25% en las mujeres. El incremento más
alarmante se ha observado en Gran Bretaña, donde se refiere a los adultos, casi
dos tercios de los hombres y la mitad de las mujeres, padecen exceso de peso u
obesidad.

Entre los años 1995 y 2002, la obesidad entre los chicos en Inglaterra
prácticamente se duplicó, pasó del 2,9 al 5,7% de la población, y entre las chicas
creció del 4,9 al 7,8%. Uno de cada cinco chicos y una de cada cuatro chicas
tienen sobrepeso o son obesos. Entre los hombres de 16 a 24 años, la obesidad
pasó del 5,7 al 9,3% y entre las mujeres de la misma edad subió del 7,7 al 11,6%.
La International Obesity Task Force, recoge los datos más significativos. Las
consecuencias que la obesidad y el sobrepeso pueden tener en la salud son
numerosas y variadas, desde un mayor riesgo de muerte prematura a varias

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dolencias debilitantes y psicológicas, que no son mortales, pero pueden tener un
efecto negativo en la calidad de vida.

Los principales problemas de salud asociados a la obesidad y el exceso de peso


son: diabetes de tipo 2, enfermedades cardiovasculares e hipertensión,
enfermedades respiratorias (síndrome de apnea del sueño), algunos tipos de
cáncer, osteoartritis, problemas psicológicos y empeoramiento en la percepción de
la calidad de vida. La obesidad se considera una lacra en muchos países
europeos, se percibe como una apariencia física no deseable y un signo de los
defectos de carácter. Incluso los niños de seis años perciben a otros niños obesos
como "vagos, sucios, estúpidos, feos, mentirosos y tramposos."

Las personas obesas tienen que enfrentarse a la discriminación. Según los


estudios realizados en el Reino Unido y en Estados Unidos, las jóvenes con
exceso de peso ganan mucho menos que las mujeres sanas sin sobrepeso o con
problemas crónicos de salud. También es más frecuente que las personas obesas
coman compulsivamente, y que tengan un largo historial de desórdenes
alimentarios que se caracterizan por los atracones y las variaciones de peso. Los
estudios internacionales sobre los costes económicos de la obesidad han
demostrado que constituyen entre un 2% y un 7% del total de los costes
sanitarios, aunque estos porcentajes dependen del método de análisis utilizado.

Un ambiente familiar estable y con una buena educación alimentaria podrá evitar
que el bebé sufra de obesidad con el paso de los años y que a la larga pueda
reducir la esperanza de vida. La obesidad es un mal que crece entre los niños. En
España, uno de cada tres niños, entre 3 y 12 años de edad, padece de sobrepeso,
es decir, pesa más de lo que debería a esa edad. Este es el resultado de una
investigación llevada a cabo con más de 26 mil niños, en 29 ciudades españolas y
que también revela que la relación de los infantes con la alimentación se cultiva en
la cuna. Es en los tres primeros años de vida de un niño cuando se define la
conducta alimentaria y también el riesgo de problemas de salud con los años.

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El estudio presentado por la Fundación Thao, en colaboración con la Fundación
Española de Nutrición y algunas universidades españolas, revela que casi un 30
por ciento de los niños españoles sufre sobrepeso u obesidad. Casi un 10%
corresponde a niños de 3 a 5 años de edad, lo que lleva a concluir que el
problema de la obesidad debe ser combatido en los primeros años de vida. La
obesidad, según el estudio, afecta más a las niñas, aunque todavía está por definir
las causas. El sobrepeso de los niños está vinculado a los hábitos de alimentación
y no a la herencia.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la obesidad y el sobrepeso han


alcanzado caracteres de epidemia a nivel mundial. Más de mil millones de
personas adultas tienen sobrepeso y, de ellas, al menos 300 millones son obesos.
El crecimiento de la obesidad infantil en los países desarrollados es espectacular y
preocupante. Para muchas familias, el tener un hijo gordito y lleno de pliegues, es
todo un logro, una señal de que el niño está bien, fuerte y lleno de salud. Pero los
expertos en nutrición infantil no piensan igual, dicen que estas familias están
equivocadas. Lo que importa no es que el niño esté gordo o delgado. Lo que
interesa es que el niño esté sano.

En la última Jornada Nacional sobre Obesidad y Factores de Riesgo


Cardiovascular, realizada en Madrid, España, se diagnosticó la obesidad infantil
como una enfermedad emergente. Tanto en Europa como en Estados Unidos,
desde los años noventa hasta la fecha, la incidencia de la obesidad infantil se ha
duplicado. España se ha convertido en el segundo país de la Unión Europea con
mayor número de niños con problemas de sobrepeso, el cuadro de obesidad es de
un 16,1 por ciento, entre menores de 6 a 12 años de edad.

En los últimos veinte años, la prevalencia de la obesidad en los niños ha


aumentado bruscamente, especialmente en los países más desarrollados. Este
incremento se explica básicamente, por la alimentación pobre (agravada por
la crisis económica) y la vida sedentaria, también por la presencia de relaciones

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conflictivas entre los padres e hijos en los que inciden ciertas pautas, se considera
una epidemia. Se estima que actualmente, en muchos países, uno de cada diez
niños es obeso al llegar a los 10 años. Las enfermedades a largo plazo, como
consecuencia de esto, es una preocupación.

Los niños que comienzan con una obesidad entre los seis meses y siete años de
vida, el porcentaje de los que seguirán siendo obesos en la edad adulta es de
40%, mientras para los que comenzaron entre los diez y trece años, las
probabilidades son 70%, porque las células que almacenan grasa (adipositos), se
multiplican en esta etapa de la vida, por lo cual, aumenta la posibilidad del niño de
ser obeso cuando adulto. Entre los factores que intervienen se encuentran:
la conducta alimentaria, consumo de energía, factores hereditarios, hormonales,
psicosociales y ambientales.

La obesidad Infantil es un verdadero problema, en un gran porcentaje, el niño


obeso será un adulto obeso, con todas las secuelas que conlleva.
Aproximadamente del 25 al 28% de los niños presentan obesidad infantil, pero lo
más preocupante es que en los últimos 20 años, se ha incrementado de manera
importante esta proporción hasta casi un 60%. El problema empieza desde la
forma y el tipo de alimentación de la madre antes de concebir al niño, continúa con
el modo y tipo de alimentación durante el embarazo y la lactancia,
la introducción de la alimentación (ablactación) en el bebe y así sigue esta cadena.
Datos y cifras desde 1980 indican que la obesidad se ha más que duplicado en
todo el mundo.

En 2013, más de 42 millones de niños menores de cinco años tenían sobrepeso.


Si bien el sobrepeso y la obesidad tiempo atrás eran considerados un problema
propio de los países de ingresos altos, actualmente ambos trastornos aumentan
en los países de ingresos bajos y medianos, en particular en los entornos urbanos.
En los países en desarrollo con economías emergentes (clasificados por el Banco
Mundial en países de ingresos bajos y medianos) el incremento porcentual del

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sobrepeso y la obesidad en los niños ha sido un 30% superior al de los países
desarrollados. En el plano mundial, el sobrepeso y la obesidad están relacionados
con un mayor número de defunciones que la insuficiencia ponderal. La mayoría de
la población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad, cobran más
vidas que la insuficiencia ponderal (estos países incluyen a todos los de ingresos
altos y la mayoría de ingresos medianos).

En 2014, más de 1,900 millones de adultos de 18 o más años, tenían sobrepeso,


de los cuales, más de 600 millones eran obesos. El 39% de las personas adultas
de 18 o más años, reportaban sobrepeso y el 13% eran obesas. La mayoría de la
población mundial vive en países donde el sobrepeso y la obesidad cobran más
vidas de personas que la insuficiencia ponderal, es decir, estar por debajo del
peso que se considera saludable. En los países de ingresos bajos y medianos,
los niños son más propensos a recibir una nutrición prenatal, del lactante y del
niño pequeño insuficiente. Al mismo tiempo, están expuestos a alimentos
hipercalóricos ricos en grasa, azúcar y sal y pobres en micronutrientes, que suelen
ser poco costosos.

Nutriólogos guatemaltecos estiman que el consumo per cápita de leche en el país,


es menor que el de aguas gaseosas. Datos proporcionados por el Ministerio de
Salud Pública y Asistencia Social, (MSPAS), dan cuenta que los casos de
sobrepeso en niños se incrementaron alarmantemente, en el 2007 solamente se
registraron 32 casos, mientras que en el 2008 se detectaron 179, en menores de
uno a 14 años. El doctor Luis Moya, jefe del Departamento Intensivo de Pediatría
del Hospital San Juan de Dios, refiere que las causas del aumento son
esencialmente tres: mayor disponibilidad de alimentos, menor cantidad de ejercicio
y poca supervisión en lo que se come.

Explicó que en la actualidad los restaurantes de comida rápida están al alcance de


la población y por consecuencia, se tiende a ingerir comestibles altos en calorías.
Ejemplificó que un menú infantil es equivalente a que un niño se coma 40

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manzanas. Además, en muchos hogares guatemaltecos, se ha acostumbrado a
tener en la refrigeradora, bebidas gaseosas hasta por doble litro, todas al alcance
de los menores, que las prefieren antes que el agua pura. Indica que en años
anteriores, las personas sólo consumían esos refrescos los fines de semana y no
más de un vaso. Lo mismo sucede con las golosinas en bolsita.

En cuanto a la actividad física, comenta que uno de los factores es que en el país
no existen áreas verdes seguras, donde los niños puedan jugar. Aunado a esto,
los papás no conviven mucho tiempo con los hijos. Eso se traduce a que existe
más riesgo de usar computadora, ver más televisión o distraerse en juegos
electrónicos. Según datos, los infantes juegan y ven televisión alrededor de siete
horas diarias en promedio, y no hacen actividad física, la cual deberían hacer por
lo menos dos horas. Algunos de ellos sólo se ejercitan unos 20 minutos durante el
recreo. El médico señala que otra de las preocupaciones es que los menores
están más propensos a padecer de enfermedades como la diabetes, hipertensión
y tumores. Hace algunos años, dichos males sólo se reportaban en personas de
40 y 50 años; sin embargo, se han detectado casos en jóvenes de 25 a 35 años.

Estos hábitos alimentarios, juntamente con una escasa actividad física, tienen
como resultado un crecimiento brusco de la obesidad infantil, al mismo tiempo que
los problemas de la desnutrición continúan sin resolver. Es importante fomentar
una alimentación saludable al servir más frutas y vegetales, comprar menos
gaseosas y meriendas altas en calorías y grasas, asegurarse que los niños
desayunen todos los días, no consumir comida basura de forma frecuente y no
usarla como un premio. La actividad física también es muy importante, los niños
necesitan unos 60 minutos diarios, aunque no todos de una vez.

Cuanto mayor sea el niño, más difícil será practicar esos cambios, pero no
imposible. En la última investigación acerca del sobrepeso en la infancia, entre
otras cosas, se constató que el 8% de los niños acuden a la escuela sin haber
desayunado. El método usado para tratar la obesidad infantil se basa

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fundamentalmente en la combinación de una limitada dieta con el aumento de la
actividad física, la educación nutricional y el cambio de conducta. Todo eso solo
será efectivo si el niño cuenta con el apoyo y el estímulo de la familia.

La terapia de conducta del niño empieza con el aprendizaje de autocontrol. Para


que la dieta surta efecto es necesario que el niño reciba estímulos y refuerzo
social, a través de mensajes positivos, para que él pueda mejorar la autoestima y
sentirse más seguro de sí mismo. En otras palabras, el trabajo inicial se basa
especialmente en el combate de la ansiedad y al abatimiento, sentimientos que
pueden provocar un aumento de peso. Es importante conocer los hábitos
alimentarios y conductuales del niño y de la familia. Saber lo que comen, los
intervalos de una comida a otra, el ejercicio que realizan y costumbres en cuanto
al ocio. A partir de eso, se puede detectar mejor lo que provoca la obesidad del
niño. Los cambios de hábitos a través de la terapia conductual es un componente
imprescindible en el tratamiento del niño con sobrepeso.

Diagnóstico F.O.D.A.

FORTALEZAS: Los padres son el elemento básico para la prevención de la


obesidad en los niños, al establecer normas y disciplina en el hogar, los hábitos en
el consumo de alimentos sanos, fomentar actividades físicas diarias, puede llevar
una mejor salud de los niños. OPORTUNIDADES: Establecer alianzas con
instituciones como la escuela, permite regular y medir los hábitos que el niño
utiliza, asesorarse con profesionales de la salud para determinar hábitos
alimenticios adecuados. DEBILIDADES: Los pocos controles en el hogar con
relación a la disponibilidad de alimentos, mucha comida rica en carbohidratos y
grasa. Los padres que recompensan a los hijos con comida chatarra. La poca
ausencia de los padres para controlar la alimentación de los niños. La vida ociosa,
como la televisión, juegos electrónicos y el poco ejercicio. AMENAZAS: el estrés
al que el niño es sometido por las largas jornadas escolares, las enfermedades
que van ligadas con el sobrepeso, tener una mala condición física por los
alimentos que consumen y puedan sufrir un paro cardiaco (entre otros).

9
CAPÍTULO II

1 TRATAMIENTO, CLASIFICACIÓN Y CAUSAS DE LA OBESIDAD EN NIÑOS

“La obesidad significa tener demasiada grasa corporal. No es lo mismo que


sobrepeso, lo cual significa que el peso de un niño está en un rango superior al de
los niños de la misma edad y estatura. El sobrepeso puede deberse a músculo,
hueso o agua extra, así como también a demasiada grasa. Ambos términos
significan que el peso de un niño es superior a lo que se piensa que es
saludable.”1

La obesidad puede clasificarse de la siguiente manera: “1. Obesidad primaria. El


95 % de obesidades infantiles se clasifican como primarias, exógenas o
nutricionales. Clínicamente la obesidad puede ser precoz, con tendencia desde la
primera infancia al sobrepeso, que se incrementa con la edad, o tardía,
manifestándose en la pubertad o edad adulta. La obesidad primaria precoz
constituye el auténtico problema clínico para el endocrino pediatra. 2. Obesidad
secundaria a otras alteraciones. Antes de iniciar cualquier tratamiento, es preciso
hacer una buena anamnesis y descartar otras causas. Se debe tener presente que
el mejor tratamiento de la obesidad es la prevención desde la primera infancia. El
desarrollo de las curvas de crecimiento y ponderal ha de ser obligatorio en todos
los niños desde el nacimiento hasta la edad adulta. Se cree que con una profilaxis
adecuada se prevendría hasta el 15 % de la obesidad.”2

“Las desviaciones de la relación peso/talla han de poner en marcha de inmediato


la aplicación de normas adecuadas de alimentación y sensibilizar y ayudar a la
familia a ponerlas en marcha. El tratamiento de la obesidad se basa en tres
aspectos: psicoterapia, ejercicio y dieta. Las técnicas de modificación de la
conducta deben estar encaminadas hacia una mejora de la autoestima personal y
autocontrol frente a la comida. Dichas técnicas, para que sean efectivas, deben

1
https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/007508.htm
2
Trastornos del comportamiento alimentario en el niño. Sociedad Española de Endocrinología Pediátrica. 6º. Curso de
formación de postgrado. Málaga, 2000. http://www.seep.es/privado/documentos/Publicaciones/trastornos.pdf

10
realizarse con mucha frecuencia, y no sólo encaminadas al niño, sino también a la
familia. La participación de la familia es muy importante, puesto que el niño no
seguirá una dieta si los otros miembros de la familia no participan activamente.
Igualmente, si los miembros de la familia no dan importancia al adelgazamiento
del niño, éste no dará importancia y no se verá recompensado en el esfuerzo. Se
debe explicar al obeso y a la familia, las características de una dieta sana
(acronutrientes, vitaminas y minerales y la necesidad de una dieta equilibrada) y la
importancia de eliminar comidas fuera de hora y la ingesta de calorías huecas.”3

También hay que evitar alimentos de alto contenido calórico como frutos secos y
golosinas y aprender a diferenciar los alimentos ricos en fibras y con bajo aporte
de grasas. Asimismo, explicar al paciente las ventajas de practicar ejercicio y
disfrutar practicándolo, mentalizar sin angustiar a la familia de los riesgos de la
obesidad. El niño obeso debe participar activamente de la dieta, evitar que la
considere como un castigo y procurar que acepte al médico como un amigo, no
como un enemigo. La familia y el niño deben darse cuenta de que la pérdida de
peso debe ser progresiva y equilibrada y no debe importarles el tiempo empleado,
si el resultado es el adecuado.

Las necesidades energéticas dependen de tres factores: el metabolismo basal,


que incluye las necesidades para el crecimiento; la acción dinámica específica de
los alimentos y la actividad física. De los tres, el único modificable es el tercero. El
incremento de la actividad física es fundamental para lograr un mayor consumo
energético y contrarrestar de esta forma fisiológica el ahorro energético al que
tiende el organismo con la instauración de la pérdida ponderal.

“Debe recomendarse ejercicio físico programado y realizado regularmente. Es


importante que el niño elija un ejercicio que le guste, aunque a priori no consiga un
mayor gasto energético, puesto que es importante que no lo abandone al poco
tiempo. Además, debe aconsejarse que camine y suba escaleras, de todas las

3
Tratamiento de la obesidad infantil. Dieta y ejercicio. N. Cabrinety Pérez.
http://www.seep.es/privado/documentos/publicaciones/2000TCA/Cap10.pdf

11
actividades físicas habituales, es la que conlleva mayor gasto energético.
Estimular la realización de paseos diarios, ya que es un buen ejercicio en aquellos
niños sin hábito deportivo. No debe recomendarse ejercicios de competitividad en
aquellos niños que no estén entrenados, puesto que aumentaría la sensación de
rechazo y de baja autoestima. El incremento de la actividad siempre será de
forma progresiva. Siempre se ha considerado que el tratamiento de la obesidad
no es fácil y la mayoría de veces conduce al fracaso; esto es cierto si se piensa en
lo difícil que resulta erradicar los hábitos erróneos nutricionales de la vida del niño
y de la familia en unas épocas en que ambos progenitores trabajan y el niño
muchas veces es el autor de sus propias dietas, y por otro lado debe producirse
un fenómeno de adaptación del organismo frente al ayuno, gracias al cual
disminuyen las necesidades energéticas.”4

“En estudios realizados en adultos, se ha demostrado la resistencia progresiva a


perder peso del individuo obeso cuando realiza regímenes dietéticos restrictivos y
la facilidad posterior para recuperarlo. La dieta constituye la piedra angular para el
tratamiento de los niños obesos y debe proporcionar todos los nutrientes
necesarios para cubrir las necesidades de crecimiento del tejido magro y que
fuerce la utilización de los depósitos de grasa, limitando, no eliminando, la ingesta
de calorías provenientes de los hidratos de carbono y las grasas; además, han de
proporcionar una buena información educacional sobre la composición en
nutrientes y el valor energético de los alimentos de uso más corriente, cómo
cocinarlos, enseñándoles a utilizar sabores para hacerlos apetecibles al paladar, e
incluso a cocinar, si es necesario, menús cómodos y rápidos de preparar que
puedan hacerse ellos mismos, evitando en todo momento que la ingesta de
alimentos diaria sea monótona y poco apetecible. El tratamiento no ha de ser
dirigido al niño solamente, sino también a la familia. Esto es fundamental, ya que
el origen de la obesidad se debe muchas veces a unos malos hábitos nutricionales
de la familia que condicionan el desarrollo de la obesidad. Debe realizarse un
régimen de comidas variado, apetecible, fácilmente realizable y adaptable al niño y

4
Red de Salud. Obesidad Infantil. http://obesidadinfantilinfomed.blogspot.com/2012/11/tratamiento.html

12
a su familia. Deben rechazarse las dietas prefabricadas y procurar que, en lo
posible, sean adaptadas a las necesidades del niño, según sexo, edad y
actividad.”5

Al prescribir una dieta es importante tener en cuenta la edad del niño y las
necesidades energéticas. En niños menores de 6-7 años, cuyas necesidades
energéticas son 1.600 kcal/día, sólo será necesario la reducción en la ingesta de
calorías vacías, el consumo excesivo de alimentos con alto contenido energético
(galletas, caramelos, chucherías, pastelitos, bollería, embutidos) y la introducción
progresiva de alimentos de bajo contenido energético (verduras, frutas), a los
cuales muchas veces no están acostumbrados y rechazan. En el niño mayor de 7
años (período prepuberal o inicio del puberal), cuyas necesidades son 1,800-2,300
kcal/día, las dietas serán restrictivas en alimentos de alto contenido energético.

Se pueden utilizar dietas hipocalóricas, que permitan un aporte adecuado de otros


nutrientes no energéticos, como vitaminas y oligoelementos, que sea fácilmente
realizables por el niño y la familia. Durante el desarrollo puberal y en los
adolescentes (2,500-3,000 kcal/día), las dietas serán parecidas a las anteriores,
con una distribución semejante de los micronutrientes, y deben ser adecuadas,
variadas y atractivas para un fácil seguimiento, tener presente lo difícil que es la
adolescencia. Esta dieta sólo debe indicarse en el preadolescente y adolescente
y con extrema precaución, por lo que a veces es necesario el ingreso hospitalario.
Previamente a la prescripción, debe demostrarse un funcionamiento renal,
cardíaco y hepático normal, hacer análisis de sangre y ECG.

Una de las dietas preconizadas es la de ayuno modificado con proteínas,


consistente en, primero, aporte calórico suficiente para el 120 % del peso ideal
para la talla, para permitir un incremento adecuado de la masa corporal magra. En
niños no se aconsejan dietas muy hipocalóricas como las de 500-600 calorías por

5
Tratamiento de la obesidad infantil. Dieta y ejercicio. N. Cabrinety Pérez.
http://www.seep.es/privado/documentos/publicaciones/2000TCA/Cap10.pdf

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día; segundo: aporte proteico de 1,5 a 2,5 g/kg, con proteínas de alto valor
biológico, y tercero: aporte diario de 25 mEq de ClK, 800 mg de calcio y un
polivitamínico mineral. Con esta dieta se pierde en los 2-4 primeros días el 50 %
de los depósitos de glucógeno y proteínas procedentes de órganos esplácnicos
como hígado, bazo e intestino; si se mantiene tiempo puede producir pérdidas de
masa muscular, que puede ocasionar cierto grado de debilidad.

Las zonas del cuerpo que contienen mayores depósitos de grasa son las que
primero se consumen. Estas pérdidas se acompañan de pérdida de agua, por lo
que los primeros días se pierde más peso. En las primeras 48 horas de instaurado
el régimen se entra en cetosis, que produce anorexia y, por lo tanto, se tolera
mejor el ayuno modificado, pero puede producir náuseas e hipotensión ortostática,
que se trata con adición de sal en la comida. Asimismo, puede producirse
aumento del ácido úrico sanguíneo, que puede precisar tratamiento con alopurinol.
A esta dieta se puede añadir suplemento de carbohidratos (1 g/kg de peso ideal,
empezar con 25 g/día, para ir aumentando hasta 75 g/día). Con esto se consigue
mejorar el aporte nitrogenado, con el subsiguiente ahorro de proteínas corporales
y aumentar al máximo la pérdida grasa. Esto es debido a que los hidratos de
carbono aumentan los niveles de insulina, con lo que se consigue mayor tasa de
lipólisis y, por tanto, la utilización de grasa corporal. Estas dietas deben
instaurarse con estricto control médico, no están exentas de riesgo.

La utilización de agentes farmacológicos reguladores del apetito, o que ayuden a


aumentar el gasto energético, no están indicados en la infancia ni adolescencia y
pueden ser peligrosos. El aspecto más importante en el tratamiento de la obesidad
es conseguir mantener la reducción de peso en la edad adulta. Aquí fracasan
muchos tratamientos, el niño o el adolescente consiguen muchas veces perder
peso, pero progresivamente vuelven a recuperarlo al dejar el tratamiento. Por eso
es imprescindible educar convenientemente al niño y a la familia en los valores
más importantes de la nutrición. Procurar un seguimiento continuo y mantenido
durante largo tiempo, hasta conseguir consolidar los cambios logrados durante la

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pérdida de peso. La continuación del soporte psicológico y el estímulo de la
actividad física deben mantenerse durante largo tiempo.

“El tratamiento de la obesidad es un problema complejo, y los cambios en el estilo


de vida no siempre tienen resultados satisfactorios, por lo que se han utilizado
diversos fármacos para tratar de combatirla y algunos han mostrado ser efectivos.
Entre estos medicamentos se encuentran aquellos que suprimen el apetito, los
que incrementan el gasto energético, y los que modifican la absorción o el
metabolismo de macronutrientes. Sin embargo, algunos de ellos, a pesar de haber
sido aprobados, han tenido que ser retirados del mercado debido a la asociación
con efectos adversos graves. En la actualidad, de los utilizados para bajar de
peso, solamente dos de ellos se encuentran aprobados en población pediátrica:
orlistat y sibutramina. El tratamiento farmacológico no ha mostrado efectividad por
sí mismo, ya que se trata de una enfermedad multifactorial que requiere involucrar
la modificación de los hábitos de alimentación, incrementar la actividad física o de
terapia conductual.”6

“Aún quedan diversas interrogantes por resolver, como: seguridad de los


medicamentos a largo plazo, forma de evitar la recuperación de peso secundaria a
cualquiera que sea la intervención utilizada, eficacia de un fármaco sobre otro,
tiempo óptimo de inicio, y la duración necesaria del tratamiento. Debido a lo
anterior, se sugiere reservar el tratamiento farmacológico a pacientes con
comorbilidades asociadas, que no hayan respondido a un programa estructurado
de reducción de peso, que comprendan las limitaciones y efectos adversos de los
medicamentos y la necesidad de continuar con los cambios en el estilo de vida.
Ante la epidemia de obesidad, se ha tenido que implementar múltiples estrategias
para combatirla. Esto ha llevado al desarrollo de diversos medicamentos para

6
Boletín médico del Hospital Infantil de México. Volumen No. 65. México: 2008.
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?pid=S1665-11462008000600012&script=sci_arttext

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tratar de bajar de peso; pero hasta la fecha, ninguno de estos por sí mismos
pueden revertir por completo la obesidad.”7

La mercadotecnia y la charlatanería atraen a las personas para el consumo de


medicamentos que se promocionan, la mayoría de ellos, como naturistas o
activadores del metabolismo; sin embargo, en muchas ocasiones se desconoce la
composición y efectos indeseables que puedan llegar a producir. Diversos
medicamentos para bajar de peso pueden conseguirse sin receta y sin supervisión
médica en farmacias, tiendas de autoservicios, e incluso gimnasios. Algunos
autores encontraron que antes de que los pacientes acudan a atención médica
para tratar la obesidad, hasta la mitad de ellos han consumido medicamentos para
bajar de peso (sibutramina, metformina, remedios herbales, entre otros),
consumidos con mayor frecuencia por el sexo femenino. En Guatemala, también
se producen y ofrecen medicamentos o suplementos para bajar de peso, son de
fácil adquisición y probablemente el consumo de estos sea indiscriminado, a pesar
de que la mayoría no están aprobados para uso en pacientes pediátricos, es de
importancia conocer la forma en la que actúan y los efectos adversos que pueden
llegar a producir.

Es importante señalar que de los fármacos utilizados en la práctica médica,


ninguno ha mostrado utilidad, si no se combina con cambios en los estilos de vida,
mediante la modificación en los hábitos de alimentación, incremento en la
actividad física, o a través de la utilización de terapia conductual; es decir, la
píldora mágica que permite comer libremente y ocasionar una pérdida progresiva
de peso no existe. Diversos fármacos diseñados para la pérdida de peso han
tenido que ser retirados del mercado posterior a ser autorizados, debido a la
asociación con efectos adversos graves. La efedra, la fenilpropanolamina y la d-
fenfluramina fueron retiradas por tener asociación con alteraciones
cardiovasculares. De los fármacos utilizados en la actualidad para el control de

7
Tratamiento de la obesidad infantil. Dieta y ejercicio. N. Cabrinety Pérez.
http://www.seep.es/privado/documentos/publicaciones/2000TCA/Cap10.pdf

16
peso, se desconocen los efectos a largo plazo que se puedan presentar con el uso
o con la suspensión de los mismos, la mayoría de los estudios no tienen un
seguimiento mayor a dos años, desconociéndose los efectos indeseables, en
especial sobre el crecimiento y el desarrollo, que puedan llegar a producir y la
efectividad que puedan tener para el mantenimiento de la pérdida de peso con el
tiempo.

Al igual que sucede con el tratamiento dietético, la fase inicial de los diversos
tratamientos farmacológicos se asocia con una pérdida de peso significativa que
puede variar entre 12 y 24 semanas; sin embargo, la efectividad a largo plazo
solamente se ha demostrado en una pequeña proporción de pacientes, la
progresión de la pérdida de peso disminuye, y aún puede existir un efecto de
recuperación de peso a los seis meses y suele ser mayor con la suspensión del
medicamento. La pérdida de peso, cualquiera que sea la estrategia utilizada, se
acompaña de reducciones en los niveles hormonales de leptina, insulina y
triyodotironina, con un incremento en la sensibilidad a la insulina y a la ghrelina
plasmática, todos estos cambios estimulan el apetito; por otra parte, existe una
disminución del tono simpático y del gasto energético, lo que promueve la
lipogénesis y se facilita la recuperación de peso. Es decir, es la respuesta de
defensa del organismo ante la disminución del aporte energético, lo que
condiciona que los mecanismos de almacenamiento de energía sean más
efectivos.

Por lo anterior, los cambios en el estilo de vida deben acompañar al tratamiento


farmacológico y mantenerse a largo plazo. La utilización de fármacos para el
tratamiento de la obesidad aún es limitada en pediatría, y la mayoría de los
autores reservan el uso de medicamentos para aquellos pacientes con obesidad
extrema (considerada generalmente como un índice de masa corporal [IMC]
>percentil a 99 para la edad y género), falta de respuesta a tratamientos previos,
con comorbilidades asociadas y que se encuentren en la adolescencia. En la
actualidad, solamente dos fármacos han sido aprobados por la FDA (Food and

17
Drug Administration) para uso en pacientes pediátricos: sibutramina y orlistat; en
algunos países todavía se encuentran contraindicados en estas edades. De estos
fármacos, no se ha demostrado la eficacia y seguridad a más de cuatro años en el
caso de orlistat, y de dos años en el caso de sibutramina.

1. Tipos y clasificación

Según el origen de la obesidad, esta se clasifica en los siguientes tipos: obesidad


exógena: debida a una alimentación excesiva. Obesidad endógena: la que tiene
por causa alteraciones metabólicas. Dentro de las causas endógenas, obesidad
endocrina, como la tiroides (obesidad hipotiroidea) o por deficiencia de hormonas
sexuales como es el caso de la obesidad gonadal.

Esta clasificación es la recomendada por la Organización Mundial de la Salud


(OMS) y es el parámetro mas empleado para definir la obesidad en niños y
adolescentes, es el índice de masa corporal (IMC) y este equivale al cociente peso
en kg/talla2 en m2. Esta fórmula expresa una relación entre peso corporal y altura
que no se corresponde exactamente con el contenido corporal de grasa, pero que
sirve para evaluar de una forma bastante aproximada la grasa corporal. Existen
cuatro posibles clasificaciones para el exceso de peso en el niño: Obeso de alto
riesgo, sobrepeso de alto riesgo u obeso, sobrepeso o en riesgo, no tiene
sobrepeso.

“La obesidad suele clasificarse, según la distribución del exceso de grasa en:
central o visceral (androide): que se caracteriza por el acumulo de grasa en el
tronco y el abdomen (tipo manzana). Periférica (ginoide): donde el acumulamiento
sucede en la región glúteo femoral (tipo pera). Bouchard añade un tercer tipo
generalizada, es la más característica de los niños y adolescentes. En esta
variedad, no existe una distribución regional de la grasa, por lo tanto resulta difícil
distinguirla del tipo de obesidad central, con la que parece coincidir en las
complicaciones tardías. Para distinguirlos se recurre a la medición de las

18
circunferencias de la cintura y de las caderas. En los niños y adolescentes se
considera que la obesidad suele ser la mayoría de veces de tipo central, con
predominio del depósito de grasa en la región abdominal, y así lo han demostrado
Moreno y Cols.”8

“A pesar de que esta teoría fue aceptada durante varias décadas, no se ha podido
demostrar correspondencia con la realidad clínica y ha caído en desuso por la
falta de utilidad. Más interés tiene la clasificación clínica basada en el índice de
masa corporal, en grados según Garrow, o en clases según Bray. Según las
recomendaciones de la OMS, la Sociedad Española para el Estudio de la
Obesidad (SEEDO) adoptó recientemente el concepto de Bray, y en adultos valora
no sólo el IMC, sino también la circunferencia de la cintura, para establecer la
situación de riesgo relativo de enfermedad, referido a diabetes tipo 2, hipertensión
arterial o cardiopatía isquémica. En niños es habitual y en la práctica más común,
establecer la clasificación de la obesidad ciñéndose exclusivamente al IMC.
Campfield y Smith han modificado ligeramente los criterios de la OMS y han
establecido la siguiente clasificación: Normal 18,5-24,9 Sobrepeso 25-29,9 Clase I
30-34,9 Clase II 35-39,9 Clase III > 40. La utilidad de esta clasificación estriba en
poder establecer una escala de gravedad basada en criterios numéricos y marcar
la progresión o regresión individual de cada paciente.”9

En la edad pediátrica no se corresponden exactamente los valores con los del


adulto; el IMC se eleva durante el primer año y luego desciende, para volver a
subir a partir de los seis años. La posibilidad de adelgazar sería mayor en el
primer caso que en el segundo. Clasificación Etiopatogénica: Nutricional –
Orgánica: desde esta perspectiva se distinguen dos grandes grupos de obesidad:
obesidad nutricional (esencial, simple o idiopática): esta es la más frecuente (95-
99% del total). El desarrollo esderivado a factores como la ingesta calórica,
predisposición genética, metabolismo, desordenes hormonales o inclusive el
medioambiente. Quizá la frecuencia se sobrevalora en términos relativos por

8
Obesidad infantil. http://u3-obesidad-infantil.blogspot.com/2012/05/v-behaviorurldefaultvmlo.html
9
Obesidad en el niño. Concepto y clasificación. J. Ferragut Martí. http://www.seep.es/

19
considerarla exclusivamente en términos de causa de consulta endocrinológica,
sin tener en cuenta que en muchos casos no se acude al especialista en busca de
ayuda. Así, en muchos pacientes con síndromes genéticos (Down, por ejemplo),
pacientes institucionalizados o enfermos mentales se acepta el peso excesivo
como algo inevitable.

La obesidad nutricional es un desorden de etiología claramente multifactorial y no


parece correcto catalogarla simplemente de exógena, aunque así se haya
etiquetado, debido a que con una misma ingesta calórica unos engordan y otros
mantienen un peso normal. Por tanto, se debe buscar la influencia de otros
factores (genéticos, metabólicos, hormonales o medioambientales), cuyo papel e
interrelación está todavía en mayor parte por aclarar. Obesidad
organica(intrínseco o secundaria): en muchos pacientes con síndromes genéticos,
pacientes institucionalizados o enfermos mentales a presencia de sobrepeso es
concebida como inevitable. Esta obesidad es secundaria a otros procesos como
pueden ser: síndromes dismórficos, lesiones del sistema nervioso central,
enfermedades de las glándulas endocrinas, trastornos psicológicos, iatrogenia
(reacción adversa secundaria al uso de algún medicamento o determinado
tratamiento médico).

2. Clasificación por tipo celular

Esta clasificación distinguía la obesidad en: hiperplásica: común en la infancia y


adolescencia y con un pronóstico desalentador debido a la imposibilidad de reducir
la población de adipocitos, que una vez establecida se caracterizaría por la avidez
por la grasa y tendencia a recuperar tamaño si se les ofrecían nutrientes. En este
tipo de obesidad se presenta una población exagerada de adipocitos de tamaño
normal. Hipertrófica: Característica del adulto. Los adipocitos se encuentran en un
número adecuado pero, son de grandestamaños y cargados de grasa. Importante
es señalar que esta teoría fue aceptada durante varias décadas, sin embargo, ha

20
caído en un desuso casi total debido a que no se ha podido demostrar su
correspondencia con la realidad clínica y por falta de utilidad.

3. Clasificación fisiopatológica

Esta clasificación está aún por elaborarse, y podrá ser una realidad cuando se
conozcan absolutamente todos los mecanismos subyacentes que regulan el
control de peso y todos aquellos factores que hacen posible el desarrollo de la
obesidad en cualquiera de las etapas de la vida de un ser humano (niñez,
adolescencia, adultez).

El aumento mundial del sobrepeso y la obesidad infantil es atribuible a varios


factores, tales como: El cambio dietético mundial hacia un aumento de la ingesta
de alimentos hipercalóricos con abundantes grasas y azúcares, pero con escasas
vitaminas, minerales y otros micronutrientes saludables. La tendencia a la
disminución de la actividad física debido al aumento de la naturaleza sedentaria
de muchas actividades recreativas, el cambio de los modos de transporte y la
creciente urbanización. La OMS reconoce que la prevalencia creciente de la
obesidad infantil se debe a cambios sociales. La obesidad infantil se asocia
fundamentalmente a la dieta malsana y a la escasa actividad física, pero no está
relacionada únicamente con el comportamiento del niño, sino también, cada vez
más con el desarrollo social y económico y las políticas en materia de agricultura,
transportes, planificación urbana, medio ambiente, educación y procesamiento,
distribución y comercialización de los alimentos.

El problema es social y por consiguiente requiere un enfoque poblacional,


multisectorial, multidisciplinar y adaptado a las circunstancias culturales. Al
contrario de la mayoría de los adultos, los niños y adolescentes no pueden elegir
el entorno en el que viven ni los alimentos que consumen. Asimismo, tienen una
capacidad limitada para comprender las consecuencias a largo plazo del
comportamiento. Por consiguiente, necesitan una atención especial en la lucha
contra la epidemia de obesidad. Cuando los niños comen más alimento de lo que

21
el cuerpo necesita para la actividad y el crecimiento normales, las calorías
adicionales se almacenan en los adipocitos para uso posterior.

Si este patrón continúa con el tiempo, se desarrollan más adipocitos y pueden


presentar obesidad. Normalmente, los bebés y los niños pequeños responden a
las señales de hambre y llenura, de manera que ellos no consumen más calorías
de las que el cuerpo necesita. Sin embargo, los cambios en las últimas décadas
en el estilo de vida y las opciones de alimentos han provocado el aumento de la
obesidad entre los niños. Los niños están rodeados de muchas cosas que los
llevan fácilmente a comer en exceso y difícilmente a estar activos.

Los alimentos que son ricos en contenido de grasa y azúcar a menudo vienen en
tamaños de porciones grandes. Estos factores pueden llevar a los niños a ingerir
más calorías de las que necesitan antes de que se sientan llenos. Los comerciales
de televisión y otros anuncios en pantallas pueden conducir a la elección de
alimentos poco saludables. La mayoría de las veces, los alimentos en anuncios
dirigidos a los niños es rica en azúcar, sal o grasas. Las actividades que implican
tiempo frente a una pantalla como ver televisión, juegos, mensajes de texto y jugar
en la computadora requieren muy poca energía. A menudo toman el lugar de la
actividad física saludable.

Adicionalmente, los niños tienden a anhelar los refrigerios poco saludables que
ven en los anuncios de televisión. Otros factores en el ambiente del niño también
pueden conducir a la obesidad. La familia, los amigos y el entorno escolar ayudan
a moldear la dieta y las opciones de ejercicio del niño. El alimento puede utilizarse
como una recompensa o para consolar a un niño. Estos hábitos aprendidos
pueden conducir a comer en exceso. Muchas personas tienen dificultad para
romper estos hábitos más adelante en vida.

La genética, las afecciones médicas y los trastornos emocionales también pueden


aumentar el riesgo de obesidad para un niño. Los trastornos hormonales o la baja

22
actividad tiroidea y ciertos medicamentos, como los esteroides o los
anticonvulsivos, pueden aumentar el apetito de un niño. Con el tiempo, esto
incrementa el riesgo de obesidad. Un enfoque malsano en el hecho de comer, el
peso y la imagen corporal pueden llevar a un trastorno alimentario. La obesidad y
los trastornos alimentarios a menudo ocurren al mismo tiempo en niñas
adolescentes y mujeres adultas jóvenes que pueden estar descontentas con la
imagen corporal que proyectan.

23
CAPÍTULO III

1. Situación actual del abordaje y tratamiento de la obesidad

Según datos del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP), “en


Guatemala el sobrepeso y obesidad en niños y niñas, escolares, mujeres adultas y
hombres, es un problema que se ha agudizado significativamente en las últimas
cuatro décadas, al extremo que, según estimaciones, uno de cada 20 niños, de
entre cero y cinco años, es obeso, lo que equivale al 5.4 por ciento de la
población. El problema es cada vez más serio en la etapa de la adolescencia y
adulta, en donde el estrés y una mala dieta alimenticia afecta a muchos
guatemaltecos. Pero el problema de la obesidad en el país podría ser más crítico,
según el estudio Euromonitor, se estima que para el año 2020 seis de los países
con mayor obesidad en el mundo serán latinoamericanos, entre los que se
encuentran Venezuela, Guatemala, Uruguay, Costa Rica, República Dominicana y
México.”10

“Aunque los datos del estudio Euromonitor son del 2009, coinciden en fecha con
los que utiliza el informe Nutricional Mundial: Perfil Nutricional de países del 2014,
en los que se indica que en Estados Unidos el 38.7 por ciento, mayores de 15
años, es considerado obeso, seguido de México con 31.8 por ciento, mientras que
Venezuela y Guatemala registraron un 29.6 y 27.5 por ciento, respectivamente. Se
trató de obtener información del Ministerio de Salud Pública, pero no fue
proporcionada. El porcentaje de personas que sufren obesidad en los países en
desarrollo y los desarrollados se reduce de forma acelerada, por lo que según la
Organización Mundial de la Salud (OMS), para este año el número de adultos con
sobrepeso en el mundo estaría cerca de los 2 mil 300 millones de adultos,
mientras que el que padece obesidad en más de 700 millones. La obesidad es un
círculo vicioso que trae enfermedad, soledad, angustia, tristeza, depresión y baja
autoestima.”11

10
Crónica. Guatemala: Décimo lugar en obesidad. http://cronica.gt
11
Crónica. Guatemala: Décimo lugar en obesidad http://cronica.gt

24
“Se paga un costo muy alto y, aunque es difícil de controlar, no es imposible
enfrentar este problema. Para la nutricionista Angélica Jiménez, la obesidad es un
problema de salud que se ha dejado sentir en Guatemala desde hace unas dos
décadas, esto como consecuencia de los malos hábitos alimenticios que hay en la
población, como lo es el consumo de comida rápida, que tiene precios bajos, pero
que contiene gran cantidad de grasas saturadas, lo cual acarrea sobrepeso y
obesidad. La obesidad está catalogada como una enfermedad crónica que afecta
a la población, señala la especialista en nutrición, con el agravante que trae
consigo padecimientos de hipertensión, triglicéridos y colesterol, además de
graves enfermedades del corazón y del sistema circulatorio. Para la OMS, la
obesidad infantil se está convirtiendo en una crisis de salud pública en varios
países en desarrollo, debido que ha pasado de unos 31 millones de niños obesos
en 1990 a 44 millones en la actualidad, lo que representa una tasa del 30 por
ciento más alta que en países industrializados.”12

“Para Julieta Ortiz, especialista en nutrición y quien atiende a varios pequeños


entre sus pacientes, confirma que la obesidad en los niños se ha disparado en el
país, lo que considera es producto, entre otras cosas, de la publicidad dirigida a
los menores de edad, la falta de actividad física, la introducción de los juegos
electrónicos, lo cual impide que los niños hagan ejercicio, les crea ansiedad y, en
muchos casos, les provoca más apetito. De acuerdo con los especialistas, a esto
hay que sumar las grandes posibilidades de que estos niños, cuando sean
adultos, continúen con obesidad y padezcan enfermedades cardiovasculares,
como cardiopatías, accidentes cerebrovasculares y diabetes, esta última
considerada una epidemia a nivel mundial. La mala alimentación y la falta de
actividad física son algunos de los factores que provocan obesidad.”13

12
Crónica. Guatemala: Décimo lugar en obesidad. http://cronica.gt
13
Crónica. Guatemala: Décimo lugar en obesidad. http://cronica.gt

25
“La obesidad infantil se está convirtiendo en una crisis de salud pública en muchos
países en vías de desarrollo y se ha pasado de unos 31 millones de niños obesos
en 1990 a 44 millones en la actualidad, indicó la Organización Mundial de la Salud
(OMS). En los países en desarrollo la tasa de obesidad infantil es el 30 por ciento
más alta que en las naciones más industrializadas, en África el 10 por ciento de
los niños son obesos, según datos difundidos por la entidad de las Naciones
Unidas.”14

“De acuerdo con Epstein, una vida sedentaria y una dieta rica en azúcares y
grasas son factores que contribuyen a empeorar este problema, principalmente en
infantes. Finalmente, el portavoz de la OMS subrayó que los niños y niñas obesas
o con sobrepeso, tienen más posibilidades de ser adultos con esa misma
condición y desarrollar dolencias como la diabetes y la enfermedad
cardiovascular.”15

“Según datos del Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP), en


Guatemala el sobrepeso y obesidad en niños y niñas pequeñas, escolares,
mujeres adultas y hombres, es un problema que por sí solo, se ha agudizado
significativamente en los últimos 43 años. Finalmente, el estudio
del INCAP determinó que uno de cada 20 niños, de entre cero y cinco años, era
obeso, la cifra comprendía el 5.4 por ciento de esta población.”16

“Escribir sobre este tema es sumamente importante dada la gran cantidad de


niños que en la actualidad presentan sobrepeso y obesidad en el país. Las cifras
son alarmantes. La ENSANUT 2006 señala que el 26.3% de los niños en etapa
escolar (5-11 años) sufren este padecimiento. Cuando un niño de 6 años presenta
sobrepeso u obesidad tiene un 25% más de probabilidades de ser un adulto con
sobrepeso u obesidad. Un niño gordo de 12 años tiene un 75% de probabilidades
de ser un adulto gordo. Esto es gravísimo, dado que las personas con sobrepeso

14
https://cerigua.org/article/la-obesidad-infantil-una-crisis-de-salud-publica
15
Ídem
16
Ídem

26
u obesidad, generalmente presentan paralelamente otras enfermedades como
Diabetes Mellitus (principal causa de muerte en nuestro país), Hiperlipidemias
(colesterol y triglicéridos que llevan a infartos), entre otros. Es decir, la obesidad es
un serio problema de salud pública en México. Los niños obesos son pacientes
difíciles dado que ni están preocupados por su salud ni por su figura, ni nada. No
les interesa, ellos únicamente saben que la comida les sabe rico y que quieren
más y más. Generalmente se trata de niños ansiosos a causa de problemas
familiares o escolares.”17

“Definitivamente es un trabajo para toda la familia, pero se tiene que comenzar


con los padres, los cuales son el ejemplo de los niños y casi siempre presentan
sobrepeso u obesidad a causa de malos hábitos alimentarios y sedentarismo. Sin
embargo, si la solución a este problema fuera darles dietas equilibradas y
recomendarles hacer diariamente ejercicio. Las dietas convencionales tienen entre
un 3 a un 5 % de éxito, esto expresa en realidad su rotundo fracaso. Hay que
probar algo diferente. Hay que comenzar con guiar a los papás con consejos
prácticos y reales para la vida diaria. Se trata de hacer un trato justo con la vida de
cómo nos vamos a alimentar el resto de nuestra existencia, no sólo durante el
periodo de dieta. Se trata de recurrir a la sabiduría milenaria que todas las culturas
han tenido para mantener un peso saludable, pero que desde los años ochenta se
ha perdido por el ritmo de vida acelerado que llevamos y por la industrialización de
los alimentos, entre otras cosas. De hecho es impresionante ver gráficas de cómo
desde los ochentas la cantidad de niños obesos (y adultos también) ha subido
increíblemente.”18

“Uno de 4 menores entre 5 y 9 años tiene sobrepeso y obesidad, y corre el riesgo


de desarrollar enfermedades coronarias, hipertensión y hasta hígado graso. El
temor de que la diabetes se presente desde edades muy tempranas se está
convirtiendo en una realidad en el Perú. En el hospital Edgardo Rebagliati Martins
ya se están presentando casos de niños de solo 6 y 8 años que están

17
Obesidad infantil: tratamiento para los padres. Fernanda Rojas. http://www.fernandarojas.com
18
Ídem

27
desarrollando la enfermedad. Hace 10 años, en los niños se presentaba solo
la diabetes tipo 1, asociada a la predisposición genética, pero ahora ya se ve
diabetes tipo 2, que normalmente se presenta luego de más tiempo y por el
aumento de la grasa. Cada vez más niños y desde más pequeños están en riesgo
a causa de la obesidad, advirtió la doctora Matilde Estupiñán Vigil, jefa del
departamento de Pediatría del referido nosocomio. La médica aclaró que los
niños diabéticos que llegan al hospital Rebagliati ya están en tratamiento y se está
controlando la enfermedad. Pero advirtió que estos menores, debido a su excesivo
peso, tienen más probabilidades de volverse insulinodependientes, lo cual sin
duda a la larga afectará su expectativa de vida.”19

“Igual que en el adulto, el niño obeso está en riesgo de presentar enfermedades


que lo pueden llevar a la muerte y eso es alarmante porque antes se pensaba que
el niño iba creciendo y adelgazando, pero ahora la tendencia es que el niño obeso
será un adolescente obeso y lo seguirá siendo también de adulto”, indicó. Según
las cifras del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el año 2011
el 24.4% de los niños entre 5 y 9 años presentaba sobrepeso y obesidad, es decir
1 de cada 4. Juan Pablo Aparco, especialista del Centro Nacional de Nutrición y
Alimentación (Cenan), del Instituto Nacional de Salud (INS), detalló que,
aunque no hay estudios actuales sobre el tema, los escolares peruanos del nivel
primario están presentando una tendencia creciente al aumento de peso. Una
investigación realizada por el Cenan en cuatro colegios de Lima, entre escolares
de 6 y 11 años, reveló que el 22.5% de niños tenía sobrepeso y el 24.3%
obesidad. “Aunque la muestra no es muy representativa, marca una tendencia y
significa que el 48.8% de escolares de primaria está presentando exceso de
peso”, manifestó Aparco.20

Claudia Ayala, nutricionista del portal Salud en Casa, explicó que la falta de
hábitos alimenticios y el acceso a alimentos de alto contenido de azúcar y
grasa contribuyen significativamente al exceso de peso. “La falta de tiempo de las

19
http://peru21.pe/actualidad/ninos-seis-anos-ya-presentan-diabetes-causa-obesidad-2208245
20
Ídem

28
madres para ocuparse de la alimentación de sus hijos hace que estos
consuman alimentos envasados o comida rápida. Por la vida agitada que tenemos
ahora, el niño come poco y a veces mal. Es necesario al menos hacer una comida
familiar al día, comiendo despacio y sin la televisión”, recalcó. Asimismo, enfatizó
que una de las causas principales de la obesidad infantil y el sobrepeso es la falta
de actividad física diaria. “En nuestra consulta se ve que los niños son
sedentarios, pasan muchas horas frente a la televisión, la computadora o los
videojuegos y, por eso, ya están presentando problemas articulares. Ellos no
tienen mucha movilidad y les cuesta hacer ejercicios, así que son los padres los
que tienen que motivarlos”, detalló. Al respecto, el decano del Colegio de
Nutricionistas del Perú, Óscar Miranda Cipriano, remarcó “que la inseguridad
ciudadana es otro factor que contribuye a reducir la actividad física.”21

“Cada vez hay menos parques con niños. Ante los peligros que se presentan en la
vía pública, son pocos los menores que salen a jugar, pues existe el temor de que
puedan ser víctimas de algún acto delincuencial”, comentó. Anotó que a eso se
debe agregar que muchos colegios no tienen un patio adecuado para la educación
física y también que se han perdido algunas costumbres, como ir caminando al
colegio o subir las escaleras. Ante esa problemática, la doctora Estupiñán sugirió a
los padres de familia adoptar las medidas correctivas inmediatas, pues sino “los
niños no solo presentarán cuadros adelantados de diabetes, sino
también enfermedades coronarias, trastornos metabólicos, hipertensión arterial y
dislipidemias (alteración de los lípidos, como el colesterol y los triglicéridos).
Además, de adultos podrían tener complicaciones más graves en el riñón o hasta
hígado graso, que puede ocasionar una muerte más temprana”. “Si los papás son
obesos no necesariamente hay disposición genética a que los hijos lo sean, pero
si los padres se alimentan mal y no hacen ejercicios, la misma conducta será
repetida por los hijos”, dijo la especialista.22

21
Ídem
22
Ídem

29
“Miranda Cipriano agregó que es importante que los niños programen
metabólicamente su cuerpo, teniendo un gasto energético que vaya de acuerdo
con su ingesta de alimentos. “Eso les ayudará a tener mayor dificultad para subir
de peso exageradamente y tendrán mejores posibilidades de adultos”, manifestó.
Por su parte, el nutricionista del Cenan recomendó a los padres de familia dar a
los niños agua desde pequeños y no acostumbrarlos a tomar bebidas muy dulces.
Asimismo, indicó que es importante no saltarse el desayuno. “El desayuno es vital
porque quien no lo toma luego quiere comer todo lo que no consumió y tiene un
hambre exagerado. Así, se va formando el hábito de comer más de una ración”,
advirtió. Una alimentación balanceada para niños debe incluir 12% de proteínas,
45% de carbohidratos, 35% de grasas y el resto de vegetales y fibra.23

2. Aspectos psicológicos de la obesidad infantil

“La obesidad infantil es un problema creciente en la sociedad, más importante de


lo que se piensa. Se suele hablar de las implicaciones físicas de este trastorno,
aunque también existen ciertos aspectos psicológicos asociados a la obesidad
infantil. Es muy importante la repercusión que la obesidad tiene sobre el desarrollo
psicológico y la adaptación social del niño en relación a la autoestima, depresión y
desajustes en el comportamiento social. Es fundamental insistir en la prevención
de la obesidad no solamente desde el aspecto físico, sino dar importancia al
aspecto emocional, considerando los problemas psicológicos que la obesidad
produce en los niños. En general, las personas afectadas de obesidad tienen
ciertos problemas de aceptación por la sociedad, sufriendo a veces situaciones
que desencadenan actitudes antisociales y pueden conducir a aislamiento,
depresión, ansiedad e inactividad.”24

Con respecto a los problemas de autoestima, y del mismo modo que sucede con
los adultos, el niño obeso sufre en ocasiones rechazo social. Incluso, se le puede
culpabilizar de la situación, de comer demasiado y no asumir la responsabilidad de

23
Ídem
24
Aspectos psicológicos de la obesidad infantil. http://www.bebesymas.com

30
mantener el peso. Todo ello puede conducir a que el niño esté triste, nervioso y
sea solitario, lo que puede hacer que se aumente la ingesta energética como una
compensación. Si el entorno familiar no actúa o no da importancia a estos hechos,
los problemas de autoestima pueden seguir indefinidamente. Los profesionales
médicos, además de evaluar, conocer y ayudar a resolver los problemas de
ingesta excesiva del niño obeso deberían conocer las circunstancias psicológicas
y sociales en las que se encuentra, para poder actuar de la mejor manera y ayudar
al niño y a la familia a controlar la obesidad.

Como en tantos otros ámbitos, en ocasiones es necesario un apoyo con medidas


psicosociales, trascendiendo lo físico e individual. Para prevenir y controlar la
obesidad el niño debe seguir una dieta normal, completa y variada, acorde a la
edad, y realizar ejercicio moderado. Tener en cuenta los aspectos psicológicos de
la obesidad infantil, se logrará que tengan una buena salud física y emocional.

Al tener esa autoestima baja, los niños se sienten inseguros a la hora de tener que
relacionarse con otros, sobre todo con sus iguales, que suelen someterles a
bromas por exceso de peso. El miedo al rechazo puede llevarles a aislarse e
incluso alejarse de situaciones que les resultan estresantes como las clases de
educación física o el colegio en general. Focalizan la atención en esos kilos
sobrantes, ignoran el resto de las cualidades físicas. Construyen un auto concepto
muy pobre a nivel físico, según el cual van a ser rechazados y con el que no
podrán sobresalir en nada. Esto puede llevar al niño a desarrollar
comportamientos depresivos. Dificultad para entablar relaciones sociales, el miedo
al rechazo, inseguridad y las experiencias de burla que pueden sufrir en ocasiones
hacen que el niño tienda a aislarse y no desarrolle de forma adecuada las
habilidades sociales, por lo que pueden aparecer casos de timidez e incluso de
aislamiento.

Es primordial detectar este tipo de problemas lo antes posible para evitar que
permanezcan en el tiempo y se hagan crónicos. Están en una etapa en la que se

31
forman los pilares de la autoestima y la personalidad del niño y las experiencias
que tenga en esta época pueden marcarle para el resto de la vida. Por ello habría
que ponerle en manos de los especialistas calificados que puedan conseguir una
reducción del peso y una mejora de la autoestima y desarrollo de habilidades
sociales.

Los médicos tienen un sinfín de procedimientos para prevenir, controlar y eliminar


la obesidad e incluso para que no vuelva a producirse. Desde operaciones
quirúrgicas, implantación de aparatos, tratamientos mentales, medicinas,
dietética, entre otros. Los padres son los primeros que, sin ninguna
disculpa, tienen que estar en el peso adecuado según el BMI (Índice de Masa del
Cuerpo), mantener una política de salud del cuerpo a través comidas saludables,
variadas, equilibradas, suficientes y ordenadas, ejercicios constantes y evitar la
vida sedentaria. Deben acostumbrar a los hijos con el ejemplo a hacer en cada
comida un sacrificio de la voluntad. Levantarse de la mesa sin estar plenamente
satisfechos.

Ejercitar el valor de templanza ante la comida, que es lo contrario de la


gula. Servirse la comida imprescindible para que no quede nada sin comer en el
plato. No darse atracones que solamente conducen a indigestiones y a la
obesidad. Llevar un estricto control diario del peso de cada uno de los familiares,
para que todos conozcan los avances y retrocesos relacionados con los objetivos
propuestos. Los controles semanales pueden suponer una pérdida de mucho
tiempo antes de tomar las medidas correctivas. Tomar las medidas coercitivas
correspondientes para evitar que se acumulen los excesos de peso por encima de
los establecidos por los médicos para cada familiar. El control del peso es
fundamental para medir los resultados. Debe ser un control que sirva como
autoestima, premio y satisfacción de los esfuerzos realizados.

Involucrar a los hijos en la preparación y en la compra de las comidas, procurar


que sean saludables muy apetecibles y lo más naturales posibles, evitar la comida

32
prefabricada e industrializada. Cuidar bien de que lean las etiquetas informativas
de cada compra, tanto características técnicas como los componentes. Enseñar a
los hijos que las comidas de bajo precio, suelen ser las peores en relación con la
salud y no siempre son las más baratas. Reconsiderar la preparación,
disminución o eliminación de algunas comidas ancestrales, con
demasiados carbohidratos, grasas y azucares. Plantearse un nuevo estilo de
alimentación acorde con la forma de vida, trabajo y actividades. Que sean
diferentes que las de los antepasados. No se puede seguir con la costumbre de
comer, ni la cantidad ni los tipos de comidas que consumían los ancestros, tener
en cuenta el estilo de vida de ellos y el de la familia. Suprimir las pequeñas
comidas entre horas para no dar mal ejemplo a los hijos.

Mantener un horario fijo predeterminado para cada una de las comidas: desayuno,
almuerzo y cena, procurar que esté toda la familia reunida, que se realice en la
mesa y no en el salón con la televisión. Poner platos y vasos pequeños ayuda a
poner límites y evita que los hijos y los padres coman sin control. Poner raciones
atractivamente presentadas y equilibradas de acuerdo con la edad y situación de
cada uno de la familia. Seguir las instrucciones de la pirámide de salud, de los
médicos o nutricionistas. Fomentar un proyecto de ejercicio físico para realizar
conjuntamente toda la familia, en la casa, en los centros comunitarios gratuitos
o privados, como es el andar en bicicleta, jugar en el parque o andar.

El que los padres hagan ejercicios físicos supone un ejemplo para los hijos
al querer competir con los padres, imitarles o tenerles que obedecer. También
tiene mucho efecto el poner objetivos de medir la pérdida de peso a través de la
rebaja del número de la talla en la ropa, sentirse menos sofocado cuando se
suben las escaleras, rebajar la presión arterial y muchos otros conceptos
motivadores. Nunca deben hacer burlas o comentarios despectivos o jocosos
sobre los pesos de los hijos o de la falta de buenos resultados en los intentos por
adelgazar o mantenerse en el peso ideal. Deben animarles a perseverar, no
siempre los resultados son inmediatos. Evitar que después que hayan logrado un

33
objetivo de reducción de peso, dejen de hacer las actividades que lo hicieron
posible y que vuelvan a engordar. Las recaídas suelen ser desmotivadoras.

Es la primera vez en la historia de la humanidad que los jóvenes de hoy tienen


una esperanza de vida más corta que la de los padres. Casi todos los jóvenes
comen mucho y mal y hacen poco o ningún ejercicio, pasan el tiempo libre delante
de las múltiples pantallas de televisión, internet, juegos, teléfonos, entre otros. Un
tercio de los jóvenes tiene sobrepeso y están obesos. Lo que les hace sentirse
muy mal anímicamente, a pesar de las campañas publicitarias para prevenir y
evitar el grave peligro a la presente y futura sociedad. También saben que los
obesos tienen más dificultades en prosperar académica, económica y socialmente
que los que mantienen el peso correcto. En las escuelas se han reducido los
tiempos dedicados a los ejercicio de gimnasia, y en muchos casos, eliminado o
permitido la no asistencia, para dedicarlos a los estudios o para fomentar la
utilización de las máquinas expendedoras de productos altos de calorías,
azucares, cafeína y grasas, pero que dejan un gran porcentaje de beneficios para
las escuelas.

Existen planes del Gobierno para eliminar en las escuelas el grave problema de la
obesidad, pero ninguno funciona y cada día existen más obesos entre los jóvenes.
En igualdad de condiciones económicas, los obesos gastan más en comida que
los que tienen el peso normal. Muchos de los jóvenes comienzan a
fumar, eliminan comidas, toman medicinas o se hacen la liposucción para
adelgazar. Están más interesados en bajar peso artificialmente que en hacer
ejercicio y cuidar las comidas y componentes. Las jóvenes pueden caer en la
grave enfermedad de la anorexia y la bulimia para sentirse más aceptadas por la
sociedad que les rodea o imitar a algunas personas famosas. Entre los jóvenes ha
aumentado enormemente las nuevas epidemias llamada diabetes tipo
2, enfermedades coronarias, alta presión sanguínea y altos niveles de colesterol
que son para el resto de la vida. Los pasteles, galletas, caramelos, bebidas llenas

34
de cafeína y azúcar, comidas procesadas y rápidas, están al alcance de los
jóvenes.

De fácil acceso una cesta con frutas en la casa es una muy buena solución. Los
jóvenes tienen que soportar un bombardeo de publicidad estimado en 8,000
comerciales al año de comidas perjudiciales. Los padres muy ocupados también
contribuyen a que los hábitos alimenticios de los jóvenes no sean correctos y
origine que las despensas y frigoríficos las llenen de comidas basura e incluso, en
vez de preparar comidas nutritivas y sanas en la casa, lleven para la cena de los
hijos, (única comida familiar) alimentos comprados en los restaurantes
denominados de comida basura, sin tener en cuenta que no son comidas sanas, ni
balanceadas, ni el tamaño de las porciones beneficia a los hijos. Una buena
medida de prevención de la obesidad es el que padres, maestros y alumnos
hagan ejercicio conjuntamente, esto atraería a más personas para incorporarse al
grupo.

También que los padres dispongan en la casa de aparatos para hacer gimnasia en
una habitación o en el garaje y un sitio para jugar al baloncesto fuera de la
casa. En casos especiales, se recomienda que los hijos asistan a campamentos
de verano especializados en enseñar a comer saludablemente, adelgazar y a
mantener el peso correcto. Esta inversión en tiempo y dinero, puede ser
beneficiosa para el resto de la vida. Los padres no deben intentar que los hijos
tengan resultados inmediatos con los programas de adelgazamiento, es preferible
que se enfoquen en crear hábitos de comidas sanas, equilibradas en cantidades y
calidades, poner énfasis en que eviten la vida sedentaria y realicen conjuntamente
ejercicios físicos.

Conclusiones

1. La obesidad infantil es una enfermedad muy común en la actualidad, existe


una gran cantidad de niños que sufren de sobrepeso y en consecuencia de
trastornos en la salud. Es importante mencionar que el niño debe ser

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alimentado en forma correcta desde el nacimiento para prevenir esta
enfermedad.

2. La obesidad es uno de los factores de riesgo vinculados al aumento de


enfermedades cardiovasculares, entre otras. La prevalencia de la obesidad
se ha incrementado en las últimas décadas, considerándose una epidemia
global y son las enfermedades no trasmisibles más prevalentes en el
mundo.

3. Un niño debe llevar a cabo una dieta variada, sana, equilibrada, nutritiva,
apetecible y ordenada, supervisada por un médico para que el cuerpo tenga
los nutrientes necesarios para crecer y desarrollarse en forma plena y
realizar algún tipo de actividad física debido a que la mala alimentación
junto con el sedentarismo conllevan al trastorno de la obesidad.

4. La ausencia de los padres en el hogar, es un factor determinante, que tiene


como consecuencia la obesidad de los niños, debido a que tienen que
consumir alimentos que no son preparados en el hogar, dichos alimentos la
mayoría de las veces, no cuentan con los valores nutrimentales que el niño
necesita, lo cual provoca que desarrolle una malnutrición y en ocasiones,
obesidad.

5. El termino acoso no es inherente al de obesidad; no obstante, existe una


mayor incidencia de acoso (psicológico o físico) hacia los niños con
sobrepeso. Los niños con sobrepeso muestran índices menores de
participación y disminución de la autoestima.

Recomendaciones

1. Determinar los hábitos que se seguirán en familia, es importante que los


padres establezcan normas y den el ejemplo, para cambiar los hábitos

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alimentarios del niño. Cuando existe obesidad, se debe buscar orientación
profesional y emocional para establecer un control adecuado y los padres
juegan un papel importante para el éxito del mismo.

2. Realizar actividades físicas, de forma conjunta con la familia, permite


sobrellevar los problemas de sobrepeso y genera compromiso. La
reducción de peso debe verse de forma integral.

3. Buscar orientaciones de profesionales, cada caso de obesidad en el niño


tiene un tratamiento distinto, debido a los factores que pueden influir, utilizar
lo que promueve la publicidad puede traer graves consecuencias al
paciente. La participación activa e involucramiento de los padres y la
familia es determinante.

4. Establecer normas en el hogar y verificar que estas se cumplan, a pesar de


la ausencia de los padres, es un factor importante, así como realizar un
chequeo mensual al niño y familia, con los especialistas de salud.

5. Identificar factores externos que pueden afectar la salud emocional del niño
y que como consecuencia lo obligue a comer en exceso, como por ejemplo,
las relaciones con los otros niños de la escuela, acoso, entre otros. Buscar
aliados en el centro educativo (maestros, compañeros de clase), así como
determinar si los servicios de comida son saludables en la escuela, pueden
asegurar una mejor calidad de vida en el niño y por ende, salud física y
emocional.

e-grafía

 http://blog.micumbre.com/2007/09/08/10-consejos-a-los-padres-para-que-
combatan-la-obesidad-de-sus-hijos/

37
 http://cronica.gt/2015/09/17/guatemala-decimo-lugar-en-obesidad/
 http://peru21.pe/actualidad/ninos-seis-anos-ya-presentan-diabetes-causa-
obesidad-2208245
 http://www.eufic.org/article/es/expid/basics-obesidad-exceso-peso/
 http://www.fernandarojas.com/contenido/702/Obesidad-Infantil-tratamiento-
para-los-padres.html
 http://www.guiainfantil.com/salud/obesidad/tratamiento.htm
 http://www.guiaobesidad.com/obesidad-infantil-efectos-psicologicos
 http://www.henufood.com/nutricion-salud/mejora-tu-salud/obesidad-infantil-
y-juvenil/
 http://www.medigraphic.com/pdfs/bmhim/hi-2008/hi086l.pdf
 http://www.monografias.com/trabajos14/obesidadinfan/obesidadinfan.shtml
 http://www.seep.es/privado/documentos/publicaciones/2000TCA/Cap10.pdf
 http://www.who.int/dietphysicalactivity/childhood_why/es/
 http://www.who.int/mediacentre/factsheets/fs311/es/
 https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/ency/article/007508.htm
 https://www.nlm.nih.gov/medlineplus/spanish/obesityinchildren.html

Terminología Técnica

1. Accidente cerebrovascular

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Sucede cuando el flujo de sangre a una parte del cerebro se detiene. Algunas
veces, se denomina ataque cerebral.

2. Anamnesis

En general apunta a traer al presente los recuerdos del pasado, recuperar la


información registrada en épocas pretéritas.

3. Anorexígeno

Es una sustancia supresora o depresora del apetito, comercializada


como suplementos dietéticos o como fármaco y administrada con el objetivo de
perder peso.

4. Autoestima

Es un conjunto de percepciones, pensamientos, evaluaciones, sentimientos y


tendencias de comportamiento dirigidas hacia nosotros mismos, hacia nuestra
manera de ser y de comportarnos, y hacia los rasgos de nuestro cuerpo y nuestro
carácter. En resumen, es la percepción evaluativa de nosotros mismos.

5. Causas subyacente

Que está por debajo de otra cosa u oculto tras ella.

6. Comorbilidad

Es un término médico, acuñado por AR Fenstein en 1970, y que se refiere a dos


conceptos: La presencia de uno o más trastornos además de la enfermedad o
trastorno primario. El efecto de estos trastornos o enfermedades adicionales.

7. Depresión

Enfermedad o trastorno mental que se caracteriza por una profunda tristeza,


decaimiento anímico, baja autoestima, pérdida de interés por todo y disminución
de las funciones psíquicas.

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8. Discinesia

Es un término usado para designar los movimientos anormales e involuntarios en


las enfermedades nerviosas.

9. Desanimación exudativa

Es una reacción química que se caracteriza por la ruptura de un grupo amino.

10. Energético

Es el estudio científico de las transformaciones durante el flujo y almacenamiento


de energía.

11. Estereotipo

Consiste en una imagen estructurada y aceptada por la mayoría de


las personas como representativa de un determinado colectivo. Esta imagen se
forma a partir de una concepción estática sobre las características generalizadas
de los miembros de esa comunidad.

12. Exógenas

Se dice de una espora (de reproducción sexuada o asexuada) formada en el


exterior de la célula que le ha dado nacimiento.

13. Hábitos nutricionales

Los hábitos adquiridos a lo largo de la vida que influyen en nuestra alimentación.

14. Hidratos de carbono

Molécula orgánica compuesta por carbono, hidrógeno y oxígeno. Los hidratos de


carbono o glúcidos se caracterizan por ser solubles en agua. Constituyen las
moléculas biológicas de almacenamiento y consumo de energía en un organismo.

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En los seres vivos los glúcidos están como 1) biomoléculas aisladas; 2) asociadas
a proteínas y lípidos.

15. Inseguridad

Falta de seguridad.

16. Insulina

Hormona producida por el páncreas, que se encarga de regular la cantidad de


glucosa de la sangre.

17. Lipólisis

Es el proceso metabólico mediante el cual los lípidos del organismo son


transformados para producir ácidos grasos y glicerol para cubrir las necesidades
energéticas. La lipolisis es el conjunto de reacciones bioquímicas inversas a
la lipogénesis.

18. Metabolismo macronutrimentos

Son aquellos nutrientes que suministran la mayor parte de la energía metabólica


del organismo.

19. Métodos

Método es una palabra que proviene del término


griego methodos (“camino” o “vía”) y que se refiere al medio utilizado para llegar a
un fin. Su significado original señala el camino que conduce a un lugar.

20. Ortostática

Es una de las causas de los síncopes o desmayos.

21. Ponderal

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Del peso o relacionado con él.

22. Precoz

Que tiene unas cualidades intelectuales más desarrolladas o se comporta de


forma más madura de lo que le correspondería por edad.

23. Prepuberal

Es una valoración de la maduración sexual a través del desarrollo físico de los


niños, adolescentes y adultos.

24. Profilaxis

Conjunto de medidas que se toman para proteger o preservar de las


enfermedades.

25. Superior

Que está situado encima de otra cosa o más alto que ella.

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