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Guerra contra las drogas en México.

La violencia generada por el narcotráfico es, sin duda, uno de los problemas más importante
-a nivel interno de los Estados- de algunos de los países latinoamericanos de entre los que se
puede destacar el caso mexicano y el colombiano. El análisis que realizan Rosen y Martínez
(2014) logra presentar la problemática mexicana sobresaliendo de espacios convencionales,
en los que se entiende el narcotráfico mexicano como la respuesta a una relación entre el
mercado estadounidense y el mexicano, y presentando el problema del narco como la
conclusión a una problemática internacional e histórica mucho mayor. Además, retomando
el análisis de Chabat (2005), el problema del narcotráfico no existe solamente por las
ganancias del mercado ilegal, sino que, la existencia -a veces intima- entre el Estado, sus
instituciones y las directivas narcotraficantes, dota al problema de las drogas de beneficios
en muchos sentidos, “más aún, en ocasiones el Estado trabaja para los narcos: no sólo no los
persigue, sino que les da protección” (Chabat, 2005, pg. 15). Frente a esto, las medidas que
se han adoptado para detener o ralentizar el avance instrumental, económico y territorial del
narcotráfico han resultado en el alza de la violencia y el aumento de asesinatos a ciudadanos
ajenos al mismo. La guerra desatada por el narcotráfico, de parte del Estado y los grupos
ilegales, ha resultado en dinámicas de violencia terroristas.

Retomando el análisis de Zuinaga (2011), que presenta una recopilación de las principales
teorías que se han formulado respecto a lo que es el terrorismo. Históricamente ha ido
cambiando la interpretación de este fenómeno en función de lo que coyunturalmente está
sucediendo. Por ejemplo, “(…) ha evolucionado también y ha marcado su influencia durante
el transcurso del desarrollo de la Humanidad, en otras palabras, el terrorismo de la época de
la Guerra Fría difiere en tácticas y modus operandi al terrorismo del s. XXI” (Zuinaga, 2011,
p. 13). A pesar de que no existe un consenso ni una definición inequívoca de terrorismo, el
análisis de la autora encuentra que, de lo que se puede destacar, en síntesis, el término ha ido
cambiando debido a que se puede presentar como una expresión de desprestigio,
pretendiendo resaltar el derecho a actuar de cierto modo por parte del contrincante. Además,
se destaca que, un aspecto que se puede resaltar del terrorismo es su “forma de violencia
política que se distingue de otras por su carácter moralmente repugnante” (Zuinaga, 2011,
pg. 21). En relación con la recopilación de Zuinaga, a continuación, se presentarán los hechos
que se encuentran en sintonía con lo que se puede entender por Terrorismo, esto,
pretendiendo demostrar por qué la violencia en México se puede catalogar como tal.

Haciendo un recorrido histórico por la violencia que ha experimentado México, Valdés


(2013) inicia su recordando las decapitaciones que comenzaron a darse en 2006. El autor
relata que los actos de violencia de este tipo son, en gran medida, consecuencia directa de un
proceso histórico en el que los protagonistas son el gobierno y los grupos ilegales. Valdés
(2013), en relación con Rosen y Martínez (2014), expone que la fragmentación de los grupos
narcotraficantes (que dio origen, por ejemplo, a Los Zetas), resultó en el aumento de la
violencia sistemática hacia policías y ciudadanos representando cifras que “llegaría(n) a 17
mil homicidios en 2011, (…) uno cada 30 minutos. Una verdadera danza de la muerte”
(Valdés, 2013, pg. 5). Esta violencia sistemática se encuentra en intima relación con la
descripción de Terrorismo que retoma Veres (2005) dónde “el terrorismo desarrollará una
sistemática sucesión de actos criminales que implican la destrucción de personas y bienes
según una estrategia pensada con antelación” (pg. 588). Las expresiones violentas y
simbólicas, que pretenden difundirse a un público amplio, como las decapitaciones siguen
presentes en la guerra contra las drogas de México.

Las prácticas terroristas perpetuadas por grupos ilegales, como el cartel de Los Zetas, siguen
siendo una realidad en México. El 25 de octubre de 2018 volvieron a aparecer cadáveres
decapitados en una de las zonas más visitadas por turistas en Chihuahua (El Comercio, 2018).
La violencia, sin embargo, no ha sido perpetuada únicamente por los carteles. Debido, en
gran parte, a la corrupción que se encuentra inmersa en las instituciones del país, se llega a
hablar de un importante grupo de policías que se encuentran sobornados y contribuyen a los
actos de los narcos. Además, el uso de la fuerza por parte de éstos se ha convertido en un
acto desmedido, se llega a hablar de casos en los que “La policía los persiguió (a estudiantes
de Ayotzinapa) y en la ciudad de Iguala los atacaron a tiros. Hubo 6 muertos y decenas de
heridos. Los mismos uniformados se llevaron a los 43 desaparecidos” (Clarín, párrafo 3
2018).

Finalmente, los actos violentos han concluido en el desplazamiento de ciudadanos que huyen
de la guerra, sin importar el bando que mejor los acoja. Esto se debe a la cantidad de muertos
que se presentan entre los disturbios y el fuego cruzado de los beligerantes. En relación con
la teoría y los hechos que se presentan en México, se puede establecer que, a pesar de no
existir una definición inequívoca de lo que el terrorismo representa, los hechos de violencia
que tienen como fin transmitir terror en una determinada población para lograr unos objetivos
estratégicos se encuentran dentro de las definiciones más utilizadas (recopiladas por Zuinaga,
2011) permiten reconocer, realmente, que la guerra de México se presenta con violencia
terrorista.
Referencias:

Chabat, J. (2005, Sep 1,). Narcotrafico y estado: El discreto encanto de la


corrupcion. Letras Libres, 7, 14.

México: Decapitan a 6 hombres en violento estado de Chihuahua. (2018, Oct 24,). El


Comercio - Daily news, Recuperado
de https://www.emis.com/php/search/doc?pc=PE&dcid=631110045&primo=1

México: Policía corrupta, narcos asesinos, una investigación cuestionada y 43 sillas vacías
en ayotzinapa. (2018). Recuperado de https://www.clarin.com/mundo/mexico-policia-
corrupta-narcos-asesinos-investigacion-cuestionada-43-sillas-vacias-ayotzinapa_0_Bk-
x5zhwX.html

Rosen, J. D., & Zepeda Martínez, R. (2015). La guerra contra el narcotráfico en méxico:
Una guerra perdida. Revista Reflexiones, 94(1), 153-168. Recuperado
de http://www.scielo.sa.cr/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S1659-
28592015000100153&lng=en&tlng=en

Valdés Castellanos, G. (2013). Historia del narcotráfico en méxico (1. ed. ed.). México,
D.F: Aguilar. Recuperado de: http://www.gbv.de/dms/sub-hamburg/776216902.pdf

Veres, L. (2005). La simbiosis del terrorismo con los medios de


comunicación. Información para la paz, , 583-601. Recuperado
de: http://dialnet.unirioja.es/servlet/oaiart?codigo=2539219

Zuinaga, S. (2011). El terrorismo, una aproximación teórica en cuanto a su


definición. Revista Venezolana De Análisis De Coyuntura, XVII (2), 11-26.

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