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EL PAGANISMO Y LA RELIGIÓN DE ISRAEL

LA PERSPECTIVA DE I. KAUFMANN

Zelocualtecatl Castillo David


CUESTIONARIO

1.- Definición de paganismo

Antes de responder con I. Kaufmann me parece pertinente hacer un enfoque más acabado
de los términos utilizados por al autor, ya que al contraponer paganismo versus monoteísmo
como conceptos antagónicos en realidad excluye una parte esencial en la historia del
segundo. Los –simos son los sufijos que denotan la reducción de un acontecer más
complejo y eminente: alguna doctrina, alguna tendencia o forma de vida. Así, el sufijo junto
con la forma paganus el habitante del pagus, es decir, al hombre rústico, del campo, que
labra a tierra1, expresa que paganismo se entiende como aquella forma en que los hombre
de campo raso viven. Es desde esta perspectiva que Kaufmann afirma que “la religión
pagana [la del hombre de campo, y en este sentido, la del antiguo Israel agrícola
prominentemente], no (…) (es) la adoración a la piedra y de la madera: el fundamento de la
religión pagana es la divinización de los fenómenos naturales” 2, es decir, la trasformación y
elevación de un elemento de la naturaleza a un estatus de divinidad y misterio fuertemente
vinculado con los ciclos de renovación. Los elementos naturales como la piedra, la madera,
el fuego, la luna, el viento, etc., adquieren un halo de sacralidad al momento de
identificarse como representativos de aquella otra realidad superior y para la cual la
imaginación ha creado narrativas que justifican la creencia popular 3. Realidad tripartita,
donde el origen neto del mundo queda definido sobre sí en una continuidad ontológica
perfecta: hay una instancia o sustancia primordial que todo traspasa y gobierna, la esfera de
los dioses cuyas manifestaciones son la expresión de la naturaleza, y al final el plano de la
existencia humana.
Si bien, el monoteísmo es latente en el paganismo, ya que este nada evita la
concepción de una divinidad única, lo que diferenciará al monoteísmo será su posición
frente al politeísmo desde un carácter henoteísta. Existen los dioses, pero sólo un es
excelente; todos los dioses tienen su narrativo de comienzo y fin, pero éste no los tiene; el
mundo todo es creación de una tensión entre fuerzas contrarias o que luchan por su
existencia, aquel es ajeno al mundo, pero está en estrecho contacto por puro acto volitivo.
1
RAE, 2017, s.v.
2
Cfr., Kaufmann, p.16.
3
Idem.
El politeísmo acepta la existencia de diferentes potestades divinas cuya timé garantiza su
jerarquía, el monoteísmo hace exclusividad en una única divinidad que todo lo gobierna.
El paganismo como forma de vida de los pueblos agrícolas le fue de común al
pueblo de Israel hasta antes del exilio babilónico. Aunque el texto bíblico desconozca la
función narrativa del mito como teogonía, la querella cósmica del orden del universo,
entiende la atribución de un poder oculto en los objetos cultuales y la talismática:
fetichismo en palabras de I. Kaufmann.
El pagano se distingue en todo caso del monoteísta, en primera por la función
pedagógica que atribuye a las narrativas míticas, donde el orden del mundo y la realidad se
expresan como una tensión entre voluntades divinas que rivalizan desde una esfera superior
pero sometidas a instancias mayores de las cuales brotan; en segunda, la dimensión
puramente noética que guarda la divinidad respecto a la obras de la creación. Es decir,
mientras que el paganismo sacraliza e imanta de magia todo el mundo a su alrededor
explicándolo con mitos de origen, el monoteísmo vuelve inmanente los fenómenos de la
naturaleza, suprime la mitología teogónica y eleva la libertad como la responsabilidad del
devenir en el tiempo como una constante relación entre los hombres, la creación y dios.

2.- ¿Cuál es la idea religiosa original del pueblo de Israel?

Dos son las originales ideas religiosas del pueblo de Israel: la afirmación categórica de la
autodeterminación divina, y la otra es la del signo de su trascendente poder en el concepto
de milagro. Si bien, el henoteísmo del pueblo de Israel inició desde temprano en un medio
pagano así como su intuición de una absoluta libertad divina volitiva. Los mitologemas
bíblicos hacen hincapié constante en la ausencia de narraciones teogónicas, de vínculos
ontológicos o sujeciones mágicas respecto a la divinidad de Israel4; lo que sí desarrolla es
una deontología que acerca y compromete al hombre con la bonanza de la creación y la
misericordia divina.
Es la trascendencia y el vínculo deontológico lo que modela los límites del hombre,
las leyes a las que se somete la regularidad de la naturaleza y los principios éticos a los que
el ser humano se atiene. El ser humano como t’banit (‫ )תבנית‬figura o hechura se
corresponde al reino de lo creado, a la naturaleza, con sus ciclos, regularidades, etc.; pero
como t’muná (‫)תמונה‬, imagen de lo divino, de manera interna, aún no se termina por
perfeccionar. La libertad divina se refleja íntegramente en la imagen humana: libertad como
acto, acción creativa, de potestad para trasformar su entorno y los recursos, la historia es el

4
Ibid., p.20.
acontecer en el espacio de todos estos hechos que se ligan con la colectividad humana en la
moral.5
El milagro es el signo de su poder trascendente, ya que es a través de él que
demuestra su absoluto control de la naturaleza: la zarza ardiente, el báculo convertido en
serpiente, el agua del Nilo que cambia, etc., son transformaciones que no requirieron de una
formulación especial o de un ritual previo para su mutación. 6 En todos ellos el protagonista
no es poseedor de un saber oculto o una receta mágica que controle la naturaleza y esté a su
merced. En todos ellos es el poder divino que se manifiesta y es capaz de hacer arde una
zarza sin consumirla o de metamorfosear un bastón en un ser vivo. Para I. Kaufmann, el
milagro tiene un vínculo con la revelación, un mostrar el deseo de la voluntad divina a los
hombres que denota su preocupación por ellos. El portador del mensaje no tiene nada de
especial mas que es elegido de dios, elección única que acontece por arbitrio divino.

3.- ¿Cómo evolucionó el concepto de monoteísmo?

Anteriormente se había señalado que el monoteísmo surge de un henoteísmo en un medio


pagano, no comprende el politeísmo ni se preocupa por intentar explicarlo. Tan solo un
esbozo en la historia de la Torre de Babel, pero fuera de eso ni las leyes del Éxodo o el
Levítico lo comprenden más que censurar. El fenómeno particular del monoteísmo del
pueblo de Israel (quizá para especificar, los pueblos o hijos de Israel) evolucionó con el
tiempo, desde el

desierto, tomó nuevas formas en Canaán, y alcanzó un punto culminante a mediados del
siglo VIII con la aparición de los profetas clásicos. Después de la destrucción del Templo
evolucionó hacia formas capaces de subsistir lejos de sus tierras de origen, desarrollo
doctrinas sobre la retribución, y llegó a un punto a partir del cual declaró la guerra a la (…)
[religiosidad] pagana y aspiró a convertirse en una religión universal. 7

Sin embargo, el concepto de monoteísmo como tal sólo comenzó a despuntar tras el
exilio babilónico en donde los judíos debieron contraponer su sentir religioso frente a cultos
más sofisticados: el dios oculto de los patriarcas resultó ser el dios redentor de la liberación
de los hijos de Israel, que a su vez compitió y castigo a los otros dioses por su pueblo.
Ahora, en tierras extrañas, ese mismo dios se revela ahora como divinidad universal que,
por su libertad absoluta no necesitará de un punto fijo de culto; los profetas del exilio

5
Ibid., p.23.
6
Ibid., p.22.
7
Ibid., p.25.
(Amoz, Ezequiel, Jeremías, etc.) son los verdaderos reformadores del concepto de
monoteísmo frente al politeísmo de las culturas en que viven.
Para I. Kaufmann el mito de Moisés funda el modelo monoteísta: un único dios, un
solo pueblo, un apostolado profético y una égida contra el paganismo 8; el pacto en el Horeb
es lo que configura la narrativa monista; diez mandamientos son el contrato directo del dios
de Israel con su pueblo: cuatro exclusivos más seis universales. La estructura de la
revelación es el signo monista por excelencia, en cada manifestación de su poder se celebra
su intervención en la historia humana y huella en la moral humana.

TEOLOGÍA BÍBLICA Y MITO MONOTEÍSTA

8
Ibid., p.30.
LA PERSPECTIVA DE B. UFFENHEIMER

Zelocualtecatl Castillo David

1.- Los mitos no son simples relatos, sino que son concebidos más bien como realidades
vivientes que tienen un efecto formativo en la mente. Además, cumplen diversas funciones
sociales y no pueden restringirse a una esfera.

2.- Cuatro son los rasgos distintivos del típico mítico del Cercano Oriente: a) el universo
todo, así sus fenómenos son la manifestación de caracteres personales divinos; b) el mundo
se concibe como una unidad continua ontológica en todos sus estratos, regidos bajo una
misma sustancia primordial que proporciona un esquema causal único; c) la cosmología se
explica a base de teogonías; y d) en lo que respecta a la personalidad de la naturaleza del
universo, la causa de los acontecimientos no son leyes inmanentes, sino deseos y
aspiraciones de fuerzas caracterizadas y sus asociados.

3.- El rito en muchos casos justifica al mito, es decir, cultos y ceremonias son necesarios
por institución divina pero no para recuerdo de conmemoración sino como un paso de
continuidad que garantiza la supervivencia misma de la divinidad.

4.- El mito monoteísta, si bien nacido del medio pagano, a diferencia del politeísta no se
funda en una contemplación de los fenómenos naturales, sino más bien en hechos históricos
pero no de carácter fundacional sino institucional. Esto es, las pautas del hombre no se
rigen por un capricho divino sino para darle un sentido histórico.

5.- La divinidad monoteísta enfrenta un abismo infranqueable entre él y el mundo de la


creación. Aunque guarda una especial conexión con ella, la clave de su comunicación es un
compromiso que nace de un sentimiento volitivo genuino.

6.- Respecto a la relación del hombre y dios, ella sólo funciona como un compromiso ético
entre ambas partes.
7.- Esta relación del hombre y dios es un pacto que de manera libre asocia a ambas partes
en una dimensión noética.

8.- En el desarrollo del monoteísmo, el dios de la experiencia bíblica primero se da a


conocer como un dios liberador, al cual los esclavos, ahora hombres libres, sólo deben a él
lealtad pero no culto. Es el pacto del Horeb cuando se vuelve exclusivo, pero sólo con el
contacto de otras naciones de tradición religiosa diferente y en el exilio, el dios redentor
coincide con el creador del mundo.

9.- En realidad, el monoteísmo surge no de la trasmisión de mitos sino de mandamientos.

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