Sunteți pe pagina 1din 4

ENSAYO SOBRE EL LIBRO: LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL

DE EMILE DURKHEIM

DANIEL SEBASTIAN AREVALO MELO

A00356443

SOCIOLOGIA JURIDICA
FACULTAD DE DERECHO
UNIVERSIDAD ICESI
LA SOLIDARIDAD Y EL DERECHO PENAL

A partir de la lectura de: La división del trabajo social (Durkheim, 1893). Podemos encontrar que hay una
muy estrecha relación entre la solidaridad de los diferentes tipos de sociedad y el derecho Penal, relación
estrecha en cuanto a que cada sociedad ha conseguido hacer del derecho una herramienta de orden social,
moldeándolo bajo ciertos parámetros y remitiéndose siempre a analizar a ese especifico individuo de la
sociedad que ha cometido una acción que se constituye como crimen y se busca sancionar conforme lo
establecido por el grupo social al cual este sujeto pertenezca.

Cuando se habla de comunidades primitivas o comunidades actuales complejas, se habla de una constante
interacción entre los miembros y de un sistema que establece reglas generales, sistema que esta impuesto
por una personificación del poder en el caso de las sociedades con tendencias de solidaridad mecánica, o
por una serie de instituciones y diversos representantes en el caso de las sociedades contemporáneas
complejas, estas reglas de juego permiten su funcionamiento y una de sus finalidades es garantizar la
estabilidad de esa comunidad, reglas que dependiendo de las creencias, culturas y tradiciones de cada una,
terminan internándose en las conciencias de los que hacen parte del colectivo y les ayudan a establecer
una mejor visión de lo que moralmente se considera correcto y por tanto bien visto por la comunidad.
Por otro lado, lo que no es correcto y atenta contra los sentimientos del colectivo que le rodea, visión que
esta fijada incluso antes de que un nuevo integrante de esa comunidad nazca y se desempeñe en los
respectivos roles que la sociedad tenga, visión de difícil cuestionamiento en comunidades de solidaridad
mecánica ya que se les priva de muchas libertades y existe una presencia bastante fuerte de la religión en
la defensa de los principios morales arraigados.

Dentro de estas reglas encontramos todo tipo de obligaciones, de carácter laboral, sexual, familiar,
económico o religioso, que en cierto modo son susceptibles a cambios y constates modificaciones
conforme el paso del tiempo. Pero también encontramos las que conforman el derecho represivo, normas
encaminadas a dar una respectiva sanción a los actos que sean catalogados como actos criminales.

Actos criminales cuya naturaleza puede generar confusión ya que con la variedad de grupos sociales,
llegar a constituir una definición exacta y universal de lo que se considera un crimen es una tarea
complicada, sin embargo, entre la multiplicidad de actos que se pueden considerar crímenes se
comparten aspectos puntuales en común, acercándonos a una definición de crimen como un acto que hiere
la conciencia colectiva de un tipo social, al cual se le corresponde un castigo o sanción conforme a la
regla obligatoria que infringió.
Durkheim establece a lo largo del segundo capítulo denominado: Solidaridad mecánica o por semejanzas.
Que el derecho represivo sanciona actos que tienen una importancia relativa, todo depende de que
magnitud tenga la fuerza que mueve los sentimientos de los individuos a la hora de sentirse afectados en
conjunto por un acto criminal, sentimientos de los cuales no podríamos hablar sin mencionar la
importancia de la conciencia colectiva en las sociedades mecánicas y sus contradicciones que casi que
impiden definir la criminalidad de una acción, pues en este contexto, no solo se debe tener en cuenta el
impacto o repercusión en los sentimientos colectivos, los cuales tienden a ser demasiado morales y en
muchos casos demasiado ligados a la religión, sino también se debe tener en cuenta, la precisión, solides e
intensidad del acto, el carácter difuso de algunas acciones las hace extrañas al derecho represivo y
difíciles de codificar.

Las anteriores implicaciones pueden resultar confusas puesto que los órganos sociales representativos
juegan un papel fundamental, recopilando e imponiendo autoridad en base a la representación del
conjunto. Estos son los encargados de analizar lo que vulnera los sentimientos de la comunidad, para
luego juzgar cuales de estos conforman estados fuertes y bien definidos en la conciencia de cada quien,
posteriormente, es necesario codificar que actos atentan contra alguno de los órganos que dirigen la vida
social y buscar imponer una escala gradual de penas conforme a su interpretación y a lo pasional de sus
conciencias.

En las sociedades primitivas y del dominio de poderes absolutos y hereditarios, mantener a las masas bajo
control era un factor indispensable, siendo sistemas de solidaridad mecánica, eran muy cerrados al
desarrollo, a la tecnificación, a la división laboral y al cuestionamiento del sistema de poder. Esto se
puede atribuir a la rigidez de los papeles que se desempeñaban, la monotonía y la fuerte influencia
religiosa, no es entonces extraño que se busque siempre sancionar cegados por lo que entiendo, es un
fuerte deseo de venganza, basado en suministrar una pena equivalente, buscando no enmendar el delito o
reformar al criminal, sino castigarlo en igual medida, y aún más importante hacerlo de forma pública.
Esto con la finalidad de hacer su sanción algo ejemplar y mantener el orden en base al miedo.

El derecho penal para ese entonces es un mecanismo eficaz de control, que adquiere rigidez cuando deja
de ser una serie de conductas mal vistas por el tipo social, que con frecuencia no es debatido para luego
pasar a ser codificado y estar a la cabeza de un órgano social que de alguna manera consigue representar
al conjunto al no ir en contra de sus principios fuertemente arraigados.

Finalmente, el derecho penal se redirecciona y evoluciona en cierto modo, con el proceso de evolución de
las que hoy conocemos como sociedades modernas, mucho mas complejas en cuanto a la cantidad de
conjuntos sociales que residen dentro de estas, y a la cantidad de instituciones y órganos de poder que
establecen a lo largo de sus territorios. Instituciones que se encargan de establecer las reglas de juego y
controlar a los grupos sociales de manera uniforme y dejando atrás los fundamentos de la solidaridad
mecánica, buscando no una sanción severa y ejemplarizante para mantener el régimen intacto, para pasar
a buscar sanciones restitutivas, buscando la forma de que el considerado criminal, enmiende el crimen,
reponga de una manera y tenga la oportunidad de reincorporarse a la sociedad de una forma ya reformada.

Esta transición solo se puede lograr gracias a que el desarrollo y la tecnificación requirió una división
especializada en el accionar cotidiano de los diferentes roles una sociedad requería para funcionar, esto
consiguió que con el tiempo la conciencia social pierda gran parte de su fundamento, desligándose de la
religión y manteniéndose cada vez en menor intensidad, Esto por la interdependencia funcional que la
separación de los roles conlleva, la cuestión en la solidaridad orgánica es entonces la coacción por
necesidad, donde el individualismo toma mayor relevancia que la misma conciencia colectiva.

Se entiende que es difícil mantener una conciencia colectiva en un entorno de diversas agrupaciones
sociales con un individualismo fuerte, entonces es necesario que las sanciones también sufran esa
transformación, encontrando una formula que si bien, no es perfecta ya que no todos los organismos
logran re incorporarse a la sociedad de modo que hayan aprendido a respetar lo que las instituciones
dictan, es mucho mas practica y busca la compensación de la pena de diversas formas y manteniendo el
factor de la codificación y la tipificación según la gravedad del delito.

Se concluye entonces que el derecho, pero más específicamente lo que conocemos como derecho penal se
ha prestado a diferentes debates y contradicciones, ha cambiado de sanciones y de órganos de imposición,
Pero ha sido una herramienta de enorme importancia en las sociedades tengan métodos de solidaridad
mecánica u orgánica, el sancionar ciertas conductas bien definidas y del conocimiento de la comunidad,
es una vía a la regulación social y al orden.

Bibliografía
 Durkheim, E. (1893). LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL (VOL. 1) .

 Durkheim, E. (1893). LA DIVISIÓN DEL TRABAJO SOCIAL (VOL. 1) .Capitulo II SOLIDARIDAD


MECANICA O POR SEMEJANZAS

S-ar putea să vă placă și