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10/06/2018

EVALUACIÓN DE
RIESGOS Y PELIGROS EN
UNA PISCINA PRIVADA

UNJFSC
DOCENTE: NUNJA GARCIA JOSE VICENTE

CURSO: TRATAMIENTO DE AGUAS INDUTRIALES

EAP: INGENIERIA AMBIENTAL

CICLO: VII “B”

ALUMNO:  CATACORA SERRANO, RENZO

 QUISPE PAREDES, JANCARLOS

0
DEDICATORIA

Para este trabajo de información le damos gracias


principalmente a dios por permitirnos la salud y los
beneficios de la inteligencia para así poder seguir
los pasos y tener un correcto desarrollo de la
materia, le damos gracias a nuestros padres por el
apoyo para poder conseguir los distintos
materiales y al docente por darnos la confianza de
poder brindar y obtener más conocimiento
relacionado al curso.

1
ÍNDICE GENERAL

INTRODUCCIÓN ........................................................................................................................ 4
OBJETIVOS DEL PROYECTO................................................................................................... 5
OBJETIVO GENERAL ............................................................................................................ 5
OBJETIVO ESPECIFICO ........................................................................................................ 5
MARCO TEÓRICO ........................................................................................................................... 6
1. RIESGO FISICOS............................................................................................................. 6
1.1. RIESGO DE GOLPES .................................................................................................. 6
1.2. RIESGO DE INMERSIÓN ........................................................................................... 7
1.3. RIESGO POR AGENTES FÍSICO ............................................................................... 7
Ruido. .................................................................................................................................... 7
Iluminación. .......................................................................................................................... 7
2. RIESGOS QUIMICOS ..................................................................................................... 8
2.1 DESINFECCIÓN DEL AGUA ................................................................................. 8
2.2 I ...................................................................................Error! Bookmark not defined.
3. .............................................................................................................................................. 11
4. .............................................................................................................................................. 13
4.1 ........................................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2 ........................................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2.1. ............................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2.2. ............................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2.3 .............................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2.4. ............................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2.5. ............................................................................Error! Bookmark not defined.
4.2.6. ............................................................................Error! Bookmark not defined.
4.3. .......................................................................................Error! Bookmark not defined.
4.4 ........................................................................................Error! Bookmark not defined.
5. MATERIALES ............................................................................Error! Bookmark not defined.
5.1. DETERGENTES..................................................................Error! Bookmark not defined.
5.2. OTROS..............................................................................Error! Bookmark not defined.
7. CONCLUSIONES .......................................................................Error! Bookmark not defined.
8. BIBLIOGRAFÍA. ..................................................................................................................... 21

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ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1: Distribución del HO Cl y del OCI- en el agua en función del pH. ..............Error!
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Figura 2: Cloro residual ;cloro agregado ...................................Error! Bookmark not defined.
Figura 3: Acción sobre el hombre, contracción ppm en volumen ....... Error! Bookmark not
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Figura 4: Reacción del TAED con el H2O2 ..............................Error! Bookmark not defined.
Figura 5: Fórmula de la carboximetilcelulosa ..........................Error! Bookmark not defined.
Figura 6: Estructura de la silicona..............................................Error! Bookmark not defined.

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INTRODUCCIÓN

Las piscinas, al igual que otros espacios de uso común, tanto a nivel de recreo, como de

ejercicio regulado o de competición, presentan unos requerimientos de construcción, uso

y mantenimiento que son imprescindibles para que se conviertan en espacios seguros,

tanto a nivel de trabajadores como de usuarios y público en general.

Las piscinas privadas, es decir, la de los hogares, inspiran siempre mayor confianza, sin

embargo en ellas se registra un alto número de accidentes evitables, como resbalones,

cortes y heridas; y problemas de salud como alergias al cloro, lesiones dermatológicas o

conjuntivitis y otitis. En la mayoría de los casos son causa de despistes pero, en muchos

otros, del incorrecto estado en el que se encuentran las piscinas, que no garantizan la

seguridad necesaria, o de un incorrecto comportamiento de los bañistas. Los subproductos

de la desinfección del agua de consumo son compuestos químicos que se generan por la

reacción entre el desinfectante usado, cloro en la mayoría de los casos, y la materia

orgánica e inorgánica presente en el agua a desinfectar. El perfil de estos subproductos es

diferente entre las distintas plantas de tratamiento, debido a varios factores involucrados

en su formación como son el tipo de desinfectante usado, el desinfectante secundario, el

pH, la temperatura y la materia orgánica e inorgánica presente, entre otros factores.

Los desinfectantes más empleados son el cloro libre, las cloraminas, el dióxido de cloro

y el ozono. De todos ellos, el cloro es considerado como el desinfectante químico

universal porque es el más eficaz en relación a su capacidad desinfectante y a su coste.

Además, su potencia oxidante favorece el control del sabor y el olor del agua, restringe

el crecimiento de las algas, contribuye a la remoción del hierro y del manganeso, a la

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destrucción del sulfuro de hidrógeno y, además, tiene una persistencia mayor en los

sistemas de distribución.

OBJETIVOS DEL PROYECTO

OBJETIVO GENERAL

 Identificar los riesgos y peligros dentro de las piscinas privadas.

OBJETIVO ESPECIFICO

 Identificar los riesgos físico dentro de una piscina privada

 Identificar los riesgos para la salud con los desinfectantes y los subproductos de

desinfección.

 Explicar el funcionamiento en forma general sobre los procedimientos de las

aguas para las piscinas privadas.

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MARCO TEÓRICO

1. RIESGO FISICOS

Es debido a la circulación con suelos mojados (zonas húmedas) y la frecuente presencia

y utilización de rampas y escaleras. Para eliminarlo o reducirlo, las superficies deben ser

antideslizantes, evitarse la formación de charcos e instalar barandillas en caso de

desniveles, rampas o escaleras. Es recomendable establecer materiales a utilizar en

función de los riesgos de deslizamiento en las diferentes zonas teniendo en cuenta el grado

de inclinación de las superficies o equivalente.

Otras acciones preventivas son: el diseño adecuado de las instalaciones, el

establecimiento (señalización horizontal) de rutas seguras, tanto a vestuarios como a los

vasos, y el empleo de calzado adecuado, fijado al pie y antideslizante.

1.1. RIESGO DE GOLPES

Está en relación con la ocupación de la piscina y su modo de uso.

Para evitarlo son recomendables las acciones siguientes: el color de alrededor de la

piscina debe resaltar con el del vaso, el fondo de la piscina debe tener señales de color

que lo hagan fácilmente visible en caso de zambullida. De cara a los usuarios, se debe

establecer un reglamento interno de utilización, evitando, por ejemplo zambullidas no

seguras que pueden causar colisiones entre bañistas; es recomendable establecer calles

rápidas y lentas así como prohibir juegos con balones u otro material que pueda impactar.

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1.2. RIESGO DE INMERSIÓN

En niños, el ahogamiento puede producirse en profundidades menores a 5 centímetros.

En jóvenes y adultos, los accidentes se producen en general por conductas temerarias o

actividades en el agua bajo la influencia del alcohol.

1.3. RIESGO POR AGENTES FÍSICO

Ruido.

Debe procurase utilizar materiales que reduzcan el ruido y la reverberación, aunque ello

pueda estar contraindicado por temas de retención de humedad y posible riesgo biológico

por parte del material poroso. Debe llegarse a un equilibrio en esta cuestión. Este aspecto

es muy importante en cuanto a confort ambiental, ya que en piscinas de animación se

registran valores medios superiores a 88 decibeles.

Iluminación.

La iluminación es otro aspecto importante, no solamente en cuanto a confort sino también

en cuanto a seguridad. Un exceso de luz provoca reflejos en bañistas y monitores. Es

preferible la utilización de luz indirecta cuando sea posible. Un nivel de iluminación de

200 lux parece suficiente (UNE 72-163-84), aunque para piscinas de competición se suele

emplear 400 lux. Para vestuarios 250 lux (mínimo de 150 lux) y para las gradas, pasos y

vestíbulos, 250 lux (mínimo de 100 lux). Deben existir luces de emergencia según lo

establecido.

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2. RIESGOS QUIMICOS

Los productos deben ser claramente identificados y llevarse a cabo un adecuado control

de las adquisiciones, asegurándose que se mantiene el etiquetado original y disponer de

las fichas de seguridad. También debe controlarse el almacenamiento y distribución de

los mismos, restringiendo su uso y la entrada al almacén a personal autorizado y formado.

Se deben almacenar en locales, preferentemente en la planta baja, con ventilación

directamente al exterior. Si el volumen de productos almacenados es alto, es

recomendable disponer de alarmas para casos de vertidos y fugas. También debe

contemplarse una compartimentación adecuada, tanto por reactividad como por

inflamabilidad y tenerse en cuenta las incompatibilidades químicas. Específicamente

debe separarse el hipoclorito sódico (lejía) del ácido clorhídrico (salfumán). Debe

contemplarse también el riesgo de producción ocasional de gas inflamable (hidrógeno) y

las fugas de cloro, en caso que se utilice directamente este gas desinfectante.

Precisamente, este riesgo ha hecho reducir al mínimo la utilización directa de cloro gas.

2.1 DESINFECCIÓN DEL AGUA

La desinfección del agua destinada al consumo humano ha sido la principal medida

tomada para proveer protección frente a las diversas enfermedades infecciosas que

pueden ser transmitidas por el agua. Desde la introducción de la desinfección del agua

potable, se ha observado una reducción muy significativa en la incidencia de personas

afectadas en todo el mundo por enfermedades que se transmiten por la ingestión de

agua contaminada por microorganismos patógenos. Esta ingestión puede producirse

de diversas maneras: directa, mediante la ingestión de agua, indirecta, debido a

alimentos o bebidas que han estado en contacto o contienen agua contaminada o

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accidental, al producirse durante la natación u otras actividades recreativas.

Los desinfectantes más empleados son el cloro libre, las cloraminas, el dióxido de

cloro y el ozono. De todos ellos, el cloro es considerado como el desinfectante

químico universal porque es el más eficaz en relación a su capacidad desinfectante y

a su coste. Además, su potencia oxidante favorece el control del sabor y el olor del

agua, restringe el crecimiento de las algas, contribuye a la remoción del hierro y del

manganeso, a la destrucción del sulfuro de hidrógeno y, además, tiene una

persistencia mayor en los sistemas de distribución.

2.2 CLORACION DEL AGUA

El objetivo fundamental perseguido con la cloración del agua es la desinfección. En la

actualidad este objetivo se cumple con total garantía, siempre que se apliquen los métodos

adecuados y se ejerza un control técnico.

A) REACCIONES CON EL AGUA.

Cuando se añade cloro al agua químicamente pura se forma una mezcla de ácido

hipocloroso (HO Cl) y ácido clorhídrico (H Cl):

Cl2 + H20 = HO Cl + H+ + Cl-

Esta reacción tiene lugar en pocos segundos y a temperatura normal. En función de la

temperatura y del pH de la disolución, el ácido hipocloroso se ioniza o disocia en

hidrógeno e ion hipoclorito. Esta reacción es prácticamente instantánea y reversible.

HO Cl = H + +O Cl- a proporción de O Cl y de HO Cl en función de la temperatura y el

pH viene indicada en la figura 2. En la figura 2, apreciamos que con niveles del pH por

debajo de 6, el cloro existe predominantemente en forma de HO Cl, mientras que para

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niveles de los pH superiores a 8 existe en forma de OCI. El pH normal en el agua de un

abastecimiento es el que corresponde a una presencia conjunta del ácido hipocloroso y

del ion hipoclorito. Al cloro que existe en el agua en forma de ácido hipocloroso y de ion

hipoclorito se le denomina cloro libre.

Los compuestos que contienen cloro, como por ejemplo, el hipoclorito de calcio Ca(O

Cl)2 y el hipoclorito de sodio Na OCI, se ionizan en el agua y dan lugar a iones

hipoclorito:

Ca (O Cl)2 + H20 =Ca+++ 2 OCl- + H20

Na O Cl + H20 =Na+ +OCl- + H20

También se establece un equilibrio entre los iones hipoclorito y los iones hidrógeno en

función del pH. Por tanto, se establece el mismo tipo de equilibrio independientemente

de que se utilice cloro, gas o compuestos de cloro en forma de hipocloritos. La única, pero

importante diferencia es el pH resultante, y por tanto las cantidades relativas de HO Cl y

de O Cl existentes en el equilibrio. El cloro tiende a disminuir el pH inicial, mientras que

los hipocloritos tienden a aumentarlo.

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Figura 1. Distribución del HO Cl y del OCI- en el agua en función del pH.

B) CONTROL DE LA CLORACIÓN

Demanda de cloro. El cloro en el agua es un agente químico muy activo. Si una pequeña

cantidad de cloro se agrega al agua, reaccionará con la gran cantidad de substancias

disueltas o suspendidas en ella, y entonces su poder como agente desinfectante quedará

anulado. Así, el cloro reacciona rápidamente con el ácido sulfhídrico, lo cual da como

resultado que no habrá desinfección. El manganeso, el hierro y los nitritos reaccionan de

forma similar con el cloro, y por ello no se lleva a término ninguna desinfección. Si se

agrega la cantidad suficiente de cloro para que reaccione con los anteriores tipos de

compuestos (compuestos reductores), y luego se continúa añadiendo, el exceso de cloro

que se adicione, reaccionará con cualquier materia orgánica presente para producir

compuestos orgánicos de cloro, los cuales tienen poca o ninguna acción desinfectante y

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pueden causar sabores y olores. Si a partir de aquí se continúa agregando cloro en cantidad

suficiente para que reaccione con todas las substancias reductoras, la materia orgánica y

el amoníaco, un poco más de cloro que se añada quedará como cloro residual libre

disponible, el cual es un agente desinfectante muy activo. En la figura 3 se representa

gráficamente todo lo dicho con anterioridad. La curva en cuestión se conoce como «curva

de demanda de cloro». Ello explica el hecho que si en varios vasos se introducen dosis

crecientes de cloro, y se determina al cabo de una hora el cloro residual, se observa, a

veces, que este valor en lugar de aumentar de forma regular, pasa por un máximo, después

decrece, pasa por un mínimo y crece, por último, regularmente.

El «break point» es la dosis de cloro correspondiente al mínimo de la curva, en el que se

ha consumido todo el cloro necesario para eliminar el amoníaco y se han destruido

parcialmente las cloraminas que pudieran haberse formado. Como la mayor parte de los

compuestos que se han ido formando desprenden malos olores, el «break point» (punto

de ruptura), es la dosis que corresponde al mínimo sabor a cloro del agua, a partir del cual

se empiezan a cumplir las garantías higiénicas.

Figura 2. Cloro residual; cloro agregado

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C) Dosificación y control

El agua de consumo deberá contener en todo momento cloro residual libre o combinado,

u otros agentes desinfectantes, a las concentraciones establecidas por la lista positiva de

aditivos tal como determina en su artículo 21 la Reglamentación Técnico Sanitaria para

el abastecimiento y control de calidad de las aguas potables de consumo público. En

determinadas circunstancias (temperaturas ambientales muy elevadas, aguas de piscinas

públicas muy frecuentadas y por supuesto, aguas «especialmente» contaminadas), el

exceso de cloro libre puede llevarse hasta valores de 1 mg/1, e incluso 1,5 mg/1. Es

preferible regular la desinfección según la cantidad de cloro que puede encontrarse en

exceso en el agua, después de un cierto tiempo de contacto. Algunos aparatos automáticos

permiten efectuar esta medida de exceso de cloro. Puede ser de dos tipos:

a) Determinación colorimétrica. Un aparato automático introduce en una muestra de agua

una cantidad de ortotolidina y una célula fotoeléctrica permite medir la intensidad de la

coloración desarrollada.

b) Determinación amperimétrica

En estos aparatos la muestra pasa a través de una célula de electrodos de platino y cobre.

El cloro presente en la muestra actúa como despolarizador del cátodo, de tal forma que la

intensidad eléctrica que circula a través de los electrodos es proporcional a la

concentración de cloro residual de dicha muestra.

En establecimientos dedicados a material de laboratorio químico o a productos para

piscinas, suelen encontrarse a la venta estuches analizadores, sencillos y prácticos, para

el control del contenido de cloro residual en el agua. Junto a los reactivos destinados al

análisis de cloro en el agua, se adjuntan comparadores provistos de franjas coloreadas y

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graduadas, que permiten conocer con precisión la dosis real contenida en el agua, lo que

proporciona una seguridad absoluta en la eficacia de la esterilización. Un método sencillo

y rápido para el control de la dosis de cloro en el agua es el siguiente: En un pequeño tubo

de ensayo, con 10 ml de agua, se añaden unas gotas de ortotolidina ácida. La muestra

deberá tomar, en menos de un minuto, una coloración amarilla, tanto más intensa cuanto

más cloro residual haya en el agua. Si la muestra permaneciese incolora, se aumentará la

dosis de cloro. Por el contrario, si el agua esterilizada tuviese un marcado olor a cloro, se

reducirá la dosis.

D) Efectos del cloro sobre el organismo

El cloro puede producir intoxicaciones agudas más o menos graves, o incluso la muerte.

La gravedad de la intoxicación depende de la concentración del gas y del tiempo de

exposición al mismo. La intoxicación por cloro puede considerarse como una quemadura

producida por dicho gas sobre las mucosas y tejidos expuestos a su contacto,

principalmente sobre el aparato respiratorio. En las vías respiratorias superiores, el

contacto del cloro gaseoso con la mucosa nasal puede provocar un reflejo inhibidor que

determina un paro respiratorio, con un relajamiento de los tejidos del corazón, y una vaso-

constricción general. La irritación de la tráquea, bronquios y bronquiolos se traduce en

una hipersecreción y, generalmente, en un espasmo bronquial. En los pulmones, el cloro

tiene una acción directa sobre las paredes de los alvéolos capitales, originando el bloqueo

de la heparina normalmente acumulada en los pulmones, dando lugar a un aumento de la

viscosidad y coagulabilidad de la sangre. Cuando la acción es más intensa, puede

presentarse edema pulmonar (encharcam1ento del pulmón por la sangre), e incluso

neumotórax espontáneo; posteriormente podría dar lugar a focos neumónicos. La acción

del cloro provoca igualmente una irritación de las mucosas oculares, y en menor grado,

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de la piel. El cloro líquido puede provocar quemaduras en la piel y mucosas por contacto

directo.

E) Sintomatología – Intoxicaciones

Por su olor penetrante característico, el cloro es percibido por el olfato humano en

concentraciones muy bajas. Debido a ello, y a su acción instantánea, es posible detectar

rápidamente la presencia del gas y alejarse de él antes de que haya producido lesiones. El

límite inferior de percepción no está bien determinado, y el más probable parece ser 3,5

ppm. en volumen, concentración que está lejos de ser peligrosa. Para concentraciones no

muy superiores al límite de percepción, su acción es tan desagradable y la respiración se

hace tan molesta, que produce el alejamiento instintivo de toda persona del lugar

contaminado, a menos que esté inconsciente o impedida.

figura3. Acción sobre el hombre, contracción ppm en volumen


Sobre estas concentraciones y sus efectos hay algunas discrepancias, según las distintas

fuentes de información. Para concentraciones bajas de cloro, que es el caso más frecuente,

origina irritación, «picor» en los ojos y vías respiratorias altas, tos insistente y agobiante,

y disnea (dificultades respiratorias) más o menos intensa, según el grado de intoxicación.

A concentraciones mayores, la intoxicación va acompañada de dolores de cabeza,

náuseas, vómitos, debilidad general y cianosis. En casos más graves puede presentarse

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edema pulmonar y esputo hemoptoicos. Sobre la piel, el cloro líquido puede producir

congelación y quemadura química. Por numerosas observaciones sobre personal que ha

trabajado durante más de cuarenta años en la fabricación y manipulación del cloro, parece

indiscutible que, afortunadamente, no tiene efectos acumulativos.

F) Tratamiento de una inhalación de cloro gaseoso

La intoxicación por inhalación de cloro gaseoso puede presentarse bajo tres formas:

1. Inhalación por breves instantes de cloro a alta concentración.

2. Inhalación prolongada de cloro a débil concentración.

3. Inhalación prolongada de cloro a alta concentración.

Vamos a considerar estas tres formas de inhalación de cloro por separado.

1. La inhalación breve de cloro a alta concentración, es el caso más frecuente, y

vulgarmente se conoce con el nombre de «golpe de cloro» o «bocanada de cloro».

Una o dos inspiraciones en una atmósfera de alta concentración de cloro, son

suficientes para determinar esta forma de intoxicación. Suele ocasionarse por escapes

súbitos, o bien por respirar en zona que se supone no contaminada.

El golpe de cloro se caracteriza por una irritación de las mucosas de la nariz, garganta

y ojos, con tos, a veces dolorosa y ronquera. Se hará respirar al intoxicado los vapores

desprendidos de algodón empapado en alcohol etílico del94 por 100, practicando a

continuación inhalaciones de una solución de hiposulfito sódico al 10 por 100 durante

veinte minutos (preferentemente con la ayuda de un aparato aerosol cargado con

cinco o diez centímetros cúbicos de la solución citada). Administrar una cucharada

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de jarabe de codeína o de cualquier otro preparado antitusígeno (Laucalón, Lomisat

compositum, etc.).

2. La inhalación prolongada de cloro a débil concentración provoca una lesión ligera,

aunque más intensa que el golpe de cloro, que se puede manifestar por: opresión

torácica, ataques de tos dolorosos, sensación de fátiga intensa y ritmo respiratorio

que no pasa de 20 inspiraciones por minuto. Aparte de las medidas indicadas

anteriormente, se puede suministrar oxígeno a baja presión por vía nasal (con

mascarilla o enriqueciendo el aire que se respira). Se recomienda también practicar

inhalaciones de una solución de hiposulfito sódico al 10 por 100 durante veinte

minutos preferentemente con un aparato aerosol. Igualmente, administrar una

cucharada de jarabe de codeína o de cualquier otro preparado antitusígeno.

(Laucalón, Lomisat compositum, etc.). Es conveniente una vigilancia médica durante

dos días, por lo menos, con los cuidados sintomáticos adecuados.

3Las lesiones producidas por una inhalación prolongada de cloro a alta concentración,

pueden ser menos graves, o graves. En las lesiones «menos graves» el ritmo

respiratorio se eleva fuertemente, llegando a 30 inspiraciones por minuto, la piel

adquiere una coloración grisácea o azul violácea, la tos es violenta (con

espectoraciones que pueden ser de color rosáceo y sangre) y aparece una gran fatiga.

Inmediatamente hay que administrar oxígeno a baja presión, si es posible, con un

aparato suministrador automático de tipo «pneophore», ya que con él se puede

controlar la presión. Inhalación de un aerosol de hiposulfito sódico al 10 por 100.

Inyección intravenosa de 10 ce de hiposulfito sódico al10 por 100 (Hiposulfín). Se

recomienda vigilancia médica durante varios días con los cuidados sintomáticos

adecuados. Las lesiones graves se caracterizan por: pérdidas de conocimiento con

eventual paro de la respiración; piel cianótica (color azul-violeta), pulso rápido y

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edema pulmonar con respiración entrecortada y ruidosa. Hay que actuar como en el

caso de las lesiones menos graves. Si la respiración se detiene, hay que comenzar la

reanimación mediante la administración de oxígeno con un aparato automático del

tipo Pneophore. En caso de que sea preciso practicar la respiración artificial y no se

disponga de un aparato de este tipo, se utilizará únicamente el método «boca a boca»

o «boca a nariz». No practicar nunca la respiración artificial por un método externo,

ya que se podría lesionar seriamente el tejido pulmonar, debilitado por la acción del

cloro.

3. RIESGO POR AGENTES QUÍMICOS EN EL AIRE

La calidad del ambiente, su temperatura, humedad y la pureza del aire influyen en gran

manera no sólo en los usuarios de las piscinas, sino en los monitores y en las instalaciones.

El exceso de humedad habitual, aparte del disconfort, corroe las estructuras metálicas de

la piscina y aumenta enormemente el riesgo eléctrico. La temperatura del agua debe estar

como máximo a 27 ºC, de lo contrario se produce un exceso de condensación. Para el

adecuado nivel de humedad debe disponerse de un sistema de ventilación que garantice

una humedad máxima del 70%. En promedio el caudal el caudal mínimo por persona

debe ser de 15 l/s o 2,5 l/sm2 de superficie (se debe emplear el valor más alto). El local

debe estar siempre en depresión y si las condensaciones se eliminan por ventilación, los

caudales deberán ser superiores.

Por otro lado, la ventilación debe permitir mantener las concentraciones de cloro en aire

al nivel más bajo posible, de cara a evitar disconfort olfativo y, obviamente, efectos

adversos en la salud de los usuarios y trabajadores. La concentración máxima permisible

para evitar efectos irritantes está fijada en 0,5 ppm (1,5 mg/m3). El control y reducción

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efectiva de la presencia de este gas en aire, comportará, asimismo, la de otros compuestos

asociados: cloraminas, haloacetaldehídos, haloacetonitrilos, halocetonas y clorofenoles.

Los riesgos pueden aumentar por el uso de hipoclorito y ozono eléctrico generado en el

proceso. En este caso debe llevarse a cabo, además, un control estricto de la presencia de

ozono en el aire ambiente y en el vaso de la piscinas, para comprobar su ausencia. La

utilización de ozono se asocia a la presencia de formaldehído en el aire de las piscinas.

4. RIESGO ELÉCTRICO

El material eléctrico debe estar seleccionado en función de las características del predio

en su conjunto y, especialmente, en aquellas instrucciones que se refieran a las

características específicas del ambiente de las piscinas.

La instalación de equipos eléctricos e interruptores en las zonas de libre acceso se

restringirán al máximo, empleando solamente los que sean imprescindibles para las

actividades que se desarrollen en la piscina (megafonía o accionamiento de equipos

relacionados con la actividad y mantenimiento de la piscina). Las máquinas de la limpieza

y mantenimiento emplearán conexiones protegidas y se centralizarán los interruptores en

cuadros protegidos fuera del recinto del vaso y del alcance de los usuarios. Es conveniente

una revisión periódica del conjunto de la instalación eléctrica ya que, por las condiciones

ambientales de las piscinas, puede deteriorarse con relativa facilidad.

5. RIESGO BIOLÓGICO

La contaminación biológica en una piscina está directamente relacionada con tres

parámetros:

 El nivel de cloro libre en el agua

 Las condiciones de uso de la piscina

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 En nivel higiénico de los usuarios

 El estado de salud de los usuarios

Aunque se establezcan las correspondientes instrucciones por lo que hace referencia al

tercer y cuarto puntos (muy importante el último de ellos en piscinas dedicadas a

actividades de rehabilitación de enfermos), es evidente que el control de la contaminación

debe basarse en los dos primeros. El nivel de cloro libre debe hallarse entre 0,5 y 2,0 ppm,

mientras que el combinado debe ser inferior a 0,6 ppm; si se emplea ozono, su

concentración en agua debe alcanzar 0,4 ppm antes de la desozonización. Por otro lado,

deben existir instrucciones de uso que limiten al máximo la posibilidad de contaminación

biológica del agua y del ambiente.

Son factores que favorecen la contaminación biológica, entre otros:

 Un elevado aforo

 Un nivel de promiscuidad elevado, por contacto o intercambio de objetos

personales

 La existencia en una atmósfera demasiado húmeda y templada, normalmente por

falta de renovación suficiente del aire

 El uso extensivo de revestimientos rugosos, para evitar deslizamientos, que

retienen el agua.

Los principales agentes biológicos patógenos susceptibles de ser encontrados en piscinas.

Los protozoos pueden ser saprófitos, que se nutren de vegetales y animales en

descomposición como los paramecios, o parásitos que viven a costa de organismos vivos

como las amebas. Los hongos proliferan en zonas húmedas (zona de playa y vestuarios)

y las lesiones que provocan pueden ser profundas o cutáneas; la mayoría son del género

dermatofitos. Las bacterias se multiplican rápidamente en caso de un incorrecto

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mantenimiento de la piscina y pueden sobrevivir varias semanas en forma de esporas;

pueden causar enfermedades infecciosas, manifestándose clínicamente y utilizando al

bañista como reservorio, aunque también se pueden encontrar bacterias inofensivas en

situaciones inmunológicas normales pero que causen patologías a personas con bajas

defensas. Por lo que se refiere a los virus, parásitos celulares obligados, los que se pueden

considerar de mayor riesgo de transmisión de enfermedades en piscinas públicas son los

de la poliomielitis y de las verrugas plantares.

Cada tipo de microorganismos necesita de unas determinadas condiciones de

temperatura, oxígeno, humedad y acidez para su proliferación y capacidad de contagio.

Según la información disponible, las vías de entrada se dividen en:

 Dérmica, 30%

 Las mucosas, 50%

 Digestiva, 20%

Finalmente, también hay que tener en cuenta que la presencia de los agentes

desinfectantes produce irritaciones locales, con la consecuente debilitación de la piel y

las mucosas, reduciendo su capacidad como barrera frente a las infecciones.

6. CONCLUSIONES

7. RECOMEDACIONES

8. BIBLIOGRAFÍA.

https://ddd.uab.cat/pub/tesis/2010/tdx-0214111-171052/dmlm1de1.pdf
http://www.asoaeas.com/sites/default/files/Documentos/AEAS.%20Manual%20de%20la%20C
loracion.pdf

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