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I.- INTRODUCCIÓN
Precedido por la ley 25.506 de Firma Digital que se dictó en el año 2001 y que tiene por
objeto reconocer el empleo de la firma electrónica y digital, así como su eficacia jurídica
dentro del ordenamiento legal argentino[2], diez años después se sanciona la Ley de
Justicia N° 26.685 por la cual en el artículo 1° se autoriza la utilización de expedientes
electrónicos, documentos electrónicos, firmas electrónicas, firmas digitales,
comunicaciones electrónicas y domicilios electrónicos constituidos, en todos los procesos
judiciales y administrativos que se tramitan ante el Poder Judicial de la Nación, con
idéntica eficacia jurídica y valor probatorio que sus equivalentes convencionales. A su
vez, en el artículo 2° se establece que la Corte Suprema de Justicia de la Nación y el
Consejo de la Magistratura de la Nación, de manera conjunta, serán quienes
reglamentarán su utilización y dispondrán su gradual implementación.
En virtud de ello, la Corte Suprema dicta acordada 31/2011 estableciendo la
“Reglamentación General del Sistema de Notificaciones Electrónicas” y la obligatoriedad
de constituir domicilio electrónico para todos los que litiguen en causas judiciales, por
propio derecho o en ejercicio de una representación legal o convencional, ante la Corte
Suprema de Justicia de la Nación. A tal fin, conforme las acordadas CSJN 03/2012 y
29/2012, se emplearon las distintas fases del “Sistema de notificaciones por medios
electrónicos” (SNE), exclusivaspara ser destinado a las notificaciones electrónicas en los
procesos judiciales.
Paralelamente, a fin de aportar mayor celeridad en la actividad administrativa y judicial,
mediante la acordada CSJN 8/2012 se incorporó el Libro de Asistencia de Letrados (libro
de nota), permitiéndole al profesional consultar el estado de un expediente de manera on-
line y, en caso de verificar que el mismo no se encuentre “en letra”, dejar nota
electrónica.
Con la acordada 14/2013 de la CSJN se amplió la obligatoriedad del Sistema Informático
de Gestión Judicial para todas las Cámaras Nacionales y Federales, como así también
para todos los juzgados, tribunales y dependencia del Poder Judicial de la Nación.
Respecto de los recursos ordinarios y, de ser denegados, los recursos de queja
correspondientes, las denuncias por retardo o denegación de justicia y todas las
presentaciones varias, que se interpusieren a partir del 14 de octubre de 2013, se torna
obligatorio según lo establece la acordada CSJN 35/2013, y para las causas radicadas ante
la jurisdicción prevista en el art. 117 de la Constitución Nacional, con la acordada CSJN
36/2013. Los que fueran resueltos por los superiores Tribunales de las provincias y de la
Ciudad Autónoma de Buenos Aires y que se presentaren a partir del primer día hábil
posterior a la feria de enero de 2014, se tornan obligatorios con la acordada CSJN
43/2013.
Extendiendo el SNE a todo el Poder Judicial de la Nación, conforme a la acordada CSJN
38/2013 y de acuerdo al plan de implementación gradual que establece la norma, se prevé
un plan de difusión y capacitación para la acreditación y obtención del Código de Usuario
Interno y/o Externo al efecto.
En relación a lo anterior, la acordada CSJN 11/2014 lo extiende a los defensores y
fiscales respectivamente, y exige a todos los auxiliares de la justicia la obligación de
adjuntar copias digitales de sus presentaciones en el marco de los procesos judiciales.
Finalmente, el 2 de mayo de 2015 entra en vigencia la acordada CSJN 03/2015 por la que
se aprueban las pautas ordenatorias para garantizar el adecuado y actualizado uso de los
nuevos sistemas informáticos que se encuentran implementados. Entre otras cuestiones se
estableció: la denuncia obligatoria de la IEJ (Identificación Electrónica Judical) para
todas las causas que tramiten ante el PJN; el uso del SNE (Sistema de Notificación
Electrónica) de manera exclusiva y obligatoria; y la obligatoriedad de la presentación de
copias digitales de todas las realizadas en soporte papel dentro de las 24 horas.
La mencionada acordada agrega que, el ingreso oportuno de las copias digitales eximirá
de presentar copias en papel en todos los supuestos en los que la legislación de que se
trate imponga tal deber y su incumplimiento acarreará el apercibimiento que allí se
establece. Para el caso en que las partes soliciten notificarse personalmente, las copias
estarán disponibles en la consulta web de causas y en el sistema de notificación
electrónica.
Únicamente en el caso de las presentaciones de mero trámite, su ingreso web eximirá de
presentar el original en papel, y la oficina judicial deberá dejar constancia en el
expediente.
Se concuerda con lo advertido por Quadri, respecto de que si la intención del legislador
era la de implementar avances en materia procedimental, debió haber modificado los
códigos respectivos[3]. A pesar de ello, y como destaca lo señalado por Bender, la
reglamentación del Sistema de Gestión Judicial implica en los hechos una modificación
del Código Procesal[4], aunque de esta forma entiendo no resulta de manera armónica
con la normativa que antecede.
En este punto vemos que el art. 120 del Código Procesal Civil y Comercial mantuvo su
regulación, ordenando acompañar copias de todoescrito que deba darse traslado y de sus
contestaciones, de los que tengan por objeto ofrecer prueba, promover incidentes o
constituir nuevo domicilio y de los documentos con ellos agregados. Ello bajo
apercibimiento de tener por no presentado el escrito o el documento, según el caso, con
devolución al presentante sin más trámite ni recurso, si dentro de los DOS (2) días
siguientes a los de la notificación, por ministerio de la ley, de la providencia que exige el
cumplimiento del requisito establecido en el párrafo anterior, no fuere suplida la omisión.
Si bien admite que las copias pueden ser firmadas, indistintamente, por las partes, sus
apoderados o letrados que intervengan en el juicio, en la praxis jurídica para el supuesto
de aquellas respaldadas en soporte electrónico la firma queda suplida por la carga digital
por medio del letrado mediante código de usuario y contraseña.
Al respecto cabe aclarar, como bien señala Pinacchio, que en el Sistema Judicial de la
Nación no existe la Firma Digital, por lo que los escritos que excedan de mero trámite se
deben ingresar al expediente tanto formato papel como en formato electrónico (a través
de dos actos procesales interdependientes)[5].
En el mismo sentido, se expiden los Dres. Bielli y Nizzo enfatizando que las copias
digitales de los escritos que son ingresadas a través del portal web habilitado a tal fin,
revisten el mero carácter de una declaración jurada, más no representan un “escrito
electrónico” autónomo que se basta a sí mismo (como sí ocurre en el caso de las
presentaciones electrónicas en el ámbito del Poder Judicial de la provincia de Buenos
Aires)[6].
Retomando lo normado por el código ritual y demás reglamentaciones aplicables,
encontramos concluyente -la obligatoriedad de las copias de los escritos y/o de los
documentos, salvo cuando cuya reproducción fuese dificultosa por su número, extensión,
o cualquier otra razón atendible-, siempre que así lo resolviere el juez, a pedido
formulado en el mismo escrito, conforme habilita el artículo 121 del cuerpo normativo
precedentemente citado. En tal caso el juez deberá arbitrar las medidas necesarias para
obviar a la otra u otras partes los inconvenientes derivados de la falta de copias.
Así también quedan exceptuados del requisito exigido en el artículo 120 del CPCCN, los
expedientes administrativos de los que se ordenase su agregación, según lo dispuesto por
el artículo 122.
Volviendo a la Ley N° 27.275, observamos los principios pilares en los que se funda la
misma para el alcanzar su principal objetivo de garantizar el real acceso a la información
pública.
Primeramente, establece la “presunción de publicidad” lo que implica que toda la
información en poder del Estado se presume pública, y así también dispone la
“transparencia y máxima divulgación” de toda la información en poder, custodia o bajo
control del sujeto obligado, el Poder Judicial para el caso, que debe ser accesible para
todas las personas, en ambos casos pudiendo ser solamente limitado cuando concurra
alguna de las excepciones previstas en esta ley, de acuerdo con las necesidades de la
sociedad democrática y republicana, proporcionales al interés que las justifican.
Por otro lado, dispone el “máximo acceso” implicando que la información debe
publicarse de forma completa, con el mayor nivel de desagregación posible y por la
mayor cantidad de medios disponibles, siendo accesible en formatos electrónicos
abiertos, llamado “apertura”.
Excepcionalmente, los sujetos obligados podrán exceptuarse de proveer la información
cuando configure alguno de los supuestos abarcados en el artículo 7°, los más relevante al
caso son: la “información de carácter judicial cuya divulgación estuviera vedada” por
otras leyes o por compromisos contraídos por la República Argentina en tratados
internacionales; o de aquella informaciónobtenida de investigaciones cuya divulgación
pudiera frustrar el éxito de la misma; y la información clasificada como reservada o
confidencial o secreta ; o las amparadas por el secreto profesional; entre otras.
Es aquí cuando debemos remitirnos a la norma procesal vigente quereglamenta la Justicia
Nacional dispuesto por la acordada CSJN 17/12/1952, encontrando que como regla
general se habilita la revisión de expedientes a las partes, sus abogados, apoderados,
representantes legales y los peritos designados en el juicio, y cualquier otra persona
autorizada debidamente por los abogados y procuradores, y por los representantes de la
Nación, de las provincias, de las municipalidades y de las reparticiones autárquicas; como
también cualquier abogado, escribano o procurador que no intervenga en el juicio,
siempre que justifique su calidad de tal cuando no fuese conocida; y los periodistas, con
motivo del fallo definitivo de la causa.
Pues, si bien el presente análisis tiene reparo en el ámbito del Poder Judicial de la Nación,
no podemos desconocer que idéntica situación queda descubierta en el ámbito del Poder
Judicial de la provincia de Buenos Aires, como de otras jurisdicciones locales del interior,
que en otra oportunidad abarcaremos más específicamente.
Ahora bien, respecto al ámbito civil, surge relevante que dicha cuestión sea advertida por
la parte peticionante a fin de dar anuncio al personal del PJN sobre el carácter especial
del acto petitorio, y de esta forma, asegurar que se dé fiel observancia a lo dispuesto por
las normativas vigentes e impriman correctamente la calificación que les correspondan
para salvaguardar los principios del debido proceso y la defensa en juicio.
Especialmente, teniendo en consideración que de hacerse públicas las actuaciones, la otra
parte podría hacerse de aquella beneficiándose sin dejar la constancia de la notificación
personal y/o tácita que opera con la debida constancia o por el retiro de copias y/o
préstamo del expediente, y peor aun resultando frustrar el fin perseguido con la cautelar.
Es importante subrayar que no se prevé tratamiento específico actual en este fuero,
aunque entiendo tampoco resulta excluyente la solución aludida de la reserva de las
actuaciones. En subsidio, solicitar sea dispensado de la carga digital obligatoria con
fundamento al último párrafo del art. 121 del CPCCN cuando expresa “(…) o cualquier
otra razón atendible”, y en su defecto, ante la subsistencia de obligación de la copia
digital, solicitar que la carga al Sistema Lex 100 y/o su reflejo público al Portal, sea
dilatado para luego de concluida la medida o efectuado el traslado, en caso de
corresponder.