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FACULTAD DE HUMANIDADES

ESCUELA ACADEMICO PROFESIONAL DE PSICOLOGÍA

“Efectos de un programa de empoderamiento en la percepción de equidad de género


en los estudiantes universitarios de género femenino del primer ciclo de la facultad de
psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018”
DESARROLLO DE PROYECTO DE TESIS
Autora:
Rivera Cruz, Natalia María
Asesor:
Dr. Vela Miranda, Oscar
Línea de investigación:
Violencia

PIURA - PERÚ
2018
TESIS

“Efectos de un programa de empoderamiento en la percepción de equidad de género en


los estudiantes universitarios de género femenino del primer ciclo de la facultad de
psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018”

Natalia María Rivera Cruz

AUTORA

Presentada a la escuela académico profesional de Psicología para obtener el


título profesional de Psicología.

APROBADO POR:

Presidente

Dr.

Secretario

Dr.

Vocal

Dr.
DEDICATORIA

A mis padres y hermana, por el apoyo


económico y emocional que me han
brindado desde mi nacimiento.
AGRADECIMIENTOS

Mi sincero agradecimiento a mis docentes y a la universidad César Vallejo por las


orientaciones brindadas para poder concluir satisfactoriamente este trabajo de
investigación.

De igual modo agradezco a los que participaron en esta investigación, a la población


que brindó su apoyo durante la aplicación del programa de empoderamiento en la
percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios de género
femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada
César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

.
DECLARATORIA DE AUTENTICIDAD

Yo: Natalia María Rivera Cruz, estudiante de la escuela académico profesional


de Psicología de la Universidad César Vallejo, identificada con el DNI Nº
72563451, con la tesis titulada “Efectos de un programa de empoderamiento
en la percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios de
género femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la
universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018”

DECLARO BAJO JURAMENTO que:

1. He mencionado todas las fuentes empleadas en el presente trabajo de


investigación, identificado correctamente toda cita textual o de paráfrasis
proveniente de otras fuentes, de acuerdo con lo establecido por las normas
de elaboración de trabajos académicos.
2. No he utilizado ninguna otra fuente distinta de aquellas expresamente
señaladas en este trabajo.
3. Este trabajo de investigación no ha sido previamente presentado completa ni
parcialmente para la obtención de otro grado académico.
4. Soy consciente de que mi trabajo puede ser revisado electrónicamente en
búsqueda de plagios.
5. De encontrar uso de material ajeno sin el bebido reconocimiento de su fuente
o autor, me someto a las sanciones que determinan el procedimiento
disciplinario.

Piura, septiembre de 2018.

_______________________
Natalia María Rivera Cruz
PRESENTACIÓN

Natalia María Rivera Cruz, estudiante de la escuela académico profesional de


Psicología de la Universidad César Vallejo, identificada con el DNI Nº 72563451, con
la tesis titulada “Efectos de un programa de empoderamiento en la percepción de
equidad de género en los estudiantes universitarios de género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad
de Piura, año 2018” para obtener el título profesional de Psicología.

En mi onceavo ciclo, expongo y brindo un programa como una solución a las


diversas necesidades implicadas dentro de un psicosocial, añadiéndole el
desconocimiento de un programa psicológico, con la finalidad de que se logre ayudar
a las diversas adolescentes encaminadas a una nueva etapa de vida, encontrándose
con la falta de validación hacía sus propios derechos humanos. En intención de
empoderarlas, he desarrollado métodos para afrontar esta “discriminación” hacia su
sexo, dentro de un grupo poblacional joven y adolescente en universidades privadas,
tanto nacionales como particulares.

Agradezco a ustedes, se dignen a tener en cuenta la sana intención y buena


voluntad que me encaminó a realizar la presente investigación, por lo que pido sepa
disculpar las deficiencias propias de este trabajo y que lo presentado y expuesto sea
de su consideración.
ÍNDICE

Pág.

Página de Jurado .................................................................................................... ii


Dedicatoria ............................................................................................................ iii
Agradecimiento ..................................................................................................... iv
Declaratoria de autenticidad .................................................................................... v
Presentación ......................................................................................................... vi
Índice .................................................................................................................... vii
Resumen ............................................................................................................ viii
Abstract ................................................................................................................ ix

I. INTRODUCCIÓN .............................................................................................. 10
1.1. Realidad Problemática………………………………………………………….11
1.2. Trabajos Previos………………………………………………………………….13
1.3. Teorías relacionadas al tema………………………………………………….16
1.4. Formulación del problema……………………………………………………..25
1.5. Justificación de Estudio
……………..…………………………………………………………25
1.6. Hipótesis………………………………………………………..…………………25
1.7. Objetivos………………………………………………………………………… 26

II. MARCO METODOLÓGICO .............................................................................. 27


2.1. Diseño de investigación……………….……………………………………….26
2.2. Variables y Operacionalización .................................................................. 27
2.3. Población, muestra y muestreo .................................................................. 29
2.4. Técnicas e instrumentos de recolección de datos .................................... 30
2.5. Métodos de análisis de datos ...................................................................... 35
2.6. Aspectos éticos……………………………………………..……………………35

III. RESULTADOS .............................................................................................. 36


IV. DISCUSIÓN .................................................................................................... 42
V. CONCLUSIONES ........................................................................................... 44
VI. RECOMENDACIONES ................................................................................... 45

VII. REFERENCIAS ............................................................................................. 46


ANEXOS ............................................................................................................... 48

INDICE DE TABLAS
RESUMEN

En su onceavo ciclo la estudiante, brinda un programa como una solución a las


diversas necesidades implicadas dentro de un psicosocial, añadiéndole el
desconocimiento de un programa psicológico, con la finalidad de concientizar a las
diversas adolescentes encaminadas a un nuevo estilo de vida, encontrándose con la
falta de validación hacía sus propios derechos humanos. Con intención de
empoderarlas, y mejorar su percepción a lo que respecta una equidad de género,
dentro de un grupo poblacional adolescente, en una universidad privada.

Este programa también fue elaborado para mejorar la independencia y autoestima de


cada una de las voluntarias. Para esto se aplicó un test que consta de __ preguntas
a una muestra de 50 adolescentes.

Palabras Claves: Empoderamiento, adolescentes, psicosocial.


ABSTRACT

In her eleventh cycle the student offers a program as a solution to the various needs
involved in a psychosocial, adding the ignorance of a psychological program, in order
to raise awareness among the various teens aimed at a new lifestyle, meeting the
lack of validation towards their own human rights. With the intention of empowering
them, and improving their perception regarding gender equity, within a teenage
population group, in a private university.

This program was also developed to improve the independence and self-esteem of
each of the volunteers. For this, a test consisting of __ questions was applied to a
sample of 50 teens.

Key words: Empowerment, teens, psychosocial.


I. INTRODUCCIÓN

1.1. Realidad Problemática

Segun Mackinnon(1993); “El dominio masculino es quizás el más penetrante y


tenaz sistema de poder que ha existido en la historia… porque es casi
metafísicamente perfecto. Su punto de vista es la medida estándar de la objetividad,
su particularidad se presenta como el significado de la universalidad, su fuerza es
ejercida como consenso, su autoridad como participación, su control como la
definición de legitimidad... El feminismo reclama la voz del silencio de las mujeres, la
presencia de nuestra ausencia”.

El interés del desarrollo pleno de la mujer, está constituido en el


empoderamiento, el cual se encuentra relacionado con diversos aspectos
psicosociales característicos del siglo XXI, como el que se tocará, siendo la equidad
de género, la cual posee un gran impacto en las mujeres; pues el medio social y el
vínculo que se relaciona con cada individuo de su entorno, repercuta en su hogar y
en las enseñanzas sobre lo que es el género: el estereotipo de ser mujer y el de ser
hombre, las diferencias que son necesarias marcar, las actitudes femeninas que se
distinguen de las actitudes masculinas, lo que debe hacer una mujer, lo que no debe
hacer, lo que debe hacer un hombre y lo que no debe hacer para definirse como tal.
Es aquí donde se recrea una mala praxis y se coloca el punto de partida de la
opresión debido a que nace el sexo fuerte y el sexo débil.

La población que se escogió en el respectivo trabajo fue de adolescentes porque


la adolescencia es un período de quiebre, de fractura ya que conlleva un salto en la
vida del ser humano, por el pasaje de niño a adulto. En ella se aborda un tema muy
importante que es el género, donde se hallan los roles de género: el rol que debe
cumplir el varón y el rol que debe cumplir la mujer; si la persona viene al mundo con
aparato reproductor femenino entonces se le considera mujer, si por el contrario
viene al mundo con aparato reproductor masculino entonces se le considera hombre.

La creación del género es un sistema engorroso, el cual se origina durante la


gestación de la madre, siendo una pieza de indispensable significación de aquella
etapa. Comúnmente en toda cultura se suele conceptuar a cada ser vivo por
la imagen de sus órganos sexuales, por lo tanto se le suele establecer un
estereotipo, del cual nace un prejuicio o criterio claramente aceptado por la sociedad,
ya sea individual o colectivo.

Se observan cuatro modelos elementales de estereotipo de género: el primero


sería el de rasgos de carácter; por ejemplo, existe una expectativa en las mujeres en
las que se observen características dependientes, sumisas, y los varones posean
características independientes e impulsivas. En el comportamiento doméstico; por
ejemplo, existe la expectativa en las mujeres, las que deben encargarse de los hijos,
esperar a los hijos y esposo con los alimentos sobre la mesa y la casa limpia.
Entonces los varones se encargarían de traer dinero a la casa, del mantenimiento del
medio de transporte que se ocupa en el hogar y de las reparaciones de este. Luego
se encuentre las ocupaciones; donde se asumen constantemente que quienes
desempeñan un cargo de docencia y enfermería son de sexo femenino, mientras que
quienes desempeñan un cargo de medicina, ingeniería y pilotar aeronaves son
varones. Después tenemos el aspecto físico; por ejemplo, se espera que las féminas
se observen en forma y se desenvuelvan con elegancia, mientras que se espera de
los hombres que aquellos se observen altos y con buena masa muscular. Para
finalizar se espera que los hombres y las mujeres se arropen a favor de su
estereotipo según su rol de género (los varones en pantalón y cabello corto; las
mujeres con vestido y cabello largo).

Los estereotipos de género son perjudiciales porque no brindan libertad, no


motivan a las personas a que manifiesten totalmente lo que piensan y menos lo que
sienten. De ejemplo tenemos el dicho común que se menciona a los pequeños “los
niños no lloran” el cual limita a estos a poder expresar sus emociones. A su vez, es
común para las féminas sentir que no deberían desenvolverse como seres
independientes, inteligentes y con seguridad en las actividades que realizan día a
día.

1.2. Trabajos previos

Antecedentes Internacionales

Andrade, C (2014) “Relación De Identidad De Género Y Empoderamiento En


Un Grupo De Mujeres En México” Con el objetivo de promover la relación entre
la identidad de género de las participantes con el empoderamiento. Fue
llevada a cabo con 9 mujeres integrantes del Diplomado de Desarrollo Humano
Comunitario, en el Centro de Desarrollo de la Comunidad, en la Delegación
Álvaro Obregón, de la Ciudad de México. Se diseñó, aplicó y evaluó un taller
de 8 sesiones presenciales, de 2 horas de duración cada una, las cuales
estuvieron encaminadas, a promover la relación entre la identidad de género
de las participantes con el empoderamiento. Se trabajaron las siguientes áreas
de trabajo: creencias y conocimiento del sí mismo; roles de género y
habilidades de elección y negociación; y finalmente la correspondiente al
cuerpo femenino y su apropiación (tendiendo a la negociación) Las jornadas
del taller, se guiaron por las actitudes facilitadoras del Enfoque Centrado en la
Persona; y se partió de una entrevista grupal, técnica utilizada también al
cierre del taller, además de otros ejercicios de expresión oral, plástica y
corporal. Finalmente la intervención permitió, que las mujeres participantes se
conceptualizaran de una manera más amplia y real, sumando a esta
descripción expresiones claras de su poder personal.

La Organización feminista Malvaluna de España (2018) con el objetivo de mejorar la


participación social y laboral de las mujeres del ámbito rural que permitan una mayor
y mejor incorporación de las mujeres a la actividad económica y a la viabilidad social
de sus municipios. En el programa AURORA se pretende mejorar la calidad de vida
de las mujeres que viven en el ámbito rural y tienen dificultades para la inserción
laboral a través de una mejor cualificación para el empleo fomentando autoestima y
confianza necesaria para que se conviertan en protagonistas activas de su propio
proceso de integración social y laboral. El programa se lleva a cabo a través de un
itinerario con una metodología de intervención que consta de dos fases: 1º.
Actividades enmarcadas en el desarrollo de un itinerario de motivación personal. Se
trabajan aspectos como motivación y habilidades personales. 2º. Desarrollo de un
itinerario profesional individualizado, dirigido a su inserción laboral, tanto por cuenta
ajena como por cuenta propia. En esta organización se desarrollaron diversos
talleres y atenciones hacia mujeres víctimas de violencia, se observan en los
contenidos de los talleres los derechos de las mujeres en materia de igualdad y
violencia de género, autoconocimiento, autocuidado , autoestima y bienestar para la
participación ciudadana. Finalmente, se fomentó la autoestima y confianza en las
participantes.

Proyecto de Empoderamiento de Mujeres en Situación de Exclusión Social (2013)


Con el objetivo de promover la Igualdad de género y la lucha contra la violencia hacia
las mujeres desde el empoderamiento. Entidad responsable: Bizitegi, España. El
presente proyecto de intervención pretende ser una apuesta por la inclusión social de
mujeres en situación o riesgo de exclusión social desde el empoderamiento. Todo
ello, desde una perspectiva de género, pues sólo desde él puede comprenderse de
forma exhaustiva el porqué de la exclusión de las mujeres. El empoderamiento de las
mujeres es un proceso por medio del cual se pretende incrementar la capacidad de
configurar sus propias vidas y su entorno, trabajándolo desde la identidad y la
autoestima, la autonomía personal, ofreciendo otros ejemplos de feminidad y
transformando los modelos del sistema en el que han vivido. El proyecto gira en
torno a la prevención y detección de situaciones de desigualdad y violencia con las
mujeres usuarias de Bizitegi y de manera paralela se creara un espacio para el
empoderamiento de estas mujeres, partiendo de formación en igualdad, género,
violencia, relaciones sexuales y afectivas, autoestima, autodefensa,
empoderamiento.
Este proyecto surge de la necesidad de capacitar a las mujeres usuarias de Bizitegi,
de herramientas que les permita mejorar su autoestima y facilite su inclusión.
Trabajamos en torno a la prevención y detección de situaciones de desigualdad y
violencia con las mujeres usuarias de Bizitegi y se trata de crear un espacio para el
empoderamiento de estas, partiendo de la formación en igualdad, género, violencia,
relaciones sexuales y afectivas, autoestima, autodefensa, empoderamiento. Todo
ello también surgió del último informe de la Fundación RAIS que decía: “Desde 2005
hasta 2012, el número de mujeres sin hogar se ha incrementado en un 19% -de
3.790 a 4.513”. Aunque las estadísticas recogen muchas menos mujeres que
hombres, los colectivos que trabajan a diario con estas personas aseguran que ellas
viven una situación de exclusión mucho mayor y, pese a ello, están más
invisibilizadas. Según el Instituto Nacional de Estadística, “el 40% han sido
agredidas, el 61% han sufrido robos y el 24% han sido víctimas de agresiones
sexuales.” Se impartieron 2 talleres (Igualdad y violencia de género). La satisfacción
de las personas usuarias con los talleres es de 8 sobre 10. En conclusión, se valora
de forma muy positiva el taller, pues se tocaron temas que pueden resultar
complicados, se generó debate, se desmontaron tópicos y estereotipos, y se dio una
participación muy elevada.

Antecedentes Nacionales

Vera (2010) Realiza una medición del empoderamiento de la mujer para Perú. El
autor se basa en el modelo de negociación cooperativa de McElroy y Horney (1981)
con el objetivo de derivar un índice de empoderamiento. Según los datos de la
Encuesta Demográfica de Salud Familiar (ENDES) del INEI, elabora tres índices de
empoderamiento, según tres ámbitos: económico, familiar/interpersonal y
sociocultural. Las variables principales para cada tipo de empoderamiento son
respecto a quién toma las decisiones dentro del hogar y cómo las toma, si se toman
en conjunto y quién tiene la última palabra; como también variables individuales de la
mujer, por ejemplo, acceso a información, uso de algún planificador familiar, y nivel
de educación. Como conclusión, encuentra que hay distintos niveles de
empoderamiento entre las regiones como también en el tipo de empoderamiento.

Alcázar y Espinoza (2014) Presentan un estudio cuyo objetivo es medir el efecto del
programa Juntos en las madres beneficiarias en términos del empoderamiento en
Lima, Perú. Con el objetivo de medir los efectos de un programa sobre el
empoderamiento en la mujer. Aquí, se entiende el empoderamiento en cuatro
sentidos: poder de decisión sobre los recursos del hogar, ideología de género,
autoestima y cambios en la situación laboral. Utiliza dos metodologías: por un lado,
un método cuantitativo con técnicas no experimentales para medir los efectos del
programa sobre el empoderamiento con un pool de datos de la Encuesta
Demográfica y de Salud Familiar (ENDES) desde el 2004 al 2012 y, por otro lado,
utiliza la base de datos panel de Niños del Milenio, considerando a hogares
beneficiarios y a los potencialmente beneficiarios y aplica la técnica de Diferencias en
Diferencias; a su vez, aplica un método cualitativo con entrevistas a profundidad y
grupos focales. Como conclusión las autoras encuentran que la transferencia
adicional del Programa Juntos influye positivamente en la capacidad de decisión de
la madre sobre los recursos del hogar, también que la edad y la educación son
variables de control que tienen un efecto positivo y significativo sobre el nivel de
empoderamiento.

Pavletich, I (2015) Presenta un análisis del Plan Nacional de Igualdad de Género


con énfasis en la dimensión de orientación sexual: aportes de la gerencia social para
mejorar las políticas de género en Lima, Perú. Con el objetivo de brindar aportes
para el diseño y la gestión de políticas de género en el Perú. Se hará un especial
énfasis en los contenidos que promuevan la igualdad por orientación sexual debido a
que es un nuevo componente en la gestión de políticas públicas por parte del Estado
peruano. La investigación consiste en un análisis documental de los instrumentos de
gestión pertinentes, principalmente el PLANIG, así como entrevistas a
representantes de las poblaciones beneficiarias del Plan y a los gestores del mismo
para así identificar oportunidades de mejora. Para lograr los objetivos de la tesis se
abarcan tres ejes de investigación. El primero es la identificación y análisis de ejes
temáticos y componentes que puedan contribuir al contenido del PLANIG; dichos
componentes son analizados, priorizados y comparados en base a las demandas
encontradas en el campo y la revisión documental. El segundo es el planteamiento
de posibles mejoras a la redacción actual del PLANIG en cuanto a sus resultados,
metas e indicadores. Por último, la investigación identifica brechas en el desarrollo de
capacidades de los funcionarios responsables de la implementación del PLANIG, al
ser este un punto crítico para tornar más tangible y sostenible el contenido del
mismo. La investigación comienza con la presentación del contexto e implicancias
del tema, así como su importancia para la gerencia social. Luego, se analiza el
contenido teórico referencial que sustenta las mejoras planteadas a las políticas que
incluye, entre otros temas, los aportes de los nuevos enfoques de género a la gestión
social. Posteriormente se presenta el cuerpo principal de la tesis, compuesto por el
análisis de los tres ejes de investigación mencionados. Seguidamente, se sintetizan
los hallazgos en forma de conclusiones y una propuesta de plan de fortalecimiento
para incorporar en la gestión del PLANIG. Finalmente, se elaboran anexos que
complementan e ilustran los hallazgos en materia de análisis comparativos de diseño
de políticas de género y la evolución de las mismas para con la variable de
orientación sexual.

1.3. Teorías relacionadas al tema

Según Gil, Cáceres & Coord (2008) La identidad es el sentido propio de lo que
somos y de la relación que tenemos con el mundo que nos rodea. El trato
constante del individuo con el mundo exterior es lo que le ayuda a crear y
conformar la propia idea de sí mismo.

Según Lagarde (2005) La identidad de los sujetos se conforma a partir de una


primera gran clasificación: el género; de modo que las referencias y los
contenidos genéricos son hitos primarios de la conformación de la identidad.

De manera que la identidad de género para Rocha & Díaz (2011) se refiere al
sentido individual básico de ser hombre o mujer, lo que implica una conciencia y
aceptación del sexo biológico. De tal manera que los seres humanos desarrollan
una serie de sentimientos, fantasías y pensamientos (creencias), materializados
a través de las conductas y actitudes correspondientes, que tarde o temprano
se presentan como rasgos de personalidad y se concretizan como roles que se
desempeñan, dependiendo si se es hombre o mujer en una sociedad particular.

Para Guzmán & Bolio (2010), aunque las diferencias anatómicas, por sí solas,
no desfinan a la identidad de género, sí aprecen como elemento clasificatorio;
los autores enfatizan que cada persona aprende lo que significa ser hombre o
mujer, de acuerdo a su cultura, asumiendo roles y actitudes que le son propios.

Según Petit & Prat (2011) El medio social-cultural-político, tiene un gran


protagonismo en las contrucciones indentitarias, en el caso de las sociedades
occidentales como la mexicana hablamos del patriarcado; definido por San
Segundo (2008), como un sistema ideológico autoritario, en el que el poder ha
sido ejercido históricamente por parte de los hombres sobre las mujeres. En el
patriarcado la diferencia sexual biológica ha sido elevada a una categoría
política y económica; es decir se mezcla lo biológico y lo social para justificar la
desigualdad entre mujeres y hombres.

La internalización del conjunto de normas y reglas, que establece el patriarcado


para hombres y mujeres, está atravesada por los estereotipos de género; que
para Guzmán y Bolio (2010) son ideas trasmitidas y repetidas sin variaciones, ni
reflexiones, que no toman en cuenta las características individuales, y que
adjudican mayor jerarquía y valor a un sexo que al otro (masculino sobre
femenino)

El problema con la interiorización de los estereotipos, es que son equivalentes a


una distorsión de la realidad y a medida en que se vinculan con las actividades
cotidianas, se convierten en verdades que influyen las creencias, el
comportamiento, las actitudes, etc. (Guzmán & Bolio, 2010)

En este sentido, el sistema patriarcal y la trasmisión de sus estereotipos; son


una especie de columna vertebral en el desarrollo de una identidad genérica,
pues aunque se pueda ser partícipe de cambios en creencias y roles sobre lo
que significa ser hombre o mujer, la explicación de lo que sucede sigue limitada
ante estos esquemas de conocimiento y organización (Rocha & Díaz, 2011).

Según Pérez (2008) La identidad femenina, formada por la interacción del yo


con las características antes señaladas, se inspira en la obediencia, la
resignación, la sumisión, el sufrimiento y el espíritu de sacrificio, todas ellas
originarias de su naturaleza “inferior”

Según el diccionario Editorial Océano, género (Del lat. genus, genĕris).1. m. Es un


conjunto de seres que tienen uno o varios caracteres comunes,2. m. Clase o tipo a
que pertenecen personas o cosas, 3. m. Tela o tejido, 5. m. En las artes, cada una de
las distintas categorías o clases en que se pueden ordenar las obras según rasgos
comunes de forma y de contenido, 6.m. Biol. Taxón que agrupa a especies que
comparten ciertos caracteres, 7. m. Gram. Clase a la que pertenece un nombre
sustantivo o un pronombre por el hecho de concertar con él una forma.

En 1955, la acepción género estaba siendo utilizada por el investigador


Money, proponiendo el “papel de género”, haciendo referencia a las
características atribuidas a hombres y mujeres, sin embargo fue Stoller,
realizando estudios enfocados en las diferencias entre mujeres y hombres,
quien estableció una diferencia conceptual entre los términos género y sexo,
usando formalmente la “Identidad Genérica”.

Si tomamos la definición de género como: características o rasgos comunes


de seres o persona y agregamos su significación relativa al sexo, podemos
mencionar que son características determinadas de cada uno de los sexos,
por tanto es necesario entonces determinar de donde surgen estas
características.
Lamas plantea que: “el género es una construcción simbólica, establecida
sobre los datos biológicos de la diferencia sexual”

Significando que el género se determina por la cultura y lo social.

Barbieri (citado en Gomariz; 1992:84), señala que: “los sistemas de género


son los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores
sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual
anátomo- fisiológica y que dan sentido, en general a las relaciones entre
personas sexuadas”.

Como refiere Lagarde (1994), desde la perspectiva psicológica, el


género es una categoría en la que se articulan tres instancias básicas:

a) La asignación de género: se realiza en el momento en que nace el


niño o niña, a partir de la apariencia externa de sus genitales.

La identidad de género: hace referencia al esquema ideológico y afectivo


más primario, consciente e inconsciente, de la pertenencia a un sexo y no al
otro. Se establece a la misma edad en que el niño o niña adquiere el
lenguaje (entre los dos y tres años) y es anterior a su conocimiento de la
diferencia anatómica entre los sexos. Una vez establecida la identidad de
género, cuando un niño se sabe y asume como perteneciente al grupo de lo
masculino y una niña al de lo femenino, ésta se convierte en un filtro por el
que pasan todas sus experiencias.

Significando que el género se determina por la cultura y lo social.


Barbieri (citado en Gomariz; 1992:84), señala que: “los sistemas de género
son los conjuntos de prácticas, símbolos, representaciones, normas y valores
sociales que las sociedades elaboran a partir de la diferencia sexual
anátomo- fisiológica y que dan sentido, en general a las relaciones entre
personas sexuadas”.

Como refiere Lagarde (1994), desde la perspectiva psicológica, el


género es una categoría en la que se articulan tres instancias básicas:

b) La asignación de género: se realiza en el momento en que nace el


niño o niña, a partir de la apariencia externa de sus genitales.

La identidad de género: hace referencia al esquema ideológico y afectivo


más primario, consciente e inconsciente, de la pertenencia a un sexo y no al
otro. Se establece a la misma edad en que el niño o niña adquiere el
lenguaje (entre los dos y tres años) y es anterior a su conocimiento de la
diferencia anatómica entre los sexos. Una vez establecida la identidad de
género, cuando un niño se sabe y asume como perteneciente al grupo de lo
masculino y una niña al de lo femenino, ésta se convierte en un filtro por el
que pasan todas sus experiencias.

Según Hurtado (1997) “La identidad se construye como una síntesis de


limitaciones, imaginarios, encauzamientos sociales, articulados por poderes
disímiles pero coherentes cuando se trata de reproducir una determinada
forma de funcionamiento social. Estos poderes inciden en la construcción de
la identidad de género a través de los discursos científicos, políticos,
religiosos, jurídicos, de los medios de comunicación social pedagógico,
artísticos y otros que, […] producen y reproducen los argumentos que
instituyen lo femenino y masculino en nuestra sociedad”.

El rol de género: es el conjunto de deberes, aprobaciones, prohibiciones y


expectativas acerca de los comportamientos sociales apropiados para las
personas que poseen un sexo determinado. La tipificación del ideal
masculino o femenino es normativizada hasta el estereotipo, aunque en el
desarrollo individual la futura mujer u hombre haga una elección personal
dentro del conjunto de valores considerados propios de su género. No
obstante, los roles y estereotipos de género, tanto femenino como masculino
están tan profundamente arraigados, que son considerados como la
expresión de los fundamentos biológicos del género.

El género, no sólo determina características diferenciadas, según sea el sexo


al cual pertenecemos, sino además en base a esta división, pretende
delimitar funciones, patrones de conducta y accionar.

En “Sobre Género, Derecho y discriminación” de Defensoría del Pueblo


(1999), se señalan tres aspectos generales, en donde se expresan estas
construcciones culturales (roles), basadas en la diferenciación sexo-género:

a) Roles atribuidos en relación al género, así por ejemplo se presenta a la


mujer como esposa, dueña de casa, madre. En tanto al hombre como
padre proveedor económico y jefe de hogar. Haciendo hincapié en lo
femenino como reproducción y masculino como producción. Los otros
roles son negados, invisibilizados.

b) Espacios: para actuar los roles necesitan de espacios masculinos y


femeninos, como ejemplo tenemos la calle-la casa, lo publico-lo
privado. Premisas sutiles a partir de las cuales se van generando,
condiciones cotidianas de desigualdad.
c) características o atributos de la personalidad que se asocian a los
roles. Femenino asociado a la dulzura, sacrificio y renuncia, en tanto lo
masculino ligado a la fuerza, al razón y competencia. Esta forma
estereotipada de la sociedad, de construir identidades aporta
consecuencias negativas en la construcción de una sociedad, mas
justa e igualitaria.

Castrillo, Pey y Trautmann (2004), también mencionan tres elementos,


como centrales al abordar el término, señalando explícitamente el
componente “poder”, distinguiendo: a) Roles estereotipados (división
sexual del trabajo), b) División de espacios (separación del espacio
público del espacio privado) y c) Relaciones de poder, fuertemente
ligado al concepto de “patriarcado”, entendido desde las relaciones de
dominación y subordinación entre los sexos.

Con respecto a la nueva teoría de género, autores como Carrasco


señalan que:
“…esta nueva teoría del género explicaba la injusta dominación masculina
durante toda la historia, pues los varones habían impuesto siempre al género
femenino roles subordinados, enmascarándolos con la etiqueta de “roles
naturales”. Ahora, en cambio, tras al deconstrucción y la crítica cultual
subsiguiente, se veía con claridad que el “género” no era otra cosa que mera
categoría social impuesta sobre un cuerpo sexuado.

“El género apunta a las construcciones normativas y culturales a las que


responden las diferenciaciones de roles e identidades entre mujeres y
hombres, el género aparece como una categoría social que se impone a los
cuerpos sexuados, pero que no está directamente determinado por la
sexualidad”.
Amorós (2000), señala:

Hay diferencias indeseables, hay diferencias neutrales, hay diferencias


éticamente deseables […], toda diferencia que conlleve jerarquía o
desigualdad es una mala diferencia, evidentemente. […] la diferencia no es
en sí un valor mientras que la igualdad no es un hecho: es un concepto
regulativo, es un concepto ético y es un valor.

Según Martínez y Tuts, los derechos de la mujer están teóricamente y


formalmente recogidos en el concepto general de Derechos Humanos, sin
embargo, a pesar de que muchos Estados hayan firmado los acuerdos,
convenios y tratados en pro de la igualdad, las cuestiones específicas
relacionadas con las mujeres reciben una consideración distinta, un
tratamiento inferior y marginal.

Según el Tribunal Constitucional (2018) existen dos tipos de discriminación


Discriminación directa: se señala como el tratamiento jurídico diferenciado,
injustificado y desfavorable a una persona por razón de sexo

Discriminación indirecta: se presenta en tratamientos formalmente


discriminatorios de los que derivan por las consecuencias fácticas que tiene
lugar entre personas de diverso sexo, consecuencias desiguales
perjudiciales.

En el artículo 1º de la Convención sobre la eliminación de todas las formas de


Discriminación Contra la Mujer se señala que, la discriminación es definida por la
Fundación Instituto de la Mujer como:

“...toda distinción, exclusión o restricción basada en el sexo que tenga por objeto o
resultado menoscabar o anular el reconocimiento, goce o ejercicio de la mujer,
independientemente de su estado civil, de los derechos humanos y de las
libertades fundamentales en las esfera política, económica, social, cultural y civil o
en cualquier otra esfera, sobre la base de la igualdad entre el hombre y la mujer”

También, según Torres (2004) Los derechos sexuales y reproductivos son parte de
los derechos humanos y su finalidad es que todas las personas puedan vivir libres
de discriminación, riesgos, amenazas, coerciones y violencia en el campo de la
sexualidad y la reproducción.

También, según Matamala (1995) “los derechos sexuales y reproductivos son


aquellos que garantizan la posibilidad de vivir la sexualidad en forma
autodeterminada, plena, segura, equitativa y placentera;[…] independiente de la
reproducción; contar con los conocimientos acerca de la propia corporalidad,
sexualidad y reproducción,[…]disponer de los elementos o servicios que aseguran
la salud sexual y reproductiva en todas las etapas del ciclo vital; decidir libremente
y sin coerción sobre la propia capacidad reproductiva; […]contar con políticas
públicas, medios y mecanismos que permitan operacionalizar las decisiones
sexuales y reproductivas, particularmente aquellas referidas a la fecundidad”.

También, según el Centro de Estudios de la Mujer (2001) “La sexualidad y el


cuerpo son dimensiones fundamentales de la vida humana y en el desarrollo del
potencial político y moral de los individuos. La experiencia sobre el propio cuerpo
enseña a tomar decisiones, a elaborar y manifestar opiniones, a construir valores y
a participar en la construcción colectiva de una ética de solidaridad y
responsabilidad.”

En el artículo “Argumentos para el Cambio” del Centro de Estudios de


la Mujer se señala la importancia de la práctica de los siguientes
derechos:

 Tener acceso a una educación integral para la vida afectiva y


sexual desde una edad temprana, posibilitando de ésta forma el
bienestar y desarrollo de la persona, además del ejerció de la
sexualidad en forma plena, libre e informada.
 No padecer ningún tipo de discriminación, presión o violencia en
lo referido a la vida sexual y por ende además en las decisiones
sexuales.
 Contar con igualdad, respeto mutuo, y sobre todo
responsabilidades compartidas en las relaciones sexuales que
se tienen.
 Recibir y asimismo dar placer.
 Ejercer la sexualidad en forma independiente de la reproducción

En los Derechos Reproductivos, según Matamala


“La salud reproductiva es un estado general de bienestar físico,
mental y social, y no de mera ausencia de enfermedad o
dolencias, en todos los aspectos relacionados con el sistema
reproductivo y sus funciones y procesos.”

El Centro de Estudios de la Mujer menciona lo que considera las bases


imprescindibles de estos derechos:

 Decidir libre, informada y responsablemente respecto de la


procreación: tener o no tener hijas /os, número de éstos y el
intervalo entre los nacimientos.
 Tener la posibilidad de recuperar la fertilidad cuando ésta ha
sido dañada por falta de información y tratamientos no
apropiados.
 Tomar decisiones reproductivas libres de presión, discriminación y
violencia.
 Recibir información clara comprensible y completa sobre
métodos de regulación de la fecundidad y de prevención de las
enfermedades de transmisión sexual, incluido el VIH/SIDA.
 Acceso a Anticoncepción de Emergencia cuando se tiene una
relación sexual sin protección o ha fallado el método.

Según GCGEMA (1996) La equidad de Género es el abolir las diferencias y


desigualdades entre hombres y mujeres por razones sociales y culturales.
Esto se manifiesta por los roles (reproductivo, productivo y de gestión
comunitaria), que cada uno desempeña en la sociedad, las
responsabilidades, conocimiento local, necesidades, prioridades relacionadas
con el acceso, manejo, uso y control de los recursos”.

Se tendrá en cuenta el modelo teórico de ANDRADE (2014)

3.1.1.Creencias y

conocimiento del sí misma

3.1.Identidad de
género
3.1.2. Roles de género
y
y
empoderamiento habilidades de elección y
negociación

3.1.3.Cuerpo femenino

apropiación (tendiendo a la
negociación)

Existen estas temáticas resultantes:


Creencias y conocimiento del sí misma

Según Lagarde (2005) Las creencias son el conjunto de normas, valores y la


manera de aprehender el mundo (concientes e inconcientes), que elaboran los
individuos y grupos sociales. Las creencias de las mujeres se forman a partir del
lugar que ocupan en el mundo, formado por los ejes del patriarcado.

Bajo estos parámetros la mujer tiene una condición de dependiente,


estableciéndose dos tendencias claras es sus creencias: víctima o heroína. Al
ser devaluada socialmente, contrasta estos efectos, considerando cada hecho,
acto y movimiento como heroicos y omnipotentes en la sumisión y en la
obediencia.

Según Rogers (2007) el sí mismo es la Gestalt, coherente y organizada


compuesta de percepciones sobre las características del yo, y de las relaciones
entre el yo y los demás. Se trata de una Gestalt disponible a la conciencia,
aunque necesariamente no esté en ella. Es un proceso fluido y cambiante, pero
en un momento dado, es posible de definirse.

Según Mancillas (1997) En el caso de las mujeres, la formación del


autoconstructo, tiene un fuerte peso cultural, lo que provoca en ellas una
simbolización y valoración condicionada, en base a las normas socio- culturales
a las que se les pide ajustarse. Para López, Apolinaire & Aray (2009) Esto las
puede llevar a generar sentimientos de inferioridad, poca confianza en sus
reales posibilidades, bajo nivel de pretensiones y pobre autodeterminación o
autoeficacia.

Pero según Navarro (2013) cuando existe un proceso de conocimiento del sí mismo:
pensamientos, sentimientos, fortalezas, debilidades, cuerpo; la mujer está en la capacidad
de saber quién es, qué desea o no, y qué le complace o
desagrada.

De tal manera, en la medida en que el sujeto profundice en el conocimiento de


su ser, está más determinado y menos sometido a guiarse por las valoraciones
externas.

Según López & Array (2009) Cuando las mujeres replantean sus creencias,
priorizando su sí mismo, pueden llegar a definirse como independientes,
optimistas, autodeterminadas, y están en condiciones más favorables para
afrontar conflictos y adoptar una posición activa ante la superación de las
dificultades. Además logran establecer relaciones interpersonales más
eficaces, expresivas, íntimas, empáticas y tolerantes.
Los roles de género y las habilidades de elección y negociación

Según Ruíz (2003) Los roles de género son concepciones simplificadas


relacionadas con nuestros comportamientos y actividades como mujeres y
hombres. Para Valdez, Díaz & Paez (2005) son los papeles, que a los hombres
y mujeres nos toca desempeñar en la sociedad

Según Guzmán & Bolio (2010) Cuando estos roles se basan en estereotipos
de género, se tornan rígidos, e imposibilitan la movilidad individual. Ello
permite comprender tres procesos de la vida social, estos son:

1. El proceso mediante el cual se han naturalizado algunas actividades


como masculinas o femeninas. Por ejemplo: “llorar es de niñas”.

2. El proceso mediante el cual, se valora de manera distinta las


actividades identificadas como masculinas o femeninas. Por ejemplo: la
crianza de los/as hijos/as es menos valorado que tener un puesto
gerencial.
3. El proceso mediante el cual, la misma actividad, se valora de diferente
manera, dependiendo si es realizada por un hombre o una mujer. Por
ejemplo: “los hombres son más hábiles para conducir que las mujeres”.

Según Rocha & Díaz (2011) Los roles son la expresión pública de la identidad.
En el caso de las mujeres, de manera tradicional han sido encaminadas a la
reproducción, las labores domésticas, el cuidado de los otros; es decir roles
expresivo- filiales. Los roles femeninos, están formados bajo estereotipos que
las conducen al ámbito privado o del hogar. La realización personal de las
mujeres, se logra en función de los demás, por tanto priorizan las relaciones, y
se especializan en la satisfacción de los deseos ajenos.

El hombre en cambio, es identificado principalmente con el rol de proveedor,


quien trabaja fuera del hogar, recibe una remuneración y toma decisiones; es
quien tiene el control dentro de la familia, estableciendo reglas, protegiendo a
los demás; en otras palabras, desempeña roles instrumentales. Los hombres
son definidos como afectivamente distantes, y dueños del poder económico y
racional. Su realización personal está en función de los logros individuales
(Rocha & Díaz, 2011).

Actualmente la mujer posee nuevos roles, como el comunitarios, el rol sexual


extraconyugal y el rol de trabajadora extradoméstica remunerada (roles
innovadores). Sin embargo persiste el sentimiento de culpa ante el alejamiento
de los roles expresivos (Mancillas, 2006).

Según Valdez, Díaz & Paez (2005) las mujeres están luchando por lograr un
trato igualitario, que les permita tener un desarrollo humano adecuado. Para
lograrlo se proponen las estrategias de decisión y negociación.
En el caso de las mujeres la toma de decisiones o la habilidad de elegir, está
coaccionada por las relaciones de poder (Ávila, 2006).

Según Navarro (2013) Para autocuidarse, es necesario conocer las propias


necesidades, incluidas las corporales, de autodesarrollo, y de contacto íntimo, lo
cual también implica el autodominio y el distanciamiento físico y emocional
cuando sea necesario.

Para Navarro (2013) el autocuidado debe expresarse en las dimensiones


sociales, cognitivas, afectivas, comunicativas y emocionales; por ejemplo,
asignar un tiempo para las relaciones familiares, de pareja y con amigos, sin
dejar de incluir un espacio consigo misma para ir al médico, hacer deporte, arte,
para el ocio, recrearse, etc.

Según Babcock, Laschever, Geldfand, & Small (2004) Otra habilidad puesta en
juego, para equilibrar los roles de género, es la negociación. Un dato interesante
es que las mujeres son menos proclives que los hombres a negociar para sí
mismas. En primer lugar porque desde una edad temprana sus relaciones se
centran en atender las necesidades de los demás; y en segundo lugar, porque
las mujeres suelen dar por supuesto que se las va a reconocer y a recompensar
por esforzarse. A diferencia de lo que ocurre con los hombres, no han sido
instruidas para pedir más.

Según Rodríguez & Ramos (2010) La negociación puede definirse como un


modo efectivo de manejar las situaciones de divergencia, de defender los
propios derechos sin pisotear los ajenos, de realizar planes y proyectos
personales, integrando además los intereses del resto.

En la negociación se incluyen 2 partes (en este caso la mujer y su mundo). Los


negociadores tienen puntos distintos, por lo que se produce un "estira y afloja"
que los eruditos llaman "proceso dialéctico", mediante el cual se resolverá el
asunto y se llegará a una solución satisfactoria. La negociación requiere
empatía, prudencia, paciencia y conciencia de los valores propios; negociar
permite alejarnos de la lucha de poder, pues ayuda a obtener lo que uno quiere,
sin dejar de observar lo que los otros quieren y necesitan (Rodríguez & Ramos,
2010).

Cuando la mujer negocia en los distintos ámbitos de su vida; puede mejorar y


mantener su salud mental, y adquirir un poder constructivo que se destinará a
sus propios logros y a los comunitarios (Rodríguez & Ramos, 2010).

Según Rocha (2013) Para lograr estas habilidades (elección y negociación) es


necesario que las mujeres analicen, reflexionen, flexibilicen o eliminen los
mandatos de género que impiden el ejercicio de las mismas.

El cuerpo femenino y su apropiación (tendiendo a la negociación)

Según Mancillas (1997) Las mujeres se construyen una imagen corporal con
aceptación o rechazo de ciertas zonas; esto lo hacen de acuerdo a sus ideas,
valores y afectos, en torno a la sexualidad, la estética y el uso de su físico.
Además, según Lagarde (2005) las mujeres viven el mundo desde su cuerpo,
mucho más que los hombres, pues para la mujer la vida se despliega en torno
a un ciclo profundamente corporal: la menstruación, la menopausia, los
embarazos, el parto, etc.

Según Vera (1998) El sistema socio cultural, les pide a las mujeres ser
jóvenes, delgadas y bellas, de hecho el ideal de cuerpo femenino es el llamado
“tubular” esto es “caderas, nalgas, cintura y barriga mínimas. Pero eso sí,
pecho generoso. Más difícil todavía, adelgace de unas partes de su cuerpo,
precisamente de aquellas en las que se suele acumular más grasa en las
mujeres, mientras engorda de otras al mismo tiempo, y además, hasta donde
usted quiera” . Según Martín (2008) Esta exigencia corporal, no puede
considerarse inocente, pues se resguarda bajo un paraguas uniformizador, que
trata de desaparecer la individualdiad corporal.

Según Tárano (2013) La sociedad patriarcal, fomenta que las mujeres se


ajusten a los ideales masculinos estéticos, sobre cómo debería ser su cuerpo,
dotándose de atributos cosméticos que aumenten su atractivo, según éstos
estereotipos impuestos.

Según Guzmán & Bolio (2010) Aunque por ahora gocemos los efectos de la
revolución sexual y la anticoncepción, el imaginario social, sostiene que las
pulsiones sexuales son propias de la masculinad, y por lo tanto inadecuadas en
las mujeres. Siglos de desigualdad, han configurado subjetividades femeninas
sexualmente pasivas, que esperan la iniciativa del varón en este plano,
observandose a sí mismas como sumisas y complacientes, sin buscar su propio
erotismo ni placer.

Según Tárano (2013) y Lagarde (2005) Entre las estrategias de resistencia a


estos paradigmas; las mujeres están generando la opción de la apropiación
corporal. Entendida como una emancipación interna, que les permita concebir el
cuerpo como de su propiedad, y no como sus mediadoras y para resignificar el
cuerpo de las mujeres, hay que retomar el erotismo como propio,
evidenciándolo en los distintos ámbitos de su vida. Movilizando el cuerpo hacia
el placer, no solo sexual, sino intelectual, social, laboral, estético, afectivo y
político.

Según Yánez (2013) El erotismo y la sexualidad, pueden vivirse en un marco de


equidad y respeto a los deseos propios y de la pareja. Los resultados más
consistentes de la literatura sobre este aspecto, encontramos que existe una
relación directa entre la satisfacción sexual y la habilidad para comunicar la
negociación.
Como ejemplos de negociación, se citan las habilidades de las mujeres, para
consensuar con sus parejas el uso del condón, o de algunas otras técnicas que
evitan el embarazo; decidir si quieren o no tener relaciones; solicitar la
experimentación de otras prácticas sexuales fuera del coito tradicional; etc.
Según Kabeer (1997) El Empoderamiento tiene que ver con ganar poder, puesto que
el aspecto más destacable del término empoderamiento es que contiene la palabra
poder, de ahí que su utilización en el trabajo del desarrollo constituya un llamado de
atención sobre las relaciones de poder existentes en las sociedades donde se actúa.

Las tres caras del poder como dominio (el poder “sobre”) Según Lukes (1974), en las
ciencias sociales aparecen habitualmente tres interpretaciones diferentes sobre el
poder y todas ellas tienen en común entenderlo como un ejercicio de dominio sobre
otros. Este poder ejercido sobre otros nos remite tanto a la habilidad de una persona
para hacer que otras actúen en contra de sus deseos como a la capacidad que
alguien tiene para sacar adelante sus propios intereses en contra de los intereses de
otro, mediante la utilización de mecanismos diversos tales como obligar, impedir,
prohibir, reprimir, negar o invisibilizar los intereses de aquellos sobre los que se
ejerce dominio.

A) Según Kabeer (1997) El poder visible (el poder para producir los cambios) La
primera, y más habitual, acepción del poder responde a análisis liberales de los
fenómenos sociales y lo aborda como un asunto de toma de decisiones sobre
cuestiones en las que hay un conflicto observable definiéndolo como la
“capacidad de un actor de afectar el patrón de resultados”

Según esta interpretación, la mujer sería el actor y dependiendo de su capacidad de


toma de decisiones, lograría cambiar los resultados a lo deseado también se tendría
en cuenta que el poder es una capacidad que se gana y se pierde, que circula en los
espacios públicos donde se toman decisiones y que se puede “ver” puesto que los
que ganan en las decisiones aparecen como poderosos.

Esta manera de entender el poder, asociado con la toma individual de decisiones en


el marco de relaciones interpersonales, ha sustentado buena parte de la literatura
basada en el enfoque Mujeres en el Desarrollo (MED) que ha entendido el poder
como algo que se tiene o no se tiene, y que puede ser incrementado mediante
determinadas acciones del desarrollo. Esta interpretación es visible, por ejemplo, en
los intentos de medir la frecuencia con que participan las mujeres en la toma de
decisiones en el hogar para demostrar que estas fortalecen su poder doméstico
cuando acceden a un ingreso.

A) El poder oculto (el poder de decidir sobre qué se decide) La segunda acepción
del poder puede definirse como la capacidad para evitar la discusión abierta
de ciertos conflictos. Es el poder que se ostenta cuando alguien consigue
sacar adelante sus propios intereses en contra de los de otra persona
impidiendo que esta sea escuchada, excluyendo ciertas cuestiones de la
agenda de decisión y restringiendo la adopción de decisiones a cuestiones
seguras. Esta noción del poder permite apreciar que los conflictos no siempre
son abiertos ni las decisiones visibles, que el poder no se expresa solamente
en “quien gana qué” sino también en “cuando, cómo y quién se queda fuera
de la toma de decisiones” porque ni siquiera ha sido tomado en consideración.
Efectivamente, la persona o el grupo poderoso pueden ganar conflictos no
sólo ganándolos cuando son planteados abiertamente sino impidiendo que las
voces de los oponentes sean escuchadas y que el conflicto se haga visible en
el ámbito de la toma de decisiones. La coerción, la manipulación, la
información falsa y otras maneras de influenciar son reconocidas como formas
de ejercicio de este poder, puesto que suprimen lo que de otro modo se
hubiera constituido en un conflicto abierto.
Según Bachrach y Baratz (1962) Quien detenta el poder oculto puede crear
reglas de juego que impidan a los grupos con menos poder expresar sus
deseos; puede legitimar algunas voces y desacreditar otras, determinando qué
asuntos y qué personas han de ser incluidas y cuáles no. Este tipo de poder
se sustenta en “los procedimientos implícitamente aceptados e indiscutibles
en instituciones que, al demarcar las cuestiones susceptibles de decisión de
aquellas que no lo son, benefician sistemática y rutinariamente a ciertos
individuos y grupos a costa de otros”
Según Wieringa (1997) Esta manera de ejercer el poder mediante
procedimientos que permanecen ocultos al análisis es bastante común en las
relaciones entre las mujeres y los hombres. Las feministas han señalado que
el poder masculino se ejerce movilizando normas y mecanismos que tienen un
sesgo de género a favor de los hombres, como los que operan en la división
sexual del trabajo o en la legitimación política de la inviolabilidad de la esfera
doméstica. Muchos conflictos que ni se asoman a las agendas públicas de
debate versan sobre temas en los que hay asuntos de género involucrados,
como por ejemplo considerar que la atención a niñas y niños es una tarea de
cuidado “natural” de las mujeres en lugar de un problema social relacionado
con el trabajo de las mujeres.
B) El poder invisible (el poder de negar los intereses ajenos) La tercera forma del
poder considerada por Lukes tiene relación con el conflicto no observado, es
decir, con las tensiones que se producen cuando se niegan intereses reales
de la gente, incluso cuando tales intereses ni siquiera son reconocidos por las
personas afectadas. Este tipo de poder implica que alguien consigue sacar
adelante sus propios intereses impidiendo que su potencial oponente se dé
cuenta de que existe un conflicto de intereses. Según León (1997), este es el
poder más penetrante porque evita la expresión del conflicto y hace imposible
que se conciba una situación diferente. Según Rowlands (1997) “El más
efectivo e insidioso uso del poder es evitar, en primer lugar, que el conflicto
surja… al formar las percepciones de la gente, las cogniciones y las
preferencias de una manera tal que ellos acepten su rol en el orden de cosas
existente porque no pueden ver o imaginar una alternativa, o porque lo ven
natural e inmodificable, o porque lo valoran como si contuviera un orden divino
y benéfico”
El poderoso puede ganar conflictos manipulando la conciencia de los menos
poderosos para hacerles incapaces de desear una situación diferente, sea
porque no ven el conflicto, porque aceptan la legitimidad del orden
establecido, porque están resignados a su suerte o porque no consideran
posible transformar su situación. Según Sen (2000) Este poder analiza la
naturaleza del “conflicto cooperativo” que caracteriza a los hogares y concluye
que las mujeres, particularmente en sociedades tradicionales, tienen
dificultades para tomar en cuenta su propio bienestar cuando abordan sus
intereses personales en el escenario familiar. En términos más generales, este
autor ha planteado que aunque los grupos desposeídos puedan estar
acostumbrados a la desigualdad, no tener conciencia de las posibilidades de
cambio social ni esperanzas de mejorar sus circunstancias, “las verdaderas
privaciones no se evaporan por el mero hecho de que, en el cálculo particular
utilitarista del cumplimiento de la felicidad y el deseo, la situación
socioeconómica de la persona desposeída pueda no parecer particularmente
desventajosa”.

Según Rowlands (1997) Al asumir que el poder condiciona la experiencia de las


mujeres en un doble sentido pues “es tanto la fuente de opresión en su abuso como
la fuente de emancipación en su uso” las feministas pudieron ver a las mujeres no
solo como individuas sometidas al poder masculino sino también como personas
capaces de oponer resistencia, activa o pasiva, a las fuentes de poder. Considerar el
poder como un recurso que las mujeres pueden utilizar para transformar su situación,
y a estas como individuas dispuestas a ejercerlo colectivamente, les permitió
reivindicar para las mujeres el ejercicio visible del poder para hacer avanzar sus
reivindicaciones frente a otros actores sociales e institucionales.

Desde estas nuevas perspectivas, las feministas que trabajan en el campo del
desarrollo han reivindicado abiertamente el poder para las mujeres. Así, por ejemplo,
Batliwala (1997) ha definido el poder como “control sobre los bienes materiales
(físicos, humanos o financieros), los recursos intelectuales (conocimientos,
información, ideas) y la ideología (habilidad para generar e institucionalizar creencias
y valores que determinan cómo las personas perciben y funcionan en un entorno
dado)” y ha sostenido que el empoderamiento de las mujeres debe medirse en
términos de “cuánta influencia tienen estas sobre las acciones externas que afectan
a su bienestar”.

Mosedale (2003) se ha basado en estos planteamientos para construir una definición


de poder que tiene importantes consecuencias en el análisis de los procesos de
empoderamiento de las mujeres. Si tomamos en cuenta que el hecho de pertenecer
a un grupo social (por ejemplo, el colectivo genérico femenino) establece unos
ciertos límites a la libertad de las personas y que tales fronteras son socialmente
construidas y modificables, el empoderamiento que esta autora reclama para las
mujeres es el que tiene como objetivo cambiar radicalmente las relaciones opresivas
de género, en tanto estas constituyen las fronteras sociales que restringen su libertad
de elección. El poder que interesa, dice Mosedale, es el que permite a las mujeres
construir su propia capacidad para cambiar los límites sociales que definen lo que es
posible para ellas. Y la pregunta que importa es si las intervenciones de desarrollo
que buscan que las mujeres se empoderen, logran efectivamente ayudarles a
cambiar tales límites.

Según In (2017) El empoderamiento es el método de aumentar la capacidad


individual o colectiva para la toma de decisiones, convirtiendo las palabras en
acciones y como consecuencia en efectos deseados. A través de este método, un
individuo se transforma en un agente de cambio. En términos simples, es el factor
“yo sí puedo hacerlo”; yendo de “no puedo” a “sí puedo”. En conclusión, según In el
empoderamiento de la mujer es un proceso de cambio en el cual la mujer pasa del
“imposible” al “posible”.

El empoderamiento es un proceso de cambio Un segundo rasgo esencial del


empoderamiento es su carácter procesual: se trata de un proceso de cambio que no
tiene meta final ya que nadie llega nunca a estar empoderado en un sentido
absoluto. Según Malhotra (2002) Es este sentido de proceso el que hace que “ningún
otro concepto exprese tan claramente como el empoderamiento la progresión desde
un estado (la desigualdad de género) a otro (la igualdad de género)” Hay consenso
entre las feministas del desarrollo en que el empoderamiento de las mujeres es un
proceso de largo plazo que va “de adentro hacia fuera” y “de abajo hacia arriba”, que
se inicia en el ámbito personal mediante el desarrollo de una autoimagen positiva y
confianza en las propias capacidades, continúa en el ámbito de las relaciones
cercanas a través de la habilidad para negociar e influenciar las relaciones familiares,
y se expande hacia una dimensión colectiva en la que las mujeres construyen
estructuras organizativas suficientemente fuertes para lograr cambios sociales y
políticos. Se trata, por tanto, de un proceso de auto-empoderamiento, individual y
colectivo, que no puede ser otorgado por nadie externo, lo cual no quiere decir que
determinados agentes externos no tengan ningún papel que cumplir.

León (1997) plantea, por su parte, que dado que la subordinación de las mujeres
aparece naturalizada en las sociedades con dominio masculino, es poco probable
que las propuestas de cambio aparezcan espontáneamente; más bien, estas deben
inducidas a través de procesos de concientización que permitan a las mujeres
modificar sus auto-imágenes y sus sentimientos de inferioridad, así como sus
creencias sobre sus derechos y capacidades. En la inducción de estos procesos de
reflexión crítica, las agentes externas, generalmente mujeres feministas
profesionales del trabajo de promoción y educación popular, pueden desempeñar un
importante rol catalizador ofreciendo a las mujeres elementos de análisis y
alternativas prácticas a sus modos de vida. También Rowlands insiste en que las
agentes de cambio deben estar entrenadas en el uso de metodologías que ayuden a
las mujeres a “percibir las limitaciones que ellas se imponen como resultado de la
opresión internalizada que cargan” y garanticen que estas actúan a partir de sus
propios análisis y prioridades, y no en base a agendas externas. Ahora bien, este
papel de las agentes de cambio nada tiene que ver con lo que James (1999) ha
denominado la “transferencia del empoderamiento”, una visión predominante en el
pensamiento oficial del desarrollo según la cual el empoderamiento puede ser
otorgado por las agencias, mediante la puesta en marcha de proyectos diseñados
desde arriba y desde afuera de las destinatarias en los que, supuestamente, la
simple participación de las mujeres en actividades específicas garantizaría como
resultado final su empoderamiento.
Un mecanismo de transferencia de poder de este tipo es incompatible con los
objetivos del empoderamiento porque este no es un proceso lineal con un inicio y un
final definidos de manera igual para todas las mujeres, sino que requiere que éstas
libremente analicen y expresen sus propias necesidades y prioridades, sin que estas
puedan ser predefinidas o impuestas por los planificadores. En conclusión, entender
el empoderamiento como un proceso de abajo arriba implica que los organismos de
desarrollo no pueden reclamar que empoderan a las mujeres. Las mujeres deben
empoderarse ellas mismas. Sin embargo, el apoyo externo es importante en el
proceso de cambio.

Longwe y Clarke Asociados (1997) han elaborado un marco de análisis sobre el


empoderamiento de las mujeres que desarrolla de manera muy consistente sus
características de proceso. Consideran que el desarrollo es ante todo un proceso que
permite obtener y mantener mayor acceso a recursos y bienestar y que requiere el
involucramiento de los grupos objetivo en la tarea de reconocer y superar sus propios
problemas. En cuanto al empoderamiento, estos autores lo definen como un proceso
de desarrollo de las mujeres que se logra mediante la superación de las
desigualdades existentes entre los hombres y las mujeres. Se trata de un proceso
que no es lineal sino circular, y que discurre a lo largo de cinco niveles de igualdad
que ascienden progresivamente hacia cuotas superiores de empoderamiento y
desarrollo:

Nivel uno: el bienestar, en áreas como la salud, el acceso a alimentos o los ingresos.
La brecha de género en este nivel se mide por las disparidades en las tasas de
mortalidad o de desnutrición, y se deriva directamente de la desigualdad en el
acceso a los recursos.

Nivel dos: el acceso a los recursos para la producción (tierra, créditos, servicios), a la
educación, el empleo remunerado y la capacitación. La brecha de género en este
nivel se refiere tanto a los recursos como a las oportunidades.

Nivel tres: la toma de conciencia sobre la desigualdad de género. En este nivel se


sitúan las creencias sobre el carácter natural de la posición inferior de la mujer y la
división genérica del trabajo. Empoderamiento significa cuestionamiento de tales
creencias y reconocimiento de que la subordinación de las mujeres no es parte del
orden natural de las cosas sino impuesto por un sistema de discriminación
socialmente construido y que puede ser cambiado.

Nivel cuatro: la participación en el proceso de desarrollo. La brecha de género en la


participación es visible y fácilmente cuantificable, y se expresa en términos de
desigual participación en la toma de decisiones.

Nivel cinco: el control sobre los factores de producción para asegurar acceso
igualitario a los recursos y a la distribución de los beneficios. Es la mayor
participación de las mujeres en la toma de decisiones la que conduce a una situación
de igualdad en el control, caracterizada por un equilibrio de poder entre mujeres y
hombres, de modo que ninguna parte se coloca en una posición de dominación.

Longwe y Clarke resaltan que la toma de conciencia sobre el sistema de


desigualdades entre hombres y mujeres es la clave para el cambio.

El empoderamiento es un asunto relacional, un tercer tema de consenso entre las


feministas del desarrollo es que el empoderamiento de las mujeres es un proceso de
cambio que afecta al conjunto de las relaciones sociales, entre ellas las de género,
en que están inmersas las mujeres. A diferencia de algunos enfoques que
consideran el empoderamiento de las mujeres como algo que ocurre en ellas al
margen de las relaciones e instituciones sociales que enmarcan y constriñen sus
campos de actuación (una especie de autorrealización ensimismada), la visión
feminista considera que las mujeres se empoderan siempre en relación a un otro
respecto del cual estaban desempoderadas. Ese otro puede ser el marido, padre o
líder comunitario que restringía su capacidad de ser y hacer según su propia
voluntad, las normas y pautas culturales que restringían su libertad de movimiento, o
las estructuras económicas y políticas que limitaban sus oportunidades de acceso a
los recursos. Incluso si atendemos al carácter de proceso del empoderamiento, las
mujeres pueden empoderarse, o desempoderarse, en relación a sí mismas en
determinados momentos de su pasado.
Las mujeres, por tanto, se empoderan en el contexto de sus relaciones sociales.
Dado que estas están determinadas y/o atravesadas por las relaciones que
establecen con los hombres, el empoderamiento de las mujeres incluye el
cuestionamiento de las relaciones de poder entre los géneros y su sustitución por un
conjunto de arreglos más equitativos que los actualmente existentes. Según
Rowlands (1997) “el empoderamiento de las mujeres es un asunto de género y no
simplemente un asunto de mujeres”, porque tiene que ver con la transformación de
las relaciones sociales y, en particular, de las relaciones sociales basadas en la
diferencia sexual. En sus investigaciones sobre cómo se empoderan las mujeres
rurales ha constatado que estas se ven forzadas a confrontar las relaciones de
género más cercanas cuando desean participar en proyectos generadores de
ingresos o en las organizaciones comunitarias, y expresan que donde su proceso de
empoderamiento encuentra más dificultades para avanzar es precisamente en el
ámbito doméstico, lo que no es extraño puesto que “la familia es la última frontera de
cambio en las relaciones de género... Uno sabe que el empoderamiento ha ocurrido
cuando éste ha cruzado el umbral del hogar” (Batliwala 1997) Dado que para salir de
sus hogares tienen a menudo que renegociar el orden doméstico establecido, el uso
del recurso tiempo en la familia o las pautas de toma de decisiones en la pareja, su
empoderamiento involucra cambios en las actitudes y comportamientos de los
hombres.

Por último, la equidad no puede lograrse solamente cambiando los papeles y


responsabilidades atribuidos a las mujeres. Las identidades femenina y masculina
están estrechamente relacionadas entre sí, y las relaciones que establecen las
mujeres y los hombres son de conflicto pero también de cooperación, por lo que
cambios en las identidades y roles de las mujeres acarrearán, inevitablemente,
cambios en los de los hombres.

Kabeer (1999) ha deducido que el proceso de cambio que lleva a que personas o
colectivos carentes de poder se empoderen requiere la combinación de tres
elementos interrelacionados: recursos, agencia y logros. En este esquema, la
agencia expresa la habilidad de las personas para utilizar los recursos a su alcance,
a fin de lograr unos resultados valiosos en términos de la vida que desean vivir. Los
recursos son definidos en un sentido amplio e incluyen tanto los materiales como los
recursos humanos y sociales que fortalecen la habilidad de la gente para elegir cómo
quiere vivir. La agencia es la habilidad de una persona para definir sus propias metas
y actuar para conseguirlas. La agencia puede ser ejercida individual o
colectivamente, y aunque a menudo adopta la forma de participación en la toma de
decisiones dentro y fuera del hogar, en otras ocasiones puede expresarse como
negociación, manipulación, subversión y resistencia, e incluso de maneras más
intangibles como la reflexión y el análisis. Basándose en las distinciones de Sen
entre “libertad positiva” y “libertad negativa”, Kabeer ha relacionado la agencia con
las distintas formas del poder, señalando que aquella tiene un significado positivo, en
tanto puede ser vista como capacidad para definir las propias elecciones vitales y
perseguir las propias metas (poder “para” o libertad positiva), pero también un
sentido negativo si se entiende como capacidad de imponer las metas propias sobre
otros en contra de sus deseos (poder “sobre” o “libertad negativa”).

En este sentido, Agarwal (1997) considera que no cuestionar las discriminaciones


sufridas puede ser una forma de “adhesión estratégicamente calculada a las normas
y prácticas sociales que niegan a las mujeres la posibilidad de elegir”, en tanto que
Kabeer (1999) ha señalado que “elegir no elegir puede ser también un ejercicio de
agencia, característico de quienes aún no han logrado una conciencia crítica sobre
los profundos niveles de la realidad en que se asienta el orden social de género”.

En sus intentos de medir el empoderamiento, Kabeer ha señalado tres ámbitos


donde se expresan, y se pueden evaluar, los cambios en la agencia de las mujeres:
la participación en la toma de decisiones, la movilidad en el ámbito público y la
violencia masculina.

Por lo general, las principales decisiones económicas y políticas son reservadas a los
hombres mientras que las mujeres juegan un papel más significativo en las
decisiones económicas de menor trascendencia o en las relacionadas con el cuidado
de personas dependientes. También es importante diferenciar el nivel de
involucramiento que las personas tienen en el proceso de decidir, pues no es lo
mismo “participar en” que “tener la última palabra sobre”. Igualmente, hay que
distinguir entre la “función de decidir” (sobre cómo se asignan los recursos del hogar,
por ejemplo) y la “función de gestionar” cómo se lleva a cabo la decisión adoptada.

El segundo ámbito tiene que ver con la movilidad de las mujeres en los espacios
públicos, y es particularmente útil para evaluar los avances en la agencia de las
mujeres en sociedades con una rígida segregación física de los géneros y donde la
movilidad femenina en las esferas públicas está sujeta a normas muy restrictivas.

Según Kabeer (1999) El tercer ámbito, por último, guarda relación con la violencia
masculina, definida como “la habilidad de los hombres para recurrir a la fuerza física
a fin de imponer sus propias metas o impedir que las mujeres logren las suyas”
Asumiendo que la violencia masculina es una expresión del poder de los hombres
sobre las mujeres, que tiene lugar en el marco de relaciones interpersonales pero
recibe legitimación y apoyo estructural, las evidencias muestran un doble patrón de
comportamiento: por un lado, los datos cuantitativos sugieren que las mujeres de
mayor edad, con hijos varones, con nivel educativo o que aportan ingresos al hogar
tienen menos probabilidad de ser golpeadas por sus maridos que las jóvenes, sin
hijos varones, educación o ingresos propios. Por otro, investigaciones cualitativas
muestran que la violencia masculina parece exacerbarse cuando las mujeres
acceden a créditos, lo que indicaría que los hombres “no siempre aceptan
amablemente las intervenciones que desestabilizan el balance de poder en el hogar
y que los procesos de empoderamiento pueden a veces implicar un aumento de la
violencia masculina porque cuestionan el estatus quo del poder de género”. Es por
ello fundamental diferenciar las situaciones en que la violencia de los hombres es
una afirmación del poder masculino sin que medien cambios en las mujeres, de
aquellas otras donde la violencia es un intento de afirmar el poder masculino en
respuesta a cambios en la agencia de las mujeres. Comprender los factores que
conducen a los hombres a ejercer violencia contra las mujeres no está reñido con
condenar esta, y puede ayudar a ir más allá de la ecuación “hombre violento-mujer
víctima” para reconocer que en algunas situaciones la violencia masculina puede ser
una respuesta a la agencia y la afirmación de sus derechos por parte de las mujeres.
La literatura sobre medición del empoderamiento ha propuesto diversos indicadores
para evaluar los logros alcanzados, desde la salud de los hijos y el uso de
anticonceptivos hasta la libertad de movimientos, la autonomía financiera o el
cuidado de la propia salud.

Mosedale (2003) se ha basado en estas consideraciones para definir el


empoderamiento como el “proceso por el cual las mujeres redefinen y extienden lo
que es posible para ellas hacer y ser, en situaciones donde ellas habían tenido
restricciones, en comparación con los hombres, para ser y hacer lo que desean”.
Esta autora plantea que, aunque esta definición está cercana a la de Kabeer,
presenta dos ventajas adicionales: por un lado, visibiliza que el desempoderamiento
de las mujeres es un asunto de género (es su identidad de género femenina lo que
las desempodera, tanto en el hogar como en los espacios públicos); por otro, enfatiza
el hecho de que cuando unas mujeres logran expandir las fronteras de lo que les es
permitido, estas se expanden no sólo para ellas sino para todas las mujeres en
general, tanto las actuales como las futuras.

Los espacios privilegiados para generar estas reflexiones son los “talleres”, cuyo
desarrollo combina elementos de los grupos de autoconciencia feminista con
aquellos propios de la educación popular. Los talleres ofrecen a las mujeres un
espacio de encuentro con otras para que, desde el intercambio de experiencias y la
reflexión colectiva, se den cuenta de que su vivencia personal está inscrita en un
contexto social y puedan superar la sensación de aislamiento e inadecuación,
asumiéndose como parte de un colectivo cuyos malestares tienen causas
estructurales.

Según Dighe y Jain (1989) “A partir de un estado de impotencia que se manifiesta en


un sentimiento de ‘yo no puedo’, el empoderamiento contiene un elemento de
confianza colectiva en sí mismas que tiene por resultado un sentimiento de ‘nosotras
podemos’” De su estudio sobre numerosas ONG asiáticas comprometidas con el
empoderamiento de las mujeres, Según Batliwala (1997) la concientización es el
camino más adecuado porque el empoderamiento requiere, en primer lugar y sobre
todo, que las mujeres comprendan los complejos factores que generan su
subordinación y se movilicen para enfrentarlos. Su enfoque combina tres elementos:
a) La capacitación de género. Es la herramienta principal pues facilita el proceso de
revisión crítica de los mensajes interiorizados sobre la feminidad que conduce a una
nueva conciencia sobre las propias capacidades y prioridades. b) La actuación de las
agentes externas. Son activistas que asesoran a las mujeres en su acceso a
informaciones y conocimientos nuevos para que desarrollen un pensamiento crítico
hacia la ideología y las instituciones que sostienen la desigualdad de género. c) La
formación de grupos de mujeres. Dado de los cambios radicales no son sostenibles
si se limitan a unas pocas personas, es necesario crear las condiciones para que las
mujeres rompan su aislamiento individual y se organicen en colectividades estables
desde las que impulsan estrategias de cambio que impactan más allá de sus
relaciones cercanas.

Ganar poder junto con otras (el poder “con”) Esta forma de poder tiene que ver con la
acción colectiva: es un poder que multiplica los poderes individuales al asumir que un
grupo actuando coordinadamente logra más que las personas aisladas. Según Deere
y León (2000) la capacidad de un colectivo para presentar una solución común a sus
problemas, permitiendo que todas las potencialidades se expresen en una agenda
grupal que también se asume individualmente.

Mosedale (2003) ha recalcado la importancia de que las mujeres tengan la


oportunidad de transitar del “yo” al “nosotras” en su análisis de sus condiciones de
vida, para construir una identidad colectiva que, según Kabeer (1998), sostiene “la
mayoría de las estrategias de empoderamiento de las mujeres”. Ahora bien, la
conciencia del “nosotras” no surge espontáneamente sino que requiere la existencia
de relaciones entre las mujeres y la reflexión conjunta en torno a sus vivencias de la
feminidad. La conciencia de formar parte de un sujeto colectivo se construye con la
subjetividad individual y con la empatía hacia las experiencias ajenas, y su expresión
más clara es que deja de tener sentido el ente abstracto “la mujer” para que cobren
sentido “las mujeres” pero, dado que no hay una única manera de ser mujer -son
muchos los factores que tiñen la experiencia personal: edad, opción sexual, lugar de
residencia, condición laboral, nivel de ingresos, pertenencia étnica, discapacidades
visibles, experiencia política, creencias religiosas-, la forma en que se integra la
diversidad femenina tiene un papel relevante, requiere capacidad para reconocer e
integrar las experiencias particulares, así como voluntad política para diseñar
actuaciones alrededor de las necesidades e intereses de los distintos colectivos
femeninos. Para afianzar la identidad colectiva es necesario crear estructuras
organizativas que puedan sostener la energía y entusiasmo femeninos. El
surgimiento de numerosas organizaciones de mujeres ha sido el fenómeno
sociopolítico más pujante en las últimas tres décadas en todo el mundo. Estas
adoptan la forma de “grupos de base” (integrados por mujeres de una misma
comunidad generalmente reunidas en torno a sus necesidades prácticas),
asociaciones de afiliación masiva en ámbitos rurales y urbanos, grupos feministas
centrados en la reflexión, difusión o intervención política, organizaciones dedicadas a
la promoción y el desarrollo de las mujeres, entidades “paraguas” de ámbito local,
regional o nacional, redes continentales e incluso plataformas de alcance mundial. La
capacidad para crear, sostener y ampliar sus propias organizaciones es uno de los
indicadores centrales del empoderamiento de las mujeres. Lo que Evans (1979) ha
denominado “condiciones para el desarrollo de una identidad colectiva insurgente”
resume los entornos necesarios para que las mujeres se empoderen colectivamente:
a) espacios sociales donde ellas puedan sentirse valoradas y seguras; b) modelos
alternativos proporcionados por mujeres que rompen pautas de sumisión o pasividad;
c) ideas que expliquen las causas de la opresión, justifiquen la rebeldía e imaginen
un futuro radicalmente distinto; d) respuestas sociales a su nueva identidad que
fuercen a cada mujer a confrontar las creencias heredadas, y e) una red que permita
expandir las nuevas visiones y activar un movimiento social.

Los estudios sobre el potencial empoderador de la alfabetización han llevado a


Stromquist (1997) a plantear que, para las mujeres, la principal puerta de entrada a
los procesos de empoderamiento es su organización colectiva. Salir de casa y
participar en algún tipo de iniciativa grupal o empresa colectiva que sea exitosa es
útil para que las mujeres desarrollen un sentido de capacidad que incrementa su
autoestima y autonomía, siendo el factor clave la existencia de un grupo pequeño y
cohesionado donde se dé una identificación estrecha entre sus integrantes.
Stromquist ha sistematizado el proceso de empoderamiento como una cadena de
eventos que comienza con la participación de las mujeres en un grupo pequeño que
realiza actividades de generación de ingresos, de apoyo mutuo en necesidades
básicas o de mejora de servicios comunitarios, y a través de las cuales las mujeres
obtienen experiencias valiosas que potencian su autoconfianza y sus habilidades de
liderazgo. La reflexión colectiva sobre sus condiciones de vida les permite una mejor
comprensión de las estructuras que afectan sus existencias cotidianas y les motiva a
actuar en el ámbito público-local, lo que fortalece su sentido de competencia
personal y mejora sus capacidades de negociación de las relaciones familiares. El
diagrama siguiente presenta la secuencia teórica de eventos en el proceso de
empoderamiento:

Según Stromquist (1997)

Participación en pequeños grupos con una agenda colectiva -> Comprensión de los
mecanismos de dominación. Organización y movilización. Constitución de una
agenda política más amplia.

Nivel micro -> Nivel macro.

Mayor libertad y sentido de competencia personal. -> Agenda política amplia.

Redefinición de los valores femeninos. -> Nuevos acuerdos colectivos.

Renegociación de las relaciones domésticas. -> Ciudadanía transformada.

Ahora, según VeneKlasen y Miller (2002) El poder que se enfrenta y el poder


que se construye en los procesos de empoderamiento son los siguientes:
PODER VISIBLE PODER OCULTO PODER
INVISIBLE

Expresiones, Reglas de juego Exclusión de Prácticas y


mecanismos y formales de la ciertos grupos de normas culturales
formas del poder. sociedad: - la toma de disuaden a la
Instituciones y decisiones gente de actuar
funcionariado - Deslegitimación para el cambio
Instrumentos: de líderes y temas Grupos excluidos
políticas, leyes, Reglas y interiorizan
constituciones, procedimientos se sentimientos de
regulaciones, vuelven invisibles apatía, sumisión,
convenciones, etc. (intimidación, culpabilidad La
coerción, información crucial
desinformación, está oculta o es
cooptación) inaccesible

Estrategias para Incidencia, Fortalecer Concientización y


enfrentar el cabildeo, capacidades de educación popular
desempoderamiento monitoreo de organizaciones y para la
y la exclusión. políticas públicas movimientos autoestima,
Negociación y sociales Construir ciudadanía,
acción legal estructuras y trabajo asociativo
Difusión y liderazgos que Fortalecer la
sensibilización rindan cuentas identidad
Investigación de Movilización y colectiva,
políticas, reportes demostración de solidaridad y
sombra fuerza a través de resistencia
Movilizaciones, la acción directa Vincular temas
campañas, Difusión de datos cotidianos con
participación que legitimen los derechos
electoral. temas de los Investigar y
grupos excluidos. difundir la
información oculta.

Promoción del Promoción del Promoción del


PODER PARA. PODER CON. PODER
INTERIOR.

Según Liderazgo Global-Local para niñas - adolescentes - mujeres - 4GGL (2017) en


la primera encuesta mundial sobre el tema de empoderamiento en mujeres, dirigida
únicamente a aquellas, los resultados arrojados brindaron estas conclusiones: Las
jóvenes actualmente poseen más número de opciones y tienen más manejo de
control en sus vidas, existen más opciones en el ámbito de educación y de carrera.
Las mujeres desean arriesgarse a retos; escogiendo carreras que se consideran
“difíciles” para ellas y buscan una remuneración a la par con el varón y puestos de
mando; también quieren les gustaría un mejor desarrollo personal e íntegro (físico y
mental), en este proceso entendieron que el cambio empieza de su misma persona:
donde el gobierno, los amigos y la familia no brindan la mínima ayuda. Para finalizar,
las mujeres se convierten en agentes de cambio por la autoconsciencia, una
estrategia de conocer quiénes son, y su propia experiencia. Como conclusión de la
investigación que se realizó: El empoderamiento es apoyar a las mujeres en la
autorrealización de su poder interno y a superarse a nivel personal y profesional.

Según Red de Información de Población de las Naciones Unidas - Popin & División
de Población de las Naciones Unidas, Departamento de Asuntos Económicos y
Sociales, con el apoyo del Fondo de Población de las Naciones Unidas – UNFPA,
(1990) Reconoce que en cualquier parte del mundo, toda mujer lidia con amenazas
tanto de su vida, como en su salud y bienestar, así como se les brinda menos
servicios de educación. Es necesario brindar equilibrio a sus desproporcionadas
responsabilidades hogareñas, el que se elimine las responsabilidades legales e
impedimentos sociales para su participación en la esfera pública, se elimine el
espectro de la violencia doméstica y sexual de su vida cotidiana y aumente la
conciencia social a través de programas efectivos de educación y comunicación de
masas.

Según estas organizaciones, el empoderamiento de las mujeres tiene cinco factores:

1. Sentido de la autoestima de las mujeres.


2. Derecho al acceso de determinar sus elecciones.
3. Derecho al acceso a oportunidades y recursos.
4. Derecho al acceso el poder controlar su propia vida, tanto en casa como fuera
del hogar.
5. Capacidad para influenciar a los demás, para crear una vida justa, tanto en el
ámbito social como en el económico.

Es importante la colaboración en todas las esferas de vida, es fundamental, por el


logro de todos los principales objetos de desarrollo - democracia y derechos
humanos, desarrollo sostenible, erradicación de la pobreza, etc.

Según Castro (2014) existen seis esferas de vida para la autorrealización del ser
humano y son las siguientes:

1. VIDA FAMILIAR: Pertenecer a un grupo primario, desde la infancia.


2. VIDA SOCIAL: Amistad y masas que brindan el crecimiento de uno mismo.
3. VIDA FISICA: Cuerpo, salud e higiene, estrecha la relación entre lo físico y lo
emocional, también significa poseer una imagen positiva de nosotros mismos
y un buen desarrollo de autoconcepto.
4. VIDA INTIMA: Sentido de pertenecer a un grupo que proporciona seguridad,
afecto, identificación y refugio.
5. VIDA LABORAL: Ejecutar una profesión. Constituye una fuente de crecimiento
y realización personal. Sentido de brindar y perfeccionar el desarrollo de
habilidades del cada ser humano.
6. VIDA FINANCIERA: Capacidad para manejar el dinero; el sentido de
propósito.

Según UNFPA, (1990) El empoderamiento de la fémina es una necesidad previa


importante para la salud reproductiva sana y se requiere que aquellas hayan
aumentado en porcentaje respecto al acceso de recursos, educación, trabajo, que
sus derechos y libertades básicas se promocionen y les aporten una toma de
decisiones libres de amenaza-chantaje y discriminación, así como también se les
brinde una educación para la esfera familiar e información pública para los
adolescentes para que de esta forma se fomente la sexualidad responsable, el
respeto por las féminas y la equidad también son importantes para mejorar el rol y el
status de mujeres en la sociedad.

Según ONU Mujeres (2017) “Existe una brecha entre la equidad de género tanto en
los varones como en las mujeres, las cuales se encuentran muy rechazadas en el
acceso a la tierra, el mérito y el trabajo decente. Sufren más la pobreza, la
discriminación de sexo y la explotación a su persona. La discriminación de género
implica que a comúnmente las mujeres terminan ejecutando trabajos eventuales y
mal remunerados, y son pocas las mujeres que se encuentran en puestos de mando
seguros. Se necesitaría romper los diversos obstáculos que perjudican a las mujeres
a tomar las oportunidades de mejor remuneración económica que se les presenta e
impulsar el empoderamiento económico de las mujeres, el cual ayuda a la equidad
de género y el poseer un buen status económico”.

Según Rodríguez (2018) la equidad entre varón - mujer está resguardad por la
equidad de género en el uso de los servicios y bienes sociales, eliminando la
discriminación entre sexos y no favoreciendo, al varón sobre la mujer, en los
aspectos que conforman la vida social, como sucedía, con frecuencia en décadas
atrás en la sociedad.
Existen requisitos para la igualdad de género: “Los derechos, la responsabilidad y las
oportunidades de cada persona no dependerán de si aquella es varón o fémina” sin
embargo, para que la equidad de género pueda darse han de generarse dos
acontecimientos imprescindibles. Por una parte, equidad de oportunidades y por otra
crear una serie de condiciones para aprovechar estas oportunidades. Debemos tener
presente que igualdad de género significa crear patrones para aquellas
oportunidades actuales y distribuirlas exactamente entre ambos sexos. Varones y
féminas han de tener las mismas oportunidades de desarrollo en todos los ámbitos
existentes; ya sea a nivel personal, la oportunidad de crecer profesionalmente,
realizarse a uno mismo como ser humano y obtener felicidad como consecuencia,
así como en el poseer reconocimiento en el ámbito laboral, con la profesión que se
ejerce. El estado, ha de garantizar que los recursos se asignen de manera
proporcional. “Hombres y mujeres serán tratados con justicia de acuerdo a sus
propias necesidades. La solución que se brinde a cada uno varia en ser diferente o
no, sin embargo sirve en términos de derechos, beneficios, obligaciones, y
oportunidades”. Mencionando la igualdad de género en la oficina; la mujer no debería
aceptar un pago inferior respecto al que se le concede al varón puesto que ambos
pueden desempeñar las mismas actividades en lo que al ámbito laboral se
refiere, por lo que necesitan obtener lo mismo en función de su reconocimiento y no
debe existir un sexo favorecido. Con independencia del género se debe recibir igual
remuneración en un mismo empleo, con las mismas responsabilidades y
obligaciones.

Según la ONU (2006) “El concepto de empoderamiento surge en las


organizaciones populares, entre ellas, las organizaciones feministas, y de ser
un concepto pasa a ser un enfoque de trabajo útil para el análisis y la
planificación en el desarrollo”.

Este proceso debe consistir en introducir en la toma de decisiones a aquellas


personas que se encuentran fuera del mismo, esto genera por consiguiente,
un impulso al acceso dentro de las estructuras políticas y el acceso a
mercados e ingresos que permitan participar dentro de la toma de decisiones
en el ámbito económico.

Es así como el empoderamiento se vincula con aquellos elementos


intangibles como la toma de conciencia en relación con los propios intereses
de las personas y de cómo estos se relacionan con los intereses de los
demás, lo que genera un fortalecimiento de una posición más solvente en la
toma de decisiones.

Desde el punto de vista de las corrientes feministas la interpretación del


concepto de “poder” es visualizada de manera más amplia, dado que
exploran elementos que van más allá de de las definiciones formales o
institucionales del poder, ya que desde esta perspectiva se incorpora la idea
que la dimensión personal es política y desde este mismo punto de vista la
interpretación del concepto “poder sobre”, nos remite a la comprensión de la
dinámica de la opresión como un elemento que obstaculiza en la
participación dentro de los procesos de toma de decisiones tanto formales
como informales y así mismo de poder influenciar dentro de los grupos
menos poderosos, por otro lado afecta de igual forma en autopercepción de
los individuos y de los grupos con respecto a la capacidad de influencia
dentro de sus realidades.

Sin embargo, desde la perspectiva de las fuerzas, se define al


empoderamiento como fundamental, ya que este planteamiento lo que busca
es otorgar poder a los sujetos, Cowger describe este proceso visualizando a
los individuos como el combustible o energía necesarios para dicho proceso.
(Citado en Salazar; s/d: 10)

Como se define en Rowlands (citado en el Diccionario de Acción Humanitaria


y Cooperación al Desarrollo; s/d) existen tres dimensiones de
empoderamiento:
a) Personal, como desarrollo del sentido del yo, de la confianza y
la capacidad individual.
b) Relaciones Próximas, como capacidad de negociar e influir en la
naturaleza de las relaciones y las decisiones.
c) Colectiva, como participación en las estructuras políticas y
acción colectiva basada en la cooperación.

Desde esta perspectiva se define a este proceso por el Banco Mundial como:

“La expansión de la libertad de elección y acción. Esto significa incrementar


la propia autoridad y control sobre los recursos y las decisiones que afectan
la propia vida. En la medida en que la gente ejerce el escoger real, tiene
mayor control sobre su propia vida”.

Por lo que entenderemos como empoderamiento a un proceso que va más


allá del acceso dentro de la toma de decisiones ya que este concepto
también comprende al proceso que permite a los individuos percibirse a sí
mismos como seres capaces de transformar su realidad y con el derecho a
ocupar un espacio decisorio dentro de distintos contextos sociales, en donde
la reflexión y conciencia individual serán los elementos claves que permitirán
potenciar este proceso.

Mujer y Empoderamiento

El empoderamiento de las mujeres es visualizado por el Banco Mundial como


un elemento clave para la reducción de la pobreza, ya que por un lado
permite un bienestar humano y justicia social, mientras que por otro, el
bienestar de la mujer es definido como un medio para otro fin.

Sen, (citada en Maddaleno y Gómez: 2005) define al empoderamiento de las


mujeres como la alteración de las relaciones que constriñen las opciones de
las mujeres, su autonomía y afectan en forma adversa su salud y bienestar,
por otro lado, Kabeer (citada en Maddaleno y Gómez: op. cit) se refiere a
este proceso como la expansión de la habilidad de las mujeres para hacer
elecciones de vida estratégicas en un contexto en donde previamente se les
había negado.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (1995) plantea que el


género y el empoderamiento son enfoques que se complementan en cuanto
a poder alcanzar la equidad en el acceso a oportunidades, participación y
desarrollo. Esto permitiría la emergencia de liderazgos femeninos, como
medios representativos en el ejercicio de ciudadanía, es así como, el
empoderamiento de las mujeres es reconocido como uno de los objetivos de
desarrollo del milenio.

1.4. Formulación del problema

¿Cuáles son los efectos de un programa de empoderamiento en la percepción de


equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada cesar Vallejo de la
ciudad de Piura, año 2018?

Preguntas específicas

¿Cuáles son los efectos del factor vida familiar en la percepción de equidad de
género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la
facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura,
año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor vida social en la percepción de equidad de género
en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la facultad
de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año
2018?
¿Cuáles son los efectos del factor cuidado de la vida física en la percepción de
equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad
de Piura, año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor vida íntima en la percepción de equidad de género
en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la facultad
de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año
2018?

¿Cuáles son los efectos del factor vida laboral en la percepción de equidad de
género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la
facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura,
año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor vida financiera en la percepción de equidad de
género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la
facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura,
año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor autoconcepto en la percepción de equidad de


género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la
facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura,
año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor autoestima en la percepción de equidad de género
en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la facultad
de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año
2018?

¿Cuáles son los efectos del factor toma de decisiones en la percepción de equidad
de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de
la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de
Piura, año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor control de vida dentro del hogar en la percepción
de equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino del
primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la
ciudad de Piura, año 2018?

¿Cuáles son los efectos del factor control de vida fuera del hogar en la percepción de
equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad
de Piura, año 2018?

1.5. Justificación

El programa de empoderamiento en la percepción de equidad de género en los


estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la facultad de
psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018,
es importante por las siguientes razones:
1. Tiene utilidad ya que no es una actividad que se desarrolle muy seguido, puesto
que existe muy poco material sobre este tema y no se acostumbra utilizar una
población femenina.
2. El presente estudio se ha desarrollado para tener conocimiento y aportar a la
sociedad una herramienta que pueda servir en adelante para los que quieran
investigar el tema a profundidad.
3. Aumentar autoestima e independencia en los estudiantes universitarios del género
femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César
Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.
4. Por último se considera importante ya que se observarán los efectos de un
programa de empoderamiento en la percepción de equidad de género en los
estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la facultad de
psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, en el
presente año.

1.6. Objetivo de la investigación

Objetivo General
Determinar los efectos de un programa de empoderamiento en la
percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios del
género femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la
universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Objetivos Específicos

Determinar los efectos del factor vida familiar en la percepción de equidad


de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de
la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor vida social en la percepción de equidad


de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor cuidado de la vida física en la percepción


de equidad de género en los estudiantes universitarios del género
femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad
privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor vida íntima en la percepción de equidad


de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018.
Determinar los efectos del factor vida laboral en la percepción de equidad
de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor vida financiera en la percepción de


equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino
del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada
César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor autoconcepto en la percepción de equidad de


género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer ciclo de la
facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura,
año 2018.

Determinar los efectos del factor autoestima en la percepción de equidad


de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de
la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor toma de decisiones en la percepción de


equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino
del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César
Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor control de vida dentro del hogar en la
percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios del
género femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la
universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Determinar los efectos del factor control de vida fuera del hogar en la
percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios del
género femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la
universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

1.7. Hipótesis
Hipótesis General
Los efectos un programa de empoderamiento influyen la percepción de
equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino
del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César
Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Hipótesis Específicas

Los efectos del factor vida familiar influyen en la percepción de equidad de


género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de
la ciudad de Piura, año 2018.

Los efectos del Factor vida social influyen en la percepción de equidad de


género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018.

Los efectos del factor cuidado de la vida física influyen en la percepción de


equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino
del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada
César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018.

Los efectos del factor vida íntima influyen en la percepción de equidad de


género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018.
Los efectos del factor vida laboral influyen en la percepción de equidad de
género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de
la ciudad de Piura, año 2018.

Los efectos del factor vida financiera influyen en la percepción de equidad


de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo de
la ciudad de Piura, año 2018

Los efectos del factor autoconcepto influyen en la percepción de equidad


de género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018

Los efectos del factor autoestima influyen en la percepción de equidad de


género en los estudiantes universitarios del género femenino del primer
ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada César Vallejo
de la ciudad de Piura, año 2018

Los efectos del factor toma de decisiones influyen en la percepción de


equidad de género en los estudiantes universitarios del género femenino
del primer ciclo de la facultad de psicología de la universidad privada
César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018

Los efectos del factor control de vida dentro del hogar influyen en la
percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios del
género femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la
universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018

Los efectos del factor control de vida fuera del hogar influyen en la
percepción de equidad de género en los estudiantes universitarios del
género femenino del primer ciclo de la facultad de psicología de la
universidad privada César Vallejo de la ciudad de Piura, año 2018

II. MÉTODO

Tipo de estudio

El tipo de estudio es no experimental porque no existe manipulación del factor de


estudio por el investigador y por la aleatorización de los sujetos en dos grupos: grupo
experimental y grupo control.

2.1. Diseño de investigación

El presente diseño es cuasi experimental, es decir una investigación en la que existe


una respuesta y una hipótesis para contrastar, con aplicación pre post test con un
grupo control, significando un estudio antes-después de un sólo grupo o con grupo
control.

2.2. Variables, operacionalización

2.3. Población y Muestra

El presente trabajo de investigación cuenta con una población de 1515 alumnos del
primer ciclo de la carrera profesional de psicología, en la universidad César Vallejo
filial Piura - Perú, contando con una muestra de 50 estudiantes la cual fue escogida
mediante un muestreo aleatorio estratificado, dividiendo las 50 estudiantes en 25
para grupo control y 25 para grupo experimental, respectivamente.

2.4. Técnicas de recolección

Observación, entrevista.

2.5. Instrumento

Encuesta.
ASPECTOS ÉTICOS

RESULTADOS

DISCUSIÓN

CONCLUSIONES

RECOMENDACIONES
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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