COMENTARIO

Este texto es central en el NT. Porque es la afirmación mas clara de una realidad sobrecogedora,
que no ha entrado todavía en la mente de muchos cristianos. Se trata de que Dios, “el invisible”,
se ha hecho “visible” en Jesús. Esto significa que Dios se nos ha revelado en Jesús. Es decir, lo
que nosotros podemos conocer de Dios, es lo que sabemos de Jesús. De ahí que, con toda razón,
Jesús le dice a Felipe: “Quien me ha visto a mi, ha visto al Padre”. ¿Por qué? Porque Jesús está
en el Padre y el Padre está en Jesús.

Jesús empieza hablando del “conocimiento de Dios”. Así Jesús plantea y resuelve el problema
más profundo que nos presenta el hecho religioso. Dios por definición, es el Trascendente. Hay
que decirlo sin miedo. Dios es el “Absolutamente Otro”. Lo que representa que Dios no está a
nuestro alcance. Por eso, a veces, es una ignorancia o una ingenuidad hablar de Dios como si lo
conociéramos al detalle. De aquí nacen todos los problemas que nos presenta el tema de Dios y
las imágenes que nos hacemos de Él. Entonces, ¿hay alguna solución?

La solución que ha encontrado el cristianismo, está en Jesús. La solución está en el conocimiento

que tenemos de Jesús. Porque Dios se nos revela en Jesús. Esto es lo que Jesús le dice a Felipe,
cuando éste le pide: “Muestranos al Padre”. La respuesta es sorprendente: Felipe: “¿No me
conoces?”. La clave está en el conocimiento de Jesús. Pero el conocimiento de Jesús no se
alcanza estudiándolo, sino siguiéndolo. La clave está en el seguimiento de Jesús.

Ver a Jesús, es ver a Dios. En esta sentencia se concretan el dato y la experiencia fundamental
del cristianismo. Dios, es Trascendente, se ha hecho visible en un hombre. Así, en Jesús, se
unieron “lo divino” y “lo humano”, de modo que por esto se modifica no solo la forma de
entender “lo divino”, sino también nuestras posibilidades de vivir honradamente “lo humano”.
El gran misterio insondable de Dios se ha hecho presencia humana en lo humano. Quizás
cuando tomemos enserio el seguimiento de Jesús, podremos ir caminando hacia unas
respresentaciones o imágenes del Trascendente mas sanas.