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Es divertido ver como los profesores de filosofía coquetean con el panteísmo como
con una fruta prohibida y no tienen el valor de cogerla. Su conducta al respecto la he
descrito ya en el tratado Sobre La Filosofía De La Universidad, en donde recordábamos
al tejedor Bottom en El Sueño De La Noche De San Juan. ¡Oh, qué amargo pan es el
de las cátedras de filosofía!
...Primero hay que bailar al compás del ministro y, una vez que se ha hecho con
suficiente gracia, por fuera puede uno ser atacado por los salvajes devoradores de
hombres, los verdaderos filósofos: ellos son capaces de guardárselo y llevarlo
consigo para sacarlo ocasionalmente como un polichinela de bolsillo, a fin de
divertir en sus exposiciones.
§ 69 En contra del panteísmo no tengo principalmente más que esto:
Que No Dice Nada. Llamar «Dios» al mundo no significa explicarlo sino sólo enriquecer
el lenguaje con un superfluo sinónimo de la palabra «mundo». El que digáis «el
mundo es Dios» o «el mundo es el mundo» viene a ser lo mismo.
...Mas cuando se parte de lo realmente dado, es decir, del mundo, y se dice: «El
mundo es Dios», se hace patente que con ello no se ha dicho nada... porque se ha
explicado lo desconocido por algo más desconocido aún.
Por consiguiente, el presunto gran avance que hay del teísmo al panteísmo, si
se lo toma en serio y no como una negación enmascarada según antes se indicó, es un
tránsito desde lo indemostrado y difícilmente pensable a lo directamente absurdo.
... Pues por muy oscuro, oscilante y confuso que sea el concepto con el que se vincula
la palabra «Dios», dos predicados son inseparables de él: el poder supremo y la
suma sabiduría. Que un ser dotado de ellos hubiera de ponerse a sí mismo en la
situación antes descrita es directamente una idea absurda: pues está claro que nuestra
situación en el mundo es tal que ningún ser inteligente, por no hablar de uno
omnisciente, se pondría en ella. — El panteísmo es necesariamente optimismo y, por lo
tanto, falso.
El mismo nombre le dan, en cambio, los místicos al nirvana. Sin embargo, cuentan de
este más de lo que pueden saber (cosa que no hacen los budistas); por eso su
nirvana es una nada relativa. — La palabra «Dios» la usan en su sentido verdadero y
correcto la sinagoga, la Iglesia y el islam. Si entre los teístas hay quienes entienden
con el nombre «Dios» el nirvana, no queremos discutir con ellos por el nombre. Son
los místicos los que parecen haberlo entendido así. ‘‘‘Re intellecta, in verbis simus
fáciles’’’ [138]. [138] [Si se entiende la cuestión, seamos condescendientes en las
palabras] <<
La expresión frecuentemente oída hoy en día: «El mundo es fin en sí mismo» deja
sin resolver la cuestión de si se explica a través del panteísmo o del simple fatalismo,
pero en todo caso solo permite una significación física del mismo y no moral;
pues al admitir esta última, el mundo se presenta como medio para un fin superior.
Pero justamente aquella idea, que el mundo solamente tiene una significación
física y no moral, constituye el error más funesto, nacido de la máxima perversidad
del espíritu. [133] Véase Parerga y Paralipomena I, p. 199 [p. 211]. [N. de la T] <<