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Las investigaciones educativas señalan que el tiempo que los estudiantes pasan en la
escuela puede ser un elemento potenciador para el logro académico, también enfatizan que
la influencia positiva del tiempo en la escuela proviene de su uso y aprovechamiento para
lograr aprendizajes, más que en el tiempo por sí mismo.
El tiempo es uno de los pocos recursos que puede ser directamente manipulado y
controlado por los docentes, por lo que es importante la reflexión sobre la forma en que se
organiza y su relación con el aprendizaje de los alumnos.
● Instrucciones confusas,
● Retrasos en el inicio de clases,
● Grandes pausas para la transición entre una actividad y otra,
● Distracciones innecesarias,
● Interrupciones continuas, etc.
La idea de un aula que estuviese compuesta por alumnos con características más o menos
homogéneas, es un proyecto irrealizable.
En la actualidad nos encontramos que, cada vez de manera más frecuente, las aulas son
escenarios donde se concentran grupos de alumnos con una gran diversidad. Por ejemplo,
diferencias por razones sociales (niños y jóvenes en situaciones de riesgo social,
procedencia de diferentes ámbitos sociales); étnicas y culturales (alto nivel de alumnos que
provienen de otras culturas y distinta lengua), alumnos con baja motivación o altas
capacidades, alumnos con necesidades educativas especiales, etc.
Todo esto conlleva que los procesos de enseñanza y aprendizaje no sólo tengan como base
los distintos niveles educativos marcados: Educación Infantil, Educación Primaria,
Secundaria, etc. donde se estructuran y marcan unos "tipos” de aprendizaje determinados
(aprendizaje por descubrimiento, por imitación, modelado, memorístico, significativo…)
según los niveles previstos y con un proyecto curricular y/o de programación ya marcado.
Sino que además hay que hacer frente a todas esas características que encontramos en las
aulas que sí marcan o tendrían que marcar, unos cambios en el planteamiento actual de la
Educación.
- La política educativa tendría que comenzar a establecer - dentro de los distintos proyectos
curriculares o programaciones - una fórmula dónde se diese cobertura a este tipo de
situaciones reales que están apareciendo en las aulas, aunque fuese de una manera
generalista.
- Estos cambios o adaptaciones en las políticas educativas harán que los propios Centros
deban intentar adaptarse a sus situaciones concretas, lo que conllevará un posible cambio
en los diferentes estratos que conforman la estructura interna del Centro.
De este modo habrá que trabajar en:
- La situación concreta del aula.
- A nivel de Profesores
- A nivel del alumno
- A nivel del resto de la Comunidad Escolar (padres, profesionales implicados, etc.)
Así conseguiremos que la adaptación se dé en todos los niveles, desde el más general
(desarrollo a nivel político) hasta el último escalón (el alumno).
Todo esto llevaría a una modificación en muchos de los planteamientos actuales en materia
educativa. Habría que trabajar mucho más la integración, en algunos casos potenciando
un aprendizaje cooperativo entre los alumnos, utilización del refuerzo educativo o
la autorización incluso grupal para proporcionar a esos alumnos con sus "necesidades” un
lugar fuera del aula habitual, donde puedan adquirir de manera progresiva, conocimientos
o habilidades sin tener que renunciar al contacto con su grupo, atención más
personalizada, de manera puntual, a alumnos con déficit conductual, social o académico.
Incluso, en la medida de lo posible, disminuir la ratio de alumnos por aula para dar esa
atención personalizada.
Tendremos que seguir trabajando los distintos tipos de aprendizaje comúnmente utilizados
pero habrá que hacer adaptaciones o diversificaciones curriculares para adaptarlas a los
alumnos que lo necesiten. En muchos casos no podemos trabajar con el grupo en la clase
como un todo homogéneo, se necesita flexibilidad en el aula y apoyo a todos los niveles
implicados en la educación.
Tenemos que asumir, cada vez más, esa diversidad que existe no sólo en la Educación,
sino en todos los niveles de la sociedad e intentar dar cobertura a todas las situaciones
nuevas que están apareciendo.
Si somos capaces a nivel educativo de solucionar y ver la diversidad como una cuestión real
y positiva y que podemos aprovechar, ganaremos en todos los niveles de la Sociedad.
Los maestros, generalmente, suelen ser personas con una gran vocación. Personas
comprometidas y dedicadas por entero a la labor de formar y enriquecer a sus alumnos.
Para ellos, es gratificante lo mucho que aprenden los niños o el cariño que reciben de cada
uno de ellos. Son personas que, a lo largo de los años, ponen su corazón y su esfuerzo en
beneficio de niños y jóvenes.
La opinión que un niño tenga de su profesor es importante, ya que repercutirá en su
rendimiento escolar. Hay que descubrir las verdaderas razones por las que el niño tiene
una mala opinión de su profesor y actuar para mejorar la situación. Quizá simplemente
choque con la personalidad del profesor o puede que las expectativas de los padres no
coincidan con las del profesor o que el maestro, como ser humano que es, no sea infalible.
Hay que analizar la situación de la forma más objetiva posible y no considerar al profesor
como un adversario, sino como un miembro del mismo equipo. Cuanto mejor funcione el trío
niño-padres-profesorado, mejor funcionará la educación del niño.
Y también es muy importante que exista una coherencia de normas y expectativas entre la
casa y el colegio. Los profesores, independientemente de nuestro agradecimiento, van a
seguir desempeñando su trabajo; van a seguir teniendo momentos buenos y malos. Pero
con nuestro reconocimiento contribuiremos a mejorar la calidad de las relaciones.
✔ Pedir una entrevista con el profesor y hacerle partícipe de nuestra satisfacción por
su labor en los avances del niño.
✔ Enviar un fax o un e-mail a la escuela con unas palabras de agradecimiento para
todo el equipo educativo.
✔ Regalar al profesor un cuaderno en el que cada alumno estampe su firma y escriba
alguna palabra de reconocimiento a su tarea.
✔ Hacerle llegar un presente (libro alusivo a su labor, ramo de flores...) de parte de
todos los padres de los alumnos, con una dedicatoria que aluda a la importancia de
su tarea diaria.
✔ Escribir una carta de agradecimiento al profesor y acompañarla de algún dibujo o
pequeño texto del niño, dedicado a su profesor.
✔ Hacer saber a la dirección la satisfacción con el trabajo de uno o varios profesores.
De esta forma, es posible que su labor sea reconocida también por la dirección de la
institución.