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SALUD COLECTIVA. 2018;14(3):461-481. doi: 10.18294/sc.2018.1838


Antropología médica en América Latina 1990-2015:
Una revisión estrictamente provisional

Medical anthropology in Latin America, 1990-2015: A


strictly provisional review

Eduardo L. Menéndez1

1
Doctor en Ciencias RESUMEN Se presenta una aproximación provisional sobre lo producido por la antropolo-
Antropológicas. Profesor-
investigador emérito,
gía médica en América Latina, especialmente, en México y, en menor medida, en Brasil,
Centro de Investigaciones entre 1990 y 2015, tratando de señalar sus principales aportes, orientaciones y objetivos,
y Estudios Superiores pero también planteando críticas y algunas dudas referidas, especialmente, a la omisión
en Antropología Social
(CIESAS). Coordinador, del estudio de graves procesos y problemas de salud colectiva. En el artículo se trata de
Seminario Permanente poner en evidencia la importancia de esta disciplina no solo para la antropología, sino
de Antropología Médica
(SPAM), México. * también para la biomedicina, planteando la necesidad de complementación, más allá de
las diferencias e incompatibilidades que existen respecto, por ejemplo, del uso de las
técnicas cualitativas o de las intervenciones y no intervenciones sobre los “usos y cos-
tumbres” de los diferentes actores sociales referidos a los procesos de salud/enfermedad/
atención-prevención.
PALABRAS CLAVES Antropología Médica; Biomedicina; Metodología.

ABSTRACT The article presents a provisional examination of the production of Latin


American medical anthropology, especially from Mexico, and to a lesser degree Brazil,
from 1990 to 2015, in an attempt to highlight the discipline’s principal contributions,
orientations and objectives, but also to pose critiques and doubts, especially with respect
to the omission of the study of serious collective health problems and processes. The article
attempts to put into evidence the importance of the discipline not only for anthropology,
but also for biomedicine, suggesting the need for complementation beyond the differences
and incompatibilities that exist regarding, for example, the use of qualitative techniques,
and interventions –or lack of interventions– regarding the customs of the different social
actors with respect to health/disease/care-prevention processes.
KEY WORDS Medical Anthropology; Biomedicine; Methodology.

Salud Colectiva | Universidad Nacional de Lanús | ISSN 1669-2381 | EISSN 1851-8265 | doi: 10.18294/sc.2018.1838
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UNA PROPUESTA PROVISIONAL que parecen desconocer los antropólogos ac-


tuales o, lo que puede ser más grave, tachán-
dolas de meramente empíricas.
En este texto voy a reflexionar sobre la si- Pero recordando que, en gran parte de
tuación de la antropología médica generada estos estudios se genera, si no una ruptura,
en América Latina entre 1990 y la actualidad, por lo menos un distanciamiento y una re-
buscando establecer tentativamente cuáles formulación de la relación entre los procesos
son las temáticas más estudiadas, propo- de s/e/a-p y los procesos mágico-religiosos,
niendo algunas tendencias generales, para que constituye uno de los puntos básicos del
luego cuestionar ciertos aspectos, y concluir desarrollo de una antropología médica más
señalando varios de sus aportes y planteando o menos autónoma. Si bien la ruptura con
algunas dudas. Considero que el nombre de la dimensión mágico-religiosa de la enferme-
antropología médica no es el más apropiado, dad y la cura, tuvo consecuencias positivas
sin embargo, los otros como antropología de para poder recuperar las dimensiones del
la salud, antropología de la medicina o etno- sufrimiento, de la mortalidad, de la enferme-
medicina son aún menos satisfactorios por dad, que eran totalmente opacadas por los
sus connotaciones ideológicas, por su incon- estudios de los procesos mágico-religiosos,
gruencia o por su especificidad. Por lo cual, sin embargo, condujo a reducir cada vez más
mantenemos este nombre, pese a las críticas, su papel en el proceso de s/e/a-p. Lo óptimo
simplemente porque es el de mayor uso entre sería articular las dos dimensiones.
nosotros. Desde esta perspectiva, en México se ge-
Si bien pretendo referirme a América La- nera un interés etnográfico, teórico y aplicado
tina, mi texto trata sobre todo de México y sobre este campo mucho antes que en la ma-
en menor medida de Brasil, permaneciendo yoría de las antropologías latinoamericanas
en un segundo plano el resto de los países y europeas, que en gran medida tiene que
latinoamericanos, subrayando que lo que ver con los intereses y objetivos no solo del
voy a proponer constituye una aproximación indigenismo inicial, sino con las corrientes
provisional. teóricas que se desarrollaron ulteriormente,
Partimos de reconocer un desarrollo di- y que estaban relacionadas con los proyectos
ferencial de la antropología médica según contradictorios emergidos de la “revolución
países en América Latina. Así, por ejemplo, mexicana”(1,2,3,4).
si tomo los dos países con mayor produc- Mientras que, en el caso de Brasil, como
ción y diversidad actual de esta disciplina reconocen las propias especialistas brasi-
en la región, encuentro que en México hay leñas(5,6,7,8), la situación de la antropología
un desarrollo sostenido de estudios sobre médica fue débil hasta la década de 1980,
procesos de salud/enfermedad/atención-pre- generándose sobre todo, desde 1990, un
vención (de ahora en adelante procesos de notable desarrollo que en gran medida tiene
s/e/a-p) referido a los pueblos denominados que ver con sus vinculaciones con el mo-
originarios, por lo menos desde la década de vimiento de salud colectiva, que incluye la
1930, que se afirma en la de 1940 y 1950, creación en Brasil en estos años de un servi-
continuando hasta la actualidad a través de cio de atención médica diferenciado para los
modificaciones sustantivas desarrolladas, so- grupos nativos(9,10).
bre todo, desde finales de la década de 1970. También, en el caso de México, hubo
Pero asumiendo, además, que desde la dé- tempranas relaciones con la salud pública y
cada de 1930 también trabajaron en México la medicina social, así como con las organi-
algunos de los más importantes antropólogos zaciones no gubernamentales (ONG) dedi-
médicos estadounidenses, que difundieron cadas a los procesos de s/e/a-p; pero dichas
tempranamente las orientaciones dominan- vinculaciones se dieron hasta fechas recien-
tes en este campo, incluyendo no solo pro- tes en términos personales o microgrupales,
ducción etnográfica, sino propuestas teóricas más que institucionales. Necesitamos asumir

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que, desde las décadas de 1970 y 1980 se etnología como una especialidad “técnica”,
gestó en varios países latinoamericanos un empírica, aplicada e incluso ateórica; lo que
notable desarrollo de ONG que trabajaron se mantiene hasta la actualidad. Al respecto,
sobre procesos de s/e/a-p, que en gran me- es interesante consignar que cuando en 2009
dida manejaron enfoques antropológicos. surgió en México la epidemia de influenza
Ahora, si bien la antropología cultural A (H1N1), durante las tres primeras semanas
de EEUU influyó notoriamente desde 1930 los periódicos se inundaron de artículos es-
en los estudios sobre los procesos de s/e/a- critos por numerosos intelectuales, incluidos
p realizados en América Latina, lo hizo científicos sociales, quienes previamente no
en forma conflictiva y discontinuada, so- habían tenido que ver con el estudio o con
bre todo a partir de 1960, ya que si bien reflexiones sobre los procesos de s/e/a-p,
algunas tendencias, como la representada pero que ahora encontraban una nueva opor-
por Aguirre Beltrán(1,11) adhieren –aunque tunidad para “teorizar”(14).
críticamente– a las orientaciones estadou- El cuerpo central de la antropología
nidenses de tipo funcionalista/culturalista, médica en América Latina, y más allá de
otras –como la impulsada por Bonfil Bata- las orientaciones teóricas y metodológicas
lla(12)– las cuestionaron planteando alternati- dominantes y no dominantes, necesita ser
vas y diferencias que se articulaban con las relacionado con la situación socieconómica
tendencias críticas que se estaban dando en y sociopolítica de nuestros países, y con los
nuestros países a nivel de la antropología momentos históricos dentro de los cuales se
social y que, a través de la obra de auto- desarrollaron. Y, por lo tanto, en nuestro caso
res como Darcy Ribeiro o Pablo González necesita ser relacionado con el proceso de
Casanova, cuestionaban el colonialismo no descolonización gestado entre 1940 y 1960
solo político, sino también el integrado en en el denominado Tercer Mundo, con el paso
las propuestas antropológicas. a primer plano de los populismos nacionalis-
Y recordando que una tendencia fuerte tas, así como con las políticas desarrollistas, y
de las corrientes latinoamericanas durante desde la década de 1980 con las neoliberales
este lapso fue el cuestionamiento al “psi- y “neopopulistas” que corresponden al lapso
cologismo” de una parte de la antropología que estamos analizando, pero que solo enu-
estadounidense, y a una correlativa exclu- meramos, ya que no podemos profundizar su
sión del sujeto y su subjetividad, lo cual estudio en esta oportunidad.
dominaba en el conjunto de las ciencias La oscilación entre estas orientaciones
sociales y sobre todo en las que adherían económico/políticas posibilitó el desarrollo
a propuestas políticas e ideológicas de “iz- de corrientes políticas y teóricas que plan-
quierda”(13). Además, las bases formativas de tearon tanto la cuestión de la “diferencia”
los antropólogos latinoamericanos que es- cultural y el empoderamiento de los pueblos
tudiaron en las facultades de humanidades originarios, como el desarrollo de los estudios
entre las décadas de 1940 y 1960 referían de género y las luchas por la situación de la
a corrientes teóricas que diferían de las do- mujer. Y si bien bajo los gobiernos “neopo-
minantes en EEUU, de tal manera que, tanto pulistas” se redujo la pobreza y en países
las corrientes neokantianas e historicistas y como Bolivia y Ecuador se fortalecieron los
especialmente Dilthey, como las fenomeno- movimientos étnicos, la tendencia domi-
lógicas y existencialistas estaban en la base nante en la región ha sido la del incremento
de la formación, por lo menos en algunos de de las desigualdades socioeconómicas.
nuestros países. Pero, además, el desarrollo de la antropo-
Es además importante consignar que, a logía médica latinoamericana debe ser rela-
nivel latinoamericano, incluidos los dos paí- cionado con la situación social de los pueblos
ses señalados, la antropología médica fue amerindios, cruelmente expresada en que es-
considerada, desde sus inicios, por los due- tos pueblos han sido y siguen siendo el sector
ños teóricos de la antropología social y de la social con las mayores tasas de mortalidad

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general y por grupos etarios, y con la menor ¿QUÉ ESTUDIA Y QUÉ NO ESTUDIA
esperanza de vida(15,16,17,18,19). Como señalan LA ANTROPOLOGIA MÉDICA EN
Langdon y Cardoso: AMÉRICA LATINA?

Más allá del tamaño de la población


y con base en datos epidemiológicos Actualmente, al igual que en EEUU y en
incompletos, todos estos países [de países europeos, la antropología médica re-
América Latina] presentan tasas que gional, y sobre todo la de Brasil y México,
señalan una situación de salud peor para estudia casi todo proceso de s/e/a-p en muy
los pueblos indígenas en comparación diferentes sectores y actores sociales, con los
con las de la sociedad circundante. Lo objetivos de describirlos y comprenderlos, y
que los distintos países tienen en común en menor grado intervenir sobre ellos. Si bien
en ese escenario son las altas tasas de los actores sociales que ahora estudiamos no
enfermedades endémicas, carenciales se reducen a los grupos étnicos originarios,
y crónicas, que muestran las violen- sin embargo, estos siguen siendo el actor
cias estructurales que impactan en sus principal en los estudios latinoamericanos.
vidas tal como fue observado, en otro A partir de la revisión de revistas antro-
contexto, por Farmer [...] En todos estos pológicas y de salud pública, de programas
países, los indígenas sufren tasas más de congresos nacionales, regionales y lati-
altas de desnutrición, mortalidad infan- noamericanos, así como de los escasos tra-
til, abuso de substancias, suicidio y bajos de revisión existentes, codifiqué para
otras. Los problemas de las enfermeda- el lapso 1990-2015, 152 categorías referidas
des crónicas, tales como hipertensión y a procesos, temas y problemas que agrupé
diabetes reflejan los profundos cambios en las veinte categorías que enumero a
ambientales, territoriales y de estrategias continuación y que aparecen ordenadas en
de subsistencia. La situación sanitaria de orden alfabético: 1) alimentación/desnutri-
los pueblos indígenas refleja también ción; 2) autoatención/grupos de autoayuda/
procesos históricos comunes de subor- cuidadores; 3) biomedicina e instituciones
dinación política, explotación econó- biomédicas (incluyendo la industria quí-
mica, discriminación social, posición mico/farmacéutica); 4) cuerpo, subjetividad;
de marginalidad y la inadecuación de la 5) curadores tradicionales; 6) emociones,
atención en salud.(20) sufrimientos; 7) enfermedades crónico-de-
generativas; 8) enfermedades infectoconta-
Y esta situación negativa de salud de dichos giosas (incluye VIH-sida); 9) enfermedades
pueblos ha sido históricamente marginal mentales incluidas “adicciones”; 10) en-
a los objetivos del sector salud de nuestros fermedades tradicionales; 11) epidemiolo-
países, más allá de que corrientes como el in- gía sociocultural; 12) estudios de género y
digenismo integracionista hayan buscado in- salud; 13) medicinas alternativas y/o com-
tervenir a través de concepciones generadas plementarias; 14) migración y procesos de
por las teorías de la modernización, o que las s/e/a-p; 15) modelos de atención de la salud,
corrientes críticas colocaran sus expectativas pluralismo médico; 16) poder y procesos de
en cambios radicales del sistema económico/ s/e/a-p; 17) políticas públicas y políticas de
político, incluido el empoderamiento de los salud (incluyendo derechos humanos); 18)
grupos indígenas; y que otras corrientes más salud intercultural; 19) salud reproductiva;
recientes piensen en acciones microsociales 20) violencias. Incluyendo dos últimos apar-
y subjetivas para reducir o eliminar las aflic- tados que corresponden a teoría y metodo-
ciones de los sufrientes. logía. Se recuerda que todas las categorías
refieren a procesos de s/e/a-p, estudiados
desde las diferentes corrientes que integran
la antropología médica.

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Ahora bien, hay una serie de importantes padecimientos como es el caso del coraje,
procesos y temáticas que, sin embargo, han la vergüenza, y el susto o espanto. Más aún,
tenido un escaso desarrollo entre nosotros, sin la causal de gran parte de las enfermedades
negar que existen estudios al respecto. Algunas tradicionales tiene que ver con la envidia, y
de esas temáticas son las desigualdades recordando que las brujerías se ejercen por
socioeconómicas y los procesos de s/e/a-p; el amor, odio o venganza, que el mal de ojo
papel de estos procesos en los movimientos refiere generalmente al deseo del otro, y que
sociales, incluidos los movimientos étnicos; el la chipilez tiene que ver no solo con el destete,
papel del saber de los curadores tradicionales sino con el amamantamiento de otro niño.
en las propuestas ideológico-políticas de Estos padecimientos pueden referir
dichos movimientos; el creciente proceso de a depresión, ansiedad, angustia, miedo,
mercantilización de los saberes y productos enojo, deseo, amor y otras “emociones”, que
tradicionales referidos a los procesos de evidencian la notable sensibilidad colectiva
s/e/a-p; estudios sobre la eficacia –no solo que los sujetos y grupos amerindios tienen
simbólica– de las terapéuticas tradicionales frente a episodios de su vida cotidiana a los
y biomédicas observadas en términos de que necesitan convertir en padecimientos
mortalidad y discapacidad respecto de los para ser tratados a nivel familiar y/o con
grupos étnicos; la situación negativa de salud curadores tradicionales. Más aún, una de
de los varones; la carencia de estudios sobre los esas emociones, la envidia, constituye uno
“cuerpos” racializados y los “cuerpos” de los de los principales ejes de relaciones negativas
trabajadores en términos de padecimientos; especialmente entre sujetos y microgrupos,
la escasez de estudios y reflexiones sobre siendo en términos emic una de las principales
la capacidad y calidad de agencia de los causas de enfermedad y tal vez de muerte. Y
diferentes actores sociales y especialmente recordamos que todos estos padeceres exigen
de los subalternos, la poca importancia de los la realización de rituales de sanación, por lo
padecimientos relacionados con actividades que necesitamos asumir que la medicalización
laborales de todo tipo; la corrupción en de los comportamientos es previa al desarrollo
los sistemas de salud, y la exclusión de los y expansión de la biomedicina, aunque los
actores y problemas afroamericanos por parte antropólogos y otros profesionales no lo
de la antropología médica. piensen en estos términos, o directamente no
Uno de los procesos y problemas menos lo piensen.
estudiados entre nosotros, pese a que operó Al respecto, considero que en los
intensamente en casi todos los países de la grupos étnicos latinoamericanos domina una
región, es el de las políticas de planificación “medicalización tradicional” de toda una serie
familiar y, especialmente, el de las políticas de de padecimientos, que se expresa en la gran
esterilización de mujeres en los grupos étnicos, cantidad de curadores tradicionales, tanto en
lo cual contrasta con la importancia de los números absolutos como proporcionales, que
estudios sobre violencia obstétrica. Políticas existe a nivel de comunidad en comparación
que se desarrollaron en forma intensiva desde con el personal de salud; en la diversidad de
mediados de la década de 1970, y sobre todo curadores tradicionales con los cuales puede
durante las décadas de 1980 y 1990, y que contactar la población; y en que gran parte de
persisten hasta la actualidad. las enfermedades tradicionales, como ya lo
Si bien algunas problemáticas han señalamos, remite a comportamientos. Todas
tenido un notorio desarrollo en los últimos las formas de atención, y no solo la biomédica
años, como es el caso de las emociones; cumplen en sus sociedades diversas
observamos, sin embargo, que la mayoría de funciones sociales, siendo una de ellas la
estos estudios parece ignorar que gran parte “medicalización” de comportamientos.
de las enfermedades tradicionales serían Hay además una tendencia a no apli-
generadas por emociones, lo cual se expresa car algunos de los conceptos centrales de
inclusive en el nombre de muchos de esos la antropología a determinados procesos de

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s/e/a-p estudiados; y así, por ejemplo, sabe- excluyendo a los curadores, y basándose
mos que América Latina constituye actual- además en el punto de vista de un actor es-
mente la región más homicida del planeta. pecífico, trabajando con las representacio-
Y pese a que esto ha sido una constante, sin nes sociales, los discursos, las narrativas, y/o
embargo, la mayoría –por no decir la totali- las experiencias, pero no con las prácticas
dad– de los antropólogos no utiliza el con- o identificando a estas con las representa-
cepto cultura para describir y analizar las ciones, discursos y experiencias. Es una an-
agresiones homicidas; e incluso algunos nie- tropología de lo que se dice, más que una
gan expresamente que la violencia homicida antropología de lo que se hace.
sea parte de nuestras culturas. A nivel teórico Esto no pretende negar la calidad y apor-
y metodológico considero que las violencias tes de gran parte de estos estudios, sino se-
homicidas forman parte de nuestras culturas ñalar ciertas orientaciones dominantes, que
y no solo de nuestras sociedades; recordando considero que necesitamos evaluar para re-
que en el caso de algunas violencias son flexionar sobre lo que se pierde y lo que se
claramente culturales como las “violencias gana con el dominio de dichas orientaciones.
de sangre”, el “mal accidente” (infanticidio), Reflexión que implica, por lo menos, incluir
o las agresiones físicas entre varones como el papel no solo de los denominados “deter-
parte del denominado “machismo” y, obvia- minantes sociales” sino también de los “con-
mente, los feminicidios. Como todo proceso dicionantes culturales”, tanto a nivel micro
cultural, dichas violencias homicidas deben como macrosocial, no como determinantes,
ser articuladas con procesos económico-polí- sino como factores frecuentemente decisivos.
ticos e ideológicos dentro de los que operan, Prefiero utilizar la expresión “condicionantes
así como también pensarlas en términos de estructurales”, dado que lo determinativo
subjetividad y de cambio. suele excluir los procesos y actores sociales
Ahora bien, un aspecto que surge de la impidiendo o reduciendo la comprensión,
producción latinoamericana, es que domina ya que lo estructural no siempre impone sus
actualmente una antropología del illness, ha- condiciones. Y, además, porque considero
biendo un escaso desarrollo de una antropo- que las dimensiones culturales e ideológicas
logía del disease, y una débil producción de son también condicionantes estructurales.
una antropología del sickness(21). recordando Necesitamos además seguir trabajando
que illness refiere a cómo el sujeto y su en lo local –como lo hace la inmensa ma-
grupo perciben, sienten y actúan los padeci- yoría de los estudios antropológicos–, pero
mientos; disease a cómo el curador percibe, tratando de encontrar lo global en lo local y,
diagnostica y trata la enfermedad, y sicknes de ser posible, tratando de encontrar lo local
propone incluir el illness y el disease dentro en lo global. Considero que la “envidia” –y
de las condiciones económico-políticas y so- no solo la del pene o de la teta– podemos ob-
cioculturales en que opera. Es decir, domina servarla a través de lo local y de lo global en
una antropología que se centra en el saber, la los diferentes conjuntos sociales, incluidos
experiencia, el sufrimiento, la subjetividad, los grupos étnicos.
la trayectoria de los sujetos y microgrupos, La revisión de la producción antropo-
pero sin incluir –o incluyendo débilmente– lógica regional nos indica que casi exclusi-
en la mayoría de los casos las condiciones vamente se estudian las enfermedades y los
económicas, sociales, políticas, ideológicas padecimientos, pero no la salud. Si bien,
e incluso culturales dentro de las cuales sur- desde los enfoques biomédicos se han pro-
gen y se viven dichos saberes y aflicciones, puesto diferentes definiciones de salud, todas
así como la perspectiva y acciones de la concluyeron cuestionadas por médicos y no
biomedicina. médicos; pero, no obstante, algunos científi-
Es una antropología que estudia los sufri- cos sociales europeos y estadounidenses han
mientos, enfermedades y emociones casi ex- intentado no solo definir sino realizar estu-
clusivamente en los sujetos que los padecen, dios sobre la “salud positiva” como ha sido el

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caso de Antonosky(22) desde hace varias déca- salud como eliminación total de los pade-
das y más recientemente de Fassin(23). Pero en cimientos corresponde a mitos ancestrales,
Latinoamérica solo unos pocos autores han a las propuestas novelísticas de Un mundo
intentado estudiar lo que ellos consideran feliz más que de 1984, o a las mitologías bio-
salud positiva, aunque con escaso éxito, lo médicas de sujetos congelados en una espera
cual en gran medida es debido a que la salud futura de la sanación total.
tiene que ver muy poco con nuestras mor- Lo que han llamado salud los autores
talidades “evitables” y con las condiciones que insisten en estudiarla, tiene que ver con
de nuestros servicios oficiales de salud, así sus objetivos e intereses respecto de la en-
como con nuestras preocupaciones ideológi- fermedad y sus grupos, y no con la salud,
cas, y con los procesos económico-políticos por más malabares semánticos que desarro-
dominantes que vivimos, y que afectan nega- llen. Lo cual tampoco niega los intentos de
tivamente sobre todo a los sectores sociales promoción de la salud, pero que realmente
subalternos. constituyen prevenciones de enfermedad.
Desde las situaciones latinoamericanas Ni tampoco desconoce que sectores sociales
hay, por lo menos, dos procesos a conside- medios y altos de nuestros países busquen
rar respecto del estudio posible de la salud. producir salud en sus cuerpos, lo que tiene
El primero es que los grupos que estudiamos que ver en gran medida con la negación del
se caracterizan por tener altas tasas de mor- envejecimiento. Recordando que no solo la
talidad, porque gran parte muere o se disca- enfermedad, sino cada vez más la salud se ha
pacita por “causas evitables”, porque dichos convertido en un objeto de los deseos perso-
sujetos y grupos no solo sufren los duelos, las nales, pero también de la denominada indus-
separaciones o las desdichas amorosas, sino tria de la salud.
que también sufren por hambre, por falta Pero reitero, la salud tiene que ver con
de medicamentos básicos, por migrar o por objetivos ideológicos específicamente referi-
racismo. Porque el conjunto de los sectores dos a los procesos de s/e/a-p, o con objetivos
sociales tiene miedo de vivir dentro de co- políticos como ocurrió entre 1930 y 1960
munidades y países que tienen las mayores con toda una serie de conceptos formulados
tasas de homicidio a nivel mundial. Lo cual por intelectuales y políticos africanos dentro
no solo nos lleva a formularnos interrogantes de la teoría de la “negritud”, o como está
empíricos e intervenciones posibles, sino a la ocurriendo desde hace unos pocos años con
necesidad de generar explicaciones teóricas el concepto de “buen vivir” propuesto por in-
de, por ejemplo, por qué los latinoamerica- telectuales latinoamericanos etnicistas y más
nos nos asesinamos tanto. o menos decoloniales, las cuales constituyen
Es decir, los latinoamericanos vivimos propuestas que, más allá de lo que ha pasado
dentro de contextos donde lo prioritario e in- con ellas, se caracterizan por usar la salud
mediato no pasa por producir salud, sino por con objetivos ideológicos.
describir, explicar y de ser posible solucionar
toda una gama de padecimientos, de los cua-
les una parte muy frecuentemente son fáciles ALGUNAS CRÍTICAS CERCANAS
de reducir o eliminar con las tecnologías exis-
tentes; mientras que otros implican la necesi-
dad de estudiarlos y pensarlos básicamente Sin negar los significativos aportes de la an-
en términos de soluciones político-sociales. tropología médica latinoamericana al co-
Esto no niega la posibilidad de pensar y nocimiento y a las críticas de determinadas
estudiar la salud por los que lo quieren ha- problemáticas, incluyendo propuestas de
cer, pero a partir de asumir que salud –por lo solución y la realización de intervenciones;
menos para mí– es un concepto básicamente necesitamos, no obstante, reconocer toda
ideológico, que implica la imposibilidad de una serie de aspectos cuestionables, para re-
generalizaciones teóricas y aplicativas. La flexionar sobre esos aportes.

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Una tendencia constante, y a la cual ya los antropólogos. O como concluye Freire(26)


hice referencia, es la de excluir o secunda- respecto de Venezuela, citando a Kelly:
rizar ciertas problemáticas, temáticas y acto-
res sociales y, por lo tanto, no voy a insistir Los estudios antropológicos tienen una
en ello. Pero hay otra antigua tendencia que marcada preferencia por centrarse en la
todavía se mantiene, y me refiero a la que “cultura tradicional” de los pacientes, así
a través de las enfermedades tradicionales como en adaptaciones con miras a sinto-
que sufre la población y atienden los cura- nizar el sistema de salud con sus particu-
dores tradicionales, busca (re)construir las laridades, ignorando que el mayor peso
cosmovisiones ancestrales. Y lo busca, por lo en la prestación de servicios médicos a
menos parcialmente, en la vida actual de los pacientes indígenas está en la “cultura
grupos étnicos, colocando sus intereses en de las instituciones”.(26)
el pasado y no en los procesos de enferme-
dad de los que sufre y muere la población. Pero quiero señalar que, si bien es impor-
Sin negar –y lo subrayo– la importancia ar- tante la rehabilitación cultural de los grupos
queológica, etnohistórica y/o ideológica que étnicos, los que lo hacen, por ejemplo, exclu-
puede tener este objetivo, lo cuestionable es yendo analizar las causas que están determi-
que lleva a una parte de los antropólogos a nando las altas tasas de mortalidad de dichos
preocuparse más por las realidades arqueolo- grupos y las formas actuales de reducirlas
gizantes, que por la situación de salud actual que –y lo subrayo– no tienen que ver con
de los grupos caracterizada no solo por las las cosmovisiones autóctonas, tendrían que
aflicciones, sino por las altas tasas de morta- especificar qué es lo que realmente buscan.
lidad, la baja esperanza de vida y los enve- Una fuerte tendencia, complementaria
jecimientos tempranos. Siendo además una de la anterior, es la de buscar la cosmovisión
de sus consecuencias, la tendencia al estudio de los grupos étnicos actuales sobre todo en
de ciertas enfermedades y a la exclusión de los “restos” precolombinos, excluyendo o se-
otras. Según Imberton: cundarizando los contenidos generados por
el catolicismo desde finales del siglo XV, pese
Una tendencia muy marcada en los estu- a que tienen una fuerte presencia en las co-
dios antropológicos sobre las enfermeda- munidades étnicas y no étnicas, comenzando
des en el mundo indígena, pero también con los usos del alcohol en toda una serie de
sobre otros temas, ha sido la de desta- rituales de sanación, y también en rituales no
car aquellos aspectos considerados pro- referidos a procesos de s/e/a-p, pero que son
pios de su cosmovisión: el ch’ulel y los parte de la estructura e identidad de estos gru-
naguales entre los mayas, han ocupado pos. Pero, además, llama la atención que se
un lugar privilegiado en esta perspectiva suele consignar más la presencia de saberes
[...] y ha orientado la mirada antropo- espiritistas o de ciertas religiosidades recien-
lógica hacia este tema, desatendiendo tes, que las que han sido generadas a partir
otros.(24) del catolicismo.
Considero que la concepción del mundo
De tal manera que si una persona de una y, sobre todo, el sentido común –como di-
comunidad choll de Chiapas tiene una en- ría Gramsci– de todos los sectores sociales
fermedad que no implica la “pérdida del y, especialmente, de los sectores subalternos,
alma” –como es el caso de la vergüenza– es hay que buscarlos en la vida cotidiana de los
posible que el antropólogo no la estudie. sujetos y grupos para ver lo que los sujetos
Cuadriello y Megchún(25) corroboran lo plan- hacen/viven con ellos. Y así observamos, que
teado por Imberton, refiriéndose a una nueva un gran número de estudios antropológicos
enfermedad denominada “enfermedad de la consideran que las cosmovisiones precolom-
tierra” que no está relacionada con aspectos binas fundamentan los saberes de los gru-
ancestrales, y que no ha sido estudiada por pos étnicos actuales sobre las enfermedades

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que padecen, en términos de una armonía y las prácticas que los sujetos y grupos de los
equilibrio entre la comunidad, el sujeto y “la diferentes sectores sociales generan y utilizan
naturaleza”. Lo cual puede ser, pero ocurre actualmente en su vida cotidiana respecto de
que, cuando estos autores presentan sus et- los procesos de s/e/a-p.
nografías, encontramos que la desarmonía y Tenemos que dejar de buscar “a como
el desequilibrio no son referidos por los suje- sea” las cosmovisiones ancestrales en los ac-
tos y microgrupos a las cosmovisiones, sino tores sociales actuales, si es que queremos
a las envidias suscitadas entre sujetos, mi- comprenderlos a ellos, pues si no lo hacemos,
crogrupos e inclusive comunidades, y orga- no vamos a entender, por ejemplo, por qué
nizadas frecuentemente en torno a procesos los jóvenes actuales ya no quieren ser cha-
económicos y simbólicos, como la Antro- manes o brujos, ni tampoco parteras “empí-
pología lo viene demostrando desde por lo ricas”, aunque algunos quieren ser auxiliares
menos la década de 1930, y que explicaba a de salud, promotores, enfermeras y médicos.
través de las teorías de Foster(27), Erasmus(28,29) Ni vamos a comprender tampoco por qué
o De Martino(30). Y digo explicaba, porque padres indígenas, sobre todo en medios ur-
actualmente no tenemos nuevas teorías que banos, dejan de hablarles a sus hijos en su
nos expliquen antropológicamente el papel lengua, y no están de acuerdo con una edu-
de la envidia en el caso de los pueblos origi- cación bilingüe o, aun estando de acuerdo,
narios y no originarios. prefieren que sus hijos aprendan español o
La revisión bibliográfica indica que la inglés. La búsqueda de por lo menos ciertos
mayoría de los episodios de enfermedad pasados en los sujetos actuales, conduce casi
fueron referidos por los entrevistados a las inexorablemente a encontrar dichos pasados,
relaciones conflictivas que han tenido con pero tergiversando los objetivos y orientacio-
sujetos/microgrupos, a transgresiones a las nes que una parte de los sujetos y microgru-
normas comunitarias, al papel de los brujos pos operan en su vida cotidiana.
y/o a los designios divinos o mágicos. La ma- Lo cual no niega –y lo subrayo– que en
yoría de los sujetos entrevistados no atribuye función de objetivos propios del investiga-
sus enfermedades a la pérdida de las relacio- dor se busquen las antiguas cosmovisiones y
nes armónicas naturaleza/sociedad/sujeto ni modos de vida para documentar la existencia
al desequilibrio cósmico, sino a la relación de otras formas de vivir la realidad, incluidos
frío/caliente cotidiana, a lo que le pasó con los procesos de s/e/a-p. Pero asumiendo que
un vecino, a que no satisfizo un antojo, a que gran parte de lo que se llama cosmovisión
no tiene dinero y/o leche para alimentar a su constituye reconstrucciones intelectuales
hijo recién nacido, a que vio determinadas que se caracterizan por su coherencia y ra-
escenas sexuales que no debería ver a su cionalidad, y que tiene poco que ver con la
edad o a que dios lo envió o lo quiso así. vida cotidiana de las personas caracterizadas
Los sujetos utilizan también explicacio- por transgresiones, conflictos e incongruen-
nes físicas y orgánicas de tipo tradicional o cias entre lo que se dice y lo que se hace, o
alopática, e incluso el uso simultáneo o se- inclusive entre lo que el sujeto dice sobre un
cuencial de varias de las explicaciones señala- mismo problema al tratarlo en diferentes si-
das. Y en todas ellas puede operar el poder de tuaciones, lo cual implicaría la necesidad de
los brujos o los designios mágicos o divinos, desarrollar una antropología situacional.
subrayando que reiteradamente se verifica la Dichas cosmovisiones suelen ser tipos
propuesta de Evans-Pritchard(31) respecto del ideales, que sus constructores –y sobre todo
uso simultáneo de diagnósticos y terapéuticas sus seguidores– identifican con la realidad,
“empíricas” y “mágicas” por parte del paciente orientando la mirada de los antropólogos ha-
y su familia en grupos africanos. Y más allá de cia esos “tipos ideales”, cuando es en la vida
las críticas formuladas a dicha propuesta, esto cotidiana donde necesitamos observar lo que
no nos debe llevar a ignorar la cosmovisión, los sujetos y microgrupos hacen, piensan,
sino a ver si es parte del sentido común y de usan, y por supuesto dicen, y no solo a través

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de su propia experiencia, sino de la experien- que padecen, enumerando las que pueden
cia con los otros con quienes se relacionan causar la muerte. Dicho trabajo constituye
los sujetos. Aclarando que no cuestiono el un aporte inestimable, pero que no presenta
uso de tipos ideales –o de modelos–, sino descripciones etnográficas, y menos datos es-
que cuestiono identificarlos con la realidad. tadísticos respecto de las mortalidades.
Por lo cual, si bien hay una tendencia Hay además una fuerte tendencia a se-
creciente a modificar estas orientaciones, guir trabajando exclusivamente con un actor
todavía domina en muchos autores un ma- social, en lugar de trabajar con el conjunto de
yor interés por las cosmovisiones pasadas en actores significativos que tienen que ver con
función de evidenciar la diferencia, la legi- los procesos de s/e/a-p estudiados. Es decir,
timidad, las capacidades de sociedades que todo el peso se pone en el punto de vista de
fueron subalternizadas y explotadas. Y que un actor, de tal manera que se puede llegar
ha conducido, por ejemplo, a que una parte a obtener una información estratégica y de
de los que estudian procesos de s/e/a-p les calidad, pero que no puede explicar determi-
preocupe mucho más la muerte que la mor- nados procesos. Y más aún, puede deformar
talidad. De tal manera que ante grupos que la interpretación de los procesos de s/e/a-p
tuvieron y tienen altísimas tasas de mortali- estudiados. Como vengo señalando desde
dad infantil, les interesa más los rituales de hace demasiados años, si bien reconozco el
sanación o de muerte a través de los cuales objetivo ideológico –y por supuesto metodo-
constatar la presencia de cosmovisiones, que lógico– de esta manera de trabajar, creo que
analizar en términos etnoepidemiológicos limita el conocimiento del problema, y a la
las mortalidades actuales y, donde se pueda, larga también limita el cumplimiento de los
también las pasadas. Obviamente, lo que objetivos ideológicos. Por lo cual considera-
tendríamos que estudiar son tanto los rituales mos necesario impulsar el desarrollo de un
de la muerte como las tasas de mortalidad y enfoque relacional.
los saberes para limitar o impedir la muerte En los últimos años, han surgido toda
como parte de una epidemiología sociocul- una serie de estudios sobre las narrativas de
tural de la mortalidad, pero lo que domina es los procesos de s/e/a-p que, más allá de sus
la polarización de objetivos. logros testimoniales, no han reflexionado de-
Si bien las tendencias antropológicas más masiado sobre las críticas que se han hecho a
recientes relacionadas con la salud colectiva estas corrientes en los países donde se desa-
incorporan cada vez más datos epidemioló- rrollaron desde, por lo menos, la década de
gicos, necesitamos asumir que la omisión de 1970, y en los cuales no solo se cuestiona la
dichos datos es parte de una tradición antro- literaturización de los padecimientos, sino la
pológica fuerte, ya que tanto en el pasado eliminación de lo cultural y de lo económico-
como en la actualidad los estudiosos de las político quedando reducida la enfermedad a
denominadas enfermedades tradicionales no la subjetividad.
producen ni usan datos de mortalidad para Un sujeto del cual desaparecen además
casi ninguna enfermedad tradicional, salvo las rutinas y las repeticiones que caracterizan
en determinados casos relacionados frecuen- toda vida, y donde los usos y costumbres pue-
temente con brujería, pero de los cuales solo den aparecer como productos individuales y
nos dicen que pueden ser mortales. Más aún, frecuentemente heroicos(33,34). De tal manera
los estudios sobre curadores tradicionales, in- que hemos ido pasando de una antropología
cluidas las parteras, se caracterizan porque a de “la” cultura, de las normas, de los roles, es
ningún curador se le mueren los pacientes, decir, de la rutina y repetición, a una antropo-
generando la imagen de que todas las muer- logía del acto o, por lo menos, narración indi-
tes son hogareñas u hospitalarias. Es impor- vidual. La antropología social, la sociología y,
tante señalar que un equipo coordinado por en cierta medida, la psicología social se cons-
Zolla(32) codificó, para todos los grupos étni- tituyeron a través de observar la vida como
cos mexicanos, las principales enfermedades rutina y repetición, lo cual secundarizaba el

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cambio y, sobre todo, al sujeto; pero actual- alcanzo a diferenciar lo que sería un informe
mente hemos pasado a una antropología que fenomenológico de lo que sería un informe
ignora o secundariza las pautas, las normas etnográfico. Tengo la impresión de que lo
o lo práctico-inerte como llamaba Sartre a la que hacen es una de las tantas variantes de
rutina y a la repetición. la etnografía, rescatando algunos aspectos
En América Latina es creciente el nú- individuales de los actores sociales y referi-
mero de antropólogos que dicen aplicar un das a temáticas poco tratadas hasta hace po-
enfoque fenomenológico lo cual, especial- cos años, como es el caso de las referidas al
mente en Brasil, tiene un desarrollo de casi “cuerpo”.
tres décadas, a través de autores que lo han Y esta ausencia de claridad y reflexividad
aplicado con idoneidad(35,36). En forma explí- antropológica llama la atención sobre todo
cita o tácita, una parte de estos estudios ha porque varios antropólogos no solo hacen
cuestionado los trabajos de orientación cog- referencia a la fenomenología, sino que si-
nitiva, semiótica y hermenéutica, por haber multáneamente adhieren a las propuestas de
reducido los procesos de s/e/a-p –y especial- Bourdieu. Pero ocurre que para este autor y
mente el cuerpo– a representaciones socia- sus discípulos(40,41), el punto de partida meto-
les, a textos y a interpretaciones, donde no dológico debe ser la puesta en evidencia de
solo desaparecen las experiencias sino tam- los presupuestos/prejuicios del investigador,
bién se reduce o elimina el papel de las prác- por varios motivos y, en especial, para que
ticas sociales. los estudios no constituyan –como señaló re-
Sin embargo, pese a estos aportes, tengo iteradamente Bourdieu– “profecías autocum-
serias dudas sobre la fenomenología que es- plidas”. Asumiendo además que, en el caso
tán utilizando muchos de los que aplican este de la antropología social latinoamericana,
enfoque. Cuando les he preguntado a varios hay un notorio peso de los presupuestos y
autores ¿qué tipo de fenomenología aplican?, objetivos ideológicos de muy diverso tipo, lo
casi siempre comienzan hablando de Husserl cual he señalado reiteradamente en varios de
y, sobre todo, de Merleau Ponty y la corpori- mis textos, y que no cuestiono, pues es parte
zación, pero sin precisar lo que hacen. Como “de nuestra manera de estar en el mundo”.
sabemos, tanto Husserl(37) como estudiosos Pero lo que no observo, tanto en térmi-
de la religión como Leeuw(38) plantean como nos fenomenológicos como de Bourdieu, es
decisivo aplicar la reducción fenomenoló- una reflexión sobre el papel que tienen di-
gica, ya que: chos presupuestos, ni cómo son manejados
metodológicamente, o cómo inciden en la
...la investigación de la conciencia etnografía y en las explicaciones producidas.
implica que hay que dejar de lado todas Más aún, domina cierta tendencia a mezclar
las teorías sobre la conciencia, todas las teorías y conceptos contradictorios; y así, en
opiniones preconcebidas y explicacio- el caso de Bourdieu observamos que pese a
nes, para observar con la mayor ausencia que su propuesta teórica sobre el habitus y el
de prejuicios lo que sucede en mi con- campo exige que se incluya la posición de los
ciencia aquí y ahora.(39) diferentes actores sociales que compiten por
objetivos específicos, ocurre sin embargo que
Más aún, para Safranski “La reducción la casi totalidad de los que la usan centran su
fenomenológica es el aspecto de la fenome- etnografía y análisis en un solo actor social.
nología que lo decide todo”(39). Y si bien otras Hay un aspecto metodológico que do-
tendencias fenomenológicas no aplican esta mina no solo la producción en antropología
reducción, no obstante señalan cómo hacen médica, sino también en antropología social
para ir “hacia las cosas mismas”; lo cual no y en etnología, y cuya importancia radica en
observo en los trabajos publicados por an- que constituye la “técnica” con que estereo-
tropólogos latinoamericanos, sino excepcio- tipadamente los antropólogos nos identifica-
nalmente. Más aún, a partir de sus textos no mos y, en gran medida, nos diferenciamos:

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me refiero a la denominada observación salud colectiva. Y subrayando que la antropo-


participante, que la inmensa mayoría de los logía médica no constituye una disciplina su-
antropólogos dicen que practican, pero que bordinada a la medicina, sino una disciplina
la mayoría –incluyéndome– no realizamos o que desarrolla sus propias perspectivas y que
realizamos parcialmente; porque la observa- genera aportes teóricos y metodológicos. A
ción participante implica observación y los su vez, Sebastián García, Director de Calidad
antropólogos no aprendemos a observar, ni y Educación para la Salud de la Secretaría de
hacemos observación sistemática, y por ello Salud de México, señaló que las nuevas áreas
nuestros trabajos se basan casi exclusiva- que se requieren para fortalecer las distintas
mente en la palabra del otro. ramas de la medicina son física médica, in-
Desde, por lo menos la década de 1980, geniería médica, robótica y antropología de
antropólogos de EEUU y de países euro- la salud(49). Es decir, el reconocimiento de la
peos(42,43) no solo están preocupados por la antropología médica latinoamericana viene
medicalización, sino por el peligro de medi- tanto desde la propia disciplina, como desde
calización de la antropología médica(44,45,46), la biomedicina.
lo cual también se está dando en América La antropología médica latinoamericana
Latina(47). Gran parte –aunque no exclusiva- ha realizado notorios aportes en muy dife-
mente– de la medicalización se observa en rentes campos y problemáticas, y así ha fun-
los proyectos antropológicos caracterizados damentado e impulsado el uso de técnicas
por la intervención, de tal manera que varios y metodologías cualitativas en el estudio de
de los estudios sobre salud reproductiva y los procesos de s/e/a-p, obteniendo informa-
sobre interculturalidad utilizan enfoques más ción e interpretaciones estratégicas que no
biomédicos que antropológicos, más allá de se logran a través de técnicas y aproximacio-
que apelen a conceptos como cultura y sub- nes estadísticas, lo cual ha conducido a un
jetividad. Y ello, a veces, es debido a que, uso intensivo de estas técnicas por parte de
por lo menos una parte de las intervencio- investigadores biomédicos, cuyos usos han
nes sobre los procesos de s/e/a-p simplifican, sido frecuentemente cuestionados por los
esquematizan y excluyen aspectos de la rea- antropólogos.
lidad para posibilitar la intervención, sobre La antropología médica no solo ha evi-
todo, cuando pretende ser generalizada. Por denciado la articulación que los sujetos y
lo cual procesos complejos son esquematiza- grupos hacen entre las diferentes formas de
dos, simplificados o excluidos para poder in- atención que operan en un contexto deter-
tervenir; de tal manera que, por ejemplo, las minado, sino el proceso de apropiación que
actividades de interculturalidad en México todos los sectores sociales hacen de los sabe-
–aún programadas por antropólogos– deci- res biomédicos. Ha señalado que las medici-
dieron excluir a los chamanes y brujos de sus nas tradicionales y alternativas forman parte
propuestas de intervención, porque el sector normalizada de las trayectorias de atención
salud se oponía, aunque permitió el trabajo de la enfermedad, y que todas las formas de
de parteras y herbolarios. atención –y no solo la biomedicina– se ca-
racterizan por el cambio. Ha demostrado que
la sociedad y la cultura, así como también
APORTES Y PROPUESTAS la biomedicina y los curadores tradicionales
pueden producir enfermedades. Ha incluido
cada vez más los procesos de poder en toda
Según Maria Cecília Minayo(48), la antropo- relación curador/paciente, así como en otras
logía médica es actualmente una de las disci- relaciones, en especial, en las de género. Ha
plinas más dinámicas de las que componen el subrayado permanentemente la importan-
campo de la salud colectiva en Brasil, no solo cia del trabajo de campo frente al desarrollo
por su notable producción bibliográfica, sino constante e intermitente de propuestas “teo-
por sus contribuciones al pensamiento de la ricistas”. Ha seguido planteando dentro de lo

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posible, una visión holística de los procesos cambio. Las críticas se han hecho respecto
de s/e/a-p que cuestiona la orientación uni- de aspectos teóricos, metodológicos, de
lateral y excluyente del modelo biomédico. aprendizaje y de intervención y, en particu-
Uno de sus aportes más constantes es el lar, de sus formas de actuar con los pueblos
de documentar y tratar de entender los sa- “originarios”, y últimamente con las mujeres
beres populares respecto de los procesos de de los diferentes sectores sociales y no solo
s/e/a-p; todas las corrientes, aun las más anta- de dichos pueblos. Estas críticas van desde
gónicas, han tratado de describir la racionali- establecer la imposibilidad estructural de la
dad de los diferentes grupos –especialmente biomedicina –y especialmente del Sector
de los étnicos– para explicar y actuar contra Salud– de tomar en cuenta y aplicar deter-
los padecimientos que los afectan, así como minados aspectos culturales, políticos y sub-
para entender sus comportamientos de re- jetivos que inciden en los padeceres y su
chazo supuesto o real hacia la biomedicina, comprensión y solución; hasta los que cues-
pero subrayando que a diferencia de lo sos- tionan aspectos específicos del saber y las
tenido por autores como Byron Good(50) res- instituciones médicas, aunque confiando en
pecto de los antropólogos –supongo– de su su modificación y complementariedad con
país, gran parte de los antropólogos latinoa- las propuestas socioantropológicas.
mericanos ha tratado de describir y enten- Mientras las primeras propuestas con-
der los saberes subalternos sin considerarlos cluían que hay una incompatibilidad radical
falsos o equivocados, más allá de la eficacia entre los enfoques antropológicos y biomé-
que pueden tener, lo cual constituye uno de dicos, sosteniendo que todo profesional –in-
los puntos de mayor distanciamiento con los cluidos los antropólogos– que trabaje dentro
saberes e instituciones biomédicos. de las instituciones biomédicas va a medi-
Frente a las preguntas médicas de por calizar no solo sus intervenciones, sino su
qué los hipertensos, los diabéticos o los forma de pensar, lo cual es sostenido sobre
sujetos con VIH-sida no cumplen con los todo por autores brasileños(8). Otras tienen
tratamientos “indicados”; o por qué se ha expectativas de que puedan mantenerse las
desarrollado un rechazo creciente a las dife- formas de pensar y actuar no biomédicas aun
rentes vacunas, los antropólogos tratan de en- trabajando en instituciones biomédicas; a tra-
contrar la racionalidad no solo cultural, sino vés de una suerte de división del trabajo, en
también económica, política e ideológica de la que la antropología médica se ocuparía bá-
esos comportamientos referidos además a los sicamente de complementar desde sus pers-
contextos dentro de los cuales desarrollan pectivas lo que no desarrolla la biomedicina,
dichos comportamientos. Y buscan una ra- ya sea en la formación, en la investigación e
cionalidad que parte del supuesto de que la incluso en la intervención, especialmente, a
evidencia científica, por lo menos de manera través de ONG.
inmediata, no cambia los comportamientos No obstante, todas las tendencias coin-
de determinados sectores sociales. Y más ciden en que las orientaciones biomédicas
aún, en determinados sectores sociales se uti- dominantes tienden a imponer sus formas de
lizan argumentos científicos y nuevos medios pensar y actuar respecto, por ejemplo, del
tecnológicos para justificar, por ejemplo, el manejo que hace el sector salud de los gru-
rechazo a las vacunas(51). Lo cual en ciertos pos de autoayuda; de la manera negativa de
casos se refuerza paradojalmente, dado que pensar la prevención utilizada por los grupos
es el personal de salud quien rechaza vacu- sociales; de las concepciones simplistas que
narse, como ocurrió durante la epidemia de tienen para incidir en los estilos de vida de
influenza A (H1N1) en México y en varios los conjuntos sociales; del manejo que sue-
países europeos. len hacer de las técnicas cualitativas convir-
Como ya señalé, algunos de los principa- tiéndolas en técnicas de investigación rápida
les aportes antropológicos han sido sus críti- o en la estigmatización de la autoatención y
cas a la biomedicina, incluidas propuestas de especialmente de la automedicación.

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Para los antropólogos latinoamericanos y 1950, se desarrollaron en EEUU toda una


no cabe duda de que los procesos de s/e/a- serie de corrientes antropológicas que recu-
p son parte intrínseca de la cultura dentro peraban al sujeto o por lo menos a la per-
de la cual operan; son parte de la identidad sona. Pero, pese a la influencia señalada de la
cultural, por lo que una parte de estos profe- antropología estadounidense, especialmente,
sionales ven la expansión de la biomedicina, en México y América Central, dichas tenden-
inclusive en los curadores tradicionales, cias fueron frecuentemente cuestionadas por
como una de las principales amenazas no considerarlas “psicologistas” por autores que
solo respecto de la medicina tradicional sino adherían a propuestas anticolonialistas y/o
de la identidad cultural de los grupos étnicos. clasistas.
Estas maneras antropológicas de enten- Pero durante el dominio neoliberal,
der la biomedicina tendrían que asumir que junto con la diferencia cultural, el empode-
existen diferencias radicales entre la forma- ramiento y el etnicismo, se recupera la sub-
ción médica y la formación antropológica y, jetividad; por lo cual, debido sobre todo a
especialmente, en los objetivos profesionales la influencia de tendencias desarrolladas en
y personales que tienen médicos y antropó- EEUU, se fue generando en la región una an-
logos. Mientras el eje de la formación bio- tropología que comenzó a tomar en cuenta
médica es biológica y biologicista, el de los las aflicciones, los sufrimientos, las experien-
antropólogos ha sido la cultura, los saberes y cias y las emociones, lo que nos parece nece-
los significados; y mientras el objetivo de la sario no solo para incluir la subjetividad, sino
medicina ha sido intervenir sobre la enferme- para complementar los enfoques previos, y
dad, el de los antropólogos ha sido “compren- para profundizar la posibilidad de entender
der”. Y por eso y por otras razones, considero aún más las racionalidades culturales a nivel
necesario que los antropólogos traten de des- de los grupos y de los sujetos.
cribir y entender la racionalidad biomédica, Lo interesante es que las tendencias
tal como han venido haciendo respecto de la antropológicas que actualmente recuperan
racionalidad de los saberes populares. al sujeto en la región no suelen hacer refe-
Ahora bien, gran parte de las críticas rencias, por ejemplo, a la gran cantidad de
señaladas refieren a la clínica biomédica, y biografías, autobiografías o historias de vida
menos a determinadas corrientes de la me- que desarrollaron antropólogos y sociólogos
dicina social y de la salud pública, con las estadounidenses entre 1930 y 1950. Más
cuales se coincide en críticas que se realizan aún, en México ya casi no se hacen alusiones
hacia las instituciones biomédicas, y también a la biografía de Juan Chamula desarrollada
hacia las políticas públicas. Más aún, en cier- por Ricardo Pozas, ni prácticamente a toda
tos momentos –especialmente en el campo la obra de Oscar Lewis, por lo cual considero
de la salud mental– ha habido coinciden- que, en la antropología social actual, y no
cias entre las propuestas antropológicas y las solo en América Latina, domina una a-histo-
corrientes psicoterapéuticas críticas, como ricidad teórica cada vez más notoria, articu-
ocurrió durante un tiempo con el proceso de lada con ciertos no saberes.
clausura o reformulación de las instituciones Y así, por ejemplo, pese a que esta es
manicomiales y la aplicación de determina- actualmente una de las tendencias más diná-
das formas de atención y convivencia con la micas, no termino de entender por qué gran
enfermedad mental. parte de los antropólogos que trabajan con el
Los antropólogos latinoamericanos han sujeto apelan a las propuestas de Bourdieu y
estudiado los saberes que los grupos y las sobre todo de Foucault que excluyen al su-
comunidades tienen sobre muy diferentes jeto, en lugar de utilizar conceptos y propues-
aspectos de la realidad; aunque estos estu- tas como, por ejemplo, las de Linton(52) o de
dios hasta por lo menos la década de 1990 Sartre(53) que se caracterizan justamente por
ignoraban la subjetividad de los actores so- incluir al sujeto, por supuesto que con otros
ciales que estudiaban, pese a que entre 1930 nombres. Posiblemente, esta incongruencia

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Antropología médica en América Latina 1990-2015: una revisión estrictamente provisional 475

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explica por qué la mayoría de los que utili- tienen que ver con la propiedad de la tierra,
zan conceptos como sujeto, subjetividad y con los convenios matrimoniales entre fami-
experiencia no los definen. lias o con violencias de diferentes tipos; sino
Linton desarrolló en la década de 1940 que, como señalé previamente, en la mayo-
un modelo conceptual mucho más dinámico ría de estas relaciones interviene la envidia y
que el estructuralista de Bourdieu, al propo- remite a situaciones de pobreza, lo cual ha
ner que si queremos entender lo que Bour- sido descripto e interpretado desde la década
dieu llamó habitus, tendríamos que estudiar de 1940 por culturalistas, funcionalistas, es-
simultáneamente las pautas ideales, las reales tructuralistas y marxistas.
y las construidas que utilizan los grupos y su-
jetos. Por supuesto que lo señalado no cues-
tiona a Bourdieu respecto de lo que a él le DUDAS E INCERTIDUMBRES
interesa estudiar, sino que plantea que para
los antropólogos que quieren trabajar con el
sujeto, es mucho más pertinente hacerlo con Ahora bien, respecto de varios de los pro-
la propuesta de Linton(52) o con la del Sartre cesos y problemas que estudia la antropo-
de Cuestiones de método(53). Pero las modas logía médica en América Latina, emergen
son las modas, y los “olvidos” también. dudas sobre algunos de los objetivos y con-
Considero que uno de los principales secuencias en las cuales participó de dife-
aportes de la antropología médica es eviden- rentes formas nuestra disciplina, y más allá
ciar que gran parte de las enfermedades tra- de las formas en que participó. Y así, como
dicionales han sido generadas por relaciones sabemos, en varios países de la región se
sociales, de tal manera que, para los sujetos, crearon durante este lapso servicios espe-
microgrupos y comunidades, las causales de ciales de salud para los grupos étnicos, y se
los padecimientos físicos, mentales o psico- aplicaron políticas interculturales de salud
somáticos son los conflictos que operan a ni- apoyadas inclusive por la Organización
vel familiar o entre vecinos. Y este es uno de Panamericana de la Salud. Aunque subra-
los aspectos que más deberíamos estudiar, y yando que la mayoría de estos servicios ca-
no solo respecto de las enfermedades tradi- recen de financiamiento o es mínimo; y que
cionales; dado que explícitamente o no, los las políticas de salud intercultural tuvieron
enfoques antropológicos han considerado un escaso impacto y se caracterizan –salvo
que las enfermedades tradicionales y no excepciones– por su discontinuidad o por su
tradicionales tienen componentes sociocul- fracaso como es, por ejemplo, el caso de los
turales y psicosomáticos, en las que operan hospitales mixtos. Recordando que varias de
los significados y acciones de los sujetos y las tendencias interculturales que se desarro-
microgrupos. llaron desde la década de 1980 proponían y
A partir del material sobre enfermedades esperaban una suerte de articulación entre la
tradicionales compilado por Zolla(33) y cola- biomedicina y la medicina tradicional que
boradores para México, he detectado alrede- no se cumplió, lo cual verificó para muchos
dor de cincuenta padecimientos tradicionales antropólogos la incompatibilidad que existe
que son generados por relaciones sociales, entre antropología y biomedicina. Pero lo
de los cuales varios constituyen los padeci- que considero relevante es analizar no solo
mientos más frecuentes que sufren los suje- si es viable un sistema de salud especial
tos de los grupos étnicos mexicanos, siendo para los pueblos originarios, sino lo que ello
varios de ellos de tipo mortal. Si bien mu- supone en términos económicos, políticos,
chos de estos padecimientos son atribuidos biomédicos y, también, raciales.
a Dios o a personajes míticos, la descripción Uno de los señalamientos explícitos o
etnográfica evidencia que no solo gran parte tácitos de los estudios antropológicos re-
de los padecimientos son generados por con- fiere a la paulatina o rápida expansión de la
flictos o problemas sociales cotidianos que biomedicina sobre los pueblos originarios,

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articulada de diferentes maneras con los sa- no aparecen como centrales para los movi-
beres locales, pero con cada vez más hege- mientos étnicos ni para sus líderes más que
monía, debido a varios procesos conocidos en términos retóricos. Es decir, salvo excep-
por todos. La mayoría de los señalamientos ciones, no localizamos movimientos que
antropológicos hacia dicha expansión son realmente impulsen las formas de sanación
críticos, pero estos ¿limitan, impiden, modi- propias como alternativas posibles a las bio-
fican o no dicha expansión? Pero, además, médicas. Lo que sí registramos es el impulso
¿qué balance en términos puntuales hacemos de pequeños grupos de activistas en el caso
de dicha expansión biomédica?, ¿ha sido po- del VIH-sida, y especialmente en el caso de
sitiva, negativa o ambivalente y respecto de las mujeres, pero centradas casi exclusiva-
qué problemas? mente en las violencias y en los procesos de
Si bien no solo en las propuestas antro- salud reproductiva. Recordando que en estos
pológicas, sino en las de los aparatos médico/ grupos encontramos diversos tipos de profe-
sanitarios y de la Organización Panameri- sionales, incluidos antropólogos.
cana de la Salud (OPS), se especifica la nece- Pero además, salvo en el caso de los
sidad de mejorar la relación médico/paciente grupos tipo Alcohólicos Anónimos caracteri-
y de impulsar la comprensión del personal zados por su autonomía, ¿cuáles son los gru-
de salud respecto de las características socio- pos, asociaciones o movimientos referidos
culturales de los pacientes y no solo de los a procesos de s/e/a-p que han sido creados,
pertenecientes a los grupos étnicos; vemos organizados, mantenidos, financiados por
sin embargo que estos objetivos pasan a ser sectores sociales subalternos, ya sea para de-
secundarios frente a situaciones más decisi- mandar mejores servicios biomédicos, o para
vas, como son las referidas a la persistencia impulsar formas tradicionales o alternativas
de las desigualdades en atención de la salud de sanación? Los que conozco –y solo me
y las escasas y diferenciales inversiones en refiero a México– han sido creados y orga-
salud en general y especialmente en la de los nizados por sujetos y grupos pertenecientes
grupos indígenas por parte de los gobiernos a sectores sociales medios, incluidos intelec-
federales y locales. Lo cual se articula con tuales y profesionales que han liderado di-
la creciente demanda de servicios de salud chos grupos. Y al señalar esto, no niego que
por los sectores sociales subalternos, y de los luego de este “disparador” organizador, suje-
tiempos cada vez más reducidos de la con- tos y microgrupos impulsen dichos procesos,
sulta médica. Si bien ambos objetivos no son aun cuando estos siguen siendo financiados
antagónicos, la cuestión está ¿en dónde colo- externamente. Pero además me preocupa la
camos el peso del desarrollo de los sistemas penetración de la industria químico/farma-
de salud en términos “ideales” y en términos céutica en el financiamiento y liderazgo de
de posibilidades? estos grupos, por lo menos en países euro-
Lo cual se relaciona con un proceso que peos y en EEUU, ya que no contamos con
me ha preocupado reiteradamente y que estudios para América Latina.
tiene que ver, en términos simplificados, Por otra parte, especificar qué es resis-
con la capacidad de agencia de los sectores tencia, no solo en términos de movimientos
subalternos respecto de los procesos de s/e/a- sociales sino individuales, microgrupales o
p(54); con la posibilidad de generar organiza- comunitarios, implica decisiones interpretati-
ciones autónomas y alternativas por parte vas difíciles de establecer. ¿Cuándo la no ida
de la sociedad civil que no sean cooptadas al médico es producto de la falta de médi-
o reorientadas por las fuerzas sociales do- cos o de recursos económicos, y cuándo es
minantes; así como de generar resistencias, una actitud negativa hacia la biomedicina?
empoderamientos o acciones concretas alter- ¿Cuándo la automedicación constituye una
nativas respecto de los procesos de s/e/a-p. forma de empoderamiento respecto de la
Y lo que observo me preocupa, ya que de biomedicina, y cuándo un proceso social
mi revisión surge que los procesos de s/e/a-p que racionaliza el tiempo propio o determina

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lo que es más económico para el sujeto/ con el denominado “buen vivir” o con el “co-
microgrupo?(55,56). munalismo”; otras tendencias, cuya principal
Pero lo central para nosotros es poder expresión ha sido la antropología feminista,
establecer la capacidad de agencia de los señalan que determinados usos y costumbres
sujetos y grupos subalternos no solo para limitan, anulan, excluyen el papel de la mu-
autoatenderse o resistir, sino para negociar o jer, sometiéndola a condiciones de inferiori-
incluso imponer propuestas para mejorar o dad que justifican culturalmente –entre otras
modificar las actividades y políticas de salud acciones– la aplicación de violencias de dife-
que operan en sus territorios. Y este es uno rente tipo, que pueden concluir en la muerte.
de los procesos que más deberíamos analizar Esta tendencia crítica se afirma además a
en cada uno de los países latinoamericanos. través de estudios sobre procesos de s/e/a-p
Ahora bien, como ya señalé, la biblio- que evidencian la situación actual de ciertos
grafía ha documentado que gran parte de las actores sociales, a nivel general, y de los gru-
enfermedades tradicionales, expresan con- pos étnicos, en particular, respecto de cier-
flictos sociales generalmente entre personas tos padecimientos. Y así, es cada vez más
cercanas que operan dentro de contextos frecuente encontrar propuestas que ante la
de pobreza y de escasez. Pero según varios gravedad de ciertos problemas, como, por
autores, una parte de las enfermedades tradi- ejemplo, la expansión del VIH-sida en pue-
cionales expresan también las limitaciones o blos indígenas y no indígenas de zonas rura-
impedimentos que tienen ciertos actores so- les, plantean que:
ciales especialmente niños, jóvenes y sobre
todo mujeres en el desarrollo de determina- …los antropólogos no podemos seguir
dos comportamientos o si se prefiere “de- reproduciendo la defensa a ultranza de
seos”. Lo cual, por ejemplo, puede conducir los usos y costumbres como status quo y
a que para una mujer en determinadas comu- factores de preservación cultural. Debe-
nidades, una de las posibles conductas que mos aportar los elementos necesarios
tiene al negarse a contraer matrimonio con la para que se adopte un concepto diná-
persona elegida/convenida por su familia, es mico, en el que los pueblos indígenas
contraer un padecimiento que es reconocido tengan todo el derecho de transformar su
por la comunidad y que puede ser atendido propia cultura y a sí mismos. Igualmente,
por un curador tradicional(57). nos corresponde el papel de proveer
Lo cual implica que los denominados los insumos teóricos y analíticos para
“usos y costumbres” pueden generar conse- entender la vulnerabilidad y las mejo-
cuencias negativas para algunos de los miem- res maneras de luchar contra ella […]
bros de las comunidades, que a veces son eso implica muchos retos, tal vez el más
“solucionadas” a través de enfermedades u importante e imprescindible sea que las
otros mecanismos, pero frecuentemente no. comunidades asuman la responsabilidad
Pese a ello, las diversas corrientes antropoló- de hablar de sexualidad, y en particular
gicas y no solo las culturalistas e indianistas, de diversidad amorosa/sexual.(58)
han reconocido de modo totalizante el papel
positivo y la legitimidad de los usos y costum- Obviamente, lo que proponen estos y otros
bres, lo cual ha sido reforzado durante el lapso autores(59,60,61) no refiere solo a los usos y cos-
que estamos analizando por el desarrollo de tumbres de los pueblos originarios, sino a todos
los movimientos étnicos y por el empodera- los que en diferentes sociedades favorecen el
miento político de algunos de esos grupos. desarrollo de padecimientos, incluso letales,
Recordemos que, mientras una parte de especialmente en algunos actores sociales con-
estos movimientos y analistas niega –o por finados a determinados roles y estatus.
lo menos no menciona– las posibles conse- Los usos y costumbres refieren a la co-
cuencias negativas de determinados usos y munidad, pero a una comunidad donde
costumbres, ya que solo suelen identificarlos ciertos actores sociales pueden ejercerlos sin

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problemas, mientras que para otros están res- de dichos pueblos. Y esta expansión suele ser
tringidos. Dentro de las comunidades, por más analizada en términos del dominio creciente
homogéneas que sean, siempre existen acto- de una racionalidad instrumental y de una
res con mayores posibilidades y beneficios hegemonía biomédica, que puede ser cues-
diferenciales, y no solo en términos socioeco- tionada apelando a las medicinas nativas. Y
nómicos, sino también de poder y culturales. si bien la teorización de estas propuestas no
Pero hay que señalar que si bien el texto suele ser realizada por antropólogos médicos
de Ponce y Nuñez propone acciones con- latinoamericanos, una parte de ellos adhiere
cretas, sin embargo, no aclara un problema a los que nos hablan de las epistemologías
básico, ya que no indica qué podemos o del sur o a las orientaciones autodenomina-
debemos hacer ante los grupos originarios das decoloniales. Pero ocurre, que estas pro-
y no originarios que no quieren modificar puestas no solo son básicamente ideológicas,
su propia cultura respecto de enfermedades sino que, en el caso de las primeras, repiten
que los están afectando y hasta diezmando, lo que parte del pensamiento europeo desa-
prefiriendo seguir con sus usos y costumbres, rrolló entre 1920 y 1950; y en el de los de-
como ocurrió recientemente en varios países coloniales no van más allá de las propuestas
africanos con la enfermedad de Ébola o en de teorías como las de la “negritud” o de la
el cordón calvinista holandés respecto de la “decadencia de occidente”.
epidemia de influenza A (H1N1), ya que este La señalada constituye la última incerti-
no es solo un problema latinoamericano ni dumbre teórica e ideológica que presento en
exclusivamente étnico. este texto y que, como siempre, se resuelve
Necesitamos asumir que para los antro- en la práctica; una práctica que indica que
pólogos médicos latinoamericanos los pro- cada vez más los antropólogos optamos por
cesos de s/e/a-p son parte intrínseca de la la intervención o, por lo menos, su acompa-
cultura de todo grupo social, y especialmente ñamiento, solucionando nuestros conflictos
de los pueblos originarios, por lo que ven la y contradicciones apelando a las metodo-
expansión de la biomedicina como una de las logías situadas, comprometidas o simple-
principales amenazas a la identidad cultural mente útiles.

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FORMA DE CITAR
Menéndez EL. Antropología médica en América Latina 1990-2015: una revisión estrictamente provisional. Salud
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Recibido: 17 de abril de 2018 | Versión final: 25 de junio de 2018 | Aprobado: 16 de agosto de 2018

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