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Eduardo L. Menéndez1
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Doctor en Ciencias RESUMEN Se presenta una aproximación provisional sobre lo producido por la antropolo-
Antropológicas. Profesor-
investigador emérito,
gía médica en América Latina, especialmente, en México y, en menor medida, en Brasil,
Centro de Investigaciones entre 1990 y 2015, tratando de señalar sus principales aportes, orientaciones y objetivos,
y Estudios Superiores pero también planteando críticas y algunas dudas referidas, especialmente, a la omisión
en Antropología Social
(CIESAS). Coordinador, del estudio de graves procesos y problemas de salud colectiva. En el artículo se trata de
Seminario Permanente poner en evidencia la importancia de esta disciplina no solo para la antropología, sino
de Antropología Médica
(SPAM), México. * también para la biomedicina, planteando la necesidad de complementación, más allá de
las diferencias e incompatibilidades que existen respecto, por ejemplo, del uso de las
técnicas cualitativas o de las intervenciones y no intervenciones sobre los “usos y cos-
tumbres” de los diferentes actores sociales referidos a los procesos de salud/enfermedad/
atención-prevención.
PALABRAS CLAVES Antropología Médica; Biomedicina; Metodología.
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general y por grupos etarios, y con la menor ¿QUÉ ESTUDIA Y QUÉ NO ESTUDIA
esperanza de vida(15,16,17,18,19). Como señalan LA ANTROPOLOGIA MÉDICA EN
Langdon y Cardoso: AMÉRICA LATINA?
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s/e/a-p estudiados; y así, por ejemplo, sabe- excluyendo a los curadores, y basándose
mos que América Latina constituye actual- además en el punto de vista de un actor es-
mente la región más homicida del planeta. pecífico, trabajando con las representacio-
Y pese a que esto ha sido una constante, sin nes sociales, los discursos, las narrativas, y/o
embargo, la mayoría –por no decir la totali- las experiencias, pero no con las prácticas
dad– de los antropólogos no utiliza el con- o identificando a estas con las representa-
cepto cultura para describir y analizar las ciones, discursos y experiencias. Es una an-
agresiones homicidas; e incluso algunos nie- tropología de lo que se dice, más que una
gan expresamente que la violencia homicida antropología de lo que se hace.
sea parte de nuestras culturas. A nivel teórico Esto no pretende negar la calidad y apor-
y metodológico considero que las violencias tes de gran parte de estos estudios, sino se-
homicidas forman parte de nuestras culturas ñalar ciertas orientaciones dominantes, que
y no solo de nuestras sociedades; recordando considero que necesitamos evaluar para re-
que en el caso de algunas violencias son flexionar sobre lo que se pierde y lo que se
claramente culturales como las “violencias gana con el dominio de dichas orientaciones.
de sangre”, el “mal accidente” (infanticidio), Reflexión que implica, por lo menos, incluir
o las agresiones físicas entre varones como el papel no solo de los denominados “deter-
parte del denominado “machismo” y, obvia- minantes sociales” sino también de los “con-
mente, los feminicidios. Como todo proceso dicionantes culturales”, tanto a nivel micro
cultural, dichas violencias homicidas deben como macrosocial, no como determinantes,
ser articuladas con procesos económico-polí- sino como factores frecuentemente decisivos.
ticos e ideológicos dentro de los que operan, Prefiero utilizar la expresión “condicionantes
así como también pensarlas en términos de estructurales”, dado que lo determinativo
subjetividad y de cambio. suele excluir los procesos y actores sociales
Ahora bien, un aspecto que surge de la impidiendo o reduciendo la comprensión,
producción latinoamericana, es que domina ya que lo estructural no siempre impone sus
actualmente una antropología del illness, ha- condiciones. Y, además, porque considero
biendo un escaso desarrollo de una antropo- que las dimensiones culturales e ideológicas
logía del disease, y una débil producción de son también condicionantes estructurales.
una antropología del sickness(21). recordando Necesitamos además seguir trabajando
que illness refiere a cómo el sujeto y su en lo local –como lo hace la inmensa ma-
grupo perciben, sienten y actúan los padeci- yoría de los estudios antropológicos–, pero
mientos; disease a cómo el curador percibe, tratando de encontrar lo global en lo local y,
diagnostica y trata la enfermedad, y sicknes de ser posible, tratando de encontrar lo local
propone incluir el illness y el disease dentro en lo global. Considero que la “envidia” –y
de las condiciones económico-políticas y so- no solo la del pene o de la teta– podemos ob-
cioculturales en que opera. Es decir, domina servarla a través de lo local y de lo global en
una antropología que se centra en el saber, la los diferentes conjuntos sociales, incluidos
experiencia, el sufrimiento, la subjetividad, los grupos étnicos.
la trayectoria de los sujetos y microgrupos, La revisión de la producción antropo-
pero sin incluir –o incluyendo débilmente– lógica regional nos indica que casi exclusi-
en la mayoría de los casos las condiciones vamente se estudian las enfermedades y los
económicas, sociales, políticas, ideológicas padecimientos, pero no la salud. Si bien,
e incluso culturales dentro de las cuales sur- desde los enfoques biomédicos se han pro-
gen y se viven dichos saberes y aflicciones, puesto diferentes definiciones de salud, todas
así como la perspectiva y acciones de la concluyeron cuestionadas por médicos y no
biomedicina. médicos; pero, no obstante, algunos científi-
Es una antropología que estudia los sufri- cos sociales europeos y estadounidenses han
mientos, enfermedades y emociones casi ex- intentado no solo definir sino realizar estu-
clusivamente en los sujetos que los padecen, dios sobre la “salud positiva” como ha sido el
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de su propia experiencia, sino de la experien- que padecen, enumerando las que pueden
cia con los otros con quienes se relacionan causar la muerte. Dicho trabajo constituye
los sujetos. Aclarando que no cuestiono el un aporte inestimable, pero que no presenta
uso de tipos ideales –o de modelos–, sino descripciones etnográficas, y menos datos es-
que cuestiono identificarlos con la realidad. tadísticos respecto de las mortalidades.
Por lo cual, si bien hay una tendencia Hay además una fuerte tendencia a se-
creciente a modificar estas orientaciones, guir trabajando exclusivamente con un actor
todavía domina en muchos autores un ma- social, en lugar de trabajar con el conjunto de
yor interés por las cosmovisiones pasadas en actores significativos que tienen que ver con
función de evidenciar la diferencia, la legi- los procesos de s/e/a-p estudiados. Es decir,
timidad, las capacidades de sociedades que todo el peso se pone en el punto de vista de
fueron subalternizadas y explotadas. Y que un actor, de tal manera que se puede llegar
ha conducido, por ejemplo, a que una parte a obtener una información estratégica y de
de los que estudian procesos de s/e/a-p les calidad, pero que no puede explicar determi-
preocupe mucho más la muerte que la mor- nados procesos. Y más aún, puede deformar
talidad. De tal manera que ante grupos que la interpretación de los procesos de s/e/a-p
tuvieron y tienen altísimas tasas de mortali- estudiados. Como vengo señalando desde
dad infantil, les interesa más los rituales de hace demasiados años, si bien reconozco el
sanación o de muerte a través de los cuales objetivo ideológico –y por supuesto metodo-
constatar la presencia de cosmovisiones, que lógico– de esta manera de trabajar, creo que
analizar en términos etnoepidemiológicos limita el conocimiento del problema, y a la
las mortalidades actuales y, donde se pueda, larga también limita el cumplimiento de los
también las pasadas. Obviamente, lo que objetivos ideológicos. Por lo cual considera-
tendríamos que estudiar son tanto los rituales mos necesario impulsar el desarrollo de un
de la muerte como las tasas de mortalidad y enfoque relacional.
los saberes para limitar o impedir la muerte En los últimos años, han surgido toda
como parte de una epidemiología sociocul- una serie de estudios sobre las narrativas de
tural de la mortalidad, pero lo que domina es los procesos de s/e/a-p que, más allá de sus
la polarización de objetivos. logros testimoniales, no han reflexionado de-
Si bien las tendencias antropológicas más masiado sobre las críticas que se han hecho a
recientes relacionadas con la salud colectiva estas corrientes en los países donde se desa-
incorporan cada vez más datos epidemioló- rrollaron desde, por lo menos, la década de
gicos, necesitamos asumir que la omisión de 1970, y en los cuales no solo se cuestiona la
dichos datos es parte de una tradición antro- literaturización de los padecimientos, sino la
pológica fuerte, ya que tanto en el pasado eliminación de lo cultural y de lo económico-
como en la actualidad los estudiosos de las político quedando reducida la enfermedad a
denominadas enfermedades tradicionales no la subjetividad.
producen ni usan datos de mortalidad para Un sujeto del cual desaparecen además
casi ninguna enfermedad tradicional, salvo las rutinas y las repeticiones que caracterizan
en determinados casos relacionados frecuen- toda vida, y donde los usos y costumbres pue-
temente con brujería, pero de los cuales solo den aparecer como productos individuales y
nos dicen que pueden ser mortales. Más aún, frecuentemente heroicos(33,34). De tal manera
los estudios sobre curadores tradicionales, in- que hemos ido pasando de una antropología
cluidas las parteras, se caracterizan porque a de “la” cultura, de las normas, de los roles, es
ningún curador se le mueren los pacientes, decir, de la rutina y repetición, a una antropo-
generando la imagen de que todas las muer- logía del acto o, por lo menos, narración indi-
tes son hogareñas u hospitalarias. Es impor- vidual. La antropología social, la sociología y,
tante señalar que un equipo coordinado por en cierta medida, la psicología social se cons-
Zolla(32) codificó, para todos los grupos étni- tituyeron a través de observar la vida como
cos mexicanos, las principales enfermedades rutina y repetición, lo cual secundarizaba el
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articulada de diferentes maneras con los sa- no aparecen como centrales para los movi-
beres locales, pero con cada vez más hege- mientos étnicos ni para sus líderes más que
monía, debido a varios procesos conocidos en términos retóricos. Es decir, salvo excep-
por todos. La mayoría de los señalamientos ciones, no localizamos movimientos que
antropológicos hacia dicha expansión son realmente impulsen las formas de sanación
críticos, pero estos ¿limitan, impiden, modi- propias como alternativas posibles a las bio-
fican o no dicha expansión? Pero, además, médicas. Lo que sí registramos es el impulso
¿qué balance en términos puntuales hacemos de pequeños grupos de activistas en el caso
de dicha expansión biomédica?, ¿ha sido po- del VIH-sida, y especialmente en el caso de
sitiva, negativa o ambivalente y respecto de las mujeres, pero centradas casi exclusiva-
qué problemas? mente en las violencias y en los procesos de
Si bien no solo en las propuestas antro- salud reproductiva. Recordando que en estos
pológicas, sino en las de los aparatos médico/ grupos encontramos diversos tipos de profe-
sanitarios y de la Organización Panameri- sionales, incluidos antropólogos.
cana de la Salud (OPS), se especifica la nece- Pero además, salvo en el caso de los
sidad de mejorar la relación médico/paciente grupos tipo Alcohólicos Anónimos caracteri-
y de impulsar la comprensión del personal zados por su autonomía, ¿cuáles son los gru-
de salud respecto de las características socio- pos, asociaciones o movimientos referidos
culturales de los pacientes y no solo de los a procesos de s/e/a-p que han sido creados,
pertenecientes a los grupos étnicos; vemos organizados, mantenidos, financiados por
sin embargo que estos objetivos pasan a ser sectores sociales subalternos, ya sea para de-
secundarios frente a situaciones más decisi- mandar mejores servicios biomédicos, o para
vas, como son las referidas a la persistencia impulsar formas tradicionales o alternativas
de las desigualdades en atención de la salud de sanación? Los que conozco –y solo me
y las escasas y diferenciales inversiones en refiero a México– han sido creados y orga-
salud en general y especialmente en la de los nizados por sujetos y grupos pertenecientes
grupos indígenas por parte de los gobiernos a sectores sociales medios, incluidos intelec-
federales y locales. Lo cual se articula con tuales y profesionales que han liderado di-
la creciente demanda de servicios de salud chos grupos. Y al señalar esto, no niego que
por los sectores sociales subalternos, y de los luego de este “disparador” organizador, suje-
tiempos cada vez más reducidos de la con- tos y microgrupos impulsen dichos procesos,
sulta médica. Si bien ambos objetivos no son aun cuando estos siguen siendo financiados
antagónicos, la cuestión está ¿en dónde colo- externamente. Pero además me preocupa la
camos el peso del desarrollo de los sistemas penetración de la industria químico/farma-
de salud en términos “ideales” y en términos céutica en el financiamiento y liderazgo de
de posibilidades? estos grupos, por lo menos en países euro-
Lo cual se relaciona con un proceso que peos y en EEUU, ya que no contamos con
me ha preocupado reiteradamente y que estudios para América Latina.
tiene que ver, en términos simplificados, Por otra parte, especificar qué es resis-
con la capacidad de agencia de los sectores tencia, no solo en términos de movimientos
subalternos respecto de los procesos de s/e/a- sociales sino individuales, microgrupales o
p(54); con la posibilidad de generar organiza- comunitarios, implica decisiones interpretati-
ciones autónomas y alternativas por parte vas difíciles de establecer. ¿Cuándo la no ida
de la sociedad civil que no sean cooptadas al médico es producto de la falta de médi-
o reorientadas por las fuerzas sociales do- cos o de recursos económicos, y cuándo es
minantes; así como de generar resistencias, una actitud negativa hacia la biomedicina?
empoderamientos o acciones concretas alter- ¿Cuándo la automedicación constituye una
nativas respecto de los procesos de s/e/a-p. forma de empoderamiento respecto de la
Y lo que observo me preocupa, ya que de biomedicina, y cuándo un proceso social
mi revisión surge que los procesos de s/e/a-p que racionaliza el tiempo propio o determina
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problemas, mientras que para otros están res- de dichos pueblos. Y esta expansión suele ser
tringidos. Dentro de las comunidades, por más analizada en términos del dominio creciente
homogéneas que sean, siempre existen acto- de una racionalidad instrumental y de una
res con mayores posibilidades y beneficios hegemonía biomédica, que puede ser cues-
diferenciales, y no solo en términos socioeco- tionada apelando a las medicinas nativas. Y
nómicos, sino también de poder y culturales. si bien la teorización de estas propuestas no
Pero hay que señalar que si bien el texto suele ser realizada por antropólogos médicos
de Ponce y Nuñez propone acciones con- latinoamericanos, una parte de ellos adhiere
cretas, sin embargo, no aclara un problema a los que nos hablan de las epistemologías
básico, ya que no indica qué podemos o del sur o a las orientaciones autodenomina-
debemos hacer ante los grupos originarios das decoloniales. Pero ocurre, que estas pro-
y no originarios que no quieren modificar puestas no solo son básicamente ideológicas,
su propia cultura respecto de enfermedades sino que, en el caso de las primeras, repiten
que los están afectando y hasta diezmando, lo que parte del pensamiento europeo desa-
prefiriendo seguir con sus usos y costumbres, rrolló entre 1920 y 1950; y en el de los de-
como ocurrió recientemente en varios países coloniales no van más allá de las propuestas
africanos con la enfermedad de Ébola o en de teorías como las de la “negritud” o de la
el cordón calvinista holandés respecto de la “decadencia de occidente”.
epidemia de influenza A (H1N1), ya que este La señalada constituye la última incerti-
no es solo un problema latinoamericano ni dumbre teórica e ideológica que presento en
exclusivamente étnico. este texto y que, como siempre, se resuelve
Necesitamos asumir que para los antro- en la práctica; una práctica que indica que
pólogos médicos latinoamericanos los pro- cada vez más los antropólogos optamos por
cesos de s/e/a-p son parte intrínseca de la la intervención o, por lo menos, su acompa-
cultura de todo grupo social, y especialmente ñamiento, solucionando nuestros conflictos
de los pueblos originarios, por lo que ven la y contradicciones apelando a las metodo-
expansión de la biomedicina como una de las logías situadas, comprometidas o simple-
principales amenazas a la identidad cultural mente útiles.
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Recibido: 17 de abril de 2018 | Versión final: 25 de junio de 2018 | Aprobado: 16 de agosto de 2018
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