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UNIDAD 2: TERAPIA PSICOANALÍTICA

1. Estudio de los conceptos básicos que subyacen a la técnica psicoanalítica: evolución histórica.
La evolución histórica de la terapia analítica
Empleo la expresión procedimiento técnico para referirme a una medida, un instrumento, un modo de
obrar, unos medios a que recurre el terapeuta o del paciente con el fin de favorecer los procesos de
terapéuticos. La hipnosis, la sugestión, la asociación libre y la interpretación son ejemplos de
procedimientos técnicos.
Un proceso terapéutico es una serie interrelacionar de sucesos psíquicos dentro del paciente, una
continuidad de fuerzas y actos psíquicos que tienen un fin o efecto reparador. Suelen provocarse por los
procedimientos técnicos. La abreacción, la recuperación de recuerdos y el insight son procesos
terapéuticos.
La técnica si Psicoanalítica no se descubrió ni se inventó de repente, si no que se fue haciendo poco a
poco, a medida que Freud se esforzaba en hallar el medio de ayudar eficazmente a sus pacientes
neuróticos.
Es posible delinear diferentes fases en el desarrollo de los procedimientos técnicos y en la teoría del
proceso terapéutico.
• Cambios en los procedimientos técnicos
En sus comienzos, Freud aplicó la estimulación eléctrica, la hidroterapia, el masaje, etc. Descontento de
los resultados, empezó emplear la hipnosis en diciembre de 1887, según parece con la intención de hacer
desaparecer los síntomas del paciente.
El caso de Emmy von N., tratada en 1889, es significativo porque en el empleo por primera vez Freud la
hipnosis con fines catárticos. Su método terapéutico consistió en hipnotizar a la paciente y ordenarle que
hablara del origen de cada uno de sus síntomas. La paciente respondió sacando una serie de recuerdos,
acompañada de una gran cantidad de afecto. Al final de algunas sesiones Freud sugería que la paciente
olvidara los inquietantes recuerdos emergidos.
Para 1892 comprendió que su capacidad de hipnotizar pacientes era muy limitada y hubo de decidirse a
elegir entre abandonar el tratamiento catártico o intentarlo sin llegar al estado de sonambulismo. Mandaba
sus pacientes acostarse, cerrar los ojos y concentrarse. Aplica presión en la frente en momentos dados de
insistía en que aparecieran los recuerdos.
Para 1883 había ya terminado la esencial obra sobre la interpretación de los sueños, aunque no se publicó
hasta 1900 parece plausible suponer que la capacidad de entender la estructura y el sentido del sueño
incrementara su destreza interpretativa. Por medio de las interpretaciones y construcciones podía llegar
hasta los recuerdos reprimidos.
El procedimiento de la asociación libre se hizo conocido como la regla básica o fundamental del
psicoanálisis. La asociación libre ha seguido haciendo el método básico y exclusivo de comunicación para
los pacientes en tratamiento psicoanalítico. Y la interpretación es todavía el instrumento decisivo del
psicoanalista.
• Cambios en la teoría de proceso terapéutico
Los estudios sobre la histeria pueden considerarse el comienzo del psicoanálisis. Breuer y Freud
sostenían que “los distintos síntomas histéricos desaparecían inmediata y definitivamente en cuanto se
conseguía despertar con toda claridad del recuerdo del proceso provocador, y con él el afecto
concomitante”. Según ellos, solo se podía llegar a aquellas experiencias por medio de la hipnosis.
La descarga de los afectos estancados privaría de su fuerza al recuerdo patógeno y los síntomas
desaparecerían.
En este punto de la historia del psicoanálisis se consideraba que los procesos terapéuticos eran la
abreacción y el recuerdo. Se hipnotizaba al paciente y se trataba de hacerle recordar el hecho traumático
porque entonces tendría una experiencia catártica y curativa.
Freud fue comprendiendo que dentro de la paciente había una fuerza que se opone a al tratamiento. Así
llego a la conclusión de que aquella fuerza, que era una resistencia al tratamiento, era la misma que
impedía a las ideas patógenas hacerse conscientes. El fin era defensivo. La tarea terapéutica consistía en
vencer esa resistencia, Y lo hacía mediante el apremio, presionando, apretando con el médico podía

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quedar “perturbada“. Esto puede suceder si la paciente se siente desatendida, si se hace sexualmente
dependiente o si se transfiere a la figura del médico las penosas ideas del contenido del análisis. Se
trataba esto haciéndolo consciente y siguiendo sus huellas hasta el momento del tratamiento en que
apareciera, y entonces se intentaba persuadir a la paciente de que prosiguiera su comunicación a pesar de
Éstos sentimientos. Así descubrió Freud los fenómenos de resistencia y transferencia pero en lo esencial
los consideraba obstáculos para su labor. Tenían evitarse o superarse.
Freud parece haber comprendido que un proceso terapéutico no podía efectuarse en una sola operación
porque los síntomas neuróticos tenían múltiples causas.
La hipnosis y la sugestión ocultan las resistencias y obstruyen la visión que el médico tiene de las fuerzas
psíquicas. Evadiendo las resistencias uno solo puede obtener información incompleta y un éxito
terapéutico transitorio. La tarea terapéutica consiste en vencer las resistencias, anular las represiones y
entonces se colman las laguna de la memoria. Esto no contradice el hecho de que la abreacción tiene un
efecto terapéutico. Al favorecer la descarga de tensiones emocionales, se procura el paciente una
sensación temporal de alivio.
Ahora había mayor interés por volver consiente lo inconsciente, suprimir la amnesia y recobrar los
recuerdos perdidos. La resistencia se convirtió en una piedra angular de la teoría psicoanalítica y se
relacionaba con las fuerzas que habían producido la represión, el analista aplicaba el arte de la
interpretación para vencer la resistencia.
La transferencia, destinada a ser el mayor obstáculo del psicoanalista, se convierte en su más poderoso
auxiliar cuando el médico consigue adivinarla y traducírsela al enfermo.
En su trabajo “recuerdo, repetición y elaboración” describía el problema especial de actuar en relación con
la transferencia y la resistencia y los relaciona con una compulsión de repetir. También empleo el término
de neurosis de transferencia, para denotar que durante el psicoanálisis el paciente reemplaza su neurosis
ordinaria por su implicación con el analista.
La sugestión no se utiliza para obtener recuerdos y no es ya un recurso principal en el psicoanálisis.
Puede utilizarse como una medida temporal de sostén.
La abreacción no se considera allá un fin terapéutico pero es válida de otros modos. El analista sigue
intentando la barrera de la conciencia, pero se sirve de la asociación libre, el análisis de los sueños y la
interpretación. El campo principal de la labor analítica es el de la transferencia y resistencia. Esperamos
hacer consciente lo inconsciente, recobrar recuerdos arrinconados y superar la amnesia infantil. El fin del
psicoanálisis es en definitiva aumentar fuerza relativa del Yo respecto del Superyó, el Ello y el mundo
exterior.
Conceptos teóricos esenciales para la técnica
 La relación entre teoría y practica
Hay una buena relación de reciprocidad entre teoría y práctica. Hay analistas que formulan teoría con
demasiada rapidez basándose en unos datos clínicos. El psicoanalista tiene que atender el material de su
paciente u dejar que sus propias fantasías asociativas y recuerdos funcionen libremente; pero tiene que
escudriñar y exponer a sus facultades intelectuales los conocimientos así obtenidos antes de poder
transmitírselos sin peligro al paciente. La capacidad de dejarse uno asociar libremente se adquiere con la
experiencia del analista que fue exitosamente analizado. Para emplear efectivamente el saber teórico en la
práctica hay que dominarlo primero intelectualmente. Es importante que el psicoanalista conserve la
facultad de oscilar entre el empleo de la empatía y la intuición por una parte y sus conocimientos teóricos
por otro.
 La teoría psicoanalítica de la neurosis
El psicoanálisis afirma que las psiconeurosis se basan en el conflicto neurótico. Es un conflicto
inconsciente entre un impulso del Ello que busca su descarga y una defensa del Yo que impide la
descarga directa del impulso o su acceso a la conciencia.
El mundo exterior desempeña un papel importante en la formación de la neurosis. El mundo que nos rodea
puede movilizar tentaciones instintuales. El Superyó es la instancia que hace parecer prohibido del impulso
instintivo del Yo. El Ello nunca deja de buscar su descarga. El Yo, para calmar las exigencias del Superyó
tiene que desfigurar incluso esos derivados instintuales para que aparezcan de alguna forma disimulada.
El Superyó hace entonces que el Yo se sienta de todos modos culpable y la actividad instintiva
desfigurada ocasiona dolor.

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El factor clave para entender el resultado patógeno del conflicto neurótico es la necesidad que el Yo tiene
de gastar constantemente sus energías para tratar de impedir a los peligrosos impulsos el acceso a la
conciencia y a la motilidad. El yo empobrecido es incapaz de seguir con su labor defensiva y se ve
invadido a tal grado que debe permitir alguna descarga instintiva. Estas descargas involuntarias
desfiguradas y disminuidas se manifiestan clínicamente como los síntomas de la psiconeurosis. Al final lo
reprimido retorna en forma de síntomas.
 La metapsicología del Psicoanálisis
Se refiere al número mínimo de supuestos en que se basa el sistema de la teoría psicoanalítica. Freud
formulo solo 3 puntos: tópico, dinámico y económico. Las implicaciones clínicas de la metapsicología
indican que para comprender un suceso psíquico es necesario analizarlo desde 6 puntos de vista:
1. Tópico: El proceso primario gobierna el material inconsciente y el proceso secundario dirige los
fenómenos consientes. El material inconsciente solo tiene un objetivo: la descarga. No hay sentido del
tiempo, ni orden, ni lógica. La condensación y el desplazamiento son otras características del proceso
primario.
2. Dinámico: Entiende que los fenómenos mentales son resultado de la interacción de fuerzas.
3. Económico: Concierne a la distribución, transformación y a los gastos de energía psíquica.
4. Genético: Concierne al origen y desarrollo de los fenómenos psíquicos. Estudia los factores biológicos-
constitucionales como también las experiencias.
5. Estructural: Supone que el aparato psíquico puede dividirse en varias unidades funcionales duraderas:
Yo, Ello y Superyó.
6. Adaptativo: todas las proposiciones acerca de la relación con el medio ambiente, los objetos de amor y
odio, las relaciones con la sociedad, etc. Se basan en esta hipótesis
 La teoría de la técnica psicoanalítica
Es una terapia causa. Su objetivo es resolver los conflictos neuróticos del paciente, incluso las neurosis
infantiles que sirven de núcleo a la neurosis adulta.
El procedimiento que el psicoanálisis quiere que el paciente emplee para facilitar la comunicación de los
derivados es la asociación libre, llamada la “regla básica”.
Dejando que las cosas le vengan a la mente, se produce una regresión al servicio del yo y tienden a salir a
la superficie los derivados del yo inconsciente, el ello y el superyó. La tarea del analista consiste en
analizar estos derivados del paciente.
Aunque el que padece una neurosis llega al tratamiento psicoanalítico por el motivo consiente de desear
un cambio, hay dentro de las fuerzas inconscientes que se oponen al cambio, y defienden la neurosis.
Estas fuerzas se denominan resistencias. Las resistencias proceden de las mismas fuerzas defensivas del
yo que forman parte del conflicto neurótico. Los pacientes neuróticos son propensos a las reacciones
transferenciales. La frustración instintual del neurótico tiende a hacerle buscar inconscientemente objetos
hacia los cuales desplaza sus impulsos agresivos y libidinales. La transferencia es volver a vivir el pasado
y no entender el presente por querer entenderlo en función del pasado.
Las actitudes relativamente no neuróticas, racionales y realistas del paciente para con el analista
configuran la alianza terapéutica.
La técnica psicoanalítica está directamente apuntada hacia el Yo, porque solo este tiene acceso al Ello, al
Superyó y al mundo exterior. Nuestro fin es hacer que el Yo renuncie a sus defensas patógenas o que
halle otras más propias.
El trabajo psicológico que se hace después de obtenido un conocimiento intuitivo y que conduce a un
cambio estable de comportamiento o actitud se llama traslaboracion.
Los componentes de la técnica
o La producción del material
1. Asociación libre
Por lo general se inicia después de haber concluido las entrevistas preliminares. Parte de la evaluación
consistía en determinar si el paciente tenía en sus funciones yoicas la elasticidad de oscilar entre las
funciones yoicas mas regresivas que se necesitan en la asociación libre y las funciones yoicas más

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avanzadas necesarias para entender las intervenciones analíticas, responder a las preguntas directas y
resumir la vida cotidiana.
El paciente suele asociar libremente sus ideas en la mayor parte de la hora, pero también puede
comunicar sus sueños y otros sucesos de la vida diaria o de su pasado.
2. Las reacciones transferenciales
La transferencia es sentir impulsos, actitudes, defensas respecto de una persona en la actualidad que no
son apropiadas para tal persona y son una repetición, un desplazamiento de reacciones nacidas en
relación con personas que tuvieron importancia en la primera infancia.
El paciente propende a repetir en lugar de recordar. El análisis de la transferencia llevara a recuerdos, al
insight y al final al cese de la repetición.
La transferencia positiva se refiere a las diferentes formas de apetencias sexuales así como el amor, el
respeto o el gusto por el analista. La transferencia negativa entraña alguna variedad de agresión en
forma de enojo, disgusto, odio o desprecio por el analista.
La neurosis de transferencia designa la constelación de reacciones transferenciales en que el analista y el
análisis se han convertido en el centro de la vida emocional del paciente, quien revive sus conflictos
neuróticos en la situación analística. Dicha neurosis de transferencia, solo puede resolverse por el análisis.
En las formas anti analíticas de psicoterapia, las reacciones de transferencia no se analizan, sino que se
satisfacen y manipulan. El terapeuta asume el papel de alguna figura del pasado, real o imaginaria y
satisface algún deseo infantil del paciente. El paciente podría sentir una mejoría temporal o incluso creerse
“curado”. Pero esas “curas” son pasajeras y duran solo mientras la transferencia idealizada del terapeuta
está intacta.
3. Las resistencias
Todas las fuerzas que dentro del paciente se oponen a los procedimientos y procesos de la labor
psicoanalítica. Es decir, las resistencias se oponen al analista, a la labor analítica y al Yo razonable del
paciente.
Al psicoanalista le toca descubrir la forma en que resiste el paciente, a que se resiste y por qué lo hace. La
causa inmediata de una resistencia es siempre la evitación de algún afecto doloroso como la ansiedad, la
culpabilidad o la vergüenza. Se descubrirá que lo que la resistencia quiere evitar es el medio a un estado
traumático.
Hay que diferenciar resistencias ego sintónicas de las ajenas al yo. Si un paciente siente que una
resistencia es ajena a él, está dispuesto a tratarla. Si es ego sintónico, puede negar su existencia, tratar de
reducir su importancia o de liberarse de ella racionalizándola. Uno de los primeros y decisivos pasos en el
análisis de una resistencia es convertirla en ajena al yo para el paciente. Una vez realizado esto, el
paciente formara una alianza de trabajo con el analista y se identificara temporal y parcialmente con él por
su disposición a tratar analíticamente sus resistencias.
o El análisis del material del paciente
Caracteriza todas las técnicas consideradas analíticas que tienen como objetivo directo incrementar el
insight que el paciente tiene de sí mismo. El procedimiento analítico más importante es la interpretación.
Suele comprender 4 procedimientos:
1. Confrontación: El fenómeno en cuestión tiene que resultar explicito para el Yo consiente del paciente.
Mostrarle algo, confrontarlo con la resistencia.
2. Aclaración: El paciente aclara lo que cree que le sucedió para hacer esa resistencia. Tiene a enfocar
nítidamente los fenómenos psíquicos que se están analizando. Hay que extraer los detalles significantes y
separarlos cuidadosamente de la materia extraña.
3. Interpretación: Hacer consiente lo inconsciente. Al interpretar vamos más allá del directamente
observable y atribuimos significado y causalidad a un fenómeno psicológico. Necesitamos ver la reacción
del paciente para poder determinar la validez que merece nuestra interpretación.
4. Traslaboración: Se trata de una compleja serie de procedimientos y procesos que se producen
después de presentarse un insight.

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Son todos los insight que el paciente hace dentro y fuera de la sesión. Son nuevas asociaciones acerca de
lo que le está pasando. Pone en movimiento muchos procesos circulares en los que el insight, el recuerdo
y el cambio de comportamiento se influyen mutuamente.
La labor analítica que hace posible el que el insight lleve a un cambio es la traslaboración.
o Alianza de trabajo
Es consiente. Es la relación racional y relativamente no neurótica entre paciente y analista que hace
posible la cooperación decidida del paciente en la situación analítica.
Las manifestaciones clínicas de esta alianza son la disposición del paciente a realizar los diversos
procedimientos del psicoanálisis y su capacidad de trabajar analíticamente con los insight dolorosos y
regresivos que provoca. La alianza se forma ente el Yo razonable del paciente y el Yo analítico del
analista. Lo que ocurre es una identificación parcial y temporal del paciente con la actitud y el modo de
trabajar del analista que el paciente percibe directamente en las sesiones analíticas regulares.
El paciente, el analista y el encuadre analítico contribuyen a la formación de esta alianza de trabajo. Las
funciones del Yo del paciente desempeñan un papel decisivo, ya que la capacidad de establecer una
relación múltiple con el analista solo es posible teniendo un yo flexible.
El modo de trabajar del analista, su estilo terapéutico y el encuadre analítico, producen una “atmosfera
analítica”, que es un medio importante de inducir al paciente a aceptar que someta a juicio algo hasta
entonces rechazado. Esta atmosfera favorece la alianza de trabajo y atrae al paciente temporal y
parcialmente hacia la identificación con el punto de vista del analista.
La alianza de trabajo es aquella parte de la relación con el analista que posibilita la cooperación del
paciente en la hora analítica. Bajo esta influencia el paciente quiere entender las instrucciones e insights
del analista, repasa y vuelve a repasar las interpretaciones y reconstrucciones, y eso contribuye a la
integración y asimilación del insight logrado.
Indicaciones y contraindicaciones
Indicada: neurosis, neurosis obsesiva y compulsiva, enfermedades psicosomáticas, pacientes con CI
medio o superior, depresiones psiconeuroticas e histeria de ansiedad
Contraindicaciones: esquizofrenia, psicosis maniaco-depresivas, depresiones melancólicas, borderline,
psicopatía (por el acting y la terapia requiere de la palabra), pacientes infradotados (no pueden hacer
asociación libre), las personas que no pueden pensar con claridad y tienen dificultades para expresarse,
personas impulsivas, personas que no toleran la espera, la frustración o los aspectos dolorosos y las
embarazadas no pueden hacer psicoanálisis de diván (no hacer regresiones), pero si cara a cara
2. El material psicoanalítico: sucesos en la sesión. El material que es y el que aún no lo es.
Material clínico en los distintos encuadres. Material y espacios psíquicos. Lo dicho y lo no
dicho en la sesión. Un significante para los distintos espacios. Incidencia del material en el
analista.
El material psicoanalítico
El material es la sustancia extensa e impenetrable con la cual se hace algo, que es capaz de recibir
cualquier forma (psiquismo maleable con la asociación libre).
En psicoanálisis son los elementos que desde el principio darán acceso al conocimiento y con los cuales
se llevara a cabo la tarea de transformación y el armado de la construcción realizada por el yo del paciente
o del analista. Con este material el analista transforma el aparato psíquico del paciente a su favor, arma
elementos ordenados (armado constructivo).
El material clínico potencial es todo aquello que sucede en el transcurso de una sesión analítica entre el
paciente y el analista, ampliando esto a todo lo que ocurre entre ambos a partir del momento en que
establecen su zona de encuentro. Es decir, el material clínico es todo aquello que se da entre ambos y se
recorta en el dialogo, teniendo la capacidad de ser transformado.
Sucesos en la sesión
El material es de diferente orden, dependiendo del contexto en el cual tiene la posibilidad de adquirir
significado. Los contextos posibles en sesión son:
a) Interpretación

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b) Comentarios (paciente)
c) Diagnóstico y estrategias: hipótesis sobre las estructuras de personalidad, rotulación de la enfermedad
d) Justificación y validación de las hipótesis
e) Descubrimiento de nuevas hipótesis teóricas
f) Discurso no analítico: volver de las regresiones a la parte consiente para cerrar la sesión
El material que es y que aún no es
La movilización transferencial y la creación de un campo propicio para el surgimiento del material puede
inaugurarse desde el llamado “Te”, del probable paciente.
El material psicoanalítico es el conjunto de emociones, acciones, pensamientos y habla que está a la
búsqueda de sentido inconsciente, se establece en los encuentros.
Material que aún no lo es: en una sesión hay situaciones que provienen de un funcionamiento primario. En
muchas ocasiones carecen de la investigación necesaria para su transformación en palabras. Lo que suele
equipararse a fallas de la función analítica y obliga a respuestas directas y concretas, son aquellas que
siendo formalmente interpretaciones incluyen consejos, advertencias o aclaraciones.
La segunda fuente del área intermedia nos lleva a decir que no necesariamente todo tipo de discurso abre
un camino al inconsciente. Durante una sesión hay momentos que funcionan desprovistos de las
características clásicas del material clínico. Se abren 3 posibilidades: 1) el material no coincide con
nuestras predicciones; 2) el discurso del paciente requiere una intervención de nuestra parte o comentario
cercano al lenguaje cotidiano externo a la sesión y 3) simplemente no es material analítico.
Material clínico en los distintos encuadres
Las consideraciones acerca del material son extensibles a los diferentes encuadres: individual, de pareja,
de familia y de grupos.
Una particularidad de los encuadres multipersonales es que el analista por momentos se pregunta y
contesta si lo dicho corresponde a un solo yo o a ambos cuando se trata de una pareja, o a varios yoes si
es una familia o grupo. La cuestión acerca de cuál es el espacio hablado por los distintos yoes se basa en
que aquello designado como intersubjetivo, inevitablemente incluye un sector vincular y la interpretación lo
transforma en una zona intersubjetiva donde pierde en parte su carácter estrictamente “individual”.
La sesión psicoanalítica de configuración vincular compone un espacio intersubjetivo con tres (incluyendo
al analista) o más sujetos. El material inherente de estos encuadres proviene de estar incluido en un
vínculo con el juego de percepciones y vías de acceso en las cuales se privilegia en parte lo visual y en
parte lo contextual. Otra parte es transmitida por el acto verbal y por fin otra parte la constituye el registro
del clima emocional.
Encuadre individual: silla del terapeuta y diván del paciente. Hay varios yoes: todos los personajes que
vienen a la consulta por la palabra del paciente, esto se debe a que el ser humano tiene una multiplicidad
de vínculos. Por lo menos hay tres personas.
La dificultad de pensar una interpretación se debe a varias causas: 1) su modelo teórico provisionalmente
no tiene respuesta para significar lo ocurrido en sesión, 2) el impacto contratransferencia por estar
excesivamente comprometido con el material de la sesión estimula sus puntos ciegos individuales y
vinculares y tener dificultades para identificarse con lo que se está diciendo para encontrar un sentido, 3)
supone estar en contacto con el material y, por ende, podría interpretar, pero estratégicamente decide
postergar el momento de enunciación y espera y 4) muchas veces y resistencialmente los pacientes evitan
ciertos temas por considerarlos no pertinentes a un encuentro dado.
Material y espacios psíquicos
Una primera tarea es la de distinguir y diferenciar los significantes correspondientes a cada una de las tres
áreas. Su discriminación puede ser por momentos clara y nítida, en tanto otras veces las áreas se
superponen, y llegar a confundir tanto al paciente como al analista.
El analista habrá de discriminar si los significantes que aparecen en el material de la sesión como
correspondientes a uno y otro de los espacios son resultado de un desplazamiento, transformación
mediante, o si corresponden a su espacio de origen por lo que frente a un significante observado es
necesario afinar la observación para adjudicar el observable al espacio pertinente.

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Un tipo de material privilegiado en sesión individual son los sueños.
Siempre están presentes en la sesión todos los miembros (de manera concreta o porque el paciente los
trae en su discurso) que la ocupan. Su distinción puede ser clara por momentos y en otros, superpuesta.
Lo dicho y lo no dicho en la sesión
 Se parte del supuesto que todo lo dicho por el paciente, lo sepa o no, habla por sí mismo.
 Un paciente individual hablara de su interior y sus relaciones de objeto.
 Una pareja o una familia hablaran de su mundo vincular y de su relación con los otros.
 Los referentes sociales hablaran del mundo sociocultural.
 Las particularidades de estos encuadres, además del surgimiento del material vincular, es la incidencia
del aspecto singular de sus integrantes. Ej.: si un paciente debe ser intervenido quirúrgicamente, el
analista deberá preguntarse en qué zona o no podría ubicar al médico.
 Es muy particular el encuadre cuando se plantea en relación al cuerpo enfermo.
 También puede ocurrir que el analista identificado con el paciente puede evocar pasajes de sí mismo.
 A veces, el relato no informa verbalmente acerca de un clima de malestar, no cuenta un conflicto
manifiesto (pelea, discusión, malentendido, desacuerdo). Sin embargo, las caras, el tono, la actitud
corporal, reflejan un estado de tensión aparentemente desligado de las palabras. (eso es lo no dicho)
Un significante para los distintos espacios
El recorte del material de las sesiones se hace teniendo en cuenta cual es la ansiedad subyacente y las
defensas vinculares.
Otra es la fusión y discriminación entre partes infantiles y partes adultas en la bisexualidad; entre
femenino-masculino; en lo generacional entre padres e hijos.
Siempre está la tentación cuando se selecciona el material del criterio ideológico.
Incidencia del material en el analista
El material opera de dos maneras:
a) Se impone, impidiéndole pensar por cuenta propia por tener la vivencia de estar en el mismo espacio-
tiempo que el paciente. Ej.: que el material este basado en la agresión y el odio o en el amor. Medir si
es conveniente que el paciente siga asociando, de acuerdo a la densidad con que habla.
b) Tiene cierto margen en el tiempo y espacio, con lo cual se introducen opciones para abrir el campo de
la significación.
3. Las entrevistas previas a la iniciación del tratamiento. La consigna de las entrevistas.
Cuando se produce el comienzo de la primera entrevista. Diferencia entre entrevista inicial y
sesiones.
Las entrevistas previas a la iniciación del tratamiento
o Comienza cuando el paciente construye una escena imaginaria de su relación con el terapeuta.
o Periodo entre el pedido de ayuda y la indicación más precisa
o Ver si el paciente es factible o no de ser analizado
La decisión de iniciar un tratamiento psicoanalítico tiene su origen en algún momento de la vida de una
persona y por motivaciones varias que en determinada circunstancia se transforman conscientemente en
motivo desencadenante del deseo de tratarse. Esto se concreta en la búsqueda de un terapeuta y el
encuentro establece como comienzo un espacio-tiempo llamado “entrevista previa”, “iniciales” o
“preliminares”. Esto presupone un futuro de cualquier tipo de encuadre.
Consigna ubica al analista y al paciente en una relación asimétrica, que marca una diferencia en la
vivencia de ambos. El terapeuta tiene un esquema referencial, compuesto por sus experiencias y sus
teorías previas, y ello determina la elección de los signos e índices observados por él. El paciente también
tiene teorías previas y acuerdos inconscientes acerca de lo que desea o no mostrar, tanto para no
perturbar su convivencia como para evitar un sufrimiento mayor o sostener débil o fuertemente su
estructura mental y vincular. Ello forma parte de las dificultades con las que se enfrenta el terapeuta.

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La entrevista constituye el marco adecuado para el establecimiento de un acuerdo mínimo sobre el cual
basar una relación mutua. Establecer y organizar una decisión mutua con miras a desarrollar una tarea en
común tiene su importancia, dado que muchas resistencias se apoyan en la falta de claridad de algunas
explicitaciones.
El proyecto de las entrevistas incluye la idea de conocer quién será el futuro paciente, así como darse a
conocer como el futuro terapeuta.
Las primeras entrevistas sirven para evaluar también la proximidad o el alejamiento de la conciencia de los
conflictos inconscientes.
La entrevista provee un marco adecuado para que el terapeuta pueda ser pensado. El paciente también
devuelve una mirada al analista acorde a como es escuchado. Cuando se trata de una estructura vincular,
en una entrevista inicial las persona no solo conocerán como son miradas, pensadas y registradas por
ellas mismas, sino que también por el o los otros. El analista, entonces, se transforma en alguien capaz de
devolver otra imagen hasta ahora no registrada por el paciente sufriente.
Cuando se trata de un conjunto de personas ligadas por relaciones de parentesco o reciprocas, uno de los
objetivos de las entrevistas es detectar como el sufrimiento atraviesa el vínculo y como lo padecen quienes
ocupan un lugar en el.
El terapeuta debe analizar también el significado de la derivación, ya que puede aportar alguna
comprensión.
La consigna de las entrevistas
Es aconsejable hacer alguna formulación para dar comienzo y enmarcar la tarea, algo así como encuadrar
la reunión paciente-terapeuta.
El hecho de enunciar una consigna ubica al analista u al paciente en una relación asimétrica y en
consecuencia hay una vía facilitada para investigar en los vínculos algunas diferencias generacionales, de
sexo y yo-otro.
La consigna no solo define el espacio analítico sino también un marco temporo-espacial de entrevista que
habrá de ser diferente del de la sesión. Marcar la diferencia tiene su importancia cuando el paciente tiende
defensivamente a anularla para evitar la vivencia de verse examinado, o por temor a no ser aceptado.
¿Cuándo se produce el comienzo de la primera entrevista?
Primeras entrevistas: periodo que transcurre entre el pedido de ayuda más o menos explícito y el momento
en que se decide la indicación más precisa, un periodo diferenciado y bien acotado. Llaman a estas
entrevistas preliminares y no diagnósticas.
Las primeras entrevistas deberán abrirnos puntos de interrogación.
Comienza cuando el paciente construye una escena imaginaria de su realización con quien vaya a ser su
futuro terapeuta. El llamado telefónico es tan solo un hito específico: moviliza la fantasía y ubica al otro en
un cierto lugar, así como arroja información acerca de la probable estructura del vínculo.
En los pedidos de análisis de familia o de pareja, descubrir sobre quien recayó la elección o quien elige
hacer el movimiento activo, provee alguna información al analista.
Cuando las primeras entrevistas no se transforman en tratamiento es probable que una de las causas sea
que el sufrimiento y el requerimiento de modificarlo este distribuido de forma tan asimétrica que vislumbrar
la probabilidad de una modificación puede resultar intolerable o, por lo menos, tornarse una grave
amenaza para el mantenimiento de la estructura vincular.
Diferencia entre entrevista inicial y sesiones
ENTREVISTA INCIAL
Tienen indicaciones propias del encuadre temporal y de la fuerza dada por el conocerse mutuamente.
Tienen una conducta orientadora e indagatoria a la cual se le llama intervenciones. Suelen estar señaladas
por el escritorio. Los señalamientos son un acceso a un nivel entre preconsciente y consciente. Equivalen
a llamar la atención sobre algún fragmento de lo hablado o hecho. Las formulaciones del terapeuta
transmiten una imagen de quien es, de cómo es el encuadre, de lo que se puede y de lo que no se puede
esperar de él. Tienen como objetivo diseñar y hacer perceptible el espacio-paciente que difiere en grado
mayor o menor del pensado. No todos los terapeutas utilizan las mismas técnicas para las primeras
entrevistas. Algunos hablan libremente, otros dirigen las entrevistas a fin de indagar algunas zonas

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específicas. Intenta capar si están dadas las condiciones para el despliegue de un tratamiento analítico.
Recaba información acerca de la situación desencadenante del pedido de tratamiento y de la significación
del relato de la historia personal. Da la indicación del tipo de terapia: psicoanálisis individual, de pareja,
grupo, fliar, alguna combinación, internación, etc.
SESIONES
Tienen una conducta interpretativa
Señaladas por el diván-sillón, o donde hay sillas-diván-sillón y donde pueden estar todos sentados sin
interposición. Para que haya sesiones el acuerdo mutuo pasara por una nueva formulación donde se
formaliza el ser tratado y el querer tratar a ese paciente.
3. El encuadre en las entrevistas preliminares. El contrato con el paciente. La estabilidad y las
alteraciones. Lo silencioso del encuadre y lo silenciado en él.
El encuadre en las entrevistas preliminares
Reglas utilizadas a favor de nosotros, que permiten al paciente organizarse en función de esto. Espacio,
tiempo y honorarios. Esto le da tranquilidad al paciente.
Es de buena técnica hacer las entrevistas en el menor tiempo posible y con una separación entre ellas. Tal
vez porque en caso de tener que derivar al paciente, si las entrevistas se prolongan por demás, el tipo de
transferencia desplegada podría dificultar el pasaje a otro terapeuta o a otro encuadre.
El encuadre se constituye como un conjunto de prescripciones y prohibiciones que enmarca un límite de
espacio-tiempo donde es posible que se desarrolle una tarea.
El encuadre tiene varias razones: una es de tipo científico y se refiere a las condiciones de máximo rigor
posible para realizar una observación dada. También una razón práctica, permite proteger tanto al
paciente como al analista del surgimiento de cualquier tipo de arbitrariedad dependiendo del deseo de uno
o de otro.
El contrato con el paciente
ADULTOS: Los arreglos que involucran la búsqueda y la elección del futuro terapeuta y la formulación de
un contrato son acordados por el mismo paciente, pues se trata de su paciente y su propia intimidad.
NIÑOS: Los padres deciden la oportunidad del tratamiento y la elección del terapeuta. El niño constituye
su psiquismo con los padres, algo no anda bien y ellos lo llevan con sentimiento de culpa.
PERSONAS CON TRASTORNOS PSICOTICOS: Esta es una situación diferente, se les enfrenta, se les
opone y es vivido como el que pone en evidencia algo que debería permanecer oculto.
Son los padres o algún familiar quienes se hacen cargo de fijar las cláusulas del contrato. Tanto el niño
como el paciente psicótico, solo les queda aceptar.
La estabilidad y las alteraciones
El encuadre puede ser considerado como una herramienta del terapeuta, una actitud y un
posicionamiento mental. Una parte se da a conocer mediante una serie de estipulaciones, y como tal, se
espera que sean dichas y aceptadas o reformuladas como un acuerdo de partes. Por más exhaustivas que
son las prescripciones, nunca serán completas y pueden surgir divergencias.
Cuanto más explicitas las estipulaciones yanto menos es la ambigüedad de la relación.
Una de las fuentes de estabilidad se apoya en la ilusión de contar con otro, un vínculo, un objeto, una idea
en un tiempo y espacio físico, que conlleva la posibilidad de reencontrarlos supuestamente cuando el yo lo
requiera. Es una condición oscilante y variable en el ámbito del estado emocional y vincular donde las
relaciones oscilan entre dos extremos: el de fluidez y el de la rigidez.
La fluidez del encuadre es esa condición de casi imposibilidad de reencontrarse al objeto donde se supone
que esta. La rigidez es la cualidad emocional resultante de fijar y tratar de obstaculizar cualquier variación
en la necesariamente cambiante ubicación espacio-tiempo-emocional del otro.
Cuando la alteración del encuadre se convierte en estable, lleva a interrogarse acerca de que es lo que
perdió vigencia y pasó inadvertido por lo cual los yoes siguieron funcionando como si el tiempo y las
condiciones vinculares fueran las mismas.

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Las alteraciones del encuadre son un elemento característico de él, si son ocasionales indican algo del
proceso, cuando no, pueden ser fruto de la resistencia.
Lo silencioso del encuadre y lo silenciado de el
-Los vínculos estables facilitan el silenciar e inmovilizar los diferentes y conflictivos aspectos de los yoes.
-Su relación se sostiene sobre un criterio de economía.
-Bleger señala el aspecto fusionar de la relación entre el yo y el objeto, por eso transcurre en silencio.
-Lo silenciado se transfiere e instala en el encuadre terapéutico.
-La estabilidad de lo silenciado se presta para alojar y no cuestionar las condiciones iniciales, con lo cual
siguen siendo vigentes.
-Abarca aquello no hablado y no pensado, y además no sintomático, por lo cual el paciente no se da por
enterado de su propio padecer, dado que el sufrimiento personal y vincular están cubiertos de creencias
encubridoras y, por desplazamiento, es atribuido, a otros motivos circunstanciales y no estructurales.
Ejemplo de zonas silenciadas dadas por el encuadre estable: los lugares en la mesa familiar, los lugares
de la pareja en la cama, quienes pagan los gastos, etc.
4. ¿Quién es el paciente? La interpretación. Lugar del analista. Interpretación vincular e individual.
El lugar de los sueños. Dificultades.
¿Quién es el paciente?
El paciente es alguien que padece de un sufrimiento psíquico y el analista ofrece el contacto inconsciente.
El uno da significado y existencia al otro. No existe analista sino hay paciente y viceversa. Lo habitual es
considerar como tal a una sola persona en tratamiento individual.
Es un conjunto de personas ligadas por un vínculo estable constitutivo del parentesco, lo llamamos
“paciente pareja” o “paciente familia”. O sea que es uno de los polos del vínculo terapéutico.
Ante el sufrimiento psíquico el analista se ofrece al contacto con lo inconsciente, sobre la basa de su
disposición y su conocimiento teorico-clinico.
La noción de sesión psicoanalítica está estrechamente relacionada con la de proceso psicoanalítico;
sucede en un tiempo determinado y en cada encuentro llamado sesión. Además de su dimensión espacial,
tiene un despliegue temporal. La sesión es una unidad micro temporal cuya sucesión compone el
tratamiento.
Las personas del tratamiento son aquellas que se comprometen con el terapeuta a tener las sesiones,
aquellas que aceptan ocupar el lugar, la posición del paciente.
La interpretación
o Hace consiente lo inconsciente
o Estudiada y concebida dentro del encuadre del análisis bipersonal
o Es un aspecto especifico del analista que la hace cuando el paciente ya está preparado porque en su
discurso lo fue verbalizando
o Hace que uno penetre en un mundo simbólico, donde por la regresión se vuelve a los vínculos
infantiles
o Se relaciona con el insight, le verdad propia del sujeto, el conocimiento y la posibilidad de despertar la
curiosidad por el mundo interior
o Buscar significaciones inconscientes a través del uso del vínculo transferenciales-contratransferencial
o Además, la interpretación pone en juego capacidades identificadoras del analista con su paciente
o Es un acto productor de efectos de sentido, por lo cual posibilita la entrada del sujeto en el orden
simbólico
Es un acto realizado por el analista y consiste en formular un relato verbal que se entrecruza en distintos
puntos con el del paciente. Es una formulación de naturaleza explicativa acerca de motivaciones
inconscientes que conforman la significación.
Lugar del analista

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Configurado por lo que el paciente brinda y como se coloca en el encuadre. En todos los encuadres hay
secretos y esto reubica al analista.
El lugar del analista se configura a partir del movimiento mental del ubicarse adentro por identificación y a
lo vez quedar fuera de la situación por conocer.
Ubicarse adentro/afuera coloca al analista en una posición desde la cual podrá ejercer al máximo la
capacidad de observación. También lo protege del surgimiento de una capacidad desbordante y del deseo
de incluirse en la escena primaria con su acompañamiento de excitación y entusiasmo.
Interpretación vincular e individual
¿Qué y cómo hacemos para interpretar en una sesión vincular de familia o de pareja? En primer lugar, se
trata de buscar mediante una atención lo más libremente disponible, es decir atención flotante, los puntos
o áreas comunes en el tema, o en la trama argumental compuesta por el enunciado en cada uno.
A veces el analista requiere que todos hablen, sin embargo no es pertinente incluirse en el texto de la
interpretación, si lo hacemos cuando ha sido pensada.
Toda interpretación vincular se dirige a la estructura que otorga su especificidad a la zona de encuentro
entre el yo y el otro yo, y se ocupa momentáneamente y alterativamente de cada uno de los miembros.
Otras veces se dirige a describir, despejar o reconocer como está compuesto el vínculo, y otras, al
significado que le adjudican al conjunto llamado “familia”, “pareja” o “grupo”.
Pareja o familia se ubican frente a frente o en rueda. No deben sentir que el terapeuta hace alianza con
alguno. El analista requiere que todos hablen.
La selección de datos y la producción de una nueva frase proporciona al paciente otra perspectiva tanto de
sus relaciones objétales como su configuración vincular. Desde ahí aparecen nuevas asociaciones en el
material.
Una interpretación vincular tiende a poner nombre a cada yo y devolverle de esta manera un lugar
supuestamente perdido, el lugar más próximo al que inconscientemente tiene en el conjunto.
También puede ser necesario interpretar en esa familia, en esa sesión, que sentido le otorgan a los
lugares “padre”, “madre” o “hijo” y como se condicionan desde el conjunto.
Para que el acto interpretativo adquiera el significado de un “otro mensaje”, “otro significado”. “otro
sentido”, es condición necesaria que produzcan una alteración en la organización mental y vincular.
La interpretación será individual o vincular según quien escucha, y no según a quien va dirigida. Ellos
marca una distinción radical: el sentido termina de configurarse en el que la recibe, quien otorga el
verdadero carácter de interpretación.
La estructura vincular es de tipo conjetural. En una interpretación hacer consiente lo que es de estructura
del vínculo, de sus causas y consecuencias, de cómo unos condicionan a otras y entre todos producen
fenómenos de significación.
En la interpretación individual se le habla al yo de lo que ocurre dentro de el por el influjo de sus
emociones, y como su estructura condiciona su forma de ver y vivenciar la relación con sus objetos y con
las personas que los representan.
El lugar de los sueños en la sesión vincular
 es un nuevo relato de una puesta en escena analizada previamente
 son la vía regia para penetrar en el inconsciente
 decodificar la asociación que va haciendo el paciente de su sueño
 permite el acceso más gráfico, dramático y simbólico que la misma asociación libre
 tienen por lo menos dos significados:
o permiten acceder a una escena dramatizada visualmente hasta ese momento desconocida
o el sueño es el eslabón final de una elaboración terapéutica de un determinado tema
 es factible que a un sueño contado en la sesión vincular, el o los otros produzcan asociaciones o
mencionen restos diurnos como su estimulo. El sueño, que inicialmente fue una producción individual,
se transforma poco a poco en una producción vincular

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Dificultades
Se agranda el yo (por traer a la realidad lo inconsciente), y a partir de esto el sujeto se redefine, por eso
surgen vivencias perjudiciales o entra en una transferencia negativa (siempre se tiene que dar en terapia.
Si permanece el psicólogo idealizado hay núcleos psicóticos por lo que es esperable).
La interpretación vincular fomenta la instalación del yo en una zona a la cual se cree como no compatible o
no transformable en vincular.
Es por esto que surgen vivencias persecutorias por lo cual el paciente que recibe más interpretaciones se
siente maltratado, por sentirse ubicado por el analista en el lugar de perturbado (se instala una
transferencia negativa).
A medida que pasa el tiempo esto se debilita.
5. La Resistencia: Definición. La aparición clínica. Técnica para el análisis de la resistencia. Reglas
de la Técnica relativas a la resistencia.
La resistencia: definición
Es una defensa, es una regresión. ¿Cómo se resiste?, ¿Por qué se resiste?, ¿a qué se resiste? Es el pilar
del psicoanálisis. Es en sí mismo un mecanismo defensivo. Significa oposición, todas las fuerzas dentro
del paciente se oponen a los procedimientos y procesos de análisis, es decir, que estorban la libre
asociación del paciente que obstaculizan los intentos del paciente de recordar y de lograr asimilar el
insight, que operan contra el yo razonable del paciente y su deseo de cambiar.
Puede ser consciente, preconsciente o inconsciente y puede expresarse por medio de emociones,
actitudes, ideas, impulsos, etc., es en esencia una fuerza del paciente que opera contra el progreso del
análisis.
Aparición clínica
Se presentan de muchos modos, sutiles y complejos en combinaciones o en formas mixtas, todo tipo de
comportamiento puede desempeñar una función de resistencia.
El paciente calla: Esta es la forma más transparente y frecuente de resistencia. El paciente no está
dispuesto, consciente o inconscientemente, a comentar sus pensamientos o sentimientos al analista. A
veces, a pesar del silencio, un paciente puede revelar el motivo o incluso el contenido de su silencio
inadvertido por su postura, la expresión de su rostro. Pero el silencio también puede tener otros
significados, como ser la repetición de un acontecimiento pasado en el que el silencio desempeño un
papel importante. También este silencio puede representar una escena primaria. El silencio indica que
todavía no tiene conciencia de estos impulsos y que está desarrollando una lucha entre el anhelo de
descubrir esos sentimientos y otro impulso contrario de ocultarlos.
El paciente no siente deseos de hablar: El paciente no está literalmente callado, pero siente que no tienen
ganas de hablar o no tienen nada que decir. La tarea del analista es explorar porque o de que el paciente
no quiere hablar, el estado de no tener ganas de hablar tiene una o varias causas.
Afectos que se indican resistencia: Se observa cuando el paciente comunica verbalmente, pero con
ausencia de afecto, lo que dice es seco, autónomo, incluso apático. El discurso del paciente tiene algo
extraño cuando no concuerdan la ideación y la emoción.
La postura del paciente: Se observa cuando revelan una resistencia por la postura que adoptan en el diván
y, el movimiento excesivo también indica que algo se descarga con movimientos y no con palabras; la
discrepancia entre postura y el contenido verbal también es señal de resistencia, sus movimientos parecen
narrar otra parte del relato. Si el paciente mantiene un pie afuera del diván está indicando que desea
escapar de la situación analítica, rigidez, manos apretadas.
Fijación en el tiempo: Cuando un paciente habla constantemente e invariablemente del pasado sin
mezclarle nada del presenta o a la inversa, si un paciente habla continuamente sin zambullirse otra vez en
el pasado, es que hay alguna resistencia operando.
Los acontecimientos externos o de escasa importancia: Cuando el paciente habla de sucesos
superficiales, insignificantes o relativamente desprovistos de importancia durante un periodo de tiempo
bastante largo, es que está evitando algo subjetivamente importante.
Cuando se repita el contenido sin amplificación, ni efecto o sin incremento de insight.

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Evitación del tema: Es muy propio de los pacientes recluir o encerrar las cuestiones penosas. Esto puede
hacerse consciente o inconscientemente, sobre todo con ciertos aspectos de la sexualidad, la agresión y la
transferencia.
Rigideces: Todo cuanto se vuelva rutina y el paciente ejecute sin modificaciones en las horas de su visita
ha de considerarse resistencia.
El lenguaje de la evitación: El empleo de frases hechas, de términos técnicos o del lenguaje vano es una
de las más frecuentes indicaciones de resistencias.
Suele señalar la evitación de las imágenes vivas y evocadoras del lenguaje personal, su objetivo es
retener la comunicación reveladora. Dentro de esta esta:
a) El retraso, la insistencia y el olvido de pago: puede ser consciente o inconsciente
b) La ausencia de sueños: los pacientes que no recuerdan haber soñado nada en absoluto son los que
más fuertes resistencias tienen. El olvidarse de los sueños es indicio de que el paciente está
luchando contra la revelación de si inconsciente.
c) El paciente se aburre: el aburrimiento es una defensa contra las fantasías. El aburrimiento indica que
está evitando el conocimiento del sus apremios instintuales y sus fantasías.
d) El paciente tiene un secreto: puede ser un suceso que el paciente quiera tener callado o incluso una
palabra que es incapaz de pronunciar.
e) La actuación (acting out): siempre tiene una función de resistencia, consiste en repetir la acción en
lugar de palabras, recuerdos y afectos.
f) La alegría frecuente en la consulta: la alegría frecuente en las sesiones, el gran entusiasmo y el júbilo
prolongado indican que algo se está ocultando.
g) El paciente no cambia: puede ser una forma muy sutil de actuación.
h) Resistencias silentes
Clasificación de las resistencias
Según su origen:
- Ello
- Yo
- Superyó
o Las resistencias de represión con que se refería a la resistencia de las defensas yoicas
o La resistencia de transferencia, como la transferencia que es un sustituto del recuerdo y se basa en
un desplazamiento de los objetos pasados.
o La ganancia de enfermedad o secundaria.
o La compulsión de repetición y la adhesividad de la libido
o Las resistencias que nacen de la culpabilidad inconsciente y la necesidad del castigo del Superyó.
Según los puntos de fijación:
 Oral: mutismo
 Anal: ir al baño
 Retentiva/fálica/genital
Según los tipos de defensa: averiguar qué tipo de defensa sirve a la resistencia. Ej.: anulación, evitación.
Según las resistencias: ego sintónico o egodistónica
Técnica para el análisis de la resistencia
 Consideraciones preliminares:
Analizar las resistencias, sin evitarlas ni superarlas. El análisis de las mismas ilumina el modo que tiene de
influir infraestructuralmente en las diversas funciones del yo, ello y superyó y el mundo exterior.

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Hay cuatro clases de procedimientos: confrontación, aclaración, interpretación y traslaboracion.
 Dinámica de la situación de tratamiento
La situación de tratamiento moviliza tendencias conflictivas, las fuerzas que se hallan de parte del
psicoanalista y de los procesos y procedimientos psicoanalíticos:
1. Aflicción neurótica del paciente, que lo impulsa a trabajar en el análisis por doloroso que sea.
2. El yo racional consiente del paciente, que mantiene a la vista los objetivos de largo plazo y comprende
las razones de la terapia.
3. El ello, lo reprimido y sus derivados (todas las fuerzas que buscan su descarga y tienden a aparecer en
las producciones del paciente)
4. Alianza de trabajo, le permite al paciente colaborar con el analista
5. Transferencia positiva, le permite al paciente atribuir valor excesivo a la competencia del analista
6. El superyó racional que mueve al paciente a cumplir sus deberes y obligaciones
7. La curiosidad y el deseo de conocerse a sí mismo
8. Deseo de progreso profesional y otros tipos de ambición
9. Factores irracionales como los sentimientos competitivos con respecto de otros pacientes
Las fuerzas dentro del paciente se oponen a los procesos y procedimientos analíticos pueden
descomponerse como sigue:
1. Maniobras defensivas inconscientes del to que dan los modelos para las operaciones de resistencias
2. El temor al cambio y al afán de seguridad que mueva al Yo infantil
3. El superyó irracional que exige sufrir para expiar la culpabilidad inconsciente.
4. La transferencia hostil que impulsa al paciente a vencer al psicoanalista
5. La transferencia sexual y somática
6. La impulsividad y tendencia a la actuación
 La escucha del analista
El analista escucha con tres objetivos en la mente: 1) trasladar las producciones del paciente a sus
antecedentes inconscientes, los pensamientos, fantasías, sentimientos, comportamientos e impulsos. 2)
los elementos inconscientes han de ser sintetizados han de ser significantes. 3) los insight así obtenidos
deben ser comunicados al paciente.
Uno escucha con una atención flotante. El analista recordara los datos importantes si pone atención, la
atención no selectiva ni dirigida tendera a excluir las propias deformaciones.
El analista es ante todo entendedor y promotor de insight. Para escuchar eficazmente, uno debe atender
también a sus propias respuestas emocionales.
 Reconocimiento de la resistencia
Al escuchar al paciente, la primera obligación es determinar si predominan los derivados del inconsciente.
1. Confrontación, la manifestación de la resistencia: La tarea es lograr que el paciente entienda que está
resistiéndose, porque se resiste o a que y como lo hace. Si el paciente no tiene conciencia de su
resistencia, es esencial poner al paciente frente al hecho de que hay una resistencia antes de seguir
adelante, la capacidad que tenga el paciente de reconocer una resistencia dependerá de dos cosas:
estado de su yo razonable y la intensidad de la resistencia.
La confrontación del paciente solo debe emprenderse cuando hay probabilidades de que tenga significado
para él y cuando él no logre nada en su intento de negarla o minimizar su validez.
2. Aclaración de la resistencia: la cuestión de por qué resiste puede reducirse a las de qué efecto doloroso
está tratando de evitar. La respuesta a esta cuestión suele estar más cerca de la conciencia que de la
respuesta a la cuestión de que impulso o que recuerdos traumáticos contribuyen al efecto doloroso.
3. Traslaboración: repetición y elaboración de las interpretaciones que llevan al paciente del insight inicial a
una cambio duradero. Esta hace eficaz una interpretación. Insight fuera y dentro de consulta.

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4. Interpretación de la resistencia:Interpretación del motivo de la resistencia (¿Por qué?) se intenta
explorar el contenido causante de afecto doloroso que ocasiono la resistencia.
Interpretación del modo de resistencia (¿Qué tipo de resistencias?) lograr que el paciente reconozca que
determinado tipo de comportamiento es una resistencia. Esto puede ser sencillo o no, según sea ego
sintónica o egodistonica.
 El secreto
La tarea del análisis consiste en descubrir los secretos inconscientes del paciente, que no tiene conciencia
de los recuerdos ocultados. El secreto por su naturaleza secreta es un hecho psíquico significante y que
tiene que ser analizado. El paciente conoce el contenido del secreto, pero no tiene conciencia de las
importantes razones que hacer necesario callarlo.
Si no se puede contar, al menos que día: ¿Por qué no puede hablar del? Y ¿Qué sentiría si lo contara?
Reglas de la técnica relativas a la resistencia
Analizar la resistencia antes que el contenido, el yo antes que el ello y empezar por la superficie (yo):
hacer consciente lo inconsciente solo es útil si al hacerlo se altera la dinámica de un conflicto neurótico; no
tiene caso descubrir lo reprimido para que se halle con las mismas fuerzas defensivas que ya lo
reprimieron antes. Primero debe producirse un cambio en la entidad resistente.
Para que una confrontación o interpretación sea eficaz debemos asegurarnos que el paciente puede
percibir, entender y captar la confrontación o interpretación. Por eso debemos asegurarnos que el paciente
tiene a su disposición un yo razonable. Al formar alianza con el terapeuta su yo razonable se hizo más
fuerte y ahora se atrevió a examinar analíticamente lo que había sentido.
Comenzar siempre por la superficie, lo manifiesto (el yo) para ir a lo latente, al contenido (el ello).
7. La Transferencia: Definición y características generales. Consideraciones teóricas. La alianza
de trabajo. La verdadera relación entre paciente y analista. Clasificación clínica de las
reacciones de transferencia. La resistencia de la transferencia. Técnica del análisis de la
transferencia.
La transferencia: definición y características generales
Es poner en el terapeuta, a través del desplazamiento, afectos, emociones, sentimientos que
corresponden a figurar primitivas. Es tener pulsiones, sentimientos, actitudes y defensas respecto de una
persona actual que no convienen a esa persona sino que son una repetición de reacciones formadas en
relación con personas importantes de la primera infancia, y se desplazan inconscientemente frente a
figuras actuales.
Todas personas tienen reacciones de transferencia; la situación analítica no hace más que facilitar su
transformación y utiliza para interpretar y reconstruir. Toda transferencia implica un intento de elaborar
experiencias traumáticas infantiles a través de cierto nivel de regresión, que lleva a un estado de
gratificación real o fantaseada, que ya no se tiene.
La resistencia y las transferencias son los instrumentos principales de la cura psicoanalítica.
Características generales:
Impropiedad: no pertenece al terapeuta, sino que es una reacción a un objeto del pasado
Intensidad
Ambivalencia: pasa del amor al odio y viceversa, cambian inesperadamente
Caprichos: por pertenecer a etapas primarias
Tenacidad: puede permanecer mucho tiempo de la misma manera. Entra gran cantidad de agresividad
inconsciente en busca de descarga.
Consideraciones teóricas
- El origen y la índole de las reacciones transferenciales
La transferencia es una variedad de relación de objeto
Los fenómenos de transferencia repiten una relación pasada con un objeto
El mecanismo de desplazamiento es el proceso esencial en las reacciones transferenciales

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Es un fenómeno regresivo
- La transferencia y la relación de objeto
En los neuróticos es una relación en donde entran tres personas enteras: un sujeto, un objeto y un objeto
actual
Este fenómeno se basan en dos hechos: 1) la capacidad individual de distinguir entre si el mundo exterior
y 2) la capacidad de desplazar reacciones de una representación pasada a un objeto actual. En el caso de
las personas narcisistas estas no podrán mantener una relación de transferencia analizable.
- La transferencia y las funciones del yo
Los fenómenos de transferencia neuróticos indican que el paciente tiene una representación estable de su
personalidad, fuertemente diferenciada de sus representaciones de objeto, esto implica que si primer
desarrollo del yo ha sido esencialmente bueno, que ha tenido cuidados maternos “bastante buenos”.
La regresión en las funciones del yo es concreta y se limita a ciertos aspectos de su relación con la figura
de transferencia, además es reversible. El acting out de las relaciones de transferencia indica otros rasgos
regresivos en las funciones del yo.
- Transferencia y repetición
Una de las características es su repetición y resistencia al cambio, su tenacidad. Transferencia es volver a
vivir el pasado reprimido más exactamente el pasado rechazado. El comportamiento de transferencia es
un ejemplo de retorno de lo reprimido.
La repetición de la situación puede significar que el acontecimiento se repite porque se le teme; la
repetición es un intento de negar que todavía persista la angustia.
- Transferencia y regresión
El deseo de ser amado puede que conduzca a beneficios terapéuticos superficiales. La regresión en las
funciones del yo que se produce en las reacciones de transferencia puede demostrarse de distintos
modos, el desplazamiento desde el pasado indica que un objeto del presente se está confundiendo en
parte con un objeto del pasado. Se advierte la presencia de mecanismo mental primitivo como la
proyección e introyección.
El ello también participa de muchos modos en la regresión, cuanto más regresiva se hace la transferencia
tanto mayor será la preponderancia de los ímpetus hostiles, agresivos.
- Transferencia y resistencia
Los fenómenos de transferencia son en general una resistencia al recuerdo a pesar del hecho de que
indirectamente apuntan a esta dirección. Ciertas reacciones de transferencia ocasionan resistencias
porque contienen impulsos libidinales y agresivos dolorosos, la situación se complica cuando hay apego
tenaz a ciertas reacciones de transferencia para ocultar diferentes clases de sentimientos de transferencia.
La alianza de trabajo
Se refiere a la relación racional y relativamente no neurótica que tiene el paciente con el analista. Es en
esta parte razonable y objetiva de los sentimientos que el paciente tiene por el analista lo que hace la
alianza de trabajo. El núcleo seguro de esta alianza lo forma la motivación del paciente, se forma además
entre el yo razonable del paciente y el yo analizador del analista, el medio que hace posible esta
identificación con el analista.
El paciente que acude en búsqueda de un tratamiento esta al menos temporal y parcialmente abrumado
por su patología neurótica y en ese estado de desvalimiento es propenso a aceptar sin discriminación
cualquier promesa de beneficio.
La verdadera relación entre paciente y analista
Tanto en el paciente como en el analista las reacciones de transferencia son impropias e irreales, pero
genuinas y sentidas, el analista en esta relación tiene que proceder respecto de todas sus reacciones
francas frente al paciente, toda actitud de aceptación y tolerancia del psicoanalista y su constante
búsqueda de insight son el núcleo en que se basa el paciente para establecer una relación de objeto real.
La situación analítica es desigual en el sentido de que una parte es la enferma y en otra parte está el
analista y experto. El analista tiene que ser una persona que pueda empatizar y, al mismo tiempo, se
restringe, ya que es necesario dejar que el paciente sienta el dolor.

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Clasificación clínica de las relaciones de transferencia
Transferencia positiva: El paciente siente por el analista amor, cariño, confianza. La forma atenuada de
amor no sexual ni romántico preparan la alianza de trabajo, otra forma de este tipo de transferencia se
produce cuando el paciente se enamora de su analista. La idealización también es otra variedad de
transferencia positiva que se da en ambos sexos, a diferencia de la anterior que solo ocurre en sexos
diferentes.
Transferencia negativa: Se refiere a sentimientos referidos al odio en todas sus formas, sus precursores y
sus derivados; ya sean desconfianza, hostilidad, agresión, resentimiento, etc.
La transferencia negativa insuficientemente analizada es la causa del estancamiento del análisis. La
hostilidad e irritación al principio del análisis da al paciente la tentación de actuar y suspender el análisis.
Pero una vez establecida la alianza de trabajo, la transferencia negativa puede ser un importante signo de
progreso.
 Reacciones de transferencia y relaciones de objeto: La determinan los sentimientos e impulsos
inconscientes del paciente, efectuara sus acciones conforme a sus necesidades reprimidas en relación
a los primeros objetos familiares
 Reacciones de transferencia y las fases libidinales: Dependerán fundamentalmente de la etapa libidinal
por la que está atravesando el paciente
 Reacciones terapéuticas en función de la estructura: Cuando el terapeuta se convierte en
representante del superyó, siempre está imbuido de impulsos, actitudes y fantasías hostiles, y aun la
hostilidad del paciente por el analista puede proyectarse en esa imagen de superyó
La resistencia de la transferencia
Las reacciones de transferencia defensiva siempre indican que hay temor de algún componente
instintuales y afectivo subyacente, suele ser ego sintónico y por eso presenta obstáculo adicional.
Una forma de resistencia se da cuando el paciente repita y vive en relación al analista sus defensas contra
la participación instintual y emocional, es la persistencia del comportamiento razonable y racional
persistente de una serie de reacciones bajo las cuales se oculta lo instintivo. Pero hay otras reacciones de
transferencia defensiva en que ciertas reacciones instintuales y afectivos, la docilidad persistente puede
ser una defensa contra la rebeldía es esta contra una docilidad que tal vez signifique homosexualidad
pasiva para el paciente.
La actuación es siempre una resistencia: el paciente actúa en lugar de recordar. La actuación es solo una
forma específica de re actuación neurótica que puede darse dentro y fuera del análisis.
Técnica del análisis de la transferencia
La tarea del analista es:
1) Salvaguardar la transferencia: proteger la relación del paciente con su analista de modo que se pueda
formar la mayor variedad e intensidad de relaciones de transferencia de acuerdo con su propia y única
individual historia.
2) El analista como espejo: el comportamiento y la actitud del analista en los conflictos neuróticos del
paciente deben ser opacos o sea reflejar para el paciente solo lo que este haya manifestado.
3) Permanecer neutro: hace posible mostrar cuan desconfiguradas y poco realistas son las reacciones del
paciente.
4) Regla de la abstinencia: el permitir satisfactoriamente al paciente dentro o fuera de la situación
analítica privara al paciente de su sufrimiento neurótico y de sus motivaciones para seguir el
tratamiento. Privación respecto de los deseos neuróticos del paciente.
Pasos para el análisis de la transferencia
1. Presentación de la misma
2. Silencio y paciencia (confrontación, aplicación de la evidencia, escucha y abstinencia)
3. Escalamiento de la transferencia
4. Búsqueda de detalles últimos
5. Búsqueda de lo que pone en marcha la transferencia

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6. Interpretación
7. Estudio de efectos, impulsos y actitudes
8. Problemas en el análisis de las reacciones de transferencia. La Situación Psicoanalítica.
o Crisis emocionales graves y reactuaciones peligrosas
Paciente desbordado: Los sentimientos de transferencia pueden alcanzar durante cierto tiempo una
intensidad que le impide el empleo de su facultad de separar el yo razonable del yo experiencial. La misión
terapéutica es contribuir al restablecimiento de un yo razonable. La mejor técnica es esperar, dar al
paciente la oportunidad de descargar sus sentimientos lo más adecuadamente posible. No se hace ningún
intento de interpretación mientras no parece presente ni accesible un yo razonable. La clave de la
interpretación correcta es comprender que la fuerte tormenta emocional es una reactuacion de una
situación pasada.
o La hora del lunes
Los pacientes reaccionaran emocionalmente a todas las separaciones del analista:
El fin de semana es una fiesta: para algunos pacientes el fin de semana es ocasión de festejar un
descanso, un respiro; presenta la posibilidad de reponerse de los rigores y las exigencias del tratamiento
psicoanalítico. Es evidente que cuando esto ocurre es señal de que la labor psicoanalítica se está
ejecutando con una resistencia constante. Esto indica que el analista debe ser algo parecido a una entidad
crítica superyoica para el paciente. El paciente puede tener o no conciencia de esto.
La sesión del lunes resulta entonces una hora de confesión y expiación. Para ellos, la hora del lunes es el
domingo de confesión. El lunes suelen comenzar recitando todos sus pecados, llenos de sentimientos de
culpabilidad y arrepentimiento, temerosos del castigo y avergonzadísimos.
El fin de semana es una defecación: los fines de semana o el intervalo entre las sesiones analíticas
denotan la pérdida de un objeto de amor. Para ellos, el descanso significa separación, desapego,
desinterés, interrupción o terminación. Para este paciente, la hora del lunes significa un enfrentamiento
entre el, el excluido, el agraviado y el analista recusador y ofensor. Algunos pacientes se sienten aliviados
al descubrir que el analista ha sobrevivido a sus deseos asesinos.
En muchos pacientes, el fin de semana reaviva la situación Edipica. El fin de semana es una escena
primaria de que han sido excluidos. Unos están tristes y deprimidos por la exclusión. Otros hostiles y llenos
de envidia celosa. Los hay que trabajar arduamente para compensar sus deseos o su comportamiento
culpable y así reparar su falta con el analista. Algunos tienen reacciones somáticas en los fines de
semana a manera de intento de descargar emociones o pulsiones de otro modo inaccesible.
La sesión de los viernes y la del lunes tienen una importancia particular en la revelación y él señalamiento
de importantes reacciones de transferencia.
El fin de semana y las funciones yoicas: para algunos pacientes en estado de regresión relativamente
grave, la ausencia del analista puede ser como una pérdida en las funciones del Yo. Tales pacientes no
toleran la pérdida de tiempo que representan los fines de semana o festividades y tienen que realizar
alguna tarea remunerativa o algo con fines culturales o higiénicos. Para algunos de estos pacientes, las
tentaciones del Ello en los fines de semana pueden poner en marcha serias reacciones de culpa y
vergüenza. La hora de los viernes significa embarcarse en una peligrosa aventura y la del lunes la vuelta a
buen puerto.
Otras apreciaciones clínicas: independientemente de cómo vaya el análisis, la sesión del viernes es
representante del fin de semana y hay que tomar en cuenta la próxima separación del analista.
Los problemas técnicos: uno de los problemas es el de restablecer una alianza de trabajo para poder
analizar las reacciones del paciente a la separación.
Otro problema técnico tiene que ver con el momento y la dosificación de una interpretación. Se debe tener
en cuenta que la interpretación hecha en viernes o antes de unas vacaciones de le deja al paciente para
que la maneje por si durante cierto tiempo. El analista tiene que aprobar la cuestión de si puede el
paciente soportar solo el insight durante ese espacio de tiempo.
Otro problema de técnica es la circunstancia complicadora de lo que el fin de semana pueda significar para
el analista. Algunos analistas reaccionan a la sesión del viernes como si estuvieran por dejar a sus hijos.
Los hay que ven llegar la hora del lunes con alivio por quienes lo tenían preocupado. Otros encaran el
lunes con resignación y fatiga. Unos no pueden esperar la hora del lunes o la hora del viernes. Hay

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algunos incluso que se sienten obligados a trabajar los domingos, y otros que llegan a los jueves agotados
y sin fuerza.
o Reacciones de transferencia intratables
Los pacientes con este problema parecen dispuestos a seguir años enteros con sus análisis infructuosos.
Parecen hallar alguna suerte de combinación de satisfacción y seguridad en la situación analítica que les
hace apegarse al tratamiento en lugar de buscar otra solución a sus problemas.
La neurosis de transferencia es la neurosis infantil puesta en el terapeuta, debe aparecer.
La situación psicoanalítica
Sus elementos de acción reciproca son: paciente, terapeuta y ambiente.
 Lo que el psicoanálisis requiere del paciente
Motivación: Solo un paciente fuertemente motivado podrá laborar la situación psicoanalítica. Tiene que
estar dispuesto a soportar la pena de revelar sus experiencias íntimas cargadas de culpabilidad y angustia;
tiene que estar dispuesto a gastar bastante dinero y tiempo, renunciar a las ventajas secundarias de su
padecimiento y no pensar en resultados rápidos ni temporales.
Lo que permitiría hacer su motivación al paciente es su sufrimiento, el cual deberá ser bastante para
inducirlo a entrar en la situación psicoanalítica en calidad de paciente. Solo quien se siente paciente puede
ser analizado con profundidad.
Se espera que el paciente reaccione intensamente con rabia, cólera, rencor, etc… para que esos
sentimientos y las defensas contra ellos pasen a formar parte del análisis.
Lo que se espera es que pueda sentir esas reacciones sin aniquilarse a sí mismo en la situación analítica.
Aptitudes: Se pide paciente sea capaz: a) de regresionar y progresar, b) De ser pasivo y activo, se debe
renunciar al control y de mantenerlo, de renunciar a la prueba de la realidad y de conservarla. Para realizar
todo esto, el paciente tiene que tener funciones yoicas elástica y flexibles.
La terapia psicoanalítica requiere que el paciente neurótico tenga un yo con elasticidad suficiente para
moverse entre sus funciones opuestas para combinarlas, tomando en cuenta las limitaciones que le
impone su conflicto neurótico. A medida que avanza el tratamiento se espera que se produzca un
incremento paralelo en el campo de las funciones yoicas flexibles.
Para acercarse a la asociación libre, el paciente tiene que ser capaz de renunciar parcial y temporal mente
a su contacto con la realidad. Se le pide al paciente que sepa escuchar y trate de entender nuestras
intervenciones y al mismo tiempo que asocie libremente sus ideas con lo que hemos dicho. Deberá
acostumbrarse a ir y venir entre la alianza de trabajo y la neurosis de transferencia. Esto significa que en el
campo de las relaciones de objeto, el paciente tiene que tener también la flexibilidad necesaria para oscilar
entre regresión y progresión y para formar mezclas con diferentes proporciones de ambas.
El paciente ha de tener cierta capacidad de soportar la incertidumbre, la angustia y la depresión, las
frustraciones y humillaciones que aparecen en el curso del análisis, sin recurrir acciones destructivas.
Rasgos de personalidad y carácter: Las motivaciones y capacidades del paciente que le permiten
laborar en el análisis están íntimamente relacionadas con su rasgo de carácter y personalidad y dependen
de ellos.
Lo que el psicoanálisis requiere del psicoanalista
Las destrezas que debe tener el psicoanalista:
Entender lo inconsciente: el talento más importante que debe tener el psicoanalista es la facultad de
traducir los pensamientos, sentimientos, fantasías, impulsos y modos de proceder conscientes del
paciente a sus antecedentes inconscientes. Tiene que ser capaz de advertir lo que está detrás de los
diversos temas que toca el paciente en la sesión analítica.
El analista debe escuchar el paciente con Una atención siempre igualmente flotante. Desde esta posición
uno participa con puntos de vista tanto despegados como comprometidos, y está dispuesto a ir y venir al
pasado y el presente a medida que la situación lo requiera.
Tanto la empatía como la intuición Son medios de lograr una comprensión rápida y profunda. La empatía
es un modo establecer contacto íntimo en términos de emociones e impulsos. La intuición hace lo mismo

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en el dominio de las ideas. La empatía conduce a sentimientos y cuadros o imágenes, la intuición a la
reacción de “ajá”, que indica que se le atinó, o a la reacción de “ay” que indica que se falló.
Es la empatía una función yoica experimental, mientras que la intuición parece ser una función del yo
observador. Estos dos fenómenos pueden conducir uno al otro y mezclarse de diversos modos. Pero la
empatía exigen más emocionalmente, consiste en un interés emocional y requiere la capacidad de
regresiones controladas y reversibles, no sólo en términos de las funciones yoicas sino también de las
relaciones de objeto. La intuición es menos exigente emocionalmente, es sobre todo un proceso mental,
aunque regresivo.
Empatía e intuición son la base del talento de captar los significados inconscientes que oculta el material
consiente.
Comunicación con el paciente: el analista debe decidir qué es lo que se le irá al paciente, cuando se lo dirá
y cómo. Es necesario formular el material con palabras ordenadas de tal modo que resulte lo más claras y
precisas que sea posible. Tiene que emplear su juicio clínico y su empatía, porque sólo con esas
facultades puede determinar primeramente si la información es valiosa y en segundo lugar si el paciente
puede resistir ese insight sin ser traumatizado.
El vocabulario del analista tiene que estar destinado al yo razonable del paciente. El vocabulario del
analista no debe ser muy ajeno al paciente, porque daría un toque irreal a la intervención. La energía y la
entonación empleadas son a menudo más importantes que las palabras escogidas. El tono y la entonación
comunican los sentimientos preverbales y no verbales, Y con frecuencia las actitudes inconscientes del
analista. El tono facilita o dificulta el contacto y es por eso muy importante para el equilibrio confianza-
desconfianza en la relación entre paciente y analista.
En la situación analítica, un aspecto importante del arte de comunicarse con el paciente es la destreza del
analista en el empleo del silencio. El silencio del analista tiene mucho significado para el paciente, según la
situación transferencial de éste, así como la contra transferencia del analista. El silencio es una de las
grandes presiones que los pacientes han de soportar en la situación analítica y por ello debe administrarse
reflexivamente en calidad y cantidad. El silencio es tanto intervención activa como pasiva por parte del
analista. El paciente necesita el silencio del analista porque puede requerir tiempo para que sus
pensamientos, sentimientos y fantasías emerjan de su interior. El silencio de la analista ejerce también una
presión sobre el para que se comuniquen y haga frente a sus expresiones y emociones sin distraerse.
Facilitación de la formación de la neurosis de transferencia y la alianza de trabajo: hay dos requisitos
básicos que el analista debe cumplir para favorecer la aparición de la neurosis de transferencia en el
paciente: 1) frustrar consecuentemente el ansia de satisfacción y tranquilización neuróticas del paciente, 2)
mantenerse además en un anonimato relativo. El analista no tiene que permitir que las privaciones y
frustraciones de la situación analítica superen a la capacidad que el paciente tenga resistir las.
No sólo debe el analista fomentar la formación de una neurosis de transferencia, sino que debe además
comportarse de tal modo que garantice la existencia de una alianza de trabajo:
1. El analista tiene que hacer ver en su diaria labor con el paciente que considera cada palabra que dice
este, y cada manifestación comportamental suya merecedora de seria labor para obtener insight y
entendimiento.
2. Detrás de la búsqueda de insight y acompañándola en cada paso del camino está el compromiso
terapéutico que el analista ha contraído con el paciente. La dedicación médica del analista el paciente
debe manifestarse visiblemente en su cuidadosa estimación de hasta qué punto podrá el paciente
aguantar el dolor, en el tacto que tiene cuando es necesario impartir un insight doloroso y en el cuidado
de no contaminar innecesariamente la relación personal.
3. El analista tiene que servir de guía al paciente por el extraño nuevo mundo del tratamiento
psicoanalítico. Tiene que enseñar al paciente a ser un buen paciente psicoanalítico. Esto no se logra
súbitamente, si no con el tiempo. Las reacciones del paciente deben primero ser objeto de escrutinio, y
la enseñanza se irá a las reacciones espontáneas del paciente, y a estas su análisis.
4. El analista tiene que salvaguardar el respeto por sí mismo y el sentimiento de dignidad del paciente. El
analista no debe tomar una actitud de superioridad, autoritarismo ni misterio. El método psicoanalítico
se basa en una relación interpersonal compleja y única que no obedece al capricho si no que si una
serie de reglas lógicas y objetivas.
5. La relación analítica es una condición humana complicada y frágil para ambas partes. El experto de la
situación no debe dejar que sus reacciones impongan al paciente y velen así las reacciones de este,

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que son individuales y únicas. Las reacciones del analista deben ser moderadas, delicadas, y al
servicio del empeño terapéutico, que reconoce el insight y el conocimiento como su más poderosos
agente. La atmósfera analítica debe ser de aceptación, tolerancia y humanidad.
Rasgos de personalidad y carácter del psicoanalista
Rasgos relacionados con el entendimiento de lo inconsciente: lo más importante es la capacidad de
empatía, que es un fenómeno preconsciente. Es la empatía un modo de entender a otro ser humano
mediante la identificación temporal y parcial. Para lograrlo, el analista tiene que renunciar por un tiempo
aparte de su propia identidad, y para ello tiene que tener una imagen de sí mismo flexible o vaga. La
empatía es un fenómeno regresivo.
Para que la empatía sea remuneradora El analista tiene que tener abundancia de experiencias personales
propias de su vida, de donde pueda tomar para facilitar su entendimiento del paciente.
Rasgos relacionados con la comunicación con el paciente: cuando el analista ha logrado entender al
paciente se encuentran frente el problema de comunicar eficazmente el insight. La empatía con el paciente
en el caso dado, el juicio clínico, así como la experiencia de haber vivido situaciones análogas y el
conocimiento intelectual de una teoría psicoanalítica, todo contribuye a facilitar la comunicación al paciente
del entendimiento adquirido. El elemento esencial es una actitud profunda de intención terapéutica.
La facultad de impartir insight a un paciente depende de la capacidad de expresar con palabras los
pensamientos, fantasías y sentimientos de que el paciente no tiene completa conciencia y presentarse los
de tal modo que los acepte como propias. La destreza en la comunicación verbal también depende en el
psicoanalista de su empleo del silencio. Es necesario ser paciente cuando la espera puede aclarar el
material o cuando tenemos algún objetivo para largo plazo.
El paciente necesita nuestro silencio para seguir en detalle sus propios pensamientos, fantasías y
sentimientos. Necesita tiempo en parte para olvidar nuestra presencia, o más exactamente para que
nuestra presencia real pase al fondo a fin de que él pueda implicarse en sus fantasías y sentimientos de
transferencia. Al paciente puede parecerle nuestros silencios Hostil o confortante, exigente o calmante,
según sus reacciones transferencia. El analista deberá poder soportar el silencio de sus pacientes sin
hostilidad ni aburrimiento.
El arte de la comunicación verbal con el paciente requiere también el sentido del momento adecuado para
hacer una interpretación. La decisión depende de muchas variables. Se espera hasta que esté claro lo que
ocurre en la sesión, aunque ello signifique esperar hasta estar bien seguros de no ver claro. También se
refiere al cuando y como se ha de intervenir en diferentes fases del análisis. Al principio del análisis, o la
primera vez que aparece una nueva variedad del material doloroso, uno puede intervenir antes, cuando la
intensidad de los afectos no es grande. Después, tal vez sea mejor dejar calladamente que los
sentimientos del paciente se intensifican para que pueda sentir la verdadera fuerza primitiva de sus
emociones impulsos. También implica que el analista tenga presente la diferencia de las dosis que
administra antes de los fines de semana, las fiestas, aniversarios o cumpleaños.
Rasgos relacionados con el fomento de la neurosis de transferencia y la alianza de trabajo: para facilitar el
crecimiento de la neurosis de transferencia, El analista tiene que estar frustrar constante mente el deseo
que el paciente tiene de satisfacción y tranquilización neurótica, y debe mantenerse relativamente
anónimo. Para realizar este objetivo con cierto grado de coherencia, el analista tiene que haber resuelto
sus conflictos más importantes acerca de la infliccion de dolor y del mantenimiento a distancia del doliente.
El analista debe saber refrenar sus intenciones terapéuticas, dominar su afán de proximidad y poner una
cortina de humo a su personalidad habitual.
El analista tiene que ser capaz de interés y compromiso emocional con su paciente. Tiene que querer a su
paciente. La aversión o el desinterés prolongado estorbarán la terapia tanto como el exceso de amor.
Tiene que tener el deseo de ayudar a curar al paciente y debe interesarse en el bien del paciente, sin
perder de vista los objetivos de largo plazo.
El analista debe dejar que los sentimientos de transferencia del paciente llegan a su intensidad óptima sin
intervenir.
Motivaciones que requiere del analista la situación analítica
El deseo de entender a otro ser humano de modo tan íntimo y de obtener insight implica la propensión a
ahondar en las dificultades de otra persona. Procede tanto de los impulsos libidinales como de los
agresivos.

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Otra característica del psicoanálisis que lo distinguen de las demás psicoterapias es empeño especial en
estructurar la relación entre paciente y terapeuta con el fin de fomentar la formación de la neurosis de
transferencia. Para facilitar el crecimiento de las reacciones neuróticas de transferencia es necesario que
el analista tenga comportamientos de privación. Por lo tanto este deseo imperioso de ayudar a los
enfermos y dolientes es lo que se llama compromiso médico, terapéutico, franco y patente, el deseo hondo
y considerado de ayudar o curar.
 Lo que requiera el psicoanálisis del encuadre analítico (ambiente)
La designación de encuadre analítico se refiere al contexto físico y los procedimientos acostumbrados de
la práctica psicoanalítica que son parte integrante del proceso de psicoanalizar. El ambiente analítico
influye en los diversos procesos que se desarrollan en el tratamiento psicoanalítico. El ambiente analítico
facilita y maximiza la aparición de todas las reacciones de transferencia.
La circunstancia de que dos personas encuentran repetidas veces y solas durante un largo espacio de
tiempo crea una intensa implicación emocional. El hecho de que una parte tener diosa y relativamente
desamparada y que la otra sea experta y ofrezca su ayuda, facilita una relación desigual, desequilibrada,
en que la persona nerviosa tiende a regresar alguna forma de dependencia infantil.
La costumbre de hacer que el paciente esté acostado en el diván también contribuye de muchos modos a
la regresión.
Las rutinas del analista contribuyen también a la regresión del encuadre analítico: su anonimidad, sus
respuestas emocionales silenciadas y la actitud general de privación respecto de los deseos neuróticos del
paciente, todo acelera la neurosis de transferencia.
Muchas de estas rutinas que son fomentador haz de la regresión hacia la neurosis infantil contribuyen
también en la formación y el mantenimiento de la alianza de trabajo. Todos los procedimientos que se
hacen predecibles proporcionan una sensación relativa de seguridad y se advierte en ellos una intención
terapéutica, producen confianza, propio de la alianza de trabajo. La seguridad y la confianza hacen que el
paciente se deje regresionar y le infunden el valor de arriesgarse a dejar la defensa neurótica y probar una
nueva forma de adaptación. El trabajo diario del analista con el paciente, su incansable búsqueda de
insight Y entendimiento, su respeto y protección de los derechos, potenciales y dignidad del paciente, su
interés y compasión y su empeño, franco considerado, de aliviar los padecimientos neuróticos del paciente
deben formar parte de la atmósfera analítica.
9. El proceso analítico y sus transformaciones. Etapas. Criterios de curación.
El proceso analítico y sus transformaciones
La idea de proceso, al hablar de tratamiento psicoanalítico incluye la presunción de que recorre un camino
según un eje que motiva el comienzo y supone una meta de resolución del sufrimiento inicial. Durante el
mismo se pasará por ciclos de displacer y de transformación.
Proceso analítico se refiere al recorrido de la relación paciente-analista durante un tiempo determinado y
terminable.
Etapas:
Sobre el lugar del 3ro: el paciente tiene una representación de este y puede haber concordancia o
discordancia entre el 3` simbólico y el 3` real que tendrán que ver con las fallas en la constitución del Edipo
o en la instauración del espacio inter-subjetivo.
Transformaciones posibles: se va ampliando el espacio vincular entre los intercambios. Cuando se
eterniza supone una circularidad idealizada o trampa defensiva.
Interrupciones: en cada uno de los periodos o etapas, la interrupción adquiere distintos significados, cada
etapa o desestructuración es capaz de generar el deseo de interrumpir un proceso.
Mecanismos disociativos: se utilizan con frecuencia entre el funcionamiento infantil y la representación de
los 3` es difícil ser hijo, esposo, padre.
Identidad sexual: conjunto de identificaciones y cualidades a partir de las cuales el Yo define al propio
cuerpo (pre-genitalidad, genitalidad, bisexualidad)
Acerca de quién es quién: el contacto con las diferencias entre uno y otro enfrentan cada Yo con lo más
auténtico de cada uno. Requiere una aceptación de límites.

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Acerca de diferencias en la intimidad: ciertas conductas conciernen a un tipo de intimidad propia de cada
relación y de cada Yo. En el encuadre puede adquirir una potencialidad enriquecedora. Los rasgos
originarios que conciernen a la identidad propia y a la de otro parecen inmodificables, dependiendo de si el
encuadre es individual, de pareja o de familia.
Criterios de curación
 Interés por conocerse: uno de los deseos para la prosecución de un tratamiento es el de conocer, los
funcionamientos inconscientes que deriva a veces de una curiosidad disposicional o de una
sublimación acerca de los vínculos.
 Que un paciente termine, de acuerdo con el analista habla de una limitación o de un límite dado por la
teoría como por la técnica.
 Elaboración del mito fundante: es cuando los relatos de la vida vincular tienen estructura semejante y
se pueden transformar en monotema.
 Discriminación entre espacios intersubjetivos y espacio intersubjetivo: la existencia de estos espacios
suele dar origen a situaciones emocionales contradictorias.
 Cuando sobreviene la capacidad de separarse de estos espacios se puede reformular los encuadres.
Terminación
Es frecuente asociar y cualificar curación a terminación del proceso terapéutico. Como es natural, si bien
se puede prescindir del analista queda una representación objetal con disponibilidad transferencial, la cual
suele activarse en momentos de crisis o de conflicto, lo que lleva a pedidos de consulta con el mismo
analista a pesar de haber cerrado el proceso.
Un eje para pensar la terminación de un vínculo es el de ser prescindible. Por lo que un analista debe
transformarse en prescindible a partir de un momento dado del proceso terapéutico.
Este tema nos enfrenta con los alcances y limitaciones del análisis en los diferentes encuadres individual,
de pareja o de familia.
Criterio de curación y proceso analítico son temas inseparables.

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