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tejido que hay en el cuerpo humano, junto al tejido muscular, el tejido epitelial y el tejido nervioso.
Dentro del tejido conectivo o tejido conjuntivo se incluyen varios tipos tejidos muy diferentes, por
ejemplo, las meninges que protegen el sistema nervioso central están formadas por tejido conectivo.
También los cartílagos o los huesos.
Los componentes y características que se suelen utilizar para definir al tejido conectivo son:
Salvo algunos casos con ligero movimiento, las células del tejido conectivo son células sésiles
(inmóviles). Algunos tipos de células están presenten en varios tipos de tejido conectivo, mientras que
otras son células especializadas características de un tipo de tejido conectivo específico.
Entre las células que se pueden encontrar en el tejido conectivo podemos encontrar las siguientes:
Células mesenquimales: son la línea celular de la que surgen las demás células especializadas
propias del tejido conectivo. Estas células son típicas de las etapas embrionarias y fetales.
Fibroblastos: son células residentes del tejido conectivo, ya que nacen y mueren aquí.
Presentan una gran cantidad de retículo endoplasmático y se dedican a sintetizar las fibras del
tejido conectivo y mantener la matriz en buen estado.
Adipocitos: son las células características del tejido adiposo, un tipo de tejido conectivo
especializado en el almacenamiento de grasa con diversos fines (reserva energética,
termorregulador, etc)
Sustancia fundamental
La conocida como sustancia fundamental es un material formado por agua y diversos componentes
en suspensión, sobre todo proteínas y glicosaminoglicanos (proteoglicanos, mucopolisacáridos).
Frecuentemente fijan sales minerales, especialmente sulfatos e iones sodio (Na+), y presenta
una consistencia gelatinosa.
Entre los glicosaminoglicanos más habituales en el tejido conectivo están el condroitín sulfato,
heparán sulfato, queratán sulfato y el ácido hialurónico. Son sustancias hidrófilas que atraen y
retienen agua y sales minerales.
Fibras
Las fibras del tejido conectivo son fibras proteicas que, junto a la sustancia fundamental, forman la
matriz en la que se dispersan las células del tejido conectivo.
Fibras reticulares: unen el tejido conectivo con otros tejidos y órganos. Es habitual
recubriendo órganos. En realidad, se trata de fibras de colágeno tipo III.
Fibras elásticas: son fibras compuestas por elastina y fibrilina abundantes en tejidos
conectivos laxos. Son fibras muy elásticas. Pueden aumentar su tamaño hasta un 50% y luego
volver a su tamaño normal. Son abundantes, por ejemplo, en tráquea, cuerdas vocales o vasos
sanguíneos.
Microfibrillas: las microfibrillas son fibras de fibrilina asociadas a las elastinas características de
la lámina basal del tejido epitelial.
El tejido conectivo se suele clasificar en dos grandes grupos, el tejido conectivo no especializado
o tejido conectivo propiamente dicho, y el tejido conectivo especializado.
1. Tejido conectivo laxo: gran cantidad de sustancia fundamental y poca cantidad de fibras.
Además, tiene un papel muy importante como medio de difusión de oxígeno y nutrientes desde
los capilares hacia las células, y de dióxido de carbono y desechos metabólicos desde las células a los
capilares.
Son tejido conectivo laxo:
Tejido conectivo reticular: un tipo de tejido conectivo con alta proporción de sustancia
fundamental y fibras de colágeno tipo III. Forman el estroma (parte funcional) del tejido
hematopoyético (en la médula ósea) y de tejidos linfáticos (bazo, ganglios linfáticos, timo).
Tejido mesenquimal: tejido conectivo laxo característico del embrión y de órganos en
desarrollo. Es rico en células mesenquimáticas que se pueden diferenciar en otras células del
tejido conectivo.
El tejido conectivo denso está formado principalmente por fibroblastos y fibras, sobre todo fibras de
colágeno.
Tejido conectivo denso regular: es el tejido conectivo con fibras de colágeno paralelas típico
de tendones, ligamentos y aponeurosis. También es abundante en otros órganos altamente
especializados, por ejemplo, en la córnea, y otras estructuras que deben resistir a la tracción,
por ejemplo, en las paredes de los vasos sanguíneos o en los alvéolos pulmonares.
Tejido conectivo denso irregular: en este tipo de tejido conectivo denso, las fibras de
colágeno aparecen con una distribución aleatoria. Forma parte de las cápsulas de casi todos
los órganos, por ejemplo, del hígado, de los riñones, del intestino delgado o de la dermis.
Los tejidos conectivos especializados son aquellos cuya función principal no recae solo en la
composición de fibras y sustancia fundamental, sino en células altamente especializadas propias de
estos tejidos.
Se consideran tejido conectivo especializado, entre otros:
Tejido óseo: es un tejido conectivo mineralizado muy duro formado por los osteoblastos.
La mayoría de fuentes consideran la sangre y la linfa como tejido conectivo, pues derivan del
mesodermo, están compuestas por una matriz proteica (el plasma sanguíneo) en la que se distribuyen
células, y ambos fluidos tienen una función de soporte a otros tejidos y órganos. En ambos casos, la
matriz sería líquida.
Sin embargo, existen autores que consideran que la sangre, al carecer del componente fibroso, no se
podría catalogar como un tipo de tejido conectivo. En el caso de la linfa, el componente fibroso
estaría principalmente en la red fibrosa de los ganglios linfáticos.
Como hemos visto, existen muchos tipos de tejido conectivo, cada uno de los cuáles realiza una
función diferente. A grandes rasgos, las funciones generales del tejido conectivo se podrían clasificar
en las siguientes categorías:
soporte estructural
soporte metabólico
soporte nutricional
protección mecánica
protección inmune
inflamación
reparación de lesiones
Implicaciones médicas
El tejido conectivo está implicado en muchas enfermedades de causas y origen muy distinto. En su
conjunto se conocen como conectivopatías, entre ellas:
Prolapso mitral: valvulopatía coronaria por exceso de tejido conjuntivo en las válvulas
cardíacas.