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7 MITOS

QUE ESTÁN
PERJUDICANDO
SU SALUD
7 MITOS
7 mitos que están
perjudicando su salud

QUE ESTÁN
PERJUDICANDO
SU SALUD
II

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médicas personalizadas. No debe seguirse ningún tratamiento basándose únicamente en el contenido de este informe, y se recomienda al lector
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III

Índice
El alcohol: ¿amigo o enemigo?...................................... 1
Unas líneas para los que sufren alcoholismo...................... 2

Estudios científicos que preocupan a todo el mundo... 2

Alcohol y cáncer: la triste realidad.......................................... 3

El alcohol ayuda al corazón........................................................ 4

Huir del “binge drinking” a toda costa.................................. 5

Un riesgo dos veces mayor de morir de un infarto........ 6

Conclusión............................................................................................ 7

Enfermedades: por qué a veces lo más urgente


es esperar.................................................................................... 9
La tentación de actuar (demasiado) rápido............................. 10

“No me han prescrito nada… ¿me habrán


atendido bien?”........................................................................................... 11

Un pequeño ejercicio para ponerse en la piel de


su médico....................................................................................................... 12

Estas son las preguntas que debe hacerse antes de


visitar al especialista ............................................................................... 13

Homeopatía: la evidencia científica que necesitan los


escépticos................................................................................... 17
Le presento al Dr. Fisher, el médico (homeópata)
de la Reina de Inglaterra....................................................................... 18
IV

Marc Henry, el científico que vino a explicar por qué


funciona la homeopatía......................................................................... 19

Niurka Meneses: la homeopatía funciona en las


plantas… ¿también es “efecto placebo”?.................................... 21

Dr. Elio Rossi: 20 años de experiencia de la homeopatía


en la sanidad pública en Toscana................................................... 22

Dr. Díaz: desmenuzando los resultados del EPI3................... 23

Huya de los productos light y 0%.................................. 27


El fraude de la margarina..................................................................... 28

Los productos light y 0%..................................................................... 30

Conclusión..................................................................................................... 32

Microondas: luces y sombras del aparato más


polémico de la cocina........................................................... 35
Sangre en el microondas...................................................................... 36

Cómo funciona el microondas.......................................................... 36

Cómo calienta el horno microondas los alimentos.............. 37

Efectos de las microondas sobre los nutrientes.................... 38

El microondas destruye las bacterias........................................... 39

Evite los platos de plástico.................................................................. 39

Peligros de las ondas electromagnéticas................................... 40

¿Plantas que mueren por culpa del microondas?................. 41

Consejos de uso......................................................................................... 41
V

Pensamientos verdes............................................................ 47
Veggie: cifras y conceptos.................................................................. 48

La historia verde......................................................................................... 50

Prejuicios y conceptos erróneos...................................................... 51

¿Por qué se hace veggie la gente?................................................ 52

Un veggie leyendo el menú................................................................ 53

Una experiencia de estrella Michelin basada en


las verduras................................................................................................... 53

Problemas nutricionales a los que se enfrentan


los veggies..................................................................................................... 54

Un movimiento global............................................................................ 54

Somos los microbios y somos sus amigos................. 57


Por qué debemos cuidar de nuestros microbios.................. 57

La microbiota intestinal, el foco de nuestra salud................. 58

Breve recordatorio sobre la estructura de los intestinos. 59

Las bacterias protegen y nutren el epitelio............................... 59

Estos microbios también nos benefician.................................... 60

Las bacterias intestinales mal alimentadas causan


enfermedades.............................................................................................. 61

El cuidado de la microbiota empieza desde el momento


del nacimiento............................................................................................. 61

La importancia de los “juegos sucios”.......................................... 63

Los más perjudicados, los habitantes de las ciudades....... 63

Cambiar los microbios............................................................................ 64

¿Problemas digestivos recurrentes? Regenere la


microbiota cuanto antes ...................................................................... 65
VI
1

El alcohol: ¿amigo o
enemigo?
Voy a hablarle del consumo de alcohol con naturalidad, sin sentirme obli-
gado a protegerle, como si usted fuera un niño de tres años, utilizando frases
del tipo “El exceso de alcohol es perjudicial para la salud” o “Disfruta de un
consumo responsable”, tal como puede leerse en algunas botellas de bebidas
alcohólicas.
Además ¿se ha parado a pensar en lo absurdo de esas frases? Cuando se
decidió ponerlas, no se dieron cuenta de que, por definición, toda irrespon-
sabilidad en el consumo y todo exceso son por principio malos para la salud.
Si no fuera malo para la salud, ¡no sería un exceso!
Por eso mismo, el consumo irresponsable de pasas es perjudicial para la
salud: si usted se atiborra a pasas, puede dañar el tubo intestinal. Incluso el
consumo excesivo de agua es perjudicial para la salud: si bebe demasiada,
corre el riesgo de sufrir una insuficiencia renal.
A este paso Bruselas cubrirá esta laguna reglamentaria obligando a las aguas
minerales a que lleven impresas en las botellas, con letras bien grandes al
estilo de las cajetillas de tabaco, que “el exceso de agua es perjudicial para la
salud”, y acompañarlo con fotos desagradables de una operación de trans-
plante de riñón.
2

¿Estoy exagerando? Por supuesto que sí. Pero cada vez me da más rabia vivir
en este mundo en el que a priori se nos considera a todos los adultos unos
irresponsables.

UNAS LÍNEAS PARA LOS QUE SUFREN ALCOHOLISMO


Antes de pasar a hablar sobre los beneficios para la salud derivados de un correc-
to consumo de alcohol, quisiera enviar unas palabras de comprensión a aquellas
personas alcohólicas que están leyendo este mensaje, así como a las que tienen
uno o varios seres queridos sufriendo esta enfermedad. Nunca lo diremos lo
suficiente: el alcohol destruye vidas, arruina familias, provoca terribles sufri-
mientos a las personas que tienen problemas con el alcohol y a su entorno.
Pero en realidad nos estamos refiriendo al alcoholismo, descrito por la
Organización Mundial de la Salud (OMS) como “problemas mentales y tras-
tornos del comportamiento” relacionados con la ingesta de alcohol.
En España se calcula que el alcoholismo afecta al 5-7 % de la población y
que la edad de inicio en el consumo de alcohol se encuentra en los 13-14
años, situándola en el grupo de cabeza de la Unión Europea en este sentido.
Los mensajes de alerta que aparecen en los anuncios publicitarios no les
están ayudando1.
Querer curar el alcoholismo incluyendo menciones legales en los anuncios o
en las propias botellas de alcohol equivale a querer curar una gripe con frases
como “¡Deje de coger la gripe!”, “¡La gripe es perjudicial para la salud!”. No
sirve para nada. Se han realizado estudios que han demostrado que las cam-
pañas contra el alcohol nunca han ayudado a curarse a ningún alcohólico, a
diferencia de otras acciones realistas como Alcohólicos Anónimos.

ESTUDIOS CIENTÍFICOS QUE PREOCUPAN A TODO EL


MUNDO
Si pregunta a su médico o a sus conocidos sobre el alcohol, cada uno de ellos
tendrá su propia opinión y será diferente, o incluso contraria, a la del resto,
3

pero siempre estará apoyada por “estudios científicos”. Vamos a poner un


poco de orden en esto porque las cosas, en realidad, no son tan sencillas:
Sólo en estos últimos meses, investigadores alemanes han llegado a la con-
clusión de que un vaso de alcohol al día es suficiente para aumentar el
riesgo de sufrir cáncer de mama, mientras que científicos en Estados Unidos
han observado que un consumo de alcohol de ligero a moderado (“light to
moderate”) puede disminuir el riesgo de infarto y accidente cerebrovascular
(ACV)2.
Otros estudios afirman que el alcohol puede desde favorecer hasta impedir
el descanso, así como reforzar o debilitar los huesos3,4.
¿Qué conclusiones debemos sacar de todo esto con respecto a nuestro con-
sumo diario de alcohol?

ALCOHOL Y CÁNCER: LA TRISTE REALIDAD


A menudo se dice que una copa de vino al día es buena para la salud; sin
embargo, al hablar de cáncer, no beber nada de nada podría ser la mejor
forma de prevenir la enfermedad.
Según un informe del World Cancer Research Fund (WCRF) y del
American Institute for Cancer Research (AICR), el estudio más grande
jamás realizado sobre estilo de vida y cáncer, el consumo de alcohol, incluso
en pequeñas cantidades, puede incrementar de manera significativa el riesgo
de sufrir ciertos tipos de cáncer, como el de boca, garganta, cuerdas vocales,
esófago, mama o colon.
Se ha constatado la existencia de este mayor riesgo tomando en considera-
ción todas las categorías de alcohol (cerveza, vino y bebidas espirituosas),
siendo el principal factor de riesgo el contenido en etanol, y no el resto de
ingredientes de la bebida. De hecho, el etanol o alcohol puro está clasificado
como agente cancerígeno para el ser humano por la International Agency
for Cancer Research (IACR).
4

Aunque no todas las pruebas coincidan (por ejemplo, la investigación sobre


cáncer de riñón señala que el alcohol puede, justo al contrario, tener un
efecto positivo contra el cáncer), la conclusión del informe WCRF-AICR es
clara: “Desde el punto de vista de la prevención del cáncer, lo mejor es no con-
sumir nada de alcohol”5.
Si bien, en lugar de recomendarnos evitar por completo el alcohol, los auto-
res aconsejan que “limitemos nuestro consumo a dos copas al día en el caso de
los hombres, y a una en el caso de las mujeres”. Una copa contiene entre 10 y
15 g. de etanol.
Este consejo aparentemente contradictorio proviene de la idea de que, aun-
que parece que el alcohol incrementa el riesgo de cáncer, también podría
reducir considerablemente el riesgo de padecer enfermedades cardiovascula-
res6.

EL ALCOHOL AYUDA AL CORAZÓN


Numerosos estudios han demostrado que las personas que consumen alco-
hol en cantidades moderadas tienen un menor riesgo de padecer enferme-
dades cardiovasculares.
En un metanálisis (análisis global promediado de los resultados de un con-
junto de estudios científicos), investigadores canadienses y americanos com-
probaron que los consumidores de alcohol tenían un riesgo de sufrir infartos
y accidentes cerebrovasculares y de fallecer por una de estas causas menor
que los abstemios.
Tomar una copa al día está definitivamente relacionado con un riesgo entre
un 14 y un 25% menor de sufrir el conjunto de enfermedades cardiovascu-
lares. Mientras que beber más de una copa al día, por el contrario, aumenta
el riesgo de sufrir un infarto mortal7.
Esos mismos investigadores han continuado estudiando los mecanismos
que se esconden tras los efectos aparentemente beneficiosos del alcohol
sobre el corazón. Han tenido en cuenta más de sesenta estudios sobre su
5

consumo y su relación con marcadores conocidos de enfermedades cardía-


cas, y han confirmado que un consumo moderado de alcohol aumenta de
manera significativa los índices de colesterol “bueno” o HDL en el cuerpo.
Esto podría explicar el efecto protector del alcohol contra las enfermedades
de corazón8.
Cabe destacar que, al estudiar el impacto según el tipo de alcohol ingerido
(vino, cerveza o bebida espirituosa), se comprobó que todos tenían el
mismo efecto positivo sobre el corazón. Sin embargo, la mayoría de estudios
revisados trataban sobre el vino, y en general el vino tinto, lo que podría
haber influido en los resultados. El vino tinto contiene compuestos vegeta-
les llamados polifenoles, como el resveratrol, considerados beneficiosos para
el corazón.
Aún así, la mayoría de estos estudios sobre vino tinto han llegado a la con-
clusión de que en realidad el alcohol presente en la bebida es el auténtico
responsable de los efectos positivos para la salud. Un estudio ha comparado
los efectos sobre el índice de colesterol en la sangre del consumo de vino con
el consumo de dos tipos diferentes de zumo de uva, uno rico en polifenoles
y otro no. El consumo de vino (tanto blanco como tinto) aumentaron el
nivel de colesterol bueno HDL, mientras que el zumo de uva no tuvo nin-
gún efecto9.

HUIR DEL “BINGE DRINKING” A TODA COSTA


“Binge drinking” es el término anglosajón para explicar un fenómeno mun-
dial que practican sobre todo los jóvenes: beber exageradamente (casi como
un objetivo en sí mismo) las noches de los viernes y sábados, y no probar ni
gota de alcohol entre semana. Se beben grandes cantidades de alcohol (seis
copas en hombres o cuatro en mujeres) en menos de tres horas. En España,
el 15,2% de la población sigue esta práctica, con una media de edad de
entre 19 y 20 años10.
Aprender a beber correctamente, es decir, beber en la mesa y en proporción
a la cantidad de comida que se está ingiriendo, es más importante que la
6

cantidad de alcohol ingerido. Se debe evitar, a toda costa beber importantes


cantidades de alcohol de un trago y con el estómago vacío para “cogerse un
buen colocón” (…o más bien un “resacón”).
Según el Dr. Juergen Rehm, director de investigación social y epidémica en
el Centro de adicciones y salud mental (CAMH, en sus siglas en inglés) de
Toronto (Canadá), “si una persona se emborracha una vez al mes, todos los
posibles beneficios para la salud del consumo de alcohol quedan anulados”. Este
nivel se alcanza cuando se pasa de cinco copas seguidas, en el caso de los
hombres, y cuatro en el de las mujeres.
Los propios estudios realizados por el Dr. Rehm sobre alcohol y corazón (un
metanálisis de 44 estudios coescritos con Michael Roerecke) han revelado
que, aunque parece que el alcohol protege contra las enfermedades cardíacas
y disminuye la mortalidad en general, su efecto protector no es automático
para todo el mundo, ni siquiera en un porcentaje pequeño. El estudio, publi-
cado en la revista científica Addiction, da a entender que la manera de beber
podría ser igual de importante que la cantidad total de alcohol ingerido11.
Un estudio comparativo sobre los hábitos de consumo entre hombres de edad
mediana de las ciudades francesas de Lille, Estrasburgo y Toulouse, así como
de Irlanda del Norte, va en esta misma dirección. Se ha comprobado que,
aunque los franceses por naturaleza beben más que los irlandeses, sufren
menos enfermedades coronarias que éstos, que tienden a emborracharse.

UN RIESGO DOS VECES MAYOR DE MORIR DE UN


INFARTO
Las personas asiduas a emborracharse tienen prácticamente el doble de pro-
babilidades de sufrir un infarto o de fallecer por una enfermedad del cora-
zón que las personas que beben a diario, pero de forma moderada. (12)
Algunos expertos, sin embargo, no son partidarios del consumo diario de
alcohol, ni siquiera moderado, y aconsejan guardar dos días de abstinencia
a la semana.
7

Según Sir Ian Gilmore, asesor especial sobre alcohol del Royal College of
Physicians de Londres, si se bebe todos los días, sí que podría existir de
verdad un riesgo de padecer una enfermedad del hígado.
El Dr. Nick Sheron, experto hepatólogo de la Universidad de Southampton,
Reino Unido, lo confirma: “Si analizamos a las personas que tienen lesiones
en el hígado (cirrosis) veremos que prácticamente todas ellas consumen alcohol a
diario”. Por eso también recomienda que se respeten uno o dos días de abs-
tinencia a la semana, para reducir la dependencia y la disposición natural a
beber cada vez más.

CONCLUSIÓN
El consumo de alcohol reduce, por tanto, el riesgo de sufrir enfermedades
del corazón, siempre y cuando se beba durante las comidas. Para reducir los
daños en el hígado, guarde aun así dos días de abstinencia a la semana y
evite a toda costa emborracharse.
Es cierto que beber alcohol, incluso de forma moderada, podría incrementar
ligeramente el riesgo de cáncer. Sin embargo, si presta atención a los índice
de mortalidad, las personas que beben con moderación viven más que los
abstemios, incluso teniendo en cuenta el nivel de estudios y de vida. (13)
Por último, aunque los expertos no se pongan de acuerdo con respecto a lo
que se considera un consumo de alcohol diario “moderado” y seguro, pare-
ce acertado limitarlo a 15 g de etanol al día en el caso de las mujeres (o dicho
de otro modo, a una copa de vino tinto o una lata de 33 cl de cerveza de 5º
de alcohol) y a 30 g en el caso de los hombres (dos copas de vino llenas o
dos cervezas).
Nota: Este artículo es una Adaptación de “Alcohol: friend or foe de Joanna
Evans”, con autorización del editor. Artículo publicado en What Doctors
Dont’ Tell You, volumen 23, nº2.
8

Fuentes:
1. Datos del XIII Congreso Nacional de Psiquiatría, celebrado en Madrid
en octubre de 2009.
2. Stroke, 2012, 43 : 939-45
3. Alcohol Clin Exp Res, 2011 ; 35 : 2093-100
4. Am J Clin Nutr, 2009 ; 89 : 1188-96
5. “From the point of view of cancer prevention, the best level of alcohol
consumption is zero”
6. WCRF-AICR, Food, Nutrition, Physical Activity, and the Prevention
of Cancer : A Global Perspective, 2007 ; www.dietandcancerreport.
org)
7. BMJ, 2011; 342 : d671
8. BMJ, 2011; 342 : d636
9. Clin Chim Acta, 1996; 246 : 183-93
10. “Encuesta sobre alcohol y drogas en población general de España
2011-2012” (EDADES). 22 de enero de 2013
11. Addiction, 9 enero 2012; doi:10.1111/j.1360-0443.2012.03780.x
12. BMJ, 2010 ; 341 : c6077
13. J Am Geriatr Soc, 2009 ; 57 : 955-62
9

Enfermedades: por qué


a veces lo más urgente
es esperar

Solemos creer que cuando un médico enferma enseguida sabe qué medica-
mento debe tomar o a qué experto debe acudir para someterse a una opera-
ción. Y que, en consecuencia, comienza el tratamiento directamente.
Es su oficio, lo hace cada día. ¿Por qué iba a perder el tiempo tratándose de
sí mismo?
Sin embargo, la mayoría de médicos hace justamente lo contrario: decide
esperar.
De hecho, cuanto más experimentado es el médico, más tiempo se toma.
Jamás se abalanzaría sobre el botiquín, ni correría a la sala de operaciones.
Y es que durante su larga carrera ha visto cosas particularmente extrañas:
personas que, terriblemente enfermas una mañana, parecían más sanas que
una manzana al día siguiente; dolores que aparecen… y desaparecen con la
misma facilidad con la que han venido; análisis de sangre que presentan
índices preocupantes… pero porque alguien ha cometido un error, o porque
el ordenador tiene mal configurado no sé qué parámetro…
10

Es decir, el médico sabe que, si es posible, con frecuencia la mejor solución


es esperar un poco.

LA TENTACIÓN DE ACTUAR (DEMASIADO) RÁPIDO


Cuando alguien lo está pasando mal, se impacienta por ser atendido.
Nada le parece lo suficientemente rápido; le gustaría empezar a medicarse
cuanto antes, ser operado de urgencia… y se enfada cuando los médicos se
toman su tiempo.
Pero que los médicos esperen para tratarle no tiene nada que ver con la
pereza o el desconocimiento. Se toman su tiempo porque eso es algo funda-
mental.
Lo mejor para usted, por su propio bien, es que no siempre le den un medi-
camento a la primera de cambio o le operen de urgencia.
A menudo lo que hay que hacer es asegurarse, esperar a que los síntomas se
confirmen. Y dejar que la evolución de la enfermedad corrobore el diagnós-
tico y que el tratamiento contemplado es el adecuado.
Lo realmente importante es, por tanto, no cometer un error médico irrever-
sible actuando precipitadamente.
Los médicos tienen incluso un proverbio para ello, que es el primer artículo
del juramento de Hipócrates: “primum non nocere”, que significa “lo prime-
ro es no hacer daño”.
En medicina siempre hay que mantener la esperanza de que las aguas
pueden volver a su cauce por sí solas, dejando actuar las fuerzas de auto-
curación del organismo sin que haya necesidad de correr el menor ries-
go.
Esa es siempre la solución ideal, ya que el cuerpo es el mejor doctor. Lo que
sucede es que a menudo eso requiere tiempo.
11

Su médico no elige entre curarle o que siga enfermo. Al contrario. La elec-


ción que el facultativo debe hacer es la siguiente: “El señor López, ¿tiene más
probabilidades de estar mejor de forma global si le trato, o si le dejo así?”
La respuesta, por desgracia, no siempre es simple…

“NO ME HAN PRESCRITO NADA… ¿ME HABRÁN


ATENDIDO BIEN?”
Y es que hay quien cree que salir de la consulta del médico sin una receta
bajo el brazo es sinónimo de no haber sido bien atendido. Los médicos se
quejan (muchos en privado y algunos de ellos públicamente, como hizo la
presidenta del Colegio de Médicos de Murcia) de que hay pacientes que se
marchan de la consulta ofendidos e incluso enfadados tras comunicarles que
no deben seguir ningún tratamiento1.
Se sienten presionados por los pacientes, una presión que, sumada a la falta
de tiempo para explicarles por qué se les prescribe o por qué no, desemboca
a menudo en la sobreprescripción.
Y los problemas que desencadena la sobremedicación no son pocos ni una
cuestión baladí: resistencia a los antibióticos, inefectividad de ciertos fárma-
cos o principios activos…2
Cochrane Collaboration publicó hace unos años un estudio para intentar
arrojar luz sobre el terrible problema de la prescripción inadecuada de anti-
bióticos por parte de los médicos. Y entre las causas una llama poderosa-
mente la atención: “los pacientes que insisten en tomar antibióticos. Los médi-
cos no tienen el tiempo suficiente para explicar por qué los antibióticos no son
necesarios y, por lo tanto, los prescriben para ahorrar tiempo”3.
Como ve, el papel que juega el paciente es crucial. Por eso le pido más
paciencia, empatía y amplitud de miras, y confiar más en aquel doctor que
no desea medicarle a la primera de cambio.
12

UN PEQUEÑO EJERCICIO PARA PONERSE EN LA PIEL


DE SU MÉDICO
Para ponerse en el lugar de su médico, échele imaginación y haga el siguien-
te ejercicio:
Imagine que es usted un padre o una madre joven. Su hijo de 4 años se
levanta en plena noche llorando porque le duele la tripa. Es la primera vez
que le sucede eso.
Al cabo de una hora, los lloros continúan. La angustia va en aumento. Se
pregunta si debe vestirse y llevar al pequeño a urgencias.
“Ante la duda, mejor no correr riesgos inútiles”, pensará usted. “Qué más dan
el trabajo y la escuela, ¡vámonos a urgencias! Nunca se es demasiado prudente”.
Y, sin embargo… Sin embargo…
Es de noche y usted está cansado. Además, las carreteras tienen hielo y debe
conducir 30 km hasta el hospital.
En la sala de espera se verá rodeado por una gran multitud de enfermos.
Puede que alguno de ellos tenga alguna enfermedad infecciosa grave, ¡inclu-
so tuberculosis! No hay forma de saberlo. Nadie puede saberlo.
Además, el dolor de tripa no es una de las urgencias que se atienden con más
apremio, como sí lo son los accidentes de tráfico o los infartos, por lo que
probablemente tendrá que esperar varias horas antes de que un médico
evalúe a su hijo. Y en el hospital hay cada vez más gérmenes resistentes a los
antibióticos.
Finalmente, su hijo será examinado por un médico de urgencias de servicio
que no le conoce de nada, ni tampoco a usted. Vista la organización actual
de algunos hospitales, es muy posible que este médico esté extenuado, inclu-
so que no haya dormido nada desde hace demasiadas horas.
Puede que se equivoque al examinar a su hijo y le envíe a hacerse una radio-
grafía porque él tampoco quiere “correr riesgos”. Es decir, que su hijo termi-
13

naría recibiendo una buena dosis de radiación, y lo más probable es que


fuera absolutamente para nada.
A fin de cuentas, la cuestión que usted se plantea no es “¿debo tratar a mi
hijo o no?”, sino “¿qué es lo mejor para él?”.
¿Qué es lo más arriesgado? ¿Mantenerlo un poco más en su cama, con una
bolsa de agua caliente en su vientre, una tisana de hinojo y un buen masaje,
a la espera de que abra de mañana el centro de salud en el que lo verá su
pediatra, o salir ya mismo para urgencias?
La elección es difícil; no hay una respuesta obvia ni sencilla.
Pues ese es exactamente el mismo problema con el que con frecuencia se
encuentra su médico cuando es usted el que acude a verle.
Debe reflexionar acerca de cuál es la mejor entre varias opciones, y ninguna
de ellas es evidente. No hay solución clara o fácil. ¿Hay que tratar ya o…
esperar?
Prudencia, sabiduría y sentido común son las palabras clave, pero también
es importante conocer bien las prioridades del paciente.

ESTAS SON LAS PREGUNTAS QUE DEBE HACERSE


ANTES DE VISITAR AL ESPECIALISTA
Antes de ir a ver al médico o al especialista, tómese un tiempo para escribir
en una hoja de papel cuáles son sus problemas, sus objetivos reales y sus
inquietudes. Piense que su médico no sabe cuáles son sus prioridades y, si
quiere que las tenga en cuenta, tendrá que explicárselas usted mismo.
Asimismo, antes de aceptar un tratamiento, párese a reflexionar e incluso
consulte con su familia o sus amigos para tratar de dar respuesta a estas
cuestiones:
• ¿Qué problema me genera más malestar?
• ¿Es consciente mi médico de ese problema?
14

• Este tratamiento, ¿aborda únicamente una enfermedad o ayudará a


mejorar mi situación en su conjunto?
• ¿Tengo la información correcta acerca de las probabilidades que hay
de que vaya bien? ¿Y de los riesgos que implica?
Una vez que haya respondido con criterio a estas preguntas, pase a las
siguientes:
• ¿Estoy seguro de que quiero recibir este tratamiento? ¿Me arrepentiré
si algo sale mal? ¿Me enfadaré conmigo mismo por haber corrido un
riesgo que, en el fondo, ya sabía que no valía la pena?
• ¿Es realmente urgente actuar?
• ¿Qué han hecho antes otras personas que se encontraban en mi
situación? (Puede preguntar a personas de su entorno si conocen
casos similares, o quizá su médico pueda ponerle en contacto con
alguna asociación de pacientes).
• Y finalmente (sólo finalmente): ¿dónde y quién me va a operar?
Todo esto que hoy le cuento no es ninguna teoría: recientemente he vivido
de cerca un caso similar y, desgraciadamente, con un final dramático.
Se trataba de un pequeño que tenía un problema de corazón. Los médicos
quisieron operarle y murió. Después de su muerte, se supo que los médicos
habían considerado necesaria la operación porque el niño estaba sin aliento,
por lo que no podría hacer ejercicio en el colegio en un futuro.
Pero él era un gran lector y le gustaba mucho la música. Era en realidad un
niño muy tranquilo. ¡No sería tan grave que no pudiese hacer deporte en la
escuela! Si sus padres hubiesen sabido que iban a poner su vida en peligro
sólo por eso, habrían rechazado la operación, y quizá hoy el pequeño segui-
ría vivo.
Es obvio que no es fácil tomar las decisiones correctas, y menos cuando se
trata de algo tan importante como la salud. Por eso con mi mensaje de hoy
quiero hacer hincapié en que a veces la peor de las decisiones es precipitarse,
15

y también que se debe permitir al médico sopesar con tranquilidad cada


caso, incluso si la decisión final es no actuar.

Fuentes:
1. Isabel Montoya, presidenta del Colegio de Médicos de Murcia, en el
artículo “Desconocimiento generalizado sobre los antibióticos”. AZprensa.
Noviembre, 2016.
2. “Los médicos de familia advierten a ciudadanos y profesionales de la
necesidad de moderar el consumo de antibióticos para garantizar su
eficacia”. Sociedad Española de Medicina de Familia y Comunitaria
(semFYC). Noviembre, 2012.
3. Arnold SR, Straus SE. “Intervenciones para mejorar las prácticas de
prescripción de antibióticos en la atención ambulatoria (Revisión
Cochrane traducida)”. En: La Biblioteca Cochrane Plus, 2008
Número 4. Oxford: Update Software Ltd. Disponible en: http://
www.update-software.com. (Traducida de The Cochrane Library,
2008 Issue 3. Chichester, UK: John Wiley & Sons, Ltd.).
16
17

Homeopatía: la
evidencia científica que
necesitan los escépticos

Mientras los grandes medios de comunicación vomitan día sí día no sus


titulares tendenciosos e injuriosos contra la homeopatía, en San Sebastián
160 médicos asistían a la I Jornada sobre Evidencias Científicas en
Homeopatía1.
Porque frente a la corriente que intenta desacreditar esta disciplina, detrás
de ella hay muchísima práctica clínica, médicos que la ejercen con muchos
años de estudios y ejercicio a sus espaldas, infinidad de pacientes satisfe-
chos… y ciencia, mucha ciencia.
En Tener S@lud hemos vivido el congreso desde dentro y vamos a contarle
lo que allí ha ocurrido. Porque queremos que usted esté informado de lo que
jamás le van a contar los otros medios de comunicación, tan solo empeña-
dos en desacreditarla. Así podrá extraer sus propias conclusiones, que podrá
compartir con nosotros al final de este e-mail.
18

LE PRESENTO AL DR. FISHER, EL MÉDICO


(HOMEÓPATA) DE LA REINA DE INGLATERRA
Seguramente al Dr. Fisher no le gustaría que le presentaran de esa forma. Y
es que su currículum es lo suficientemente deslumbrante por sí solo. Entre
otras cosas, es director de investigación del Royal London Hospital for
Integrated Medicine de Reino Unido (uno de los principales hospitales de
medicina integrativa de Europa) y miembro del Consejo de Expertos en
Medicina Tradicional y Complementaria de la Organización Mundial de la
Salud (OMS). Es uno de los mayores expertos europeos en la materia.
Pero reconocerá conmigo que ser el médico personal de la monarca más
longeva del mundo (en activo a sus 91 años) es algo que no puede dejar de
mencionarse. La familia real británica lleva tratándose con homeopatía
desde hace varias generaciones, desde la época de la reina Victoria.
Pero obviamente no fue de sus ilustres pacientes de lo que el Dr. Fisher (el
del centro en la imagen de arriba) fue a hablar a San Sebastián. Su interven-
19

ción se centró en desmenuzar los últimos avances científicos a nivel interna-


cional en la materia.
No quiero abrumarle y no voy a detallarle todos, pero como pincelada debe
saber que la base de datos científica Core-Hom (que recoge todo lo que se
publica al respecto en publicaciones científicas y médicas) contiene a día de
hoy 1.137 ensayos clínicos, 489 de ellos aleatorizados. Además, 534 son
ensayos controlados frente a placebo y 174 ensayos comparativos frente a
tratamientos convencionales. Cualquiera que tenga interés puede entrar en
la base de datos online y comprobarlo2.
Me pregunto si es eso falta de evidencia científica…
Algunos de estos estudios comparan el uso de medicamentos convenciona-
les frente a medicamentos homeopáticos. Uno, por ejemplo, estudiaba la
fluoxetina (principio activo del famoso antidepresivo Prozac) frente a los
medicamentos homeopáticos, resultando ganadores estos últimos.
“Hay muchas pruebas, mucha evidencia; muchos estudios de gran calidad y ade-
más reproducibles”, contaba el Dr. Fisher, deteniéndose también en la eficacia
demostrada del Gelsemium (un medicamento homeopático muy utilizado
para la ansiedad) y de otro a base de arnica para la cicatrización de los tejidos.
Me encantaría que los periodistas y columnistas que, al hablar de homeopa-
tía, se limitan a repetir que “no hay evidencia científica” charlaran un rato
con el Dr. Fisher... Quizá matizaran su opinión.

MARC HENRY, EL CIENTÍFICO QUE VINO A EXPLICAR


POR QUÉ FUNCIONA LA HOMEOPATÍA
“Yo soy un científico. Podemos hacer filosofía respecto de la homeopatía, pero
como científicos hay que estar a los hechos”. Toda una declaración de princi-
pios la del profesor Henry (el primero por la derecha en la foto de arriba).
Marc Henry es Profesor de Física y Química Cuántica en la Universidad de
Estrasburgo. Allí trabaja con el premio Nobel de Medicina en 2008 Luc
20

Montagnier en la investigación de las ultradiluciones dinamizadas, que son


el medio de elaboración de los medicamentos homeopáticos, con los que se
busca que se produzca una respuesta en el organismo para que él mismo
reaccione y provoque la curación.
La física cuántica es una ciencia compleja, pero que está sirviendo para des-
entrañar la composición y estructura de los medicamentos homeopáticos,
así como su mecanismo de acción.
Estos medicamentos se presentan en gránulos, glóbulos o gotas, y llevan
siempre el nombre en latín de la materia prima (de origen natural), un
número (que expresa la cantidad de veces que ha pasado por el proceso de
dilución) y una o dos letras (que indica el tipo de escala o proceso utilizado
para hacer la dilución).
Así, por ejemplo, una disolución que lleva 2C significa que la sustancia
activa ha sido diluida una parte en 100 y luego una parte de esa disolución
ha sido nuevamente diluida otra vez en 100. Por lo tanto, un preparado en
una disolución 2C significa que tiene una parte de la materia prima por
cada 10.000 partes de solución.
Se trata de una cantidad muy pequeña, pequeñísima, y eso es lo que lleva a
los escépticos a asegurar burlonamente que los medicamentos homeopáticos
no pueden funcionar pues “no son más que agua”.
Con los conocimientos científicos de los que se disponía hasta ahora, era
imposible dar credibilidad a lo que la evidencia clínica y la mejoría de los
pacientes mostraba: que los medicamentos homeopáticos funcionan. Pero
la física cuántica ha cambiado las cosas.
La física cuántica estudia el comportamiento de la materia cuando sus
dimensiones son diminutas, a escala nanométrica o incluso menor. Los
avances en la física cuántica han ido permitiendo avances que hasta hace
nada parecían de ciencia ficción: en electrónica, computación, nuevos mate-
riales, altas energías, criptografía… y homeopatía.
21

En las diluciones homeopáticas lo que queda no es sólo agua, sino “agua con
algo”. Y ese algo, que es información codificada en su estructura, es lo que
actúa en la célula. Antes no podía medirse, pero ahora sí.
Y para hacerlo, el profesor Henry tomó dos remedios homeopáticos, el
Cuprum metallicum y el Gelsenium sempervirens, estudiando qué hay en ellos
tras cada dilución. Para ello utilizaron resonancia magnética nuclear y una
técnica muy nueva de análisis electrofotónico.
Y llegó la evidencia: tras cada dilución siempre queda algo, hasta en las dilucio-
nes más altas. Y cada dilución puede actuar de forma diferente a nivel celular.
“Los remedios homeopáticos no son agua y azúcar; sino que se usa agua y azúcar
para transmitir la información que contienen”, concluye Marc Henry, que
reclama más inversiones en investigación para precisamente dotar a la
homeopatía de mayor evidencia científica... de esa precisamente que les
achacan que no tiene.

NIURKA MENESES: LA HOMEOPATÍA FUNCIONA EN


LAS PLANTAS… ¿TAMBIÉN ES “EFECTO PLACEBO”?
Niurka Meneses (la sonriente mujer que aparece a la izquierda de la foto) es
investigadora y profesora en el departamento de química y bioquímica en la
Universidad de Berna, en Suiza. Es una de las figuras más relevantes en
agrohomeopatía, es decir, en la aplicación de la homeopatía a las plantas.
La investigadora Meneses llegó a la homeopatía desde el escepticismo, según
contó a los asistentes al congreso. Enferma de asma desde hacía muchos
años, casi a la desesperada fue a dar con un médico homeópata, que consi-
guió (frente a su propia sorpresa como paciente) que sus crisis asmáticas se
fueran espaciando, fueran menos intensas, y finalmente desaparecieran por
completo. Intrigada por una práctica médica y farmacológica que no enten-
día, decidió estudiarla y aplicarla en su propio laboratorio… agrícola.
Ha hecho infinidad de experimentos y está desarrollando un método propio
que permite controlar plagas y enfermedades, ayudar al crecimiento de las
22

plantas, potenciar el efecto de los biofertilizantes, lograr cosechas más abun-


dantes y nutritivas… y sin una sola gota de sustancias químicas.
La doctora Meneses compartió algunos de sus hallazgos con los asistentes,
como usar Calcárea carbónica 30 CH para eliminar las babosas en las plan-
taciones de lechugas, usar Silícia terra en plantas con crecimiento lento o
atacadas por hongos o Apis mellífica en plantas muy delgadas a causa de una
alta producción.
Oyéndola es difícil no pensar que la difusión de la agrohomeopatía supon-
dría un avance enorme para los productores, tanto por su bajo coste como
por la independencia que les permitiría tener respecto a los fabricantes de
agroquímicos, así como la obtención de cosechas libres de químicos y eco-
lógicas. Vamos, que beneficiaría a los productores, a los consumidores y al
medioambiente en general.
Y además, tendría una ventaja adicional, tal como destaca la doctora
Meneses: “contribuir a acabar con otra de las críticas recurrentes hacia la
homeopatía: la de los que dicen que no funciona, sino que es sólo el efecto pla-
cebo”.
Realmente, ¿cree usted que cuando se administra homeopatía a unas lechu-
gas y a otras no, o a una fila de rábanos y a otros no, las plantas que son
tratadas experimentan el efecto placebo y hace que desaparezcan las babosas,
los hongos o crezcan mejor?

DR. ELIO ROSSI: 20 AÑOS DE EXPERIENCIA DE LA


HOMEOPATÍA EN LA SANIDAD PÚBLICA EN TOSCANA
¿Se imagina un sistema de salud público en el que la homeopatía, la acu-
puntura y la fitoterapia estuvieran incluidas y los pacientes tuvieran acceso
a ellas con total normalidad y sin coste adicional? Pues eso ocurre en Italia,
concretamente en la región de Toscana.
Para lograrlo la clave fue integrar la medicina complementaria en el plan
sanitario de la región, y de allí pasó a reconocerse a nivel nacional. El Dr.
23

Elio Rossi (tercero por la izquierda en la fotografía de arriba), médico


especialista en enfermedades infecciosas y director de la Clínica
Homeopática del Hospital Provincial de Lucca, estuvo desgranando ante
los asistentes la experiencia tras 20 años de funcionamiento, que dio el
año pasado servicio a 2.500 pacientes de forma presencial, reforzado con
un servicio telefónico.
Especialmente llamativo (con ojos de aquí) es el tratamiento de los pacientes
oncológicos, que reciben una asistencia integral, atendidos por oncólogos
responsables de sus tratamientos con radioterapia o quimioterapia pero tra-
bajando codo con codo y en perfecta coordinación con homeópatas, fitote-
rapeutas y acupuntores3.
“El 90% de los pacientes llegan a la consulta remitidos por el oncólogo, y les
atienden a la vez el oncólogo y el especialista en medicina complementaria”,
detalla el Dr. Rossi, que destaca que este tipo de pacientes reciben consejos
muy amplios, específicamente de tratamiento oncológico pero también
tratamiento complementario y consejos de dieta, actividad física, etc.

DR. DÍAZ: DESMENUZANDO LOS RESULTADOS DEL


EPI3
Francia es otro lugar en el que la medicina complementaria está integrada
en el sistema de salud público. Por eso en el marco de esta jornada también
se habló de los resultados del EPI3, el mayor estudio fármaco-epidemioló-
gico realizado en atención primaria en el país vecino4.
En este amplio estudio, realizado por un equipo independiente y publicado
en 11 artículos científicos de diferentes revistas internacionales, han partici-
pado 8.559 pacientes y 825 médicos de Atención Primaria. Todos los gru-
pos de médicos usan diferentes tipos de métodos terapéuticos según su
elección, incluyendo medicamentos convencionales y homeopáticos (es
decir, que los medicamentos con los que trataban a sus pacientes, fueran
homeopáticos, convencionales o ambos, eran los que ellos consideraban en
cada caso concreto según su criterio).
24

Sus conclusiones las desmenuzó el Dr. Gualberto Díaz, Médico Especialista


en Medicina Familiar y Comunitaria en nuestro país y Responsable
Científico de la Asamblea Nacional de Homeopatía.
Sus resultados son accesibles a quien quiera consultarlos, pero por destacar
algún dato, ponen de manifiesto que los pacientes participantes en el estu-
dio con infecciones respiratorias tratados con homeopatía tomaron un 57%
menos de antibióticos; los que tenían dolor músculo-esquelético consumie-
ron un 46% menos de antinflamatorios; y los que padecían depresión,
ansiedad y sueño utilizaron un 71% menos de psicotrópicos. “Se ha demos-
trado que se pueden consumir menos medicamentos convencionales, como los
antibióticos, los psicótropicos o los antiinflamatorios, cuyo uso indebido es un
problema de salud pública. Además, esta disminución en el consumo de medi-
camentos reduce a su vez las reacciones adversas asociadas a su toma”, explicó
el Dr. Díaz.
En Francia, Alemania, Austria, Suiza, parte de Italia y muchos otros lugares
la homeopatía está incluida en la sanidad pública. En Australia, Israel,
Cánada y Japón, entre otros, se utiliza con absoluta normalidad. En Estados
Unidos su uso se ha incrementado un 15% en cinco años… Da qué pensar.
Los médicos homeópatas son médicos como los demás, sólo que además de
recurrir a los recursos convencionales (¡por supuesto que prescriben antibió-
ticos cuando es necesario, por poner un ejemplo!), recurren también a esas
otras alternativas, buscando la mínima agresividad de los tratamientos y la
curación de las patologías desde dentro del propio paciente.
Y otro dato llamativo analizado en la jornada y en el que coinciden todos
los estudios y encuestas que se realizan a lo ancho y largo del mundo: los
pacientes que recurren a la homeopatía tienen un nivel educativo más alto
y un estilo de vida más saludable, además de una actitud más activa respec-
to a su propia salud. También da que pensar, ¿verdad?
Esta es la crónica de la I Jornada sobre Evidencias Científicas en Homeopatía
vivida desde dentro.
25

Fuentes:
1. I Jornada sobre Evidencias Científicas en Homeopatía. San Sebastián.
17 de julio de 2017. www.cienciahomeopatia.com
2. https://www.hri-research.org/resources/research-databases/core-
hom/
3. Oficialmente se refleja en la pertenencia al “Oncology Network of
the Tuscan Tumor Institute” a nivel regional, y en “European
Commission Initiative on Breast Cancer (ECIBC)” a nivel europeo.
4. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/?term=duru+epi3
26
27

Huya de los productos


light y 0%

Ante la epidemia de sobrepeso, hipertensión y diabetes que vivimos en


nuestros días estamos desarrollando una especie de “fobia” hacia los produc-
tos demasiado calóricos.
El problema, como lamentan muchas personas a régimen, es que parece que
“todo lo que está bueno está prohibido”.
A la gente le encantan las bebidas azucaradas, las patatas fritas, los carame-
los, los pastelitos de chocolate, los bollos y cremas llenas de aceite y mante-
quilla… ¡Precisamente los productos que les prohíben los médicos!
Pues bien, la industria agroalimentaria no ha tardado en escuchar ese men-
saje… ni en aprovechar la oportunidad de ganar cuota de mercado.
Arranca así entonces el trabajo de los ingenieros químicos contratados para
inventar alimentos que tengan sabor azucarado sin contener azúcar, o tex-
tura grasa sin poseer grasa.
Este desafío, que habría parecido impensable 50 años atrás, ya ha sido supe-
rado, ¡y en tiempo récord! Los productos “0% de materia grasa” y “0 calo-
rías” ya han invadido los estantes de los supermercados… ¡para nuestra
desgracia!
28

EL FRAUDE DE LA MARGARINA
Los que ya peinan algunas canas seguro que se acuerdan de la “historia” de
la margarina, un caso totalmente vergonzante dentro del mundo de la nutri-
ción.
Los primeros pasos de la margarina se remontan a la época de Napoleón III,
quien puso en marcha un concurso para buscar un “cuerpo graso similar a la
mantequilla, pero de precio inferior y apto para ser conservado durante un largo
período sin alterarse y manteniendo su valor nutritivo”.
Fue un farmacéutico, Mège-Mouriès, el que consiguió fabricar la primera
margarina realizando una emulsión blanca con grasa de res, fraccionada con
leche y agua. Después registró la patente y puso en marcha su comercializa-
ción a gran escala.
Pero pronto se vio obligado a hacer frente a las críticas de gourmets como
Catherine de Bonnechère, que ya hace un siglo, en su obra La cocina del siglo
(1895), denunciaba1:
“La oleomargarina es una mantequilla artificial producida por la grasa o sebo
de res molida y después calentada. […] El público se ve absolutamente perjudi-
cado, ya que se emplean sebos viejos y de mala calidad a los que se añaden
aceites peligrosos. […] Convendría proteger al agricultor y al consumidor
empleando un colorante que permita distinguir perfectamente la margarina de
la mantequilla. Pero los comerciantes al por mayor se niegan a seguir este pro-
cedimiento, ya que limitaría el fraude que se comete. La buena mantequilla es
indispensable en la buena cocina, y hay que protegerla tanto como sea posible
contra las falsificaciones”.
Llegó a proponerse incluso el uso de un pequeño aparato portátil, llamado
“verificador de mantequilla”, con el fin de distinguir la verdadera mantequi-
lla de las margarinas.
Desgraciadamente las críticas no sólo no fueron oídas, sino que la industria
“perfeccionó” la fabricación de la margarina (entiéndase: se redujeron toda-
29

vía más sus costes), reemplazando la grasa animal por aceites vegetales bara-
tos.
Así se inventó, de hecho, el procedimiento de “hidrogenación” de los aceites.
Las ventajas de este nuevo tipo de margarina parecían muchas: en primer lugar,
era más práctica porque seguía estando blanda incluso en la nevera (podía exten-
derse sobre las tostadas sin tener que esperar); en segundo lugar, era más econó-
mica, ya que estaba hecha con aceites vegetales de escasa calidad.
Finalmente, y esto es lo peor de todo, los nutricionistas supusieron en su
momento que los ácidos grasos trans artificiales eran mejores para la salud
que los usados anteriormente. No equivalentes, sino directamente mejores..
Es decir, que después de miles de años de consumo de grasas animales el ser
humano se dio cuenta de pronto de que había cometido un error y que
había que abandonar con la máxima urgencia los productos naturales y
consumir grasas sintéticas…
A pesar de que se trataba de un engaño, esta creencia terminó expandiéndo-
se por completo. Todavía en los años 80 del siglo pasado la mayoría de amas
de casa creían que estaban protegiendo a sus familias al reemplazar la man-
tequilla por margarina atiborrada de ácidos grasos trans.
Hubo que esperar a que se diesen los primeros movimientos en contra de
las grasas trans artificiales para que empezásemos a oír a los nutricionistas
denunciándolas. Finalmente se supo -aunque hizo falta un siglo entero para
ello- que provocan cáncer e infartos2.
Hoy día la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la American Heart
Association recomiendan disminuir el aporte de grasas trans al 1% del apor-
te energético total (unos 2 g/día para una dieta media de 2000 kcal)3.
Sin embargo, en Europa la EFSA no es tan explícita y sólo recomienda dis-
minuir su consumo “tanto como sea posible”. Este consejo tan vago da como
resultado políticas muy dispares entre los distintos países de la Unión
Europea4.
30

Los países nórdicos fueron los primeros en incorporar una normativa espe-
cífica para las grasas trans. Ya desde 2003 en Dinamarca está limitado el
aporte de estas grasas a un máximo del 2% del total de grasa en todos los
alimentos del mercado, incluyendo los alimentos importados, medida que
ha contribuido a un descenso de cerca del 60% en la incidencia de las enfer-
medades cardiovasculares en el país5.
Aunque Dinamarca fue el primero, no es el único país que ha adoptado
contundentes medidas contra el consumo de grasas trans. Austria, Islandia,
Suecia, Suiza, Argentina y Estados Unidos son otros ejemplos.
En España, sin embargo, a pesar de que el Ministerio de Sanidad reconoce
que el consumo de grasas trans -incluso a niveles bajos- se asocia con un
incremento del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares, se sigue
dejando la cuestión en manos del “buen hacer de la industria”.
Es decir, no existe en la actualidad en nuestro país la obligación de limitar
el contenido de grasas trans en los alimentos, ni tampoco de incluir referen-
cias sobre su contenido en el etiquetado.
El principal motivo por el que algunas empresas continúan empleando las
grasas trans es su bajo coste económico. Precisamente una de las justifica-
ciones más oídas para no poner coto a las grasas trans es la dificultad y el
coste de eliminarlas de los procesos de producción. Sin embargo, un estudio
demostró que en los países europeos en los que se habían tomado medidas
de este tipo la adaptación de los fabricantes fue fácil, sencilla y tuvo un coste
mínimo6.
Pero la verdad es que los productos con grasas trans no son los únicos cues-
tionables.

LOS PRODUCTOS LIGHT Y 0%


Todos los productos que contienen grasa hoy se ofrecen en el supermercado
en una “versión light” o “0%”.
31

Pero parémonos un momento en este punto: ¿qué significa light?


Para que un alimento pueda declararse light su valor energético debe ser
reducido, como mínimo en un 30% del alimento de referencia e indicando
la característica que ha provocado la reducción de ese valor energético7.
Por otro lado, un producto 0% puede ser “0% en materia grasa” o “0% en
azúcares”, en cuyo caso no significa que no aporte grasas o que no tenga
calorías (y es posible que en abundancia).
El problema es que es la grasa la que da una textura untuosa a los productos. Si
se elimina de una receta, lo que queda es poco más que una especie de cartón.
Es por ello que la industria agroalimentaria se vio obligada a desarrollar
nuevas técnicas para mejorar la textura de sus productos light, hasta que
descubrió uno de los mejores trucos de su historia reciente: reemplazar la
materia grasa por harinas o almidón (maicena, por ejemplo), para que sir-
van de espesante.
Como bien saben los lectores de Tener S@lud, el almidón es un azúcar que
tarda lo mismo en transformarse en glucosa en su estómago (¡o incluso menos
tiempo!) que unos terrones de azúcar que usted se coma directamente.
De hecho, aunque no tiene sabor dulce, el almidón no es más que una sim-
ple cadena de átomos de glucosa que comienza a descomponerse en el
mismo momento en que entra en contacto con la saliva -por el efecto de
una enzima, la amilasa salivar-.
Si usted quiere adelgazar debe evitar a toda costa los alimentos de alta carga
glucémica, y por tanto también todos los productos light o 0% en materia
grasa enriquecidos en harina o almidón, que son azúcares con índices glu-
cémicos elevados.
Además, a muchos de los productos bajos en grasa se les suelen añadir tam-
bién numerosos aditivos artificiales para enmascarar la falta de sabor (poten-
ciadores de sabor, colorantes…), así como enormes cantidades de sal y
azúcar.
32

En definitiva, no por ser bajo en grasa un producto resulta más saludable.


De hecho, en la mayoría de los casos sucede ¡todo lo contrario!

CONCLUSIÓN
No caiga en la ilusión de que puede comer sano sustituyendo simplemente
los productos grasos por los mismos productos en su versión light o 0%.
Para controlar de verdad su peso lo que necesita es reaprender desde cero el
conjunto de sus hábitos alimentarios y de vida.
Lea regularmente Tener S@lud. Aunque en principio piense que no va a
poner en práctica alguno de nuestros consejos, tenga la seguridad de que
estos van influyendo positivamente en sus elecciones en el día a día.
Un estudio canadiense ha demostrado que el simple hecho de leer informa-
ciones sobre salud hace que se tomen mejores decisiones, incluso sin darse
cuenta, simplemente por haber tomado conciencia de los problemas.

Fuentes:
1. Título original en francés: ‘La cuisine du siècle. dictionnaire pratique des
recettes culinaires et des recettes de ménage’.
2. Nishida C, Uauy R. “WHO Scientific Update on health consequences of
trans fatty acids: introduction”. Eur J Clin Nutr 2009; 63, S1-S4.
3. Downs SM, Thowa AM, Leedera RS. “The effectiveness of policies for
reducing dietary trans fat: a systematic review of the evidence”. Bull
World Health Organ 2013; 91:262–269H.
4. EFSA 2006. “Draft Opinion of the Scientific Panel on Dietetic
Products, Nutrition and Allergies on a request from the Commission
related to dietary reference values for fats, including saturated fatty acids,
polyunsaturated fatty acids, monounsaturated fatty acids, trans fatty
acids, and cholesterol”. Request N° EFSA-Q-2008-466.
33

5. Leth T, Jensen HG, Mikkelsen AA, Bysted A. “The effect of the regula-
tion on trans-fatty acid content in Danish food”. Athero- scler Suppl
2006; 7: 53-56.
6. Barton P, Andronis L, Briggs A, McPherson K, Capewell S. “Effectiveness
and cost effectiveness of cardiovascular disease prevention in whole pop-
ulations: modelling study”. BMJ. 2011 Jul 28;343: d4044. doi:
10.1136/bmj. d4044.
7. Declaraciones nutricionales autorizadas y las condiciones de uso fijadas
en el Anexo del REGLAMENTO CE Nº1924/2006 y REGLAMENTO
CE Nº 116/2010.
34
35

Microondas: luces y
sombras del aparato
más polémico de la
cocina

Numerosos especialistas de salud natural llevan años pidiendo a la gente que


se deshaga de los hornos microondas.
Estos expertos recuerdan que estos electrodomésticos fueron prohibidos en
la Unión Soviética inmediatamente después de haber salido a la luz unos
estudios que demostrarían (nótese el condicional) que provocaban la forma-
ción de compuestos carcinógenos.
Pero esos estudios, realizados en la década de los años 70, no han podido ser
verificados.
La “campaña antimicroondas” fue lanzada en 1996 por la revista americana
Nexus, que acusaba a estos electrodomésticos de destruir los nutrientes de
los alimentos y de provocar todo tipo de enfermedades1.
Y, aunque le cueste creerlo, todo surgió con la muerte de una mujer que
había recibido una transfusión de sangre calentada en el microondas.
36

SANGRE EN EL MICROONDAS
La historia tuvo lugar en Estados Unidos.
Una mujer llamada Norma Levitt, que se había sometido a una operación
de cadera en Oklahoma, murió después de recibir una transfusión de sangre
que una enfermera había calentado previamente en el microondas2.
Antes de nada, aclarar que es algo normal calentar la sangre antes de realizar
una transfusión. Lo que no es normal es hacerlo en el microondas. Y, aun-
que se trate de un suceso verdaderamente trágico, esta historia no demuestra
que el microondas pueda convertir los alimentos en veneno.
Lo que sucedió en este caso es evidente: en el microondas, la sangre simple-
mente se coció. Y si usted le inyecta a cualquiera sangre cocida, ésta por
supuesto no tendrá el mismo efecto que la fresca, a 37º C.
Por eso a mí no me extraña en absoluto que la pobre paciente muriese a
causa de esa transfusión. Lo que verdaderamente me preocupa es que una
enfermera haya podido hacer una chapuza semejante.
Una vez dicho esto, aquí va mi aviso sobre los verdaderos peligros del horno
microondas.

CÓMO FUNCIONA EL MICROONDAS


El horno microondas fue descubierto por azar por el investigador americano
Percy Spencer, que trabajaba en una fábrica de radares.
Un día, al pasar cerca de un radar encendido, notó que el bolsillo de su blusa
se calentaba de repente. Metió la mano dentro y comprobó que la barrita de
chocolate que tenía dentro de él se había fundido.
Era 1945. Dos años más tarde, se vendía el primer horno microondas.
¿Y cuál es su principio de funcionamiento?
37

El radar, como todos los emisores de radio, televisión y telefonía móvil,


emite ondas electromagnéticas.
¿Y qué es una onda electromagnética? Un campo eléctrico acoplado a otro
magnético. Una definición que no ayuda mucho, cierto, pero con lo que
debe quedarse es con que se trata de una forma en que la energía se pasea
por el espacio.

CÓMO CALIENTA EL HORNO MICROONDAS LOS


ALIMENTOS
La energía se pasea y también actúa sobre las cosas. Por ejemplo, cuando
una onda electromagnética se encuentra con un imán es capaz de empujar-
lo en una dirección o en otra.
Lo que ocurre con las moléculas de agua es que son como pequeños imanes.
De hecho, se dice que están “polarizadas” porque están conformadas por dos
átomos de hidrógeno y uno de oxígeno (H2O) y que el oxígeno es más elec-
tronegativo que el hidrógeno.
Así, cuando se pone un alimento que contiene agua en el microondas, las
ondas hacen moverse a las moléculas de agua a toda velocidad, muchos
millones de veces por segundo.
Esta intensa agitación genera calor, como ocurriría en cualquier aula en la
que 30 alumnos sobreexcitados corren en todas direcciones. O como cuan-
do alguien simplemente se frota las manos con fuerza para calentarlas.
Esta es la razón por la que cuando se mete un alimento en el microondas
nunca se calienta de un modo uniforme: las zonas que contienen mucha
agua se calientan más rápido. Ponga un bisté con judías verdes y las judías
estarán ya calientes cuando la carne esté templada todavía.
Las moléculas de grasa y de azúcar están poco polarizadas. Por tanto, tam-
bién se calientan en el microondas, aunque más lentamente.
38

EFECTOS DE LAS MICROONDAS SOBRE LOS


NUTRIENTES
Seamos claros desde el principio: cualquier forma de cocinar los alimentos
provoca una disminución de su valor nutricional.
Por eso, para optimizar los aportes de nutrientes esenciales y antioxidantes
es importante priorizar el consumo de alimentos crudos o cocinados a bajas
temperaturas.
La destrucción de vitaminas y antioxidantes es máxima cuando los alimen-
tos se cocinan a altas temperaturas o a presión: por ejemplo, en la olla a
presión y a la barbacoa (éste último es sin duda el peor método), pero tam-
bién al horno, en fritura o hirviéndolos. En este último caso todas las vita-
minas y nutrientes solubles se van con el agua de la cocción, cuando no son
destruidos directamente por el efecto del calor.
Por eso, lo mejor será que, si necesita cocinar un alimento, elija una forma
de cocción suave.
Y realmente calentar la comida en el microondas es una fórmula de cocina-
do más bien suave, sobre todo si no se mantienen los alimentos dentro
durante mucho tiempo.
Varios estudios científicos han abordado esta cuestión, con los siguientes
resultados:
De acuerdo con dos revisiones de varios estudios, comparado con otras
formas de cocinar los alimentos, el microondas no reduce su cantidad de
nutrientes3,4.
• Sin embargo, otro estudio ha demostrado que el microondas destru-
ye los compuestos anticáncer del ajo en sólo un minuto, frente a los
45 minutos que tarda en perderlos en un horno tradicional. Esto es
así probablemente porque las ondas calientan inmediatamente el
interior del alimento5.
39

• Otra investigación ha probado que el microondas destruye el 97%


de los antioxidantes del brécol, mientras que la cocción en agua des-
truye “sólo” el 66%6.
• Lo cierto es que el ajo y el brécol no soportan bien el paso por el
microondas; hay que evitar a toda costa calentarlos en él.

EL MICROONDAS DESTRUYE LAS BACTERIAS


El microondas es verdaderamente eficaz para destruir las bacterias, por lo
que puede hacer uso de él para desinfectar sus esponjas y trapos regularmen-
te. Aunque le cueste creerlo, éste es un hábito excelente.
Sin embargo, lo que parte de ser una ventaja se convierte en un gran incon-
veniente cuando hablamos de comer alimentos ricos en bacterias buenas,
esas que poseen un enorme beneficio para la salud: los probióticos.
Por lo tanto, debe evitar calentar o cocinar en el microondas sus alimentos
fermentados, como por ejemplo el chucrut. Tampoco se deberían meter en
el microondas los yogures. Aunque a priori suene extraño, algunas personas
lo hacen antes de dárselos a los niños pequeños para que no estén tan fríos
recién sacados de la nevera.
Y por lo mismo las madres no deben calentar en el microondas la leche
materna que se hayan sacado previamente con un sacaleches y hayan guar-
dado en la nevera para dar después a sus bebés. Esta leche contiene bacterias
buenas que deben preservarse, ya que son muy beneficiosas para la salud del
niño7.

EVITE LOS PLATOS DE PLÁSTICO


El gran problema del microondas es el hecho mismo de su funcionamiento.
Por eso si introduce en su interior un plástico con componentes tóxicos
volátiles como bisfenol A o ftalatos, el vapor de agua los calentará y usted
correrá el riesgo de que éstos pasen a su comida.
40

Evite por tanto el uso de recipientes de plástico en el microondas e incluso


los de cartón industrial, en los que a veces se mezclan varios productos quí-
micos.
Pero, ¡ojo!: esto también vale para el resto de formas en que se pueden coci-
nar los alimentos. El plástico emitirá exactamente la misma cantidad de
perturbadores endocrinos si lo calienta de cualquier otra forma, en vez de
en el microondas. Se me ocurren, por ejemplo, los biberones calentados al
baño maría creyendo que así se elimina el riesgo de contaminación con el
bisfenol A. Grave error.

PELIGROS DE LAS ONDAS ELECTROMAGNÉTICAS


Hay otra cosa que debe tener bien clara desde el principio: el microondas
produce radiaciones electromagnéticas. Y ya sé que la palabra “radiación”
puede resultar algo inquietante.
Sin embargo, la radiación que emite el microondas no es la misma que la de
las bombas atómicas y las catástrofes nucleares.
No olvide que incluso la luz emite radiación electromagnética. Esto
demuestra que no todas las radiaciones son igual de malas para la salud.
Los hornos microondas producen radiación no ionizante, similar a la del
wifi o a la que emite el teléfono móvil, pero menos peligrosa. Y es que en
principio las ondas del microondas permanecen en el interior del aparato al
rebotar en las paredes de metal y en el cristal de la puerta.
No obstante, se suele aconsejar mantenerse siempre a una distancia de al
menos 30 cm, pues la fuerza de su radiación disminuye notablemente con
la distancia.
Además, debe vigilar que su microondas esté en buen estado. Si la puerta
cierra mal, por ejemplo, o si un cristal está agrietado, de verdad, no se lo
piense dos veces y cámbielo por otro.
41

¿PLANTAS QUE MUEREN POR CULPA DEL


MICROONDAS?
Hay que decir que la mala reputación del microondas está muy arraigada en
la conciencia colectiva. Basta con que eche un vistazo en internet y verá que
se relatan experiencias verdaderamente inquietantes.
También se proponen extraños experimentos, como regar dos plantas en
sendas macetas, una con agua del grifo y la otra con agua del grifo calentada
en el microondas y luego enfriada. Se supone que la planta que ha sido
regada con el agua del microondas muere en cuestión de unos días, y en
alguna página he llegado a encontrar fotos que tratan de “dar fe” de ello…
Por supuesto, resulta imposible atribuir la muerte de una planta a que el
agua con la que se ha regado fue previamente calentada en el microondas.
¡Es simplemente falso!

CONSEJOS DE USO
Aquí van unos cuantos consejos y trucos que debe tener en cuenta sobre el
uso del microondas:
• No introduzca nunca en el microondas bolsas de plástico o de papel,
o papel de periódico o de aluminio.
• Jamás deje que el film transparente de plástico esté en contacto con
los alimentos dentro del mircoondas, ya que podría fundirse si se
calienta mucho en algún punto y contaminarlo.
• En caso de querer calentar en el microondas un producto con envol-
torio, retire éste siempre previamente, ya que podría fundirse y libe-
rar productos tóxicos. Los únicos recipientes de plástico que debe
meter en el microondas son aquellos ideados y creados para ese uso,
que en general llevan la inscripción “microwavable” que así lo indica
(en español sería “apto para el microondas”).
42

• No meta nunca en el horno microondas utensilios de cocina. Por


norma general, cualquier metal debe mantenerse siempre fuera del
aparato. Y es que, aunque ciertos metales gruesos pueden soportar el
efecto de las ondas, los finos, como por ejemplo las puntas de un
tenedor o una cuchara, se calientan a tal velocidad que podrían
incluso provocar un incendio.
• Debe tener especial cuidado con la vajilla antigua, en particular con
la pintada a mano, pues esa pintura contiene metal y podría provocar
chispas.
• Ciertos alimentos, como el huevo crudo, las uvas, las zanahorias o las
patatas, son una auténtica bomba de relojería que nunca debería ir al
microondas. Lo más probable es que el huevo explote al calentarse el
espacio que separa la clara y la yema de la cáscara, y las uvas pueden
no sólo explotar, sino empezar a arder al salir disparadas. Por su
parte, los metales que contienen las zanahorias (hierro, magnesio y
selenio) pueden producir chispas dentro del horno microondas y las
patatas actúan del mismo modo que las uvas, explotando a causa del
efecto de las ondas. Sin embargo, en el caso de estas últimas el pro-
blema puede solucionarse haciéndoles unos agujeros antes de meter-
las en el horno.
• Hervir el agua en el microondas es una solución fácil y rápida, pero
desde luego no es la mejor de todas. Y es que en un cazo o un hervi-
dor el agua alcanza los 100º C paulatinamente, mientras se evapora.
Sin embargo, en el microondas puede llegar a los 300 ó 400º C con
suma facilidad, y con tal rapidez que apenas le da tiempo a evaporar-
se. Por eso es posible que, al abrir la puerta del horno, el contacto
con el aire frío le haga saltar como si de un géiser se tratase, provo-
cándole quemaduras.
• Ni se le ocurra tratar de calentar cualquier tipo de alcohol o bebida
que lo contenga en el microondas. Se trata de sustancias inflamables
que podrían darle un buen susto.
43

• Trate de no sobrecalentar sus platos y de no meter en el microondas


en ningún caso comidas en recipientes cerrados herméticamente. El
vapor hirviendo puede acumularse y hacer explotar literalmente los
alimentos en el momento en que los saque de él.
• La cocción o el calentamiento serán más uniformes si mete cada vez
en el microondas una sola categoría de alimentos. Con ello también
evitará sobrecalentar una parte de su comida, mientras el resto con-
tinúa tibio.
• En definitiva, recuerde que en cualquier caso comer crudos o algo
crudos los alimentos es la mejor forma de preservar todos sus
nutrientes. Es algo verdaderamente lamentable, y de hecho también
un poco absurdo, arruinar un buen plato de verduras o legumbres
“bio” haciéndoles perder absolutamente todos sus nutrientes al dejar-
las demasiado tiempo en el microondas.
Dicho esto, el microondas tiene la inmensa ventaja de ser increíblemente
rápido y limpio. No hay necesidad de manchar cacerolas y puede “autola-
varse” metiendo en él durante 2 minutos un bol con agua y unas gotas de
vinagre y dejándolo actuar durante al menos 5 minutos más con la puerta
cerrada (el vapor ayuda a limpiarlo después con mayor facilidad).
Además, permite una serie de trucos en la cocina que le pueden facilitar
mucho la vida, como por ejemplo:
• Si es usted de los que llora con sólo acercarse a las cebollas que va a
cortar, pruebe a meterlas antes de comenzar 20 segundos en el
microondas.
• Poner los limones en el microondas unos segundos antes de expri-
mirlos le permitirá extraer mucho más jugo de ellos.
• Para secar hierbas frescas (especias como el romero, el orégano…)
basta con que las meta al microondas durante 3 minutos, bien tapa-
das con un paño. Asimismo, cualquier fruto seco (nueces, avella-
44

nas…) que vaya al microondas en un recipiente saldrá crujiente y


listo para dar un toque diferente a sus platos.
• Como alternativa a dejar en remojo las legumbres toda la noche,
puede meterlas en un bol con agua y una cucharada de bicarbonato
y meterlo todo en el microondas durante 10 minutos. Después, un
reposo de 50 minutos dentro del mismo recipiente bastará para que
pueda usarlas.
• Aunque su microondas no tenga función de descongelado, podrá
descongelar su pan de inmediato si envuelve la barra con un paño y
programa el aparato un par de minutos. Asimismo, unos instantes en
el microondas puede devolver la frescura al pan blando.
• Por último, para recuperar la miel cristalizada bastará con meterla
unos segundos dentro del microondas con el bote abierto y sin tapa.
Por supuesto, el horno microondas no puede sustituir al placer de preparar
nuestra propia comida, pasando un buen rato en la cocina y disfrutando de
los olores de los productos frescos durante su elaboración… Pero sí es una
buena solución para sacarnos de más de un apuro rápidamente.
Además, en cuanto a pérdida de nutrientes de los alimentos se refiere, el
microondas provoca un empobrecimiento nutritivo menor que los asocia-
dos a otras formas de cocinar, exceptuando el vapor suave o las cremas,
sopas y purés (en los que se aprovecha el agua de cocción, que acumula gran
cantidad de los nutrientes que los alimentos pierden al cocinarse).

Fuentes:
1. “The Proven Dangers of Microwaves”. Mercola [extracted from NEXUS
Magazine, Volume 2, #25 (April-May ‘95)].
2. Jason Bosher. “Cooking Up Controversy. Are microwave ovens safe?”
Alive. Published on November 22, 2010. Updated on April 24, 2015.
3. Cross GA, Fung DY. “The effect of microwaves on nutrient value of
foods”. Crit Rev Food Sci Nutr. 1982;16(4): 355-81.
45

4. Hoffman CJ, Zabik ME. “Effects of microwave cooking/reheating on


nutrients and food systems: a review of recent studies”. J Am Diet Assoc.
1985 Aug;85(8): 922-6.
5. Song K1, Milner JA. “The influence of heating on the anticancer prop-
erties of garlic”. J Nutr. 2001 Mar;131(3s):1054S-7S.
6. Vallejo, F., Tomás-Barberán, F. and García-Viguera, C. (2003),
“Phenolic compound contents in edible parts of broccoli inflorescences
after domestic cooking”. J. Sci. Food Agric., 83: 1511–1516.
doi:10.1002/jsfa.1585.
7. R. Quan, C. Yang, S. Rubinstein, N. J. Lewiston, P. Sunshine, D. K.
Stevenson, J. A. Kerner, Jr. “Effects of microwave radiation on anti-in-
fective factors in human milk”. Pediatrics. 1992 Apr; 89(4 Pt 1):
667–669.
46
47

Pensamientos verdes
¿Es usted “veggie”? ¿“Flexi”? ¿“Omni”? ¿Frugívoro? ¿Crudivegano? ¿Vegano
a secas? ¿Ovolactovegetariano…?
Quizá conozca algunos de estos nombres, otros parecerá que le suenan vaga-
mente y otros directamente le sonarán a chino.
Sin embargo, no me extrañaría nada que recientemente alguien que usted
conoce haya decidido dejar de comer productos animales (carne y pescado),
y quizá también sus derivados (lácteos, huevos e incluso miel).
Ya lo haya hecho por sus convicciones éticas, por amor a los animales o por
una cuestión de salud, lo importante es que se trata de otra persona más
subida al “carro veggie”, un movimiento imparable que gana adeptos sin
cesar en nuestro país. Por no hablar de los restaurantes vegetarianos y tien-
das de productos ecológicos, que da la sensación de que no dejan de proli-
ferar por todas partes.
Y no es sólo una sensación, pues las cifras lo corroboran, según el estudio
“The Green Revolution” sobre el movimiento veggie que acaba de presentar
la consultora de innovación Lantern. Le aseguro que los datos que manejan
¡son alucinantes!1
Y es que en nuestro país, que sigue siendo el 10º más carnívoro del mundo
y en el que parece que nadie quiere prescindir del jamón, el chorizo o de un
48

buen chuletón de ternera, un 7,8% de la población mayor de 18 años y 1


de cada 10 mujeres ya son veggies (en concreto, las mujeres suponen algo
más de dos tercios del movimiento veggie en España).
Asimismo, el número de restaurantes vegetarianos se duplicó en los últimos
5 años y el consumo de carne roja cayó un 35% sólo en el último año, aun-
que en este punto es innegable el efecto que tuvieron las advertencias verti-
das por la Organización Mundial de Salud (OMS) sobre sus posibles efectos
cancerígenos.
Sea como fuere, el cambio en las tendencias alimentarias es incontestable.
¿Podría ser que incluso usted sea un tipo de veggie sin saberlo? Antes de
responder, profundice conmigo un poco más en el sorprendente universo
del vegetarianismo.

VEGGIE: CIFRAS Y CONCEPTOS


En España un 0,2% del total
de la población es estricta-
mente vegana, es decir, que
sólo come productos vegeta-
les; mientras que hasta un
1,3% es vegetariana en alguna
de sus múltiples variantes y el
6,3% (una cifra nada despre-
ciable) es flexitariana, tal y
como puede ver en la imagen.
El vegetarianismo más estric-
to, denominado veganismo,
va mucho más allá de una
simple forma de alimentarse:
es un estilo de vida que busca evitar toda clase de sufrimiento y maltrato
animal. Sin embargo, en cuanto a los productos que se consumen y cómo
se hace, tiene a su vez subcategorías más o menos estrictas.
49

• Veganismo propiamente dicho: se alimentan a base de verduras,


frutas, frutos secos, legumbres, arroz, pasta, pan, patatas, sustitutos
de la carne, etc. y no comen ningún derivado animal, ni siquiera
miel.
• Crudiveganismo: comen frutas, verduras, semillas, frutos secos,
productos fermentados y germinados siempre que no hayan sido
calentados a más de 41º C, conservando así todas sus enzimas y pro-
piedades nutricionales. Evitan el gluten, los azúcares refinados y los
alimentos procesados.
• Frugivorismo: sólo se alimentan de frutas, frutos secos y deshidrata-
dos y sus zumos.
Por otro lado, entre los vegetarianos, además del veganismo, hay otros sub-
grupos en función de los productos derivados de los animales que sí aceptan
incluir en su dieta:
• Ovolactovegetarianos: es la variante más común; consumen lácteos,
huevos y miel.
• Ovovegetarianos: consumen huevos y miel, pero no lácteos.
• Lactovegetarianos: consumen lácteos y miel, pero no huevos.
A estas categorías hay que
sumar, por último, a los
flexitarianos. Se trata de
un grupo cada vez mayor
de personas que se ali-
mentan principalmente
de verduras y de esos pro-
ductos derivados de los
animales, y sólo ocasio-
nalmente consumen pes-
cado o carne (por ejem-
plo, 1 ó 2 veces al mes).
50

Este grupo ya supone un 6,3% de toda la población española y la tendencia


sigue en aumento. “¿No es un poco contradictorio englobarlos en el grupo de
vegetarianos si comen carne, aunque sea muy poca?”, quizá se esté preguntan-
do. Pues para ello se ha creado esta clasificación.
En el fondo, son diversas tipologías dentro de una misma corriente vegeta-
riana o “amiga” del vegetarianismo. Y como en español no existe un término
que englobe a todos los tipos de vegetarianos sin excluir a unos u otros, se
ha adoptado el vocablo veggie para referirse a ellos (al igual que ellos deno-
minan a quienes consumen carne “omnis”, de omnívoros).

LA HISTORIA VERDE
Lo cierto es que el movimiento veggie no es algo nuevo. Hay centenares de
referencias en la historia, por no decir miles, de personajes que han sido
veggies: desde Pitágoras a Steve Jobs, desde Leonardo da Vinci a Albert
Einstein; todos ellos se habían pasado a ese estilo de vida.
Se sabe que ya hace más de 2.500 años en la antigua India y la antigua
Grecia se practicaba la denominada como “dieta vegetal” o “pitagóri-
ca”.
Teniendo en cuenta que los millennials sin duda van a seguir presionando
sobre esta tendencia, y que la población mayor de 50 años muchas veces
termina sumándose al vegetarianismo más o menos estricto por cuestiones
de salud, los del movimiento veggie son datos que no deben pasar desaper-
cibidos para nadie. Empezando por la industria alimentaria, en la que algu-
nos ya han identificado un verdadero “filón”, y terminando por las institu-
ciones2.
En Estados Unidos, por ejemplo, “potencia mundial” en comida rápida,
han sido de los primeros en ponerse manos a la obra y ya se ofrecen menús
vegetarianos ¡nada menos que en McDonalds!
En España se están llevando a cabo iniciativas institucionales en este senti-
do, aunque no sin generar cierta polémica (recordemos que en nuestro país
51

sigue existiendo un 89,6% de “devoradores carnívoros” -el término oficial


en inglés sería “hard meat eaters”-).
Barcelona, primera ciudad del mundo en declararse “VegFriendly”, es decir,
“amiga” de la cultura vegana y vegetariana, decidió apoyar el movimiento
“Lunes sin carne” (“Meatless Monday” o “Meat Free Monday”, de origen
estadounidense). Desde entonces los lunes la alimentación que proviene de
la administración de la ciudad es vegetariana, lo cual incluye los comedores
escolares y ha generado críticas por parte de algunos padres.

PREJUICIOS Y CONCEPTOS ERRÓNEOS


Los prejuicios sobre el movimiento veggie es algo de lo que se siguen que-
jando la mayoría de vegetarianos hoy en día. Y es que hay datos sorprenden-
tes que dejan en evidencia lo poco que se conoce de este fenómeno.
Por ejemplo, que hay un elevado porcentaje de flexitarianos entre la
población de más de 55 años (principalmente por motivos de salud), así
como entre las clases más acomodadas y con mayor nivel educativo, de
salario, etc. Y también que, aunque se trate de un movimiento principal-
mente “urbanita”, no se limita a las grandes ciudades: prácticamente la
mitad de los veggies españoles (48,1%) viven en municipios de menos de
100.000 habitantes.
Algunos vegetarianos, como la nutricionista y naturópata Ana Moreno, que
lleva siéndolo desde los 13 años, critican que los productos “creados” para
los vegetarianos -los cuales se les llevan ofreciendo décadas- se basan princi-
palmente en sustitutos de la carne y no están buenos. “El problema es que en
materia de vegetarianismo seguimos en los años 70”, apunta.
El insípido tofu, la soja y los serios desequilibrios hormonales que ésta
puede provocar a según qué personas, o el seitán, un preparado alimenticio
a base de gluten de trigo (con todos los problemas que éste acarrea a las
personas celíacas o con alta sensibilidad al gluten), son ejemplos de modelos
de “comida vegetariana” que hay que superar.
52

¿POR QUÉ SE HACE VEGGIE LA GENTE?


“Pero, ¿por qué dejar de comer carne?” Es una de las preguntas por excelencia
que surgen al conocer a alguien que ha decidido hacerse vegetariano.
Sea por motivos éticos o animalistas (el 57%), para preservar el medio
ambiente y la sostenibilidad (el 21%) o por motivos de salud (17%), las
explicaciones de por qué la gente se hace vegetariana siempre se explican
mediante una ecuación basada en el sufrimiento (de los animales, del entor-
no, de la persona…), recuerda Ana Moreno. “Nunca se nos dice que hay gente
que es ‘veggie’ por el placer que le supone comer verdura, porque le encanta y
porque sencillamente no le apetece comer carne”.
Atendiendo a esta explicación, resulta un tanto absurdo que la industria
alimentaria responda a la creciente demanda veggie creando nuevos sustitu-
tos de la carne, en vez de diversificando la oferta con productos naturales
vegetales. Esa estrategia puede captar a las personas que han abandonado el
consumo de carne por motivos de salud y no por gusto (es fácil que busquen
productos lo más similares posible a aquello que tanto les gusta y ya no
pueden comer), pero no a los “verdaderos” veggies.
Además, el vegetariano estricto busca vivir en armonía con el mundo natu-
ral, evitando adquirir productos de grandes distribuidores, llenos de aditivos
y recubiertos además de innecesarios envoltorios de plástico. Los veganos
suelen comprar sus frutas y verduras de temporada y de cultivo ecológico en
el mercado de su barrio, y además a granel. ¡Incluso hacen sus propias mer-
meladas, zumos y leche de almendras naturales en casa!

UN VEGGIE LEYENDO EL MENÚ


La nutricionista Ana Moreno también critica que en los menús de muchos
restaurantes que han decidido abrazar la moda veggie puedan contarse con los
dedos de una mano los platos dirigidos a los vegetarianos, y que además se mar-
ginen en una sección aparte de la carta. Además, estos platos están habitualmen-
te llenos de sustitutos de la carne que en realidad no gustan a los veganos.
53

“Hay que conseguir adaptar la alimentación a todos los tipos de consumidores,


con productos de calidad, sanos y naturales, que logren el aporte correcto de
nutrientes”. Estos alimentos están perfectamente disponibles y son delicio-
sos. Sólo hay que atreverse a innovar.
Por eso son tan interesantes algunas experiencias novedosas, como por ejem-
plo los restaurantes crudiveganos y otros que utilizan formas amables de
cocción, mucho más saludables.

UNA EXPERIENCIA DE ESTRELLA MICHELIN BASADA


EN LAS VERDURAS
Eso es lo mismo que pensó el chef Rodrigo de la Calle al montar su restau-
rante “El Invernadero”, que cuenta con una estrella Michelin y dos soles
Repsol y en el que la cocina se basa en el respeto por la salud y el medioam-
biente a través de platos “vegetarianos, saludables y creativos”.
Su historia es muy reveladora: tuvo que cerrar su anterior restaurante (tam-
bién vegetariano) por falta de clientela, y hoy día su lista de espera es de dos
meses. Y es que, sea o no el veggie una moda efervescente, está claro que el
concepto de salud en la alimentación está cambiando.
De la Calle lo tiene claro: “no nos enseñan a comer verdura, sino casi a
padecerla”. Y todo comienza de pequeños, cuando muchas veces las ver-
duras son utilizadas como castigo. Además, se argumenta que son salu-
dables, pero no se saben aprovechar todas sus virtudes o no se utilizan
las formas de cocción que más respetan su valor nutricional. Y eso debe
cambiar.
Helados de aloe vera, cuscús de coliflor cruda (“para que esté más rica”),
espirulina (“que está muy buena, pero depende de en qué manos caiga”)… En
muchos de sus platos vemos alimentos que se encuentran en peligro de
extinción y han sido recuperados, y también muchos superalimentos; ¡hasta
16 juntos en un mismo plato!
54

PROBLEMAS NUTRICIONALES A LOS QUE SE


ENFRENTAN LOS VEGGIES
Es una creencia común que los vegetarianos deben ser superestrictos con su
dieta si no quieren desarrollar carencias de determinados nutrientes.
Prescindir de los productos de origen animal supone cerrar la puerta a una
gran fuente de proteínas para el cuerpo, pero los veggies son más conscientes
y consecuentes que el resto no sólo respecto a la procedencia y la garantía
de calidad de los alimentos que consumen, sino también respecto a su valor
nutricional y a sus propias necesidades, así como los alimentos a los que
deben dar prioridad.
Y de ahí sale su pasión (especialmente en el caso de los veganos) por los
superalimentos (maca, chía, espirulina, cacao puro…), que integran en su
dieta de manera regular para obtener la energía, vitaminas y proteínas nece-
sarias. Estos nombres forman parte del diccionario básico de cualquier veg-
gie, ¡y usted deberá aprenderlos si quiere entender su “idioma”!
También es habitual que los veggies tomen suplementos. Y es que la ali-
mentación puede darles todas las vitaminas y minerales necesarios
excepto la vitamina B12, un nutriente esencial para el correcto metabo-
lismo de las proteínas, la formación de glóbulos rojos en la sangre y un
buen mantenimiento del sistema nervioso central que no se encuentra
de manera natural en los alimentos de origen vegetal. De cualquier
modo, paliar esa carencia no es difícil: basta una suplementación de
2000 microgramos de vitamina B12 una vez por semana o incluir en la
dieta alimentos fortificados.

UN MOVIMIENTO GLOBAL
En torno al 6,6% de la población mundial ya es veggie, lo que supone casi
500 millones de personas en todo el planeta. Y en un país en el que la ten-
dencia es puntera como Alemania, el 10% de los nuevos alimentos que salen
al mercado son veganos.
55

A pesar de ello, en España el movimiento veggie todavía va por detrás del


resto de Europa. ¿Se debe a nuestro concepto de disfrute gastronómico? Es
difícil saberlo. A día de hoy hay guías turísticas que advierten a los turistas
vegetarianos que vengan a España “con un buen alijo de vitaminas y un gran
sentido del humor” para ver colgados jamones y chorizos por doquier, o
incluso vacas abiertas en canal en los escaparates de algunos restaurantes.
No obstante, lo que está claro es que un nuevo paradigma de alimentación,
más saludable y ecosostenible, está rompiendo moldes y no hay que pasarlo
por alto.

Fuentes:
1. “The Green Revolution. Entendiendo el auge del movimiento veggie”.
Lantern. Febrero, 2017.
2. También llamada “generación Y” o “generación del milenio”, ‘millen-
nials’ es un término de gran importancia a nivel de mercado y engloba a
los nacidos entre 1981 y 1995, aproximadamente, que llegaron a la
edad adulta en la primera década del nuevo milenio.
56
57

Somos los microbios y


somos sus amigos

Por cada célula que hay en nuestro cuerpo, tenemos 100 microbios de dis-
tintas clases que proliferan en la boca, los oídos, la piel, los órganos genita-
les y, sobre todo, en los intestinos. En un adulto, la cantidad de microbios
se aproxima a los 100 billones.
Aunque pueda sonar repulsivo, en realidad la mayor parte de estos micro-
bios son inofensivos y aparentemente pasivos. Algunos nos resultan útiles y
solamente una minoría son peligrosos: los microbios patógenos, es decir, los
que causan enfermedades.

POR QUÉ DEBEMOS CUIDAR DE NUESTROS


MICROBIOS
Cuando digo que la mayoría de estos microbios parecen pasivos, no es del
todo exacto: en realidad, tienen la virtud (la mayoría) de que ocupan espa-
cio, y con ello impiden que los microbios patógenos se instalen y se multi-
pliquen. En este sentido, su presencia constituye un escudo defensivo que
resulta imprescindible en nuestra vida. Por ello, lo peor que podría hacerse
sería eliminar con lejía las bacterias que recubren alguno de nuestros órga-
58

nos sensibles, como por ejemplo, los genitales o el intestino. Lejos de obte-
ner una “limpieza total”, lo que conseguiríamos sería favorecer la aparición
de nuevos invasores sin tener la certeza de que vengan con buenas intencio-
nes. Así es como se producen las infecciones.
Por eso, resulta lamentable que llevemos más de un siglo dedicando tanto
esfuerzo a matar microbios de forma indiscriminada a base de antisépticos,
fungicidas y antibióticos, que no siempre son indispensables. (Nota: esto no
es una crítica a los antibióticos, sino a su abuso).
Aunque no las veamos, aunque no las conozcamos, la mayoría de estas
bacterias son nuestras amigas. Y tener 100 billones de amigos no es poca
cosa.

LA MICROBIOTA INTESTINAL, EL FOCO DE NUESTRA


SALUD
Entre estos microbios, los más numerosos e importantes para la salud son
las bacterias y levaduras que viven en el intestino en relación simbiótica (es
decir, estableciendo entre ellos una relación de ayuda mutua) y que consti-
tuyen la “microflora intestinal”, o “microbiota”.
Antes de profundizar en la cuestión, debo advertir a mis estimados lec-
tores que los conceptos que vamos a tratar se encuentran en la vanguar-
dia de los conocimientos científicos actuales, lo cual me obligará a ser
prudente. Se trata de un ámbito extremadamente complejo y muy pro-
metedor para la medicina del siglo XXI por las interacciones que tienen
lugar entre el organismo y las cantidades ingentes de bacterias que evo-
lucionan con gran rapidez. Además ocurre en un entorno que resulta
difícil reproducir, pues no es posible reproducir in vitro (en el laborato-
rio), lo que sucede en el intestino, y hacer observaciones in vivo (dentro
de una persona viva) resulta muy complicado. Así pues, el conocimiento
en el campo de las bacterias intestinales está avanzando de manera lenta
e incierta.
59

BREVE RECORDATORIO SOBRE LA ESTRUCTURA DE


LOS INTESTINOS
Los intestinos son un tubo largo recubierto de una mucosa denominada
epitelio intestinal que, a su vez, se compone de una fina capa de células, los
enterocitos. Su estructura en forma de ribete en cepillo (una especie de ter-
ciopelo en el que cada pelo recibe el nombre de vellosidad intestinal)
aumenta considerablemente la superficie de intercambio. Efectivamente, el
epitelio intestinal es el que permite los intercambios entre el exterior y el
interior de nuestro cuerpo.
Sí, ya sé que resulta curioso pensar que lo que sucede dentro de los intesti-
nos tiene lugar en el exterior del cuerpo, pero es un hecho: hasta que los
nutrientes no atraviesan la pared intestinal para llegar a la sangre, éstos
permanecen en el exterior del cuerpo; al igual que el aire que entra en los
pulmones se queda en el exterior hasta que penetra en la sangre. La diferen-
cia entre los intestinos y los pulmones es que, en el caso de estos últimos, lo
que no se absorbe vuelve a salir por el mismo conducto (la boca).
Si se desplegase la superficie extendida de las vellosidades del epitelio intes-
tinal, podría cubrirse la superficie de una cancha de tenis. Además, aunque
esta mucosa es muy fina, es muy resistente, y prueba de ello es que a lo largo
de una vida se estima que pasarán a través de ella al menos 50 toneladas de
alimentos. Además, apenas tiene irrigación de vasos sanguíneos.

LAS BACTERIAS PROTEGEN Y NUTREN EL EPITELIO


El secreto de la resistencia e integridad del epitelio intestinal reside en que
está recubierto de microbios que lo protegen y alimentan. Son centenares
de especies de bacterias y levaduras las que constituyen la microbiota.
La microbiota se nutre, entre otras cosas, de fibras, que son elementos que se
encuentran en nuestra alimentación, pero que no podemos ni digerir ni absorber.
Las fibras se encuentran de forma abundante en todas las frutas y hortalizas.
Resultan indispensables, por una parte, porque regulan el tránsito intestinal
60

y, por otra, porque son necesarias para el mantenimiento del epitelio intes-
tinal. A las bacterias y levaduras que recubren la mucosa intestinal les encan-
tan las fibras. Realmente, las bacterias y levaduras fermentan las fibras para
degradarlas y absorberlas. Este proceso acarrea la producción de ácidos
grasos de cadena corta que, aunque parezca un milagro, son precisamente el
alimento del que se nutren las células del epitelio. Así pues, favorecen su
mantenimiento y, cuando se deteriora, permiten su reparación.
Como podrá observarse, todos salen ganando con la operación: tanto las
bacterias y levaduras como las células de los intestinos. Se habla por tanto
de microbios mutualistas o de simbiosis, a diferencia de los microbios pará-
sitos, los cuales simplemente se benefician sin dar nada a cambio.

ESTOS MICROBIOS TAMBIÉN NOS BENEFICIAN


Y eso no es todo: de los beneficios obtenidos de la colaboración entre la
microbiota y las células intestinales (enterocitos) también hay otros benefi-
ciados: ¡nosotros!

En efecto, el intestino produce ciertos neurotransmisores, como es el caso


del 95% de la serotonina (la hormona de la felicidad), de ciertas enzimas
(peptidasas y lactasa) y de vitaminas (sobre todo B12 y K), así como de
numerosas moléculas mensajeras del sistema inmunitario (ARNm). Estas
sustancias pueden influir en el estrés que padezcamos e incluso determinar
nuestro carácter. Y prueba de ello es que si se le practica un trasplante de
microbiota intestinal de un ratón aventurero a los intestinos de un ratón
temeroso, éste último se vuelve más valiente. La expresión “tener redaños
para algo” es, por tanto, literalmente cierta (“redaño” es lo mismo que
“mesenterio”, un repliegue del peritoneo). Los fieles lectores de Tener S@
lud ya conocen sobradamente el axioma Estomágo = Mente.
Por otra parte, estas bacterias parecen ser capaces de producir compuestos
químicos que regulan el apetito, la digestión y la sensación de saciedad.
61

Investigadores de los Países Bajos descubrieron que, al trasplantar la microbio-


ta de ratones delgados en los intestinos de ratones con síndrome metabólico
(obesidad, diabetes e infecciones vinculadas a la disminución de la sensibili-
dad a la insulina), se observaba un aumento pronunciado de la sensibilidad a
la insulina de los ratones enfermos y, por tanto una mejora de su estado.

LAS BACTERIAS INTESTINALES MAL ALIMENTADAS


CAUSAN ENFERMEDADES
Si las bacterias del intestino no reciben las fibras que necesitan para regene-
rarse, producen menos alimento para el cuidado de nuestro epitelio.
Además, nos quedamos sin una parte de las sustancias beneficiosas que
producen, que son aquellas a las que nos acabamos de referir (serotonina,
enzimas, vitaminas...).
Si no se alimenta bien el epitelio intestinal, puede sobrevenir un aumento
de la permeabilidad intestinal, en concreto en aquellas personas con intole-
rancia al gluten y a las proteínas de la leche de vaca. Las bacterias patógenas,
proteínas e hidratos de carbono que no se hayan digerido adecuadamente
pueden pasar a la sangre y desencadenar reacciones inmunitarias adversas.
La consecuencia de ello es una inflamación crónica que, con el tiempo,
puede provocar la aparición del síndrome metabólico, además de numerosas
enfermedades crónicas vinculadas, como la colopatía funcional, enfermeda-
des cardiovasculares, diabetes de tipo 2 e incluso cáncer.
Los investigadores han demostrado, además, que el intestino es anormal-
mente permeable ante casos como la enfermedad de Crohn, la espondilitis
anquilosante, la artritis reumatoide, la diabetes de tipo 1 y, probablemente,
ante la mayoría de las enfermedades autoinmunes.

EL CUIDADO DE LA MICROBIOTA EMPIEZA DESDE EL


MOMENTO DEL NACIMIENTO
Mientras estamos dentro del vientre materno, tanto el tubo digestivo como
la piel están esterilizados.
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Sin embargo, el bebé que nace por parto natural va recogiendo a su paso
las bacterias de la madre, que no tardarán en colonizar la piel, la boca, las
mucosas y los intestinos. Si nace por cesárea, serán las bacterias del entor-
no hospitalario (las de las manos del personal sanitario y las de quienes
transitan por los pasillos del hospital) las que se instalen en esas mismas
zonas. Todas estas cepas bacterianas, lógicamente, presentan riesgos para
el bebé.
Los estudios realizados a bebés han permitido un hallazgo fundamental en
relación con la microbiota. Durante años, los investigadores nutricionistas
se han sorprendido por la presencia, en la leche materna, de ciertos hidratos
de carbono complejos, los oligosacáridos, que los bebés no pueden digerir
por falta de enzimas adaptadas. Resultaría muy sorprendente que la madre
naturaleza que, en general, lo tiene todo previsto, desperdiciase los valiosos
recursos nutritivos de la madre aportándole al bebé alimentos que no puede
digerir.
Los investigadores se dieron cuenta de que estos particulares oligosacári-
dos no están ahí para alimentar al bebé, sino para alimentar a las bacte-
rias del género Bifidobacterium (en concreto, el Bifidobactarerium
infantis), especialmente adaptadas a los oligosacáridos presentes en la
leche materna.
Cuando todo va bien, estas bifidobacterias proliferan e impiden que hués-
pedes menos deseables se instalen y nutren el epitelio intestinal de los niños.
Estos oligosacáridos son, por tanto, prebióticos; es decir, son alimento para
la microbiota.
Dado que los productores de leche materna no han tenido en cuenta duran-
te mucho tiempo estos hallazgos, no han añadido ni prebióticos ni probió-
ticos a sus preparados, lo cual perjudica la calidad de la microbiota y la
inmunidad de los niños alimentados con biberón.
Esto, al igual que los partos por cesárea, podría explicar el aumento de los
casos de alergias (eccemas), asma, inmunodeficiencia e incluso enfermeda-
des degenerativas en los recién nacidos.
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LA IMPORTANCIA DE LOS “JUEGOS SUCIOS”


Los niños no tardarán en atraer todo tipo de bacterias con comportamientos
de sobra conocidos por todos los padres, como llevarse a la boca todos los
objetos que encuentran (incluidos los desperdicios que hay en los parques
públicos), y hasta la basura doméstica.
Es cierto que este acto reflejo asusta a los padres y, por supuesto, evitarán
que sus hijos se lleven a la boca objetos muy sucios o productos peligrosos.
De todas formas, si la microbiota se va enfrentando gradualmente a bacte-
rias oportunistas o ligeramente patógenas, desarrollará una madurez inmu-
nitaria que le permitirá resistir con mayor eficacia futuras agresiones. Este
proceso es similar a la madurez psicológica de un niño que se enfrenta en
sus distintas etapas a las dificultades de la vida.
A partir de los tres años, la microbiota del niño, aunque es muy específica,
se corresponde en parte con la de sus padres e incluso con la de quienes
viven bajo el mismo techo y se sientan a la misma mesa. Aunque aun puede
evolucionar, será difícil que lo haga. Introducir una nueva cepa bacteriana
en la microbiota viene a ser algo así como introducir una nueva especie en
una selva que ya ha alcanzado su pleno desarrollo: en principio, todos los
espacios libres están ocupados y al recién llegado le resulta muy difícil
encontrar sitio. En general, esto sucede únicamente a raíz de una tormenta
grave, por ejemplo, si la microbiota es diezmada por un tratamiento con
antibióticos, si resulta modificada por una enfermedad infecciosa, si el ger-
men recién llegado es particularmente poderoso o el terreno o la alimenta-
ción específica del niño le son propicios, como es el caso del hongo Candida
albicans en los niños que ingieren mucho azúcar (caramelos).

LOS MÁS PERJUDICADOS, LOS HABITANTES DE LAS


CIUDADES
Como cabría esperar, los habitantes de zonas rurales tradicionales, que están
en contacto con los animales, la tierra y las plantas y que ingieren productos
no transformados y sin esterilizar tienen una microflora intestinal más rica
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y más eficaz que la población de los países industrializados que vive en ofi-
cinas y se alimenta de platos precocinados recalentados en el microondas.
Así pues, la consecuencia es que en occidente los intestinos de quienes allí
viven están peor protegidos y, por tanto, son mucho más sensibles a las infec-
ciones y a las enfermedades autoinmunes. Son, por consiguiente, menos
resistentes a las bacterias patógenas. Por ejemplo, cuando con 19 años hice mi
primer viaje a Pakistán, contraje una infección intestinal prácticamente en el
mismo momento en el que las ruedas de mi avión tocaron la pista del aero-
puerto internacional de Karachi. Sin embargo, hay 170 millones de pakista-
níes que viven en el país y no todos están enfermos; lo que sucede es que sus
intestinos están mucho mejor defendidos que los nuestros por haber adquiri-
do una inmunidad más eficaz y al haber estado frecuentemente en contacto
con bacterias oportunistas y patógenas mucho más variadas.

CAMBIAR LOS MICROBIOS


Hoy en día los médicos cuentan con la posibilidad de realizar trasplantes de
microbiota. En realidad, se trata de extraer las heces del colon de una per-
sona (sana) con el fin de introducirlas en el colon de una persona enferma.
Se ha comprobado la eficacia de esta práctica en el tratamiento de personas
infectadas por una bacteria patógena que se ha hecho resistente a los anti-
bióticos, la Clostidrium difficile, causante de una enfermedad infecciosa que
se ha triplicado en diez años en Estados Unidos y que se asocia a 14.000
muertes al año. En Canadá se ha cuadruplicado desde 2003.
Pero, antes de recurrir a medidas extremas, podemos seguir también una
serie de hábitos respecto a nuestro modo de vida para recuperar una micro-
biota de calidad que nos proteja eficazmente de los ataques bacterianos,
cuide nuestra inmunidad intestinal y disminuya el riesgo de enfermedades
cardiovasculares, diabetes de tipo 2 y cáncer:
1. Antes de tomar antibióticos, hay que asegurarse con el médico o el
terapeuta que es indispensable y que no hay otra solución para tratar
la enfermedad o el problema que padezcamos.
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2. No abuse de los productos de limpieza domésticos. Nuestro entorno


debe estar limpio; pero hay que evitar que esté demasiado esteriliza-
do.
3. Evite los limpiadores antibacterias, sobre todo, las soluciones de lim-
pieza para las manos que se encuentran hoy en día por todas partes
(a menos, claro está, que por su profesión -dentista, cirujano, enfer-
mero, etc.- se vea obligados a ello o exista riesgo de epidemia).
4. Deje que los niños jueguen al aire libre y acaricien a los animales.
Haga jardinería. Retome el contacto físico con la naturaleza.
5. Consuma alimentos prebióticos, ricos en fibras, para nutrir la micro-
biota: leguminosas (alubias, garbanzos, lentejas, etc.), cereales inte-
grales (arroz, espelta, avena, etc.), cebollas, puerros y otras hortalizas,
aguacates, plátanos, peras y otras frutas de temporada.
6. Consuma alimentos que contengan bacterias probióticas: yogur,
chucrut, pepinillos, aceitunas fermentadas…
7. Disminuya el consumo de comida rápida, ya que son alimentos que,
además, se digieren mal. Muchos alimentos modernos, ricos en gra-
sas saturadas y almidón, apenas contienen fibras y no ofrecen por
tanto nada interesante para que fermente en el intestino grueso, por
lo que nuestras amigas las bacterias se debilitarán.
8. No abuse de los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos
(ibuprofeno, aspirina, etc.), ya que aumentan la permeabilidad.

¿PROBLEMAS DIGESTIVOS RECURRENTES? REGENERE


LA MICROBIOTA CUANTO ANTES
En caso de que tenga problemas digestivos desde hace tiempo (estreñimien-
to, diarrea, alternancia de ambos, hinchazón abdominal, gases fétidos…), es
el momento de preocuparse de regenerar la microbiota mediante un trata-
miento específico. Porque no hay que olvidar que es la salud de los intesti-
nos la que determina, al fin y al cabo, la salud de todo el cuerpo, incluido
el estado de ánimo.
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Pero eso no se improvisa. Sin embargo, las investigaciones de estos últi-


mos 30 años han permitido definir cuáles son las bacterias y sus factores
de crecimiento indispensables para llevar a cabo esta sagrada tarea de
protección.
1. En primer lugar, es imprescindible aportar un surtido de bacterias
lácticas que restaure la microflora de protección intestinal. Estas
especies bacterianas, compatibles entre sí y con capacidad de desarro-
llarse in vivo, pertenecen principalmente a los géneros Lactobacillus
y Bifidobacterium.
2. Estas bacterias, por beneficiosas que sean, se encontrarán desampara-
das en su nuevo territorio y no podrán desarrollarse de forma armo-
niosa en él, a no ser que lleguen acompañadas de sus factores de
crecimiento metabólico. Por tanto, es preciso prever su alimentación
(con los prebióticos) a fin de que les proporcione los ingredientes
necesarios para su crecimiento en el medio intestinal: oligosacáridos,
colágeno, aminoácidos, lactoferrina y los cofactores vitamínicos (del
grupo B) y minerales (magnesio, manganeso…).
3. Aportar bacterias protectoras y favorecer su desarrollo son las dos
primeras etapas que determinan la regeneración de la microbiota;
pero también es preciso regenerar el epitelio intestinal, que debe
formar de nuevo una barrera infranqueable e impermeable frente a
los diversos agentes dañinos o patógenos. Para ello es necesario apor-
tar agentes reparadores como la glutamina, fosfolípidos, colágeno,
vitaminas del grupo B, C, E y carotenoides.
4. El medio intestinal constituye la primera línea de defensas naturales
del organismo. Por ello, conviene estimular la inmunidad gracias a
una selección de nutrientes: las bacterias amigas o las inmunoglobu-
linas de calostro contribuyen a la resistencia natural del intestino
frente a las agresiones del entorno. De igual manera, los oligoelemen-
tos (cobre, selenio, zinc), las vitaminas A, B6, B9, B12 y C participan
en la actividad normal del sistema inmunitario.
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5. Por último, conviene estimular el metabolismo general mediante


nutrientes en sus formas adaptadas: oligoelementos, vitaminas, coen-
zima Q10 y aminoácidos azufrados. Realmente, si el organismo está
falto de vitalidad y de minerales y ha pasado meses o años con diges-
tiones difíciles, no permitirá que se realice una buena labor de rege-
neración del aparato digestivo.
Estos prebióticos, probióticos y nutrientes específicos pueden encontrarse
en establecimientos ecológicos serios.
No hay que olvidar que «la muerte comienza en los intestinos» y que una
mala digestión acaba, a largo plazo, destruyendo el organismo y allanando
el terreno a enfermedades aún peores.

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