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Seminario: Problemas y perspectivas de la filosofía

Profesor: Carlos Belvedere


Estudiante: Joel Cuenca

Reseña del capítulo 1 “El sentido de la fenomenología de Husserl”, del libro La


fenomenología como teoría de una racionalidad fuerte, de Javier San Martín

En el capítulo 1 “El sentido de la fenomenología de Husserl”, Javier San Martín


expone los conceptos principales y la evolución de la fenomenología de Edmund Husserl,
creador de este movimiento filosófico. En este sentido, San Martín, en primer lugar,
explica qué es la fenomenología y cuál es su sentido global. En segundo lugar, menciona
las etapas de la fenomenología de Husserl, señala sus características principales y
presenta, de manera general, los conceptos centrales. En tercer lugar, desarrolla cada una
de las particularidades de las etapas.

El autor señala que la fenomenología es uno de los movimientos filosóficos más


influyentes del siglo XX, al que adscriben filósofos de renombre. Esta es una filosofía
que intenta mostrar la inconsistencia de la del siglo XIX, aquella que sostiene que sólo
los hechos reales, empíricos y concretos poseen realidad. En este sentido, la
fenomenología, que surge en el cambio de siglo, sostiene que los hechos -todos los
hechos- no son realidades independientes de los hombres, sino que son producidos por
los hombres. Esta afirmación va a ser el eje central y primigenio de la fenomenología, la
cual va a sacar todas sus conclusiones a partir de esta constatación.

Edmund Husserl fue el creador de la fenomenología, pero no logró perfilarla desde


el comienzo. Particularmente, según San Martín, lo que sucede con la fenomenología de
Husserl es que la diferencia entre sus manifestaciones -publicaciones, conceptos, etc.- y
su sentido global es difícil de captar, incluso para muchos filósofos. Sin embargo, su
sentido central es que la realidad es producida por los hombres; de esta premisa parte la
fenomenología husserliana y se irá desarrollando en diferentes etapas. Al respecto, San
Martín hace una advertencia: no hay muchas fenomenologías de Husserl, tal como
señalan los manuales, sino que es una filosofía que experimenta una maduración por
etapas, las cuales están asociadas a la vida del pensador. En este sentido, el autor señala
que Husserl vivió su fenomenología. Por este motivo, a partir de datos biográficos se va
mencionando cada una de las etapas.

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San Martín indica que Husserl transitó tres universidades alemanas a lo largo de su
carrera académica, cada una está asociada a una etapa de su fenomenología. Además,
cada etapa está claramente delimitada, marcada por el desarrollo de algún concepto
central y por una publicación. La primera etapa se desarrolla en la universidad de Halle,
ciudad del Estado alemán Sajonia-Anhalt. Husserl se desempeña como docente en esta
universidad desde 1807 hasta 1901. Allí podría señalarse, según el autor, como el lugar
del nacimiento de la fenomenología. La obra central de esta etapa es Investigaciones
lógicas, la cual se publica en dos tomos, el primero en 1900; el segundo, en 1901. Esta
publicación nace con la intención de refutar al psicologismo, el cual sostenía que era
necesario conocer el funcionamiento de la mente, del cerebro humano, para comprender
las claves de los conceptos matemáticos y lógicos. En este sentido, según el psicologismo,
esto permitiría comprender la ciencia: lo más peculiar del ser humano. Husserl refuta esta
posición y da nacimiento a la fenomenología. El fenomenólogo explica que la esfera de
lo matemático y lo lógico, de los objetos ideales, no se reducen a cómo esté constituido
el cerebro, sino que esos objetos son creados por el sujeto racional. Es decir, señala que
unos objetos, a priori, independientes, en verdad son dependientes de la razón del ser
humano. Frente a esta afirmación, Husserl debe responder: ¿cómo se hacen presentes
unos objetos independientes cuando en realidad son dependientes?

La respuesta a esta pregunta está en el segundo tomo de Investigaciones lógicas, en


el cual el filósofo introduce el principio fundamental de la primera etapa y de la
fenomenología en general: la intencionalidad de la conciencia. Husserl explica que toda
vivencia, todo acto de la vida humana, es intencional, en tanto están y son creados por la
conciencia. Las vivencias, “ver”, “oír”, “querer”, etc., implican un sentido, refieren a un
objeto, encierran una intención. Es decir, toda conciencia es intencional. En definitiva,
este principio refiere a que todo lo que existe en el mundo es intencional en tanto está en
la conciencia del sujeto. Todo algo es algo de una conciencia.

La segunda etapa de la fenomenología de Husserl se desarrolla en Gotinga desde


1902, aproximadamente, hasta 1913. San Martín señala que esta fue la etapa de mayor
fecundidad, el filósofo da origen a la Escuela fenomenológica y crea un importantísimo
grupo de investigaciones fenomenológicas, algo que el nuevo método exigía para poder
desarrollarse. Esta etapa culmina con la obra Ideas relativas a una fenomenología pura y
a una filosofía fenomenológica, ampliamente conocida como Ideas, publicada en 19013.
En este período se produce la maduración de la fenomenología de Husserl, pasa a la

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fenomenología trascendental, lo cual genera escándalo en su entorno, recibe muchas
críticas y se desintegra su equipo de investigación. San Martín indica que a esta etapa, a
su vez, hay que entenderla en dos períodos, marcados por dos conceptos claves: epojé y
reducción trascendental.

Cerca de 1901, Husserl propone el concepto de epojé, que consiste en eliminar todo
compromiso con la perspectiva objetiva y adentrarse en la subjetiva. En ese sentido, para
desarrollar este concepto, que es una maduración de la fenomenología husserliana, el
filósofo debe complejizar el primer sentido le arrogó a la intencionalidad de la conciencia.
En efecto, en esta etapa, Husserl entiende a la intencionalidad como un movimiento; es
decir, los actos de la conciencia no son dados completos desde el principio, sino que se
constituyen en un movimiento constante que, en última instancia, es la vida misma del
sujeto.

Una vez que introduce el concepto de epojé, San Martín señala que Husserl
desarrolla el de actitud natural, el cual refiere a la “unidad global de la vida o un momento
de la vida en la que tomamos como referencia un mundo concreto o determinado”. Es
decir, todo lo representado en la conciencia tiene un correlato con el mundo objetivo.
Husserl aplica el concepto de epojé y reducción transcendental al de “actitud natural”. En
este contexto, el filósofo pretende poner el mundo objetivo entre paréntesis y establecer
una división entre la experiencia, su multiplicidad de actos y el mundo real. Ese proceso
es la reducción transcendental: poner el mundo objetivo entre paréntesis, o comillas en
términos de San Martín, y quedarse con la representación de ese mundo, la cual se
encuentra en la conciencia del sujeto.

A partir de esta reducción, Husserl explica que la fenomenología debe poder


describir ese mundo de la experiencia; es decir, el de la experiencia en la subjetividad. En
este sentido, el filósofo indica que la fenomenología debe describir, por un lado, las noésis
-el cogito, en término husserlianos-: actos de la subjetividad. Por otro, los noemas -el
cogitatum, según Husserl-, que son los sentidos de esos actos. En efecto, luego de la
reducción transcendental, la fenomenología se queda con el cogito y el cogitatum.

Por último, la tercera etapa de la fenomenología de Husserl se desarrolla en


Friburgo de Brisgovia, en la Selva Negra. Allí permanece hasta su muerte en 1938. En
esta etapa profundiza su obra y se vuelca a la fenomenología aplicada. Es decir, intenta
aplicar su filosofía a diversos contextos y, agrega San Martín, a la vida humana e

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histórica. Por lo tanto, en este período se observa un giro de la fenomenología
transcendental, la cual considera al sujeto en su intersubjetividad y no inmerso en un
contexto histórico particular.

En este contexto, la tercera etapa y la obra husserliana culminan con la escritura de


La crisis de las ciencias europeas, en 1936. En ella, Husserl se preocupa por la ética y la
reorientación de las culturas europeas.

La tercera etapa de la fenomenología husserliana se caracteriza por volver a


considerar el carácter histórico del sujeto. Este cambio rotundo se debe, sobre todo, a la
Gran Guerra, la cual le revela que el gran problema de la fenomenología transcendental
es la Historia. En esta etapa, a su vez, es posible diferenciar dos períodos: el inmediato a
la Gran Guerra, en el cual vive el fracaso de la cultura europea; y el nazismo, durante el
cual corre peligro el pensamiento. En ambos momentos, Husserl se va a preocupar por la
ética y las formas en la que la fenomenología puede describir la subjetividad histórica.

En síntesis, en el capítulo 1 “El sentido de la fenomenología de Husserl”, Javier San


Martín expone de manera precisa y esquemática los diferentes momentos de la
fenomenología husserliana: la iniciación, la maduración y la aplicación. En este recorrido
general, el autor explicita los conceptos principales y las obras resonantes que permiten
comprender superficialmente la fenomenología de Husserl.

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