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i. Introducción
ii. Tipos de costes en un restaurante
a. Según su modalidad
b. Según se puedan asignar de manera objetiva a un plato
determinado
c. Según varíen o no con el nivel de actividad del
restaurante
d. Según ya se haya incurrido en costes o estén todavía
pendientes
iii. Métodos de fijación de precios
a. Método del Coste Total
b. Método del Coste Directo
c. Método del Rendimiento del Activo
d. Método del Coste de Referencia
iv. Asignación de costes
a. Conceptos previos
b. Imputación de costes tradicional
c. Determinación del coste basado en las actividades
(Modelo ABC)
v. Algunas medidas para reducir las partidas de costes y de gastos
de un restaurante
vi. Fuente y Bibliografía
Introducción
Para la fijación de los precios de los platos de un restaurante, así como para
el cálculo del margen bruto que éstos dejan, es muy importante conocer
todos los posibles costes en los que se incurren en la elaboración.
Para lo cual, los restaurantes realizan fichas o escandallos de costes, que sirven
como método de control de los costes derivados de la preparación de los platos. Este
control de costes servirá de ayuda para tomar decisiones sobre la fijación del precio de
venta y del margen bruto que se pretende conseguir con cada plato.
Para una correcta realización de la ficha técnica del plato, se proponen ahora una
clasificación de los tipos de costes en los que incurre un restaurante.
Tipos de costes en un restaurante
Estableceremos una clasificación de los diferentes tipos de costes que pueden aparecer
en un negocio de restauración según los siguientes criterios:
1. Según su modalidad
2. Según se puedan asignar o no de manera objetiva a un plato determinado
3. Según varíen o no con el nivel de actividad del restaurante
4. Según se haya incurrido en los mismos o estén todavía pendientes
Según su modalidad
Costes de las materias primas: Podemos incluir los costes de los alimentos
necesarios para preparar un plato, tales como ingredientes, carne cruda,
especias, etc.
Costes de Personal: Son los gastos en los que incurre el restaurante al pagar
los salarios de sus camareros, cocineros, personal de administración, etc.
Servicios exteriores: Los restaurantes deberán prever futuros gastos
derivados de posibles obras de remodelación, ampliación de espacio del local,
servicios publicitarios para la promoción del establecimiento, etc.
Amortizaciones: El empresario de un negocio de restauración deberá dotar
correctamente las amortizaciones de todo el inmovilizado que se encuentra en
el local. Destacaremos la amortización del mobiliario, las máquinas utilizadas en
la cocina, elementos informáticos y software aplicado, elementos de transporte,
etc.
Costes financieros: El empresario deberá planificar los posibles gastos
financieros en los que pueda incurrir por el pago de intereses y comisiones
derivados de préstamos o créditos otorgados por las entidades financieras.
Provisiones: Es conveniente que en un restaurante se doten provisiones en
caso que pueda haber un exceso de gastos derivados del mantenimiento del
stock u otros gastos que el restaurante no pueda soportar
En este apartado, dividiremos los costes en Costes Fijos y Costes Variables, así como en
Costes Semifijos y Costes Semivariables, ya que éstos pueden tener una naturaleza
mixta. Por tanto:
Pero también existen otro tipo de costes dentro de este criterio de clasificación que se
caracterizan por su naturaleza mixta. Estos costes pueden ser costes semifijos y costes
semivariables. Por tanto:
Enlaces:
* http://www.aulafacil.com/Contabcoste/Lecc-1.htm
Los precios tienen, evidentemente, una influencia directa sobre el beneficio del
restaurante, por lo que los mejores controles sobre costes y gastos no producirán un
beneficio si los precios se fijan incorrectamente.
Dado que la base que se toma para fijar el precio es el coste de elaborar el plato, lo
primero que tendremos que obtener es información sobre nuestros costes. A la hora de
fijar el precio debemos tener en cuenta las siguientes premisas:
La política de fijación de precios debe ser coherente con los objetivos del
restaurante como empresa.
A la hora de fijar el precio hay que tener en cuenta el coste unitario.
Hay que evaluar el impacto que tendrán los cambios en los precios sobre el
beneficio, y analizar escenarios alternativos.
Debemos identificar tendencias que puedan afectar a los cambios propuestos
en los precios, analizando datos históricos.
Es importante comparar con respecto a nuestros competidores la política de
precios que tengamos establecida.
Además, hay que tener en cuenta que existen, como veremos a continuación, distintos
métodos de fijación de costes y, por tanto, tenemos que conocer las limitaciones de
cada uno de ellos, seleccionando el enfoque más adecuado en función de los objetivos
de carácter inmediato.
Entre los principales métodos de fijación de precios basados en los costes tenemos los
siguientes:
Para fijar el precio calculamos el coste de elaboración del plato y añadimos a éste el
margen de beneficio deseado. Su cálculo es fácil y permite recuperar todos los costes.
Su principal inconveniente es que no distingue entre costes directos y costes totales, e
ignora la posibilidad de establecer precios superiores para obtener un mayor
rendimiento.
De forma esquemática:
Coste total de elaboración = materias primas + mano de obra directa
(cocineros) + gastos generales de elaboración.
Este método sólo tiene en cuenta los costes directamente asociados al plato, es decir,
aquellos costes en los que no se incurriría si el plato no se elaborase. Este precio sólo
cubre los costes de elaborar el plato.
Siendo:
En este método primero se determina el precio al que debe venderse un plato, y luego
se diseña dicho plato con un coste que se adapte al nivel de precios propuesto. Hay
que asegurarse de que los costes planificados permitan un margen de beneficio
suficiente, controlando que los costes reales se ajusten a los planificados. Como parece
intuirse, este método es bastante complejo, ya que hay que tener en cuenta muchas
variables.
Asignación de costes
La asignación de costes a los diferentes platos es, sin lugar a dudas, el problema más
importante a resolver de cualquier sistema de costes. El responsable de un negocio de
restauración necesita tener para una correcta toma de decisiones información fiable,
oportuna y lo más exacta posible sobre el coste de los platos que conforman su carta.
Conceptos previos
Un sistema de costes tradicional tiene como objetivo asignar todos los costes de
producción indirectos a los objetos de coste. Imputa los gastos generales de
elaboración a los platos basándose en la cantidad de mano de obra directa (cocineros)
que consumen.
El cálculo de este coeficiente se suele determinar al comienzo del año, para evitar las
fluctuaciones estacionales, aunque si a mitad de año se estima que es bastante
incorrecto es conveniente revisarlo.
1. Acumular los costes de todos los centros de costes de producción y todos los centros
de costes de servicios.
2. Asignar el coste de todos los centros de costes de servicios a los centros de costes
de producción.
El principal problema que encontramos en este método viene dado por la drástica
reducción de los costes directos con relación al coste total de los platos, al contrario de
lo sucedido con los gastos indirectos de fabricación y elaboración. De esta forma, la
mano de obra directa ya no explica el comportamiento de los gastos indirectos de
fabricación o elaboración y deja, por tanto, de ser una base sólida de prorrateo de los
gastos indirectos.
Pese a esto muchas empresas siguen tomando como base de prorrateo la mano de
obra directa, lo cual introduce distorsiones en el coste de los productos, excepto en
aquellos casos en los que el proceso productivo es intensivo en mano de obra.
Para combatir este problema de imputación de los gastos generales, las empresas
empezaron a imputarlos sobre la base de otros factores más pertinentes que la mano
de obra directa, lo que derivó en el cálculo de costes basado en las actividades (ABC),
el cual describimos a continuación.
No obstante, hay que tener presente que la información proporcionada por el sistema
tradicional de determinación de costes puede estar en conflicto con la información que
suministra un sistema ABC.
Los principios sobre los que está basado el sistema ABC son los siguientes:
1. No son los productos sino las actividades las que causan los costes.
2. Los productos consumen actividades.
3. La gran mayoría de los gastos generales se consideran generalmente como
fijos. No varían según los volúmenes de producción sino de acuerdo a los niveles
de las actividades.
1. Determinar las actividades: hay que identificar y analizar por separado las
distintas actividades de apoyo que proveen los departamentos indirectos. Este paso
tiene los siguientes componentes:
Definir los límites del proyecto: hay que delimitar un área crítica y limitada como
objetivo para el análisis ABC inicial y, posteriormente, en función de nuestras
necesidades, extender el proceso.
Documentar el proceso: enumerar todas las actividades dentro del área elegida como
objetivo
2. Determinar todos los costes directos: hay que determinar los costes de la mano
de obra y los materiales directos de cada uno de los productos. Este paso será fácil en
el caso de que haya instalado un método tradicional de contabilidad de costes, ya que
estos registran los costes directos con cierto nivel de detalle.
3. Asignar los costes indirectos a los centros de costes: en este paso hay que
hacer agrupaciones lógicas de costes en centros de costes. Esta tarea es bastante
compleja. Una posible lista de centros de costes que podría utilizar una empresa
industrial incluye los siguientes:
- Cuentas a pagar
- Amortización
- Mano de obra de mantenimiento
- Traslados de materiales
- Control de producción y elaboración
- Compras
- Control de calidad
- Recepción
- Servicios como agua, luz, etc.
Cost Drivers
Una vez hemos identificado todas las actividades y hemos agrupado sus respectivos
costes, debemos encontrar las "medidas de actividad" que mejor expliquen el origen
y variación de los gastos indirectos de elaboración de platos.
Estas son medidas competitivas que sirven como conexión entre las actividades y sus
gastos indirectos de fabricación respectivos, y que se pueden relacionar también con el
producto terminado, que en el caso de un restaurante, sería el plato final.
Cada "medida de actividad" debe estar definida en unidades de actividad
perfectamente identificables. Estas medidas son conocidas como "cost drivers" o
"inductores de coste", ya que son éstos los que originan que los gastos indirectos de
fabricación varíen. Los cost drivers son los factores que determinan la carga de
trabajo que requiere cierta actividad.
De esta forma, se consigue asignar un mayor coste a aquellos productos que hayan
demandado más recursos. Por ejemplo, distribuyendo los costes de limpieza del
almacén en función de los m2 de superficie de dicho almacén.
No obstante, debemos tener en cuenta que para aprovechar al máximo este sistema,
es necesario disponer de un sistema de información contable apropiado, del cual la
mayoría de las empresas no disponen. Otra limitación del sistema ABC es que la
recopilación de datos que precisa es bastante compleja y costosa, por lo que puede ser
recomendable limitar su utilización a aquellas áreas consideradas críticas por la
empresa.
Puesto que ya conocemos las principales fuentes de coste que afectan al negocio de
restauración, podemos establecer una serie de medidas generales que los empresarios
del sector pueden emplear para reducir dichos costes, de manera que puedan
aumentar el margen que quieran conseguir por cada plato y que puedan fijar un precio
de venta competitivo por cada uno de ellos.
A continuación, expondremos las siguientes medidas para reducir los costes en los que
puede incurrir un restaurante:
* Biosca, Domènec. Dirigir con Éxito un Restaurante. Barcelona: Gestión 2000, 2003