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Tabla de contenido

I. Presentación ................................................................................................................ 2
II. Introducción ................................................................................................................ 5
III. Una ambigüedad fundamental .................................................................................... 6
IV. La superación de la distorsión provocada por la superposición de una fuerza que se
ejerce de modo unilateral, requiere que la producción de la energía-pensamiento
redescubra en la conciencia del ser humano su interacción energética, económica y
dialéctica con el Espíritu y sus ideas ........................................................................ 11
V. La dialéctica y la energía .......................................................................................... 16
VI. La ambigüedad en nuestra historia reciente .............................................................. 17
VII. La manipulación mediática y el ethos neoliberal apuntan y evidencian la patología
de la distorsión, síntoma de la enfermedad global de nuestra civilización ............... 19
VIII. El mal moral entendido como patología y el rol del conocimiento .......................... 22
IX. Conclusión de la primera parte: Superando las contradicciones .............................. 27
X. La reconexión con la fuente ...................................................................................... 36
XI. Las emociones, la activación y la reconexión .......................................................... 41
XII. El plan cósmico y el plan de estudio propuesto en el Idealismo Energético ............ 46
XIII. La reconexión y el contacto. Guerreros de la luz y embajadores de la paz .............. 54
XIV. La paz del alma y la activación de la glándula pineal .............................................. 55
XV. Bibliografía ............................................................................................................... 57
I. Presentación

Enfocaré la exposición del libro El idealismo energético y la generación del amor,


desde el primer objetivo de la actividad informativa y reformativa que llevan a cabo los
Hermanos Mayores desde el origen: el despertar de la conciencia, su activación y
reconección espiritual.

Dentro de ese marco y plan reformativo y regenerativo, la oscuridad de lo que


pretende el nuevo orden mundial debe ser sacada a la luz, pues su única fuerza es “estar en
las sombras”, pasar desapercibido; como ha dicho David Icke, eso representa un
totalitarismo de puntillas. Este aspecto será analizado en el libro desde el punto de vista
histórico civilizatorio, y desde una comprensión económico-energética de los modos en que
se produce, controla, manipula y reproduce la energía-pensamiento en el neoliberalismo
global, de esto me encargaré en la primera parte de este ensayo, acentuando que no voy a
develar una conspiración elitista global, sino solo ayudar a entender el funcionamiento de la
energía-pensamiento en el neoliberalismo actual. Si es que hay una conspiración (no puede
tampoco ser descartado sin un análisis crítico) le compete a cada cual descubrirlo.
Simplemente nos referimos a que este no es un sistema ideal: el árbol se conoce por su
fruto, por los efectos conocemos el tipo de causa que se implantó en la vida del hombre;
desde un pasado remoto se nos intenta hacer creer o pensar que hay una especie de castigo
en el puro hecho de tener que vivir de acuerdo a leyes arbitrarias que no representan a las
leyes universales que producirían una sociedad y un individuo armónico con el crecimiento
positivo de la vida.
La necesaria reflexión acerca del mal moral y las implicaciones psicológicas que
están en la base de la producción de la energía-pensamiento, en el contexto civilizatorio
global (social, político, económico y científico), tiene aquí el fin de dimensionar el
panorama de fondo sobre el cual hemos llegado a preguntarnos ¿Puede llegar a ser posible
el desarrollo democrático sustentable en el panorama de la crisis global bajo el influjo del
mal moral, en sus dos vertientes: a) político-económica: las fuerzas de la divergencia y la
desigualdad en la distribución del conocimiento y las riquezas; y b) individual: la firma
psico-energética de lo que denominamos patología de la distorsión? La relevancia de esta
cuestión es evidente. Dos visiones sobre lo humano se juegan en ello: dos paradigmas
civilizatorios completamente distintos, dos sistemas y dos fuerzas que disputan: el dominio
maquinal en contra de la liberación espiritual del ser humano. Nuestra reflexión filosófica,
psicológica, científica y civilizatoria se orienta hacia aportar información relevante, al
momento de pensar la superación de las limitaciones morales e intelectuales, en el
horizonte del desarrollo de nuestra capacidad creativa, salud y felicidad, en el contexto
actual.
Desde una perspectiva holística ––para pensar el desarrollo social y democrático
sustentable–– que abarca por ejemplo corrientes como: el freudo-marxista y la teoría
crítica, entendidas y asumidas desde la «dialéctica real», y en diálogo con la diversa gama
de corrientes de espiritualidad (algunas obtenidas por channelings); nuestra interpretación,
asume el fenómeno de la crisis global, desde la necesidad de superar dialécticamente la
ambigüedad fundamental que existe en la lógica de la relación individuo-sociedad, desde la
comprensión ideal de la mediación sujeto-objeto.
Desde esa perspectiva, la relación individuo-sociedad real o histórica actual,
marcada fuertemente por el noeliberalismo, aparece como una relación distorsionada. Lo
que representa un problema en la praxis. Un problema ético que involucra intrínsecamente
a la psicología y a la comprensión social del individuo. Lo cual perfilaremos, además,
desde una perspectiva bio-energética, anclada en la comprensión de la fuerzas pulsionales,
trastornadas hasta lo inhumano.
La distorsión como el efecto de la superposición unilateral de uno de los polos de la
contradicción, representa, para la dialéctica histórica actual, una fuerza cosificante que
anula, subvierte o distorsiona la mediación con la idea; enroscándose las matrices
energéticas del cerebro ––de los órganos y zonas especificas del cerebro, y de los conceptos
que en esas zonas (y por relaciones bio-energéticas específicas) se reproducen–– en sentido
inverso de la creatividad erótica-ideal, robando y enajenando la vida de la idea, la vida del
Espíritu. Hacia una exaltación distorsionada (indescriptible por caótica y multiforme) de la
energía o carga psíquica, que necesariamente se asienta, distorsiona y enferma lo biológico,
lo psíquico y lo mental. Una fuerza que opera desde la unilateralidad, que refrena el pulso
dialéctico de la idea, en el proceso de desarrollo individual, intersubjetivo, social, histórico
y civilizatorio.
La imposibilidad de un factor determinante unilateral, y el debilitamiento de la idea,
dejan el asunto en las manos de una dialéctica tan compleja como tosca. En este panorama,
en que aún no llega a ser integrado suficientemente el punto de vista evolutivo-cientificista
con el de las ciencias sociales, el asunto del mal (la distorsión) permanece en una
ambigüedad de la cual nadie quiere hacerse cargo. Mientras tanto, la extirpación del
espíritu en la vida humana, por el medio masivo del materialismo y la mecanización de la
vida, manipulada por intereses al servicio de la distorsión patológica del poder y la
ambición, ha llegado a ordenar el mundo tal como el ancien régime, pero conforme a los
privilegios y la desigualdad provocada por la hiper acumulación del capital, que sigue
logrando desorientar el sentido esencial de la vida a las masas, por los medios sabidos de la
desinformación y el despiste respecto de los puntos históricos críticos en que deberíamos
corregir el ethos.
Es por eso que acentuamos que, el análisis exhaustivo de la energía-pensamiento y
de las emociones, como un auto tratamiento energético de la conciencia para corregir la
distorsión patológica, se presenta como la única forma de cura, no violenta, que repercutirá
en la transformación social necesaria para nuestras generaciones posteriores, para nuestras
descendencias, para satisfacer las necesidades actuales del espíritu histórico y lograr una
solución respecto del problema global y el desarrollo sustentable de la democracia.
Adoptaremos por marco teórico, una epistemología que no tenga en su base al
antagonismo estructural (la ambigüedad fundamental), la dicotomía entre el pensamiento
social y las ciencias naturales. Aquella dicotomía en la que se pensó la naturaleza humana,
contribuyó en oxidar los enlaces dialécticos en los que puede llegar a comprenderse
correctamente la mediación sujeto-objeto. Lo que nosotros interceptaremos desde el punto
de vista de la producción de las emociones y sus relaciones mentales, respecto de la
posibilidad de enlace de la energía-pensamiento1 con energías y formas más elevadas que
las que produce y controla el sistema actual. Lo cual, si lo analizamos bien, nos daremos
cuenta que constituye la única posibilidad de cura respecto de esa misma producción

1
Que el cerebro recibe-produce, asume y transforma conforme a su estructura genética-físico-energética- bio-
química-socio-cultural, vibratoria, y más.
distorsionada de la energía-pensamiento que propaga la economía neoliberal y que ha
llegado quien sabe cuando a formar parte de la estructura genético-energética-psíquica-
mental del hombre.
La relevancia de este fenómeno implica que, a pesar de todo lo que se ha pensado en
las teorías del conocimiento, la epistemología y la ontología, aún no se atienden las
funciones mentales de la intuición, la atención y la intención en su profundidad definitiva.
Las cuales forzosamente se verán desplazadas desde los marcos del pensamiento filosófico
de los últimos siglos, hacia las exigencias que la física ha ido descubriendo respecto del
comportamiento energético de la electricidad, el magnetismo, las ondas gravitacionales,
etc.; de lo cual, el cerebro no se halla eximido.

II. Introducción

Toda crisis supone la posibilidad de una muerte o una superación que trascienda las
contradicciones. Aunque lo segundo se parezca bastante a lo primero no son lo mismo: las
contradicciones no trascendidas tienden a una disolución regresiva hacia estadios
evolutivos anteriores. Trascender es integrar, no disolver. A esa integración creativo-
productiva es a la que apuntaremos aquí.
La explicación de mi perspectiva filosófico-idealista para entender el desarrollo
social y democrático sustentable,2 se nutre del psicoanálisis y la economía, entendidos de
manera crítica. Las bases epistémicas para comprender a la razón, la planificación racional
del mundo y los motivos ocultos (económico-interesados) que se esconden debajo de los
intereses superfluos que la ejecutan, tanto a nivel individual como social; nos muestran que
lo que se halla en juego es la definición genética de lo humano, su civilización y su
descendencia. Con la mira puesta en descubrir las necesidades actuales del espíritu
histórico entendidas desde la dialéctica real ––que asume la fenomenalidad como el
producto, o más bien, el encuentro entre la dialéctica ascendente (fenomenológica o
2
El desarrollo democrático positivo de la vida social es el problema de fondo: trascender la crisis global es el
desafío que tenemos por delante.
evolutiva: la descendencia del hombre) y la dialéctica descendente (lógica o ideal: la
descendencia del espíritu)3––. Sólo en ese sentido consideramos a la teoría crítica (o
pensamiento crítico) como válida, en cuanto nos permita ir comprendiendo y desarrollando
el progreso concreto de la dialéctica real.
La dialéctica real implica que la superación de las contradicciones es posible, si y
sólo si, el individuo logra realizarlas ––trascenderlas hacia un modo más dinámico de
integración e interacción energético-económica–– en sí mismo. Aunque para eso es
necesaria la conciencia y el justo compromiso con las ideas y la historia. Es imposible que
la “revolución-evolución-elevación” que integra y trasciende las contradicciones le venga a
la conciencia desde fuera, por decirlo sencillamente. No obstante, el despertar de la
conciencia (su evolución y elevación) aumenta su dificultad cuando el sistema global puja
por mantenerla dormida.

III. Una ambigüedad fundamental

Nuestra interpretación asume el fenómeno de la crisis global, desde la necesidad de


superar dialécticamente la ambigüedad fundamental que existe en la lógica de la relación
individuo-sociedad. Esta ambigüedad proviene y se manifiesta a partir de la mediación
sujeto-objeto en que se funda la conciencia y la realidad. La ambigüedad an-árquica
(ausencia de principio) de la conciencia, implica que la conciencia aparece sin dejar tras de
sí ninguna huella, sin que podamos contar con ninguna evidencia de su principio; de tal
modo que ha sido más fácil solventar el sentido de la vida material, reclamada por los
instintos, las emociones, el placer y el poder.
Carencia de principio equivale a la carencia de un propósito original. Sin principio
no hay finalidad, norte o ruta preestablecida, no hay sentido. Esa ausencia de sentido para la

3
En este sentido, la crítica que R. Valls Plana le dirige a Marx en Del yo al nosotros ––según la cual Marx se
basa en una dialéctica incompleta y unilateral (es decir que no es dialéctica), me parece también adecuada
para aplicarla a Freud. Cf. Valls Plana, Ramón, Del yo al nosotros. Lectura de la Fenomenología del Espíritu
de Hegel, Ed. Ramón Valls Plana, Barcelona, 1971, tercera edición, p. 18. En adelante DEL.
conciencia, representa el sentido distorsionado de un mundo sin espíritu. Las consecuencias
de esto están delante. A partir de este fenómeno podemos pensar que: la dinámica que sigue
la energía-pensamiento de una conciencia adoctrinada en la materialidad del mundo,
representa una economía energética que tiende hacia la pulsión de muerte, hacia la densidad
material. Pues la energía pulsional no logra sublimarse [volatilizarse en el éter de la idea;
subir] hacia una creatividad positiva y constructiva, sin la intervención de la idea. El deseo
de la idea del Bien, la Belleza, la Verdad, no es un deseo que puede llegar a ser únicamente
desde el ejercer la pulsión, sino en prenderla-activarla desde la chispa de la idea.
El sentido distorsionado de un mundo sin espíritu resuelve el concepto de sujeto
adialécticamente, poniéndolo como parte o como el objeto mismo, planificándolo desde las
necesidades de un deseo-poder acrítico y narcisista que surge desde lo inconsciente. La
energía que repta en los pies concretos en los que camina el sistema es la fuerza material de
una pulsión materializante, cosificante, dominante.
En un sentido general, abstracto y lógico, la ambigüedad, o el anarquismo
energético que afecta y distorsiona a la conciencia, se refleja en la contradicción general en
que aparece la conciencia: materia-espíritu.4 La mediación que realiza el sujeto (la
conciencia) con lo otro se proyecta hacia la libertad y el espíritu; en tanto que estos
conceptos son ideales, la gesta humana radica en su realización (materialización). Que ante
todo se refiere a una realización intersubjetiva y social. De ahí la ambigüedad, pues no
puede haber una receta de la relación ideal más que a nivel lógico. No puede realizarse una
fenomenología de la idea, porque no es un fenómeno. Es por eso que en nombre de la idea
se han cometido tantos crímenes como en nombre de dios o del poder. Y es por eso que
nuestra preocupación fundamental es que la conciencia active sus anticuerpos en contra de
aquella ambigüedad en que se aloja la distorsión. Como un virus (la distorsión) no llega a
ser detectada con facilidad (es una especie de virus, posee una configuración energética, es
real, parasita a la conciencia, a la energía psíquica, se alimenta de ella, debilita y distorsiona
la dinámica de la idea, su economía energética). De ello se aprovecha el poder, para
propagar lo distorsionado y acrecentar su dominio. La ambigüedad y la distorsión hacen
difícil el discernimiento; éste sólo puede ser ejecutado desde la conciencia y desde su

4
Entendiendo que lo que llamamos materia representa sólo una de las posibilidades dimensionales del
espacio-tiempo.
afiliación con la idea (con el espíritu y su dialéctica propia) en la economía energética
positiva que de ello resulta.
Podemos entender que la psiquis llega a producir-procesar energía-pensamiento
distorsionada. En eso, no hay que confundir pulsión con distorsión. El conjunto de lo
distorsionado, involucra a todas aquellas conductas que no pueden explicarse o clasificarse
dentro de la conductas que son efectos naturales de las fuerzas pulsionales.5 En lo
distorsionado prevalece una acentuación profunda de lo inexplicable e inhumano. Decimos
«inhumano», en contraste con la idea, en contraste del espíritu humano. En ese sentido,
entender lo inhumano, es más complejo que asumir y llegar a percibir lo divino en la idea.
El mal y el espíritu; la distorsión y la fuerza creativa; son los tópicos que se enredan hasta
lucir el mundo bajo el manto de lo ambiguo, que se fragua en lo concreto como estado de
crisis constante.
La ambigüedad surge de la contradicción irresuelta. Explicaremos la distorsión,
lógicamente, como el efecto de la superposición unilateral de uno de los polos de la
contradicción; un desequilibrio que no puede explicarse naturalmente. Que se patentiza
como una fuerza cosificante que anula, subvierte o distorsiona la mediación con la idea.
Una fuerza que se enrosca y se confunde con lo pulsional, y que se incrusta y despliega
desde la pulsión de poder/sumisión. Una fuerza que es el efecto distorsionado del deseo y la
carencia. Es cosificante porque su acción anula concretamente la subjetividad del mismo y
del otro, en una mediación/relación patológico-distorsionada, que mediatiza activamente al
otro como si fuera un objeto, o se deja mediatizar pasivamente (las energías-emociones
ocultas en estas mediaciones son básicamente odio y miedo).
Una fuerza cosificante que roba o enajena la vida de la idea, la vida del espíritu,
hacia una exaltación distorsionada (indescriptible por caótica y multiforme) de la energía o
carga psíquica, que necesariamente se asienta, distorsiona y enferma lo biológico, lo
psíquico y lo mental. Una fuerza que opera desde la unilateralidad, que refrena el pulso
dialéctico de la idea, en el proceso de desarrollo individual, intersubjetivo y social
civilizatorio.
En ese sentido resulta relevante pensar si es que podemos salvar a eros de quedar
siempre doblegado por esa fuerza destructiva, para ir abriendo espacio hacia una fuerza

5
Y por supuesto tampoco dentro de lo ideal.
psíquica ––que a la larga será una fuerza social–– para la producción sana, creativa y
positiva de la energía-pensamiento. Teóricamente, la única forma de salvar a eros es
postular la posibilidad de enlazar lo pulsional a un impulso que le permita a la energía
psíquica asumir un pulso que trascienda la contradicción erótico-tanática en que se
manifiesta la vida orgánica. Desde el cual poder conducir la fuerza erótico-creativa no sólo
desde la unilateralidad de lo pulsional [entendiendo que la unilateralidad distorsiona], sino
dialécticamente, asumiendo junto con lo pulsional el impulso de trascendencia que enlaza y
produce la energía-pensamiento con la idea.
La fuerza del deseo y la vitalidad erótica por sí sola, por la herencia de Penía, en su
carencia, en su vacio mnémico (Lacan) identitario, tiende a auto consumirse, auto
devorarse, e intenta, antes de que ello suceda,6 de arrastrar hacia su abismo de ego todo lo
más que pueda; en realidad lo que intenta es no morir (recordemos que es una fuerza
erótica), para lo cual estira todos sus brazos y sus poros como ventosas que se adhieren a lo
que puedan. El efecto concreto al que apunta la metáfora, es la tendencia al
dominio/sumisión del/al otro para satisfacer un ansia de placer que, conforme a su propia
naturaleza, es imposible de llenar. La satisfacción erótica pura, el placer que busca llenar el
espacio infinito de la conciencia, con un objeto catectizado, representa por lo tanto una
espera neurótica infinita e imposible, que se transforma de inmediato (la energía erótica) y
compulsivamente en su némesis, en venganza contra del objeto “amado”, que termina sólo
pudiendo relacionarse por medio del intento de dominio. A-dialécticamente. Eros es tánatos
en sentido fuerte, a menos que interceda el impulso, la fuerza trascendente de la idea.
La pulsión del poder ha llegado a producir una energía-pensamiento materialmente
hegemónica, que busca por todos los medios el dominio objetivo de la naturaleza y del ser
humano. Produciendo artificiosa y eficazmente aquella ambigüedad en la que nos hallamos:
un mundo cegado, cosificado, des-subjetivado, deshumanizado, dormido por la supresión
estratégica, en cada caso, de uno de los polos de la relación, o de las posibilidades de
despertar la fuerza del espíritu en la idea (en la conciencia), es decir, de trascender los
mecanismos implantados por una pulsión de poder distorsionada, en la dinámica energética
de la conciencia (en la economía energética de la energía-pensamiento). Cada época

6
Siempre sucede al final; la sentencia de Heráclito que explica la injusticia que pagan los entes por llegar a
ser, es en este sentido muy aclaradora; tal como la explica Heidegger en Caminos de bosque.
manifiesta a su modo su ceguera: la religión, la ideología, la economía son sólo formas
externas de las que ha llegado a servirse el poder distorsionado. Un ser humano
continuamente auto sometido a su minoría de edad intelectual (tal como lo define Kant) es
un ser ciego, que no ve la luz, ni por lo tanto tiene idea alguna del Bien; carece de valentía
(pero no de valor). Un ser humano debilitado y doblegado por la pulsión distorsionada. La
supresión estratégica es lo opuesto a la dialéctica. Representa por lo tanto un pensamiento
que no supera o conquista, por medio de las diferencias, formas más complejas y elevadas
de cultura, sino que mantiene a la fuerza los privilegios y las desigualdades.
La imposibilidad de un factor determinante unilateral, y el debilitamiento de la idea,
dejan el asunto en las manos de una dialéctica tan compleja como tosca ––en la que aún no
llega a ser integrado suficientemente el punto de vista evolutivo-cientificista con el de las
ciencias sociales (que incluyen necesariamente al sujeto, la libertad, la ética, etc., desde el
punto de vista de una elevación moral-social que tiende hacia lo intersubjetivo, hacia el
espíritu)––. La ciencia (objetiva) no ha asumido suficientemente la dialéctica sujeto-objeto
desde el punto de vista de la idea. No puede hacerlo, significaría trascenderse a sí misma,
pero nadie quiere morir, y trascenderse es en cierto modo morir. Es por esto que ha llegado
a confundirse objetividad con materialismo; de lo que se sigue consecuentemente la
cosificación del sujeto, para poder entenderlo objetivamente, científicamente ––la ciencia
predice, produce y controlarla; el sujeto es más que ciencia y materia–. Lo cual explica la
contradicción insoluble (aún) de las ciencias naturales y las sociales. Esto representa otra
faceta de la ambigüedad, bajo la relación materia-espíritu.
Esta ambigüedad tiene muchas caras, se nos cuela en nuestra interpretación del
sistema global del siguiente modo: por una parte, mantenemos una interpretación tan
pesimista del sistema global ––similar a la expuesta por Naomi Klein en su libro La
doctrina del shock. El auge del capitalismo del desastre–– que no vemos por donde
podríamos salir de ahí, salvo en el desenlace fatal de una crisis humanitaria global sin
precedentes [lo que no se producirá antes de explotar todos los recursos para mantener el
poder en su actual tendencia ––en lo cual se produce un afincamiento más profundo de lo
patológico en el individuo y de la desigualdad social––]. Mientras que, por la otra parte,
adherimos a la posibilidad individual de la auto realización. Esto es ambiguo pues pone una
solución a simple vista no dialéctica, respecto de la relación individuo-sociedad. Esto
supondría una sociedad completamente corrompida, pero esa visión no es real: hay
circulación de conocimiento, hay resistencia ante las políticas neoliberales, hay fuerza y
esperanza (por más que los medios quieran mostrar lo contrario). Es por eso que la fuerza
del pensamiento (su producción energética) debe seguir creciendo sin miedo a las críticas
infundadas, pleno de confianza en la cooperación humana, en la tarea de la formación de
una masa crítica despierta, que logre revertir el influjo del mal, simplemente, no creyendo
ya nunca más las mentiras que mantienen al ser humano preso del miedo, la culpa y el
deseo erótico (tal como ha sido definido), que acentúa el miedo a la soledad, el odio, en
general, las fuerzas pulsionales destructivas, y no el amor.
El fondo de la ambigüedad no tiene su fundamento en la dialéctica real. Su causa
implica la suposición básica en la que se alza la interpretación del paradigma
epistemológico cientificista-racionalista moderno; que no incluye en su estudio la
naturaleza espiritual del ser humano, sino únicamente determinaciones materiales medibles.
La dialéctica real no niega ingenuamente la complejidad y la fuerza del doble determinismo
que constituye al ser humano (material-genético y medioambiental-social), ni tampoco la
posibilidad de pensar esa contradicción desde una vertiente más profunda que el simple
enfrentamiento del determinismo externo material y social; asumiendo al mismo tiempo la
fuerza interna de la energía-idea espiritual.

IV. La superación de la distorsión provocada por la


superposición de una fuerza que se ejerce de
modo unilateral, requiere que la producción de la
energía-pensamiento redescubra en la conciencia
del ser humano su interacción energética,
económica y dialéctica con el Espíritu y sus ideas7

“En Hegel, se distingue la dialéctica «real» de la conciencia que avanza a través de sus
figuras hasta alcanzar el puro concepto [Espíritu]. Esta dialéctica de la conciencia real e

7
No debe seguir entendiéndose la “idea” como una construcción abstracta que se halla en alguna parte del
sujeto, sino como verdaderas fuentes y matrices del Komos, con su existencia real y energética, con sus
grados, escalas y dimensiones vibratorias.
histórica es la que quiso heredar Marx de Hegel y es precisamente la dialéctica que se
desarrolla en la fenomenología y preside la inversión materialista del hegelismo”.8

Esta inversión materialista destaca por el acento en la lucha material, por el acento
en la lucha a muerte, como si todo el bregar orgánico y social no fuera posible sino por esa
lucha a muerte. Lo que destaca el triunfo de la pulsión de muerte en el sistema biológico-
psíquico. Esta interpretación es posible sólo dentro del esquema parcial, que toma en cuenta
únicamente la dualidad propia de la materia, como dualidad polar, desvinculada de una
unidad con el espíritu. Es decir, que toma en cuenta sólo la parte material del proceso, la
parte biológica, la parte que sólo concibe un tiempo atomizado en los órganos biológicos.
Que no se abre a la posibilidad del desarrollo de órganos más sutiles, de un cuerpo mental
superior, un cuerpo energético sutil; espiritual. En ese sentido el psicoanálisis materialista,
somete el movimiento psíquico únicamente a las fuerzas densas de la naturaleza, a la
mecánica de esos procesos materiales. Únicamente lo entiende (al movimiento) desde el
punto de vista de la evolución.9
Como bien muestra Valls Plana, la dialéctica hegeliana se compone, además del
momento evolutivo, del movimiento de descenso o condescendencia del espíritu. En
cambio, tanto la economía social marxista, como la economía psíquica freudiana, aniquilan
la individualidad, por el hecho de no estar abiertas a ese movimiento de descenso del
espíritu que completa el movimiento evolutivo (como individualización espiritual, como
elevación). Aunque el psicoanálisis freudiano y la economía marxista, hayan representado
para sus autores, verdaderos sistemas de liberación del ser humano, sus sistemas, desde el
punto de vista del todo, resultan incompletos.

“En efecto, la dialéctica de la fenomenología tiene un carácter ascendente, avanza desde la


sensibilidad hasta la conciencia humana perfectamente totalizada. Si se toma esta dialéctica

8
DEL, p. 18.
9
Pero no toma en cuenta el movimiento que engrana el momento angular evolutivo, en su dinámica total, con
el movimiento de condescendencia (impulso de trascendencia) del espíritu ––movimiento-fuerza-energía-idea
que provendría desde dimensiones más sutiles––. Ese punto de encuentro se da como en el vació, por la
torsión del espacio-tiempo (que es imposible de medir, ya que el universo no tiene bordes). Cada
compartimiento de la realidad queda como separado del todo, como aislado, es decir, que puede asumirse que
no hay más dimensiones de existencia, o que aún habiéndolas, podemos movernos (en todos los sentidos,
local, psicológico y mental) como si no estuviéramos influenciados por fuerzas, campos o dimensiones más
sutiles.
como absoluta o única, sin el sostén secreto que significa la dialéctica descendente del
concepto que se encarna, resulta entonces que estamos situados de golpe en una visión
puramente progresista del hombre y su historia. La realidad avanza por necesidad
inmanente desde la materia hasta la conciencia humana total, eso es, social. Sólo existe este
movimiento ascensional que no necesita de un movimiento previo de la «con-descendencia
divina» que lo posibilite.”10

Tanto lo pulsional, como lo social, únicamente mantendrían una dinámica a fin con
una verdadera individualidad, si esa misma dinámica coincidiera con un patrón universal de
movimiento, que permitiera el desenvolvimiento libre y espiritual del individuo en el todo.
Sin lo espiritual, sin el impulso de trascendencia, la dinámica del sistema pulsional-
psiquico o social, no representaría más que una mecánica por la supervivencia, ya sea del
individuo o la especie. Lo cual si bien es importante, sólo representa la solución de la mitad
del problema, lo que a la larga tiende a cero. Toda mecánica que excluya la posibilidad de
la espiritualidad ––no en el sentido que resuena bajo la carga negativa de la vieja religión,
sino de una espiritualidad que se abre paso hacia una civilización kósmica––, implica un
momento ya superado, un momento que se halla fuera de la dimensión presente de nuestra
civilización; en su pasado histórico. Esto explica porqué el destino de toda revolución
política civil, de todo intento de cura psicoanalítica y de toda economía, que no sea dirigido
en base a una educación que oriente y guíe las fuerzas pulsionales hacia el encuentro con el
espíritu, por medio de una buena dialéctica ––que cure la fuerza pulsional distorsionada, a
partir de la misma idea del encuentro señalado, como verdadera unidad dinámica de los
principios opuestos en los que se desarrolla la energía del todo–– haya sido, sea y será un
intento condenado al fracaso. Intento que enseña más por sus consecuencias negativas, que
por la producción de un dinamismo armónico; estas consecuencias terminarán siempre
instaurando la represión y el poder; la venganza y la culpa. La libido, si no llega a ser
conectada con el impulso de trascendencia, sólo llega a ansiar una libertad eróticamente
determinada, que se mueve por los circuitos del deseo de placer: lo que representa
abiertamente una fijación narcisista del ego, y como tal, terminará siempre sucumbiendo y
cediendo ––ese deseo de libertad eróticamente determinada–– ante el predominio de la
pulsión de muerte, que la constituye más profundamente, tornándose ese prístino y genuino

10
DEL, p. 18.
deseo de libertad, en pasión por el poder. Recordemos que la pulsión tiene esa doble
polaridad inscrita en su esencia, y que el amor erótico se halla siempre ante el abismo y a la
sombra del sadomasoquismo que late en lo profundo de su carga genético-tanática.
El lazo que trenzamos aquí debemos ligarlo (esto es fundamental dentro del
esquema general del curso de Psicología, Filosofía, Historia y Ciencias) con la orientación
educativa que debemos dar a los jóvenes, respecto de los dos extremos del péndulo en que
oscila su energía-pensamiento: el sometimiento extremo al sistema y una rebeldía
antisocial. Esa mala dialéctica estatuida por el aparato ideológico del poder y convertida en
el statu quo que polariza interesadamente el condicionamiento mental, es una de las causas
fundamentales tanto de la idiotez política de los votantes ––profundamente sumergidos en
el mito de una democracia del voto y de la alternancia del poder––, como de la falta de
efectividad de los movimientos evolucionarios.
Ciertamente, por medio de la producción estratégica de este fenómeno de la
polarización de los extremos en política, economía, ciencias, filosofía, etc., los que
comandan desde las sombras, y detienen y retardan los flujos dinámicos de la energía
evolucionaría (que supera las polarizaciones destructivas, trascendiendo y elevando sus
cargas energéticas), aprovechan a las masas ignorantes y devotas al placer y al consumo ––
producidas estratégicamente por la misma economía del poder y su propaganda––. El
escenario político levantado como el circo de la alternancia del poder y de una democracia
representativa acéfala, es tan simple y absurdo que manifiesta con claridad la evidencia del
profundo grado de ignorancia y oscuridad de la conciencia política de los ciudadanos masa,
por la falta de una educación filosófica, ética, psicológica, etc., real y verdadera.
La pseudo lucha entre conglomerados políticos, económicos, del poder en general,
excluye al individuo, aniquila su posibilidad (la posibilidad de la individualidad).
Representa un movimiento civilizatorio (político, económico o social) meramente aparente;
pues lo que en realidad hace es perpetuar la falta de movimiento dialéctico, acentuando la
unilateralidad que afianza al poder, impidiendo el desarrollo del sujeto-espíritu: del ser
humano civilizado y la cultura de la idea. Más bien representa un escenario puesto para
engañar [producción de energía-pensamiento desde la ambigüedad señalada más arriba,
encaminada hacia la distorsión y el control], para provocar el espejismo del movimiento
social, que en realidad avanza sigilosamente hacia un totalitarismo global, hacia la
exclusión-aniquilación total de la individualidad. Esta exclusión progresiva del individuo,
se basa en la polarización del poder de una elite superpuesta, que gobierna la economía
hacia una real polarización de la energía total del sistema, que utiliza a los individuos, que
los esclaviza a un trabajo que beneficia a la elite en la misma proporción de sus groseras
ganancias materiales. Lo cual se resume en la existencia general en el individuo de un
deseo de placer manipulado por una pulsión más fuerte, el deseo de poder (y su control
desde las sombras). Un individuo pulsionalmente condicionado no puede llegar a sentirse
completamente sano, por lo tanto tampoco llegar a proyectarse dentro de una comunidad
social verdaderamente libre, por su incapacidad de adecuarse a una ley universal.
El impulso de trascendencia vendría como a suplir este déficit. La lucha a muerte, la
dominación, el control de un extremo por sobre el otro, la manipulación, y no el amor, la
ayuda cooperativa y la paz, es el rasgo simple de una mala o falsa dialéctica, de una mala o
falsa economía, de una mala o falsa política, de una mala o falsa educación, de un malo o
falso psicoanálisis. Como puede apreciarse, esta conclusión se basa en un principio simple,
y en un criterio sistemáticamente enlazado a la comprensión holística del movimiento del
todo. Como método teórico para la comprensión en general de los procesos que se enlazan
en el todo, no presenta este criterio ninguna complicación. La dificultad no es teórica, sino
práctica, y por ello insistimos en el trabajo psicoanalítico individual. Más que en una
revolución que sea la expresión de una polarización de alguna facción de la realidad por
sobre las demás.
Estos dos postulados: “las luchas sociales son el vivo reflejo exteriorizado de las
luchas pulsionales”. Y, “lo que sucede en el individuo sucede en la sociedad”. Adquieren
por su comprobación empírica una condición de principios o leyes. Claro que deben ser
comprendidos dialécticamente. Instaurando una interacción positiva y pacífica, una buena
dialéctica, entre las interacciones del individuo y las diferentes áreas o dimensiones de lo
real en que se desenvuelve y desarrolla. Estos principios son aplicables a las diversas áreas
del estudio social en general. Funcionan como leyes. Considerado el fenómeno desde el
cual se deducen dialécticamente, y vistos bajo la teoría de los holones, su legalidad se torna
evidente. De todos modos, resultan también evidentes a partir del estudio psicoanalítico del
fenómeno social.
“La Fenomenología no cierra perfectamente sobre sí, es más bien una espiral. Reduce el
fenómeno al Espíritu, el ser ahí a la esencia. Pero ésta a su vez tiene su propio desarrollo en
la Lógica y desde ésta su regreso a la existencia. Cómo escribe Hegel en el prólogo a su
Filosofía del Derecho, la Filosofía «reconoce bajo la apariencia de lo temporal y transitorio,
la sustancia que es inmanente y lo eterno que está presente. Pues lo racional, que es
sinónimo de la idea, saliendo a la realidad y al mismo tiempo a la existencia, sale a un reino
de formas, manifestaciones y configuraciones y reviste su núcleo con una corteza
multicolor».”11

V. La dialéctica y la energía

Si interpretamos la dialéctica tal como expresa la cita anterior; y pensamos la


existencia del universo como existencia o cuerpo del espíritu: la espiral de la
fenomenología representaría la historia evolutiva que conecta la pulsión que asciende con el
pulso lógico de la idea que desciende, en aquel encuentro señalado. La comprensión bajo la
figura de la espiral es la adecuada, y se forma perfectamente dentro del esquema general de
nuestro análisis [que desarrollamos más extensamente en nuestro libro El idealismo
energético], como el modelo energético del doble toro. En ese sentido, la espiral que
evoluciona posee un giro inverso a la que desciende desde el espíritu; mientras que, los
puntos de encuentro y de separación se producen como en el vacío. La doble espiral es la
espiral que desciende y la que asciende, como el enroscamiento de las polaridades
energéticas, como las dos cuerdas o corrientes (venas y arterias) universales del todo.
El mismo modelo que inspiró a Tesla en sus descubrimientos sobre la energía libre,
se repite idénticamente en lo micro y en lo macro, siguiendo correlativamente la secuencia
de Fibonacci en la realidad matemática; la espiral logarítmica en la geometría plana; la
conformación de los sólidos platónicos en la configuraciones químicas y en las estructuras

11
DEL, 20.
geométricas basada en la proporción aurea. Seguramente las dimensiones se complican
correlativamente bajo ese mismo patrón. El código divino: la flor (el árbol) de la vida.12
Sobre este punto de encuentro entre las dos espirales, de la evolución material-
biológica y por consecuencia histórica, y de la elevación espiritual que yace en la captación
de la idea ––principio y fin de la racionalidad––, es que hemos visto la unidad del todo; que
se concreta en el despertar de la conciencia efectivamente por la captación-producción de
una energía-pensamiento anclada al impulso de trascendencia.
Mientras que el psicoanálisis, la filosofía y la ciencia sigan marcados a hierro por el
materialismo, irán quedando atrapados en la densidad del materialismo en general, con todo
lo que ello conlleva. Si las ciencias no logran despertar de esa densidad ¿qué queda para la
economía y la política? Así queda puesta en su síntesis el encuentro de las distintas áreas
del conocimiento en las que se desenvuelve la actividad humana. Entre tanto, se comprende
nuestra preocupación fundamental para lograr ese mismo encuentro. Siguiendo a Valls
Plana, no se trata sólo de la inteligibilidad intrínseca del marxismo ––ni del hegelismo, ni
del psicoanálisis, ni de las ciencias–– se trata del entendimiento pleno de nuestra existencia
en su dimensión material, psicológica y filosófico-espiritual.

VI. La ambigüedad en nuestra historia reciente

Desde las conclusiones del estudio de T. Piketty, en El capital en el siglo xxi, puede
desprenderse lógicamente que: la concentración del capital y el aumento de la desigualdad
fue una de las contradicciones, factores o causas directas que determinaron los sucesos
estudiados bajo el nombre de las guerras mundiales. ¿No estamos acaso en el mismo
predicamento respecto de la desigualdad que a comienzos del s. xx? ¿No pone esto un
precedente para pensar la posibilidad cierta de una tercera guerra mundial? ¿No tiene acaso

12
La relación de identidad entre la proporción aurea y el toroide no es una teoría, sino una realidad
matemática, una ley.
esto plena coherencia y justificación delante del análisis del escenario actual, y las
continuas agresiones internacionales por causas étnicas, religiosas, políticas o económicas?
Dos elementos se enhebran aquí de una manera que es difícil seguir creyendo en
coincidencias, dejando espacio, como mínimo, para la duda razonable respecto de la teoría
de la conspiración. Estos elementos son: la posibilidad de la tercera guerra mundial, y la
posibilidad de utilizarla ––conforme a las estrategias de La doctrina del shock–– para
instalar un sistema de represión global bajo la amenaza del miedo: el ya famoso nuevo
orden mundial.
El modelo neoliberal se basa en un aumento de la desigualdad, la concentración del
capital y el poder; en principio las diferentes cabezas de los sistemas integrados tienden a
chocar, conforme a la propia lógica de la concentración del capital cada vez en menos
manos; por lo que esas cabezas: o se diluyen o se fusionan, produciendo los grandes
conglomerados económicos. Cuando se trata de países la fusión sólo llega de la mano del
boicot desde las sombras o desde la guerra.
Las conclusiones y las gráficas expuestas por Piketty, respecto del crecimiento de la
desigualdad y la concentración del capital,13 pueden ser perfectamente interpretadas desde
la teoría de la conspiración del nuevo orden mundial. Resulta interesante notar que la
tendencia real que sigue la crisis global ––cuyos brotes más purulentos son: el conflicto en
Oriente Medio y la mantención interesada de una economía energética a base de petróleo,
regulada por las organizaciones bancarias del Fondo Monetario Internacional y el Banco
Mundial (incluyendo toda la complejidad de sus causas y consecuencias)–– se amalgama
perfectamente con dicha teoría, la teoría la explica; incluso tiene un alcance explicativo
bastante exacto, por lo que no puede ser desechada tan sencillamente. Mucho yace oculto
en las sombras, bajo el velo de la desinformación, pudiendo sólo apreciar fenómenos
externos, síntomas o efectos; la comprensión exacta de este complejísimo panorama sólo
será revelada por el curso de la historia. Aun así, los efectos o síntomas alcanzan a dibujar
con notoria claridad el rostro que se esconde detrás de los hechos.

13
La pertenencia del total de las riquezas por parte del decil -o la llamada elite- superior, bajó del 45-50% que
presentaba a finales del s. xix y principios del xx, al 35-40% a mediados del siglo xx, pero sólo como
consecuencia de las políticas tomadas a consecuencias de los conflictos producidos en las guerras mundiales,
pero desde los 70 la progresión en el aumento de la brecha de la desigualdad no se detiene, llegando hoy a
empatar y superar incluso el 50%.
VII. La manipulación mediática y el ethos neoliberal
apuntan y evidencian la patología de la distorsión,
síntoma de la enfermedad global de nuestra
civilización

La doctrina del Shock sostiene que la ideología neoliberal se vale de mecanismos


para ocupar las crisis naturales y producir crisis político-económicas o humanitarias en
función del ya clásico “crear problemas y ofrecer soluciones” o “problema-reacción-
solución” ––esta estrategia es una de las diez que según Chomsky sirven en la
manipulación mediática––. Esas “soluciones” siguen a nivel global la tendencia de la
concentración del capital y el aumento de la desigualdad. Todo ello concertado bajo
estrictos mecanismos de control social, mediático, policiaco, de las agencias de
“inteligencia”, militar, etc., que resguardan, en cada caso, los intereses que los comandan.
El estado de shock en que nos pone una crisis, ha sido utilizado en varias ocasiones
para implementar y reproducir el modelo económico neoliberal. Por ejemplo las Torres
Gemelas y la invasión a Irak, o el efecto del desabastecimiento alimenticio como estrategia
para justificar el golpe militar de 1973 en Chile.
No es lo mismo capitalismo que neoliberal. Neoliberal apunta a ese incremento
desmesurado de la riqueza al mismo tiempo que la desigualdad. La concentración del
dinero y la riqueza es la concentración del poder (ya sabemos lo que la ambición le produce
a la psiquis). El capitalismo podría salvarse solamente apuntando hacia el ideal, la justicia,
la igualdad, la verdadera libertad. Aunque hoy, para que eso pueda ser posible, se requiere
de una regulación económica tan enorme para invertir la tendencia hacia el consumo,
desgaste y extinción del ecosistema, que no nos hallamos ni dispuestos ni informados
suficientemente de los cambios concretos que debemos realizar. Estos cambios pueden ser
considerados como simple regulaciones o modificaciones de la dieta y el consumo en
general. Pero por sobre ello implican una fuerte regulación de la natalidad, pues el aumento
exponencial de la población mundial que siguió a la revolución industrial ––y que puso la
esencia del desarrollo industrial, capitalista y financiero en las capitales (grandes centros de
concentración demográfica)–– consume hoy los recursos del planeta con una velocidad
superior a la regeneración de la producción y los recursos naturales.14
Consumir o extinguir representa básicamente lo mismo. El consumismo no es
sustentable por principio; el neoliberalismo tampoco. Por lo que predecir que por ese
camino se llega a una crisis humanitaria sin precedentes no tiene mucho merito, más que
declarar lo evidente; lo que en general aún no se quiere llegar a ver. La extinción de los
recursos vuelve artificiosamente real el principio de la escasez, pero no patentiza su
fundamento teórico, sino sólo la efectividad de los medios que se utilizaron para producir
escases: la falta de regulación y el caos impulsado interesadamente. Con una tendencia en
aumento de la escasez, de la concentración del dinero y de la desigualdad, la conclusión es
obvia: una crisis humanitaria sin precedentes. No se trata de una teoría conspirativa, sino de
la esencia misma de nuestro sistema de vida (poco importa que sea neoliberal u otro).15
Mucho ha contribuido en acercarnos a ese fin el mecanismo de la propaganda y la
publicidad, como ingeniería del consentimiento, o como psicoanálisis aplicado al control
social (aunque se entienda por ello únicamente el control de la economía). La ingeniería
social o del consentimiento comenzó desde las primeras décadas del s. xx, a producir una
masa social consumista, que respondiera a las directrices instaladas estratégicamente ––no
ya por el libre mercado (como se podría pensar con ingenuidad)––, sino derechamente por
los intereses de los dueños del capital (o de las fábricas), y por medio de una serie de
estrategias que van incluso más allá de la comprensión del sano sentido común. Los deseos
desatados y los modelos producidos por la publicidad y la propaganda dan muestras nítidas
de que aquellos intereses que están detrás de todo ello, no tienen respeto ni confianza en el
verdadero valor del ser humano. De tal modo que hoy es fácil constatar que para el sistema

14
“En 1969 el mundo consumía al mismo ritmo que producía, una situación que año a año fue degradándose a
causa de la sobreexplotación de la tierra y el mar y que provocó que en 2017 la capacidad que tiene el planeta
de regenerarse de forma sostenible se acabe hoy (2 agosto 2017). […] Global Footprint Network también
calculó la huella ecológica de algunos países desarrollados para identificar su impacto, entre ellos Australia,
que consume 5,2 veces más que la capacidad de regenerarse de su territorio; Estados Unidos (5 veces); Suiza
(3,1); España (2,4); China (2,1); o Brasil (1,8).” Fuente: Canal online de noticias Clarín,
https://www.clarin.com/sociedad/record-negativo-hoy-tierra-vive-prestado_0_r1pFxH1PZ.html. Visitado el
3/agosto/2017.
15
En este problema existe otra ambigüedad fundamental, que si bien puede ser relacionada con la otra, es
mejor aquí analizarla por separado. El principio de la escasez se basa en el límite real de los recursos naturales
y de la producción. Esto vale para una economía fósil. Pero no para una economía energética que se base en el
recurso ilimitado de la energía.
neoliberal los slogans de “libertad” y “felicidad”, sólo contribuyeron en el s. xx al
desarrollo de una cultura cada vez más definida por el ethos de un consumismo patético y
patológico; un ethos sin verdadera libertad, ni autonomía, ni racionalidad, ni la intención de
una auto realización verdadera; un ethos políticamente inhabilitado.
La crisis actual y la patología de la distorsión son dos caras de la misma moneda.
Un sistema alienante que patrocina una educación y un trabajo de su misma cualidad; que
no persigue la experiencia profunda de la vocación, del amor, la salud o el desarrollo
integral. Un sistema que engorda en el esquema de un trabajo asalariado que, no cubriendo
las necesidades mínimas del individuo, lo arroja al estrés, la neurosis y al vicio, a lo
patético y a la patología, como respuesta compulsiva, que estratégicamente logra ser
publicitada, conducida, validada ––incluso se la llega a mostrar como “deseable”, como la
libertad misma y como el modelo de la aspiración de una población profundamente
despistada––. Bajo la internalización de estos mecanismos o programas, la mente y la
psiquis de los individuos llega a ser programada para que produzca más deseos y miedos,
que pensamientos e ideas productivas; y más que sentimientos positivos, emociones
destructivas. Tal es la ilusión que fundamenta y de la que se alimenta la sociedad
materialista neoliberal mecanizada.
Esa respuesta estresada, neurótica, compulsiva, viciosa, enferma, distorsionada, etc.,
que conduce al olvido de la idea y exalta las fuerzas peligrosas e instintivas del
inconsciente hasta lo patológico, no hace sino acentuar una descarga psicológica
distorsionada, que hunde profundamente sus raíces como un problema que no es sólo
político, que no es sólo económico, sino que es propio del drama que vive el individuo hoy;
en el cual debe incluirse por supuesto su moralidad, la naturaleza íntima de la relación de la
conciencia consigo misma, la identidad, el reconocimiento identitario de uno mismo y el
trato con el otro, la auto realización, etc.; cuestiones capitales desde el punto de vista de la
salud psicológica, versus la alienación, la enajenación, la patología de la distorsión: el
conjunto de los problemas psicológicos, afectivos, psiquiátricos, mentales, intelectuales,
cognitivos, etc., provocados por la misma naturaleza del sistema.
En el contexto del enfrentamiento ideológico de la mecanización neoliberal y la
humanización civilizatoria, iniciamos nuestro pensamiento forzados por una ambigüedad
fundamental, pues si bien somos pesimistas ante el sistema de control y toda su ingeniería
social capitalista neoliberal, no lo somos respecto de la fuerza interior que constituye al
individuo. Esta creencia espiritual ––en la fuerza interior, el despertar de la conciencia
dormida y la creatividad del amor–– pone nuestro discurso inmediatamente como un
peligro para el establishment, pues nuestra fuerza y verdad no puede llegar a ser controlada
por los postulados materialistas en que se basa el poder. Es un discurso que mantiene una
lógica humana, y no un algoritmo que detecta como perpetuar el poder de lo distorsionado
y la desigualdad.

VIII. El mal moral entendido como patología y el rol del


conocimiento

El dejar el análisis del mal moral exclusivamente en manos de la ética no es


recomendable, puesto que la patología de la distorsión tiene una raíz bio-psíquica que
escapa al concepto abstracto de una voluntad que elige libremente (independiente de la
materialidad que la constituye y del sistema medioambiental y social que la envuelve). La
voluntad se halla sometida a la determinación material-energética del cuerpo físico, y si es
que aquella pudiera librarse de esta determinación ––por medio de la verdad del
conocimiento, la búsqueda de la libertad, el amor y respeto a una determinación universal
de la razón, la fortaleza espiritual y moral, etc.–– aún así, bien le valdría poseer todo el
conocimiento y entendimiento posible de las relaciones y reacciones energético-físicas, bio-
químicas y psicológicas del cerebro.
Para tratar la patología de la distorsión, propagada por los estereotipos publicitarios
propagandísticos, los modelos políticos, educativos y económicos alienantes y
distorsionadores, requerimos de un conocimiento mínimo, el cual, para la lógica del
sistema, debe ser excluido, marginado, exterminado, extinguido; dado que, el sistema
económico actual profita de la enorme gama de conductas vicioso-compulsivas que el
mismo produce y propaga.
Las ciencias han sido puestas al servicio del poder. Su acceso se ha privatizado y
restringido por la lógica mercantil; o mantenido clausurado en cúpulas de poder que
escapan completamente a la mirada de los ciudadanos. Esto puede verse reflejado en
muchísimos aspectos de la ciencia, la tecnología, la medicina, etc. A nivel global, el
desarrollo de la ciencia se lleva a cabo en áreas completamente restringidas de lo público,
liberan alguna que otra noticia para fascinar a la opinión pública, sin embargo, de nada nos
valen los adelantos cuando nos llegan un siglo más tarde, por medio de una tecnología
distribuida bajo la misma lógica del mercado, es decir, casi inaccesible para los ciudadanos
en general.
Una ciencia desarrollada bajo la lógica de los intereses económicos elitistas, que
cuentan además con el poder político y de los medios de comunicación masivos, es la base
concreta de aquella ambigüedad mencionada más arriba, aquella que sepulta los intereses
del espíritu en el olvido, para realzar la fuerza de lo externo, y tomar el protagonismo
técnico del dominio material del ser humano, la historia y la civilización. En esta misma
ambigüedad, producida artificiosa y sistemáticamente, los neoconservadores basan sus
argumentaciones, para hacer pasar por ridículas y conspirativas ante la opinión pública, las
fuertes críticas que innumerables psicólogos, sociólogos, economistas, periodistas,
científicos, investigadores, etc., han realizado sobre el estado del mundo actual ––tal como
le sucedió al libro de Klein––.
Es necesario para enfrentar la patología de la distorsión que contemos con un
conocimiento científico adecuado y suficiente, que apoye al conocimiento humano,
espiritual o filosófico-ético en el que se desarrollan y efectúan las decisiones morales, para
ayudar a ejecutar nuestra libertad en una base de justicia respecto de nuestra salud,
bienestar integral y global con el ecosistema. Por ejemplo: en la elección de la
alimentación, en la elección de los canales de información, en los modos que buscamos la
entretención, y más, el tipo de trabajo que desarrollemos, es decir, nuestra actividad
económica (en la que nos desarrollamos además de modo intersubjetivo), los modos de
endeudamiento para conseguir vivienda, salud o educación. Sin embargo, para una
población profundamente empobrecida (material e intelectualmente), es difícil ––por no
decir imposible–– superar eficazmente (en sentido integral) los mecanismos de un mercado
que sólo deja escasamente la posibilidad de sobrevivir a los que se adecuan ––por no decir
someten–– a su oferta salarial manipulada. La alienación, enajenación y distorsión psico-
mental (que somatiza a la larga las enfermedades más típicas) que produce el trabajo en el
sistema neoliberal en general, no deja tiempo (ni fuerza) para adquirir conocimiento. Por
otra parte, el conocimiento viene aparejado a una crisis profunda de sentido laboral, pues,
es natural, ¿quién si tuviera las herramientas adecuadas no renunciaría a un sistema de
trabajo de 45 horas semanales, más dos en promedio en un transporte profundamente
distorsionante del ánimo, por un sueldo miserable?
Este es un problema crítico, sobre el cual recae la mayor de las relevancias, sobre
todo hoy, cuando nos hallamos profundamente maniatados a un sistema manejado por la
concentración de la riqueza, que provoca una privatización interesada y estratégica de los
bienes y servicios, e incluso la privatización (la distribución interesada) del conocimiento,
el bien por excelencia, por parte de una ingeniería social que secunda los intereses del
Banco Mundial, el FMI, y el dominio que ejercen las corporaciones que controlan la
política, que controla a los individuos… por medio de un conocimiento tan adulterado
como las vacunas, la desinformación colectiva distribuida en las noticias o por una
educación mecanizante, que no apunta a la liberación y la superación de los límites, sino a
la auto enajenación; al malestar en la cultura.
Las guerras mundiales acentuaron la validez de las conclusiones pesimistas de la
metapsicología freudiana, para la cual el progreso de la cultura es el progreso de las
estrategias de represión sobre el individuo, se subentiende, de la represión de sus instintos
primarios. En ese sentido, la ilustración (entiéndase hoy la educación pública obligatoria en
los sistemas neoliberales), no era sino otra de las caras de un progreso civilizatorio
necesariamente represivo.
La reflexión en que se abre el debate sobre: dialéctica o aporía de la ilustración, se
halla en el punto de inflexión de la teoría crítica, y remite necesariamente a reabrir el
análisis paralelo de la naturaleza del psiquismo humano, la libertad y la posibilidad de un
conocimiento que esté a la altura de los ideales espirituales de la ilustración (que de fondo
no se refieren sino a la luz, la vida y la verdad espiritual del ser humano, es decir, al
desarrollo de su potencial creativo, nunca a su cosificación, ni represión). La
metapsicología freudiana ––siguiendo la intención fundamental de Marcuse en Eros y
civilización––, el psicoanálisis humanista de Fromm, la logoterapia y la búsqueda del
sentido humano-espiritual ––único garante de la dignidad y el valor ético de la vida––, son
algunos de los elementos que nos prestan un soporte legítimo para nuestra reflexión.
Atender la crisis socio-cultural globalizada al mismo tiempo desde el punto de vista
de sus causas morales y psicopatológicas (subjetivas) y científico-materiales (objetivas), se
monta sobre la misma paradoja que clasificó a la ilustración más en la aporía y el mito, que
en la dialéctica. El mito de la ilustración es el ideal de una sociedad libre en la que cada
individuo busca el bien común, o que el sistema mismo de la política-social asegure los
medios para la libertad, el bien, la justicia, etc. Ese mito, esa utopía, ese ideal, como sea que
se lo represente, es el ideal del espíritu. La aporía y la paradoja (la ambigüedad) aquí no es
sino la contradicción no resuelta, la irreconciliación del sujeto y el objeto, del individuo y la
sociedad, de la materia y el espíritu. Sobre la crisis de la idea se ufana el materialismo. En
este último encuentra la espiritualidad y la moral, la filosofía y la ética, su contrario. El que
la posibilidad del bien sea pensada como mito, es asegurar la encarnación del mal, asumir
un realismo pesimista; de lo cual, sacar ventaja por encima de los otros, se convierte en el
modus operandi del capitalismo neoliberal.
No hay aporía ni mito al estudiar científicamente el mal ––como tampoco lo hay en
el espíritu de la ilustración, mientras su ideal sea el mismo espíritu––. El estudio científico
de la voluntad es el estudio de las causas determinantes del deseo. En ese sentido, atender el
mal moral científicamente, es simplemente proponer un análisis cuantitativo estadístico de
los niveles en que se desplaza el deseo (la voluntad) y establecer grupos conforme a sus
consecuencias; de las consecuencias negativas, nocivas patológicas y distorsionadas, se
extraerían las causas que acompañan a aquello de lo cual decimos que es malo.
Aunque este punto es discutible, pues, se dirá: una cosa es un desorden psico-
mental, y otra distinta una voluntad que desea y goza ese desorden. Sin embargo,
necesariamente lo primero repercute en lo segundo. El problema es más agudo aún, pues:
¿concebir el funcionamiento psico-mental en términos ideales, puede considerarse una tarea
científica? Desde el punto de vista de la salud: si. Aun así, se dirá también: Esto tiene que
ver más con la religión, la meditación y la espiritualidad, pero no con la ciencia. Esta
apropiación y privatización de la ciencia es inaceptable. Investigar científicamente el mal,
exige además proponer un análisis cuantitativo de sus efectos energéticos, bioquímicos,
genéticos, los cuales se reproducen al mismo tiempo como reacciones o desordenes psico-
mentales (efectos afectivos, cognitivos, conductuales, etc.). Basándose para ello en un
análisis comparativo respecto del ideal que exige una apuesta existencial por el sentido, la
posibilidad de la salud y el desarrollo integral del individuo. Las directrices que presente
este estudio deberán ser consideradas normas éticas universales de la salud, que deben regir
tanto a la voluntad, como al conjunto de la política y la economía social. Un análisis de este
tipo nos permite establecer una relación científica entre el ethos, la distorsión de la
voluntad y el desorden psico-mental, por medio de la medición concreta de los efectos
nocivos que se derivan de ello, ya sea que se enraícen en el cuerpo físico, o que florezcan
como superestructuras de la conciencia, o que se manifiesten en la infraestructura
económica. Lo cual carece de sentido en la ausencia de aquellas directrices del
conocimiento científico ético, que se derivan del ideal; sin éste, es fácil que el deseo se
mueva de manera distorsionada y se manifieste económicamente en un tecno-consumismo
también distorsionado, inconsciente y manipulable. Lo cual, constituye la primera causa de
la crisis político-civilizatoria actual.
Asumir que el mal moral tiene un resto, porcentaje o grado de distorsión, que anida
en el núcleo-energético del ser humano, pone una dificultad notoria al momento de pensar
¿Cómo llegará a ser posible el desarrollo democrático sustentable? La crisis actual nos
obliga a repensar esta posibilidad en el panorama de la co-implicación y complejidad de
todos los factores que participan en el problema. En contra de esta necesidad de abarcar el
todo del problema, si se nos exige exponer un artículo sobre algún punto específico preciso,
necesariamente quedaríamos clasificados dentro de la psicología científica, en la búsqueda
de un tratamiento científico de la salud psíquica. Marginando en el análisis, por ejemplo, a
la logoterapia, los efectos positivos de la fe, la esperanza o la meditación, la fortaleza
moral, la convicción ética, la idea, la libertad, el compromiso histórico, etc., y el conjunto
de las consecuencias sociales que se siguen de aquellos elementos espirituales, que a la
larga no sólo afectan, sino que además constituyen los parámetros sociales en que se
desarrolla el sujeto y en los que se entiende la salud psíquica en general.
Entender el mal como una patología, como una distorsión energética (químico-
físico-genética) del comportamiento biológico que se relaciona dialéctica y sistémicamente
con lo psico-mental y el todo social, invita ––entre otras tantas cuestiones–– a repensar el
examen de las superestructuras de la conciencia (religión, ideología, política), y de la
infraestructura económica, desde una base epistémica psico-socio-analítica. La
comprensión científica del mal y su decodificación psicoanalítica y ética permiten entender
la sana relación que debe mantener la conciencia libre con el objeto, perfilando un ideal en
el que se comunica y construye la unidad de la salud, el bien moral y el conocimiento de las
ciencias naturales y sociales. Contribuyendo al desarrollo de la unidad del saber humano y
civilizatorio.

IX. Conclusión de la primera parte: Superando las


contradicciones

Aunque el espíritu consista en ser el mismo la causa de su auto gestación y la auto


creación de sus posibilidades, el espíritu debe crecer en y a través de nosotros –
civilizatoriamente– sin estancarse. La relación que tiene el espíritu con las regiones del ser,
caracterizadas por una distorsión que frena, fija o estanca la manifestación humana del
espíritu, es un misterio. Éste misterio se ha resuelto con la navaja de Ockam, resultando de
ello la extirpación del espíritu en la vida humana, por el medio masivo del materialismo y
la mecanización de la vida. Sin embargo, extirpar el espíritu es lo mismo que desinflar al
sujeto: la plasticidad amorfa ––como la cera del clásico ejemplo cartesiano–– queda ahí
dispuesta, dúctil para ser conocida y manipulada por intereses al servicio de la distorsión
patológica del poder y la ambición. Muchos sujetos se prestan a ello tan inconscientemente
que resulta sorprendente, y concuerda con la opinión elitista que intenta mantenernos
viviendo una sociedad jerarquizada, ordenada como el ancien régime, pero conforme a los
privilegios y la desigualdad provocada por la hiper acumulación del capital.
En este contexto amañado, la educación manipulada hacia fines distorsionados no
llega, en términos generales, a contrarrestar suficientemente los artilugios de la
desorientación del sentido esencial de la vida, que mueve a las masas por los medios
sabidos hacia la desinformación o el despiste respecto de los puntos críticos en que
deberíamos corregir el ethos.
En este contexto, el análisis exhaustivo de la energía-pensamiento y de las
emociones, puesto como un auto tratamiento energético de la conciencia para corregir la
distorsión patológica, se presenta como la única forma de cura, no violenta, que repercutirá
en la transformación social necesaria para satisfacer las necesidades actuales del espíritu y
lograr una solución respecto del problema global y el desarrollo sustentable de la
democracia.
Parafraseando a Gandhi: “No hay camino para la reconciliación de los opuestos, la
reconciliación es el camino”. Aun siendo esto una verdad indudable, uno de los mayores
desafíos medios para subsanar el problema global es la caída del velo que separa y rivaliza
el conocimiento científico respecto de un conocimiento filosófico, psicológico y moral que
apunta hacia el ideal espiritual. El clásico de los enfrentamientos: la realidad vs. la idea. La
contradicción entre: el realismo como ciencia, y el idealismo como filosofía del espíritu,16
debe quedar superada por la integración holística de las ramas del saber. La materia
(energía) y el espíritu no suponen dos objetos distintos sino en el grado de su organización
bio-cuántica. La ciencia natural es imprescindible al momento de tratar con eficacia nuestro
núcleo bio-energético distorsionado, y la teoría crítica psico-socio-analítica es esencial al
momento de tratar la libertad, las leyes sociales y la política. Ambos elementos no pueden
ser sino partes (holones) de un todo integral. Esta visión es la que exhibimos en extenso en
el Idealismo Energético, intentando producir un modelo que integre a las ciencias naturales,
psicoanalíticas, sociales y del espíritu, para desarrollar una respuesta plausible a la
pregunta: ¿Cómo trascender la profunda crisis de la patología estructural de nuestra
civilización ––que frena el desarrollo cultural y civilizatorio produciendo desigualdad,
egoísmo, sufrimiento y guerra–– sin caer en el antagonismo?
En la democracia capitalista neoliberal imperante, el principio ético de la libertad
individual ha sido corrompido y desviado estratégicamente hacia el principio instintivo de
la supervivencia, exaltando los comportamientos libidinales por encima del desarrollo de la
razón y del conocimiento espiritual. El conocimiento es el bien por excelencia, su
desarrollo compete al interés común, sin embargo, la socialización del conocimiento (su
producción y distribución equitativa) se ha convertido en una ingeniería social puesta en
marcha bajo los fines de intereses privados y no de acuerdo al interés común. El aumento

16
Un idealismo sin espíritu no tiene idea; queda puesto como materialismo al final.
de la desigualdad económica y el antagonismo en que se desarrolla el conflicto global
actual, son algunos de los brotes más visibles de la patología contemporánea. ¿Veremos el
amanecer del espíritu humano antes que el miedo condene a la idea y su núcleo espiritual
en nosotros a la oscuridad y el olvido? Si bien el problema es social, nuestra óptica no es
socio-analítica, sino psico-socio-analítica, y por supuesto dialéctica, asumiendo que la
superación del problema se halla en el desarrollo positivo individual integral y
holísticamente considerado. La auto-sanación individual no es una teoría, sino una
necesidad.
Conforme al principio de fundar una civilización, en una constitución que apunte
hacia el fin y el sentido del desarrollo de individuos libres y con la posibilidad cierta de la
felicidad ––entiéndase también la salud––, es necesario fundar el derecho de la
autodeterminación en el marco de una normativa ética universalista, donde el sujeto no
quede determinado exclusivamente por el condicionamiento social; lo que a su vez exige
una comprensión de la naturaleza humana conforme a una epistemología que supere los
planteamientos sobre la esencia del drama humano que parten desde las estructuras de la
economía y la política. Puesto que de fondo hay un problema moral, no se trata de corregir
teorías o estructuras sociales concretas, sino al individuo, cuestión que por principio, no
puede ser realizada por otro. Sin embargo, y este es el problema de fondo: como la
producción y distribución del conocimiento se vale de las instancias de la política, la
economía y la tecnología, el conocimiento que llega a los individuos es sólo la zanahoria
necesaria para seguir avanzando, la propaganda propuesta por un marco histórico-
civilizatorio distorsionado; hoy representado por el drama social de las culturas
democráticas: la corrupción y la exaltación de la libido.
La privatización de los recursos del planeta se fragua en una guerra salvaje y
desesperada en muchos frentes. Ante ello, miles de movimientos sociales se han levantado
en protestas pacíficas, por desgracia su eficacia se halla mermada por las estrategias
globales de dominio, que si bien no afectan al individuo crítico (el que posee anticuerpos
mentales, morales y psíquicos), mantienen a la gran masa dormida, dócil y controlada por
el miedo al sistema de precios e impuestos, que hacen que el mero sobrevivir requiera
invertir la propia vida como fuerza de trabajo (aunque no producen ahorro, ni ganancia,
más que “el derecho” económico a circular por un sistema tan viciado como una rueda de
ardilla). Cada paso que damos gira las tuercas de esos círculos de la gran máquina; en cada
paso que damos contribuimos a la creación de nuestra mayor jaula, nuestra prisión global.
Un mundo manejado por intereses siniestros ––qué duda cabe––.
En este panorama el bien por excelencia del conocimiento ––no pudiendo ahora ser
restringido, oculto, privatizado, gracias a internet–– se lo matiza en el caldo de lo ambiguo.
El fantasma que recorre hoy el mundo es esa ambigüedad, el relativismo y el escepticismo
(a-gnosis) incluso inconsciente, que levanta un panorama lúgubre, sombrío, por la falta de
una luz señera. Esta luz sólo puede ser producida, captada y proyectada al interior del alma
humana. Sólo en ella llegará a ser posible que confluyan las ciencias naturales, el
psicoanálisis, el pensamiento social y la idea del espíritu. La química del núcleo real (bio-
físico) de ese fantasma tiene efectos somníferos respecto de los circuitos que activan la
conciencia ética, al tiempo que exalta las pasiones más primitivas del poder y el deseo; la
necesidad libidinal de poseer agresivamente, descrita como una posesión que se apropia del
otro agrediéndolo, sometiéndolo, dominándolo, esclavizándolo; eliminando a la larga toda
su autonomía y conciencia, intenta cada vez más de objetivarlo desde el ego, anulando
completamente su alteridad, su subjetividad y sus posibilidades de relacionarse de modo
libre y humano, en definitiva: cosificándolo.
Si bien la ideología ha caído en la ambigüedad o ambivalencia de sus premisas
principales por haber sido relacionada históricamente con fuerzas políticas nefastas, sin
embargo, no existe una identidad estricta entre filosofía e ideología. La justificación
práctica de la filosofía se mantiene tan necesaria como siempre; su enemigo no es la
ideología, ni la religión, ni las relaciones de género, ni la economía, ni política, sino las
causas que permiten que al interior de estas actividades humanas se propague el
antagonismo cancerígeno y la corrupción.
El marco teórico que hay que adoptar para llegar a satisfacer las necesidades
humanas de nuestro crecimiento actual, implica una epistemología holística, que no
compite ni antagoniza con otros métodos, atendiendo a la necesidad de superar un problema
común, por medio de la colaboración de los actores individuales, las disciplinas
intelectuales, científicas, artísticas y todas las instituciones sociales. Es por eso que, no nos
ocupamos del problema conforme a una epistemología que tenga en su base un
antagonismo estructural (la ambigüedad fundamental); tampoco de acuerdo a la dicotomía
entre: por una parte al pensamiento social ––sociología o “ciencias de la cultura”––, y por
la otra las ciencias naturales. Aquella dicotomía en la que se pensó la naturaleza humana,
contribuyó en oxidar los enlaces dialécticos en los que puede llegar a comprenderse la
unidad o identidad de los opuestos de la materia-energía física y el espíritu. Debemos
superar la dicotomía en la que se piensa la naturaleza humana. No hay dualidad en la
naturaleza humana, sino una distorsión física que provino de una patología ideológica.
Las tesis que se enmarcaron en la antinomia entre la bondad del estado natural y el
egoísmo innato del hombre, confluyeron en el punto límite del pensamiento moderno y en
el fracaso de la ideología ante la imposibilidad dialéctica de superar la contradicción, hacia
una postmodernidad desfigurada y fragmentaria; mientras que la victoria relativa (por
ahora) del neoliberalismo y la hiper concentración del capital, radica en la conducción
económicamente interesada de nuestra patología distorsionada, inconsciente (psíquica) e
instintiva (genética). Sobre esta crisis, que es la crisis de la idea, aletea la pregunta por la
depuración de la distorsión y la patología, intentando generar energía, pensamiento y
conocimiento individual, para abrir las cuestiones claves del pensamiento y el conocimiento
social, político, económico, histórico y civilizatorio, en un análisis sobre el origen del mal,
la producción sistémica del sufrimiento y la reflexión sobre el poder. Tomando en cuenta
que, el problema de la necesidad de superar el paradigma de la distorsión individual y
corrupción político-económica, no es tan sólo un problema teórico, sino que conlleva
además una necesidad práctica, a saber, sobrevivir como especie, se sigue que, la pregunta
de fondo por ¿cuál es la solución teórica y su coordinación pacífica con el desarrollo social
sustentable?, debe ser urgentemente atendida y eficazmente corregida, a la luz del bienestar
holístico del todo.
Para dilucidar esta cuestión se hace necesario entender que: la energía-pensamiento
y el conocimiento no son lo mismo. Y llegar a generar ––por medio del conocimiento
exacto–– un campo en torno a la captación-producción de la energía-pensamiento, que
mantenga a salvo al sistema psíquico de procesar emociones, conocimientos, energía-
pensamientos nocivos (distorsionados), tanto para el sistema bio-químico del cerebro, como
para el sistema psíquico, que son la base material en que se desarrolla la voluntad y el
conocimiento ético. Aunque pueda ser discutible desde el punto de vista del relativismo,
que algún conocimiento pueda llegar a ser falso (o verdadero), no sucede lo mismo con la
energía-pensamiento, aunque ésta se base en una ilusión. La falsedad del conocimiento no
supone la irrealidad de la energía en que se constituye el pensamiento o la emoción que
despierta en el ánimo (en el sistema psíquico). El conocimiento es un bien producido
socialmente, es por lo tanto algo compartido (aunque sea falso); la energía-pensamiento
responde a una producción individual, que si bien es fuertemente modelada por la sociedad,
no llega ésta a ser su única, ni última causa. En el contexto de una política y una economía
enferma, lo anterior representa la posibilidad de una transformación político-económica que
tiene su principio en la depuración de la energía-pensamiento individual.
Es imprescindible para comprender la producción de la energía-pensamiento,
entender que este se reproduce como la captación-producción de una onda, que el cerebro
recibe-produce, asume y transforma conforme a su estructura genética-física-energética-
vibratoria, bio-química. La relevancia de este fenómeno implica que, a pesar de todo lo que
se ha pensado en las teorías del conocimiento, la epistemología y la ontología, aún no se
atienden las funciones mentales de la intuición, la atención y la intención en su profundidad
definitiva. Las cuales forzosamente se verán desplazadas desde los marcos del pensamiento
filosófico de los últimos siglos, hacia las exigencias que la física ha ido descubriendo
respecto del comportamiento energético de la electricidad y el magnetismo; de lo cual, el
cerebro no se halla eximido.
Si bien el pensamiento crítico social no se halla muy cercano a esta línea de análisis,
este problema filosófico puede ligarse, en cierto sentido, con la fenomenología
heideggeriana del tiempo (Zeit), concepto clave para la física, y por supuesto para el estudio
de la energía, el espacio, la materia, las dimensiones, etc., (con lo cual el tiempo histórico
alcanza su profundidad cósmica). Mucho más acá de ello, la fenomenología, siguió la tesis
kantiana del tiempo como forma de la sensibilidad, pero desde la estructura interpretativa
de la Gelassenheit. La cual se halla todavía en el marco romántico-existencial de la
sensación-de estar abierto al mundo. El estar abierto al mundo se calibra bajo el tono vital
de la sensación, en todas sus formas: emoción, entusiasmo, inspiración divina, éxtasis, etc.,
al tiempo que éstas se hallan supeditadas a la intención, la atención y la intuición, es decir,
al modo como captamos-producimos la energía-pensamiento. Este ejercicio individual del
pensamiento, dista del pensamiento político [de la racionalidad política o dialéctica que
tiene como soporte la intención de ordenar el mundo bajo el canon de la razón, de la idea].
En este sentido la racionalidad (de ratio, razón, relación, proporción) es una función mental
distinta de la que acabamos de acotar al describir la producción de la energía-pensamiento,
y radica en pensar a priori o lógicamente la estructura real-abstracta de la verdadera
naturaleza o esencia de las interacciones entre los sujetos, entre el sujeto y su sí mismo y
entre el sujeto y el mundo.
En este contexto la apertura del estar en el mundo, queda corta o supeditada a un
mundo en guerra, a la Gelassenheit del pesimismo. Ante ello, el estar en el mundo debe ser
pensado desde y hacia un horizonte cósmico; único modo de superar el antagonismo
primitivo, que tiene por horizonte a la inmanencia del mundo y un ADN marcado por la
distorsión. Desde el estar en el mundo hacia el estar en el Kosmos (asumiendo en ello la
dialéctica de encuentro con el espíritu) superaremos la crisis, y también una dialéctica que
no puede ya pensar el mundo desde un punto de vista histórico, sin convertirse en su total
negación. Puesto que, bajo el sistema neoliberal ––que se encamina hacia un nuevo orden
represivo mundial––, el ejercicio del pensamiento queda marginado del mismo mundo en el
cual busca cobijarse de la intemperie, en el limbo de la ambigüedad, a la cual el sistema
económico elitista y deshumanizante intenta conducir los valores de la verdad, el bien, la
belleza, la justicia y la libertad. En ese sentido no es la dialéctica la que se halla en crisis,
sino el manejo económico-político del sistema que implanta la desigualdad en el desarrollo
de las relaciones intersubjetivas.
La desconexión o crisis que puede existir entre un pensamiento que se abre al
conocimiento del universo y el pensamiento político, exige una dialéctica que sea capaz, si
no de transformar la realidad política, al menos de poder pensar el fenómeno social desde
un punto de vista cósmico. Una dialéctica que sea capaz de pensar el fenómeno social desde
un punto de vista cósmico (el conocimiento que despierta), abrirá paso al entendimiento, al
tiempo que liberará paulatinamente a la sensibilidad del tono vital patético y patológico de
la ignorancia consumista que, por falta de la producción individual del conocimiento ––de
energía-pensamiento creativa, positiva, constructiva y cooperativa con el todo–– mantiene a
la conciencia ilusionada por deseos materialistas, y a la voluntad atada a fines vulgares y
nocivos, que afianzan el poder del control político, económico y social de una hegemonía
cultural que desarmoniza y desintegra al individuo del todo.
2ª Parte

Desde el punto de vista del ciclo cósmico, la era de acuario, el amanecer galáctico y
la alineación cósmica por la que pasa nuestro sistema; y que produce el despertar de la
conciencia y su aumento energético vibratorio, va en paralelo con el aumento del tono de la
vibración planetaria. Es en este contexto que debemos entender las profundas
contradicciones en que se desarrolla nuestra actualidad histórica, los intentos para mantener
a la masa crítica dormida son del todo desesperados, es natural que en su desesperación y
ansiedad, las estrategias de las oscuridad se vayan agrietando cada vez más. Hoy el que no
ve la manipulación global (alimenticia, económica, educativa, política, ambiental,
científico-técnica, etc.) es sencillamente porque no quiere.

Unificar el tono vibratorio psico-mental con las emisiones energéticas de la fuente


(captación-producción de energía fotónica) es esencial en este proceso de cambio,
evolución y ascensión; desde la unidad del corazón galáctico, solar, planetario y por
supuesto con el de cada uno de nosotros. En contra de ello, el Imperio usa mil formas de
control mental para distorsionar en la mente individual y los circuitos-órganos de captación
de la información fotónica y sutil que recorre el universo, manteniéndonos en una
desconexión energética a nivel psíquico, mental y espiritual de las fuentes de más alta
nutrición energético-espiritual, que se relacionan con la formación de nuestros cuerpos
sutiles, por medio de los cuales venceremos a la muerte y a la patología de la distorsión,
implantada para el control del cuerpo atómico del hombre ––por medio de la mantención en
la inanición los circuitos energéticos que nos permitirían activar nuestros cuerpos
superiores, a través de una paulatina nutrición a partir del flujo energético sutil o Prana––.
Por ejemplo HAARP. Esto es algo móvil, se ejerce en el flujo del tiempo.
Meditación

Alzando las manos y visualizamos una cúpula de luz violeta, invocando la asistencia
de nuestros guías espirituales, maestros ascendidos y hermanos mayores para que
envuelvan y unifiquen toda nuestra actividad. Decretamos tres veces la potente afirmación
de Jesús «YO SOY LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA DE LA GLORIA Y EL BIEN QUE
ERAN MÍOS CON EL PADRE ANTES DE QUE ESTE MUNDO EXISTIERA».

La Gran Invocación
Desde el punto de Luz en la Mente de Dios
Que afluya Luz a las mentes de los hombres;
Que la Luz descienda a la Tierra.

Desde el punto de Amor en el Corazón de Dios,


Que afluya amor a los corazones de los hombres;
Que Cristo retorne a la Tierra.

Desde el centro donde la Voluntad de Dios es conocida,


Que el propósito guíe a las pequeñas voluntades de los hombres,
El propósito que los Maestros conocen y sirven.

Desde el centro que llamamos la raza de los hombres,


Que se realice el Plan de Amor y de Luz
Y selle la puerta donde se halla el mal.

Que la Luz, el Amor y el Poder


Restablezcan el Plan en la Tierra.

X. La reconexión con la fuente

La relación con el universo debemos hallarla desde el interior. Esto representa un


principio: “conócete a ti mismo y conocerás el universo; conoce el universo y te conocerás
a ti mismo”.
Si entendiéramos este y los demás principios o leyes mentales desde el punto de
vista lógico, de seguro caeríamos en un sinfín de contradicciones. Pues, lo “lógico” se nutre
de contradicciones. Sin embargo, desde el punto de vista de la intuición interior, es decir,
desde el corazón ––cuando el polo femenino y el masculino se han equilibrado
armónicamente–– la contradicción y la polaridad se reintegran en la unidad de la vibración,
permitiendo la generación del amor. Generación y no creación; eso sólo le corresponde a la
divinidad. El idealismo energético, en ese sentido, apunta a la correcta calibración de la
mente y el co-razón (la interconexión hemisférica del cerebro), a fin de que el corazón
cumpla su esencia: ser la cuerda que nos enlaza como un todo armónico, y desde el
principio de la reconexión con la fuente; activándose la expansión desde el corazón del
flujo de información, PRANA, o red energética del todo (el flujo energético creativo, el
campo akashico, la red crística, el espíritu santo, el campo cuántico en el que se mueven las
dimensiones sutiles, etéreas y sublimes), permitiendo que se manifieste nuestra capacidad
creativa en la unidad de la causa y el efecto. Esta historia es la historia de nuestro origen y
de los principios en que fue materializada (manifestada) su causa. La Historia de la
encarnación de aquellos AYAPLIANOS-VOLUNTARIOS que menciona El Ser Uno, en la
formación del HOMBRE-ÁTOMO que habitaría la Tierra (Tera).17 El proceso de
encarnación y activación de la memoria energética, en los seres humanos que habitan el
exterior del planeta ha sido, desde nuestro punto de vista, bastante largo. La recuperación
del campo de la noosfera y su reconexión con la red crística, es una batalla que se juega
dentro de la mente individual y dentro de los parámetros del libre albedrío que mueve las
intenciones, las cuales conectan y activan la cualidad específica de la manifestación de la
energía en nuestro campo de acción mental-emocional, por simple encaje vibratorio. El
Latido Universal nos trae el flujo energético de la fuente. Pero sólo podemos extraer de ella
(de su flujo energético) aquellos “nutrientes” a los que correlativamente nuestras
estructuras celulares específicas hayan evolucionado los receptores adecuados. Tal como
sucede en las células, para ellas sólo existen aquellos cuerpos para los que hayan
desarrollado receptores específicos. Esto sucede por simple principio de interacción. Sólo
hay adaptación y simbiosis en el proceso de la metabolización celular de la energía cuando
las células y sus receptores altamente específicos son capaces de metabolizar la energía,
siempre conforme a la escala vibratoria específica de los receptores, desarrollados por el
estado evolutivo celular. Lo que nos lleva a pensar cómo es posible que el ser humano se
comunique con la mente universal (Dios), y la respuesta es más simple de lo que podría

17
El Ser Uno, Cosmoalma, segunda edición, p. 124.
pensarse: por medio del corazón y de la intención, de la voluntad y del pensamiento, por
medio del amor, si es que se encuentra realmente en la intención que moviliza el deseo de
comunicación. Basta una comunicación sincera. Pero volvamos a la relación del latido
universal con su flujo energético, es probable que pueda ser relacionado con las ondas
gravitacionales.

“Las Ondas Gravitacionales ––dijo la hermana Interana–– se desplazan


rítmicamente del fluido universal de la Mente Cósmica. Ustedes lo conocen como: PRANA
o comúnmente conocida con el nombre: ENERGÍA. Podríamos compararlo a la sangre del
cuerpo-material. Este fluido recorre el universo tangible e intangible, y por donde pasa lleva
la VIDA en la inconmensurable creación.
La Energía está compuesta de átomos pequeñísimos, tanto, que ustedes no lo
podrían imaginar. Nosotros sus Hermanos Mayores-Ayaplianos los llamamos: NIMEOS y
estos están compuestos por Protones, Electrones, Quarks y Fotones, los cuales giran
alrededor del Átomo-Nimeo produciendo la vibración y es esta vibración que produce la
Vida. El Hinduismo le dio el nombre de Prana y el Occidente lo llamó: Energía.
¿Que respiran?... ¿Oxígeno, Aire, Prana, Energía?... Respiran ENERGÍA y es la
Energía que a través de la respiración alimenta la sangre ––continuó el hermano
Interano–– la cual recorre el cuerpo-material y astral dándoles la vida y la existencia.
Las ONDAS GRAVITACIONALES se esparcen por el universo al compás del latido
universal y llegan a los confines del universo emitiendo el sonido, el ritmo, los colores
etc. La Célula-Tierra se alimenta de las Ondas Gravitacionales al igual que todo en el
universo. Los Seres-Humanos respiran la energía que proviene del fluido y de esta
manera la VIDA se conserva y se recicla en el cosmos, en todos los seres vivientes y en
EL SER UNO.
Esta explicación abarca un contexto general. Cuando hablamos de PRANA
(electrones) deben saber que esta energía está grabada en mil maneras, significa que cuando
ustedes la respiran, esta energía entrará en el cuerpo y mente atraída por la frecuencia en
que ustedes se encuentran. Se entiende con ello, que si están vibrando en una frecuencia alta
y elevada, entonces respirarán y se nutrirán de una energía especial, diáfana y llena de
conocimiento cósmico. Cada uno de ustedes filtrará a través de su alma el PRANA que le
corresponde… esta es la razón de ver tantas diferencias entre las almas de la especie
humana.
Aumentar la sensibilidad interna del alma ––terminó diciendo el hermano Elohim––
significa elevar las Energías-Pensamientos de la psiquis, porque esto hará que ustedes
permitan atraer y dejar entrar en su cuerpo material y en el cuerpo astral, una energía de alta
calidad proteica o sea, que contenga en sí misma nutrientes cósmicos (energías-
pensamientos-cualitativos). Esta Energía-especial la extraerán voluntariamente y
18
conscientemente de realidades sutiles, etéreas y sublimes.”

Esto es muy importante, la letra sin espíritu, es decir, seguidas sólo desde la lógica,
podría perdernos fácilmente de lo que se trata: ser canales activos del Dios Vivo. La
actividad crística o red crística, se activa decretando o sintonizando con la actitud y la
intención adecuada, por ejemplo: «Yo Soy el camino, la verdad y la vida»,19 tal como Jesús
lo declaró, con el corazón abierto. Esto nos recuerda la verdad del símbolo de la cruz, como
la espiral de la vida abierta al cosmos. El cosmos mismo posee una forma en espiral,
graduada de manera ordenada, conforme a las dimensiones, planos y grados de la vibración.
Es difícil que las personas, acostumbradas a pensar de manera racionalista o
materialistamente, acepten estas afirmaciones; el juez implacable de la duda, sólo puede ser
satisfecho mediante la presencia empírica de la prueba. La cual, en cuanto que siempre se
mueve dentro del plano atómico denso que captan los sentidos, manifiesta en sí misma la
imposibilidad de la probación de lo invisible. La duda y la necesidad de la prueba, se
disuelven en la fe, en la declaración consciente que abre el flujo del deseo creador de la
fuente en nuestro corazón.
Desde mucho tiempo se entiende la reconexión como la unidad con nuestro
principio: como la restauración del patrón energético original. En contra de ese patrón o
fórmula se halla el fenómeno de la caída, y toda la historia que sigue de ahí, como la
manifestación de una procreación distorsionada –o segunda creación– en la dualidad de la
polaridad atómica material y densa que contrasta con lo sutil y lo elevado. El cielo y la
tierra, primera división que aparece en el libro del Génesis. Cuando la tierra aún no tenía
forma y estaba vacía, y las tinieblas cubrían el abismo. Mientras que el soplo (el aliento) de
Dios aleteaba sobre las aguas (Génesis 1: 1-2). La actividad del espíritu tiene que ver con la

18
El Ser Uno, Cosmoalma, p. 125 y 126 (179 y 180 en la primera edición de Cosmoalma).
19
Juan, 14: 6. Continua la cita: “Nadie va al Padre, sino por mí.” En este contexto actual de la física cuántica,
las palabras de Jesús van tomando la verdadera profundidad de su sentido, el verdadero y original sentido del
Espíritu Santo, capaz de moverse y fluir por la red energética del todo, como el pulso gravitacional del amor.
conducción de la electricidad, quizá sea por ello que su acción se dispuso desde el principio
en relación con el agua. El agua como principio biológico de la vida cuadra con esto. Las
células se mueven en el elemento del agua. Pero los Nimeos-energía que viajan por el
fluido de la fuente se mueven por canales más sutiles que el agua, es por eso que el nacer
de nuevo tiene que ver con el agua y con Espíritu. Ondas gravitacionales,
electromagnetismo, Espíritu, las fuerzas de la naturaleza física tienen su correlato en lo
sutil, en lo metafísico, que no es sino la Fuerza del Espíritu que desciende para convivir con
su creación.
La activación del espíritu, del corazón, como unidad del cielo y la tierra, ha sido lo
que han venido a recordarnos y enseñarnos los grandes maestros. En especial Jesús, esa es
la misión definitiva del Cristo, activar el flujo electrónico, el Espíritu Santo que nos conecta
con el Padre. En fin, todo ello repercute en el todo de nuestro ser, en nuestro equipo
electrónico, como suele decir Fresia Castro.
Respiramos energía cósmica, nos alimentamos de ella, sentimos y pensamos la
misma energía; pero la decodificamos de acuerdo a nuestro grado vibratorio,
correspondiente con el grado en que trabajan nuestros circuitos de captación, más
densamente (a través los sentidos externos); o más sutilmente, a través de los circuitos de
los sentidos internos. El estado vibratorio en que nos encontremos, tiene repercusiones
hasta la última de nuestras células, y en todas nuestras funciones cerebrales, como sea que
se las considere: química, física o biológicamente; emocional, mental o espiritualmente.
De acuerdo a la necesidad de calibrar las emociones y los pensamientos con
sentimientos e ideas creativas positivas, el estudio de las leyes que operan sobre la energía-
pensamiento tendría una aplicación directa sobre uno mismo. Ese es nuestro verdadero
campo de acción. Busca primero el reino de los cielos y su justicia y todas las cosas os
serán añadidas.
Durante mucho tiempo, la justicia fue considerada casi exclusivamente en el plano
moral o ético. Sin embargo, la justicia, entendida como justeza y medida, posee también
una clave científica, como armonía. Los pitagóricos bien sabían de ello... La vibración
exacta que abre el reino de los cielos (las dimensiones elevadas): es el amor. Recordemos el
principio: La relación con el universo debemos hallarla desde el interior. Desde lo interior
quiere decir, desde lo invisible: desde las octavas o dimensiones superiores en donde la
polaridad no existe; ahí donde la ley del amor vibra en su unidad suprema.

XI. Las emociones, la activación y la reconexión

Por sus frutos los conoceréis; el árbol se conoce por sus frutos. Esto quiere decir,
que nuestro estado emocional manifestará las leyes, ideas o grabados energéticos que
estamos aceptando mentalmente y con el apoyo de nuestro libre albedrío (voluntad,
atención, intención, intuición, y más).20 Esa será la pauta para entender el tono en el que
estamos permitiendo que vibre la energía; cocreando un universo de la misma cualidad.
[Esto manifiesta el principio de la trinidad de nuestra imagen y semejanza con lo divino: el
deseo creador o voluntad, el pensamiento-inteligencia-sabiduría y las emociones-
sentimientos-energía (Voluntad-Inteligencia-Amor). Una estructura de orden, más la
energía que recorre el sistema; y un principio activador por medio de la fuerza creativa.
Esto tiene varios niveles de complicación, por lo que aquí sólo expresamos los principios;
que son a la vez los principios del cosmos, en lo macro y en lo micro e individual, y en
todos sus grados].
En nuestras actividades diarias, la mayoría de las veces, por no decir todas,
actuamos por reacción a nuestra programación previa. Si bien, el tener acceso a la enorme
memoria guardada, ya sea genética o energética, nos resulta en lo cotidiano casi imposible,
es muy fácil notar la cualidad con la que estamos sintonizando, por el estado de nuestras
emociones.
Los sentimientos se tornan la pieza clave, pues nos hallamos en el “ciclo femenino
del programa terrestre”21. El conocimiento abstracto es algo distinto a la captación por

20
Aunque lo más complejo de cumplir es la resignificación ––o reconfiguración bajo el tono del patrón
cósmico del amor mediante la transmutación de lo negativo–– de energías que han quedados atrapadas en el
inconsciente. Sobre este punto es que se entiende el despertar de la conciencia, cuando el pulso de nuestro ser
energía comienza a ser captado, de tal modo que lo que hubo quedado atrapado, comienza a ser removido, en
una transformación similar a la que manifiesta nuestro planeta.
21
Frasia Castro, Surameris y el cofre de los secretos, Ed. Catalonia, Chile, 2012, pág. 347.
irradiación, es decir, la calibración energética de nuestros sentimientos y pensamientos (de
nuestros cuerpos inferiores) con la radiación energética de la fuente, o de las octavas,
planos y dimensiones superiores.22
El sólo hecho de tener una conciencia ya activada y vigilante sobre los estados
emocionales, constituye por sí mismo una victoria. Sin embargo, el despertar de la
conciencia es fácil, al menos hoy así nos lo parece; lo difícil es mantenerse despierto. En
ello consiste el ser un “guerrero de la luz”, en el sentido de lo que nos relatan los libros de
El Ser Uno. [Introducir breve alusión sobre los libros, video y charlas]. Aunque lo que
verdaderamente persigue el guerrero de la luz es la paz del alma. Sin embargo, mientras
haya energía mal grabada interfiriendo las redes energéticas que nos conforman, será difícil
que nuestras creaciones no se vuelvan, como suele decirse, en contra nuestra. Si las redes
energéticas están transferidas, distorsionadas, mal sintonizadas con la red energética que
proviene desde la fuente, es natural que esos procesos degeneren su actividad original hasta
manifestar creaciones energéticamente mal configuradas. Cuando el alma llega a
configurarse de esa manera distorsionada, surge el ego, como falso yo, y todo el conjunto
de aquello que nos ata a un plano de manifestación distorsionada. Bajo una dinámica
energética cualificada de esa manera en emociones y pensamientos negativos, la paz, el
amor y el arte, no llegarán a cumplir en nosotros su potencial infinito en nosotros. Ese
potencial, como ya se dijo sólo se activa mediante la conexión con la fuente.
Aunque no basta observar nuestro estado emocional. Como en toda observación
científica, deben tenerse parámetros y criterios para dividir y clasificar la información
recolectada. Estos parámetros y criterios, deben ser entendidos de acuerdo a leyes de la
energía, y en su unidad operativa respecto de las leyes mentales, en las que está hecho
nuestro universo. [Distinguiéremos las leyes físicas de las leyes mentales, de acuerdo a la
diferencia de los planos que se forman de acuerdo al nivel vibratorio atómico, electrónico,
magnético, hasta lo lumínico o espiritual. Sin embargo, entenderemos que se trata de una

22
En esto se cruzan varios temas: cabe aclarar el significado de Acuario-aire, Piscis-agua, para entender que:
la emotividad y el pensamiento abstracto deben ser superados por sentimientos que vibren en la unidad ideal
de las fórmulas originales. Esto es importante dentro del esquema del libro, sobre todo para entender la
evolución del funcionamiento cerebral respecto de su polaridad dividida como emotividad y pensamiento
abstracto. Esto aparece en el libro relacionado con el actual debate sobre los géneros. Nuestra explicación
tiene un carácter más bien estructural, que apunta a comprender estas contradicciones fuera del plano de la
polaridad atómica, es decir, en la unidad del flujo energético lumínico o electrónico que surge desde la fuente:
En la unidad del Espíritu.
misma ley, que se divide conforme a los distintos niveles de la gradación de las escalas
energéticas, en grados, planos y dimensiones].
Esos parámetros o criterios que ayudarán a la auto-observación, como expresión del
principio conócete a ti mismo… es lo que entendemos como sabiduría, la cual surge de la
correcta aplicación del conocimiento. La palabras criterio y crítica tienen la misma raíz,
esta es: separar, distinguir. Es por eso que nos gusta hablar del discernimiento, y la labor de
la mente como una espada que separa, o discierne, en este caso el ego, de lo que es nuestro
espíritu. Esa separación, es sólo el primer paso para transmutar la energía mal grabada, por
medio del perdón, que permite la recalibración energética o sintonización con el flujo
electrónico de la fuente. Esa separación es más bien conocida como el desapego. En la
sabiduría hindú el desapego es el primer paso en el sendero. El relato del Bhagavad Gita
sobre la petición de Krishna a Arjuna, tanto como la petición de Yahveh a Abram, sugieren
el desapego de todo. Esta enseñanza la recuerda el evangelio, por medio de la parábola del
joven rico. Aunque la verdadera renuncia se halla señalada con toda su fuerza en el primer
principio y mandamiento supremo: no tendréis dioses ajenos delante de mí. El no adoraran
ídolos. Un ídolo es una imagen mental delante de la cual se rinde el sentimiento, por medio
de un deseo activador que se ejecuta mediante la orden del libre albedrío. Creer en ídolos es
en síntesis una de las causas de la distorsión degenerativa de nuestra capacidad cocreativa,
pues por medio de la detonación de esa creatividad distorsionada, todo el circuito
energético abandona la su programación original. Es interesante notar que ídolo, viene de la
palabra griega idea. Cuando a una idea es atendida por la atención y la intención, la
emoción comienza a activar ese tono vibratorio hasta manifestarlo de algún modo, o hasta
que conscientemente se revierta la orden creativa.
Jesús nos dejo la fórmula perfecta: “Amarás a tu Señor tu Dios, con todo tu corazón
y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. Y Amarás a tu prójimo
como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos”. El amor es la fórmula
más elevada, es la clave del todo. Sin embargo, el conocimiento y el entendimiento que
resulta de la aplicación positiva del conocimiento, son en esta etapa de despertar, la espada
que nos ayudará a despejar todo circuito o grabación energética distorsionada, para que la
red electrónica lumínica original sea restablecida. Esa restauración del chip degenerativo,
por el chip regenerativo es producto de la aceptación del Cristo, es decir, de la unidad y
sintonía electrónica de nuestra alma con la Presencia «Yo Soy», fuente de luz y vida. Como
aceptación del alma de su principio original, permitiendo que la vibración electrónica de la
luz líquida irrigue nuestras redes energéticas, hasta que suba el voltaje que hará posible
nuestra elevación definitiva, nuestra victoria ya lograda por el Cristo.
La renuncia y el desapego tiene una de sus magnas manifestaciones en el dicho de la
Madre María:

El ángel le dijo: «Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo. No temas, María,
porque has hallado gracia delante de Dios; vas a concebir en el seno y vas a dar a luz un
hijo, a quien pondrás por nombre Jesús. Él será grande y será llamado Hijo del Altísimo
[…]
Dijo María: «He aquí la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra».

María, mater, materia, representan la tierra fértil que daría a luz al logos divino,
como regeneración en la materia (evolución genética) de la fórmula creativa original
(elevación energética), el alumbramiento y nacimiento en la forma de la imagen y
semejanza del hijo, manifestada llena de gracia y con todo el poder del Padre y todos sus
atributos. Es posible verificar en ello el modelo energético perfecto. Cuando todo el
proceso es simplemente la manifestación del espíritu santo, en la unidad del flujo y
frecuencia lumínica electrónica como manifestación del “cielo” en los planos y
dimensiones inferiores.
La buena voluntad, como aceptación humilde de nuestra verdadera fuente para
regenerar y recuperar nuestra verdadera vida, accediendo a la unidad del espíritu y su flujo
electrónico, es el principio del nacimiento del deseo creador en cada uno de nosotros. De
allí el dicho: Paz en la tierra a los hombres (y mujeres) de buena voluntad. Es claro, la paz
es el fruto de la humildad, el caos el hijo de la soberbia y la ambición.
Sobre estos principio es que se mueve El Idealismo Energético, es un nombre que
me gusta. [Hablar del como puse el nombre al libro, para distender el ambiente y pasar a la
segunda parte de la exposición, que tiene que ver con el discernimiento ya más en plan
psicoanalítico].
*

Volviendo al discurso central. Es en la paz del espíritu que podremos recalibrar


nuestras emociones distorsionadas. Mediante un trabajo en el que se integra el
conocimiento en general: de la naturaleza y del espíritu. El discernimiento, por una parte, a
nivel mental: de toda programación negativa, de todo ídolo e idea errónea; y por la otra, a
nivel emocional: del ego que surge en el plano de la manifestación de la personalidad
externa, a partir de la profundidad inconsciente, que guarda en lo profundo de su memoria
genética el miedo del venir a nacer en la existencia atómica, bajo la experiencia de nacer
dentro de un cuerpo biológico denso, y perdiendo en ello nuestra conexión consciente con
la fuente; como experiencia de la caída o muerte inicial que da pie a todo el trabajo de
restauración. Para lograr ese discernimiento, la ciencia en general nos entrega claves muy
precisas. En el Idealismo Energético intento generar un programa que esté a la altura de los
postulados holístico, tejiendo una red de contenidos que al ser pensados, motiven la
integración de la red hemisférica cerebral. A fin de motivar el desarrollo de la unidad de la
polaridad que compone el cerebro, en cuanto a su fisiología o zonas de composición
material, y también respecto de sus polaridades energéticas, que dan lugar al cerebro
masculino o analítico y al cerebro femenino-receptivo-creativo. La superación del
pensamiento analítico abstracto y de la emotividad negativa, por medio de un pensamiento
que integre las redes creativas del ser, en colaboración con la activación de la glándula
pineal, la unidad electrónica con la fuente y el anclaje de la red lumínica en el centro del
corazón. Todo ello recubierto por una espiral de fuego violeta que mantiene nuestra unidad
con la fuente protegida de toda vibración negativa ––esto es un somero repaso del método
de activación de la glándula pineal de Fresia Castro––.
Todas las ciencias deben ser integradas y cooperar también, como se dijo, en paz,
mediante una integración holística del conocimiento. Lograr un conocimiento científico
sobre la activación y la reconección, es completamente necesario para poder ejecutarlas
positivamente, en el encaje perfecto de las ondas y sus frecuencias vibratorias, pues, la más
leve disonancia repercute en el todo de la transmisión energética, desconectando la
activación e impidiendo la reconexión.
A su vez, el discernimiento debe ser aplicado tanto en el cuerpo mental ––para
descubrir las ideas y programas negativos–– como en el cuerpo emocional ––para poder
disolver las raíces energéticas inconscientes, que mantienen nuestra memoria genética atada
al chip implantado del proceso degenerativo––. Esto es bastante complejo. Intentando
simplificar esta complejidad, es que fuimos organizando el curso del Idealismo Energético,
el cual expondremos someramente en lo que viene a continuación.

XII. El plan cósmico y el plan de estudio propuesto en


el Idealismo Energético

El primer capítulo de El Idealismo Energético, realiza una exposición de cómo


funciona la unidad sistemática del cuerpo físico (bios), el emocional (psiquis) y el mental
(logos). En ella vamos avanzando de manera gradual. La primera parte se encarga de
mostrar cómo es que nuestros cuerpos físico, emocional y mental responden a su modo a la
constitución o determinación genético-instintiva. Lo que va aparejado, en el esquema
general del libro, con el desenvolvimiento horizontal, que se relaciona y entiende como el
proceso evolutivo, desencadenado quizá desde la gran expansión creativa primordial. Y que
suele ser entendida por la ciencia oficial exclusivamente desde una dimensión horizontal o
desvinculada de la fuente.
Poco a poco, en el curso del libro, se van elevando los esquemas horizontales de
comprensión, hasta que podemos empalmar el ajuste frecuencial del proceso evolutivo, con
el proceso vertical de elevación o ascensión, en que la vida se manifiesta desde la
reconexión con la fuente asentada en el corazón, tal como se mostró más arriba. Ajustando
el patrón negativo del símbolo de la cruz ––como culpa y sentimiento general de deuda, que
es la marca de la deuda energética original; lo que recuerda el perdona nuestras deudas
como también nosotros hemos perdonado a nuestros deudores23–– a su versión positiva,

23
Lo que nos lleva a pensar económicamente la dinámica de la energía psíquica, como una economía
energética sustentable. Que se traduce en el manejo energético de las emociones y de los vectores mentales a
abriendo los brazos de la horizontal para que pueda abrazar en el amor a la corriente de la
energía vertical que nos reconecta electrónicamente en la tierra pero desde el cielo. La
horizontal en unidad con la vertical, y con los giros de las aspas en la dirección correcta,
representa el modo adecuado de entender la espiral cósmica de la vida. La cual es el patrón
que está operando en toda la estructura del libro, bajo el modelo de la flor de la vida, y
entendiendo el funcionamiento energético desde la dinámica del toroide.
Más específicamente, la relación que intenté realizar como principio esquemático
inicial, enlaza lo biológico con lo psíquico desde el clásico esquema freudiano del
psicoanálisis. En ese esquema, se desarrolla el curso de psicología: bajo el ángulo de la
transmutación del ego, hacia el reconocimiento de nuestra personalidad verdadera, nuestro
verdadero ser, nuestra programación energética original, más allá de las determinaciones
materiales, evolutivas, instintivas, ambientales; incluso: espacio-temporales, culturales y
civilizatorias.
De ese modo se irá preparando la tierra emocional ––para que se ajuste al programa
original de la energía, tal como fue explicado más arriba––, para que sea plantada en ella la
semilla del logos, la idea o fórmula original en su pureza radiante. La búsqueda de la
verdad (de eso se trata el curso de filosofía), será imposible si el individuo no ha logrado
depurar su psiquismo (sus emociones) de aquellas raíces que surgen de una energía mal
grabada, primitiva, instintiva e inconsciente.
Las herramientas del psicoanálisis en ese aspecto son muy eficaces para ayudar al
desarrollo del discernimiento, con el fin de poder liberarse de patrones psíquicos negativos,
asumiendo que nuestra verdadera personalidad no se halla determinada exclusivamente por
la genética ––como afectividad movida únicamente por el deseo pulsional erótico-agresivo;
ni tampoco por una ley paterna o social distorsionada––.
El frágil equilibrio energético en el que se halla la conciencia determinada desde los
instintos o desde una ley represiva distorsionada ––que obedece a un ídolo, y no a la ley
universal, idea, patrón o fórmula original de la manifestación energética de la fuente––, se
halla siempre en un movimiento rítmico vibratorio en que los paquetes energéticos que
circulan por el psiquismo, tienden más bien a generar estática, por lo cual toda actividad

los cuales se adecuan. La creatividad positiva y sustentable es el signo de una buena economía energética, en
el ámbito que se quiera.
creativa o flujo energético termina viniéndose abajo, es decir, que sus frutos no logran
superar la barrera de la muerte, su desintegración. Lo cual siendo imposible para la energía,
tiende a transformarse en enfermedad, asumiendo una polaridad vibratoria negativa,
haciendo que los cuerpos inferiores absorban en sus redes energéticas la actividad mal
grabada de la energía distorsionada. Detonando en la degeneración genética que va
guardándose en el chip degenerativo, que traspasa su programación por medio del material
genético de generación en generación.
En el despertar de la conciencia, como activación de la reconexión con la fuente, el
chip degenerativo es reemplazado por el chip original o regenerativo, el Cristo, que nos
conecta con el campo lumínico electrónico. Es por eso que operamos ese anclaje desde una
comprensión en que el espíritu aparece como la fuente de nuestra personalidad verdadera,
libre de todo ego y apego, libre de todo ídolo o idea errónea, libre de toda emoción que no
vibre en paz, de toda falta de amor y luz, y de todo lo que ello conlleve. El principio que
intentamos aplicar es: la depuración emocional egoísta, que persigue estereotipos y
paradigmas sociales distorsionados, para liberar la conciencia, para que pueda unificarse al
logos del espíritu. La activación de la pureza de la conciencia en su unidad con la ley
universal. Principio que aparece diseminado en las distintas tradiciones espirituales y
filosófico-éticas.
Desde el punto de vista energético, se van delineando estrategias para discernir,
como diría la cita bíblica, lo que es carne de lo que es espíritu. Los dos modos de creación:
la original; y la procreación polimorfo distorsionada. La carne refiere el bajo voltaje de la
vibración, la lentitud de la densidad material, la densidad atómica, la oscuridad que en su
seno se produce. El discernimiento es clave para ir separando los circuitos y las redes
contaminadas, para que no generen la resistencia y la estática, que vuelven nuestros chips
de conexión lumínica obsoletos, dormidos.
Estos dos momentos se engranan dentro del ciclo cósmico, en el proceso de caída,
degeneración, evolución, regeneración y elevación.24 En este contexto se entiende el que
existan dos tipos de memoria: la genética y la energética. La memoria genética posee una
relación con lo inconsciente y lo arquetípico, con el plano astral, y las dimensiones
inferiores. Muchas vidas llevamos grabando nuestra alma con experiencias traumáticas, es

24
Esto último ocurre por la reactivación de las fórmulas y los circuitos originales de la memoria energética.
aquí donde entra en escena el desapego, la importancia de la Ley del Perdón y la Llama
Violeta Transmutadora, es decir el trabajo consciente, la meditación, el discernimiento, que
permitirán abrir el núcleo atómico para que sea re-conectado desde la vibración electrónica.
Desde el punto de vista de los Libros de El Ser Uno, la activación de la memoria
energética tiene su manifestación, en el principio de la consciencia despierta. Pero
mantenerse despierto es difícil, sobre todo cuando no hemos depurado nuestro “núcleo
atómico”, es decir, el contenido de la memoria genética. La secuencia de esa memoria nos
liga directamente a lo instintivo, al miedo y a la agresión, al ego y los “pecados capitales”, a
la ambición y al poder. [Podríamos decir para distender un poco este apretado discurso,
aquello que nos ata al lado oscuro de la fuerza].
Nos centraremos ahora en la importancia del mantenerse despiertos, conforme a lo
que nos enseñan los Libros de El Ser Uno, una de las fuentes canalizadas para nuestra
América, respecto del Alineamiento Cósmico, en la persona de Franca Canónico.
Sólo la comprensión de la causa nos permite comprender el efecto. Esto es otro
principio. Desde mi experiencia, la explicación más eficaz de la causa de la distorsión, de la
causa del mal, nos la entregan los libros de El Ser Uno. En su luz se entiende con claridad
el proceso de la caída, la distorsión energética creativa y físico-genética de nuestra biología.
Nos dicen los libros de El Ser Uno que:

“Mantenerse Despierto es lo más difícil, ¿Por qué? ––se estarán preguntando–– porque todo
aquel que despierta comienza a percibir que en la realidad densa donde se encuentra, no es fácil
mantenerse despierto. La vida material es terrible, densa y completamente tentadora. ¿Ustedes creen
que la Fuerza-negativa-enferma, el Matrix donde ustedes están inmersos, va a permitir que se liberen
tan fácilmente de las cadenas de la esclavitud? Sabemos que muchos al leer este mensaje, no lo
creerán y eso se debe a que la fuerza-negativa-enferma-reptiliana, colocó hace mucho tiempo códigos
en el ADN de los hombres, para que nunca pudiesen despertar y ser LIBRES.

Hace mucho tiempo atrás, la Fuerza-negativa-enferma-Reptiliana encarnada en los hombres,


vive y trabaja de encarnación en encarnación para el Matrix. Su labor consiste en mantener a los
hombres esclavos. Esta fuerza ideó y colocó en el cerebro-planeta-Tera, códigos y fórmulas, que se
activarían cuando el despertar de los seres esclavos llegase. Estos códigos y fórmulas son legadas de
generación en generación por la energía Reptiliana-encarnada en el hombre. Estos hombres-
Reptilianos colaboran hasta hoy en día, con algunos gobiernos e instituciones religiosas del planeta a
cambio de favores y regalías, que estos les dan. Esta realidad invisible, oscura y escondida, se
encuentra camuflada entre las energías-pensamientos del Cerebro-Tera, ustedes no la pueden
detectar, pero sí la están sintiendo en sus vidas.

Cuando se produce el despertar del Ser, se activa una luz intermitente y constante, esta
emite una frecuencia y vibración determinada y son estas cualidades las que van a atraer otras
frecuencias y vibraciones muy parecidas. Así pues, el Ser comienza a alimentarse de esas nuevas
frecuencias energéticas, preparando de esta manera, su Útero-Glándula-Pineal y así poder concebir
su bebé-espíritu. Es en este proceso, que los códigos y fórmulas de los Hombres-Reptilianos-
encarnados comenzarán a trabajar: lo primero que harán estos códigos y fórmulas, es evitar que el
Bebé-Espíritu sea concebido, porque una vez concebido las fórmulas quedarán inutilizadas.”25

El mantenerse despierto entonces es el proceso de depuración de nuestra tierra, para


que así podamos abrir las puertas del corazón al flujo del espíritu, en la manifestación
externa o material. Y así poder unificarse con la actividad creativa universal, lo que no
puede ser posible mientras exista algún chip o programa de energía negativa mal grabada
en nuestra memoria genética, en nuestro psiquismo o en nuestra mente.
Conforme a la unidad horizontal-vertical, el plan cósmico, para nosotros, se
compone de dos subprocesos: 1. la evolución material y 2. la elevación espiritual ––esta
última tiene por meta la ascensión de nuestra corriente energética––. El primero se
relaciona con la memoria genética; el segundo con la memoria energética de nuestro ser
energía original. La preparación de la tierra se vuelve imprescindible para lograr la meta, la
depuración del cuerpo físico, de sus órganos y los circuitos que procesan las emociones y
los pensamientos, para que cada vez aparezcan más evolucionados, hasta ser capaces de
captar y procesar los sentimientos e ideas cósmicas originales, que para nosotros, sumidos
en la densidad de la tercera dimensión, nos vienen como desde el futuro, o desde lo alto.
Estos sentimientos e ideas, traídas y sembradas como las semillas (palabras, pensamientos)
del logos, desde ya se hallan maduras para la cosecha. La cosecha de nosotros mismos.
Asumiendo este esquema del plan cósmico, en sus dos momentos: evolutivo y de
elevación, nuestro plan de estudio incorpora estos dos momentos en dos cursos. Primero el
de psicología; elaborado desde las raíces primitivo-instintivas que se hallan grabadas en la
memoria genética. Este esquema por medio de su explicación debe superar el velo que ha
sido puesto sobre nuestro origen. [Aquí podríamos relacionar con la explicación de El Ser

25
El Ser Uno, EL SER UNO IV –Alineamiento Cósmico– 7 Mil Años de Preparación. Punto nº 37; pág. 30.
Uno, por medio de la cual se debe entender que en el principio hubo una involución, y que
en ella los instintos fueron tomando forma conforme a las dificultades de adaptación y
supervivencia, respecto de las condiciones hostiles de la existencia en las que tuvo que
evolucionar y desarrollarse el ser humano desde su caída o nacimiento en la existencia
sensible, material, densa, atómica, definida por la polaridad y la división. Es un panorama
complejo, aunque ya está prácticamente asumido en el imaginario colectivo, sólo hay que
juntar las piezas y darles su verdadero sentido].
Pasando por los puntos más importantes del psicoanálisis y la psicología humanista,
el curso de psicología termina exponiendo una comprensión económica de la energía
psíquica, podríamos decir: la economía de Eros, en la cual se contrasta la economía erótica
del placer26 (como mecánica de fricción y desgaste) con la economía dinámica libre de la
energía psíquica27 (que no produce fricción, ni desgaste, ni calor por decirlo así). De este
modo se motiva a los jóvenes a dejar la mecánica del placer, del apego, de la conciencia
configurada de modo infantil o edípica, en la búsqueda de la verdadera personalidad
espiritual, unida siempre a la vocación verdadera, y al descubrimiento de nuestro verdadero
propósito dentro del plan cósmico.
Las emociones mecánicas son aquellas reactivas e instintivas, es decir inconscientes
(pulsionales, compulsivas, y más), que surgen de la programación grabada en la memoria
genética. Estas terminan siempre intentando volver a lo inorgánico. La conciencia despierta
a nivel glandular es incapaz de procesarlas, pujan hacia lo inconsciente; tienen más que ver
con la fuerza de gravedad que con el magnetismo. La electricidad es intermedia en este
proceso, desde lo infra rojo, que simboliza la frecuencia vibratoria más baja del deseo,
hasta el ultravioleta, en la activación del flujo electrónico en armonía por los 7 chakras,
activando nuestra aura o cuerpo electrónico en su grado vibratorio más alto. Aumentar el

26
El más allá del principio del placer es puesto desde Freud en la realidad. Pero ¿qué es la realidad?
Pragmáticamente: un conjunto de leyes bajo las cuales está configurado el orden social (religión, política,
economía). En contraste, la realidad indígena habla siempre más de nuestra unidad con la tierra, que de la
construcción abstracta que se realiza, al parecer, siempre con la intención de controlarnos. Una comprensión
espiritual de la naturaleza humana, incluso desde la pura racionalidad (Kant), nos permite discernir a toda ley
patológicamente constituida, para que podamos seguir aquellas que se ajustan a nuestra naturaleza, es decir,
que la potencien positivamente o que le resulten saludables. En este caso una ley no es más que un programa
de acción. En ese sentido debe distinguirse, dicho en las palabras de san Agustín: la ley eterna de la ley
temporal. Lo que, relacionado con lo civilizatorio implica que, para pasar de un modelo al otro, deben dejarse
de asumir como reales los límites temporales (esto es parte del proceso de ascensión).
27
En la base de este contraste se halla el cambio de paradigma del modelo mecanicista al modelo mecano-
cuántico.
voltaje implica aumentar la electricidad, para que pueda encajar con un patrón
electromagnético, es decir, con el concepto de campo energético o campo cuántico, el cual
ha sido descrito, por ejemplo, por Bruce Lipton, en identidad con el espíritu. Lo que se
logra por medio de la transmutación de las emociones (o de las creencias, como dice Bruce
Lipton) hacia sentimientos positivos, que no producen estática y su acción implica el
desarrollo armónico de la vida, tanto a nivel biológico, como psico-emocional y mental.
La comprensión de las emociones y del psiquismo en general, desde el puto de vista
de una economía energética, gana muchísimo al ser contrastada con la economía de
consumo y extinción de los recursos.28 Para dar paso a una comprensión global de la
energía desde el punto de vista sustentable que, de la mano con el concepto de energía libre,
adquiere un sentido psíquico riquísimo para conocer, entender y trabajar: 1º las energías
corporales, 2º las energías-emociones y 3º las energías-pensamientos. Correspondientes al
cuerpo físico, al cuerpo emocional y al mental. A los chacras del plexo solar, del corazón y
de la garganta. Por supuesto que esto es sólo la base para una comprensión ampliada, sólo
una guía ordenada para comenzar con la autoexploración.

En el curso de filosofía, pasamos a comprender el desarrollo psíquico y cultural,


social y civilizatorio, visto desde el punto de vista histórico, ético y político. Aquí se
retoma la ruta histórica del estudio, comprendiendo las distintas épocas y sus mitos, a la luz
de los distintos estados o grados del desarrollo emocional y racional, para llegar al estado
actual de la conciencia, a los desafíos actuales, a la necesidad suprema de trascender el
pensamiento racional, en la correcta calibración con los sentidos internos que se relacionan
con el despertad de la conciencia, es decir, con la capacidades maduras del cuerpo
emocional y del cuerpo mental para conectarse, abrirse y armonizarse con el flujo de los

28
Esto se funda en el cambio epistémico señalado: desde el paradigma de una física mecánica (de la cual se
deriva el moderno concepto del progreso, la revolución industrial, el capitalismo, el mundo neoliberal y el
nuevo orden mundial), hacia el nuevo paradigma de una energía libre, que no tiene nada que ver con la
limitación de los recursos, más bien se abre a la exploración de las fuerzas eléctricas y magnéticas desde el
puno de vista de una exploración espiritual interna, cuestión que nos llena de optimismo.
sentimientos y pensamientos-ideas más elevados del cosmos, aquellos que sólo pueden ser
captados y reproducidos desde la conexión con la fuente.
Toda la ruta hará hincapié en la necesidad de ir transmutando en paz las energías,
emociones y pensamientos que no se comportan energéticamente, ni económicamente, de
acuerdo a las leyes universales, conservadas y transmitidas por las distintas tradiciones
espirituales. Por eso mismo, es que el curso de filosofía más que ofrecer un análisis ya
realizado, intenta entregar una comprensión clara de los diferentes paradigmas, y de las
consecuencias que a nivel energético pueden presumierse como sus posibilidades cuánticas.
Más que exponer contenidos, lo que se intenta es el desarrollo de dinámicas mentales que
agilicen el procesamiento de la información, basados en el principio: la práctica hace al
maestro. Es por esa razón, que cada una de las explicaciones posee una forma dialéctica,
son esquemas que siempre están en movimientos, son eso mismo: dinámicas, funciones,
vibraciones, ritmos, caleidoscopios que intentan alinearse con el panorama cósmico. Pues,
en último término, cada uno de nosotros, y este es uno de los principio fundamentales, debe
recorrer por sí mismo el camino, tal como Morfeo le dice Neo.
Los esquemas del curso de filosofía poseen una estructura histórico-dialéctica, que
involucra las dialécticas generales que componen cada parte u holón de la realidad, cuyo
eje de polaridad se divide en dos: a nivel horizontal, como estructura lineal del tiempo
(pasado, presente y futuro), o entendido científicamente como la polaridad material en sí
misma; y en relación con la vertical, como la dualidad entre la materia y el espíritu.
Exponiendo finalmente los esquemas fundamentales que permiten coordinar todo el
movimiento de los subsistemas físicos, biológicos, psíquicos y mentales, desde el punto de
vista del encuentro con la gracia en la activación de la Presencia «Yo Soy», y bajo los
esquemas geométrico-energéticos que nos permiten descorrer el velo del mundo atómico
para que podamos recorrer, y no sólo pensar, tanto los diferentes grados y planos, como la
interdimensionalidad de la tercera, cuarta y quinta dimensión. Tal como apunta el nombre
de la revista Quinta Dimensión, de distribución gratuita para este encuentro. Aprovecho
para agradecer nuevamente a Gladys Harshini González por haberme invitado a compartir
mi experiencia y trabajo con todos ustedes.
XIII. La reconexión y el contacto. Guerreros de la luz y
embajadores de la paz

Para terminar quisiera referirme brevemente al mensaje de la paz y al concepto de


“contacto” o “contactado”.
[En esta parte, puedo extenderme conforme sea necesario, para referirme al mensaje
de la bandera de la paz, a Nicolái Roerich y su legado en relación con la protección de la
cultura y el arte, a las luces de Erks, a Ricardo González, al mensaje entregado en San
Pedro, al congreso ovni que se está celebrando en la misma fecha en Capilla del Monte,29
etc., para homenajear un poco el lugar en el que estamos compartiendo].
Si tuviera que decir cuál es una de las actividades más bellas realizadas en nombre
de la actividad de contacto, y no soy un experto, sólo trato de introducir el tema, tendría que
decir de acuerdo a mi experiencia, que se trata de la actividad que invita a alzar y hacer
ondear la Bandera de la Paz. No sólo en grandes eventos, sino también en cada una de
nuestras actividades cotidianas. Cuando el guerrero de la luz es capaz de emitir el pulso de
la luz de manera constante, su lucha comienza a transformarse de a poco, algo similar
puede leerse en El llamado del Uritorco, uno de los artículos de Ricardo González:

“La paz, comprendí, se basaba en la consciencia, y es esta cualidad la que los seres
del cosmos promueven en nosotros: “dejar de ser guerreros de la luz para ser
embajadores de la Paz”, nos dijo Emuriel, una de las “consciencias de Shambhala”. […]
Es importante mencionarlo porque el encuentro en el Uritorco, un lugar tan
asociado a los encuentros cercanos, vibraba en esta nueva etapa: conectarnos más con los
trabajos orientados a la paz mundial, que en las experiencias fenoménicas. Si bien es cierto,
al estar en contacto con seres de otras realidades es más que importante verificar el nexo y
la comunicación, no podemos orientar toda nuestra expectativa en esa dirección; de lo
contrario, no habríamos comprendido el real mensaje del contacto.”30

29
El Mensaje de la Paz aquí en Córdoba tiene un sentido especial. “Capilla del Monte es un enclave mágico y
pintoresco emplazado en el corazón geográfico de la Argentina. Pero es, para muchos, el “corazón espiritual”
del país. Lugar de misterio y misticismo, su fama como centro de poder ha roto fronteras. Cualquier peregrino
de centros sagrados ha oído hablar de Capilla del Monte y el cerro Uritorco”.
http://www.banderadelapaz.org/articulos/Capilla%20del%20Monte%20ciudad%20de%20Paz.shtm
30
El llamado del Uritorco, http://www.legadocosmico.com/articulo.php?page=el-llamado-del-uritorco.
En palabras del mismo de Ricardo, en el video de promoción del evento realizado el
5 de diciembre de 2016, como celebración del reconocimiento de Capilla del Monte como
lugar de paz: La bandera de la paz nos “recuerda a todos que debemos buscar lo que nos
une y no lo que nos separa, es un mensaje que no tiene ningún color político, religioso o de
algún grupo espiritual, es un mensaje de neutralidad, de universalidad. Todos están
invitados.”
¿Qué significa trabajar por la paz mundial?, lo siguiente:

“Dejarán de ser guerreros de la luz para transformarse en embajadores de paz, nos dijo
Emuriel, un ser vinculado a la fundación de la mítica Shambhala en el desierto mongol. Y,
ciertamente, desde esa inolvidable experiencia en Mongolia ––exactamente, el 8 de agosto de 2007–,
adquirimos otra visión y accionar en el camino.
La paz ––más tarde nos diría el propio Emuriel––, es un “estado del alma”: una condición
natural de la criatura humana, que se basa en la pureza y el respeto a la vida. Trabajar por la
paz mundial es hallar, primero, ese remanso interior, que se basa en el amor y la consciencia. En
otras palabras: en volver a la esencia. Gandhi decía: “Si no estás en paz contigo mismo, estarás en
guerra con todo el mundo”.
Precisamente en tiempos de guerra, es cuando la bandera de la paz debe izarse. La paz no es
un sueño. Es procurar volver a nuestro estado original. No es buscar una utopía. Es, sencillamente,
un camino de regreso al alma.”31

XIV. La paz del alma y la activación de la glándula


pineal

En este contexto, la activación de la glándula pineal es de primera importancia. En


ello coinciden las diferentes fuentes de conocimiento que apuntan hacia la reconexión y el
contacto; ambas forman una unidad en el plan cósmico original. Esto es importante, y nos
hace pensar en la relación unitaria entre el principio de la búsqueda interior espiritual y el
contacto exterior con nuestros hermanos mayores. Desde la realidad atómica material, es

31
Ricardo González, ¿Qué significa trabajar por la paz mundial?, Legado Cósmico,
http://www.legadocosmico.com/editorial.php?anno=2015&mes=4.
decir, en el esquema de la dualidad o polaridad, lo interior aparece en oposición a lo
exterior, sin embargo, desde la activación de la unidad con la fuente, cuando las polaridades
se unifican, el proceso de contacto y de reconexión, aparecen como eslabones de un solo
proceso, como partes de un mismo plan. Para el cual, la activación de la glándula pineal,
según he podido recoger de muchas fuentes, es imprescindible para poder activar la
comunicación espiritual, directamente desde la vibración. La comunicación con los
hermanos del cosmos, sea del tipo que se quiera, requiere de esta educación que ayudaría a
la activación de nuestros circuitos dormidos, todo lo cual se relaciona con lo espiritual, y
puede ser traducido en claves energéticas vibratorias, que tienen que ver con el desarrollo
evolutivo del cerebro y el grado de elevación espiritual. De todo ello el Idealismo
energético y la generación del amor, intenta ser una guía y una sistematización que no deja
de lado el conocimiento desarrollado por la filosofía idealista y las ciencias naturales.
XV. Bibliografía

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