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Alvaro Curuchaga
C.I. Nro.1.849.360-5
3ro.Historia Cerp del Este

Producir un mundo
Helio Gallardo
Introducción

Para el cierre del Seminario de Derechos Humanos, tomaremos una sección del libro de
Helio Gallardo1, “Siglo XXI, Producir un mundo”. A través de él intentaremos dar la visión de
este autor chileno con respecto a ellos.

Ingresando en el tema
Gallardo, comienza con esta sección el estudio de diversas teorías planteadas sobre el
tema: “Las teorías constituyen también procesos de útiles pero nunca exactos o verdaderos”
(Gallardo, 2006, pág. 145). Nos adelanta que el contenido a continuación tratará sobre diversas
teorías, sobre todo aportes para su discusión. Nos advierte:
Las notas han surgido del esfuerzo por tratar de pensar desafíos y luchas populares
particulares en distintos espacios y momentos latinoamericanos. En la medida que no se
hace referencia a ellos, excepto para ejemplificar, las notas poseen un nivel de
abstracción inevitable por razones editoriales. (Ibídem, pág. 146)
Nos marca una diferencia fundamental con la que ha de trabajar en estas páginas que es
la distancia entre lo que se dice, se piensa y se hace en cuanto a los derechos humanos. Es
posible calificarlos entre absolutos y progresivos. Los primeros son sagrados e inviolables y los
segundos virtuales y opcionales, los primeros depende su aplicación la legislación existente en
cada estado, los segundos se intentará cumplirlos en función de la situación financiera, en que
estos se encuentren. Estos últimos no pueden ser reclamados en corte jurídica alguna. Por
ejemplo, el derecho a la educación de calidad, un empleo con una digna remuneración, por
ejemplo. En la “fraseología e imaginario oficial” (Ibid. pág.147) están los derechos negativos
que son los “fueros de la libertad individual en los cuales el estado no puede intervenir excepto
para potenciarlos y protegerlos” (Ibíd.) y los positivos de empoderamiento individual y social
en que el estado debe actuar para asegurar su cumplimiento. Amy Gutmann2 escribe al respecto
que los agentes humanos frente al abuso y la opresión no puede ser equiparado solo con la

1
Helio Gallardo Martínez (Osorno, Chile, 1942) es un filósofo y escritor chileno, conocido por sus estudios sobre
la realidad social y la política popular en Latinoamérica. Desde 1973 reside en Costa Rica, donde ha sido profesor
de la Universidad de Costa Rica (UCR), de la Universidad Nacional de Costa Rica (UNA) y de la Universidad Estatal
a Distancia (UNED).
2
Amy Gutmann (nació el 19 de noviembre de 1949) es la octava presidente de la Universidad de Pensilvania,
teórica política galardonada, autora de 16 libros, y profesora universitaria. Pertenece a la corriente de
Christopher H. Browne, distinguido profesor de Ciencias Políticas en la escuela de Artes y Ciencias Penn y
profesor de comunicación en la Escuela de Comunicación Annenberg, con citas de facultad secundaria en filosofía
en la Escuela de Artes y Ciencias y la Escuela de Licenciado de Educación.12 En noviembre 2016, la escuela
anunció que su contrato había sido extendido hasta 2022, por lo cual se considera que es la presidente que más
servicios ha prestado a lo largo de la historia de la Universidad de Pensilvania.

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libertad negativa y estar libre de interferencia. El derecho a la subsistencia es tan necesario


como el derecho a no ser torturado. Estos son llamados subjetivos y pertenecen a la segunda
generación de derechos humanos, vinculados a la subsistencia del individuo, en tanto los
llamados de primera generación son los que garantizan la libertad individual, respaldados por
leyes que nos garanticen estar libres de abusos, opresión y crueldad, por ejemplo. Gutmann
destaca que, a pesar de los acuerdos internacionales sobre derechos humanos como la
declaración de la ONU de 1948, y otros, no garantizaron ni la observancia de ellos, ni la sanción
a su violación de los derechos negativos subjetivos que son los que respaldan la libertad
humana, y menos aún de los positivos, los llamados por la autora derechos de subsistencia, la
inobservancia es absoluta ya que millones mueren de hambre y nadie repara en ellos. Se utiliza
la “bandera de los derechos humanos”, por otra parte, existe una total indiferencia o peor aún
una manipulación sobre ellos. La autora se pregunta si existe una naturaleza propia de los
derechos humanos, ya que su núcleo no sólo está formado únicamente por libertades negativas.
Consistirían únicamente en “procesos”. El principal desafío de los derechos humanos es
calcular la distancia entre la propuesta, su valoración y su incumplimiento. Sobre todo, la
“incomprensión sobre sus fundamentos” (Ibíd. pág. 149), hoy no importa tanto justificarlos
como protegerlos según Norberto Bobbio3:
…porque la confusión o inadvertencia sobre los fundamentos tienen efectos
significativos sobre su comprensión. Sin una adecuada comprensión de estos
fundamentos, la observancia de los derechos humanos no superará su fase actual del
discurso ideológico oficial [...] que los dirigentes saben, desde siempre, no se cumplirán.
(Ibíd.)
En cuanto a los fundamentos, los movimientos populares deben tener claro, que ellos se
encuentran en la lucha social. Norberto Bobbio cita que la libertad religiosa es producto de las
guerras de religión, así como las libertades civiles fueron obtenidas por las luchas de los
parlamentos contra los reyes, y las libertades políticas y sociales del nacimiento, crecimiento y
madurez de los movimientos de trabajadores asalariados; la comprensión de los fundamentos
de los derechos humanos no pasa por la filosofía sino por la lucha social.

El Iusnaturalismo y el Iuspositivismo
Bobbio basa los derechos humanos en : los derechos naturales son derechos históricos,
nacen al principio de la Edad Moderna con la concepción individualista de la sociedad y se
convierten en uno de los principales indicadores del progreso histórico.

3
Norberto Bobbio (Turín, 1909 - 2004) Ensayista, profesor y teórico del pensamiento político. Norberto Bobbio
nació el 18 de octubre de 1909 en Turín, en el seno de una familia acomodada y relativamente progresista. Su
padre, Luigi Bobbio, era uno de los cirujanos más prestigiosos de la ciudad. El joven Norberto tuvo una infancia
y una adolescencia felices, protegido como estaba por el entorno paterno. Tuvo por compañero de clase al
escritor Cesare Pavese, con quien compartió, entre otras cosas, el entusiasmo por el idioma inglés y los clásicos
de la literatura anglosajona. Su pasión creciente por la lectura se desarrolló en un ambiente familiar
despreocupado, sin obsesiones clasistas ni políticas.

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La primera tesis suele ser catalogada como “Iuspositivista4 y más ampliamente como
Historicista […] Aunque estas caracterizaciones son polemizables, aquí solo interesa que el
criterio iuspositivista se demarca y opone al criterio iusnaturalista”(Ibíd. pág. 150)
Este último, debemos entender, es la sensibilidad cultural sobre los derechos humanos,
su fundamento o matriz se basa en la ley natural emanada de la voluntad de Dios o del orden
cósmico. El derecho está vinculado a la ley natural eterna y se deben expresar a través de las
normas jurídicas. Los derechos humanos se remiten a dos criterios respecto al derecho natural.
Uno es el derecho natural antiguo o clásico, uno de sus exponentes lo llama el Iusnaturalista
realista. En este caso los derechos humanos se basan en responsabilidades humanas ante lo que
es debido ante Dios o ante el orden cósmico, cómo hemos dicho. Aquí las normas del derecho
natural o positivo tienen un contenido real u objetivo relacionado directamente con el
comportamiento humano. Si nosotros entendemos el derecho no como una responsabilidad sino
como la capacidad frente a determinada autoridad o poder, algo que se posee sin que ese poder
o autoridad pueda interponerse, el autor deduce que, para este iusnaturalismo, o derecho natural
no existen los “derechos humanos, sino obligaciones bajo la forma de responsabilidades”
(Ibíd.pág151). En nuestro ámbito latinoamericano, las doctrinas jurídicas llegaron a través de
los conquistadores españoles que traían una “muy medieval” cultura e ideología católica. Es
fácil, inferimos, entender, que, para ellos, los conquistados pueblos originarios, ni siquiera eran
considerados “sujetos de derecho” (agregamos, dudaban de que fueran seres humanos…)
Gallardo, pone como ejemplo la aplicación de ese derecho natural en el ejemplo, de la
fecundación in vitro, en el cual la iglesia se opone por considerarla antinatural, pero las personas
tienen el derecho de llevar a cabo si la ley y la tecnología lo permiten. Asimismo, el tema del
aborto, casi en igual o mayor medida en nuestra sociedad. El autor, toma como ejemplo a una
pareja, cabe resaltar:
[…] Como se advierte, esta pareja está sujeta a …una normativa, no tiene derechos solo
deberes […] Y si realiza acciones contra esa normativa, está en pecado o comete
injusticia y perpetra soberbia: pretende hacer lo que Dios no quiere o, peor, prohíbe.
Por supuesto, en un imaginario con estas características, no pueden darse
derechos humanos modernos. […] (Ibíd. pp. 150-151)
En este sentido, el autor ve una limitación en la defensa efectiva de los derechos
humanos a través de la institución iglesia católica, ya que los derechos aceptados son los
derivados de Dios, y los ligados a esos valores, más vinculados a la dignidad humana en general.
Esto dice el autor es “un orden debido las cosas” (Ibíd.) Permite perseguir a los que ofenden
esa dignidad (por ejemplo, terroristas, marxistas, herejes, por citar algunos). Gallardo concluye
que si hoy en día el catolicismo, dominara el mundo occidental como otrora, no existirían los
derechos humanos, como los conocemos.
Los derechos humanos, dice, se gestan en una necesidad de la era moderna, en que
comerciantes, burgueses, empresarios se intentan liberar del poder eclesiástico, que agrego,
entre otras cosas consideraba los intereses generados por los préstamos, como Usura y

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Se conoce como Iuspositivismo o positivismo jurídico a la corriente filosófica del área jurídica que se basa en
separar y diferenciar los términos derecho y moral, por considerar que no existe un vínculo entre ambos.
https://www.significados.com/

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catalogaba esta como pecado (Le Goff, Jacques. “Mercaderes y Banqueros de la Edad
Media”).
Otra manera de entender en derecho natural, de la manera moderna, deriva de la
naturaleza humana. El representante de esta doctrina es John Locke (1632-1704) que afirma
que la naturaleza de los seres humanos se proyecta como fueros jurídicos y legales, frente a
ellos el poder político, no tendría capacidad de interferir. Según Locke, los hombres nacen todos
iguales, llamado también principio de universalidad, racionales, libres y propietarios (en la
premisa en que obtengan esa propiedad a través del trabajo). Según Gallardo, esta postura sobre
los derechos humanas, no permite ver… “las luchas, sociopolíticas que se daban en Europa,
desde al menos el Siglo XIII” (Ibíd. pág.154). Esta doctrina, hace de la naturaleza humana
individual un valor absoluto; “la humanidad”. Ahora bien, debemos preguntarnos, ¿Quiénes
estaban incluidos en esa universalidad? ¿Todos?, para seguir con esta reflexión tomemos como
base que los niños, mujeres, pueblo llano “no propietario”, esclavos, y aborígenes no estaban
incluidos en ese universo.
Es notoria la influencia de Locke en las declaraciones de “Derechos del Hombre y el
Ciudadano” de la Revolución Francesa, e inclusive trasvasa el tiempo llegando a la declaración
Universal de las Naciones Unidas entre otras. Gallardo comenta que hasta el citado Bobbio,
cuando habla de la “concepción individualista de la sociedad”, se basa en las ideas de Locke.
Estos derechos naturales actualmente deben ser protegidos por las leyes de los estados,
por las leyes “positivas” que protegen a los individuos de su humanidad. Atacarlos, violarlos
constituyen “delitos de lesa humanidad” o sea lesionando la humanidad. Un hecho a destacar
sobre estos derechos naturales, es que son independientes a sus relaciones sociales, es decir que
hoy en día no importa la condición económica, de género o étnica. El autor nos dice que este
individualismo es una construcción ideológica, y que no resiste ningún análisis. La cataloga
como una concepción “orgánica”. Esto supone que los individuos solo pueden ser entendidos,
en un colectivo, en un “órgano”, bien ordenado, basándose en la tesis de Locke. Es la llamada
concepción orgánica de la sociedad.
La conclusión sobre este punto, es para Gallardo, que es posible negar estos derechos
humanos naturales a quienes no coincidan con la naturaleza, de la cuál estos derechos emanan.
Claro ejemplo, en la antigüedad fue los ejemplos ya mencionados en cuanto a los primeros
contactos entre los europeos y los pueblos originarios americanos.
“El recurso a una naturaleza humana fija, valorada como incluyente/excluyente facilita
entonces utilizar derechos humanos como bandera ideológica contra quienes se percibe como
distantes, distintos, inferiores e irreversibles.” […] (Gallardo, 2006, pág. 157) En este sentido
el autor concluye esta sección refiriéndose a que en este siglo XXI, esta concepción es
englobada en la figura del “terrorista”, que cómo en los regímenes militares latinoamericanos
del siglo pasado, eran personificados en “los comunistas”, todo aquel que estuviera en contra
del gobierno de facto, una alteridad tipificada en otro extraño y peligroso, para los que sí tienen
derechos, o sea las autoridades y quienes las aceptan .
El autor menciona que no es posible hacer coincidir los derechos humanos con este
derecho natural que detenta valores eternos e inamovibles. Estos derechos basados en valores
no son útiles para situaciones de conflicto y crisis; y estas situaciones se dan en Latinoamérica,
en frecuentes movilizaciones populares. Se refiere a que no puede haber una educación en

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valores de forma universal, y toma el concepto de “valor socio - histórico”, surgidos en los
conflictos y en las relaciones de la sociedad.
En cuanto al Iuspositivismo, es aquel que reconoce como únicos derechos los
consagrados por las constituciones y las leyes, que por tanto pueden ser reclamados ante la ley
o una corte. Es lo que se llama la “norma positiva” o normas legales basadas en procedimientos
jurídicos, lo que también se denominan como “normas vinculantes”. Se considera que no son
justas en el sentido del derecho natural, ya que no existe un sentimiento de justicia que las
sostenga. Esa justicia proviene de su eficacia social, de su aplicación en la sociedad y no de un
“orden moral universal” (Ibíd. pág.159). Es una creación de las sociedades modernas y tienen
sus antecedentes en Thomas Hobbes (1588-1679), autor, agrego del “Leviatán”, que maneja el
concepto que el hombre es un lobo que come a otro hombre, por ejemplo. Alcanza esta doctrina
su mayor fortaleza en el siglo XIX, en Kant, el código Napoleónico (que maneja el concepto
de la exégesis5), la corriente histórica alemana, para la cual no existiría el “Derecho” como algo
inmutable , si no los generados por los pueblos en constante transformación.
En concreto para el Iuspositivismo no existe más derecho que el que puede reclamarse
ante la Justicia, refiriéndonos a ella, como los órganos jurídicos establecidos por el Estado. Sus
resoluciones se aplican en cuanto a las leyes, “no porque den a cada quién lo que le pertenece
por naturaleza” (Ibíd. pág.160). En cuanto a los derechos humanos para el Iuspositivismo,
existe porque puede ser reclamado en un tribunal. Aquí aparece el papel principal del Estado
como garante de los derechos humanos. Trasladados a todo el mundo, se menciona los pactos
internacionales firmados entre las naciones para garantizar esos derechos, por ejemplo, la Corte
Penal Internacional existe, sólo desde 2002, su función es juzgar las violaciones de los derechos
humanos a nivel internacional, pero Gallardo, nos llama la atención comentando que estados
como China, India y Estados Unidos, no aceptan su competencia.
El tema es, hasta donde los estados reconocen o constituyen esos derechos, si los
reconoce, esto según Gallardo,
[…]haría referencia a propiedades sociales e individuales prejurídicas que se prolongan
como normas jurídicas. Estas propiedades podrían ser estimadas como “naturales” o
como sociohistóricas. Si, en cambio, el Estado constituye derechos humanos, éstos solo
existen si pueden ser reclamados en alguna corte. (Ibíd.)
Concluyendo esta breve aproximación en cuanto a los derechos humanos, el punto de
vista del derecho natural, antiguo y moderno, que tiene en sí mismo la posibilidad de negar los
derechos humanos a quienes no coincidan con una moral universal impuesta autoritariamente,
a través del poder político, cultural o económico, con profundas raíces en la religión o creencias.
Luego la del derecho positivo, vinculado directamente a las leyes y constitución de cada estado,
digamos a las normas jurídicas. La protección de los derechos humanos a través de este derecho
depende directamente del Estado o los Organismo Internacionales, que los avalen, por lo que

5
Exégesis jurídica: En un contexto jurídico, la exégesis pretende interpretar el significado de los textos legislativos
de manera rigurosa y objetiva. Este tipo de interpretación en los textos jurídicos se conoce como método
exegético, el cual está influenciado por el llamado Código Napoleónico. Se basa en el análisis literal de un texto,
teniendo en cuenta la gramática utilizada y el significado directo, dando por hecho que las palabras son utilizadas
con un significado específico.

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fácilmente pueden incluir “violaciones legales” a estos derechos. Las características de ellos es
que no son necesariamente populares, y no entrarían en la lectura sociohistórica de los derechos.

Bibliografía
Gallardo, H. (2006). Siglo XXI, Producir un mundo. San José - Costa Rica: Arlekin.

Webgrafía
https://www.biografiasyvidas.com

https://www.significados.com/

https://es.wikipedia.org

Alvaro Curuchaga
Agosto de 2019

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