Sunteți pe pagina 1din 8

IVE – Ejercicios Espirituales 1

Segunda Semana

VIDA OCULTA

[271]

En el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.

Ven Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles y enciende en ellos el fuego de tu Amor.
Envía Señor tu Espíritu y serán creadas las cosas y renovarás la Faz de la tierra.

Oh Dios que habéis adoctrinado los corazones de tus fieles con las luces de tu Espíritu Santo,
danos a gustar todo lo recto y bueno según ese mismo Espíritu y gozar para siempre de tus celestiales
consuelos. Por Cristo Nuestro Señor. Amén.

Ave María.

San Ignacio de Loyola, ruega por nosotros.

Lo que nos toca meditar es acerca de la Vida Oculta de Nuestro Señor. Antes de eso les leo un
párrafo de Casanovas, como para recordarnos el fin que estamos buscando con este meditar la vida de
Cristo, que no es otro que el fin que pone San Ignacio en el título de los Ejercicios, Dice:

“San Ignacio busca y quiere un hombre bien preparado espiritualmente, que mantenga despiertas y
activas todas sus energías para poder aplicarlas conscientemente a vencerse a sí mismo y a ordenar su vida
según la voluntad de Dios. Este tal, ocupará largas horas en la meditación y contemplación, pero no será
por el puro placer intelectual, ético o espiritual, −que a veces, más que placer es un sacrificio− sino movido
del deseo de llegar a conocer cuál sea la voluntad de Dios respecto de su persona y de su vida. Su voluntad
dará entrada franca a todos los enamoramientos que despierta la adorable persona de Jesucristo, pero no
para hacer pie en ninguna de esas complacencias mudables, sino para reflexionar en cada caso sobre lo
que debe hacer y padecer por el Redentor. Hay que conocer íntimamente a Jesucristo, para más amarle e
imitarle”.

Uno se puede consolar mucho meditando la vida de Nuestro Señor, sin embargo, la idea no es esa
(aunque no tiene nada de malo), la idea es que uno reflexione, compare la vida de Cristo con la nuestra y
saque las conclusiones o los propósitos o lo que uno vea que haya que conservar, mejorar, cambiar o
perfeccionar para que nuestra vida sea lo más parecida a la de Nuestro Señor.

Contemplemos ahora a Jesús viviendo ocultamente 30 años en Nazaret con sus padres. El misterio de
la pérdida y del hallazgo en el templo, que estaría dentro de estos 30 años, lo vamos a ver por separado.

Oración preparatoria, la de siempre.

El primer preámbulo es la historia

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 2
Segunda Semana

El segundo preámbulo es la composición de lugar: Nazaret; lugar escondido por una corona de
montañas, casas grises de techos planos, apoyadas sólidamente sobre rocas. Acuérdense de las casas dentro
de las rocas, una parte construida y otra dentro de la roca. La idea es que se trate de ver la vida de Cristo
normal, como un niño de su tiempo, tratar de verlo trabajando como carpintero, junto a su padre.
El tercer preámbulo es la petición: Conocimiento interno del Señor, que por mí se ha hecho hombre,
para que más lo ame y lo siga.

La historia es bien simple: hijo del carpintero, vivía con María y José durante largos años, obedeciendo
y creciendo en edad, sabiduría y gracia.

La historia arranca con la vuelta de Egipto: Mateo 2,22-23:“Al enterarse José de que Arquelao reinaba
en Judea en lugar de su padre, Herodes, tuvo miedo de ir allí; y avisado por revelación en sueños, se fue a la
región de Galilea, y vino y habitó en la ciudad que se llama Nazaret, para que se cumpliese lo que fue dicho por
los profetas, que habría de ser llamado nazareno”.

“Será llamado nazareno”, para nosotros no significa más que el hecho de que vivió en Nazaret. De
todos modos, significa más que eso. Dice Monseñor Fulton Sheen:

“En esos tiempos el término «nazareno» era despectivo. −pensemos en los apodos que utilizamos
para llamar despectivamente a una persona que proviene de un lugar poco culto e importante, aunque sea en
broma, y esto nos puede ayudar a contemplar el valor del apodo de Nuestro Señor− El pueblecillo Nazaret era
una muy pequeña aldea agrícola, situada en la ladera de las montañas, fuera de las rutas principales y del
alcance de los viajeros y comerciantes. No se la menciona en las geografías antiguas, era un lugar totalmente
insignificante. Su nombre era muy adecuado, porque era realmente como un netzer, un retoño que crecía sobre
el tocón de un árbol. Siglos antes Isaías había profetizado que una «rama» o un «retoño», o un netzer,
brotaría de las raíces del país. Parecería de poca importancia y muchos lo despreciarían, pero finalmente
dominaría sobre la tierra. El hecho de que Cristo tuviera su residencia en un pueblo despreciado, simbolizaba la
oscuridad de ignominia que se abatiría sobre Él y sobre sus seguidores. El nombre «Nazaret» sería clavado
sobre su cabeza en la «señal de contradicción» como un repudio sarcástico de sus pretensiones”. ¿Qué nos
viene a enseñar algo éste, si es de Nazaret?

Y continua: “Antes de esto, cuando Felipe dijo a Natanael:

«Hallamos a aquel de quien escribió Moisés en la ley, y los profetas, a Jesús de Nazaret hijo de José»

Natanael le respondería: «¿Acaso de Nazaret puede salir cosa buena?»”.

Y aquí hace una aplicación ya moral a nuestra vida que nos puede servir para la meditación también:
“A veces se piensa que las grandes ciudades contienen toda la sabiduría, mientras que las ciudades pequeñas
son miradas como atrasadas y poco progresivas. Cristo escogió para gloria de su nacimiento la insignificante
Belén; la ridiculizada Nazaret para su juventud; pero la gloriosa, la cosmopolita Jerusalén, para la ignominia de
la muerte. La pregunta: «¿Acaso de Nazaret puede salir cosa buena?» no es sino el preludio de ésta otra: «¿De
un hombre que muere en una cruz, puede acaso salir alguna cosa redentora?»”.

Otra vez mostrando la sombra de la Cruz en la vida oculta de Nuestro Señor, como lo hacía en la
Encarnación y en el nacimiento.

“Nazaret sería el lugar de humillación para Él, el campo de entrenamiento para el Gólgota. Nazaret se
hallaba en Galilea y toda la Galilea era un región despreciada a la los ojos de la gente de Judea, más culta. El

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 3
Segunda Semana

dialecto galileo se consideraba rudo y poco armonioso; así, cuando Pedro negó a nuestro Señor, la criada le
hizo ver que su modo de hablar le traicionaba e indicaba que había estado en compañía del galileo. Nadie, por
tanto, había esperado que de Galilea viniera un maestro; y, sin embargo, el galileo era la Luz del mundo. Dios
escoge las cosas necias del mundo para confundir a los orgullosos y engreídos. Natanael no hacía más que
expresar un prejuicio que probablemente es tan viejo como la misma humanidad; se juzga a las personas y lo
que éstas saben por los lugares de donde proceden. La sabiduría mundana proviene de donde esperamos que
venga: de los best-sellers o los libros con mucha venta, de los «clásicos», de las universidades. La divina
sabiduría viene de barrios y regiones insospechados, ridiculizados por el mundo”. Pensemos nosotros cuántas
veces encontramos mucha más sabiduría en una viejita perdida en una casita de barro, por ahí, en el monte,
que una persona de la ciudad con un castillo.

“La ignominia de Nazaret seguiría pesando sobre Él posteriormente. Sus oyentes comentarían
burlonamente:

«¿Cómo sabe letras sin haber estudiado?»(Juan 7.15).

Provenía de un lugar que no tenía fama de gran cultura.

“Mientras esto era un tributo dado de mala gana, a su sabiduría, era también una mofa de su pueblo
«atrasado»… ¿Cómo sabía letras? Ellos no sospechaban la verdadera respuesta; que además del saber de su
humana entendimiento poseía una sabiduría que no había aprendido en la escuela…”

En primer lugar dice la Escritura en Lucas: “Erat subditus ilis”. Estaba sujeto, sometido a ellos.

Los otros dos textos para tomar la historia, además del de Mateo, son: Lucas 2,40 y 51-52.

“El Niño crecía y se fortalecía llenándose de sabiduría y la gracia de Dios estaba sobre Él... Bajó con
ellos y vino a Nazaret y vivía sujeto a ellos. Su madre conservaba cuidadosamente todas las cosas en su
corazón. Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracias ante Dios y ante los hombres”

“Vivía sujeto a Ellos…” Un monje una vez dedicó la mitad de su vida, de los 30 a los 60 años que vivió,
a meditar solamente esas palabras. “Erat subditus illis”,¡cuánto hay para aprender de esas tres palabras!

San Pablo va a decir que Nuestro Señor se hizo obediente “factus obediens usque ad mortem, mortem
autem crucis”. Y por esa obediencia nos salvó.

Dice en Romanos 5, 19: “A la manera de que por la desobediencia de un solo hombre, Adán, muchos
fueron hechos pecadores, así por la obediencia de uno, Cristo, muchos serán constituidos justos”. ¿A quién
obedecía? En primer lugar a Dios; nada supo, ni vivió de modo más radical el principio y fundamento, servir a
Dios fue todo lo que hizo durante su vida en la tierra.

Santa Teresa hablando de la perfección que tiene la obediencia, de hacer la voluntad de Dios diciendo:
“estar nuestra voluntad tan conforme con la de Dios, que ninguna entendamos que quiere, que no la queramos
con toda nuestra voluntad, y tan alegremente tomemos lo sabroso como lo amargo entendiendo que lo quiere
su Majestad”

Lo que quiere su Majestad es que este muy conforme nuestra voluntad con la de Él. Tan unida que no
nos importe para nada si lo que nos pide es sabroso o amargo.

En el libro de primer libro de Samuel, capítulo 15, Samuel recrimina a Saúl, el primer rey que tiene el
pueblo elegido, que pierde su reino, y pasa a David por obrar en contra de lo que dios quería, dos veces en

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 4
Segunda Semana

concreto. Y el profeta Samuel, que era el que había respondido “Aquí estoy Señor ¿por qué me has llamado?”
cuando era niño y estuvo en el templo, hasta ya mayor. Le decía él en el versículo 19:

“¿Por qué no has escuchado a Yahvé? ¿Por qué te has lanzado sobre el botín y has hecho lo que
desagrada a Yahvé? −Yahvé le había dicho que no se quedara con los despojos de la batalla, con el botín−
“Saúl respondió a Samuel: « ¡Yo he obedecido a Yahvé! Anduve por el camino por el que me envió, he traído a
Agag, rey de Amalec, y he entregado al anatema a los amalecitas. Del botín, el pueblo ha tomado el ganado
mayor y menor, lo mejor del anatema, para sacrificarlo a Yahvé tu Dios en Guilgal »”.Dios le había dicho que
no se quede con nada del botín, con ningún despojo, con ningún ganado, con nada, y él cediendo a los pedidos
acepto que se llevaran algunas cosas para sacrificarlas.

“Pero Samuel le dijo: ¿Acaso se complace Yahvé en los holocaustos y sacrificios como en la obediencia
a la palabra de Yahvé? mejor es obedecer que sacrificar, mejor la docilidad que la grasa de los carneros”.

También en nuestro cosa más vale la obediencia que el sacrificio, que la penitencia. En algún libro de
San Alfonso cuenta que un joven quería hacer penitencia en honor a la Virgen y su confesor le había dicho que
no, entonces, él estaba confundido, no sabía qué hacer, al final obedeció y la Virgen le dijo que había ganado
doble mérito: el mérito por haber obedecido y el mérito de la obra que no había hecho por obediencia.

Sigue Samuel: “Como pecado de hechicería es la rebeldía, crimen de serafín la contumacia. Porque has
rechazado la palabra de Yahvé, Él te rechaza para que no seas rey. Saúl dijo a Samuel: «He pecado
traspasando la orden de Yahvé y tus mandatos, porque tuve miedo al pueblo y le escuché”. Aquí se ve la
importancia de tener ordenados nuestros miedos, por un miedo Saúl cedió al pueblo que quería el botín y por
ese miedo perdió su realeza, por ese miedo fue ingrato a los ojos de Dios.

Straubinger comenta: “este versículo hace comprender lo que nos dice Jesús de aquellos que pretenden
servir a Dios mejor de lo que Él manda, ¿qué valen, por ejemplo, las obras y sacrificios ideados por un hombre
que se resiste a perdonar a un enemigo?” Mateo 4,23

Y sigue: “no obedecer a Dios es idolatría”, resistir a Dios, no obedecer es lo mismo que idolatrar, es
decir, buscar otro a quien obedecer. Saúl escuchaba más a los adivinos que al profeta de Dios, su reprobación
es la lógica consecuencia de la continua transgresión de la ley. Su pecado principal está en su espíritu de
soberbia que le hace creerse más sabio que Dios y lo lleva a la mentira para justificarse.

En primer lugar, entonces, Jesucristo durante esos 30 años obedeció con suma perfección a Dios,
incluso como veremos después quedándose en el templo esos tres días, sin saberlo sus padres.

Obediencia también, aceptando la voluntad de Dios, en las cosas que suceden día a día, una
obediencia de alguna manera negativa, no hacer algo, sino que aceptar lo que se ya se da. ¿Se imaginan a
Cristo quejándose por que había mucho viento, o porque hacía mucho calor?, ¿o la Virgen?, ¿o porque le
salió algo mal en la carpintería?, ¿o porque se cortó un dedo, o se hizo una lastimadura? ¡Hay que
imaginarse!, hay que estar ahí como un esclavo indigno e ir comparando con nuestra vida.

Y lo que es más difícil todavía, obedecer a Dios, a su providencia en los acontecimientos que
dependen de los hombres, y en los cuales los hombres tienen mala voluntad. Si viene alguien y me hacen
un daño, ver la mano de Dios en eso. Como David que yéndose de su palacio, cuando uno de sus hijos
estaba armando una revolución para quitarle el reino y aparece un hombre y lo empieza a insultar de
arriba abajo cuando viene un criado, uno de la corte y le dice:“no quiere que vaya a matarlo a este perro”,
(varias veces la escritura habla de perro refiriéndose a la persona que no tiene dignidad o no tiene cargo) y
le dice: “déjalo Yahvé le pide que lo haga”. Él ya había pecado, había hecho matar a Urías, se había

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 5
Segunda Semana

quedado con la mujer de Urías y de su arrepentimiento, y de su contrición aceptaba eso como una
humillación mandada por Dios.

A veces, por dentro podemos creernos grandes pecadores pero, cuando alguien nos falta un poco
a la caridad, nos humilla un poco, saltamos como leche hervida, esto es una humildad falsa.

En el capítulo 45 del Génesis, versículos 5 y siguientes, José también nos da un ejemplo de ver la
mano de Dios en los acontecimientos de su vida. Recordarán que sus hermanos, por envidia lo tiran a un
pozo, lo dejan medio muerto, pasa una caravana que va a Egipto, se lo llevan a Egipto y allí cae en favor del
faraón quien lo pone en su reino, lo hace su segundo (después del faraón venía él) y de ahí que el pueblo
elegido puede ir a buscar comida en tiempo de hambre a Egipto y se quedan viviendo ahí, hasta que viene
Moisés, etc.

Vienen sus hermanos a verlo y no sabían que era José, el hermano que ellos daban por muerto, y
que no habían sabido más nada de su vida. Cuando él se da a conocer, ellos están muy apenados por lo
que le habían hecho y él les dice: “Ahora bien, no os pese mal, ni os de enojo el haberme vendido acá, pues
para salvar vidas me envió Dios delante de vosotros −Ya que con su prudencia salvo muchas vidas de la
escases, del hambre en Egipto− porque con éste van dos años de hambre por la tierra, y aún quedan cinco
años en que no habrá arada ni siega. Dios me ha enviado delante de vosotros para que podáis sobrevivir en
la tierra y para salvaros la vida mediante una feliz liberación. O sea, que no fuisteis vosotros los que me
enviasteis acá, sino Dios, y Él me ha convertido en padre de faraón, en dueño de toda su casa y amo de
todo Egipto”.

Eso es mirar nuestra vida con ojos de fe, mirar más allá de lo que se ve a los ojos, de lo que
entiende nuestra inteligencia sin la ayuda de la gracia, mirar la mano de Dios en todo lo que sucede.
Obediencia a los acontecimientos, a las voluntades contrarias y, por último, obediencia a los
representantes de Dios: en este caso a María y A José, “erat subditus illis”.

La autoridad viene de Dios, eso es algo que también tenemos que meditar. Toda autoridad legítima
viene de Dios. Por eso nuestro Señor obedeció a Pilatos, “no tendrías poder sobre mi si no te hubiera sido
dado de lo alto”. Dice San Pablo en la Carta a los Romanos capítulo 13 versículo del 1 al 5: “sométanse
todos a las autoridades constituidas pues no hay autoridad que no provenga de Dios y las que existen por
Dios han sido constituidas, de modo que, quien se opone a la autoridad se revela contra el orden divino y
los rebeldes se atraerán sobre sí mismo la condenación. En Efecto, los magistrados no son de temer cuando
se obra el bien, sino cuando se obra el mal”.

En Uno Pedro 2, 13-14 y 17 nos dice: “Sed sumisos a causa del Señor a toda institución humana,
sea el rey como el soberano, sea a los gobernadores como enviados por él para castigo de los que obran
mal y alabanza de los que obran bien. […]Honrad a todos, amad a los hermanos, temed a Dios, honrad al
rey”.

En Tito 3, 1: “Amonéstales que vivan sumisos a los magistrados y a las autoridades, que les
obedezcan y estén prontos para toda obra buena”.

Por eso el Señor vivió en perfecta obediencia a sus padres, sabiendo que en ellos obedecía a Dios.

Y acá, tenemos mucho para imaginar, para meternos en la historia de una vida familiar y a Cristo,
obedeciendo a su Madre y a su padre nutricio en cosas cotidianas e ir sacando provecho. Tratar de

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 6
Segunda Semana

meternos ahí y ver la simplicidad de esa vida, Cristo era un Niño como todos, jugaba como los demás,
ayudaba a su Madre como los demás, no estaba todo el tiempo rezando(su inteligencia estaba
contemplando la visión beatífica, pero eso no implicaba que no llevase una vida normal).

Los evangelios apócrifos (Evangelios que no están aprobados por la Iglesia, que a veces, ayudan a
identificar lugares y demás) cuentan que la virgen o un niñito quería un fruto y Nuestro Señor lo saco del
árbol y se lo dio.

Pero los evangelios nada hablan de eso, porque Cristo no hizo milagros en su vida oculta, llevó una
vida como otras. Y eso, para nosotros, es de más provecho espiritual que si hubiera hecho milagros ya de
entrada.

Dice San Luis María en el Tratado de la verdadera devoción en el número 18: “¡oh, admirable e
incomprensible dependencia de un Dios que el Espíritu Santo no ha podido pasar en silencio en el
Evangelio, aunque nos haya ocultado casi todas las cosas admirables que esta sabiduría encarnada hizo en
luz de su vida oculta. Para mostrarnos su precio y su gloria infinita…”.

Muchas cosas oculto el Espíritu Santo de su vida oculta pero no ocultó la obediencia, la
dependencia de Dios a sus padres.

“…Jesucristo ha dado más gloria a Dios, su Padre, por la sumisión que a su Madre durante 30 años,
que la que le hubiera podido dar convirtiendo a toda la tierra por obra de las más grandes maravillas. ¡Oh,
cuán altamente se glorifica a Dios, cuando para complacerle nos sometemos a María, a ejemplo de
Jesucristo, nuestro único modelo!”.

¡Cuántas enseñanzas de estos años de vida de Nuestro Señor!

Decíamos, entonces, que Cristo obedecía. Pero también Cristo crecía, “proficiebat” decía la
vulgata. Crecía en edad, su trato no era el mismo a los 15 años que a los 10, ya estaba más mayor, más
maduro. Sí, Él era el hijo de Dios, Él era Dios, Él es Dios, sabía que era Dios, no es que se enteró en el
bautismo, como algunos dicen. Sin embargo, vivió una vida normal, creciendo con su estatura, con su
cuerpo, cambió la voz, etc. También nosotros tenemos que madurar, también de esto tenemos que sacar
provecho. No podemos vivir siempre como niños, pero niños en el mal sentido, niños por inmadurez.

“Crecía en Sabiduría”, no que supiera más cosas intelectualmente, que aprendiera más cosas sobre
Dios ¿cómo va a saber más? Simplemente crecía en sabiduría de la experiencia, sabiduría experimental. Le
sucedían cosas que no le habían sucedido antes, y de esa forma se crece también en sabiduría. Sentía
cosas que nunca había sentido antes. Todo eso eran cosas nuevas y lo hacían crecer en ese sentido, en
sabiduría día a día.

Crecía sobre todo en gracia, no porque no la tuviera plena desde el principio, sino porque en cada
instante obraba sus actos con excelentísima virtud, sobreabundando en santidad. Mostraba cada vez más
la gracia que tenía en sí mismo. Y a la par que crecía en sus años, también crecía la capacidad de hacer
obras virtuosas, siempre se mostró más y más perfecto (aunque siempre lo fue) hasta el último momento
de su vida, en la Cruz.

También reflexionar en nosotros y ver que debemos siempre seguir aprovechando


espiritualmente, siempre buscar la santidad. “Quando dixisti satis, peristis”, dice un adagio latino, “Cuando
dijiste suficiente, pereciste”. En la vida espiritual el que no avanza, retrocede.

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 7
Segunda Semana

Cristo también era el hijo del carpintero, “fabri filius” dice la escritura. “¿No es acaso el hijo del
carpintero?”.

“El desarrollo humano −dice Fulton Sheen− de aquel Hombre divino se realizaba de un modo tan
natural en el pueblo, que ni siquiera sus vecinos se daban cuenta de la grandeza de quien vivía en medio de
ellos. Resultaba evidentemente un venir «a menos» en el sentido de que había una abnegación, una negación
de sí mismo al someterse a sus propias criaturas. Sin duda ejerció el oficio de carpintero, pues dieciocho años
más tarde la gente del pueblo había de decir:

«¿No es éste el carpintero, hijo de María?» (Mc. 6,3).

El mártir san Justino, basándose en la tradición, dice que durante ese tiempo Nuestro Señor hizo
arados y yugos, y enseñó a los hombres la honradez por medio de los productos de su pacífica labor”. También
crecía en sabiduría, en eso de aprender el oficio de carpintero.

Pensar, entonces, en la humildad de Nuestro Señor y sacar provecho para nosotros. La humildad es
una de las virtudes que más nos cuesta. Pensar cómo dignificó Cristo el trabajo. Todo lo que el Verbo
Encarnado tocó, de alguna manera, quedó redimido, santificado. Él sudó en la carpintería, como cuando
sudamos cuando trabajamos e hizo del trabajo un modo de santificación nuevo, ya era un modo de
santificación pero Él lo perfeccionó.

Ver, entonces, cómo encaramos los trabajos, qué abnegación tenemos. El hombre moderno ha hecho
del trabajo una servidumbre. La servidumbre de esas grandes fábricas modernas, de los obreros que faltan de
los consuelos del Evangelio, y preparan las revoluciones del mañana. “Una inmensa miseria -dice Ruskin-sube
incesantemente hacia el cielo al mismo tiempo que el sombrío vapor de las altas chimeneas de nuestras
ciudades industriales”. Como está cambiada en la actualidad la idea del trabajo, los hombres son esclavos del
trabajo, algunos porque ellos quieren ya que desordenadamente apetecen la riqueza o le tienen miedo al
hecho de estar sin hacer nada, pero muchos, la gran mayoría, son explotados y trabajan de tempranas horas
en la mañana hasta altas horas de la noche dejando a las familias solas. Ver que ese no es el plan de Dios,
Cristo trabajó, se sacrificó, pero nunca fue esclavo de ese trabajo.

También nos puede servir la vida oculta de Nuestro Señor el pensar en lo importante de trabajar en las
virtudes que no se ven, en las virtudes que echan raíces y no frutos, o no se ven lo frutos inmediatamente. A
veces es más lindo o más vistoso trabajar en una virtud que pronto se consiga los demás lo van a notar, en la
afabilidad o en el ser eficiente, que está bien por supuesto, pero no dejar de lado las virtudes que no se ven: la
humildad, lo que se trabaja dentro, lo que sólo Dios sabe que está, hasta que toma fuerza y también se da a
conocer, pero mucho tiempo puede pasar sin que nadie lo sepa, y estás son las más importantes.

El progresismo no ama, no alaba estas virtudes: la mortificación, la humildad, porque no brillan.

También pensar cómo Cristo nos enseña lo importante de la vida espiritual. Parece desproporcionado,
33 años en la tierra y sólo tuvo tres años de vida pública. ¿Cómo no salir a predicar antes, aprovechando el
tiempo? Haber salido a los dieciocho cuando ya era una persona grande o antes si a los doce ya lo escuchaban
con atención, podía hablar antes de lo que los niños de su edad hablaban, sin embargo, quiso esperar hasta los
treinta años.

Pensar entonces que nunca es demasiado el tiempo que se dedica a la oración, no es mucho un mes
de ejercicios espirituales y tenerlo bien clavado en nuestra inteligencia, bien firme en la voluntad. ¡Hay que
amar la oración, amar el ir a rezar!, no se puede adquirir la virtud si uno no ama eso. Como dice san Juan de la
Cruz “más vale una obra que mil”. De la persona que reza en comparación de la que no reza.

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org
IVE – Ejercicios Espirituales 8
Segunda Semana

Amar el momento en el que voy a rezar, convencerme, hacer un acto positivo de voluntad, no un acto
de costumbre. Eso no sirve, eso no hace virtud, eso no convierte y todas las cosas que el Espíritu Santo les vaya
mostrando, ir meditando, ir contemplando, ir sacando provecho en nuestra vida para más conocer
internamente al Señor que por mí se ha hecho Hombre para que más lo ame y lo sirva.

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo.

P. Gustavo Lombardo
www.ejerciciosive.org

S-ar putea să vă placă și