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¿Qué es la inteligencia emocional?

“Educar la mente sin educar el corazón no es


educar en absoluto”
(Aristóteles)

Gardner en su teoría de las Inteligencias Múltiples


(1983, 1998) y Sternberg en la Teoría Triárquica de
Ia Inteligencia (1985), ponen de manifiesto una nueva
forma de entender la inteligencia.

Para estos autores hay diferentes inteligencias y la inteli-


gencia tiene un carácter adaptativo, más vinculado con
la resolución de problemas en el día a día.

Por otro lado, el cociente intelectual ya no se considera


la panacea, ya que conocemos otras variables que in-
fluyen en tener éxito en la vida. Actualmente, el éxito
en la vida está considerado como éxito profesional, per-
sonal, familiar, social, etc.

Góleman publicó en 1995 el Best Seller mundial “In-


teligencia Emocional”, según este autor el cociente
intelectual contribuye sólo un 20% para alcanzar el éxito
en la vida. El 80% restante se debe a otros factores entre
los que se encuentra la inteligencia emocional.
Mayer y Salovey (1990, 1997, 2000), han desarrolla-
do un modelo que descompone la inteligencia emocio-
nal en cuatro habilidades de procesamiento emocional,
que se pueden medir y que son independientes del co-
ciente intelectual y de la personalidad.

La definición que estos autores dan de inteligencia emo-


cional es la siguiente:

“La capacidad de percibir los sentimientos propios, los


de los demás, distinguir entre ellos y servirse de esa in-
formación para guiar el pensamiento y la conducta de
uno mismo”

Las cuatro habilidades que proponen son:

1. La percepción: la capacidad de percibir y recono-


cer las emociones.
2. La facilitación: la capacidad para encauzar las
emociones de forma que faciliten el pensamiento y
el razonamiento.
3. La comprensión: la capacidad para comprender
las emociones.
4. La regulación: la capacidad para controlar las
emociones consiste en utilizar estrategias de afron-
tamiento y gestión de emociones.

Todas estas habilidades son independientes entre sí y


además se pueden desarrollar respecto a las emociones
propias o a las de los demás.

Bar-On (1997) considera la inteligencia emocional


como un conjunto de competencias y habilidades emo-
cionales, personales y sociales que se relacionan entre
sí y que determinan nuestra eficacia a la hora de enfren-
tarnos y adaptarnos a las demandas del medio.

Este autor habla de cinco dimensiones de inteligencia


emocional social, estas dimensiones contienen quince
capacidades:

1. Dimensión Intrapersonal: la conciencia de uno


mismo.
• Autoconciencia emocional
• Asertividad
• Autoconsideración
• Autorrealización
• Independencia emocional
2. Dimensión interpersonal: las emociones de los
demás y la forma de relacionarnos con ellos.
• Empatía
• Relaciones Interpersonales
• Responsabilidad social
3. Dimensión adaptabilidad: la adaptación al
cambio.
• Solución de problemas
• Validación
• Flexibilidad
4. Dimensión manejo del estrés: el control de
nuestras emociones.
• Tolerancia al estrés
• Control de impulsos
5. Dimensión estado de ánimo general: la au-
tomotivación.
• Alegría
• Optimismo

Importancia de las emociones


En primer lugar, apuntar que todos sentimos emocio-
nes. Las emociones son formas de reaccionar ante un
suceso. Surgen cuando ocurre algo relevante. Aparecen
rápidamente, de forma automática, y hacen que cam-
bie nuestro foco de atención. Todos nuestros recursos se
van a dirigir hacia el objeto de esa emoción. Para que
se produzca una emoción algo tiene que suceder, tiene
que haber un desencadenante externo o interno.

Todas las emociones se van a manifestar de tres mane-


ras diferentes, en tres sistemas de respuesta:

1. Sistema cognitivo: pensamientos, sensacio-


nes e imágenes.
2. Sistema fisiológico: sensaciones físicas del
organismo.
3. Sistema motor: comportamientos, expresiones
faciales, posturas, gestos, en definitiva, la expre-
sión de la emoción.

Las emociones cumplen tres funciones:

1. Función social: transmiten información de


cómo nos sentimos y de cómo se sienten los de-
más.
2. Función motivacional: son motores que nos
mueven hacia la acción.
3. Función adaptativa: preparan al organismo
y movilizan la energía necesaria para ejecutar una
acción en unas condiciones determinadas.

Tanto las emociones positivas como las negativas son


necesarias. Las emociones negativas han permitido la
supervivencia en el medio, y las positivas han conse-
guido que hayamos evolucionado. En ocasiones, las
emociones negativas pueden llegar a ser patológicas
y motivo de intervención psicológica en función de tres
parámetros:

1. Frecuencia de aparición.
2. Duración en el tiempo.
3. Intensidad.

Las emociones suponern un problema susceptible de


tratamiento si interfieren en el desarrollo de nuestra vida
cotidiana.
El desarrollo de la inteligencia
emocional en el aula
La inteligencia emocional ha despertado un gran interés
en el ámbito educativo. Se están realizando programas
de intervención con alumnos, profesores y también con
padres.

El objetivo de estos es facilitar un mejor desarrollo del


alumnado, un mayor aprovechamiento de sus capaci-
dades y la prevención de una serie de problemas rela-
cionados con la gestión emocional.

A la hora de trabajar con los niños es fundamental que


los adultos estén formados en emociones.

Siguiendo a Mayer y Salovey, se pueden trabajar las dis-


tintas capacidades de inteligencia emocional, tanto con
niños y adolescentes como con adultos.

Desarrollo de la percepción y atención emocio-


nal
La percepción de las emociones es la habilidad más bá-
sica de la inteligencia emocional. Consiste en identificar
correctamente las emociones y reconocerlas en sus tres
componentes.

Ser capaz de prestar atención y percibir de una forma


correcta las emociones propias y las de los demás nos
va a llevar a sentirnos más satisfechos con nosotros mis-
mos y a tener relaciones interpersonales de más calidad.
Para trabajarla tenemos que trabajar la comunicación
no verbal, que es fundamental para el desarrollo de las
relaciones sociales y sirve para transmitir emociones.

La comunicación no verbal supone un 80% de lo que


comunicamos, sólo el 20% corresponde a la comunica-
ción verbal.

Desarrollo de la facilitación emocional


Es la habilidad para saber utilizar las emociones y pode-
mos utilizarla para resolver problemas, razonar y tomar
decisiones. Determinados estados emocionales favore-
cen la ejecución de determinadas actividades.

Para trabajar la facilitación emocional, lo primero que


tenemos que hacer es ser conscientes de cómo nuestro
estado de ánimo influye sobre nuestra forma de pensar,
de recordar y de tomar decisiones.

Una vez tenemos este conocimiento podemos auto-


generar estados de ánimo que nos ayuden a pensar y
comprender mejor.

Desarrollo de la comprensión emocional


Nos permite tener un importante conocimiento de no-
sotros mismos y poder predecir cómo vamos a sentirnos
en una situación concreta. Por otro lado, comprender
las emociones de los demás nos va a permitir prever
cómo van a responder y relacionarnos con ellos de una
forma óptima.

Esta capacidad se puede desarrollar a través del entre-


namiento adecuado.

Lo primero es entender el vínculo entre las emociones y


las situaciones. Profundizar en las interpretaciones que
hacemos de la realidad, nos va a llevar a la compren-
sión de nuestras emociones.

Desarrollo de la regulación emocional


La regulación emocional es la capacidad que tenemos
las personas para modular nuestras emociones. Cuan-
do nuestro estado de ánimo es negativo realizamos
acciones encaminadas a modificarlo. Cuando nuestro
estado de ánimo es positivo intentamos mantenerlo o
incluso incrementarlo.

La psicología científica cuenta con numerosas técnicas


de regulación emocional avaladas por los resultados de
las investigaciones que se pueden entrenar. Estas téc-
nicas de intervención psicológica van dirigidas a cada
uno de los tres componentes o manifestaciones de la
emoción: cognitivo, fisiológico y motor.

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