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I.- APERSONAMIENTO
Me apersono al presente proceso en mérito de la copia de mi Documento Nacional de
Identidad señalando mi domicilio procesal el que aparece en el exordio.
Es preciso señalar señor juez que después de haber transcurrido 19 años de dicha
compra los demandantes recién consideren registrar el inmueble sin una justificación
previa de porque se transcurrió dichos años dejados en olvido el predio materia de
litigio, también que no existe el asiento registral que los demandantes mencionan en la
SUNARP como materia de prueba, también no hay ningún documento que pruebe que
estas personas tenían la intención de formar una sociedad que justifica la compra y
que dejaron por cumplir un viaje lo cual genera dudas de la firmeza de dichas
declaraciones, ellos no tienen documento alguno con el cual puedan comprobar los
lasos amicales con el señor ALBERT PALOMINO RAYME, no existe contrato alguno y
teniendo un razonamiento lógico, una persona la cual no tiene ninguna relación con un
grupo de personas con la intención de formar una sociedad dejarían un predio sin un
contrato de antemano a una tercera persona a los cuales solo por el hecho de ser vecino
se le confiaría lo cual no muestra credibilidad en dichas declaraciones, es coherente
tener en cuenta dichas afirmaciones, además de ellos no presentan pruebas legitimas
que justifiquen lo dicho.
3.- Respecto se menciona, Debido a la cercanía y los lazos amicales que nos unía con
el señor, ALBERT PALOMINO RAYME, cedimos parte de la vivienda para que la
habitara, sin embargo, no hubo contrato de transferencia de por medio. Luego, el
emplazado en mención vendió la propiedad a MILTON PALOMINO HUANCARE,
propiedad que fue inscrita en SUNARP el 21 de setiembre del 2000 en el asiento N°
10A0035435; a pesar que la propiedad no se encontraba a nombre de ALBERT
PALOMINO RAYME, por lo cual hubo tacha, pero aun así se inscribió. Todo esto
ocurría, sin que nosotros hubiéramos tomado conocimiento de tal situación.
No es cierto puesto que los demandantes no son propietarios del bien inmueble, y que
dicho título es falsificado en su contenido a excepción de la suscripción, puesto que en
ella se insertan datos falsos habiendo mencionado la inscripción en la ficha N° 11971,
mas no así el N° de asiento registral. El demandado dicho inmueble ubicado en el
asentamiento humano nuestra señora de Covadonga lo adquirió a título oneroso, y no
habiendo ningún tacha, gravámenes y observaciones lográndose inscribir de buena fe
en el SUNARP.
4.- doce años después, el 9 de febrero del 2012, el señor PALOMINO HUANCARE
MILTON (titular del predio en ese momento) decide venderlo al señor ernest antony
Quispe palomino, en virtud de un contrato de compra venta otorgado ante la notaria
“MAVILA ROSAS” de esta ciudad y debidamente inscrito en SUNARP en el asiento N°
00012113 de la oficina registral de Ayacucho.
Señor juez, es preciso mencionar, que como un predio que literalmente fue inscrito en
un supuesto asiento registral, pueda tener una correcta tramitación frente a los registros
públicos sin tener una tacha considerable frente a un fraude, no es posible que el
sistema de registros públicos pueda obviar un asiento registral que supuestamente se
realizó en una compra venta; por lo cual desmentimos la existencia de dicho asiento
registral por carecer de pruebas que cercioran lo dicho,
5.- el 16 de febrero del 2012, el señor ernest antony Quispe palomino decide venderlo
a su vez, al señor roy solier hiuaman inscribiendo para tal efecto, el contrato de compra
venta en SUNARP en el asiento N°00013705 en la oficina registral de Ayacucho.
Cabe señalar señor juez la periodicidad de los hechos, en lo cual los demandados
mencionan una cantidad considerable de personas adquirientes de dicho predio, todos
los susodichos adquirientes no tuvieron problemas en registrar el predio por lo cual
desmentimos que haya habido un fraude en todo lo expuesto por parte de los
demandantes, involucrando a más de una persona sin tener pruebas de dicho eventos
ya transcurridos.
6.- es por eso señor juez que, al haber tomado conocimiento recientemente de todo lo
sucedido, es que solicitamos se declare nuestro mejor derecho de propiedad al tener
más de 25 años de posesión conforme a los medios probatorios que presentamos, y
que además de que hasta la fecha hemos venido cancelando responsablemente
nuestros arbitrios y tributos municipales, solicitamos la cancelación de todos los
asientos registrales inscritos desde la venta de nuestra propiedad al señor milton
palomino huancare y siguientes, por haberse realizado sin nuestro consentimiento y
sin que nos haya comunicado en su debida oportunidad.
VIII.- ANEXOS
1-A Copia simple de Documento Nacional de Identidad
1-B Copia legalizada del contrato de compraventa de fecha 12 de diciembre de 2015.
1-C (…).
POR LO TANTO:
A UD. pido tener por contestada la demanda.
“A”, propietario del inmueble “X”, se lo vendió a “B” mediante minuta con firmas legalizadas
del año 1991. “B” tomó posesión del bien. Al año siguiente, “A” vendió nuevamente el mismo
bien pero esta vez a favor de “C”, mediante escritura pública de 1992. “C” demandó a “B” para
que se le reconozca su mejor derecho de propiedad sobre el bien “X” y así poder usar y
disfrutar del mismo.
En primera y segunda instancia se declaró infundada la demanda. La Sala Superior sostuvo que
la compraventa a favor de “B” debía primar, pues tenía una fecha anterior (1991) a la compra
de “C” (1992), tal como lo establece el artículo 1135[1] del Código Civil (CC). Finalmente, la
Corte Suprema declaró fundado el recurso de casación planteado por “C” y anuló la sentencia
de la Sala Superior, alegando que el conflicto surgido entre “B” y “C”, al ser uno sobre mejor
derecho de propiedad, no debió ser resuelto con el artículo 1135 CC, pues éste regula los actos
jurídicos que contienen obligaciones de dar, y no las situaciones en las que se discute derechos
reales sobre el mismo bien.
“A” se ha obligado a entregar el mismo inmueble a “B”, “C” y “D”. Este es el supuesto que trata
de solucionar el 1135 CC. El error de la Corte está en no comprender que esta norma no se
limita a determinar si “A” debe entregarle el bien a “B”, “C” o “D”, sino que en algunos casos
determina cuál de ellos (“B”, “C” o “D”) debe ser preferido para gozar del derecho real. Por
eso, el 1135 CC no sólo resuelve casos “obligacionales”, sino que también asigna derechos
reales.
Me explico:
Imagínese que “A”, propietario registral del inmueble “X”, suscribe: el día 1 un arrendamiento
a favor de “B” mediante minuta; el día 2 un arrendamiento a favor de “C” mediante escritura
pública; y el día 3 un arrendamiento con “D” mediante escritura pública que se inscribe en el
Registro. Habrá una disputa entre “B”, “C” y “D” para determinar quién de ellos usará el bien
como arrendatario. La solución que nos da el 1135 CC es preferir a “D”, en tanto él inscribió
primero su arrendamiento, pero ello de ninguna manera significa que “D” adquirirá un
derecho real sobre el bien ni que se constituirá como nuevo propietario. En este caso, el 1135
CC sólo le dice a “A”, en su condición de deudor de “B”, “C” y “D”, frente a quién de ellos está
OBLIGADO a entregar el bien.
Ahora, ¿es posible que alguien se obligue a dar un inmueble y que el cumplimiento de dicha
obligación sea consecuencia de un cambio en la titularidad del bien? Reformulo la pregunta
para ser más claro: cuando se vende un inmueble (en general, cuando se transfiere la
propiedad inmobiliaria ya sea por compraventa, donación, permuta, etc.), ¿el vendedor no
asume también una obligación de entrega a favor del comprador? Si bien la transferencia de
propiedad ya se produjo con la sola celebración del contrato (949 CC), hasta que el vendedor
no entregue el bien se mantendrá como deudor de dicha entrega, la cual deberá ser realizada
– obviamente – a favor del comprador. ¿Pero qué pasa si el mismo vendedor transfirió el bien
a favor de dos sujetos distintos? ¿A cuál de los compradores deberá entregar el bien? El 1135
CC nos ayuda a resolver este caso: el bien debe ser entregado a quien primero lo inscribió a su
favor de buena fe; y si ninguno de los compradores lo registró, el bien será entregado a aquél
cuyo contrato de adquisición conste en documento de fecha cierta anterior; y si ninguno tiene
fecha cierta, la preferencia la tendrá quien tenga documento privado de fecha más antigua.
Entonces, sí corresponde aplicar el 1135 CC para el caso de las ventas múltiples: si “A” vende el
mismo inmueble a “B”, “C” y “D” y todos ellos le exijan a “A” la entrega, éste deberá dárselo a
quien según el 1135 CC tenga la preferencia. ¿Pero qué pasa si “A” ya entregó (indebidamente)
el bien al comprador a quien no le correspondía la preferencia? (por ejemplo, se lo entregó a
“B”, que sólo tenía documento privado, a pesar de que debió entregárselo a “D”, que había
inscrito el bien a su favor).
En este caso, “D” ya no demandará a “A” exigiéndole la entrega del inmueble, sino que
accionará directamente contra “B”, pues él posee indebidamente el bien. ¿Podrá “D” alegar
que su derecho es mejor que el de “B” porque así lo establece el 1135 CC? Nada impide que así
sea, y es que si bien el inmueble ya no lo tiene “A”, éste no ha cumplido con su obligación de
entrega tal como lo establece el 1135: debió darle el bien a “D” pero se lo dio a “B”. No tendría
ningún sentido permitir que “D” se apoye en el 1135 CC para pedirle a “A” que le entregue el
bien, pero impedirle eso mismo cuando quien tiene el bien es “B”. Independientemente de si
el bien está en manos del deudor primigenio (“A”) o si ya pasó indebidamente a favor de uno
de los adquirentes (“B”), el criterio debe preferencia debe ser respetado, por lo cual puede ser
hecho valer tanto contra “A” como contra “B”. A esto nos referimos cuando dijimos que el
1135 CC no se limita a decirle a “A” a quién debe entregarle el bien, sino que en algunos casos,
cuando este deudor ya entregó indebidamente el bien a quien no correspondía, la solución del
conflicto seguirá siendo el 1135 CC, pero en este caso la solución se dará en una disputa entre
los adquirentes para determinar cuál de ellos tiene mejor derecho sobre el bien y por ende a
quién le corresponde quedarse con el mismo.
Alguien podría decir que en este caso la aplicación del 1135 CC no es necesaria, porque la
norma correcta es el 2022 CC, según el cual cuando se oponen dos derechos reales sobre el
mismo bien (la propiedad de “B” versus la propiedad de “D”) se debe preferir el derecho que
primero se inscribió. Eso es cierto: en algún aspecto el 1135 y el 2022 se parecen: entre dos
adquirentes del mismo bien, ambas normas prefieren a quien primero inscribió. Pero, ¿qué
hubiese pasado si “D” no inscribía su derecho? ¿El 2022 CC establece un segundo criterio de
preferencia ante la falta de inscripción? No. El 2022, a diferencia del 1135, sólo establece el
registro como criterio de preferencia, pero no nos dice cómo solucionar el caso cuando no hay
inscripción de por medio. El 1135 CC, entonces, engloba al 2022 CC, pero va más allá:
determina a quién le corresponde gozar del derecho no sólo atendiendo a la fecha de la
inscripción, sino que en defecto de ésta, nos proporciona otros dos criterios: la fecha cierta y la
fecha más antigua.
El artículo 1135 CC no sólo aplica cuando hay arrendamientos múltiples o ventas múltiples.
Esta norma debe aplicarse allí cuando “A” se ha OBLIGADO a dar el mismo bien a dos o más
personas e independientemente en manos de quién se encuentra dicho bien. ¿Cuándo una
persona se obliga a dar un bien a otra? El título, razón o causa de esta obligación, puede ser de
lo más variado: puede ser que “A” vendió el bien, lo donó, lo arrendó, lo permutó, lo dio en
comodato, constituyó un derecho real de uso sobre el mismo, etc., etc. En todos estos casos,
existe la OBLIGACIÓN de dar el bien, y precisamente por eso debe aplicarse el 1135 CC.
En conclusión, el 1135 CC engloba, entre otras, a las ventas múltiples, a las donaciones
múltiples, las permutas múltiples, los arrendamientos múltiples, los comodatos múltiples, e
incluso la combinación de alguna de estas figuras. Las combinaciones son múltiples, y
precisamente por eso lo peor que se puede hacer – tal como lo hizo la Suprema – es cerrarle
las puertas de la concurrencia a quien sí corresponde que les sean abiertas de par en par.
[1] Artículo 1135 CC.- “Cuando el bien es inmueble y concurren diversos acreedores a quienes
el mismo deudor se ha obligado a entregarlo, se prefiere al acreedor de buena fe cuyo título ha
sido primeramente inscrito o, en defecto de inscripción, al acreedor cuyo título sea de fecha
anterior. Se prefiere, en este último caso, el título que conste de documento de fecha cierta
más antigua”.